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Biología de la conservación

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La biología de la conservación es una disciplina científica de síntesis que se


consolidó en la década de 1980 como respuesta a la pérdida
de biodiversidad (Simberloff, 1988). Se ocupa de estudiar las causas de la pérdida
de diversidad biológica en todos sus niveles (genética, individual, específica,
ecosistémica) y de cómo minimizar esta pérdida. La biología de la conservación se
ocupa también de la gestión de la naturaleza y la biodiversidad de la Tierra con el
objetivo de proteger las especies, sus hábitats y los ecosistemas de tasas
excesivas de extinción y de la erosión de las interacciones bióticas. 123 Para ello
integra contribuciones de disciplinas muy diferentes que se basan en las ciencias
naturales y sociales —tales como la ecología, la genética, la biogeografía,
la biología del comportamiento, las ciencias políticas, la sociología,
la antropología, etc.— y la práctica del manejo de recursos naturales.4567

Índice

 1Origen
 2Descripción
 3Historia
o 3.1Conservación de los recursos naturales
o 3.2Primeros naturalistas
o 3.3Movimiento ecológico
o 3.4Esfuerzos globales de conservación
 4Conceptos y fundamentos
o 4.1Marco conceptual
o 4.2Paradigmas científicos
o 4.3Medición de las tasas de extinción
o 4.4Planificación sistemática de la conservación
o 4.5Fisiología de la conservación: un enfoque
mecanicista de la conservación
o 4.6Biología de la conservación como profesión
o 4.7Enfoques
o 4.8Ética y valores
o 4.9Prioridades de conservación
o 4.10Valores económicos y capital natural
o 4.11Conceptos de especies estratégicas
 4.11.1Especie clave
 4.11.2Especie indicadora
 4.11.3Especie paraguas y especie
bandera
 5Contexto y tendencias
o 5.1Extinción del Holoceno
o 5.2Estado de los océanos y arrecifes de coral
o 5.3Grupos distintos a los vertebrados
o 5.4Biología de la conservación de parásitos
o 5.5Amenazas a la biodiversidad
o 5.6«Los cuatro jinetes del apocalipsis»
 5.6.1Sobreexplotación
 5.6.2Pérdida y fragmentación del
hábitat
 5.6.3Especies introducidas
 5.6.4Cadenas de extinción
 6Personajes destacados
 7Disciplinas dentro de la biología de la conservación
 8Véase también
 9Notas y referencias
o 9.1Notas
o 9.2Referencias
 10Bibliografía
o 10.1Bibliografía adicional
 11Enlaces externos

Origen[editar]
El término «biología de la conservación» y su concepción como nuevo campo de
estudios se originó en la convocatoria de la «Primera Conferencia Internacional
sobre Investigación en Biología de la Conservación» celebrada en 1978 en
la Universidad de California en La Jolla y dirigida por los biólogos Bruce A. Wilcox
y Michael E. Soulé con un grupo de conservacionistas e investigadores
académicos y de zoológicos, incluyendo Kurt Benirschke, Otto Frankel, Thomas
Lovejoy y Jared Diamond. La reunión fue motivada por la preocupación por
la deforestación tropical, la desaparición o extinción de especies y la erosión de
la diversidad genética dentro de las especies.8 La conferencia y los procedimientos
resultantes,2 buscaron unir la brecha entre la teoría en la ecología y la genética
evolutiva por una parte, y la política y práctica de conservación, por otra. a La
biología de la conservación y el concepto de la diversidad biológica surgieron
juntos y contribuyeron a definir la era moderna de la ciencia de la conservación y
la política ambiental. La base multidisciplinaria de la biología de la conservación
dio lugar a nuevas subdisciplinas, incluido la ciencia social de la
conservación, comportamiento animal y conservación y fisiología de la
conservación.9 Fomentó también el mayor desarrollo de la genética de la
conservación, la disciplina que Otto Frankel había iniciado con anterioridad,
aunque hoy en día a menudo se considera una subdisciplina de la biología de la
conservación.

Descripción[editar]
Debido al rápido declive global de los sistemas biológicos establecidos, la biología
de la conservación es a menudo caracterizado como una «disciplina [científica]
con fecha límite».10 La biología de la conservación es estrechamente relacionado
con la ecología por investigar temas cercanas a la ecología de
poblaciones (dispersión, migración, demografía, tamaño efectivo de la
población, depresión endogámica, y viabilidad mínima de la población)
de especies raras o en peligro de extinción.1112 La biología de la conservación
abarca el estudio de los fenómenos que afectan el mantenimiento, la pérdida y la
restauración de la biodiversidad y la ciencia de los procesos que engendran
la diversidad genética, poblacional, de especies y de los ecosistemas.56712 La
preocupación proviene de estimaciones que sugieren que desaparecerán hasta
50 % de todas las especies del planeta en los próximos 50 años, 13 lo que
contribuye al aumento de la pobreza, la inanición, y cambiará el curso de la
evolución en este planeta.1415
Los biólogos de la conservación se dedican a la investigación y la educación sobre
el proceso de pérdida de biodiversidad, la extinción de especies y el efecto
negativo de este proceso en la capacidad de sostener el bienestar en las
sociedades humanas; los biólogos de la conservación suelen encontrar empleo en
organizaciones gubernamentales, universidades, organizaciones sin fines de lucro
y la industria. Los temas de investigación son diversos, ya que se trata de una red
interdisciplinaria con alianzas profesionales tanto en las ciencias biológicas como
sociales. Aquellos dedicados a la causa y la profesión, abogan por una respuesta
global a la actual crisis de biodiversidad basándose en
consideraciones morales, éticas, y científicas. La respuesta institucional y de la
ciudadanía ante la crisis de biodiversidad se manifiesta a través de planes de
acción que dirigen programas de investigación, monitoreo y educación. 4567

Historia[editar]
La conservación de los recursos naturales
es el problema fundamental. A menos que
resolvamos ese problema, nos servirá
poco resolver todos los demás.

—Theodore Roosevelt16
Conservación de los recursos naturales[editar]
Los esfuerzos para conservar y proteger la biodiversidad global de manera
consciente son un fenómeno reciente.717 Sin embargo, la conservación de los
recursos naturales tiene una historia que se extiende hasta antes de la «era de la
conservación». El uso ético de los recursos surgió de la necesidad, por las
relaciones directas con la naturaleza. La regulación o restricción comunal se hizo
necesaria para evitar que individuos, por motivos egoístas, tomarían más de lo
que podría ser sostenido localmente, dado que esto pondría en riesgo el
suministro de recursos naturales a largo plazo para toda la comunidad. 7 Este
dilema social con respecto al manejo de los recursos naturales es a menudo
llamado la «tragedia de los comunes».18b
A partir de este principio, los biólogos conservacionistas pueden rastrear la ética
basada en los recursos comunitarios como una solución al conflicto de recursos
comunales a través de las culturas.7 Por ejemplo, los pueblos de Tlingit de Alaska
y Haida del Noroeste del Pacífico tenían reglas y restricciones entre los clanes,
limitando la pesca del salmón rojo. Estas reglas fueron guiadas por los ancianos
de los clanes que contaban con un conocimiento detallado de cada uno de los ríos
y arroyos que gestionaron.719 Existen numerosos otros ejemplos en la historia de
culturas que conocieron reglas, rituales y prácticas organizadas con respecto al
manejo comunitario de los recursos naturales. 2021
La ética de la conservación también fue encontrado en antiguos escritos religiosos
y filosóficos. Existen ejemplos en tradiciones como
el taoísmo, sintoísmo, hinduismo, islám y budismo.722 Entre los antiguos filósofos
griegos, Platón se lamentaba de la degradación de las tierras de pastoreo: «Lo
que queda ahora es, por así decirlo, el esqueleto de un cuerpo desperdiciado por
la enfermedad: la tierra rica y suave se ha llevado y solo queda el marco desnudo
del distrito».23 En la Biblia se menciona, que Dios dijo a Moisés que la tierra
descansara de las actividades de cultivo cada séptimo año. 724 Antes del siglo XVIII,
en gran parte de la cultura europea se consideraba como paganismo admirar a la
naturaleza. La vida silvestre fue menospreciado, mientras que el desarrollo
agrícola fue valorado.25 Sin embargo, ya en el año 680 d. C., las creencias
religiosas de San Cuthbert lo llevaron a establecer un santuario de vida
silvestre en las Islas Farne.7
Primeros naturalistas[editar]
halcones gerifalte dibujado por John James Audubon.

