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Bogotá, 13 de febrero de 2006

No 20060213CARDBR
Doctor
EDUARDO REINA ANDRADE
Director Asesor Departamento Jurídico
Banco de la República
Ciudad.

Asunto: Pensiones voluntarias gravadas

Estimado doctor Reina Andrade:

Me permito complementar mi carta 20060210CARDBR que remití a su despacho el pasado viernes


10, en respuesta a su comunicación DJ-01939 del pasado 3 de los corrientes, la cual recibí en
aquella fecha, haciendo mención a los documentos:

1. Oficio DRH-01769 de fecha 28 de enero de 2004 (año equivocado, pues se trataba de 2005),
suscrito por Rafael Salazar Posada, Director del Departamento de Recursos Humanos del
ente Emisor, mediante el cual informó de la aplicación de la medida de la retención en la
fuente a mi pensión, en acatamiento de la Ley 223 de 1995, puesto que el suscrito no aún no
cumplía con los requisitos exigidos por la Ley 100 para que fuera exenta de impuestos,
según la interpretación del Banco. También expresó dicha comunicación que para proceder
a dicha práctica, el Banco consultó con expertos en la materia y asimismo se supone que
estudió los conceptos emitidos por las autoridades fiscales.

2. DRH-02516 de fecha 7 de febrero de 2005, suscrito por el mismo señor Salazar Posada,
donde indica que corrige el año de la anterior comunicación.

3. Oficio de Derecho de Petición, de fecha 20 de febrero de 2005, dirigido al Subgerente


Administrativo, Luis Fernando Restrepo Valencia, donde el suscrito solicitó la devolución
de la retención en la fuente y expresó que mi pensión era en ese momento exenta de
impuestos en virtud de sus características, de las leyes que rigen las pensiones, y asimismo
solicitó que el Banco oficiara a la DIAN en ese sentido. En virtud de que mi profesión no es
la abogacía, traté de argumentar que la no gravabilidad estaba garantizada por la Sentencia
T-466 de 1999 (Corte Constitucional) y trascribí el texto íntegro del numeral 5.4 de la
misma, o sea sin mutilar.

4. Oficio DRH-04936 de fecha 7 de marzo de 2005, suscrita por el señor Salazar Posada,
delegado por el citado Subgerente Administrativo, en respuesta a mi anterior Derecho de
Petición, donde el Emisor negó mis solicitudes, se reafirmó en que el gravamen es legal de
conformidad con lo dispuesto por la Ley 223 de 1995, siguiendo los lineamientos del
concepto 089507 de 22 de diciembre de 2004, vigente a partir del 4 de enero de 2005, y
declaró que aplicó la retención en la fuente a mi mesada de febrero una vez contó con la
certeza emanada del citado concepto, el cual se abstuvo de objetar y no prestó atención al
texto legal trascrito en mi Derecho de Petición, referido al numeral 5.4 de la citada T-466 de
1999, sin mutilar. Al parecer no lo comparó con el que aparecía en el Concepto 089507.
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Declaró también que es al suscrito a quien corresponde entenderse con la DIAN para que
esta entidad aclarara su concepto tributario. A mi manera de ver, el Banco Emisor se
desentendió del problema y acató sin mayor detenimiento la conclusión de la DIAN.

5. Carta de fecha 27 de junio de 2005, dirigida al Gerente General (interino), Gerardo


Hernández Correa, donde hice una serie de consideraciones y propuse como solución al
conflicto entre el Emisor y sus pensionados voluntarios afectados con el gravamen, que la
entidad reconociera que las pensiones voluntarias fueran de reglamento, ya que la diferencia
entre unas y otras era insugnificante, a mi manera de pensar. Cabe resaltar que el señor
Hernández Correa remplazaba en ese entonces al Gerente General José Darío Uribe
Escobar, quien estaba ausente.

