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1. Polémicas en torno al origen del lenguaje.

Desde la filosofía presocrática, tanto filósofos como lingüistas se han venido


interrogando acerca de cómo surge el lenguaje, por lo que fue la naturaleza y el origen
del lenguaje uno de los temas que despertaron en ellos una especial atención. Lo que se
plantearon, en principio, fue la relación que existía entre el origen y el objeto del
nombre.
Ya que nos encontramos explicando las polémicas que se dieron en torno al
origen del lenguaje, debemos señalar la confrontación que se dio entre los naturalistas y
convencionalistas. Platón en su diálogo Crátilo ya se cuestionaba acerca del vínculo
entre la palabra y lo que significa. Parece ser que Platón se mantiene partidario de una
relación directa y natural entre la forma y el sentido de la palabra. Hermógenes defiende
la perspectiva convencionalista, Crátilo la naturalista y Sócrates adopta una posición
intermedia, ya que al comenzar el diálogo es partidario del naturalismo, pero al final
defenderá el convencionalismo argumentando que no existe un vínculo natural entre la
forma y su significado.
Más adelante, Platón corrobora su teoría basándose en el simbolismo fónico y en
el carácter onomatopéyico de los primeros nombres, pero no se llega a ninguna
conclusión definitiva; sin embargo, aportará toda una serie de argumentos valiosos
basándose en la etimología de las palabras.
Aristóteles reflexiona sobre la interpretación en torno a esta problemática,
aludiendo a la relación que existe entre los sonidos vocales, las letras y las afecciones
del alma. Para él, la relación establecida entre los sonidos vocales y las letras es
convencional puesto que no es la misma para todos los hombres; la relación entre el
pensamiento y los signos que lo representan sí son las mismos para la humanidad. Sin
embargo, las palabras son diversas según los pueblos, y, por consiguiente, significan por
convención. Sobre este pensamiento se asentará el principio de la arbitrariedad del signo
lingüístico.
Epicuro mantendrá una postura intermedia, ya que defiende la hipótesis de que
las palabras en su origen surgen de la propia naturaleza, pero, al modificarse con el paso
de tiempo, esta evolución estará en función de un acuerdo establecido entre los
hombres. Los estoicos, por su parte, se muestran partidarios de la postura naturalista, y
debemos señalar que esta controversia no sólo se mantendrá durante mucho tiempo,
sino que dará paso a una segunda problemática: analogía / anomalía.
El interés que había guiado a los griegos por el estudio de las etimologías y la
aplicación de las categorías lógicas a las categorías gramaticales, fue la causa de que
surgiera el conflicto entre analogía y anomalía.
Esta polémica se centró en demostrar la existencia o no de regularidades y
similitudes tanto en la forma de las palabras como en la relación entre la palabra y la
cosa designada por ella. Aristóteles parece ser que defendía la analogía, pero los
estoicos eran partidarios de la anomalía.
Los analogistas se basaban en las equivalencias de los paradigmas formales en
los que las palabras tenían toda una serie de similitudes de carácter formal. Debemos
señalar que establecieron la base de las categorías gramaticales desde un pusto de vista
semántico. Este proceso analógico va a permitir fijar similitudes y diferencias al intentar
agrupar las palabras en categorías y sistematizar los datos obtenidos; en este proceso
metodológico se encuentra el origen de la gramática.
La postura anomalista, que estaba basada en postulados lógicos, se
fundamentaba en la falta de correspondencia que existía entre la forma de la palabra y lo
designado por ella. Los paradigmas nominales y verbales se caracterizan por tener
numerosas excepciones, y la relación entre la forma de algunas palabras y su significado
es incongruente.
Como conclusión, es evidente la existencia tanto de analogías como de
anomalías en el lenguaje, y ambos bandos admitieron que existen ciertas regularidades e
irregularidades en el lenguaje y establecieron los cimientos de la gramática.
2. Partes de la oración según Platón, Aristóteles y los estoicos.

Ni los sofistas del siglo V, ni Platón, ni Aristóteles se interesaron por los


estudios gramaticales; pero hay que destacar la división que Platón hizo de la oración
griega en ‘ónoma’ (sustantivo - sujeto) y ‘rhema’ (verbo - predicado). Esta división ha
sido el punto de partida de las descripciones gramaticales posteriores.
Aristóteles, en su Retórica, define el juicio como expresión del pensamiento y
reconoce como elementos del juicio, además del ‘ónoma’ y ‘rhema’, los ‘sýndesmos’,
término que hace referencia a las palabras de enlace.
En la Poética señala como partes de la dicción, junto al elemento y a la sílaba:
 La ligadura (conjunción): sonido carente de significado, que se sitúa tanto en
los extremos como en el medio.
 La articulación (signos de puntuación y entonación): sonido carente de
significado que indica el comienzo, el final o la división de una frase.
 El nombre: sonido compuesto, con significado y sin indicación de tiempo.
 El verbo: sonido compuesto, con significado y con indicación de tiempo.
 La inflexión (casos): es propia del nombre o del verbo.
 El enunciado: sonido compuesto y dotado de significado.

Las definiciones de ‘nombre’ y ‘verbo’ se atienen a criterios semánticos. A


continuación clasifica los nombres en ‘simples’ y ‘compuestos’, y diferencia en ellos la
categoría de ‘género’ (masculino, femenino y neutro).
También nos frece una definición formal de palabra como unidad lingüística
(“componente de la oración que tiene significado por si y que no se puede dividir en
más unidades significativas”). No obstante, Aristóteles no supuso un gran avance
respecto a las teorías de Platón. Serán los estoicos los que nos legaron explicaciones
sobre el lenguaje mucho más valiosas.
Los estoicos partieron de la clasificación tripartita de las partes de la oración
fijada por Aristóteles. En primer lugar, dividieron los ‘sýndesmos’ en flexivos
(pronombre y articulo) y no flexivos (preposición y conjunción); en segundo lugar,
separaron los nombres en ‘común’ y ‘propio’ y, por último, incorporaron el adverbio
como parte independiente.
Respecto al concepto de flexión aristotélico, los estoicos lo concertaron en los
cinco casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo y vocativo. Más elaborado fue el
estudio de los verbos, ya que los clasifican en: activos, pasivos, reflexivos y neutros.
Analizaron los tiempos verbales en función de las categorías ‘tiempo’ y ‘aspecto’:
presente inacabado, pasado inacabado, presente acabado, pasado acabado, considerando
el futuro y el aoristo como indeterminados.
3. Dionisio de Tracia y su teoría gramatical.

La Techne Grammatiké ha sido el modelo de gramática que ha persistido en


Occidente a lo largo de los siglos, y es una obra muy breve ya que consta solamente de
15 páginas y su contenido aparece estructurado en 20 secciones.
Dionisio de Tracia, con su definición de gramática, deja constancia del objetivo
filológico que persigue en su obra: “Gramática es el conocimiento empírico de la lengua
de los poetas y escritores”. En estas 15 páginas realiza un estudio de las letras griegas, y
también define ‘palabra’ y ‘oración’ como unidades mínima y máxima,
respectivamente, de la descripción gramatical, y, a continuación, presenta la
clasificación de las partes de la oración, y también lleva a cabo el análisis morfológico
de las mismas.
Para Dionisio de Tracia las partes de la oración son ocho: nombre, verbo,
participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción; clasificación que se
ha considerado válida a lo largo de los siglos llegando, incluso, hasta la actualidad.
Junto a la definición analiza sus categorías gramaticales a las que denomina
parepónema, así:
1. Nombre. Parte de la oración con terminaciones casuales que designa una cosa o
una acción. Sus patrpónema son cinco: género, especie, figura, número y caso.
2. Verbo. Parte de la oración sin caso que admite tiempos, personas, números y
acción o pasión. Los parepónema del verbo son ocho: modo, voz, especie,
figura, número, persona, tiempo y conjugación.
3. Participio. Participa de las propiedades del verbo y del nombre. Tiene los
mismos accidentes que el nombre y el verbo con la excepción de persona y
modo.
4. Artículo. Parte de la oración con terminaciones casuales que puede anteponerse
o posponerse a las terminaciones de los nombres. Tiene tres parepónema:
género, número y caso.
5. Pronombre. Se coloca en lugar del nombre y designa personas determinadas.
Tiene seis parepónema: persona, género, número, caso, figura y especie.
6. Preposición. Parte de la oración que puede figurar delante de todas las clases de
palabras.
7. Adverbio. Parte de la oración sin flexion que se une al verbo o lo modifica.
Unos son simples y otros compuestos. Hay 26 tipos de adverbios.
8. Conjunción. Parte de la oración que sirve para mantener unido el pensamiento y
ayuda en su interpretación. Pueden ser: copulativas, disyuntivas, condicionales,
causales, finales…

El fallo más significativo que se le ha imputado a la gramática de Dionisio de


Tracia ha sido la ausencia de un capítulo dedicado a la sintaxis, pero de este ámbito se
ocupará posteriormente Apolonio Díscolo.
4. Teoría sintáctica de Apolonio Díscolo.