La historia natural fue una importante preocupación en el siglo XVIII, y se


realizaron grandes expediciones y exhibiciones públicas en Europa y América del
Norte. Para 1900, había 150 museos de historia natural en Alemania, 250 en Gran
Bretaña, 250 en Estados Unidos y 300 en Francia. 26 El surgimiento de
sentimientos conservacionistas ocurrió entre finales del siglo XVIII y principios del
siglo XX.
Antes del viaje de Charles Darwin en el HMS Beagle, dominaba el
pensamiento creacionista que todas las especies permanecían sin cambios tras su
creación.27 Georges Louis Leclerc fue uno de los primeros naturalistas que
cuestionaron esta creencia. En su publicación de 44 volúmenes sobre la historia
natural, propuso que las especies evolucionaron debido a influencias
ambientales.27 Erasmus Darwin, el abuelo paterno de Charles Darwin, también fue
uno de los defensores pioneros del evolucionismo; señaló que algunas especies
tienen estructuras vestigiales, es decir, estructuras anatómicas que ya no tienen
una función aparente en la actualidad, pero que habrían sido útiles para los
antepasados de la especie.27 El pensamiento de estos primeros naturalistas del
siglo XVIII contribuyó a cambiar el modo de pensar de los naturalistas de
principios del siglo XIX.
A principios del siglo XIX se inició la biogeografía gracias a los esfuerzos
de Alexander von Humboldt, Charles Lyell y Charles Darwin.28 La fascinación del
siglo XIX con la historia natural engendró el fervor de ser el primero en recolectar
especímenes raros y de hacerlo antes de que estas especies se extinguieran por
otros coleccionistas.2526 Aunque el trabajo de muchos naturalistas del siglo XVIII y
XIX inspiraron a los entusiastas de la naturaleza y las organizaciones de
conservación del medio ambiente, sus escritos, según los estándares modernos,
mostraron insensibilidad hacia la conservación ya que mataron a cientos de
especímenes para sus colecciones.26
Movimiento ecológico[editar]
Artículo principal: Movimiento ecológico
Las raíces modernas de la biología de la conservación se encuentran en el
período de la Ilustración del siglo XVIII, particularmente en Inglaterra y Escocia. 2529
Varios pensadores, entre ellos notablemente Lord Monboddo,29 destacaron la
importancia de «preservar la naturaleza»; gran parte de este énfasis inicial tuvo su
origen en la teología cristiana.[cita  requerida]
La primera aplicación de los principios científicos de la conservación se llevó a
cabo en los bosques de India británica. La ética de la conservación que comenzó
a evolucionar incluía tres principios básicos: que la actividad humana estaba
dañando el ambiente, que había un deber cívico por mantener el medioambiente
para las generaciones futuras, y que debería aplicarse métodos científicos, con
base empírica, para garantizar que este deber se llevara a cabo. Sir James Ranald
Martin tuvo un papel prominente en la promoción de esta ideología, publicando
muchos informes médico-topográficos que demostraron la magnitud del daño
provocado por la deforestación y desecación a gran escala, y cabildeó
ampliamente para la institucionalización de actividades de conservación forestal
en India británica a través del establecimiento de servicios forestales
departamentales.30
En 1842, la Junta de rentas de Madras dio inicio a esfuerzos locales de
conservación encabezados por Alexander Gibson, un botánico profesional que
aplicó de manera sistemática un programa de conservación de bosques basado
en principios científicos. Fue el primer ejemplo de gestión estatal de la
conservación de bosques en el mundo.31 El Gobernador General James Broun-
Ramsay presentó el primer programa de conservación forestal permanente y de
gran escala en el mundo en 1855, un modelo que pronto se extendió a otras
colonias, así como a los Estados Unidos323334 donde se estableció Yellowstone, el
primer parque nacional del mundo, en 1872.35
El uso del término «conservación» se generalizó a fines del siglo XIX y se refirió a
la gestión, principalmente por razones económicas, de recursos naturales tales
como madera, pesces, animales de caza, capa superior del suelo, pastos y
minerales. Además, se refirió a la conservación de bosques (silvicultura), fauna
silvestre (refugio de vida silvestre), parques, vida silvestre y cuencas hidrológicas.
En este período también se aprobó la primera legislación relativo a la
conservación y se establecieron las primeras sociedades de conservación de la
naturaleza. La Ley de Preservación de Aves Marinas de 1869 fue aprobada en
Gran Bretaña, constituyendo la primera ley de protección de la naturaleza en el
mundo,36 después de un amplio cabildeo de la Asociación para la Protección de
Aves Marinas37 y el respetado ornitólogo Alfred Newton.38 Newton también jugó un
papel decisivo en la aprobación de las primeras leyes de animales de caza de
1872, que protegían a los animales durante la temporada de cría para evitar el
riesgo de la extinción de las poblaciones.39
Una de las primeras sociedades de conservación fue la Royal Society for the
Protection of Birds (RSPB), fundada en 1889 en Manchester40 como un grupo de
protesta haciendo campaña contra el uso de los pieles y plumas del somormujo
lavanco y la gaviota tridáctila para la confección de ropa de piel. Originalmente
conocido como «the Plumage League» («La Liga del plumaje»), 41 el grupo ganó
popularidad y finalmente se fusionó con la Liga de Piel y Plumas de Croydon para
formar el RSPB.42 El National Trust se formó en 1895 con el manifiesto de «[...]
promover la conservación permanente, en beneficio de la nación, de las tierras,
[...] para preservar (en la medida de lo posible) su aspecto natural».
En los Estados Unidos, la Forest Reserve Act 1891 (Ley de reserva forestal de
1891) otorgó al presidente el poder de apartar reservas forestales de las tierras
que pertenecen al dominio público. John Muir fundó el Sierra Club en 1892, y
la New York Zoological Society (Sociedad Zoológica de Nueva York) se fundó en
1895. El presidente Theodore Roosevelt estableció un número de bosques y
reservas nacionales de 1901 a 1909.4344 La Ley de Parques Nacionales (National
Parks Act) de 1916, incluía una cláusula de «uso sin impedimento», solicitada por
John Muir, que finalmente resultó en la eliminación de una propuesta para
construir una represa en el monumento nacional Dinosaurio en 1959.45

Roosevelt y Muir en Glacier Point, parque nacional Yosemite.

