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Estudio Jurídico

1. Procesos de Ejecución

La doctrina y la legislación tipifican este tipo de procesos como de naturaleza procesal.


La fase de ejecución es posterior a la fase de conocimiento, Couture define esta fase
como “El procedimiento dirigido a asegurar la eficacia práctica de las sentencias de
condena”1

Los procesos de ejecución tienen como finalidad que se dé el cumplimiento de un


derecho que ha sido declarado cierto y exigible por un proceso anterior, a través de un
título que lo ampara. Por eso se llaman procesos ejecutivos, aquellos que son iniciados
a través de un título, el cual es el que utiliza el ejecutante para exigir ante el juez el
cumplimiento de una obligación cierta y debida por parte del sujeto procesal que pasará
a ser llamado ejecutado dentro del proceso. Para Juan Montero Aroca y Mauro Chacón
Corado el título ejecutivo “es una forma de representación de algo que ocurrió en el
pasado que se plasma por escrito y sobre papel 2.

Uno de los principios que forman parte importante de los procesos de ejecución es la
celeridad, ya que en estos procesos no se dilucidan ni se entran a conocer cuestiones
de fondo; es decir, las relaciones jurídicas de los sujetos procesales. Su objeto es
hacer efectivo el cumplimiento de la obligación dilucidada en el título en el cual el
ejecutado funda su derecho, ya que existe una obligación de pagar una cantidad cierta,
líquida y exigible.

De lo anterior se puede comprender la naturaleza de los procesos de ejecución, los


cuales tienen como principal objetivo la ejecución del derecho que tiene aparejado un
título, el cual es reconocido por la ley y que por consiguiente tiene una fuerza ejecutiva,
de ahí el nombre de título ejecutivo.

Antonio Lorca expresa que “el éxito de la pretensión ejecutiva depende del título que la
origina, pero en todo caso lo que es preciso tener presente es que la denegación de
ejecución no puede ser arbitraria, ni irrazonable ni fundarse en una causa inexistente ni
en una interpretación restrictiva del derecho a la tutela judicial efectiva” 3, de lo
expresado por Antonio Lorca podemos mencionar que en el proceso ejecutivo la parte
demandada podrá oponerse a la ejecución demandada por el actor, a través de

1
Couture, Eduardo. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. 3° Edición Editorial de palma, Buenos Aires, 1981. Pag.
438.
2
Montero Aroca, Juan y Mauro Chacón Corado. Manual de Derecho Procesal Civil Guatemalteco. Volumen 2.
Guatemala. Editorial Magna Terra Ediciones 2008. Pag. 152.
3
Lorca Navarrete, Antonio Ma. Introducción al Derecho Procesal. Segunda Edición. España. Editorial Tecnos 1991.
Pag. 214
aquellas excepciones que destruyan la eficacia del título, más adelante se dilucidará lo
correspondiente a esto.

1.1. La acción ejecutiva

La acción es el concepto que para toda pretensión que se tenga en el derecho es


universal, es decir; se utiliza en cualquiera de las ramas conocidas del derecho, a
través de la acción hace conocer un reclamo ante un órgano jurisdiccional. Para
ejercitar la acción debe de venir acompañada de una justificación, es decir; un derecho
que pueda ser reconocido. En el caso de los procesos de ejecución, la acción se ve
puesta en marcha cuando se solicita el cumplimiento de la misma a través de un título
el cual la ley le reconoce fuerza ejecutiva.

1.2. El título ejecutivo

El título ejecutivo es el instrumento que contiene el derecho que exige el actor, contiene
una obligación que debe de satisfacerse. El título por lo tanto es el documento a través
del cual se comprueba un hecho el cual reconoce una obligación. De forma resumida el
título ejecutivo es aquel documento que contiene un derecho de ejecución y que faculta
para ello, y que a través de los órganos jurisdiccionales se puede hacer efectiva la
obligación declarada en el documento o título.

La importancia del título ejecutivo versa en su autenticidad, liquidez y exigibilidad,


depende la efectividad de una acción ejecutiva que busque el cumplimiento de una
obligación o la ejecución de una sentencia.

