Está en la página 1de 4

PROPUESTA "HACIA UNA NUEVA EDUCACIÓN SUPERIOR EN EL

TERRITORIO PACEÑO"

Jorge Alcoba Arias

La labor de los diversos Estados en nuestro Territorio

De los siete Estados que han dominado nuestro territorio andino, sólo
los dos primeros -el de Tihuanaco y el Inca- se han preocupado
porque seamos, cada día más fuertes, el resto de ellos no. Nos
referimos al Colonial, al Insurgente, al Oligarca, al Nacional
Revolucionario y al Neoliberal. Efectivamente, el inconmovible interés
de estos últimos, por cumplir con los contratos convenidos con las
empresas extranjeras destinados a la exportación de nuestras
riquezas naturales, nos ha conducido a la debilidad. Y para ejecutarlos
nunca han consultado con nadie. Primero fue con los empresarios
mineros españoles y criollos, luego con otros extranjeros, después
fundando grandes empresas estatales y por último entregando su
dominio pleno. Todo esto ha conducido a una fiera expoliación de
nuestro territorio, a la explotación de nuestros hermanos y a negar la
milenaria presencia multinacional y multicultural de todos nosotros.

Este proceso ha construido unas miserables y decrépitas relaciones


de producción dotadas de dos rasgos dominantes:
1. El sometimiento permanente de nuestras fuerzas productivas a
relaciones sociales de producción extranjeras.
2. El sometimiento permanente de nuestra sociedad a maneras de
pensar y modos de hacer, permisivos a la arbitrariedad.

De manera concordante, dichos Estados también organizaron


sistemas educativos destinados a la reproducción social de estas
relaciones sociales de producción. En verdad, todas las formas de
educación a la que hemos sido sometidos, por agrado o por fuerza,
han tenido y tienen aún este objetivo. El resultado, es la constitución
de una sociedad multinacional constreñida a negarse a si misma, a
sentirse ajena a su propio entorno y a aceptar se le quiten los
beneficios de su propio trabajo. Veamos las características centrales
de los sistemas educativos edificados.

Cinco Estados acostumbrados a conculcar nuestros derechos


educativos.

Los dos rasgos dominantes señalados más arriba, constituyen la base


de la actual ideología dominante: La dependencia y el colonialismo.
Pero también son la explicación del carácter alienante de su
dirección. En efecto, en su mezquindad por favorecerse de los
contratos, los Estados señalados, no dudaron en despojar a la
población boliviana de su derecho a decidir por una conveniente y
satisfactoria educación. Más bien optaron por constituir
unilateralmente, entidades educativas funcionales, encargando la
dirección de las mismas primero a funcionarios inexpertos, luego a la
"autonomía universitaria" (1931), y al "magisterio" (1955).

Estas decisiones son las que han teñido a la educación de dolor. Justo
allí donde nuestros abuelos y padres habían puesto sus esfuerzos y
sacrificios por una sociedad mejor, apareció un sistema educativo
ciego ante el acto depredador y colonial. De esta manera, los grupos
dominantes, dichos Estados y sus "encargados", se aseguraron dos
cosas: Que aceptemos que sólo los extranjeros tienen derecho a
manejar tanto nuestras riquezas naturales como a su personal,
imponiéndonos las normas y costumbres de sus respectivos países. Y,
segundo, que a nosotros sólo nos queda formarnos como fuerza de
trabajo secundaria, en carpintería, química, minería, abogacía,
herrería, economía, mecánica, electricidad, etc. Pero ni siquiera esta
última labor fue ejecutada con responsabilidad. Jamás el Ministerio de
Educación o sus ayudantes, elaboraron un "diagnóstico de
necesidades", base para cualquier diseño curricular o de planes y
programas. Es más, en su ignorancia han llegado confundir lo uno con
lo otro.

En 1994 se produjo una nueva afrenta: La Ley de Reforma Educativa,


esta vez, con la ayuda de las NN.UU., el FMI, el MERCOSUR, etc. Ya
desde 1991 aprox. todas ellas venían insistiendo para que el Estado
abandone su derecho a dirigir incluso la formación para la
reproducción secundaria y, obviamente, se la conceda a ellas. A
cambio, se comprometían a otorgar créditos educativos para ejecutar
varios "mecanismos de regulación global". Esa, la verdadera dirección
de la Ley de Reforma Educativa (Ley 1565), como también del
Programa de Fortalecimiento de la Educación Técnica y Tecnológica
(Ley 2301). Y sin ningún bochorno, el Estado Neoliberal aceptó y
procedió a insultar e intentar humillar al "magisterio" a fin de explicar
por qué se les quitaba el "encargo" antes concedido. Este segundo
despojo además de vulnerar nuevamente a las culturas y
nacionalidades bolivianas, ofendió a los maestros, docentes y
estudiantes.

