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POTENCIALIDADES Y LIMITACIONES DE LAS ORGANIZACIONES

CAMPESINAS PARA ENFRENTAR LOS PROBLEMAS DE


FINANCIAMIENTO RURAL Y CRÉDITO EN PERÚ

Estudio financiado por FIPA/Agriterra

Augusto CAVASSA
Consultoría realizada para la Confederación Nacional Agraria

Lima, setiembre 1998


Tabla de Contenido
I. Introducción ....................................................................................................................... 2
I.1. Antecedentes ............................................................................................................... 2
I.2. Objetivo ....................................................................................................................... 2
I.3. Resultados esperados................................................................................................... 2
II. El financiamiento al Sector Agrario .................................................................................. 3
II.1. Situación en la década del 80 ...................................................................................... 3
II.2. Situación en la década de los 90.................................................................................. 4
II.3. El crédito como instrumento de desarrollo ................................................................. 6
III. Pequeños productores de la costa: Las cooperativas del valle de Cañete ...................... 9
III.1. Antecedentes............................................................................................................ 9
III.2. La CAU Cerro Alegre............................................................................................ 10
III.3. La Central de Cooperativas de Cañete-Mala y la Caja Rural ................................ 17
III.4. Las otras fuentes de crédito ................................................................................... 18
IV. Pequeños productores de café en la selva: Las Cooperativas del valle de Tambopata 22
IV.1. La Cooperativa San Juan del Oro .......................................................................... 23
IV.2. La Central de Cooperativas CECOVASA ............................................................. 24
IV.3. La operatividad del sistema de cooperativas ......................................................... 25
IV.3.1. Otorga liquidez al mercado ............................................................................ 25
IV.3.2. Condiciones ordenadas de mercado ............................................................... 26
IV.3.3. La calidad de la organización ......................................................................... 26
IV.4. Las transacciones de crédito .................................................................................. 27
V. Los productores comuneros de la sierra: las comunidades campesinas en Huaraz, región
Chavín ...................................................................................................................................... 29
V.1. importancia de las comunidades campesinas a nivel nacional .................................. 29
V.2. Las comunidades campesinas de Huaraz .................................................................. 29
V.3. El caso de la Comunidad de Cataq en Huaraz .......................................................... 30
V.4. La Caja Rural ............................................................................................................ 32
VI. Conclusiones ................................................................................................................. 35
VII. Bibliografía ................................................................................................................... 37
I. Introducción
I.1. Antecedentes

El presente estudio surge de la necesidad de presentar propuestas para el Segundo Taller


Regional Latinoamericano denominado “Alternativas de Desarrollo en Organizaciones
Campesinas en América Latina”.

El trabajo solicitado consistía primero en realizar una síntesis de las restricciones que enfrentan
los pequeños productores del sector agrario para obtener financiamiento. Sobre esta base,
obtener en un tiempo bastante corto (del 26 de mayo al 26 de junio) información de campo
sobre tres zonas diferentes que dieran cuenta de dichas restricciones:
• los pequeños productores del valle de Cañete-Lima, parceleros de costa socios de las
cooperativas productoras de algodón y de productos de pan llevar;
• los pequeños productores del valle de Tambopata-Puno, organizados en cooperativas
comercializadoras de café en la selva;
• los comuneros de la Comunidad de Cataq-Huaraz, que alternan actividades asociativas con
producción familiar de bienes no transables propios de la agricultura de la sierra.

I.2. Objetivo

El objetivo es conocer cómo las organizaciones de pequeños productores enfrentan los


problemas de financiamiento rural y de crédito en el Perú. Los casos elegidos deben permitir
ver diferentes estrategias adoptadas para enfrentar estos problemas, así como las posibilidades
que tienen estas organizaciones de ser parte de la solución al problema.

I.3. Resultados esperados

• En la primera parte se presenta la situación del mercado de crédito agrario en el Perú,


realizando una revisión de las cobertura de las instituciones financieras financieras y las
alternativas de financiamiento para los pequeños `productores agrarios.
• En la segunda parte, se presenta los estudios de caso relevando la forma como las
organizaciones de pequeños productores enfrentan sus necesidades de financiamiento y
acceso al crédito.
• Se presenta conclusiones y recomendaciones.
II. El financiamiento al Sector Agrario
Hasta 1990 el sector financiero se caracterizaba por controles sobre la tasa de interés1,
restricción a la entrada de capitales y de bancos extranjeros, cuotas de crédito, la existencia de
bancos estatales de fomento especializados sectorialmente y la participación estatal de parte de
las instituciones financieras formales (banca asociada). Este contexto cambia radicalmente
pues la necesidad de ajustar las cuentas fiscales a partir de 1990 limitó la transferencia de
recursos a los bancos de fomento, y puso al descubierto la fragilidad de estas instituciones que
entraron en falencia financiera y descapitalización.

II.1. Situación en la década del 80

Durante la década del 80 alrededor del 90% de los créditos al sector agrario provenían del
Banco Agrario (cuadro nº 1). Esta entidad fue la principal fuente de financiamiento para el
sector hasta fines de 1991 en que se declara técnicamente quebrado y es liquidado en 1992.
Desde 1988 los fondos del Banco Agrario comenzaron a caer significativamente2, a tal punto
que en 1990 canalizaba sólo el 11% de los créditos concedido en 1980 en términos reales.

El Banco Agrario concentraba su cartera de préstamos en zonas de agricultura moderna de la


costa y en algunos valles serranos dinámicos. En conjunto los cultivos de papa, arroz, algodón,
caña de azúcar y maíz amarillo explicaban cerca del 80 % del crédito. A su vez, según la
información de la ENAHR (Encuesta Nacional de Hogares Rurales), en 1984 de los
agricultores de menos de 10 has. recibían crédito sólo el 5.8 % a nivel nacional; esta cifra
correspondía a 2.5 % para la sierra y 4.2 % para selva.

Valdivia (1997) utilizando los resultados de la Encuesta de Niveles de Vida 1985-1986 señala
que el 7.6% de los hogares rurales tenían acceso al crédito formal. Este porcentaje se reducía
para el caso de la sierra y selva a 6.4% y 6.8%, mientras que para la costa ascendía al 14.9%.
Los resultados de esta encuesta muestran una importancia significativa de fuentes crediticias
distintas del Banco Agrario en el medio rural, presentando el mayor rango de variación en la
costa. En la costa norte el 16% de los hogares tuvieron acceso a algún tipo de crédito; pero
conforme se desciende este porcentaje aumentaba al 36% para los hogares de la costa centro y
al 52% para los hogares de la costa sur.

1
Las tasas de interés para el conjunto del sistema financiero se encontraban subsidiadas.
2
Las decisiones del Banco Agrario estaban fuertemente influenciadas por la política gubernamental, donde el
ejecutivo y el legislativo imponían condonaciones y moratorias; incluso el gobierno ordenó en 1986 el
otorgamiento de créditos sin intereses para las zonas de sierra.
Cuadro nº 1
Crédito para el sector agrario durante la década del 80 (millones de nuevos soles de Dic.
de 1990)

Año Banco Agrario Banca Comercial Total


S/. % S/. % S/. %
1980 625 95 36 5 661 100
1981 630 91 64 9 694 100
1982 605 89 72 11 677 100
1983 521 89 64 11 585 100
1984 681 91 66 9 747 100
1985 640 90 68 10 708 100
1986 1,052 92 86 8 1,138 100
1987 967 87 143 13 1,110 100
1988 189 84 36 16 225 100
1989 166 88 23 12 189 100
1990 69 71 28 29 97 100
1991 68 67 33 33 101 100
Fuente: Banco Central de Reserva del Perú. Tomado de Barrantes y Trivelli (1993).

II.2. Situación en la década de los 90

Después de 1990 el Estado cambia su óptica de intervención en la economía, abandonando el


papel de agente en el mercado financiero y optando por fortalecer las funciones de regulación
y supervisión de la institucionalidad financiera existente siguiendo las tendencias del mercado.
Se implementa una Reforma Financiera que tenía como principal objetivo eliminar la represión
financiera3, desapareciendo los controles e intervención sobre el sistema financiero.

3
Se promulgó el D.L. 637 “Ley General de Instituciones Bancarias, Financieras y de Seguros” en 1991, se dictó
el D.L. 77’ “Nueva Ley General de de Instituciones Bancarias, Financieras y de Seguros” en 1993; finalmente
fines de 1996 se promulgó la Ley 26702 que actualmente rige. Las principales características de la nueva
legislación son:
a) Suprimir la participación del Estado en las instituciones financieras
b) Facultar a las instituciones financieras a fijar libremente las tasas de interés observando ciertos límites
señalados por el BCR
c) Introducir el concepto de banca múltiple dejando el de banca especializada
d) Establecer prohibiciones y sanciones a la realización de actividades de intermediación financiera por parte de
personas naturales o jurídicas no autorizadas
e) Asignar rol protagónico a la Superintendencia de Banca y Seguros en la supervición de las entidades
financieras
f) Eliminar las restricciones al capital extranjero a constituir entidades financieras dentro del país o participar en
la propiedad de las existentes.
Como parte de este proceso desaparece la banca de fomento y se reformula el funcionamiento
de muchos bancos; algunos de ellos fueron liquidados por deficiencias en su gestión, al igual
que numerosas Cooperativas y Mutuales de ahorro y crédito4. Esto trajo como resultado un
mejoramiento en los indicadores de solvencia y competencia, así como un gran aumento en el
ahorro aunque en los primeros años se produjo una disminución del crédito agrario. .El
financiamiento gubernamental al sector agrario no desaparece del todo pues comienzan a
funcionar los Fondos Agrícolas -denominados FONDEAGROS- canalizados por el Ministerio
de Agricultura, quienes en montos significativos otorgaban créditos en insumos (sobre todo
semilla y fertilizantes) como una manera de cubrir el vacío dejado por el Banco Agrario.

