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Jacques-Alain Miller ' -yotros Los inclasificables delaclinica psicoanalitica eS 4 L pa ee gk + 6.4 Paidos Directora de la Coleccién: Silvia Geller Comité editorial Secretaria: Marina Recalde Integrantes: Angélica Marchesini Fabian Naparstek Raquel Vargas Colaboré: Graciela Esperanza Director responsable de la publicaclén: Leonardo Gorostiza E] Instituto Clinico de Buenos Aires es miembro de la Red Internacional del Instituto del Campo Frendiano, y tiene su sede en la Escuela de la Orientacién Lacaniana. Los inclasificables de la clinica psicoanalitica Instituto Clinico de Buenos Aires / Paidés ‘Titulos originales que incluye este volumen: Le Goneiliabute d'Augers (Ejfets de surprise dans les psychoses) La Conversation d'Arcachon (Cas cares: Les inclassables de fa clinique) Colecciéa Le Paon, publicada par Jacques-Alain Miller, Ornicar?, Le Banquet des Analystes, Agalma-Le Seuil, 1997. Le Conciliabule d’Angers (Effets de surprise dans les psychoses) ‘Textos reunides por: Michel Jolibois y Pierre Strdliski. Editados por: Fabienne Henry, Michel Jolibis y Jacques-Alain Miller; con la colaboracién de las secciones y ante- nas clinicas de: Aix-Marseille, Angers, Burdeos, Bruselas, Chauny-Préniontré, Clermond-Ferrand, Dijon, Lille, Lyon-Grenoblo, Nantes, Niza, Parfs-Ile de Fance, Paris-Saint Denis, Hennes, Rudn, Toulouse. La Conversation d‘Arcachon (Cas rares: Les inelassables de ia elinique) Textos reunides por: Carole Dewambrechies-La Sagna y Jean Pierre Defieurs. Edi tados por: Fabienne Henry, Michel Jolibois y Jacques-Alain Miller; con la colabora- cidn de las secciones y antenas elinicas de: Aix-Marseille, Angers, Burdeos, Bruse- las, Chauny-Prémontré, Dermond-Ferrand, Dijon, Lille, Lyon-Grenoble, Nantes, Niza, Paris-Ile de France, Paris-Saint Denis, Rennes, Ruan, Estrasburgo, Toulouse. Cubierta de Daniel Iglesias y Asociados Foto de tapa de Frank Wolf Traduccién de Nora A. Gonzalez ot 150.195 Los inclasificables de la clinica psicoanalitica / uc Jacques-Alain Miller... [et al.J- 1" ed. 2 reimp.- Buenos Aires : Paidé: B. 432 p. ; 22x15 cm~ (Institute Glinieo de Buenos Aires) Traducci6n de: Nora A- Gonzalez ISBN 9501288013 |. Miler, Jacques-Alain - 1, Psicoanglis!s 1" edigién, 1999 2° reimpresin, 2005 i 5 ‘Reservades todos los derechos. Queda rigurosamente probilida, sin la autorizacién eserita du los titulares: del copyright, bajo Jas sanciones establecidas en Ins lever, Ix reproduccidn parcial o total de esta obra, por cualquier media o procedimiento, ineluidos la reprografia y el tratamiento iaformatica. © 1909 Fundacién del Campo Freudiana © 1999, L* edicién, Editorial Paidés SAICF © 2003, 1* edicion, 2° reimpresién, Editorial Paidés SAICF Defensa 599, Buenos Aires e-mail: literaria@editorialpaidos.com_ar www.paidesargentina.com.ar Queda hecho el depésito que previene la ley 11.723 Impreso en Argentina - Printed in Argentina Impreso en Color Efe, Paso 192, Avellaneda, on septiembre de 2005 Tirada: 750 ejemplares ISBN 950-12-8801-4 indice Nota a la edicién castellana EPA NLL ooo 9 i ase WSR eR SEB ie ng Tete RN |. El concilidbulo de Angers. (Efectos de sorpresa en las psicosis) Praia Senha he eag ane APERTURA De la sorpresa al enigma Jacques-Alain Miller... 6.0000 aA Los APRIETOS DEL SABER Elogio de la presentacién de enfermos Glande Leger cee eee aa eae ees Ee El amor de las vaces Mireille Dargelas . Paradigma de desencadenamiento Philippe De Georges... 2. 00.000000000002 aad udned Primera discusién Eos aprictos: del saber oc ce-sces ce noe ser sce ae eee ee Care La MUERTE DEL SUJETO. El goce alucinatorio Rune Fleer asavseccateia see eee 11 15 29 37 41 47 63 La homofonia delirante Laurence Portada 00% hc 4 4h ea ttaaatea eae ennarewase La exaltaci6n maniaca . Pablo Fridman y Daniel Millas 0.000000 Segunda discusién Bea ais pe AE Su) S00 ce rersssenacsieseaae ma ecanceniemmatec Una mujer armada Victoria: Morite-Reinam: oe yas viene eieise teu Una nifia mortificada Nani Kirtan“ Rarapell 5205 SOP eee) be ee aly Cura de un mutismo Gabriel Eowrbrrat . 