Está en la página 1de 36

JURÍDICAS

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

PODER C ONS TITUYENTE,


CONS
CRISIS POLITIC
POLITICAA Y A UT
AUT ORIT
UTORIT ARISMO
ORITARISMO
EN C OL
COL OMBIA
OLOMBIA
Recibido: jul. 28 / 06
Aprobado: ago. 11 / 06

OSCAR MEJÍA QUINTANA*

*
Filósofo, Universidad Nacional de Colombia. Magíster y Doctor en Filosofía Política y
Filosofía Moral, Pacific Western University, Los Angeles. PostDoctorado en Filosofía del
Derecho, Universidad Nacional de Colombia. Autor de los libros: El humanismo crítico
Latinoamericano; Justicia y democracia consensual; Derecho, legitimidad y democracia
deliberativa; La problemática iusfilosófica de la obediencia al derecho y la justificación
constitucional de la desobediencia civil y Teoría política, democracia radical y filosofía
del derecho. Profesor Titular, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales,
Universidad Nacional de Colombia. omejiaq@unal.edu.co
Este ensayo contó con el apoyo, como asistente de investigación, de la profesora Paola
Rodríguez.

47
Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

48
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

RESUMEN ABSTRACT

CONSTITUTING POWER,
El presente ensayo busca mostrar el
POLITICAL CRISIS AND
origen de la crisis política colombiana en
AUTHORITARISM IN
el proceso constituyente de 1991. La
COLOMBIA
Constitución es considerada no como el
producto de un amplio consenso nacional
This essay pretends to show the origin of
sino como un mecanismo de las elites
the Colombian political crisis in the
para imponer un acuerdo que deja de
constitutional process of 1991. The
lado a los protagonistas armados del
Constitution is considered, not as the
conflicto. Las figuras del Estado Social
product of an ample national consensus,
de Derecho y de la Democracia
but as a mechanism of the elites to impose
Participativa, han demostrado su in
an agreement that leaves out side the
efectividad y revelado el carácter
armed protagonists of the conflict. The
instrumental y de dominación
figures of the Social State of Law and
hegemónica con el que fueron
the Participative Democracy, have
concebidas y son utilizadas incluso hoy
demonstrated their infectivity and
en día en el marco del consenso de
revealed the instrumental character and
guerra ambientado por las elites contra
of hegemonic domination with which they
los sectores disidentes. La categoría de
were conceived and are used even today
sociedad civil completa el trípode de este
within the framework of the war
nuevo esquema de enajenación
consensus acclimated by the elites against
ideológica del neogamonalismo
the dissident sectors. The category of civil
colombiano, escudado en las falacias
society completes the tripod of this new
jurídicas, sociales y políticas de la
scheme of ideological alienation of the
Constitución del 91. A través de los
Colombian neogamonalism, shielded in the
marcos normativos de la filosofía política
legal, social and political fallacies of 1991
puede entreverse que no se trata de un
Constitution. Through the normative
fenómeno nuevo. El Estado autoritario
frames of the political philosophy it can
actual, puede ser explicado a partir de
be seen that it is not a new phenomenon.
los análisis que en su tiempo realizaran
The present authoritarian State can be
apologistas y críticos del autoritarismo.
explained from the analyses that in their
Por esta razón resulta innegable utilidad
time defenders and critical of the
que ofrece la obra de Carl Schmitt para
authoritarianism made. For that reason
el análisis de la situación presente.
the utility offered by Carl Schmitt’s work
for analysis of the present situation is
Palabras clave: Constitución, Rawls,
undeniable.
Schmitt, Estado autoritario.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 49


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Key words: Constitution, Rawls, consideración de fisuras, aristas o


Schmitt, Authoritarian State. contradicciones previas.

INTRODUCCIÓN Pero no es sólo por deformación


profesional que se da esta hipostatización
La Constitución del 91 se nos ha del Texto Constitucional [Negri utiliza el
presentado, no sin justas razones, como término “hipóstasis jurídica” en un
una Constitución progresista, sentido idéntico (NEGRI, 1994: 276)] en
antiformalista y vanguardista, tanto por el espíritu jurídico colombiano. También
los derechos fundamentales que hay que reconocer que en un país tan
consagró, por la figura del Estado Social conservador como Colombia en sus
de Derecho que los respalda y por el estructuras jurídico-políticas, la
esquema de democracia participativa Constitución del 91 le permitió a una
que propiciaba. Todos esos elementos nueva generación de científicos sociales
le han servido, sobretodo al espíritu (incluidos, por supuesto, los profesionales
jurídico, aunque también al político, para del Derecho y de la Ciencia Política) y,
defender la idea de una Constitución en general, de sectores progresistas,
sustancialmente emancipatoria –los más lograr por fin un instrumento de
optimistas incluso la definen como “oposición democrática” dentro del
contra-hegemónica– (GAVIRIA, 2002: sistema que les posibilitara ampliar
19-28), (UPRIMNY, 2002: 55-72), sin espacios y reivindicar expectativas
duda el producto más acabado de la económicas, sociales y políticas que el
conciencia jurídico-política bipartidismo había cerrado desde su
latinoamericana, que nuestros pacto excluyente en la década del 50
jurisconsultos, además, desprecian –a (VALENCIA, 1997).
buena parte del resto de esa conciencia
jurídica en América Latina– por Pero fue el corazón y las ansias
considerar que Colombia es una potencia reprimidas de una Colombia mejor lo que
jurídico-teórica en el continente. no le permitieron, precisamente, a todos
esos sectores tanto tiempo esperanzados
Obviamente, esa conciencia jurídica en alguna salida que no fuera violenta –
asume la Constitución como un producto opción que la realidad también mostraba
acabado y le es indiferente el proceso implausible– ver la trampa que se
previo que le dio origen. Preguntas sobre escondía tras la Constitución del 91. Las
su legitimidad, el contexto político que elites colombianas (económicas, políticas
la generó, las tensiones internas que se e intelectuales), una vez más, habían
dieron a su interior, son factores que el logrado constitucionalizar la mentira y
jurisconsulto considera menores frente disfrazar su esquema histórico de
al resultado final que él no puede dominación hegemónica con los ropajes
reconocer sino como bloque, sin seductores de un Estado Social de

50
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Derecho y una democracia participativa La Constitución de 1991 es un pacto que


(URIBE, 2002: 191-208), (PINILLA, nace muerto, tanto en términos del
2002: 237-260), (VALENCIA, 1997). contractualismo más ortodoxo, como el
Con esos anzuelos nos tragamos la hobbesiano por ejemplo, para el que la
carnada de un ordenamiento que, de paz es básicamente un principio
hecho, era la constitucionalización fundamental del orden social, como del
política de la exclusión y que, en lo liberalismo clásico en términos de una
profundo de su texto, escondía la auténtica participación popular. Nace
simiente de la guerra y la periferización muerto porque el día en que se vota la
y deslegitimación de todo conflicto conformación de la Asamblea Nacional
frente a ella. Constitucional, el 9 de diciembre de 1990,
se desata la ofensiva contra Casa Verde,
1. Las expectativas que había sido el símbolo de los diálogos
frustradas de la de paz durante más de diez años, lo cual
Constitución no puede ser tomado como un hecho
irrelevante, pues simbólicamente signó
Es necesario comenzar por reconocer el nacimiento de la Constitución del 91
que la Constitución del 91 no cumplió la como un pacto de guerra más que como
principal expectativa para la que fue un pacto de paz. Se cerraron los cauces
convocada, una de las cuales, la más para un diálogo nacional, no solamente
importante, era el logro de la paz y, a con las FARC, sino con todos los grupos
través de ella, la garantía de la vida. Y, alzados en armas que no se integraron
sin duda, como ya se ha reconocido por al proceso y ésa no era la intención ni el
varios comentaristas, más allá de sus deseo por los cuales los colombianos
aciertos y fortalezas en la defensa de habían abierto las puertas para la
derechos fundamentales, tampoco logró convocatoria de una nueva Constitución
concretar lo que era otra de sus grandes (AHUMADA, 1996: 174-218).
aspiraciones: la de una auténtica y eficaz
democracia participativa. La Así que si hablamos en términos de
Constitución no logró consolidar las Hobbes, la Constitución de 1991 no
condiciones de posibilidad de la cumplió el principal postulado por el cual
reconciliación nacional, como era la paz, un ordenamiento jurídico-político
ni de respeto a los derechos humanos garantiza la legitimidad del pacto de
mínimos, como podía ser el respeto a la unión. Y si lo hacemos en términos de
vida. Ese fue el gran fracaso y eso es lo Locke o Rousseau, la menguada
que constituye la gran debilidad de la votación que la Constituyente alcanza,
Constitución de 1991, que hoy en día nos horada su legitimidad procedimental y
coloca de nuevo en la necesidad de no permite, efectivamente, consolidarla
replantear un proceso constituyente. como expresión de una voluntad general

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 51


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

mínimamente unificada1. nacional y no lo logramos


(FITZPATRICK, 1998: 196-226). Y eso
Podría decirse que, en buena parte, la hace que la Constitución de 1991 se
Constitución del 91 se juzga como si haya convertido en una
hubiera sido un pacto mesiánico, un constitucionalización del engaño, por
pacto utópico, para los que algunos haber prometido lo que no podía cumplir,
consideran ahora que no fue creada. El por haberse perdido en las nubes (como
problema, de nuevo, es que si se explora Alicia en el País de las Maravillas) y
el imaginario colectivo por el cual fue no haber bajado a la realidad. Y en la
convocada se verá que, en efecto, eran realidad colombiana el primer imperativo
más esos elementos mesiánicos y no era volver a concebir una
utópicos los que nos llevaron a apoyarla Constitución para ángeles, como en el
que los propiamente pragmáticos. Y en siglo XIX, sino lograr la paz y garantizar
ese punto, de nuevo, hay que reconocer la vida de los asociados. Y eso, once
que el Constituyente del 91 falló años después, es claro que no lo
estruendosamente: perdimos una logramos, cuando el nivel de violación
oportunidad histórica por resimbolizar, de derechos humanos es el más alto en
por remitologizar nuestra identidad la historia del país y la confrontación al
nacional, por reconstruirla Estado de Derecho colombiano abarca
simbólicamente, por reinventarla y, prácticamente todo el territorio
desde esa recreación, consolidar ese nacional3.
patriotismo constitucional que nunca
hemos podido concretar2. No se puede, por tanto, endilgarle al
conflicto armado el origen de las
Recordemos la definición y el significado debilidades de la Constitución cuando
del mito: mito significa modelo ético y fue un proceso constituyente excluyente
liberación estética, modelo de la causa del recrudecimiento del
convivencia, recreación, eso era lo que conflicto. No fue la antinomia entre
perseguíamos con la Constitución de participación y conflicto armado la
1991, de ella queríamos renacer, resurgir causa de la ineficacia de la Constitución.
(LOSEV, 1998). Pretendíamos La Constituyente creyó que ideando un
construir un pacto que nos permitiera esquema irreal de participación resolvía
volver a recuperar la convivencia el problema del conflicto armado sin

1
En general sobre el contractualismo ver (MEJÍA, 1997: 13-34).
2
Entendiendo por “patriotismo constitucional” la única forma de integración y solidaridad social de
carácter postconvencional que las sociedades complejas pueden admitir hoy en día, acudiendo, ya no
a tradiciones comunes (estadio preconvencional) o a intereses comunes (estadio convencional) sino
a la determinación consensual de principios normativos, morales, jurídicos y políticos, que posibiliten
la convivencia de las diferentes eticidades y sujetos colectivos que buscan compartir un mismo
territorio y constituir una organización societaria común. (HABERMAS, 1996: 211-250).
3
Ver el ilustrativo estudio de (REYES, 1999).

