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KARLA | camren fanfic by wildmadness

'Todos tenemos un capítulo que compartir, el cual no llegamos a leer en voz alta por
miedo a aferrarnos a una realidad' - Lauren Jauregui
'¿Cómo miras a la persona a la que amas y te dices a ti mismo que es hora de irse?' -
Camila Cabello

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Capítulo 1
Lauren amaba tomar café pero esta mañana le estaba sentando un tanto amargo. No podía dejar
de pensar en todo el trabajo acumulado que tenía frente a su escritorio.
Ser hacker profesional podía significar un trabajo sin importancia para algunos y muy fácil de llevar
para otros, pero para Lauren no era así. Ella amaba su trabajo y todo lo que éste conllevaba,
aunque en las últimas semanas se le estaba haciendo pesado. No eran más de las nueve cuando ya
estaba repasando todos los informes que su compañera le había facilitado. Este caso se le estaba
atravesando y era la primera vez que le sucedía en sus dos años trabajando para los federales.
Lauren era considerada una mujer bastante segura de sí misma a sus 23 años de edad entre su
familia y amigos, y aunque ella misma se definía así tras ir consiguiendo las metas que se ha
propuesto a lo largo de su vida, no le gustaba alardear de ello. Desde pequeña Lauren tenía claro
que para llegar a ser alguien, primero tenías que reconocer lo contrario. Al menos eso decía su
abuela, la cual le había enseñado que tener una mente fuerte y un corazón era esencial en esta
vida.
Echando sus pensamientos hacia un lado, Lauren recogió los informes de su escritorio y con estos
en una mano y el café en la otra, se dirigió hacia el sofá de su pequeño estudio soltando lo que
llevaba en una pequeña mesa de melanina blanca a juego con el gris de las paredes. Se colocó un
mechón de pelo oscuro por detrás de la oreja, sorbió un poco de su café y empezó a tratar de
encontrar cualquier hilo del que tirar.
Normalmente los casos que le asignaban eran insignificantes pero este le traía dolor de cabeza
desde hace un par de semanas. Hasta ahora solo sabía que cierta persona con la firma de "K"
había conseguido atracar uno de los bancos mejor blindados del estado con un simple apagón de
luz. Ninguna grabación, ninguna huella, ningún testigo con información del rostro, nada. Aunque
Lauren tuviera su titulación como hacker profesional, trabajaba como cualquier otro detective de
la zona.
Estaba justo empezando a leer uno de los tantos informes cuando notó una vibración proveniente
de su bolsillo trasero izquierdo.

- "¿Sí?" Contestó.

- "¿Ya despierta? Déjame adivinar. Estás con los informes que te facilité ayer intentando averiguar
cualquier cosa que te ayude a ser la mejor detective de la ciudad" se rio.

- "Basta Normani" rio Lauren "me conoces tan bien que me aterra, dime ¿algo nuevo?"

- "Ah sí, te llamaba para decirte que quieren que estés hoy en la oficina, al parecer han vuelto a
poner el banco en funcionamiento y hay que volver"
- "Arg" gruñó. "Mi único día libre y me toca hacer horas extra... Está bien, nos vemos en unos
minutos" terminó.

Realmente la llamada de su compañera no solo le había fastidiado el día libre, sino que también le
había hecho un favor por conseguir que saliera de casa. Lauren se aburría rápidamente de todo, lo
cual le había hecho acabar con sus anteriores relaciones y si pasaba mucho tiempo en su estudio
se aburría de lo que tenía a su alrededor, es por esto por lo que sus muebles nunca ocupaban un
lugar fijo e iban rotando con el paso del tiempo.
No había otra cosa que le gustase más a Lauren que vestir de negro, es por eso por lo que su
chaqueta de cuero negra era su complemento favorito. Se recogió el cabello dejando ver una
libélula tatuada detrás de su pálido cuello, cogió las llaves de su Chevrolet y se puso en camino
hacia la oficina pensando que sería un día como otro cualquiera.

Capítulo 2

El coche de Lauren no era nada extravagante, era sencillo y con que la ayudara a desplazarse tenía
suficiente, en cambio le tenía un cariño especial ya que se lo había pagado ella y estaba muy
orgullosa de ello. Toda la monotonía de la ciudad pasaba ante ella mientras Lauren esperaba un
semáforo de camino a la oficina con la brisa otoñal de acompañante. Le gustaba estar la primera
esperándolos porque así observaba a las personas que cruzaban el camino. Si Lauren Jauregui
tenía una bella cualidad, esta era conocer las diferentes culturas e ideologías de toda persona que
estuviera a su alcance.

Todo parecía tranquilo a simple vista, los compañeros de siempre y el sin fin de papeleo en cada
escritorio, pero había algo distinto, algo que no se podía apreciar a simple vista, algo que si eras
alguien atento podrías saber, y Lauren no era menos. Faltaba la placa con el nombre de uno de sus
compañeros, especialmente uno de un puesto superior al de ella. Lauren siguió su paso hasta la
mesa de su compañera Normani dejando atrás el pequeño detalle de la placa.

- "¡Ya estabas tardando!" dijo una voz detrás de ella haciendo que Lauren brincara.

- "Jesucristo Normani, me has asustado" dijo Lauren.

- "Entonces ha merecido la pena" rio "¿Qué te pasa hoy? Te veo un tanto inquieta"

- "Sinceramente nada, solo estaba pensando en qué le habrá pasado a Smith" dijo sinceramente
Lauren.

- "¿Smith?" preguntó la chica de piel morena confundida. "No lo he visto hoy por aquí pero no sé a
qué te refieres."

- "Su placa del escritorio no está" dijo Lauren.


- "Ahora que lo dices tienes razón, no está" dijo Normani mirando hacia el presunto escritorio de
su compañero "Ya nos enteraremos después, ahora fíjate en esto" terminó dirigiéndose hacia unas
fotos encima de su mesa.

Aunque Lauren solo conociera a Normani desde hace dos años, ésta se había convertido en su
máximo apoyo. Normani era trabajadora, atenta, deportista y aunque amara llevar el pelo largo lo
llevaba corto, sin embargo si ésta tenía algo que Lauren podía envidiar, eso era la forma para
resolver sus problemas. Aunque Normani fuese seria en su trabajo, fuera de éste no lo era. Sabia
salir de cualquier apuro con un par de risas y un gran optimismo, el cual a Lauren había veces que
le faltaba.

- "Tierra llamando a Lauren" dijo Normani.

- "Perdón" se disculpó. "¿Qué decías?"

- "Hablaba en serio cuando te he dicho que pareces inquieta" rio. "Como te iba diciendo hay algo
en estas imágenes que no me acaba de encajar, pero no sé qué es" dijo señalando dos imágenes
del banco antes y después de ser atracado.

Lauren se quedó fijamente mirando las imágenes intentando comprender qué quería decir su
amiga con "algo que no me acaba de encajar". Se trataba de la entrada principal, misma escena,
dos semanas de diferencia.

- "¡Vamos Lauren!" se animó. "¿Qué puede haber de distinto en estas dos perfectas imágenes?"
pensó e hizo una pausa. "¡Eso es!" exclamó.

- "Dime que tienes algo" dijo Normani impaciente por saber que pasaba por la cabeza de su
compañera.

- "Estas imágenes son igual de perfectas" señaló Lauren.

- "¿Y qué pasa?" preguntó Normani confundida.

- "Un banco que acaba de ser atracado no puede estar igual que antes" explicó. "Parecen una
misma copia porque todo está como si nada hubiera pasado, lo cual quiere decir que "K" conocía
perfectamente todos y cada uno de los detalles" concluyó.

- "Recuérdame este momento cuando me meta contigo" dijo Normani sorprendida. "Tal vez quede
algo que hayamos pasado por alto. Vuelvo en un minuto." concluyó.

Mientras Lauren esperaba a su compañera, pensaba en el hilo del que tirar que por fin había
conseguido. Tenía bastantes teorías sobre las imágenes pero hasta que no encontraran algo no
podría poner una de estas en práctica.

- "Hola Lauren" dijo una voz familiar que despertó a Lauren de sus pensamientos.
- "Smith" identificó. "¿Qué tal estás?" preguntó Lauren intentando obviar el hecho de no
encontrar su placa.

- "Ahora solo Louis, ya no trabajo aquí" dijo desanimado.

- "¿Te han despedido?" se sorprendió.

- "Sí" respondió serio. "Según la jefa ya estaba todo hecho por mi parte aquí."

- "Lamento oírte decir eso" animó Lauren.

- "Si, bueno. Es hora de empezar algo nuevo. Espero que te vaya todo bien." Concluyó Louis
terminando de recoger sus cosas.

- "Gracias y lo mismo digo." dijo viendo como su ya excompañero atravesaba la puerta.

Había algo que no encajaba para Lauren, ¿cómo una persona con un puesto superior al de ella del
que no ha habido indicios los últimos días ha podido ser despedida? Algo no iba bien y Lauren lo
notaba.

- "¡Eh! ¿Nos vamos?" gritó Normani colocándose su abrigo.

- "Nos vamos" suspiró Lauren.

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Capítulo 3

A simple vista podría parecer un banco cualquiera, pero si era uno de los más blindados del estado
por algo cualquiera no sería. Era un banco muy lujoso al que no le faltaba ni un mínimo detalle. La
gente entraba y salía como si nada hubiera pasado. No eran conscientes de que ese banco de tan
alta seguridad había sido atracado dos semanas atrás y podría volver a ocurrir en cualquier
momento, en cambio, seguían con sus egocéntricas vidas sin importarles otra cosa que no fuera el
lujo y la avaricia.

- "Voy a pedir que abandonen el banco y que solo queden los empleados" dijo Lauren dirigiéndose
a su compañera.

- "Vale. Te espero aquí" mirando hacia un joven y guiñándole un ojo a Lauren.

Minutos después con el banco desalojado y Normani disgustada por no poder seguir mirando más
aquel joven, sacaron las imágenes y empezaron a comparar.

- "Todo igual" dijo Normani sin más.

- "Exactamente" respondió. "¿Pueden acercarse todos los empleados al vestíbulo por favor?" pidió
Lauren elevando un tanto la voz para ser oída. "Gracias" dijo con una vez todos en frente. "Sé que
ya hemos tomado nota y hablado con cada uno de vosotros, pero el caso sigue abierto y toda
pequeña información puede servir de ayuda. ¿Están todos los empleados aquí?" se dirigió a uno
de los encargados.

- "Según las fichas solo falta un empleado de mantenimiento y hace más de una hora que debería
de estar aquí" dijo uno de ellos.

- "¿Quién es?" preguntó Normani.

- "Brad. Brad Cooper" respondió una voz femenina al fondo.

- "¿Hemos interrogado a Brad Cooper?" preguntó misteriosamente a su compañera.

- "Según aparece aquí reflejado, no existe ningún tal Brad Cooper en la lista de interrogados"
respondió la chica de piel morena investigando en el bloc de notas.

- "Llama a la jefa y busca información acerca de Brad." exigió Lauren rápidamente. "No quiero que
salga nadie de aquí."

Lauren lo tenía más claro que nunca. Si todo estaba perfectamente igual era porque "K" conocía
todos los detalles y si los conocía era porque él mismo podría haber estado trabajando aquí o
podría tener algún cómplice que vigilara y diera detalles de todo. ¿Cómo habían podido obviar
semejante detalle?

- "Kordei" dijo una voz femenina desde la puerta. "Infórmame."

- "Brad Cooper. 32 años." Empezó Normani. "Empleado de mantenimiento desde hace seis años.
No ha regresado al trabajo y nadie sabe nada de él desde el atraco. Y lo más importante, no ha
sido interrogado." concluyó.

- "Bien hecho, busca cualquier cosa de él. Domicilio, familia, amigos, lo que sea." dijo la
comandante Ally Brooke buscando con la mirada a alguien. "¿Dónde está Jauregui?

Lauren había dejado atrás el lujoso vestíbulo para bajar al sótano donde se encontraba la zona de
empleados un tanto menos lujosa. Todo aparentemente estaba ordenado y en perfecto estado, lo
cual traía inquieta a Lauren. A su alrededor podía apreciar como filas de taquillas ocupaban el
sótano dejando libre el acceso al baño y el acceso al ascensor el cual no estaba aún en
funcionamiento.

Buscó entre las interminables filas de taquillas el nombre de "Brad Cooper" hasta que la encontró.
Aparentemente no había signos de haber sido forzada ni detalles fuera de lugar, era una taquilla
como otra cualquiera salvo por un detalle que uno de los empleados había olvidado mencionar. El
verdadero nombre del mayor sospecho hasta el momento era Brad K. Cooper.

- "No puede ser" dijo Lauren sin más.

- "¿Jauregui?" preguntaron unos tacones que bajaban las escaleras provenientes del vestíbulo.
- "Aquí" señaló Lauren haciendo notar su presencia.

- "Dime, ¿qué te ha atraído hasta aquí?" preguntó la comandante Brooke.

- "Instinto, supongo" dijo encogiéndose de hombros. "Hay algo que debería ver" señalando el
nombre del sospechoso desaparecido.

- "Brad K. Cooper" dijo entre susurros. "Esto no puede ser una simple coincidencia. Buen trabajo
Jauregui, vuelva con Kordei" terminó.

Una vez de vuelta al vestíbulo, poco tardaron sus ojos en encontrarse con los de su compañera.

- "Déjame adivinar" dijo juguetona la chica de piel oscura. "Has encontrado algo que puede ser
primordial para la investigación."

- "¿De verdad soy tan obvia?" preguntó desilusionada Lauren.

- "Tu sonrisa te delata" rio Normani. "Ahora dime, ¿qué has encontrado?"

- "Brad Cooper no es su verdadero nombre, sino Brad K. Cooper" respondió.

- "¡Eso es genial! Quiero decir, es un gran paso" dijo animadamente.

- "La verdad que lo es" se pausó. "¿Te has fijado que el ascensor no funciona?" preguntó Lauren.

- "Que extraño, antes del atraco funcionaba perfectamente" afirmó.

- "¡Eh tú!" gritó Lauren a uno de los empleados. "¿Qué ha pasado con el ascensor?"

- "Lleva así desde lo sucedido señora, dicen que fue el corte de luz" respondió.

- "Señorita." cortó Lauren.

Con la mirada fija en la puerta del ascensor Lauren se preguntaba cómo después de arreglarlo
todo, algo tan importante como un ascensor en un edifico de cinco plantas, seguía sin funcionar.

- "Abrid el ascensor" mandó a los agentes.

Mientras la comandante volvía del sótano y los agentes se apresuraban en abrir las puertas del
ascensor, Lauren y Normani se acercaban a la escena quedando perplejas ante lo que sus ojos
pudieron observar.

- "¿Jauregui? ¿Kordei? ¿Qué está pasando?" preguntó la comandante Brooke al ver los rostros
pálidos de dos de sus mejores detectives.

- "No hace falta que sigamos buscando a Brad K. Cooper" se pausó para tragar saliva. "Lo hemos
encontrado" terminó Lauren con los ojos totalmente clavados en el cuerpo de la víctima.

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Capítulo 4

Habían pasado dos días desde que encontraron el cadáver en el ascensor, dos días que se le
habían hecho interminables a la morena de ojos verdes. En los dos años que Lauren llevaba
trabajando para los federales había tenido sospechosos desde los más esquizofrénicos hasta los
más simples, pero nunca un cadáver.

Podría resultar extraño, pero sus investigaciones estaban más relacionadas con encontrar
culpables o desaparecidos, que asesinos. Lauren había pasado los últimos dos días intentando
encontrar una explicación a lo que estaba sucediendo, lo que no imaginaba es que había estado
perdiendo el tiempo.

- "¿Se sabe algo de la autopsia?" preguntó Lauren a su compañera mientras estiraba sus brazos y
dejaba salir un pequeño bostezo.

- "Todavía no hay un informe oficial pero he escuchado que murió a falta de oxígeno solamente."
Respondió la morena.

El cadáver de Brad K. Cooper o lo que quedaba de él, fue encontrado en ropa interior con la boca
amarrada medio sentado dentro del ascensor. Los forenses dieron por hecho que la causa de la
muerte había sido la falta de oxígeno al no haber sido encontrado a tiempo, pero querían
descartar cualquier tipo de defunción.

- "Supongo que volvemos a estar como antes" admitió Lauren.

- "Tan solo con una falsa identidad" le siguió su compañera. "¿Te apetece ir a comer después? Nos
vendrá bien salir de todo esto, no he dejado de pensar en los últimos dos días." Terminó.

- "No eres la única, esto es algo nuevo para nosotras y me inquieta mucho." Dijo.

- "¿Lauren? ¿Más inquieta de lo normal? Cuéntame algo que no sepa." rio Normani.

- "¡Cierra la boca!" gruñó Lauren tirando una bola de papel a la cara de su compañera.

- "Vale. Está bien." se rindió Normani cogiendo ésta al vuelo y colándola en la papelera "Ahora
hablemos del nuevo sustituto de Smith y de su perfecto culo" dijo girando la cabeza hacia donde
se encontraba éste.

- "Sabes que no me gustan los hombres Normani" rio Lauren.

- "Y así de mal te ha ido" rio "¿No puedes hacerme feliz por una vez?" pregunto Normani casi
haciendo un puchero.

- "Lo siento, soy fiel a mis principios" rio Lauren.


- "¡Venga ya!" suplicó la morena.

- "Jauregui y Kordei, a mi despacho." interrumpió la comandante Brooke asomando la cabeza


desde la puerta de su despacho.

Lauren miró a su compañera confusa mientras se levantaba de su escritorio para dirigirse hacia el
despacho de la comandante.

- "Tomad asiento" ofreció amablemente.

- "¿Se sabe algo del caso comandante?" preguntó curiosa Lauren.

- "No" respondió con una sonrisa. "Tengo que hablar con vosotras chicas." continuó seriamente.
"Sé que en estos dos años habéis sido excelentes en vuestro trabajo y este caso lo podríais hacer
muy bien, por eso necesito a alguien que pueda hacerlo excelente y he aprovechado la
oportunidad con la baja de Smith."

- "No lo comprendo" dijo Lauren eufórica. "Acabas de decir que somos excelentes haciendo
nuestro trabajo, no entiendo por qué nos quiere echar de este." admitió sorprendida por las
palabras que su jefa acaba de soltar.

- "Tú lo has dicho, en vuestro trabajo, y ambas sabéis que esto se os escapa de las manos chicas"
admitió. "Habéis hecho un gran trabajo y vuestra ayuda ha sido implacable, pero es hora que un
especialista en esto se encargue" finalizó.

- "¿Qué vamos a hacer nosotras?" preguntó Normani con la boca seca antes de que su compañera
pudiera empeorar las cosas.

- "Tenéis el resto de la semana libre. El lunes os volveréis a incorporar y empezareis algo nuevo."
respondió. "Siento si no es lo que queríais escuchar, pero tengo que ser correcta." Concluyó la
comandante con una media sonrisa.

No podía ser verdad. Desde que se encontró con el despido de Smith, Lauren sabía que algo no iba
bien y odiaba darse la razón en estos aspectos.

- "Me parece estúpido" gruñó Lauren cerrando bruscamente la puerta del despechado de la
comandante. "Tantos días dando vueltas en la cama, intentando encontrar una salida para esto"

- "¿Crees que a mí no me lo parece? Yo tampoco lo veo justo, pero es nuestra jefa Lauren, no
podemos desafiarla" dijo Normani desanimada.

- "No me siento a gusto aquí" admitió Lauren poniéndose su chaqueta de cuero y cogiendo las
llaves de su Chevrolet. "¿Te acuerdas de esa propuesta de ir a comer? Yo invito."

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Capítulo 5

Lauren había pasado sus irónicas vacaciones, como ella las llamaba, de la peor forma que podría
haberlo hecho: sin salir de casa. Que la comandante Brooke la hubiera apartado del caso le había
afectado de tal forma que había pasado los últimos días en pijama encerrada y escuchando música
todo el tiempo, especialmente a Lana del Rey. Se sentía inútil, sabía que su jefa había tomado la
decisión correcta, pero no podía quitarse de la cabeza el hecho de no valer para resolver un caso
así. Quería hacer más, dar más de ella, pero no podía hacer nada, ya estaba fuera y eso era lo que
más odiaba.

El estudio de Lauren se veía diferente. Normalmente éste se encontraba ordenado, pero no se


daba el caso estos días. Lauren había matado el tiempo pintando sobre los lienzos que ahora se
encontraban sobre el suelo. Era su forma favorita de relajarse y expresarse al mismo tiempo. A
simple vista sus pinturas no tenían mucho sentido, pero si te fijabas podías observar como un
simple garabato expresaba lo que ella sentía. Mucha gente no entendía su forma de pintar, es
más, pensaban que ni si quiera lo hacía. "El arte no depende de qué pintes, sino de cómo lo
interpretes" decía siempre.

Sentada ahora en el sofá mirando una de sus pinturas, Lauren se perdía en sus pensamientos
recordando su adolescencia. Recordaba con una media sonrisa, una calurosa tarde de verano con
sus padres y sus hermanos en una de las inmensas playas de Hawaii. Lauren era la mayor de los
tres hermanos y solía ser obediente delante de ellos para que tuvieran un buen ejemplo a seguir,
pero aquel día hizo una excepción.

Recordaba la brisa, las olas, su melena oscura al viento, pero sobretodo recordaba a su madre,
Clara Jauregui, quien sufría de cáncer de mama en aquel momento. Clara había enseñado a Lauren
y a sus otros dos hijos, Chris y Taylor, a ser fuertes sobre su enfermedad y a no derramar ninguna
lágrima por ello hasta que llegara el momento. Momento que llegó dos años después, cuando el
cáncer volvió para arrebatarles a su madre. A Lauren le gustaba recordar aquel día en la playa
porque era de la única forma que la recordaba con una gran sonrisa a pesar de todos los
problemas que tenía. Era la mujer de su vida y la amaba más que a nadie. Pero ya no estaba y la
echaba tanto de menos. Echaba de menos todo de ella. Es impresionante como alguien al que
amas, cualquier día puede desaparecer dejándote un gran vacío. Desde los 19 años, Lauren llevaba
tatuada una libélula detrás del cuello en memoria a su madre. Eligió una libélula porque aunque
no sea el único insecto que pueda volar, o que tenga alas, para ella era el más bonito y no había
mejor forma de representar a su madre.

Con sus brillosos ojos verdes, Lauren miraba las llaves de su Chevrolet encima de la mesa. Le
gustaría tanto montarse en él e ir a visitar a su madre para contarle tantas cosas. Contarle todo lo
que se ha perdido, contarle cómo gracias a ella es quien es hoy, contarle cómo se siente en estos
momentos, abrazarla, besarla, recordar su olor, su risa, la forma de poner los ojos en blanco. Todo
sin tener nada. Lauren visitaba una vez al mes a su abuela y a su madre y les llevaba las mejores
flores, pero no era lo mismo. Nunca volvería a ser lo mismo.

El sonido de un golpe sobre la puerta, hizo que Lauren se acercara a ésta para ver quien había
conseguido despertarla de sus pensamientos. Se limpió las diminutas lágrimas que quedaban
sobre sus mejillas y abrió la puerta.

- "No pensabas que me iba a rendir tan fácilmente ¿verdad?" apareció Normani entrando en el
estudio de su compañera. "Santo Dios" dijo observando la cantidad de lienzos sobre las paredes
mientras entraba y se ponía cómoda.

Lauren había estado ignorando las llamadas y mensajes de su amiga, necesitaba estar sola pero a
la misma vez lo odiaba.

- "Veo que no has perdido el tiempo, que pena que mañana volvamos a la oficina" rio Normani.

- "Por lo que veo a ti no te han afectado tanto como a mí" dijo Lauren cruzándose de brazos.

- "Venga ya, sabes que a mí esto me duele tanto como a ti. Es más, mira lo que llevo conmigo" dijo
la chica de piel oscura sacando el resto de informes de su bolso y colocándolos sobre la mesa de
Lauren.

- "¿Qué haces aún con eso? Se supone que los deberíamos de haber devuelto todos" dijo Lauren
curiosa.

- "Lo sé, pero no sé, no me podía deshacer aun de ellos. Eso es todo." admitió

- "Está bien... Ahora explícame tu visita" dijo Lauren.

- "Que poco te alegras de verme" rio Normani. "¿Qué pasa? ¿No puedo venir a hacerle compañía a
mi mejor amiga en nuestro último día de vacaciones?" preguntó retóricamente.

- "Irónicas vacaciones. " dijo Lauren con una media sonrisa abalanzándose sobre su amiga para
abrazarla. "Gracias por venir Normani. No hace falta que diga que eres bienvenida siempre que
quieras."

- "No dijiste eso cuando te traías a Keana aquí" dijo desafiante mientras una sonrisa blanca
aparecía entre sus labios.

- "¡Oh cállate!" rio Lauren tirándole a la cara un cojín. "Eres tan estúpida."

Lauren y Normani pasaron el resto de la tarde contándose lo que habían hecho los últimos días y
preparando una tarta de calabaza, la cual no duró mucho. Minutos después de ver a su mejor
amiga atravesar la puerta de su estudio, Lauren se percató de que los informes que había traído
Normani seguían allí. Indecisa sobre si mantenerlos cerrados o no, optó por la segunda opción,
queriendo repasarlos por una última vez.
Pasaba las páginas y sentía como la rabia volvía poco a poco a su cuerpo. Ella había trabajado en
todo esto, hasta había un informe de su puño y letra. Movía la cabeza de un lado a otro
intentando concentrarse en lo que tenía delante. Se quedó pensativa mirando la imagen de la
víctima, aquel día pensaba que iba a ser uno como otro cualquiera y mira por donde, se equivocó.

- "Pobre hombre" pensó. "Tantos años malgastando tu vida para acabar muerto en un ascensor,
en ropa interior y con manchas sobre tu ropa de lo que parece un pintalabios" admitió. "Espera un
momento" se percató. "¡¿Qué hace un hombre con marcas de pintalabios?! ¡No puede ser una
simple coincidencia!" chilló eufórica abriendo los ojos como platos.

Esto lo cambiaba todo. La persona que le había robado la identidad a Brad K. Cooper era una
mujer. Había conseguido otro hilo más, pero no podía tirar de él, no ella. Tenía que contárselo a la
comandante, a Normani, a todos. No podía investigarlo por ella misma. O tal vez sí. No, no podía,
pero lo deseaba con todas sus fuerzas. Pensó bien la situación. Ya no entraba dentro de sus
asuntos este caso, tenía que olvidarse de él. Pero la necesidad de no hacerlo la consumía. Es por
esto por lo que decidió mantener su información en secreto y empezar a investigar por su cuenta.

Capítulo 6

De vuelta a la oficina, Lauren se acomodaba el pelo repetidamente debido a sus nervios. "¿Estaba
mal lo que estaba haciendo?" pensaba. Sí. Claro que sí. No podía robar datos así porque sí. No le
suponía ningún esfuerzo porque es su oficio y sabe controlarlo sin dejar huellas, pero lo que a
Lauren le preocupaba era el cargo de conciencia. Podría perder su trabajo y tener una gran
mancha en su expediente si descubren que está investigando un caso al que ya no pertenece.

Sentada en su mesa, Lauren observaba la pantalla de su ordenador. Solo tenía que teclear un par
de códigos y tendría toda la información en un par de minutos lista para copiarla a su disco duro.
Informes, testimonios, grabaciones, todo. Con la yema de sus dedos apoyados sobre la sien,
Lauren clavaba la mirada en el único cuadro que adornaba su escritorio. Era un cuadro tallado a
mano en madera blanca con una foto de ella y su madre.

- "Si estuvieras aquí todo sería más sencillo." Se limitó a decir con la voz cortada.

Sentía un gran vacío en aquel instante. Necesitaba ayuda. Necesitaba chillar a los cuatro vientos
como se sentía. Necesitaba decidirse y minutos después se decidió. Iba a hacerlo oficial. Lauren
empezó a teclear su número de identificación para poder acceder a los datos cuando alguien la
detuvo.

- "Dichosos los ojos" dijo una voz masculina cerca del oído de Lauren.

- "¿Qué haces aquí Tom?" respondió apartándose de su compañero mientras apagaba la pantalla.
- "¿No te alegras de verme?" dijo insinuante.

- "¿Debería?" preguntó desafiante Lauren.

-"Me pone tanto que vayas de dura" dijo volviendo a acercarse a Lauren.

- "Eres tan asqueroso que casi tengo que ir al baño" dijo poniendo cara de asco y apartándose una
vez más.

- "Santo Dios, no pares nunca" respondió poniendo los ojos en blanco.

- "¿Cuántas veces tengo que decirte que no me gustan los hombres?" preguntó desafiante.

- "Está bien... Tú ganas. No insistiré más por el momento" se pausó. "Vengo a traerte estos
informes, Brooke lleva toda la semana haciendo recuento, al parecer faltan informes." Admitió
consiguiendo que Lauren se estremeciera.

- "¿Y por qué me los das a mí?" consiguió decir. "Toda la oficina tiene que estar al corriente de que
ya no estoy dentro del caso." Concluyó con ira recordando la situación de la semana pasada.

- "Brooke quiere que se los lleves tú. Buena suerte hermosa." Dijo mientras se alejaba.

Lauren tenía una relación bastante cordial con sus compañeros de trabajo, no se llevaba mal con
ninguno y la mayoría la adoraban no solo por su perfecta figura, sino también por su ingeniosa
mente. En cambio, con Tom no se daba el caso. Desde que Lauren llegó a la oficina, Tom ha tenido
obsesión por ella. Si no se diera el caso de a que a Lauren le gustasen las mujeres, tampoco saldría
con un hombre como él. Tom era grosero, descuidado, sucio y no tenía otra cosa que hacer en la
vida más que comer comida basura mientras vigilaba el edificio desde su cabina. Solo de pensar en
él le entraban arcadas.

Volviendo a recordar la visita de su compañero, Lauren no tardó en coger los informes y


apresurarse al despacho de su jefa. "¿Por qué querría que se los llevara especialmente yo?" se
preguntaba mientras golpeaba la puerta para poder entrar.

- "¡Oh, Jauregui! Pasa y siéntate, no tardo en estar contigo" dijo la comandante Brooke con una
agradable sonrisa mientras arreglaba los libros de la estantería de su despacho.

Aunque Lauren seguía teniendo la espina clavada por haberla sacado del caso, no podía dejar de
adorar a su jefa. Ally Brooke era agradable con todo el mundo y por muy malo que fuese su día,
siempre te respondía con una sonrisa. Al igual que era un pequeño sol debido a su baja estatura,
también era el alma de la fiesta, nunca se perdía una celebración y en vez de darle ejemplo a sus
oficiales, ellos acababan dándoselo a ella.

- "Perdona por la espera" dijo la comandante mientras se acomodaba en su sillón. "Estos días han
sido difíciles con tanto papeleo. ¿En qué puedo ayudarte Jauregui?" preguntó.
- "Le traigo estos informes. Los han dejado en mi mesa para que se los de" respondió Lauren
pensando ya en una respuesta coherente para la siguiente pregunta de su jefa.

- "Muy amable Jauregui" dijo extendiendo sus cortos brazos para alcanzarlos. "Como te habrán
podido comentar, faltan informes. ¿Kordei y tú seguís teniendo alguno a vuestra disposición?"
preguntó.

- "Lo sabía" pensó Lauren. "No, una vez fuera del caso los dejamos todos aquí." Mintió.

- "Está bien, sé que puedo confiar en ti" sonrió. "Vuelve y sigue trabajando" concluyó.

Directa a su escritorio, Lauren volvió a ponerse en frente de su pantalla introduciendo de nuevo el


código de acceso para acabar lo que anteriormente no había podido. Discretamente y con total
naturalidad, Lauren se introdujo en el sistema y comenzó a pasar toda la información a su disco
duro. Había demasiadas horas de estudio, pero Lauren se sentía eufórica y estaba dispuesta a no
dormir durante toda la noche.

Terminado su día laboral, Lauren llegaba a su estudio ansiosa por seguir investigando. Una vez allí,
conectó el disco duro a su tele de plasma y comenzó con su investigación. Pasadas unas horas y
con la ensalada a terminar, Lauren no había conseguido nada que no supiera ya. Todos los
informes, imágenes y testimonios estaban ya repasados. No había mucha más información de la
que no hubiera antes de estar fuera del caso. Solo le faltaban las grabaciones del vestíbulo del
banco. Tenía toda la noche por delante y no le importaba quedarse despierta si con esto conseguía
dar un paso adelante.

Con una manta recubriendo sus piernas debido al frío otoñal, Lauren observaba atentamente en la
pantalla de su televisión las grabaciones a color del vestíbulo del banco. Éstas eran de dos
semanas antes de que se produjera el robo. Aparentemente no había nada fuera de lo normal en
ellas; la entrada principal con los primeros rayos de sol de la mañana pasando la impecable
cristalería, empleados llegando a su puesto de trabajo y los propios clientes a los que Lauren no le
agradaban del todo.

A Lauren no le gustaba etiquetar a las personas con las que se cruzaba por una primera apariencia,
pero con los clientes de este banco en concreto se había cruzado un par de veces y no los
soportaba. A través de la pantalla podía comprobar como los clientes entraban y salían
creyéndose que el mundo era de ellos. Más que personas parecían maniquíes manipulados por la
avaricia y el egocentrismo. Odiaba a las personas así, pero a pesar de ello, se fijaba en cada una de
ellas sin perderse ningún detalle. Después de cuatro horas, Lauren se detuvo en una escena ocho
días antes del robo, que le llamó la atención de forma negativa. Se podía apreciar a una madre con
su hijo de unos dieciocho meses en un carro de mimbre último modelo. Éste estaba llorando y no
dejaba de hacerlo. Mientras tanto, su madre se preocupaba más de la persona con la que estaba
hablando por su teléfono que por su propio hijo. "Si no quieres tener una responsabilidad tan
grande y seguir con tu vida, no tengas hijos" pensó Lauren moviendo sus labios con el fin de crear
una mueca poco gustativa. Fue entonces, cuando se fijó en que la expresión llorona del pequeño
se había convertido en una expresión juguetona. Rebobinó aquella parte para fijarse más
detalladamente: Una joven de aparentemente su edad había callado al niño haciéndole muecas
graciosas mientras esperaba la cola para que la atendieran.

- "Por fin encuentro a alguien fuera del egocentrismo" dijo en voz baja. "Dato curioso" pensó.

Por su apariencia, la joven parecía a simple vista una más del grupo, pero tenía algo en la mirada
que la hacía diferente. Era muy alta con el cabello largo, rubio y muy bien cuidado,
complementado con ropa de última colección y un bolso de Gucci última tendencia. Si Lauren
conocía todos estos detalles sobre moda y complementos, sin duda era gracias a Normani, quien
pasaba sus ratos libres leyendo sobre ello o bailando. Lauren congeló la imagen en el momento
exacto en el que la joven estaba haciendo la mueca y le hizo una foto con su móvil. Se quedó
mirándola unos minutos pensando en cómo una mirada tan noble e inocente iba encerrada en ese
físico.

Con solo un par de horas para poder descansar antes de que su despertador sonara, Lauren aplazó
su investigación y se fue a la cama desconociendo lo que le esperaría al día siguiente.

