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COLEGIO ABRAHAM LINCOLN

AREA DE CIENCIAS SOCIALES


SOCIALES. GRADO NOVENO. TERCER PERIODO
LOGRO 1: Explica las incidencias políticas, económicas y sociales de los gobiernos liberales entre 1930 y 1946, en el contexto
nacional.

II. LA REPUBLICA LIBERAL1930 – 1946


TEXTO RECUPERADO DE: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ciencias/sena/periodismo/cartillacinco/carcin3g.htm

A. LAS NUEVAS FUNCIONES DEL ESTADO


El Estado en Colombia había evolucionado hacia la forma unitaria y centralista a partir de la constitución de 1886 y dado pasos de
avance con la reforma constitucional de 1910; no obstante ello, carecía de los instrumentos suficientes para extender su acción a los
distintos planos de la vida nacional y adecuarse a las nuevas situaciones derivadas del desarrollo de la economía y de la aparición de
nuevos grupos sociales.

En este sentido el Estado había realizado algunos intentos por crear organismos estatales a través de los cuales el Estado ejerciera
control sobre diversas actividades vitales para el país. Esto se cumplió de manera relativa, por ejemplo, durante la administración del
presidente Pedro Nel Ospina (1922 - 1926), a través de la misión Kemmerer. Bajo su orientación fue creado el banco estatal, con
facultad de emisión de moneda, en la línea del intervencionismo económico.

A pesar de tales intentos por desarrollar un Estado independiente y capaz de proyectarse en su acción en los diversos niveles de la
vida nacional, el hecho es que su acción tenía límites internos y externos. Esto puede verse, por ejemplo, en la autonomía con que
contaban los municipios, los que podían contratar empréstitos internacionales sin la intervención de la autoridad central. En lo
externo, en la medida del incremento cada, vez mayor del poderío de los Estados Unidos, se puede ver el papel del Estado, de
intermediario, en lo que toca a las relaciones entre el sector externo y los grupos nacionales del poder económico. Esta situación se
manifestó agudamente en la crisis de 1928, que enfrentó a los trabajadores del banano y a la United Fruit Co., conflicto en el cual el
Estado jugó un papel subordinado a los intereses extranjeros. Al llegar al poder en los años treinta, el liberalismo va a ensayar la
modificación de estas relaciones, tanto en lo interno como en lo externo, pero sin alterar en lo sustancial las relaciones de
dependencia con los Estados Unidos.

B. DEL GOBIERNO DE OLAYA HERRERA A LA "REVOLUCIÓN EN MARCHA"


Ya se han señalado algunos elementos que provocaron la crisis política del conservatismo y su caída del poder en 1930, con la
división del partido conservador en dos candidatos a la presidencia, y el ascenso del liberalismo en el mismo año.

Se podría decir que la administración Olaya Herrera fue el momento de transición que, una vez agotado, condujo a una experiencia
más radical: la experiencia política de la "revolución en marcha", como se ha conocido popularmente la primera administración del
presidente Alfonso López, iniciada en 1934. Desde el punto de vista político el gobierno de Olaya no representó una ruptura con el
modelo consagrado por la hegemonía conservadora que finaliza en los treinta. Ni su actitud ante el sector exportador fue
desfavorable, como tampoco su política frente a las compañías extranjeras, que se vieron favorecidas por su gobierno; quizás mucho
más apoyadas que en la época de Marco Fidel Suárez y su concepción de la "estrella polar", hasta el punto que en 1931 se votó una
ley que favorecía a dichas compañías con la ratificación de la concesión Barco, que había sido anulada en 1926 y 1928.

Para caracterizar el período representado por Olaya, digamos que su gobierno se define como un gobierno de "concertación
nacional" en el que liberales y conservadores comparten los cargos públicos, en el que las distintas tendencias intrapartidarias
coexisten sin llegar a los enfrentamientos que van a caracterizar el período del presidente Alfonso López Pumarejo, tanto dentro del
liberalismo como entre el liberalismo y el partido conservador.

