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La importancia del agua y su ciclo

El agua se encuentra distribuida en el planeta de manera no equitativa para el ser


humano, puesto que alrededor del 97% del total es agua salada que el ser humano no
puede consumir y el 3% restante es dulce. Sin embargo, el 75% del agua dulce se
encuentra en estado sólido, congelada en forma de hielo y glaciares y el resto, que
equivale al 25%, está en estado líquido; este porcentaje se vuelve aún más ínfimo,
considerando que el 99.75% de agua líquida está acumulada bajo la superficie en los
acuíferos y el 0.25% restante es superficial. Y es que el agua es indispensable para la
vida.

Se puede decir que el agua y su ciclo es parte importante del complejo funcionamiento
del planeta Tierra. Cuando la luz del Sol penetra la atmósfera su radiación calienta al
agua de los océanos, mares, ríos, lagos y demás cuerpos de agua líquida; sus moléculas
vibran de tal manera que la tensión superficial se rompe y esta se evapora, el agua pasa
de estado líquido a gaseoso. Al mismo tiempo, los seres vivos realizan el proceso de
transpiración y el agua congelada se sublima.

Toda el agua en forma de vapor es llevada por las corrientes ascendentes de aire a las
capas superiores de la atmósfera donde se enfría y condesa en forma de nubes, y debido
a la gravedad se precipita en forma de lluvia. En consecuencia, el agua precipitada se
acumula en los cauces de los ríos, en los lagos, los océanos y mares y se infiltra debajo
de la superficie hacia los acuíferos. Y así, el ciclo continua.

Debido a la transpiración de las plantas y la evaporación, cerca de trece billones de


metros cúbicos (13*1012 m3) de agua en forma de vapor se acumula en forma de nubes.
Además, se calcula que en promedio en un año llueve treinta veces la cantidad de agua
acumulada en la atmósfera, alrededor de ciento diecinueve mil kilómetros cúbicos
(119*103 km3), de los cuales el 60% (71.4*103 km3) se evapora en la atmósfera y el 40%
restante (47.6*103 km3) va a parar a los cuerpos de agua superficiales y subterráneos.

Más notable aún, es el hecho de que el volumen aproximado de agua en la naturaleza


es de mil quinientos millones de kilómetros cúbicos (1.5*109 km3), de eso treinta y seis
millones (36*106 km3) es agua dulce apta para el consumo humano y de eso veintinueve
millones (29*106 km3) se encuentra en forma de hielo, dando como resultado una
cantidad de agua para consumo humano lamentablemente pequeña en comparación con
el total de agua del planeta.

El continuo ciclo hidrológico que ha mantenido el planeta Tierra durante millones de años,
mismo que ha sido parte primordial en el origen y evolución de la vida, se ha mantenido
constante desde, según teorías, antes que existiera oxígeno para que las primeras
formas de vida evolucionaran para ser capaces de respirar fuera de los océanos
prehistóricos.

En efecto, el ciclo del agua funciona como equilibrador del clima del planeta, pues ayuda
a mantener la temperatura promedio, compensando el exceso de calor en los trópicos,
producto de la radiación solar, con las bajas temperaturas en los polos. Pero este
equilibrio se está viendo afectado por el cambio climático que está sufriendo el planeta
debido a la contaminación de este, misma que ha sido causada por la acción del ser
humano en su egocéntrica pero ciertamente corta travesía por la historia de la Tierra.

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