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CONTROL DE LECTURA VIGILANCIA DE SI MISMO

NOMBRE Y APELLIDO: Edna Ximena Gutiérrez Guevara

FECHA: 04 de mayo de 2018 ASIGNATURA: Ministerio Practico

TITULO DEL LIBRO: Discurso A Mis Estudiantes AUTOR: Charles Spurgeon

EDITORIAL: Ed. Casa Bautista de publicaciones PAGINAS LEIDAS: 5-33

EVALUACIÓN

1. He Hallado Esta Obra: Difícil ____ Facil ____Interesante __X__.

2. Me Ha Parecido De Mucho __X__ Poco ______Valor Práctico.

3. Las Siguientes Partes Fueron De Beneficio Especial Y Por Qué.

• El recurso humano como instrumento divino debe ser cuidado, al igual que los instrumentos de

trabajo. A respecto Spurgeon dice: “Nosotros somos, en cierto sentido, nuestros propios

instrumentos, y de consiguiente, debemos conservarnos en buen estado”, En este sentido se

comprende que somos nosotros mismos los encargados de cuidar de nuestro templo y de todas

las áreas que nos rodean.

• Esta en nuestras manos el cuidado personal de las áreas espirituales, cuidar nuestra integridad

y ser unos administradores fidedignos, para tener como galardón los misterios de Dios. (1

Corintios 4:1-2).

• Uno de Principales Cuidados Debe Ser el que Nosotros Mismos Seamos Salvos: lo que

Spurgeon expuso frente al nuevo nacimiento del ministro tiene todo que ver ya que una persona

que anuncia o predica el evangelio, la salvación debe tener la certeza de ser llamado primero a

santidad a ser apartado para Dios, vivir el nuevo nacimiento y asegurase del mismo. Spurgeon
dice: Sea cual fuere el "llamamiento" que alguien pretenda haber recibido, si no ha sido llamado

a la santidad, puede asegurarse que no lo ha sido al ministerio.

• Spurgeon refiere: “¡Cuán horrible es ser predicador del Evangelio y no estar sin embargo

convertido! Que cada uno se diga en secreto desde lo más recóndito de su alma: "¡Qué cosa tan

terrible será para mí el vivir ignorante del poder de la verdad que me estoy preparando a

proclamar!": Un pastor destituido de gracia es semejante a un ciego elegido para dar clase de

óptica, estando él sumergido en la más profunda oscuridad”. Cuan terrible es para el ministro

emprender un llamado sin estar convertido, con la seguridad en su espíritu que Cristo lo

redimido del pecado y que en su espíritu sabe que ha sido justificado por Gracia, uno que es

llamado sin esta certeza propia su fin será errar en el camino y hacer errar a otros sin el respaldo

del Espíritu como pretendemos ganar almas para el Reino.

• Perder la personalidad en el arrepentimiento y en la fe, es, por cierto, perder mucho. "Nadie,"

dice John Owen, "predica su sermón bien a otros, si no se lo predica primero a su propio

corazón.", como pastores y ministros no podemos enfriar nuestro corazón a la voz de Dios,

jamás podremos tocar vidas si primero no dejamos que Dios toque la nuestra por medio de su

palabra, si queremos que las personas atesoren y vivan la palabra que le impartimos, primero

debo atesorarla y hacerla una realidad en mi de esta forma los receptores comprenderán porque

esa palabra es verdadera.

• “La vida del predicador debe ser un imán que atraiga los hombres a Cristo, y es cosa triste a la

verdad, que los mantenga separados de él.” Cuando Spurgeon hacia referencia a esto pude

comprender perfectamente a lo que manifestaba, ya que es una realidad en el cuerpo de Cristo

y no solo con los predicadores sino en general cada uno de nosotros debemos vivir de tal manera

que seamos un testimonio vivo que atraiga a multitudes para Cristo, pero por algunas razones
o motivaciones que permitimos en nuestro corazón lo único que hacemos es dar al mundo un

testimonio de vida nada agradable y decepcionante.