52
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

acudir a los actores armados contrastadas y discutidas; el político-


protagonistas del mismo. Pero el contractual, donde tal concepción
problema del conflicto tenía que ser consensual de justicia se revela como el
resuelto directamente con los actores resultado de un amplio consenso
de este. Al no hacerlo así, la entrecruzado de los diversos sujetos
Constitución del 91 de convirtió en un colectivos de la sociedad, construyendo,
recurso ideológico de las elites para a partir de ello, cooperativamente, el
justificar un nuevo esquema de espacio de lo público; y, por último, el
dominación que ofrecía, en lugar de la ético-contextual, a través del cual tales
paz, una democracia participativa sin la sujetos colectivos, como expresión de
participación de los actores disidentes una comunidad y tradición concretas,
y un Estado social sin los sectores subsumen o no tal concepción política
sociales que reclamaban la inclusión. de justicia y el ordenamiento
constitucional que se ha derivado de ella,
2. CONSTITUCIÓN Y haciendo de la disidencia un criterio
FILOSOFÍA POLÍTICA normativo no sólo moral sino de
legitimidad política.
Pero hay una segunda instancia desde
la que sale igualmente mal librada la El planteamiento rawlsiano se desarrolla
Constitución del 91: desde la filosofía en dos de sus obras principales. Primero,
política, entendida esta en el marco de en la Teoría de la Justicia donde Rawls
la tradición radical, es decir, teniendo redondea su crítica al utilitarismo, al
como propósito dar razón de la totalidad acoger la tradición contractualista como
del fenómeno político, y no en el marco la más adecuada para concebir una
de la tradición de la filosofía analítica, concepción de justicia como equidad –
es decir, pretendiendo simplemente en línea kantiana– capaz de satisfacer
explicar metateóricamente las por consenso las expectativas de igual
categorías del discurso político4. libertad y justicia distributiva de una
sociedad. En esa línea concibe un
Es aquí donde vale la pena acudir a la procedimiento de consensualización del
propuesta filosófico- política de John que se derivan, en condiciones
Rawls. La propuesta rawlsiana, en simétricas de libertad e igualdad
general, se desarrolla en tres momentos: argumentativas, unos principios de
el dialógico-moral que, con la figura de justicia social que orientan la
la posición original, supone la obtención construcción institucional de la
de un consenso moral donde las estructura básica de la sociedad, a nivel
diferentes concepciones de justicia jurídico, político, económico y social
presentes en una sociedad son asumidas, (RAWLS, 1979).

4
Sobre el papel de la filosofía política en la tradición radical ver (RAWLS, 2001: 1-5), (QUESADA,
1997: 11-16), (RUBIO, 1990: 13-37).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 53


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

La reacción a este primer planteamiento colectivamente el ideal de sociedad al


de Rawls tiene como consecuencia lo que todos aspiran, basado en la
que se conoce como la polémica liberal- concepción consensual de justicia
comunitarista de Nozick (1988) y concertada por todos los sujetos
Buchanan (1975), por un lado, y colectivos que se han comprometido con
MacIntyre (1981), Taylor (1989), Walter la realización de un ideal concertado y
(1983) y Sandel (1982) por el otro, dando razonable de sociedad en la cual todos
así origen a una de las más interesantes sean protagonistas.
discusiones filosófico-políticas del siglo
XX (MULHALL – SWIFT, 1992), y la La propuesta rawlsiana permite derivar
cual explica en parte los cambios de varias conclusiones pertinentes para el
Rawls en su segunda obra, Political proceso constituyente del 91. En primer
Liberalism (1993). En ella Rawls abjura lugar para señalar que la Constitución
del liberalismo clásico procedimental, del 91 fue un acuerdo de mayorías y no
planteando una nueva visión que en un consenso, como a veces intenta
adelante denominará concepción política presentarse, y que, al no haberlo sido,
de la justicia. El libro formula varios carece de la justificación moral y de la
cambios de fondo, siendo uno de los más legitimación política universal que
importantes el planteamiento, frente al requeriría para lograr una validez y
constructivismo kantiano, de un eficacia suficientes que le dieran la
constructivismo político cuyo objetivo es estabilidad social deseable. Sólo desde
posibilitar un pluralismo razonable entre un consenso político amplio adquiere un
las diferentes visiones omnicomprehen- ordenamiento, no sólo legitimidad sino
sivas de la sociedad (HÖFFE, 1988). eficacia social y validez jurídica
(RAWLS, 1979 – 1996).
Además de otras reformulaciones,
Rawls introduce una noción En efecto, hay que recordar que el
determinante sobre la que se funda, en Partido Liberal, Salvación Nacional y el
últimas, esa concepción política de la Movimiento Democrático M-19 –que se
justicia: la del consenso entrecruzado prestó para ese juego– sumado al
(overlapping consensus). Este Gobierno neoliberal de Gaviria,
consenso se concibe en dos etapas: una impusieron a la Constituyente un
que Rawls define como consenso acuerdo sobre el texto básico de la
constitucional cuyo objetivo es moderar Constitución, a un mes largo del final.
el conflicto y abrir el poder a los actores Sin duda, el acuerdo recogía gran parte
del mismo, logrando un clima de de lo concertado en las deliberaciones
convivencia pacífica y reciprocidad previas pero imponía una disposición
entre estos. Y una segunda, el consenso institucional que no era gratuita y que
político propiamente dicho (un consenso los artículos transitorios revelaron en toda
de consensos) que proyecta su extensión (AHUMADA, 1996: 175-

54
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

218). Un acuerdo que se firma, además, denomina el “neoliberalismo filosófico”


por fuera de la Constituyente, en el (PARIJS, 1993: 178).
Palacio de Nariño, violando así su
autonomía y, por tanto, su soberanía El planteamiento de Nozick, que intenta
como cuerpo institucional5. ser una relectura del contractualismo de
Locke, tiene como objetivo principal
En Teoría de la Justicia Rawls muestra justificar la existencia de un Estado
que un proceso constituyente moderno mínimo, garante de la dinámica de
debe partir de un consenso mínimo que mercado, en un esquema donde la
determine los principios de justicia social justicia social se limita a la convalidación
sobre los que todos los sectores puedan de la inequidad que se deriva de aquella.
converger, y es a partir de ellos que las Buchanan, por su parte, siguiendo el
instituciones se conciben y construyen, modelo hobbesiano, va a reivindicar el
y es su carácter consensual el que puede carácter absoluto del estado de
conferirle estabilidad a un ordenamiento naturaleza inicial, en cuanto lo que en él
jurídico-político. La ingeniería se gana no puede posteriormente ser
constitucional, que no es sino técnica desconocido por el Estado político. El
constitucional, se vuelve impotente si no contrato constitucional, de donde surge
hay un pacto político sólido que la el orden estatal, sólo puede convalidar
respalde. Al no existir un consenso lo que los actores ya han adquirido de
político amplio que le diera sustento a la hecho –por la fuerza o por su capacidad
Constitución del 91 y al imponerse a su competitiva– en el estado de naturaleza,
interior un acuerdo de mayorías, el pacto potenciando la optimización de sus
que pretende convalidarlo está utilidades futuras a través del
doblemente muerto y esa es parte de la establecimiento de un marco de derechos
debilidad de la Constitución (SARTORI, constitucionales que así lo propicien.
1996: 211-219).
Desde esta perspectiva toma sentido lo
Pero si no es Rawls, quien puede que sucedió en 1991. El proceso
explicar la dinámica del proceso constituyente fue usufructuado por las
constituyente del 91 en cuanto no hubo elites bipartidistas (encabezadas por el
un consenso universal a su interior, en Partido Liberal y el Movimiento de
cambio sí podemos acudir a los otros dos Salvación Nacional), imponiendo –en la
neocontractualistas para comprender la línea de Buchanan– la lógica de los
Constitución del 91: Nozick y Buchanan vencedores sobre la de los vencidos: el
que, según Van Parijs, son los acuerdo de los tres grupos mayoritarios
representantes más lúcidos de lo que al interior de la Constituyente respondió
5
Me refiero al Acuerdo del 7 de Junio de 1991 entre el Partido Liberal, el Movimiento de Salvación
Nacional y el Movimiento AD M-19, patrocinado por el Gobierno de César Gaviria y con la presencia
del expresidente López Michelsen.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 55


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

a esa estrategia. La Alianza forma institucional que mayor


Democrática M-19 que era expresión, juridización del mundo de la vida ha
supuestamente, de los sectores originado en cinco siglos de desarrollo
progresistas que depositaron en el capitalista [HABERMAS, 1989: 502-
movimiento todas sus esperanzas, no 520)], y la implausibilidad de la segunda
resistió la inercia neogamonal de gran en un contexto de conflicto armado
parte de sus representantes –reclutados como el que el país vivía desde hacía 40
en las filas del paleo y neogamonalismo6 años. La faz progresista de la
bipartidista y la intelligentsia Constitución sólo fue el instrumento para
intelectual– y sucumbió a la trampa de catalizar el modelo económico neoliberal
la elite criolla que, en últimas, sí tenía con mínimas resistencias a su interior,
claridad en lograr dos propósitos: en una dinámica de negociación que los
primero, imponer el esquema neoliberal sectores progresistas a su interior
de internacionalización de la economía creyeron cándidamente se inclinaba a
y, segundo, afianzar un proceso de su favor cuando la realidad era la
reconciliación nacional sin los actores ambientación institucional de un
políticos del conflicto. Ambos propósitos esquema de exclusión neoliberal
liderados por el Presidente de entonces, convalidado constitucionalmente.
César Gaviria, que con ello nos daba su
triste y paradójica “bienvenida al futuro”. La Constitución del 91 fue un rizoma.
Esta categoría, con la cual se ha querido
El contrato constitucional, en la lógica explicar y justificar la Constitución, pese
buchaniana, entendido como la a su sofisticación conceptual, intenta
imposición de los vencedores sobre los poner en evidencia la realidad
vencidos, introdujo constitucionalmente contradictoria y convergente del Texto
el hegemón neoliberal en el país, del 91. El concepto proviene de la
suavizándolo con dos figuras, la del filosofía política francesa y es un
Estado Social de Derecho y la de la planteamiento de dos de sus máximos
democracia participativa, que, en todo representantes, Gilles Deleuze y Félix
caso, eran ya los dos objeto de Guattari, en el libro Mil Mesetas
controversia universal dada la (DELEUZE - GUATTARI, 2000: 9-32),
imposibilidad del primero en el contexto continuación de su famoso Antiedipo
de un mundo global (eso sin tener en (DELEUZE - GUATTARI, 1974).
cuenta el agudo diagnóstico de Aunque la aplicación de la categoría a
Habermas de que aquella ha sido la nuestro contexto no se compadece

6
Por gamonalismo y neogamonalismo hago alusión a los viejos y nuevos sectores de las elites
enraizados en una eticidad de carácter premoderno y mimetizados bajo diferentes “ropajes
(seudo)modernos” (profesiones liberales, sectores de pequeña burguesía alta y burguesía nacional,
intelectualidad, etc.) pero que realmente representan los sujetos colectivos que ostentan la dominación
hegemónica de nuestra sociedad. Ver (SANCHEZ - MEERTEENS, 1985).