200%) 00 a re Una epidemia norteamericana Jean-Claude Mateval : 265 ioe i aa eee beeen Los beneficios del-fuera de sentido Daniéle Rowillon . 0.0... es SAA mm atiarhs. cuba La biblioteca del Otro Pierre Sandisk 02 22 0090 Cee Cee GAG US sree teres Un punto de forclusién ‘Pistrigia Paareomrhey, 5 sic tesecaiels ascend Ok eRe RL ER La prictica entre varios Mario: Zerg hem): S802 209 Dey eo Vey eee ee re bk ‘Tercera discusion El agujero y lo real ‘CIERRE Vacio y certeza Pasgies Alia MBER oe un wee crarrinuies via eRe Il. La conversaci6n de Arcachon (Casos raros: Los inclasificables de la clinica) Preface: sassmisina aera aa Wega oie 197 Los TEXTOS Un caso no tan raro cerns ihe re Die frei 2255 20 iia a po aes 6p asecasm yeoman 201 Un sujeto en la nebulosa Plerpe Castel yy ncwcexee seis oe ee a ER ee ee 209 Una suplencia rara Caring Decale eo0 eG Pe ee ea ee 213 Inclasificable o singularidad Dominigne Loratellt soiasccwccnaes sera eae a 221 La letrista Marie-Claude Sureate: 202 00006 0 be ees Dae oe ates 227 Un caso contemporaneo SEVGRTREORE LAER Paice cc esse seoa ay ar aregnae target caeatar enlace sae 233 Inclasificables intervenciones Bernard Seynbaeve 0.0.00 00 0c cee wee ue bed gees 243 Su papa no estd ahi... LEVEN VT RCI sp caus cere ex crepes eccror em eapeeiacge esuaruiciad ences 249 Abordajes de la letra geanaPicrre Rowilloms sissies tien Shee ee 4 255 Historia de ojo SBE INO EE cea = ee dv aien ser una aeoRT ce ereaaaa en eee 259 De una mancha a la otra - Cormarite Camabmamristitcs iri aiod casa wats Bee a OTe 263 Sorpresa y certidumbre Fosé-Luis Gareia-Castellano 6.0. eee 269 EI significante amo no clasifica Gabrisl Chantilatiea ses s:0 cay cree fee ia es see 2 eae 277 El au(toma)tismo mental SEPALS EP OREPVEDA a eerie sn ele ce sername nicmninia permeate cetent a 283 Una familia desgarrada Bosiiniguée Vater 228902205 OS ae eee 287 ‘Tener paz = Jean-Louis Aucremanne .......... sh SPL ARAR ne ERR 293 ‘Un asunto clasificado Isabelle Lesage 299 Cortes significantes Se 307 Carta a los participantes Facques-Alsin Miller oo. e eee eee eee anaes 313 La CONVERSACION PRB EIOTE 5 datas oe nr denseesonena neuen neem enn mabe 317 2. Los casos de Deffieux y Castanet 323 3. El aparato del sintoma ........ - i 238. 4: Marema:de la nebulosaieiiiee ci en ee ea is 345 5. La clasificacian La Sagna . 348 6. Intermedio : 208 5 362 7. Conversacién sobre una pestafia . 368 8.:Charla:gobre‘lasindislones asa irerie as aera 380 9. Mesa redonda sobre la mancha . . 383 10. El goce en el proceso simbélico 388 11. Precisiones .. 2... 0...-- 394 12. La bolsa de los jnclasificables . . 400 13. Ultimo todo de palabra DE EEE ycacumcenner muna conn ~ REFERENCIA Ensefianzas de la presentacién de enfermes WaHRe A LeAD VOIR aaban nstaence Siamese mone cuaen cee 417 10 Nota a la edici6n castellana El presente volumen es el testimonio de dos conversaciones sobre la clinica psicoanalitica en las que participaron estudiantes y do- centes de las secciones clinicas de habla francesa. Tuvieron lugar en Francia en 1996 y 1997. El libro es una traduccién de Le Con- ciliabule d'Angers y La Conversation d’Arcachon, publicados original- mente en francés en la nueva coleccién de Ornicar?, Le Banquet des Analystes. Fueron muchos los que intervinieron en estas dos conversaciones clinicas, y es lo que ustedes encontraran aqui: una serie de casos seguidos por una discusi6n que revela cada vez lo que se puede extraer como una ensefianza para nuestra practica. En definitiva, la interseccién que produce lo nuevo del caso con la serie —zconstitutida a partir de nuestra experiencia?