6. Carta de opinión, de fecha 1 de julio de 2005, dirigida al Gerente General (interino),


Hernández Correa, donde descalifiqué una de las propuestas hechas por un grupo de
compañeros, “Grupo Zarama”, que contrataron al abogado Fernando Zarama Vásquez,
experto en cuestiones tributarias y ex Director de la DIAN, para que los asesorara en sus
procesos destinados a recuperar la exención tributaria de sus pensiones y para que aclarara
la razón por la cual la DIAN supuestamente había intervenido al Banco, según me comunicó
uno de esos contratantes, el abogado Rafael González Zamorano, ex Gerente de la Sucursal
del Banco en Cali:

“1) Que el Banco de la República nos reestablezca el equilibrio pactado con cada uno de los
pensionados que suscribimos esta comunicación, ajustando las pensiones reconocidas de
forma tal que los valores finales a recibir sean los mismos que hubiéramos recibido en caso
de no existir la retención en la fuente, mientras se cumplen, en cada caso, los requisitos de
la ley 100 de 1993. Igualmente, solicitamos que ese ajuste a nuestras mesadas pensionales
se haga con retroactividad al primero de enero del 2005.”

En dicha carta expresé que exoneraba al destinatario de la respuesta, dada la característica de


la misma (de opinión), y también manifesté que si esa fuera la decisión del Emisor, o sea
que si se acataba la propuesta, yo no la aceptaría, por ser esa transacción o conciliación
ajena a mis principios morales y éticos. También para mis adentros, hecho que no consigné
en esa comunicación, yo no renuncié a mi visión en el sentido de que el concepto 089507 y
el 026979 de 11 de mayo de 2005, el cual ratificó el anterior, poseen un vicio en su
estructura jurídica, dado lo cual la expresiones siguientes manifestadas por el “Grupo
Zarama” me parecieron improcedentes:

“2) Declarar de nuestra parte que hubo un vicio en el consentimiento en el acta de


conciliación judicial, de quienes nos acogimos a la pensión, inducidos por error del Banco
y solicitarle al Banco se acepte este error y se establezcan las consecuencias legales de esta
situación.”

“Debemos aclarar que no hacemos aquí una petición tributaria que deba resolver la DIAN,
porque esta entidad ya se pronunció en sus conceptos sobre las pensiones gravadas, sino
una respetuosa petición a la Junta Directiva del Banco y al señor Gerente General para que
en su calidad de patronos atiendan nuestras peticiones y eviten la afectación en materia
grave, de nuestros ingresos familiares.”
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La primera, porque los suscriptores de esa carta estarían atribuyéndole responsabilidad a la


administración anterior en relación con un vicio en el plan de retiro, cosa que a mi modo de
ver no era correcta, ya que esas pensiones voluntarias debían ser exentas, y estarían también
reconociendo que el gravamen era lícito, exonerando a la DIAN de responsabilidad en la
estructuración de los conceptos 089507 y 026979. Cabe destacar que no soy amigo de los
directivos de la pasada Administración ni de los actuales, pero no soporto que a inocentes de
una acción se les condene, a menos que se me demuestre que son culpables de la situación
que actualmente afrontamos los afectados por un ilegal gravamen, a mi manera de pensar.

7. De manera sorpresiva para mí, porque el Banco de la República no acostumbra hacerlo, y


menos con una carta que no merecía respuesta, el Gerente General (interino) Hernández
Correa, me dio contestación mediante un correo electrónico dirigido a mi buzón de
cable.net.co, en los siguientes términos, el día 5 de julio de 2005, a las 11:06 a.m.:

Apreciado doctor Ramirez:

Leí cuidadosamente sus comunicaciones y di traslado de las mismas a las áreas del Banco
encargadas de estos asuntos para que preparen un informe que será presentado al Consejo
de Administración del Banco.

Puedo asegurarle que en ningún momento afirmé en la reunión que usted cita con el Dr.
Zarama y algunos pensionados, que la DIAN nos estaba investigando, ya que no tengo
conocimiento que ello sea así.