Apolonio Díscolo, partiendo de los estudios morfológicos llevados a cabo por


Dionisio de Tracia, se da cuenta de que hay determinados problemas que sobrepasan el
ámbito de la morfología y que hacen necesaria la existencia de la sintaxis. La Sintaxis
aparece estructurada en cuatro libros, divididos a su vez en parágrafos.
El dominio de la sintaxis lo constituye la oración perfecta, que presenta dos
requisitos básicos: formación por dos elementos (nombre – verbo) y la coherencia. El
estudio de las leyes que rigen esas relaciones de ensamblaje correcto de los elementos
en la oración es el fin de la sintaxis. Así pues, nombre y verbo serán los elementos
fundamentales de la oración estableciéndose entre ellos la principal relación sintáctica,
sujeto/predicado.
En torno a estas relaciones se estructuran los cuatro libros que configuran la
obra. En el libro I, Apolonio hablará de la sintaxis del artículo. En primer lugar se va a
referir al artículo determinado o prepositivo, para pasar después al del artículo
pospositivo o pronombre relativo.
El libro II lo dedica a la sintaxis del pronombre, parte de la oración que sustituye
al nombre y no admite artículo, con flexión de caso y de persona. Respecto a su
clasificación, los divide en deícticos y anafóricos.
En el libro III analiza ciertas peculiaridades de los pronombres que se
desprenden de su relación con otras partes de la oración, ya que se deducen ciertas
incoherencias oracionales. En este mismo libro se ocupa de la sintaxis del verbo
atendiendo a sus accidentes. Aquí también habría que resaltar los conceptos de verbo
transitivo y verbo intransitivo que se desprenden de la definición de la voz activa, así
como los conceptos de concordancia y rección.
En el libro IV estudia las preposiciones, considerando que éstas pueden ir en
composición y en aposición.
No podemos dejar de aludir al concepto de ‘elipsis’ presente en la obra
apoloniana, ya que señala que se da en todos los niveles lingüísticos.
Por todo ello no nos sorprende que la Sintaxis de Apolonio haya tenido una
enorme repercusión posterior ya que éste la va a transmitir al Renacimiento, influyendo
tanto en la Gramática de la lengua castellana de Nebrija como en la Minerva del
Brocense, y a través de la última vía llegará a la Gramática de Port-Royal y, en el siglo
XX, al mismo Chomsky.
5. Teoría gramatical de Varrón.

Varrón representó un carácter enciclopédico, práctico y organizado. Entre sus


obras de carácter lingüístico la más importante es De Lingua Latina de la que sólo se
han conservado seis libros de un total de veinticinco. Varrón divide los estudios
lingüísticos en etimología, morfología y sintaxis.
Comienza distinguiendo etimología de semántica y se va a dedicar a lo que
llamamos ‘etimología histórica’, y aquí se ocupa del estudio del origen de las palabras
y de su evolución a través del tiempo, tanto en su forma como en su significado.
Por otro lado, la investigación del origen de las palabras presenta cuatro grados
atendiendo a su dificultad. Al explicar la procedencia de las palabras latinas, Varrón
adopta una postura intermedia entre la que defendía su maestro Estilón, para quien todas
las palabras tenían una procedencia autóctona y la que defendía Hipsícrates y Cloacio
Vero para quienes todas las palabras procedían del griego. Varrón considera que hay
palabras latinas de origen extranjero, pero no sólo griegas.
En el libro VIII se ocupara de la formación sincrónica de las palabras; es decir,
del estudio del cambio de las palabras por derivación y flexión, y es aquí donde entrará
en juego la polémica griega entre analogía y anomalía. Mientras que los estoicos
defendían la anomalía, la escuela de Alejandría se decantaba por la analogía y nuestro
gramático prefiere inclinarse hacia una postura intermedia.
Posteriormente, retoma dicha discusión ofreciéndonos uno de los tratamientos
más amplios y minuciosos en torno a esta polémica. Varrón se ratifica en su postura al
defender que había que admitir los dos principios tanto en el ámbito de la morfología
como en el de la semántica. En definitiva, la postura de varrón es conciliadora ya que
para él el lenguaje puede nacer por naturaleza pero se desarrolla por convención.
La clasificación de las palabras latinas la realizó teniendo en cuenta las
categorías de caso y tiempo, por lo que va a distinguir cuatro partes de la oración:
nombre, sustantivo y adjetivo (palabra con caso y sin tiempo), verbo (palabra con
tiempo y sin caso) y adverbio (palabra sin tiempo ni caso). Con relación a las palabras
con tiempo y sin caso, esto es el verbo, Varrón las estudia atendiendo a los tiempos,
personas, voces y aspectos, distinguiendo los tiempos perfectivos de los imperfectivos.
Sin embargo, Varrón en el estudio de la categoría del ‘caso’ sí supo ver la
diferencia entre el latín y el griego, puesto que el latín disponía de un caso diferenciado
formalmente (ablativo) del que carecía el griego. Es importante que al estudiar el
sistema de las declinaciones, alude implícitamente a lo que con el paso de los siglos se
ha denominado principio de economía lingüística; en efecto, Varrón sostiene que las
declinaciones son necesarias en todas las lenguas porque para el hombre sería imposible
abarcar un número de palabras tan amplio.
También trata de la pureza de la lengua y nos ofrece cuatro reglas
fundamentales: apoyarse en la naturaleza de la lengua, en las reglas gramaticales, en el
uso y en la lectura de los buenos autores; del equilibrio entre la parte tradicional de la
lengua y el cambio de la misma sometido a la razón dependerá dicha pureza.
En definitiva, las aportaciones de Varrón a los estudios lingüísticos nos ponen de
manifiesto su gran capacidad para adentrarse en las teorías lingüísticas griegas. Su obra
pervivió durante toda la Edad Media, trasmitiendo a la humanidad toda la cultura latina.
6. Prisciano y su teoría gramatical.

Prisciano demostró un amplio conocimiento de las teorías de sus predecesores


griegos y latinos en su obra, principalmente de Dionisio de Tracia y de Apolonio
Díscolo, ya que trató de adaptar sus teorías al latín.
Las Institutiones Grammaticae fue su obra más importante. Consta de 18 libros,
los 16 primeros incluyen lo que hoy se conoce con el nombre de fonética y morfología,
mientras que los dos últimos los dedica al estudio de la sintaxis.
Elaboró una completa descripción fonética del latín y, para ello, parte de la
definición de las letras considerando a éstas como las partes más pequeñas del lenguaje.
En ellas distingue tres propiedades: el nombre, la figura (su forma escrita) y la
‘potestas’ (su valor fonético) y las clasifica en vocales y consonantes. Las consonantes
las divide en semivocales y en mudas.
En el libro II, Prisciano explica que las letras se integra en las sílabas, las sílabas
en palabras y las palabras en oraciones, y debemos señalar que será este autor quien
establezca por primera vez una gramática en la que se lleve a cabo un estudio completo
de cada uno de estos niveles: letra, sílaba, palabra y oración.
En el ámbito de la morfología, define la palabra y la oración siguiendo la
terminología de Dionisio de Tracia; esto es, palabra será la unidad mínima de la
estructura de una oración y oración la expresión de un pensamiento completo. Respecto
al estudio de las partes de la oración, Prisciano acoge la división de Dionisio de Tracia y
de Apolonio Díscolo en ocho clases de palabras, omitiendo el artículo y reconociendo la
interjección, y se debe explicar que a la hora de definir cada una de estas palabras lo
hace según sus categorías formales:
1. Nombre. La propiedad del nombre es la de indicar una sustancia o cualidad.
2. Verbo. La propiedad del verbo es indicar que se realiza o se padece una acción.
3. Participio. Clase de palabras relacionada con el verbo por derivación; posee las
categorías de los nombres y las de los verbos.
4. Pronombre. La propiedad del pronombre es la de sustituir a los nombres
propios.
5. Adverbio. La propiedad del adverbio es la de acompañar a un verbo, al que está
subordinado sintáctica y semánticamente.
6. Preposición. La propiedad de la preposición es la de poder usarse delante de
palabras declinadas.
7. Interjección. Clase de palabras independiente del verbo sintácticamente, y que
sirve para expresar un sentimiento o estado anímico.
8. Conjunción. La propiedad de la conjunción es la de unir sintácticamente dos o
más palabras de cualquier clase.