C. LA "REVOLUCIÓN EN MARCHA" 1. EL PROGRAMA AGRARIO


En el paquete de medidas propuestas por el liberalismo Lopista durante la campaña presidencial, un programa central fue la cuestión
de cómo llevar a cabo reformas que desarrollaran la producción agraria en el país. Ya antes de la caída de la hegemonía
conservadora algunos pensadores liberales se habían referido al problema del campo y de la alimentación del creciente aumento de
la población colombiana y, en particular, al problema de las condiciones de vida del campesino dentro del contexto de la estructura
de la tenencia de la tierra a que nos hemos referido en páginas anteriores. Alejandro López, uno de los primeros escritores que
intentara analizar la realidad nacional en términos modernos, en su libro Problemas Colombianos, publicado en 1927, había hecho
énfasis en la necesidad

de que el campesino accediera a la tierra y a formas de crédito por parte del Estado. La llegada al poder del reformismo liberal
planteó la situación del campesino en general del sector agrario, en términos concretos.
La ley 200 de 1936, o "ley de tierras", como se la conoció, fue el instrumento jurídico mediante el cual se llevó a cabo un tipo de
reforma agraria. Esta ley en esencia, implicaba para el país la puesta en marcha de un proyecto económico con las siguientes
implicaciones:

Por un lado, se consideraban baldíos los terrenos que no eran explotados económicamente y la revisión del dominio para los predios
que estuviesen dentro de estas condiciones. En este sentido la filosofía de la ley 200 se inscribía dentro del concepto de la "función
social de la propiedad", y excluía la expropiación de tierras en manos de propietarios privados, la orientación de lo que es en la
actualidad propiamente una Reforma Agraria Socialista.

De otro lado, los baldíos cultivados se reconocían como propiedad del colono, a menos que se comprobase la existencia de títulos de
propiedad expedidos con anterioridad. Las tierras que durante diez años no fuesen explotadas pasarían al dominio de la nación. Al
ocupante se le reconocerían las mejoras efectuadas en ellas para los casos en que los propietarios tuviesen derecho a recuperarlas. Y
a los campesinos que de buena fe hubiesen trabajado tierra ajena, se les reconocería la propiedad al cabo de cinco años.

En el contexto, de un país con clases sociales fuertemente conservadoras y tradicionalistas, el reformismo agrario del presidente
López Pumarejo determinó una fuerte oposición de tales sectores así como agitación campesina e incremento de la organización de
los sindicatos y ligas agrarias. La reacción de la clase terrateniente se hizo ver, entre otras cosas, en el hecho de que los hacendados
no permitieron que sus arrendatarios poseyeran cultivos en sus tierras con el temor de que este hecho condujera al
cuestionamiento, por parte del campesino, de la propiedad sobre sus tierras. Y en un plano más general, la reforma agraria lopista se
constituía en una disminución de su influencia en el poder del Estado y de la sociedad.

La Iglesia fue una de las instituciones que con más decisión defendió el orden imperante, el inmovilismo social y de grupos, sin
conciencia de una política adecuada para realizar cambios en la orientación de la sociedad.

2. EL SECTOR INDUSTRIAL
Se ha señalado que el régimen de Alfonso López Pumarejo expresaba la necesidad de las nuevas clases emergentes en la nación para
reformar en algún sentido los diversos aspectos de la vida económica o social. La reforma agraria, por ejemplo, era un imperativo
para modificar las condiciones del atraso agrario, que provocaban insuficiencia! de producción agrícola e inconformidad social, esta
última expresada en la agitación campesina de los años treinta. En términos de sectores sociales, se puede decir que López Pumarejo
era la personificación del interés por el cambio de la burguesía nacional.

En los años treinta, como ya se dijo, la burguesía, es decir el capitalismo, había crecido. Pero su crecimiento se hallaba obstaculizado
entre otras cosas, por ejemplo, por la ausencia de un movimiento obrero libre del paternalismo en que se encontraba durante el
largo régimen conservador, sometido además a la política de represión del Estado y al desconocimiento, por parte de la élite
gobernante y de los patronos, de su rol significativo en el desarrollo social y económico. La intervención económica del Estado, como
en el caso del campo, se hacía indispensable para liberar obstáculos del camino de la burguesía nacional en su proceso de desarrollo.
Sin embargo, al mismo tiempo contemplaba un intervencionismo que limitaba la actuación libre de los industriales mediante la
puesta en marcha de lo que podríamos llamar una política social que condujera al aumento del consumo de la clase trabajadora y"
en consecuencia, beneficiosa para el desarrollo de la industria, al permitir la expansión del mercado interno. Debe quedar claro que
la política intervencionista del régimen lopista no implicaba ni la nacionalización ni la apropiación sino la cooparticipación entre
Estado y empresa de la dirección en algunas actividades económicas.