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Capítulo 7

El invierno se acercaba a la ciudad. Lauren lo sabía porque además de llevar guantes de cuero
negro, tuvo que poner la calefacción dentro de su Chevrolet mientras conducía a la oficina. Le
encantaba llevar complementos, pero prefería los gorros a los guantes ya que le resultaban más
cómodos y le sentaban bastante bien. American de Lana del Rey acompañaba su viaje, "Be young,
be dope, be proud" repetía sobre su cabeza mientras tomaba un camino más largo hacia la oficina
para poder escuchar la canción un par de veces más. Sin duda ésta le encantaba.

Vestida con su traje diario para ir a trabajar y un café en mano, Lauren aparcó en su plaza privada
y se dispuso a subir las escaleras del edifico que conducían hacia la oficina. De camino a ellas,
Lauren se detuvo a causa de una avalancha de periodistas sobre la puerta del edificio. No oía otra
cosa que no fueran multitud de gritos provenientes de desconocidos periodistas sobre el cadáver
de Brad K. Cooper, cuyo verdadero nombre desconocían, encontrado en el banco. Una fuerte voz
que sí que conocía y bastante además, provenía del mismo lugar.

- "Sé que estáis deseando conocer cualquier tipo de detalle acerca de la investigación" comenzó la
comandante Brooke. "Y sé que forma parte de vuestro oficio, pero también forma parte del
nuestro y la investigación ahora mismo es confidencial" paró para coger aire "Así que les
agradecería que fueran respetuosos con el caso y abandonaran el edificio. Una vez que pueda
facilitarles información no se preocupen que serán los primeros en saberlo en una rueda de
prensa.
Ahora si me disculpan, debo seguir con mi trabajo." Concluyó.

Lauren que había estado observando toda la escena sin perderse ningún detalle, cogió aire
consiguiendo que el pequeño brillo de su nariz se moviera, y se hizo hueco entre la multitud de
periodistas para alcanzar a su jefa, la cual iba de vuelta a su despacho.

- "Vaya. ¿A qué ha venido eso?" preguntó Lauren sofocada después de haber corrido un poco para
alcanzar a su jefa.

- "¡Jauregui! Buenos días, puntual como siempre" dijo Ally Brooke con una sonrisa mientras
comprobaba la hora en su reloj de muñeca. "Quieren más información, eso es todo. Al parecer sus
jefes no tienen más noticias de las que hablar y los mandan a molestarnos a nosotros" río.

- "Típico en ellos" le siguió Lauren dudando si hacerle la pregunta de la cual necesitaba conocer la
respuesta. "¿Algo nuevo en el caso?" preguntó directa.

- "Lo mismo que estos días atrás. Pero eso no lo saben ellos" río. "Hemos hecho el caso
confidencial para que la noticia no se vaya divulgando y nos deje trabajar con más espacio."
Admitió.

Lauren no dijo nada más. Tenía lo que quería y prefirió seguir el camino hasta su escritorio junto a
su jefa en silencio, dándole pequeños sorbos a lo que quedaba de su café con leche. Soltó su bolso
sobre su mesa de trabajo pensando en la noche anterior y en aquella chica. Seguía sin encajarle
esa mirada tan noble con la imagen que daba de cara al público.

- "¡Vaya mierda!" gritó Normani mientras se sentaba en su escritorio a la derecha del de Lauren.

- "Buenos días a ti también" rio Lauren.

- "Perdona por la expresión" se disculpó "Es solo que me he levantado con el pie izquierdo, no
tengo batería en el móvil y además el nuevo caso que nos han asignado es una porquería. No
estuve tanto tiempo encerrada estudiando para esto."

- "¡Oh, qué pena!" dijo irónicamente Lauren "Vas a tener que pasar el día fuera de todas las redes
sociales, qué trágico" rio Lauren

- "¡Idiota!" exclamó Normani al ver que la morena de ojos verdes se reía de ella. "Por lo menos yo
llevo todos los temas al día y expongo los míos" contratacó.

- "¡Porque te encanta hacerlo! A mí no, ya sabes que no me gusta exponer mi vida y menos
delante de todo el mundo. Se llama vida privada por algo ¿sabes?" respondió en desacuerdo con
las palabras de su mejor amiga.

- "Tenemos nuevo caso" dijo la morena obviando las palabras de Lauren.

- "Sorpréndeme" dijo sin entusiasmo.


- "Un divorcio. Se separaron hace un mes y la exmujer tiene otra cuenta bancaria desconocida en
la que ha depositado todo el dinero de su ya exmarido" dijo sin más.

- "¿Qué somos ahora? ¿Becarias?" gruñó Lauren ante el nuevo caso que le habían asignado.

- "Hay más información, te mandé un sms con el resto anoche" dijo Normani

- "¿Puedes verlo tú? Tengo que ordenar esto" preguntó Lauren alcanzándole su móvil a Normani
antes de ponerse a recoger su mesa.

Para hacer creer a sus compañeros que tenía otras cosas de las que preocuparse, Lauren había
llenado su mesa de expedientes y archivos de casos anteriores solo para hacer bulto en su mesa y
que ésta no se viera solo con un flexo y el cuadro de ella y su madre.

- "¿Por qué tienes esta foto?" preguntó Normani confusa enseñándole a Lauren la foto que había
tomado la noche anterior de la chica en el banco.

Lauren se quedó de piedra. No sabía cómo reaccionar. ¿Qué le decía? ¿Le contaba la verdad? No.
No podía.

- "La hice cuando aún estábamos investigando el caso. Me gustó su bolso" dijo. "Pero qué excusa
más estúpida Lauren" pensó para ella misma.

- "Pues es falso" respondió la morena.

- "¿Qué?" dijo sorprendida.

- "El bolso es falso además de feo. Sabría reconocer un Gucci falso a kilómetros." Respondió
Normani sorprendida no por la foto, sino por el poco gusto de Lauren para la moda.

- "¿No es un poco extraño que alguien con una vida llena de lujos utilice un bolso falso?" preguntó
Lauren curiosa por el detalle que había notado Normani.

- "No tiene por qué, mucha gente lo hace para que su imagen crezca, eso es todo" concluyó.

Pero sí que era extraño. ¿Una chica de mirada noble queriendo parecer más extravagante? Sin
duda había algo que a Lauren no le encajaba. Mientras Normani, le relataba los detalles de su
nuevo caso, Lauren los ignoraba y pensaba en quién sería esa chica. Necesitaba conocer más sobre
ella.

Aprovechando el descanso de su mejor amiga para comer, Lauren se quedó en la oficina dispuesta
a conocer todo detalle sobre la chica del banco. Recortó con un pulso impecable su rostro. El
padre de Lauren, Mike Jauregui, siempre había soñado con que su hija estudiaría medicina puesto
que tenía un pulso que más de un cirujano envidiaría. Escaneó el rostro y lo introdujo en la base de
datos. Esto le llevaría un par de minutos, por lo que mientras fue en busca de un snack para llenar
su estómago. En el camino de vuelta, Lauren había engullido todo el snack, haciendo que llegara a
su escritorio con las manos repletas de chocolate buscando un pañuelo con el que poder
limpiarse. Le encantaba comer, pero más disfrutar de la comida, por mucho que acabara
manchada.

Tras varios minutos analizando la expresión facial de la chica, había un resultado. Lauren se quedó
pensativa mirando la pantalla. Qué fácil le parecía todo. Aun estando enganchada a la
investigación como un drogadicto lo está a las anfetaminas, a Lauren lo fácil acaba por aburrirle,
pero en este caso, tenía un presentimiento que le decía lo contrario. Solo tenía que pinchar en
"Ver resultado" para conocer el nombre. Un paso más y lo tendría.

- "¿A quién buscas?" dijo Normani apareciendo detrás de Lauren mirando la pantalla de su
compañera.

La había pillado. Sabía que este momento iba a llegar en cualquier instante. No podía decírselo. No
a ella.

- "A nadie" fue lo único que le salió decir.

- "¿A nadie? Venga ya Lauren, has puesto excusas mejores. Pensaba que eras más lista." Dijo
Normani empezando a preocuparse.

- "No te lo puedo decir..." admitió con tristeza.

- "Lauren Michelle Jauregui ¿Desde cuándo no nos contamos las cosas?" preguntó la morena
seriamente mientras se sentaba a su lado.

- "No quiero implicarte en esto. No puedo hacerte esto, y menos a ti" respondió fríamente.

- "Lo, eres mi mejor amiga" empezó Normani. "Cualquier problema tuyo, es un problema mío por
muy grande que sea. Yo cubro tu espalda y tú cubres la mía ¿O no es eso lo que decimos
siempre?"

Lauren no pudo contenerse más y se echó sobre el hombro de Normani llena de lágrimas. Le contó
todo lo que había descubierto; la mancha de pintalabios que implicaba a una mujer, el gesto noble
de la chica del banco, todo lo que sabía hasta el momento. Suplicó a su mejor amiga que la
perdonara por no habérselo contado, solo quería protegerla.

- "Está bien, no pasa nada, tranquila" intentó tranquilizarla Normani. "¿Qué tal si vemos de quién
se trata? Preguntó cogiendo la cabeza de la morena de ojos verdes y poniéndola en frente a la
suya.

Lauren asintió y se armó de valor para pinchar el botón que cambiaría una vez más su vida, y
pinchó sobre él.

- "La tenemos" dijo Normani.

- "La tenemos" repitió Lauren mientras el nombre de Dinah Jane Hansen aparecía reflejado sobre
la pantalla con todos sus datos personales.
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Capítulo 8

Día libre. Esto solo significaba una cosa: no sonaría ningún despertador que interrumpiera el sueño
de Lauren. Cuando iba al instituto, le costaba despertarse por las mañanas y su madre era su peor
pesadilla, siempre le gritaba que se despertara, le encendía las luces y le quitaba las sábanas. Cosa
que Lauren odiaba. Desde que Clara Jauregui no estaba, Lauren había optado por encontrar las
cosas que amas en la vida, las que te hacen feliz y te inspiran, ya que así se le hacía más fácil
levantarse por la mañana y tener ganas de vivir la vida. Ahora entendía por qué su madre le
insistía tanto en madrugar y aprovechar el día. Nunca sabes cuándo puede ser el último.

La habitación de Lauren no era nada del otro mundo, era amplia y con buena iluminación, pero si
entrabas sabías que era de ella. Todo el estudio en concreto estaba diseñado por Lauren, pero en
su dormitorio ponía más pasión. Al igual que el resto, las paredes eran grises lo cual quería renovar
ya que estaba cansada de ese color. Una guitarra bañada en madera que su padre le regaló, estaba
sujeta en la pared en un pequeño hueco que dejaba el armario blanco mate. En la pared de en
frente se podía apreciar su cuadro favorito colgado. Lo pintó después de la muerte de su abuela.
Era un lienzo blanco con su firma en la parte inferior izquierda y pincelazos de pintura negra sobre
él, los cuales mostraban la rabia acumulada en aquel momento. Aun recordaba lo libre que se
sintió después de pintarlo. Debajo de una gran ventana blanca con una cortina negra, se
encontraba una cama de matrimonio con sábanas blancas y cojines a rayas negros. Un baúl en
madera oscura con una planta de aloe vera sobre él, acompañaba el lado izquierdo de la cama,
mientras que al lado derecho, se podía observar una mesita de noche del mismo material con el
despertador y su libro favorito sobre ella. A pesar de tener una estantería blanca repleta de libros,
siempre dejaba "Matar a un ruiseñor" fuera para poder releerlo cuando quisiese. En la única
esquina libre que quedaba, Lauren había colocado un espejo psyche negro con pie y marco. No
importaba como la tuviese en estos momentos, pronto acabaría cambiándolo todo de sitio otra
vez.

A Lauren le gustaba cuidarse y seguir un ritmo de vida sano, pero era tradición desayunar en su día
libre huevos con bacon y queso acompañado de un zumo natural de naranja. Lauren odia el color
naranja, pero tratándose del zumo amaba tomarlo. Hoy el desayuno seria para dos, puesto que
estaba esperando la visita de Normani con quien había acordado ir a echar un vistazo en el
entorno de Dinah Jane Hansen, a la cual tacharon de principal sospechosa después de terminar las
grabaciones y comprobar cómo sin ninguna explicación Dinah Jane había bajado a la planta de
empleados del banco.

- "No sé qué haces que no vives conmigo para hacerme estos desayunos todos los días" dijo
Normani saboreando el desayuno que le había preparado su mejor amiga.
- "Soy demasiado perfecta para ti" bromeó Lauren dándole un sorbo a su zumo.

- "Tanto egocentrismo tan temprano no, por favor" rio la morena terminándose el plato.

Con Normani de copiloto, Lauren arrancó su Chevrolet y se dirigieron hacia el domicilio de Dinah
Jane. Estaba en una zona apartada de la ciudad y no muy extravagante, lo cual seguía sin encajar
con la imagen que daba.

- "¿Estás segura que vive ahí?" preguntó Lauren aparcando no muy lejos de una pequeña
urbanización.

- "Al menos eso pone aquí" respondió Normani observando una hoja de papel en la que habían
apuntado los datos más importantes el día anterior.

La urbanización en la que Dinah Jane vivía era pequeña y destartalada. El pequeño césped de la
entrada estaba sin cuidar y había aparcado en su plaza de garaje una furgoneta a la que le faltaba
poco para convertirse en chatarra.

- "Me resulta extraño que alguien que viva aquí, tenga una cuenta bancaria en un banco tan
lujoso" añadió Normani sin dejar de mirar hacia la urbanización.

- "Es la perfecta culpable, pero sería bastante fácil si fuera ella ¿no crees?" admitió Lauren.

- "A lo mejor "K" la usa como secuaz"dijo Normani poniendo voz tenebrosa.

- "No estamos jugando a héroes y villanos" rio Lauren al ver la expresión de su mejor amiga.
"Toma" dijo alcanzándole una pequeña cámara a Normani. "Haz fotos a todo hoy, que no se te
escape nada. Ve haciendo hueco en tu estómago, tenemos otra parada pendiente."

Después de aparcar su Chevrolet, Lauren y Normani entraron en Nando's y se sentaron en una


mesa que hacia esquina desde la cual se podía observar todo el local.

- "¡Este está siendo el mejor día libre!" dijo Normani entusiasmada mirando el menú.

- "No estamos aquí para solo comer ¿recuerdas?" Rio Lauren. "Estate atenta por si la ves.
Recuerda: es muy alta y rubia" terminó.

- "Gracias a esa descripción ahora me va a resultar más fácil encontrarla" dijo Normani
irónicamente, "¿Qué piensas hacer si aparece?" preguntó.

- "Nada" dijo sin más.

- "¿Nada? Entonces puedo comer tranquila" festejó Normani.

- "Eres tan estúpida a veces" rio Lauren "Venimos a observar, cualquier movimiento puede ser
clave."

- "¿Saben las señoritas lo que van a pedir?" preguntó el camarero amablemente.


- "Yo quiero cinco alitas de pollo" dijo Lauren con una perfecta sonrisa.

- "Que sean diez" terminó Normani.

- "En unos veinte minutos uno de mis compañero os servirá" respondió el camarero llevando el
pedido a la barra.

Lauren no podía dejar de pensar en Dinah Jane, si de verdad ese era su verdadero nombre. De cara
al público llevaba una vida lujosa y extravagante, pero detrás de ella existía una vida pobre y
desaliñada.

- "¡Hey Lauren!" dijo Normani despertando a ésta de sus pensamientos. "¿No es aquella de allí?"
dijo observando a la chica.

- "Si, es ella." Respondió Lauren sin apartar la mirada de la chica quien se estaba poniendo un
delantal.

Solo le bastó fijarse en ella un par de minutos para saber que la chica que había visto en el banco
no era más que una tapadera, la cosa era: ¿Tapadera de quién? Dinah Jane iba atendiendo de
mesa en mesa con una sonrisa y haciendo alguna que otra burla a un niño. Lauren sonrió al ver
este gesto porque le recordó al momento en el que encontró un hilo más del que tirar. Su rostro
seguía teniendo una mirada noble pero hoy a esa mirada, la acompañaba una expresión de
preocupación. Lauren se había dado cuenta porque desde que llegó al restaurante, cada vez que
atendía una mesa, observaba su móvil y la hora. ¿Estaría esperando a alguien?

Dinah Jane pegó un salto al escuchar su móvil sonar y descolgó con una expresión de alivio.

- "¿Dónde estás?" preguntó desesperada. "¿Hace rato que deberías estar aquí?" se pausó
esperando respuesta. "¿Qué? Espera un momento, no hables" dijo mientras se dirigía a la zona de
empleados.

- "Ahora vengo, no te muevas" le dijo Lauren a Normani mientras ésta avanzaba rápidamente
hacia el baño.

Lauren se paró a escuchar en el baño el cual estaba puerta con puerta con la zona de empleados.
Después de un par de silenciosos minutos, escuchó que alguien se acercaba.

- "Olvídate de eso y ven ya. Tienes cinco minutos" dijo Dinah Jane mientras colgaba.

"Así que de verdad estaba esperando a alguien" pensaba Lauren mientras volvía a la mesa donde
la esperaba su mejor amiga.

- "Podrías al menos esperarme para comer" rio Lauren mientras miraba a Normani comer con
ansias. "Bebe un poco que te vas a ahogar" volvió a reír.

- "¿Y esta felicidad?" preguntó Normani confusa mientras daba un sorbo a su refresco.
- "Va a reunirse con alguien aquí" dijo en voz baja para no levantar sospechas. "He escuchado una
conversación en la que la persona a la que espera está tratando con otros asuntos" dijo orgullosa
por la información que había obtenido.

- "¡Eso es fantástico!" gritó la morena llamando la atención de personas que ocupaban el


restaurante.

- "¡Shh!" calló Lauren "¡Por favor Normani, se más discreta!" le pidió.

- "Échale la culpa a mi entusiasmo por querer resolver este caso" rio Normani mientras seguía con
sus alitas de pollo.

Lauren y Normani habían casi terminado con su almuerzo cuando una joven de la misma edad de
ellas apareció por la puerta y corrió hacia su sospechosa. Lauren que observaba la escena
embobada, se fijó en como Dinah Janeh se alegraba de ver a la chica y le mandaba que empezara
atrabajar. ¿Sería algún familiar? Esa cara de preocupación no se pone por cualquiera. ¿Tendría
algo que ver con "K"? Aquella chica le acaba de romper los esquemas referentes al caso.

- "Deberíamos irnos. Hace rato que hemos terminado y no quiero levantar sospechas" dijo Lauren.
"Voy a pagar, espérame aquí" le dijo a Normani.

Nando's no era uno de los restaurantes preferidos de Lauren, es por eso por lo que lo visitaba
poco y cuando lo hacía pedía la comida a domicilio. Si hubiera venido más veces, tal vez tendría
algo más que aportar a todo esto. De camino a la mesa donde la esperaba su compañera, Lauren
guardaba el monedero en su bolso sin prestar atención a quien tenía delante hasta que escuchó
varios vasos romperse.

- "¡Perdón! ¡Lo siento! ¡No miraba por donde iba!" dijo Lauren muy arrepentida por lo que acaba
de suceder mientras recogía los trozos de cristal del suelo.

- "Ya me he dado cuenta" rio la camarera a la cual Lauren no había visto aún.

- "De verdad que lo siento, es solo que iba guardando el monedero y..." no dijo nada más al
comprobar que la camarera con la que se había chocado era la misma chica con la que Dinah Jane
había hablado varios minutos atrás.

- "Y... lo sientes" dijo con una sonrisa sin apartar sus profundos ojos chocolate de los de Lauren.

- "Si, eso." fue lo único que se le ocurrió decir a Lauren mientras veía como la chica se apartaba un
mechón de pelo oscuro detrás de la oreja y recogía cristales.

- "Gracias por tu ayuda, no tenías por qué" dijo la chica sonrojada.

- "No me causa molestia, además es lo menos que podía hacer después de tirarte al suelo" rio
Lauren.
- "Entonces solo me queda decir..." se rio y se pausó. "Gracias..." dijo estrechándole una mano a
Lauren con duda por cómo se llamaba.

- "Lauren, me llamo Lauren" dijo la morena de ojos verdes estrechándole la mano y encogiéndose
al notar la piel suave de la camarera contra la suya.

- "Camila." Respondió con una gran sonrisa

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Capítulo 9

Después del choque con la camarera de Nando's, de la cual ahora conocía su nombre, Lauren se
despidió y volvió a dónde la esperaba Normani.

- "¿Romper vasos entraba dentro de tus planes?" rio Normani mientras seguía a Lauren hasta su
coche.

- "¡Está claro que no! No puedo ser despistada ni cinco minutos" admitió Lauren.

- "Es una lástima que no estuviera planeado" dijo Normani mientras entraban en el coche.

- "¿Por qué dices eso?" preguntó curiosa ante las palabras de su mejor amiga.

- "Porque he hecho estas fotos para nada" admitió Normani mientras señalaba las imágenes que
había hecho con la cámara dentro del restaurante.

- "¿Qué cojones?" dijo Lauren alterada mientras daba un frenazo con su Chevrolet haciendo que
sus cuerpos se abalanzaran hacía delante.

- "¡Santo Dios Lauren! ¿Quieres matarme de un susto?" gritó Normani con una mano sobre su
pecho y la otra sujetando la cámara.

- "¡Lo siento! Vaya día estoy teniendo." Se disculpó mientras se echaba hacia un lado de la
carretera. "Enséñame las fotos" suplicó.

Normani además de haber capturado a Dinah Jane dentro del restaurante, había capturado el
momento en el que Lauren y la camarera se agachaban a recoger los trozos de cristal.

- "Si no fuera porque es una posible cómplice, te diría que fueses a por ella." Admitió Normani "En
esta se os ve preciosas" dijo mostrándole a Lauren una imagen del momento exacto en el que
Camila y ella se miraban por primera vez.

- "No soy ninguna máquina de la seducción, además quitando el hecho de estar implicada en el
caso, no sé si le gustan las chicas." Dijo sonriente sin apartar la vista de la imagen.
- "Cierto, no recordaba que la Srta Jauregui está acostumbrada a que la seduzcan a ella" rio
Normani consiguiendo picar a su mejor amiga.

- "Porque no he tenido la oportunidad todavía" dijo seriamente volviendo a tomar la carretera.

Aparcada frente al apartamento de Normani, Lauren le pidió que le devolviera la cámara antes de
que ésta saliera de su coche. Quería volver a ver esas fotos. De nuevo en su estudio, Lauren se
preparó un plato rápido de sopa mientras las fotos de la cámara se pasaban al portátil. Una vez
terminado todo el proceso, las imprimió todas, tanto las de Dinah Jane en su casa y en el
restaurante, como las de Camila y ella. Camila. Aún podía notar su piel encogiéndose debido al
roce de sus manos. Normani le había dado una idea. "Si no fuera porque es una posible cómplice
te diría que fueses a por ella" recordaba las palabras de su amiga mientras miraba la foto con
Camila. Podía acercarse a ella para conseguir información.

- "No. Yo no soy así" pensó. "No me gustan que jueguen conmigo y me mientan, por lo tanto yo
tampoco lo haré"

Aunque por otra parte deseaba hacerlo, no solo por el caso sino por conocer a la chica morena
que había conseguido erizar su piel. "El destino se está riendo de mí" se repetía una y otra vez
mientras se terminaba el plato de sopa. Pero si quería resolver el caso necesitaban una salida y
solo tenían dos hasta el momento. Una de ellas era conseguir un empleo en Nando's, la cual había
sido propuesta por Normani y la otra ganarse la confianza de Camila para acceder a Dinah Jane. Si
Lauren tuviese que elegir con la cabeza, elegiría la primera opción, pero había algo en su interior
que tiraba hacia la segunda y Lauren lo sabía. Quería volver a ver aquellos ojos marrones clavados
en los suyos.

Tras dejar el plato vacío en la pequeña cocina, Lauren recogió las imágenes ya impresas y las
colocó en su tablón con un par de chinchetas. Hasta ahora la única información que tenía de más
era que Dinah Jane, quien trabajaba en Nando's y vivía en una urbanización desaliñada, formaba
parte del juego de "K" y Camila podría ser una cómplice más debido a la conversación por
teléfono: "Olvídate de eso y ven ya" repetía Lauren sobre su cabeza. Tenía muchas preguntas y
pocas respuestas. ¿Qué tenía que dejar de hacer? ¿Cómo dos personas con miradas tan nobles
podían estar implicadas en algo así? La necesidad de acabar de una vez por todas con este caso la
consumía.

Cantar no era la gran pasión de Lauren, puesto que ella decía que su voz no valía para animar al
público, pero cada vez que cantaba If I Ain't Got You de Alicia Keys pasaba por alto este detalle.
"Some people want it all, but I don't want nothing at all. If it ain't you baby, If I ain't you baby"
cantaba mientras hacia su trayecto diario hacia la oficina con el olor a café de fondo.

Lo que menos le apetecía en este instante era empezar el nuevo caso que le habían asignado.
Tenía sus pensamientos en otro y no iba a poder trabajar con claridad hasta acabarlo. Normani por
su parte, sí que había avanzado con el nuevo caso. Era un alivio haberle contado sus planes, ya que
ahora trabajaría con menos presión.
- "¿Te puedes creer que la exmujer de nuestro cliente tiene como cinco cuentas bancarias
distintas?" dijo Normani alterada soltando los informes sobre su mesa. "No puedo con este caso,
es una tontería." admitió "¿Qué tal tú? ¿Has pensado en algo sobre... ya sabes?"

- "Después de pensarlo mucho, he tomado una decisión" dijo Lauren acomodándose su cabello
oscuro.

- "¿Vas a trabajar en Nando's?" preguntó Normani ilusionada por poder comer allí cuando le
apeteciese.

- "No, no es eso..." admitió Lauren terminándose el café.

- "¿Entonces? Que yo sepa no teníamos muchas más opciones" añadió Normani curiosa por las
palabras de Lauren.

- "No voy a trabajar en Nando's porque sería difícil compaginar mi oficio con ese trabajo. No sé el
horario que podría tener y tampoco estoy cualificada para ello"mintió mientras recordaba haber
trabajado en un restaurante en su adolescencia para ayudar a sus padres a pagar sus estudios "Es
por eso por lo que he decidido llegar a Dinah Jane a través de Camila." Admitió con tristeza.

- "Lauren... ¿No crees que eso va... ya sabes, en contra de tus principios?" preguntó Normani
sorprendida.

- "¿Crees que no lo sé? Yo no soy así, pero tengo algo en el pecho me dice que siga adelante" dijo
Lauren con la voz cortada.

- "¿Estás segura de que el cruce de miradas con esa chica no ha tenido nada que ver?"

- "No. No lo sé" gruñó Lauren.

- "Con cualquier decisión que tomes voy a estar aquí para ayudarte Lo, pero algún día Camila se va
a enterar y no es plato de buen gusto" concluyó Normani mientras acariciaba la espalda de su
mejor amiga.

- "No quiero hacerle daño" dijo Lauren lanzándose a los brazos de la morena.

- "Lo sé Lo, lo sé" terminó Normani mientras le correspondía el abrazo.

Después de terminar su día laboral, Lauren sin tener un mínimo apetito, se presentó en Nando's.

- "¿Pero qué haces aquí Lauren?" pensó para ella misma mientras se acomodaba el pelo dispuesta
a entrar en el restaurante.

Lauren abrió la doble puerta del restaurante vestida con su traje casual, ni si quiera había parado a
cambiarse. No podía perder el tiempo de esa forma. Anduvo hasta la misma mesa del día anterior
con la esperanza de que le saliera bien lo que estaba pensando. Era aún pronto para cenar, es por
eso por lo que no había mucha gente. Un grupo de adolescentes en la mesa del centro, una
pequeña familia cerca de ellos y una aparentemente cita en otra de las esquinas. Lauren estaba
embobada mirando a la pareja, echaba de menos sentirse especial para alguien. Tras estar un par
de minutos mirándoles con los ojos brillosos, buscó entre los empleados. Podía ver al camarero
que la había atendido al día interior y podía ver a Dinah Jane con su agradable sonrisa atendiendo
al grupo de adolescentes. Echaba en falta a alguien, echaba de menos a Camila.

- "Lauren céntrate" se repetía una y otra vez con los dedos sobre la sien.

Lauren pensaba que se había precipitado yendo hasta allí sin ni siquiera saber el horario que
Camila tenía. Tampoco tenía hambre. Solo quería verla. Lauren es géminis, por lo que tenía doble
cara. Las cuales se estaban exponiendo a la misma vez. ¿Querría algo más con Camila aparte de un
simple acercamiento? Dudaba, y si dudaba era por algo. Ella lo sabía pero no quería admitirlo.

- "Buenas noches, bienvenida a Nando's, ¿sabe lo que va a pedir?" preguntó una voz femenina.

Lauren levantó la cabeza y vio como Camila la miraba con una perfecta sonrisa y un bloc de notas
entre sus manos. No se lo podía creer, ¿de dónde había aparecido? Estaba preciosa. Llevaba
recogido su largo cabello oscuro y el uniforme no sabía por qué pero le quedaba mejor que el día
anterior.

- "Vaya, ayer te tuvo que gustar mucho la comida para aparecer dos días seguidos por aquí" dijo
sonriente. "Hola Lauren" sonrió mientras jugaba con el mechón de pelo que le sobresalía de la
coleta.

- "El caso es que no estoy aquí por mí" dijo nerviosa. "Hola Camila" respondió con otra sonrisa.

- "Bueno en ese caso, volveré cuando la persona a la que esperas aparezca" dijo desilusionada lo
cual notó Lauren fácilmente.

- "Está bien" respondió con una sonrisa pícara.

Después de 20 minutos, Lauren seguía esperando a alguien que nunca llegaría porque no existía
dicha persona. Había matado el tiempo mirando el menú y de vez en cuando cruzando miradas
con Camila. Nunca había visto a alguien a quien le sentara tan bien llevar el pelo recogido.

- "Al parecer a esa persona le gusta hacerse de rogar" dijo Camila apareciendo detrás de Lauren.

- "Parece, pero realmente lleva aquí bastante tiempo" respondió Lauren nerviosa.

- "¿Es invisible?" preguntó Camila intentando romper el hielo.

- "Gracias a Dios que no" rió Lauren. "Estoy viendo a esa persona ahora mismo, es más la tengo en
frente"

- "Lauren aquí solo estamos tú y yo" dijo Camila sin saber a qué se refería la morena de ojos
verdes.
- "Lo sé" dijo sin perder la sonrisa. "Te invito a cenar." Admitió nerviosa por la respuesta de Camila.

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Capítulo 10

Camila no pudo evitar que una gran sonrisa ocupara su pequeño rostro al escuchar las palabras
provenientes de la que hasta ayer era una completa desconocida. Ni si quiera ella misma podía
entender a qué se debía su felicidad. Solamente se limitaba a mostrarla.

- "¿Quieres invitarme a cenar?" rio.

- "Es mi mejor forma de disculparme por romper los vasos, sé que te lo descuentan del sueldo y
créeme que así me siento mejor" admitió Lauren tímidamente.

- "Termino mi turno en quince minutos, ¿me esperas?" preguntó Camila.

- "Será un placer" soltó Lauren sin apartar la mirada de los ojos marrones de Camila.

Jamás una mirada le había transmitido tanto, podría pasarse horas y horas mirando a Camila que
no se cansaría. "Es preciosa" se repetía así misma una y otra vez. Lauren se fijó en como después
de haber aceptado su propuesta, Camila se había acercado a Dinah Jane para aparentemente
contarle sus planes. Dinah Jane parecía preocupada, como si no se fiara de Lauren ni en la forma
en la que Camila podía actuar. Lauren seguía pensando en que Camila tenía que ser alguien
importante para Dinah Jane.

- "Ni se te ocurra mezclar lo profesional con lo formal" pensó Lauren preocupada por poder sentir
algo más que una atracción por Camila.

Lauren no tenía miedo a ser rechazada por ella, es más a pocas cosas le tenía miedo, pero en este
caso lo que más temía era hacerle daño. Sonaba irónico que lo dijera ella puesto que la estaba
utilizando, pero tenía curiosidad sobre su persona, necesitaba conocer más de ella. Por mínimo
que fuese el detalle.

- "Lista" apareció Camila con el pelo alborotado después de haberlo masajeado para que no se
notara que lo había llevado recogido.

Si Lauren pensaba que el uniforme le sentaba bien, es porque aún no la había visto sin él. A pesar
de que el frio invernal se acercaba, Camila solo llevaba unos pantalones vaqueros rasgados y un
jersey gris de mangas largas con el cuello blanco lleno de pedrería, el cual dejaba ver parte de su
abdomen. Lauren se estremeció al ver a la chica más bajita que ella.

- "¿No vas a pasar frío?" le preguntó Lauren después de observar su perfecta figura.
- "Tal vez" se pausó "En el caso de que así fuera te quitaré la chaqueta" dijo con una sonrisa pícara
consiguiendo dejar a Lauren sin palabras.

- "Se va a hacer tarde. Vamos" propuso.

- "Pensaba que cenaríamos aquí" admitió Camila.

- "Sería un gesto bastante cutre hacia mi persona" sonrió Lauren.

- "En ese caso espera un momento" se pausó Camila mientras escribía un mensaje el cual Lauren
notó que era para Dinah Jane por el sonido de su móvil. "Ahora sí, lista" concluyó con una sonrisa.

Lauren invitó a entrar a Camila en su Chevrolet educadamente abriéndole la puerta para que
pudiera entrar, tras esto dio la vuelta y entró ella.

- "Bonito coche" dijo Camila mientras cogía un par de CDs que Lauren tenía en la guantera. "Así
que Lana del Rey, The 1975 y The Weekend" dijo sorprendida ante los gustos de Lauren.

- "Entre otros" sonrió Lauren de camino a su destino.

- "Siempre he querido ir a un concierto de The 1975 ¿Puedo?" preguntó Camila cogiendo el disco
queriendo poner una canción de ellos.

- "Claro, sírvete" dijo amablemente Lauren.

Camila introdujo el disco y eligió la canción Fallingforyou. Lauren se sorprendió ¿por qué habría
escogido justamente esa?

- "What time you coming down?" empezó a cantar Camila "We started losing light. I'll never make
it right If you don't want me around, I'm so excited for the night, all we need's my bike and your
enormous house"

- "Cantas muy bien" dijo Lauren quien había estado disfrutando de esos segundos en silencio.

- "¡Gracias! ¿Qué tal tú?" preguntó Camila queriendo escucharla cantar.

- "No gracias" se rio. "Cantar no es lo mío" admitió la morena de ojos verdes.

- "En ese caso... No estaré lo suficientemente disculpada por lo de ya sabes... los vasos" insistió
Camila con voz melancólica.

- "¡Oye! Eso es jugar sucio" gruñó Lauren mientras apartaba la vista de la carretera para mirar
unos segundos a Camila la cual estaba a punto de hacer un puchero. "Arg, está bien"

- "Si lo haces mal, yo te ayudo y canto contigo" dijo Camila juguetona.


- "Qué remedio" rio Lauren "Don't you see me now? I think I'm falling, I'm falling for you, don't you
need me? I, I think I'm falling, I'm falling for you, and on this night and in this light, I think I'm
falling, I'm falling for you" cantó Lauren con su voz rasgada.

- "Maybe you changed your mind..."le siguió Camila

"I think I'm falling, I'm falling for you" cantaron las dos al unísono mientras el color rosa
anaranjado del atardecer penetraba el parabrisas.

- "Te doy un aprobado raspado" mintió Camila asombrada por la voz tan hermosa de Lauren.

- "Te advertí que lo hacía mal" rio Lauren mientras volvía a repetirse la canción. "Ya estamos
cerca" afirmó.