— demuestra la necesidad de volver a pensar las categorias con las que se maneja el practicante del psicoanilisis. Pero si el libro esta dedicado a la psicosis, entonces la pregunta obligada es qué pasa con las otras estructuras. Una de las conse- cuencias de la discusién lleva a considerar las nociones de continui- dad y discontinuidad para producir una formalizacién de la clinica. Evidentemente se trata de un clinica psicoanalitica en movimiento. Jacques Lacan se refiere a esto en su «Acto de fundacién» (1964) cuando en la «Seccién de psicoanilisis aplicado» sefiala que lo que sostiene la praxis es «la critica de sus indicaciones en sus re- sultados y [...]1a puesta a prucha de los términos categéricos y las estructuras». Est claro que este libro no pretende construir nuevas clasifi- caciones o desechar anteriores, sino situar, como lo formula Jacques-Alain Miller, dos momentos en la clinica: un momento nominalista, en el que recibimos al paciente en su singularidad, sin compararlo con nadie, como lo inclasificable por excelencia; y un segundo momento, estructuralista, en que lo referimos a tipos de sintomas y a la existencia de la estructura. n Si bien hubo un afio entre el Conctlidbuto y la Conversacion, la reunién de los dos voliimenes en uno se debe a que este tiempo pa- reciera haber funcionado como un intermedio. Fs evidente, si- guiendo la lectura de los casos y las respectivas discusiones, que los principios planteados en Ja primera ocasién fireron retornados en la segunda. De ahi que optaramos por el titulo de Los inclasificables de la clinica psicoanalitica parte del subtitulo del segundo volumen-, puesto que se nos presentaba como la primera conclusién con la que se podia leer este libro, desde el comienzo hasta el final. Sita GELLER 12 | El conciliabulo de Angers (Efectos de sorpresa en las psicosis) Prefacio =3Qué es esto? ;Otro libro sobre ia locura? —Digames, mas bien, las actas de un encuentro que reunié a un _centenar de ensefiantes, y otro tanto de estudiantes, de todas las secciones clinicas de habla francesa. ~p Las? -La Seccion Clinica de Paris fue fundada por el doctor Lacan en 1977, Ofrecia, primero quizds a los j6venes psiquiatras en for- macién, una ensefianza de la clinica psicoanalttica, a la vez clara-y rigurosa. La f6rmula gusté tanto que en veinte aiios se multiplicé por todas partes en Francia y en el mundo, Esta reunién en An- gers —los dias 6 y 7 de julio de 1996- fue una oportunidad para de- batir sobre las psicosis. sEn resumidas cuentas, un cologuio? -Si quiere, pero antes que «coloquio», que recuerda la rigidez de una sociedad cientifica, se eligid, no sin cierta malicia, la expre- sién «conciliibulo». Conocen el origen de este término. Era per- fecramente adecuado para el clima de trabajo, que fue distendido, pero muy festivo. Quince personas fueron invitadas para su prepa- racién, cada una de una seccién clinica diferente, ensefiante o es- tudiante, para exponer algo breve, pero con la consigna «preciso, precioso, inédito, no ya sabido», con un tiempo de discusiGn tan largo como el de las exposiciones. —Muy bien. ;Pera al leerlo debe de resultar cacofénica, un patchwork cansadar? —jPues no! Las intervenciones y las discusiones, que se despla— zan seguin modalidades originales, dibujan los variados contornos del tema «Efectos de sorpresa», y el conjunto despeja una silueta sin duda nunca vista. 15 LOS INCLASIFICABLES. DE LA CLINICA PSICORNALITICA El tema es vara. ;Por qué «la sorpresa»? Recuerda el trazo de Mon- fesquien, «jcOnio se puede ser persa?s, —Céme se puede ser psicoanalista, ademas. Por sorprendente que sea... este tema permite hacer el-balance del*estado de nues- tas preguntas, de nuestras ideas, y de nuestras formas de operar con el psicoandlisis en las psicosis. —gEn conclusi¢n? —Lea. PIERRE STRELISKI ¥ MICHEL JOLTBOIS 16 Apertura De la sorpresa al enigma Jacques-Alain Miller EI titulo «Efectos de sorpresa» se nos impuso. Los temas exzmi- nados parecian arbitrarios; lo elegimos como tltimo recurso. Si “mal no recuerdo, Carole dijo: «jSf, si, estara muy