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Aspectos teóricos
de la autobiografía
Agosto de 2020
2 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
ISBN 978-958-48-9364-2
Aspectos teóricos de la autobiografía. / Edgar Velásquez Rivera. – Popayán: Ediciones Ántropos, 2020.
ISBN: 978-958-48-9364-2.
Fotografía de carátula:
Juanedc
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Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita del autor.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 3
Agradecimientos
Índice
Agradecimientos ................................................................... 3
Presentación ........................................................................... 7
Prólogo ...................................................................................... 19
Introducción ........................................................................... 23
Presentación
H
acer la presentación de una obra como ésta constituye un
compromiso muy serio. Se trata de un texto de profundo
sentido teórico, metodológico, conceptual y de una vasta
erudición del transcurrir de la historia, desde la antigüe-
dad hasta el siglo XX. Espero no ser inferior al contenido de la misma,
y sólo debo agradecer al Dr. Edgar Velásquez Rivera su generosidad y
confianza al solicitarme realizar esta tarea, que me honra y acepto con
agrado, dada la amistad que nos une como colegas.
La obra que nos ofrece el historiador es un recorrido por una extensa
y especializada bibliografía sobre los géneros biográfico, autobiográ-
fico, las memorias, en que los autores abordan lo que éstos significan,
los sentidos que han tenido en las distintas épocas en que han sido
elaborados, los impactos que han causado en sus respectivos contextos
históricos, políticos, sociales; los métodos que han empleado los auto-
res para su escritura, así como, en cierta medida, los autobiografiados,
para narrarlas. A lo largo del texto va tejiendo su problema de estudio,
dilucidando los conceptos de sus fuentes de información a la vez que
entrelazando sus propios conceptos, definiciones, críticas, etc., sobre
el objeto de su trabajo.
La obra inicia abordando la etimología del término autobiografía, a
partir de su sentido griego, que se sistematiza en “la vida de una persona
narrada o escrita por sí misma” y la historia de la autobiografía, que Fran-
cisco Rodríguez le atribuye a James Onley, quien la divide en tres etapas,
8 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
Prólogo
Vivir para reflexionarla
C
on gran expectativa, en el mes de noviembre del año 2002,
encontré en las librerías el reciente libro de Gabriel García
Márquez: Vivir para Contarla. Texto en ese entonces espera-
do por muchos, acerca de cómo el nobel vivió sus primeros
años de formación literaria, el alejamiento de la casa materna, su paso
por el periódico El Universal de Cartagena y sus primeros amores con
Mercedes Barcha. El libro inicia con la frase: “La vida no es la que uno vi-
vió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Memorias
inconclusas de una vida relatada y recordada, dejándome nuevamente
con la expectativa de lo no contado, una vez viaja como corresponsal
a Ginebra, enviado en ese entonces por el periódico El Espectador.
La posibilidad de contar la propia vida, es una conversación que
alguien tiene consigo mismo frente a lo acaecido en la misma; esto,
por lo general, sucede un poco después de la mitad del viaje de
nuestra vida, en la cual sentimos el inmenso deseo de escribir lo que
nos pasa (no lo que pasa); es decir, la vida como nos sucede, y a su
vez, nos viene siendo. Presente recuperado por lo vivido y pasado
restaurado que nos da nuevos impulsos para vivir. Es en ese instante
de vida, donde se empieza a contar lo que nos pasa; esto es, en la
medida que rememoramos lo vivido, estamos viviendo; introspección
que hurga los más recónditos caminos y halla lo que se resiste a ser
olvidado. A esto podemos denominar inicialmente bajo el nombre
20 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
Referencias
Introducción
N
adie se sirve mejor que uno mismo. Este proverbio bien
puede justificar la autobiografía como género. Junto con
la biografía y las memorias, la autobiografía hace parte del
elenco de la denominada literatura del yo. Los límites entre
los tres géneros mencionados son difusos e imprecisos, aunque cada
uno tiene sus propias características. Les asiste una larga trayectoria,
especialmente en la cultura occidental, donde autores de distintas disci-
plinas y tradiciones intelectuales se han ocupado, preponderantemente,
de la autobiografía en lo que concierne a su naturaleza, y han hecho
notables contribuciones teóricas. Así, el estudio de la autobiografía es un
arduo trabajo que no concluye dado que, de manera constante, afloran
nuevas aristas del caso y estudios sobre el particular.
Por tanto, nos anima el interés de aportar al conocimiento de la
autobiografía y contribuir a la ampliación de los análisis formulados
sobre tan importante cuestión, obviamente sin pretender agotar el
tema. En consecuencia, esta obra debe ser entendida como un aporte
a su conocimiento en el que se intenta sistematizar un considerable
volumen de los estudios sobre el mencionado género. El propósito
central es mostrar algunos aspectos teóricos sobre la autobiografía.
Tiene ella la particularidad de servir y ser servida por distintos campos
del conocimiento de las Ciencias Humanas y Sociales. Ese rasgo advierte
sobre la dificultad en cuanto tema de investigación y, huelga decirlo,
las polémicas académicas que suscita dicho género, por fortuna cada
día más densas y complejas.
24 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
El autor.
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1. Sentidos etimológicos
del término “autobiografía”
M
últiples son los horizontes en esta materia. El sentido
etimológico que Georges Gusdorf le otorga a la palabra
auto-bio-grafía, de raíces griegas, está dotado de tres
elementos. Para dicho autor, Autos es la identidad, el yo
consciente de sí mismo y el principio de una existencia autónoma; Bios
afirma la continuidad vital de esa identidad, su despliegue histórico.
Entre el Autos y el Bios el diálogo surge, como es lógico, entre el Uno y la
Multiplicidad. El Graphos, por último, introduce el medio técnico que es el
propio de las “escrituras del yo”1. Se trata pues, de la vida de una persona
narrada o escrita por sí misma, situación bastante compleja, riesgosa y
no exenta de sospechas e incertidumbres. En esta trayectoria, se afirma,
percibiríamos el paso del bios al autos para llegar finalmente a la graphe.
Por su parte Francisco Rodríguez le atribuye a James Olney afirmar
que la historia de la autobiografía se puede dividir en tres grandes etapas,
1. LEDESMA PEDRAZ, Manuela. Cuestiones preliminares sobre el género autobiográfico y presentación. En:
Manuela Ledesma Pedraz (Editora), Escritura autobiográfica y géneros literarios, Jaén: Universidad de Jaén,
1999. p. 12.
