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UNIDAD 11

LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO Y LA CONTRATACION:


1.INTRODUCCION
Los principios generales del derecho son conceptos fundantes y fundamentales en toda sociedad, construyen y
condicionan el comportamiento de las personas como sujetos de derecho en sus diversos roles.
2.EL EJERCICIO ABUSIVO DE LOS DERECHO
Los derechos resultan de la norma y deben ejercitarse sin abuso, de tal forma que simultáneamente, mediante el
ejercicio de un derecho propio, no solo se resguarde al titular, sino también se contemple al otro, como algo
solidario entre seres humanos. En la actualidad el art.37 de la ley 24.240 de la defensa de los derechos del
consumidor hace una expresión del abuso en el ejercicio del derecho, al incorporar clausulas abusivas, como
herramienta de maximización de la tasa de beneficio.
Según Ghersi todas las clausulas abusivas tienen un contenido económico que beneficia a la empresa, desde los
intereses usurarios, hasta los traslados de conductas y responsabilidad en contra del consumidor o usuario.
Es claro entonces que los derechos deben ejercerse dentro de límites de razonabilidad social, por lo cual
traspasados esos límites en donde se genera daño deberá ser reparado integralmente.
2.1 EL PRINCIPIO DE BUENA FE: Este principio hace alusión a un modelo de comportamiento, la
obligación de no dañar a la persona en sí mismo como ser humano.
3.1 La buena fe como causa de atenuación del incumplimiento
Los contratos generan obligaciones y derechos; no solo para las partes, sino que en determinadas situaciones
para terceros.
Las obligaciones son proyectos de conducta que se diseñan en la genética del negocio y se desarrollan en la
dinámica extendida de aquel.
"El cumplimiento de uno y otros se verifica comparando el proyecto de esas conductas".
Esa comparación entre hecho o acto proyectado y el hecho o acto acaecido, debe ponderarse precisamente con
el parametro de la buena fe, de tal forma determinara el incumplimientos o el cumplimiento parcial y de acaecer
daño, conllevara la reparación de los daños causados al otro contratante.
En el caso del incumplimiento con responsabilidad objetiva ( violación del deber de seguridad) puede ponderse
también la conducta de buena fe del deudor, que permita atenuar las consecuencias.
Con la misma metodología ( ponderación de la conducta ) debe asumirse el control del " comportamiento del
acreedor ", así por ejemplo, si posibilita o imposibilita empresa o implícitamente el cumplimiento o incluso
colabora en la minoración de las consecuencias dañosas.
3.2 La buena fe como causa o una fuente de creación deberes de conducta exigibles en la contratación
El cód. establece el comportamiento de buena fe de los contratantes y a su vez " lo conexa" con las condiciones
expresas e implícitas del contrato en que las partes o una de las partes incursiono y entendió.
Las clausulas y los contenidos de las mismas, sean generales o particulares en los contratos de negociación
individual o paritarios, no han tenido inconvenientes con estructura de adhesión, no han cosechado
precisamente alabanzas.
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Es que las empresas pre disponentes de esta tipología de contratos, pueden comportarse violando el principio de
buena fe.
Es necesario diferenciar en cuanto a los deberes de conducta de buena de dos estructura: los comportamientos
del hombre común con desconocimientos comunes sobre operatorias materiales y/o jurídicas y/o económicas-
generalmente con el rol de consumidor- y aquellas situaciones de conductas empresariales, que por su
profesionalidad deben ponderarse con más rigor en el desarrollo y la dinámica contractual.
•La buena fe causa la limitación del ejerció del derecho subjetivo como poder economico-juridico en la
contratación.
Los derechos subjetivos sin duda contienen poder, para ejerce sobre sí mismo o sobré otro u otros; sin embargo
ese ejercicio de poder jurídico debe ser limitado y precisamente opera la buena fe como " modelo abstracto de
conducta ", que se compara con el "comportamiento efectivo y real ", así habrá una diferencia notoria entre la
empresa y el consumidor.
Los derechos y garantías de las personas jurídicas de existencia física o de empresas siempre son limitados, de
tal manera que el criterio de buena fe nos permite dilucidar conductas y cuando ese uso del derecho es contrario
a la buena fe y causa daños en la dinámica contractual deben ser reparados.
• Daño por comportamiento adversos a los estándares jurídicos en la contratación: La interacción social,
pretende esquemas tipificado de conductas, para evitar que alguna de las partes intervinientes en el contrato
sean dañadas.
Esta estandarización de comportamiento son aprendidos y manifiestan en el trato cotidiano, de tal forma que
facilitan la interacción. (La habitualidad, conjunto de esquemas de percepción incorporados y con los cuales
construye su comportamiento social.)
Estos estándares sociales, se sectorizan por roles y funciones: empresarios y consumidores, profesionales, etc., y
comienzan a ser estructuras de relevancia para el contradictorio, así un consumidor considera cual es el estándar
de un empresario ético o que obra de buena fe y viceversa.
Estándares son sin duda el signo de referencia de las conductas.
Entonces los estándares, son roles objetivados, que nacieron a través de habitualidad y objetivación de la
función desempeñada, así el empresario-rol- a través de sus acciones -función- va caracterizando el estándar de
su comportamiento.
Aquellos que se comportan contrario a los estándares sociales deben asumir la responsabilidad de reparar el
daño causado por su conducta.
De esta forma los principios generales del derecho: buena fe, ejercicio regular y los estándares objetivados, cuya
violación genera el factor objetivo de atribución en las etapas de contratación para la reparación de daños.
• La importancia de la confianza en la contratación: Las empresas realizan estrategias de confiabilidad para
poder posicionarse en el mercado.
Por un lado se trata de darle confiabilidad al sistema económico en sí mismo y por otro, individualmente, las
empresas apuntan a que aquella confiabilidad se deslice hacia los productores, relacionados con la calidad de
vida.
Esta generación de confianza, con herramientas especificas como la publicidad y el marketing, hacen que los
consumidores y usuarios elijan determinadas marcas de bienes y servicios.

