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CAPITULO 1:
Estaba Daniela cuidando la escalera para que nadie pasara, ya que sus amigos
estaban en el laboratorio robando los exámenes de química. Daniela sentía
cierto odio por Malú, era engreída y se creía la gran cosa por cargar siempre
alcohol y cigarrillos.
Daniela sintió una fuerte presión en el estómago y decidió ir al baño y no
demorarse, ya que la oficina de Ontario estaba a unos minutos de donde ella
estaba haciendo su vigilancia y a ella solo le costaría unos segundos ir y volver
del baño.
Mientras ella estaba en el baño decidiendo hacia qué lado le quedaba mejor el
mechón, Malú, Chacón y Bryan arriesgaban todo para esos exámenes que
estaban estratégicamente amarrados con una goma en el laboratorio.
Ontario subió por las escaleras sin ningún problema y subió a ese piso que
siempre olía a azufre. Escucho unos ruidos y fue a mirar que era lo que estaba
en el laboratorio, no sabía si era de afuera o adentro pero de todos modos
desenfundó su arma y abrió la puerta.
Sin pensarlo disparo, ignorando que eran solo unos muchachos los que
estaban en ese laboratorio, quedaba uno en el piso, pero no era un muchacho,
era una mujer que tenía el cabello recogido en una cola. Se sintió culpable,
pues quizá le había disparado a una chica y llegaron las preguntas a su cabeza
sobre que responder ante las preguntas de la policía. Malú se marchó como si
la arrastrara una luz la cual le dio bastante paz a Ontario.
Llego a su casa, se bañó y se metió en sus cobijas. Su padre, pasadas las tres
llego de nuevo borracho y Agnel arropo a Malú y se fue directo al tercer circulo,
pero algo no le dejo pasar y callo de nuevo hacia el mundo de los humanos.
CAPITULO 2:
Malú se esforzó en explicarles que era lo que la había halado para que no la
hubiera alcanzado esa bala, pero ellos no le creían en realidad, y ella no se
esforzaba en que le creyeran pues seguía molesta por que la hubieran dejado
atrás con el Ontario y un revolver tirada en el piso.
Malú estaba con un hombre voraz desde esa noche, estaba que devoraba un
buey pero no querían que sospecharan de ella por eso.
Mientras tanto a Agnel le advertían que si Malú no se volvía una mejor persona
quedaría condenado a una vida de humano para siempre.
CAPITULO 3:
Agnel no se acostumbraba a su forma de humano, aún no había dejado
totalmente su figura de ángel, pues, aun no sentía hambre ni otras necesidades
humanas. Mientras hablaba consigo mismo de como conversar con otras
personas apareció su amigo orlo y le hizo una buena compañía que tanto
necesitaba.