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Reflexiones de una Profesional que se aproxima al á rea del Peritaje Social.

El Peritaje Social, desde la perspectiva de quien se aproxima de forma incipiente a la


temá tica y en base a la mera revisió n teó rica y sin experimentar la labor del Perito,
resuena como un cú mulo de expectativas sin explorar. No obstante la cercanía a las
técnicas que nos proporciona el Trabajo Social, nos permite familiarízanos con un á rea
propia del á mbito jurídico y que para quienes no acostumbramos a desenvolvernos en
ella, ni nos situamos desde ese escenario profesional, nos deja la sensació n de tener
que explorarla responsable y rigurosamente antes de iniciar el camino hacia el
ejercicio del Peritaje.

Segú n mi punto de vista, dicho sea de paso privado de la experiencia de este campo de
acció n, el camino se inicia con el estudio y comprensió n del oficio del Perito,
comprender que nos situamos en un escenario de rigurosa formalidad, que para
quienes nos desenvolvemos en una cotidianeidad laboral má s cercana a los có digos de
la calle y del Trabajo Social cercano al mundo popular, se nos presenta el desafío de
asumir nuevas formas de experiencias laborales, confrontarnos con diversas
realidades sociales y desprejuiciar otras formas de la intervenció n social.

Lo interesante para mi, es que el peritaje social nos propone dar brillo a nuestra gama
de técnicas en el á mbito de la intervenció n familiar del Trabajo Social, pues nos invita
a detenernos en ella y relevarlas a su má xima utilidad, nos invita a pulir nuestras
técnicas de observació n, a explorar y extraer al má ximo los recursos de una
entrevista, agudizar la mirada crítica en el insumo de la informació n recabada, así
como también utilizar cada fuente de informació n que el sistema nos ofrece.

Adentrá ndonos en el estudio má s especifico y centrado en marco normativo, es que


nos aparece como primera prioridad, el estudio de la Norma Técnica, que nos cimienta
el actuar dentro de los pará metros legales del oficio y por tanto, será de suma
relevancia estudiar y conocer ese marco regulatorio como cual legislador asume una
Constitució n Política, guardando las proporciones.

Desde lo prá ctico iniciamos con los conceptos del lenguaje jurídico, que no utilizamos
habitualmente en nuestra jerga profesional, y que para quienes somos un poco má s
reticentes a las formalidades, se nos torna aun má s desafiante.

Lo primero fue comprender el esquema que da vida a un Peritaje Social, entender el


cuerpo jurídico que permite su existencia, al mismo tiempo en que nos empapamos
del sentido del Peritaje como instrumento de prueba, que cuenta con un valor
sumamente importante a la hora de contribuir a la decisió n de un juez. En el ejercicio
de la labor del Perito, presumo que partimos de la base de un Objeto de Juicio, vale
decir, aquello que otorga procedencia a la demanda en cuestió n, imagino, desde mi
lejanía con el á rea, que el Objeto de Juicio marca un hijo conductor en el proceso
posterior.
Luego nos acercamos a los Hechos a Probar, que desde mi punto de vista, se
relacionan a aquellas variables contenidas en un Objeto de Juicio, y que nos invita a
determinar las situaciones que podrían estar o no involucradas en el proceso. Nos
ordena un esquema que vamos ligando a la Metodología de Trabajo y a las técnicas de
recolecció n de informació n mas idó neas para cada ítem.

Teniendo un poco má s de claridad respecto al marco regulatorio, al esquema del


Informe Pericial, que se condice con el Objeto de Juicio y los Hechos a Probar, es que
se nos abre el hilo conductor del Trabajo Pericial, por tanto, estaríamos en
condiciones de armar nuestro informe y darle coherencia a aquellos que queremos
demostrar con la informació n que rigurosamente habremos recabado, ese aspecto me
parece fundamental para darle un sentido claro y ú til a nuestro Peritaje.

Me parece que saldado lo anterior, estaríamos en condiciones de pasar a una segunda


etapa, tan relevante como la primera, y que nos viene a sellar de forma maestra el
resultado del Peritaje, estamos hablando de la Declaració n Perito Forense, hecho que
le otorga la calidad de Forense a nuestro Trabajo Pericial. Probablemente esta etapa
es la que mayor temor nos genera, pues nos obliga a exponer en Foro, nuestra
supuesta experticia sobre aquella porció n de realidad que hemos estudiado,
contrastado y concluido, la que finalmente debemos evidenciar con la rigurosidad que
merece. Es en este momento en que debemos hacer uso de otros recurso y técnicas,
relativas a nuestras habilidades sociales y de comunicació n en su má xima expresió n,
que van desde nuestra imagen, comunicació n no verbal en cuanto a nuestra expresió n,
postura y actitud, hasta el uso del lenguaje, el que se debe lucir y al mismo tiempo
reflejar nuestra capacidad de construir un relato serio, claro, coherente y convincente.

Todo lo anteriormente mencionado, supongo que se conseguirá con la convicció n


personal de que es posible realizar un trabajo profesional limpio y riguroso,
complementado con la preparació n minuciosa de un relato Pericial Forense. Sin
embargo la convicció n será má s tajante en la medida en que el peritaje Social Forense
consiga seducir a un buen profesional e involucrarlo en esta á rea del Trabajo Social.

Carol Pérez Morales, Licenciada en Trabajo Social de


Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

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