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Las empresas entonces de esta forman consolidan su producciones prevalente en el mercado y amplían su
clientela, sin embargo a veces estas estrategias solo se hacen con fines de captación de clientela cuando los
productos o servicios no reúnen ni la calidad, eficiencia y sobre todo seguridad que se induce, por lo cual
resultan damnificadas.
De esta manera se abre las puertas a un nuevo daño con su consíguete reparación.
3.2 La confianza como superación de la incertidumbre y evitación de riesgos en el ámbito de los
contratos: La confianza determina bajo qué condiciones un consumidor realizará el intercambio económico con
la empresa, precisamente porque la confianza crea expectativas y garantiza el cumplimiento de las obligaciones,
convirtiéndose en fuente de seguridad.
En este sentido, la marca o el nombre comercial de un producto o servicio de una empresa garantiza que este
sea confiable y que el consumidor no sufra daño alguno.
• Las conductas empresariales y la confianza de los consumidores: Las decisiones empresariales se forman
en base a la confiabilidad generada y su expectativa de cumplimiento por la masa de consumidores.
Entonces esas decisiones y conductas que contraen las empresas son las que generan o no confianza en los
consumidores al momento de decidir que producto o servicio contratar.
• La empresa y la ética hacia el consumidor: La ética en los negocios es tenido en cuenta como elemento de
la confianza.
El posicionamiento ético se vincula con la reputación en el mercado de una empresa. estos factores activan e
integran la confianza, y marcan una diferencia para las elecciones de los consumidores.
La imagen de una empresa, se une a un nombre o una marca comercial, cuya finalidad esencial es distinguir al
empresario sobre sus competidores.
La dinámica actual de la economía hace que las empresas apelen a estas estrategias de consolidación de
mercado, mostrando una imagen solida y ética.
La publicidad es una herramienta esencial en este proceso y sirve como elemento de persuasión estimulo a los
potenciales clientes o a permanecer siendo leales a una misma marca o firma. Pero en esta etapa de
hipercompetitividad la publicidad suele traspasar los limites que marca la ética, acudiendo al engaño, y
apaleando a herramientas y técnicas subliminales que manipulan al consumidor modelando sus hábitos con la
finalidad de lograr la colocación del objeto publicitario.
2.5 El valor económico de la confianza y la importancia como activo de la empresa , la contrapartidas para el
consumidor: La confianza tiene un valor económico importante. El valor de la confianza como derecho
económico se conecta con la imagen (que posiciona el producto o servicio), la que forma un elemento integrante
de la empresa de alto valor económico.
La confianza es entonces un elemento economico-juridico productivo, que se acumula como cualquier otro
capital. Representa para las empresas uno de los activos más valiosos que tienen, que en muchos casos va mas
allá de los otros activos.
La confianza constituye entonces un recurso económico para reducir la necesidad de información y ahorrar los
costes que esta implica para el consumidor.
Es posible que la empresa se abuse de esta confianza mediante comportamientos oportunistas.