- "Aun no me has dicho a dónde vamos" dijo con curiosidad.

- "Si te lo dijera no sería una sorpresa" comentó Lauren mientras entraba en el parking del
restaurante. "Ponte esto en los ojos" le dijo extendiéndole un pañuelo.

- "¿Puedo fiarme de ti o me vas a violar?" Bromeó Camila.

- "¿Te han dicho alguna vez que eres un tanto idiota?" dijo Lauren después de soltar una gran
carcajada. "Confía en mí."

Camila se puso el pañuelo alrededor de sus ojos tal y como Lauren se lo había pedido. Lauren se
bajó primero y la ayudó a salir cogiéndola de la mano. Una vez más, ahí estaba el roce que
conseguía erizar su piel. La ayudó a Caminar hacia la entrada y una vez dentro le quitó el pañuelo.

- "¿Estás de broma? Me encanta este restaurante y me encanta el sushi" admitió Camila con una
gran sonrisa al ver donde se encontraba. "¿Cómo lo has sabido? ¿Estás segura que no nos hemos
visto antes?"

- "Digamos que eres un tanto obvia y llevas una chapa en el bolso de este restaurante con el
eslogan 'amo el sushi'" rio Lauren una vez más esa noche al ver la felicidad que mostraba Camila.

- "Así que me he tenido que chocar con una chica que se fija en los pequeños detalles" dijo
alegremente. "Me gusta" concluyó mientras se acercaba a una de las mesas.

"Me gusta" repetía Lauren sobre su cabeza. Seguro que si Normani hubiera estado allí le hubiera
sugerido recoger las babas ya que seguía con la boca abierta después de escuchar ese último
comentario.

Con los platos casi al terminar, Lauren quiso saber más sobre ella después de haber pasado los
últimos minutos mientras cenaban hablando sobre lo bueno que estaba el sushi y la de veces que
Camila iba a ese restaurante a pesar de ser un poco caro.
- "Si así es tu forma de disculparte, dejaré que te choques conmigo las veces que quieras" dijo
Camila con una tímida sonrisa mientras se llevaba un trozo de sushi a la boca dejando parte de su
labio mojado por la salsa.

- "Quizás la próxima vez no me haga falta chocarme contigo" dijo seductoramente mientras
limpiaba con el pulgar de su mano derecha el labio de Camila. "Perdona, tenías algo ahí. Soy muy
tiquismiquis con las manchas." Sonrió.

- "No te preocupes" respondió Camila mordiéndose los labios después de notar el pulgar de
Lauren sobre su labio.

- "Perdone la cuenta cuando pueda" pidió Lauren a un camarero que pasaba por su lado. "Gracias"

- "¿Piensas pagar tú todo esto?" preguntó Camia asombrada por el gesto.

- "Te dije que te invitaba a cenar ¿no?" dijo.

- "Si pero..."

- "No hay más que hablar" cortó Lauren.

- "En ese caso la próxima vez me toca invitar a mí" advirtió Camila con su sonrisa pícara.

- "¿Eso quiere decir que habrá próxima vez?" preguntó Lauren sonrojada.

- "Solo si tú quieres que la haya" concluyó la chica más baja.

No hicieron falta más palabras para saber que tanto una como la otra querían volver a repetir el
encuentro. Al salir del restaurante ya era completamente de noche y la temperatura había bajado.
Lauren notó como Camila se frotaba las manos sobre sus brazos intentando luchar contra el frio.

- "Así vas a estar mejor" dijo Lauren colocando su chaqueta sobre los hombros de Camila.

- "Gracias" sonrió tímidamente "Te advertí que te la acabaría quitando" dijo mientras se la
colocaba adecuadamente.

Una vez dentro del coche, fue Lauren la que eligió esta vez la canción.

- "Me gusta esta de Lana, me relaja" admitió Camila mientras cantaba un trozo de Ride.

- "A mí también" admitió Lauren refiriéndose no exactamente a la canción. "¿Dónde tengo que
dejarte?" preguntó mientras arrancaba su Chevrolet.

- "En Nando's, mi compañera me espera allí para irnos juntas a casa" dijo sin más.

- "¿Vivís juntas?" preguntó Lauren sabiendo a qué compañera se refería.


- "Desde hace un par de años, es como una hermana mayor para mí, aunque hay veces que no
sabemos distinguir quien en la más infantil de las dos" concluyó.

- "Por lo que he comprobado esta noche, muy difícil no tiene que ser" rio Lauren volviendo a
apartar la vista de la carretera para ver la adorable expresión de Camila quien se había quedado
boquiabierta por el comentario de Lauren. "Estaba preciosa" pensó.

De vuelta a Nando's, Lauren no se equivocaba sobre quien era la compañera que esperaba a
Camila, nada más y nada menos que Dinah Jane.

- "Gracias por lo de esta noche. Me he divertido mucho." dijo sinceramente Camila una vez que
Lauren aparcó frente la puerta.

- "Gracias a ti por aceptar la disculpa" respondió con una sonrisa mientras miraba a Camila
fijamente a los ojos pocos iluminados por una farola.

- "Ven, quiero que conozcas a alguien" dijo mientras se bajaba del coche. "Dinah esta es Lauren.
Lauren esta es Dinah" las presentó.

- "Encantada" dijo Lauren con una sonrisa mientras estrechaba la mano con la chica más alta que
ella.

- "Igualmente" sonrió. "Voy a terminar de recoger nuestras cosas Mila, ahora vuelvo. Encantada de
nuevo Lauren" dijo mientras se iba.

- "Es más simpática de lo que aparenta" admitió Camila.

- "Lo sé" pensó Lauren

- "Toma tu chaqueta, no quiero que te la olvides" añadió mientras se la quitaba.

- "No hace falta que me la des" dijo Lauren. "Así tengo una excusa para volver a verte." Admitió
con una pequeña sonrisa. "Nos vemos Camila" se despidió mientras besaba la mejilla ahora
sonrojada de la camarera que sin ella saberlo le había robado parte del corazón a Lauren.

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Capítulo 11

Cansada de dar vueltas en la cama, Lauren decidió madrugar más de lo normal y aprovechar la
cantidad de tiempo que tenía para ponerse a limpiar a fondo. Lo bueno que tenía vivir en un
estudio era que no tenía vecinos a los que molestar por lo tanto podía poner la música tan alta
como quisiese sin importar el momento del día. Decidió empezar barriendo todo, su habitación; la
pequeña cocina; el salón; el baño y su pequeña zona de trabajo. Pero antes de ponerse a ello, no
podía faltar un buen CD que expresara sus emociones en estos momentos. Lauren eligió uno
variado y puso Crickets de Drop City Yacht Club a todo volumen.

- "So I told her like, ooh-oooh darling I feel like I am fallin I think I'm in whatever-it-is-they-call-it"
empezó a cantar mientras usaba el palo de la escoba como micrófono "I'm talkin 'bout loooooove,
my friends say I'm trippin but, baby I don't really give a fuuuuuck" le encantaba sentirse viva en
esos momentos "Pardon my French, girl, I just wanna know what's up I told we should kick it but
all I heard was crickets"

Puede que cantar no fuese lo suyo, pero cuando se trataba de una situación así no podía callarse
como se sentía y acompañaba sus emociones con un baile que se iba inventando sobre la marcha
mientras iba barriendo: empezaba a barrer, se paraba y cantaba con los ojos cerrados mientras
daba media vuelta y volvía a barrer y así sucesivamente cambiando los pasos de baile. A Lauren se
le notaba que estaba feliz y no lo iba a negar. Haber invitado a Camila a cenar había sido una
correcta opción independientemente del fin que había tenido esa cita. Cita. ¿Debería de llamarlo
así? No lo sabía pero tampoco le importaba, solo quería disfrutar y que pasaran rápido las horas
para volver a verla. Sabía que para que esto sucediera tendría que pasar un par días, quería
volverla a ver pero ni si quiera sabía que pensaba ella y lo más importante, tampoco sabía si le
gustaban las chicas.

Tras acabar de limpiar todo el estudio a fondo, aun tenía un par de horas por delante antes de
entrar a trabajar, por lo que decidió darse una buena ducha. El baño de Lauren como todo el
estudio, estaba diseñado y decorado por ella. Era una amante de la decoración y de los pequeños
detalles en lugares simples. El baño era espacioso y con buena iluminación. Nada más entrar te
encontrabas en frente un lavabo en blanco mate con la piedra en mármol gris. A su izquierda un
pequeño estante blanco con las toallas, maquillaje y todo lo indispensable para cuidar su piel.
Respecto a su pelo, Lauren no tenía problemas puesto que solo se lo secaba, le gustaba su pelo
natural sin retoques y con sus pequeñas ondas. Encima del lavabo había un pequeño cactus
artificial, le gustaba el toque verde que daba y sobre este un enorme espejo sujeto a la blanca
pared de forma horizontal. A la derecha del lavabo se encontraba el váter y la ducha los dos del
mismo material que el lavabo, con el alicatado de piedra negra y una pequeña estufa entre ellos.
La parte favorita del día de Lauren era cuando se duchaba porque se relajaba y por unos minutos
se olvidaba de todo a su alrededor.

De vuelta al mundo laboral, Lauren había optado por cambiar su típico traje y darse un respiro e ir
más cómoda. Agarrando con una mano la toalla envuelta sobre su perfecto cuerpo, pasaba la otra
que le quedaba libre sobre la ropa. Eligio unos pantalones negros rasgados junto con una blusa
verde a juego con sus ojos y un abrigo negro, puesto que Camila se había quedado con su
chaqueta de cuero. Arregló su bolso mientras la cafetera preparaba su café con leche y salió por la
puerta con ganas de comerse el mundo.

- "Buenos días Jauregui" saludó la comandante Ally Brooke "¿Algún avance en el nuevo caso con
Kordei?" preguntó
- "Buenos días jefa" saludó Lauren alegremente mientras subía las escaleras acompañando a la
comandante. "La exmujer no solo tiene una cuenta bancaria desconocida, sino que aparte tiene
cinco más" explicó mientras agradecía en silencio que su compañera hubiera investigado por las
dos.

- "Estupendo, seguro que en un par de días lo tenéis más que resuelto" animó la comandante
antes de entrar en su despacho. "Confío en ustedes"

Lauren también esperaba tenerlo resuelto en un par de días puesto que era un caso muy simple y
sabía que no duraban tanto, pero por otra parte quería alargarlo más para poder compaginar los
dos casos a la vez.

- "Buenos días Mani" dijo mientras besaba la frente de su mejor amiga y se sentaba en su mesa.

- "¿Puedes no ser cariñosa tan temprano? Me entran nauseas" bromeó Normani.

- "Recordaré esto la próxima vez que me llames borde" rio Lauren.

- "¿Tengo que sacarte a la fuerza lo que hiciste ayer?" dijo expectante Normani.

- "¿Por qué piensas que hice algo importante ayer?" preguntó Lauren curiosa.

- "No nací ayer Lo, te has echado Miss Cherie de Dior y solo usas esa colonia cuando celebras algo
y que yo sepa ni yo estoy embarazada ni tu tampoco" rio.

- "Contigo no se puede ocultar nada ¿verdad?" sonrió Lauren.

- "¡Venga ya Lauren! ¿Piensas contármelo o te lo tengo que sacar a cosquillas" amenazó Normani
mientras se acercaba a Lauren con intención de hacerla reír sin parar.

- "¡Está bien! Pero aparta esas manos de mí" dijo creando un escudo con sus brazos mientras se
tranquilizaba "Camila vive con Dinah" admitió

- "¿Cómo has llegado a esa conclusión?" preguntó curiosa.

- "Me lo dijo ella y antes de que digas nada, NO pasó nada, solo cenamos juntas" dijo Lauren
cortando a su mejor amiga quien estaba a punto de hablar.

- "Está bien, confío en tu palabra, ya te volveré a sacar el tema más adelante" se pausó. "La cosa es
que o Camila y Dinah Jane viven con alguien más o sigue estancadas en su infancia" concluyó.

- "¿A qué te refieres? Preguntó Lauren sin saber de qué hablaba Normani.

- "En la entrada de su urbanización había juguetes" dijo sin más

- "¿Estás segura de eso Normani?" preguntó Lauren interesada.


- "Normalmente te hubiera respondido que no porque no tengo una buena memoria que digamos,
pero en este caso..." dijo sacando una foto impresa de su bolso "tengo esto que me lo recuerda"
terminó mostrándole a Lauren una de las imágenes que había tomado cuando fueron a echar un
vistazo sobre el entorno de Dinah.

- "¡Normani! ¿Qué haces con esto aquí? Guárdalo antes de que nos vean" apresuró a su
compañera.

- "Solo quería mostrártelo, tranquila" dijo calmando a Lauren volviendo a introducir la imagen en
el bolso.

- "Creo que deberíamos de ir de nuevo a echar un vistazo por la zona, puede que encontremos
algo más con lo que avanzar" sugirió Lauren

- "¿Recuerdas lo que era tener tiempo libre? Porque yo no y todo gracias a ti" bromeó.

- "¡Estúpida!" rio Lauren mientras le lanzaba una bola de papel a su mejor amiga.

Después de la jornada laboral, volvieron al coche de Lauren para seguir con su investigación.
Normani apasionada por la música de Beyoncé, encendió la radio para cambiar de disco y empezó
a sonar de nuevo Fallingforyou haciendo recordar a Lauren como en el mismo asiento en el que
estaba sentada ahora su mejor amiga, había estado Camila cantando con su dulce voz.

- "Así que Fallingforyou" dijo Normani mientras cambiaba a Diva del disco I am... Sasha Fierce
"Hacia tiempo que no escuchabas esa canción. Desde Keana ¿verdad?" preguntó Normani.

- "Tal vez sea hora de pasar página" respondió Lauren mientras se colocaba unas gafas de sol sin
apartar la vista de la carretera.

Así era. Fallingforyou le recordaba a su anterior relación. Keana le había hecho pasar muy buenos
momentos, pero cuando una relación se empieza a desgastar, por mucho que luches no volverá a
ser lo mismo. Este fue el motivo de su ruptura y si ahora no recordaba mal, Keana había rehecho
su vida con una tal Jennifer Reyes. Realmente se alegraba por ella, no sería justo por su parte no
alegrarse. Tanto una como la otra tenían derecho a rehacer su vida. Si Lauren llevaba sin escuchar
dicha canción desde entonces era por lo que le recordaba, por eso se sorprendió cuando Camila
puso precisamente ese canción. Por primera vez después de tanto tiempo, volvió a escucharla
obteniendo un significado completamente distinto al que tenía. Ahora cada vez que la escuchase,
se acordaría de como la chica más bajita que ella consiguió que Lauren cantara para alguien más
que no fuera ella misma.

- "Sé que amas a Beyoncé pero es hora de apagar la música, hemos llegado" dijo Lauren mientras
giraba la rueda del volumen.

- "Distinto día, igual de desaliñada" observó Normani


La urbanización seguía tal y como la había descrito Normani, salvo que ahora incluso lo estaba un
poco más. Al lado del buzón había unas tres bolsas de basura como si hubieran hecho una limpieza
a fondo y el césped estaba más crecido.

- "¡Agáchate!" chilló Lauren al ver aparecer a una mujer de piel morena y cabello negro rizado y a
otra más bajita, de estructura delgada y con el pelo corto.

- "¿Nos habrán visto?" preguntó Normani mientras asomaba un poco la cabeza por la ventana.

- "No lo creo, sino no seguirían ahí paradas hablando" dijo señalando a las dos mujeres. "Me
suenan sus caras, como si las conociera de algo" pensó Lauren.

- "Lo, fíjate" dijo señalando a un crio de unos cuatro años que corría hacia la mujer más alta.

- "Parece su madre ¿no crees?" preguntó curiosa ante la situación "hazle fotos a todo que no se te
olvide ningún..."

No pudo decir nada más después de ver como la puerta de la urbanización, se abría dejando ver
cómo Camila salía de la casa en busca del pequeño y abrazaba a la mujer más bajita.

- "Muestras de afecto..." adjuntó Normani quien estaba embobada viendo la escena. "¿Viven
todos juntos?"

- "Camila no mencionó nada de eso, aunque tampoco tenía por qué hacerlo." Dijo sin apartar los
ojos de la chica.

- "Es un detalle a tener en cuenta" afirmó la morena.

La escena terminó rápido. Después de haber visto como las dos mujeres llegaban a la urbanización
y el pequeño crio había corrido hasta la más alta de las dos, Lauren solo pensaba en Camila quien
llevaba el uniforme de Nando's y desapareció poco después de despedirse con un beso a la mujer
más bajita. ¿Sería su madre? ¿Quién sería ese crio? Pero la pregunta que Lauren más temía
hacerse era ¿le habría Camila realmente robado el corazón?

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Capítulo 12

Varios días después Lauren no pudo contener las ganas de ver a Camila y aprovechó su día de
descanso para ir a comer a Nando's esta vez ella sola. Iba con la excusa de pedirle la chaqueta pero
realmente, no le importaba que la tuviera el tiempo que quisiese. Después de volver a visitar el
entorno de Camila y Dinah, Normani le insistió en que hablara de nuevo con Camila e intentara
sacar una explicación coherente a la escena de hace varios días atrás, pero Lauren no quería
agobiarla, quería ir despacio por mucha prisa que tuviera por resolver el caso.
Aunque la lluvia y el cielo gris no encajasen con su estado de ánimo, Lauren había optado por usar
un maquillaje fino pero seductor y acompañar sus labios con un tono burdeos. Solo usaba este
color cuando era una ocasión especial y para ella, hoy lo era. Montada en su Chevrolet y con el
parabrisas de un lado a otro, Lauren se dirigía a Nando's con una sonrisa que le duraría poco.

Una vez en el parking, antes de bajar del coche, abrió un gran paraguas rojo y salió clavando sus
botas negras sobre el asfalto. Dentro del restaurante, dejó su paraguas sobre un gran paragüero
que había en la entrada y se apresuró a sentarse. El restaurante estaba casi lleno, ya que era la
hora punta para almorzar. Es por eso por lo que no pudo ocupar su mesa habitual y se sentó en
una del centro. Miró a varios lados y no pudo encontrar ni a Dinah, ni a Camila. ¿Dónde estarían?

- "Buenas tardes, bienvenida a Nando's ¿qué desea pedir?" le dijo un camarero al que ya conocía.

- "Hola, buenas" sonrió "Quiero media pieza de pollo que no esté muy hecha y un refresco" pidió.

- "Estupendo, en un par de minutos lo tienes ¿vale preciosa?" dijo el camarero anotando el pedido
en un bloc de notas.

- "Está bien, gracias" dijo con una amable sonrisa.

Con el móvil en las manos dándole vueltas sobre la mesa, Lauren no dejaba de mirar por todos
lados en busca de los ojos de Camila sin dejar de preguntarse dónde se podría haber metido. Tras
un par de minutos esperando, vio aparecer a Dinah caminando con una bandeja hacía dónde
Lauren se encontraba.

- "Hola Lauren" saludó la chica más alta con una sonrisa mientras dejaba el pedido de sobre la
mesa

- "Hola Dinah, gracias" dijo nerviosa pensando si es en preguntar o no por Camila.

- "¿Buscas a Camila?" se le adelantó.

- "La verdad es que sí, vengo a buscar mi chaqueta" mintió.

- "Vas a tener que pasarte otro día, Camila no está aquí hoy" dijo Dinah sin más consiguiendo
quitar la sonrisa del rostro de Lauren.

- "Ah, bueno" dijo desilusionada. "No sé en qué otro momento me voy a poder pasar ¿le podrías
dar mi número?" preguntó cogiendo una servilleta y buscando un boli por su bolso.

- "¡Sin problemas!" sonrió Dinah mientras Lauren escribía su número de teléfono en la pequeña
servilleta con una caligrafía nata.

- "Vale pues aquí tienes" dijo alcanzándole la servilleta "Gracias Dinah" sonrió.

- "De nada Lauren y buen provecho" concluyó antes de volver a atender otras mesas.
Lauren había pasado el poco tiempo que le duró el pollo, desilusionada al no haber visto aquellos
ojos marrones. Se levantó de la mesa y se acercó al mostrador. Se apoyó con los codos sobre este
y esperó a que viniera alguien que la atendiera. Nando's estaba abarrotado por lo que entendía la
falta de personal. Mientras esperaba, miraba alrededor y se fijaba en las personas que ocupaban
el restaurante. "Nada que ver con las del banco" pensaba. Había una gran diferencia entre
aquellas personas y las que estaba viendo en ese momento. La diferencia era que las del
restaurante estaban pendiente a lo que las rodeaba y las del banco solo miraban por sí mismas.
Hasta el más gamberro creando una guerra de patatas fritas sentado en una mesa que hacía
esquina, parecía noble.

- "Perdone la espera señorita" dijo un hombre mayor consiguiendo sacar a Lauren de sus
pensamientos.

- "No se preocupe" dijo Lauren amablemente mientras le alcanzaba un par de billetes. "Quédese
con la vuelta." Dijo amablemente antes de coger su paraguas y salir del restaurante.

Era el día perfecto para quedarse en casa lo que quedaba de día y ver una película de terror, pero
a Lauren le gustaba verlas acompañada por lo que llamó a Normani para que le hiciera compañía
la cual aceptó sin ningún impedimento.

El estudio de Lauren ahora con aroma a palomitas, estaba preparado para una tarde con su mejor
amiga. Había una pequeña montaña sobre la mesa con las películas de terror favoritas de Normani
y al lado un cuenco con una gran variedad de chuches. El sonido del timbre advirtió a Lauren de
que su mejor amiga había llegado.

- Pero qué bien huele" dijo Normani con los ojos cerrados saboreando el olor a palomitas. "Este es
el único motivo por el que he venido, que lo sepas" bromeó colocando el paraguas en el
paragüero.

- "Seguro que es por eso" rio Lauren abrazando a Normani.

- "Realmente no, quería darte la noticia en persona" dijo poniéndose seria.

- "¿Qué pasa Mani?" preguntó Lauren "No estarás embarazada ¿verdad?" dijo esperando
cualquier respuesta de la morena.

- "Santo Dios Lauren, ¿de quién voy a estar embarazada? ¿del espíritu santo?" rio a carcajadas
"Claro que no lo estoy." sonrió.

- "No lo sé, de ti me puedo esperar cualquier cosa" dijo Lauren aliviada "¿Qué es entonces?"
preguntó curiosa por conocer ya la respuesta.

- "The 1975 viene a la ciudad dentro de un mes" dijo poniendo cara de sorpresa.

- "¡No me lo puedo creer!" gritó Lauren dando saltos de alegría con cuidado para que no se le
cayeran las palomitas al suelo.
- "Pues créetelo que lo he escuchado en la radio al salir de la oficina" sonrió Normani al ver la cara
de felicidad de su mejor amiga. "Ahora, ¿dónde están esas pelis?" preguntó mientras se
acomodaba en el chaise longue.

Normani no era amante de The 1975 pero sabía que a Lauren le pasaba todo lo contrario por eso
le había hecho tanta ilusión darle la noticia. Después de una tarde de chicas con un maratón de
películas de miedo y un buen empacho a palomitas y chuches, Normani volvió a su apartamento
dejando de nuevo a Lauren a solas con su privacidad.

Con el portátil encima de sus piernas a punto de comprar la entrada para el concierto, Lauren
recordó las palabras de Camila en su coche antes de poner Fallingforyou "Siempre he querido ir a
un concierto de The 1975" recordaba sobre su mente. Aún estaba a tiempo de comprar una
entrada más y sorprenderla pero se pausó un instante.

- "¿No te estarás precipitando Lauren?" dijo en voz baja mientras miraba su teléfono con
esperanzas de que un número desconocido iluminara la pantalla.

Lauren era muy cuidadosa respecto a los pasos que daba. Siempre los pensaba con precaución
antes de darlos y gracias a esto se había ahorrado varios disgustos en su vida. Pero en este
instante no le hizo falta pensarlo mucho, se lanzó a la piscina con todas las consecuencias que le
pudiera traer y compró dos entradas. Una para ella y otra para Camila.

Más tarde, antes de irse a dormir, Lauren recogió el salón y se asomó al pequeño balcón para ver
como la ciudad seguía avanzando mientras ella estaba a punto de finalizar su día. "La noche es
joven" pensó. Una vibración proveniente de su móvil la despertó de sus pensamientos. Sintió un
cosquilleo antes de coger la llamada.

- "¿Sí?" respondió nerviosa deseando que fuera ella.

- "¿Lauren? Soy Camila" dijo una voz dulce a través del teléfono.

- "Bingo" pensó Lauren. "Hola Camila, veo que Dinah te ha dado mi número" dijo sin quitar la
sonrisa de sus labios.

- "Sí, así es" respondió.

Estaba distinta, no sabía por qué pero Lauren la notaba a pesar de no haber mantenido muchas
conversaciones con ella. Tenía la voz diferente, más rasgada.

- "¿Te ha comentado lo de la chaqueta?" deseaba volver a quedar con ella para sorprenderla con
lo de las entradas.

- "Sí, por eso te llamo. Tengo que devolvértela" dijo sin más.

- "Puedes quedártela más tiempo si qui..."

- "No" la cortó "No hace falta"


Le pasaba algo, la chica con la que había cenado hace un par de días no era la misma con la que
estaba hablando en esos instantes. Tenía la necesidad de preguntarle.

- "Camila, ¿te ocurre algo?" preguntó con el corazón a punto de salir del pecho.

- "La verdad es que sí" admitió "Tengo que hablar contigo Lauren"

- "¿He hecho algo que te haya molestado?" preguntó Lauren apenada.

- "No, lo has hecho todo perfecto" se pausó "Ese es el problema Lauren"

- "¿Qué quieres decir con eso Camila?" preguntó Lauren nerviosa volviendo al sofá para sentarse.

- "Has conseguido que algo en mi interior no haga más que pensar en ti" dijo sinceramente.

- "¿Y eso es malo?" volvió a preguntar Lauren sin saber a qué se refería.

- "Lo es porque tengo pareja Lauren..." mintió consiguiendo que Lauren quedara rota. "Voy a estar
lo que queda de semana trabajando ya sabes dónde, pásate cuando quieras a por tu chaqueta"
dijo con la voz ahora más rasgada. "Adiós Lauren" colgó.

Lo sabía y odiaba darse la razón. ¿Cómo no podía haberse dado cuenta? ¿Alguien como Camila
estando soltera? Sentía rabia en ese instante, quería romper las entradas, romper las fotos que les
hizo Normani en su primer encuentro. No. Lauren no era así. Se pausó un instante frente al
caballete y cogió un pincel.

- "Esto no se va a quedar aquí" dijo entre dientes mientras comenzaba a descargar su ira sobre el
lienzo. "Camila no sabe quién es Lauren Jauregui. No voy a rendirme tan fácilmente" finalizó.

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Capítulo 13

El sonido del despertador proveniente de la habitación, hizo a Lauren tirar el pincel y el carboncillo
al suelo. Se había pasado toda la noche frente al lienzo expresando su rabia. Como resultado había
conseguido dibujar la silueta de perfil de Camila a carboncillo encima de unas perfectas grietas.
Respirando profundamente seguía en frente del lienzo observando su obra, la cual reflejaba cómo
una chica a la que apenas conocía, de ahí estar de perfil y no verla entera, había tocado su corazón
hasta llegar el punto de rasgarlo destrozándola.

Con las manos sucias a causa del carboncillo y la pintura negra, Lauren se metió en la ducha y dejó
caer el agua caliente sobre ella. Toda la energía con la que se había despertado al día anterior
había desaparecido después de aquel "Adiós Lauren" dejándola helada sin tener el invierno culpa
de esto.
Vestida con su habitual traje, Lauren se colocó en frente del espejo del baño e intentó tapar las
ojeras que ocupaban la mayoría de su cara. Cogió su bolso y le dio un sorbo a su café, más amargo
que nunca. El tiempo no había menguado por lo que tuvo que volver a coger su paraguas rojo, lo
único que daba color a su vida esa mañana. Esta vez el cielo gris si iba a juego con su estado de
ánimo. Hoy los ojos verdes de Lauren habían perdido su brillo.

Dentro de su coche, intentó luchar ante sus sentimientos y encendió la radio poniendo cualquier
cadena al azar. Para colmo de males empezó a sonar Keep Holding On de Avril Lavigne. "Keep
holding on, cause you know we'll make it trough, we'll make trough. Just stay strong, cause you
know I'm here for you" ¿Podría haber algo más que no le recordase a ella?

Se paró en un semáforo en primera fila, lo único bueno que llevaba de día. Frente a ella ocurrió
una escena a la que muchos calificarían 'de película'. A una mujer se le había roto el paraguas
debido al viento mientras cruzaba un paso de peatones, se había quedado sin él y la fuerte lluvia
no servía de ayuda. Un hombre que había observado la escena, corrió hacia ella y le ofreció su
paraguas quedando los dos sonrientes ante la situación sin apartar la mirada el uno del otro.

- "¿Tenía que ser un cruce de miradas?" gruñó Lauren recordando su primer encuentro con Camila
mientras volvía a avanzar.

Antes de entrar en la oficina, se miró por el espejo retrovisor pensando si se le notarían mucho las
ojeras o no. Lo que la gente pensase no le importaba, lo que realmente lo hacía era las preguntas a
las que tendría que responder, sobre todo las de su mejor amiga. Una vez dentro, subió las
escaleras mentalizándose en que Normani la descubriría. "Me conoce bastante bien" pensó.

- "Buenos días" intentó disimular con una sonrisa.

- "Pensaba que habías conseguido traer tu sueño de vuelta" dijo Normani al momento de verle la
cara.

- "Y lo hice. He dormido perfectamente" mintió.

- "¿Me lo dices o me lo cuentas?" preguntó Normani irónicamente.

- "Te estoy diciendo la verdad" volvió a mentir.

- "Claro, la misma verdad como que sabes taparte bien las ojeras" objetó la morena. "Sabes que no
puedes engañarme, no sé por qué te esfuerzas"

- "Hasta yo misma me lo pregunto algunas veces" admitió Lauren.

- "¿Vas a contarme ahora qué te ha pasado?" insistió Normani.

- "Una mala noche eso es todo" siguió mintiendo.

- "Si solo ha sido una mala noche ¿por qué no me lo has contado directamente?" preguntó
Normani sin estar convencida de que Lauren le estuviese contando toda la verdad.
- "No quería preocuparte, ya sabes que este caso hay noches que me quita el sueño" mintió una
vez más.

- "No quieras saber lo que te va a quitar más el sueño" dijo Normani intentando creer las palabras
de Lauren.

- "Sorpréndeme" dijo sin más. "¿Qué más podía pasar?" pensó.

- "Han hecho recortes de personal, por lo que Brooke quiere que hagamos rondas de patrulla"
soltó la morena.

- "¿Hemos vuelto a ser becarias de verdad? Porque me lo estoy planteando muy seriamente"
admitió Lauren cansada de toda la situación.

- "El lado positivo es que vamos a cobrar más y vas a poder invitarme más a comer" bromeó
Normani intentando quitarle importancia al asunto.

Lauren se limitó a dar una carcajada. Sin duda la única que podía haberla hecho sentir así en aquel
instante era Normani. La mañana se le hizo bastante larga pero le había valido para avanzar en su
verdadero caso. Estaban a un paso de dar con la cuenta de la exmujer, solo les faltaba comprobar
los dígitos y mandar un fax como cual todo estaba perfectamente en su sitio. Realmente el trabajo
de Lauren era cuidadoso ya que estaba constantemente trabajando con dígitos y cualquier fallo
podría costarle su puesto de trabajo, pero eso a Lauren no le importaba. Sabía que era buena en
su trabajo y no le importaba nada más.

- "A veces me pregunto qué clase de vida tienen que llevar algunas personas para acabar teniendo
problemas así" comentó Normani sorprendida por el caso.

- "Cuando te cases, que no se te olvide leer bien la letra pequeña" intentó bromear Lauren.

Solo faltaba un par de minutos para que las coordenadas se localizaran en el mapa. Listo.

- "¿Islas Caimán?" preguntó sorprendida "Dime que no es en serio" suplicó Normani.

- "No sé qué obsesión tienen por esas islas" añadió Lauren.

- "Algún día raptaré al sustituto de Smith y me lo llevaré allí para solo disfrutar yo de su perfecto
culo" dijo Normani sonriendo al sustituto de Smith.

- "Típico en heteros" bromeó Lauren.

- "Hubo un tiempo en el que tú también lo fuiste" contraatacó la morena.

- "Cierto" admitió "Menos mal que me descubrí a mí misma y salí de aquella etapa pronto" sonrió.
Lauren hasta principios de su adolescencia había estado saliendo con chicos y solo se fijaba en las
chicas para compararse con ellas. "Eso decimos todas" pensó. Hasta que un día la invitaron a una
fiesta de pijamas para celebrar la victoria del partido de Softball. Esa misma noche jugaron a la
botella y a ella le tocó besarse con Vero Iglesias, una de las chicas más populares del instituto. Tras
ese beso, las dos quedaron dudosas y lo repitieron días después para comprobar qué sentían. Vero
fue su primera novia. Después de eso vino contarlo a la familia y amigos cercanos. Los Jauregui
siempre habían sido muy liberales respecto a los gustos de sus hijos y esta vez no iba a ser distinto.
Todos la aceptaron por igual y de la que más apoyo obtuvo fue de su madre, quien fue la primera
en saberlo. Los ojos de Lauren volvieron a tener brillo tras recordarla. "Ojalá estuvieras aquí
mamá" pensó con una media sonrisa.

Recogiendo sus cosas y guardándolas en el bolso antes de irse, Lauren encontró las entradas para
el concierto de The 1975.

- "¿Cómo habéis llegado hasta aquí?" intentó recordar mientras las sujetaba en sus manos.

Volver a ver las entradas le recordó a la última conversación con Camila consiguiendo así que se
estremeciera. "Voy a estar dónde tú ya sabes lo que queda de semana" recordó mientras volvía a
su coche. ¿Sería hoy un buen momento para ir a verla? Lauren sabía que Camila podría rechazar la
propuesta, por lo que el 'no' ya no lo tenía. "Si nunca lo intentas, nunca lo sabrás" decía siempre.
Tras despedirse de su mejor amiga, Lauren cerró el paraguas y entró en su coche.

- "Sí que es verdad que no sé taparme las ojeras" dijo en voz baja mientras lo comprobaba
mirándose en el retrovisor.

Aparcada frente a Nando's, cogió aire y salió del coche con la esperanza de que todo saliera como
ella tenía pensado. Mientras Lauren cruzaba la calle sujetando en una mano el paraguas y en la
otra el bolso, pasó muy cerca de ella un coche a gran velocidad.

- "¡Joder!" gritó Lauren. Estaba empapada de arriba abajo. "¿Cómo me voy a presentar ahora así?"
pensó llena de ira.

- "¿Lauren? ¿Eres tú?" dijo una voz conocida detrás de ella.

- "Creo que no es un buen momento para recoger mi chaqueta" admitió al girarse y ver a Camila
frente a ella con un paraguas rosa.

- "Oh Dios mío, ¡estás empapada!" se sorprendió al verla "Entra, rápido"

Entraron en el restaurante en silencio y sin ningún tipo de contacto visual. Camila invitó a Lauren a
sentarse en su habitual mesa y le colocó una toalla sobre los hombros junto con una taza de
chocolate caliente.

- "Gracias" se limitó a decir Lauren mientras Camila se sentaba frente a ella.