En el cuadro nº 2 se observa que los recursos asignados al agro comenzaron a regresar al sector
aunque ya no exclusivamente desde el Estado, de manera que entre 1993 y 1997 el volumen de
las colocaciones se multiplica 2.5 veces. Este aumento está explicado por el incremento en las
colocaciones de la banca comercial al sector agrícola, de manera que su peso relativo sobre el
total pasa de 36% en 1993 a 61% para 1997. En los últimos años se observa además una mayor
diversificación de las fuentes de crédito pues los fondos de las Cajas Rurales y Cajas
Municipales comienzan a tener cierto repunte, aunque en conjunto no explican más que el 6%
del total de colocaciones de 1997.

Este cambio en el sistema financiero no se ha traducido en una recomposición de la cartera de


prestatarios, ya que los créditos continuaron siendo escasos y altamente racionados en favor de
agricultores grandes y medianos. Esto podía ser previsible pues la eliminación de los subsidios
a las tasas de interés no era suficiente para garantizar el acceso al crédito a los pequeños
productores, ya que una de las principales razones que radica en los altos costos de manejar
una cartera de clientes de poco monto no cambia.

En el Perú se tienen 3’080,000 unidades económicas que cuentan con menos de 10


trabajadores5, éstas ocupan al 57% de la PEA (4’118,177) y la mitad de estas unidades se
encuentran concentrada en el sector agrario. Esta información es consistente con la información
obtenida en el Censo Agropecuario de 1994, la que registra 1’470,000 productores
minifundistas que poseen menos de 10 hectáreas y que conjunto sólo disponen del 10% de la
superficie total agropecuaria. Este nivel de fragmentación de la propiedad se une al hecho que
sólo el 17% de los productores cuentan con títulos de propiedad registrados de sus tierras, lo
cual no permite que puedan entregar éstos títulos como garantía real ante las instituciones
financieras.

4
Se calcula que de las 600 cooperativas de ahorro y crédito existentes en 1991 sólo quedan 176, limitándose la
mayoría a captar y colocar créditos sólo entre sus socios (Alvarado, 1997).
5
Estas representan a la vez el 98% de las unidades económicas existentes. Ver World Bank, “World Development
Report 1997”. Oxford University Press, pag. 214-215. Información presentada por Felipe Portocarrero de Luso
Financial Systems en la Cumbre Nacional de Microfinanzas, llevada a cabo del 13-15 de mayo de 1998 en la
Universidad del Pacífico, Lima.
Para hacer frente a esta situación el gobierno mediante el D.L. 25612 da lugar a la creación de
la Cajas Rurales de Ahorro y Crédito, promovida a través del Ministerio de Agricultura como
una institución especializada en brindar servicios financieros a los pequeños productores.
Actualmente existen 17 Cajas Rurales que vienen operando a lo largo del país, otorgando
créditos como captando ahorro y depósitos a plazo, de las cuales 14 publican mensualmente
sus reportes financieros pues están integradas a la Asociación de Cajas Rurales del Perú.

Según sus informes alrededor del 60% de sus colocaciones están dirigidos al sector agrario,
mientras que el resto lo destinan a créditos de consumo, a financiar actividades comerciales y
de servicios en el área urbana. Las Cajas Rurales (al igual que las Cajas Municipales) exige los
mismos requisitos que la banca comercial, donde las ventajas del menor tiempo de tramitación
sólo inciden en quienes cumplen con tales requisitos. Alvarado (1997) al estudiar una muestra
de Cajas Rurales llega a estimar que en el mejor de los casos la cobertura llega al 4% de los
productores agrarios del grupo meta, siendo por tanto altamente limitada su llegada a los
pequeños productores agrarios.

La escasa cobertura de los créditos para los pequeños productores tiene primero que ver con la
tecnología tradicional de los bancos y demás instituciones financieras para seleccionar sus
clientes en función de garantías reales. Incluso una vez superada esta limitación, existen otras
como la ausencia de personal capacitado para evaluar el manejo de préstamos de zonas rurales,
los altos costos que implica manejar clientes pequeños, dispersos y heterogéneos, la falta de
titulación de tierras y su escaso valor comercial, las deficiencias del sistema legal para la
ejecución de garantías (Alvarado, idem).

Estos obstáculos vienen siendo enfrentados con cierto éxito por programas de crédito
impulsados por las ONGs, las que no tienen autorización para realizar actividades de
intermediación. Antes de la reforma financiera ellas ya venían operando fondos rotativos de
crédito, pero en los últimos años gran parte de ellas han introducido criterios financieros en sus
operaciones e incluso algunas han comenzado a especializarse sólo en el otorgamiento de
créditos. Como las ONGs carecen de plan contable uniforme y no publican sus reportes
financieros, solo se tiene aproximaciones que acercan su cartera global de colocaciones a 116
millones de soles a fines de 1997 (41.3 millones de dólares). Estas últimas instituciones son las
que estarían llegando a los pequeños productores sobre todo de la sierra, utilizando tecnología
crediticia de carácter grupal y exigiendo garantías no convencionales. La limitación es que son
experiencias por lo general pequeñas, que operan con distinta metodología una de otras; siendo
una excepción aquellas que trabajan con más de 1,000 clientes.

II.3. El crédito como instrumento de desarrollo

Los trabajos de Bierings et al (idem) y Alvarado (ibidem) entregan información relevante sobre
el desempeño de la banca comercial, Cajas Rurales, Cajas Municipales y programas de ONGs
como instituciones que ofertan servicios financieros al sector agrario, y requiere ver su
cobertura y sostenibilidad en el tiempo. Un balance de la situación en que se encuentra el
debate, así como una presentación de las experiencias locales puede encontrarse en los
resultados del Seminario sobre Crédito y Desarrollo Rural en América Latina llevado a cabo
en abril de 1997, y que fue publicado bajo el título Mercados Financieros Rurales en América
Latina por el CEPES. Un buen resumen de los retos de las microfinanzas en el Perú se puede
revisar en Portocarrero (1988).

Estamos enfrentando un escenario similar a la década anterior en términos de acceso limitado


al crédito y a otros servicios financieros para el pequeño productor agrario. La diferencia radica
en que las propuestas que actualmente circulan ya no buscan canalizar créditos dirigidos a tasas
subsidiadas y desde instituciones controladas por el Estado, sino en propiciar el desarrollo de
instituciones financieras que ofrezcan un amplio rango de servicios, que sean bien manejadas
y sean sostenibles en el tiempo.

La influencia que ejercen instituciones internacionales (BID, Banco Mundial) y las Agencias
de Cooperación explica en parte el gran interés que despierta actualmente las microfinanzas en
el Perú. En momentos en que se ha cerrado con relativo éxito la refinanciación de la deuda
externa a través del Plan Brady, es bastante probable que se comience a recibir un importante
flujo de recursos para esta actividad. En este contexto tiene importancia plantear la real y
potencial contribución que tienen el sistema financiero rural para lograr los objetivos de
desarrollo agrario y rural.

El crédito es una obligación libremente contraída, donde lo que se debe asegurar es que accedan
todas aquellas personas que reúnen la condiciones de entrar en un contrato de préstamo y
quieran hacerlo. Estas características hacen que este instrumento no sea el mas efectivo para
promover el consumo de bienes que la sociedad considera como necesidades básicas. Interesa
aclarar en términos de desarrollo que para los estratos más pobres de la población sigue siendo
necesario los programas asistenciales para acceder a servicios básicos como salud, educación,
agua potable -entre otros-, cuya provisión requiere del incremento del flujo de fondos no
reembolsables.

El hecho que el crédito no sea un instrumento adecuado para proveer a la población rural de
servicios básicos no quiere decir que no exista relación entre ambos. El acceso a bienes y
servicios públicos resultó ser una variable de entorno explicativa de la capacidad de repago,
junto con la tecnología bancaria y el nivel educativo del prestatario, dentro del importante
estudio realizado por Hulme y Mosley (1996) de trece programas de crédito considerados
exitosos de diferentes países. Este punto es importante resaltar pues la relación de causalidad
parece ir en este sentido y no en el inverso, que sugiere que el acceso al crédito llevará a que
la población más pobre acceda al consumo de bienes básicos.
Otro punto relevante para el desarrollo rural es tomar en cuenta la importante inversión que los
pequeños productores realizan a través de diferentes organizaciones agrarias que existe a lo
largo del país, así como los recursos comprometidos en su fortalecimiento. Respecto a la
organización local y el crédito es importante tomar distancia del argumento ideológico que
atribuye al crédito asociativo el fortalecimiento de las organizaciones de base, cuando la
experiencia presentada por diferentes ONGs sugiere que son las organizaciones sólidas las que
son capaces de canalizar y gestionar créditos. Varios de los programas exitosos de crédito han
centrado sus acciones en la inversión en una estructura organizativa que antecedió al programa
de crédito, incluso en aquellos casos donde se aplica una tecnología crediticia individual.

