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Clase 2: Representaciones acerca de la escuela-

Desafíos y posibilidades-
Límites y desafíood
Bienvenidxs a esta nueva clase!

Como les había planteado en la clase presentación, este cuatrimestre está


organizado en tres ejes de análisis que hacen foco en un aspecto particular. Esos ejes
van a entrar en diálogo permanente, no están desarticulados entre sí sino que nos
posibilitan mirar con mayor profundidad un aspecto particular. Vamos a comenzar
pensando desde el eje: institución educativa.

El propósito de esta clase es dar visibilidad a las representaciones acerca de la


escuela que circulan en la cotidianeidad escolar y en la sociedad en su conjunto para
problematizarlas y permitir ensayar posibles modos de intervención.

Tomaremos como bibliografía la CLASE 19: Los problemas sociales:


propuestas para la escuela del Prof. Isabelino Siede, correspondiente al Posgrado
Currículum y prácticas escolares en contexto de FLACSO.

En la clase 2 de Política Institucional, han abordado la educación política de los


jóvenes, leyendo un texto del mismo autor. La idea es que ambas perspectivas dialoguen
entre sí, enriqueciendo el análisis desde distintos enfoques.

El prof. Isabelino Siede parte de representaciones sustentadas actualmente por


buena parte de los actores de las instituciones escolares que necesitan ser discutidas y
repensadas. Muchas de esas representaciones se relacionan con el pesimismo
pedagógico, imprimiendo una mirada nostálgica de la educación moderna que genera en
infinidad de ocasiones, sentimientos de imposibilidad y desencanto.

Al finalizar la clase, Siede delinea algunos criterios para orientar la elaboración de


propuestas escolares relacionadas con los problemas sociales para acordar posibles
abordajes desde la mirada del optimismo crítico, o sea, asumiendo la conflictividad como
una oportunidad para la transformación y como un modo a habitar las escuelas del
presente.

¿Comenzamos?

Vamos a iniciar esta clase realizando un ejercicio. ¿Listxs?

Piensen desde sus propias experiencias y escriban frases referidas a la escuela


que surjan de los dichos de padres, estudiantes, profesores, medios de comunicación,
directivos. No es cualquier frase, sino aquellas que podamos categorizar como “las más
escuchadas” por reiteradas y repetitivas. Seguramente, son las que van a aparecer en
primer lugar en la memoria, porque quedan en nuestro imaginario.
Por ejemplo: “Con los chicos de este barrio, ¿qué podés pretender?”

“Si los padres no se ocupan, ¿qué podemos hacer nosotrxs? ”

“A lxs jóvenes de hoy nos les interesa nada”

“La escuela secundaria no sirve para nada”

¿Cómo van? ¿Surgen las frases? Vayan registrándolas y anotando quién las dice
(docentes, directivos, padres, estudiantes, medios de comunicación). En este caso las dos
primeras son enunciadas por docentes, la tercera por docentes, padres y/o medios de
comunicación. La última expresa la mirada de muchos jóvenes.

¿Por qué hacemos este ejercicio? Porque el prof. Isabelino Siede nos invita en su
clase a problematizar la institución educativa indagando en las representaciones que
circulan por la institución o fuera de ella. Parte de los siguientes interrogantes:

¿Qué aspectos de nuestras prácticas han sido considerados para un contexto distinto?
¿Cuánto de nuestras prácticas debe ser revisado para dar respuesta a la exclusión social,
a la discriminación y a la violencia? ¿Qué promete la escuela a quienes pasan por ella?
¿Qué promesas ya no puede hacer? ¿Qué nuevas promesas aparecen en el horizonte del
aula? ¿Por qué la crisis puede convertirse en un buen contexto para educar? ¿En qué
medida las debilidades institucionales pueden transformarse en fortalezas y las fortalezas
en debilidades?

Siede plantea que los problemas sociales ingresan a la escuela en diálogo o


contraste con las representaciones que los docentes y directivos tienen sobre la sociedad
y la función de la escuela en ella. Los docentes actuamos en función de nuestras
representaciones sobre la realidad. Siede las define :

“Las representaciones son creencias, convicciones, teorías implícitas y supuestos desde


los cuales vemos y entendemos la realidad, a partir de los cuales formulamos juicios de
valor y frente a los cuales actuamos.”