bien!», y fue muy tajante. El titulo dejaba sin duda indeterminada la cuestién de saber quiénes son los sorprendidos, nosotros o los pacientes. «Efectos de sorpresa» se dejé como un perchero, un gancho en la pared, es- perando ver lo que vendria a engancharse alli. La idea sin embar- go era que seamos nosotros los sorprendidos. Esperamos ser sorprendidos. Querfamos que nuestros colegas nos mostraran momentos privilegiados en los que habian aprendi- do algo nuevo bajo la forma de la sorpresa. Se puede aprender ba- jo la forma de la regularidad, se puede aprender bajo la forma de la verificaci6n, pero se aprende, y tal vez lo mejor —hay que discu- tirlo—, bajo la forma de la sorpresa. Sin embargo, no va de suyo que en la practica uno tenga ganas de ser sorprendido. Se despliegan muchos esfuerzos para volverse experimentado, se insiste mucho en eso. Ahora bien, :qué es una persona experimentada, si no alguien menos sorprendido que los demas por los fenémenos producidos en un campo dado? El Ins- titato del Campo Freudiano esti hecho para que nos volvamos ca- da vez mas experimentados, es decir, para que la clinica nos sor- prenda cada vez menos. La demanda de ser sorprendido es siempre escabrosa. Decir, come Diaghilev a Cocteau, «j|Asémbreme!» da lugar a infinitos comentarios. Quiere decir primero: «Estoy muy atento, tendras que hacer mucho esfuerzo». Y también: «Fstoy de vuelta de to- do», Es la posicion del dandi, la de un Des Esseintes, el solrero de v7 LOS INCLASIFICABLES OE LA CLINICA PSICOAMALITICA fin de siglo, que ha experimentado todos los placeres y recorrido todos los saberes; la que Mallarmé expresa en el verso transforma- do en barco de «Brisa marina»: «La carne es trist ,y toda la he leido»; y que deja atin escuchar su eco a lo largo de la Belle Epoque y los Afios Locos, en la frase de Diaghilev. A la demanda de ser sorprendido uno desea responder con Valéry: «Decepcio- nar, divisa de un dios, quiz4», que participa de la misma configu- racién. La decepcién es la respuesta que se merece cuando se ha convocado la sorpresa. ‘Tal vez sea necesario hacer una pequefa distincién, discutible como lo son siempre las distinciones semanticas, entre el asombro y la sorpresa. El asombro es un estado de 4nimo. Uno se asombra de como es el mundo. Gustosamente se hace del asombro la virtud del filésofo o del poeta. Se dice: «Es maravilloso, se asombra de todo, como un nifio». E] asombro es un estado que dura o que ¢s capaz de durar. Uno puede asombrarse de los fenémenos naturales, que sin embar- go se repiten. La sorpresa tiene en cambio algo de discontinuo y de eruptivo. No nos instalamos en la sorpresa como podemos instalar- nos en el asombro.-Una sorpresa que dura ya no es una sorpresa, y en general se vuelve retrospectivamente una mala sorpresa. Hay en la sorpresa un aspecto bolsita con sorpresa! —y no habia gran cosa en las bolsitas con sorpresas de nuestra infancia compra- das en la puerta del colegio—, mientras que uno puede instalarse en el asombro. Una frase de Lacan que cita Nancy Katan-Barwell muestra las precauciones que él toma en su relacién con el «jAsémbreme!». Dice que lo que se espera de la sesidn es «justa- mente lo que uno se rehusa a esperar por temor a meterse demasi- ado: la sorpresa, subrayé Reilo>. En efecto, reclamar la sorpresa —«Las sorpresas, gdénde estan las sorpresas?»