En el libro V define la categoría del caso como una afección del nombre
mediante la cual las palabras registran una caída o una variación de la última sílaba. Los
libros VI y VII los dedica al análisis de cada uno de los diferentes casos, que para él son
seis: nominativo, genitivo, acusativo, dativo, vocativo y ablativo.
Prisciano es el primer gramático romano que aborda su estudio de una forma
sistemática y lo hace desde una doble perspectiva: como atributo de cada una de las
partes declinables de la oración y en relación con los restantes constituyentes
oracionales. El estudio morfológico de los casos creaba a los gramáticos una serie de
dificultades, y se debe señalar que sólo la sintaxis puede solucionar esta problemática.
A partir del libro VIII comienza la descripción morfológica del verbo de acuerdo
con sus accidentes. Con relación a la categoría tiempo toma el esquema que Dionisio de
Tracia utilizó para el verbo griego.
Los dos últimos libros, como ya hemos anunciado, están dedicados al estudio de
la sintaxis, siendo Prisciano el primer gramático latino que en su obra opone la
morfología a la sintaxis. Este autor define la sintaxis como “la distribución de las
palabras para la construcción de una oración perfecta” y esta distribución la basa en tres
aspectos: el uso concreto de autores, el orden natural de las palabras que toma de
Apolonio y la oración perfecta.
Para que una oración sea perfecta debe cumplir dos condiciones: ser ‘congrua’ y
transmitir un contenido completo e inteligible. Para la primera es preciso que
determinados grupos de palabras guarden las reglas de la concordancia; para la segunda
se requiere la presencia de un nombre y de un verbo.
Prisciano admite dos tipos de construcción: transitiva e intransitiva. En la
primera la relación se establece entre el verbo y el caso oblicuo y la acción pasa de una
persona a otra, mientras que en la segunda se da entre el nominativo y el verbo y la
acción permanece en una misma persona.
En definitiva, la obra de Prisciano supuso la culminación de toda la tradición
greco – romana y sirvió de puente entre el mundo clásico y el medieval, época en la que
las Institutiones se convierte en un tratado fundamental.
7. Explique la teoría de los modos de significar y sus partes de la oración.

A partir de la segunda mitad del siglo XIII y a lo largo del siglo XIV aparecen
una serie de gramáticos que componen sus tratados sobre los modos de significar (De
modis significandi) dentro de los cuales se encuentra la teoría lingüística. Estos autores
piensan que la gramática tiene su fundamento fuera del lenguaje que le es propio, y por
ello sólo el filósofo puede descubrir el sistema válido para todas las lenguas.
En principio, parten de la obra de Donato y de Prisciano, respetando su
clasificación de ocho partes de la oración, su morfología e, incluso, las subdivisiones de
las palabras, pero los modistas pretendían la universalidad en os fenómenos lingüísticos.
En este sistema de los ‘modi significandi’ son términos clave, ya que la clasificación de
las palabras se hará de acuerdo al hecho de que cada una de ellas representa la realidad.
La gramática especulativa medieval se sustenta en tres conceptos: modi
significandi (modos de la significación), modi intelligendi (modos de la inteligencia) y
modi essendi (modos de existencia).
Los modi essendi pertenecen a las cosas con sus propiedades, bien en su
permanencia e inmutabilidad temporal (modus entis) según la cual las cosas son
reconocidas como tales por la inteligencia; bien en su mutabilidad o sucesión a través
del tiempo (modus esse). Este estudio representa las propiedades de las cosas que luego
serán percibidas y comprendidas por la inteligencia; es la propiedad de la cosa
considerada que sólo atiende a la esencia misma de la cosa.
Los modi intelligendi son los modos de la comprensión, mediante los cuales las
cosas son percibidas y aprehendidas fuera de la cosa misma. Pueden ser ‘activos’ o
‘pasivos’ según se considere a la inteligencia en el momento en que aprehende la
cualidad de las cosas, o que la cosa comprendida por la mente espera ya recibir
significación:
 El modo de entender activo es la cualidad de concebir las propiedades de la
cosa.
 El modo pasivo de entender es la propiedad de la cosa, en cuanto es aprehendida
por el entendimiento.

Los modi significandi son los que nos ayudan a comprender la cosa tal como es
expresada en el discurso. Comprenden dos niveles: el de la designación cuyos
elementos son: la voz, y la palabra. El segundo nivel se ocuparía de la designación
intencionada; es decir, de la palabra dotada de una relación. De ello se deduce que los
gramáticos especulativos dan prioridad a la sintaxis, flexión y rección. También pueden
ser ‘activos’ o ‘pasivos’.
En definitiva, de acuerdo con la teoría modística, las cosas como objetos
independientes poseen varios modos de existencia. Estos modos son aprehendidos por
nuestra inteligencia y, gracias a ella, se configuran en el entendimiento como modos
pasivos, exteriorizándose como modos activos de significación a través de las voces, de
las palabras y de las partes de la oración. Por último, los modos de significación pasiva
son las propiedades de las cosas tal como las significan las palabras.
De lo expuesto se deduce que los modi significandi son fundamentales para
comprender su concepción de las partes de la oración, uno de los dos principios
fundamentales en los que basan el estudio de lo gramatical. Las partes de la oración
serán definidas según el modo o modos de significar que utilizan para representar la
realidad:
1. Nomen. Parte de la oración que significa por el modo de existencia o por algo
que tenga características distintivas.
2. Verbum. Parte de la oración que significa por medio del modo del proceso
temporal, separado de la sustancia.
3. Participipium. Parte de la oración que significa por medio del modo del proceso
temporal, no separado de la sustancia.
4. Pronomen. Parte de la oración que significa por medio del modo de existencia,
sin características distintivas.
5. Adverbium. Parte de la oración que significa por medio del modo de existencia,
y aparece en construcción con otra palabra que signifique por medio del modo
del proceso temporal.
6. Coniunctio. Parte de la oración que significa por el modo de unión de otros dos
términos.
7. Praepositio. Parte de la oración que significa por medio del modo de la
construcción sintáctica con una palabra declinada.
8. Interiectio. Parte de la oración que significa por medio del modo que califica un
verbo o un participio, e indica un sentimiento o una emoción.

Estas definiciones ponen de manifiesto que los modistas han cambiado los
aspectos formales en los que se venían apoyando los gramáticos anteriores por las
categorías semánticas atribuidas a cada clase de palabra.
8. Sintaxis modista.

La teoría sintáctica de los modista fue la más elaborada e innovadora de todas


las publicadas hasta la fecha, y para explicarla tomaremos como modelo a Tomás de
Erfurt, quien la desarrolla en su Gramática Especulativa.
Este autor nos hablará de los modos de significar en cuanto a éstos son el
principio eficiente intrínseco de la construcción, lo cual pertenece a la sintaxis, que,
según él, consta de tres partes: construcción, congruencia y perfección; para construir el
discurso congruente y perfecto se basará en cuatro principios: material, formal, eficiente
y final.
Las partes de la oración son el principio material de la construcción y la unión de
estas partes constituye el principio formal. Toda construcción consta sólo de dos
palabras principales, una dependiente y otra determinante. Por su parte, la construcción
se puede dividir primeramente en transitiva e intransitiva. La transitividad y la
intransitividad están en función de que el término dependiente se anteponga o posponga
respectivamente al determinante.
Para que una construcción sea congruente es necesario que se cumpla, por un
lado, la aceptabilidad semántica de la unión de las partes de la oración, y, por otro lado,
la aceptabilidad gramatical que nos viene dada por el cumplimiento de la concordancia
y el régimen. Con la teoría de la congruencia, Tomás de Erfurt se adelanta a la teoría
generativo – transformacional de Chomsky.
Por la perfectio la construcción genera “un perfecto sentido en el ánimo del
oyente, por la debida unión de los construibles”. Para que exista la perfección se
necesita la presencia de un sujeto y un predicado. En definitiva, para conseguir la
perfección del discurso se requieren tres cosas: “La primera es que conste de supuesto y
apuesto… Segundo, se requiere la conformidad de todos los modos de significar…
Tercero, en cuanto a la construcción, se requiere que ninguna dependencia deje de estar
terminada”.
De todo lo expuesto se concluye que para los modistas apenas tuvo interés el
estudio de la Prosodia, desarrollando con mayor efectividad la Morfología, la Sintaxis y
la Semántica.
9. Clasifique y explique las partes de la oración según Nebrija.