26 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
2. RODRÍGUEZ, Francisco. El género autobiográfico y la construcción del sujeto autorreferencial. En: Revista
de filología y lingüística de la Universidad de Costa Rica, Número 2, Volumen XXVI, San José, (Jul-Dic de
2000); p. 11.
3. LOUREIRO, Ángel G. Problemas teóricos de la autobiografía. En: La autobiografía y sus problemas teóricos,
Ángel G. Loureiro (Coordinador), Suplementos Número 29, Monografías temáticas, Barcelona: Anthropos,
1991. p. 3.
4. DURÁN LÓPEZ, Fernando. Vidas de sabios. El nacimiento de la autobiografía moderna en España (1733-
1848). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de la Lengua Española, 2005. p. 43.
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más alternativa que la vida de las armas o como una forma de huir
de la pobreza galopante de sus familias.
Así, independientemente de la connotación que se le otorgue a la
vida por parte de un autobiógrafo, debe hacerse claridad que la vida,
tal como es presentada y escrita, no es ni fue la vida en la realidad,
sino cómo interesa, en este caso a su autor, ser presentada y conocida,
la manera como idealiza su vida, el modo en que quiere ser visto y
valorado por sus semejantes. Abundan los argumentos para impugnar
la no correspondencia entre la vida narrada y la vida real; basta esgrimir
los de la condición falible de la memoria, la relatividad de los hechos y
sus significados y la existencia de múltiples hermenéuticas tanto de los
procesos como de los conceptos y categorías con los cuales se abordan.
Se trata, más bien, de una comprensión de una vida, en este caso por su
dueño, simplemente eso, una comprensión, no la comprensión.
En ese mismo horizonte, para Gusdorf, del diálogo establecido
entre el Autos (la identidad) y el Bios (lo vital) surge la Grafía (el modo
de escribir o representar), en este caso del “yo” pensante y consciente.
Naturalmente, no se trata de un solo yo sino de varios. El autobiógrafo
crea tantos “yoes”como estime necesario, si requiere un yo comprensivo,
generoso y paciente, lo configura, así como cuando el momento le exija
crear otros “yoes” con rasgos distintos, lo hará y, aunque aparezcan
contradictorios diversos “yoes”, el autobiógrafo toma las precauciones
del caso para no apartarse de un yo total y uniforme enfrentado a
distintas circunstancias en tiempos y espacios, a partir de los cuales
justifica la existencia de esos múltiples “yoes”. Eso explica, en parte,
por qué mientras para un autobiógrafo su obra es coherente en el
todo y sus componentes, para los lectores puede ser un compendio
de incoherencias y contradicciones. Así, pues, en una autobiografía no
se está ante un solo yo sino ante múltiples “yoes”, según cada etapa de
la vida y sus roles.
No obstante la precisa disección etimológica que Gusdorf hace de
la palabra autobiografía, a la misma se le ha dado otros sentidos no
menos específicos, los cuales ameritan una aproximación. La palabra
“autobiografía” es relativamente reciente. Según Bernd Neumann, a
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5. NEUMANN, Bernd. La identidad personal: autonomía y sumisión. Buenos Aires: Sur. p. 15.
6. LEJEUNE, Philippe. El pacto autobiográfico y otros escritos. Madrid: Megazul-Endymion, 1994. p. 129.
30 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
reduce: ¿un verso, una pintura o una canción acaso no pueden contener
una autobiografía? Aparte de lo anterior, valida la autobiografía como
un género en el cual se echa a volar la imaginación y donde la fantasía
tendría su mayor despliegue; los hechos, en este caso, no serían de
mayor relevancia al momento de producir una autobiografía, como
tampoco la veracidad de los mismos y la sinceridad.
Concomitante con lo expuesto, cuando Lejeune define la
autobiografía como un relato retrospectivo en prosa que una persona
real hace de su propia existencia, poniendo énfasis en su vida
individual y, en particular, en la historia de su personalidad7 parece
coincidir con Vapereau en el sentido de reducir el ámbito de acción
de la autobiografía. Lejeune, a través de su definición, pone en juego
elementos pertenecientes a cuatro categorías diferentes:
1. La forma del lenguaje (narración, prosa).
2. El tema tratado: vida individual, historia de una personalidad.
3. La situación del autor: identidad del autor (cuyo nombre reenvía
a una persona real) y del narrador.
4. La posición del narrador (identidad del narrador y del personaje
principal, perspectiva retrospectiva de la narración).
Desde luego la prosa no podría ser el único medio en el que se sitúa
una autobiografía; tal vez sea el más común en el contexto del lenguaje.
La autobiografía también puede estar narrada en la radio, televisión,
prensa, Internet, la música, el cine y, como ya se indicó, en la poesía, en
versos, pinturas o canciones. Otra limitación de la anterior definición,
consiste en considerar la vida individual, estrictamente, como el único
tema de la autobiografía. Los seres humanos, por más excepcionales que
hayan sido o se les considere, no se han hecho ni se hacen solos, fueron
y son el resultado de particulares condiciones familiares y de contextos
concretos. Si bien es cierto la vida individual intenta ser el eje en torno
7. LEJEUNE, Philippe. El pacto autobiográfico. En: La autobiografía y sus problemas teóricos, Ángel G. Loureiro
(Coordinador), Suplementos Número 29, Monografías temáticas, Barcelona: Anthropos, 1991. p. 48.
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8. Ibíd., p. 48.
32 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
9. LEFERE, Robin. Naturaleza y sentidos de la autobiografía: la escritura de Claude Simón. En: José Romera et al
(Editores), Escritura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 267.
10. JAY, Paul. El ser y el texto. Madrid: Magazul, 1993. p. 19.
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12. RODRÍGUEZ, Francisco. El género autobiográfico y la construcción del sujeto autorreferencial. En: Revista
de filología y lingüística de la Universidad de Costa Rica, Número 2, Volumen XXVI, San José, (Jul-Dic de
2000); p. 11.
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por primera vez, a finales del siglo XVIII y fue definida como “la historia
de la vida de alguien, escrita por la misma persona”14.