Las representaciones que construimos transitando la experiencia escolar no son la


realidad sino interpretaciones que hacemos de la realidad. Esas representaciones le dan
sentido a nuestras acciones y por lo tanto, pueden servir para explicar las prácticas.

Señala Siede “ las convicciones que se solidifican en certezas y evitan revisarse


periódicamente funcionan como anteojeras deformantes, atrapan la mirada en una
imagen arcaica, ajena o alienante. Es bueno estar convencido de algo, pero no conviene
estar "convictos" de nuestras representaciones, presos de un discurso sedimentado y
solidificado en la historia institucional.”

En primer término, Siede propone revisar algunas de esas creencias acerca de la

relación entre escuela y sociedad.


Representaciones que circulan en la cotidianeidad escolar

La persistencia de la memoria- Salvador Dalí (1931)

Decidí comenzar este apartado con el cuadro La persistencia de la memoria,


conocido también como Los relojes blandos o Los relojes derretidos. Es un cuadro del
pintor español Salvador Dalí de 1931. Con su estilo surrealista, estos fascinantes relojes
parecen haber perdido su integridad física, ya que se deslizan sobre la rama de un árbol o
desde una plataforma ambigua. Volviendo al tema que nos convoca,¿cúantas veces
hemos sentido que la propuesta de las escuelas y de algunos docentes se desvanece?
¿Cómo se procesa esa sensación de pérdida de integridad, identidad y de formato
tradicional de la escuela?

Nos preguntamos:

¿Qué supuestos sobre la escuela se desvanecen frente a las crisis?¿Qué de nuestra


biografía se expresa en nuestros cuerpos, nuestros gestos institucionales, nuestras
emociones? ¿Cuánto de las experiencias pasadas moldea nuestras imágenes del
presente y nos mantienen cautivos, convictos, presos de certezas muertas?¿ Qué
espacios hay para la transformación? ¿Cómo hacer el pasaje del pesimismo al optimismo
crítico?
Siede propone pensar cinco frases que circulan por la cotidianeidad escolar y
también fuera de ellas para analizar qué supuestos y qué hay detrás de cada una de
ellas. ¿Las frases se asemejan a las que uds, registraron?

- "La sociedad no nos acompaña."

-"La escuela ya no tiene nada para ofrecer."

- "Lo que antes funcionaba ya no funciona."

- "Los chicos de ahora no son como los de antes."

- "Los docentes estamos agotados."

Iremos reflexionando sobre cada una de estas representaciones:

"La sociedad no nos acompaña"


Siede plantea que esta frase expresa “el supuesto de que la sociedad debería
acompañarnos en la tarea educativa escolar. Detrás de este juicio hay una visión de las
relaciones entre escuela y sociedad que se plantea como inclusiva y complementaria “

Frases como:

- "la escuela tiene que hacer lo que la sociedad le pide";:

- "la escuela y la familia tienen que ir en el mismo sentido";

- "la escuela continúa la tarea que han iniciado los padres en las casas";

- "los funcionarios continúan la tarea de la escuela, cumpliendo las normas y mostrando


las actitudes que la escuela ha propiciado desde la niñez";

- "los medios de comunicación acompañan la tarea de la escuela con un discurso


coherente y complementario al de la educación escolar".

Expresan relaciones entre escuela y sociedad que en principio parecen idílicas y


controvertidas. “En primer lugar esa relación es imposible en tanto no existe sociedad sin
conflictos, sin contradicciones, sin tensiones y pujas de intereses, sin contrastes y
disputas discursivas” afirma Siede.

Liliana Sinisi expresa:

"La creación del sistema educativo en la Argentina a fines de siglo, estuvo influenciado
por los paradigmas positivistas y evolucionistas en educación teniendo como objetivo
eliminar los aportes de la cultura popular y de los grupos étnicos y culturales tradicionales
por considerarlos bárbaros, simples. La exclusión consistía en la aplicación del paradigma
homogeneizador, obturador de la diversidad y orientado hacia una ‘integración’ obligada a
la civilización representada por la escuela oficial y hegemónica.
Sinisi, Liliana (1999). "La relación nosotros-otros en espacios escolares „multiculturales‟
(págs. 214-215)
Sinisi subraya que la escuela y la sociedad no siempre fueron de la mano en su
historia y que en nuestra historia fundacional, la escuela desoyó los pedidos de un sector
y escuchó otros.

