que tener siempre presente que el suelo es un componente del medio natural que adquiere su morfología y propiedades después de una lenta y larga evolución tras alcanzar un equilibrio con las condiciones ambientales Ahora viene el hombre desmonta la vegetación natural e implanta un monocultivo intensivo. Para el suelo esto representa un drástico cambio en su ambiente. Se rompe violentamente el equilibrio lentamente alcanzado y esto daña al suelo. Pero independientemente de lo que nos diga la FAO y los especialistas nosotros con una simple imagen vamos a ser capaces de evaluar la graveadad de la situación de los suelos. ¿no nos dice nada el color claro del suelo? Los suelos pueden ser muy diferentes entre sí pero todos tienen una característica común y es el horizonte superficial de color oscuro, negro o casi negro debido al humus. Si embargo lo que frecuentemente vemos es esto. Con el cultivo del suelo se produce una evolución, pero una evolución negativa. Se consume la materia orgánica, en parte se mineraliza, se pierden nutrientes, se pierde capacidad de retención de agua, al perderse fertilidad se le añaden abonos, plaguicidas, como resultado el suelo se contamina con sustancias extrañas, también se labra para tratar de recuperar la fertilidad física y el suelo se erosiona. En definitiva, la utilización del suelo conlleva a su degradación. Cada vez más conforme se sigue utilizando el suelo, llegando al extremo de perderse todo el suelo y estar arando sobre el material original del suelo, es decir los sedimentos o material geológico. El laboreo mínimo, representa una técnica de menor grado de conservación, en este caso se permite el laboreo del suelo pero siempre con aperos de labranza vertical (arados cinceles y cultivadores) pero no utilizar nunca vertederas o arados de disco que volteen el suelo.
En las primeras civilizaciones
agrarias, en el neolítico, hace unos 10000/8000 años el hombre hacia pequeños orificios en el suelo para depositar las semillas PREPARACIÓN DE TERRENO El Suelo
Está formado por una mezcla de materiales
de tipo mineral, orgánico y biológico que posee además una fracción de agua y aire. Todo este conjunto sufre constantes cambios a través del tiempo, y es el lugar donde el cultivo anclara su sistema radicular para nutrirse, crecer y desarrollarse. Para conocer un tipo de suelo es necesario analizar su textura, que se define por la proporción de las partículas que posee (arena, limo y arcilla) y su estructura, que es la disposición en la cual se encuentran agrupadas estas partículas. El hombre para seguir cultivando al suelo utiliza el arado, el riego y el abonado químico lo que representan más cambios en el suelo. Pero es que además el hombre en sus prácticas agrícolas introduce el fuego, frecuentemente para eliminar restos de cosecha anterior. Preparación de suelo
Mucha importancia revisten las labores
de preparación de un suelo junto con el conocimiento del historial del potrero, dado que una labor bien ejecutada y oportuna, entregan un beneficio para el establecimiento del cultivo. Contrariamente, una labor apresurada, repetitiva en el tiempo o mal ejecutada proporciona un ambiente negativo, tanto para el cultivo como para el suelo. Objetivos de la preparación de suelo
Estas prácticas buscan brindar una
cama para las semillas con un suelo mullido, aireado y enriquecido con la incorporación de la materia orgánica disponible, de tal forma que favorezca la germinación de la semilla, el arraigamiento de la planta, la retención de agua, la actividad microbiológica y los cambios químicos que se produzcan en la temporada. Por otra parte, se busca disminuir o destruir la población de malezas y plagas perjudiciales para el cultivo. Ya en el 1943, Edward. Faulkner en su libro “La insensatez del agricultor” advierte rotunda y reiteradamente que el arado estaba conduciendo a la humanidad a su propia destrucción.