En el siglo XX, funcionarios canadienses, incluido Charles Gordon Hewitt46


y James Harkin, encabezaron el movimiento hacia la conservación de la vida
silvestre.47
Esfuerzos globales de conservación[editar]
A mediados del siglo XX, surgieron esfuerzos que se centraron en la conservación
de especies individuales, especialmente la de los grandes felinos en América del
Sur, dirigidos por la Sociedad Zoológica de Nueva York. 48 La Sociedad Zoológica
de Nueva York jugó un papel important en el desarrollo de los conceptos para el
establecimiento de reservas para especies particulares en el mundo y la
realización de los estudios de conservación necesarios para determinar la
idoneidad de las ubicaciones más apropiadas como prioridades de conservación;
el trabajo de Henry Fairfield Osborn Jr., Carl E. Akeley, Archie Carr y su hijo Archie
Carr III es notable en esta época.4950 Akeley, por ejemplo, tras dirigir expediciones
a las Montañas Virunga y observar al gorila de montaña en la naturaleza, estaba
convencido de que la especie y el área deberían ser prioridades de conservación.
Contribuyó decisivamente en persuadir al rey Albert I de Bélgica a actuar en
defensa del gorila de montaña y establecer el parque nacional
Albert (posteriormente renombrado parque nacional Virunga) en lo que hoy es
la República Democrática del Congo.51
En la década de 1970, liderado principalmente por el trabajo en los Estados
Unidos bajo la Endangered Species Act (Ley de especies en peligro de extinción)52
junto con la Species at Risk Act (Ley de especies en riesgo) de Canadá, y
los planes de acción de biodiversidad desarrollados en Australia, Suecia, el Reino
Unido, surgieron cientos de planes para la protección de especies específicos. En
particular las Naciones Unidas actuaron para conservar los sitios de gran
importancia cultural o natural para el patrimonio común de la humanidad. El
programa fue adoptado por la Conferencia General de UNESCO en 1972. En 2006
el programa incluyó un total de 830 sitios: 644 culturales y 162 naturales. Estados
Unidos fue el primer país que estableció una legislación nacional para la
conservación biológica, tras aprobar la Endangered Species Act (Ley de especies
en peligro de extinción)53 (1966) y la National Environmental Policy Act (1970),54
que adjudicaron importantes fondos y medidas de protección a la conservación a
gran escala de hábitats y a la investigación de especies amenazadas. También se
dieron iniciativas de conservación en otros países en la década de los setenta. En
India, por ejemplo, se aprobó la Wildlife Protection Act de 1972.55
Un desarrollo significativo en 1980 fue la aparición del movimiento
de conservación urbana. Inicialmente una organización local
en Birmingham, Reino Unido, se estableció en rápida sucesión en otras ciudades
del Reino Unido y luego también en otros países. Aunque fue percibido como
un movimiento de base, su desarrollo fue impulsado por la investigación
académica sobre la vida silvestre urbana. La visión del movimiento de que la
conservación está inextricablemente ligada con otras actividades humanas fue
inicialmente visto como radical, pero se ha convertido en la corriente principal en el
pensamiento conservacionista. Actualmente se dedica un esfuerzo de
investigación considerable a la biología de la conservación urbana. La Society for
Conservation Biology se estableció en 1985.7:2
En 1992, la mayoría de los países del mundo se habían comprometido con los
principios de la conservación de la diversidad biológica tras ratificar el Convenio
sobre la Diversidad Biológica;56 muchos países dieron inicio a programas en el
marco del Plan de acción de biodiversidad para identificar y conservar las
especies amenazadas dentro de sus fronteras, así como para proteger los hábitats
asociados. A finales de la década de 1990, se observó un aumento de la
profesionalidad en el sector con la maduración de organizaciones como el Instituto
de Ecología y Gestión Ambiental y la Sociedad del Medio Ambiente.
Desde el año 2000, el concepto de la conservación a escala de paisaje adquirió
importancia, dando menos énfasis en las acciones centradas en una sola especie
o incluso en un solo hábitat. En su lugar, la mayoría de los conservacionistas
convencionales defienden un enfoque ecosistémico, aunque los que trabajan para
proteger algunas especies de alto perfil han expresado su preocupación.
La ecología ha contribuido en aclarar el funcionamiento de la biosfera; es decir, las
complejas interrelaciones entre los humanos, otras especies y el entorno físico. El
fuerte crecimiento de la población humana, la expansión de
la agricultura, industria y la consiguiente contaminación han demostrado cuán
fácilmente se pueden perturbar y desequilibrar las relaciones ecológicas. 57
La última palabra en ignorancia es el hombre que dice de un animal o planta: «¿De qué sirve?» Si el
mecanismo de la tierra en su conjunto es bueno, entonces cada parte es buena, que lo entendemos o
no. Si la biota, en el transcurso de eones, ha construido algo que nos gusta pero que no entendemos,
¿quién, sino un tonto, descartaría las partes aparentemente inútiles? Conservando cada engrane y
rueda es la primera precaución del pensamiento inteligente.
—Aldo Leopold, en A Sand County Almanac (1949)

Conceptos y fundamentos[editar]
Marco conceptual[editar]
Se han propuesto tres principios como acompañamiento para el desarrollo de la
biología de la conservación:58

 La evolución es el único mecanismo capaz de


explicar los patrones de biodiversidad, por lo
que las respuestas a los problemas de
conservación deben generarse dentro del
marco evolutivo.
 Los procesos ecológicos son dinámicos y no se
mantienen en equilibrio (al menos no
indefinidamente), estando sometidos a la
regulación de procesos externos variables.
 Los seres humanos son parte de los sistemas
ecológicos por lo que las actividades humanas
deben contemplarse en la planificación de la
conservación biológica.
Paradigmas científicos[editar]
La biología de la conservación se desarrolla fundamentalmente en el marco de
dos paradigmas: el paradigma de las poblaciones pequeñas y el paradigma de las
poblaciones en disminución.
Paradigma de las poblaciones pequeñas
Este paradigma enuncia que las poblaciones pequeñas están sometidas a un alto
riesgo inherente de extinción, que resulta fundamentalmente de un incremento en
la exposición a estocasticidad demográfica y ambiental de la pérdida de
variabilidad genética.
Paradigma de las poblaciones en disminución
Se ocupa de los procesos por los cuales el riesgo de extinción de las poblaciones
se incrementa por razones ajenas a éstas, y de cómo paliarlos.
Se ha denominado “torbellino de extinción” a la retroalimentación positiva por la
cual la depresión por endogamia, la estocasticidad demográfica y ambiental y la
deriva génica se combinan provocando una aceleración en la disminución
poblacional. El fundamento del torbellino de extinción es que dichos factores
conllevan una pérdida de la variabilidad genética y, en consecuencia, de la
disminución en la eficacia biológica de los individuos y un incremento en la
mortalidad.
Medición de las tasas de extinción[editar]

K-T
Tr-J
P-T
Dev
O-S
Intensidad de la extinción marina a través del tiempo. El gráfico azul muestra el porcentaje aparente (no
el número absoluto) de los géneros de animales marinos extintos durante un determinado intervalo de
tiempo. Se muestran las ultimas cinco grandes extinciones masivas. (fuente e información de la imagen)

Las tasas de extinción se miden en una variedad de formas. Los biólogos


conservacionistas miden y aplican métodos estadísticas de los registros fósiles,159
las tasas de pérdida de hábitat y una multitud de otros variables —como la pérdida
de biodiversidad en función de la tasa de pérdida de hábitat y la ocupación del
sitio60— para obtener estas estimaciones.61 La publicación del libro The Theory of
Island Biogeography (Teoría de la biogeografía de islas)62 es posiblemente la
contribución más significativa para la comprensión científica tanto del proceso,
como la forma de medir la tasa de extinción de las especies. Se estima que la tasa
de extinción de fondo actual es de una especie cada pocos años.63
La medición de la pérdida actual de especies se vuelve más compleja por el hecho
de que la mayoría de las especies de la Tierra no han sido descritas ni evaluadas.
Varían mucho las estimaciones sobre el número total de especies que existen en
la Tierra (rango estimado: 3 600 000-111 700 000 especies)64 así como sobre el
número que cuenta con un binomio de especies (rango estimado: 1 500 000-8 000
000).64 Menos del 1 % de todas las especies que se han descrito han sido
estudiadas más allá de simplemente anotar su existencia. 64 De estas cifras,
la UICN informa que el 23 % de los vertebrados, el 5 % de los invertebrados y el
70 % de las plantas que han sido evaluados se clasificaron como en
peligro o amenazada.6566 Iniciativas como The Plant List buscan construir un mejor
conocimiento del número real de las especies de plantas.
Planificación sistemática de la conservación[editar]
La planificación sistemática de la conservación es una forma efectiva para
identificar los tipos de diseños de reservas más eficientes y efectivos para captar o
mantener los valores de biodiversidad de mayor prioridad y para trabajar con las
comunidades en apoyo de los ecosistemas locales. Margules y Pressey identifican
seis etapas interconectadas en el enfoque de la planificación sistemática: 67