— es en efecto pro- vocarla y es, pues, ver aparecer una sorpresa adulterada, dudosa. No hay que meterse demasiado podria ser, al menos por un tiempo, la divisa del Instituto del Campo Freudiano. No nos metamos demasiado. Luego, no hemos insistido dema- siado excesivamente con la sorpresa. Nos hemos contentado con 1. La pocherte-surprise (sorpresa) es un paquetito que se compra ose gana en una rifa sin conocer su contenido y que encierra pequefias objetos. [N. de la T.] 48 DE LA SORPRESA AL ENIGNA poner el término y dejar que se propagara sin hacerlo acompafar por cuidadores, patrulleros, sirenas. «Efectos de sorpresa» se pa- seo solo por el mundo y llegé a buen puerto un afio después sin haber hecho estragos; y henos aqui esta tarde a Ja buena de Dios. Otra hipétesis. No solo tenemos que ser los sorprendidos, sino también los sorprendentes. En la interpretacidn, en efecto, se es- pera del analista que sea el sorprendente. ‘También sobre este punto Nancy Katan eligié una cita de La- can, que tuvo resonancias en mi: «Tenemos que sorprender algo cuya incidencia original fue marcada como traumatismo». No se trata aqui del analista como el sorprendido, tampoco como el sor- prendente, sino del analista como el sorprendedor ~no es una pala- bra de la lengua, pero estd formada de tal manera que se entiende de qué se trata-, ¢ incluso el sorprendedor de lo real, porque aquello cuya forma original es traumatismo ¢s lo real. ¢Por qué tendriamos que sorprender lo real, si su definicién es volver siempre al mismo lugar? Deberia bastar con esperar el re- torno periédico. Sin embargo, si lo real vuelve al mismo lugar, es también lo que para el sujeto no puede no ser evitado. En este in- tervalo hay un espacio para que el analista sorprenda indirecta- mente sus emergencias fugaces. En seguida se plantea el problema de saber si el psicético tiene relacién con la sorpresa. :La forclusién permite la sorpresa? ¢No se necesita represidn para que haya sorpresa? Se podria pensar, en una particién de tipo biblico, que el neurético tiene la sorpresa y el psicético, el enigma. Alguien a quien no conozco, pero que dentro de poco tendré la oportunidad de conocer, Emmanuel Fleury, de Lille, ha intentado repartir la sorpresa entre neurosis y psicosis: «El neurético —dice— se hace sorprender por lo simbdlico, mientras que el psicético se hace sorprender por lo real». La férmula es discutible, pero tiene el mérito de impresionar. Entonces, snosotros podemos seguir sorprendidas? Nosotros, la banda que formamos, y que es la prolongacién de una banda ori- ginal formada hace veinte afios. Por un lado, para una elaboracién y para su transmisidn, es un éxito: jhablamos el mismo lenguaje, amigos mios! Los que estan en las secciones clinicas como ensefiantes y los que estin en las secciones clinicas como participantes, los que llegan de Marsella, 19 LOS INCLASIFICABLES DE LA CLINICA PSICOANALITICR del norte, del este, del oeste, de Buenos Aires también... hablamos completamente el mismo lenguaje. Era por otro lado el ideal del Institute del Campo Freudiano, si confiamos en un breve fragmento de texto que yo habia escrito en 1991 para las secciones clinicas de Barcelona y de Madrid, titulado «esis sobre el Instituto en el Campo Freudiano», donde decia: Insistencia de Lacan: renovar el Departamento de Psicoandlisis (1975), exigir un DEA, un doctorado (1976), crear la Seccién Cli- ‘a (1977). Invencé el Instituto a fin de continuar en Francia yen otros lugares por este camino que es ¢l de Lacan. :Por qué es ne- cesario? Porque el discurso analitico tiende ineludiblemente a destruirse a si mismo. El saber supuesto, que sostiene al psicoand- lisis, también lo socava. Por eso se necesita un lugar donde el saber expuesto ponga un limite. El Instituto es ese lugar. En él se verifica por excelencia la transferencia de trabajo. a Terminaba diciendo: EI Instituto conserva siempre algo atépico. Asf como la Escuela se particulariza, se“adapta a los limites de cada ciudad, region, pais; del mismo modo el Instituto intenta ser ¢l mismo cn todo lugar, como el matema. Se ha conseguido: trabajamos de la misma manera, tenemos las mismas referencias, de Buenos Aires a Angers, y en otros lugares. Es nuestro logro, pero en este universo homogéneo que hemos creado, :todavia podemos ser sorprendidos? Y ademés: zqueremos ser sorprendidos? Seria inquietante que se abriera paso una yolun- tad de no dejarse sorprender. Pude sefialarla, e incluso estigmati- zarla, después