Atentamente,

Gerardo Hernández”

8. Carta de Opinión, de fecha 13 de julio de 2005, dirigida al Gerente General (Interino)


Hernández Correa, donde me manifesté contrario a una respuesta dada por el Gerente de la
Sucursal de Cali (oficio SCL-G-1091 de fecha 6 de julio de 2005) a un Derecho de Petición
enviado por el pensionado Alfredo Restrepo, y asimismo le informé que estaba haciendo lo
posible por demorar otras acciones judiciales que se estaban preparando contra la entidad,
mientras esperaba respuesta a mi carta del 27 de junio.

9. Oficio SG-A-15690, de fecha 22 de julio de 2005, en respuesta a mi Derecho de Petición del


día 27 de junio de 2005, suscrita por el Subgerente Administrativo Luis Fernando Restrepo
Valencia, en la cual reiteró lo manifestado en su Oficio DRH-04936 de fecha 7 de marzo de
2005, y expresó, entre otras cosas, que “las pensiones voluntarias se encuentran por fuera
del Sistema General de Pensiones y son reconocidas por la mera liberalidad del
empleador, cuando el trabajador no cumple con los requisitos para acceder a la pensión
legal; en tal sentido es claro que las pensiones voluntarias no son reconocidas de acuerdo
con la Ley 100 de 1993.” (Resaltados fuera del texto). En esta carta el Banco enmarcó las
pensiones voluntarias nuevamente en la categoría cuarta definida por la DIAN; esto es que
tales pensiones son unas especies de indemnizaciones continuadas por despido.
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10. Carta del 25 de junio de 2005, dirigida por el suscrito al Gerente Ejecutivo Gerardo
Hernández Correa, la cual no mereció respuesta.

11. Carta de Derecho de Petición al Director de la DIAN, con fecha 29 de julio, donde le hice
referencia al numeral 5.4 sin mutilar, y le solicité oficiar al Emisor en el sentido de que las
pensiones voluntarias del plan de retiro de la entidad son exentas.

12. Carta de fecha 1 de agosto de 2005, dirigida al Gerente General titular.

13. Carta de fecha 8 de agosto de 2005, dirigida al Gerente General titular, donde le señalé
explícitamente el posible vicio que consideré que poseía el concepto 089507, al haber
mutilado el numeral 5.4 de la T-466 de 1999 (Corte Constitucional), con el fin de evitar
que nuestras pensiones voluntarias fueran consideradas exentas de impuestos. Pocos días
después advertí que esta carta no era la definitiva y que la había enviado por equivocación,
antes de depurarla en sus expresiones que ciertamente fueron desobligantes.

14. Carta Pública de fecha 14 de agosto de 2005, dirigida al Gerente General Uribe Escobar,
donde le expresé disculpas por los términos de la anterior, pero ratifiqué lo expuesto en
relación con ideas, hice similares consideraciones, nuevamente me expresé sobre el posible
vicio estructural del concepto 089507, ratificado por el 026979, y señalé que el Banco de
la República había incurrido en violación al debido proceso al haber aplicado el gravamen a
las pensiones voluntarias, sin previa notificación, violándonos el derecho a disentir de la
norma tributaria antes de que fuera aplicada, la cual, a mi juicio de lego en la Jurisprudencia,
atropelló el derecho a la exención tributaria de nuestras pensiones, el cual se había
consolidado durante los 11 años en que estuvo vigente el plan de retiro. A mi manera de
pensar, el Banco de la República se arrogó una función que únicamente corresponde al
Poder Judicial, máxime que la norma tributaria podía contener ese vicio señalado, entre
otras cosas.

15. Oficio GG-18224, de fecha 23 de agosto de 2005, suscrito por el Gerente General, en
respuesta a mi carta de fecha 1 de agosto, referida a los aportes parafiscales de las pensiones
voluntarias.