La primera gramática renacentista de una lengua vulgar que aparece publicada es


la Gramática de la Lengua Castellana de Antonio de Nebrija. Este autor demostró ser
un perfecto latinista que se preocupó por conseguir la pureza del latín y su
conocimiento, ya que de esta manera se adentraría uno en el saber de todas las ciencias.
Otras obras importantes de Nebrija son: Introductiones Latinae, Diccionario latino –
español y Vocabulario español – latino.
La Gramática Castellana (1492) presenta influencia de humanistas italianos, y
se debe señalar que la escribió por encargo de la Reina Isabel la Católica. Nebrija creía
que la lengua había llegado a su máxima perfección y, por ello, se veía en la obligación
de fijarla de manera sistemática constituyendo el primer intento de formalización de
nuestra lengua. La obra aparece estructurada en cinco libros, además del Prólogo: Libro
primero, dedicado al estudio de la ortografía; Libro segundo, que trata de la prosodia y
de la sílaba; Libro tercero, sobre etimología; Libro cuarto, que estudia la sintaxis y el
orden de las diez partes de la oración; y Libro quinto, dedicado a la enseñanza del
español a los extranjeros.
Como hemos señalado anteriormente, el libro cuarto de la Gramática Castellana
está dedicado al estudio de la sintaxis. Para Nebrija sintaxis es sinónimo de
‘constructio’; ‘sintaxis’ y ‘constructio’ fueron utilizadas sinonímicamente a lo largo de
toda la tradición europea hasta el siglo XVIII.
En concreto Nebrija se ocupará de la concordancia, del orden de las partes de la
oración, de la construcción de los verbos después de sí y de la construcción de los
nombres. Respecto a la concordancia señala los siguientes tipos: sustantivo y adjetivo
en género, número y caso; sujeto y verbo en número y persona y relativo y antecedente
en género, número y persona.
Con relación al orden de las palabras nos dirá, siguiendo a Quintiliano, que
“entre algunas partes de la oración hay cierta orden casi natural y muy conforme a la
razón”. Cuando nos habla de la construcción de los verbos, diferencia entre los
personales y los impersonales. Mientras que los primeros tienen números y personales
definidos, los segundos no. A su vez los personales puedes ser transitivos e
intransitivos. Por último, respecto a la construcción de los nombres, señala que los
nombres sustantivos pueden regir genitivo.
Los tres últimos capítulos de este libro los dedica al estudio de la sintaxis
figurada; en especial, de los barbarismos y solecismos, del metaplasmo y de otras
figuras.
10. Clasifique y explique las partes de la oración según el Brocense.

En el siglo XVI los estudios lingüísticos iban a experimentar una profunda


transformación, ya que el método de análisis gramatica que se había utilizado
anteriormente se considera insuficiente, y debe señalarse que ahora renace el interés por
fundamentar racionalmente las teorías gramaticales. Este cambio de perspectiva
metodológica se verá reflejado en los temas que van a interesar ahora y que se habían
olvidado con la llegada del Renacimiento.
El principal representante de la corriente metodología en España es Francisco
Sánchez de las Brozas (el Brocense), y su libro fundamental es Minerva (1587). La
Minerva se abre con una dedicatoria a la Universidad de Salamanca; en dicha
dedicatoria especifica el propósito de su obra, que no es otro que enseñar la norma de la
verdadera latinidad.
El Brocense toma su base teórica principalmente de Scalígero, aunque su obra es
mucho más sistemática que la del italiano. Nuestro gramático conoce a la perfección las
teorías de otros gramáticos, y en lugar de aceptarlas sin más, las somete a su crítica
admitiendo únicamente lo que considera adecuado a la razón.
La Minerva aparece estructurada en cuatro libros: el libro primero lo dedica al
estudio de las partes de la oración; el segundo, a la construcción de los nombres, el
tercero, a la construcción de los verbos y al estudio de las partículas y el cuarto, a las
figuras de construcción.
Respecto a la clasificación de las partes de la oración, el Brocense opta por una
tipología tripartita común a un mayor número de lenguas: nombre, verbo y partículas.
En esta clasificación se excluye la interjección y rechaza, igualmente, el pronombre y el
participio, ya que los asimila al nombre.
Cuando estudia las partes de la oración lo hace desde una perspectiva
morfológica, así, el nombre lo definirá como la voz que tiene género, número y
declinación o casos. Este autor también nos define el verbo como la voz que tiene
número, persona y tiempo. Admitirá como accidentes del verbo, el acento, la figura, la
especie, el número, la persona, el tiempo y la conjugación.
El Brocense también rechaza en el libro primero el modo, debido a que su
función viene realizada por los adverbios y los complementos circunstanciales, y fija la
tipología de los tiempos verbales: éstos aparecen divididos en finitos e infinitos, los
primeros son tres por naturaleza (presente, pasado y futuro) aunque distingue ‘once
diferencias’; los segundos son los que carecen de persona, de modo y no señalan tiempo
alguno. En el estudio morfológico del verbo nos habla del participio considerándolo de
naturaleza hibrida entre el verbo y el adjetivo.
Como conclusión procederemos a señalar que la formulación de la elipsis del
Brocense influyó decisivamente sobre la gramática de Port – Royal. Posteriormente,
pasará desapercibida durante el siglo XIX y principios del XX con el estructuralismo
lingüístico, para resurgir con la gramática generativa.
11. El signo lingüístico de Port-Royal.

Arnauld y Lancelot publicaron la primera edición de la Gramática General y


Razonada en el año 1660 y dos años después, Arnauld se uniría a Pierre Nicole y
publicarían la Lógica, que unida a la Gramática configuraría una obra completa.
Respecto a los autores, hay que señalar que el único que aportó los
conocimientos gramaticales fue Claude Lancelot, ya que era gramático mientras que los
otros dos eran lógicos.
El objetivo de la obra es ofrecer una explicación de carácter general y racional
de los fenómenos fundamentales del lenguaje, mediante un método rigurosamente
científico: el método demostrativo. Se parte de la idea de que la gramática implica toda
una serie de principios que se suponen ya adquiridos; sin embargo, mediante este
método los autores de Port – Royal pretenden demostrar la verdad o falsedad de los
hechos gramaticales.
La gramática aparece estructurada en dos partes: la primera, “donde se habla de
las letras y caracteres de la escritura”, y la segunda, “donde se habla de los principios y
razones en los que se apoyan las diversas formas de significación de las palabras”.
En lo referido al signo lingüístico, podemos decir que desempeña una función
primordial por la influencia que ha dejado posteriormente, y se debe explicar que la
teoría del signo lingüístico nos la presentan los autores tanto en la Gramática como en la
Lógica. También vemos que se desprenden dos definiciones diferentes de palabra: por
una parte, “palabra es lo que se pronuncia aparte y se escribe aparte” y, por otra,
“palabras son sonidos distintos y articulados que los hombres han convertido en signos
para significar sus pensamientos”. Estas definiciones de los autores de Port – Royal nos
recuerdan a Aristóteles, y para estos pensadores, los sonidos representarían nuestros
pensamientos, mientras que la escritura representará el sonido, lo que a veces ignora el
uso que tiende a considerar la palabra escrita como el signo directo del pensamiento.
En la segunda parte de la Gramática General nos ofrecen en pocas palabras su
teoría del signo lingüístico, en la que explican que los signos lingüísticos, al representar
nuestros pensamientos, nos diferencian del resto de los animales; además, aluden a su
carácter convencional dejándonos entrever que han sido inventados por el hombre y, por
último, también está presente el carácter arbitrario del signo. También nos debemos
referir a la mención que hacen a la economía lingüística cuando afirman que con 25 o
30 sonidos podemos componer una serie infinita de palabras, teoría que posteriormente,
en el siglo XX, nos explicaría con más detalle A. Martinet.
En el capítulo primero de la Lógica, nos dirán que para pensar correctamente
será necesario usa de manera fiel los sonidos puesto que éstos significan las ideas; es
decir, ideas y sonidos están tan unidos que nos es imposible separarlos. Saussure, en el
siglo XX, retomará esta teoría en su concepción del signo lingüístico como la unión de
una imagen acústica y un concepto.
12. Las proposiciones y sus clases según Port-Royal.

Arnauld y Lancelot publicaron la primera edición de la Gramática General y


Razonada en el año 1660 y dos años después, Arnauld se uniría a Pierre Nicole y
publicarían la Lógica, que unida a la Gramática configuraría una obra completa.
Respecto a los autores, hay que señalar que el único que aportó los
conocimientos gramaticales fue Claude Lancelot, ya que era gramático mientras que los
otros dos eran lógicos.
El objetivo de la obra es ofrecer una explicación de carácter general y racional
de los fenómenos fundamentales del lenguaje, mediante un método rigurosamente
científico: el método demostrativo. Se parte de la idea de que la gramática implica toda
una serie de principios que se suponen ya adquiridos; sin embargo, mediante este
método los autores de Port – Royal pretenden demostrar la verdad o falsedad de los
hechos gramaticales.
La gramática aparece estructurada en dos partes: la primera, “donde se habla de
las letras y caracteres de la escritura”, y la segunda, “donde se habla de los principios y
razones en los que se apoyan las diversas formas de significación de las palabras”.
Respecto a las proposiciones y sus clases, debemos señalar que el estudio de las
partes de la oración es novedoso por su clasificación en nueve clases y por el criterio
clasificatorio que los lleva a establecer dos grandes apartados:
1. Las palabras que significan el objeto de nuestros pensamientos. A este
apartado pertenecen: nombre, artículo, pronombre, participio, preposición y
adverbio. Nombre, participio y pronombre entran sin dificultad en él ya que
expresan conceptos autónomos y forma por sí solos los términos de la
proposición; pero, para comprender la razón por la que los autores introducen las
otras tres clases del palabras habrá que considerarlas de la siguiente manera: el
artículo como determinante del nombre, la preposición como partícula
relacionante y el adverbio como modificador.
2. Palabras que significan la forma del pensamiento. Esto es, actos de nuestro
espíritu por el cual se afirma el atributo del sujeto. A este grupo pertenecen:
verbo, conjunción e interjección.