- "No las des" sonrió forzadamente.


Sin duda esta situación era difícil de llevar tanto para una como para otra. Tras un incómodo
silencio y unos cuantos sorbos al chocolate caliente, Lauren intentó romper el hielo.

- "Bueno..." dijeron las dos a la vez.

- "Empieza tú" propuso Lauren con una pequeña sonrisa.

- "Anoche no fui muy correcta Lauren, quería pedirte disculpas" se sinceró.

- "No tienes por qué disculparte. Te agradezco que fueras sincera." Intentó arreglar. "No te
preocupes, recogeré mi chaqueta y me marcharé" concluyó con la voz quebrada.

Camila no respondió. Se quedó en silencio como si quisiese decir algo que no podía decir en voz
alta.

- "Pero antes..." comenzó Lauren buscando entre su bolso, con la esperanza de que las entradas
no estuvieses mojadas también. "La otra noche me dijiste que siempre habías querido ir a un
concierto de The 1975" dijo colocando las entradas sobre la mesa.

- "Lauren..." dijo Camila sorprendida.

- "No" le cortó "Déjame terminar" suplicó. "Ahora tienes la oportunidad de ir"

- "Pero Lauren... Yo... Esto..." volvió a repetir Camila.

- "Shh" calló a Camila con el dedo índice sobre sus suaves labios "La única condición para poder ir
es que sea conmigo" dijo "Después desapareceré"

Silencio. Camila no le quitaba ojo a las entradas nerviosa pensando en el contacto físico que
acababa de tener Lauren con sus labios y por el detalle que había tenido con ella. El corazón de
Lauren latía cada vez con más intensidad al no oír una respuesta.

- "Sin ti no tendría sentido ir" dijo al fin. "Iré al concierto contigo Lauren."

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Capítulo 14

No sabía si era por las palabras de Camila o porque había aceptado, pero a Lauren el corazón le
latía más rápido que nunca, como si se le fuese a salir por la boca. "Iré al concierto contigo Lauren"
saboreaba en su cabeza. Ya no necesitaba ninguna taza de chocolate caliente ni una toalla con la
que secarse. Todo se había vuelto a poner en su lugar con un par de palabras. Pero a pesar de eso,
Lauren seguía sintiéndose vacía. Sabía que hasta que Camila no fuese suya, no estaría
completamente llena.

- "Me alegra oírte decir eso" admitió Lauren después de escuchar la aprobación de Camila.
"¿Puedes devolverme la chaqueta?" preguntó evitando mostrar la gran sonrisa que iluminaba su
interior.

Camila asintió y desapareció por la zona de empleados. "Madre mía" suspiró Lauren. Camila la
había vuelto loca y no sabía en qué instante había ocurrido, pero ya no había marcha atrás, ya
estaba el sentimiento ahí y no tenía pinta de disminuir. Lauren siempre había respetado las
parejas y nunca había visto correcto crear un triángulo amoroso, pero con Camila sentía la
necesidad como la de cualquier ser humano la de respirar. No iba a rendirse y menos ahora.
Pausando su corazón por un instante, Lauren empezó a escuchar a su cabeza. ¿Qué iba a pasar con
el caso? Ni ella misma lo sabía. No podía pararse a pensar en eso, no ahora. Sus pensamientos
estaban ocupados por unos ojos marrones y una perfecta sonrisa. Aunque algo tenía que hacer al
respecto, no podía dejarlo ahí sin más sabiendo que Dinah podía estar implicada y lo que era peor,
Camila también podría estarlo.

- "Aquí tienes" dijo la voz suave de Camila haciendo volver a Lauren de sus pensamientos. "Gracias
por prestármela" agradeció.

- "Gracias a ti por salvarme de un buen resfriado" bromeó.

- "Hueles muy bien" dijo Camila directa obviando el último comentario de Lauren.

- "Adiós Camila" dijo con la voz quebrada obviando ahora ella el halago de Camila.

- "Adiós Lauren" susurró Camila viendo como Lauren se alejaba sin mirar atrás mientras le había
sabido a poco esa despedida por no haber notado los perfectos labios de Lauren sobre su mejilla.

¿Habría funcionado hacerse la dura? Esperaba que sí. Sus ojos verdes volvían a tener brillo, era el
momento en el que más fuerte se sentía para seguir hacia delante. Lauren volvió a su estudio
eufórica por el encuentro y derrotada por llevar más de veinticuatro horas sin dormir. Escondida
bajo las finas sábanas blancas, Lauren releía su libro favorito echándole pequeños vistazos a su
móvil de vez en cuando con la esperanza de obtener una interacción de Camila. Dejó el libro en la
mesita de noche y apagó la luz.

- "¿Cómo puedes hacerme sentir de esta forma si ni siquiera me has tocado más de diez
segundos?" susurró Lauren mientras observaba el contacto de Camila reflejado en la pantalla.

Era una pregunta sin respuesta, como un laberinto sin salida o como un puzle sin terminar. Lauren
se quedó dormida mirando su teléfono con una sonrisa entre sus labios. Había empezado a
quererla.

Después de una semana, Lauren no había obtenido noticias de Camila y había evitado ir a Nando's
por mucho que Normani le rogara. Quería darle su espacio y hacerse un poco la dura sin necesidad
de pasarse. Lauren abrió los ojos y se encontró de nuevo con la realidad: sus compañeros
trabajando de un lado a otro y Normani quien llevaba un par de días hablando más cercanamente
con el sustituto de Smith. Chad realmente había conseguido llamar la atención de su mejor amiga,
lo cual no era sorpresa para ella después de pasarse la mayoría del tiempo hablando sobre su
'perfecto' culo. Chad era un tanto menos moreno que Normani, pelo negro, tatuajes, barba de tres
días y el rollito de niño malo en un cuerpo seductor. Prácticamente el prototipo de su mejor
amiga. No podía evitar sentir ternura al verlos.

- "Hola me presento como cupido, ¿puedo lanzarte ya la flecha?" bromeó Lauren al tener a
Normani de nuevo a su lado.

- "¿Me habla cupido o la loca que se pasa el día mirando la pantalla esperando un mensaje?"
contraatacó la morena.

- "No sé de qué me hablas" dijo poniendo los ojos en blanco.

- "A mí no me la das, te lo he dejado pasar varios días" admitió Normani. "¿No vas a contarme que
ha pasado entre Camila y tú?"

- "Te estás precipitando." dijo Lauren medio sonrojada.

- "Lo sabía. No has negado nada. Cuéntamelo todo" suplicó.

- "Pues nada, solo..."

- "Jauregui. Kordei. A mi despacho" dijo la comandante Ally Brooke desde la otra punta de la
oficina con su habitual tono agradable.

- "No creas que esta conversación ha quedado aquí señorita." Concluyó Normani avanzando hasta
el despacho de la jefa con Lauren detrás.

- "Salvada por la campana" pensó con una sonrisa iluminada en su cara.

La comandante Ally Brooke llevaba unos días bastantes tensos, al parecer seguía sin haber rastro
de "K" y andaban en un bucle constante. Además de esto se le había juntado los recortes en el
personal, los cuales les habían afectado tanto a Lauren como a su compañera. Como si hubieran
vuelto a ser becarias, llevaban un par de días patrullando. Realmente no le disgustaba la idea ya
que así por lo menos no se le hacían los días tan pesados dentro de la oficina.

- "Quería daros la enhorabuena personalmente por resolver el caso de forma excelente y por
aceptar sin ninguna pega los nuevos cambios propuestos" empezó "estoy muy orgullosa chicas,
seguid así y llegaréis muy lejos" terminó

Las palabras de la comandante realmente consiguieron subirle la autoestima a Lauren. Si ésta


podía destacar una cualidad de Ally Brooke sin duda esa era decirlo todo sin quitar la sonrisa.
Hubo un tiempo en el que a Lauren esa cualidad le inquietaba bastante, pero con el paso del
tiempo había llegado a admirarlo.

- "Antes de regresar a vuestro trabajo, esta noche se celebra una fiesta privada en la Sala Moon,
no muy lejos de aquí. Estáis invitadas" concluyó con una sonrisa.

- "¡¿De verdad?!" festejó Normani. "Quiero decir, ¿en serio?" intentó arreglarlo consiguiendo que
Lauren pegara una carcajada.

- "Pueden retirarse" dijo mientras afirmaba con la cabeza con otra sonrisa.

Una fiesta privada. "Tentador." pensaba de vuelta a su mesa. Realmente lo era ya que llevaba
bastante tiempo sin darse el lujo de salir y despejarse.

- "Voy a tener que ir de compras urgentemente" dijo Normani desesperada. "No tengo nada que
ponerme"

- "Tienes una colección entera de conjuntos en tu armario Mani" rio Lauren

- "Pero esta noche tengo que estar perfecta y no tengo nada perfecto" dijo desanimada mientras
soltaba un pequeño suspiro.

- "Suerte que yo no tengo ese problema" pensó Lauren aliviada.

Aprovechando la ocasión Lauren decidió cambiar su negro habitual por un blanco radiante. Dio
una vuelta de 360º frente al espejo de su habitación. A pesar del frio que cada vez penetraba con
más fuerza, Lauren había escogido para la ocasión una blusa blanca con el escote de pico, sujeta a
una falda blanca arrugada con una capa blanca de abrigo la cual caía por debajo de sus muslos,
con el cierre en el escote y las hombreras marcadas. Aunque casi nunca lo llevaba recogido, esta
vez había hecho una excepción con su pelo dejando ver unos grandes pendientes de plata caer
sobre sus mejillas, a juego con el plateado anillo con una pequeña perla que le regaló su abuela.
No se complicó mucho con el maquillaje y escogió uno un poco extravagante y barra de labios
burdeos. Solo le faltaba el toque final: el perfume. Para Lauren oler bien era algo imprescindible
en ella, nunca salía de casa sin un par de toques de uno de sus dos botes preferidos. Esta noche la
ocasión merecía usar Reb'l Fleur de Rihanna. Estaba lista.

- "Esta noche va a ser inolvidable" pensó Lauren sin saber que realmente lo sería.

Normani la esperaba en su apartamento por lo que Lauren cogió su bolso y las llaves de su
Chevrolet dispuesta a salir de casa. Estaba expectante por ver lo que le esperaba aquella noche.
Lauren tenía buenas vibraciones, por lo que quiso acompañarlas con Young & Beautiful de su
amada Lana del Rey. "Hot summer nights mid July when you and I were forever wild the crazy
days, the city lights the way you'd play with me like a child"

- "Pero ¿qué tenemos aquí?" dijo Lauren sorprendida al ver lo preciosa que iba Normani.
- "¿Crees que me he pasado?" preguntó nerviosa una vez dentro del coche.

- "A Chad le encantará" dijo sinceramente. "Y no te molestes en negármelo"

Normani hizo un pequeño gruñido y no dijo nada más. Realmente estaba preciosa. Si a Lauren le
preocupaba pasar frio más le debería de preocupar a su mejor amiga. Para la ocasión había
decidido llevar un collar dorado alrededor de su cuello junto a un top negro dejándole al
descubierto su abdomen en el que se podía apreciar el piercing en el ombligo, y unos pantalones
negros de seda con rayas blancas en los laterales que cubrían sus tacones negros. Estaba muy
sorprendida con su mejor amiga, incluso se había trenzado su pelo corto.

- "¿Sabes eso de que aunque la mona se vista de seda mona se queda?" bromeó Lauren.

- "Tú también vas preciosa, demasiado diría yo." Dijo. "¿Va Camila a esa fiesta y yo no me he
enterado?" intentó picar a Lauren.

- "No y tampoco tendría por qué invitarla" dijo con parte de razón.

- "Si, bueno" dijo no muy convencida "¡Esta es nuestra noche!"

La Sala Moon no era de las favoritas de Lauren, pero había estado en ella varias ocasiones debido
a eventos privados incluso algún que otro cumpleaños. Por lo general era amplia: nada más entrar
había un largo pasillo que te conducía a la sala en sí y a los baños. Dentro un escenario en la parte
izquierda adornaba la sala y al fondo una gran barra con gran variedad de bebidas. En la parte
derecha había un enorme hueco adornado con sillones de cuero blanco y detrás de estos la zona
de exterior con un pequeño césped artificial. Por último, en el segundo piso se podía ver la zona de
reservados con un gran balcón. Tampoco tenía mucho que envidiarle a otras salas puesto que ésta
era más pequeña que a las que estaba acostumbrada a ir.

La noche iba viento en popa. Lauren quien ahora estaba apoyada en la barra después de haberse
marcado unos cuantos pasos de baile, observaba todo el ambiente: varios compañeros con los que
no tenía mucho trato bailando en el centro de la pista, Normani riendo con Chad en uno de los
sillones, la comandante Ally Brooke dándolo todo encima del escenario con una copa en la mano y
Lauren, bueno, ella prefería observar mientras se llevaba un sorbo de su coctel a la boca con
cuidado de no perder el color de sus gruesos labios.

- "No mentía cuando decía que eres súper sexy" dijo una voz masculina desagradable para Lauren.

- "Y yo no mentía cuando decía que me das arcadas" añadió Lauren

- "¿No vas a hacer que el pequeño Tom se lo pase bien esta noche?" propuso.

-"El pequeño Tom tiene dos manos, aunque si tan pequeño es con una tendrá de sobra" dijo seria.

- "Uff. Tus palabras me excitan" susurró en el oído de Lauren.

- "Puede que mi mano marcada en tu cara te excite también" contraatacó Lauren.


- "¿Vas a pegarme?" preguntó desafiante "¡Vamos! ¡Pégame!" le ordenó "Que se entere todo el
mundo que la perfecta Lauren Jauregui quiere pegarme" gritó consiguiendo llamar la atención de
sus compañeros a pesar de la alta música. "¿No dices nada ahora cobarde?"

- "Te has pasado con el alcohol Tom" dijo sin más.

- "Y tú te has pasado conmigo" gritó abalanzándose sobre Lauren con la palma de la mano abierta.

- "Ni se te ocurra" lo paró un guardia de seguridad con el cartel de 'Big Rob' sobre su camiseta
negra. "Ya no pintas nada aquí, es hora de que te vayas" dijo mientras sus compañeros lo sacaban
de la sala.

- "Gracias. Realmente estaba siendo molesto" agradeció Lauren aliviada por no tener que aguantar
más a ese cretino.

"Ojalá hubiera desaparecido de su vida también" pensó. Lauren había mantenido la postura para
no causar ningún tipo de jaleo pero la rabia que tenía dentro no podía deshacerse tan fácilmente.
"Ojalá un pincel entre mis manos ahora mismo" deseó.

Aprovechando la pequeña cola que había para ir al baño, Lauren aprovechó la oportunidad y entró
dentro. Llevaba mucho tiempo aguantando y eso realmente estaba siendo un alivio para ella.
Mientras se lavaba las manos, Lauren notó una vibración proveniente de su bolso. Eran las 03:00
am ¿Quién podría ser a estas horas? No se lo creyó hasta que no descolgó el teléfono.

- "¿Camila?" dijo sorprendida ante la llamada de la chica.

- "¿Lauren te he despertado?" dijo con la voz ronca.

- "No, aún no me he ido a dormir" añadió.

- "Vale" respondió sin más.

- "¿Camila, te ocurre algo?" preguntó después de escuchar un sollozo.

- "Lauren necesito verte" comenzó a llorar "No tengo a donde ir ahora mismo y no sabía a quién
llamar y me siento tan estúpida Lauren"

- "Camila tranquila, respira" intentó tranquilizarla "¿Dónde estás?" preguntó nerviosa.

- "En el parque de al lado del ayuntamiento hace frío y..." dijo entre sollozos

- "¡No te muevas de allí!" le advirtió "Voy para allá y por Dios, ten cuidado."

Y así sin despedirse ni darle explicaciones a nadie, Lauren salió corriendo de la sala en busca de
Camila.

=================
Capítulo 15

No tardó más de diez minutos en llegar al parque del ayuntamiento desesperada por encontrar a
Camila. Las pocas farolas que había encendidas no eran suficientes para alumbrar todo el lugar.

- "¡Camila!" empezó a gritar "¡Camila!" siguió desesperada.

No obtuvo respuesta. Lauren apartó de un puntapié una lata de cerveza que había oxidada
mientras se abría camino intentando encontrarla en ese gran parque poco iluminado.

- "Vamos. Cógelo" dijo entre dientes mientras llamaba a la chica.

- "El número al que llama está apagado o fuera de cobertura deje su men..."

- "¡Joder!" maldijo mientras colgaba "¡Camila!" volvió a gritar.

Estaba desesperada, a pesar de llevar tacones Lauren no dejaba de correr de un lado a otro, tenía
que encontrarla. Solo de pensar que Camila podía estar en peligro hacía que su cuerpo se
estremeciera llenándose de ira. Escuchó el sonido de una ramita del suelo romperse en dos. El
corazón se le encogió.

- "¿Me he equivocado y he llamado a un ángel?" rio entre lágrimas embobada ante la belleza de
Lauren.

- "¡Oh Dios mío Camila!" la abrazó en un impulso agarrando con una mano el suave pelo moreno y
con la otra mitad inferior de su espalda. "Te he llamado pero no lo cogías" dijo separándose un
poco quedándose a centímetros de su boca. "Llevo varios minutos dando vueltas desesperada por
encontrarte y yo solo..."

- "No digas nada más" dijo callando a Lauren con su dedo índice en sus labios como días atrás lo
había hecho Lauren con ella. "Solo abrázame"

Las dos quedaron suspendidas en un abrazo silencioso durante un par de minutos. Parecía que el
cuerpo más bajo de Camila era perfecto para amoldarse al de Lauren. Camila había dejado de
temblar entre sus brazos y ahora era Lauren la que lo hacía. Temblaba por estar presa en ese
abrazo, temblaba por sentir a Camila cuerpo con cuerpo, pero lo que más le hacía temblar, era
notar la fuerte respiración de Camila en su oído derecho.

- "Ahora sí que me vendría bien tu chaqueta" sonrió Camila despegándose de Lauren y encogiendo
sus brazos por el frio.

- "Toma. Usa esto" dijo Lauren quitándose su capa blanca y cubriendo a Camila con ella.

- "Pero ¿qué hay de ti?" preguntó más embobada que antes al ver los hombros descubiertos de
Lauren "Quiero rozar con la yema de mis dedos esa piel, parece tan suave" pensó.
- "Yo estoy bien." Dijo Lauren sincera.

- "Entonces, ¿recoges así a todas las chicas que te llaman en medio de la noche?" bromeó.

- "Solo a las que se llaman Camila" dijo seductoramente. "Vamos al coche, estaremos más
cómodas, no está muy lejos."

Una vez dentro, Lauren encendió la calefacción para estar más cómodas, aunque le encantase
como le quedaba su capa encima del jersey rosa y los vaqueros rasgados que llevaba Camila.
Incluso con los ojos rojos de haber estado llorando un buen rato, seguía estando preciosa.

- "¿Mejor?" preguntó Lauren mientras observaba como Camila se había acurrucado de lado en
dirección a ella.

- "Sí, gracias" dijo sincera. "Lauren ¿puedo pedirte un favor?" preguntó un par de segundos
después con la voz ronca.

- "Dime" respondió.

- "¿Puedo pasar la noche contigo?" dijo nerviosa "He discutido con Dinah y no quiero volver a
casa" terminó

Lauren se quedó en silencio por un momento dudado en hacer la pregunta de la cual deseaba
saber la respuesta.

- "¿Qué pasa con tu pareja Camila?" preguntó mientras se le formaba un nudo en la garganta.

- "Quiero pasar la noche contigo Lauren" dijo mirando fijamente sus ojos verdes "No quiero pensar
en nadie más."

No hicieron faltas más palabras para que Lauren arrancara su coche y fueran directas a su estudio.
El camino había sido tranquilo y silencioso. De vez en cuando Lauren apartaba la vista de la
carretera para observar a Camila quien miraba por la ventana con su fina mano apoyada en la
barbilla. Parecía una pequeña princesa sacada de un cuento de hadas.

Una vez en su estudio, Lauren se agradeció así misma el hecho de haber guardado el tablón con las
fotos de la casa de Dinah y las de ellas dos en el restaurante, pero no se alegró tanto cuando se dio
cuenta de que el lienzo de la otra noche seguía en el mismo sitio.

- "Dibujas muy bien" admitió Camila mientras rozaba con la palma de su mano el lienzo haciendo
que el roce de su pulsera de perlas hiciera un áspero sonido. "¿Soy yo?" preguntó con una sonrisa
pícara, esa que a Lauren le encantaba.

- "Así es" afirmó Lauren nerviosa por lo que pudieran pensar. "No soy una psicópata si es lo que
crees" rio nerviosa.

- "¿Me lo explicas?" preguntó mientras se sentaba en el chaise longue. "Tengo curiosidad"


-"Sucedió la noche que me llamaste" empezó "Lauren ¿qué haces? Para" pensaba nerviosa.
"Acababa de comprar las entradas para el concierto y recibí tu llamada" continuó. "Sentía tanta
rabia en ese instante que la expresé de la mejor manera que sé hacerlo. Dibujando" concluyó
mientras observaba su obra con los ojos brillosos.

- "Eso es precioso Lauren" dijo sinceramente. "¿Por qué de perfil?"

- "Es una metáfora. Significa que una persona a la que apenas conozco me ha hecho daño, por eso
está de perfil, porque aún no he conocido todo de ti." Dijo seria intentando mantener la calma.

- "Me gusta tu estudio" dijo Camila ignorando las palabras de Lauren las cuales la habían dejado a
ella sin ellas. "¿Dónde voy a dormir?" preguntó intentando cambiar de tema para no crear una
situación incómoda.

- "En mi habitación, yo dormiré en el sofá. Ven, te la enseñaré" dijo mientras atravesaba el pasillo
gris. "Te prepararé unas mantas. Puedes elegir cualquier cosa de mi armario y cambiarte. Ahora
vuelvo" dijo dejando a Camila en su habitación

Mientras Lauren recogía un par de mantas del salón, pensaba en cómo había llegado a esta
situación. Tenía a Camila nada más y nada menos que en su habitación. Camila confiaba en ella y
eso hacía que los perfectos dientes blancos de Lauren no desapareciesen de su boca.

- "¿Qué es eso?" murmuró mientras escuchaba una melodía proveniente de su habitación.

- "I'm broken, do you hear me? I'm blinded cause' you are everything I see, I'm dancing alone, I'm
praying, that your heart will just turn around"

Conocía esa melodía y conocía esa dulce voz. Camila estaba cantando y no había mayor sonido
placentero en el mundo más que su voz.

- "And as I walk up to your door, my eye turns to face the floor, cause I can't look you in the eyes
and say..." seguía cantando mientras Lauren se asomaba por la puerta.

Camila estaba de espaldas a la puerta encima de la cama mirando hacia la ventana. Sujetaba la
guitarra que Mike Jauregui le había regalado a Lauren y tocaba unos perfectos acordes. Sin querer
molestarla, quiso guardar ese momento para siempre y empezó a grabarla con su móvil.

- "When he opens his arms and holds you close tonight, it just won't feel right, cause I can love you
more than this... when he lays you down, I'm might just die inside, it just don't feel right cause I
can love you more than this, can love you more than this..."

- "No sabía que te gustaba One Direction" susurró Lauren consiguiendo que Camila pegara un salto
de la cama.

- "Perdona, yo no quería, la he visto ahí y he sentido la necesidad de..." empezó Camila nerviosa.
- "No pasa nada" la cortó Lauren. "Me la regaló mi padre cuando vine aquí, según él cada vez que
la viera me acordaría de mi familia. Hacía tiempo que no la descolgaba de la pared." dijo
refiriéndose a la guitarra.

- "¿Sabes tocarla?" preguntó Camila mientras le dejaba espacio a Lauren para que se sentase.

- "Sí, pero no es una gran pasión" admitió mientras colocaba la guitarra entre sus manos. "Turn the
lights off in this place and she shines just like a star and I swear I know her face I just don't know
who you are" comenzó a cantar Closer de Ne-Yo con su voz rasgada mientras se seguía con la
acústica melodía. "Turn the music up in here I still hear her loud and clear like she's right there in
my ear telling me that she wants to own me to control me" continuó "Come closer. Come closer"
susurró consiguiendo que Camila se estremeciera.

- "Eso ha estado genial, pero tu voz ha estado más floja" intentó picar a Lauren.

- "Ya te dije que mi voz no vale para animar al público" contraatacó. "Voy a cambiarme si no te
importa" dijo desabrochando la cremallera de su falda haciendo que esta cayera al suelo.

Camila abrió su pequeña boca y soltó un "vaya" lo que hizo comprender a Lauren que su juego
había dado resultado. Durante todo el proceso Camila estuvo junto a Lauren sin apartar la mirada
de sus perfectas curvas. Lauren volvió a repetir el mismo proceso pero esta vez con la camisa,
dejando al descubierto su pecho en ropa interior. Camila tuvo que coger aire para no derrumbarse
allí mismo.

- "¿Me lo pasas?" preguntó Lauren en ropa interior con voz juguetona mientras señalaba el pijama
encima del baúl.

Camila se limitó a darle lo que pedía, había intentado responder pero un grueso nudo en su
garganta se lo había impedido.

- "Gracias" dijo repitiendo el tono de voz. "Deberíamos descansar" propuso la morena de ojos
verdes mientras se soltaba la melena y le caía por detrás.

- "Lauren" consiguió por fin decir Camila.

- "¿Si Camila?" preguntó seduciendo aún más la voz lo que hizo erizar la piel de la chica más baja.

- "¿Duermes conmigo?" preguntó sin apartar sus profundos ojos marrones de los brillosos de
Lauren.

- "Buenas noches Camila" finalizó Lauren con una sonrisa cerrando la puerta de su habitación para
dirigirse al sofá.
Capítulo 16

Después de escuchar las últimas palabras de Lauren, Camila apoyó la cabeza en la almohada
disgustada por el rechazo. Realmente le apetecía dormir con ella, al menos así se sentiría más
segura, como cuando estaba abrazadas en medio del parque. Se sentía como si fuera el único lugar
en el que quisiera estar. Con la cama oliendo completamente a Lauren, Camila entró en un sueño
profundo deseando despertarse para volver a sentir esos ojos verdes en los suyos.

En cambio a Lauren le costó coger más el sueño. Aún estaba a tiempo de volver y acurrucarse con
Camila. No. Aunque le diera esperanzas, Lauren no quería ilusionarse y prefería jugar al juego de la
seducción lo cual lo hacía más interesante. Realmente Camila había conseguido engancharla y por
primera vez Lauren se lo reconocía así misma. "Es curioso cómo una persona de la que no conoces
gran parte de su vida puede hacerte sentir tanto" pensaba. Lauren quien estaba a punto de
dormirse escuchó una vibración proveniente de su móvil.

- "¿Qué pasa Mani?" respondió sin tener constancia de la hora que era.

- "Oh Dios mío Lauren, menos mal que estás bien" dijo muy aliviada.

- "¿Por qué iba a estar mal?" rio sin recordar el detalle de que se fue de la fiesta sin avisar.

- "Desapareciste Lo, no te despediste de nadie" se pausó "Por un momento pensé que ese
estúpido de Tom te había hecho algo y no podía perdonármelo si realmente hubiera pasado"

- "Eh, tranquila" la tranquilizó "Estoy bien ¿vale? No me ha pasado nada, solo quise volver a casa"
mintió.

- "Está bien" dijo un poco menos preocupada. "¿Qué haces aún despierta? Son casi las 06:00 am"
preguntó curiosa.

- "Esperar tu llamada" bromeó "Nada, leer" volvió a mentir mientras recordaba que en ese mismo
instante Camila estaba en su habitación.

- "¿Esa mente tuya nunca descansa?" preguntó entre risas.

- "Ojalá pudiera" pensó. "La verdad es que no" admitió. "Mani voy a intentar dormir, mañana te
llamo y hablamos que seguro que tienes mucho que contarme" dijo con una voz muy curiosa.

- "Mañana hablamos" dijo con una carcajada. "Que descanses Lo" colgó.

Con el amanecer posándose en los ahora más grises que verdes ojos de Lauren, decidió levantarse
sin hacer mucho ruido para no despertar a Camila. De camino al baño no pudo contener la
tentación de entrar en su habitación para observarla. Estaba preciosa. Camila se había agarrado a
uno de los cojines de rayas negras cual niña pequeña mientras su cabeza recaía en la almohada.
Lauren se acercó un poco más, quería verla más de cerca. Camila había optado por ponerse un
camisón rosa, a Lauren le resultó gracioso el detalle puesto que lo odiaba pero puesto en ella lo
amaba. Un mechón de su pelo oscuro le caía por la mejilla, Lauren no pudo contenerse y con un
suave roce se lo colocó detrás de su oreja consiguiendo que Camila produjera un adorable sonido.
Ella sí parecía un ángel. Con cuidado volvió al baño deslizando muy suavemente sus pies descalzos
sobre la moqueta. Realmente se alegraba de que fuera domingo para poder disfrutar más de la
presencia de Camila.

Con el piar de un par de pájaros sobre la ventana, Camila abrió los ojos con la esperanza de tener a
Lauren a su lado. Se equivocaba. Durante un par de minutos se quedó observando la habitación.
Tan solo mirándola podía conocer más detalles sobre Lauren, como su pasión por el arte y la
lectura. Se levantó de la cómoda cama y se dirigió a la estantería. Rozó la yema de sus dedos por
las interminables filas de libros. Camila se asombró al ver la gran variedad que Lauren tenía, no
faltaba ningún género. Luego se acercó al armario, el color negro predominaba dentro de él, pero
aun así no faltaba otra gran variedad de colores. Camila se estremeció al ver la chaqueta que
Lauren le había dejado unos cuantos días atrás. Cogió una de las mangas y se las llevó a la nariz
cogiendo aire profundamente. Le encantaba el olor de Lauren pero más le encantaba ella.
Volviendo a la realidad y dejándolo todo tal y como estaba, Camila escuchó el sonido de la
cafetera. Lauren estaba despierta.

Lauren quería sorprender a Camila por lo que quiso hacerle un gran desayuno, como los que suele
hacer en su día de descanso, pero tenía un problema: no conocía los gustos de la chica y no era
muy agradable desayunar sushi. Iba a intentar algo nuevo. Cogió un par de rebanadas de pan y
trazó en el centro de ellas un corazón dejando las tostadas con la forma hecha. Las colocó encima
de la plancha y sobre el hueco en forma de corazón, echó un huevo con un poco de sal sobre la
yema. Con el pan en forma de corazón que le había sobrado, lo tostó y le echó mermelada de fresa
por lo alto. Lo tenía todo listo. Ahora solo faltaba la bebida. "¿Zumo o café?" se preguntaba. Las
dos cosas. Estaba colocando una margarita entre medio de los platos de la pequeña mesa cuando
la vio aparecer por la esquina que daba al pasillo.

- "Buenos días dormilona" dijo Lauren con una sonrisa.

- "¿He dormido mucho?" preguntó sonrojada.

- "Un poco" volvió a sonreír.

- "¿Todo esto es para mí?" preguntó sorprendida al ver como Lauren había cocinado para ella
mientras señalaba su plato.

- "Y para Camila" bromeó. "No sabía si preferirías zumo o café, así que te he preparado las dos
cosas" dijo mientras se servía una taza de café con leche.

- "Tomaré zumo" eligió. "Muchas gracias por el detalle Lauren" dijo con una fina voz.

- "No tienes por qué darme las gracias, eres mi invitada" dijo una vez más con una sonrisa. Era
inevitable sonreír cuando la tenía cerca.
Lauren y Camila se sentaron la una frente a la otra, ninguna de las dos se quería perder esas
miradas de vista.

- "Aun no me has dicho por qué anoche parecías un ángel" dijo Camila juguetona mientras le daba
un mordisco a la tostada.

- "¿Debería?" preguntó Lauren arqueando una ceja.

- "Quiero saberlo" dijo simplemente.

- "Estaba en una fiesta del trabajo" admitió.

- "Seguro que trabajas al aire libre, en una caravana y con ponchos con distintos dibujos
geométricos" bromeó Camila.

- "No soy una hippie si es a eso a lo que te refieres" rio Lauren "Trabajo en una oficina" dijo
mientras le daba un pequeño sorbo a su café con leche. Realmente no le había mentido.

- "Pues no lo parece" añadió. "Te pega un trabajo con más acción" concluyó.

- "Si ella supiese..." pensó Lauren mientras se limitaba a sonreír.

- "Si ella supiera..." pensaba Camila mientras le respondía con otra sonrisa.

El resto del desayuno lo pasaron hablando y riendo. Gracias a esos pocos minutos Lauren había
descubierto que además de One Direction a Camila le encantaba Taylor Swift y Ed Sheeran. "Eres
una adolescente encerrada en un cuerpo de adulta" le decía para picarla. Realmente lo era.
Mientras Lauren recogía los platos y la cocina, Camila la observaba desde el sofá sin quitarle ojo.

- "¿Has hablado con Dinah?" preguntó Lauren sentándose junto a ella.

- "Me ha dejado un par de mensajes, pero no los he leído" dijo mirando hacia otro lado.

- "Estará preocupada Camila, tienes que hablar con ella" sugirió mientras recordaba la
preocupación de su mejor amiga la noche anterior.

- "No me apetece, quiero aprovechar cada minuto contigo" dijo sinceramente volviendo a mirar a
Lauren a los ojos creando en ella un fuego en su pecho. "Quiero que me enseñes" admitió
señalando hacia un lienzo en blanco apoyado sobre una de las paredes del estudio.

- "Con una condición, quiero conocer más de ti" propuso juguetona.

- "Trato hecho" aceptó estrechando la mano con Lauren mientras se mordía su labio inferior.
"Ahora, enséñame" dijo levantándose y tirando de Lauren hacia el lienzo.

Sus manos aún no se habían separado, seguían entrelazadas consiguiendo acabar con la poca
respiración de Lauren y aumentando los latidos de Camila.
- "¿Cómo quieres empezar?" preguntó Lauren soltándose de su mano y cogiendo un par de
carboncillos.

- "Quiero que dibujes una luna" dijo con una sonrisa pícara

- "Si lo dibujo yo, no aprendes" dijo Lauren desafiante y confundida.

- "Primero quiero que aprendas algo tú" admitió la chica más bajita.

- "Pues no lo haré si no es con tu ayuda" dijo colocándose detrás de Camila frente al lienzo "Así
aprendemos las dos" añadió colocando el carboncillo en la mano de Camila y sujetando Lauren
ésta.

Camila podía notar como el cuerpo de Lauren estaba pegado en su espalda, la sentía cerca, muy
cerca. Por otro lado, la mano derecha de Lauren sujetando la suya consiguiendo tensar su fina piel.
Si no se concentraba iba a empezar a temblar.

Lauren sabía lo que estaba provocando en Camila, lo notaba, la notaba temblar aunque ella
impidiera lo contrario. Sujetando la mano de Camila dibujó parte de la luna.

- "Un poco más..." susurró en el oído de Camila mientras terminaba de dibujarla. "Así" volvió a
susurrar ahora con más seducción.

Camila respiró profundamente con el corazón a punto de salirse por la boca. Tenía que coger
fuerzas para seguir con su pequeño juego.

- "Ahora quiero que dibujes un sol dentro de ella" dijo como pudo.

Lauren le hizo caso volviendo a sostener la mano de Camila. Esta vez no dijo nada. Se limitó a
dibujar con el único sonido de sus fuertes respiraciones. Lauren sabía lo que estaba haciendo.
Quería seducirla.