56
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

con la definición que ofrecen de la traducción al contexto sociocultural del


misma, no deja de ser significativo que altiplano cundiboyacense –que en ese
la conciencia académica local haya aspecto es del país entero– y apostarle
acudido a ella para dar razón del a una posible comparación entre esa raíz
sentido y proyección de la Constitución horizontal y esos tubérculos monstruosos
del 91 (URIBE, 2002: 191-208). Pese que, excepcionalmente, se extraen de la
a las distancias, la definición que tierra: esas papas pegadas unas con
ofrecen permite comprender su otras, deformes, yuxtapuestas, que no
eventual analogía: alcanzaron a madurar su proceso y
surgen de la tierra como testimonio de
“… el rizoma conecta cualquier punto una especie de frustración genética.
con otro punto cualquiera, cada uno de
sus rasgos no remite necesariamente a Afirmar que la Constitución del 91 fue
rasgos de la misma naturaleza. El rizoma un rizoma sería, para nuestra eticidad
pone en juego regímenes de signos muy más primitiva7, alejándonos de Deleuze
distintos e incluso estados de no-signos. y Guattari por supuesto, lo mismo que
El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno decir que fue una papa monstruosa. Un
ni a lo Múltiple…. No está hecho de acuerdo de mayorías articulado desde
unidades, sino de dimensiones, o más fuera de la Constituyente que esta se ve
bien de direcciones cambiantes. No obligada a subsumir y que termina
tiene principio ni fin, siempre tiene un imponiéndole al país una Constitución que
medio por el que crece y desborda… sin duda tiene sus bondades pero que, de
[E]l rizoma sólo está hecho de líneas: hecho, fue la fórmula de recambio que
líneas de segmentaridad, de las elites colombianas utilizaron para no
estratificación, como dimensiones, pero acudir a una negociación de paz amplia e
también línea de fuga o de instrumentalizar una reconciliación a
desterritorialización como dimensión medias, sin los actores reales del
máxima según la cual, siguiéndola, la conflicto, regateando parcelas de la
multiplicidad se metamorfosea al Constitución sin tocar los grandes
cambiar de naturaleza” (DELEUZE - problemas nacionales. Fue, pues, una
GUATTARI, 2000: 25). Carta Política que no logró ser el fruto
de un consenso político nacional, ni ser
En su acepción etimológica rizoma el producto de convergencia de todos
significa “tallo horizontal y subterráneo”, los sectores, no sólo para lograr la paz,
y su sinónimo más conocido es el de sino para concebir, con criterio realista,
“raíz”. Rizoma es, pues, una raíz un país con las estructuras
horizontal como, por ejemplo, la raíz del institucionales necesarias para
lirio común. Quisiera explorar una consolidarla.

7
Sobre el concepto de eticidad ver (WELLMER, 1996: 77-101).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 57


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

La maldición piedracielista “sacrificar proceso de deslegitimación institucional


un mundo para pulir un verso” sigue que hoy por hoy parece querer
proyectándose en el destino colombiano resolverse, como en los tiempos del
con una nueva y dramática paráfrasis: nacionalsocialismo, con la invocación más
“Sacrificar un país para pulir una visceral a la autoridad perdida. Los
Constitución”. Una vez más, responder acuerdos a puerta cerrada de nuestras
a las exigencias de la realidad se volvió elites han terminado siempre birlándole el
menos importante que redactar la destino al pueblo colombiano: el calor de
Constitución perfecta, “paradigma” los “escoceses” en las rocas y el “fino
colombiano para toda Latinoamérica. La humor inglés” del paleo y neogamonalismo
cultura de viñeta de la que hablaba criollos en sus reuniones cerradas
sarcásticamente Gutiérrez Girardot y excluyentes ha tenido siempre esos
esa “filosofía de la historia” concebida efectos vaporosos (consecuencias de los
desde la Sabana de Bogotá como si ‘malignos’ espíritus etílicos) en la historia
fuéramos el centro del mundo (típica de Colombia.
estructura mítica que gravita
pesadamente en nuestra eticidad) se 3. LA ESTRATEGIA DE LAS
proyectó con igual fuerza a la conciencia ELITES
jurídica que se extasió con el ideal de
una Constitución paradigmática, ¿Cuál fue la estrategia que las elites,
olvidándose de los requerimientos empotradas en la Constituyente, le
pragmáticos a los que tenía que ofrecieron al país para hacer converger
responderle al país8. la pluralidad de posiciones y conciliar, al
menos coyunturalmente, la
Sólo que esta vez, tras la sublimación extrapolación existente? Lo lograron a
retórica que históricamente ha través de la figuras del Estado Social de
caracterizado a nuestras elites, se Derecho y de un neo-republicanismo
escondía la perversa intención de tibio, concretado en una democracia
perpetuar un esquema de dominación sin participativa sin participación popular.
importar que para ello tuvieran que Las elites quisieron reemplazar el
acudir a dos promesas de tanta consenso político que no permitieron
trascendencia para un país realizar a través de estos espejismos
desesperanzado que, al no ver cumplidas jurídico-políticos, en la confianza de que
las mínimas aspiraciones que las ellos convocaran el apoyo de la
inspiraban, no sólo acentuó su ciudadanía por su apariencia
frustración histórica sino que aceleró un emancipatoria y progresista que, en todo

8
Ver los apartados Cultura de viñeta y La historia universal desde la Sabana de (GUTIÉRREZ,
1980: 447-536).

58
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

caso, quedaba supeditado a la intención política. Al no pensar en la realidad, en


de dominación excluyente y hegemonía la paz política que el país buscaba, se
ideológica que aquellas buscaban acudió, de nuevo, al camino más fácil
perpetuar (UPRIMNY, 2001: 55-72). como era pensar, no en el ciudadano real
y sus necesidades, sino en un ciudadano
De nuevo, la filosofía política permite virtuoso, por no decir que un ciudadano
fundamentar una visión crítica del virtual, que pudiera salvar el esquema.
proceso constitucional. En efecto, El Constituyente del 91, alucinado por
Habermas ha mostrado cómo la figura su propio espejismo ideológico, concibió
del Estado Social de Derecho tiene una democracia participativa, de
cuatro supuestos: un estado-nación con raigambre republicana, que, a través de
presencia territorial homogénea. un una participación que desde la misma
estado-fiscal, fundado en lo anterior, que Constitución nació restringida y que la
garantice una viabilidad económica regulación legal estatutaria terminó por
mínima sin la cual no es posible, un asfixiar, sólo buscaba convocar el
estado-democrático fundado en una soporte forzado de determinados
legitimidad popular suficiente, y, sectores minoritarios –su única
finalmente, una concepción simbólica de alternativa frente a la falta de consenso
pueblo que garantice la solidaridad de político real– ante la ausencia de los
la población en general. Sólo sobre una grandes protagonistas del conflicto
base tal puede desplegarse la figura del armado colombiano.
Estado Social. La pregunta que se
impone es: ¿cuando no existen esas Esa democracia participativa se fundaba
condiciones, qué es lo que en realidad en una visión neorrepublicana del siglo
se está propiciando? Lo que se propicia XIX que estuvo presente en nuestro
es la imposición de una estructura contexto y que tenía sus orígenes tanto
ideológico-represiva de control, una en el ethos hispánico como en las
figura de manipulación política para recepciones que se hacen de él en el
lograr el apoyo ciudadano que una siglo antepasado en Colombia9. Pero esa
Constitución de mayorías, no de recepción, como la del Estado Social,
consenso político nacional, requería para una vez más retomó lo menos indicado
ser mínimamente legitimada por el que el estado del arte universal
conjunto de la ciudadanía. recomendaba, olvidándose de las dos
lecturas que el republicanismo admite en
Pero la fórmula jurídica tenía que ser nuestros tiempos. De una parte, un neo-
complementada con una fórmula republicanismo, de corte anglosajón, que

9
Sobre la tradición democrática en Latinoamérica ver (MEJÍA - TICKNER, 1992).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 59


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

básicamente se concibe como un sociedad civil políticamente plural y


reformador del liberalismo, multicultural como es la colombiana
imprimiéndole las virtudes cívicas de las (VILLA, 2001: 89-102).
que parece carecer. Y, de otra, el post-
republicanismo, de ascendencia De tal suerte, el Estado Social de
francesa, que, recuperando sus raíces, Derecho y la democracia participativa
intenta ser una alternativa a la postura se convirtieron en un instrumento de
liberal (y también socialista10) generando reciclamiento de la dominación
lo que hoy se denomina en la filosofía excluyente de las élites, un proyecto en
política como una propuesta de el cual el neogamonalismo que se había
democracia deliberativa11. hecho presente en la Constitución de
1991 –porque la mitad eran paleo y
El neogamonalismo constituyente optó neogamonales- impone una conciliación
por la interpretación anglosajona del forzada a los sectores sociales que
republicanismo, la meramente reformista reclamaban otro tipo de sociedad. Y de
del liberalismo y, por tanto, coyuntural y allí el rizoma, el tubérculo monstruoso
manipulatoria, dando como producto esa que terminó siendo la Constitución del
democracia participativa insulsa que nos 91: un Estado Social sin condiciones de
caracteriza, una democracia sin posibilidad, una democracia participativa
participación popular efectiva, sin sin participación, junto a un esquema
ciudadanos virtuosos, un híbrido entre económico neoliberal, ese sí homogéneo,
democracia representativa y hegemónico y eficaz (ESTRADA, 2001:
participación sin ciudadanía cuya única 159-174). Una Constitución donde
consecuencia sólo podía ser el quedaba todo junto, de manera deforme,
mantenimiento de los hilos del poder en una colcha de retazos cocida por las
las élites económicas, políticas, y ahora elites en contra del sentimiento del país
tecnocráticas, de siempre. El resultado, por una Constitución para la paz, la
pues, fue una democracia que no es conciliación política nacional y la justicia
representativa ni participativa, que carga social efectiva.
los vicios de ambos sistemas, que no
permitió que nos reconociéramos en un Sin pretender resucitar esquemas
tipo de democracia acorde a nuestra dogmatizados de análisis jurídico y
identidad, como podía serlo un modelo político, no pueden dejarse de
de democracia contestataria y considerar, en este punto, dos
disputatoria que es la que mejor se perspectivas de suma relevancia para
identificaría con nuestra eticidad y que una interpretación plausible de la
le diera paso al poder deliberativo de una proyección real de tales figuras en
10
Al respecto consultar la puntual distinción de (FERRY, 1991: 118-136).
11
Sobre el republicanismo ver (MESURE - RENAUT, 1999: 317-359); sobre la versión anglosajona,
(PETTIT, 1999); e igualmente (HERNÁNDEZ, 2002).