En el estudio de cada una de ellas cabe resaltar aquello que significa una
novedad respecto a lo que se había aportado con anterioridad a la publicación de esta
gramática; con relación al nombre, los autores de Port – Royal no se esfuerzan tanto en
estudiar esta parte de la oración en cuanto a su propia naturaleza formal. Aquí
encontramos tres criterios fundamentales: según la índole del concepto expresado, por la
manera de significar y por la tesis de la connotación.
La expresión de la sustancia está reservada, en principio, al sustantivo y la del
accidente al adjetivo. A esta distinción le sigue otra tomada de la manera de significar y
en este sentido el sustantivo puede significar el accidente y el adjetivo la sustancia.
Respecto a los accidentes del nombre, lo más novedoso es su teoría acerca del
caso. Para nuestros autores el caso en los nombres sólo existiría en griego y en latín; sin
embargo, es una categoría presente en el pronombre e imprescindible a la hora de
entender la unión de las palabras en el discurso, y nos explican los seis casos
(nominativo, vocativo, genitivo, dativo, acusativo y ablativo).
Con relación al artículo, definido como la partícula que determina la
significación de los nombres comunes, la novedad se encuentra en la inclusión de un
como artículo y la división de esta parte de la oración en definido e indefinido.
Los pronombres serán definidos como las palabras que los hombres han
inventado para ponerlos en lugar de los nombres y evitar, así, un discurso repetitivo.
 Pronombres principales. Personales, demostrativos y recíprocos. Estos tres
tipos de pronombres tienen los mismos accidentes que los nombres: número,
género y caso.
 Pronombres posesivos. Se forman de los anteriores, y de ellos distinguen
formas sustantivas y formas adjetivas.
 Pronombres relativos. Que siempre se relacionan con otro nombre o
pronombre llamado antecedente.
 Pronombres interrogativos. Son aquellos que además de ocupar el lugar de un
nombre “indican el movimiento del alma que quiere saber algo”.

Las preposiciones las estudian en relación a la sintaxis de régimen y las analizan


como partes distintas de la oración. Definiéndolas como “palabra invariable inventada
para ser colocada delante de los nombres”.
Los adverbios tienen también la función primordial de abreviar el discurso; en
concreto, se refieren aquí a los adverbios en –mente que significarían en una sola
palabra lo que se podría expresar con una preposición y un nombre.
13. Teoría del verbo en Port-Royal.

Arnauld y Lancelot publicaron la primera edición de la Gramática General y


Razonada en el año 1660 y dos años después, Arnauld se uniría a Pierre Nicole y
publicarían la Lógica, que unida a la Gramática configuraría una obra completa.
Respecto a los autores, hay que señalar que el único que aportó los
conocimientos gramaticales fue Claude Lancelot, ya que era gramático mientras que los
otros dos eran lógicos.
El objetivo de la obra es ofrecer una explicación de carácter general y racional
de los fenómenos fundamentales del lenguaje, mediante un método rigurosamente
científico: el método demostrativo. Se parte de la idea de que la gramática implica toda
una serie de principios que se suponen ya adquiridos; sin embargo, mediante este
método los autores de Port – Royal pretenden demostrar la verdad o falsedad de los
hechos gramaticales.
La gramática aparece estructurada en dos partes: la primera, “donde se habla de
las letras y caracteres de la escritura”, y la segunda, “donde se habla de los principios y
razones en los que se apoyan las diversas formas de significación de las palabras”.
La teoría del verbo es muy interesante, y para ellos los verbos pueden ser
‘sustantivos’ (el verbo ‘ser’) y ‘adjetivos’ (todos los demás). Los gramáticos de Port –
Royal vuelven así al análisis aristotélico del verbo, para quien el verbo ‘ser’ sería el
verbo de la existencia y todos los demás equivaldrían lógica y gramaticalmente al verbo
copulativo más un participio.
Los accidentes gramaticales que interesan al verbo son la voz, el modo, el
tiempo, el número y la persona. También hace referencia a la existencia de una inflexión
que no recibe número ni persona y que llaman infinitivo. Según ellos el infinitivo a
veces afirma y otras veces se convierte en un nombre.
También nos presentan la clasificación de los verbos adjetivos en activos,
pasivos, neutros e impersonales.
Los autores de Port – Royal son los primeros que, al hablar de los verbos
impersonales, hacer referencia a aquellos verbos de ‘efectos de la naturaleza’.
14. Concepto de estructuralismo lingüístico.

El estructuralismo se puede definir como la corriente lingüística que se interesa


por el análisis de las relaciones entre los segmentos de la lengua, concebida la lengua
como una totalidad jerárquicamente ordenada, y debemos señalar que su influencia fue
tan grande que la mayor parte de las metodologías posteriores respetan sus ideas
principales.
La lingüística estructural tendrá como objeto específico el estudio de la lengua,
considerada la lengua como una estructura; es decir, como un sistema cuyas partes
deben ser estudiadas teniendo en cuenta las funciones que desempeña en ese sistema.
Por lo tanto, podemos decir que la lengua es una entidad autónoma de dependencias
internas.
La lengua será el objeto de nuestra disciplina lingüística y, frente a ello, el habla
sólo nos interesaría porque es la manifestación de la lengua. La lingüística estructural se
inspira en la frase con la que Saussure cierra el Curso: “La Lingüística tiene como
objeto único duradero de la lengua, considerada en sí misma y por sí misma”.
Esta corriente diferencia también de una manera estricta entre el estudio
diacrónico y el sincrónico de la lengua. El estructuralismo considera la lengua como un
fenómeno social cuya función primordial será la comunicación, y debemos señalar que
para describirla se debe utilizar un método; método que tiene que partir de la propia
lengua y describir las relaciones que guardan entre los diferentes elementos de la lengua
y como la lengua es una unidad perfectamente delimitada. Esta nueva corriente centra
su atención en torno a la lengua y la sincronía, y debemos señalar que tiende a rechazar
toda teoría que se apoye en el habla.
A modo de resumen y siguiendo a Antonio Domínguez Hidalgo, podemos
señalar que el estructuralismo es objetivo porque analiza lo que ve; es inmanente porque
la causa buscada radica en su propio objeto; es funcional porque le interesa más
descubrir las funciones que buscar su origen; es exhaustivo por no cesa su actividad
hasta que no llega al mínimo elemento; es descriptivo porque sólo quiere rendir cuenta
de un estado actual; es distributivo porque va situando todos los elementos en las
funciones que le pertenecen; es integral porque analiza el objeto totalmente; y es global
porque parte de la totalidad sin dejar de prestar una visión de conjunto.
Los cuatro principios fundamentales del estructuralismo lingüístico son:
principio de funcionalidad, principio de oposición, principio de sistematicidad y el
principio de neutralización. Los tres primeros principios caracterizan al estructuralismo
en general, mientras que el cuarto principio es propio del estructuralismo europeo, ya
que no está reconocido dentro del estructuralismo americano.
Por último, debemos señalar que los defectos que presentaba en un principio se
han ido corrigiendo de tal manera que numerosas ciencias han ido aprovechando este
método para resolver algunos de sus problemas.
15. Principios fundamentales del estructuralismo.