Quería probar sus labios.

- "¿Ahora qué?" propuso Lauren con la voz rasgada a milímetros del oído de Camila.

- "Quiero... Quiero que se una con un beso" pudo decir entre susurros entrecortados.

- "Como desees" volvió a susurrar notando la piel de Camila erizarse.

Después de un par de largos e intensos minutos, Lauren había terminado su obra. Había
conseguido dibujar una luna con un par de estrellas a su alrededor y nubes oscuras, dentro de un
sol con fuertes rayos a su alrededor unidos por un beso. Un beso que creaba en el rostro de las
dos figuras unos párpados cerrados sintiendo simplemente el beso que los unía.

- "¿Qué significa esto Camila?" preguntó Lauren volviendo a la realidad separando sus manos y sus
cuerpos.
- "Tiene un significado" dijo mirando hacia el lienzo. "Cuando el Sol y la Luna se vieron por primera
vez, se enamoraron perdidamente el uno por el otro y a partir de ahí empezó su amor" comenzó
"Pero el Sol iluminaría el día y la Luna la noche obligándoles a vivir separadas" continuó. "Cuando
supieron que no podían estar juntos les invadió una gran tristeza y trataron de olvidarse el uno del
otro" se pausó para mirar fijamente a Lauren "Pero todo sabemos que su amor sigue ahí, más vivo
que nunca" concluyó en un susurro.

Lauren no dijo nada. Camila tampoco. Estaban una frente a la otra, la única conversación que
había era la que se trasmitían con la mirada. Unos brillosos ojos verdes frente a unos profundos
marrones. Lauren dio un paso hacia delante dejando menos espacio entre ellas. Camila repitió el
movimiento. Sus narices podían casi rozarse. Notaban la respiración fuerte tanto de una como de
la otra. Lauren apartó la mirada de Camila para mirar sus labios. Camila se los mordió mientras
Lauren los miraba. Había tensión y solo había una forma de romperla. Ellas lo sabían. Lauren volvió
a fijar sus ojos en los de Camila. No tenía corazón, ahora sí que no. Camila se lo había robado
entero. Lo tenía entre sus manos, lo notaba. Camila miraba a Lauren sabiendo que no podía hacer
lo que realmente necesitaba. Quería rozar sus labios y desgastarlos pero no podía. No todavía.

- "Este dibujo, tu obra" dijo aun a milímetros. "Será nuestro pequeño secreto" susurró
apartándose de Lauren.

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Capítulo 17

Habían pasado varios días desde que Lauren le ofreció su estudio a Camila durante una noche.
Desde entonces no había dejado de pensar y pensar. Tras pintar el cuadro del sol y la luna, que
aparentemente ahora era su pequeño secreto, Camila decidió marcharse dando un paseo. A
Lauren le hubiese gustado acompañarla, pero sabía que era forzar la situación después de la
tensión que se creó entre ellas.

De nuevo en la oficina, Lauren miraba pensativa a Normani quien desde la fiesta estaba saliendo
con Chad, su compañero y sustituto de Smith. Cuando Normani se lo contó por teléfono tras irse
Camila, no se lo podía creer.

- "Chad y yo estuvimos hablando un buen rato y me confesó que tiene atracción por mí y hemos
decidido intentarlo" recordaba las palabras de su mejor amiga.

Realmente se alegraba por ella. Normani no había tenido muy buenos resultados en el amor y ya
era hora de que eso cambiara. Chad le producía a Lauren buenas vibraciones y no era algo que
sucediese a menudo.

- "¿En qué piensas?" preguntó Normani al ver a Lauren pensativa.


- "En todo y a la vez en nada" dijo sinceramente.

- "¿Aristóteles?" bromeó la morena.

- "¡Cállate!" Gruñó dándole un medio empujón entre risas.

- "¿Es esa chica verdad?" preguntó conociendo las expresiones de su mejor amiga.

- "A veces desearía no ser tan obvia" suspiró Lauren.

- "Y yo que me contaras las cosas" atacó Normani

- "Es raro." Admitió. "No tiene nada que ver con otras chicas con las que he estado. Simplemente
es diferente" terminó.

- "Pero Lauren..." se pausó

"¿Ella tiene los mismos sentimientos por ti?" Preguntó preocupada por su mejor amiga.

- "No lo sé. Puede que sí, puede que no." respondió pensando en la otra noche.

- "Deberías de averiguar eso antes de aferrarte más a algo que a lo mejor no existe" intentó
ayudarla. "Eh" llamó a Lauren quien tenía un rostro triste por las palabras de Normani. "Sabes que
voy a estar aquí siempre que lo necesites" dijo abrazándola.

- "Te quiero Mani, te quiero muchísimo" respondió abrazándola más fuerte.

- "Tampoco te pases con tanto romanticismo" bromeó Normani consiguiendo que Lauren diera
una carcajada "Así estás mejor" sonrió al ver la sonrisa de nuevo en su rostro.

"¿Qué haría sin Normani?" se preguntaba Lauren. Realmente le sentaba mal no contarle toda la
verdad sobre la noche de la fiesta, pero tenía que averiguar antes que significaba eso de 'nuestro
pequeño secreto'. ¿Estaría jugando Camila con ella?

- "Hoy es un buen día para visitar a mi madre y a mi abuela" dijo Lauren con la boca seca
recordando que ya había pasado un mes desde que no iba a verlas.

- "Este mes se me ha pasado muy rápido" admitió Normani.

- "Y qué lo digas" añadió sin más.

Su compañera tenía razón, el último mes había pasado muy rápido. Tal vez se debiera al caso del
que ya no formaban parte, o tal vez simplemente sus pensamientos hubieran perdido la noción
del tiempo pensando en Camila. Lauren apostaba más por la segunda respuesta.

Terminado el día laboral, Lauren salió de la oficina y se dirigió a su floristería común. Tenía que
comprar un ramo más bonito que el mes anterior, pero más feo que el próximo. Lauren amaba
viajar, amaba conocer a las personas, pero sobretodo amaba la naturaleza y siempre elegía las
flores del ramo según como le hubiese ido el mes. Para el anterior, Lauren había elegido un ramo
de Cosmos rosas, los que significaban que siempre hay que tener fe ante todo y que nada se
derrumba. Para este lo tenía más complicado ya que había sido un mes con muchos altibajos.
Mientras se decidía, Lauren comenzó a oler cada uno de los tipos intentando descubrir una
respuesta. Finalmente, se decidió por un ramo de amapolas de calif, el cual significaba sinceridad.
Se decantó por este porque sabía que era el mejor momento para ser sincera con ella misma y
decir en voz alta todo lo que pensaba.

Una vez en el aparcamiento del cementerio, Lauren se bajó de su Chevrolet y cogió el ramo con
cuidado para que no se estropease. Por el camino de tierra, Lauren apreciaba en los árboles la
llegada del invierno y la cantidad de hojas que había dejado el otoño por el suelo. Su madre y su
abuela habían sido enterradas juntas para que nadie se olvidase de la gran unión que había entre
ellas. Lauren apartó con cuidado de no lastimarse, el ramo marchito del mes anterior y colocó el
reciente entre medio de las dos lápidas, quedándose en frente de ellas sentada en la tierra con los
codos apoyados sobre sus rodillas.

- "Ha sido un mes lleno de cambios" empezó a decir mientras el leve viento agitaba su larga
melena. "Pensaba que tenía mi vida controlada, pero es curioso como el destino consigue que
aparezca algo que te lleve hasta alguien que te haga dudar de eso" se pausó. "Mi cabeza está llena
de nuevas inseguridades, cómo si no tuviera bastante con las mías, y todo lo ha conseguido una
persona, concretamente una chica. Me ha robado el corazón mamá" dijo con un nudo en la
garganta mirando hacia la lápida de su madre. "No sé ni cómo, ni cuándo, ni por qué, solo sé que
se lo ha llevado ella y se lo ha llevado entero. Me gustaría tanto que estuvieras aquí en este
instante para aconsejarme..." susurró con un sollozo. "Me molesta tanto no tener nada claro con
ella... Un día me dice que tiene pareja y al otro que somos un pequeño secreto. ¿Qué se supone
que tengo que pensar? ¿Qué se supone que debo de hacer?" gritó con lágrimas en los ojos llena
de ira. "Me está consumiendo mamá, solo hago pensar en ella, en su sonrisa, en cómo se me
encoge la piel con un simple roce de manos, en su voz cuando canta, en lo preciosa que está
recién levantada, en cómo puede llegar a ser infantil en un momento tan serio, en cómo sería la
vida con ella a mi lado, en cómo sabrán sus labios. En todo mamá. Solo me centro en ella, pero
como todo, esta situación tiene un defecto y es que puede estar implicada en un delito que yo
investigo" dijo mientras frotaba sus manos por sus párpados haciendo que la poca cantidad de
rímel que llevaba se los manchara.

Lauren se sentía eufórica en estos momentos, necesitaba un lienzo y lo necesitaba


desesperadamente. Estaba siendo sincera y escucharse a sí misma en voz alta había conseguido
que fuese más insegura de lo que ya lo era.

- "Quiero luchar" continuó. "Quiero luchar por ella, por nosotras y por mí. Pero es todo tan
complicado. Cuando estoy con ella se me olvida lo que tengo a mi alrededor y solo me importa
sacarle una sonrisa que haga que se me remueva todo por dentro" dijo mientras se colocaba un
mechón de pelo detrás de la oreja. "Nunca había sentido algo así antes, no de esta forma, no así
de profundo" admitió llevándose las manos a la cabeza. "Me he enamorado como nunca antes lo
había hecho mamá" admitió por fin. "Y lo he hecho de una persona de la que ni si quiera sé su
apellido"

Lo había reconocido y lo había hecho en voz alta. Lauren se quedó en silencio un par de minutos
con el frio rozando su cara después de haber dicho las dos últimas frases. Estaba enamorada de
Camila y por fin se lo había admitido así misma.

- "Llevo enamorada de ella desde que nuestras miradas se cruzaron por primera vez" concluyó
llena de lágrimas.

Cuando Lauren tenía a Camila en frente, se olvidaba de todas sus inseguridades e intentaba
hacerse la dura. Al principio era Lauren la que jugaba con ella para sacarle información sobre el
caso, pero cayó en la trampa del amor y ahora era Camila la que jugaba con ella llenándola de
ilusiones. El día del concierto se acercaba. No podía dejar que Camila siguiera jugando con ella a
un día me pides que desaparezca y al otro duermes en mi cama. Tenía que pararle los pies.

- "¿Cómo?" se preguntaba. "¿Cómo lo hago? Si cada vez que estoy con ella se me olvida."

Lauren se quedó en silencio observando las pequeñas montañas que había a lo lejos.

El atardecer estaba a punto de aparecer entre ellas. Era hora de volver a casa. Se levantó del suelo
con cuidado y se limpió la parte trasera manchada de tierra. Cogió aire y respiró profundamente.

- "A veces lo único que me ayuda es estar aquí" dijo con un tono melancólico. "Contándoos mis
problemas como si realmente me escucharais" susurró mirando a las dos lápidas. "Hasta el mes
que viene" se despidió antes de volver por el camino de tierra hasta su coche.

El atardecer ya iluminaba su cara haciendo que los ojos de Lauren fueran incluso más verdes de lo
normal. Lauren se sentía aliviada, necesitaba soltarlo todo sin tener un lienzo delante donde
expresarlo. Necesitaba escuchar esas palabras salir de su boca y escucharse a sí misma.

Una vez de nuevo en su coche, quiso acompañar su viaje de vuelta a su estudio con algo de
música, por lo que encendió la radio y dejó que una cadena al azar la sorprendiese. Empezó a
sonar nada más y nada menos que Photograph de Ed Sheeran.

- "Esto no puede ser verdad" maldijo en voz alta. "¿Por qué estás siempre presente Camila?"
pensó.

"We keep this love in a photograph, we make these memories for ourselves, where our eyes are
never closing, our hearts were never broken and times forever frozen still"

Lauren tatareaba la canción mientras conducía cuando notó una vibración proveniente de su
bolso.

- "¿Sí?" lo cogió rápido sin mirar quien era.


"So you can keep me inside the pocket of your ripped jeans, holding me closer till our eyes meet,
you won't ever be alone wait for me to come home"

- "¿Estás escuchando a Ed?" rio una voz que le resultaba muy familiar.

- "No eres la única a la que le gusta ¿sabes?" dijo juguetona.

- "Solo me ha sorprendido" admitió alegremente.

"Oh, you can fit me inside the necklace you got when you were 16, next to your heartbeat where I
should be keep it deep within your soul"

- "¿Qué pasa Camila?" dijo sorprendida por la llamada.

- "Qué pocas ganas de hablar conmigo..." bromeó "Te espero en el recinto que hay cerca de las
afueras de la ciudad, tienes veinte minutos" colgó.

Lo había vuelto hacer. Había vuelto a conseguir que notara ese fuego en su interior por volver a
verla otra vez. Lauren guardó de nuevo el móvil en su bolso y aceleró. Quería llegar ya.

"And if you hurt me well, that's ok baby only words bleed inside these pages, you just hold me and
I won't ever let you go. When I'm away I will remember how you kissed me under the lamppost
back on 6th street, hearing you whisper through the phone, wait for me to come"

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Capítulo 18

Estaba ansiosa. Quería llegar ya. El punto que Camila había señalado se encontraba lejos del
cementerio por lo que Lauren sabía que iba justa de tiempo y odiaba ser impuntual.

- "Que verdad esa que dicen que cuánta más prisa tienes, más lento va todo a tu alrededor" pensó
Lauren nerviosa.

Parecía que todos los conductores se habían puesto de acuerdo para ir lentos o para simplemente
no apartarse de la carretera cuando debían hacerlo. Lauren miró el reloj digital de su coche. Aún
tenía diez minutos para llegar, pero estaba a mitad de camino. No quería que Camila pensara que
era una irresponsable. Sin duda las personas lentas ponían nerviosa a Lauren y más si iba con
prisa. Necesitaba verla ya. No podía aguantar más.

Lauren sabía a qué recinto se refería Camila al haber pasado con el coche cuando tenía que hacer
algún viaje pero nunca había estado allí. Ahora Super Bass de Nicki Minaj acompañaba su viaje.
Aunque esta canción tuviera su tiempo, a Lauren siempre le había gustado y más proveniente de
Nicki Minaj, a la cual admiraba.
- "Boy you got my heartbeat runnin' away, beating like a drum and it's coming your way. Can't you
hear that boom, boom, boom, boom. Boom, boom, bass, he got that super bass. Boom, boom,
boom, boom, boom, boom, bass. Yeah that's that super bass" cantó.

No mentía cuando decía que le encantaba. Se la sabía entera y la parte del rap era la que más le
gustaba. Es curioso como con una llamada había conseguido que Lauren pasara de estar de cero a
cien y aparecían canciones aleatorias que encajaban con su estado de ánimo. Dos minutos. Ya
estaba cerca. El corazón le latía deprisa, estaba eufórica. Un minuto. Ya podía ver el recinto.

- "Ya pensaba que no llegabas" dijo Camila mientras no le quitaba el ojo a Lauren quien bajaba de
su coche.

- "Tampoco me diste tiempo a responder si iba a llegar o no" dijo Lauren con una sonrisa
embobada por el conjunto de Camila. "¿Qué hacemos aquí?" preguntó mirando a su alrededor.

El recinto era un gran descampado con una nave en el centro. El césped estaba sin cuidar y no
parecía haber gente a su alrededor. Unos pequeños columpios oxidados acompañaban la nave al
lado de un par de árboles afectados por el invierno. A simple vista solo estaban ellas dos.

- "El otro día dijiste que me enseñarías a pintar si conocías más de mí" dijo. "Por lo tanto te he
traído aquí"

- "¿Con esto me demuestras que te gusta estar en medio de la nada montando en un columpio
oxidado?" rio Lauren nerviosa quien no entendía la situación.

- "¡No!" pegó una carcajada. "Es más que eso. Acompáñame"

Lauren seguía sin comprender nada, por lo que se mantuvo detrás de ella todo el tiempo. Hoy
Camila había decidido no pasar frío y llevaba un abrigo largo negro el cuál evitaba que Lauren
pudiera fijarse en su trasero, pero aun así lo seguía haciendo.

- "¿Te gusta mi culo?" preguntó Camila con una sonrisa al girarse y ver a Lauren mirándoselo
embobada.

- "¿Qué?" preguntó Lauren muy sonrojada, la había pillado.

- "Puedes mirarlo siempre que quieras" dijo juguetona. "¿De qué sirve tener una parte del cuerpo
bonita y no poder mostrarla?"

- "Camila, ¿estás siendo creída?" rio Lauren.

- "Te estoy diciendo que puedes mirarlo" dijo volviendo a mirar hacia delante. "Estamos cerca"
dijo sin mirar atrás.

Lauren tenía las mejillas encendidas por las palabras de Camila y optó por hacerle caso mientras
bordearan la nave para entrar dentro.
- "Aquí" se paró ante la puerta cerrada.

- "¿Hay gente ahí dentro?" preguntó Lauren al escuchar jaleo dentro de la nave.

- "¿Querías estar a solas conmigo Lauren?" preguntó pícara.

- "Es un pequeño secreto, no puedo decírtelo" respondió juguetona consiguiendo que Camila se
mordiera los labios.

- "Mira" dijo mientras abría la puerta.

Lauren se quedó boquiabierta con lo que tenía en frente de ella. Había muchos sacos de dormir y
personas, muchas personas sin hogar aparentemente. La nave estaba repleta, hasta las pequeñas
mesas estaban ocupadas por niños medio dormidos.

- "Camila..." consiguió decir Lauren.

- "Dijiste que querías conocer más de mí pues aquí te lo demuestro" dijo "vengo tres veces por
semana a ayudar a los que más lo necesitan" admitió.

- "Camila eso es precioso" dijo mirándola a los ojos sintiendo humildad en ellos.

- "Ven. Vayamos a ayudar" dijo agarrando a Lauren de la mano. "Pero no tiembles" rio mientras le
guiñaba un ojo.

Lauren se sentía presa en ese instante. Notaba como Camila tiraba de su mano mientras iba
saludando a la gente de forma cordial. De nuevo toda su piel erizada por el contacto de sus manos.
Le gustaba lo que estaba viendo, eso decía mucho de una persona y le encantaba.

- "Vas a ayudarme a servir aquellas dos mesas del fondo" dijo soltando la mano de Lauren y
cogiendo un par de bandejas. "Tú llevarás esto" añadió colocando una bandeja con arroz cocido en
los brazos de Lauren quien seguía perpleja.

Lauren siguió por detrás a Camila de camino a las mesas mirando a su alrededor. Solo podía ver
gente desaliñada con expresiones tristes en sus caras. Se sentía mal por aquellas personas. Una
vez en las mesas con platos, vasos y cubiertos de plástico ya colocados, Camila empezó a servir
sopa caliente, la cual había preparado ella misma.

Lauren miraba a Camila servir la sopa con admiración y orgullo, se había sorprendido mucho
porque por lo que había comprobado con Normani, Camila no vivía en un sitio muy lujoso lo cual
lo hacía el doble de bondadoso.

- "A veces las personas que menos tienen son las que más dan" pensaba con admiración mientras
no apartaba la mirada de la chica más bajita.

Después de servir las mesas que les correspondían y cenar ellas también, Lauren se sentía más
realizada que nunca. Había ayudado al prójimo y se sentía mejor consigo misma. Sentada en una
silla desgastada, Lauren observaba como Camila jugaba con un par de niños. Casi no podía
distinguirla. Estaba realmente preciosa cuando sonreía.

- "No os preocupéis, nadie os va a hacer daño yo soy vuestra heroína" gritaba Camila mientras los
niños reían. "Oh, ¡cuidado!" dijo señalando a Lauren. "¡Se aproxima Lauren del planeta Ojos
Verdes para atacarnos! Voy a por ella" sonrió mientras acariciaba la pequeña cabeza de uno de
ellos.

- "¿Vas a acabar conmigo o algo por el estilo?" bromeó Lauren.

- "Tal vez, pero aún es pronto" dijo Camila mientras se mordía los labios.

- "¿Podemos salir fuera? Necesito tomar el aire" preguntó Lauren quien lo único que quería era
quedarse a solas con ella.

Lauren y Camila salieron de la nave por la puerta de atrás la cual daba a un pequeño parque donde
había unas mesas desgastadas por el uso y el paso del tiempo.

- "Me ha sorprendido mucho esta faceta tuya" admitió Lauren sentándose encima de una de la
mesas con los brazos cruzados.

- "Digamos que no todo es lo que parece" dijo Camila con una media sonrisa.

- "¿Desde cuándo haces esto?" preguntó curiosa.

- "Desde que salí de aquí" dijo sincera consiguiendo que Lauren se sorprendiera. "Yo fui una de
esas personas Lauren" dijo mirando hacia la nave. "Mis padres, mi hermana pequeña y yo
emigramos aquí, y tuvimos que vivir durante toda mi secundaria en este reciento" admitió.

- "Camila yo..."

- "No lo sabías" le cortó. "Por eso quería mostrártelo, es un pequeño secreto que ahora comparto
contigo" dijo mirando a Lauren a sus ojos más brillosos que nunca.

- "¿Cómo estudiabas?" preguntó curiosa.

- "Mi padre se pasaba el día trabajando para la comunidad para que yo pudiera tener una pequeña
beca con la que al menos podía comprar libros de segunda mano y un par de libretas y lápices,
solo lo veía por la noche. Nunca me dormía antes de que él llegase" admitió. "Me sentaba justo
donde estás tú ahora." Dijo señalando a Lauren.

- "¿Fuiste a la universidad?" volvió a preguntar curiosa por saber más de la vida de la chica que le
había robado el corazón.

- "No" mintió. "No llegué a terminar mis estudios" volvió a mentir.


- "Tuvo que ser muy duro para ti" dijo Lauren con la expresión rota por imaginarse a Camila años
atrás.

- "Sí, no te voy a engañar. Pero me ha ayudado a ver la vida de la forma más bondadosa de la que
la puedes ver" admitió con una media sonrisa. "¿Qué te esperabas de una mujercita tan guapa
como yo?" bromeó.

- "Cualquier cosa que me imagine de ti sería buena" admitió Lauren sonrojada.

Se hizo un silencio entre las dos, Lauren quería preguntarle qué estaba pasando entre ellas pero
no lo vio un buen momento. Prefirió contemplar el rostro de Camila con sus profundos ojos
marrones alumbrados por un pequeño foco.

- "¿Sabes?" dijo Camila intentando romper el hielo. "Se me hace raro contarle esto a una persona
de la que solo conozco su nombre" admitió.

- "Jauregui" soltó Lauren.

- "Jauregui" repitió en voz baja consiguiendo que Lauren se estremeciera al escuchar su apellido
de sus labios, "¿Así que la señorita Lauren Jauregui?" rio "Mucho gusto, Camila Cabello" dijo
estrechándole la mano.

- "Encantada Señorita Cabello" dijo con una voz muy seductora.

- "Has hecho que parezcas mi madre" rio Camila.

- "Vale, eso fue raro" dijo Lauren pegando una carcajada.

Todavía no había separado sus manos, estaban agarradas una a la otra. Lauren miraba a Camila
pensativa, le había mostrado una parte muy profunda y difícil de contar, y se la había mostrado a
ella. Lauren agachó la mirada y observó sus manos entrelazadas e inconscientemente rozó
suavemente parte de la mano de Camila con su pulgar haciendo que esta sonriera ante el gesto. Le
había gustado.

Realmente lo había hecho. Camila adoraba que sus manos se encontrasen perdidas en ellas
mismas consiguiendo que su piel se erizara de la única forma de la que la hacía con el contacto de
la morena de ojos verdes.

- "Espero que no estés cansada porque esto ha sido solo el principio. Aun te queda por ver mucho
más de mí" dijo Camila tirando de la mano de Lauren hacía el coche de esta. "La noche es joven y
nosotras somos eternas"

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Capítulo 19

Montadas en el coche, Lauren conducía en silencio hasta la ubicación que le había explicado
Camila. No sabía de qué se trataba todo esto, pero le encantaba el toque misterioso con el que se
envolvía Camila.

- "Aparca por aquí" dijo Camila señalando hacía una calle. "Es hora de caminar" sonrió.

- "¿A dónde vamos?" preguntó Lauren curiosa mientras se bajaba del coche.

- "Cómo te he dicho, la noche es joven y está perfecta para dar un paseo" sonrió mirando a Lauren
quien tenía una expresión confusa. "Espera y verás" pensó Camila.

Lauren y Camila anduvieron por la calle peatonal que había detrás de donde habían aparcado. Se
podía contemplar varios comercios a punto de cerrar debido a la hora. Cerca de ellas había una
frutería aún abierta guardando las piezas de frutas para el día siguiente.

- "¿Sabes qué?" Preguntó Camila. "Me apetece un plátano" admitió señalando a la frutería.

- "¿Vas a comprarte ahora uno?" preguntó Lauren sorprendida mirando la hora.

- "No precisamente eso. Prepárate para correr" dijo con una sonrisa pícara.

- "Espera. Camila. ¿Qué?" dijo sin entender nada.

No le dio tiempo a intentar entenderlo, Camila había empezado a correr hasta la frutería y Lauren
la seguía detrás. No pensaba que Camila iba a robar un plátano, pero sí, lo hizo. Con los gritos del
frutero, Camila corría delante de Lauren quien notaba adrenalina en el cuerpo. Solo había robado
una vez en su vida y fue cuando era muy pequeña. Lauren corrió más rápido y se puso a la misma
paz de Camila quien la miró y le sonrió dejando a Lauren embobada.

Tras un par de minutos corriendo pararon en una pequeña plazoleta alumbrada por un par de
farolas. Lauren respiraba fuerte. "Debería de hacer más ejercicio" pensó.

- "El mejor plátano de mi vida" dijo Camila mientras le daba un bocado.

- "¡Estás loca!" rio Lauren. "¿Qué hubiera pasado si nos hubieran detenido?"

- "Me hubiera disculpado por tener hambre" admitió Camila escogiéndose de hombros mientras le
daba otro bocado.

- "Eres tan idiota..." dijo Lauren entre risas.

- "En realidad" dijo mientras masticaba el último bocado "Lo que quería mostrarte era que los
plátanos son mi fruta preferida y que hay veces que es bueno poner algo de emoción en la vida"
explicó.
- "¿Piensas robar algo más? Lo digo para estar preparada para correr" bromeó Lauren.

- "Algo mejor que eso. Sígueme" ordenó Camila dirigiéndose a otra calle.

Camila era una caja de sorpresas, en la misma noche le había enseñado a Lauren que tal y como
podía tener un corazón lleno de bondad, también podía llenarse de valor y jugarse una noche
entre rejas por un simple plátano. Atravesaron una calle llena de viviendas con algún que otro bar
haciendo esquina. Realmente sí que hacía una buena noche para pasear y Lauren tenía la mejor
compañía. Pocas veces había visitado aquella zona así que se dejó guiar por Camila quien de vez
en cuando miraba de reojo a Lauren con una sonrisa consiguiendo que se estremeciera.

Después de pasear durante unos diez minutos en silencio contemplando las distintas calles y
cruzándose con personas de distinta edad, Camila se detuvo al principio de una de ellas llena de
bares, locales y pequeñas tiendas.

- "Estamos cerca" añadió.

¿A dónde la estaría llevando? Se preguntaba Lauren sin saber todavía las intenciones de la chica
más bajita que ella. Camila volvió a detenerse en frente de un bar.

- "¿Con esto quieres decirme que eres alcohólica?" bromeó Lauren.

- "¡No!" dijo Camila con una carcajada. "Entra"

A simple vista no había mucha gente dentro, lo justo para ser un día entre semana. Un par de
grupos de unos treinta años y unos cuantos adolescentes, nada que no hubiese visto ya.

- "¿Me pides una cerveza?" preguntó Camila. "Voy un momento al baño" mintió.

Lauren asintió con la cabeza y se dirigió hasta la barra. Dudó en pedirse otra ella. A Lauren le
gustaba la cerveza pero tampoco era su gran debilidad. Tras decidirse y pedir las dos cervezas,
Lauren no se quiso mover de donde estaba para que Camila no tuviera problemas en encontrarla
después. El bar no era nada del otro mundo: una gran barra en forma de círculo en el centro, unos
cuantos asientos en tono verde oscuro a juego con las paredes y un pequeño escenario con una
pantalla en frente. Mientras le daba un sorbo a su cerveza y sujetaba la de Camila en la otra mano
libre, se dio la vuelta hacia el escenario en el cual se habían encendido un par de luces que
aparentemente alumbraban a alguien.

- "¡Buenas noches damas y caballeros!" dijo una voz familiar. "¿Están pasando una buena noche?"
gritó mientras el público le respondía con otro grito.

Lauren casi se atragantó con la cerveza al ver lo que estaba sucediendo. Camila se había subido al
escenario con un micrófono. "Al baño, claro" pensó Lauren aun afectada por la toz.

- "Lo primero gracias a los dueños por este pequeño favor, os prometo que consumiré más a partir
de ahora" dijo mientras el público se reía. "Estoy aquí por una razón" comenzó. "Tengo una...
Conozco a una persona que está aquí entre nosotros, creo que ya ha descubierto que no he ido al
baño" admitió volviendo a hacer reír al público. "Hace un par de días le prometí que le enseñaría
más cosas sobre mí, y aunque ya sepa que me gusta cantar, se lo quería demostrar a lo grande" se
pausó. "Lauren Jauregui, esto es para ti y perdón por dejarte tirada la cerveza" terminó con una
sonrisa preparándose para cantar.

No quedaba espacio en la cara de Lauren para una sonrisa más grande. Cada vez Camila la
sorprendía más y para nada se esperaba algo así. Estaba feliz, muy feliz. Camila se aclaró la
garganta y una desconocida melodía empezó a sonar haciendo que todo el bar quedara en
silencio.

- "Something has changed within me, something is not the same. I'm through with playing by the
rules of someone else's game. Too late for second-guessing, too late to go back to sleep. It's time
to trust my instincts. Close my eyes: and leap!"

Camila comenzó a cantar Defying Gravity de Idina Menzel. Lauren no puedo contenerse y sacó su
móvil para grabarla, quería guardar ese momento para siempre. Nunca había escuchado esa
canción pero desde ahora lo empezaría a hacer más a menudo.

- "It's time to try defying gravity. I think I'll try defying gravity. Kiss me goodbye I am defying gravity
and you won't bring me down!"

Lauren no podía apartar la vista de Camila. Estaba tan entregada cantando que llegaba a parecer
una cantante profesional. Con sus finas manos agarrando el micrófono y acompañando la melodía
con gestos.

- "I'm through accepting limits 'cause someone says they're so, some things I cannot change, but
till I try, I'll never know! Too long I've been afraid of losing love I guess I've lost. Well, if that's love
it comes at much too high a cost!"

Un leve brillo cubría los ojos de Lauren quien había dejado de tomar cerveza para centrarse
solamente en ella. Un fuego interior la iluminaba y todo gracias a Camila. La quería, realmente lo
hacía.

- "I'd sooner buy defying gravity, kiss me goodbye I'm defying gravity. I think I'll try defying gravity
and you won't bring me down! I'd sooner buy defying gravity, kiss me goodbye I'm defying gravity.
I think I'll try defying gravity and never bring me down! Bring me down! Ohh ohhh ohhhh!"

El público aplaudió como loco cuando Camila terminó de cantar y abrió los ojos, eran pocas
personas pero gritaban como si hubiera trescientas. Lauren era la que más fuerte aplaudía. Podría
pasarse toda la vida escuchando cantar a Camila que nunca se cansaría.

- "Lauren" dijo después de dar las gracias. "No puedo verte porque estos focos me lo impiden,
pero si sigues ahí me gustaría que subieras aquí conmigo" admitió.
La gente empezó a mirar por todos lados intentando encontrarla y Lauren quiso pasar
desapercibida pero no lo logró, en cuestión de segundos tenía un cúmulo de miradas penetrantes
sobre ella. Tenía que subir.

Caminó hasta el escenario subiendo en él con un fuerte rugido y con la mirada de Camila sobre
ella, quien le sonría alegremente.

- "Os presento a Lauren Jauregui, no la conozco mucho para qué engañaros" dijo mientras el
público se reía una vez más. "Pero sé que se fija en los pequeños detalles, que si le das un lienzo te
demuestra lo gran artista que es, y que tiene los ojos verdes esmeralda más bonitos de todo el
mundo" gritó.

- "Oh, Camila..." dijo Lauren abrazándola después de oír esas preciosas palabras sobre ella
mientras el público rugía.

- "Después de estas palabras no vas a negarme que cantemos una canción juntas ¿verdad?"
susurró Camila deseando que cantase con ella.

- "No podría negarme a nada que me pidieras Camila" admitió Lauren.

Camila se limitó a sonreír con las palabras que le acababa de decir Lauren. Pidió que le pusieran la
segunda canción que ya tenía preparada, sabía que Lauren no le iba a decir que no, era demasiada
educada. Pero lo que sí que no se esperaba era esa respuesta la cual la hizo temblar. Empezó a
sonar de nuevo otra melodía acompañada por la letra en la pantalla que había en frente del
escenario.

- "I remember what you wore on the first day, you came into my life and I thought "Hey, you
know, this could be something" 'cause everything you do and words you say you know that it all
takes my breath away and now I'm left with nothing..." comenzó a cantar Camila mirando a Lauren
a los ojos. "'Cause maybe it's true that I can't live without you, maybe two is better than one.
There's so much time to figure out the rest of my life and you thought that it got me coming
undone and I'm thinking two is better than one"

- "I remember every look upon your face, the way you roll your eyes, the way you taste. You make
it hard for breathing 'cause when I close my eyes and drift away I think of you and everything's
okay I'm finally now believing..." le siguió Lauren con su voz rasgada.

- "That maybe it's true That I can't live without you maybe two is better than one there's so much
time to figure out the rest of my life and you thought that it got me coming undone and I'm
thinking two is better than one..." terminaron las dos al unísono mirándose a los ojos.

Al terminar de cantar Two Is Better Than One de BoysLikeGirls, Lauren y Camila se dieron otro
fuerte abrazado mientras el público aplaudía con más intensidad. Dieron las gracias y bajaron del
escenario volviendo al lugar que ocupaba antes Lauren.

- "¡Eh! Camila" dijo una voz masculina detrás de ella. "Eso estuvo muy bien, gracias"
- "Gracias a ti por hacerme el favor Pascual" dijo con una sonrisa aun emocionada por lo ocurrido.

- "Hacéis muy buena pareja" dijo guiñándole un ojo.

- "La verdad es que no..." se sonrojó Camila al escuchar las palabras del dueño.

- "Disfrutad de la noche" la cortó "Y encantado" dijo refiriéndose a Lauren quien le respondió con
una ligera sonrisa.

No dijeron nada sobre aquellas palabras, pero tanto una como la otra notaron movimiento en su
pecho cuando las escucharon. Se sentaron en un par de butacas más apartadas y continuaron con
las cervezas.

- "Se te ha olvidado que no me gusta cantar en público ¿verdad?" bromeó Lauren.

- "Tal vez lo pasara por alto cuando lo planeé todo" dijo con una sonrisa mientras le daba un sorbo
a su cerveza.

- "¿Nunca dejarás de sorprenderme?" preguntó Lauren con la mirada clavada en sus ojos mientras
le daba el último sorbo.