Cuadro nº 2
Crédito para el sector Agrario (millones de nuevos soles)

Institución 1993 1994 1995 1996 1997


Financiera S/ % S/ % S/ % S/ % S/ %
1. Banca Múltiple 282.2 36 443.9 46 597.5 52 913.9 61 1,192.4 61

1. Empresas Financieras 5.8 1 4.3 1 6.7 1 4.4 0 9.4 0

1. Cajas Rurales 1/ 5.6 1 25.4 2 61.6 4 87.3 5

1. Cajas Municipales 1/ 1.7 0 7.3 1 16.7 1 23.9 1

1. Fondeagros y Fondos 500.0 63 500.0 52 500.0 44 500.0 34 630.0 33


Rotatorios 2/
1. Banco de la 5.1 0 5.4 0
Nación/Cofide
TOTAL 788.0 100 955.5 100 1,136.9 100 1,501.7 100 1,948.4 100

1/ Corresponde sólo a las colocaciones destinadas a actividades agrícolas, ganaderas y de animales menores.
2/ Datos consignados en base a los estimados de Bierings et.al. (1997) ya que no existe información oficial
publicada.
Fuente: Información Financiera Mensual de la Superintendencia de Banca y Seguros
Información Financiera de Cajas Municipales, Cajas Rurales y EPYMES.
III. Pequeños productores de la costa: Las cooperativas del valle
de Cañete
El valle de Cañete está ubicado a 144 Kms. al sur de Lima, entre la orilla del mar y los 500
m.s.n.m. Practican una agricultura con riego permanente, donde de acuerdo con los catastros
manejados por el comité de usuarios de riego se tiene 23,114 hectáreas de cultivo. Estas tierras
están en poder de los 2,000 pequeños agricultores que hasta hace inicios de los 90 estaban
organizados en Cooperativas de Usuarios (cuadro nº3)6.

Según información de las cooperativas el 48% del área cultivada corresponde al cultivo de
algodón; este cultivo junto con maíz y camote explican el 90% de la superficie trabajada. Esta
información es bastante similar a la presentada por Nolazco (1985) hace 15 años, lo que estaría
mostrando que los parceleros han cambiado muy poco su estructura de cultivos. Las
instalaciones de frutales son más recientes así como las siembras de pepino, pero en conjunto
no representan más que el 6% de la superficie cultivada por los parceleros socios de las
cooperativas. Las mayores innovaciones son realizadas por los medianos productores, quienes
han introducido el cultivo de espárragos, pimentón y tienen la mayor inversión en plantaciones
de frutales.

III.1. Antecedentes

La reforma agraria de 1969 terminó de aplicarse en el valle en 1976, habiéndose formado 16


Cooperativas Agrarias de Producción (CAP) sobre lo que fueron 120 fundos privados. Estas
cooperativas basadas en la autogestión y el trabajo colectivo llevaban implícito una
contradicción: los socios desempeñaban al mismo tiempo la función de propietarios y la de
trabajadores. Estas cooperativas cubrían una superficie de 10,000 hectáreas y agrupaban cerca
de 2,600 agricultores, de los cuales actualmente quedan 2,000 socios.

Durante los siguientes diez años se fue transformando la estructura de la propiedad tendiendo
hacia la atomización de las unidades productivas. A mediados de 1984 se había parcelado más
de 9,500 hectáreas de la superficie de las cooperativas con claro apoyo del gobierno. En la
mayoría de casos este proceso de parcelaciones se dio mediante contratos internos de compra-
venta entre el parcelero y la cooperativa, donde al momento de la cancelación cada parcelero
debía inscribir su propiedad en registros públicos para contar con la documentación de su tierra.

Después de las parcelaciones los agricultores transformaron las cooperativas a la modalidad de


Cooperativas de Usuarios (CAU), centrando sus tareas en la provisión de servicios a los socios.
Estas actividades lo fueron dejando de lado debido a problemas en su gestión administrativa,

6
Además de ellos existen 1,800 unidades con tierras menores de 10 hectáreas, 200 medianas propiedades de 10 a
40 hectáreas y 60 propiedades mayores de 60 hectáreas de cultivo en conjunto agrupan (Barrantes y Trivelli,
1994).
quedándose finalmente como depositarias de actividades indivisibles o como agrupaciones
útiles para gestionar la provisión de obras públicas.

El cuadro nº 4 muestra los bienes que aún están en poder de las cooperativas. Las viviendas y
áreas de recreación figuran como propiedad de las cooperativas, teniendo pendiente la
transferencia de las viviendas a las familias y del área pública al municipio local. A su vez las
cooperativas cuentan con maquinaria, equipo y vehículos que prestan servicios a sus socios de
manera restringida, financiando de esa manera los gastos de las oficinas administrativas que
aún mantienen las cooperativas7.

El Banco Agrario fue la principal fuente de financiamiento, pero también recibían créditos de
la banca comercial. Después de los procesos de parcelación las CAUs hicieron el trabajo de
intermediación crediticia hacia sus socios hasta después de la quiebra del Banco Agrario. Sólo
después de entrar en crisis producto en parte del incumplimiento de los compromisos de pago
de los socios, estas organizaciones se debilitan y dejan de ser sujetas de crédito. La mejor
muestra de esto lo presenta la CAU Cerro Alegre que veremos a continuación.

III.2. La CAU Cerro Alegre

Este fue un caso bastante especial. Antes de producirse la parcelación de tierras ésta
cooperativa en 1984 había centrado gran parte de sus actividades en la provisión de servicios8.
De manera que luego de la parcelación se convierte en líder del movimiento cooperativo en el
valle, dedicándose a la comercialización de productos agroindustriales como algodón y maíz.

Esta CAU captaba fondos del Banco Agrario y en menor proporción de la banca comercial, y
otorgaba préstamos de campaña haciendo la recuperación en producto. En el caso del algodón
recuperaba en rama, realizando su procesamiento en la desmotadora de la Central de
Cooperativas para luego comercializarlo hacia las empresas textiles con quienes mantenía
convenios. Igualmente mantenía acuerdos con empresas avícolas a quienes vendía el maíz que
recuperaba de los socios prestatarios. La cobertura de crédito no se limitaba a los socios, sino
que se otorgaba créditos a buena parte de las cooperativas del valle e incluso algunas de otros
valles.

Este esquema funcionó sin problemas hasta los años 1987 y 1988 en que el Banco Agrario
flexibiliza los crédito, posibilitando que los parceleros -parte de ellos con deudas a la
cooperativa- solicitaran créditos directos pues sólo requerían un certificado de posesión, un

7 De las 16 cooperativas del valle, sólo tres decidieron liquidarla por completo y asumir el costo de transformar su razón social
en empresas privadas de responsabilidad limitada sobre la base de los activos que les quedaron. Este proceso de cambio
responde al intento de convertirse en sujetos de crédito ante la Caja Rural que opera en la zona y de la banca comercial, y
poder intermediar créditos a sus ahora accionistas.
8
La cooperativa les facilitaba créditos a que los parceleros, se encargaba de la adquisición y distribución de
insumos y de la comercialización de los productos agroindustriales, sobre todo de algodón.
recibo de agua, plan de riego y cultivo. Cuando a partir de 1989 se reduce significativamente
el financiamiento del Banco Agrario y se restringe el crédito individual, los deudores de la
cooperativa comenzaron a refinanciar sus préstamos en mora con el fin de continuar siendo
sujetos de crédito. Para responder a la demanda de los parceleros en momentos en que
conseguía menores recursos del Banco Agrario, la CAU comenzó a endeudarse en mayor
proporción con instituciones privadas e incluso con sus socios captando depósitos de ahorro
ofreciendo intereses más altos que la banca formal.

Los préstamos eran otorgados por la cooperativa en insumos y servicios cobrados, trasladando
la tasa de interés bancario y adicionando un cobro de 5% por gastos administrativos y
supervisión de los cultivos aviados. Se pedía como requisito un plan de cultivo, y el
compromiso de vender su producción a la cooperativa. El negocio de la cooperativa no estaba
en el otorgamiento de créditos sino en la comercialización de la producción, lo que centraba la
atención en las utilidades reportadas durante el ejercicio y no en indicadores del desempeño de
su oficina de crédito. Los préstamos que inicialmente entraban en mora durante una campaña
se refinanciaban casi automáticamente y el socio amortizaba las siguientes campañas; esta
misma política se aplicaba al caso de los préstamos a las empresas cooperativas.

De manera que la Cerro Alegre ingresa a la década del 90 como una empresa que continuaba
teniendo utilidades y con un buen ganado prestigio en la zona. La posibilidad de trabajar con
un producto transable como el algodón, le permitieron sobrellevar con éxito los años 1989 y
1990 en que se profundiza la crisis interna y la inflación se dispara encima del 40% mensual.

Cuando a partir del segundo semestre de 1990 se produce la estabilización de la economía y se


recorta significativamente los recursos transferidos al agro a través de la banca de fomento, no
tiene problemas para recurrir a la banca comercial con sus antecedentes de buen cliente. Pero
esta vez, como resultado de la liberalización del mercado de tierras, tuvo que poner en hipoteca
las tierras de los socios que habían inscrito debidamente sus títulos en registros públicos. De
esta manera obtiene fondos en dos bancos: el Banco Wise $400,000 y Surmebanc $200,000.

Durante la campaña 1991/1992 el algodón enfrentó una caída en sus precios por la recesión de
la industria textil así como pérdidas importantes en la producción producto de la plaga del
gusano rosado. Como resultado de esto la cooperativa sólo llegó a acopiar el 40% de volumen
programado, y tuvo que enfrentar el incumplimiento masivo de los prestamos. Pese al mal
ejercicio, la cooperativa llega a cancelar el crédito con el Banco Wise y obtiene un nuevo
crédito para la campaña 1992/1993 de otros $400,000 con la misma garantía hipotecaria de sus
socios. Cuando posteriormente este préstamo entra en mora, el banco procede a rematar la tierra
de los socios garantes9.

Estos problemas surgen en momentos en que la cooperativa lideraba la formación de las Cajas
Rurales de Ahorro y Crédito a nivel nacional, siendo la primera entidad que financia los
trámites y el estudio para conformar la Caja Rural de Cañete. Los problemas de liquidez que
enfrenta no les permitió conformar el capital social de la Caja Rural, por lo que se vio en la
necesidad de transferir la organización a la Central de Cooperativas de Cañete-Mala quien es
la que se encargará de organizarla y lograr que funcione desde el año 1995.

El año 1992 es un año clave para la cooperativa. El incumplimiento ante las entregas de algodón
fuerza a la gerencia a intentar cobros coactivos a los deudores de varias campañas para que
cancelen sus deudas. El grupo de principales deudores responde cuestionando a la gerencia por
las deudas de terceros que se mantienen incobrables y comienza a denunciar malos manejos en
la cooperativa. Esta posición logra consenso en parte de los socios y se aprueba el cambio de
la gerencia.