El estructuralismo se puede definir como la corriente lingüística que se interesa


por el análisis de las relaciones entre los segmentos de la lengua, concebida la lengua
como una totalidad jerárquicamente ordenada, y debemos señalar que su influencia fue
tan grande que la mayor parte de las metodologías posteriores respetan sus ideas
principales.
Los cuatro principios fundamentales del estructuralismo lingüístico son:
principio de funcionalidad, principio de oposición, principio de sistematicidad y el
principio de neutralización. Los tres primeros principios caracterizan al estructuralismo
en general, mientras que el cuarto principio es propio del estructuralismo europeo, ya
que no está reconocido dentro del estructuralismo americano.
El principio de funcionalidad concierne a los hechos constitutivos de las lenguas,
y se funda en las dos caras del signo lingüístico, que son el significante y el significado;
por lo tanto, también lo encontramos entre el plano de expresión y contenidos. Este
principio de funcionalidad se basa en la solidaridad de ambos planos, y se puede reducir
en la siguiente fórmula: son constitutivos de una lengua los hechos funcionales de la
misma. También debe explicarse que una forma es la misma como una unidad de lengua
si su valoración no implica modificación en el significado, y debe señalarse que el
procedimiento que se sigue para identificar las unidades de la lengua es a través de la
prueba de conmutación.
El principio de oposición consiste en el modo de identificación de las unidades
lingüísticas en el sistema, y se puede resumir en la fórmula que explica las unidades
funcionales existen gracias a las oposiciones en que participan. Podemos decir que hay
oposición entre las unidades cuando funcionan como unidades diferentes, como
elemento funcional mínimo, y lo que establece la oposición se conoce como rasgo
distintivo.
El principio de sistematicidad se explica atendiendo al hecho de que los rasgos
distintivos resultan válidos para más de una pareja de términos. Este principio afirma
que, en un sistema lingüístico, las diferencias funcionales se presentan comúnmente de
manera sistemática, es decir, se repiten para una serie de unidades análogas. Este
concepto introduce una especie de economía en el funcionamiento de las lenguas.
El principio de neutralización introduce una importante restricción al principio
de oposición, y consiste en que en determinados contextos una oposición no funciona,
es decir, se neutraliza.
16. Dicotomía lengua/habla.

Ferdinand de Saussure ha jugado un papel primordial en el nacimiento y


desarrollo de la lingüística estructural, siendo considerado por ello como padre y
fundador de dicha lingüística. En síntesis, esta nueva tendencia se caracterizaría, sobre
todo, por el concepto de lengua como un sistema cuyos elementos no podían estudiarse
de manera aislada sino teniendo en cuenta la función que desempeñaban en dicho
sistema, y debemos señalar que el maestro ginebrino consideraría la lengua como
fenómeno social, siendo su función primordial la comunicación.
En el lenguaje Saussure distingue dos aspectos: lengua y habla, siendo la lengua
un sistema de signos correlativos con carácter social, no lineal y psíquico. La lengua
como sistema no se define por el habla, y podríamos decir, siguiendo a Saussure, que la
lengua se constituye como una serie de reglas de transmisión y de recepción de las
comunicaciones con la ayuda de un cierto sistema de signos, y todos los que utilizan
una lengua están obligados a someterse a estas reglas en su práctica lingüística si
quieren ser partícipes de una comunicación efectiva. En definitiva, la lengua es
abstracta, psíquica, social y sistemática.
El habla está unida a la lengua y se nos presenta como el resultado de la
utilización de la lengua. El habla es, por lo tanto, una entidad concreta, psicofísica,
individual y asistemática.
Esta separación estricta entre lengua / habla propugnada por Saussure no
corresponde realmente a la realidad, ya que forman una unidad indisoluble al
representar la lengua lo general y el habla lo particular.
Esta distinción lengua / habla, que contaba ya en su época con una cierta
tradición en los estudios lingüísticos, ha ejercido una gran influencia sobre la lingüística
del siglo XX. La dicotomía lengua y habla da lugar a la lingüística del habla y a la
lingüística de la lengua, y se debe señalar que la Saussure se ocupará de la última.
17. Teoría del signo lingüístico según F. de Saussure.

Ferdinand de Saussure ha jugado un papel primordial en el nacimiento y


desarrollo de la lingüística estructural, siendo considerado por ello como padre y
fundador de dicha lingüística. En síntesis, esta nueva tendencia se caracterizaría, sobre
todo, por el concepto de lengua como un sistema cuyos elementos no podían estudiarse
de manera aislada sino teniendo en cuenta la función que desempeñaban en dicho
sistema, y debemos señalar que el maestro ginebrino consideraría la lengua como
fenómeno social, siendo su función primordial la comunicación.
La teoría saussurena del signo nace de un intento serio y coherente de explicar el
acto de la comunicación. Su teoría queda configurada en el Curso, cuando intenta
describir de forma explícita el proceso comunicativo; sin embargo, su desarrollo será
posterior.
Para Saussure el signo lingüístico no une una cosa y un nombre, contrariamente
a las viejas ideas clásicas, sino que une un concepto y una imagen acústica. De esta
manera subraya el carácter abstracto de la relación entre dos realidades psíquicas. El
signos es, pues, una entidad con dos caras, el significante y el significado, y debemos
señalar que Ferdinand insiste en la relación indisoluble entre esos dos componentes.
Respecto a sus características, Saussure describió como fundamentales la
arbitrariedad, la linealidad, la mutabilidad, la inmutabilidad y la diferenciación.
El signo lingüístico es arbitrario en el sentido de que no existe ninguna relación
interna entre el concepto representado y la cadena fónica que lo representa. Esta
concepción sobre la arbitrariedad de signo lingüístico nos recuerda a Aristóteles cuando
indicaba que el vínculo que une el signo con el significado era totalmente arbitrario,
seleccionado por convención.
La segunda característica básica del signo es su linealidad; el signo lingüístico es
lineal, ya que el significante por ser de naturaleza auditiva representa una extensión que
es una línea. Esta cualidad distingue también al sistema de la lengua de otros sistemas
de signos.
El tercer rasgos característico del signo saussureano es la inmutabilidad. Siendo
el significante elegido libremente con relación a la idea que representa, con respecto a la
comunidad lingüística que lo usa, es impuesto, no es libre. Así pues, entendemos que un
individuo sería incapaz de modificar la elección de ese significante, y se debe señalar
que el signo lingüístico está fuera del alcance de nuestra voluntad.
Al mismo tiempo, es mutable puesto que el tiempo, que asegura la continuidad
de la lengua, tiene otro efecto, que es el de alterar más o menos rápidamente los signos
lingüísticos, así que se puede hablar a la vez de la inmutabilidad y de la mutabilidad del
signo.
Como propiedad igualmente fundamental nos habla de la diferenciación; es decir
de su carácter discreto. Saussure nos dice que el signo lingüístico es diferencial, que
funciona por su presencia o su ausencia globales, como una unidad discreta y no como
una magnitud continua.
18. Dicotomía diacronía/sincronía.

Ferdinand de Saussure ha jugado un papel primordial en el nacimiento y


desarrollo de la lingüística estructural, siendo considerado por ello como padre y
fundador de dicha lingüística. En síntesis, esta nueva tendencia se caracterizaría, sobre
todo, por el concepto de lengua como un sistema cuyos elementos no podían estudiarse
de manera aislada sino teniendo en cuenta la función que desempeñaban en dicho
sistema, y debemos señalar que el maestro ginebrino consideraría la lengua como
fenómeno social, siendo su función primordial la comunicación.
Una distinción muy importante introducida por el maestro ginebrino es la
referente al aspecto sincrónico y al aspecto diacrónico de la lengua. El aspecto
sincrónico consiste en la descripción de un estado concreto de ésta y en algún punto del
tiempo; por el contrario, el aspecto diacrónico consiste en la descripción de su
desarrollo histórico, es decir, a través del tiempo.
Esta distinción da origen a dos metodologías dentro del ámbito de la lingüística:
la lingüística sincrónica que estudia la organización de la lengua o su sistema y la
lingüística diacrónica que estudia la historia de las unidades aisladas de la lengua.
Esta oposición entre sincronía y diacronía es válida para la lingüística
contemporánea, pero teniendo en cuenta que no es posible llevar a cabo una separación
tajante entre ambos métodos.
19. Glosemática de Hjelmslev partiendo de la concepción saussureana de lengua
como forma y no como sustancia.

Louis Hjelmslev, lingüista de los más destacados del siglo XX, fue un políglota
excepcional y gran conocedor de la lingüística clásica. En sus Prolegómenos presentó
una teoría lingüística completamente innovadora que con el nombre de glosemática
constituyó la principal aportación de dicha escuela; esta doctrina fue concebida no como
una técnica experimenta de tratamiento de textos sino como una teoría lingüística
universal y viene a ser fruto de la reconsideración de la herencia lingüística clásica y,
especialmente, de la teoría de Saussure en lo concerniente a ciertos principios lógico –
formales y metodológicos generales, concretamente en lo referente a la lengua como
objeto de la lingüística.
En Prolegómenos a una teoría del lenguaje Hjelmslev quiere dejar claro el
hecho de que la lingüística ha de estudiar la lengua “no como un conglomerado de
fenómenos no lingüísticos, sino como una totalidad autosuficiente”. El autor intenta
mostrar las condiciones necesarias y adecuadas para formular una teoría lingüística que
establezca un método que nos permita la comprensión de su objeto. El fin de la teoría
lingüística es dotarnos de un modo de proceder con el cual pueda comprenderse un texto
dado mediante una descripción autoconsecuente y exhaustiva, y debemos señalar que la
única solución a las dificultades expuestas por Hjelmslev es construir una teoría
lingüística, que debe tener el aspecto de un cálculo matemático, con un método
deductivo.
La teoría tiene la propiedad de la universalidad porque sus conceptos son tan
generales que pueden ser aplicados al material de cualquier lengua, aunque debido a que
es un sistema puramente deductivo nada dice sobra las posibilidades de la aplicación; en
este sentido es arbitraria y la única exigencia que debe satisfacer queda apoyada por el
principio de empirismo, que explica que debe cumplir tres condiciones: estar exenta de
contradicción, ser exhaustiva y lo más sencilla posible.
La glosemática se presenta como una teoría general de los sistemas de signos,
aunque según su planteamiento su fin principal consiste en establecer los fundamentos
de la descripción de los materiales lingüísticos”.
20. Concepto de función y sus tipos en la teoría Glosemática.