Desde el punto de vista de Goodwin, la autobiografía entró en la
lengua inglesa en el período de las revoluciones americanas y francesas,
que realzaron la importancia cultural y política del individuo. De este
modo Goodwin, Neumann y Weintraub coinciden, tanto en la ubicación
temporal y espacial de la irrupción del género autobiográfico, como en
aclarar que el mismo tuvo antecedentes en culturas pretéritas, donde
tuvo un mayor auge la biografía. Con fundamento en lo expuesto
por los tres autores, se puede afirmar que la autobiografía adquirió
notoriedad y auge a partir del denominado periodo de las revoluciones
burguesas (finales del siglo XVIII hasta inicios del XX), pero no se originó
en el mismo.
Respecto a ello, Goodwin aclara que muchos autoestudios
individuales e historias de vida fueron escritos antes de este período
revolucionario, pero el nuevo término marca un cambio determinante
en el significado y la dirección de tales prácticas literarias, como queda
indicado, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Un género
vinculado a la introspección, a la confesión, al sujeto autorreferencial.
Este cambio, remarca Goodwin, pareció requerir un término moderno
para un género cuyos antecedentes aparecen en culturas clásicas
griegas y romanas, el temprano cristianismo, y el Renacimiento15. En
esas condiciones, el contexto revolucionario burgués y la estructura
axiológica a que dio lugar tal fenómeno, generó el ambiente propicio
para el afianzamiento de la autobiografía.
A propósito de la relación autobiografía e introspección, se considera
que una raíz del género autobiográfico se encuentra en la antigüedad,
a partir de la tradición filosófica de la introspección. La introspección
tiene particular importancia en la filosofía estoica, donde sobresalieron
Séneca, con sus obras De vita beata, Consolatio ad Martiam, De Clementia,
Epístolas a Lucilio, Medea, Las Troyanas y Agamenón y el emperador
14. GOODWIN, James. Autobiographi. The Self Made Text. New York: Twayne, 1993. p. 2.
15. Ibíd., p. 2.
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16. Ibíd., p. 3.
17. PÉREZ SILVA, Vicente. La autobiografía en Colombia. Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia, 1996, X.
38 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
persona escrita por ella misma. O como Pérez Silva la define, es“la relación
escrita de su propia vida y en lo que ésta tiene de más personal”18.
Desde la perspectiva de Pérez Silva, la concepción de este género
autobiográfico, no obstante las diversas formas o modalidades, es
eminentemente personal. Implícita o explícitamente, se ha escrito con
acierto, señala tal autor, toda autobiografía entraña un testimonio. Un
testimonio que, a la postre, vierte íntimos secretos o recónditas vivencias
de quien pone en conocimiento su propia vida. Sus géneros vecinos o
colaterales serían las memorias, los diarios íntimos, las biografías, las
novelas y las crónicas; incluyendo en este último las cartas (vertiente
en extinción), el diálogo, el reportaje y la narración de viajes. La
autobiografía tiende a ser escrita en primera persona del singular y a
adoptar un punto de vista retrospectivo, pero en su orden cronológico
de presentación, es con frecuencia modificado por la intromisión de las
preocupaciones presentes o por las distintas obsesiones personales.
Pérez Silva admite que la vocación de la autobiografía es en parte
la de ser un reflejo de su autor, reflejo deformado e incompleto quizás,
pero lo bastante fiel; sin embargo, para revelar la unidad irreductible
de su individualidad19. En conclusión, la autobiografía es el reflejo de
la naturaleza humana; es el reencuentro con uno mismo; en fin, es el
descubrimiento o la entrega del mundo interior de una persona20. La
acepción que el mencionado autor le otorga al género autobiográfico
incorpora dos elementos importantes.
El primero alude a la admisión de tal género como reflejo de una
vida, pero en todo caso, un reflejo parcial e inexacto que escapa al
ímpetu cuantitativo y a la tendencia absolutista. El segundo considera
la autobiografía como un reencuentro o descubrimiento de una persona
consigo misma, fenómeno que da lugar a la construcción de una vida,
ideal y como quiso el autor que fuera o que fuese comprendida por
18. Ibíd., X.
19. Ibíd., X.
20. Ibíd., X.
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sus congéneres, la cual no coincide con la vida real tal como ocurrió.
Así entonces, ¿Toda autobiografía es una alteración consciente e
inconsciente de una vida?
Si la alteración va en uno u otro sentido o, si por el contrario ejecuta
una mixtura, la autobiografía puede conducir a problemas laudatorios, los
cuales circulan en una relación tríadica compuesta por el autor, la obra y el
lector. Sobre estas posibles aristas del fenómeno autobiográfico Georges
May es del criterio, según el cual, “…la autobiografía es quizás la forma
literaria en la que se establece la más perfecta armonía entre el autor y
el lector. En efecto, si es la necesidad de contemplarse a sí mismo la que
incita por lo común al autobiógrafo a escribir, es esa misma necesidad
la que incita también al lector. Inclinados sobre la espalda de Narciso
vemos nuestro rostro, y no el suyo, reflejado en las aguas de la fuente”21.
Cabe entonces preguntarnos ¿Hasta qué punto la autobiografía es
una especie de narcisismo? Veamos algunos rasgos de la personalidad
narcisista o con tendencias a serlo, con el propósito de inferir los posibles
sesgos narcisistas de los autobiógrafos. Para ello nos apoyamos en
Gonzalo Himiob. Este autor afirma que la personalidad narcisista se
caracteriza por un patrón grandioso de vida, este se expresa en fantasías
o modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro; el
mundo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales
considera irrebatibles, infalibles, auto-generados22. Las cosas más obvias
y corrientes, si se le ocurren a él o ella, deben ser vistas con admiración
y se embriaga en la expresión de las mismas. Hay en el narcisista una
inagotable sed de admiración y adulación, esta última lo incapacita para
reflexionar e incluso pensar. Vive más preocupado por su actuación,
en cuanto a la teatralidad y reconocimiento de sus acciones, que en la
eficacia y utilidad de las mismas. Su visión es el patrón al cual el mundo
debe someterse. Es el Narciso una personalidad que, aun cuando pueda
poseer una aguda inteligencia, ésta se encuentra obnubilada por la
visión grandiosa de sí mismo y por su hambre de reconocimiento.