Por último y de manera paralela, también se desarrolló un proceso


semejante en la universidad pública. En efecto, todas ellas desde
1998, entendiendo que su "autonomía" les autorizaba a desgajarse
plenamente del Estado, aceptaron ser "acreditadas" por dudosas
instituciones extranjeras, al margen del Ministerio de Educación y del
consentimiento de todos nosotros. Con regocijo en sus corazones,
asumieron los correctivos elaborados desde desconocidos
"indicadores de compatibilidad internacional", demostrando con su
actitud, desprecio por lo propio, por ejemplo, por los modelos
elaborados por la UMSA en 1988, con ocasión de la ejecución de su
"Diagnóstico Académico". De por medio también corrieron créditos,
por ejemplo el 3096/BO, destinado a la "reforma universitaria".
La sociedad boliviana, en cuanto pudo, siempre le reclamó al
Estado por el estado de la educación

En cuanta oportunidad había, tanto las diversas nacionalidades como


las sometidas culturas urbanas, interpelaron acremente por esta
situación al Estado. Recordemos cuatro de ellas: En 1825, a la
constitución del Estado Boliviano, el dos de Agosto de 1931 en
Warisata, después de la Guerra del Chaco y con motivo de la
Revolución Nacional de 1952. En todas ellas se expresó con claridad
el anhelo de reconquistar lo enajenado y recuperar nuestro derecho a
decidir: Las Escuelas de Artes y Oficios de Simón Rodríguez, las
Universidades Obreras, la Escuela Ayllu de Warisata, la Escuela
Industrial Pedro Domingo Murillo y la Universidad Popular Tupaj
Katari.

Pero todas, a excepción de Warisata, fueron falseadas por la


ignorancia de los "encargados" y la habilidad de las "misiones
educativas" y consultoras. En efecto, al no existir la posibilidad ni la
capacidad para diseñar un currículum, se optó por lo fácil: Copiar
programas de estudio y estructuras educativas de otros países, a
contra flecha de la dirección política conquistada. Pero el hecho que
no haya una dirección explícita, no quiere decir que, por detrás, no
hubiese una oculta. En efecto, el análisis sistémico de los objetivos,
mapas y estructuras curriculares ejecutados, lleva a los siguientes
resultados:

1. Se buscaba constituir una clase media urbana fuerte y


resistente a las reivindicaciones de las otras clases o
nacionalidades, insurgentes.
2. También el formar profesionales urbanos, satisfechos por
colaborar en la constitución de un Estado dependiente y
colonial.

Para esto el Estado desarrolló costosos proyectos de ascenso social,


especialmente en la educación superior. Sin embargo, nadie esperaba
que de los mismos se aprovechasen los empobrecidos padres de
familia del ámbito rural, uniendo esta otra posibilidad a sus propias
estrategias migratorias. De resultas, su traslado se dio casi al margen
de la ideología dominante, lo que terminó fortaleciendo sus propios
intereses, tradiciones y usos. Esta estrategia, les permitió su
crecimiento no sólo social y económico sino también político. Esta la
base para la aparición de los actuales movimientos sociales, que
buscan dotarle al Estado de una nueva dirección: Volverlo
pluricultural y multinacional, la nueva sabia que ahora busca hacerse
carne en las instituciones educativas en general y de educación
superior en especial.

Hoy, la educación superior no tiene estudiantes sino


compradores de ascenso social
En general El Estado y sus "prelados", han venido otorgando
certificados de ascenso social y profesionalización, al margen de una
realidad concreta y de un currículum. Siempre han estado concientes
que con su actitud degradaban el diploma a mero "premio", por
colaborar con la ignominia depredadora y por hacer la cara un lado en
el momento de la expoliación y la humillación.

Hoy en día, los "autonomistas" de la educación superior son aún más


autonomistas. Efectivamente, sus "acreditaciones" los han vuelto
muy cuidadosos y diseñan sus procesos educativos, buscando no
irritar ni a las instituciones internacionales ni a los inversionistas
extranjeros. ¡Es admirable su capacidad para hacernos a todos a un
lado!. Hoy estamos frente a una educación superior que está siendo
colonizada directamente por el colonizador.

El plan

Pues bien, ha llegado la hora de construir un hermoso amanecer que


nos permita recuperar todas nuestros sueños, fuerzas y riquezas. La
hora de parar esta vejación a nuestro Territorio. El momento de pedir
permiso a todos, para organizar sistemas de reproducción de todas
nuestras relaciones sociales y culturales. Para esto parece interesante
intentar el siguiente plan:

1. Construir un renovado Sistema de Educación Superior, a partir


de la Constitución de un Consejo Pluricultural Educativo Paceño.
2. El Consejo Pluricultural estaría compuesto por las
nacionalidades, y las culturas, asentadas centralmente en el
Departamento de La Paz. Nos referimos, en primer lugar, a los
aymaras, quechuas, alteños y chu'qutas, que adornan nuestro
Territorio. Luego los productores de las zonas tropicales,
subtropicales, yungas y altiplano. Los empresarios grandes y
chicos. La COB. Los padres, estudiantes y docentes, etc.
3. Este Consejo Pluricultural Educativo Paceño, tendría la
responsabilidad de definir las políticas educativas, en
correspondencia con las políticas nacionales.
4. También el de crear su propio Departamento de Organización
Curricular, encargado de elaborar un currículum destinado a la
investigación, la acción y la formación de todo tipo de
profesionales, a partir de las directrices que plantee el Consejo
Pluricultural

También podría gustarte