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Origen de las ciudades en la edad moderna:

Hace 500 años las ciudades crecieron mucho y cada vez tenían mayor importancia. Muchas
ciudades estaban rodeadas de murallas y en algunas se comenzaron a crear barrios fuera del
recinto amurallado. En las ciudades vivían: los reyes, los nobles, los mercaderes y los artesanos.

Los reyes y los nobles (caballeros): Abandonaron sus castillos y se establecieron en lujosos
palacios en las ciudades.

Los artesanos: Trabajaban en talleres. Vivían en casas modestas de dos plantas: la planta
baja la destinaban a sus talleres y almacenes y la planta alta era dónde vivían con su familia. Los
artesanos del mismo oficio se agrupaban en la misma calle, que recibía el nombre de dicho oficio:
"Calle de los Zapateros", "Calle de los Bordadores", ...

Los mercaderes: Comerciaban la seda, especias, lana, tintes y paños que procedían de
América y Asía (India). Estos productos llegaban a las ciudades en caravanas de carros o en barcos
de vela. Las grandes ciudades tenían puertos y astilleros, lugares adónde llegaban los barcos, pero
también se construían y reparaban.

A partir del siglo XV se vive en Europa una verdadera revolución demográfica y urbana, impulsada
principalmente por el incremento en el comercio internacional. Ciudades como Sevilla, Valencia,
Lisboa, Londres, Amberes y Róterdam, se desarrollan a partir de sus puertos. Roma, centro del
poder papal, recobraría su importancia, y Constantinopla, ahora Estambul, seguiría siendo la gran
urbe del Mediterráneo oriental al ser la capital del Imperio otomano.

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