21. MAY, Georges, La autobiografía. México: Fondo de Cultura Económica, 1982. p. 26.
22. HIMIOB, Gonzalo. Narcisismo. En: Venezuela analítica. Revista electrónica, Número 19, (Jun 1997).
40 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
23. Ibíd.
24. Ibíd.
25. Ibíd.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 41
más evidentes que en otros, pero no escapa a tal peculiaridad. Sus límites
pueden variar, desde aquellos que, enloquecidos por la vanidad se
consideran el principio y fin de todo, hasta aquellos que, probablemente
de buena fe, intentan reflejar su modestia. ¿Hasta qué punto un exceso de
autoestima puede incurrir en conductas narcisistas? Este será uno de los
tantos problemas que deberá enfrentar, en primer lugar el autobiógrafo
y, en segunda instancia, el lector de una autobiografía, sin desconocer la
posibilidad de que el autor de una autobiografía pueda estar escribiendo
para sí, siendo su escrito las aguas del lago donde admira su imagen
proyectada o para anticiparse a eventuales cuestionamientos. Las
autobiografías de los dictadores suelen presentar ambos rasgos.
En ese mismo sentido, Carmen Heuser es del criterio según el cual; “La
autobiografía es una travesía en la que un recorrido narcisístico guía los
pasos de la escritura, bucea por los intersticios de la memoria, atravesado
por un deseo que alienta, que palpita, propulsando la continuidad de
la letra. En su transcurrir permite la aparición siempre evanescente y
vacilante del sujeto deseante que al mismo tiempo que se oculta, se
muestra. Al desvanecerse delinea el verdadero impulso que crea y desliza
la escritura, abre el acceso a nuevos sentidos, permitiendo el destello de
la significancia. Aparece en la autobiografía un hacerse público, exponer
matices de una intimidad reservada hasta el momento de la divulgación,
mostrarse a otros en el combate, en la fatiga, en el amor, en la creación,
en la desesperanza, en el deseo, en los errores, en las carencias”26.
Salpicada o no de narcisismo, la autobiografía es una variedad de las
memorias. En la poesía es en donde más aparece lo autobiográfico, lo
cual se patentiza con el romanticismo, a fines del siglo XVIII y comienzos
del XIX27, afirma Jorge Glusberg. Seguramente no solo en el tiempo
indicado por el citado autor, sino siempre. El autobiógrafo recurre a
la memoria, obviamente a una memoria selectiva, excluyente, frágil y
26. HEUSER, Carmen. Los rastros del recuerdo. En: Autobiografía y escritura, Juan Orbe (Compilador), Buenos
Aires: Corregidor, 1994. p. 96.
27. GLUSBERG, Jorge. Algunas reflexiones sobre autobiografía y escritura. En: Autobiografía y escritura, Juan
Orbe (Compilador), Buenos Aires: Corregidor, 1994. p. 104.
42 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
confesión, tal confesión es parcial, llega hasta el límite fijado por su autor,
quien la inicia, conduce y concluye. La autobiografía en tanto confesión,
cumple en su autor las funciones de catarsis, entendida ésta como la
descarga emotiva, ligada a la exteriorización de conflictos o tensiones.
Al final de la confesión, el mismo autobiógrafo se absuelve de toda culpa
y, en los pocos casos que se admiten ciertos grados de culpabilidad, su
conducta es contextualizada con el principal propósito de hacer ver sus
acciones como algo inevitable, de menor gravedad en comparación
con otras y preferibles respecto a las circunstancias que las propiciaron.
De igual modo, la autobiografía ha sido considerada como la
experiencia textual de alguien que no resiste el deseo de decir
quién es, de sacar a la luz la muchedumbre de seres que oculta en
su almacén de realidades. El anterior sentido etimológico nos sitúa
frente a dos perspectivas de la autobiografía. La primera está referida
a una especie de “incontinencia comunicativa”, a partir de la cual el
sujeto, preso de un incontenible deseo de exhibirse ante sí y ante los
demás, contemporáneos o no, asume el reto de escribir su vida, así
sea su única incursión en el mundo de las letras. La segunda admite
que la autobiografía no refleja una vida, sino muchas vidas, tantas
como episodios haya experimentado o creyese haber vivido el autor
de la misma, quien no escatima esfuerzo alguno por imaginar un actor
para cada escena narrada. A dicho actor, disímil en cada circunstancia,
le es consustancial un halo balsámico a partir del cual son narrados,
explicados o justificados los hechos más controvertidos de la vida
objeto de la autobiografía.
En consecuencia, la autobiografía es un momento del tejido del
tiempo donde se configura la matriz (a manera de urdimbre) de una vida
y su sentido social. Un tejido textual, testigo de un tiempo y un espacio
vital. Tal acepción es cercana a la idea de memorias establecida por
Neumann, para quien las mismas hacen énfasis en los acontecimientos
de un individuo como portador de un rol social y, por tanto, la aclaración
implícita en esa definición, concerniente al sentido social de la vida,
difiere ostensiblemente de la formulada por el mismo autor, para quien
la autobiografía se refiere a las etapas de la vida, a los acontecimientos
privados, a la vida íntima.
44 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
28. NOGUEIRA DOBARRO, Ángel. La autobiografía como literatura, arte y pensamiento. Teoría literaria y textos
autobiográficos. En: Anthropos, Revista de documentación científica de la cultura, Número 125, Barcelona,
(Oct 1991); p. 46.
29. KADIR, Djelal. Proemio: personificaciones primarias/Colón autobiográfico. En: La situación autobiográfica,
Juan Orbe (Compilador), Buenos Aires: Corregidor, 1995. p. 19.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 45
sino una presencia oblicua. Este sentido etimológico del término, hace
énfasis en un trasfondo de conflicto, el cual puede valorarse, tanto en
el plano personal, como en el ámbito social. En cualquiera de las dos
posibilidades, el conflicto es la desazón que no le permite tener sosiego al
individuo, que lo empuja al insondable despeñadero de la autobiografía,
género que, desde ese punto de vista, se constituye en la última instancia
de apelación, en la opción final, en la alternativa postrera para que el
autobiógrafo se pronuncie frente a un contexto que le señala, acusa e
interpela, sin concluir nunca el juicio y, en consecuencia y de manera
trágica, sin conocerse nunca un veredicto que lo condene o absuelva.