Louis Hjelmslev, lingüista de los más destacados del siglo XX, fue un políglota
excepcional y gran conocedor de la lingüística clásica. En sus Prolegómenos presentó
una teoría lingüística completamente innovadora que con el nombre de glosemática
constituyó la principal aportación de dicha escuela; esta doctrina fue concebida no como
una técnica experimenta de tratamiento de textos sino como una teoría lingüística
universal y viene a ser fruto de la reconsideración de la herencia lingüística clásica y,
especialmente, de la teoría de Saussure en lo concerniente a ciertos principios lógico –
formales y metodológicos generales, concretamente en lo referente a la lengua como
objeto de la lingüística.
Aquí, el procedimiento deductivo implica la división del texto en partes, las
cuales entran en relación de dependencia mutua y con el todo, de manera que una
totalidad, una estructura, consiste en una red de relaciones y no en los elementos y su
sustancia. Estas relaciones son la base para un concepto básico, es el concepto de
‘función’, definido por el autor como la relación de dependencia entre elementos
analizados y ‘funtivos’ serán los términos de la función. Se distinguen tres tipos
generales de funciones: interdependencia, determinación y constelación.
 La interdependencia se da entre dos elementos cuando no existen el uno sin el
otro.
 La determinación se da entre dos elementos de los cuales uno supone el otro, es
decir, un término presupone al otro pero no a la inversa.
 La constelación se da entre dos elementos que pueden existir el uno sin el otro.
21. Tesis del Círculo Lingüístico de Praga.

El texto que contiene el manifiesto del grupo praguense se dio a conocer con el
título de Tesis del Círculo Lingüístico de Praga. Estas tesis son nueve pero sólo las tres
primeras nos interesan desde el punto de vista de la lingüística general, ya que las seis
restantes tratan sobre problemas específicos de las lenguas eslavas.. Las tesis se
redactaron en francés y son una obra colectiva, lo que, en ocasiones, hace que el texto
sea difícilmente comprensible; además, el contenido de las mismas fue discutido y
redactado por el Comité del Círculo.
La primera tesis fue elaborada por Mathesius y Jakobson, y en ella se defiende la
idea de que la lengua se ha de concebir como un sistema funcional. Mathesius se
manifiesta también sobre la prioridad del estudio sincrónico en todo tipo de
investigación lingüística; sin embargo, se añade a la noción de sincronía la noción de
evolución. Con esta distinción se van a introducir en el análisis sincrónico los hechos
diacrónicos. Tras esto, la primera tesis aborda también otro punto importante como es la
utilización del método comparativo; este procedimiento servirá para poner de manifiesto
las leyes estructurales de los sistemas lingüísticos. El objetivo último del método
comparativo era el de establecer una tipología de todas las lenguas, empezando por las
eslavas.
La segunda tesis fue elaborada en parte por Jakobson, pues a él se le debe todo
lo relativo al aspecto fónico de la lengua. Se analiza, por un lado, la diferenciación entre
fonética y fonología, sus unidades, así como las distintas oposiciones fonológicas y, por
otro lado, se estudia la palabra y la agrupación de palabras.
En la tercera tesis Jakobson elabora todo lo que se refiere a las funciones de la
lengua, y se destina, principalmente, a la enumeración de las diferentes funciones de la
lengua. En una primera aproximación, se distingue el lenguaje interno y el lenguaje
manifiesto, y debemos señalar que la lengua en cuanto a su manifestación se caracteriza
por tener un cierto grado de intelectualidad y de afectividad.
Desde el punto de vista de la realidad extralingüística pueden reconocerse en el
lengua dos funciones: la función comunicativa y la función poética. En su función
comunicativa, el lenguaje se subdivide en lenguaje práctico y en lenguaje teórico. A
continuación se examinan la diferencia que hay entre la lengua hablada y la lengua
escrita, los problemas de la lengua literaria y su contexto sociocultural y la lengua
poética.
22. Competencia y actuación.

Noam Chomsky es el fundador de la Gramática Generativa – transformacional,


movimiento que poco a poco ha ido afianzándose y que ha sido criticado por el
estructuralismo. Esta corriente surge a mediados del siglo XX y en ella se parte de la
oración como unidad de análisis lingüístico; aquí radica una diferencia significativa de
dicha gramática con relación a la lingüística estructuralista, según la cual la oración y la
sintaxis no pertenecen a la lengua sino al habla. Chomsky la denomina generativa
porque la gramática consiste en un proceso creativo en el que ésta sería como una
máquina que permite generar oraciones. Algunas de sus obras son Estructuras
sintáctica, Aspectos de la teoría de la sintaxis, Lingüística cartesiana...
‘Competencia’ y ‘actuación’ son dos conceptos básicos en el modelo teórico de
Noam Chomsky. La primera la define Chomsky como “el conocimiento que el hablante
– oyente tiene de su lengua”; la actuación sería “el uso real de lengua en situaciones
concretas”; por lo tanto, si la competencia se entiende como el conocimiento intuitivo
que tenemos del mecanismo de la lengua, este mecanismo constituirá la gramática, y
debemos señalar que estudiar la competencia es hacer explícita esa gramática implícita
que todo sujeto posee.
A menudo se han identificado los conceptos sausureanos de ‘lengua’ y ‘habla’
con los de ‘competencia’ y ‘actuación’. Sin embargo, entre ambas dicotomías existen
algunas diferencias; por un lado, Chomsky no cree que la lengua sea una “suma de
acuñaciones depositadas en cada cerebro, más o menos como un diccionario cuyos
ejemplares idénticos fueran repartidos entre los individuos”, tal como Saussure la
considera en el Curso; es decir, Chomsky niega que la lengua sea simplemente un
inventario de elementos. Por otro lado, al carácter estático de la concepción de Saussure
se opone el dinamismo de Chomsky. Además y lo más importante que diferencia la
lengua de la competencia es que los términos en que Saussure concibe su lengua no
tendrían cabida en ella los procesos de formación de oraciones que irían más bien a
formar parte del habla; así pues, lo esencia y más característico de la competencia
lingüística caería dentro no de la lengua sino del habla.
También debemos destacar que la competencia es teóricamente la misma para
todo el mundo; en cambio la actuación varía considerablemente de un sujeto a otro y se
realiza en función de muchos factores, como son por ejemplo la atención y el cansancio
del emisor. En la práctica, estos cambios en la actuación se reflejan mediante la
utilización de recursos lingüísticos.
23. Explique el concepto de creatividad y sus tipos según Chomsky.