16. Oficio SG-A-18814, suscrito por el Subgerente Administrativo Restrepo Valencia, de fecha
29 de agosto de 2005, en respuesta a mi carta del día 8 anterior., donde respondió un extenso
cuestionario que formulé en ésta, manifestando que el ente Emisor es responsable de la
aplicación del gravamen a las pensiones voluntarias y que no hay un funcionario en especial,
lo cual me permite pensar que la responsabilidad en este asunto es del Representante Legal
de la entidad, que no es otro que el Gerente General, José Darío Uribe Escobar.

17. Carta del día 30 de agosto de 2005, donde le expresé al Gerente General del Emisor que me
veía impedido para controvertir sus argumentos “por motivos ajenos a mi voluntad”. La
realidad del asunto fue que recibí advertencias en el sentido de que mi accionar, con motivo
de la carta de fecha 14 de agosto de 2005, la cual hice pública, a través de la Internet
principalmente, podía deteriorar la seguridad personal mía, y más adelante, a través de mi
dirección electrónica fui insultado en forma repetida y amenazado sistemáticamente. Mi
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primera reacción fue escribirle al Presidente de la República, lo cual hice valiéndome del
correo Web del portal de la Presidencia el día 27 de agosto de 2005, mensaje que ni siquiera
me fue correspondido con el acuse de recibo pertinente. Pensando en la seguridad de mi
familia, decidí marginarme de este asunto, afiliarme a la Asociación de Pensionados y darle
poder al abogado Yezid Francisco Triana Mejía, contratado por esa asociación, para que
condujera mi proceso destinado a la restitución del derecho a la exención tributaria de mi
pensión.

18. Oficio SG-A-19553 de 7 de septiembre de 2005, suscrito por el Subgerente Administrativo,


Restrepo Valencia, en respuesta a mi carta del días 14 y 16 de agosto donde me expresa que
mis inquietudes ya fueron resueltas, entre otras cosas.

19. Carta del 9 de septiembre de 2005 dirigida al Subgerente Administrativo Restrepo Valencia,
donde le expresé que me veía impedido para controvertir sus argumentos por razones
estrictamente personales y familiares.

20. Carta 5300011-Oficio 0311, de fecha 14 de septiembre de 2005, mediante la cual el señor
Juan José Fuentes Bernal, Jefe División de Normativa y Doctrina Tributaria, Oficina
Jurídica de la DIAN dio respuesta a mi Derecho de Petición del 29 de julio de 2005, donde
manifestó, entre otros, que la doctrina tributaria vigente estaba plasmada en los conceptos
089507 y 026979 y que en aplicación del Artículo 71 del Código Contencioso
Administrativo ese despacho había perdido competencia para expresarse sobre el tema.

21. Carta de derecho de Petición dirigida a la DIAN, con fecha del 16 de enero de 2006, donde
le solicité que ordenara al Banco de la República el cese de la retención en la fuente a
nuestras pensiones afectadas con gravamen, puesto que me informaron de la Asociación de
Pensionados que el banco se había resistido a cesar en ese procedimiento hasta que se lo
ordenara la DIAN. En esta oportunidad fui más explícito en señalar la mutilación del
numeral 5.4 de la T-466 de 1999 (Corte Constitucional).

22. Carta de Derecho de Petición referida al número “20060130CARD”, de fecha 16 de enero


de 2006, donde hice una serie de señalamientos en relación con la actuación del Banco y de
la DIAN, en torno al gravamen de las pensiones voluntarias reconocidas por el Emisor.

23. Carta 20060206CARD de Derecho de Petición, de fecha 6 de febrero de 2006, dirigida al


Gerente General Uribe Escobar, donde le señalé que las pensiones voluntarias reconocidas
por el Emisor son exentas de impuestos, le solicité proceder a reconocerlo, y asimismo le
rogué, entre otros, “Ordenar las investigaciones de rigor, tanto internas como externas, en
relación con cualquier acuerdo irregular secreto que haya podido existir entre directivos de
la entidad, subalternos de esa Gerencia General, y pensionados voluntarios afectados con
el gravamen, o apoderados de los mismos.”