1. Compilar datos sobre la biodiversidad de la


región de planificación
2. Identificar objetivos de conservación para la
región de planificación
3. Revisar las áreas de conservación
existentes
4. Seleccionar áreas de conservación
adicionales
5. Implementar acciones de conservación
6. Mantener los valores requeridos de las
áreas de conservación
Periódicamente, los biólogos conservacionistas preparan planes de conservación
detallados para propuestas de financiamiento o para coordinar eficazmente su
plan de acción e identificar las mejores prácticas de gestión (e.g.68). Las
estrategias sistemáticas generalmente emplean los servicios de los sistemas de
información geográfica para apoyar el proceso de toma de decisiones.
Fisiología de la conservación: un enfoque mecanicista de la
conservación[editar]
Steven J. Cooke y sus colegas definieron la fisiología de la conservación como:
«Una disciplina científica integradora que aplica conceptos fisiológicos,
herramientas y conocimiento para: caracterizar la diversidad biológica y sus
implicaciones ecológicas; comprender y predecir cómo los organismos, las
poblaciones y los ecosistemas responden al cambio ambiental y a factores
estresantes; y resolver problemas de conservación en una amplia gama de
taxones (es decir, incluidos microbios, plantas y animales). La fisiología se
considera en los términos más amplios posibles para incluir respuestas
funcionales y mecánicas en todas las escalas, y la conservación incluye el
desarrollo y refinamiento de estrategias para reconstruir poblaciones, restaurar
ecosistemas, informar políticas de conservación, generar herramientas de apoyo a
las decisiones y administrar los recursos naturales».9 La fisiología de la
conservación es particularmente relevante para los profesionales ya que tiene el
potencial de generar relaciones de causa y efecto y revelar los factores que
contribuyen a la disminución de la población.
Biología de la conservación como profesión[editar]
La Sociedad para la Biología de la Conservación es una comunidad global de
profesionales de la conservación dedicada a promover la ciencia y la práctica de la
conservación de la biodiversidad. La biología de la conservación como disciplina
va más allá de la biología en temas tales como
la filosofía, leyes, economía, humanidades, artes, antropología, y educación.56
Dentro de la biología, la genética de la conservación y la evolución son inmensos
campos en sí mismos, y estas disciplinas son de primordial importancia para la
práctica y la profesión de la biología de la conservación.
¿Es la biología de la conservación una ciencia objetiva si los biólogos abogan por
un inherente valor en la naturaleza? ¿Los conservacionistas
introducen sesgos cuando respaldan políticas que usan una descripción
cualitativa, como degradación del hábitat o ecosistemas saludables? Como todos
los científicos tienen valores, también lo tienen los biólogos de la conservación.
Los biólogos conservacionistas abogan por un manejo razonado y sensato de los
recursos naturales y lo hacen con una combinación revelada
de ciencia, razón, lógica, y valores en sus planes de manejo de conservación.5
Esta postura es comparable a la de la profesión médica que defiende las opciones
de un estilo de vida saludable; ambos son beneficiosos para el bienestar humano
pero siguen siendo científicos en su enfoque.
Existe una corriente en la biología de la conservación que sugiere que se necesita
una nueva forma de liderazgo para movilizar la biología de la conservación hacia
una disciplina más efectiva que tiene la capacidad de comunicar todo el alcance
del problema a la sociedad en general.69 Esta corriente propone un enfoque de
liderazgo adaptativo, paralelo a un enfoque de gestión adaptativa. El concepto se
basa en una nueva filosofía o teoría del liderazgo que se aleja de las nociones
históricas de poder, autoridad y dominio. El liderazgo adaptativo para la
conservación es reflexivo y más equitativo, ya que se aplica a cualquier miembro
de la sociedad que pueda movilizar a otros hacia cambios significativos, utilizando
técnicas de comunicación que sean inspiradoras, útiles y universales. Los biólogos
conservacionistas están implementando programas de asesoramiento y de
liderazgo adaptativo a través de organizaciones como el Programa de Liderazgo
Aldo Leopold.70
Enfoques[editar]
La conservación puede clasificarse como conservación  in situ, que protege una
especie en peligro en su hábitat natural, o conservación  ex situ, que se produce
fuera del hábitat natural.71 La conservación in situ implica proteger o restaurar el
hábitat. La conservación ex situ, por otro lado, implica la protección fuera del
hábitat natural de un organismo, por ejemplo en reservas o en bancos de genes,
cuando en el hábitat natural no pueden vivir poblaciones viables. 71
También puede utilizarse la «no interferencia», un método preservacionista. Los
preservacionistas abogan por dar a las áreas de la naturaleza y las especies una
existencia protegida que detiene la interferencia de los humanos. 5 En este sentido,
los conservacionistas difieren de los preservacionistas en la dimensión social, ya
que la biología de la conservación involucra a la sociedad y busca soluciones
equitativas tanto para la sociedad como para los ecosistemas. Algunos
preservacionistas enfatizan el potencial de la biodiversidad en un mundo sin
humanos.[cita  requerida]
Ética y valores[editar]
Véase también: Conservación (ética)
Los biólogos de la conservación son investigadores interdisciplinarios que
practican la ética en las ciencias biológicas y sociales. Chan afirma que los
conservacionistas deben abogar por la biodiversidad y pueden hacerlo de una
manera éticamente científica si no promueven la defensa simultánea contra otros
valores que compiten.72
Un conservacionista puede inspirarse en la ética de la conservación de los
recursos,7:15 que busca identificar las medidas que entregarán «el mayor bien para
la mayor cantidad de personas durante el mayor tiempo». 5:13 En contraste, algunos
biólogos conservacionistas argumentan que la naturaleza tiene un valor intrínseco,
independientemente de la utilidad antropocéntrica.7:3,12,16–17 El valor intrínseco
sugiere que se debe valorar un gen, o especie, porque tienen una utilidad para los
ecosistemas que sostienen. Aldo Leopold fue un pensador y escritor clásico sobre
la ética de la conservación, cuya filosofía, ética y escritos aún son valorados y
revisitados por los biólogos conservacionistas modernos. 7:16–17
Prioridades de conservación[editar]

Imagen de una gráfica circular que muestra la representación relativa de la biomasa en una selva
lluviosa a través de un resumen de las percepciones de los dibujos e ilustraciones de niños (izquierda),
a través de una estimación científica de la biomasa real (centro) y una medida de biodiversidad
(derecha). Nota que la biomasa de los insectos sociales (en el medio) supera largamente el número de
especies (derecha).

En un esfuerzo por enfrentar la crisis de extinción, la Unión Internacional para la


Conservación de la Naturaleza (UICN) ha organizado una muestra global de
científicos y estaciones de investigación en todo el planeta para monitorear el
cambiante estado de la naturaleza. Por medio de la publicación de su Lista Roja,
la UICN proporciona actualizaciones anuales sobre el estado de conservación de
las especies.73 La Lista Roja de la UICN sirve como una herramienta de
conservación internacional, para identificar aquellas especies que más necesitan
esfuerzos de conservación y para proporcionar un índice global sobre el estado de
la biodiversidad.74 Sin embargo, los científicos conservacionistas observan que
la sexta extinción masiva, más allá de las dramáticas tasas de extinción de
especies, es en efecto una crisis de la biodiversidad y que ésta requiere de mucho
más acción, en vez de un enfoque prioritario en especies raras, endémicas o en
peligro. Las preocupaciones por la pérdida de biodiversidad cubren un mandato de
conservación más amplio, que analiza los procesos ecológicos, como la migración,
y un análisis holístico de la biodiversidad en niveles más allá de las especies
individuales, e incluye la diversidad genética, de población y del ecosistema. 75 La
extensión, sistemática y velocidad de las tasas de pérdida de biodiversidad forman
una amenaza para la sotenibilidad del bienestar de la humanidad porque limitan el
suministro de servicios ecosistémicos que de otro modo serían regenerados por la
compleja y cambiante red holística de la diversidad genética y ecosistémica.
Aunque los datos sobre el estado de conservación de las especies se emplean
extensamente en la gestión de la conservación,74 algunos científicos destacan que
la principal fuente de explotación y alteración del hábitat de la humanidad son las
especies comunes. Además, las especies comunes a menudo son infravaloradas
a pesar de su papel central como principal fuente de servicios ecosistémicos. 7677
Mientras que la mayoría en la comunidad de la ciencia de la conservación
«enfatiza la importancia» de sostener la biodiversidad,78 existe un debate sobre
cómo priorizar los genes, especies o ecosistemas que son componentes de la
biodiversidad (véase por ejemplo, Bowen, 1999). Si bien el enfoque predominante
hasta la fecha ha sido de enfocar los esfuerzos en las especies en peligro,
mediante la conservación de «puntos calientes de biodiversidad», algunos
científicos (e.g.79) y organizaciones de conservación, como Nature Conservancy,
argumentan que es más rentable, lógico y socialmente relevante invertir en
«puntos fríos de biodiversidad».80 Argumentan que el costo de identificar, nombrar
y determinar la distribución de cada especie es un esfuerzo de conservación
desacertado; afirman que tiene más sentido entender la importancia de los roles
ecológicos de las especies.81
Los puntos calientes y fríos de biodiversidad son una forma de reconocer que la
concentración espacial de los genes, especies y ecosistemas no está distribuida
de manera uniforme en la superficie de la Tierra. Por ejemplo, «[...] el 44 % de
todas las especies de plantas vasculares y el 35 % de todas las especies en
cuatro grupos de vertebrados están confinadas a 25 puntos calientes que
comprenden solo el 1,4 % de la superficie terrestre de la Tierra». 82
Aquellos a favor de priorizar los puntos fríos señalan que hay otras medidas a
considerar más allá de la biodiversidad. Señalan que al enfatizar los puntos
calientes se minimiza la importancia de las conexiones sociales y ecológicas a
vastas áreas de los ecosistemas de la Tierra donde reina de forma suprema la
biomasa, no la biodiversidad.83 Se estima que el 36 % de la superficie de la Tierra,
que abarca el 38,9 % de los vertebrados del mundo, carece de especies
endémicas para poder calificar como zona de gran biodiversidad. 84 Además, las
medidas muestran que la maximización de las protecciones de la biodiversidad no
resulta en una mejor captura de los servicios ecosistémicos que la focalización en
regiones elegidas al azar.85 La biodiversidad a nivel de población (es decir, los
puntos fríos de biodiversidad) está desapareciendo a un ritmo diez veces mayor
que al nivel de especies.7986 La importancia de abordar la biomasa versus el
endemismo, como una preocupación para la biología de la conservación, se
destaca en la literatura que mide el nivel de amenaza para las reservas mundiales
de carbono del ecosistema que no necesariamente residen en áreas de
endemismo.8788 Un enfoque que prioriza los puntos calientes 89 no invertiría tanto en
lugares como estepas, el Serengeti, el Ártico o la taiga. Estas áreas contribuyen
con una gran abundancia de biodiversidad a nivel de población (no de especies) 86
y de servicios del ecosistema, incluido el valor cultural y el ciclo de nutrientes del
planeta.90
Aquellos que están a favor del enfoque de puntos calientes señalan que las
especies son componentes irremplazables del ecosistema global, que se
concentran en los lugares más amenazados y, por lo tanto, deben recibir
protecciones estratégicas máximas.91 La riqueza de especies y la biodiversidad
genética engendran y contribuyen a la estabilidad del ecosistema, los procesos del
ecosistema, la adaptatibilidad evolutiva y la biomasa.92 No obstante, ambas partes
concordan que la conservación de la biodiversidad es necesaria para reducir la
tasa de extinción e identificar un valor inherente en la naturaleza; el debate se
enfoca en cómo priorizar los limitados recursos de conservación de la manera más
rentable.
Valores económicos y capital natural[editar]

