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Desafíos y posibilidades-
Límites y desafíood
Bienvenidxs a esta nueva clase!
¿Comenzamos?
¿Cómo van? ¿Surgen las frases? Vayan registrándolas y anotando quién las dice
(docentes, directivos, padres, estudiantes, medios de comunicación). En este caso las dos
primeras son enunciadas por docentes, la tercera por docentes, padres y/o medios de
comunicación. La última expresa la mirada de muchos jóvenes.
¿Por qué hacemos este ejercicio? Porque el prof. Isabelino Siede nos invita en su
clase a problematizar la institución educativa indagando en las representaciones que
circulan por la institución o fuera de ella. Parte de los siguientes interrogantes:
¿Qué aspectos de nuestras prácticas han sido considerados para un contexto distinto?
¿Cuánto de nuestras prácticas debe ser revisado para dar respuesta a la exclusión social,
a la discriminación y a la violencia? ¿Qué promete la escuela a quienes pasan por ella?
¿Qué promesas ya no puede hacer? ¿Qué nuevas promesas aparecen en el horizonte del
aula? ¿Por qué la crisis puede convertirse en un buen contexto para educar? ¿En qué
medida las debilidades institucionales pueden transformarse en fortalezas y las fortalezas
en debilidades?
Nos preguntamos:
Frases como:
- "la escuela continúa la tarea que han iniciado los padres en las casas";
"La creación del sistema educativo en la Argentina a fines de siglo, estuvo influenciado
por los paradigmas positivistas y evolucionistas en educación teniendo como objetivo
eliminar los aportes de la cultura popular y de los grupos étnicos y culturales tradicionales
por considerarlos bárbaros, simples. La exclusión consistía en la aplicación del paradigma
homogeneizador, obturador de la diversidad y orientado hacia una ‘integración’ obligada a
la civilización representada por la escuela oficial y hegemónica.
Sinisi, Liliana (1999). "La relación nosotros-otros en espacios escolares „multiculturales‟
(págs. 214-215)
Sinisi subraya que la escuela y la sociedad no siempre fueron de la mano en su
historia y que en nuestra historia fundacional, la escuela desoyó los pedidos de un sector
y escuchó otros.
¿Eso significa que no tendría que haber acuerdos entre la escuela, las familias y
la comunidad educativa en sentido más amplio? ¿Qué clase de acuerdos pueden
garantizar que fluyan y se expresen los conflictos?
En las primeras décadas del siglo XX, el éxito expresado en la rápida expansión
del sistema educativo se relacionó a la fuerte capacidad de promesa. Siede resalta que la
escuela prometía mucho y cumplía bastante:
Nos preguntamos:
¿Qué sucede con las expectativas de progreso ligadas a la escuela? ¿qué puede y no
puede prometer la escuela hoy?
Sin embargo, y a pesar que no pueda prometer ascenso social, asegura el fracaso
y la exclusión a los sectores que no pasen por la escuela. En palabras de Siede,” la
escuela ya no asegura éxito social a los "exitosos" escolares, pero garantiza fracaso
social a los "fracasados" escolares”
"Lo que antes funcionaba ya no funciona"
Esta frase pone en tono de lamento o queja la idea nostálgica que añora un
pasado que ya no existe ni es posible replicar. La representación de que todo tiempo
pasado fue mejor y las herramientas de antaño ya no son pertinentes habita en
nuestras escuelas.
¿Cómo convive ese pasado con el presente que habilita el derecho a la obligatoriedad de
la escuela secundaria? ¿Cómo se sostiene una actividad de inclusión social (como es la
transmisión cultural que realiza la escuela) en el contexto de la exclusión cotidiana que
ellos padecen?
Por otro lado, las tareas de la escuela se han expandido hacia funciones que
antes estaban a cargo de otras entidades. ¿Debe la escuela asumir esa nuevas
demandas?¿Tiene herramientas para hacerlo? ¿Cómo construirlas?
En buena medida, la escuela es para muchos sectores el último bastión visible del
Estado, ¿Cómo articular esa realidad con las posibilidades concretas de las instituciones y
de los sujetos que las habitan y sostienen? En este contexto de pandemia ¿Cómo se ha
resignificado la labor de las escuelas? ¿Qué aspectos se han revalorizado?
¿Esperamos que sean otros? ¿Cómo lxs percibimos?¿Como una amenaza al orden y la
disciplina, como una provocación frente a lo nuevo?¿Queremos recuperar al estudiante
como categoría homogénea, anulando las diferencias?¿Queremos que sean
disciplinadxs, calladxs, carentes de conflictos?
