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ACERCA DEL PAGO Alejandra Rodrigo La ética analitica en ta que se a priictica concierne a la ética deseo del analista, sorta donde su sillon Jo eve, pues su lugar se desprende de su funcién y s6lo desde alli. opera: pero ante ciertas situaciones debemos estar especialmente advertidos, que promuev ian los desvfos. A partir de los breves recortes de los materiales clinicos que presento a continuacién, trabajo una serie de proble- mas que de allf se desprenden. Tatiana llega ala consulta enojada, llora, dice que esté dolorida, muy mal Y que no sale de su asombro. Hace neve meses que esté en tratamiento por sus ataques de pénico, luego relata el siguiente episodio: “Yo siempre pagué mis sesiones, pagaba mes vencido, cuando no iba pagaba igual. le avisé con quince dlfas de anticipacién que el dia del cum- pleaios de mi novio, no irfa. Pensé que con tanta anticipacién no me cobra- ria pero me dijo que de ninguna manera, me dijo cosas terribles”... "-Sio sf me vas a pagar, que te creés, que yo cobro si no trabajo !.... Vos tenés un sueldo.... Tengo una fila de pacientes esperando un tumo-" “A ella le da lo mismo que yo vaya o que no vaya, me fui dando un Portazo”, Tatiana dice no sabér como manejar la situacién, A la vez siguien- te avisa que no va a venir porque tiene una cita en Tribunales. entrevista comenta haber estado torturada todo el fin de se- mana hasta que la Hamé e avisando que dispon; turno, que ella ya tenfa una nueva analista, que la lame para des hace para pagarle la Recordemos algun: ‘Tiene veintidn afios, dos hermanas m ermanos meno- res, Hace seis aios muere su madre de cd padre alcohélic: pegador y violento, a quién describe como un torturador, es un presti- gioso abogado, Meses después de morir su madre, una mafiana al levantarse, Tatiana encuentra en su casa con una mujer que Heva puesta su bata de dormir, Asf conoce a la nueva mujer de su padre. Luego de este episodio se va a vivir con una tia y sus hermanos con otro pariente, quedando solo el hermano menor con el padre. Al tiempo se le inicia a éste un juicio para quitarle la tenencia de sus hijos Actualmente Tatiana vive con su novio. Al cabo de una semana, recibe un Hamado, el de la secretaria de la Prepaga médica por la que se atiend: recordéndole que pase a pagar lo que adeuda, a lo que re fo no adeu- do, Pago mes vencido’ ‘Vemos pues, en este breve relato, como la transferencia queda reba Ja mis para vertiente imaginaria. cuura al insistir que se deberd pagar p ir una reciprocidad, una 65 esode lo que se tr cia Se empieza a escribir. ‘ Verdnica consulta porque teme trasladar al vinculo con su hija, quien n > todavia un afio, la conflictiva relacién con su propia madre Tematica que aborda circunstancialmente durante el transcurso de su tra- tamiento. Embarazada de su segundo hijo ha llegado en la actualidad a cum. plimentar las sesiones de cobertura que su prepage le autoriza, En Ia titima de las mismas comenta: “Pensé que como tenfa la cobertura, podia postergar Cuadernos Sigmund Freud 95 cl hablar de algo que me angustia, en un momento pensé en dejar, total que- daban sesiones por delante. No sé como tocar el tem: Le digo que va ha comenzado a tocar el tema justo cuando ya no qued: por delante y se termina la cobertura. Plantea que quiere continuar en forma privada. A la vez, siguiente co- mienza a hablar de lo que ella llama su obsesién, el temor que la invade cuando luego de trabajar llega a su casa y necesita revisar a su hija, el cuerpo de su hija, porque teme que alguien le haya hecho algo, algo sexual, que la hayan tocado. Tocar el cuerpo de una hija la remite al cuerpo de su madre, siempre bien arreglada, alta y delgada, quien se obsesionaba cuando ella era una nitia, levéndola a los médicos para que bajara de peso. “Yo no debo haber sido la hija que ella quiso tener”, comenta con ligrimas en los ojos. Convocada