El desierto Tadrart Acacus en el oeste de Libia es parte del Sáhara.

Véanse también: Servicios del ecosistema y  Biodiversidad.


Los biólogos conservacionistas han comenzado a colaborar con los
principales economistas del mundo para determinar cómo medir la riqueza y
los servicios de la naturaleza y lograr que estos valores aparezcan en
las transacciones del mercado global.93 Este sistema de contabilidad se conoce
como capital natural y, por ejemplo, registraría el valor de un ecosistema antes de
que se elimine para dar paso al desarrollo.94 El Fondo Mundial para la
Naturaleza publica su Informe Planeta Vivo y proporciona un índice global de
biodiversidad al monitorear aproximadamente 5000 poblaciones en 1686 especies
de vertebrados (mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios) e informa sobre las
tendencias de la misma manera que se hace en el mercado de valores. 95
Este método de medir el beneficio económico global de la naturaleza ha sido
respaldado por los líderes de G8+5 y la Comisión Europea.93 La naturaleza
sostiene muchos servicios del ecosistema96 que benefician a la humanidad.97 Sin
embargo, muchos de los servicios ecosistémicos de la tierra son bienes
públicos que siguen sin valor de mercado y por lo tanto quedan sin precio o valor
económico establecido.93 No existe un mercado de valores con carteras de
inversión en especies que proporcionen un suministro sostenible de servicios
ecosistémicos que son valiosos para la sociedad.97 La huella ecológica de la
sociedad ha excedido los límites de la capacidad bioregenerativa de los
ecosistemas del planeta en aproximadamente un 30 %, lo que equivale al
porcentaje de poblaciones de vertebrados que han disminuido entre 1970 y
2005.95

La crisis crediticia ecológica es un desafío


global. El Informe Planeta Vivo 2008 nos
dice que más de las tres cuartas partes de
la población mundial vive en naciones que
son deudores ecológicos – su consumo
nacional ha superado la biocapacidad de
su país. Por lo tanto, la mayoría de
nosotros estamos manteniendo nuestro
estilo de vida actual y nuestro crecimiento
económico, extrayendo (y cada vez más
sobre-extrayendo) el capital ecológico de
otras partes del mundo.

—WWF Living Planet Report95

La economía natural inherente juega un papel esencial en el sostenimiento de la


humanidad,98 incluida la regulación de la química atmosférica global, cultivos
polinizadores, control de plagas,99 reciclaje de los nutrientes del suelo, purificación
del suministro de agua,100 suministro de medicamentos y beneficios para la
salud,101 así como mejoras de la calidad de vida no cuantificables. Existe una
relación, una correlación, entre mercados, capital natural, desigualdad social y la
pérdida de biodiversidad; es decir, hay mayores tasas de pérdida de biodiversidad
en lugares donde existe mayor inequidad de riqueza en la sociedad. 102
Aunque una comparación directa del mercado de capital natural es probablemente
insuficiente en términos de valor humano, una estimación de los servicios
ecosistémicos sugiere que la contribución asciende a billones de dólares
anuales.103104105106 Por ejemplo, a un segmento de bosques en América del
Norte se le asignó un valor anual de 250 mil millones de dólares; 107 otro ejemplo es
la polinización por las abejas, que proporciona servicios naturales con un valor
anual estimado entre 10 y 18 mil millones de dólares. 108 El valor de los servicios
ecosistémicos en una isla de Nueva Zelanda ha sido calculado tan grande como
el PIB de esa región.109 Esta riqueza planetaria se está perdiendo a un ritmo
accelerado a medida que las demandas de la sociedad humana exceden la
capacidad bioregenerativa de la Tierra. Aunque la biodiversidad y los ecosistemas
son resilientes, el peligro de perderlos sin poder recrear muchas de las funciones
del ecosistema con la innovación tecnológica humana constituye un riesgo
considerable.
Conceptos de especies estratégicas[editar]
Especie clave[editar]
Artículo principal: Especie clave
Algunas especies, conocidas como especies clave, forman un centro de apoyo
para su ecosistema.110 La pérdida de estas especies resulta en un colapso de la
función del ecosistema, así como la pérdida de las especies coexistentes. 5 Las
especies claves son usualmente depredadores debido a su habilidad de controlar
la población de presas en su ecosistema.110 La importancia de una especie clave
se demostró con la extinción de la vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas) a
través de su interacción con nutrias marinas, erizos de mar y quelpo. Los erizos de
mar se alimentan de alga marina, mientras que las nutrias marinas se alimentan
de erizos de mar. Con el rápido declive de las nutrias marinas debido a la caza
excesiva, las poblaciones de erizos de mar pastaban sin restricciones en los
lechos de algas marinas y el ecosistema colapsó. Como su número no fue
limitado, los erizos de mar destruyeron las comunidades de algas marinas que
sostenían las vacas marinas de Steller y así aceleraron su desaparición. 111 Se
creía que la nutria marina era una especie clave porque la coexistencia de muchos
asociados ecológicos en las camas de algas dependía de las nutrias para su
supervivencia. Sin embargo, esto fue posteriormente puesto en duda por Turvey y
Risley,112 quienes demostraron que tan solo la caza habría llevado la vaca marina
de Steller a la extinción.
Especie indicadora[editar]
Artículo principal: Especie indicadora
Las «especies indicadoras» tienen un conjunto limitado de requisitos ecológicos,
por lo que se convierten en objetivos útiles para vigilar la salud de un ecosistema.
Algunos animales, como los anfibios con su piel semipermeable y sus vínculos con
los humedales, tienen una sensibilidad aguda al daño ambiental y, por lo tanto,
pueden servir como «canario minero». Las especies indicadoras son monitoreadas
en un esfuerzo por capturar la degradación ambiental causada por la
contaminación o algún otro vínculo con actividades humanas en la proximidad. 5 El
monitoreo de especies indicadoras permite determinar si existe un impacto
ambiental significativo, que puede servir para asesorar o modificar la práctica, por
ejemplo, asesorar sobre diferentes escenarios de manejo de bosque para
la silvicultura, o para medir el grado de daño que puede causar una pesticida en la
salud de un ecosistema.
Reguladores gubernamentales, consultores, u ONG a menudo monitorean
especies indicadoras; sin embargo, existe un conjunto de requisitos y
consideraciones prácticas que se debe seguir para que el método sea efectivo. 113
En general, se recomienda monitorear indicadores múltiples (genes, poblaciones,
especies, comunidades y paisajes) para obtener una medición confiable. 114115
Especie paraguas y especie bandera[editar]
Artículos principales: Especie paraguas  y  Especie bandera.
Un ejemplo de una «especie paraguas» es la mariposa monarca, tanto por sus
largas migraciones como su valor estético. Las largas rutas de migración de la
mariposa monarca en América del Norte abarcan un gran área con múltiples
ecosistemas, de los que la especie depende para existir. Por lo tanto, cualquier
protección adjudicada a la mariposa monarca, también cubrirá muchas otras
especies y hábitats. A menudo se utiliza una especie paraguas también como
«especie bandera», lo que se refiere a especies que captan la atención del público
y atraen el apoyo a las medidas de conservación; ejemplos incluyen el panda
gigante, la ballena azul, el tigre, el gorila de montaña y la mariposa monarca.5 Sin
embargo, paradójicamente, el sesgo de esfuerzos de conservación hacia las
especies bandera puede, a veces, amenazar a otras especies de mayor
preocupación.116