60
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

nuestro contexto. Althusser, retomando 4. CRISIS POLÍTICA Y


esa radical sospecha sobre lo jurídico de SOCIEDAD CIVIL
la tradición marxista que, sin duda, con
Pashukanis alcanza una de sus La crisis política en Colombia, en el
expresiones más elaboradas, denuncia marco descrito, puede aducírsele por
el derecho tanto como “aparato tanto a dos causas. De una parte a que
represivo de estado” así como “aparato la Constitución definitivamente no
ideológico de estado” (ALTHUSSER, respondió al contexto socio-político que
1988). Podríamos decir que, aunque no reclamaba soluciones concretas. Es
lo supiera ni lo buscara, el Constituyente decir, no se constituyó en un instrumento
del 91 –obviamente por la manipulación de pacificación y reconciliación nacional
de la que fue víctima por parte del para lo cual fue convocada
neogamonalismo criollo– terminó originalmente, tal como se lo plantea el
haciendo del Estado Social y de la movimiento de la Séptima Papeleta. La
democracia participativa un “aparato crisis comienza entonces o, mejor, se
ideológico de Estado” con el cual se prolonga desde entonces, imponiéndose,
pretendió legitimar una Constitución que más que abriéndose, un paréntesis de
nace –pese a su intención– como calma con el proceso constituyente
símbolo de guerra. Posteriormente, el mismo que a la postre no logra
neogamonalismo, disfrazado de consolidarse y que, en este momento,
tecnocracia neoliberal, hace de ese catalizado por un movimiento global
Estado Social sin sociedad y de esa antiterrorista, intenta ser reciclado por
democracia participativa sin las elites en términos autoritarios y no
participación, pese a los esfuerzos y deliberativos, recogiendo el mandato
buenas intenciones de la Corte frustrado de pacificación que le diera
Constitucional, un “aparato represivo de origen al proceso. La crisis se origina
Estado”, como el modelo neoliberal ahí: en esa frustración no sólo histórica
imperante y, ahora, el Plan Colombia sino social y política que significó la
claramente lo muestran12. Ante esto sólo Constitución como pacto de paz. En este
puede oponerse, una vez más, la radical punto es inevitable retomar, de nuevo, a
fórmula pashukaniana: la del nihilismo Rawls cuando sostiene que un consenso
jurídico frente a esa lectura pseudo- entrecruzado no puede confundirse con
emancipatoria de la Constitución que un modus vivendi pero tampoco puede
sólo refuerza su papel ideologizante y desconocerlo. Nosotros lo desconocimos
mimetiza su rol como instrumento de al querer concebir una constitución
control y exclusión social de toda política como si fuéramos un país ya en
disidencia que no se pliegue a su texto paz cuando de lo que se trataba era de
(PASHUKANIS, 1976: 61-72). garantizar ello como primera condición

12
Ver, entre otros, (LIBREROS, 2001: 93-106).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 61


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

de un pacto social sólido y proyectivo tener claridad de que tipo de


(RAWLS, 1993). Constitución necesitamos frente a tal
pluralidad de tiempos, espacios y
Pero una segunda causa, más allá de eticidades disgregadas, contradictorias
esa falacia política de la Constitución, y conflictivas existentes que somos y no
fue lo que podríamos denominar la somos en un mismo territorio (GARCÍA,
falacia social. Como se anotó antes, aquí 1989: 65-94)14.
hay que considerar hasta donde la
Constitución del 91 fue congruente con Aquí, como se planteó más arriba, la
nuestras eticidades. No sólo si fue sospecha que se impone es que la crisis
expresión de la totalidad de sujetos permanente en la que hemos vivido toda
colectivos en conflicto –que no lo fue, nuestra historia ha sido, precisamente,
como ya vimos- sino si tuvieron juego concebir constituciones e imponer marcos
todas las eticidades, todas las formas de constitucionales que no logran recoger ni
vida o , al menos, las más significativas, captar la complejidad de toda esa riqueza
de esta nación nunca consolidada que socio-cultural que nos compone. Esa es
es Colombia13. Como es claro cuando la misma sospecha de Negri: la
uno recorre el país, gran parte de incongruencia existente entre un poder
nuestros ethos no se identifican con la constituido y un poder constituyente que
Constitución, no ven reflejadas sus no logra armonizarse 15. La historia
formas de vida en ella, no la consideran constitucional colombiana es la historia
fruto de un proceso que convocó su de la desarmonía entre el poder
participación y concretó constituyente, social y político, de sus
consensualmente sus puntos mínimos de eticidades y sujetos colectivos, y su poder
conciliación con el resto de eticidades constituido jurídico-político. Nuestro
que comparten esta tierra. La crisis pecado ha sido partir siempre de lo que
política hunde sus raíces en esa falacia no somos, concibiendo constituciones
social de que la Constitución nos para lo que no éramos (ZEA, 1976: 17-
representó a todos cuando no fue así, 41), (MIRÓ, 1981: 141-180): el resultado
no lo ha sido nunca y sigue sin serlo, no podía ser sino la tensión irreconciliable
máxime en un contexto cultural e irreconciliada entre la realidad y la
polarizado en torno no sólo a dos o tres, institucionalidad, entre la facticidad de la
sino a cuatro o más, temporalidades vida y la normatividad del ordenamiento.
simultáneamente: somos a un tiempo
premodernos, modernos, transicionales, En últimas, el derecho no ha servido sino
postmodernos, yuxtapuestos, traslapados para alejarnos de esa reconciliación bajo
y entremezclados en todas ellas, sin la forma de constituciones y leyes que
13
Ver, al respecto, el ilustrativo texto de (HABERLE, 2002).
14
También consúltese, (BRUNNER, 1994: 48-82 – 1999: 151-200).
15
Ver (NEGRI, 1993: 306-346 – 1994: 17-46). En general, ver la Introducción de Fabian Acosta, a
(NEGRI - HARDT, 2001).

62
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

poco o nada tenían que ver con nuestra jurídicamente. La tríada queda, final y
realidad (HABERMAS, 1998: Epílogo). finamente, completada: Estado Social de
Quedaba, sin duda, la olímpica esperanza Derecho, democracia participativa y
de que la conciencia política nos sociedad civil constituyen el trípode de
ofreciera una salida. Pero aquella en la dominación neogamonal con la
buena parte ha seguido los pasos de su complicidad involuntaria de la
homóloga jurídica. Si la conciencia conciencia jurídica y la conciencia
jurídica clama como alternativa a la crisis política progresistas en su afán de
por la constitución y el derecho en las justificar, más que de dar razón, del
figuras constitucionales del Estado statu quo.
Social y la democracia participativa, las
que incluso definen como Son dos las aproximaciones que
emancipatorias, la conciencia política podemos hacer frente a la categoría de
reclama la participación de la sociedad ‘sociedad civil’, como lo plantea
civil como panacea de la gobernabilidad. Habermas retomando críticamente la
Pero la ciencia política es tan cándida reflexión de Cohen & Arato (COHEN
como la ciencia jurídica e hipostatíza la - ARATO, 2000). Una es la lectura
noción de sociedad civil sin adentrarse kantiana de sociedad civil que reduce
en sus diferentes lecturas e esta a sujetos jurídicos e
interpretaciones y en las consecuencias institucionalizados. Y otra es la lectura
políticas de ello, sin mencionar el hegeliana que ve la sociedad civil
carácter absolutamente ideológico que mediada por eticidades concretas, es
la categoría de ‘gobernabilidad’ connota decir, por las formas de vida específicas
y los efectos de dominación hegemónica que anteceden a las entidades jurídicas.
que entraña. La primera es la lectura liberal-
burguesa que la concibe en términos
En efecto, son varias las lecturas que formales y limita sus actores a los
pueden hacerse de la sociedad civil, reconocidos jurídicamente (gremios,
como, desde la filosofía política, lo ha partidos, ONG’s, sindicatos,
puesto de relieve Habermas (1998: 407- universidades, instituciones, medios de
439). Reclamar que la crisis puede comunicación, etc.). Y la segunda sería
superarse si logramos que la sociedad una lectura republicano-comunitarista
civil medie en el conflicto es un lugar que reivindicaría, frente a la anterior,
común que, al no evidenciar desde que la existencia de una multiplicidad de
tradición se emplaza su interpretación, sujetos colectivos, no reconocidos
lo que propicia de hecho es el jurídicamente, pero existentes en cuanto
afianzamiento del esquema ideológico de a formas de identidad y concepciones
dominación hegemónica consolidado ya de vida buena cotidianas.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 63