de las dltimas jornadas de la Escuela. Se necesita cierto deseo de sorpresa, de ser sorprendido. Y es preciso ese deseo de ser sorprendido para poder sorprender tam- bién. Se opone a esto una voluntad de control a cualquier precio, de sujecién. Pero es vana: eso se agita. Ahora dedicaré un poco de tiempo a oponer la sorpresa al enigma. Habia eclegido para un ciclo de conferencias de la Seccién Cli- nica de Paris el titulo «La experiencia enigmatica», en referencia a 20 DE 1A SORPRESA AL ENIGMA un pasaje de «De una cuestion preliminar..., pagina 520 de los Es- critos. Durante la primera sesién del ciclo ofreci un comentario de dicho pasaje, que tuve la oportunidad de retomar enmi cutee de la semana siguiente, y que circulé en el Campo Freudiano. No voy a retomarlo, sino desplazarlo. Es, en efecto, un punto nodal. «De una cuestién preliminar...», el gran escrito de Lacan sobre la psicosis, nuestra referencia, esta todavia bajo el dominio teéri- co de «La instancia de la letra...». Y si comenté ese texto tan ex- tensamente este afio, fue para oponerlo a los tltimos desarrollos de Lacan. ; ; «Ia instancia de la letra...» descansa sobre la nocién de la arti- culacién, ¢ incluso de Ja articulacién causal, entre el significante y el significado: S — s. El significado aparece como funcién del sig- nificante. La composicién de los significantes entre ellos, septin se haga bajo-la forma de la sustituci6n, S/S, 0 bajo la de la conexién, §...5, engendra un efecto de sentido de tipo metaférico -emergen- cia, (+) s-, o metonimico =retencién y fuga, (-) s. ; Ahora bien, el enigma cuestiona precisamente la relacién del significante con el significado, constituye una ruptura de articula- cién entre ambos. No se consigue pasar del significante al signifi- cado: S // s. Por eso el enigma aparece como un tercero respecto de la pareja de la metdfora y de la metonimia; pone a prueba la re- lacién del significante con el significado, es incluso la evidencia de su no relacién. — ¢Qué es el enigma? Algo es reconocido como un. significante, es decir, como que quiere decir algo —es el sentido mis simple de la palabra significante: S — (...). Que eso quiere decir es evidente. Pe- ro fo qe eso quiere decir no puede ser enunciado, queda velado, falta. El enigma obliga asia la particién del espacio semntico. También obliga a darle una temporalidad. Primer tiempo, se reconace que hay significante, gie eso quiere decir algo. El segun- do tiempo es para enunciar /o gue.eso quiere decir, y cuando no se puede, es el enigma. . En este sentido, el enigma esté en el principio mismo de la dis- tincidn entre significante y significado. Es el ejemplo de los jero- glificos. Reconocemos los jeroglificos como significantes, no de- cimos que el viento ha tallado en la piedra relieves extraordinarios. Pensamos que es un escrito, pero no logramos leerlo. Ocurre que uno se debate por saber si un elemento, tal cosa, tal 21 LOS INCLASIFICABLES O& LA CLINICA PSICOANALITICA eso, €s ono es un significante. Tan pronto como estan un poco ais- ladas, las piedras adquieren para ustedes un airecito de significan- te. Cuando caminan por Fécamp, a la orilla del mar, sobre un mon- tén de piedras, no piensan que son significantes, sino piedras que lastiman los pies. En cambio, cuando una roca se destaca un poco, sobresale, presenta un relieve fuera de lo comin, como en Etretat, uno se pregunta: zel azar pudo haber producido eso? Entonces, de- bate para saber si un elemento es un significante o no lo es. A veces se juega a mezclar ambas cosas. Piensen en la torta de cumpleafos. Se escribe algo sobre ella, que en el fondo dice: «Pri- mero se debe leer como significante, y después comer como tor- ta». Hay que hacerlo en ese orden: si comen en seguida su torta de cumpleafios, ya no podran leer lo que esti escrito encima. A ve- ces dudamos. Cuando es de caramelo y cuando uno no sabe leer bien, cuando se es un