Algunos docentes se lamentan diciendo "estos chicos de ahora no son como los
de antes". Plantea Siede que “esta confrontación se da entre estos chicos de carne y
hueso que tengo delante y el vago recuerdo del niño que fue cada uno de nosotros, un
recuerdo tamizado por los años, las valoraciones y la necesidad de encontrar un hilo que
ligue a aquel que fuimos con el docente que somos ahora”.
Está suele ser una expresión que se escucha en sala de profesores junto a la
pregunta ¿cuánto te falta para jubilarte?
Esa frase también encierra cierto juicio de valor sobre la tarea docente, que
aparece minimizada: "ya no tenemos nada para dar". Se une a la sensación de que se les
pide demasiado y no son capaces de responder a tanta demanda.
En este sentido, plantea Siede “la tarea docente asume un rasgo proveedor: dar
algo que se tiene, hasta que se agota. Y es cuando se agota que la provisión demanda un
milagro, omnipotencia, rasgos de sacrificio sin límites. ¿Cuánto de estos rasgos se
potenciaron en la pandemia con las clases no presenciales?” Esta imagen del docente
"sacerdote-laico" suele anclar allí donde hay mayores necesidades y el contexto actual las
ofrece en abundancia”
¿Cuál es la posición más deseable para mantener viva la pasión por enseñar y el deseo
de transformación? ¿Cómo reconstruimos la esperanza y la confianza en nuestras
posibilidades?
En palabras de Siede, “la crisis es una oportunidad para revisar y reformular las
"apuestas" que cada escuela hace en su tarea.” Propone revertir las representaciones
pesimistas, redefiniendo para cada frase una opción desde el optimismo crítico:
“La mayor riqueza de la escuela está en la provocación, en plantear lo otro del presente,
lo que no está hoy porque estuvo en un pasado reciente o remoto, o porque está en el
futuro que nuestras expectativas imaginan. Su tarea es darle a la comunidad lo que no
pide, lo que desconoce, lo que oculta u olvida. La función de la escuela puede ser
trascender su tiempo, denunciar las endebles verdades de época, desnudar los mitos
sobre el ayer y el mañana que todo tiempo presente fabrica como proyección de sí
mismo.”
Se trata de:
-echar a rodar la invitación a lo que queremos que la escuela sea, lo que creemos que
puede hacer y dar en este tiempo, lo que estamos dispuestos a construir en ella.
-interpelar las prácticas, el currículum, los regímenes de convivencia, las concepciones
que tenemos sobre los jóvenes y sobre nuestro rol en la comunidad.
Las escuelas que generan experiencias exitosas son aquellas que se apoyan en
redes sociales locales para intercambiar saberes y recursos. La mayoría de las
experiencias documentadas en las buenas prácticas dan cuenta de ello.
Por otra parte, hay debilidades ineludibles. Siede explicita que cada escuela debe
estar atenta a sus límites, a lo que no puede ofrecer ni garantizar. En muchos casos,
esas debilidades se pueden compensar en alianza con otras organizaciones, que pueden
aportar mucho para trabajar problemáticas inéditas para la institución escolar.
Siede plantea:
“abrir los ojos para denunciar la exclusión y para recibir nuevas
subjetividades, para combatir la desigualdad y para reconocer otros modos de
vida”
Implica una nueva manera de ver a lxs estudiantes y nuevas formas de vincularse con
ellxs y habitar las escuelas..
https://youtu.be/bO7laeo1RRk
Nos conmueve la experiencia de Fernando porque logra recoger las miradas que
intentamos, con el profesor Carlos, transmitir en las cursadas: la posibilidad de ver a
los/as estudiantes como sujetos de derecho en el plano de lo político y como
constructores de su propio aprendizaje desde lo filosófico-pedagógico-didáctico. Desde
Construcción de Ciudadanía, Fernando no quedó preso del modelo tradicional de
enseñanza (el modelo explicación-aplicación) o de representaciones pesimistas acerca
de la escuela, los estudiantes y su rol en la escuela. Desde una posición optimista crítica,
les ofrece la palabra a los jóvenes y logra un protagonismo que invita a interesantes
reflexiones.
Lxs invito a que vayan pensando y anotando en sus apuntes estas mismas
preguntas para responder, pero esta vez pensando en los proyectos de buenas prácticas
que han elegido.