4. En Que Aspectos No Está De Acuerdo Con El Autor Y Por Que

No se hallaron observaciones

5. Que Partes Del Contenido No Entendí

Algunas palabras, no estaban dentro de mi conocimiento, por tanto, se añadieron al glosario, por

otra parte, el resto del texto no hubo dificultades para comprender.

6. De Qué Manera Me Ayudo El Libro Para Alcanzar Los Propósitos Del Curso

• Es una sutil herramienta para conocer muchas áreas del ministro, fortalecerlas y tener claridad

de ellas, para así llevar una buena y segura administración.

• Considero que como ministros en formación es vital comprender las responsabilidades que

tenemos y al mismo tiempo que tipo de hombres y mujeres (llamados) somos.

• Abre el corazón para cuestionarse, evaluando no solo la vida cotidiana que llevamos, sino que

adicionalmente la que tiene que ver con alguien a quien Dios llamó y al mismo tiempo

asegurarse de ese llamado, esto no es para cobardes y perezosos, el llamado va mas allá del

decir “Dios me llamo”.

7. Glosario De Palabras Nuevas O Para Reforzar

• Amolar: La Real Academia Española da como su definición “sacar corte o punta a un arma o

instrumento en la muela”, “adelgazar, enflaquecer”.

• Preceptúa: Mandar una persona u ordenar una ley una regla o precepto.

• Menester: Menester procede del latín ministerĭum y hace referencia a la falta o la necesidad de

algo. Lo menester es aquello que se necesita o que se precisa por algún motivo.
• Heraldo: funcionario de la corte que tenía a su cargo anunciar públicamente órdenes reales y

decretos. La palabra aparece en Daniel 3:4, donde se menciona a un heraldo que proclama el

decreto de Nabucodonosor de que el pueblo adorase a la imagen que había erigido.

• Arminianismo: Es un sistema de creencia que intenta explicar la relación entre la soberanía de

Dios y el libre albedrío de la humanidad, especialmente en lo relativo a la salvación. El

arminianismo tiene su nombre por Jacob Arminus (1560-1609), un teólogo holandés.

8. Resumen

Nosotros somos nuestros propios instrumentos y por tal razón es necesario estar en buen estado

para predicar el evangelio, en lo natura debemos educarnos en todas las áreas recordando que

somos una espada en las manos de Dios, su instrumento en el que él ha confiado es por eso que

nuestro espíritu, alma y cuerpo son la maquinaria que tenemos para el servicio sagrado.

Es importante el cuidado de si mismo como persona y como ministro evitando caer en errores ni

en fallas perjudiciales para los oyentes, una sola pequeña falla puede debilitar todo el cuerpo de

Cristo “por un tornillo se descarrió el tren”. Lo mismo puede ocurrir con nosotros, podemos

desviarnos del camino y perder grandes oportunidades por no poseer un cuidado detallado de estas

áreas.

Uno de los principales cuidados debe ser que nosotros mismos seamos salvos, debemos vivir

un evangelio legítimo, no solamente la salvación sino cual fuere el llamamiento que alguien

pretenda haber recibido, sino ha sido llamado a la santidad, puede asegurarse que no ha sido al

ministerio, uno de los dichos mas sobresalientes de los rabinos “atavíate primero a ti mismo y

adorna después a tu hermano”, debemos examinarnos a nosotros mismos muy afanosa y

profundamente, no sea que por algún motivo después de haber predicado a los demás, resulte que
nos hayamos en la línea de los reprobados, como dijo Spurgeon “cuan horrible es ser predicador

del evangelio y no estar sin embargo convertido” de este tipo de cosas debemos de cuidarnos

porque nuestros corazones son engañosos.

La vida del predicador debe ser un imán que atraiga los hombres a Cristo, y es cosa triste a la

verdad, que los mantenga separados de él. La santidad de los ministros es un llamamiento expresivo

al arrepentimiento que se hace a los pecadores, y cuando va acompañada de una jovialidad piadosa,

se hace atractiva de un modo irresistible.

