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Desde el comienzo de las clases a través de los distintos textos (los cuales agradezco, ya que su

contenido me nutrió y emocionó ampliamente) vimos como en los distintos territorios de nuestro
continente, las familias, y los niños se vieron atravesados por los “ideales” familiares, que
históricamente estuvieron presentes en las sociedades delimitando la normativa o el ideal.
Derivando en sus vidas el traslado, la circulación, adopción o apropiación de los niños, en
ocasiones en función de una bajada de línea política dictatorial y violenta, procesos de guerras
civiles1, o simplemente como salida en búsqueda de un futuro mejor desencadenada por las
desigualdades en las que las mismas se encontraban.

Partiendo desde una perspectiva antropológica2 que nos propone realizar un extrañamiento a lo que
comúnmente conocemos o transitamos, quisiera comenzar pensando en la perspectiva de la mujer,
que en las situaciones presentadas en los textos, aparece pensada principalmente como madre,
cuestionada por su rol, exigida por su responsabilidad de criar, y contener, tarea que no podía
realizar sola sin ser criticada por el papel “fundamental” que el hombre ocupaba, no permitiéndole
muchas veces hasta estudiar o trabajar por las ideas que alrededor de su imagen circulan (recuerdo
el testimonio de la familia de la joven en Perú que no podía estudiar en la ciudad por peligrosas
amenazas y porque podía volver al pueblo por quedar embarazada) y un sinfín de exigencias que
siempre están presentes cuándo analizamos estas prácticas y en vistas de los números que hacen
referencia a la cuestión.

También, ésta idea de mujer atravesada por una idea aún más grande, los sentidos atribuidos al
ideal familiar, que desde el ejercicio de la biologización 3, propone un ideal familiar normativo,
instalado en el común de las sociedades que pudimos analizar. Este ideal se encuentra siempre
presente en las prácticas analizadas, y evidencia clara de ello es a mí parecer, el hecho de que
cuando se legalizó o normativizó la adopción en las distintas sociedades se buscó borrar las raíces
de todo sesgo familiar previo al momento de adoptar a esos niños y niñas. Borrar sus raíces, para
intentar modificarlos, alejándolos de esas “otras” familias que no podían de ninguna forma
convivir, en simultáneo porque sólo denotaba a futuro la pérdida de las características de ese
mismo ideal familiar, ya sea porque los adoptados quieran recobrar su pasado, volver a revivir las
conexiones de lazos sanguíneos, contradecir a sus padres adoptivos y continuar o reproducir la
forma de vida de sus padres quienes por alguna razón no habían podido con ellos, y por eso no
merecían tampoco seguir bajo su tutela.

Este ideal familiar que termina recayendo sobre los más débiles, los niños y niñas. La infancia que
representa el centro de estas prácticas que analizamos, que solucionan la contrariedad presentada

1
Jessaca B. Leinaweaver (2012) EL DESPLAZAMIENTO INFANTIL: LAS IMPLICACIONES SOCIALES DE LA CIRCULACIÓN
INFANTIL EN LOS ANDES
2
Por lo leído en textos de Claudia Fonseca (1998), Carla Villalta (2018)
3
Carla Villalta (2018) La adopción de niños desde una perspectiva antropológica: herramientas analíticas y
límites conceptuales, pág. 9.
por todas las “otras familias” que en torno a lo que debería ser la “normalidad”, quedan por fuera
siendo vistas cómo perjudiciales, conflictivas, abandónicas, etc. Y que desde ese punto de vista,
éstos se convierten en objeto, siendo corridos de la escena de sujetos de derecho, y “minorizados”
en sentido que fueron transformados en un objeto de intervención y para ello sus padres fueron
culpados e incapacitados para desempeñarse como tales 4.

A través de las guerras civiles, conflictos armados, dictaduras militares, también pudimos
comprender cómo éste ideal normativo sirvió de escenario previo para justificar, la circulación,
adopción y apropiación. La concepción y el tratamiento de la “minoridad” para justificar las
atrocidades, que en materia de adopción y apropiación se realizaron.

Ahora pensando en nuestro caso argentino, luego de la dictadura militar. Me resulta imposible no
relacionarlo con nuestra forma de ver y abordar el derecho a la identidad. Nací en el 99’ y mi mamá
siempre me contó que pedía a gritos post parto a mi papá que siguiera a los médicos para que no
me cambien. Esta anécdota refleja no sólo el paso de una dictadura que marcó sus vidas sino
también el miedo, incertidumbre con respecto a la identidad. Luego de este curso esta pequeña
anécdota posee aún más significación para mí, el derecho a la identidad en la infancia, no es más
que el resultado de caminos que nos enseñaron y mostraron la importancia de la misma, enseñanzas
que nos dejaron las victimas que no sólo tuvieron que reivindicar el lugar propio de víctima, a las
que habían matado, torturado, y robado su identidad, sino que además se veían tapadas por las
atroces justificaciones, que habían instalado de tal manera para que la sistematización funcionara
correctamente.

La lucha de las madres, y víctimas del terrorismo de estado nos transformó no sólo para tener una
memoria no tergiversada, sino para no olvidar que tenemos derecho a saber de dónde vinimos, aún
nuestra vida signifique para otros “anormal” o “desviada”. Para construir una mirada desde el
derecho y no desde la histórica normativa de lo moral, que ha sido también utilizada en pos de
justificar los horrores de la subversión.

Todo lo reflexionado me hace pensar en la contradicción, del hecho de que ese ideal de
“normalidad”, totalmente alejado de la realidad, sólo sirvió en este caso para encubrir, y dibujar
una mentira a la sociedad del momento. Que creía en muchos casos que se estaba luchando por el
futuro de la nación, en pos de las necesidades de todas las familias del país. ¿Hasta qué punto ese
ideal familiar, que sin duda atravesó la construcción de los derechos de la infancia, nos fue
constructivo si a la vez propició la asimilación de hechos tan aberrantes cómo la desaparición,
privación, tortura, persecución y apropiación de las mismas?

4
Carla Villalta (2018) LA INFANCIA ‘APROPIADA’. CONSTRUCCIONES NARRATIVAS SOBRE LOS
NIÑOS Y NIÑAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO EN ARGENTINA (1976-1983).

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