En síntesis, Siede explica que “ escuela y sociedad van, en algunos aspectos, de


la mano, pero también avanzan a destiempo, pues la educación escolar plantea
necesariamente una tensión con el presente, en diálogo con el pasado y con el futuro.
Esa tensión traduce intereses actuales que pugnan por orientar la tarea escolar hacia la
conservación del statu quo o en sentido contrario”.

¿Eso significa que no tendría que haber acuerdos entre la escuela, las familias y
la comunidad educativa en sentido más amplio? ¿Qué clase de acuerdos pueden
garantizar que fluyan y se expresen los conflictos?

"La escuela ya no tiene nada para ofrecer"


“La escuela no sirve para nada”

“Sin el título secundario no conseguís trabajo”

Estas frases que circulan por la sociedad expresan un desencanto respecto de la


función de la escuela. En ese sentido, Siede plantea que la escuela parece haber perdido
"capacidad de prometer".

En las primeras décadas del siglo XX, el éxito expresado en la rápida expansión
del sistema educativo se relacionó a la fuerte capacidad de promesa. Siede resalta que la
escuela prometía mucho y cumplía bastante:

“- ofrecía progreso a los sectores subordinados: el sueño de "m’hijo el dotor" condensaba


las expectativas de ascenso social y reconocimiento económico que mejoraría
notablemente la calidad de vida de una generación a otra.

- ofrecía legitimación a los grupos hegemónicos: “las élites gobernantes encontraron en la


escuela una herramienta muy eficaz para la construcción y difusión del discurso que
sustentaba el proyecto de Estado en formación.”

Nos preguntamos:

¿Qué sucede con las expectativas de progreso ligadas a la escuela? ¿qué puede y no
puede prometer la escuela hoy?

Sin embargo, y a pesar que no pueda prometer ascenso social, asegura el fracaso
y la exclusión a los sectores que no pasen por la escuela. En palabras de Siede,” la
escuela ya no asegura éxito social a los "exitosos" escolares, pero garantiza fracaso
social a los "fracasados" escolares”
"Lo que antes funcionaba ya no funciona"
Esta frase pone en tono de lamento o queja la idea nostálgica que añora un
pasado que ya no existe ni es posible replicar. La representación de que todo tiempo
pasado fue mejor y las herramientas de antaño ya no son pertinentes habita en
nuestras escuelas.

La expresión supone ¿buscar nuevas herramientas o seguir usando las viejas,


recuperando el pasado? ¿la transformación debe venir de la mano de una revisión en las
prácticas o de un cambio en los estudiantes, las familias y los contextos?

La escuela ha construido la mayoría de sus estrategias y modos de acción en el


contexto de una sociedad desigual, con un idea homogeneizante, negadora de las
diferencias.

¿Cómo convive ese pasado con el presente que habilita el derecho a la obligatoriedad de
la escuela secundaria? ¿Cómo se sostiene una actividad de inclusión social (como es la
transmisión cultural que realiza la escuela) en el contexto de la exclusión cotidiana que
ellos padecen?

Algunos docentes manifiestan la necesidad de "estar al día", de capacitarse en


técnicas y saberes novedosos en la didáctica, que según Siede, expresa un contraste
paradojal entre la rapidez con que mutan los discursos pedagógicos y la persistente
estabilidad de las prácticas de aula.

Por otro lado, las tareas de la escuela se han expandido hacia funciones que
antes estaban a cargo de otras entidades. ¿Debe la escuela asumir esa nuevas
demandas?¿Tiene herramientas para hacerlo? ¿Cómo construirlas?

En buena medida, la escuela es para muchos sectores el último bastión visible del
Estado, ¿Cómo articular esa realidad con las posibilidades concretas de las instituciones y
de los sujetos que las habitan y sostienen? En este contexto de pandemia ¿Cómo se ha
resignificado la labor de las escuelas? ¿Qué aspectos se han revalorizado?

"Los chicos de ahora no son como los de antes"


¿Deberían serlo? Es la pregunta que debería seguirle a esta afirmación. Los
rostros, peinados, vestimentas, historias de nuestros estudiantes hacen evidente que no
lo son. Entonces, nos interrogamos, esa frase: ¿expresa la añoranza de que sean” los de
antes”?