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Interpretar el conflicto colombiano procesos de comunicación pública que


desde una u otra tiene efectos políticos informalmente constituyen las diversas
totalmente contrarios. Desde la primera, formas de vida de una sociedad. La
la mediación de la sociedad civil es, dinámica de poder no puede centrarse
básicamente, la mediación de la en una u otra, excluyentemente. El
sociedad burguesa (en sentido poder administrativo, que Habermas se
sociológico) reconociendo sólo sus figura en el centro, y el poder
actores formales y desconociendo los comunicativo, que ubica en lo que
sujetos colectivos periféricos. Desde la denomina la ‘periferia externa’ son
segunda, el énfasis se coloca, por el conectados, a través de esta ‘ficción
contrario, en los segundos –sin hidraúlica’, por unas esclusas (en
desconocer los primeros- reconociendo últimas, los procedimientos
la legitimidad de ambas periferias y democráticos institucionalizados) que
tratando de balancear la ecuación entre canalizan los procesos deliberativos de
las dos instancias. formación y voluntad de la opinión
pública.
Habermas propone un modelo de política
deliberativa con la intención de Entre el poder comunicativo de la
equilibrar los diferentes pesos que un periferia externa (la sociedad civil
sistema político supone. Tal es el sentido entendida en términos hegelianos) y el
de su ‘metáfora de exclusas’ que, sin poder administrativo, está lo que
ocultar sus simpatías por la Habermas denomina la ‘periferia
interpretación hegeliana, va a concebir interna’, es decir, la sociedad civil
una relación de complementariedad – entendida en términos kantianos. El
por decir lo menos– entre los diversos poder comunicativo pasa por esta
niveles del sistema político, lo que le periferia interna pero no se origina en
permite oponer un Estado Democrático ella: su origen es la periferia externa y
de Derecho al Estado Social de sus expresiones son múltiples y no-
Derecho, asi como un modelo de institucionales (como por ejemplo la
democracia deliberativa al de desobediencia civil). Si el poder
democracia representativa y su muleta comunicativo quedara reducido a la
funcional, la participativa periferia interna no sería sino una
(HABERMAS, 1999: 231-246). El expresión usufructuaria de la opinión
sistema social gravita en torno a dos pública, subordinada a los actores
poderes: el poder administrativo del formales de la sociedad civil burguesa,
Estado que articula los subsistemas y no discursivo-deliberativa, es decir,
político-administrativo y económico y un originada en los procesos de
poder comunicativo (categoría que comunicación pública, tanto espontánea
Habermas retoma de Hanna Arendt como mediatizada, de las diversas
[ARENDT, 1973]) anclado en los formas de vida que componen la

64
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

periferia externa, es decir, la sociedad cimientos del Estado Autoritario en la


civil comprendida en términos Colombia actual. En efecto, y sin negar
hegelianos. las fortalezas del Texto del 91, lo cierto
es que ha servido para que hoy por hoy
Proponer la mediación de la sociedad se consolide un nuevo acuerdo intra-
civil sin esclarecer el marco, kantiano o élites para levantar la Carta
hegeliano, de su interpretación es obviar Constitucional como bandera de guerra
la mitad del análisis y, en cualquiera de y presentarla como fundamento de un
los dos casos, ofrecer una visión Estado Autoritario. La reforma política
ideológica, es decir, parcial y dicotómica, en ciernes, así como la laboral y
de la problemática colombiana. Pero pensional, y en general toda la política
reivindicar sólo la interpretación del gobierno claramente se orientan a
kantiana, aunándola a las figuras de fortalecer sus eventuales proyecciones
Estado Social de Derecho y democracia antidemocráticas y recortar el marco
participativa es, sencillamente, una político y legal de las reivindicaciones
toma de partido por una opción frente sociales. Apoyado, además, por todo
a la otra. Y pretender reclamar para el aparato paramilitar que, aunque a
ello el estatuto de un análisis neutral y veces obre como un Golem sin control,
objetivo –si no emancipatorio, como lo no deja de prestarle sus servicios.
hace igualmente la conciencia jurídica
progresista– cuando, así no se quiera A través de los marcos normativos de
y no se sepa (recordemos la famosa la filosofía política puede entreverse
sentencia de Marx: “No lo saben, pero que no se trata de un fenómeno nuevo.
lo hacen”) se está con ello Como el de los años 30, el Estado
convalidando la interpretación autoritario actual, puede ser explicado
ideológica de dominación hegemónica a partir de los escritos que en su tiempo
de las elites neogamonales, es realizaran apologetas y críticos del
insostenible en su pretensión de autoritarismo. De allí la innegable
‘cientificidad’. El desconocimiento de utilidad que nos ofrecen la obra de Carl
tales presupuestos es también parte Schmitt para el análisis de la actual
estructural de la crisis política coyuntura colombiana.
colombiana.
5.1. Schmitt y los modelos de
5. ESTADO AUTORITARIO Y Estado autoritario
CONSTITUCIÓN DEL 91
La obra de Carl Schmitt se inscribe en
Visto el germen elitista de la el contexto de dos crisis
Constitución del 91 así como su trascendentales, de un lado, la crisis del
carácter instrumental y de dominación positivismo jurídico, cuya insuficiencia
hegemónica, no es difícil encontrar los metodológica fuese denunciada por la

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 65


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

corriente crítica del derecho político posibilidades de enfrentamiento armado


alemán a la cual perteneció Schmitt16, y resquebrajamiento del orden social.
y de otro, la crisis del Estado
parlamentario burgués en la Alemania En este estado de cosas, el Estado
de Weimar. Schmitt encara ambas debe garantizar el orden social a través
crisis formulando dos modelos jurídico- de la violencia17. Dada la inestabilidad
políticos de afianzamiento de la de los pactos, “sólo la victoria armada
autoridad estatal para el mantenimiento de una de las partes sobre la otra, o
del orden: la dictadura comisarial y la bien la represión por el Estado de una
dictadura plebiscitaria, los cuales de las partes pueden sentar las bases
corresponden a etapas diferenciadas de de un orden social relativamente
la crisis de la República. En el presente estable” (SCHMITT, 1999: 257). Esta
acápite se expondrán los rasgos concepción autoritaria de la función
fundamentales de ambos modelos estatal se enmarca en la noción
destacando los elementos que fundamentalmente conflictiva del
atraviesan la producción jurídico- espacio político de Schmitt, para quien
política schmittiana: antagonismo, la relación amigo- enemigo constituye
autoridad y decisión. el criterio de definición de la arena
política (SCHMITT, 1999: 60).
La crítica a la neutralidad del derecho
es extendida por Schmitt al análisis del En escenarios de crisis, las soluciones
Estado. Una vez evidencia el carácter propuestas por Schmitt pasan por una
antagónico de la sociedad, Schmitt restricción del acceso al poder político
cuestiona la presunción agnóstica del y por la imposición de una voluntad
Estado de Derecho liberal presentando soberana autoritaria, polémica y fáctica,
las dificultades que tal estatus implica que tras neutralizar a los órganos de
para la morigeración del conflicto decisión y control políticos (el
social. Tal carácter imparcial, insiste Parlamento en el caso alemán),
Schmitt, incapacita al Estado entronice la autoridad del Ejecutivo
paralizándolo y llevándolo a su como instancia última de decisión,
desgajamiento. A tal situación, se suma capaz de violar el derecho y dictar
el carácter siempre inestable de los disposiciones con fuerza de ley.
pactos sociales, que aumenta las
16
La concepción positivista del derecho presume la eliminación de la carga ético-política de las categorías
jurídicas, de suerte que su discusión constituye una dimensión jurídico-pública autónoma. Para los juristas
críticos, en cambio, resulta fundamental develar los presupuestos políticos del concepto jurídico, de forma
tal que todas las discusiones jurídicas adquieren en última instancia un carácter político. Para ampliar la
discusión entre Positivismo Jurídico y Derecho político véase, (TRIEPLEL, 1974).
17
Schmitt considera aquí la represión como uso de la violencia física, descartando el empleo de mecanismos
ideológicos o jurídicos de persuasión. Para autores como Estévez, esta falta de atención a los mecanismos
ideológicos es una de las causas de la pobreza y esquematismo de la dinámica schmittiana de lo político.
Véase, (ESTÉVEZ, 1989: 258).

66
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

5.1.1. El modelo de dictadura schmittiano: “Soberano es quien decide


comisarial sobre la situación excepcional”
(SCHMITT, 1995). En estas
El modelo de dictadura comisarial busca condiciones, la noción de soberanía se
fortalecer al Estado para encarar la define en términos de la actuación estatal
amenaza revolucionaria. En este sentido en ausencia o en contra de la norma.
tiene por objeto el reforzamiento de las
atribuciones del jefe del Ejecutivo Schmitt expone una segunda forma de
(presidente del Reich), a partir de una caracterizar la soberanía, esta vez como
reformulación del concepto de soberanía decisión con valor jurídico autónomo que
y un fuerte cuestionamiento a los se constituye en el fundamento último
intentos del derecho liberal para hacer de validez del ordenamiento jurídico. El
calculable y previsible toda acción argumento de Schimtt se dirige aquí a
estatal. demostrar que las decisiones de los
órganos estatales sobre casos
Schmitt retoma la noción bodiniana de concretos, tienen un valor jurídico propio
la soberanía orientada al caso de que no procede de su remisión a normas
excepción, esto es, al caso en que el generales y abstractas, dado que el
príncipe debe faltar a las promesas presupuesto y el contenido de la
hechas al pueblo o a los estamentos en competencia del soberano son
virtud de un estado de extrema ilimitados18.
necesidad o urgencia, que lo faculte para
violar el derecho vigente. La situación Una tercera dimensión de la soberanía
excepcional como situación de extrema es derivada por Schmitt de la capacidad
necesidad, de peligro para la existencia para crear y garantizar el orden. En su
del Estado o de vacío constitucional, es Teología Política, Schmitt, afirmará
presentada por Schmitt como una esta tercera esfera aunándola a la
situación en la que se plantea el capacidad de la autoridad para crear el
problema de quién es competente derecho sin necesidad de atender al
cuando no hay prevista competencia orden jurídico preestablecido. En otras
alguna, de a quién corresponde la palabras, es la capacidad de crear y
presunción del poder ilimitado y de a garantizar un orden lo que dota de
quién corresponde la toma de decisiones legitimidad al soberano y confiere validez
en última instancia. Y será esta misma jurídica a sus decisiones. Ahora bien, no
situación de excepcionalidad la que se trata de un orden objetivo, muy al
defina el concepto de soberanía contrario, se trata de un orden subjetivo

18
Se ha criticado a Schmitt la validez de su teoría del valor jurídico autónomo de la decisión, toda vez
que no tiene considera suficientemente las diferencias entre decisión judicial y decisión soberano.
Sobre éste tópico véase, (ESTÉVEZ, 1989: 183 y ss.).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 67