2. El Procedimiento en los juicios ejecutivos

La legislación guatemalteca reconoce dos juicios ejecutivos:

 Juicio Ejecutivo en la Vía de Apremio


 Juicio Ejecutivo Común

2.1. Juicio Ejecutivo en la Vía de Apremio

Autores como Hugo Alsina comentan acerca de la ejecución en la vía de apremio, y


menciona que “cuando el derecho del acreedor es desconocido por el deudor, aquél
debe recurrir al juicio ordinario para que el juez declare la legitimidad de su pretensión;
si el crédito ha sido reconocido por sentencia o en documento emanado del deudor,
pero éste se niega a su pago, el acreedor tiene a su disposición el juicio ejecutivo. El
proceso de reconocimiento y el proceso de ejecución, corresponden a dos situaciones
distintas: el primero, a un derecho incierto; el segundo, a un derecho cierto pero
insatisfecho.”4

En el caso del Juicio Ejecutivo en la Vía de Apremio, la legislación tiene la intención de


que exista celeridad para que se haga efectivo el cobro de lo adeudado, a través de los
bienes y derechos que pueden ser sujetos a ejecución para poder saldar la obligación
por parte del ejecutado ante el ejecutante. Este es un juicio en que no se dicta
sentencia; lo que corresponde es un auto, y desde la primera resolución dictada por el
juez, este fija la medida coercitiva.

El juicio Ejecutivo en la Vía de Apremio está regulado en el Libro Tercero, Título I del
Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto Ley 107, comprendido en los Artículos 294 al
326.

En la legislación guatemalteca se atribuye la eficacia jurídica de un título si este encaja


en lo regulado en el artículo 294 del Código Procesal Civil y Mercantil:

Procede la ejecución en vía de apremio cuando se pida en virtud de los siguientes


títulos, siempre que traigan aparejada la obligación de pagar cantidad de dinero, líquida
y exigible:

1. sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada;

2. Laudo arbitral no pendiente de recurso de casación;

3. Créditos hipotecarios;

4. Bonos o cédulas hipotecarias y sus cupones;

5. Créditos prendarios;

6. Transacción celebrada en escritura pública; y

7. Convenio celebrado en juicio.

El artículo 296 del mismo cuerpo legal establece que el ejecutado tendrá derecho a
ejecutar su derecho de defensa, pero solo a través de la interposición de excepciones
que destruyan la eficacia del título y que sean fundamentadas en prueba documental,
dentro del plazo legal, siendo este dentro del tercer día de ser requerido o notificado.
Las excepciones que sean interpuestas serán resueltas en procedimiento incidental.

4
Alsina, Hugo. Juicios Ejecutivos y de Apremio, medidas precautorias, y tercerías. Tomo 2. México. Editorial:
Impresos y Acabados Editoriales. 2002. Pag. 588.
El presente artículo también regula lo relacionado a la prescripción del título en el que
se funda el derecho de ejecución, Martha Lozano al citar a Jorge Machiado comenta
que la prescripción es “el medio de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación
por el transcurso del tiempo que la ley determina, y que es variable según se trate de
bienes muebles o inmuebles y según también que se posean o no de buena fe y con
título justo.”5

La prescripción es un concepto que se debe de tomar muy en cuenta, ya que de ella


depende la eficacia del título en el que se funda un derecho, el artículo 296 del Código
Procesal Civil y Mercantil establece que los títulos señalados por la ley perderán su
fuerza ejecutiva transcurridos cinco años en los casos de las obligaciones simples, por
su parte el tiempo de prescripción será de diez años en el caso hubiere prenda o
hipoteca.

Posteriormente de presentada la demanda de ejecución será el juez quien valorará el


título ejecutivo, si este cumple con los requisitos de ley, posteriormente el juez dictará
mandamiento de ejecución el cual contendrá; el requerimiento al deudor y el embargo
de los bienes que alcancen a cubrir hasta el monto de la deuda.

2.1.1. Embargo

Luego que se admite para su trámite la demanda de ejecución en la vía de apremio se


da el embargo, tal como lo regula el artículo 297 del Código Procesal Civil y Mercantil,
el cual estipula que luego de que el juez califique el título y este cumpla con los
requisitos de ley, despachará mandamiento de ejecución, ordenando el requerimiento
al obligado y el embargo de bienes en su caso.

El embargo consiste en el secuestro y retención de enajenar aquellos bienes que sean


susceptibles a responder eventualmente de la obligación o deuda que se tiene.

