Autores como Torrance citado por Tristan (2015), también ven la creatividad como un
proceso porque, una vez definido, es posible organizar el esfuerza personal y de
enseñanza-aprendizaje para orientar a una persona a de desarrollar dicho proceso en forma exitosa, identificar los factores ambientales propicios para tal desarrollo y hasta reconocer los productos esperados de todo ello. A pesar de la relevancia que tiene una taxonomía, no se cuenta con una taxonomía única y reconocida para la creatividad. Las diversas descripciones sobre creatividad no están homologadas en un esquema único, porque algunas proponen esquemas explicativos para aspectos genéricos (es decir, independientes del ámbito de aplicación); otras lo hacen para áreas de conocimiento o de interés (por ejemplo para la ingeniería, el desarrollo tecnológico, la producción artística) y algunas más consideran las fases de desarrollo del proceso cognitivo (desde el planteamiento hasta la realización creativa), entre otras muchas aproximaciones.