24. Carta 20060207CARD de Derecho de Petición, de fecha 7 de febrero de 2006, dirigida al


gerente General Uribe Escobar, en alcance de la anterior, donde traté de hacerlo reflexionar
en que el Artículo 41 de la Ley 31 de 1992, referido al régimen prestacional del Banco de la
República fue acogido por la Ley 100 de 1993, y como consecuencia de ello las pensiones
voluntarias atadas al plan de retiro de la entidad serían exentas de impuestos, dado que
provinieron de conciliaciones judiciales propias del derecho o garantía que teníamos los
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empleados de la entidad (y el mismo ente Emisor), de conciliar “derechos inciertos y


discutibles” con la misma, conciliaciones que sin lugar a dudas debieron ser acogidas por la
Ley 100 de 1993.

25. Carta “Confidencial” de fecha 8 de febrero de 2006, dirigida al Gerente General del Banco,
Uribe Escobar, donde le solicité investigar una posible relación entre el antes mencionado
Asesor Tributario (ver numeral 6), contratado por unos 38 o 40 compañeros pensionados
voluntarios afectados con el gravamen, y directivos de la entidad, y asimismo le solicité que
me informara si el citado fue uno de los “expertos en la materia” que el Emisor consultó
para tener la certeza de la aplicación de la medida de la retención en la fuente a las
pensiones voluntarias reconocidas por la entidad. El Gerente General acusó recibo de mi
mensaje de correo electrónico que contenía esa carta “Confidencial” con la leyenda
“Eliminado sin leer” (o algo equivalente) y de inmediato se lo retransmití, manifestándole
que en virtud de esa respuesta, que consideré descortés, había decidido yo removerle la
confidencialidad al citado oficio, potestad que es del remitente, o sea el suscrito.

26. Mensaje de correo electrónico de fecha 8 de febrero de 2006, transmitido a la 1:21 p.m. al
buzón personal del Gerente Ejecutivo Hernández Correa, donde le di cuenta de que desde
ese día en las horas de la mañana se generó una especie, al parecer procedente del interior
del Banco de la República en el sentido de que tres compañeros del “Grupo Zarama” habían
sido eximidos del gravamen a sus pensiones por la entidad o que sus pensiones habían sido
incrementadas irregularmente a fin de que el gravamen fuera enjugado por tal incremento, y
que tenían el encargo de desmotivar a sus compañeros de grupo para que se desistiera de
hacerle seguimiento a la Sentencia C-1261/05, dado que era adversa a nuestras pretensiones,
y entablaran otro proceso judicial contra el Banco, destinado a la anulación de las
conciliaciones. Solicité telefónicamente a la Asociación de Pensionados acallar tal especie y
le dirigí tal mensaje al citado directivo:

“Estimado doctor Hernández Correa:

Hemos estado recibiendo últimamente información anónima del interior del Banco de la
República, en el sentido de que pensionados voluntarios cuyas edades no son las
estipuladas en la Ley 100 de 1993 no tienen sus mesadas pensionales gravadas, o les fueron
incrementadas a fin de que el mayor valor enjugue un gravamen sobre la renta.

Le agradecería informarme si tal información es veraz y de ser así, responderme si entre los
mismos se encuentran los señores Hugo Benavides Legarda, Ingeniero de Sistemas, Rafael
González Zamorano, abogado y ex Gerente de la Sucursal del Banco en Cali, y Carlos
Hugo Rodríguez Molina, ex Subdirector Técnico del Departamento de Tesorería, ex
funcionarios muy cercanos al abogado Fernando Zarama Vásquez, quien asesora un grupo
de casi 40 pensionados afectados con el gravamen a las pensiones dispuesto por la DIAN a
partir del 4 de enero de 2005, según los conceptos tributarios 089507 y 026979.

Le agradecería su oportuna respuesta, y si es afirmativa también la razón por la cual esas


personas están exentas del citado impuesto sobre la renta.