La autobiografía es un acto compensatorio por la marginalización,
señala con acierto Djelal Kadir. En este sentido, la pérdida del dominio
o una influencia precaria sobre las circunstancias de uno, siempre ha
sido campo propicio para la autobiografía. Así, la autoinscripción sirve
de recurso, de cierto grado de control en la ausencia de cualquier
otra medida de seguridad30. La marginalización, en este caso, alude
a la separación total o parcial de un individuo de las relaciones de
poder, desde donde actuaba. Un sujeto al ser expulsado de las mismas
o presionado para que las abandone, experimenta sensaciones de
marginalización, las cuales intenta superar mediante la autobiografía,
escenario donde no tiene más limitaciones que las que le impone su
propio intelecto y su acervo axiológico. Desde luego la marginalización
de vastos sectores sociales, eventualmente podría estimular la ejecución
de autobiografías, individuales o colectivas en la perspectiva de generar
conciencia a favor de su propia superación.
Un tanto coincidente con lo argumentado por Djelal Kadir, es la
posición de Silvia Adela Kohan según la cual, la autobiografía es un
término engañoso, presuntuoso y sugerente, que cuenta “lo ocurrido
a un yo que lo narra”31. El carácter engañoso del término tiene distintas
connotaciones, una de ellas está referida a que la convencional barrera
entre objeto y sujeto se rompe y da lugar a una especie de amalgama,
34. PANESI, Jorge. El precio de la autobiografía: Jacques Derrida, el circunciso. En: Orbis Tertius. Revista de teoría
y práctica literaria. Año I, Número I, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Na-
cional de La Plata, La Plata, Argentina, (1996); p. 65.
35. GOODWIN. Op. Cit., p. 20.
48 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
ser que una cosa es la autobiografía y otra distinta la vida que intenta
narrar, cuestión cierta, pues la primera es una aproximación sobre la
segunda. Esta posición la sitúa en similar perspectiva a la de Valis. Es más,
la biografía y las memorias, en sentido estricto, también corresponden
a aproximaciones.
Es preciso advertir que entre los autores tenidos en cuenta en este
capítulo, las diferencias no son antagónicas. Tal es el caso de Carlos
Bruck, al afirmar que la autobiografía es un cantar gestacional donde
un escritor se pretende sujeto del escrito. En tanto que narrador se
gestiona, destinándose así a un oficio quizás imposible y por lo menos
improbable: construir el propio destino en un après-coup que pasa a
relatar40. Naturalmente la narración queda sujeta, en primer lugar, a
los éxitos o fracasos de la memoria y, en segunda instancia, al plan que
el autobiógrafo diseña para el relato por medio del cual crea una vida
paralela, intentando con ella dar forma a su propia vida, que llamará
autobiografía. De ese modo, la autobiografía es lo que a un sujeto le
permite a sí mismo mostrarse, lo que autoriza salir de su identidad y
por lo que estaría, eventualmente, en condiciones de responder.
En similar dirección, Kart J, Weintraub afirma que partiendo de que la
autobiografía propiamente dicha es una forma literaria en la que un yo
rememora su vida. Es obvio que esta forma se encontrará condicionada
por la concepción de “vida”que predomine en la misma41. Tal concepción
de vida cambia incesantemente a la luz de las etapas evolutivas del sujeto,
del contexto histórico y de los espacios que le sirven de escenario a su
praxis. Lo anterior es fundamental reconocerlo, por cuanto determina los
énfasis u omisiones en la construcción de la autobiografía. En ambos casos,
el autor de su vida se esfuerza por dar a conocer completamente una fase
de su vida o varias de ellas, así como de ocultar o matizar otra u otras.
40. BRUCK, Carlos. El autor de sus días. En: Autobiografía y escritura, Juan Orbe (Compilador), Buenos Aires:
Corregidor, 1994. p. 37.
41. WEINTRAUB, Kart J. Autobiografía y conciencia histórica. En: La autobiografía y sus problemas teóricos,
Ángel G. Loureiro (Coordinador), Suplementos Número 29, Monografías temáticas, Barcelona: Anthropos,
1991. p. 22.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 51
42. OLNEY, James. Algunas versiones de la memoria. Algunas versiones del bios: la ontología de la autobiogra-
fía. En: La autobiografía y sus problemas teóricos, Ángel G. Loureiro (Coordinador), Suplementos Número 29,
Monografías temáticas, Barcelona: Anthropos, 1991. p. 34.
52 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
47. LUDMER, Josefina. 1880: los sujetos del estado liberal. En: La situación autobiográfica, Juan Orbe (Compila-
dor), Buenos Aires: Corregidor, 1995. p. 69.
58 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
48. FERNÁNDEZ ROMERO, Ricardo. La autobiografía y la escritura del deseo. En: Cuadernos hispanoamericanos,
Número 656, Madrid, (Feb 2005); p. 34.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 59
49. MIGNOLO, Walter. Escribir por mandato y para la emancipación (¿descolonización?): autobiografías de re-
sistencia y resistencias a la autobiografía. En: La situación autobiográfica, Juan Orbe (Compilador), Buenos
Aires: Corregidor, 1995. p. 175.
50. Ibíd., p. 184.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 61
51. MOREIRAS, Alberto. La traza teórica en Piglia y Mercado. En: La situación autobiográfica, Juan Orbe (Compi-
lador), Buenos Aires: Corregidor, 1995. p. 221.
52. PRIETO, Adolfo. La literatura autobiográfica argentina. Buenos Aires: Eudeba, 2003. p. 13.
62 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 63
2. El fenómeno
autobiográfico
L
os indicios del pensamiento autobiográfico se remontan a
Julio César, Plutarco, Horacio, Séneca, Cicerón y Galeno1. Las
autobiografías y memorias romanas, fundadas en el cronotopo
de la familia, conservan su carácter público. La autobiografía
romana es pública, histórica y nacional. En general, las formas
autobiográficas de la antigüedad pueden ser calificadas como formas
de la toma de conciencia pública del hombre2. También hicieron parte
de las estrategias gubernamentales para cimentar valores articulados
a las virtudes, al honor y al heroísmo a favor de una idea de país y de
Estado. Mijaíl Bajtín, según Francisco Rodríguez, señala que en el terreno
griego clásico se distinguen dos tipos de autobiografía: a) el platónico,
donde la autoconciencia biográfica está ligada a las formas clásicas de las
metamorfosis mitológicas; y b) la autobiografía y biografía retóricas. En
este segundo tipo descansa el “encomion”, del discurso cívico póstumo
y conmemorativo que sustituyó al lamento.