3. LA REFORMA TRIBUTARIA
Dentro de su política de intervencionismo económico estatal, el presidente López Pumarejo -vale decir, el sector más progresista del
liberalismo- puso en marcha un paquete de medidas que tendían a hacer más equitativo el régimen impositivo del país, como una
contribución al desarrollo económico nacional y al fortalecimiento del Estado nacional.

Tradicionalmente las clases altas poco habían participado en el régimen de impuestos, concentrándose la mayor carga fiscal en los
sectores más pobres de la nación. Estas medidas encontraron la resistencia de los grupos de empresarios y propietarios más
retardatarios, sin distingo político alguno. La oposición contra estas medidas se organizó en torno a una organización de propietarios
y empresarios, la APEN, que se constituyó al mismo tiempo en oposición política al régimen lopista, y que jugaría un papel
importante en el proceso de conservatización del país, al aliarse con el partido conservador y al procurar la derechización del
liberalismo.
Las medidas en cuestión finalmente se pusieron en vigencia al aprobar el Congreso la ley 78 de 1935, que modificaba las tarifas de
los impuestos para las rentas altas, establecía el impuesto a las utilidades y se creaba el de patrimonio, que complementaba el de la
renta. Aparte de la cuestión relativa a la equidad social, estas medidas apuntaban tanto al fortalecimiento del fisco como al
incremento del ahorro interno, vital para los proyectos de desarrollo trazados por el sector avanzado del liberalismo.

4. LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN
Otro de los problemas claves para la óptica liberal, problema que habían planteado en su momento los -radicales del siglo pasado,
era el de las relaciones entre el proyecto económico - social y la educación. Se trataba de adecuar el sistema educativo a una
concepción filosófica más conforme con las necesidades del desarrollo de un país atrasado, tanto en la vida económica y social,
como en la cultura y la ciencia moderna. En esto parecía haber un consenso en el sentido de que la nación no podía afrontar el reto
del desarrollo con un sistema educativo proclive a la especulación y al olvido de las necesidades reales de las gentes.

Para Alfonso López y su equipo de reformadores la educación no podía reducirse a lo meramente académico o a la enseñanza
verbalista de una élite sabia ilustrando un pueblo ignorante. Se trataba más bien de una participación nacional -por vez primera se
piensa en el rol de la mujer- que hiciera posible la formación de una masa de técnicos, especialistas y profesionales ligados al
impulso del desarrollo capitalista y, en general, al desenvolvimiento de una cultura moderna y crítica, desde el punto de vista de su
visión liberal del desarrollo social.

En términos formales, según la "revolución en marcha", la reforma educativa no significaba exclusivamente un remezón de la vida
universitaria sino también en el ámbito de la educación primaria y secundaria, para que se constituyeran en el acceso a una
concepción más pragmática y transformadora.

La obra fundamental en el campo educativo fue, sin embargo, la reorganización de la Universidad Nacional en el marco de un nuevo
concepto, el de ciudad universitaria, en la que debía ejercitarse la libre investigación científica y el libre debate de las ideas, en la
que se formarían los cuadros de las diversas profesiones y disciplinas que el país necesitaba para ponerse a tono con los tiempos
modernos. En efecto, rápidamente la Universidad Nacional se erigió en el primer centro científico docente del país, sobre el cual la
reacción clerical - conservadora dirigió sus ataques desde el mismo instante de su reorganización. Sin embargo, a la caída del
régimen liberal en 1946 se convirtió en un centro al servicio de la hegemonía conservadora y de la Iglesia.

5. LA REFORMA POLÍTICA
Hasta 1936 el país se había regido por la Carta Fundamental de 1886, constitución que traducía perfectamente el carácter señorial
de la nación colombiana. Las reformas hechas a la Constitución del 86 en 1910, intentaron de alguna manera dar cabida a los
elementos de racionalidad moderna que emergían lentamente del seno de la vieja sociedad patriarcal.

Pero hacia la tercera década del siglo XX, esas reformas ya no fueron suficientes para expresar los nuevos intereses y las diversas
clases y sectores que surgían a la vida económica de nuestro país; por otra parte, el nuevo Estado carecía del instrumento político
fundamental que le permitiera llevar a cabo su proyecto económico y social legalmente. La reforma a la constitución de 1886 que
tuvo lugar en 1936, fue el instrumento que permitió a la "revolución en marcha" poner en práctica la reforma de la sociedad
colombiana. En esencia, la reforma constitucional tocó los siguientes aspectos: sobre la nación y el territorio (Título I), sobre los
habitantes del país en su condición de nacionales y extranjeros (Título II) en el que se modificaron seis artículos, siendo el más
importante el relativo a la igualdad jurídica, reconocida con anterioridad por las constituciones de 1853, 1858 Y 1863.
Sin embargo la parte más importante de esta reforma se refiere a lo que fue el núcleo de la política reformista del liberalismo lopista,
relacionada con los derechos civiles y garantías sociales, Título III de la Constitución, que incluía los siguientes aspectos:

