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1968: Vietnam – the war is hell (1)

Vietnam, en el sudeste asiático, estuvo bajo la esfera colonial de Francia y hasta


mediados del siglo 20 formaba parte de Indochina, de donde se extraía basicamente
caucho, arroz y zinc. En 1946, bajo el liderazgo de Ho Chi Min, se inició la guerra de
independencia (1946-1954) resultando en un territorio dividido ficticiamente en 4
países, Vietnam del Norte y Sur, Laos y Camboya. La guerra se libró en medio de la
creciente guerra fría entre las potencias emergentes de la segunda guerra mundial:
EE.UU y la URSS. Por entonces, EE.UU aportaba el 80 % de los gastos de Francia en la
guerra, todo en aras de no permitir un estado “comunista” en la región. El resultado fue
un conflicto que duró 2 décadas (1955-1975), con una violencia inaudita que la prensa y
el cine se hicieron cargo de denunciar, difundir y mistificar. Este año se cumplió medio
siglo, 16 de marzo de 1968, del asesinato en masa de civiles en la aldea de My Lai,
hecho conocido más de un año después y que marcó un viraje en la opinión pública
norteamericana sobre la guerra. En ese sentido es imposible no recordar la escena de
“Apocalipsis Now” de Coppola (1979) cuando los helicópteros Huey atacan una aldea
al sonido estridente de la cabalgata de las Valquirias de Wagner, un resumen de la
locura que represento para las partes, combatientes y civiles, esa guerra.

El 30 de abril de 1955 el general Ngo Dinh Diem dio un golpe de Estado con el apoyo
de la CIA, declaró la República de Vietnam del Sur, y se transformó en un dictador que
violó los acuerdos de paz de la guerra de Indochina y además era católico en un país de
mayoría budista. Los monjes, perseguidos por su fé, comenzaron una resistencia
pacífica quemándose a lo bonzo ante los ojos del mundo. El caso emblemático de esta
práctica, que daría inicio desde entonces a múltiples réplicas en todo el mundo, fue el de
Thich Quang Duc, un monje budista de 70 años, que el 11 de junio de 1963 decidió
protestar contra la persecución de los budistas por parte del gobierno Diem. El impacto
internacional fue inmediato. Desde la Casa Blanca, Kennedy ordenó el desplazamiento
de Diem, asesinado en un golpe orquestado por la CIA. En su lugar, asume Nguyen Van
Thieu (1963), más fácil de manejar, en un país donde ya habían 60.000 estadounidenses,
denominados asesores militares. El miedo a convertirse en realidad la “Teoría del
Dominó”, representada por una equivalencia geopolítica ante el supuesto avance de la
otra potencia, ofrecía escasa resistencia dentro del país que enviaba todo tipo de fondos
hacia Asia. Lyndon B. Johnson, sucesor del asesinado Kennedy, será el responsable de
llevar adelante la guerra. La noche del 2 agosto de 1964, el destructor estadounidense
Maddox, navegando en el golfo de Tonkín, es atacado por 3 lanchas norvietnamitas,
este incidente es aprovechado por Johnson para solicitar al Congreso una resolución
bélica por la cual los “asesores militares” tendrían autorización para operaciones de
guerra contra las fuerzas del Vietcong. Muchos años después el presidente Clinton
desclasificó documentos secretos que demostraron que tal ataque nunca tuvo lugar. Un
detalle sin importancia en 1964, con el mundo entero a punto de explotar a causa de la
guerra fría. Johnson estaba embarcado en la campaña de reelección y necesitaba mostrar
una imagen de fuerza ante el comunismo. En marzo de 1965 desembarcaban en Da
Nang 3500 marines y el 2 de noviembre Johnson era reelegido presidente. La prensa y
la opinión pública apoyaban decididamente la guerra.
En marzo de 1965 se autorizó la Operación Rolling Thunder, con cien bombarderos con
el objetivo de atacar instalaciones nortvietnamitas “destruyendo acero y hormigón” en
palabras del presidente. Desde el punto de vista del Derecho Internacional Estados
Unidos no estaba en guerra contra ninguna nación, para ser así debería haber existido
una declaración previa, tampoco fue una invasión de Vietnam del Sur, solo la llegada de
más asesores. A finales de 1965 ya eran más de 100.000 los efectivos destinados allí y
los bombardeos de napalm (gasolina gelatinosa que arde con mucha facilidad al igual
que el llamado fósforo blanco) se transformaron en una práctica constante que afectó
hasta el final de la guerra a la población civil. En 1967, más de 385 mil soldados luchan
en el “infierno” de la selva, contra un enemigo invisible por sus tácticas de guerra de
guerrillas. Para las milicias del Vietcong, había un propósito claro, reunificar a Vietnam
y cumplir con los objetivos de la guerra de independencia guiada hasta 1969 por Ho Chi
Min. Para las fuerzas estadounidenses era una guerra geopolítica que intentaba frenar el
avance “comunista” de la URSS y de la China de “Mao”. La guerra se transformó así en
una lucha sin lógica alguna que derivó en secuencias de masacres por parte de las tropas
de EE.UU que aleccionaban a sus soldados - en su mayoría afroamericanos pobres y
ciudadanos obligados por el servicio militar obligatorio, lo cual generó grandes
protestas en la sociedad civil – para identificar al enemigo como subhumanos,
denominándolos “simple amarillo” (Mere Gook) que podrían ser objeto de abuso e
incluso asesinados a voluntad. Las crónicas periodísticas, especialmente de Sack y Herr
que publicaron varios libros a posteriori de esta guerra, demostraron con claridad, que a
diferencia de los combatientes de la segunda guerra mundial, estos no eran superhéroes,
sino simples reclutas “con mala suerte, obligados a luchar en una guerra que ni
entendían ni podrían ganar nunca”. Herr demostraría además que estaban desquiciados.

Eduardo R. Palermo
Thich Quang Duc, monje budista inmolandose por el fuego. 1963.

Helicópteros UH-H1, Huey, íconos de la guerra. 1968


Soldado norteamericano con la inscripción en el casco: guerra es infierno. 1965.

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