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Dicen que esta generación está perdida que ya no hay esperanza.

Los buenos
tiempos pasaron. Yo les mostrare un ejército de jóvenes que se paran en la
brecha por su generación. Nosotros somos la generación que se levanta y se
para en la brecha, nosotros somos precursores.

QUE TU SEA MÁS GRADE QUE TUS


DUDAS

Santiago 1:6
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
(RV)

No es asunto fácil esperar, estar convencidos cuando todo tu entorno te dicta


derrota pero vivimos por una palabra caminamos en ella y a ella nos
aferramos. Es normal que las dudas nos abracen en el momento y nos lleven a
desviarnos del propósito o el camino sobre el cual andamos. Pero la palabra
nos lleva poner nuestra fe por encima de toda contrariedad. Duda es todo
aquello que apunta a la dirección contraria a lo que creo. Así que es importante
tener claridad y confianza en aquello que estoy pidiendo se hará. Nuestra fe
debe ser convicción y no por emoción; cuando crees por convicción no te
mueves ni desesperas si aún no ves lo que has pedido o lo que Dios te ha
prometido. Por el contrario cuando crees desde la emoción fácilmente serás
llevado a dudar y la duda trae desesperanza.

Por la fe Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir como herencia y salió sin saber a dónde iba (Hebreos 11:8).

Este es tiempo de sacar toda duda de nuestra vida y creer en una fe certera de
que Dios es bueno y su amor es fiel para todos lo que en el esperamos.

 Génesis 12:1-4
1
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete (deja) de tu tierra y de tu
parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré
de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de
edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.

 Génesis 15:1-6
1
Después de estas cosas VINO LA PALABRA DE JEHOVÁ a Abram en visión,
diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será
sobremanera grande.

Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando
sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo
también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi
heredero un esclavo nacido en mi casa.

Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un
hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira
ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así
será tu descendencia.

Y CREYÓ a Jehová, y le fue contado por justicia.

 1 Samuel 13:7-12

Algunos hebreos incluso cruzaron el Jordán para huir al territorio de Gad,
en Galaad. 7 Saúl se había quedado en Guilgal, y todo el ejército que lo
acompañaba temblaba de miedo. 8 Allí estuvo esperando siete días,
según el plazo indicado por Samuel, pero este no llegaba. Como los
soldados comenzaban a desbandarse, 9 Saúl ordenó: «Tráiganme el
holocausto y los sacrificios de comunión»; y él mismo ofreció el
holocausto. 10 En el momento en que Saúl terminaba de celebrar el
sacrificio, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo, y lo saludó. 11 Pero Samuel
le reclamó: ¿Qué has hecho? Y Saúl le respondió: Pues, COMO VI que la
gente se desbandaba, que tú no llegabas en el plazo indicado, y que los
filisteos se habían juntado en Micmás, 12 PENSÉ: “Los filisteos ya están por
atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado la ayuda del SEÑOR”. Por
eso me atreví a ofrecer el holocausto.

 Juan 20:25-28
24 
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos
cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos
visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere
mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no
creeré.
26 
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos
Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y
les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira
mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.
28 
Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!
29 
Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los
que no vieron, y creyeron.

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