En relación con la propiedad, el dominio o propiedad con implicación de función social; en segundo lugar, el derecho a expropiación,
por parte del Estado, por motivos de interés social, mediante sentencia judicial y previa indemnización; en tercero, la expropiación
sin indemnización por motivos de equidad, cuando así lo hubiese estimado el legislador. Este articulado del Acto Legislativo Nº 1 de
1936, se constituyó en el meollo de la controversia con los sectores más conservadores de la nación, y que le valieron el apelativo de
bolchevique y socializante.
El artículo 11 del Acto Legislativo Nº 1 introducía el concepto de intervencionismo económico y social,. Por el cual el Estado
pretendía introducir un elemento racionalizador entre la burguesía y el individuo, con el propósito de controlar los abusos de los
ricos.

En materia educativa se volvió a la libertad de enseñanza, vulnerada por la Regeneración al entregar la educación a la Iglesia.
Aunque la reforma constitucional lopista incluye otros aspectos importantes como los relativos a la libertad de trabajo sin
limitaciones, la asistencia pública, las garantías del derecho a la huelga para los trabajadores, los arriba indicados constituyeron la
aíz de los conflictos, junto con otros problemas, que llevaron a la confrontación entre el liberalismo y el conservatismo, que concluye
con la caída del primero del poder y el ascenso del segundo a la hegemonía.
D. LA OPOSICIÓN A LA "REVOLUCIÓN ENMARCHA"

1. LOS SECTORES OLIGÁRQUICOS


Al proyecto económico y social lopista se enfrentaron en lo que tocaba a sus intereses, los latifundistas y la alta burguesía de
comerciantes y de industriales. Esta oposición se organizó con la creación de la "Acción Patriótica Económica Nacional'', APEN, que
agrupaba los intereses plutocráticos de ambos partidos con predominio del sector terrateniente liberal. También participó el sector
del capital financiero.
2. EL PARTIDO CONSERVADOR
Ya hemos hablado de la oposición social tanto terrateniente como empresarial que se constituyó en torno a la "Acción Patriótica
Económica Nacional" la cual cobijaba sectores del liberalismo de derecha y del conservatismo.

La oposición más dura la ejerció, sin embargo, el partido conservador tanto por razones puramente de doctrina (ideología) como por
oposición al proyecto económico, particularmente en relación con la cuestión agraria y el problema de la educación. Ligada al
conservatismo se encuentra la oposición de la Iglesia Católica en los mismos aspectos que el conservatismo.

Debe anotarse que al igual que el partido conservador, la Iglesia practicó una oposición militante contra el lopismo, utilizando un
discurso altamente politizado respecto a la reforma agraria, al predicar a través de pastorales dirigidas por obispos a los curas de
aldeas y pueblos. Eso en lo nacional.

En lo internacional, es decir, en los momentos del ascenso del fascismo europeo en sus versiones alemanas, española e italiana, el
partido conservador y la Iglesia tomaron abierta posición en favor de tal ideología autoritaria. Cabe destacar al lado de jefes
conservadores como Laureano Gómez y el grupo de los "Leopardos", identificados con la ideología fascista, a ideólogos como Silvio
Villegas quien llegó a sintetizar su punto de vista antidemocrático en su concepción de que "no hay enemigos a la derecha". Este
tejido ideológico es el que va a enmarcar el período histórico conocido corrientemente como la violencia, en el que el Estado jugará
un rol determinante.
Dentro del liberalismo se ejercitó una oposición que podemos denominar conservadora, pero que poco a poco se fue haciendo cada
vez más importante, hasta el punto de exigir del presidente López una pausa en sus proyectos reformistas. Tales sectores, andando
el tiempo y en condiciones cada vez más adversas al cambio, harán posible la renuncia de Alfonso López a la presidencia, poco antes
de finalizar su período, en una época de agudo conflicto social y de contradictoria política gubernamental en relación con los
sectores populares.

Cabe señalar aquí que la tendencia conservadora o moderada estuvo representada en el liberalismo por Eduardo Santos, cuya
administración (1938 - 1942) caracterizó ese espíritu al cual el propio presidente López se había visto obligado a hacer concesiones.