- "Lo cierto es que no" admitió "Nos espera una última parada" dijo juguetona mientras se
levantaba agarrando a Lauren de su mano izquierda.

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Capítulo 20

Lauren no sospechaba nada sobre la última parada de la noche por lo que solo se limitaba a
conducir. Camila le había señalado el camino el cual iba directo a un gran descampado. Como en
su anterior trayecto, las dos habían permanecido en silencio. No era un silencio incómodo, sino
todo lo contrario, era un silencio acogedor en el que sus mirabas se encontraban a veces y
compartían una sonrisa. Estaban felices. Lauren llegó al descampado el cual se encontraba casi en
la cima de una pequeña montaña, la misma que había observado desde el cementerio. Lauren
aparcó en una pequeña zona de tierra y se bajaron del coche.

- "Esta vez no tengo una conclusión a la que llegar" admitió Lauren más curiosa que las anteriores
veces.

- "¿Has estado alguna vez aquí?" preguntó Camila contemplando el paisaje.

- "La última vez que subí fue con mis hermanos cuando era muy pequeña, pero no recuerdo más"
dijo.

- "Eso hace que tenga un punto a mi favor. Sígueme" dijo con una sonrisa muy usual en su rostro
cada vez que estaba con Lauren.
Camila desapareció detrás de un gran arbusto el cual daba a un pequeño camino de tierra que
conducía hasta la cima de la pequeña montaña. Lauren agradecida por no llevar zapatos de tacón,
siguió a Camila por detrás sin tener ni idea de lo que le esperaba. Una vez allí, Camila se paró en
frente de una cabina cerca del teleférico que había sido abandonado años atrás.

- "Es una pena que no siga en funcionamiento ¿no crees?" preguntó Lauren mirando hacia la
cabina.

El teleférico iba desde la pequeña montaña en la que se encontraban hasta otra un poco más
grande ubicada en la otra punta de la ciudad.

- "Suerte que estoy aquí" dijo Camila acercándose a la caja de mandos de la cabina.

- "Camila ¿qué estás haciendo?" preguntó Lauren perpleja.

- "Tan solo ten paciencia" dijo sin más.

Camila empezó a tocar un par de botones y a conectar un par de cables con mucho cuidado
mientras Lauren la observaba embobada. No le resultaba difícil y lo hacía como si no fuese la
primera vez. Pulsando un último botón, Camila se apartó de la caja de cambios y vio como el
teleférico se ponía en funcionamiento.

- "Creo que esta clase me la perdí en la secundaria" bromeó Lauren perpleja ante lo que estaba
viendo "¿Cómo has conseguido hacer eso?" preguntó sorprendida.

- "Digamos que soy muy lista" dijo Camila intentando no volver a mentirle, no le gustaba hacerlo.

Camila abrió la puerta con cuidado y entró dentro de la cabina la cual era espaciosa y estaba
rodeada de pequeños sillones.

- "¿Vienes?" preguntó mirando a Lauren.

- "Camila tengo miedo a las alturas" admitió Lauren preocupada porque algo saliera mal.

- "Confía en mi" dijo extendiéndole la mano.

Lauren agarró la mano de Camila y entró con ella en la cabina dando un pequeño salto. Las
grandes ventanas estaban llenas de polvo y no permitían tener una gran visibilidad, por lo que
tuvo que hacer hueco con la mano y limpiarse después. Camila se hizo con el control y tiró de la
palanca que hizo que empezase a moverse.

- "Esto es precioso" admitió Lauren un poco asustada apoyada en una de las ventanas
contemplando toda la ciudad bajo sus pies.

- "No más que tú" pensó Camila quien la miraba con una sonrisa tierna. "Bienvenidos a este
pequeño tour de una punta a otra" dijo imitando que tenía un micrófono en sus manos. "Hoy
tendréis la suerte de que yo, Camila Cabello, os acompañe" se rio al ver la sonrisa de Lauren por
sus palabras. "Si tenéis alguna duda, podéis levantar la mano que os la responderé encantada" dijo
volviendo a reír.

Lauren no sabía si seguirle el juego o no, parecía tan infantil y tan adorable a la misma vez que no
se pudo contener y levantó la mano.

- "Oh, pero si tenemos una pregunta de una chica preciosa" dijo haciendo sonrojar a Lauren
"Dígame" ordenó.

- "¿Qué quieres decirme con esto Camila?" preguntó Lauren juguetona mientras miraba hacia los
labios de Camila los cuales estaban siendo mordidos por ella.

- "Esto es una pregunta personal, no se puede enterar el resto" dijo haciendo como que apagaba
el micrófono. "Cuando tengo la autoestima baja subo aquí y me limito a mirar por la ventana en
silencio durante todo el trayecto" explicó. "Es mi pequeño lugar, nunca había traído a nadie aquí
antes" terminó apartando los ojos de Lauren para mirar la ventana.

- "A veces viene bien sentirse más grande que los demás aunque solo sea unos minutos" admitió
Lauren sintiendo compasión por Camila quien le respondió asintiendo la cabeza.

A Lauren no le hicieron falta más palabras para saber que Camila era una persona frágil y lo
ocultaba detrás de esa perfecta sonrisa. Tuvo la necesidad de darle un abrazo, pero prefirió
reservarlo para otra ocasión, no quería hacerla creer que sentía pena de ella. Camila por otro lado,
se alegraba de haber compartido esas palabras con alguien más que no fuera ella misma. Ni si
quiera Dinah sabía que había estado allí antes.

- "¿Qué te parece si nos hacemos una foto?" propuso Lauren. "Así cada vez que la veas recordarás
que no eres la única que se siente pequeña y tiene que perderse para volver a encontrarse"

- "Me parece perfecto" dijo sincera mostrando su blanca sonrisa.

Camila sacó de su bolso una cámara instantánea y se la entregó a Lauren. Mientras ésta alargaba
los brazos, Camila se colocó por detrás de Lauren y apoyó su mano en el hombro derecho de ésta
quien sonrió ante el roce. Tomó la foto y se la entregó a Camila quien esperaba ansiosa a que
apareciera.

- "Seguro que sales preciosa" dijo Lauren tímidamente devolviéndole la cámara.

- "Tengo buena competencia así que no sé qué decirte" respondió Camila devolviéndole el piropo.

Terminaron el trayecto en su habitual y agradable silencio. Lauren seguía con la necesidad de


saber qué estaba ocurriendo entre ellas. No quería más ilusiones de las que ya tenía. Pararon en
un gran llano con un verde césped bastante bien para no estar cuidado por alguien. Se pararon en
medio de ese gran llano y Camila sacó de su bolso con cuidado una sábana blanca y la colocó sobre
él.
- "¿Vas a sacar algo más de ese bolso?" bromeó Lauren mientras se sentaba en la sábana.

- "No" rio "Lo tengo todo ahora mismo" dijo mordiéndose los labios mientras Lauren se derretía
por dentro.

Camila se tumbó bocarriba en la sábana y Lauren la siguió tumbándose a su lado. Si miraba hacia
arriba podía ver un cielo completamente estrellado, algo que no se veía a simple vista desde la
ciudad. Lauren estaba asombrada y deseaba tener un lienzo con ella para calcar el paisaje. Miró a
Camila por un instante, quien mantenía las manos entrelazadas encima de su abdomen. Tenía la
mirada perdida, pensativa.

- "¿En qué piensas?" preguntó Lauren volviéndose hacia su lado apoyando la cabeza sobre su
mano.

- "El primer día que llegué a la ciudad lloré muchísimo. Echaba de menos mi hogar, mi familia, mis
amigos" explicó con la voz desgarrada adoptando la misma postura que Lauren. "Mi padre me
trajo hasta aquí esa misma noche mientras mi madre cuidaba en el recinto de mi hermana
pequeña. Nos tumbamos tal y como lo estamos nosotras ahora. Me dijo que mirara al cielo y que
contemplara la luna" se pausó. "Por muy lejos que estés de los tuyos siempre os estará
alumbrando la misma luna" dijo imitando las palabras de su padre.

- "¿Has dejado de echarles de menos?" preguntó Lauren afectada.

- "Solo a ratos" admitió. "Solo cuando estoy contigo"

Lauren se sorprendió al escuchar esas palabras salir de la boca de Camila, quien había vuelto
tumbarse bocarriba. Tenía que saber más, no podía seguir jugando a las indirectas.

- "Camila" dijo "¿Por qué haces esto?" preguntó al fin sin quitar su postura.

- "¿El qué?" preguntó curiosa volviéndose para mirarla a los ojos verdes llenos de inseguridad.

-"Esto. El recinto, las canciones, tus palabras, tus frases, el sol y la luna, tus ilusiones. Todo Camila"
explicó. "Siento que estás jugando conmigo" dijo desgarrada. "Un día me dices que tienes pareja y
ahora me dices todo esto, perdóname si estoy siendo grosera o descortés pero es que no puedo
seguir viviendo en una ilusión" concluyó con la voz desgarrada.

Camila se quedó en silencio durante unos segundos afectada por las palabras de dolor que Lauren
acababa de soltar.

- "No estoy jugando contigo Lauren..." dijo por fin. "Solo quería... que conocieras más de mí tal y
como te prometí"

- "No Camila, no lo entiendes" dijo levantándose de la sábana. "Me estás haciendo daño. Me estás
dando falsas esperanzas y yo no puedo más. Quiero irme de aquí" terminó dirigiéndose a la
cabina.
- "Espera" gritó Camila agarrándola del brazo haciendo que Lauren se volviera y se quedarán a
centímetros. "No te vayas" dijo con la voz cortada.

- "¿Qué esperas que haga Camila? ¿Que siga aquí haciéndome daño a mí misma?" susurró.

- "Yo... No..." intentó decir Camila mirando a Lauren a los labios.

- "Lo suponía" dijo con una sonrisa irónica. "No sé por qué no vi venir esto antes para pararlo"
admitió.

- "Lauren..." consiguió decir clavando los ojos brillosos en la chica más alta que ella. "Perdón si te
he estado haciendo daño o creando ilusiones, pero no puedo evitar ser sincera contigo y decirte lo
que siento cuando estamos juntas. Quería que esta noche fuera perfecta" admitió acercándose
más. "Quería enseñarte más de mí, quería confesarte mis miedos, mis dudas, mis emociones. Pero
mi sentimiento más fuerte lleva tu nombre Lauren y desde que nos chocamos por primera vez lo
tengo dentro de mí y no consigo sacarlo" dijo con un sollozo.

- "Pero tienes pareja Camila" dijo rota. "No puedo hacer nada ahí, esa es una decisión tuya"

- "Lo sé" dijo acariciando la mejilla de Lauren mientras le colocaba un mechón de pelo detrás de la
oreja. "Pero cada vez que pienso en ti no puedo evitar que estos pensamientos recorran mi
mente"

- "¿Qué pensamientos Camila?" susurró con un nudo en la garganta mientras notaba como sus
cuerpos se acercaban.

- "Estos" dijo Camila acercándose a los labios de Lauren mientras los acariciaba.

- "Camila yo..." dijo Lauren embobada. "No puedo" admitió alejando sus cuerpos. "No así. Quiero
que volver a casa" finalizó.

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Capítulo 21

Dentro del teleférico de vuelta a la pequeña montaña donde se encontraba el coche de Lauren,
estuvieron sin dirigirse la palabra todo el trayecto. Lauren estaba demasiado dolida como para
articular palabra y Camila se sentía culpable de las palabras de Lauren. "Si pudiera decirte toda la
verdad..." pensó Camila mientras miraba a la chica de ojos verdes la cual no apartaba la vista del
cristal.

Lauren quien estaba apoyada en una de las ventanas mirando a la nada, todavía no había
asimilado la situación. Camila casi la besa. Casi. Por mucho que Lauren llevase deseando ese beso,
no podía permitir que pasara. No de esa forma. El beso tenía que ser sincero y sin ataduras, y
principalmente Camila tenía que estar 100% segura. Lauren resoplaba una y otra vez.
Un silencio, por primera vez incómodo entre ellas, las acompañaba de nuevo en el coche. Lauren
se limitaba solo a salir de allí, no podía mirar a Camila. Le dolía demasiado.

- "¿Dónde tengo que dejarte?" preguntó Lauren con un nudo en la garganta sin apartar la vista de
la carretera.

- "En la pequeña urbanización que hay detrás del museo de la ciencia" respondió con la voz rota.

Lauren sabía dónde era y sabía el camino gracias a las dos paradas que tuvo que hacer por allí con
Normani, pero no podía crear sospecha aunque no le apeteciera hablar. Para el resto del trayecto
Lauren quiso hacerlo más ameno y encendió la radio con la esperanza de que siendo tan tarde no
hubiera ninguna canción incómoda. Se equivocaba. Nada más encenderla empezó a sonar Closer
de Ne-Yo, justo la canción que le había tocado con la guitarra a Camila después de mucho tiempo
sin tocar ésta, la noche que la chica más bajita que ella la había llamado llorando desde el parque
del ayuntamiento.

- "¡Joder!" gruñó Lauren cambiando a una emisora de deportes.

A Camila le había dado tiempo de reconocer la canción y sabía por qué Lauren la había quitado.
Dejó sonar un respiro y se acomodó mirando hacia la ventana. "¿Por qué tienes que joderlo todo
siempre Camila?" se preguntaba así misma. A Camila lo que más le preocupaba era guardarse esos
sentimientos, ya que nadie de su entorno podía saber lo que sucedía con Lauren. Sin duda la
definición de Lauren Jauregui para ella era un 'quiero pero no puedo' en aquel instante.

Lauren aparcó justo donde Camila señaló, la pequeña urbanización seguía igual de desaliñada que
siempre pero Lauren notó algo distinto. Una gran ventana que daba a lo que sería el salón, estaba
iluminada por la aparente luz de la televisión parpadeante y a través de unas claras cortinas se
podía apreciar la sombra de más de una persona. Tenía la oportunidad perfecta para preguntar
pero no le salían las palabras, no en ese momento.

- "Sé que no quieres hablarme en estos momentos" dijo Camila con la voz seca "Pero quiero que
sepas que independientemente de lo ocurrido, me lo he pasado muy bien esta noche y no
cambiaría nada" admitió Camila abriendo la puerta del coche.

- "Nos vemos en el concierto Camila..." dijo sin mirarla.

- "Adiós Lauren" dijo con un sollozo mientras cerraba la puerta del Chevrolet sabiendo que no la
vería hasta dentro de dos semanas.

- "Adiós Camila" susurró mientras aceleraba.

Le había dolido decir esas palabras porque sabía que no iba a soportar estar dos semanas sin verla
ni hablar con ella, pero tanto una como la otra necesitaban pensar las cosas y probablemente eso
sería lo mejor. Lauren también se lo había pasado muy bien y hubiera repetido esa noche mil
veces, pero no con ese final y el fuerte dolor que apretaba en su pecho. Lauren se sentía
desgarrada por dentro, dolida, rota, y tenía mucha impotencia en su cuerpo.
Mientras salía de aquella zona, el parabrisas de Lauren empezó a llenarse de gotas. "Lo que me
faltaba" pensó mientras soltaba un suspiro. Tenía ganas de llorar y necesitaba a su mejor amiga
por lo que se presentó en su apartamento sin avisarla previamente. Salió del coche corriendo para
no mojarse por la lluvia pero fue inútil, se seguía mojando mientras pegaba en el porterillo debido
al hecho de que el portal del edificio no cubría completamente su cuerpo.

- "Por favor Normani contesta" dijo desesperada llamando una vez más.

- "¡Te juro por dios que como sea una broma voy a...!"

- "Mani por favor ábreme" gritó Lauren aliviada al escuchar respuesta.

- "¿Lauren? ¿Pero qué hora es?" preguntó sorprendida.

- "Ábreme por favor, estoy completamente mojada" volvió a gritar con la voz rota.

Lauren notó abrirse el portal, entró dentro rápidamente y se paró frente al espejo que había en el
alargado pasillo de la entrada. Iba a empezar a coger por costumbre acabar empapada. El rímel se
le había corrido por las mejillas y el pelo estaba aplastado a causa de la lluvia. Soltó una risa irónica
al ver su aspecto y subió hasta la puerta de su mejor amiga quien la estaba esperando con ella
abierta preocupada.

- "Lauren ¿pero qué te ha pasado? ¡Son las 03:00 am!" dijo sorprendida mientras le ofrecía una
toalla para secarse.

- "No sé por dónde empezar Normani, he sido tan estúpida" empezó a llorar encima de su
hombro.

- "Tranquila Lo, tranquila" la consoló. "No hace falta que me lo cuentes ahora ¿vale?" intentó
animarla. "Puedes pasar aquí la noche si quieres ¿te parece?" dijo mientras abrazaba a su mejor
amiga quien asentía con la cabeza mientras las lágrimas le recorrían las mejillas.

Lauren se tranquilizó después de estar un par de minutos abrazada a Normani, sin duda no sabría
qué hacer si no tuviera el apoyo de la morena de la cual ahora se arrepentía de haberle mentido.
Normani obligó a Lauren a que se diera una ducha y le dejó un pijama limpio para que estuviera
más cómoda.

- "Bueno" dijo Normani acercándole una taza de chocolate caliente. "¿estás preparada para
contarme qué te ha pasado?"

- "Sí" dijo más tranquila mientras se llevaba la taza a la boca. "Pero antes prométeme que no te
vas a enfadar por no habértelo contando antes"

- "Sabes que no me gusta que me ocultes las cosas Lauren, pero lo intentaré" dijo sentándose a su
lado.
- "La noche que invité a Camila a cenar, ella fue la que puso Fallingforyou, no puedo decirte por
qué porque a día de hoy sigo sin saberlo" explicó. "Con la excusa de volver a verla le dejé mi
chaqueta de cuero. Algo en mí sabía que era algo más que atracción y no lo supe parar." admitió
nerviosa ante la morena quien estaba perpleja.

- "Sabía que escondías algo" gruñó Normani lanzándole un cojín enfadada. "Continúa"

- "El día que diste la noticia del concierto volví a Nando's para recuperarla cuando lo deseando
volver a verla, pero no estaba por lo que le dejé a Dinah mi teléfono." explicó con un nudo en la
garganta. "Esa misma noche me llamó para decirme que no tuviéramos contacto minutos después
de haber comprado otra entrada para ella" admitió de nuevo con lágrimas en los ojos. "No dormí
nada esa noche Normani, te volví a mentir ahí"

Las palabras de Lauren salían de su boca llenas de tristeza y rabia al mismo tiempo recordando a
Camila.

- "Lauren no quiero ser dura contigo... pero deberías de haberme contado esto antes" admitió
enfadada. "Eres mi mejor amiga y lo último que quiero es que sufras, pero si no me cuentas las
cosas no te puedo ayudar" dijo desilusionada.

- "Lo sé Normani y lo siento porque ahora sé que cometí un error" se disculpó con la voz
desgarrada.

Normani no dijo nada. Prefirió abrazar a Lauren para que se tranquilizara y pudiera continuar.
Aunque su mejor amiga estuviera enfadada, como le había dicho, no quería que Lauren estuviera
sufriendo más. Quería ayudarla.

- "La noche de la fiesta, Camila me llamó llorando desesperada. Había discutido con Dinah y no
tenía dónde ir" continuó con un sollozo mientras le daba un sorbo al chocolate. "Esa noche durmió
en mi cama" admitió.

- "Espera ¿qué?" la cortó alterada "¿Estabas despierta aquella noche porque acababas de...? Ya
sabes" dijo alucinada.

- "¡No!" dijo Lauren sin intentar ahogarse. "Camila me pidió que durmiese con ella después de
provocarla, pero dormí en el sofá" admitió.

- "¿Estoy hablando con mi mejor amiga de verdad o te han cambiado por otra persona?" rio
Normani "No sabía que fueras una bomba sexual" bromeó.

- "¡Cállate!" rio Lauren.

Lo sabía. Lauren sabía que en esos momentos la única que podía hacerla reír era Normani y daba
las gracias por tenerla en su vida.
- "Al día siguiente me propuso que le enseñara a dibujar y pintamos juntas un sol dentro de una
luna al que llama 'nuestro pequeño secreto' " dijo Lauren explicándole el significado. "Esta noche
nos hemos vuelto a ver y para qué mentirte, ha sido precioso" admitió con los ojos brillosos
recordando la sonrisa de Camila. "Me ha hecho recobrar la ilusión y la curiosidad como cuando
eres pequeña y tienes tu primera vez en casi todo, me ha hecho sentir especial, pero sobretodo
me ha creado más ilusiones y es por eso por lo que estoy aquí" dijo desconsolada. "Quiso besarme
Normani. Quiso besarme y yo me aparté." Admitió mientras las lágrimas volvían a recorrer sus
mejillas.

- "Has hecho bien Lo, no puede jugar contigo de esa forma" intentó tranquilizarla Normani en sus
brazos.

Lauren no pudo contener más las lágrimas y se echó a llorar una vez más esa noche en los brazos
de Normani quien acariciaba su pequeña cabeza.

- "Querer no es fácil Normani. Querer es entender también el rechazo, entender que vas a sufrir,
que vas a llorar" explicó envuelta en lágrimas. "Es entender que por muchas historias que tengas,
llegará una que te hará dudar de qué había sido el amor para ti antes de conocerla" admitió.

- "Y tú quieres a Camila ¿verdad?" preguntó Normani conociendo la respuesta.

- "Cada centímetro de mí desea estar con ella y demostrarle que no hay mejor vida si no es a mi
lado, pero tiene pareja Normani y eso lo complica todo" dijo con un fuerte nudo en la garganta.

Lauren y Normani se quedaron abrazadas en silencio durante unos segundos. La morena sabía que
a Lauren le iba a costar superar a Camila porque realmente la quería, pero no podía seguir
aferrada a alguien que la estaba consumiendo día tras día.

- "Vamos a dormir, seguro que mañana te sientes mejor" intentó animarla. "Podemos llamar a
Brooke y pedir el día libre, así nos vamos de compras ¿te parece?"

- "Te debo tanto" admitió Lauren volviéndola a abrazar.

- "Vale sí, yo a ti también, pero dime por favor que me acompañarás mañana" pidió haciendo un
puchero mientras juntaba sus manos en señal de súplica.

- "Con esa cara imposible negarme" dijo mientras sonreía secándose los ojos.

El apartamento de Normani no tenía habitación de invitados y el sofá no estaba capacitado para


dormir sobre él, por lo que Lauren y ella durmieron juntas aquella noche, siendo preferible para la
morena de ojos verdes quien se sentía más insegura que nunca y sin fuerzas para volver a mirar a
los penetrantes ojos marrones de Camila. Ojos que había conseguido arrebatarle el corazón para
dejarlo caer rompiéndolo en mil pedazos, cada uno más diminuto que el anterior.
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Capítulo 22

El día había empezado mejor de cómo había terminado la noche anterior, aunque realmente era
fácil conseguirlo. Lauren se sentía como cuando era pequeña y estaba enferma puesto que
Normani la había cuidado como si de eso se tratase. Mientras Lauren se vestía con la ropa del día
anterior gracias a la secadora, Normani preparaba un desayuno 'especial' según había descrito la
morena.

Aunque la habitación de Normani tuviera su toque moderno, se podían apreciar pequeños detalles
que la hacían sentir como en casa. Guardaba en una estantería los trofeos que había obtenido en
varios campeonatos de ballet y un calendario de Beyoncé adornaba una pared beige, la más
grande. Pero lo más significativo era un marco con la imagen de su abuela de joven en blanco y
negro encima de la cómoda de madera. Lauren conoció a Normani en el peor año y de la peor
forma: con la muerte de su abuela. Es irónico como en los peores momentos puedes llegar a
conocer a las mejores personas. "Ha llovido mucho desde entonces" pensaba mientras observaba
el marco.

De vuelta a la cocina, Lauren se recogió su larga melena dejando que un pequeño mechón oscuro
sobresaliera detrás de su oreja. Olía bastante bien. Desde el pequeño pasillo podía observar a
Normani sujetando una sartén con una mano y con la otra sirviendo aparentemente bacon. No se
equivocaba. Le había preparado un plato de huevos con bacon el cual sí que era especial ya que
había dibujado una cara usando el bacon como una sonrisa.

- "La mejor solución a los problemas es afrontarlos con una sonrisa" explicó Normani mientras se
sentaba a su lado en la mesa de cristal adornada con un mantel lleno de nombres de diferentes
países.

- "Sabes que eres la mejor amiga que se podría tener ¿verdad?" dijo mientras la abrazaba.

- "Y tú deberías saber que no me gustan los cariños por la mañana" rio la morena bebiendo un
poco de zumo natural.

- "Seguro que Chad desconoce esa parte de ti" bromeó Lauren llevándose un trozo de bacon a la
boca.

- "Es tan bueno en la cama Lo" admitió Normani con una sonrisa tonta

- "¡Normani!" dijo medio atragantada "No quiero desperdiciar el desayuno" admitió intentando
recuperarse de su ataque de toz.

- "¡Como si tú no supieras que es eso!" dijo pegando una carcajada mientras observaba a Lauren
reírse. "He llamado a Brooke mientras te cambiabas" admitió cambiando de tema.
- "Sorpréndeme" dijo con poco entusiasmo.

- "Tenemos luz verde lo cual significa que... ¡Podemos ir de compras!" Celebró la morena haciendo
un pequeño baile con las manos.

- "Me resulta extraño que no te haya pedido algo a cambio" admitió Lauren terminando su plato.

- "Digamos que le debemos un par de horas extra pero ahora hay que disfrutar" dijo la morena
emocionada por poder ir de compras con su mejor amiga, lo cual hacía tiempo que no hacían.

Normani tenía razón, había que disfrutar y olvidarse de todo a su alrededor pero sobretodo
olvidarse de Camila. Aunque el coche fuese de Lauren, Normani quiso conducir en esta ocasión
por lo que Lauren se acomodó en el asiento del copiloto contemplando el paisaje. Una manta de
nubes tapaba el cielo pero prefería eso antes de que lloviese. Sus últimos recuerdos a causa de la
lluvia no eran muy agradables.

En la ciudad no había muchos centros comerciales para elegir, pero siempre iban al Centro
Comercial Quirotec puesto que era el más grande y tenía más variedad respecto a tiendas. Podía
apreciarse que la Navidad se estaba acercando ya que un enorme árbol de Navidad adornaba el
espacio entre las escaleras mecánicas y una gran variedad de adornos colgaban sobre sus cabezas.
Había tanto inmensas bolas como bastones de caramelos y calcetines.

- "Adoro esta época del año, es tan bonita" admitió Normani.

Pues sí. Lauren también adoraba esta época del año ya que era de las pocas épocas en la que
volvía casa y se reencontraba con su familia faltando el pilar más fuerte. Lauren pensaba que
quien peor lo iba a llevar era su hermana pequeña Taylor, debido a su edad pero no contó con su
padre, quien fue el que más derrotado quedó. "De repente un día te levantas y te sientes vacío,
como si te hubieran desgarrado hasta el último centímetro del alma" recordaba las palabras de su
padre el día del funeral con los ojos brillosos.

Normani entró en la primera tienda que vio dejando a Lauren a cargo de su bolso y desapareció
minutos después con un par de conjuntos camino al probador. Lauren suspiró pensando que le
tocaría hacer de novio acompañante puesto que no le apetecía comprar nada. No tenía fuerzas en
aquel instante para intentar combinar cualquier prenda.

- "¿Qué te parece?" Preguntó Normani saliendo del probador con un conjunto deportivo.

- "¿Tienes que ir elegante hasta cuando vas a sudar?" Bromeó Lauren dándole el visto bueno.

- "Siempre" dijo con una carcajada cerrando el probador.

En otras cosas no sabía pero Lauren estaba segura que medio sueldo de su mejor amiga estaba
invertido en ropa todos los meses. Mientras Normani cambiaba de conjunto, Lauren hizo un
esfuerzo e intentó distraerse mirando otras prendas. Se fijó con una media sonrisa en un jersey
verde con un reno en el centro. Odiaba esos jerséis, pero le recordaban a su hermana pequeña,
quien siempre se los ponía. Se paró en frente de una alargada mesa repleta de pantalones de
todas clases, en su mayoría rasgados. "Rasgados" repetía Lauren mientras acariciaba uno de ellos
recordando a Camila con ellos puestos la primera vez que la invitó a cenar. Camila había accedido
al corazón de Lauren haciendo que ésta la recordara en todo momento. Lauren notó un dolor en el
pecho y no era como el que había sentido días atrás. Normani salió del probador solo con el
conjunto deportivo.

- "Queda mucho por ver" rio al ver la cara de sorpresa de Lauren.

Tras varias paradas en distintas tiendas y con cuatro bolsas más, decidieron parar en una de
calzado. Esta le gustaba más a Lauren quien se había enamorado de unos tacones negros de tiras
que había en el escaparate.

- "¿Son muy altos?" Preguntó insegura Lauren en frente del espejo con ellos puestos.

- "¡Son preciosos!" Admitió Normani. "Que pena que no calcemos el mismo pie" dijo desilusionada
por no poder robarles los tacones a su mejor amiga siempre que quisiera.

Realmente lo eran y le venía bien darse un capricho. Salieron de la tienda riendo felices ante sus
nuevas compras sin pensar en nada ni nadie más hasta que se chocaron con alguien conocido para
ellas.

- "Hola Lauren" saludó una chica mucho más alta que ella con una sonrisa.

- "Hola Dinah, me alegro de verte" respondió mirando a Normani quien había reconocido a la
mujer con la que ésta iba.

- "Mamá esta es Lauren, la amiga de Camila"

Amiga. Esa palabra rompió a Lauren en pedazos.

- "Así que tú eres la famosa Lauren, encantada soy Milika"

- "Encantada" respondió con una sonrisa. "Ella es Normani, mi mejor amiga" dijo presentando a la
morena.

- "Hace tiempo que no vienes por Nando's Lauren" añadió la chica más alta.

- "He estado liada, ya sabes el trabajo" mintió.

- "Eres bienvenida siempre que quieras" dijo mostrando sus pequeños dientes en una sonrisa.
"Nos vemos" dijo marchándose.

Lauren y Normani se despidieron simplemente moviendo sus manos. El encuentro con Dinah y su
madre había dejado a Lauren helada por sus palabras pero lo prefirió antes que encontrarse con
Camila.
- "¿Está pensando lo mismo que yo?" Preguntó Normani mientras seguían su paso por el centro
comercial.

- "Seguro que no" dijo pensando en Camila.

- "Lauren, es la misma mujer que vimos en su casa y nos acaba de confirmar que es su madre" dijo
sorprendida "Tenemos algo más"

- "Bueno prácticamente ya lo sabíamos, solo nos lo ha confirmado" añadió Lauren sin recordar que
seguía con la investigación.

Lauren seguía sin quitarse de la cabeza las palabras de la madre de Dinah 'la famosa Lauren'. "¿A
qué se referiría concretamente? ¿Hablaría Camila de mí?" Se preguntaba una y otra vez. En el
momento en el que ésta desaparecía por unos instantes de su cabeza, volvía a aparecer
inconscientemente.

Otro de los motivos por los que habían elegido ese centro comercial, era debido a los pequeños
espectáculos que hacían durante el día en la zona de restaurantes. En ese momento había un
pequeño grupo de malabaristas vestidos cual payaso. En parte tenían un poco de gracia por lo que
se quedaron a mirar unos minutos. Uno de ellos comenzó a hacer malabares montado en una
pequeña rueda mientras otro iba saltando su alrededor. Eran interesantes pero hubo uno que
había conseguido captar más la atención de Lauren. Se trataba de un hombre lleno de pintura
negra y roja que escupía fuego por la boca sin hacerse el más mínimo daño ni a él ni a sus
compañeros. Daba impresión de calor. Eran realmente buenos.

- "Muchas gracias por hacernos compañía en esta maravillosa mañana" dijo uno de ellos
apoderándose del micrófono. "No os olvidéis de que en un par de semanas The 1975 estarán en la
ciudad. Podéis comprar las entradas aquí. ¡Buenos días y hasta pronto!" concluyó.

Lauren no se lo podía creer ¿tan difícil era quitarse a Camila de su cabeza?

Solo faltaba verla a ella en persona lo cual no prefería si quería llegar sana a su apartamento. El
concierto. Lauren ni se imaginaba lo que podría ocurrir allí.

- "Te persigue ¿verdad?" Preguntó Normani abrazando como pudo a su mejor amiga con las
bolsas.

- "No sabes cuánto" dijo desanimada "Pero eso es porque realmente me importa, sino pasaría por
alto todo esto" añadió Lauren forzando una sonrisa.

Tras un par de compras más en distintas tiendas. Volvieron al Chevrolet de Lauren y ocuparon
todo el maletero. Se podía contemplar a simple vista qué era de Lauren y qué era de su mejor
amiga. Con un par de tacones nuevos, Lauren dejó a Normani en su apartamento y puso rumbo a
su estudio temiendo encender la radio por si la sorprendía otra vez. Empezó a sonar Control de
Halsey. Le agradaba.
"I'm bigger than my body. I'm colder than this home. I'm meaner than my demons. I'm bigger than
these bones" cantaba con su habitual voz rasgada.

Lauren tenía un presentimiento, no sabía por qué pero lo tenía y no le gustaba ya que cuando no
sabía el motivo resultaba ser malo. A tres manzanas de llegar a su estudio, se paró ante un paso de
peatones el cual tenía pinta de tardar a causa de una persona mayor cruzándolo lentamente. Con
la música de fondo, intentó centrarse en otra cosa mientras. ¿Por qué lo haría? Lauren prestó
atención a una pareja que la dejó helada. Un chico alto de pelo castaño acompañaba
cariñosamente a una chica más bajita que él con un jersey que dejaba su abdomen al descubierto.

- "No. Dime que no" susurró Lauren agarrando el volante con fuerza haciendo que se marcasen
más sus venas al ver a Camila.

La pareja de Camila era un chico. Un chico. No podía ser verdad lo que sus ojos ahora llorosos
estaban viendo. Camila y él estaban agarrados muy cariñosamente, estaba claro que era su novio.

- "¿Cómo he podido ser tan estúpida?" Lloró Lauren desconsolada mientras aceleraba
rápidamente pensando que Camila la había utilizado como 'descubrimiento'.

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Capítulo 23

Las lágrimas bañaban las mejillas de Lauren mientras éstas estaban sucias a causa del carboncillo.
Lauren estaba de nuevo dolida y decepcionada, y solo podía acabar con ese sentimiento de la
mejor forma que sabía. Se encontraba frente al cuadro que pintó de Camila con el carboncillo
dando vueltas sobre sus dedos. La chica que la otra vez le hizo el mismo daño había evolucionado.
Ahora conocía más cosas sobre ella siendo estas una mínima parte de todo el conjunto. Rozó con
la yema de sus dedos la figura de perfil de Camila, observándola cuidadosamente cómo si quisiera
encontrar en ella una respuesta a sus miles de preguntas. Sobre la silueta de su rostro comenzó a
dibujar sin ocultarla, su mismo rostro pero con más visión. Nunca había vuelto a pintar sobre una
de sus obras después de firmarlas. Quería mostrar cómo ahora que la conocía más le seguía
provocando el mismo daño en ella porque era su debilidad. Camila era su gran debilidad.

Notaba su respiración fuerte chocar contra el lienzo mientras sus manos se movían libremente
sobre él consiguiendo su propósito. Notaba como el corazón le latía más rápido cada vez que
volvía a recordar la escena con el chico. Notaba las lágrimas saladas saboreando sus labios
carnosos.