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Cuando resulta quebrada la confiabilidad que el usuario aposto en una empresa o en una marca, el derecho
privado debe hacer funcionar los mecanismos de anticipación, fundamentalmente a través de la revisión de los
contratos de adhesión y de la reparación del daño.
Buena fe implica proteger la confianza generada para el consumidor en cuanto a la eficiencia y seguridad del
producto o servicio adquirido, que constituyen la legítima y razonable expectativa del contratante débil,
conforme lo que las partes verosímilmente entendieron o pudieron entender obrando con cuidado y previsión.
Eficiencia en cuanto a que estos deben adecuarse a las razonable expectativas que de estos se esperan.
Seguridad, en cuanto debe preservar la esfera personal y patrimonial del contratante que implica la adopción de
deberes adicionales de protección para garantizar la seguridad económica y extraeconómica del individuo.
En oro sentido, existen disposiciones que sirven a la protección de la confianza, así por ejemplo el derecho a la
información y a la publicidad que no debe contener información maliciosa.
Las razonables expectativas generadas por la confianza, constituyen entonces fuente autónoma de obligaciones
tanto en el plano extracontractual, precontractual, contractual y pos contractual, cuyo quebramiento determina
por si , la reparación del daño causado.
•Daño moral autónomo por la mera incorporación de clausulas abusivas en los contratos de adhesión y
especialmente en lo de consumo
Una práctica abusiva, como es la de incorporar clausulas abusivas, implica un quebramiento en si mismo del
factor confianza, que es el elemento central del nuevo modelo de contrato.
El consumidor contrata y lo hace en función de esa confianza y lealtad, y de introducirse clausulas abusivas en
los contratos, esta deje de ser el fiel reflejo de aquella confianza que lo indujo a contratar.
Cuando un consumidor comprueba que el contrato contiene una clausula abusiva, se siente defraudado y
afectado en sus sentimientos, y se vulnera la confianza depositada generando un daño moral autónomo.
La mera inclusión de clausulas abusivas en un contrato de adhesión genera un daño moral autónomo,
independientemente del daño moral causado por el incumplimiento contractual que se deriva del contenido de la
clausula abusiva, pues a raves de este obrar abusivo y desleal se rompe con la relación de confianza.
El contrato de adhesión, cuya finalidad es la de facilitar la actividad económica el de reducir los costos de
negociación, se convierte en fuente de lucro desproporcionado, causando daños no solo a los consumidores,
sino al merado al sistema en sí mismo.
La mera incorporación de clausulas abusivas en un contrato de adhesión constituye un obrar desleal y abusivo
que determina la reparación del daño moral en forma autónoma y objetiva por violar la confianza como valor de
la relación contractual.
•El Estado y la función de control frente a consumidores y usuarios: Es función del estado ejercer el poder
de policía.
Cuando un consumidor o usuario confía en una empresa, lo hace con la confianza de que el estado monitoria y
controla lo que ocurre en el mercado y que las empresas cumplen con todos los requisito que impone la ley,
desde la forma de manufactura un producto hasta su comercialización adecuada, etc.
El consumidor, que no tiene la información necesaria sobre el modus operandi de las empresas, ni capacidad de
análisis de la misma, supone que le estado le permite operar y que además controla su funcionamiento.

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El estado, como ejecutor del poder de policía, debe ser garante de la seguridad del sistema, situándose en una
posición de aval frente a los consumidores, quienes confían en estos dispositivos de seguridad atributos
constitucionalmente al estado.
El control del sistema económico es entonces generador de confianza y ello legitima la responsabilidad del
estado, que se conexa con esa posición de garantía derivado de su régimen jurídico constitucional.( La realidad
cotidiana nos demuestra que las funciones a cargo del estado es deficiente y en un gran número de casos
omitido.)
La confianza entonces otorga efecto especiales a determinadas situaciones economica-juridicas, habiendo nacer
a quien siguiera determinada apariencia obligaciones especificas, conforme las expectativas creadas que causen
daños y deban ser reparados.
El estado también debe ser responsable por la causalidad por omisión e el cumplimiento de sus obligaciones
especificas.
El estado y las empresas son legitimados pasivos solidarios por la reparación del daño, conforme a los
establecido en la ley de defensa al consumidor.
El CCYC establece principio generales:
ARTÍCULO 9º.-Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de buena fe.

ARTÍCULO 10.-Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una
obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los
derechos. Se considera tal el que contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites
impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación jurídica abusiva
y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización.

ARTÍCULO 11.-Abuso de posición dominante. Lo dispuesto en los artículos 9º y 10 se aplica cuando se abuse
de una posición dominante en el mercado, sin perjuicio de las disposiciones específicas contempladas en leyes
especiales.

ARTÍCULO 14.-Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se reconocen:


a. derechos individuales;
b. derechos de incidencia colectiva.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los
derechos de incidencia colectiva en general.

ARTÍCULO 1097.-Trato digno. Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los
consumidores y usuarios. La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que
surgen de los tratados de derechos humanos. Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que
coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias.

ARTÍCULO 1098.-Trato equitativo y no discriminatorio. Los proveedores deben dar a los consumidores un
trato equitativo y no discriminatorio. No pueden establecer diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía
constitucional de igualdad, en especial, la de la nacionalidad de los consumidores

El estado debe controlar que se cumpla todo lo expuesto en los artículos antes mencionados.

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