Cuando os decimos, queridos hermanos, que cuidéis de vuestra vida, os damos a entender que

lo hagáis aun de las cosas al parecer más insignificantes de vuestro carácter. Evitad el contraer

deudas ni aun pequeñas, toda falta de formalidad, el inmiscuiros en chismografías, el entablar

disputas, el poner apodos, todos aquellos defectos, en fin, que son otras tantas moscas que llenan y

echan a perder el aceite. La indulgencia con que uno se juzga a sí mismo, y que ha ocasionado el

menoscabo de la reputación de muchos, es una cosa que no debéis nunca permitiros.

Se necesita recibir de lo alto el llamamiento para ello, pero si no lo hace así y entra al sagrado

ministerio El Señor puede decirnos (jeremías 23:32) “yo nos los envié, ni les mandé y ningún

provecho hicieron a este pueblo”, así que es de suma importancia tener claro el llamamiento, un

gran ejemplo de esto lo podemos ver en Isaías 6 con el llamamiento de Isaías donde Dios habla y

el responde “heme aquí envíame a mí”. Y a lo largo de la escritura vemos como Dios ha llamado

a diferentes hombres, es de suma importancia tener claridad a que nos llamo Dios y de esta forma

evitar errores tales como Usías al final de sus días, debemos de cuidarnos de falso llamados que

son meramente ilusorios y no provienen de Dios.

“Una vez teniendo asegurada su salvación personal, le es menester investigar lo que haya sobre

el asunto ulterior de su llamamiento a este cargo: lo primero, tiene para él un interés vital como

cristiano; lo segundo, lo tiene igualmente vital para él como pastor. Es lo mismo profesar el
cristianismo, sin conversión, que ser pastor sin vocación. En ambos casos se adopta un nombre, y

nada más.”

La primera señal del llamamiento celestial es un deseo intenso de emprender la obra, sentir una

sed insaciable por comunicar a los demás de Dios es la verdadera vocación del ministro. En

segundo lugar, un vehemente deseo de hacerse pastor, tener aptitud de enseñar y otras cualidades

para el desempeño del cargo (tener estas habilidades no hace a todo mundo tener un llamado a

predicar la palabra de Dios, pero si caracteriza a un hombre de Dios).

Acerca de lo que fuera o no un llamado al ministerio, creo que esto incluye personalmente

aspectos característicos más profundos; Un ardiente y sincero deseo de ser empleado en este

servicio. Concibo que el hombre que una vez que es movido por el Espíritu de Dios para este

trabajo, lo preferirá, si está a su alcance, a un tesoro de oro o plata; de modo que, aunque a veces

se halle intimidado por la importancia y dificultades de tal cargo, en vista de su grande insuficiencia

(porque es de presumirse que un 22 llamamiento de esta naturaleza, si realmente viene de Dios,

debe estar acompañado de la humildad y menosprecio de sí mismo ) no pueda, con todo,

abandonarlo.

Además de este afectuoso deseo y buena disposición de predicar, debe en su debido tiempo

aparecer la competencia suficiente para ello en cuanto a dotes, instrucción y modo de expresarse.

Es seguro que, si el Señor envía a un hombre a predicar a los demás, cuidará de proveerlo de lo que

ha menester.

Este es un deber de suma responsabilidad, y el desempeño del cual requiere un cuidado nada

común No me constituyo, por supuesto, en juez para fallar si un hombre debe ingresar o no al

Pastorado; sino que mi examen lleva meramente por mira contestar a la pregunta de si esta

institución tiene que ayudarle o que abandonarle a sus propios esfuerzos, Algunos de esos casos

pueden ser tipos de todos. Se presentan algunos jóvenes que ardientemente desean entrar al
ministerio, pero con pena se ve transparentárseles el motivo principal que a ello los mueve, que no

es otro que el deseo de brillar entre los hombres, A hombres que desde su conversión han mostrado

gran debilidad de espíritu, y pueden ser inducidos con facilidad a abrazar doctrinas extrañas, o a

frecuentar malas compañías y a caer en pecados groseros, nunca me dictará el corazón que los

anime a entrar en el ministerio, sea cual fuere su palabra. Que se mantengan, si verdaderamente se

han arrepentido, en la retaguardia de las filas. Inestables como el agua, no podrán sobresalir.

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