Contexto y tendencias[editar]
Al estudiar el contexto relacionado con la extinción de especies, los biólogos de la
conservación abarcan las tendencias y procesos desde el
pasado paleontológico hasta el presente ecológico.1 En general se acepta que
hubo cinco importantes extinciones masivas globales en la historia de la Tierra.
Estos incluyen los espasmos de extinción
del Ordovícico (440 m. a.), Devónico (370 m. a.), Pérmico-Triásico (245
m. a.), Triásico-Jurásico (200 m. a.) y Cretácico-Paleógeno (66 m. a.). En los
últimos 10 000 años, la influencia humana sobre los ecosistemas de la Tierra ha
sido tan extensa que los científicos tienen dificultad en estimar el número de
especies extinctas;117 es decir, las tasas de deforestación, destrucción de arrecifes
de coral, drenaje de humedales y otras actividades humanas avanzan a un ritmo
mucho más elevado que la capacidad de evaluación humana del estado de las
especies. En el último Informe Planeta Vivo del Fondo Mundial para la
Naturaleza se estima que los seres humanos excedieron largamente la capacidad
bioregenerativa del planeta y que en la actualidad se requeriría media planeta más
para poder sostener todas las demandas impuestas sobre los recursos naturales
de la Tierra.118
Extinción del Holoceno[editar]
Artículo principal: Extinción masiva del Holoceno
Biólogos de la conservación publicaron evidencia de todos los rincones del planeta
que indican que la humanidad puede estar causando la sexta extinción masiva del
planeta.119120121 Se ha sugerido que la Tierra esta experimentando una era de
extinciones de especies sin precedentes, también conocida como la extinción
masiva del Holoceno.122 La tasa de extinción global puede ser aproximadamente
1000 veces mayor que la tasa de extinción de fondo natural. 123 Se estima que dos
tercios de todos los géneros de mamíferos y la mitad de todas las especies de
mamíferos que pesan más de 44 kg se extinguieron en los últimos 50 000 años.112
124125126
La Evaluación global de los anfibios (en inglés: Global Amphibian
Assessment) de la UICN informa que las poblaciones de anfibios están
disminuyendo a escala global y con una velocidad mayor que cualquier otro grupo
de vertebrados: más del 32 % de las especies de anfibíos están amenazadas de
extinción o ya extinctas,127 El 43 % de las especies que están amenazadas
experimenta un declive continuo de las poblaciones sobrevivientes. Desde
mediados de la década de 1980, las tasas reales de extinción de los anfibios han
excedido 211 veces las tasas que se midieron a partir del registro fósil.128 Sin
embargo, «la tasa actual de extinción de anfibios puede variar de 25 039 a 45
474 veces la tasa de extinción de fondo para anfibios». 128 La tendencia global de
extinción ocurre en cada grupo importante de vertebrados que está siendo
monitoreado. Por ejemplo, el 23 % de todos los mamíferos y el 12 % de todos
los pájaros fueron incluidos en la Lista Roja de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que significa que están amenazados de
extinción. Aunque la extinción de fondo es un fenómeno natural, la disminución de
las especies está ocurriendo a un ritmo tan alto que la evolución simplemente no
puede mantener el paso, lo que está conduciendo a la mayor extinción masiva
continua en la Tierra.129 Los seres humanos dominan el planeta, y su elevado
consumo de recursos, junto con la contaminación generada, está afectando los
entornos en los que viven otras especies.129130
Estado de los océanos y arrecifes de coral[editar]
Véanse también: Océano,  Arrecife de coral  y  Contaminación marina.
Las evaluaciones globales del estado de los arrecifes de coral siguen señalando
tasas de disminución drásticas y rápidas. Para el año 2000, se había colapsado el
27 % de los ecosistemas de arrecifes de coral del mundo. El período de mayor
disminución ocurrió en un episodio de «blanqueo» en 1998, cuando
aproximadamente el 16 % de todos los arrecifes de coral en el mundo
desaparecieron en menos de un año. El blanqueo de coral es causado por una
mezcla de estrés ambiental, incluyendo el aumento de la temperatura oceánica y
la acidificación, que conduce a la expulsión de las algas simbióticas y la muerte de
los corales.131 El declive y el riesgo de extinción en la biodiversidad de los arrecifes
de coral ha aumentado dramáticamente en los últimos diez años. La pérdida de
los arrecifes de coral, cuya extinción se prevé para el próximo siglo, amenaza el
equilibrio de la biodiversidad mundial, tendrá un gran impacto económico y pondrá
en peligro la seguridad alimentaria de cientos de millones de personas.132 La
biología de la conservación desempeña un papel importante en los acuerdos
internacionales que cubren los océanos del mundo. 131

Estas predicciones indudablemente


parecerán extremas, pero es difícil
imaginar cómo tales cambios no se
llevarán a cabo sin cambios fundamentales
en el comportamiento humano.

—J.B. Jackson15:11463

Los océanos están amenazados por la acidificación debido a un aumento en los


niveles de CO2. Esto constituye una amenaza seria para las sociedades humanas
que dependen en gran medida de los recursos naturales oceánicos. Existe
preocupación que la mayoría de las especies marinas no
podrán evolucionar o aclimatisar en respuesta a los cambios en la composición
química del océano.133
Las perspectivas de evitar la extinción masiva no parecen buenas tomando en
consideración que, según los informes, ya desaparició «[...] 90 % de todos los
grandes (promedio aproximadamente ≥ 50 kg), atunes, marlines y tiburones en el
océano».15 Dada la evaluación científica de las tendencias actuales, se predice
que el océano tendrá pocos organismos multicelulares supervivientes, quedando
solo microbios para dominar los ecosistemas marinos.15
Grupos distintos a los vertebrados[editar]
También se plantearon serias preocupaciones acerca de grupos taxonómicos que
no reciben el mismo grado de atención social, ni atraen la misma cantidad de
fondos que los vertebrados. Estos incluyen hongos (incluyendo especies
formadoras de líquenes),134 invertebrados (particularmente insectos13135136) y
las comunidades de plantas donde la gran mayoría de la biodiversidad está
representada. La conservación de hongos y la conservación de insectos, en
particular, tienen una importancia esencial para la biología de la conservación.
Como simbiontes micorrízicos, y como descomponedores y recicladores, los
hongos son esenciales para la sostenibilidad de los bosques. 134 Los insectos
tienen un valor muy grande en la biosfera, dado que superan a todos los demás
grupos vivos en términos de riqueza de especies. Las plantas forman el mayor
volumen de biomasa en la Tierra y se sustentan gracias a sus relaciones con los
insectos. Este gran valor ecológico de los insectos es contrarrestado por una
sociedad humana que a menudo reacciona negativamente hacia estas criaturas
que suelen considerar como estéticamente «desagradables». 137138
Un área de preocupación en el mundo de los insectos que ha llamado la atención
del público es el misterioso caso de la desaparición de las abejas mieleras (Apis
mellifera). Las abejas proporcionan un servicio ecológico indispensable ya que son
responsable de la polinización de una gran variedad de cultivos agrícolas.
Además, producen miel y cera que se utilizan ampliamente en el mundo entero. 139
La desaparición repentina de abejas que dejan colmenas vacías o afectados por
el colapso de colonias (CCD) ocurre con cierta frecuencia. Sin embargo, en un
período de 16 meses entre 2006 y 2007, el 29 % de 577 apicultores en los
Estados Unidos reportaron pérdidas por CCD en hasta 76 % de sus colonias de
abejas. Esta repentina pérdida demográfica en el número de abejas tuvo un efecto
directo en el sector agrícola. La causa de estas caídas masivas es desconcertante
para los científicos. Plagas, plaguicidas y el calentamiento global se consideran
como posibles causas.140141
Otro ejemplo que vincula la biología de la conservación a los insectos, los bosques
y el cambio climático es el brote del escarabajo del pino de
montaña (Dendroctonus ponderosae) en Columbia Británica, Canadá, que infestó
470 000 km² de tierras boscosas desde 1999.87 El Gobierno de Columbia Británica
preparó un plan de acción para abordar este problema. 142143
Este impacto ["brote de escarabajo del pino"] convirtió el bosque de un pequeño sumidero neto de
carbono en una gran fuente neta de carbono tanto durante, como inmediatamente después del brote. En
el peor año, los impactos resultantes del brote de escarabajos en Columbia Británica fueron
equivalentes al 75 % del promedio de las emisiones anuales de incendios forestales de todo Canadá
durante 1959-1999.
Kurz et al.88

