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Edipo rey (gr. Oι̉δίπoυς τύραννoς, Oidipous Tyrannos, lat. Oedipus Rex) fue una
tragedia griega de Sófocles, de fecha desconocida. Algunos indicios sugieren que pudo
ser escrita en los años posteriores a 430 a. C. La tetralogía de la que forma parte tiene
fama de haber conseguido solo el segundo puesto en el agon dramático, aun cuando
Edipo rey es considerada por muchos la obra maestra de Sófocles, y era admirada
especialmente por Aristóteles (en la Poética). Trata de la parte de la historia de Edipo en
la que es rey de Tebas y esposo de Yocasta. Cuando se descubre la verdad, que es el
asesino de su padre y el esposo de su madre, Yocasta se suicida y Edipo se ciega a sí
mismo, pidiendo su destierro a Creonte, hermano de Yocasta.
Contenido
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1 Argumento
o 1.1 Peste en Tebas
o 1.2 Predicciones de Tiresias
o 1.3 Acusaciones contra Creonte
o 1.4 Revelaciones de Yocasta
o 1.5 Edipo cuenta su historia
o 1.6 Noticias de Corinto
o 1.7 Resolución de los enigmas
2 El coro
3 Temática
4 Personajes
o 4.1 Personajes Pre-tragedia
o 4.2 Personajes de la tragedia
5 Estructura
6 Véase también
7 Enlaces externos
[editar] Argumento
[editar] Peste en Tebas
Edipo pronuncia un bando solemne en el que conjura a todo el pueblo tebano a que
colabore en el esclarecimiento del crimen, en él asegura tanto al asesino como al
cómplice, que si se muestran, podrán irse sin peligro alguno; a cualquier testigo que
haya visto lo sucedido, que lo diga sin temor y Edipo le recompensará. Pero en caso
contrario, buscará al asesino, al cómplice y al testigo, se le prohibirá rendír culto a los
dioses, nadie del pueblo le hablará, y, será desterrado, y Edipo le maldice, deseándole
una vida miserable. Edipo y el coro de ancianos tebanos confían en que el adivino
Tiresias lo aclare todo.
Cuando llega Tiresias, se produce un diálogo, entre Edipo y éste que degenera en un
enfrentamiento, en el que ambos se insultan; ante las palabras del adivino, que dice que
Edipo está directamente implicado en el asesinato, (aunque Tiresias al principio no
quería hablar sobre lo que sabía, al verse insultado por Edipo como sucio traidor decide
hablar en frente de todos los presentes todo lo que sabía, o sea, acusándolo
rotundamente de ser la causa de tantas desgracias). Edipo interpreta que se trata de una
conspiración del anciano y de Creonte.
Tiresias, antes de despedirse, emite confusas predicciones. Señala a Edipo que pesa
sobre él una maldición. Acerca del asesino de Layo dice que éste se encuentra cerca,
que se cree que es extranjero pero se demostrará que es tebano, que será privado de la
vista y exiliado; que será a la vez hermano y padre de sus propios hijos, hijo y esposo de
su madre y asesino de su padre. Esas declaraciones envenenan más su locura.
Yocasta, que es esposa de Edipo, ejerce de mediadora en la disputa. Tras conocer los
motivos, dice a Edipo que no debe hacer ningún caso de las adivinaciones proféticas y
pone como ejemplo un oráculo que predijo a Layo que moriría asesinado por uno de sus
hijos. Sin embargo, la muerte de Layo se produjo por asesinato de unos bandidos en un
cruce de tres caminos. Al hijo que habían tenido se lo dieron a un campesino para que lo
matara, mas le dio pena y solo lo ato de los tobillos abandonándolo en el bosque,
esperando su muerte. Yocasta señala que por lo visto, no se había cumplido el oráculo
anterior.
Sin embargo, Edipo, al conocer los detalles de la muerte de Layo y sus características
físicas, se alarma y pide la presencia del único testigo del asesinato. Hay un gran
suspenso porque Yocasta no conoce los motivos de ese miedo de Edipo.