El préstamo del Banco Wise de 1992 permite que la cooperativa pueda seguir operando sin que
se produzca cambios radicales en la gestión de la empresa, donde incluso llega a otorgar nuevos
préstamos a socios deudores. En los siguientes años el cargo de gerente cambia de año en año,
donde los designados no hacen más que desmantelar los cada vez menores recursos de la
cooperativa. A partir del año 1993 dejó de comercializar algodón por falta de liquidez, pasando
después de dicho año sólo a prestar servicios de maquinaria, conducir procesos judiciales para
recuperar los créditos morosos y a defenderse de juicios entablados por acreedores (entre los
que se contaba el Banco Wise).

Según el cuadro nº 5, a fines de 1997 los préstamos individuales en mora ascendían a S/.
2’800,000 nuevos soles (US$ 1’040,000) mientras que los préstamos a otras cooperativas eran
de S/. 1’155,460 (US$ 430,000). El 60% de esta deuda corresponde a la campaña 1991/1992,
lo que permite dilucidar la magnitud del problema que la cooperativa enfrenta dicho año y la
vulnerabilidad de este tipo de empresas cuando no se resguarda contra un previsible shock
climático diversificando su portafolio de inversiones.

El problema central que enfrentó la cooperativa es que sus socios apropiaban los beneficios de
la gestión durante los años de altos ingresos, a la vez que exigían que asumiera las pérdidas
durante los años donde los ingresos eran bajos. Esto hacía que traspasaran el riesgo de las

9
Esta banco inició un proceso judicial a los garantes en 1994 que llevó al remate de las tierras. Los socios
respondieron que sólo garantizaron el primer préstamo mas no el segundo, abriendo un nuevo juicio donde piden
la revocatoria del fallo anterior por vicios en el proceso.
actividades productivas a la cooperativa, lo cual a su vez les incentivaba a adquirir mayor
endeudamiento de lo razonable.

Las condonaciones masivas que el gobierno decretó sobre las deudas del Banco Agrario no
hizo más que generar un clima propicio al incumplimiento con la cooperativa. Este
comportamiento fue apoyado por arbitrariedades surgidas en la misma gestión de la
cooperativa, lo que se muestra en el desigual nivel de endeudamiento entre socios. La mayoría
tuvo deudas de 10 a 20 mil dólares, pero un 10% acumuló deudas de 20 a 40 mil dólares y un
reducido 3% quedó adeudando alrededor de 50 mil dólares. En todo este proceso los reales
perdedores fueron los socios que cancelaron sus créditos.
Cuadro nº 3
Patrón de cultivos de los parceleros de las Cooperativas del valle de Cañete

Cooperativas Cerro Chilcal Cerro Herbay Tercer 24 de Santa Unión José C. San La Casa Tupac Forta- Casa Esmeral- TOTAL
Alegre Blanco- Mundo Junio Bárbara Campe- Mariá- Benito Que- Pintada Amaru leza Blanca da En-
Unanue sina tegui brada cañada
Cultivos
1. Permanentes Sin información
Durazno 20 5 2 3 5 35
Uva 5 4 12 40 30 35 10 3 6 145
Cítricos 1 6 15 20 12 20 6 80
Manzana 2 3 8 8 8 2 31
2. Transitorios Sin información
Algodón 500 100 200 400 150 50 350 400 260 220 550 220 300 3,700
Maíz 200 80 195 450 300 40 180 200 150 180 250 50 150 2,425
Papa 50 8 20 11 10 7 13 25 33 30 6 20 233
Camote 100 15 80 50 40 50 48 50 250 20 26 75 804
Menestras 60 12 10 8 90
Pepino 10 150 2 2 164
Hortalizas 15 1 3 19
Otros 50 2 52
Suma de cultivos 928 221 540 1,196 500 151 593 740 520 705 837 302 545 7,778
Total cultivos 928 221 540 1,196 500 151 593 740 520 705 837 302 545 911 536 561 9,786
Nº de parceleros 180 52 100 249 100 20 134 146 101 188 208 79 109 170 57 107 2,000
Promedio de tierras 5 4 5 5 5 8 4 5 5 4 4 4 5 5 9 5 5
Cuadro nº 4
Zona urbanizada y bienes a cargo de las cooperativas del valle de Cañete

Cooperativas Cerro Chilcal Cerro Herbay Tercer 24 de Santa Unión José C. San La Casa Tupac Forta- Casa Esmeral- TOTAL
Alegre Blanco- Mundo Junio Bárbara Campe- Mariá- Benito Que- Pintada Amaru leza Blanca da En-
Unanue sina tegui brada cañada
Zona urbanizada
1. Viviendas
Área (mt2) 250,000 9,360 14,000 40,000 40,000 1,600 14,740 18,000 7,200 30,000 24,500 12,640 13,080 475,120
Nº de viviendas 450 52 100 249 100 10 134 146 120 250 208 79 109 2,007
2. Recreación
Parques (mt2) 30,000 300 600 11,000 15,000 700 850 720 59,170
Nº de árboles 500 30 25 150 705

Bienes
1. Edificios
Construido (mt2) 800 1,500 600 16,000 6,600 5,000 1,030 16,000 300 1,500 1,050 300 250 50,930
Sin construir (mt2) 10,000 440 2,000 450 12,890
Valorización (S/.) 56,000 68,000 42,000 54,000 42,000 84,000 20,000 56,000 12,000 30,000 56,000 16,800 8,400 545,200
2. Terrenos
Área libre (mt2) 100,000 4,800 12,000 12,000 70,000 3,000 1,380 3,750 4,000 1,500 212,430
Valorización (S/.) s.i. s.i. s.i. s.i. s.i. s.i. s.i. s.i. s.i. s.i.
3. Maquinaria
Nº tractores 7 2 2 2 4 2 2 4 4 2 2 2 3 38
Nº implementos varios varios varios varios varios varios varios varios varios varios varios
Valorización (S/.) 360,000 120,000 84,000 210,000 360,000 168,000 106,000 420,000 352,000 112,000 104,000 140,000 60,000 2,596,000
4. Vehículos
Nº camiones 1 1 1 1 2 1 1 8
Nº camionetas 1 1 1 1 1 1 1 1 1 9
Nº microbuses 1 1 1 1 1 5
Valorización (S/.) 20,000 25,000 8,400 40,000 36,000 88,000 63,000 68,000 5,800 28,000 382,200
5. Equipo varios
Valorización (S/.) 36,000 8,400 86,000 130,400
6. Taller maestranza
Valorización (S/.) 84,000 12,000 34,000 40,000 56,000 56,000 70,000 70,000 36,000 33,000 67,000 558,000
Total Bienes (S/.) 556,000 225,000 168,400 344,000 458,000 260,400 218,000 720,000 434,000 205,000 264,000 195,600 163,400 4,211,800
Cuadro nº 5
Cartera de prestatarios morosos de las Cooperativas

Cooperativas Nº de Nº de Deudores particulares Monto Campañas


socios socios Parce- Coope- adeudado adeudadas
deudores leros rativas S/.
1. Cerro Alegre 180 120 69 8 2’800,000 1990/1991,
1991/1992,
1992/1993,
1993/1994
2. El Chilcal 52 26 199,461 1991
3. Unanue 100 53 21 201,646 1992
4. Herbay 249 160 25 184,601 1994
5. Tercer Mundo 100 44 4 433,601 1992
6. 24 de Junio 20 6 56,481 1992
7. Sta. Bárbara 134 48 27,543 1991
8. Unión Campesina 146 59 9 366,000 1991
9. Mariátegui 101 39 62,000 1991
10. San Benito 188 50 20 98,000 1995
11. La Quebrada 208 s.i. s.i. s.i.
12. Casa Pintada 79 s.i. s.i. s.i.
13. Tupac Amaru 109 s.i. s.i. s.i.
14. Fortaleza 170 60 6 323,000 1991
15. Casa Blanca 57 16 13 48,000 1993
16. Esmeralda Encañada 107 51 83,000 1992
Total cooperativas 2,000 726 144 8 3,632,333

Central de Cooperativas Nº de Nº de Otros deudores Monto Campañas


prestatarios morosos Parce- Coope- adeudado adeudadas
leros rativas
53 3 3,455 1991/1992
608 42 123,788 1992/1993
940 319 1,473,136 1993/1994
1,025 615 1,798,782 1994/1995
1,025 561 1,130,348 1995/1996
561 461 838,582 1996
Total 4,212 2,001 5,368,091
III.3. La Central de Cooperativas de Cañete-Mala y la Caja Rural

A partir de 1992 la Central de Cooperativas del valle de Cañete inicia un programa de crédito
con fondos de Contravalor Perú-Canadá, CORDELIMA y la recursos de la banca comercial.
Los créditos eran entregados en insumos que eran distribuidos a través de una tienda
comercial manejada por la misma Central, donde los préstamos para algodón se recuperaban
en rama para que entre a ser procesada en su planta desmotadora. El crédito estaba dirigido
a parceleros cooperativistas, pero como al ampliar la cobertura del crédito le era imposible
distinguir, ex ante, los buenos de los malos clientes se solicitó como garantía los títulos de
tierras.

La Central otorgó crédito a parceleros de las cooperativas sin depurar a los deudores,
conformando una cartera pesada al poco tiempo de iniciado su programa (cuadro nº 5). Los
problemas de gestión y los ajustes necesarios en su manejo pudieron ser postergados una vez
que lograron constituir la Caja Rural en 1994. Esto porque como organizadores y principales
accionistas de la Caja Rual, tomaron control del directorio e intercedieron para recibir un
préstamo de $300,00010 que luego no pudo ser cancelado a tiempo.