Biología de la conservación de parásitos[editar]


Artículo principal: Biología de la conservación de parásitos
Una porción importante de las especies de parásitos están amenazadas por la
extinción. Algunos están siendo erradicados como plagas de los seres humanos o
animales domésticos, a pesar de que la mayoría de los parásitos son inofensivos.
Las amenazas incluyen el declive o la fragmentación de las poblaciones de
hospederos, o la extinción de las especies hospedadoras.
Amenazas a la biodiversidad[editar]
Artículo principal: Biodiversidad#Amenazas

Hoy en día, las principales amenazas para la biodiversidad son la destrucción de


hábitat (por la deforestación, expansión agrícola, desarrollo urbano), y
la sobreexplotación (incluyendo el comercio de especies silvestres).c117144145146147148
149
La fragmentación de hábitat también plantea desafíos, dado que la red mundial
de áreas protegidas solo cubre el 11,5 % de la superficie de la Tierra.150 Una
consecuencia importante de la fragmentación y la falta de áreas silvestres
interconectadas es la reducción de la migración de animales a escala global.
Teniendo en cuenta que miles de millones de toneladas de biomasa son
responsables para el ciclo de nutrientes en toda la Tierra, la reducción de la
migración es un asunto serio para la biología de la conservación. 151152

Las actividades humanas están asociadas


directa o indirectamente con casi todos los
aspectos del actual espasmo de extinción.

—Wake y Vredenburg119

Sin embargo, las actividades humanas no causan necesariamente un daño


irreparable a la biosfera. Existen ejemplos que demuestran que los humanos
pueden coexistir de forma sostenible, al emplear la gestión ambiental y
planificación de la conservación para la biodiversidad en todos los niveles, desde
los genes hasta los ecosistemas.153
Muchas de las amenazas a la biodiversidad, como el cambio climático y las
enfermedades, también afectan las áreas protegidas, dejándolas «no tan
protegidas».154 El cambio climático, por ejemplo, se cita a menudo como una
amenaza grave en este contexto, porque existe un ciclo de retroalimentación entre
la extinción de especies y la emisión de dióxido de carbono en la atmósfera
terrestre.8788 Los ecosistemas almacenan y reciclan grandes cantidades de
carbono que regulan las condiciones globales. 155 En la actualidad, los grandes
cambios climáticos que se están produciendo, incluso los cambios de temperatura,
dificultan la supervivencia de ciertas especies.149 Los efectos del calentamiento
global agregan una amenaza catastrófica hacia una extinción masiva de la
diversidad biológica mundial.156 Biólogos conservacionistas han afirmado que no
será posible salvar todas las especies, y que es necesario priorizar los esfuerzos
de conservación. Este concepto se conoce también como «triage». 149 Se estima
que la extinción oscilará entre el 15 % y 37 % de todas las especies en el año
2050,156 y 50 % de todas las especies en los próximos 50 años. 13 La tasa de
extinción actual es entre 100 y 100 000 veces más alto que en los últimos miles de
millones de años.149
«Los cuatro jinetes del apocalipsis»[editar]
Se ha bautizado con este ilustrativo aforismo a los cuatro principales agentes que
conducen a la extinción, que son:d

 La sobreexplotación que produce la reducción


de los efectivos poblacionales.
 La pérdida y fragmentación del hábitat de las
especies.
 La introducción de especies invasoras que
compiten con las nativas o modifican sus
hábitats.
 Las interacciones sinérgicas por las cuales la
extinción de unas especies producen
extinciones en cadena de otras.
Sobreexplotación[editar]
La sobreexplotación consiste en la matanza a una tasa que está por encima del
rendimiento máximo sostenible. Las especies más susceptibles son aquellas con
bajas tasas intrínsecas de crecimiento, por ejemplo grandes mamíferos como
las ballenas, elefantes y rinocerontes. Estas especies se vuelven incluso más
vulnerables si son valiosas como alimento o como mercancía. El hombre principal
depredador, en todos los casos continuó el abuso hasta que su inconsciencia
terminó produciendo graves consecuencias en muchos de los casos.
Un ejemplo clásico del impacto que puede ocasionar la matanza excesiva de
animales es la extinción de la paloma migratoria (Ectopistes migratorius). La
paloma migratoria fue probablemente el ave más abundante en el mundo, con
estimaciones de 1 a 5 mil millones de individuos, pero la caza por deporte y para
utilizar su carne y plumas, combinada con la deforestación de bosques que
constituían sus sitios de anidación, produjo una fuerte declinación (Bucher, 1992).
La última paloma migratoria murió en cautiverio en el año 1914 en el zoológico de
Cincinatti; esto produjo un rompimiento exiguo en el equilibrio del ecosistema,
afectando a otra ave de la familia falconiforme el Halcón peregrino, que se
alimentaba de la paloma migratoria. Debido a la presencia de otras especies de
palomas en las regiones de caza, el halcón pudo modificar su presa básica por
otras aves de tamaño mediano. En contraste, el factor determinante del exterminio
aviario el hombre, al no percibir un detorioro significativo en su expansión
consumista y sus diferentes actividades humanas siguió buscando nuevas
variedades de aves, a tal punto que están extintas 120 especies y 1200 están
amenazadas que necesitan esfuerzos para su conservación.
El zorro-lobo malvinense, Dusicyon australis, es una especie hoy extinta que
habitaba en pastizales, turbales y costas oceánicas en el archipiélago malvinense,
en el sudeste de Argentina. En 1839, seis años después de la visita de Charles
Darwin al archipiélago, esta especie fue cazada por los loberos norteamericanos
por su piel de muy buena calidad, lo que redujo el número de individuos. Sin
embargo su extinción definitiva se habría producido hacia 1873-1876, exterminada
por los ganaderos escoceses que la culparon de predar sobre sus ovejas (Chebez
& Bertonatti, 1994).
Un ejemplo de sobreexplotación en plantas es el del árbol de madera negra del
este de África, o Mpingo (Dalbergia melanoxylon), que se encuentra amenazado
por explotación comercial, ya que su hermosa madera es utilizada para la
fabricación de instrumentos de viento, especialmente clarinetes y oboes, y para
trabajos de tallado en madera. Para evitar la extinción comercial de este árbol, se
está realizando un proyecto de conservación denominado “Mpingo”, que intenta
conservar los bosques en peligro promoviendo la explotación sostenible y
socialmente equitativa de esta especie (Groom et al., 2006).
Pérdida y fragmentación del hábitat[editar]
Artículos principales: Destrucción de hábitat  y  Fragmentación de hábitat.
Un hábitat puede ser degradado por agentes tales como un cambio en el régimen
de fuegos o pastoreo por parte de ovejas y cabras. A veces el hábitat es
eliminado, como en el caso del drenado de un ambiente acuático o la tala de un
bosque.
Un ejemplo típico de destrucción del hábitat es la deforestación ocurrida en la
región del Iguazú, donde se encuentran las fronteras
de Brasil, Argentina y Paraguay. Allí la mayor parte del bosque fue destruido para
realizar plantaciones de soja, y las grandes reservas de Argentina y Brasil que
rodean a las cataratas del Iguazú protegen los últimos remanentes de esos
bosques (Groom et al., 2006).
Los derrames de petróleo en los océanos son un ejemplo de degradación del
hábitat que puede afectar a varias aves marinas, especialmente a los pingüinos
africano y de pingüino de Magallanes, y que han provocado la contaminación
permanente de las costas en las que habitan (Adams, 1994; Gandini et al., 1994).
Más comúnmente el hábitat es fragmentado, cuando parte de él es destruido para
construir caminos, edificios, o realizar plantaciones. La fragmentación del hábitat
puede ser analizada considerando la dinámica de las poblaciones subdivididas en
pequeños parches. La función de incidencia es la tasa de ocupación de una
especie de un hábitat en relación a su tamaño. En general hay una buena relación
entre el tamaño corporal de los animales y el área requerida para la supervivencia
y reproducción; los animales más grandes necesitan un hábitat de mayor área.
La ardilla roja (Sciurus vulgaris) ha sido afectada por la fragmentación de los
bosques que habita en los Países Bajos, y se encontró que en muchos de los
fragmentos de menor tamaño no está presente, quizá porque el área no es lo
suficientemente grande como para que se establezca una población (Verboom &
van Apeldoorn, 1990).
Especies introducidas[editar]
Artículo principal: Especie introducida
El tercer agente de disminución es la introducción de especies exóticas, ya sea
intencionalmente o no. Este factor puede exterminar a las especies nativas por
competencia, depredación o destrucción de su hábitat.
Las islas de Hawái son famosas en el mundo por el extraordinario número de
especies exóticas introducidas con éxito y por las cadenas de extinción resultantes
que eliminaron plantas y aves nativas. En estas islas se introdujeron 870 especies
de plantas, unos 2000 invertebrados y 81 vertebrados, y sus efectos en la flora y
fauna nativa fueron devastadores (Dyke, 2008).
El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) fue introducido accidentalmente en
los grandes lagos de Norteamérica, donde se observó por primera vez en el año
1988. Debido a las condiciones favorables del hábitat, el mejillón cebra se
multiplicó rápidamente y colonizó una enorme área, cambiando la abundancia
relativa de la fauna bentónica nativa y cambiando la dinámica de
los ecosistemas por el consumo de grandes cantidades de fitoplancton. Esta
especie sigue expandiéndose y amenazando a las comunidades nativas (Pullin,
2002; Groom, 2006).
Cadenas de extinción[editar]
En esta categoría están las extinciones secundarias, es decir la extinción de una
especie causada por la extinción de otra especie de la cual ésta depende. Los
ejemplos más claros de cadenas de extinción involucran a grandes predadores
que desaparecieron cuando su presa se extinguió.
La extinta águila del bosque (Harpagornis moorei) de Nueva Zelanda, que pesaba
de 10 a 13 kg y predaba sobre grandes aves terrestres, se extinguió alrededor del
año 1400 d. C., cuando desaparecieron las moas en Nueva Zelanda (Holdaway,
1989; Krebs, 2009).