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

determinado por el soberano, quien soberano en situaciones de extrema


define en qué consiste el orden y el necesidad. Esta regulación se
desorden. De esta suerte, el orden contrapone a un empoderamiento
consiste en que haya una instancia que efectivo, la dictadura, para acabar sin
decida en último extremo y que sea contemplaciones con el enemigo interno.
capaz de imponer sus decisiones. La dictadura según Schmitt, es un
instrumento al que el Estado no puede
Si la soberanía descansa en una decisión renunciar si desea mantener el poder,
autoritaria, en el ámbito interno la mientras que el estado de sitio, artificio
principal función del Estado residirá en del derecho liberal, convierte la actuación
la declaración de hostis, esto es, en la estatal en un ejercicio limitado y
definición del enemigo interno, su previsible.
expulsión de la comunidad de paz y la
definición de medidas para su La línea argumentativa de Schmitt se
enfrentamiento, a fin de lograr la extiende desde aquí hacia la
pacificación del territorio y el configuración de un modelo de dictadura
mantenimiento de la paz, la seguridad y comisarial como aquel que, a partir de
el “orden”. La declaración de enemistad la reinterpretación del artículo 48.2 de
alcanza mayores dimensiones si se tiene la Constitución de Weimar, permite al
en cuenta que es justamente la relación presidente del Reich: “adoptar cuantas
amigo- enemigo la que define el ámbito medidas considere necesarias para el
de lo político. Desde este punto de vista, restablecimiento del orden y de la
el soberano tiene la facultad de decidir seguridad públicos, aunque estas
qué asuntos tienen relevancia política y medidas constituyan una violación de
cuál debe ser su tratamiento. De aquí otras disposiciones constitucionales
se infiere que al individuo no se le distintas de las enumeradas en el mismo
reconoce ningún ámbito de actuación artículo” (SCHMITT, 1978). La lectura
autónomo, dejando cualquier tipo de de Schmitt sugiere que el apoderamiento
participación al margen de la del presidente le faculta no sólo para
intervención del soberano. adoptar las medidas necesarias para
restablecer el orden sino también para
La teoría de la soberanía expuesta hasta suspender determinados artículos de la
aquí, se sumará a una crítica del estado Constitución. Con esto, Schmitt justifica
de sitio liberal, para justificar el modelo el apoderamiento general que convierte
de dictadura comisarial schmittiano. al presidente en un dictador comisario
Según el autor, el estado de sitio se erige en circunstancias de crisis.
como una situación regulada de hecho
que no precisa declaración alguna por No obstante las atribuciones
parte de la autoridad pero que además desorbitadas del presidente, la dictadura
impone limitaciones a las atribuciones del comisarial se reserva algunos límites: “el

68
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

presidente no puede abolir la nutre de unas concepciones particulares


constitución, no puede atentar contra el de la democracia, la Constitución y el
mínimo organizativo que constituye el pueblo, tendientes a fundamentar las
presupuesto de su propia existencia, esto atribuciones ilimitadas del presidente en
es, no puede atentar contra el Gobierno, los órdenes Ejecutivo y Legislativo
no puede abolir la propia institución además del control constitucional.
presidencial, ni puede atentar contra la
existencia del Reichstag” (ESTÉVEZ, Como pudo observarse, el modelo de
1989: 242 – 244). Hasta aquí la dictadura dictadura comisarial prescindía de
comisarial limitaría la acción presidencial cualquier alusión al pueblo. La
al mantenimiento del statu quo. Un legitimidad del soberano se fundaba en
matiz importante es introducido por su capacidad para mantener el orden, lo
Schmitt al restar al presidente las cual no incluía el consentimiento popular.
potestades legislativas y judiciales. En El modelo de dictadura plebiscitaria,
este orden de ideas, “el presidente no representa un giro democrático en la
puede crear derecho ni en la forma de teoría de Schmitt, aunque, como se verá
normas generales y abstractas que más adelante se trata de una concepción
deroguen las leyes promulgadas por el autoritaria de la democracia.
parlamento, ni en la forma de decisiones
sobre los casos concretos” (ESTÉVEZ, En este segundo modelo, Schmitt centra
1989: 247- 249). Así las cosas, en la su atención en el papel del pueblo
dictadura comisarial el presidente puede concebido como “una entidad integrada
violar el derecho pero no crearlo. por individuos sustancialmente
homogéneos” (ESTÉVEZ, 1989: 208).
5.1.2. El Modelo de Schmitt rescata así el principio de la
dictadura plebiscitaria igualdad, pero no en el sentido
democrático-liberal, sino en su versión
Continuando con su idea de autoritaria: como el hecho de que todos
reconstrucción autoritaria de la unidad los individuos que componen el pueblo
estatal, Schmitt plantea un modelo tienen en común un determinado tipo de
alternativo al parlamentarismo burgués cualidades. No se trata pues de la noción
de la Constitución de Weimar. Éste no de igualdad universal de los hombres,
se erige exclusivamente en situaciones sino de un tipo de identidad que
de excepción y crisis como la dictadura homogeniza a unos hombres
comisarial, sino que constituye un tipo permitiéndoles distinguirse de un
de Estado diferente que habrá de enemigo externo, una igualdad que es
adquirir un carácter permanente. El sustancial dentro de un círculo de iguales,
modelo conocido como dictadura pero que presupone y permite la
plebiscitaria del presidente del Reich, se desigualdad frente a los desiguales.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 69


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Tampoco se trata de una igualdad y de todas las formas de Estado


jurídica, política o económica. (SCHMITT, 1982). “La identidad alude
a la presencia real de un pueblo que es
Adicionalmente, Schmitt se aparta de capaz de expresar la voluntad política.
adoptar el principio de la libertad como Cuando el pueblo es incapaz de expresar
valor democrático, con lo que abona el una voluntad política clara, entonces ésta
terreno para una homogenización necesita ser representada” (ESTÉVEZ,
autoritaria de la sociedad encaminada a 1989: 213). Se da así una relación
fundamentar la distinción amigo- inversamente proporcional entre
enemigo: “a la democracia le es propio, identidad y representación: a mayor
pues, en primer lugar, la homogeneidad identidad menor representación y
y en segundo lugar –en caso necesario– viceversa.
la segregación o aniquilación del
heterogéneo” 19 . Así las cosas, la Si la voluntad popular no adquiere vida
configuración autoritaria de la sino por medio del representante, la
homogeneidad no se contradice con la concepción schmittiana adquiere un
noción schmittiana de la democracia. Por carácter perverso cuando se produce
extensión, democracia y dictadura no son una escisión entre el representante y
incompatibles: “ante la democracia la voluntad representada, de suerte que
inmediata, no sólo en sentido técnico sino éste adquiera una vida propia
también en sentido vital, el Parlamento independiente de aquello que
del pensamiento liberal aparece como representa. La idea de encarnación de
un mecanismo artificial, mientras que los los valores, ideales y voluntad del
métodos dictatoriales y cesarísticos (…) pueblo en un líder conducen a la
pueden ser expresiones inmediatas de personalización de la política, fenómeno
la sustancia y fuerza democráticas” que permitió a Hitler desplazar al
(ESTÉVEZ, 1989: 211). Parlamento y a los partidos para
erigirse en líder plebiscitario, jefe de las
Siendo el Parlamento, y en general las fuerzas armadas y presidente del Reich
formas liberales de representación, simultáneamente.
obstáculos para la relación entre
gobernantes y gobernados, la propuesta Hasta este punto el objetivo de la
de Schmitt se encaminará a eliminar la democracia plebiscitaria es claro:
distancia entre el soberano y el pueblo. desplazar el centro de decisión del Staat
En Teoría de la Constitución intenta al Reich, de los órganos representativos
combinar las ideas de identidad y a la cabeza del presidente, concentrando
representación como principios las funciones ejecutivas y legislativas.
fundamentales de la organización política La legitimidad también sufre un serio

19
Schmitt citado por Estévez (1989: 210).

70
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

desplazamiento: deja de residir en el efectos paralizadores y disgregadores de


procedimiento democrático del sufragio, la combinación de sociedad pluralista y
para manifestarse en la aclamación Estado agnóstico- parlamentario
popular. Pero esta no supone la iniciativa (ESTÉVEZ, 1989: 231- 232).
de los ciudadanos en la política, bien al
contrario, la participación popular es En este sentido el guardián de la
constreñida a la mera refrendación de Constitución es considerado un tercero
la decisión autoritaria: al si o al no, pero imparcial con suficiente independencia
nunca al contenido de las propuestas. respecto al parlamento y con tal grado
Se produce así una identificación vertical de vinculación con el pueblo que le
entre el pueblo y el presidente del Reich, permitan a partir de una decisión
donde este último no sólo representa una manifestar la voluntad de un pueblo
identidad, sino que interpreta y decide homogéneo y políticamente unido, que
sobre esta. es en últimas lo que le da fundamento a
la Constitución. Adicionalmente , el
El círculo autoritario del modelo de Guardián de la Constitución debe estar
democracia plebiscitaria se cierra con en posibilidad de dotar al Estado de una
la función presidencial de Guardia de la voluntad clara, cuando el Parlamento en
Constitución. Si bien en un comienzo, medio de la división tiende a paralizar y
Schmitt afirma que la validez y entorpecer la acción de gobierno.
legitimidad de la Constitución derivan del
hecho de ser una decisión del pueblo, y La confianza depositada por Schmitt en
que la Constitución debe ser interpretada la figura del presidente del Reich devela
como si fuera la decisión de una voluntad el trasfondo de su propuesta política: el
unitaria y coherente que permita que el tránsito de un sistema parlamentario a
Estado adopte decisiones firmes y uno presidencialista que hiciera frente
unívocas, la crítica al Tribunal a las amenazas reales y potenciales al
Constitucional y el traslado de las orden social. Si bien en un comienzo
funciones del parlamento al presidente Schmitt apela al sentimiento de
del Reich, terminan por delegar a este identificación entre el pueblo y el
último como guardián de la Constitución. presidente del Reich para justificar su
Schmitt es cuidadoso al distinguir la modelo, llegado a cierto punto reconoce
función del Tribunal Constitucional como que el vínculo plebiscitario es demasiado
órgano encargado de velar por la débil para mantener el orden. Derruido
adecuación de las leyes ordinarias a la el componente democrático, ha de
Constitución (control de acudirse entonces al componente
constitucionalidad) de la función del autoritario: la represión. Legalidad y
Guardián de la constitución como legitimidad condensa la propuesta
instancia encargada de contrarrestar los autoritaria de Schmitt, donde se

