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Principales Tendencias de La Educación Superior en América Latina
Principales Tendencias de La Educación Superior en América Latina
LATINA
En la década de 1980, tanto los gobiernos de diferentes países, intelectuales y los diversos
organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos identificaron que Latinoamérica sufre grandes asimetrías no solo
económicas sino también sociales y, por ende, educativas. Para ello, se realizaron una serie de
pactos y tratados internacionales que impulsaran y fortalecieran a la educación como un
derecho universal, no discriminatorio, el cual debe satisfacerse en condiciones de igualdad.
Como resultado de este diagnóstico, las orientaciones de los resultados dieron cuenta de que
uno de los grandes desafíos de América Latina era garantizar el derecho a la educación
superior. En este sentido, los países latinoamericanos se enfrentaban a grandes desafíos.
Por el otro, emprender las «nuevas tareas» del siglo XXI a fin de que la educación sea, como
señala Bruner, un instrumento para lograr el desarrollo de los países, que posibilite el
crecimiento de las economías y el aumento de la productividad. Con ello, buscan tender,
superar o, al menos, estrechar el abismo interno de la pobreza y el externo de conocimiento y
tecnología que separa a los países desarrollados de aquellos en vía de desarrollo. Lo anterior,
coadyuvaría a eliminar las desigualdades sobre todo en el campo de la educación, dado que
esta es un derecho fundamental. De igual forma, en la Declaración de la Conferencia
Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe de 2008, uno de los temas
centrales de la agenda fue promover condiciones de crecimiento en la cobertura.
De esta forma, la índole de las recomendaciones fue diversa y han impactado en múltiples
esferas de lo educativo, respondiendo a necesidades e ideales del momento histórico y social
de cada uno de los países latinoamericanos.
La primera de ellas, las formas de organizar y gestionar las instituciones educativas, llevo a
las instituciones a explicitar estándares y medidas de rendimiento, definir las metas, objetivos
e indicadores de éxito expresados en términos cuantitativos. Así, la administración y gestión
de las instituciones se modernizarían en términos de eficiencia, eficacia y legitimidad. En
México se creó el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, A. Otro
criterio de calidad es la acreditación de la oferta educativa, la que permite valorar la
capacidad organizativa, técnica y operativa de un programa educativo. De esta forma, en
Latinoamérica se han creado diversas organizaciones públicas o privadas que coadyuvan a
garantizar que la oferta educativa de las instituciones tanto públicas como privadas sea de
calidad.
De esta forma, las instituciones de educación superior públicas pasan por dos acciones
concretas. Por una parte, la búsqueda de recursos por medio del incremento de cuotas, de
inscripciones, de renta de instalaciones, de patentes, entre otras, y por la otra, la competencia
por recursos extraordinarios que impulsen el desarrollo y la consolidación de las
instituciones. En el caso de México, en 2001 se estableció el Programa de Fortalecimiento de
la Calidad en Instituciones Educativas -antes Programa Integral de Fortalecimiento
Institucional - para las instituciones públicas. Sin embargo, se olvidan que el crecimiento del
sistema educativo no solo atañe a las instituciones y a los sujetos, sino que son problemas
estructurales que deben ser atendidos y contextualizados en el momento histórico, político y
económico de cada uno de los países de la región.
Lo primero que debe cambiar para una educación moderna es colocar al estudiante como el
centro del aprendizaje. Este nuevo diseño implica pasar de diseñar las actividades de
enseñanza a las de aprendizaje. De esta manera, se le otorga la prioridad a la secuencia de
actividades que debe de seguir el estudiante, y la actividad del docente pasa a un segundo
plano.
Las TIC representan una oportunidad y un desafío, ya que significan una tarea para
encontrarles un uso que colabore hacia una sociedad más inclusiva que fomente la
colaboración, la creatividad y la distribución del conocimiento. Gracia a las TIC el manejo
del aula ya no será solo tarea del profesor, las aulas virtuales permitirán una mayor
colaboración entre los alumnos y permitirá tener al docente más cerca. Además, estas
herramientas permitirán un mejor monitoreo y medición de los objetivos de la clase.
Referencias