Personajes destacados[editar]
Algunos de los biólogos de la conservación más destacados son los siguientes:

 Michael E. Soulé
 Edward O. Wilson
 Miguel Delibes de Castro
 Robert Whittaker

Disciplinas dentro de la biología de la


conservación[editar]
 Genética de la conservación: Uso de las
técnicas y teorías de la genética de
poblaciones a la conservación de la
biodiversidad
 Biogeografía de la conservación: Uso de las
técnicas y teorías biogeográficas en las
problemáticas de la conservación.
 Comportamiento animal y conservación: uso de
la teoría y metodologías de la ecología del
comportamiento y la etología en problemáticas
de conservación

Véase también[editar]
  Wikiversidad alberga proyectos de
aprendizaje sobre Biología de la
conservación.

 Acervo génico
 Biodiversidad
 Cambio climático
 Centro de Monitoreo de la Conservación del
Ambiente
 Conservación (ética)
 Conservación del agua
 Contaminación
 Contaminación genética
 Deforestación
 Desarrollo sostenible
 Destrucción de hábitat
 Ecología
 Ecosistema
 Extinción
 Impacto ambiental potencial
 Naturaleza salvaje
 Restauración ecológica
 Taxonomía y crisis de biodiversidad
 Tiranía de las pequeñas decisiones

Notas y referencias[editar]
Notas[editar]
1. ↑ La organización de la reunión en sí misma también
implicó tender un puente entre la genética y la
ecología. Michael Soulé, un biólogo genetista evolutivo
que trabajó con el genetista de trigo Otto Frankel para
avanzar la genética de la conservación como un nuevo
campo en ese momento. Jared Diamond, quien sugirió
la idea de una conferencia a Bruce Wilcox, estaba
enfocado en la aplicación de la ecología de la
comunidad y la teoría de la biogeografía de las islas a
la conservación. Wilcox y Thomas Lovejoy, que juntos
dieron inicio a la planificación de la conferencia en junio
de 1977, cuando Lovejoy consiguió un compromiso de
financiación inicial del Fondo Mundial para la
Naturaleza, acordaron que tanto la genética como la
ecología deberían estar representadas. Wilcox sugirió
el uso del nuevo término «biología de la conservación»
—ya que complementaría la conceptualización de
Frankel quien había acuñado el término «genética de la
conservación»— para delinear la aplicación de las
ciencias biológicas en general a la conservación.
Posteriormente, Soulé y Wilcox formularon la agenda
para la reunión que convocaron conjuntamente para el
6 al 9 de septiembre de 1978, titulada First
International Conference on Resesarch in Conservation
Biology (Primera Conferencia Internacional de
Investigación en Biología de la Conservación), en cuyo
programa mencionaron: «El propósito de esta
conferencia es acelerar y facilitar el desarrollo de una
nueva disciplina rigurosa llamada biología de la
conservación -- un campo multidisciplinario que extrae
sus conocimientos y metodología principalmente de la
ecología de poblaciones, ecología de comunidades,
sociobiología, genética de poblaciones y biología
reproductiva». La inclusión de temas relacionados con
la cría de animales reflejaba la participación y el apoyo
de los zoológicos y las comunidades involucradas en la
cría en cautividad.
2. ↑ También es considerada una consecuencia de la
evolución, donde la selección individual es favorecida
en vez de la selección grupal. Para discusiones
recientes, ver: Kay CE (1997). «The Ultimate Tragedy
of Commons». Conserv. Biol. 11 (6): 1447-
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3. ↑ Un acrónimo que se utiliza a veces en publicaciones
en inglés es H.I.P.P.O, lo que se refiere a: Habitat loss,
Invasive species, Pollution, human
Population y Overharvesting (pérdida de hábitat,
especies invasoras, contaminación, población humana,
sobreexplotación).
4. ↑ «Los cuatro jinetes del apocalipsis» es un aforismo
inicialmente utilizado por el biólogo Jared Diamond al
referirse a los cuatro principales agentes que conducen
a la extinción.157

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Libros de estudio

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 Nijhuis, Michelle (23 de julio de 2012). «Conservationists
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Revistas
En inglés:

 Animal Conservation [2]
 Biological Conservation
 Conservation [3], una revista trimestral de Society for
Conservation Biology
 Conservation and Society [4]
 Conservation Biology], revista académica revisada por
pares de Society for Conservation Biology
 Conservation Letters [5]
 Diversity and Distributions
 Ecology and Society
Manuales de formación

 White, James Emery; Kapoor-Vijay, Promila


(1992). Conservation biology: a training manual for
biological diversity and genetic resources. London:
Commonwealth Science Council, Commonwealth
Secretariat. ISBN 0-85092-392-1. (en inglés)

Enlaces externos[editar]
 Instituto de Biología de la Conservación
(Conservation Biology Institute, CBI) (en inglés)
 Conservation and Research for Endangered
Species (CRES) (en inglés)
 The Center for Biodiversity and Conservation  -
(American Museum of Natural History) (en
inglés)
 Conservationevidence.com - libre acceso a
estudios de conservación (en inglés)
 United Nations Environment Programme -
World Conservation Monitoring Centre (UNEP-
WCMC) (en inglés)
 Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente
 Sociedad Mesoamericana para la Biología y la
Conservación
 Informe Planeta Vivo 2016, WWF.
 Biología de la Conservación de Plantas (Un
portal de recursos (en catalán))

 Proyectos Wikimedia

  Datos: Q641498

  Multimedia: Conservation biology

Control de

autoridades  Identificadores

 LCCN: sh85031271

 Microsoft Academic: 34208539

 Diccionarios y enciclopedias

 Britannica: url
Categorías: 
 Biología de la conservación
 Conservacionismo
 Estudios interdisciplinarios
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