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Las lesiones en los músculos, huesos o articulaciones ocurren en personas de todas las
edades en el hogar, en el trabajo y en los momentos de ocio. Una persona puede caerse
mientras camina en el parque y lastimarse los músculos de la pierna. Un equipo puede caer
sobre un trabajador y romperle los huesos, un deportista puede caerse y doblarse una pierna
y a la vez se le pueden desgarrar los músculos.
Estas lesiones son dolorosas y dificultan las actividades diarias, pero rara vez implican
peligro de muerte. Sin embargo si no se reconocen y no se recibe atención, pueden causar
problemas graves.
a) Esguince.
Un esguince es la ruptura de los ligamentos en una articulación.
Los esguinces leves pueden hincharse pero normalmente sanan
rápido. Es posible que la persona no sienta mucho dolor y que
nuevamente esté activa pronto. Si una persona ignora las señales
de hinchazón y dolor y se vuelve activa demasiado pronto, la
articulación no sanará apropiadamente y permanecerá débil. Es
muy probable que vuelva a lesionarse y esta vez la lesión será de
mayor gravedad. Un esguince grave también puede implicar una
fractura o dislocación de los huesos en la articulación. Las
articulaciones más fáciles de lesionarse se encuentran en el
tobillo, la rodilla, la muñeca y los dedos. No trate de aplicar
“masajes” en la articulación lesionada.
b) Luxación o dislocación.
Normalmente las dislocaciones son más obvias que las fracturas.
Una dislocación es el movimiento de un hueso en una articulación
lejos de su posición normal. Este movimiento normalmente es
causado por una fuerza violenta que rompe los ligamentos que
mantienen los huesos en su lugar. Cuando un hueso se mueve
fuera de su lugar, la articulación ya no funciona. El extremo
desplazado del hueso a menudo forma un bulto, una protuberancia
o un hueco que normalmente no existe. No trate de introducir de
nuevo el hueso en la articulación.
c) Fractura.
Es una rotura completa, pequeña o hasta una grieta en un hueso, que puede ser
provocada por la aplicación de una fuerza (de manera directa o indirecta), de manera
espontánea (por descalcificación del hueso o esfuerzos excesivos o repetitivos).
Pueden ser causadas por una caída, un golpe o a veces incluso un retorcimiento. Las
fracturas pueden ser
Abiertas o cerradas.
Fracturas abiertas: Una fractura expuesta implica una herida abierta. Ocurre cuando el
extremo de un hueso atraviesa la piel. Un objeto que atraviesa la piel y rompe el hueso,
tal como una bala, también puede causar una fractura expuesta. Las
Fractura cerrada: Una fractura cerrada la piel no está abierta, pero los segmentos de
hueso pueden dañar tejidos o vasos próximos, hay riesgo de hemorragia interna.
Las fracturas cerradas son más comunes, pero las fracturas expuestas son más
peligrosas porque implican un riesgo de infección y sangrado grave. En general, las
fracturas son de peligro de muerte solamente si implican rupturas en huesos grandes
como los del muslo, si cortan una arteria o si afectan la respiración. Ya que no siempre
se puede saber si una persona tiene una fractura, debe considerar la causa de la lesión.
Una caída desde una gran altura o un choque automovilístico podrían haber causado una
fractura.
Desplazadas o no desplazadas.
Desplazadas: En este tipo de fracturas el(los) segmento(s) óseo(s) se desplaza(n) con
respecto a su eje diafisiario.
No Desplazadas: En este caso ocurre solo la fractura, pero los segmento(s) óseo(s)
sigue(n) manteniendo su simetría con respecto a su eje diafisiario.
Referencias:
1. Adams, H.-A. (2008). Medicina de Urgencias. España.
2. Americana, C. R. (2011). Manual del Participante, Primeros Auxilios, RCP y DEA.
Estados Unidos.
3. Chapleau, W. (2010). Guía rápida para el primer interviniente en emergencias. España.
American Heart Association (2019). Directrices de primeros auxilios de 2015 Parte 15,
Actualización de primeros auxilios de 2019. Estados Unidos