Terminado. Sí. Lauren había terminado su obra por segunda vez. El rostro de Camila parecía estar
en movimiento. "Ojalá fuera eso" pensó Lauren agotada. Sin tener más ganas de nada se dirigió
hacia el baño con la necesidad de darse una buena ducha. Antes de entrar en ella, se descalzó
unas chanclas azules y dejó caer la ropa sobre sus perfectas curvas entrando completamente
desnuda dentro de la ducha. El agua caliente le recorría cada centímetro de su pálida piel haciendo
que ésta se marcara. Se frotó el pelo con cuidado de no quitarse el esmalte y no romper ninguna
de sus largas uñas. El agua seguía corriendo llegando hacia sus pies llenos de espuma por haberse
enjuagado. Lauren se mantuvo de pie dejando que el chorro de agua cayera sobre la libélula
tatuada consiguiendo que se olvidara de todo durante unos minutos. Nada de su trabajo, nada de
preocupaciones, nada de Camila. Tan solo ella notando el agua ardiente recorrer su marcada
columna.

Minutos más tarde Lauren, ahora más relajada, salió de la ducha y se acomodó en su amplia cama
con un libro entre sus manos. Se pasó toda la noche leyendo hasta que se quedó atrapada en un
sueño.

A una semana del concierto, Lauren se encontraba en la oficina al tanto de un nuevo caso
asignado a ella y a su compañera por Brooke días previos. Esta vez se trataba de algo más
complicado: un cartel de drogas estaba asociado con la prostitución de varias adolecentes,
desaparecidas y maltratadas meses anteriores. Todo esto estaba al mando de Alaric, un alemán de
prestigio involucrado por unas huellas dactilares encontradas. Lauren y Normani tenían que
averiguar dónde se producía el intercambio de las chicas por droga, pero sobretodo tenían que
averiguar dónde se encontraba Angelica Clark desaparecida alrededor de dos días.

- "Deberías cogerle el teléfono" advirtió Normani notando como el móvil de Lauren vibraba
mientras el nombre de Camila se mostraba en la pantalla.

Lauren había recibido unas cuantas llamadas de Camila y mensajes de voz pero los había ignorado
todos. Quería empezar una nueva vida y quería mantener a Camila alejada de ella, es por eso por
lo que decidieron ponerle punto y final a la investigación sobre "K" y centrarse en las suyas.
Aunque tuviera muchas ganas de hablar con ella y no pudiera evitar sentir un cosquilleo cada vez
que veía su nombre en la pantalla, sabía que lo mejor era lo que estaba haciendo. Bastante dolida
estaba ya.

- "Tenemos que centrarnos en esto" dijo Lauren seriamente mientras miraba imágenes de las
chicas desaparecidas en la pantalla de su portátil.

- "Lauren no podéis estar así siempre" dijo la morena pensativa. "Aunque Camila tenga novio debe
de estar preocupada por saber qué te pasa, sino no te llamaría todos los días una y otra vez"
terminó Normani viendo como la pantalla se volvía a encender.

Lauren se limitó a suspirar sin apartar la vista de la pantalla. Sabía que se estaba comportando
como una inmadura ya que no lo estaba afrontando y prefería pasar del tema del cual el problema
principal es que estaba enamorada de Camila y eso lo complicaba aún más.

- "Tú lo has querido" dijo Normani descolgando el teléfono de Lauren. "¿Si?" respondió.

Lauren se volvió rápidamente hacia su mejor amiga quien reía pícaramente. Lauren estaba muy
nerviosa.
- "¿Qué cojones estás haciendo?" susurró para que Camila no se enterara.

- "¿Lauren?" respondió la otra chica al teléfono.

- "Normani, compañera y mejor amiga de Lauren" dijo mientras observaba como esta última le
hacía gestos para que cortase la llamada.

- "Ah, hola. Bueno... ¿Está...? ¿Está Lauren?" preguntó con la voz rota.

- "Lo cierto es que sí, pero no puede ponerse en este instante" respondió dándole la espalda a
Lauren para ignorarla. "¿Quieres que le diga algo?"

- "Bueno... El caso es que... Es algo que deberíamos hablar ella y yo" admitió

- "¿Tienes algo que hacer esta tarde?" preguntó volviéndose para mirar a Lauren con una sonrisa.

- "No. Normani. No" susurró Lauren furiosa intentando quitarle el teléfono.

Lauren estaba muy nerviosa y no sabía cómo controlarse. Escuchar a Normani hablar con Camila la
había puesto muy furiosa. Su intento de alejarla de su vida había sido en vano.

- "Voy a estar trabajando en Nando's" respondió Camila sin más.

- "Perfecto, iremos esta tarde. Hasta dentro de un par de horas Camila" colgó devolviéndole el
teléfono a su mejor amiga.

- "¡Explícame a qué cojones ha venido eso!" gruñó Lauren histérica por lo que acaba de pasar.

- "Tanto tú como yo sabemos que tenéis que hablarlo y llegar a una conclusión sea la que sea, o
¿qué pasa? ¿ibais a estar sin hablarlos hasta el concierto?" dijo sabiendo que había hecho lo
mejor.

- "No. No lo sé ¿vale?" suspiró Lauren. "Quería intentar olvidarme de ella por unos días" admitió.

- "Pues esos días han acabado Lo. ¿Dónde está la Lauren Jauregui que no se rendía y afrontaba las
cosas?" preguntó intentando que su mejor amiga viera qué había hecho lo correcto.

- "Tienes razón Normani, he sido una inmadura" admitió recobrando la postura. "Tengo que hablar
con ella y aclarar las cosas de una vez" añadió.

- "Perfecto, te espera en Nando's. Esta vez invitaré yo." Dijo con una gran sonrisa sabiendo que
para bien o para mal Lauren iba a salir de aquello.

Aunque por unos momentos hubiera estado furiosa con Normani, Lauren sabía que la morena
estaba en lo cierto. Ella no era así. Había dejado que la Lauren inmadura que había acabado con
las personas que más le importaban muchos años atrás volviera y no podía permitirse eso. Lauren
no era perfecta y ella más que nadie lo sabía pero le llevó su tiempo darse cuenta de ello. Hubo
una etapa en el comienzo de su adolescencia en la que Lauren recibía críticas diarias provenientes
del equipo de animadoras por jugar al Softball. Marimacho, así le llamaban. Para dejar atrás esas
críticas Lauren dejó el deporte que más amaba para unirse al equipo de animadoras volviéndose
una hipócrita más. Con esto consiguió apartar de su lado a las personas que más le importaban
durante unos meses hasta que se dio cuenta del fallo que había cometido. Poco después volvió al
equipo de Softball pero no llegó a recuperar aquellas personas. Desde entonces se prometió así
misma no dejarse llevar por los comentarios de personas que solo querían hacerle daño.

Nerviosa por como pudiera terminar el día, Lauren y Normani llegaban al restaurante en el coche
de la morena, dónde la esperaba Camila.

- "No sé si voy a poder hacerlo" admitió Lauren antes de bajar del coche. "No sé cómo me voy a
sentir cuando la vea Normani" dijo con la mirada perdida en la puerta del restaurante mientras un
leve viento agitaban su melena.

- "Voy a estar ahí Lauren, tranquila" animó dándole un abrazo.

Lauren y Normani entraron dentro del restaurante acercándose a su habitual mesa. Camila las
había visto llegar desde el pasillo que daba a la zona de empleados. Lauren estaba preciosa.
Aunque el estilo de Camila fuera colorido y le gustase la época de los 50s, 60s como Audrey
Hepburn, le encantaba como le quedaba el negro a Lauren. No sabía si era el momento de
acercarse, no sabía si estaba preparada, pero necesitaba saber por qué la chica de mirada
hipnotizante no había respondido ni a sus mensajes, ni a sus llamadas consiguiendo que llevase
toda la semana mal por ello sin poder desahogarse con nadie.

Lauren estaba muy nerviosa, intentaba no pasarse mirando de un lado a otro en busca de los
profundos ojos marrones mientras la pierna le temblaba rápidamente. Normani la cual había
notado su nerviosismo, se encargó de pedir ella misma la comida saludando a Dinah por el camino
quién llevaba una bandeja en las manos y frunció el ceño al ver a Lauren.

- "Vamos Camila, puedes hacerlo" pensó la chica más bajita cogiendo aire y saliendo de aquel
estrecho pasillo.

Lauren vio como Camila se acercaba hacia su mesa y Normani no estaba con ella. Ahora le
temblaba mucho más la pierna. Ya estaba cerca. ¿Se iba? No. Era demasiado tarde. Sus ojos ya
estaban en contacto.

- "Hola Lauren" dijo Camila forzando una sonrisa.

- "Hola Camila" respondió como pudo.

- "¿Puedo sentarme?" preguntó nerviosa.

- "Claro" dijo sin más apartando el bolso de la morena para hacerle hueco.
Estaba preciosa. No sabía por qué pero lo estaba. Camila llevaba el pelo recogido dejando que la
coleta sobresaliera por la parte de detrás de la gorra. Le encantaba verla con el uniforme de
Nando's puesto.

- "¿Qué tal estás?" preguntó sin saber cómo romper el hielo.

- "Camila no quiero hacer de esto la típica conversación de dos personas que llevan mucho sin
hablar y no tienen nada que contarse" admitió queriendo soltarlo todo.

- "He sido una estúpida una vez más" soltó Camila agachando la cabeza. "He vuelto a estropear las
cosas contigo" admitió sacando del bolsillo del delantal su entrada lo cual llamó tristemente la
atención de Lauren. "No merezco esto Lauren, no me merezco ir contigo" concluyó con un sollozo.

Lauren se quedó paralizada por unos segundos. Camila había rechazado la entrada que le compró
y se sintió disgustada ante el gesto.

- "No" dijo consiguiendo que Camila levantara la cabeza y se miraran. "No quiero que me las
devuelvas"

- "Pero Lauren, yo no... y tú tampoco... y..." intentó explicarse con los ojos brillosos.

- "Camila quiero que vayas al concierto y quiero que vayas conmigo" admitió sinceramente.

- "Creo que es mal momento para volver. Estaré por cualquier otra mesa que no sea esta Lo"
desapareció Normani quien había escuchado la última frase volviendo del recibidor.

- "Lauren... Pero... Lo del otro día no debí hacerlo" dijo Camila sorprendida ante las palabras de
Lauren.

- "Y yo debí responder a tus llamadas y contestarte a los mensajes" dijo intentando disculparse
mientras el nudo en la garganta se le hacía más grande.

- "¿Por qué no lo hiciste?" preguntó Camila tristemente.

Tenía la respuesta pero no era la adecuada. Quería decirle lo que había visto desde su coche,
quería decirle como de usada se sintió, quería decirle que estaba enamorada de ella y que eso la
estaba matando. Pero no podía.

- "Necesitaba pensar" dijo con un poco de razón.

- "¿A qué conclusión has llegado?" preguntó sin saber si quería conocer la respuesta.

- "A que te echo de menos Camila" dijo sincera sin apartar sus ojos de los de la chica más bajita de
ella.

- "¿Eso significa que no te importa que vaya contigo al concierto?" preguntó ahora más nerviosa y
confusa.
- "Te regalé la entrada porque dijiste que siempre habías querido ir a un concierto de The 1975
¿verdad?" dijo mientras veía como Camila asentía con la cabeza. "Y también te dije que la única
condición que te ponía es que fueras conmigo ¿o me equivoco?" volvió a preguntar consiguiendo
que Camila volviera a asentir. "Pues no hay nada más que decir" concluyó.

- "Yo también te he echado de menos Lauren" dijo Camila abalanzándose sobre los brazos de la
morena de ojos verdes quien no lo rechazó.

Camila lo había vuelto a conseguir. Una vez más la chica más bajita que ella había conseguido que
Lauren obviara todo lo anterior ocurrido haciendo que solo se centrase en el presente, y su
presente era ella envuelta en sus brazos. Lauren se dejó llevar y cerró los ojos mientras la
abrazaba más fuerte.

Camila volvió a sentir la conexión entre sus cuerpos notando el abrazo más fuerte de Lauren. Se
sentía como si no quisiera estar en ningún lado más. Realmente la había echado de menos y
notarla en sus brazos le había hecho olvidar los anteriores días.

- "¿Camila?" dijo una voz masculina detrás de ellas haciendo que se separasen.

No. No. No.

- "¿Shawn?" dijo secándose con el puño las diminutas lágrimas. "¿Qué haces aquí?" preguntó
curiosa dándole un fuerte abrazo.

- "¿No puedo venir a ver a mi platanito?" preguntó aceptando el abrazo.

Todo lo que acababa de olvidar con el abrazo con Camila le había vuelto de golpe a su cabeza al
observar aquella escena. Lauren buscó los ojos de Normani quien la miró con pena suponiendo
quien era él.

- "Lauren te presento a Shawn, él es mi..."

- "Tu novio, ya lo sé, no hace falta que me lo digas" admitió con la voz más quebrada que nunca
intentando contener las lágrimas.

- "¿Mi qué?"

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Capítulo 24

Camila había empezado a reírse junto con el aparente Shawn. Lauren no entendía nada y se estaba
cabreando. Se estaban riendo en su cara y no le gustaba para nada aquella situación. Normani que
notó la expresión de su mejor amiga se acercó a la mesa y se sentó a su lado. Lauren miró a la
morena sin entender nada. La situación la estaba cansando.
- "Sé que es tu novio Camila" dijo seriamente. "Os vi juntos" admitió con un nudo en la garganta.

- "Espera." Se pausó "¿Por eso no respondías a mis llamadas?" preguntó Camila calmándose.

Lauren no quería responder, se limitó a mirar hacia otro lado. Ver a Camila junto aquel chico le
dolía demasiado. Le recordaba a la primera vez que los vio juntos. Camila se sentó en frente de
Lauren y Normani, y agarró las manos de la morena de ojos verdes.

- "Lauren, Shawn no es mi novio" admitió acariciando una de sus manos con el pulgar
consiguiendo captar la atención de la chica.

- ¿No lo es?" preguntó confundida mirándola a los ojos.

- "No, no lo es" respondió con una tímida sonrisa.

Camila estaba feliz. No solo por la confusión de Lauren quien ahora tenía una cara adorable al no
entender nada, sino porque había estado celosa. Y eso significa algo.

- "El otro día yo... Os vi y, y pensé que..." intentó decir.

- "Sé lo que quieres decir" la cortó pasando sus suaves dedos por los labios de Lauren. "Shawn es
mi mejor amigo, no mi novio" dijo con una media sonrisa.

- "¿Entonces?" preguntó Lauren aun confundida notando el calor de las manos de Camila sobre las
suyas.

- "Camila y yo nos conocimos en un concierto de Taylor Swift hace unos cuantos años" explicó
Shawn "Yo acababa de dejarlo con mi exnovio y Camila estuvo ahí para ayudarme a superarlo,
desde entonces somos muy buenos amigos. No vivo en la ciudad por lo que nos vemos poco"
concluyó.

- "¿Acaba de decir exnovio?" preguntó Normani sin tener ni idea de lo que estaba pasando.

- "Así es" rio Shawn.

Una sensación de libertad y alivio recorrió su cuerpo consiguiendo que el nudo que llevaba
marcado en su pecho la última semana se desvaneciera. Lauren se sentía estúpida en ese
momento, pero sobretodo se sentía mal. Había estado sin hablarle a Camila por algo que
interpretó mal. Aunque Camila siguiera teniendo pareja y Lauren lo supiese, lo que le causó más
daño fue verlos y pensar que había jugado con ella.

- "Creo que tú y yo sobramos" añadió Normani señalando a Shawn.

Mientras Camila y Lauren seguían agarradas sonriendo, Normani y el chico se apartaron hacia otra
mesa. La morena había hecho lo correcto, necesitaban estar a solas.
- "Así que pensabas que tenía novio y por eso no contestabas a mis mensajes..." susurró Camila
con una sonrisa tímida.

- "Puede ser" sonrió Lauren también tímidamente acariciando sus manos.

- "La definición de eso son celos Lauren" explicó juguetona.

- "Yo nunca he sido celosa" dijo Lauren intentando mostrar su coraza. "Al menos no hasta que te
conocí" admitió sin saber por qué lo había hecho.

La sonrisa de Camila se hizo más grande cómo si eso fuese posible después de escuchar a Lauren
decir aquellas últimas palabras. Lo sabía. Sabía que estaba celosa y le encantaba. Se moría por
besarla y rogarle que no lo estuviera. Pero no podía. Era muy complicado.

- "Sigues sin conocer más cosas sobre mí" dijo Camila juguetona.

- "Tal vez esta vez sea mi turno" respondió seductoramente con ideas en mente.

- "¿Estás insinuando lo mismo que yo?" preguntó Camila levantando una ceja.

- "Depende de lo que tú insinúes" dijo Lauren imitando su expresión.

- "Prefiero esperar a que me sorprendas" admitió mientras apartaba sus manos de Lauren al ver
como Dinah las mirabas.

Lauren había notado ese gesto. Algo pasaba y lo sabía por la expresión seria de Camila al ver como
la chica más alta las observaba.

- "Espero que no tengas planes para dentro de dos días" dijo Lauren volviendo a captar la atención
de esos profundos ojos marrones. "Te recogeré por la mañana"

- "Aunque tuviera los desharía por ti" admitió nerviosa. "Tengo que volver al trabajo Lauren" dijo
tristemente levantándose de la mesa. "Y tú deberías comer algo, tu amiga parece estar ansiosa"
rio mirando a Normani quien no dejaba de mirar hacía la bandeja con deseo.

- "Aguantará no te preocupes" rio mirando hacia los labios de Camila.

- "Nos vemos en dos días Lauren" se despidió alargando su corto cuello para besar la mejilla de
Lauren y volviendo a donde se encontraba Dinah.

Lauren inmovilizada se mordió los labios después de notar los de Camila rozar su mejilla con
destreza. Le encantaba la sensación que le dejaba la chica más bajita que ella. Todo su cuerpo
estaba a flor de piel. Normani vio como Camila se alejaba y se despidió de Shawn para volver a su
sitio. El chico realmente le había parecido muy simpático.

- "Creí que nunca os separaríais" dijo Normani volviendo a sentarse en su mesa sacando a Lauren
de sus pensamientos.
- "Ojala estuvieras en lo cierto" susurró Lauren aun embobada.

- "El pollo está frio ¿qué tal si pruebas a tocarlo y lo calientas? No creo que te suponga mucho
esfuerzo" bromeó la morena.

- "¡Normani!" gruñó Lauren entre risas.

- "Sabes que tengo razón" volvió a reír mirando hacia un lado. "Lauren creo que deberías ver esto"
dijo poniéndose seria.

Lauren miró hacia el mismo lado al que estaba mirando la morena. Camila estaba de espaldas a
ellas y Dinah se encontraba en frente hablando, aunque más que eso, parecía una discusión.
Camila estaba moviendo las manos de un lado a otro nerviosa y Dinah tenía una expresión seria.
No podían afirmar que decían porque no se oía pero a simple vista parecía que estaban
discutiendo. ¿Por qué? Lauren vio como Dinah miró hacia ellas y Camila se volvió para mirarlas
también. Lauren y Normani apartaron la vista rápidamente aunque ya era demasiado tarde.
Sabían que habían estado observando toda la escena.

- "Eso ha sido extraño" admitió Normani atónita.

- "Sí. Sí que lo ha sido" afirmó la morena de ojos verdes curiosa por saber de qué iba eso.

Para no hacer esperar más a su mejor amiga la cual estaba muerta de hambre, comenzaron a
comer en silencio tan solo con los gruñidos al saborear la comida y el sonido de sus labios
absorbiendo sus refrescos.

- "¿Qué va a pasar ahora Lauren?" preguntó Normani preocupada por los sentimientos de su
mejor amiga.

- "¿A qué te refieres?" dijo confusa moviendo la cabeza hacia un lado.

- "Con Camila" explicó.

- "Ni yo misma lo sé Mani" admitió dando un suspiro. "No quiero pensar en el futuro. No quiero
pensar si voy a reír o voy a sufrir. No quiero pensar en qué va a pasar. Solo quiero centrarme en
ella" dijo mirando hacia Camila quien le regaló una sonrisa. "Y en hacerla feliz cada vez que esté a
mi lado" susurró para ella misma.

Normani sonrió ante las palabras de su mejor amiga. Hacía mucho tiempo que no la veía así de
feliz en el amor. Aunque Keana le hubiera hecho pasar momentos increíbles, los ojos de Lauren no
se habían iluminado con ella de la misma forma que lo hacía cuando miraban a Camila. Veía en sus
ojos una mirada inocente. Como cuando te enamoras por primera vez y descubres sentimientos
nuevos en los que deseas explorar y perderte. Lauren estaba ciega y lo estaba de amor por Camila.

De vuelta en su Chevrolet después de dejar a Normani en su apartamento, Lauren se había jurado


a sí misma no volver rendirse. Y menos por la persona que le cortaba la respiración cada vez que
se veían. Esta vez no quiso tentar a la suerte y hacer sonar cualquier emisora. Por lo que eligió ella
su propio tema. Escogió Prisioner de The Weeknd junto a Lana del Rey. La eligió porque
representaba como se sentía en esos momentos y porque no había nada mejor que dos de las
voces que más admiraba, juntas.

- "You bring good to my lonely life, honestly. It's hard for me to look into your eyes. When, I say
that I would be nothing without your love. I feel the rush and it's amazing" comenzó a cantar con
su voz rasgada sintiendo cada palabra. "Maybe I've been always destined to end up in this place,
yeah I don't mean to come off selfish, but I want it all. Love will always be a lesson, let's get out of
its way cause I know, all I know, all I know"

Lauren volvió a su estudio desgastada por ese gran día. Aunque para otros hubiese sido un día
normal, para ella había sido grandioso porque había aclarado las cosas con Camila. Se había tirado
a la piscina y lo había hecho de cabeza.

Se echó de espaldas encima de la cama con una gran sonrisa. Los mechones de pelo oscuro le
daban color a las sábanas blancas. Sí. Lauren volvía a ser feliz y ahora tenía un nuevo objetivo:
impresionar a Camila dentro de dos días. Se puso de pie dejando que sus pies descalzos rozaran la
moqueta y comenzó a mirar de un lado a otro.

- "¿Qué puedo hacer para que me conozcas más?" dijo en voz baja con el pulgar y el dedo índice
apoyado sobre su barbilla mientras daba vueltas por su habitación.

Lauren había pensado en un par de ideas en el restaurante, pero le parecían demasiado cutres y
simples. Necesitaba algo ingenioso, algo que sorprendiera a Camila pero que también hiciera que
la conociera más. Se pausó delante de la estantería repleta de libros leyendo cada título como si
viniera la respuesta en uno de ellos. Lauren normalmente tenía una muy buena imaginación pero
tratándose de Camila cualquier cosa le parecía poco ingeniosa y tenía que saber ponerse a la
altura de la chica más bajita días atrás.

- "Lo tengo" dijo pegando un pequeño salto.

Tenía una idea en mente, aunque no fuese algo extravagante y muy ingenioso, Lauren tenía la
necesidad de hacerle ver a Camila cómo de importante era para ella el mundo literario y
aprovechando esta época del año en la que los sueños inundan las calles, tenía el sitio perfecto
para hacerlo.

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Capítulo 25

El despertador sonó como hacía cada mañana para despertar a Lauren, con la pega de que esta
vez no lo hizo puesto que ya llevaba un tiempo despierta. El gran día había llegado y los nervios se
habían apoderado tanto de su cuerpo que no la habían dejado dormir como le hubiese gustado.
Quería que todo saliera perfecto. Con una toalla blanca envuelta sobre su pelo mojado mostrando
su hermoso tatuaje, y otra cubriendo su cuerpo desnudo, Lauren estaba frente al armario sin
saber qué elegir. Aunque el negro era su esencia no quería convertirlo en una rutina, no ese día.
Tenía que destacar y tenía que hacerlo para Camila. Rozó con sus suaves manos todo tipo de
prendas pertenecientes a su armario hasta que encontró lo que buscaba. Lauren observó como
tenía un corto vestido blanco liso a estrenar con un ligero desnivel en la zona de los muslos.
Recordó la expresión de Camila cuando la vio vestida de blanco la noche que durmió en su cama.
"¿Me he equivocado y he llamado a un ángel?" saboreaba en sus labios mientras se le escapaba
una tímida sonrisa. Decidido. Acostumbrada a llevar botas y zapatos cómodos, optó esta vez por
usar unos tacones blancos abiertos por delante con las tiras gruesas y el cierre en plateado.
¿Estaría exagerando? Aún quedaban un par de horas para recogerla y casi lo tenía todo preparado.

Volviendo a su habitación en ropa interior blanca de encaje y su larga melena mojada después de
haber dejado las toallas en el baño, Lauren se preguntaba si todo lo que había estado organizando
el día anterior junto a su mejor amiga iba a estar a la altura.

"Espero que acabe en tu cama, pero esta vez las dos juntas" recordó las palabras de Normani
mientras se reía.

Lauren no quería hacerse ilusiones con algo que sabía que no iba a pasar pero para qué
engañarnos, ella también lo esperaba y solo de pensarlo se le encendían las mejillas. Se secó su
larga melena ondulada y se la alisó como solo hacía en ocasiones especiales. Se puso el vestido
encima de unas finas medias para combatir el frio y llenó sus largos dedos de anillos sin faltar el de
la perla que le regaló su abuela. Con cuidado de no estropear su perfecta manicura se calzó los
tacones. Cada vez le faltaba menos para estar lista. Haciendo ruido al caminar, Lauren se dirigió
hacia el baño para maquillarse. No le gustaba ir muy extravagante en ese sentido por lo que utilizó
una base fina, marcó sus pestañas, usó un poco de eyeliner y le dio a sus carnosos labios un suave
repaso con el brillo. No quería hacerlos destacar pero le gustaba el toque apetecible que dejaba en
ellos. Tal vez en algún momento le vendría bien.

Comprobando la hora en su reloj de pulsera observó como en menos de una hora recogería a
Camila en la puerta del Museo de la Ciencia. No comprendía por qué no quería que la recogiese en
la puerta de su urbanización. Dejó caer sobre su cuello marcado un par de pulsaciones de Miss
Cherie de Dior y se colocó un abrigo de cuadros blancos y negros con cuidado de sujetar bien el
bolso negro. A pesar del tiempo que aún le quedaba, salió antes de su estudio con la intención de
hacer una primera parada.

Los rayos de sol de la mañana atravesaban el parabrisas de Lauren apoyándose sobre sus ojos
ahora más grises que verdes. Era una bonita mañana, la perfecta para compartirla con Camila.
Quiso empezarla bien por lo que la acompañó con música aleatoria proveniente de una cadena de
radio. Estaba sonando Bleeding Love de Leona Lewis. ¿Habría alguna vez que alguna canción no
concordarse con sus sentimientos?

"But something happened for the very first time with you. My heart melts into the ground found
something true and everyone's looking round thinking I'm going crazy..."
Lauren se estaba acercando a su primera parada en la cual no había estado hace mucho y de la
cual pensaba que no iba a volver a ella hasta dentro de un mes. Le parecía curiosa la cantidad de
vueltas que daba la vida.

"But I don't care what they say I'm in love with you. They try to pull me away but they don't know
the truth. My heart's crippled by the vein that I keep on closing. You cut me open and I... Keep
bleeding. Keep, keep bleeding love"

Lauren llegó a la floristería y saludó al dueño dándole los buenos días con una amplia sonrisa como
hacía siempre. Esta vez fue directa a lo que quería sin pensárselo dos veces. Había elegido un ramo
de Gardenias blancas y no por casualidad. Las gardenias son flores suaves nativas de las regiones
tropicales y subtropicales de África, Asia y Australia y representan la pureza y la dulzura además de
simbolizar un amor secreto. Éste último era el motivo de su elección sin no mencionar el hecho de
que se regalan a alguien especial que haya llamado tu atención pero que desconozca tus
sentimientos hacia dicha persona. El ramo llevaba el nombre de Camila Cabello.

- "¿Va a querer la misma cantidad de siempre Señorita Jauregui?" preguntó el dueño con una
sonrisa.

- "¿Cuántas veces te he dicho que puedes llamarme por mi nombre Peter?" preguntó con una
sonrisa.

- "Perdóneme por ser educado, Lauren" bromeó guiñándole uno de sus ojos azules.

- "Quiero un ramo de catorce Gardenias, pero una de ellas la quiero aparte" dijo amablemente.

- "La persona a la que va destinada debe de ser muy especial para usted" dijo el dueño con una
sonrisa terminando de prepararlo todo "¿Alguna nota que adjuntar a este precioso ramo?"
preguntó colocándolo sobre una vieja mesa de madera y sacando una pequeña tarjeta en blanco.

- "De eso puedo encargarme yo" añadió cogiendo la pluma de las arrugadas manos de Peter
mientras se sonrojaba por saber que sus palabras estaban en lo cierto.

"Todos tenemos un capítulo que compartir el cual no llegamos a leer en voz alta por miedo a
aferrarnos a una realidad. - Lauren Jauregui"

Con una perfecta caligrafía y una rápida firma, terminó de escribir la tarjeta y la guardó dentro de
un sobre azul. Se acercaba el momento.

Con el ramo en la parte de atrás del asiento del copiloto dándole un suave aroma al interior de su
Chevrolet, Lauren condujo hasta la puerta del Museo de la Ciencia, con la esperanza de ver a
Camila allí. El viaje se le hizo interminable a causa de las numerosas paradas que tuvo que realizar.
Ya estaba allí y no había ni rastro de Camila. Notaba que el corazón se le iba a salir por la boca.
Miró la hora y aún quedaban un par de minutos, tenía que estar al llegar. Una silueta concordante
con la de Camila se acercaba a lo lejos con un firme paso. Era ella.
Aunque mantuviera el paso firme estaba más nerviosa que nunca. Camila había optado por dejar
atrás sus habituales colores alegres dejándole la puerta abierta al negro. Eligió un jersey negro de
lana con su detalle personal de mostrar parte del abdomen, unos vaqueros grises esta vez sin
rasgar y unos botines negros para estar más a la altura de Lauren y poder contemplar sus
preciosos ojos más de cerca. Unas gafas agarraban su larga y suelta melena con unas pequeñas
ondas. Si Camila había elegido ese vestuario, sin duda era para asemejarse al gusto de Lauren
queriendo jugar una vez más inconscientemente al juego de la seducción. Era inevitable no jugar a
ello cuando esos ojos verdes penetraban en los suyos iluminando todo su interior. Tenía miedo de
tropezar. Ya veía el coche de Lauren.

- "¿Ha pedido la Señorita Cabello un taxi?" bromeó Lauren en voz alta de pie apoyada en la puerta
abierta del conductor.

- "Solo si eres tú quien me lleva" admitió con una pequeña sonrisa entre sus labios en el mismo
tono.

Lauren dio la vuelta a su coche y se paró frente a Camila la cual estaba junto a la puerta del
copiloto.

- "Hola Lauren" saludó seductoramente

- "Hola Camila" saludó con su voz rasgada abriéndole la puerta para que entrase.

- "Es hermosa" pensó Camila sin apartar los ojos del conjunto de Lauren.

- "Está preciosa" pensó Lauren sin apartar los ojos de los labios de Camila.

Lauren dio de nuevo la vuelta y entró en su coche con la esperanza de que Camila no descubriese
el ramo. Debía de ser una sorpresa. Durante el camino acompañado por su agradable silencio de
miradas y sonrisas, Lauren admiraba secretamente lo bien que le sentaba el negro a Camila.

- "Huele distinto" admitió Camila quien llevaba unos minutos preguntándose a qué exactamente.

- "Eso es porque no estás acostumbrada a mi olor" explicó Lauren intentando no responderle. No


todavía.

- "O tal vez sea porque no eres higiénica" bromeó Camila soltando una carcajada ante la expresión
de Lauren.

- "Con que esas tenemos..." dijo Lauren soltando una mano del volante para hacerle cosquillas a
Camila.

- "¡No! ¡Para!" pedía a carcajadas mientras se retorcía en el asiento. "¡Ya basta! ¡Lauren!"

Lauren. Le encantaba el sonido de su nombre provenientes de sus labios.


- "La próxima vez te lo pensarás antes" bromeó la morena de ojos verdes volviendo a poner su
mano sobre el volante. "Estamos cerca"

Camila notaba un fuego en su interior que se había expandido por cada centímetro de su cuerpo
después de notar el tacto de Lauren. Le encantaba esa sensación, pero aun así, seguía pensando
que olía distinto a anteriores veces.

Lauren aparcó en un pequeño callejón entre dos coches de la misma gama que el de ella. Era un
barrio tranquilo y no quería que Camila notase donde se encontraban.

- "Quizás tenías razón y sí que huele distinto" admitió Lauren alargando su brazo derecho hacia la
parte trasera de su coche para sacar el ramo. "Esto es para ti"

Camila estaba atónita. Nunca le habían regalado un ramo y menos tan precioso como este. Algo
dentro de ella volvió a moverse dejándola con la respiración suficiente para responder.

- "Lauren, son preciosas..." dijo como pudo cogiendo una de ellas y llevándosela a su nariz.

- "Como tú" pensó mientras se limitaba a sonreír.

- "Hay trece" las contó "¿Eso quiere decir que voy a tener mala suerte contigo?" bromeó.

- "Eso quiere decir que no creo en las supersticiones y que para mí el número trece puede ser tan
normal y sencillo como cualquier otro número" explicó mirando fijamente a Camila sus profundos
ojos. "Hay algo más" señaló hacia la nota.

- "¿Azul?" preguntó sorprendida al ver el color del sobre el cual no era muy común.

- "No me gusta lo tradicional, prefiero impresionar" volvió explicar con una sonrisa. "Además, el
azul es mi color preferido"

- "Pensaba que su color preferido era el negro Señora Oscura" bromeó seductoramente antes de
empezar a leer.

Camila sacó con cuidado la pequeña nota del sobre el cual colocó con cuidado entre sus piernas.
Antes de comenzar a leer admiró la caligrafía. Sabía que era de Lauren, unas manos como las suyas
no podían hacer trabajo mejor. Leyó la nota en silencio disfrutando de cada palabra con los ojos
brillosos.

- "Vaya, eso fue muy inspirador Lauren" admiró Camila con la nota entre sus finos dedos.

- "Gracias" se limitó a decir con una sonrisa mientras no apartaban la mirada la una de la otra cada
vez más cerca.

- "¿Cómo se llama tú capítulo Lauren?" dijo la chica más bajita después de un silencio acercándose
hasta quedar a centímetros. Notaban su fuerte respiración.
- "Nuestro pequeño secreto" susurró seductoramente mirando fijamente los labios que Camila se
mordía antes de bajarse del coche y dejar a la chica más bajita en el interior deseando rozar sus
labios.

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Capítulo 26

Lauren salió del coche suspirando arrepintiéndose de no haber besado aquellos labios que la
llamaban a gritos pero sabía que aunque lo deseara con toda su alma, no podía hacerlo. Cerró la
puerta con cuidado y esperó a que Camila saliera. No había un centímetro de su cuerpo que no
temblase.

Camila maldijo en voz baja saboreando sus labios. Con cuidado de no estropear las preciosas
Gardenias dejándolas sobre el asiento trasero, bajó del coche sin saber cómo iba a poder
mantener una conversación con la chica que le acababa de dejar sin palabras.