por la clinica de nuestros dfas querrfa compart con ustedes alguna reflexiones que hacen a la particularidad de la misma cn aquellas cocasiones donde el psicoanilisis se inserta en la complejidad de una priictica que debera reconocer antes que nada sus obstéculos, sus limites y especificidades. Desde la vieja polémica acerca de si es posible el psicoandlisis en el hos- pital y Ta clinica institucional, nadie hoy dudaria de la eficacia de una expe- riencia transitada durante tantos ajios. Ajios también, en los que se ha ido desarrollando de manera creciente una demanda cada vez mis numerosa aeor- dea la oferta en aumento por parte de los sistemas de Obras Sociales, Prepagos y Coberturas médicas, quienes fueron incluyendo servicios de atencién con Prestaciones de psicélogos y psiquiatras aunados bajo el denominador co- iin de “profesionales de la salud mental”. i “de eso no se habla”, estas lineas intentan transmitir algunos interrogantes desgajados de una practica que ya no puede ser ignorada y que Inace a la subjetividad dle una época en Ia que ya se ha mezclado “gl oro puro del grdtisis al cobre de la sugesti6n direct reud ¢s taxativo y aborda entre atzas cuestc ingiSn ol itfcio del tratamiento, “Cémo pensar la prictica analitica cuando el dinero no circula entre pe cient& y analista Como pago y cobro respectivamence referido a un ercero real que Preexiste 96 Escuela Freudiana de Buenos Aires oo Como regular in Geonge ripto desde otro lugar que establece por ejemplo, media hora de afencién para cada paciente por igual, treinta sesio- snuales gratuitas acordadas por el Plan Médico Obligatorio, frecuencia y snimero estipulados en forma variable para las prestaciones en salud mental, segiin lo adectie el convenio del Empleador con la Prepaga o el plan elegido y psiquidtsica por tres meses bajo la etc Se podirfa objetar que atin asi, el analista debiera maniobrar con dichas variables y ante seme} ciones poder sostener una practica desde el Ingar que le confiere la ética y el acto que conlleva el discurso que le es propio, Pero no siempre tal rigurosidad en los fundamentos de su quehacer puede mantenerlo en la ingenuidad de una asepsia al amparo de una econo~ mia de mercado que oferta asistencialismo como un bien mis y relanza las coordenadas del tiempo y del dinero, en un caso bajo la forma de tiempo produetivo que aboga en la prisa por concluir, y en otro en la urgencia y la inmediatez de los bienes de consumo que caen bajo los efectos que plantea la globalizacién, ‘Ala préctica hospitalaria olainstitucional deefamos, debemos sumar ahora los servicios prestacionales a cargo de una empresa para la que el paciente es un cliente, quien al pagar una cuota mensual, esta comprando servicios de salud que le aseguren una misma cobertura ya sea para el costo de una placa radiografica, Ia visita al gastroenterélogo, una cirugfa vascular reparadora, sus anteojos, el parto, el tratamiento de endodoncia, sus sesiones de anélisis, Ja consulta al nutricionista, su le kinesiologia, etc, etc. ete Se hace aereedor también de un instructivo que recibe donde se le indica smo utilizar dichos servicios, en el que se pue vias de elien- tes, cuotas, inicio y finalizacién de la cobertura, suspensi6n de la cobertura uso de la credencial, tiempos de espera, reintegros, ete., etc. ete. En fin, sco lo que de un servicio integral de salud se espera que oferte. (Cuando no el buzén de quejas en las oficinas administrativas, a fin de qug_el cliente se haga oft). > “Entoness, nuestro futuro paciente que hasta el momento es un cliente > una cuota, generalmenteen Tas misma oTiéinas donde se haya ubicado esta: iegiGamente el buzin de quejas Un dia cualquiera y demandado por la necesidad de reintegrar aquello uadernos Sigmund Freud que cojea, como decfa Lacan, repito, urgido por la necesidad de reintegrarlo al orden vertiginoso de la voraz.cotidianeidad de nuestra vida