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 71


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

abandona el componente simbólico- identifique la “nación”, esa que nunca


carismático del presidente para exhortar ha logrado consolidarse en Colombia.
su carácter arbitrario, parcial y
excluyente (SCHMITT, 1971). Pero más significativo que lo anterior
es la identificación que se busca entre
5.2. Vigencia del pensamiento Estado y sociedad cuya separación fue
schmittiano una conquista de la modernidad. La red
de informantes, primera acción militar
Hasta aquí resulta innegable la de gobierno, lo que de hecho proyecta
estrechísima relación, por no decir es una acentuada etitización de la vida
identificación, entre la mayor parte de pública donde la sospecha como
los postulados schmittianos y las políticas instrumento de intimidación pronto se
adelantadas actualmente en nuestro extenderá no sólo a los sectores
país. Uribe parece reunir las condiciones políticos y sociales en conflicto sino a
del presidente del Reich: apelación toda forma de vida disidente.
constante a la autoridad como respuesta ‘Bienvenidos al pasado’ pudo ser el
a la crisis, carácter arbitrario, parcial y remate de Uribe en su discurso de
excluyente de sus políticas, recurrencia posesión, sin querer defender el ‘futuro
a métodos plebiscitarios (referendo), esplendoroso’ de Cesar Gaviria que
definición de la política en términos nunca llegó.
amigo-enemigo, supresión de derechos
y libertades constitucionales por razones No deja de ser relevante observar que
“excepcionales” (estatuto antiterrorista), esta tendencia hacia un Estado
etc. En general, la política de gobierno Autoritario, que constituye una
se presenta como un instrumento que constante en el desarrollo político
busca superar la ‘forma incorrecta’ de colombiano, ha sido liderada por
hacer política por medio de la gobiernos liberales más que por
implementación de la ‘forma correcta’ conservadores en los últimos 20 años,
de ejercer la política. El gobierno se alcanzando el conflicto sus puntos más
autosimboliza como el ‘padre educador’ álgidos en los periodos liberales. Desde
que busca inculcar en el pueblo y sus los oscuros tiempos de Turbay, las elites
dirigentes la ‘forma virtuosa’ de hacer colombianas empotradas en el
política. Con ello se afianzan en la política liberalismo se han inclinado más por
sus sesgos premodernos y de allí que formas totalitarias de gobierno que las
expresamente defienda, como núcleo mismas conservadoras. No sin razón la
básico, un espectro de valores afirmación tajante del adagio popular:
tradicionales (en gran parte de origen “Pa´ godo, un liberal”. El gobierno de
antioqueño) con el que se quiere que se Uribe es la muestra fehaciente de ese

72
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

carácter que hoy adquiere sus contornos y el “orden”.


definitivos20.
Vale decir, para terminar, que la guerrilla
El Estado Autoritario que las elites y, en especial, las FARC le han puesto
criollas están consolidando tiene, por la música a los argumentos legitimatorios
tanto, el doble propósito inconfundible del Estado Autoritario, acrecentando su
de fortalecer un modelo económico propia deslegitimación en los sectores
neoliberal y aceitar el aparato represivo urbanos que parecen haber perdido
del Estado para la guerra. En esa definitivamente. En ese marco, es
intención han contado con los mejores necesario, desde una perspectiva crítica
aliados: la estrategia antiterrorista del y una posición de izquierda, defender el
Imperio (que incluye a USA pero proyecto utópico que quiso simbolizar la
también a Europa y a Japón) y la propia Constitución inicialmente, concibiéndola
radicalización de la acción guerrillera como un proyecto inacabado que tiene
que a veces parece no comprender los que cerrarse, no en términos de un pacto
nuevos escenarios y dinámicas de poder de guerra, como las elites pretenden
después del 11 de septiembre del 2001 imponerlo, sino como pacto de justicia
y con acciones desproporcionadas social, reconciliación y paz nacionales.
continúa dándole al ordenamiento todas Aunque eso no sea sino una intención
las justificaciones para realizar su impotente a la sombra del ‘buen Estado
cometido. Autoritario’ que ahora nos cobija.

La guerra internacional contra el CONCLUSIÓN


terrorismo y la mano dura contra la
guerrilla, en el caso colombiano, La Constitución de 1991, cuya
parecen confirmar la plena vigencia pretensión original fue ampliar el pacto
del pensamiento schmittiano. La definido por la Constitución de 1886 y
política se aleja cada vez más de la reducido drásticamente por el Plebiscito
“romántica” deliberación democrática de 1957 que dio nacimiento al Frente
para definirse en términos de la Nacional, se revela hoy como el producto
decisión autoritaria. La principal de un contrato parcial que debe ser
función del Estado reside en la extendido (VALLEJO, 2001: 13-29).
definición del enemigo interno, su Ampliación tanto en la letra misma de
expulsión de la comunidad de paz y la la Constitución como en la adecuación
definición de medidas para su de su espíritu a unas circunstancias que
enfrentamiento, a fin de lograr la exigen que se le dé cabida en el manejo
pacificación del territorio y el del Estado y las estructuras básicas de
mantenimiento de la paz, la seguridad la sociedad a sujetos colectivos que

20
Ver (GUTIÉRREZ, 2002).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 73


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

quedaron por fuera del contrato del 9121. necesidad de concebir normativamente
(en términos político-morales) el texto
Por supuesto, la Constitución del 91 constitucional como un proceso falible,
posee grandes fortalezas que no pueden abierto, en construcción (HABERMAS,
ser desconocidas. La creación de 1990 – 1998). Un proceso que al tener
nuevas instituciones como la Defensoría que ser refrendado popularmente le
del Pueblo y la Corte Constitucional, la impone el reto a la ciudadanía de
defensa y desarrollo de Derechos mantenerlo abierto, haciendo de la
Fundamentales consagrados por el Constitución un pacto por la paz y la
nuevo texto constitucional sin duda reconciliación, sentimiento por el cual
configuran productos rescatables por fue originalmente convocada la
mantener, consolidar y profundizar Constituyente, y no un pacto para la
(GAVIRIA, 2001: 19-28). guerra, como el consenso de las élites
pretende instrumentalizarlo en estos
Pero también hay que reconocer, de momentos (VALLESPÍN, 1997: 199-
nuevo apoyándose en los marcos 223).
normativos de la filosofía política, que la
Constitución del 91, precisamente por el Esta paradoja dilemática podría ser
acuerdo de mayorías impuesto al conciliada a través de lo que
Constituyente de entonces violando su Habermas denomina
soberanía, que aquella no fue refrendada procedimentalización de la soberanía
por la ciudadanía. Una Constitución popular. Pero, ¿cómo se
Política tiene que ser ratificada por el procedimentaliza la soberanía popular
pueblo para darle la legitimidad definitiva en un sistema en crisis como el
que le confiera a las instituciones que nuestro? En Colombia se presentan dos
ha creado la estabilidad que la sociedad obstáculos estructurales a esta
requiere y le reclama, como se infiere pretensión: el texto constitucional está
claramente de la lectura política del en muchos de sus apartes, por las
equilibrio reflexivo en la teoría de Rawls. razones expuestas, en contravía de su
espíritu participativo y la soberanía
Pero, de hecho, once años de popular fue restringida y maniatada –
perpetuación del conflicto pone en en la ambiguedad del propio texto–
evidencia, a pesar de todas sus estableciendo formalismos que la
fortalezas y sus avances, que la cercenan y la hacen imposible. El
Constitución no ha sido refrendada y que, tribunal constitucional se ve, pues,
por tanto, sigue siendo un proceso no imposibilitado para poder conciliar
cerrado (ESTEVEZ, 1994). De ahí se constitución y soberanía popular al
infiere, como lo plantea Habermas, la quedar preso de esas dicotomías que

21
Ver (MEJÍA – FORMISANO, 1998).

74
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

su propio reglamento interno no logra Constituyente que cree una nueva, son
equilibrar22. posibilidades igualmente plausibles para
cerrar el proceso inacabado de la
Como lo he sostenido en otros escritos Constitución del 91 y garantizarla como
(MEJÍA, 2000), la Corte no cuenta con pacto de paz y no pacto de guerra como
sensores adecuados para considerar la el consenso de las élites lo está
opinión pública y sólo puede orientarse propiciando23.
monológicamente para tomar decisiones
sobre las cuales la sociedad civil no Adicionalmente, hay que tener en
puede pronunciarse, como primera cuenta que la Constituyente de 1991 no
afectada por sus decisiones. La guarda fue representativa de la totalidad de
de la Constitución queda garantizada al ‘formas de vida’ que se encuentran en
precio mismo de la soberanía popular Colombia, y de allí por qué el
cuya perspectiva deliberativa no es acrecentamiento del conflicto armado
tenida en cuenta plenamente por el es también sintomático del
encargado de velar el proceso de inconformismo y la discriminación social
adecuación entre ambas instancias. y cultural que se han generado. Al no
tener en cuenta a un gran número de
Al no contemplar espacios estructurales sujetos colectivos, al no sentirse estos
desde donde incorporar el punto de vista representados ni cobijados por la
de la ciudadanía en sus decisiones, al Constitución, al dar testimonio, en su
interpretar la Constitución sin establecer situación de exclusión vital, social y
diálogos con la sociedad civil (sobretodo política, de las falacias y del esquema
entendida esta en terminos hegelianos), de dominación ideológica y
al hacerlo desde la letra ambigua de una periferización hegemónica que
Carta que, en muchos puntos, restringió representa ese poder constituido del 91,
la participación misma, el Juez el poder constituyente popular que tales
Constitucional no logra traducir el sectores encarnan no puede sino
espíritu participativo de la Constitución reclamar, para superar la
del 91 a los requerimientos mundo- constitucionalización de la mentira que
vitales de la ciudadanía, constituyéndose la Constitución representa, pese a ella,
así en el apuntalador de un perverso su ampliación irrestricta hasta cuando
cierre autopoiético del sistema jurídico en ella quepan y se vean reflejadas
(MEJÍA, 2000). De ahí que la opción todas las formas de vida que no han
de una Asamblea Constitucional que podido sentirse parte de este país y para
reforme la Constitución, o incluso una

22
Ver del Magistrado Ciro Angarita, Aclaración de un Voto al Reglamento Interno de la Corte
Constitucional (Acuerdo 002 del 92).
23
Sobre el papel del juez constitucional en una democracia deliberativa ver (GARGARELLA, 1996),
(NINO, 1997).

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 75


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

quienes supuestamente fue concebida Constitución que quiso ser la esperanza


esta Constitución. de un renacer y una reconciliación
nacionales y que, por no poder
Este supuesto tiene dos consecuencias concretarlo, terminó perpetuando el
para enfrentar la crisis colombiana: la esquema de subordinación que pretendió
primera es reconocer la legitimidad de superar, profundizando la crisis de la que
las diversas expresiones de no parece que podamos salir.
desobediencia civil, la que tendría que
ser interpretada por el Tribunal
Constitucional como una defensa activa
de los derechos fundamentales. Incluso
de la aceptación, en un contexto de
exclusión institucionalizada como el
nuestro, de que la disidencia y resistencia
ciudadanas –en todas sus expresiones
legales y subversivas– estaría
constitucionalmente justificada24, pese a
la paradoja que ello representaría.

Y, segundo, que si la Constitución del


91 no recogió todas las perspectivas
ciudadanas, todas la eticidades que
componen este país, se impone la
necesidad ineludible de explorar y definir
cuál es el modelo de poder constituyente
que mejor se adapta a la idiosincrasia, a
la identidad, al ethos colombiano para
no repetir el error de concebir
constituciones ideales que no se adapten
al ser de nuestra población y a la
realidad de nuestro país. De lo contrario,
institucionalmente, seguiríamos
prolongando la constitucionalización del
engaño, la hegemonía ideológica y la
dominación histórica que las elites
colombianas quisieron hacer con una

24
Ver, en general, (MEJÍA, 2001 – 2002).

76
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

BIBLIOGRAFÍA

AHUMADA, Consuelo. 1996. “El autoritarismo neoliberal: de la Asamblea


Constituyente a la nueva Constitución”, en: El Modelo Neoliberal y su Impacto
en la Sociedad Colombiana. Bogotá: El Áncora.