La Caja Rural de Cañete (capital social de S/ 1.4 millones o US$ 500,000 ) es la única a nivel
nacional que tiene comprometido el 85% de sus préstamos a la agricultura. Comenzó
asignando el 80% de estos préstamos a parceleros, pero conforme fue creciendo su volumen
de colocaciones terminaron asignándoles sólo el 30%. Apostar gran parte de su cartera a un
número reducido de cultivos les ha generado una alta vulnerabilidad frente a los cambios
climáticos propiciados por el fenómeno del Niño11, convirtiéndose el fracaso de la
producción del último en una excusa para la no devolución de los préstamos anteriores. Esto
generó pérdida en el ejercicio anterior, ocasionando que la Superintendencia de banca y
Seguro la coloque en régimen de vigilancia.

Esta situación a llevado a la Central y a la Caja Rural a buscar ejecutar las garantías de los
préstamos que son las hipotecas de tierras. Como la Central es una institución conformada
por las cooperativas, ha desencadenado una serie de movilizaciones para impedir que
cualquiera de estas entidades proceda al remate de parcelas. Por lo pronto no parece haber
postores capaces de asumir los costos de tomar posesión de las pequeñas parcelas que buscan
ser vendidas.

10
A excepción del gerente, el presidente y todos los directores actuales de la Caja Rural han tenido cargos en
la Central de Cooperativas.
11
El algodón maduró fuera de tiempo al igual que los frutales, lo que diezmó la producción esperada.
III.4. Las otras fuentes de crédito

Los prestamistas informales no tienen ésta como su principal actividad, sino que son
comerciantes mayoristas de productos agrícolas o intermediarios de empresas
agroindustriales. Estos usan el crédito como un mecanismo para asegurarse un volumen para
su procesamiento respectivo, en los términos más favorables de precios. En el caso del
algodón la necesidad de crédito hace que estén dispuestos a pagar una tasa de interés cercana
a la cobrada por la Caja Rural, debiendo pagar a la cosecha con su producción valorada a
precio de mercado.

Existen varias alternativas de financiamiento para los parceleros es esta zona como resultado
del haber liberado el mercado de tierras y convertido la tierra en un colateral. Esto es así para
aquellos que producen bienes transables que pueden asegurar rentabilidad. Las garantías
hipotecarias que las desmotadoras o comerciante piden es para asegurar el cumplimiento del
contrato, pues ante las pérdidas constatadas de la última campaña estuvieron dispuestas a
realizar arrastres de saldos con los parceleros.

Desde hace dos años viene operando en la zona la Empresa CRITECNIA quien brinda
asesoría para gestionar créditos de la banca comercial. La mecánica consiste en formar
asociaciones de parceleros bajo la denominación de “empresa”, asentarla en base a los títulos
de propiedad de los productores y usar dichos títulos como garantía hipotecaria para asumir
préstamos de los bancos. Hasta ahora cuenta con tres “empresas” (cuadro nº 6), donde en
ningún caso los parceleros manejaban información de monto efectivo obtenido por el Banco
sino tan sólo del préstamo otorgado por CRITECNIA para cada uno. El interés de esta
empresa no solo radica en cobrar por sus asesoría, sino -y sobre todo- derivar parte del
préstamo bancario para financiar actividades propias. Mientras esta empresa realice buenos
negocios y tenga cubierto sus operaciones no habrá riesgos para los parceleros; pero en caso
de que CRITECNIA incumpla los pagos ante el Banco quienes afrontarán la deuda serán los
agricultores con sus tierras.

Un rubro aparte comprende a la ONG Valle Grande quien intermedia créditos con fondos de
las textileras que le encargan el acopio de algodón. Para canalizar el crédito trabaja con
grupos solidarios y exige como garantía la prenda agrícola, otorgando asistencia técnica y
supervisión de los créditos cobrando US$ 50 dólares por ha. de algodón.
Cuadro nº 6
Crédito de otras instituciones

CAJA RURAL

Préstamos a la agricultura
% respecto al total 85%
· Campaña 1995/1996 S/. 1980,000
· Campaña 1996/1997 S/. 5’790,000
· Campaña 1997/1998 S/. 9’400,000
Cobertura del crédito a pequeños productores
% de créditos a parceleros
· Campaña 1995/1996 80%
· Campaña 1996/1997 35%
· Campaña 1997/1998 30%
VALLE GRANDE
a) Programas de crédito
Nº de beneficiarios 380
Cultivos aviados Algodón, camote maíz
b) Programa de capacitación
Ganadería, apicultura,
Temas
fruticultura
CRITECNIA
Empresas formadas
a) Santa Bárbara 35
b) Santa Eulalia 60
c) Santo Tomás 48
Préstamos con garantía de prenda agrícola e hipoteca.
Capacitación y asistencia técnica pagadas
Fuente: Elaboración propia.
Cuadro nº 7
Crédito de Compañías desmotadoras

Nombre Productores aviados Contrato de crédito Garantía exigida Volumen acopiado


Nº Has. de Monto Interés mensual Plazo A. Técnica Otros Productores Productores Promedio
Total
algodón por ha en US$ soles US$ por ha pagos nuevos antiguos ha
quintales
% % quintales
1. La Paca 250 600 1,000 2 - 6 meses 60 75 hipoteca prenda Agric. 35 21,000

2. La Cañetana 450 546 1,200 2 - v/cosecha 70 80 hipoteca prenda Agric. 30 16,380

3. La Colca 360 700 1,100 2 - v/cosecha 75 50 hipoteca prenda Agric. 34 23,800

4. Insersa 240 430 900 2 - v/cosecha 65 65 hipoteca prenda Agric. 35 15,050

5. Agroind. Unidas No otorgó crédito en la última campaña. Fue intervenida por la SUNAT.

6. Agrotec No otorgó crédito en la última campaña. Importó algodón de Bolivia.

7. Central de Coop. 561 1,050 1,100 2 - v/cosecha 55 80 hipoteca prenda Agric. 35 36,750

Total 1,861 3,326 5,300 112,980


Fuente: Elaboración propia.
Cuadro nº 8
Mayoristas habilitadores de crédito

Nombre Clientes habilitados Lugar Condiciones del contrato

Nº de Monto Volumen donde


Productos Garantía Plazo Forma de pago
clientes por ha adquirido opera

Hipoteca Hasta la En producto a


1. Elías Alcalá 135 Algodón $ 1,000 4,725 quintales Cañete
de tierras cosecha precio de mercado

Hipoteca Hasta la En producto a


2. Jorge Solís 90 Algodón $ 950 4,500 quintales Quilmana
de tierras cosecha precio de mercado

No hubo Prenda Hasta la En producto a


3. Celestino Yactayo 60 Cítricos $ 600 Cañete
producción agrícola cosecha precio de mercado
Fuente: Elaboración propia.
IV. Pequeños productores de café en la selva: Las Cooperativas
del valle de Tambopata
Esta es una zona de colonización ubicado en el departamento de Puno, en la región suroriental
que limita con Bolivia, estando el valle ubicado entre los 500 y 1400 m.s.n.m. Se accede
desde el altiplano peruano, siendo la distancia de Juliaca -en el altiplano- a San Juan del Oro
-primer poblado importante de este valle- de 365 Kms., la que se recorre en más de 18 horas
por la precariedad de las carreteras. El cultivo de café estuvo en la base de la ocupación del
Valle en la década del 30, estableciéndose los colonos en una zona donde no había ninguna
estructura formal de propiedad de la tierra, carecía de servicios públicos y de acceso
carrozable; además de que los costos iniciales de colonización recayeron enteramente en las
familias del altiplano.

La carretera a San Juan del Oro llega en 1966, y varios años después hasta el poblado de
Putinapunku que se encuentra a 120 Kmts. adentro del valle. Entre los años de 1961 y 1970
se formaron las Cooperativas que existen actualmente, los cuales en conjunto engloban poco
más de 2,600 pequeños productores (cuadro nº 9). El tamaño promedio de finca es de 10 has.,
de las cuales 2.34 has. se encuentra con plantas de café en producción (Cavassa, 1997). Se
calcula que estos productores poseen en conjunto 26,000 has., estando 9,400 has. en cultivo;
de las tierras en cultivo el 65% corresponde a café.

Cuadro nº 9
Fecha de creación de las Cooperativas y número actual de socios
Cooperativas Socios Inscritos para entregas de Total
activos entregas
cade café
San Juan del Oro 920 680 1,600
Charuyo 492 608 1,100
San Jorge 492 708 1,200
San Ignacio 450 550 1,000
Unión Azata 200 150 350
APC San Benigno 30 20 50
San Isidro 43 12 55
Total 2,627 2,728 5,355

Fuente: CECOVASA / San Juan del Oro.


1/ No tienen los derechos ni las obligaciones de los socios, sólo demandan los servicios de comercialización.
Cuadro nº 10
Estructura organizativa, personal y servicios que prestan las cooperativas

Cooperativas afiliadas a CECOVASA


San Juan
del Oro Charu- San San Unión San San
yo Jorge Ignacio Azata Isidro Benigno
1. Comercialización: - - - - - -
- N° Centros de acopio 11 7 7 4 4 2 2

2. Servicios - - -
- N° Tiendas de Consumo 4 2 2 1 - - -
- N° de Grifos - 1 1 - - - -
- N° de Camiones 2 2 2 1 - - -
3. Dpto. de Ahorro si - si - - - -
Fuente: CECOVASA / San Juan del Oro.

IV.1. La Cooperativa San Juan del Oro

Es la cooperativa más grande y cuenta con 920 socios activos, a la vez que tiene registrado
otros 680 productores que pagan por el servicio de comercialización de su producción.
Cuenta con oficina y almacén en Juliaca y San Juan del Oro, las que se encuentran
comunicadas por radio y están al día en el comportamiento de los precios internacionales del
café.