3. GAITAN Y LA UNIR:
Ya se ha visto cómo la oposición de derecha se expresó en relación con la administración López Pumarejo. Debemos ahora señalar
que, a la par de la crítica conservadora, la izquierda de la época estuvo en la oposición igualmente.

Básicamente la izquierda estaba representada por Jorge Eliecer Gaitán cuya actuación más importante en las postrimerías de la
hegemonía conservadora, fue acerca de la masacre de las Bananeras de 1 928, que denunció ampliamente, y que contribuyó a la
caída del régimen conservador.

La importancia de su actuación puede comprenderse mejor si se recuerda que la zona bananera estaba bajo el control de la United
Fruit Co., compañía norteamericana.
La UNIR (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria) fundada por Jorge Eliécer Gaitán y un grupo de intelectuales en 1933, ejerció
un rol importante en el desarrollo del pensamiento de la izquierda nacional. La ideología de la UNIR era de carácter populista
izquierdista, cuya acción se dirigía al sector campesino y sindical. En el campo la UNIR realizó importantes acciones en favor de las
luchas agrarias de los colonos. En 1935 la UNIR se disolvió al aceptar Gaitán una representación en el Congreso ofrecida por el
partido liberal.

4. EL PARTIDO COMUNISTA
Según orientación de la Internacional Comunista, el partido comunista fue fundado en 1930 con base en los grupos socialistas
existentes en 1926 (partido socialista revolucionario).
El partido comunista siguió las orientaciones de la Internacional Comunista en lo relacionado con la teoría práctica del movimiento
obrero socialista, derivado de la revolución socialista soviética, por lo cual, andando el tiempo, sus interpretaciones de la realidad
nacional se verían afectadas de dogmatismo, al extrapolar análisis y experiencias históricas internacionales a contextos sociales y
políticos muy diferentes. Su interpretación del movimiento gaitanista es un ejemplo de análisis erróneo al confundirlo con el
fascismo que se desarrollaba en la Italia de Mussolini.
De todos modos. el partido comunista contribuyó al desarrollo del movimiento sindical de los años treinta y a la fundación de ligas
agrarias que con el correr del tiempo jugarían un gran papel en la luchas de los trabajadores del campo, particularmente en regiones
de Cundinamarca, Tolima y Cauca.

Con relación a la república liberal, el partido mantuvo su oposición hasta que la Internacional ordenó colaborar con los regímenes de
burguesía nacional, que se consideraban iban a jugar un papel progresista en la lucha anti-fascísta que se avecinaba (Frentes
populares y segunda guerra mundial).

Entre el régimen de López y la oposición de extrema derecha al mismo, el partido comunista se ligó al liberalismo, apoyándole como
un movimiento en la línea de la democracia y del desarrollo nacionalista.
Hay que señalar que durante el gobierno de López el partido comunista pudo expresarse libremente, e incluso contribuir a la
organización sindical de la clase obrera, particularmente en la creación de la central única de trabajadores CTC, que habría de
desempeñar un papel importante en la concientización de las masas urbanas.

E. EL SINDICALISMO DURANTE LA REPÚBLICA LIBERAL 1. EL SINDICALISMO EN LA ADMINISTRACIÓN OLAYA HERRERA


Durante la administración Olaya Herrera, los trabajadores obtuvieron el reconocimiento oficial de su derecho a la organización
sindical y la reglamentación del derecho a la huelga, mediante la ley 83 de 1931; pero al mismo tiempo se reconoció a los patronos el
derecho de utilizar esquiroles en caso de huelga. En 1934 se reconoció la jornada de ocho horas, por lo menos para los empleados.
Durante la administración Olaya Herrera se puede caracterizar el movimiento obrero como un movimiento que abandona
paulatinamente ideologías avanzadas y se pliega en general a la ideología liberal; que prefiere, entre la solución independiente de los
conflictos laborales, la conciliación entre los sindicatos y las empresas. El movimiento de la UNIR creado por Gaitán, del que ya
hemos hablado, influido por el APRA peruano (Alianza Popular Revolucionaria Americana) fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre,
logró influir en sectores obreros tanto urbanos como campesinos, pero no obstante el carácter populista del movimiento, va a ser
apoyado por el liberalismo lo pista que prácticamente asume algunas de las banderas sociales del Unirismo.