nifio, antes de haber descifrado la palabra ya la hemos tragado. Es lo que evoca el «Comer el libro» del Apoca- lipsis. Si después de haber reconocido algo como significante, por ejemplo los jeroglificos, no se logra saber lo que eso quiere decir, tenemos el enigma: en el lugar de la significacién, un vacio. Sin embargo, este vacio no es absoluto; es un «falta en su lugar», un vacio que se produce en el lugar donde se esperaba la significa- cién, Entonces, nos queda algo, la significacién de haber reconoci- do el significante como un significante. Es lo que expresamos diciendo: «Eso quiere decir algo, pero no sé qué». He aqui lo que Lacan designa como la «significacién de significacién». Es la pura intencionalidad del significante, el puro «eso quiere decir». ¢Por qué esta significacién de significacién es certeza? Es que eso quiere decir tanto mds cuanto que no se sabe qué —a partir del momento en que se sabe, se puede comer la torta. Imaginen jero- glificos trazados sobre su torta de cumpleafios. |Es terrible! ;Espe- rar para comerla a que llegue Champollion! ©, en tal caso, sacar una foto. Mientras no se ha descifrado el significante, se lo preserva. Una vez descifrado, si esto es posible, comenzar4n las argucias sobre la significacién. jTermina la certeza! Hay aqui una particién semadntica que se debe precisar. Primero algo es reconocido como significante, se sabe que hay significado, aunque no se pueda desplegar la significacién. Para 22 DE LA SORPRESA AL ENIGMA orientarnos propongo distinguir el guod y el quid del significado, el lo que y el que, oposicion que interesé especialmente a Jankélévitch. “Tal vez es mas claro en el campo de la percepcién. Reconozco que hay algo, un Eras, un algo en general —pero que alli se encuen- tra en particular~, reconozco que hay una materia fisica, una existen- cia, pero no tengo sin embargo el concepto. Es el guod sin el quid. Esta diferencia se explota en la literatura y el cine fantisticos. 2Qué intenta hacer el artista si na presentarnos un quod, una exis- tencia, y demorar al méximo el momento de decir el guid? Presen- ta seres ambiguos, sombras —cf. Edgar Allan Poe, etcétera-, algo que se puede caracterizar como informe —el cadiver que camina, el muerto vivo, el ser cabalgando entre varios conceptos, y por eso In- situable. Y se espera. No se tiene el quid. Se sabe que es, pero no sé ‘sabe lo que es. Ocurre que al final se puede poner un nombre. Es exactamente lo que se produce aqui: esti el gvod del significa- do, pero no se tiene el guid de la significacién. Y el enigma destaca esta ruptura, rotura, fractura, en el seno del espacio semantico. Esta fractura sdlo se produce una vez, por poco que el significa- do que se obtiene primero esconda otro. Un significado, como un tren, siempre puede esconder otro —lo que hace que un mensaje descifrado pueda muy bien ser un enigma, como sefialaba Lacan. Era lo que pasaba con los mensajes de radio de Londres a la Resis- tencia: se envia un verso de Verlaine, este anuncia el desembarco, Decirlo de este modo permite percibir el parentesco entre el efecto de certeza y lo que surge como angustia a partir del deseo del Otro. El efecto de certeza estd en una posicién exactamente homdlo- gaa la del afecto que hace surgir el significante enigmiatico del de- seo del Owo, a saber, el afecto de angustia, que Lacan define co- mo do gite no engana: S (A) > angustia. Esta unica definicién es adecuada para subrayar las afinidades entre la angustia y la certeza. De alguna manera dice: la, angustia es la certeza. ¢Por qué la angustia no engafia? Porque no dice lo que es el objeto. Esta en relacién con la falta en el Otro, pero no dice lo que esta es; no sostiene un discurso, no esti ensefiando, como yo. La angustia equivale simplemente a la significacién de significacién. No despeja el guid, es pura relacién con el guod. 23

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