El acopio de café lo realiza a través de 11 diferentes puntos a los largo del valle, lugares
donde tienes almacenes y pequeñas oficinas a donde los productores realizan las entrega del
producto que luego será transportado primero a Juliaca y luego a Lima. Una vez en Lima la
cooperativa contrata los servicios de almacenaje, pilado, selección y embalaje, para luego
proceder a exportar a través de los contactos comerciales que mantiene con brokers y
funcionarios de Centrales cafetaleras. Esta cooperativa exportó 13,000 y 15,000 sacos (de 46
kilos), que representaba 1.3 y 1.4 millones de dólares, en los años de 1996 y 1997
respectivamente.

Pese al movimiento económico que tienen como empresa no puede acceder a la banca
comercial, pues diez años de cliente cumplidor con el liquidado el Banco Agrario y haber
terminado sin tener deudas condonadas, no representa parte de las garantías exigidas. El
respaldo de sus bienes (vehículos y propiedades inmuebles en el valle y en Juliaca) no es
aceptado, ya que la enorme distancia al centro de producción, no contar con oficina en Lima
y tener una extructura de propiedad de cooperativa es suficiente para considerarlo un cliente
altamente riesgoso.

Contar con un fondo para entregar adelantos contra la entrega de café es muy importante por
la competencia que se genera entre cooperativas y con los comerciantes locales12. Para
financiar las primeras entregas la cooperativa usa el excedente del ejercicio y complementa
sus fondos con captaciones en ahorro13 que realiza a los mismos socios; conforme tiene un
volumen comercializable, lo transporta a Lima y con la garantía del café solicita
financiamiento a los brokers. Ese nuevo fondo le permite seguir adelantando por nuevas
entregas y este ejercicio vuelve a repetirse durante toda la campaña. Pero no tener
financiamiento le perjudica en los momento punta del acopio, pues entra en periodos de
escasa liquidez que le fuerzan a recibir menos café del que podrían captar si fueran sujetos
de crédito.

IV.2. La Central de Cooperativas CECOVASA

El resto de las cooperativas transportan el café a Juliaca para entregarlo a la Planta de


procesamiento de la Central CECOVASA, quien se encarga a través de su oficina comercial
de Lima de realizar las exportaciones. Esta Central cuenta con un fondo para otorgar
préstamos a las cooperativas, formado por una transferencia recibida de la ex-Junta Nacional
de Café14 y complementado por préstamos que reciben de la banca comercial. Contar con su
Planta, oficina comercial en Lima y mantener un volumen de exportaciones cercanas a los 4
millones de dólares la vuelven sujeta de crédito.

La CECOVASA desde 1993 viene intentando conformar una Caja Rural en la zona. Durante
1996 y parte de 1997 implementó la oficina central y pagó personal durante un año.
Financiaron el estudio y en 1996 acordaron que su fondo de préstamo a las cooperativas iba
a ser utilizado para adquirir las acciones con las que se conformaría el capital social de la
Caja Rural. Las demoras en la Superintendencia de Banca y Seguros, ocasionó que las

12
El financiamiento es para el pago de los adelantos de acuerdo a un precio de referencia fijado para el acopio, precio que
puede diferir entre las mismas cooperativas; los comerciantes por su parte fijan el precio de compra del café por encima
para atraer vendedores. Los precios de acopio funcionan como un precio mínimo; una vez terminada la campaña, la
cooperativa realiza la liquidación a cada productor tomando en cuenta el precio promedio de las exportaciones realizadas.
13
Por estos ahorros se pagó un interés de 1% mensual en mes normal y de 2% mensual en los meses de mayor nivel de
acopio. En los meses de julio y agosto llegaron a tener unos $ 70,000 en depósitos.
14
Cuando se eliminó e 1992 el gravamen al café que iba a la Junta Nacional de Café, los fondos que tenía
acumulado fueron entregados a cada una de las seis centrales de cooperativas cafetaleras.
cooperativas presionaran por liquidez llevando a quedarse sin capital de constitución. En este
momento se encuentra dicho proyecto estancado y la oficina dejó de funcionar.

La posibilidad de operar con una instancia especializada en el procesamiento y la exportación


otorga ventajas que tiene que ver con la reducción del nivel de incertidumbre en las ventas y
los riesgos propios de la comercialización, el ahorro en fletes al transportar café procesado y
tener economías en el manejo de la información de mercado15. A esto se podría agregar la
mayor capacidad de endeudamiento que tiene CECOVASA frente a los bancos, el manejo de
un fondo para financiar los adelantos otorgados para el acopio y la posibilidad de negociar
sobre la base de mayores volúmenes de venta.

IV.3. La operatividad del sistema de cooperativas

Las cooperativas proveen el soporte para el mercado local de café, facilitando la información
de mercado y la infraestructura física e institucional para que opere en un ambiente
competitivo. Lo que se busca analizar a continuación es qué tanto estas cooperativas se
acercan a un funcionamiento eficiente sujeto a las condiciones de aislamiento (difícil acceso
vial, carencia de bienes públicos) en que está sumido esta zona.

IV.3.1. Otorga liquidez al mercado16

La posibilidad de predicción del valor de mercado del café -que no tiene que ver con las
fluctuaciones que puede sufrir el precio internacional- permite que los productores puedan
tener certeza de su precio. Para esto las cooperativas están conectadas a través de un sistema
de radio y reciben información diaria del movimiento de precios en las Bolsas de Valores de
New York y Londres. En base a esta información las cooperativas fijan los precios locales
del café, y convierten el café en un producto de tanta aceptación como el dinero en la zona.

La facilidad de hacer efectivo el valor de mercado del café está relacionado con la red de
comercialización de este producto. La dispersión de los productores, el difícil acceso a las
chacras y la dificultad del transporte hizo que las cooperativas buscaran acercar los centros
de acopio lo más posible a las chacras17. Las cooperativas cuentan con una red de acopio de
café verde así como de la infraestructura -física y administrativa- montada para trasladar el
producto hasta los centros de embarque y su posterior exportación.

15
Entrevista al Presidente de Charuyo, Sr. Pablo Cañasacca.
16
Implica dos aspectos fundamentales: la certeza de su precio, y la comercialización esperada.
17
El tiempo invertido en el traslado del café de cada saco de café a los centros de acopio puede demorar entre 4 a 13 horas
dependiendo de la ubicación de las chacras.
Al operar un sistema de cooperativas se reduce las sucesivas transacciones que se daban en
los diferentes canales del sistema de comercialización del café en grano, y se sustituye por el
traspaso del producto entre dependencias sobre las que tienen injerencia los productores.
Debe quedar claro que las cooperativas venden el café por encargo de los productores, lo que
implica que no se está realizando ninguna transacción comercial en el acopio.

IV.3.2. Condiciones ordenadas de mercado18

La búsqueda de eficiencia esta garantizada por la existencia de varias cooperativas que


compiten entre sí por brindar buenos servicios a los productores que entregan su producción
de café. Dicha competencia evita el cobro de altos precios por los servicios que brindan las
cooperativas, a la vez. que les lleva a minimizar en los costos de acopio. A los productores
no les interesa una cooperativa en particular sino los servicios que ésta pueda brindarles19
(proximidad al lugar de acopio, víveres al crédito, adelantos de dinero contra entrega de café,
asistencia en caso de emergencias, etc.) y que los autogravámenes que se fijen no sean
onerosos. En cuadro No 2 puede dar una idea de los servicios diferenciados que prestan las
diferentes cooperativas.

IV.3.3. La calidad de la organización20

Una muestra de la eficiencia del sistema cooperativo es que los mismos comerciantes locales
de café21, pese a tener la capacidad de transportar el café a Lima para venderlo, prefieren
pagar los servicios de las cooperativas para que les comercialicen el café. Esta situación no
siempre fue así, en los primeros años de la década del 70 las cooperativas comercializaban
sólo el 65% del café mientras que en la actualidad acopian y comercializan el 90%.

El funcionamiento de las cooperativas es financiado con los aportes de los socios, a quienes
se aplica dos tipos de gravamen:

18 Un mercado ordenado permite: a) que el precio de transacción este fijado claramente dentro de las funciones de oferta
y/o demanda de mercado; b) que haya información accesible y que ninguna de las partes tenga poder para imponer
condiciones.
19
Estos socios que están inscritos en más de una cooperativa (sea de manera directa o a través de miembros de su familia),
son muy sensibles a las denuncias por malversación de fondos, a la mala administración de los servicios y a la imposición
de gravámenes por deudas contraídas que no hayan sido aprobados en Asamblea General. La posibilidad de hacer valer su
censura a través del cambio hacia otra cooperativa ha llevado a una cooperativa al borde de la desaparición y que la mayoría
se cuide de no caer en situaciones de este tipo.
20
Se refiere directamente a la eficiencia operativa de las instituciones que operan.
21 Estos de esta manera ganan el diferencial que existe entre el precio pagado por quintal y el precio final neto que la
cooperativa les cancela luego de realizado las exportaciones. En este caso se produce transacción de venta entre el
comerciante y el productor, pero entre este socio-comerciante y la cooperativa no se realiza transacción comercial pues ésta
le presta el servicio de venderle el café por encargo al igual que hace con el resto de los productores.
• el primero, para cubrir los gastos operativos de la cooperativa y el conjunto de servicios
(procesamiento, permisos, etc.) recibidos hasta la puesta del café en el puerto;
• el segundo, para las inversiones programadas por las cooperativas como un préstamo de
sus socios, el que debe ser devuelto al retiro del socio o a solicitud suya previa sustentación
de motivos ante la asamblea.

Todas estas cooperativas apoyan a los socios con préstamos de las tiendas de consumo,
préstamos de dinero para emergencias e incluso en casos de desgracias (incendios,
fallecimiento, etc.) entrega monto en donación. Fuera de esto las cooperativas contribuyen
apoyando con sus recursos acciones locales como la refacción de las carreteras o nuevas rutas
de penetración. Son los interlocutores ante instituciones privadas y estatales que tienen
acciones en el Valle o que buscan entrar con programas de promoción al desarrollo.

