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LA LEY

Concepto material y formal de la ley

Desde un punto de vista material o sustancial, ley es toda regla social


obligatoria, emanada de autoridad competente. Por lo tanto, no sólo son leyes
las que emanan del Poder Legislativo, sino también la Constitución, los
decretos, las ordenanzas municipales.

Desde un punto de vista formal, se llama ley a toda disposición sancionada por
el Poder Legislativo, de acuerdo con el mecanismo constitucional.

Caracteres

1) La generalidad.

2) La obligatoriedad. Es de la esencia de la ley; para asegurar su


cumplimiento y real vigencia contiene siempre una sanción para el que la viole,
sanción que en el orden civil puede ser la nulidad del acto contrario a la ley, la
indemnización de los daños y perjuicios ocasionados a terceros, etc.

3) Debe emanar de autoridad competente.

c) Por su validez en relación a la voluntad de las personas

1) Leyes imperativas: las que prevalecen sobre cualquier acuerdo de la


voluntad de las personas sujetas a ellas; deben cumplirse aún cuando ambas
partes crean preferible otra regulación de sus relaciones jurídicas. En algunos
casos asumen la forma de mandatos y en otro de prohibiciones, pero en
cualquier caso los particulares no pueden dejarlas sin efecto. Este concepto se
vincula con el de ley de orden público.

2) Leyes supletorias o interpretativas: son las que las partes de común


acuerdo pueden modificar o dejar sin efecto. Sólo tienen efecto en la hipótesis
de que los interesados nada hayan dispuesto sobre el particular. Por eso se
llaman supletorias, puesto que suplen la voluntad de las partes no expresada
en los contratos. Además, si las partes no están de acuerdo con la solución
legal pueden, de común acuerdo, dejarla sin efecto y convenir cualquier otra
regulación de sus relaciones jurídicas.

A veces el carácter imperativo o supletorio surge de la misma norma legal,


pero otras veces la ley nada dice y se presenta entonces el problema grave de
si las partes pueden o no apartarse de aquélla. Entonces debe tenerse en
cuenta esto: si la norma se ha establecido en atención a intereses sociales,
públicos, colectivos, debe considerarse imperativa; si por el contrario, sólo se
ha tenido en cuenta los intereses de las partes, si únicamente se ha querido
reglar relaciones particulares, la ley es supletoria.

Leyes de orden público

Existen dos teorías respecto de qué es una ley de orden público.

a) Punto de vista clásico : entiende que las leyes de orden público son
aquellas en las que están interesadas de una manera muy inmediata y
directa, la paz y la seguridad sociales, las buenas costumbres, un
sentido primario de la justicia y la moral. Dicho en otras palabras, las
leyes fundamentales y básicas que forman el núcleo sobre el que está
estructurada la organización social.

Esta postura entiende que:

a) estas leyes no pueden ser dejadas sin efecto por acuerdo de las
partes en sus contratos.

b) el principio de que las leyes no tienen carácter retroactivo no juega en


materia de estas leyes de orden público.

c) en el caso que los jueces deben aplicar una ley extranjera, estas leyes
no deberán aplicarse si esa aplicación importa desplazar una ley
nacional de orden público.

d) nadie puede invocar un error de derecho para eludir la aplicación de


una ley de orden público, dado que el error de derecho no puede jamás
ser invocado para eludir la aplicación de ninguna ley (art. 923 C.C.)

b) Teoría que identifica las leyes de orden público con las leyes
imperativas: Entiende que una cuestión se llama de orden público
cuando responde a un interés general, colectivo, por oposición a las
cuestiones de orden privado, en las que sólo juega un interés particular.
Por eso las leyes de orden público son irrenunciables, imperativas: por el
contrario las de orden privado son renunciables, permisivas y confieren a
los interesados la posibilidad de apartarse de sus disposiciones y
sustituirlas por otras.

Por ello debemos repetir que los conceptos de leyes imperativas y de orden
público son sinónimos. Actualmente es el concepto que prevalece: si una ley es
de orden público, las partes no pueden dejarla sin efecto en sus contratos.
Además, se piensa que no tiene ninguno de los otros efectos que se le
atribuyen:
a) Con relación al problema de la retroactividad de la ley, la idea de la
ley de orden público no juega el más mínimo papel.

b) Con relación al error de derecho, la cuestión no existe en nuestro


derecho positivo.

c) Queda subsistente el problema de la ley de orden público como valla


de la aplicación de una ley extranjera. El Institut de Droit International
aconsejó que toda legislación determine, con la mayor precisión posible,
cuáles son aquellas de sus leyes que no podrán ser descartadas por una
ley extranjera. Es lo que muchos años antes había hecho nuestro
codificador en el artículo 14 donde se enumeraban las leyes que por
ningún concepto podían ser descartadas por las extranjeras. Ninguna
disposición del C.C. habla de ley de orden público con relación a esta
materia.