¿Esperamos que sean otros? ¿Cómo lxs percibimos?¿Como una amenaza al orden y la
disciplina, como una provocación frente a lo nuevo?¿Queremos recuperar al estudiante
como categoría homogénea, anulando las diferencias?¿Queremos que sean
disciplinadxs, calladxs, carentes de conflictos?

Algunos docentes se lamentan diciendo "estos chicos de ahora no son como los
de antes". Plantea Siede que “esta confrontación se da entre estos chicos de carne y
hueso que tengo delante y el vago recuerdo del niño que fue cada uno de nosotros, un
recuerdo tamizado por los años, las valoraciones y la necesidad de encontrar un hilo que
ligue a aquel que fuimos con el docente que somos ahora”.

Lxs jóvenes de hoy y de siempre han construido y construyen su identidad


expresando su diferencia, haciendo lo contrario que se espera que hagan, rechazando la
invitación a imitar a los niñxs de antes, a los jóvenes de otra época.

"Los docentes estamos agotados"

Está suele ser una expresión que se escucha en sala de profesores junto a la
pregunta ¿cuánto te falta para jubilarte?

Expresa claramente la sensación de agobio, de sobrecarga, de pesadumbre


que embarga crecientemente a los equipos docentes en los últimos tiempos. Si algo de
bueno tiene esta frase es que permite visibilizar a los docentes como sujetos, inscriptos
en un tiempo con exigencias y demandas, también con expectativas y sueños.

Esa frase también encierra cierto juicio de valor sobre la tarea docente, que
aparece minimizada: "ya no tenemos nada para dar". Se une a la sensación de que se les
pide demasiado y no son capaces de responder a tanta demanda.

En este sentido, plantea Siede “la tarea docente asume un rasgo proveedor: dar
algo que se tiene, hasta que se agota. Y es cuando se agota que la provisión demanda un
milagro, omnipotencia, rasgos de sacrificio sin límites. ¿Cuánto de estos rasgos se
potenciaron en la pandemia con las clases no presenciales?” Esta imagen del docente
"sacerdote-laico" suele anclar allí donde hay mayores necesidades y el contexto actual las
ofrece en abundancia”

Es así como se pasa de la hiperilusión al hiperdesencanto, de la omnipotencia a la


impotencia. Esto explica las posturas pesimistas que muchas veces invaden las escuelas.
No somos super héroes…tampoco sacerdotes laicos …

¿Cuál es la posición más deseable para mantener viva la pasión por enseñar y el deseo
de transformación? ¿Cómo reconstruimos la esperanza y la confianza en nuestras
posibilidades?

Elementos y criterios de revisión institucional

El espejo falso. René Magritte,1928.


La elección de este cuadro para iniciar la propuesta de revisión institucional, se
sostiene en la necesidad imperiosa de un cambio en la mirada. El ojo es una ventana a la
realidad, hacia el exterior. Pero también es la puerta al mundo interno de cada uno. Es un
cuadro que invita a mirar “más allá”, hacia lo exterior y hacia cómo esto se nos
representa, pero también “más acá”, al mundo interior, a nuestras convicciones, nuestras
esperanzas y nuestros sueños.

Trabajar en contexto de crisis(lo sabemos porque lo estamos transitando) suele


resultar angustiante y agotador. Sin embargo, también puede convertirse en una
oportunidad porque cuestiona las verdades sedimentadas y diluye las certezas que hasta
hace poco parecían inconmovibles.

En palabras de Siede, “la crisis es una oportunidad para revisar y reformular las
"apuestas" que cada escuela hace en su tarea.” Propone revertir las representaciones
pesimistas, redefiniendo para cada frase una opción desde el optimismo crítico:

- Redefinir la educación como provocación cultural.

- Revisar qué y cómo podemos ofrecer sin promesas de largo aliento.

- Volver a definir fortalezas y debilidades.

- Abrir los ojos para dar la palabra.

- Dar cabida a los sujetos reales en la institución.