IV.4. Las transacciones de crédito

Los préstamos de dinero son comunes y se realiza entre las personas que viven en el valle
(cuadros 11 y 12). Los préstamos sobre todo los otorgan aquellos productores o comerciantes
que buscan comprar café, aunque también es común prestarse entre parientes y vecinos. La
oferta para estos pequeños créditos proviene principalmente de la zona, y en muy raro caso
de Juliaca o Sandia. Esto querría decir que entre personas cercanas se realizan diferentes
transacciones que tienen que ver con pequeñas compras o ventas de café, otorgar o recibir
créditos, ayudarse en los trabajos de la chacra, etc.

La cooperativa fuera del adelanto que otorga contra la entrega de café, concede préstamos a
sus socios. Esto es lo que se traduce en el cuadro nº 11 donde se ve que la tercera parte de los
encuestados recibieron crédito de la cooperativa; además que las tres cuartas de los que
recibieron préstamos los obtuvieron de las cooperativas.
Cuadro nº 11
Préstamos recibidos por productores cafetaleros

Total de encuestados 230


Personas que recibieron préstamos 99
Quién es el prestamista:
• amigo/compadre/pariente 15
• tendero/ comerciante 10
• cooperativa 74
Dónde vive el prestamista:
• mercado/plaza 2
• zona/sector 24
• cooperativa 73
Motivo del préstamo:
• cargo/deuda 2
• deshierbe/ cosecha/roce 48
• salud/ compras/gastos/viaje 49
Fuente: Encuesta realizada en Nov 1997 por Conservación Internacional.

Cuadro nº 12
Préstamos entregados por productores cafetaleros

Total de encuestados 230


Personas que otorgaron préstamos 47
Quien es el prestatario:
• agricultor/caficultor/pariente/ socio/peón 41
• comerciante 6
De dónde vive el prestatario:
• zona/sector 43
• Juliaca/Sandia 5
Actividad del prestatario:
• caficultor/agricultor 40
• comercio 5
• estudiante/obrero 2
Motivo del préstamo otorgado:
• salud/ gastos/ viaje/construcción 28
• auto/ganado/ negocio/asociación 4
• cultivo café/deshierbe 6
Fuente: Encuesta realizada en Nov 1997 por Conservación Internacional.
V. Los productores comuneros de la sierra: las comunidades
campesinas en Huaraz, región Chavín
V.1. importancia de las comunidades campesinas a nivel nacional

La principal forma de organización agraria son las comunidades campesinas. Según el Censo
Agropecuario realizado en 1994 se registraron 5,680 comunidades campesinas, las que en
conjunto albergan al 17% de la población nacional (3’800,000 personas) y tienen bajo su
control 18 millones de Has. de tierras22. Las bajas productividades que mantienen hacen que
su contribución al PBI sea sólo del 4%, participando de un 4% a 5% del Ingreso Nacional
como consecuencia de que son muy pobres (Gonzales de Olarte, 1994).

Entre las factores que explican la exclusión de este amplio sector de la dinámica nacional
está el hecho que los productos campesinos resultaron siendo caros en la medida que se
incorporaba la oferta agropecuaria externa. El proceso de crecimiento urbano localizado
básicamente en Lima y la costa los obliga a acceder a estos mercados a través de costos de
transporte en relación directa con las distancias23.

V.2. Las comunidades campesinas de Huaraz

Se encuentran dentro de la región Chavín, considerada una de las regiones donde predomina
la pequeña producción campesina comunera. Se puede decir que los cambios en la estructura
agraria no llegaron a revertir el carácter marginal y atrasado de la población de las
comunidades. A esto contribuyó el estatus legal especial en la que se encuentra hasta ahora -
sus recursos eran inembargables e inalienables-, no pudiendo beneficiarse de ser una de las
potenciales zonas abastecedoras de alimentos a Lima ya que la creciente demanda de
alimentos se resuelve vía aumento de las importaciones o ampliando la frontera agrícola en
la costa.

Dentro de esta forma de organización se encuentran 172 comunidades, las cuales representan
una población de 240,000 personas que controlan 945,000 has. de tierras. Las familias que
viven dentro de territorios que pertenecen a cada Comunidad cuentan con posesión y
usufructo privado de tierras, ganado y parte de los pastizales, de manera que la producción
familiar se organiza sobre la base de un acervo de recursos familiares y bienes comunales.

22 Comprende terrenos de vivienda (construidos y sin construir), tierras de cultivo, bosques, pastizales, praderas y terreno
rocosos.
23 A su vez, las políticas económicas estatales tendieron a favorecerlas menos o a desfavorecerlas en el pasado porque: a)

las políticas de precios combinada con subsidios estaban diseñadas para abaratar los precios urbanos; b) el crédito agrario
privilegió a las empresas, efectuando reducidos créditos a las comunidades; c) fueron muy poco favorecidos por las
inversiones del Estado, limitándose la inversión a su capacidad de ahorro. Para profundizar en este tema ver Gonzales de
Olarte, E. (1994). En las fronteras del mercado. IEP, Lima.
La comunidad no les inhibe de actuar en los mercados, sino que por lo contrario, permite que
puedan ampliar su producción con fines comerciales al internalizar los costos que surgen de
derechos de propiedad imperfectos y de múltiples externalidades en la producción resultado
de practicar una agricultura de campo abierto24.

Las comunidades a través de sus juntas directivas asumen las tareas de gestionar obras
públicas como electrificación, agua potable, locales educativos y otras ante oficinas del
gobierno, ONGs y/o proyectos especiales, debiendo por lo general comprometerse en aportar
con mano de obra y materiales de la zona. Conforme fue creciendo la población, la
comunidad se dividió en agrupaciones poblacionales que conformaron juntas sectoriales para
que sean las encargadas de gestionar el financiamiento de obras específicas para su sector.
Para sus gastos operativos y realizar pequeñas inversiones las comunidades cuentan por lo
general con tierras de cultivo y/o rebaños asociativos. Son muy pocas las que cuentan en esta
zona con maquinaria, vehículos y equipo agropecuario para ser utilizados por la comunidad
y brindar servicios a los comuneros.

A continuación tomaremos como caso la comunidad que cuenta con mayores recursos
comunales comprometidos en la producción asociativa que es la comunidad de Cataq. Esta
cuenta con un capital patrimonial de 800,000 dólares, sin contar la propiedad de la tierra, lo
que le daría la posibilidad de ser sujeta de crédito tanto para actividades asociativas como
para canalizar recursos a las familias.

V.3. El caso de la Comunidad de Cataq en Huaraz

Esta comunidad tiene concentrada su población en parte del poblado de Cataq, capital del
distrito del mismo nombre; se trata de una comunidad que ha llegado a la categoría de distrito.
Está conformada por 484 familias (el poblado tiene 650 familias), siendo el área bajo control
de la comunidad de alrededor de 55,000 hectáreas conformado en gran parte por pastos
naturales25, ubicados a una altura que va de 3,500 a los 4,000 m.s.n.m. Está ubicada a 36
kilómetros de Huaraz, en plena autopista asfaltada de la carretera Lima-Huaraz.

Es una de las pocas comunidades que cuenta con actividades productivas asociativas que las
conducen empresarialmente (cuadro nº 12 ), aunque esta conducción sea bastante limitada
pues la administración recae en la junta directiva comunal como un cargo no rentado. Esto

24 Ver Kervyn, B. (1989). “Campesinos y acción colectiva: la organización del espacio en comunidades de la sierra del
Perú”. En: Revista Andina nº 13, Cusco.
25 La junta directiva no conoce la extensión exacta pues sus títulos están por regularizar y han estado problemas con el

área reservada del Parque Natural del Huascarán.


les genera muchos problemas al interior, siendo uno de ellos derivado del hecho que los
comuneros empleados ganan más que los directivos; los empleados en algunos casos actúan
como propietarios (pues todos tienen categoría de socios) no aceptando niveles de autoridad,
mientras que en otros casos actúan como trabajadores exigiendo mejores condiciones
laborales. Otro problema serio que enfrentan es la falta de mecanismos efectivos de control
al personal, por lo que constantemente saltan denuncias de malversación o corrupción de
directivos y/o trabajadores.

Estos problemas no permite acumular a la empresa, no solo por lo que deja de ganar, sino
porque el excedente de actividades como la pecuaria donde tiene ventajas comparativas se
diluye cubriendo las pérdidas de otras actividades. Lo más grave de esta empresa es que no
lleva una contabilidad por cada dependencia, por tanto no se puede saber que actividad le
reportó pérdida o ganancia. Los comuneros están al tanto del resultado general, donde las
fluctuaciones pueden ser bastante bruscas sin poder determinar de donde provienen los
problemas. Durante el ejercicio 1996 reportaron una utilidad de S/ 200,000, cayendo esta
utilidad a S/ 50,000 en el ejercicio 1997.

Estas fluctuaciones llevan a cambios en las juntas directivas, donde es usual que no
completen su periodo de dos años sino que se produzca una revocatoria al cargo y nueva
elección. Esta comunidad trabaja con la banca comercial donde tiene depósitos de ahorro y
cuanta corriente, pero la inestabilidad institucional de este tipo de organización hace que no
pueda ser considerada sujeto de crédito ni siquiera por la Caja Rural que funciona en Huaraz.
Por más que pueda poner alguno de sus bienes en hipoteca, no hay seguridad que ante los
constantes cambios una nueva junta directiva quiera desconocer los términos del contrato.

Donde funciona bastante bien esta comunidad es en la cobertura social que brinda a sus
miembros, a la vez que permite la coordinación entre las familias para el uso de los recursos
agropecuarios. Estas y otras actividades que incluyen ayuda social a familias que enfrentan
problemas puede verse esquematizada en el cuadro nº 13.