Noam Chomsky es el fundador de la Gramática Generativa – transformacional,


movimiento que poco a poco ha ido afianzándose y que ha sido criticado por el
estructuralismo. Esta corriente surge a mediados del siglo XX y en ella se parte de la
oración como unidad de análisis lingüístico; aquí radica una diferencia significativa de
dicha gramática con relación a la lingüística estructuralista, según la cual la oración y la
sintaxis no pertenecen a la lengua sino al habla. Chomsky la denomina generativa
porque la gramática consiste en un proceso creativo en el que ésta sería como una
máquina que permite generar oraciones. Algunas de sus obras son Estructuras
sintáctica, Aspectos de la teoría de la sintaxis, Lingüística cartesiana...
Creatividad es la facultad que todo sujeto hablante posee y que le permite
producir y comprender un número infinito de oraciones que nunca antes ha pronunciado
y escuchado. Cuando hablamos no solo reproducimos esquemas de oraciones anteriores,
sino que creamos nuevas oraciones, por lo que, según Chomsky, el mecanismo del
lenguaje es creador, y debemos señalar que este es un punto importante de la gramática
generativa, ya que sin la creatividad no podían producirse esa serie de oraciones nueves.
Según Chomsky, la idea de que las personas tenemos un repertorio verbal, es
decir, un fondo de enunciados, que se emiten por hábitos, es un “mito” que no tiene que
ver con la utilización del lenguaje. Este hecho solo puede aplicarse a una serie de
fórmulas que repetimos en situaciones concretas, y debemos señalar que esta propiedad
creativa diferencia el lenguaje humano de cualquier otro sistema de comunicación
animal. Chomsky establece dos tipos de creatividad:
 Creatividad por cambio de reglas. Depende de la actuación y consiste en
cambiar ciertas partes del mecanismo del lenguaje. Es la que hace variar la
pronunciación de palabras y crea otras nuevas, y debe señalarse que está en
función del tiempo y el uso.
 Creatividad gobernada por las reglas. Depende de la competencia, y es la que
nos permite, por la aplicación de las reglas de la gramática, crear una infinidad
de oraciones. Esto es posible gracias a la recursividad, propiedad tomada de las
matemáticas que explica la posibilidad de generar un número infinito de frases
con un número finito de elementos. Chomsky distingue varios tipos de
recursividad: a la derecha y a la izquierda. Por ejemplo, en español no hay
recursividad a la izquierda. La limitación de esta propiedad depende de la
actuación, ya que será diferente si se trata de una comunicación hablada o
escrita, del grado de atención…
24. Gramaticalidad y aceptabilidad y factores que determinan esta última.

Noam Chomsky es el fundador de la Gramática Generativa – transformacional,


movimiento que poco a poco ha ido afianzándose y que ha sido criticado por el
estructuralismo. Esta corriente surge a mediados del siglo XX y en ella se parte de la
oración como unidad de análisis lingüístico; aquí radica una diferencia significativa de
dicha gramática con relación a la lingüística estructuralista, según la cual la oración y la
sintaxis no pertenecen a la lengua sino al habla. Chomsky la denomina generativa
porque la gramática consiste en un proceso creativo en el que ésta sería como una
máquina que permite generar oraciones. Algunas de sus obras son Estructuras
sintáctica, Aspectos de la teoría de la sintaxis, Lingüística cartesiana...
Para distinguir claramente la competencia de la actuación, Chomsky utiliza dos
conceptos: ‘gramaticalidad’ y ‘aceptabilidad’, y debemos señalar que la gramaticalidad
hace referencia a la competencia y la aceptabilidad a la actuación.
Se debe explicar que una oración es gramatical si está formada de acuerdo con
las reglas de la gramática. La escala de la gramaticalidad es binaria, en cuanto distingue
entre oraciones gramaticales y no gramaticales, pero gradación con respecto a la norma.
También se debe señalar que hay diferentes grados de agramaticalidad, ya que, por
ejemplo, “la gente tienen hambre” es una oración defectuosa en cuanto que el sujeto va
en singular y el verbo en plural; sin embargo, su grado de desviación es menor que el de
la frase “tienen hambre gente la”.
Por otro lado, una oración es aceptable cuando es fácilmente comprendida por el
receptor, y debemos señalar que existen distintos factores de carácter extralingüístico
que la determinan.
1. La inclusión repetida de unas estructuras en otras, y cuantas más incrustaciones
haya menos aceptables tienden a ser las oraciones. También debe explicarse que
la manera de hacer aceptables las oraciones en las que haya incrustaciones
consiste en volver a las primeras palabras mediante un comodín que puede ser
del tipo de “digo que”.
2. La aceptabilidad se reduce si las oraciones incluyentes presentan el mismo tipo
de estructura, y se debe explicar que cuando son todas del mismo tipo aumenta
el grado de inaceptabilidad.
3. Contribuye a la inaceptabilidad el que haya discontinuidad en la estructura
superficial, ya que cuanto mayor es la distancia entre los elementos de la oración
la inaceptabilidad es más grande.

Nique sostiene que un hablante se puede encontrar con cuatro tipos de oraciones:
gramaticales y aceptables, gramaticales e inaceptables, agramaticales y aceptables y
agramaticales e inaceptables.
Para saber si una oración es gramatical o no debemos observar si está constituida
con las reglas dictadas por la gramática.
25. Chomsky: primer modelo generativo.

Noam Chomsky es el fundador de la Gramática Generativa – transformacional,


movimiento que poco a poco ha ido afianzándose y que ha sido criticado por el
estructuralismo. Esta corriente surge a mediados del siglo XX y en ella se parte de la
oración como unidad de análisis lingüístico; aquí radica una diferencia significativa de
dicha gramática con relación a la lingüística estructuralista, según la cual la oración y la
sintaxis no pertenecen a la lengua sino al habla. Chomsky la denomina generativa
porque la gramática consiste en un proceso creativo en el que ésta sería como una
máquina que permite generar oraciones. Algunas de sus obras son Estructuras
sintáctica, Aspectos de la teoría de la sintaxis, Lingüística cartesiana...
Las limitaciones de la gramática sintagmática llevaron a Chomsky a proponer, en su
libro Estructuras sintácticas, un nuevo modelo de descripción lingüística: la llamada
gramática generativa. Es una ampliación de la gramática sintagmática, que conserva su
base pero añade un componente transformacional, que va a introducir nuevas reglas. Por
lo tanto, la gramática ahora va a ser concebida como un mecanismo que genera
oraciones en varias etapas:
 La primera etapa. Aquí se generan estructuras profundas por medio de reglas
de reescritura y reglas léxicas.
 La segunda etapa. Aquí estas estructuras profundas se convierten en estructuras
superficiales, gracias a las reglas transformacionales.
 La tercera etapa. Aquí las estructuras superficiales se convierten en secuencias
de fonemas, por medio de reglas morfofonológicas.

Por transformación entendemos el proceso funcional mediante el cual la


estructura profunda se convierte en estructura superficial. Las transformaciones están
concebidas como reglas que unen el significado de las oraciones con su realización
sonora, y debemos señalar que toda regla transformacional se lleva a cabo en dos etapas.
Hay dos tipos de transformaciones: transformaciones obligatorias y
transformaciones facultativas. Las primeras son aquellas que hay que aplicar
necesariamente si queremos generar una frase gramatical, mientras que las segundas
solo se aplican si queremos generar oraciones pasivas, interrogativas, negativas. Esta
distinción permite diferenciar dos tipos de oraciones: nucleares, generadas por
transformaciones obligatorias, y derivadas, generadas por transformaciones facultativas.
Esta primera formulación despertó numerosas objeciones que la gramática no
podía resolver, y debemos señalar que hay dos ausencias: semántica y léxico.
26. Chomsky: segundo modelo generativo. (Modelo teoría standard)

Noam Chomsky es el fundador de la Gramática Generativa – transformacional,


movimiento que poco a poco ha ido afianzándose y que ha sido criticado por el
estructuralismo. Esta corriente surge a mediados del siglo XX y en ella se parte de la
oración como unidad de análisis lingüístico; aquí radica una diferencia significativa de
dicha gramática con relación a la lingüística estructuralista, según la cual la oración y la
sintaxis no pertenecen a la lengua sino al habla. Chomsky la denomina generativa
porque la gramática consiste en un proceso creativo en el que ésta sería como una
máquina que permite generar oraciones. Algunas de sus obras son Estructuras
sintáctica, Aspectos de la teoría de la sintaxis, Lingüística cartesiana...
Fue elaborado por Chomsky con el objetivo de superar las limitaciones y
diferencias de su primer modelo generativo. Según este modelo la gramática consta de
tres componentes: un componente generativo (sintaxis) y dos componentes
interpretativos (semántica y fonología). La sintaxis consta a su vez de dos subclases:
subcomponente de la base y subcomponente transformacional. El subcomponente de la
base consta de reglas de ramificación, reglas de subcategorización y del léxico.
 Las reglas de ramificación. Tienen dos objetivos: especifican la estructura
profunda y aseguran la compatibilidad de las clases sintácticas.
 Las reglas de subcategorización. Tienen tres objetivos: asegurar la
compatibilidad de las subclases sintácticas; no crean nuevos nódulos, sino que
son reglas acumulativas y pueden ser independientes del contexto o
dependientes del contexto.
 Léxico. Es un inventario abierto con rasgos fonológicos, sintácticos y
semánticos.

En esta segunda formulación se diferencian dos tipos de reglas


transformacionales: oracionales y segmentales. Las primeras se pueden clasificar, a su
vez, atendiendo a su función y a su forma. Según la función pueden ser: de elisión, de
inserción, transposicionales y sustitutivas. Según la forma pueden ser de adjunción y de
elisión.
Las transformaciones segmentales son aquellas que se aplican solo a los
segmentos. Por último, debemos señalar que el componente interpretativo consta de la
fonología y la semántica. Chomsky elaboró de forma exhaustiva el componente
sintáctico, ya que lo consideró como el único componente operativo.

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