Antes de celebrarse el remate de los bienes embargados, el deudor tiene la


oportunidad de interponer aquellas excepciones que destruyan la eficacia del título
ejecutivo.

2.1.2. Remate

Para Hevia Bolaños el remate es “la adjudicación, que se hace de los bienes, que se
venden en moneda a comprador de mejor postura, y condición, como consta de una
rúbrica, y el título del derecho civil” 6; es decir; subasta o acto en que se ofrecen los
5
De Santo, Víctor. Cómo Plantear un Juicio Ejecutivo, Buenos Aires, Argentina, Editorial Universidad. 2007. Pag. 29
6
De Hevia Bolaños. Juan. Curia Filípica. Madrid. Imprenta de la Real Compañía, 1825. Pag. 158
derechos o cosas del deudor a quien mejor condición tenga para ofrecer por ellos, y la
cual termina cuando la oferta ya no es superada.

El remate está regulado en el artículo 313 del Código Procesal Civil y Mercantil, el cual
establece que hecha la tasación o fijada la base para el remate, el juez ordena la venta
de los bienes embargados, para lo cual deberá de anunciarse por lo menos 3 veces en
el Diario Oficial y en otro de mayor circulación, la publicación de los edictos deberá de
cumplir con los requisitos contenidos en el artículo 314 del mismo cuerpo legal. El
término para el remate es de quince días, por lo menos, y no mayor de treinta días.

2.1.3. Liquidación

La liquidación está regulada en el artículo 319 del Código Procesal Civil y Mercantil,
practicado el remate se realizará la liquidación de la deuda, intereses y costas
causadas al ejecutante. El juez librará orden a cargo del subastador conforme a los
términos del remate. Los gastos judiciales, depósito, administración e intervención, y
los demás que deriven del procedimiento ejecutivo, serán por parte del deudor y se
pagarán de preferencia con el precio del remate.

2.1.4. Escrituración

El artículo 324 del Código Procesal Civil y Mercantil establece que, luego de la
finalización de las etapas antes mencionadas, el juez dará un plazo de 3 días para que
el ejecutado otorgue la escritura en la cual trasladará los derechos de dominio sobre los
bienes. En caso el ejecutado se niegue a otorgar la escritura el juez podrá otorgarla de
oficio en rebeldía del ejecutado ante un notario que el interesado designe y a costa de
este último.

2.1.5. Entrega de bienes

Luego de finalizar el proceso se da la entrega de los bienes, al respecto Hugo Alsina


menciona que “de la venta de los bienes embargados, así como para la liquidación del
juicio y pago del acreedor, se procederá en la forma prevenida para el juicio ejecutivo.
El Juicio de apremio no puede trabarse ni detenerse en forma alguna hasta que el
acreedor haya sido satisfecho íntegramente; tampoco procede dejar sin efecto las
medidas dictadas en él.”7

7
Alsina, Hugo. Juicios Ejecutivos y de Apremio, medidas precautorias, y tercerías. Op. Cit. Pag. 699.
La entrega de bienes esta preceptuada en el artículo 326 del Código Procesal Civil y
Mercantil el cual estipula que, luego de haber sido otorgada la escritura de traslado de
dominio, el juez mandará a dar posesión al rematante o adjudicatario de los respectivos
bienes, con el mandamiento de juez llevará aunado un término de diez días al
ejecutado para entregar los bienes, de lo contrario se dará el lanzamiento o el
secuestro, según sea el caso.
Bibliografía

1. Couture, Eduardo. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. 3° Edición Editorial


de palma, Buenos Aires, 1981.
2. Montero Aroca, Juan y Mauro Chacón Corado. Manual de Derecho Procesal
Civil Guatemalteco. Volumen 2. Guatemala. Editorial Magna Terra Ediciones
2008.
3. Lorca Navarrete, Antonio Ma. Introducción al Derecho Procesal. Segunda
Edición. España. Editorial Tecnos 1991.
4. Alsina, Hugo. Juicios Ejecutivos y de Apremio, medidas precautorias, y tercerías.
Tomo 2. México. Editorial: Impresos y Acabados Editoriales. 2002.
5. De Santo, Víctor. Cómo Plantear un Juicio Ejecutivo, Buenos Aires, Argentina,
Editorial Universidad. 2007.
6. De Hevia Bolaños. Juan. Curia Filípica. Madrid. Imprenta de la Real Compañía,
1825.

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