Edipo relata a Yocasta cómo sus padres fueron Pólibo y Mérope, reyes de Corinto. En
un momento dado le llegaron rumores de que no era hijo natural de ellos y, al consultar
el oráculo de Delfos, Apolo no respondió sus dudas y en cambio le dijo que se casaría
con su madre y mataría a su padre. Por ello había abandonado Corinto, para tratar de
evitar el cumplimiento de esa profecía. Más tarde, en sus andanzas, había tenido un
incidente en un cruce de caminos, había matado varias personas y sus características
eran las mismas que las conocidas en el asesinato de Layo. La esperanza que tiene
Edipo de no ser el asesino de Layo es que el único testigo había afirmado que habían
sido varios los asesinos.
Yocasta manda llamar al testigo y también se presenta como suplicante ante el templo
de Apolo para que resuelva sus males.
Mientras, llega un mensajero inesperado que trae nuevas noticias sobre los supuestos
padres de Edipo en el reino de Corinto. Pólibo ha muerto a causa de su vejez y quieren
proclamar a Edipo como rey de Corinto. Yocasta, tras oír las noticias, trata de hacer ver
a Edipo que tampoco el oráculo según el cual iba a matar a su padre se había cumplido y
por tanto ya no debería de temer el otro oráculo que decía que se casaría con su madre.
El mismo mensajero es conocedor de la circunstancia de que en realidad Pólibo y
Mérope no eran los padres naturales de Edipo, porque él mismo lo había recogido
cuando era un bebé e iba a ser abandonado por un pastor en el monte Citerón, con las
puntas de los pies atravesadas.
Al conocer los temores de Edipo, el mensajero le explica estos hechos pasados con la
intención de que Edipo se tranquilice.
No obstante, el rey de Tebas desea saber más sobre su origen y descubre que el mismo
pastor que fue testigo del crimen de Layo había entregado a Edipo, cuando éste era un
bebé, al mensajero.
La reina Yocasta, tras oír el relato completo del mensajero, ya ha comprendido todo el
profundo misterio y sale huyendo después de intentar en vano que Edipo se detenga en
su investigación.
Por fin llega el testigo del crimen. Es interrogado por Edipo y por el mensajero y en
principio se resiste a dar respuestas pero ante las amenazas de Edipo revela cómo el
niño que le habían entregado para que lo abandonara en el monte Citerón era hijo del
rey Layo y la reina Yocasta y había sido entregado a él para que muriera para impedir
que se cumpliera un oráculo funesto y él lo había entregado al mensajero por piedad.
Edipo comprende que Yocasta y Layo eran sus verdaderos padres y que todos los
oráculos se han cumplido.
A partir de esta revelación un mensajero de la casa cuenta todos los detalles del suicidio
de la reina Yocasta y la posterior ceguera de Edipo.
Edipo aparece con los ojos ensangrentados y pide ser desterrado. Dice que ha preferido
cegarse porque no puede permitirse ver, después de sus crímenes, a sus padres en el
infierno, a los hijos que ha engendrado, ni al pueblo de Tebas.
Creonte pide a los tebanos que se apiaden de Edipo y lo hagan entrar en el palacio. A
continuación dice que consultará de nuevo al oráculo para saber lo que tiene que hacer
con Edipo. Éste dice que no tenga piedad de él, pide ser desterrado y dice a Creonte que
cuide de sus dos hijas, acto que finalmente es consumado.
Los últimos versos del Corifeo son una especie de conclusión o moraleja en las que se
expresa que incluso aquellos que parecen felices y poderosos están en todo momento
expuestos a sufrir desgracias.
[editar] El coro
El coro es un personaje colectivo que comenta y juzga lo que ocurre en la tragedia.
Durante toda la obra intercala comentarios. Representa al ciudadano tebano, con el cual
todos tienen algo en común. A través de él, se van comentando los episodios de la
tragedia. En ocasiones el coro habla como si fuera el sentido común.
Intervenciones del coro:
Primera: después del prólogo para elevar una plegaria a la divinidad con el fin de
eliminar la peste.
Segunda: después de la primera parte que canta su desconcierto y quiere
encontrar la causa de la peste por un lado, y por otro siente angustia por las
palabras del adivino y por su fidelidad al rey.