La tendencia conciliadora liberalizante partió de las mismas masas, por lo cual podemos decir que al término de la república liberal el
movimiento obrero se siente representado por el liberalismo, aunque en este caso en su versión gaitanista, pues debemos recordar
que el propio Gaitán se reintegró al liberalismo al aceptar una representación
política en el Congreso por el partido liberal. En cuanto al partido comunista, debió plegarse igualmente y aceptar las
orientaciones y el punto de vista de una clase obrera que veía en López Pumarejo su dirigente natural.

2. EL SINDICALISMO Y EL LOPISMO
Durante la primera administración López Pumarejo, 1934-1938, el desarrollo del movimiento obrero se da por la necesidad de un
movimiento obrero lo suficientemente organizado como para constituirse en pieza importante para el desarrollo capitalista
planteado por el proyecto económico social del gobierno. Es decir, que en la medida en que el sindicalismo marche al unísono con la
burguesía, un sindicalismo que no sea fuente de conflicto político para los empresarios en el proyecto económico de esta última, se
va a dar la posibilidad, como en efecto se dio, de una política social que contemple en alguna forma la mejora de las condiciones de
vida de los trabajadores urbanos, lo que a su vez significa la ampliación del mercado interno, necesaria para la expansión capitalista.

Pero va a ser la coyuntura gol pista de 1944 contra Alfonso López lo que ha de propiciar una legislación en favor de los obreros, como
respuesta del Estado al gigantesco respaldo ofrecido por los trabajadores al presidente López.
En efecto, el decreto - ley 2350 de 1944 garantizó la efectividad de la huelga declarada con arreglo a la ley y protegió el activismo
sindical. La ley 6a. de 1945 reconoció lo promulgado por dicho decreto estableciendo así una verdadera jurisprudencia que regulaba
las relaciones entre obreros y capitalistas en los siguientes aspectos: 1. el derecho a la cesantía, 2. el pago de los domingos no
trabajados, 3. El salario mínimo, 4. Nuevas normas sobre accidentes laborales y enfermedades profesionales, 5. dos semanas de
vacaciones pagadas, 6. Reconocimiento de horas extras y trabajo nocturno.
El establecimiento de la protección (estabilidad laboral) de los activistas sindicales (hasta diez trabajadores) a nivel local, así como la
estabilidad total para dirigentes regionales y nacionales por el respectivo período de su acción sindicalista, fueron medidas de suma
importancia que consolidaron el movimiento obrero, pero al mismo tiempo lo ligaban indefectiblemente al Estado liberal. La
prohibición para el patrón de contratar trabajadores durante una huelga declarada legal, eliminó el esquirolaje y fortaleció la
solidaridad obrera.

F. LA TRANSICIÓN A LOS REGIMENES CONSERVADORES


La situación de Alfonso López y la coyuntura nacional a finales de su segunda administración hacían más difícil el mantenimiento de
un gobierno como el llevado a cabo entre 1934 a 1938. La política moderada de la izquierda liberal, con su ideología de pausa a las
reformas y conciliación con los intereses de los grandes capitalistas y propietarios de los dos partidos, preparó el terreno para que el
presidente, en 1944, estuviera aislado tanto de la clase dominante (su propia fracción conservatizada), como del movimiento social
de los trabajadores, pues también López había dado marcha atrás o por lo menos había seguido la línea de la moderación y la pausa.

El golpe militar de Pasto en 1944, no obstante el repudio de los sectores progresistas del liberalismo y de la clase trabajadora,
provocó la renuncia del presidente, y el paso a la presidencia, para terminar el período del mandatario saliente, de Alberto Lleras
Camargo, quien gobernó desde el 7 de agosto de 1945 al 7 de agosto de 1 946.
Alberto Lleras no solamente realizó un gobierno moderado sino que se caracterizó por una política regresiva y francamente ligada al
capital nacional y al capital extranjero. Contrariamente J a su predecesor, Lleras Camargo se enfrentó al movimiento obrero con
autoritarismo y represión, como fue el caso del quebrantamiento de la huelga de los trabajadores del río Magdalena. Igual ocurrió
con la huelga de los trabajadores de la empresa de Textiles Monserrate, apoyada por la CTC, que se enfrentó al gobierno de Lleras
Camargo. De esta manera Lleras Camargo habrá de converger con el conservatismo en términos de una política social y económica
que preparó objetivamente el regreso del partido conservador al poder, con el contexto político adicional de un liberalismo dividido,
cuyas masas van a optar por la experiencia populista representada por Jorge Eliecer Gaitán.

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