Redefinir la educación como provocación cultural


¿Qué significa pensar que la escuela debe provocar culturalmente? La escuela
debe desafiar a la cultura presente. En palabras de Siede;

“La mayor riqueza de la escuela está en la provocación, en plantear lo otro del presente,
lo que no está hoy porque estuvo en un pasado reciente o remoto, o porque está en el
futuro que nuestras expectativas imaginan. Su tarea es darle a la comunidad lo que no
pide, lo que desconoce, lo que oculta u olvida. La función de la escuela puede ser
trascender su tiempo, denunciar las endebles verdades de época, desnudar los mitos
sobre el ayer y el mañana que todo tiempo presente fabrica como proyección de sí
mismo.”

Esta idea de Siede es una de mis preferidas. Va en contraposición a las creencias


pedagógicas de otras épocas donde se pensaba que el docente debía trabajar sólo con el
interés del niño o joven. La apuesta es recuperar su interés pero también mostrarle lo que
no pregunta, lo que desconoce, lo que le afecta y está oculto…en definitiva…interpelar el
mundo en el que vivimos mostrando formas de inclusión en él.

Se trata de:

-echar a rodar la invitación a lo que queremos que la escuela sea, lo que creemos que
puede hacer y dar en este tiempo, lo que estamos dispuestos a construir en ella.
-interpelar las prácticas, el currículum, los regímenes de convivencia, las concepciones
que tenemos sobre los jóvenes y sobre nuestro rol en la comunidad.

Retomando palabras de Siede:

“A partir de ofrecer lo otro, lo distinto, lo desconocido, el conocimiento escolar


puede poner en el centro de la escena la discusión sobre la exclusión, la justicia, la
corrupción y la diferencia”.

“En una sociedad que construyó la exclusión y la injusticia sobre certezas


inmutables, sobre destinos inevitables, sobre mitos incuestionables, el aporte que la
escuela puede hacer está en la posibilidad de pensar otros mundos posibles, en la
denuncia de las certezas que aprisionan, en la invitación a preguntar y argumentar detrás
de cada juicio”

¿Cuántos desafíos no?

Revisar qué y cómo podemos ofrecer sin promesas de largo


aliento
Frente a la pregunta de los jóvenes: ¿para qué sirve la escuela? y frente al
cuestionamiento social de su función, Siede responde: la escuela tiene mucho para
ofrecer:

- en este presente de crisis, un espacio de estudio sistemático de los mundos posibles, de


reflexión sobre lo justo y lo injusto, de recreación de las expectativas y el lazo social;

- en una sociedad basada en la desigualdad y la exclusión, una sociedad escolar donde


los criterios de justicia se discuten públicamente, donde los derechos de cada uno son
garantizados al mismo tiempo que se le exige a cada quien que se haga responsable de
sus actos;

- en una época de desasosiego, un espacio de encuentro cotidiano cara a cara, donde el


otro es reconocido en su diferencia y en su dignidad, donde se puede construir una
experiencia compartida.

En este tiempo, ¿qué podemos prometer?

Construir una escuela que se recrea a sí misma haciéndose cargo de su tarea de


modo tal que quienes ingresan a ella puedan sentir que allí dentro "se respiran aires
nuevos", hay reglas de juego claras, hay una tarea concreta y desafiante, hay una
invitación a participar en un proyecto colectivo

Volver a definir fortalezas y debilidades


Propone Siede que si las herramientas y modos de operar habituales no dan el
mismo resultado que antes, lo primero que la escuela debe hacer es detener la inercia.
“Aquello que antes era útil y constituía una fortaleza institucional puede hoy ser una
debilidad”.
Hay escuelas que construyen su imagen en función de mostrarse como escuelas
de calidad pero ¿qué pasa con la inclusión? ¿en nombre de sostener un “nivel de calidad”
se vuelven exclusoras?” Por otro lado, existen escuelas que logran la inclusión sin
embargo deben trabajar la convivencia, o fortalecer los procesos de enseñanza y
aprendizaje.

Las escuelas que generan experiencias exitosas son aquellas que se apoyan en
redes sociales locales para intercambiar saberes y recursos. La mayoría de las
experiencias documentadas en las buenas prácticas dan cuenta de ello.

Por otra parte, hay debilidades ineludibles. Siede explicita que cada escuela debe
estar atenta a sus límites, a lo que no puede ofrecer ni garantizar. En muchos casos,
esas debilidades se pueden compensar en alianza con otras organizaciones, que pueden
aportar mucho para trabajar problemáticas inéditas para la institución escolar.