Orden Jerárquico de las leyes:

Supremacía de la Constitución Nacional

El derecho positivo argentino está organizado sobre la base de la Constitución


Nacional. Todas las restantes normas (leyes, decretos y ordenanzas) deben
ajustarse a ella; y si no lo hicieren, la persona afectada puede pedir la
declaración de inconstitucionalidad por vía del recurso extraordinario ante la
Corte Suprema de Justicia. Este Tribunal es, por lo tanto, el guardián supremo
de la Constitución.

Por debajo de la Constitución Nacional están las leyes


nacionales o provinciales. Subordinados a éstas están los decretos
reglamentarios dictados por el Poder Ejecutivo. Finalmente, las ordenanzas
municipales deben subordinarse a la legislación local.

Leyes nacionales y provinciales

La Constitución Nacional deslinda el llamado derecho federal (que interesa a


la Nación como tal) y el derecho común o local, reservado para las
provincias. La idea central es que el derecho federal es de excepción y que, por
lo tanto, toda materia no delegada a la Nación es propia de las provincias.

En la organización institucional de nuestro país, constituido en forma federativa


existen dos legislaciones paralelas: la nacional y la provincial.
Las leyes nacionales abarcan toda la materia reservada al Estado Federal:
aduanas, contribuciones directas, relaciones con otros países, defensa
nacional, navegación de los ríos y mares. También son leyes nacionales los
Códigos Civil, Comercial, Penal y de Minería. La Constitución Nacional, con el
propósito de unificar la legislación en todo el país, dispuso que debían ser
dictadas por el Congreso de la Nación.

Las leyes provinciales comprenden todos los poderes no delegados en el


Gobierno Federal por la Constitución Nacional o por convenios posteriores
realizados entre el Gobierno de la Nación y las provincias. En particular, les
está reservado todo lo relativo a su organización interior, su administración de
justicia, régimen municipal, educación primaria, etc.

Por reglamento se entiende toda disposición jurídica de carácter general y con


valor subordinado a la Ley dictada por la Administración, en virtud de su
competencia propia. Lo que significa que la norma reglamentaria, al estar
sometida jerárquicamente a la Ley, aunque sea posterior no puede derogar o
modificar el contenido de las normas con rango de ley y, por el contrario, éstas
tienen fuerza derogatoria sobre cualquier reglamento.

Fecha de entrada en vigencia (Antiguo Código Civil.)

El art. 2º del C.C., reformado por la Ley 16.504 establece: "Las leyes no son
obligatorias sino después de su publicación, y desde el día que ellas
determinen. Si no designan tiempo, serán obligatorias después de los
ocho días siguientes al de su publicación oficial".

La ley es obligatoria desde el momento señalado en ella. Puede ocurrir que la


trascendencia de la reforma legislativa imponga un plazo mayor que el fijado en
la 2º parte del artículo 2º: así por ejemplo, el C.C. sancionado en 1869, entró en
vigencia recién el 1º de enero de 1871. Otras veces, por el contrario, la
urgencia de la medida puede mover al legislador a prescindir del plazo de 8
días. En algunos casos, puede disponerse que la ley se aplique con
retroactividad, es decir a relaciones y hechos jurídicos ocurridos con
anterioridad a su sanción.

Caso en que la ley no establece la fecha del comienzo de su vigencia

Antes, el art. 2º del C.C. establecía que cuando las leyes no designaban
tiempo, regían en la Capital al día siguiente de su publicación y en el resto del
país 8 días después de publicada. O sea, que durante ocho días la Cap. Fed.
estaba sometida a una ley distinta que el resto del país. De ahí que se
propiciara insistentemente la unificación de la fecha de entrada en vigencia. La
ley 16.504, dictada en 1964 dispuso que las leyes entran en vigencia
después de los ocho días de su publicación oficial, sin distinguir entre
Cap.Fed. y el resto del país. Por publicación oficial se entiende la hecha en
el Boletín Oficial.

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