Atentamente,
7

Carlos Alberto Ramírez Domínguez


Pensionado del Banco de la República”

27. Mensaje de acuse de recibo del buzón del mencionado directivo Hernández Correa, a las
2:49 p.m. del 8 de febrero de 2006.

28. Mensaje de correo electrónico dirigido por el suscrito a la Asociación de Pensionados, el día
9 de enero de 2006, a eso de las 2:29 p.m.:

“Estimados señores:

Encarecidamente les ruego no hacer eco a versiones no comprobadas de anuncios


anónimos relacionados con pensiones voluntarias cuyos beneficiarios son compañeros
nuestros, que supuestamente han sido eximidas del gravamen sobre la renta, o han sido
incrementadas de tal manera que enjuguen esa carga impositiva. Tan pronto como supe de
tales versiones, que por lo visto han cundido entre la comunidad y fuera de la misma, acudí
a la única fuente que nos pudiera confirmar o negar ese hecho, que es el Banco Emisor a
través del doctor Hernández Correa, Subgerente Ejecutivo de la entidad. Al efecto, el día
de ayer, a eso de la 1:21 p.m., le remití el mensaje cuya copia anexo, sobre el cual me dio el
acuse de recibo correspondiente a las 2:49 p.m.

En vista de que hasta el momento no he recibido ninguna respuesta sobre el particular, ni


siquiera un mensaje de correo electrónico porque realmente esta solicitud no entraña un
derecho de petición, les agradecería su concurso a fin de que consideren sin fundamento
esas especies, porque se trata de anónimos, por lo cual afirmarlas o sostenerlas es un
asunto sumamente delicado, y esperen pacientemente hasta tanto el Banco realice la
investigación pertinente, y con base en sus resultados se pronuncie.

Cordial saludo,

Carlos Alberto Ramírez D.”


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Dado que sería sumamente extenso este documento, sólo me he referido a las comunicaciones que
pienso son las más importantes de las que he cruzado con el Banco de la República, y con la DIAN
hasta la fecha, y no me parece oportuno en el presente escrito aportar más sustentos referidos a
otros compañeros, o a la Asociación de Pensionados, tanto de esta capital como de las otras
ciudades, incluidas del extranjero, de las cuales pienso que sus copias reposan en la entidad en
acatamiento de las normas archivísticas internas y legales.

Para concluir, doctor Reina, creo oportuno manifestarle que en virtud de su posición jerárquica, de
su profesión, y de que la dependencia a su buen encargo tuvo el control y la administración jurídica
del plan de retiro voluntario del Banco Emisor, le correspondía defender ese programa así como la
garantía de la exención tributaria de esas pensiones, de conformidad con el Artículo 41 de la Ley
Orgánica de la Institución, régimen prestacional, el cual necesariamente consagró la garantía de los
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arreglos conciliatorios entre la entidad y sus empleados, por lo cual las pensiones conciliadas
judicialmente, y no producto de la decisión unilateral del Banco, necesariamente deben ser exentas
de impuestos, de conformidad con la Sentencia C-1261/05, Corte Constitucional. A mi manera de
ver, este enojoso asunto se ha constituido en el mayor acto de deslealtad que se hubiera cometido
por parte de la entidad en relación con nosotros, sus pensionados y sus familias, quienes hemos
tenido que responder de una manera muy severa pero que es justificable por su trascendencia, y se
lo expreso así porque considero que tengo autoridad moral para ello, ya que la tradición de mi
familia en esta nobilísima entidad se puede remontar a más de 60 años, y no es justo que se haya
dañado esa tradición de respeto por la gente, por la falta de carácter de quienes nos remplazaron en
su administración. Le puedo asegurar que es mucho más injusto lo que hicieron ustedes con la
prestante Institución que lo que hicieron con nosotros, porque desconocieron incluso las leyes que
gobiernan la entidad; esto es, se las pasaron por alto para perjudicar a terceros que somos sus ex
funcionarios en el retiro, ya próximos a la tercera edad.

Atentamente,

Carlos Alberto Ramírez Domínguez


C. C. 8315.023 de Medellín

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