1. CAPARRÓS, José Domingo. Algunas ideas de Bajtín sobre la autobiografía. En: José Romera et al (Editores),
Escritura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 179.
2. Ibíd., p. 179.
64 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
1. La conversión interior.
2. La piedad vivida interiormente y de un modo intimista.
3. La unión entre los fieles.
4. La comunidad.
5. La experiencia religiosa en general.
El pietismo fomentó una perspectiva de la religión vivida desde el
sentimiento y el rigorismo moral más que desde las prácticas externas y
las formulaciones doctrinales. Dicha corriente es una posición intermedia
entre la hermenéutica protestante y la hermenéutica romántica de
Friedrich Schleiermacher. Para la hermenéutica pietista toda palabra
pronunciada en el discurso humano y que brota del alma lleva inherente
un “afecto”; y considera que para interpretar la palabra divina hay que
disponer de conocimientos suficientes de la doctrina de los afectos de
las Sagradas Escrituras y entregarse al estado anímico de las mismas.
El afecto es el alma del discurso. Si bien es cierto que a Spener se
le considera el creador del pietismo, se afirma que éste se inspiró en
la obra del místico asceta alemán Juan Arndt, autor de El verdadero
cristianismo, obra en la cual recalcaba la necesidad del nuevo nacimiento
y el imperativo de combinar el misticismo y la ética práctica. La influencia
que se encuentra detrás de toda la teología pietista es el misticismo
preconizado por Bernardo de Claraval.
En su obra Pia Desideria, Spener enuncia los siguientes principios
del pietismo:
1) Exposición de las Escrituras, por los predicadores, en clases.
2) Los laicos son un sacerdocio espiritual.
3) El conocimiento de Dios es cosa del corazón, no de la cabeza.
4) La oración para sanar los cismas, y para el aumento del amor.
5) Los teólogos han de crecer en piedad tanto como aprender la
doctrina.
6) Los sermones no son para defender doctrinas, sino para edificar
a los oyentes.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 69
23. Ibíd., p. 4.
24. WEINTRAUB, Karl. La formación de la individualidad. Autobiografía e historia. Madrid: Endymion, 1993. p. 28.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 75
32. GONZÁLEZ ÁLVAREZ, Ángel. Manual de historia de la filosofía. Madrid: Gredos, 1971. p. 153.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 79
35. Ibíd., p. 5.
36. Ibíd., p. 6.
82 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
37. Ibíd., p. 7.
38. Ibíd., p. 8.
39. Ibíd., p. 9.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 83
47. Ibíd., p. 3.
86 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
50. MOLLOY, Sylvia. Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica. México: Fondo de Cultura
Económica, 1996. p. 190.
51. NEUMANN. Op. Cit., p. 42.
52. FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía, E-J, Barcelona: Ariel, 1999. p. 1894.
88 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
53. FOULQUIÉ, Paul. Diccionario del lenguaje filosófico. Barcelona: Labor, 1967. p. 559.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 89
ya no solo podrá ser recordado a través del relato que de él haya sido
hecho69, afirma Javier Del Prado Biezma.
Pocas escrituras, máxime en el ámbito de las Ciencias Humanas
y Sociales y en ellas la autobiografía, están exentas de trazas de lo
novelesco. Escribir una autobiografía en forma de novela no le resta
méritos, por el contrario, suele resultar menos rígida en su concepción
y escritura al autor, y más atractiva y cautivante para el lector. Pues una
autobiografía no es un frío listado de episodios y fechas. Se trata de
utilizar estas fuentes para construir la más rutilante prosa que genere de
por sí el encomio si la vida misma a narrar no lo logra. Una autobiografía
que no tenga una buena dosis de novela se asemeja a aquellos
insoportables textos de las ciencias arriba mencionadas, asépticos,
gélidos y, por lo mismo, insoportable su lectura. En suma, la lectura
de un texto autobiográfico debe generar conmociones en el lector las
cuales se expresan en sus cambios de actitudes, en la formulación de
nuevas preguntas, dudas e incertidumbres.
Por su parte Anna Caballé quien con probidad ha estudiado el
fenómeno autobiográfico, se expresa en los siguientes términos
La definición de la autobiografía, según la cual, es un texto referencial y
auténtico donde el autor habla de su propia experiencia persona, excluye
obviamente a la biografía: tanto en el plano de la voz narrativa como en
el plano autorial ambos géneros se oponen. Hay otras oposiciones: por
ejemplo, frente al acopio de material que debe llevar a cabo el biógrafo
para dotar de objetividad y amplitud su trabajo, el autobiógrafo procede de
modo inverso mediante la “selección intencional de actuaciones”. Por varias
razones. En primer lugar porque nadie es capaz de relatar toda su vida: el
material de que dispone el autobiógrafo es infinitamente superior al del más
documentado biógrafo; pensemos además en la posibilidad que se le ofrece
al primero de incorporar su vida onírica “yoes” imaginados, fantaseados,
soñados, incluso cínicamente inventados que no tienen cabida en la escri-
tura biográfica. Toda autobiografía nace de la voluntad de dar un sentido
a la propia vida, de trazar unas líneas de fuerza que retrospectivamente
doten de coherencia a la propia existencia o al menos a parte de ella. Más
69. DEL PRADO BIEZMA, Javier, et al. Autobiografía y modernidad literaria. Universidad de Castilla-La Mancha,
1994. p. 218.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 95
70. CABALLÉ, Anna. Biografía y autobiografía: convergencias y divergencias entre ambos géneros. En: J.C. Davis,
Isabel Burdiel (Editores), El otro, el mismo. Biografía y autobiografía en Europa (siglos XVII-XX), Universitat
de València, 2005. p. 54.
