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Ficha
6113.
* I. Las instituciones, protección y sufrimiento
El movimiento institucional. Una institución es en un principio un objeto cultural que expresa cierta cuota de poder
social. La institución expresa la posibilidad de lo grupal o colectivo para regular el comportamiento individual. El nacimiento y
acontecer del sujeto humano se produce en una serie de relaciones y sucesos pautados por instituciones diversas, que por el
proceso de socialización pasan a formar parte de la subjetividad y a funcionar como un regulador social interno. Las
interiorizaciones más profundas se hacen en los primeros períodos de vida, la primera autoridad la paterna.
El núcleo del terror queda disponible para expresarse como culpa y remordimiento frente a la transgresión y funciona
como un organizador para el resto de las normas sociales que se hacen propias.
Las normas que tienen mayor vigencia en un grupo social, se presentan al individuo de manera múltiple, de ahí
proviene parte de su poder regulador, son las normas expresas y dichas en las relaciones, por otro lado, son las que hallan lugar
en el nivel de las representaciones colectivas y hacen posible la identificación con los otros y con el grupo. Por último funcionan
como un código, que permite hacer orden y concierto en la masa del estímulo social.
Violar los marcos que establecen las instituciones, desviarse, no acarrean solo el riesgo del castigo eterno e interno de
la autoridad, sino además correr el riesgo de ser desmembrado del cuerpo grupal y derivar hacia una posición irreversible de
extranjero. Cuando el poder regulador de las instituciones internalizadas fracasa, el conjunto ejerce su poder de vigilancia y
castigo.
Este es el esquema descriptivo que estamos utilizando:
Un conjunto amplio de sujetos humanos y su organización que les permite asegurar las necesidades básicas para subsistir.
Un conjunto de producciones culturales que procuran sostener esta organización.
Un proceso que posibilita este sostén, la socialización y otros que ayudan en sus efectos que es el control social.
Una tensión inevitable entre los deseos de los individuos y la necesidad de amoldarlos a la forma social admitida.
Otro conjunto de producciones culturales destinadas a convencer y generar el sacrificio del deseo individual en pro de la
estabilidad colectiva.
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determinantes.
· Las instituciones son producciones de la vida social que aseguran la persistencia de las condiciones garantes de su
continuidad en la modalidad y dirección que funciona como legítima.
· Se ven incluidas en un juego de explicitación y encubrimiento, explicitación que muestra el orden como el único
posible y encubrimiento de las múltiples violencias sobre las que se asienta.
· El juego social alrededor de esta necesidad de mostrar y ocultar es el motor generador de una serie de construcciones
culturales, mitos, leyendas, ideologías, teorías, sirven para disminuir la tensión que cuesta la socialización y la pertenencia a los
distintos grupos y organizaciones.
· Encontraremos siempre tres ejes de significación en cualquier hecho o creación humana, por una parte el nivel de
significación del mundo interno del sujeto que se activa en la interacción, porque moviliza y frustra necesidades y deseos. Por
otra , el nivel de significación proveniente de la ubicación de sujetos y grupos en la trama relacional de los sistemas de poder y
por último, el nivel de significación derivado de la lucha entre las tendencias a encubrir y develar los contenidos que han sido
objeto de represión psicoafectiva-sociopítica.
· Estos niveles de significación tienden a ligarse en diferentes tipos de configuración, potenciando unas y otras la
peligrosidad real o fantaseada de su emergencia.
· Intentar explicar cualquier hecho social debe transitar el intrincado camino de destejer esos niveles de significación,
para poner a la luz la trama de relaciones entre las tensiones básicas y las construcciones ideológicas.
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* Las instituciones educativas.
n el núcleo de las instituciones educativas se halla la razón de la esclavitud al mismo tiempo que de la libertad. Se
trata con un conjunto de órdenes que promueven la enajenación del individuo y lo empujan a una inserción cultural prefijada a
su deseo, pero a través de la transmisión de conocimientos, le entrega la llave para acceder a la conciencia de la individuación.
Estas instituciones definen un espacio de tres: el sujeto, el conocimiento y el otro que, al mismo tiempo que el ojo y la
mirada que vigila, es el vértice de una relación de confrontación.
Tal vez sea cuestión de pensar que la cantidad de producción ideológica que sirve para demostrar la falta de libertad
que ofrecen las instituciones educativas, está también al servicio de ocultar su real potencial de cambio.
Se trata de instituciones complejas la interrogación entonces es acerca de la medida en que podemos comenzar por
desbrozar la complejidad y precisar la índole del campo para un proceso de desalineación.
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convencionales con fuerte componente de sometimiento.
· Los vinculados a las experiencias de logro de autonomía y diferenciación respecto a los otros, el ejercicio de poder
sobre los propios actos, son activados por los componentes de exposición de sí en los resultados, vigilancia y control que
adquiere la función educativa respecto al logro.
· Los vinculados a las experiencias primarias de ser observado, juzgado, comparado y en definitiva elegido o rechazado
por personajes de alta significación emocional resultan activados por la índole competitiva de la vida institucional y las funciones
encubiertas de selección social.
· Los vinculados a la relación entre la curiosidad, el deseo de conocer y el consecuente temor a la sanción, la exclusión y
el castigo, son activados por la significación de poder asociada al conocimiento y los modos sociales e institucionales de proteger
el privilegio de conocer y la concentración del conocimiento en sectores o grupos de autoridad.
La acción de ambos tipos de estímulos (los provenientes de los mandatos sociales y los emergentes de la activación de
significados fantasmáticos ligados a experiencias vitales previas) en sus relaciones múltiples, incide sobre la constitución del
objeto-institución en todas sus variantes.
La operación de estos significados en el funcionamiento institucional, determina la posibilidad de discriminar tres
niveles de manifestación:
· Formal: constituido por los hechos y productos que provienen de la interacción técnica y social de los individuos y
grupos, en función de la tarea y los fines institucionales.
· Informal: configurado por los hechos y productos de las relaciones socioemocionales de los individuos y grupos en
áreas referidas a su vida como comunidad.
· Fantasmático: constituido por los hechos y productos de la participación de imágenes, fantasías, temores, ansiedades,
relacionados con los climas y estados emocionales compartidos.
La cantidad y calidad de las interrupciones o disfunciones institucionales y la índole de los mecanismos para enfrentar
dificultades tienen relación directa con el poder de discriminación.
Parece formar parte del conjunto de características generales de las escuelas, el mantenimiento de la discriminación
mediante defensas de negación, racionalización, desplazamiento y encubrimiento ideológico de las dificultades. No hemos
hallado desarrollo de las capacidades institucionales para diagnosticar, plantear, buscar alternativas de solución, probarlas...en
los problemas en los que puedan comprometer aspectos nucleares de la cultura institucional.
Las circunstancias sociales de la Argentina provocan una serie de fenómenos en las escuelas, que ilustran la
desprotección señalada. Frente al impacto de un contexto turbulento, utilizan primero como defensa, la rigidización de la
negación, la idealización y la externalización de responsabilidades. Cuando esto fracasa y la realidad se impone brutalmente,
surgen fenómenos de impotencia, sentimientos y estados colectivos de desesperanza con sus secuelas de deserción, ausentismo,
enfermedad en los docentes, fracaso escolar en los alumnos, desplazamiento general a formas desviadas de interacción,
hostilidad, violencia, etc..