Marianne Fernández Rosales Psicopatología 06-Oct-2015

Se han desarrollado teorías que pretenden explicar de forma integral la depresión y la

ansiedad.

 La teoría de la indefensión/desesperanza de Alloy et al. (1990)

 La teoría de la pérdida del objeto de apego de Bowlby
 El modelo de redes asociativas de las relaciones entre emoción y cognición de Bower
(1981)
 La teoría de las autodiscrepancias de Higgins (1987)
 La teoría de Williams, Watts, MacLeod y Mathews (1988)
 La teoría cognitiva de Beck (1987, Beck et al., 1979; Beck y Emery, 1985)
La teoría de Beck señala las semejanzas y diferencias entre ansiedad y depresión en la
hipótesis de la especificidad de contenido. Su premisa principal es que “en los trastornos
emocionales existe una distorsión o sesgo sistemático en el procesamiento de la
información”.

En la ansiedad, es la percepción del peligro, la valoración e infravaloración que se tiene de

las propias capacidades para enfrentarse al peligro, sumadas a la sobreestimación del nivel
del peligro asociado a las situaciones.

Por otro lado, en la depresión, o situaciones que se relacionan con una pérdida o privación,
los sujetos sobrevaloran los sucesos negativos, que se toman como frecuentes, sin salida. Se
le conoce como la “tríada cognitiva negativa”, se tienen visiones negativas del yo, el mundo
y el futuro.

Ese procesamiento cognitivo distorsionado o sesgado que aparece en la ansiedad y en la

depresión conduce a los síntomas afectivos, conductuales, motivacionales y fisiológicos que
caracterizan a los síndromes psicopatológicos.

El procesamiento distorsionado de la información en la depresión y en la ansiedad se entiende

en la teoría de Beck como un factor próximo (no único) que desencadena y mantiene a los
síntomas depresivos o ansiosos que restan.

El formalismo de los esquemas de Beck, explica como las actitudes o creencias

disfuncionales se representan mentalmente y afectan el procesamiento de la información. Los
esquemas son estructuras funcionales de representaciones relativamente duraderas del
conocimiento y la experiencia anterior.

Los esquemas disfuncionales depresogénicos y ansiógenos se diferencian de los esquemas

de sujetos sin estas patologías por su estructura y el tipo de información que almacenan. Los
esquemas disfuncionales tienen reglas, creencias y actitudes del individuo acerca de sí
mismos y el mundo, que son poco realistas y disfuncionales, que se asocian a recuerdos y
formación de creencias. En la ansiedad las reglas son condicionales: “Si esto pasa, puede
suceder…”.
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Los esquemas activados en los trastornos de ansiedad, pueden contener pensamientos de

vulnerabilidad exagerada, y sus pensamientos se centran en cualquier situación que pueda
indicar peligro, o amenaza hacia el sujeto.

Por otro lado, Beck (1987) sugiere que el tipo de estresor que puede activar un esquema
depresogénico o ansiógeno también viene determinado por diferencias individuales en la
estructura de personalidad.
La teoría cognitiva habla de dos dimensiones de personalidad: sociotropía y autonomía. El
esquema sociotrópico incluye actitudes y creencias que tienen una consideración elevada
acerca de las relaciones interpersonales y una alta dependencia social cuando se juzga la valía
propia.

En los trastornos de ansiedad, se generaliza la manera en que se interpretan los estímulos

amenazantes.

Los productos cognitivos tienen correlatos observables: a) pensamientos o imágenes

voluntarias y b) pensamientos automáticos.

La teoría de Beck también propone la hipótesis de la especificidad del contenido, que dice
que cada trastorno tiene un perfil cognitivo específico y que se centra en el tipo de contenido,
de manera que es la diferencia en contenido cognitivo la que determina el tipo de trastorno
psicológico del individuo.

Beck y Clark postularon una serie de perfiles cognitivos que diferencian la ansiedad y la
depresión según la hipótesis de la especificidad de contenido, usaron un sistema taxonómico
cognitivo sugerido por Ingram, el cual distingue 4 categorías cognitivas: variables
estructurales, proposicionales, operacionales y de producto. Las categorías se definen:

Productos Cognitivos: Los productos se refieren al resultado final de las operaciones que
realiza el sistema cognitivo sobre la información; son las cogniciones y pensamientos que el
individuo experimenta y de las que puede tener conciencia.

Operaciones Cognitivas: Se refieren a los procesos mediante los cuales el sistema opera, e
incluyen conceptos como los de codificación y recuperación de información.

Proposiciones Cognitivas: Se refiere al contenido de la información que se almacena y

organiza dentro de alguna estructura.

Estructuras Cognitivas: Las variables estructurales se refieren a la "arquitectura" del

sistema, es decir, la manera en que la información se almacena y se organiza internamente
dentro de algún tipo de estructura.

Roth y Tucker (1986) dicen que tanto la ansiedad como la depresión están asociadas con una
atención autofocalizada excesiva. Esta hace alusión al proceso que consiste en dirigir la
atención sobre cualquier aspecto de sí y ser consciente de la información autorreferente, en
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contraposición a dirigir la atención a los estímulos ambientales y tomar conciencia de la

información del exterior.

En la ansiedad, la atención autofocalizada trata de controlar la conducta internamente, y así

activar conductas de afrontamiento ante las situaciones negativas.

En la depresión, la atención autofocalizada está relacionada con una retirada de toda

estimulación exterior, con una reducción en la sensibilidad a la información externa.

Preguntas:
¿Para qué sirven las categorías?
¿Cómo funciona la hipótesis de la especificidad del contenido?
¿Cuál es el perfil de los esquemas disfuncionales depresogénicos y ansiogénicos?

Referencias
Sanz, J. (1993). Distinguiendo ansiedad y depresión: Revisión de la hipótesis de la especificidad de
contenido de Beck . Anales de psicología, 133-140.