diaria o bien uuciado por la desestabilizacién de aquello que no engaiia, pide un turno. Accede entonces, si lo hay, a una entrevista con un admisor quien atento _, a.la Temitica_ahora si, que el paciente plantea, concluye en.un diagndstico extraido del DSM4, el que anota en Ja historia clinica, ‘Luego hard la derivacién al profesional que corresponda, Ya sea por a nidad del admisor con este titimo, o bien porque el domicilio de su consulto- rio se adecua los requerimientos del paciente en cuestién, pues puede s der que concurra a su sesién en el horario de almuerzo o al finalizar una larga Jornada laboral y de paso para su casa, ubicada preferentemente en las afue~ ras delaciudad. ‘También puede suceder que el paciente pida un profesional que cubra cierto perfil basado en una determinada edad, sexo, experiencia, que sea o que no sea Lacaniano, de religi6n caidlica, ete. ete., etc. Y cémo termina esto?: con frecuencia y por descarte, se lo deriva a aquél que tiene turnos disponibles, ‘Volvamos ahora a nuestro interrogantes. Cémo sostener una préctica cuando, como deciamos, la demanda no est irigida a un analista sino a un servicio. Cuando la transferencia queda del Jado del médico derivador, cuando el pago tanto para cl analista como para el — determinado por un pacto preexistente extrinseco al and rmismo,fercero pagador estatal o privado, Cémo sesituar en la experiencia analitica misma aquello que hace a Ja especificidad del egmienzo, el encua- dre, el contrato enunciad sleneia real Fetomando por a venlana ‘cuando no 3876 ha he la puerta, o bien, cuando de la peor manera rene qu acide Sudo por a coke? énéica? SSS “Qué queda, pues, elidido cuando analista y paciente trabajan para otro? >| 98 Escuela Freudiana de Buenos Aires Recordemos lo que'Lacan)nos decfa ex ta-Direccién de la Cura! EL analista paga con si persona, con palabras, con lo que hay de esencial en.su juicio mas intimo” anes Pone, ademds, al analista en el banquillo de los acusados en su erftica a los postfreudianos y ala ego psichology. En la actualidad, deberemos volver a ubicarlo precisamente alli, en tanto Jos desvios a los que nos pudieran conducir esta prictica actual, pervierten tuna economia libidinal que se presentaria regulada por Ia oferta y la deman- da que rigen la le Hacemos muestras las preguntas de Lacan: Adénde va, pues, la direcciGn de la cura? “,Quién es el analista’ Alo que a Quign es este sujeto cuya universalizacién rebaja y desconoce lo que verdadero en la singularidad del sintoma? A propésito de La sexualidad en la etiologia de las neurosis, ya Freud Ja constitucién de procedimientos suple- mentarios para sujetos infantiles y para el piblico de pitales” “También alli nos menciona la limitacién de su método destinado a los enfermos mentales crénicos pertenecientes a las clases cultivadas. Hoy, para nosotros, las clases han cedido al cultivo de una globalizacién (que tiende a arrasar las mare hacen a la subjetividad, al apropiarse de aquella singularidad en favor del anonimato que ordena gozar en la comuni- dad de un mercado o lo que es peor que empuja a gozar en la renuncia al El nensidn de la fulta™._Asf se sostiene en imite, lo real, € imaginariza ua valor como plus hos tratamientos bajo la moda- fidad de los sistemas de salud is posible. — S, No sera posible el de un andlisis. FecTa Jose Zuberman en un panel, que el encuadre ¢s también producto e un discurso. “Primero, habla un analista y porque hay un analista, se demanda andlisis..."" En tanto, agregarfa, hay ttansferencia, la transferencia, hay que producirla, rminar, parafraseando a Lacan, en esta direccién... reinventar el vuelve al punto de partida. ior, presentado en las «la Escuela Freadiana de 00 Freod, $: Las euninos de fa terapia psicoanaltica, = ‘Nervice, G. El lugar del dinero en la experiencia analii por su ausencia, Contexto en Ps

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