Abrir los ojos para dar la palabra


Aquí se expresa una condición fundamental de las buenas prácticas: el
protagonismo de los estudiantes habilitando su palabra.

Las experiencias de buenas prácticas recuperan las voces de los estudiantes y el


docente se transforma en quién plantea interrogantes,propone desafíos y acompaña para
que logren aprendizajes significativos ,

En el aula se construyen imágenes inclusivas o exclusoras sobre los inmigrantes


recientes, sobre los "buenos" y "malos" estudiantes, sobre los rasgos de género, sobre las
elecciones sexuales, sobre las variedades de lenguaje, etcétera. La enseñanza puede
rigidizar su propuesta curricular y tratar de perpetuar las prácticas normalizadoras o puede
habilitar la riqueza de las diferencias

Siede plantea:
“abrir los ojos para denunciar la exclusión y para recibir nuevas
subjetividades, para combatir la desigualdad y para reconocer otros modos de
vida”

Implica una nueva manera de ver a lxs estudiantes y nuevas formas de vincularse con
ellxs y habitar las escuelas..

¿Cuánto de aquellas matrices de desconocimiento del otro irrumpen en nuestras


prácticas actuales e impiden que emerja la palabra de la alteridad?

.”El aula es un espacio público donde la sociedad crea y recrea su historia, su


presente y sus expectativas de futuro. Allí pueden fundarse nuevos sentidos del
lazo social”.

Dar cabida a los sujetos reales en la institución


Siede nos propone pensar que sostener un mandato omnipotente en tiempos de
crisis lleva a la desesperación y la anulación de sí mismo. Por doloroso que sea romper la
imagen todopoderosa, no hay margen para Superhéroes en la realidad argentina: no se
puede resolver todo lo que hoy preocupa a nuestra sociedad. Si insistimos en este
posicionamiento, rápidamente caeremos en el pesimismo.

Lo que necesitamos es no trabajar en soledad y conformar equipos docentes


que incluyan identidades múltiples, recursos variados, historias de vida muy disímiles y un
espacio de comunicación en el que las diferencias se articulen como riqueza, en lugar de
ser vistas como problema.

¿Qué expectativas de la carrera docente siguen presentes en estos años de


formación? ¿Qué miedos e inseguridades lxs movilizan en esta etapa de la carrera? ¿Qué
nuevas apuestas se formulan hoy para su presente y su futuro profesional?
Una experiencia concreta de “BUENAS PRÁCTICAS”

Gustosamente y con emoción les presentamos con el profesor Bernardez, el relato de un


ex alumno del profesorado de Historia del ISFD 29 que cursó simultáneamente ambas
Perspectivas hace unos años. Luego de recibirse, tomó horas de la asignatura
Construcción de la Ciudadanía en el colegio Barrio Marina de Castelar. Se trata de
Fernando Medina y se lo presentamos a través de este video preparado por él.

https://youtu.be/bO7laeo1RRk

Nos conmueve la experiencia de Fernando porque logra recoger las miradas que
intentamos, con el profesor Carlos, transmitir en las cursadas: la posibilidad de ver a
los/as estudiantes como sujetos de derecho en el plano de lo político y como
constructores de su propio aprendizaje desde lo filosófico-pedagógico-didáctico. Desde
Construcción de Ciudadanía, Fernando no quedó preso del modelo tradicional de
enseñanza (el modelo explicación-aplicación) o de representaciones pesimistas acerca
de la escuela, los estudiantes y su rol en la escuela. Desde una posición optimista crítica,
les ofrece la palabra a los jóvenes y logra un protagonismo que invita a interesantes
reflexiones.

Pensando en la experiencia de Fernando, les proponemos responder a los siguientes


interrogantes:

1)¿Qué representaciones negativas acerca de la escuela, los jóvenes y las prácticas


docentes intenta transformar Fernando en su propuesta?
2) Leyendo los criterios de revisión institucional que propone Siede ¿Cuáles consideran
que fundamentan su proyecto?

Lxs invito a que vayan pensando y anotando en sus apuntes estas mismas
preguntas para responder, pero esta vez pensando en los proyectos de buenas prácticas
que han elegido.

Recuerden que pueden seguir indagando en el Banco de Buenas prácticas que se


encuentra en la plataforma del instituto.

Lxs espero en el foro!

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