Las familias que conforman la comunidad, por su parte, tienen una demanda bastante débil
de crédito agrario. La razón es que cada familia tiene un portafolio de cultivos (papa, olluco,
habas, cereales, etc.) que en conjunto suma entre dos a tres hectáreas, siendo posible de
financiar complementando recursos propios con formas de ayuda mutua. La escasa
rentabilidad dado la tecnología que manejan hace que, incluso en caso de poder acceder a
crédito, no lo demanden para actividades agrícolas. El mismo análisis puede realizarse para
los pequeños hatos pecuarios que van de 2 a 3 cabezas de vacuno, y entre 20 a 80 ovinos que
posee una familia.

Lo anterior no quiere decir que no tengan actividades rentables, sino que éstas se encuentran
en las actividades de comercio y servicios que han comenzado a crecer junto con poblado al
que están integrados. La cercanía al Parque Natural del Huascarán hace que se eslabonen
muchos servicios derivados del turismo que son provistos por las familias de Cataq como
restaurantes, hostales, comercio de carne, madera, etc. En este sentido existe una demanda
potencial de créditos de libre disponibilidad.

V.4. La Caja Rural

La Caja Rural de Chavín con sede en Huaraz, en cuyo grupo objetivo están los productores
agrarios, no brinda servicios financieros a las comunidades campesinas. Incluso para esta
institución financiera que cuenta con un capital social de 2.1 millones de soles (725,000
dólares), las familias comuneras representan un mercado pequeño porque:
• son productores dispersos con una organización no funciona para la intermediación del
crédito
• las familias que demandan servicios financieros son comparativamente pocas
• los depósitos y de los préstamos son de poco monto.

Esta Caja coloca el 50% de los préstamos en la agricultura (6.5 millones de 13 millones de
soles); estos créditos en su conjunto fueron destinados a pequeños y medianos agricultores
de costal pese a estar ubicado en una de las regiones donde predomina la agricultura serrana.
El resto de los fondos sirven para financiar actividades comerciales y de servicios de
pequeñas empresas urbanas.
Cuadro nº 12
Actividades empresariales asociativas de la comunidad campesina de Cataq

1. Producción pecuaria: Stock (cabezas) Producción


• Alpacas 560 alpacas 880 libras de fibra/año
29,000 libras de lana/año
• Ovinos 7,700 mejorado “corridalle”
700 cabezas para saca
• Vacuno 167 ganado cruzado 20,000 litros de leche/año
50 toretes venta en pié
2. Pastizales asociativos Naturales Mejorados
5,000 has. para alpacas 15 has. para vacunos
20,000 has. para ovino/vacuno
3. Forestación Bosques Reforestación
800 has./200,000 árboles 100,000 plantas en 1997
100% eucalipto 80% eucalipto/20% pino
4. Cultivos agrícolas Extensión Producción
5 has de papa 20,000 kilos de papa
2 has de cebada 200 kilos de cebada
1 ha de avena 900 kilos de avena
5 has en descanso
5. Taller textil Equipo Producción
10 telares frazadas, mantas, chalinas a
1 artesano pedido
6. Piscicultura Equipo Siembra/producción
jaulas flotantes 20,000 alevinos hace 1.5 años
5 corrales (postes/con mallas) 4,000 truchas
1 bote a remo
7. Grifería para venta de Equipo Ventas
combustible 2 camiones cisterna Sin información
2 máquinas expendidoras de
gasolina
implementos varios
8. Tienda de insumos Stock Ventas
productos pesticidas por
Sin información
S/ 50,000.=
9. Servicio de tractoreo Maquinaria Horas trabajadas
2 tractores agrícolas de 1989 Sin información
10. Restaurant Equipo Ingresos
local construido 120 m2 Entregado en concesión anual
implementos de cocina
por S/ 800.=
muebles
Cuadro nº 13
Actividades de servicio a las familias de la comunidad campesina de Cataq

Función Recursos

1. Comité de chacras Parcelar tierras a nuevos 300 has. cultivables que están
comuneros como pastos
2. Comité de pastos Administrar pastizales 30,000 has de pastizales
permanentes asignado a las
familias
Se asignan jefes de manadas que
son responsable que los animales
no causen daños a terrenos
agrícola
3. Comité de regantes Administrar el abastecimiento de 50,000 has de pastizales con
agua. riego
Responsabilidad de estar 1,000 has. agrícolas
enterado de los cambios en el No hay cobros por uso del agua
proyecto de ley de aguas.
De reciente creación, a raíz que
una empresa hidroeléctrica les
quiso quitar parte de los derechos
de uso de agua.
4. Comité de saneamiento Realizar la titulación integral de Tienen que inversión en la
territorial la comunidad realización del plano catastral
5. Comité de Asistencia Social Apoyo a las familias en caso de Recibe el 10% del resultado del
enfermedad, muerte o accidentes ejercicio económico del año
anterior
En caso de muerte entregan a la
familia 5 ovinos y el equivalente
monetario de 160 kilos de carne
vacuno.
VI. Conclusiones

En el corto y mediano plazo las condiciones macroeconómicas que determinan la rentabilidad


de la pequeña agricultura no van a variar tanto como para presenciar cambios radicales en el
acceso de los pequeños productores al financiamiento de la banca comercial. En el mejor
escenario serán las zonas productoras de bienes transables cuyos precios están ligados a los
precios internacionales, y que pueden entregar la tierra como colateral, son las que tendrán
mayor acceso individual al crédito. Este es el caso de Cañete y de muchos otros valles de la
costa, que han visto que sus fuentes de crédito se han diversificado. Si en la década del 80
recibían crédito principalmente del Banco Agrario, hoy reciben crédito de la banca comercial
a través de asociaciones de productores, crédito de la Caja Rural y crédito de los comerciantes
o empresas industriales.

Pero para acceder al crédito no sólo basta contar con un producto transable que sea rentable
como es el caso de café. Los pequeños productores de café de selva, por estar ubicados en
zonas alejadas y de difícil acceso vial tienen otras trabas derivados de factores como la
ausencia de garantías reales y de historial crediticio, la inadecuación de la tecnología
crediticia para llegar a ellos y el alto costo de otorgar pequeños créditos. Para estos la única
forma de acceder a créditos y otro tipo de servicios financieros (ventas a futuro, garantías
bancarias, arriendos financieros, etc.) seguirá siendo a través de sus organizaciones agrarias.

Para los productores de selva, estar afiliados a las cooperativas no solo les permite tener
acceso a servicios financieros sino que están en relacionadas con procesos de integración
vertical, la innovación tecnológica, la generación y acumulación local, el mejoramiento de la
red de comercialización, la transparencia del mercado local, la conservación de los recursos
naturales y la provisión de bienes públicos. El funcionamiento de las cooperativas en la zona
estudiada tuvo como efecto inmediato que los precios comenzaran a fijarse de manera
impersonal y ya no sujetos a controles ejercidos por los comerciantes. Centralizar la
producción permitió organizarse para controlar las siguientes etapas de la comercialización
a través de la formación de la Central de Cooperativas, participando en los excedentes
generados en las siguientes etapas de comercialización. A su vez permitió a los productores
acceder a un sistema de información de precios y mercados para mejorar la capacidad
negociadora y reducir sus costos de transacción individuales26.

26
Las experiencias exitosas de las cooperativas no deben sorprendernos pues contrariamente a lo que muchos
pensarían su papel es importante y creciente incluso en los países con sólidas economías de mercado. La
participación de las cooperativas en el mercado de alimentos en EE.UU. ha crecido de un 20% en la década del 50 a un 30%
en la actualidad, habiéndose dado una mayor integración vertical de éstas hacia adelante y hacia atrás, aunque vale decir
Los que seguirán siendo excluidos del financiamiento agrícola serán los campesinos
comuneros pues las múltiples actividades que desarrollan no tienen cabida como un segmento
de mercado. Cuanto más pequeño es un productor y menor sea el valor de sus tierras, menor
será la demanda que tenga por crédito dirigido en base a uno o pocos productos. A esto se
debe que incluso en comunidades con capacidad de presentar garantías ante la banca
comercial o las Cajas Rurales para agenciar créditos para las familias no lo demanden . La
comunidad de Cataq es un muestra de lo anterior, pero también de la poca credibilidad que
tienen este tipo de organización en la negociación de créditos dentro del sistema financiero
formal.

Tomando en cuenta que el crédito y las oportunidad de depositar no crea alternativas de


inversión, sino que permite aprovechar las oportunidades de inversión que se tiene y poder
administrar más eficientemente el flujo de efectivo. Una propuesta atractiva para las
comunidades campesinas son los programas de crédito de libre disponibilidad que vienen
siendo implementados por las ONGs27 en algunas zonas de la sierra. Estas experiencias son
exitosas pues las actividades rentables son muy variables y dependen de cierta
especialización fuera de la agricultura (herrería, carpintería, comercio, artesanía, etc.).

que dicho aumento está acompañado por un menor número de cooperativas. Ver: Sexton, R. (1986). Cooperativas and the
forces shaping agricultural marketing. En: American Journal of Agricultural Economics, vol. 68, no 5.
27
El caso de IFOCC en Cusco es una de las más significativas. Ver esta experiencia en Alvarado (1997).
VII. Bibliografía
Alvarado, J. (1997). El financiamiento rural peruano: experiencias y propuestas para la
constitución de un sistema formal. Documento del CEPES, Lima.
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Portocarrero, F. Retos y posibilidades para el desarrollo de las microfinanzas en el Perú. Luso
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Valdivia, M.; Silva, J.P. (1997). Acceso al crédito en las economías rurales: Diferencias entre
el sector formal e informal. En: Perú. El Problema Agrario en Debate, SEPIA VI. Lima.

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