ALTHUSSER, Louis. 1988. Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado.


Buenos Aires: Nueva Visión.

ARENDT, Hannah. 1973. The Origins of Totalitarianism, New York, Harvest


Book.

BRUNNER, José Joaquín. 1994. “Tradicionalismo y postmodernidad en la cultura


latinoamericana”, en: H. Herlinghaus - M. Walter (eds.) Posmodernidad en la
Periferia. Berlín: Langer.

– 1999. “Tensiones en la cultura global”, en: Globalización Cultural y


Postmodernidad. México: F.C.E.

BUCHANAN, James. 1975. The Limits of Liberty. University of Chicago Press.

COHEN, Jean – ARATO, Andrew. 2000. Sociedad civil y teoría política. México:
F.C.E.

DELEUZE, Gilles – GUATTARI, Felix. 2000. “Introducción: Rizoma”, en: Mil


Mesetas. Valencia: Pretextos.

– 1974. El Antiedipo. Barcelona: Barral.

ESTÉVEZ ARAUJO, José. 1989. La crisis del Estado de Derecho Liberal.


Schmitt en Weimar. Barcelona: Ariel.

– 1994. La Constitución como proceso y la desobediencia civil. Madrid: Trotta.

ESTRADA, Jairo. 2001. “Elementos para la crítica de un enfoque liberal-


neoinstitucional de la economía en la Constitución de 1991”, en: El debate a la
Constitución. Bogotá: ILSA-UNC.

FERRY, Luc. 1991. “De los derechos del hombre a la idea republicana”, en:
Filosofía Política (T. III). México: F.C.E.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 77


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

FITZPATRICK, Peter. 1998. “El derecho como mito”, en: La Mitología del
Derecho Moderno. Madrid: Siglo XXI.

GARCÍA CANCLINI, Néstor. 1989. “Contradicciones latinoamericanas:


modernismo sin modernización”, en: Culturas Híbridas. México: Grijalbo.

GARGARELLA, Roberto. 1996. “La tradición radical, democracia deliberativa y


control de las leyes”, en: La justicia frente al gobierno. Barcelona: Ariel.

GAVIRIA, Carlos. 2002. “Un enfoque positivo de la Constitución”, en: Varios: El


debate a la Constitución. Bogotá: ILSA-UNC.

GUTIÉRREZ GIRARDOT, Rafael. 1980. “La literatura colombiana en el siglo


XX”, en: Manual de Historia de Colombia (T. III). Bogotá: Colcultura.

GUTIÉRREZ, Carlos. 2002. “El nuevo orden”, en: Le Monde Diplomatique,


Bogotá: julio.

HABERMAS, Jürgen. 1989. “Tendencias a la juridización”, en: Teoría de la


Acción Comunicativa (T.II). Buenos Aires: Taurus.

– 1990. “La soberanía popular como procedimiento”, en: Revista Foro No. 12.
Bogotá: Foro por Colombia.

– 1996. “Patriotismo de la Constitución”, en: La necesidad de revisión de la


izquierda. Madrid: Tecnos.

– 1998. Facticidad y validez. Madrid: Trotta.

– 1999. “Tres modelos normativos de democracia”, en: La inclusión del otro.


Barcelona: Paidos.

HABERLE, Peter. 2002. Constitución como Cultura, Bogotá: Universidad


Externado de Colombia.

HERNÁNDEZ, Andrés (comp.) 2002. Republicanismo Contemporáneo. Bogotá:


Siglo del Hombre.

HÖFFE, Otfried. 1988. “Dans quelle mesure la théorie de John Rawls est-elle

78
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

kantienne?”, en: Individue et Justice Sociale. París: Editions Du Seuil.

LIBREROS, Daniel. 2001. “Nuevo modelo de dominación colonial”, en: ESTRADA


ÁLVAREZ, Jairo (ed.) Plan Colombia. Ensayos Críticos. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia.

LOSEV, A. F. 1998. Dialéctica del Mito. Bogotá: Universidad Nacional.

MACINTYRE, Alasdair. 1981. After Virtud. London: Duckworth.

MEJÍA QUINTANA, Oscar. 1997. Justicia y democracia Consensual. Bogotá:


Siglo del Hombre.

– 2000. Autopoiesis, legitimidad funcional y democracia sistémica”, en: Ideas


y Valores (No. 113). Departamento de. Filosofía, Universidad Nacional, Bogotá.

– 2000. “Conflicto, derecho y democracia”, en: Trans No. 0. Universidad Nacional


de Colombia, Bogotá.

– 2001. La problemática iusfilosófica de la obediencia al derecho y la


justificación constitucional de la desobediencia civil, Bogotá: Unibiblos (Facultad
de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional.

– 2002. “Tribunal constitucional, desobediencia civil y democracia deliberativa”,


en: Andrés Hernández (comp), Republicanismo Contemporáneo. Bogotá, D.C.:
Siglo del Hombre.

– FORMISANO PRADA, Maritza. 1998. “Hacia una asamblea constitucional


como instrumento de democratización y herramienta de paz en Colombia”, en:
Revista de Estudios Sociales. No. 1. Facultad de Ciencias Sociales, U. de Los
Andes, Bogotá.

– TICKNER, Arlene. 1992. Cultura y democracia en América Latina. Bogotá:


M&T.

MESURE, Sylvie – RENAUT, Alain. 1999. “La discussion republicaine du


liberalisme moderne”, en: Histoire de la Philosophie Politique (T. IV). París:
Calmann-Levy.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 79


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

MIRÓ QUESADA, Francisco. 1981. “Leopoldo Zea: de la historia de las ideas a la


idea de la historia”, en: Proyecto y Realización del Filosofar Latinoamericano.
México: F.C.E.

MULHALL, Stephen – SWIFT. Adam. 1992. Liberals & Communitarians. Oxford


& Cambridge: Blackwell.

NEGRI, Antonio. 1993. “La Constitución de lo real”, en: La Anomalia Salvaje,


Barcelona: Anthropos.

– 1994. “Poder constituyente: El concepto de una crisis” y “La constitución del


trabajo” en: El Poder Constituyente. Madrid: Prodhufi.

– HARDT, Michael. 2001. Imperio. Bogotá: Desde Abajo. Introducción de Fabian


Acosta.

NINO, Carlos Santiago. 1997. La Constitución de la Democracia Deliberativa.


Barcelona: Gedisa.

NOZICK, Robert. 1988. Anarquía, Estado y Utopía. México, F.C.E.

PARIJS, Philippe Van. 1993. Qué es una Sociedad Justa? Barcelona: Ariel.

PASHUKANIS, Eugeni. 1976. “Ideología y derecho”, en: Teoría General del


Derecho y el Marxismo. Barcelona: Labor.

PETTIT, Philip. 1999. Republicanismo. Barcelona: Paidos.

PINILLA, Ernesto. 2002. “¿Es viable el estado social de derecho en la sociedad


colombiana?”, en: Pensamiento Jurídico. No. 15. Universidad Nacional, Facultad
de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Bogotá.

RAWLS, John. 1979. Teoría de la Justicia. México: F.C.E.

– 1993. Political Liberalism. New York: Columbia University Press.

– 1996. Liberalismo Político. Barcelona: Crítica.

– 2001. Justice as Fairness: a Restatement. Cambridge: Harvard University Press.

80
Poder constituyente, crisis política y autoritarismo en Colombia
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

RUBIO CARRACEDO, José. 1990. “La recuperación de la filosofía política”,


en: Paradigmas de la Política. Barcelona: Anthropos.

REYES POSADA, Alejandro. 1999. “Geografía de la guerra”, en: Lecturas


Dominicales, de El Tiempo. Bogotá.

SAINZ DE ROBLES, Federico. 1981. Diccionario Español de Sinónimos y


Antónimos. Madrid: Aguilar.

SANCHEZ, Gonzalo - MEERTEENS, Donny. 1985 Bandoleros, Gamonales y


Campesinos. Bogotá: Ancora.

SANDEL, Michael. 1982. Liberalism and the Limits of Justice. Cambridge


University Press.

SARTORI, Giovanni. 1996. Ingeniería Constitucional Comparada. México:


F.C.E.

SCHMITT, Carl. 1971. Legalidad y legitimidad. Madrid: Aguilar.

– 1978. Intervención en el Congreso de Jena de 1924, incluida en su obra La


Dictadura. Die Diktatur. Berlín: Duncker & Humblot, 4º Edición.

– 1982. Teoría de la Constitución. Madrid: Alianza.

– 1995. “Teología Política”, en: Escritos Políticos. Madrid: Doncel.

– 1999. El concepto de lo político. Madrid: Alianza.

TAYLOR, Charles. 1989. Sources of the Self, Cambridge: Harvard University


Press.

TRIEPLEL, Heinrich. 1974. Derecho Público y Política, trad. cast. y prólogo de


José Luis Carro. Madrid: Civitas.

UPRIMNY, Rodrigo “Constitución de 1991, Estado social y derechos humanos”,


en: Varios, El debate a la Constitución. Bogotá: ILSA-UNC.

URIBE, Maria Teresa. 2002. “Las promesas incumplidas de la democracia


participativa”, en: Varios. El Debate a la Constitución. Bogotá: Unibilios.

Revista Jurídicas. Vol. 3, No. 2, Julio - Diciembre, 2006, págs. 47-82 81


Oscar Mejía Quintana
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

VALENCIA VILLA, Hernando. 1997. Cartas de batalla. Una crítica del


constitucionalismo colombiano. Bogotá: CEREC.

VALLEJO MEJÍA, Jesús. 2001. “Reflexiones críticas sobre la Constitución de


1991”: en: La Constitución por construir. Bogotá: Universidad del Rosario.

VALLESPÍN, Fernando. 1997. “Reconciliación a través del derecho”, en:


GIMBERNAT, J. A. (ed.) La filosofía moral y política de Jürgen Habermas.
Madrid: Biblioteca Nueva.

VILLA, William. 2001. “El Estado multicultural y el nuevo modelo de


subordinación”, en: Varios. El debate a la Constitución. Bogotá: ILSA-UNC.

WALZER, Michael. 1983. Spheres of Justice. New York: Basic Books.

WELLMER, Albrecht. 1996. “Condiciones de una cultura democrática”, en:


Finales de Partida: La modernidad irreconciliable. Madrid: Cátedra.

ZEA, Leopoldo. 1976. “Dialéctica del pensamiento latinoamericano”, en: El


Pensamiento Latinoamericano. Barcelona: Ariel.

82

También podría gustarte