71. Ibíd., p. 54.
72. Ibíd., p. 56.
96 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
77. PÉREZ, Carlos D. Proust o el gusto autobográfico. En: La situación autobiográfica, Juan Orbe (Compilador),
Buenos Aires: Corregidor, 1995. p. 79.
78. GLUSBERG, Jorge. La escritura de la memoria. En: La situación autobiográfica, Juan Orbe (Compilador), Bue-
nos Aires: Corregidor, 1995. p. 94.
79. Ibíd., p. 95.
98 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
3. Perspectivas teóricas
A
utores de diversas tradiciones se han ocupado del género
autobiográfico. Uno de ellos el ya citado Georges May,
para quien la formación de una doctrina crítica sobre la
autobiografía está en nuestros días en sus orígenes, y no hay
que asombrarse (aclara el mismo), a pesar de la cantidad y la calidad de
los trabajos recientes sobre el tema, de que críticos y teóricos todavía
no se han puesto de acuerdo sobre una definición viable de su objeto
de estudio. Es así como, ya desde 1954, y en la introducción de uno de
los primeros estudios dedicados a la autobiografía en Inglaterra, Wayne
Shumaker destacaba que, por una parte, mal podríamos concebir una
historia general del género si antes no existía una definición básica
que permitiera incluir o excluir este o aquel texto y, por la otra, que la
inexistencia de tal historia implica que esta necesaria delimitación de
la autobiografía no pueda hacerse sino arbitrariamente y, por tanto, de
manera discutible, advierte May1.
Para este autor la crítica no sale todavía de este círculo vicioso, a pesar
de un esfuerzo colectivo sin precedentes. Esto podrá ser considerado
a partir del testimonio que aportan algunos ejemplos extraídos de los
trabajos mejor informados y más lúcidos de los últimos años. Frente
a la idea de “pacto autobiográfico” de Philippe Lejeune, con la que
funda una definición del género, Elizabeth Bruss prefiere una definición
menos “tipológica” y centrada sobre el acto mismo de escribir una
autobiografía, más que sobre la relación hipotética establecida por el
autor con su eventual lector; mientras Georges Gusdorf, precisa May,
subraya la arbitrariedad y la fragilidad del postulado que atribuye a los
escritores anteriores a la toma de conciencia del “género”autobiográfico,
una actitud que por definición sólo se puede establecer a posteriori;
en tanto que Jean Starobinski señalaba algunos años antes que “es
necesario evitar hablar de un estilo o incluso de una forma ligados
a la autobiografía, ya que no hay, en este caso, un estilo o una forma
obligados”2.
En este orden de ideas, más que un definido cuerpo teórico
sobre la autobiografía, existen intentos de formulaciones, siempre
controvertibles. “La experiencia parece indicar, entonces, que aún no
ha llegado el momento de formular una definición precisa, completa y
universalmente aceptada de la autobiografía”, afirma May. Y ese intento
será siempre fallido, pues la práctica ha demostrado la arbitrariedad que
reviste el pretender estatuir definiciones y teorías “precisas”, “completas”
y “universalmente aceptadas”, máxime en cuestiones tan controvertibles
como lo es la autobiografía. Existe coincidencia con May en la pertinencia
de preguntas, más que afirmaciones categóricas. Él mismo cuestiona:
¿En qué época y en qué cultura florece la autobiografía?, ¿Existe acaso
una “filosofía” de la autobiografía? Dicho de otra manera: ¿cuándo?,
¿dónde?, ¿quién? Seguirán luego algunas interrogantes algo más
especulativas, del tipo de ¿por qué? y ¿cómo? y ¿cuáles son los móviles
que empujan a escribir y leer autobiografías?, ¿cuáles son las distintas
maneras de escribirlas y las determinantes que las regulan?3.
2. Ibíd., p. 26.
3. Ibíd., p. 26.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 101
4. Ibíd., p. 26.
5. Ibíd., p. 26.
102 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
6. CABALLÉ, Anna. Figuras de la autobiografía. En: Revista de Occidente, Madrid, Número 74/75, (Jul-Agos)
1987. p. 31.
7. Ibíd., p. 31.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 103
8. Ibíd., p. 31.
9. Ibíd., p. 31.
10. Ibíd., p. 31.
104 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
16. LOUREIRO, Ángel G. Direcciones en la teoría de la autobiografía. En: José Romera et al (Editores), Escritura
autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 33.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 107
20. POZUELO YVANCOS, José María. De la autobiografía. Teoría y estilos. Barcelona: Crítica, 2006. p. 21.
21. Ibíd., p. 24.
110 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
como una de las formas del lenguaje que mantienen las diferencias genérico/
sexuales, la mujer que escribe una autobiografía se encuentra doblemente
extrañada cuando accede al contrato autobiográfico, al ser consciente de
su posición de un género androcéntrico26.
en escena al muerto y darle una voz es también una figura para cubrir el
vacío tras la máscara. En la autobiografía el vacío es la suma de todos los
“yos” anteriores al momento de la escritura, sólo existirán sus máscaras y
éstas no se les asemejan”38.
42. BRAVO CASTILLO, Juan. Autobiografía y modernidad en Stendhal. En: José Romera et al (Editores), Escri-
tura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 113.
43. BURGUESA NADAL, María Luisa. En torno a una pequeña autobiografía de Edgar Neville: la búsqueda de
la identidad a través del humor irónico. En: José Romera et al (Editores), Escritura autobiográfica, Madrid:
Visor, 1992. p. 128.
120 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
44. CABO ASEGUINOLAZA, Fernando. Autor y autobiografía. En: José Romera et al (Editores), Escritura auto-
biográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 137.
45. CASTANEDO ARRIANDIAGA, Fernando. La focalización en el relato autobiográfico. En: José Romera et al
(Editores), Escritura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 150.
46. DE CASTRO, Isabel. Novela actual y ficción autobiográfica. En: José Romera et al (Editores), Escritura au-
tobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 153.
47. Ibíd., p. 154.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 121
48. CAPARRÓS, José Domingo. Algunas ideas de Bajtín sobre la autobiografía. En: José Romera et al (Edito-
res), Escritura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 180.
49. RODRÍGUEZ. Op. Cit., p. 21.
122 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
52. FARIÑA BUSTO, María de Jesús. El discurso egocéntrico de Gertrude Stein en la autobiografía de Alice B.
Toklas. En: José Romera et al (Editores), Escritura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 197.