Tercera: medita sobre la profecía que el oráculo hizo a Layo y el destino de éste.
Cuarta: después de la tercera parte dando ánimos a Edipo.
Quinta: antes del epílogo en la que canta la desdicha al ver lo que ha sido su rey
y en lo que se ha convertido.
[editar] Temática
De la obra se extraen cinco temas principales:
Otro tema que encontramos es la relación entre Edipo y Yocasta, la cual es, sin que ellos
lo sepan, incestuosa. Sigmund Freud llama «complejo de Edipo» a una construcción
psíquica cuya característica principal es la orientación sexual en determinada fase de su
crecimiento, en la que proyecta sus deseos sexuales sobre el progenitor de sexo opuesto.
Freud cita esta obra para ilustrar su tesis de que los deseos incestuosos son una primitiva
herencia humana y que el mito griego ilustra esta tendencia recurrente.
El cuarto tema es el heroísmo. Nietzsche habla de esta obra en el capítulo nueve del
Nacimiento de la tragedia. Presenta a Edipo como un transgresor. Él es un héroe
condenado a caer por haber intentado llegar demasiado lejos. Al transgredir la
naturaleza y las normas sociales, y querer averiguar aquello que está prohibido, Edipo
descubre un mundo que está vetado a la vista del resto de los mortales. Él comete una
versión masculina, heroica, del pecado original, de la seducción del árbol del
conocimiento que condena a la humanidad a abandonar la inocencia. En este caso es su
curiosidad y su entereza lo que le estimula a investigar. Ese abandono de la inocencia,
de la cómoda ignorancia, es el destino cruel y heroico de Edipo. Y su gesta consiste en
su sacrificio. Como Prometeo, él paga por un bien que la humanidad recogerá tras su
acción.
El quinto tema es el culto a los dioses. A través de toda la obra se ve claramente
reflejada la gran influencia que tenían los dioses en cada uno de los acontecimientos, la
manera como éstos regían el destino de los personajes y sobre todo la convicción de que
lo que dijeran los dioses era exactamente lo que ellos tenían que hacer, es decir, que el
mundo estaba regido por las leyes divinas. Esto indudablemente confirma la mentalidad
politeísta de los griegos, para quienes los dioses tenían una importancia absoluta, ya que
la mayoría de las cosas giraban en torno a ellos.
[editar] Personajes
[editar] Personajes Pre-tragedia
Lábdaco: rey de Tebas, padre de Layo. Debido a la gran ofensa que hizo a los
dioses,su familia sufriría la furia de las deidades.
Layo: rey de Tebas, hijo de Lábdaco, padre de Edipo, y esposo de Yocasta.
Abandonó a su hijo Edipo por un oráculo que decía que lo mataría y se casaría
con su esposa Yocasta.
Pólibo: rey de Corinto, y padre adoptivo de Edipo.
Personajes principales:
Edipo: en la tragedia era el rey de Tebas tras haberse casado con Yocasta. La
tradición decía que, por haber librado a la ciudad de Tebas de la amenaza de la
Esfinge, los tebanos habían querido tenerlo como rey.
Creonte: es el hermano de Yocasta, queda a cargo de las hijas y del trono de
Edipo cuando este se va.
Tiresias: un adivino tebano.
Yocasta: en la obra, era reina de Tebas, habiéndose casado con Edipo una vez
que su anterior esposo, Layo, había muerto asesinado.
Corifeo: el dirigente y animador del coro.
Personajes secundarios:
[editar] Estructura
Edipo Rey es una obra dramática con un solo acto, debido a que toda la obra se
desarrolla en una unidad de tiempo. El autor se nos presenta como testigo, pues no toma
partido ni participa de modo alguno en el desarrollo de la trama.
La obra es una tragedia al cumplir las tres condiciones necesarias para serlo: poseer
personajes eminentes, de elevada condición social; estar contada en un lenguaje
solemne y elevado; y terminar con la muerte, suicidio o locura de uno o varios
personajes sacrificados por rebelarse contra las leyes del destino.