53. Ibíd., p. 198.
124 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
54. HERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Vicenta. Algunos motivos recurrentes en el género atubiográfico. En: José Romera
et al (Editores), Escritura autobiográfica, Madrid: Visor, 1992. p. 241.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 125
58. HERRERO CECILIA, Juan. La escritura autobiográfica y el autorretrato lírico: aspectos autobiográficos del
poema “Retrato”, de Antonio Machado. En: José Romera et al (Editores), Escritura autobiográfica, Madrid:
Visor, 1992. p. 247.
59. RODRÍGUEZ. Op. Cit., p. 13.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 127
66. DE MAN, Paul. La retórica del romanticismo. Madrid: Akal, 2007. p. 149.
67. DE MAN, Paul. La autobiografía como desfiguración. Suplementos Anthropos/29. Barcelona: Editorial del
Hombre Anthropos, 1990. p. 114.
68. Rodríguez. Op. Cit., p. 17.
130 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
81. LLOVET, Jordi et al. Teoría literaria y literatura comparada. Barcelona: Ariel, 2005. p. 214.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 135
4. Características
de la autobiografía
“La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás,
pero ha de ser vivida mirando hacia adelante”.
Soren Kierkegaard.
E
n lo referente a las características de autobiografía es
necesario distinguir este género de otros tipos de escritura
inmediatamente personal, como un diario y las cartas. Mientras
ellos comparten con la autobiografía la representación directa
del escritor, se diferencian por la experiencia y las convenciones
de narrativa típicas al género. Como la narrativa, la autobiografía
implica relaciones dentro de la experiencia del escritor y la identidad
estructurada o decantada por el paso del tiempo. Un diario, el diario o
la carta personal, por lo general, no son escritos con la publicación en
mente (aunque haya excepciones notables), y ninguno de ellos promete
una narrativa de formación inherente o el tema de distinción.
Estas tres clases de escritura típicamente contienen pensamientos
espontáneos, integran la información sobre o la descripción de personas
y experiencias, y anotaciones sobre encuentros o acontecimientos
poco después de ocurridos, considera James Goodwin. Para este autor,
“Aunque ellos provean a historiadores y biógrafos con información,
como formas literarias un diario, el diario y las cartas no comparten con
la autobiografía la perspectiva necesaria temporal, ni el distanciarse
deliberado del mí de las experiencias originales. Generalmente, estas
136 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
4. Ibíd., p. 19.
5. Ibíd., p. 19.
6. Ibíd., p. 22.
138 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
7. Ibíd., p. 22.
8. Ibíd., p. 22.
9. Ibíd., p. 23.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 139
17. Ibíd., p. 4.
18. Ibíd., p. 6.
19. GUSDORF, Georges. Condiciones y límites de la autobiografía. En: La autobiografía y sus problemas
teóricos, Ángel G. Loureiro (Coordinador), Suplementos Número 29, Monografías temáticas, Barcelona:
Anthropos, 1991. p. 10.
142 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................
En este orden de ideas es preciso aclarar que: “El hombre que cuenta
su vida se busca a sí mismo a través de su historia; no se entrega a una
ocupación objetiva y desinteresada, sino a una obra de justificación
personal. La autobiografía responde a la inquietud más o menos
angustiada del hombre que envejece y se pregunta si su vida no ha sido
vivida en vano, malgastada al azar de los encuentros, y si su resultado
final es un fracaso. Emprende su propia apología”25. Sin embargo, no
todas las autobiografías corresponden a seres humanos envejecidos,
puede ocurrir que un hombre joven impactado por ciertos episodios
(legales o ilegales, admirables o repudiables) de su vida, emprenda
una autobiografía e incluso convertirse en una especie de arquetipo
en ciertos círculos sociales.
En consecuencia, debemos reconocer que la autobiografía, en
ocasiones, es la respuesta a la falta de reconocimiento y exclusión de
que son objeto algunos individuos cuyas vidas han sido un corolario de
ausencias, privaciones y carencias de bienes (materiales y espirituales)
y que, por un golpe de gracia (legal o ilegal), logran sobreponerse.
Es común este tipo de casos en algunos países latinoamericanos,
principalmente en Colombia, donde hizo carrera la expresión “Usted
no sabe quién soy yo” a la que apelan comerciantes “exitosos”,
industriales “emergentes” y burócratas cuyo único mérito es su olfato
para medrar lo público; cuando pretenden saltar la barda de básicas
normas de comportamiento y convivencia ciudadana y sus actos son
cuestionados.
Sorprende pues que la autobiografía, en tanto obra determinable
y evaluable por la ciencia literaria, resulta mediada y acuñada por el
36. PÉREZ, Martha. El acontecimiento autobiográfico. En: Autobiografía y escritura, Juan Orbe (Compilador),
Buenos Aires: Corregidor, 1994. p. 92.
37. Ibíd., p. 93.
........................................................................................ Edgar Velásquez Rivera 149
43. RANDOLPH D, Pope. La autobiografía y su tradición en España: Blanco White leyendo a Feijóo. En: Auto-
biografía y escritura, Juan Orbe (Compilador), Buenos Aires: Corregidor, 1994. p. 115.
44. ROSA, Nicolás. La vida literaria de un escritor (sobre la autobiografía de Luis Gusmán). En: Autobiografía
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48. NÚÑEZ, Jorgelina. Victoria Ocampo: la lección del testimonio. En: Autobiografía y escritura, Juan Orbe
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49. REPETTO, Carlos. Autobiografía y escritura. En: Autobiografía y escritura, Juan Orbe (Compilador), Buenos
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50. DEMETRIO, Duccio. Escribirse. La autobiografía como curación de uno mismo. Barcelona: Paidós, 1999. p. 43.
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54. HOESS, Rudolf. El comandante de Auschwitz. Autobiografía de Rudolf Hoess. México: Diana, 1960. p. 197.
55. DEMETRIO. Op. Cit., p. 40.
56. POZUELO YVANCOS. Op. Cit., p. 21.
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59. Ibíd., p. 26.
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FOULQUIÉ, Paul. Diccionario del lenguaje filosófico. Barcelona: Labor,
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178 Aspectos teóricos de la autobiografía ...........................................................