- "Ya pensaba que no salías" rio Lauren más por la expresión de la chica que por la tardanza de
ésta.

- "¿A dónde vamos?" preguntó curiosa poniéndose a su lado.

- "Si te lo desvelo no tiene sentido mostrártelo" susurró Lauren cerca de su oído haciendo que se
le erizara la piel. "Vamos" dijo. "Nos espera un buen paseo"

Lauren y Camila salieron del callejón una detrás de otra quedando Camila atrás observando las
piernas de Lauren al descubierto embobada. El barrio al que Lauren había llevado a la chica más
bajita que ella, era la antigua zona céntrica en la que varias empresas privadas se hicieron cargo de
edificios públicos trasladado al nuevo centro. Era un barrio tranquilo en el que era fácil perderse
leyendo en un pequeño parque bajo un roble de los tantos robles.

- "Conozco este barrio" admitió Camila "Suelo traer a mi hermana pequeña aquí. Hay un gran
parque repleto de columpios" explicó.

- "¿Traes a tu hermana o ella te trae a ti?" bromeó Lauren intentando picar a la chica más bajita
que ella.

- "Pues verás que sepas que aunque..."

- "Podríamos ir algún día" le cortó Lauren mirando al frente sabiendo que Camila la estaba
mirando con una sonrisa.

Y así era. Camila la miró con una gran sonrisa durante unos segundos con la necesidad de sostener
su mano y no soltarla nunca más. Todos sus pensamientos en ese momento se basaban en Lauren
Jauregui, la chica que por primera vez le había robado el corazón. Caminaron en silencio una al
lado de la otra con un cruce de miradas de vez en cuando acompañado de una tímida sonrisa. El
frio se posaba sobre las mejillas de Lauren consiguiendo que su pálida piel obtuviera un color
rosado creando en ella un rostro infantil.

- "¿Sabes?" preguntó Lauren queriendo romper el hielo sin dejar de mirar al frente mientras
caminaban. "Me gustan nuestros silencios. Siempre me han gustado" admitió con una leve sonrisa.

- "A mí también" añadió Camila alegre por saber que compartían la misma opinión.

- "Son agradables y normalmente suelen ser incómodos." dijo pensativa. "No sé qué tendrás que
haces que todo contigo sea de esa manera" admitió girándose hacia Camila clavando sus miradas.

- "Bueno ya sabes, está eso que dice que la perfección sí que existe" bromeó Camila.

- "¡Eres tan idiota!" rio Lauren empujando un poco a Camila quien seguía riéndose. "Estamos muy
cerca" añadió la morena de ojos verdes mirando hacia un gran edificio.

Al final de la larga avenida que habían cruzado andando, se encontraba un gran edificio con
grandes vidrieras a nombre de una famosa empresa de muebles del hogar. Anteriormente antes
de dejar de ser la zona céntrica, este edificio era la biblioteca municipal. Dicha empresa quiso
conservar parte de ella por lo que dejó la última planta tal y como estaba.

- "Ven" dijo Lauren agarrando de la mano a Camila para entrar dentro del edificio.

- "Lauren tienes que ser socio para poder entrar aquí" admitió Camila sin saber nada.

- "Ven" volvió a repetir con una sonrisa consiguiendo que Camila anduviera.

Camila estaba en lo cierto, para poder entrar allí necesitabas ser socio o formar parte de la
empresa, pero Lauren jugaba con la ventaja de que había ayudado a dicha empresa en uno de sus
casos por lo que tenía libre acceso.

- "Buenos días Victoria" saludó Lauren a la recepcionista apoyando sus codos sobre la amplia
barra.

- "¡Lauren!" se levantó rápidamente con una expresión de sorpresa en su rostro. "Me alegro
mucho de verte" dijo abrazándola.

A pesar de llevarle una diferencia de cinco años, Victoria aparentaba la edad de Lauren. Tenía una
perfecta y cuidada figura que le costó esfuerzo y lágrimas conseguir. Su corta melena castaña
sobre sus hombros iba a juego con sus ojos del mismo color y las pecas invadían su pálido rostro.
Pero lo mejor para Lauren era que jugaba en su mismo campo, lo cual supo una noche que
salieron para celebrar que Normani y ella, habían resuelto el caso.

- "Hacía mucho que no venías ¿qué tal en el trabajo?" preguntó alegremente mirando hacia Camila
"¿Has resuel...?"

- "Perfecto" cortó Lauren rápido antes de que Victoria dijera la palabra clave.
"Todo perfecto" rio nerviosa intentando no parecer exagerada.

Camila quien estaba detrás de Lauren tenía una expresión distinta en la cara. Estaba muy atenta a
Victoria y en cómo había abrazado a la chica más alta que ella.

- "Me alegra mucho verte de nuevo, en serio, te echaba de menos" admitió Victoria volviendo a
abrazar a Lauren quien no se opuso a la muestra de cariño.

Camila se mordía su labio inferior rápida y repetidas veces mientras su dedo índice y corazón
frotaban dicho labio. Estaba nerviosa. No le gustaba lo que veía, por lo que se hizo notar tosiendo
suavemente.

- "Oh, te presento a Camila" dijo Lauren volviéndose hacia la chica. "Camila esta es Victoria"

- "Así que Camila" dijo interesante guiñándole un ojo a Lauren. Sabía quién era.

- "Encantada" añadió Camila con una sonrisa forzada queriendo que terminase la escena.

- "Victoria vamos a subir al último piso ¿está bien?" preguntó Lauren haciendo el amago de
dirigirse hacia el ascensor.

- "Estupendamente. ¡Que os divirtáis!" se alegró con una sonrisa pícara conociendo los planes de
la morena de ojos verdes.

Lauren y Camila entraron en el ascensor en silencio una al lado de la otra y con un suave gesto,
Lauren presionó el botón que las llevaría a la última planta pasando su brazo por delante de
Camila la cual no había dicho nada desde que le presentó a Victoria. Lauren notaba que le pasaba
algo, le parecía raro que la chica más bajita que ella no hubiese preguntado cómo Lauren había
conseguido pasar al interior de las instalaciones sin dificultad.

- "¿En qué piensas?" dijo Lauren pausando el ascensor consiguiendo que sus cuerpos se echaran
hacia delante por la parada.

- "Lauren ¿qué haces?" preguntó Camila sorprendida.

- "¿En qué piensas?" volvió a preguntar mirándola fijamente mientras levantaba una ceja.

- "En nada" mintió observando como Lauren no la creía. "Vale. Está bien" admitió poniendo los
ojos en blanco. "Pienso en esa chica, Victoria. Parecías muy feliz con ella, eso es todo" añadió
apartando la vista de los ojos de Lauren.

- "¿Camila estás celosa?" preguntó juguetona.

- "No" mintió.

- "Podemos estar aquí encerradas el tiempo que quieras" dijo seductoramente sabiendo que
seguía mintiendo.
Camila gruñó debido a que no quería admitir que de verdad estaba celosa, que de verdad le había
molestado ver a Lauren así de feliz con alguien que no fuese ella. Intentó volver a poner en marcha
el ascensor pero Lauren la debuto agarrando su muñeca.

- "No, no, no" susurró cerca de sus labios "Primero una respuesta" volvió a susurrar esta vez más
despacio.

Camila notaba la respiración de Lauren cerca de la suya y como ésta la tenía inmóvil sin poder
hacer ningún que otro gesto más que besar sus labios. Lo deseaba, lo necesitaba.

- "¡Arg!" gruñó Camila. "¡Sí! ¡Me he puesto celosa! ¿contenta?" admitió un poco molesta
volviendo la cabeza hacia un lado.

- "¿Ves como no era tan difícil?" dijo Lauren sarcástica soltando su muñeca con una sonrisa y
volviendo a poner el ascensor en marcha.

Que Camila estuviera celosa de alguien por lo que ni si quiera tuviera que estarlo, hizo que Lauren
se sintiera realmente feliz. Si Camila se había puesto celosa era porque algo de realidad había en
todo esto.

Llegaron a la última planta y entraron en la gran sala que ocupaba todo el piso. Enormes filas de
estanterías llenaban la gran sala, dejando a un lado una pequeña zona de descanso con unos
enormes sillones. Lauren invitó a pasar a Camila quedándose detrás de ella. No había nadie, justo
como Lauren lo había pedido.

- "Bienvenida a uno de mis lugares favoritos en esta ciudad" dijo detrás de ella agarrándola por la
cintura mientras apoyaba su cabeza sobre el hombro de la chica más bajita.

Camila notó las palabras de Lauren rozar su oreja consiguiendo erizarle la piel. Aunque había
podido comprobar lo apasionada que era Lauren por la lectura la noche que durmió en su casa,
que la trajera en concreto a este lugar le parecía un hermoso detalle.

- "Así que eres una devora libros" rio Camila acomodándose con su cabeza.

- "Prefiero el término 'apasionada de la lectura'" admitió nerviosa apartándose detrás de ella.


"¿Recuerdas esto?" dijo sacando un pañuelo de su bolso.

- "Es el pañuelo de la noche que me invitaste a cenar por primera vez" reconoció Camila
sorprendida.

- "Así es" afirmó Lauren. "Quiero que te lo vuelvas a poner"

Camila no se opuso ante la petición de Lauren y se volvió de espaldas para que esta le colocara el
pañuelo sobre sus ojos notando sus manos pasar por su larga melena.

- "Sígueme" dijo Lauren agarrando la mano de Camila para que ésta no tropezara.
Lauren la llevó hasta una pequeña zona rectangular adornada tan solo por una alfombra y un par
de altavoces. Lauren dejó a Camila sola volviendo al lugar de inicio.

- "¿Lauren?" preguntaba al no notar a la chica. "Lauren no tiene gracia ¿Dónde estás?" preguntaba
al no obtener respuesta.

Se escuchó el sonido de los altavoces al encenderse con la sintonía de Remember Me de Thomas


Bergersen.

- "Lauren me estoy preocupando" se escuchaba decir a Camila.

Lauren se acercó lentamente hacia ella con el único ruido que el de sus tacones y un micrófono en
mano. Lo encendió y empezó a recitar un par de versos.

"La poesía me permite pintarte un día, entera del color del otoño, hablar del movimiento de tu
pelvis cuando atacas con violencia las aceras"

Camila estaba en silencio mordiéndose los labios como si disfrutase de cada una de los versos que
Lauren le había recitado.

"Resumir de un modo sencillo el rastro de música que deja el silencio"

Lauren se acercó un poco más a Camila quedándose a medio metro de distancia soltando el
micrófono. Consiguiendo que esta lo notase y su respiración fuese más fuerte.

"cuando decides llorarlo o reírlo"

Notaba el corazón de Camila latir y lo notaba porque estaban tan cerca que sus labios casi se
rozaban. Lauren quiso jugar y lo hizo de la mejor manera que sabía: seduciendo. Posó sus labios
juntos a los de Camila sin llegar a transformarlo en beso.

"y llamar de otra manera a la facilidad que tienes de curar mi suciedad."

Terminó de recitar apartándose de Camila después de dejar un suave beso sobre su pequeña
nariz.

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Capítulo 27

Mientras Lauren se apartaba después de ese suave beso sobre su nariz y un leve silencio con tan
solo el sonido de la melodía entre ellas, Camila se mordía sus suaves labios con una respiración
ardiente. A pesar de tener sus ojos tapados, los tenía cerrados. Haber notado los labios de Lauren
moverse seductoramente sobre los suyos y no haberlo transformado en beso, había dejado a la
chica más bajita excitada y con ganas de más.
Lauren sabía lo que había provocado en ella, y lo sabía porque ella sentía lo mismo en ese
momento notando un fuego interior ahora más concreto. Aún no era consciente de cómo había
conseguido rozar sus labios y no dar el paso siguiente. Sonreía pícaramente mientras veía cómo
Camila seguía inmóvil mordiendo su deseosa lengua. Se descalzó los tacones para que no supiese
donde se encontraba y caminó notando el tacto de sus medias sobre sus pies hacia detrás de
Camila. Lauren agarró una de sus manos y le dio una suave vuelta mientras con la otra le quitaba
el pañuelo de sus ojos quedándose clavados sobre los verdes de Lauren.

- "Hola" susurró Lauren con una tímida sonrisa.

- "Hola" respondió la chica ahora de la misma altura que la morena de ojos verdes con otra tímida
sonrisa.

- "Me gusta la poesía" dijo Lauren agarrándola de la cintura acercándola más a ella.

- "No me había dado cuenta" respondió irónicamente dejándose llevar.

- "Pues hay algo que me gusta aún más" dijo pensativa.

- "¿El qué Señorita Jauregui?" preguntó adaptando el tono de voz rasgado de Lauren.

- "Quedan más paradas pendientes" respondió soltando su cintura mientras Camila le respondía
con una sonrisa.

Lauren volvió de nuevo a donde sus tacones ocupaban parte del suelo de madera y se los calzó
como si fuese una cualidad. Camila la miraba embobada, especialmente cuando tuvo que
agacharse y dejó ver parte de su trasero no ocultado por el abrigo consiguiendo que se le
encendieran las mejillas. Lauren una vez lista, agarró de la mano a Camila y la condujo hasta el
ascensor hacia la próxima parada, pensando en que si había algo que le gustase más que la poesía,
sin duda sería la chica que tenía frente a ella.

Después de bajar de nuevo a la recepción donde se encontraba Victoria, Lauren se despidió con
una gran sonrisa y dándole las gracias, sabiendo ésta que los planes de la morena de ojos verdes
habían salido tal y como esperaba. Camila por otro lado se despidió de Victoria esta vez más
cercanamente sabiendo que no tenía por qué preocuparse. Una sonrisa juguetona ocupó su rostro
mientras recordaba como Lauren la había retenido en el ascensor quedándose a centímetros, algo
que había empezado a ser común en ellas. El camino de vuelta al coche de Lauren fue silencioso y
tranquilo. Tanto Lauren como Camila habían convertido esa excitación en timidez y lo pudieron
comprobar cada vez que se miraban de reojo. Ahora las mejillas de Lauren estaban más rosadas.

Lauren invitó a entrar a Camila en su Chevrolet abriéndole la puerta justo como había hecho la vez
anterior, y dio media vuelta para entrar ella. Encendió la calefacción aunque realmente no hacía
falta entre ellas.

La hora del almuerzo se acercaba, por lo que Lauren sabía perfectamente a dónde debían ir.
Con la mano sujetando la llave en el contacto del coche antes de arrancar, Lauren se paró un
instante al notar como Camila clavaba la mirada en ella.

- "¿Tengo algo en la cara?" preguntó Lauren insegura frunciendo el ceño.

- "No" respondió con una sonrisa pícara. "Solo me gusta mirarte ¿no puedo hacerlo?" añadió al ver
que la expresión preocupada de Lauren seguía intacta.

- "Mientras solo me mires a mí, sí" dijo Lauren con su voz ahora más rasgada.

Camila sonrió ante la respuesta de la morena de ojos verdes y apartó la vista hacia la ventana
habiendo sido completamente sincera. De sus agradables silencios fuesen caminando o dentro del
coche de Lauren, lo que más le gustaba a Camila era contemplar con cuidado las expresiones de la
chica que tenía a su lado. Cuando conducía le gustaba ver cómo Lauren se desesperaba a causa del
lento tráfico o cómo sonreía viendo un par de niños jugar o cualquier pareja cruzando una calle.
Cualquier expresión por diminuta que fuese, ayudaba a Camila a conocer más de la chica que la
había cautivado.

"Solo me gusta mirarte" saboreaba Lauren entre sus labios. Aún no tenía una idea clara de lo que
estaba pasando entre ellas pero sabía que algo por diminuto que fuese había. Lauren se sentía
como una adolescente descubriendo una parte seductora de ella que no conocía, no tan extrema.
Se suele decir que el primer amor nunca se olvida y Lauren no dudaba de ello hasta que conoció a
Camila, quien había conseguido convertirse en su primero y último. A Lauren le daba igual lo que
le depara el destino, estaba completamente segura de que no iba a querer a nadie como estaba
empezando a querer a Camila.

- "¿Alguna pista sobre la nueva parada?" preguntó Camila volviéndose hacia Lauren.

- "Me la acabas de dar tú" dijo sonriente al escuchar el rugido del estómago de la chica más bajita
que ella quien se quedó confundida ante su respuesta.

Lauren entró dentro de un parking reservado para el uso exclusivo de clientes de un Buffet Libre el
cual estaba muy bien de precio y la comida era exquisita. Ayudó a bajar a la chica del coche una
vez más y se aproximaron hacia la entrada. Camila quiso pagar su parte pero Lauren no la dejó, era
su propuesta por lo que invitaba ella. Se sentaron en una mesa para dos en una de las amplias
esquinas. El buffet era bastante amplio por lo que cabían un gran número de personas sin contar
la terraza. Dentro de él, grandes mesas de buffet repletas de toda variedad de comida ocupaban
una cuarta parte de la sala. Lauren y Camila se levantaron después de tener sus refrescos y se
acercaron a estas con un gran plato beige impacientes por descubrir qué le esperaba.

- "¿Tiene algo que ver esto contigo o simplemente tenías hambre?" rio Camila mientras cogía los
cubiertos de una pequeña mesa con un mantel blanco.
- "Pues a ver" respondió Lauren acercándose a una de las grandes mesas. "Puedo probar cualquier
cosa, es decir, si no he la probado antes no sé si me gusta o no. Añadiendo que me encanta
saborear la comida" explicó Lauren mientras se servía un poco de macarrones con queso.

- "Así que cualquier cosa" resaltó Camila levantando una ceja.

- "Cualquier cosa" repitió Lauren en un susurro acercándose a ella mientras soltaba una sonrisa
sabiendo cual había sido la intención de Camila.

Volvieron a su mesa, Lauren con un plato relleno de distinta variedad en gustos y especias, y
Camila con otro reservado más a lo típico. Lauren le dio un pequeño sorbo a su refresco mientras
clavaba los ojos en Camila quien se llevaba un trozo de pescado a la plancha a la boca.

- "Aún no me has dicho cómo has conseguido acceder a esa pequeña biblioteca" dijo Camila
curiosa quien se había estado reservando la pregunta.

- "Porque la empresa es de mis padres" bromeó Lauren poniéndose seria.

- "¿En serio?" añadió Camila sorprendida.

- "No" rio Lauren ante la expresión de humildad de la chica con profundos ojos marrones. "Ha sido
gracias a Victoria, le hice un favor no hace mucho y desde entonces me lo agradece de esa forma"
explicó con una sonrisa intentando no darle más detalles.

- "Ahora me cae mejor" admitió después de darle un sorbo a su refresco.

- "¡Eres una celosa!" dijo Lauren tirándole su servilleta a la cara.

- "¡Oye!" gruñó mientras se la devolvía. "No es mi culpa quererte solo para mí" admitió Camila
agachando la vista con vergüenza.

Lauren dejó ver como pasaba su lengua por sus blancos dientes después de morderse el labio de
abajo. La respuesta de Camila la había dejado sin palabras. No se le ocurrió ningún contrataque, ni
una respuesta.

Por lo que prefirió disfrutar de lo que le quedaba en el plato con una sonrisa.

Camila sabía perfectamente lo que había dicho porque hacía tiempo que lo pensaba y necesitaba
soltarlo. Pensar que Lauren podía ser de otra persona que no fuese de ella le hacía sentirse mal
pero por otro lado sabía que no la podía aferrar a ella, había mucho en juego y mezclar ambas
partes sería una locura. No quería implicar a Lauren en nada por mucho que la necesitara en su
vida. No obstante, deseaba besarla y juntar sus cuerpos hasta convertirlos en uno.

- "Ahora vengo" dijo Lauren levantándose de la mesa dejando a Camila sola en ella. "No te
muevas" añadió dándole un suave beso en la cabeza con cuidado de no tirarle las gafas de sol que
le sostenía el pelo.
Lauren le tenía preparada una pequeña sorpresa, conociendo los gustos de la chica y
aprovechando los de ella, le había preparado un pequeño pastel con sabor a plátano con un
mensaje especial.

Las luces del buffet se apagaron por un momento dejando solo a Lauren alumbrada por un foco, al
ser hora punta la sala estaba repleta de personas que la miraban con curiosidad y entusiasmo.
Lauren se acercó a la mesa con el pastel sobre una bandeja encima de sus manos, a simple vista
podía parecer un simple pastel de cumpleaños puesto que llevaba dos velas encima, pero no lo
era.

- "Lauren ¿qué está pasando?" preguntó Camila sonrojada. "No recuerdo haberte dicho mi
cumpleaños y hoy precisamente no es" explicó nerviosa.

Lauren se rio ante las palabras de la chica quien no sabía qué estaba pasando ni cuáles eran las
intenciones de Lauren. Colocó el pastel con un 27 encendido sobre él y se pausó de cara al público.

- "Siento molestaros por esto, en vuestra quizás única pausa del día" comenzó. "Mi nombre es
Lauren Jauregui y esta chica de aquí se llama Camila Cabello" siguió. "Hace un par de semanas me
propuso conocer cosas de ella en tan solo una noche y hoy es mi turno. Aunque haya un 27 sobre
este pastel, no significa que sea el cumpleaños de ninguna de las dos. Tan solo significa que es mi
día de nacimiento, concretamente de junio. Lo cual explica que soy Cáncer y que a nosotros nos
gusta hacer cosas a lo grande y más si se trata de sorprender a alguien especial" explicó mirándola.
"Con todo esto, quería pediros un fuerte aplauso para Camila quien ha conseguido que deje atrás
mi inseguridad ante el público y pueda estar haciendo esto en voz alta. Muchas gracias" dijo
sentándose de nuevo mientras el público aplaudía.

Camila no se podía creer lo que acababa de pasar. En ese instante su dolor en el pecho se podía
definir como una mezcla de felicidad, temblor y vergüenza en bucle. Un sentimiento desconocido
había surgido gracias a la chica de ojos verdes.

- "Lauren..." intentó decir Camila.

- "Es de plátano" la cortó mientras le servía un trozo. "Y lo he hecho yo" admitió con una sonrisa
apagando las velas antes de que Camila le preguntase.

- "Te has acordado" respondió suavemente llevándose un trozo de pastel a la boca con ansia.

- "Ya te dije que me fijo en los pequeños detalles" dijo Lauren.

- "Y que te gusta lo extravagante, no lo habitual" añadió Camila pasando su áspera lengua por la
cuchara consiguiendo que Lauren la mirara embobada y que parte de su labio quedase manchado.

- "Así es" susurró Lauren pasando con delicadeza su pulgar derecho sobre la pequeña mancha sin
dar explicaciones.
Camila se había manchado a propósito. La primera vez que cenaron juntas Lauren tuvo el mismo
gesto con ella y lo echaba de menos. Sabía que Lauren siendo tan atenta no dejaría que Camila se
quedase con la pequeña mancha. El contacto físico entre ellas provocó que se le erizara la piel sin
tener el frio culpa de ello.

- "Todo esto ha superado mis expectativas sobre ti con creces" admitió Camila después de un
agradable silencio mientras se terminaban sus platos. "Nunca pensé que fueras capaz de tanto"

- "Porque nunca habías conocido a nadie como yo" añadió Lauren colocándose el abrigo. "Aún nos
queda más por ver"

- "No esperaba menos de ti" concluyó Camila susurrándole al oído y dándose media vuelta hacia la
entrada.

El susurro de la chica más bajita que ella, había dejado a Lauren inmóvil con una gran sonrisa en su
rostro mientras contemplaba su perfecta figura en movimiento. Camila se pausó y volvió su cabeza
hacía atrás para observar a Lauren quien le regaló una sonrisa y la siguió hacia la entrada.

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Capítulo 28

Caminaron hacia el vehículo en silencio notando como ahora el frio se hacía notar también sobre
las mejillas de Camila volviéndolas del mismo color rosado que el de la chica que la acompañaba.
Al entrar en el coche, el olor a Gardenias inundaba el espacio dejando un agradable aroma. Lauren
volvió a abrirle la puerta educadamente a Camila dejándola pasar y entrando ella a continuación.
Notó como Camila la miraba directamente y se pausó antes de girar las llaves en el contacto para
arrancar.

- "¿En qué piensas?" preguntó Lauren colocándole a Camila un mechón de su pelo oscuro detrás
de la oreja.

- "En que ahora sé que la comida no es problema si quiero invitarte a comer" respondió orgullosa
con una sonrisa sin apartar sus ojos profundos de los verdes brillosos de Lauren.

- "¿Quieres invitarme a comer Camila?" preguntó Lauren desafiante levantando una ceja.

- "Puede" respondió sin más volviéndose hacia el frente rebuscando en los discos dentro de la
guantera.

Lauren sonrió ante el gesto y arrancó el coche con un nuevo destino. Sobre la siguiente parada se
sentía insegura. No era el lugar perfecto para llevar a Camila puesto que ésta se merecía mucho
más que una visita a un museo, pero éste mostraba mucho de ella y de sus pasiones.

- "No sabía que también te gustase Ed" dijo Camila emocionada introduciendo el disco y eligiendo
una canción.
- "Tengo que estar preparada si quiero que te sientas cómoda en mi coche" dijo Lauren mientras
apartaba un instante la vista de la carretera para regalarle una sonrisa.

"Settle down with me and cover me up, and cuddle me in. Lie down with me and hold me in your
arms"

Kiss Me empezó a sonar sorprendiendo a Lauren quien seguía sin comprender por qué Camila
elegía inconscientemente, las canciones que representaban sus sentimientos y emociones. Ed
Sheeran le parecía a Lauren un cantante con una preciosa voz, pero el verdadero motivo por el
que había comprado sus discos era para complacer a Camila tal y como acaba de conseguir.

- "And your heart's against my chest, your lips pressed in my neck and I'm falling for your eyes. But
they don't know me yet and with this feeling I'll forget I'm in love now" comenzó a cantar Camila
mientras seguía el ritmo con sus dedos sobre su muslo derecho mientras con la otra mano libre se
tapaba el oído para conseguir la nota perfecta.

Lauren amaba escuchar cantar a Camila, se sentía como en casa, se sentía protegida. Algo que
jamás le había pasado con nadie.

- "Kiss me like you want to be loved, you want to be loved, you want to be loved. This feels like
falling in love, falling in love..." le siguió Lauren con su voz rasgada quien no se pudo contener.

- "We're falling in love..." terminó Camila en un susurro mirando fijamente a Lauren quien no
apartó la vista de la carretera pero notó como esa mirada le quemaba por dentro.

Camila había conseguido poner nerviosa a Lauren quien lo mostraba agarrando fuertemente el
volante haciendo que las venas de sus pálidas manos se marcaran aún más. Una vez en la calle de
su nueva parada, Lauren tuvo que dar un par de vueltas para buscar aparcamiento.

Era una zona muy transitable por lo que no se sorprendió para nada al no encontrar donde
aparcar. Tras varios minutos casi desesperada, con Ed aún de fondo y Camila pensativa, encontró
aparcamiento. Con un par de rápidas y eficaces maniobras, Lauren aparcó en batería y se bajó del
coche antes que la chica para abrirle la puerta.

- "Creo que podría acostumbrarme a que me abrieras siempre la puerta" rio Camila bajando del
coche con cuidado.

- "Solo intento ser educada" contraatacó Lauren dándole un suave golpe sobre el hombro.

Lauren había tenido que aparcar dos calles más abajo del museo por lo que les esperaba un
agradable paseo. A la morena de ojos verdes le gustaba pasear al lado de Camila, su presencia le
agradaba en ese y cualquier aspecto. Camila sacó su mano izquierda de la parte trasera del bolsillo
del pantalón y la enlazó con la derecha de Lauren llevándola hacia arriba dejando su mano boca
abajo.
- "Uñas perfectamente cuidadas y pintadas" dijo Camila mientras utilizaba su mano libre para
rozar la yema de sus dedos por la zona.

Lauren se encogió ante el gesto de la chica más bajita consiguiendo una vez más que su piel se
erizara por el contacto de sus cuerpos.

- "Me gusta cuidarme" dijo mientras le daba la vuelta a su muñeca y dejaba la mano de Camila
esta vez boca arriba. "No como otras" bromeó al notar varios pellejos dando a entender que
Camila se comía de vez en cuando las uñas.

- "He estado nerviosa estos días, eso es todo" gruñó bajando sus manos sin apartarlas.

Lauren sentía un fuego concreto en su interior ante el gesto. Camila seguía sosteniendo su mano y
lo estaba haciendo en público. Deseaba que quedasen horas y horas para llegar hacia la puerta del
museo, pero lo cierto era que estaban tan cerca que no podía cambiar el rumbo para tomar un
camino más largo.

Camila notó a Lauren temblar mientras le agarraba la mano al caminar. Estaba siendo arriesgada
con dicho gesto, pero en aquel momento solo quería sostener su mano y no soltarla. Quería notar
más concretamente la conexión que las unía.

- "Espero que no te aburras" dijo Lauren preocupada mientras compraba dos entradas para
acceder al Museo Nacional.

- "¿Estás de broma?" preguntó mientras cogía de la mano de Lauren una de las entradas. "Siempre
he querido venir, pero nadie me quería acompañar" dijo rascándose la cabeza adoptando una
postura infantil.

Lauren suspiró aliviada pensando en que para ella visitar un museo no era algo sin importancia.
Había elegido esa parada puesto que quería mostrarle a Camila cómo de importante era para ella
conocer todo tipo de cultura, naturaleza y forma de vida. Estaba entusiasmada.

Tras varios recorridos por los enormes pasillos contemplando obras, fósiles, estatuas a escala de
diferentes especies y personas, y monumentos junto con Camila haciéndole foto a todo como si
fuera una turista más, se pararon en una sala concreta elegida por Lauren. Ésta se alegró de que la
mayoría de las personas que se encontraban en ella fuesen extranjeras.

Era una gran sala oscura que mostraba la inmensa galaxia encima de sus cabezas mientras
colgaban del techo maquetas de los distintos planetas y cometas. Camila quien se encontraba al
lado de Lauren, sonrió a ésta y corrió hacia el centro de la sala dando vueltas sobre ella mientras
miraba hacia arriba con los brazos abiertos. Lauren se quedó embobada viendo como adoptaba de
nuevo esa pose infantil que conseguía enamorarla una vez más. Aprovechando la inocencia de la
chica más bajita que ella, Lauren sacó su móvil del bolso y comenzó a grabarla en silencio.

Camila se sentía como una nube perdida en las miles de estrellas y constelaciones que daban
vueltas a su alrededor. Mientras giraba lentamente intentando no marearse pensó en que no
hacía falta que Lauren le explicase por qué la había traído hasta ahí, simplemente lo había
entendido y adoraba el hecho de que la morena de ojos verdes fuese tan inteligente y apasionada
por la vida que la rodeaba.

- "Si te acabas cayendo por dar tantas vueltas, no voy a ser yo quien te recoja" susurró Lauren
cerca de ella consiguiendo que Camila se parase.

- "Eres preciosa" soltó sincera mirándola a sus profundos ojos ahora más grises que verdes debido
a la poca iluminación. "Quiero decir... Esto es precioso. Es como si no tuviera final" añadió
nerviosa.

- "Una buena chica conoce sus límites, una mujer inteligente sabe que no tiene ninguno" susurró
Lauren agarrándose por detrás a la cintura de Camila mientras ambas miraban hacia arriba.

- "Puedo adivinar que tú, Lauren Jauregui, eres la inteligente" dijo volviéndose frente a ella
dejando sus brazos apoyados hacia atrás en una barra de aluminio que rodeaba distintos tipos de
globos terráqueos.

-"Puedes adivinar bien" susurró acercándose más a ella quedándose a centímetros.

Lauren era consciente de lo que estaba haciendo. Quería besarla, no aguantaba más y Camila no
se oponía ante el gesto. Camila sabía que no podía hacerlo pero se dejó llevar y se acercó a un más
a ella consiguiendo que sus manos empezasen a sudar. Sus labios casi se rozaban. Lauren jugaba a
mirar a sus labios y seguidamente sus ojos. Notaban la respiración de la otra chocando contra su
cara, pero el sudor de las manos de Camila hizo que estas se resbalaran de la barra y cayera al
suelo dejando atrás la oportunidad de besar los labios de Lauren y tirando uno de los globos
terráqueos con ella.

- "Te advertí que si te caías, no te ayudaría a levantarte" dijo Lauren agachándose de rodillas a su
lado intentando aguantar la risa.

- "Ayúdame a levantarme" dijo Camila poniendo una mueca de dolor por la caída sin darse cuenta
aun de lo que había tirado.

- "¿Acaso soy tu sumisa?" bromeó Lauren levantándose.

- "Por favor" suplicó Camila poniendo un puchero y alargándole la mano.

- "Suplica un poco más y me lo pienso" dijo seductoramente consiguiendo que Camila le pellizcara
la pierna. "¡Ay!" gruñó. "Eso es jugar sucio Señorita Cabello" añadió levantando de nuevo una ceja.

- "¿Vas a ayudarme o no?" gruñó desesperada al notar como se clavaban algunas miradas en ella.

Lauren puso los ojos en blanco mientras soltaba un suspiro y agarró a Camila del brazo para
ayudarla a levantarse volviendo a colocarla en la misma posición en la que se encontraban antes
de la caída.
- "Camila" susurró Lauren con su voz rasgada.

- "¿Si Lauren?" preguntó mirándola directa a sus carnosos labios.

- "¿Nunca te han enseñado a recoger las cosas que tiras?" preguntó con una sonrisa mientras
señalaba con la mirada el globo terráqueo aun en el suelo que ella si había notado.

Camila soltó un ligero "ups" tras darse cuenta de a qué se refería Lauren y se volvió para recogerlo
dejando su marcado culo frente a Lauren quien no pudo contenerse a observarlo nerviosa por si la
volvía a pillar. Camila recogió el globo terráqueo con cuidado y se volvió hacia Lauren quien
rápidamente había apartado la vista para que la chica más bajita que ella no se diera cuenta de
qué había estado observando.

- "Tengo una idea" comentó Lauren mientras Camila ponía el globo terráqueo en su lugar.

- "Si es posible, que no sea ponerme nerviosa consiguiendo que me vuelva a caer" propuso Camila.

- "¿Te he puesto nerviosa?" preguntó Lauren con una sonrisa pícara mientras ladeaba un poco la
cabeza.

- "¿Qué idea decías que tenías?" preguntó rápidamente intentando no responder a aquella
pregunta.

Lauren sonrió ante como Camila había ignorado su pregunta por razones obvias. No hacía falta
que le admitiera que se había puesto nerviosa para que ella lo supiese, tan solo quería ver su
profundos ojos marrones abriéndose como platos mientras adaptaba una pose nerviosa. Lauren
agarró la mano de Camila haciendo que ésta diera media vuelta colocándose entre ella y la barra
que rodeaba los distintos globos terráqueos.

- "Vamos a jugar a un juego" comenzó a explicar en el oído derecho de Camila. "Yo le doy vueltas
al globo terráqueo y tú lo paras en el país que quieras"

- "¿Qué consigo yo con esto?" preguntó Camila jadeante mientras se abría un poco más de piernas
para que Lauren se acomodara mejor entre ella.

- "Viajar al país que elijas" susurró. "Conmigo" volvió a susurrar cambiando de oído.

Camila tragó saliva como pudo intentando sin éxito que el grueso nudo que tenía en la garganta
desapareciese. Aceptando la propuesta de Lauren asintiendo con la cabeza, ésta colocó sus manos
sobre las de Camila e hizo rodar la esfera dejando las manos de la chica más bajita solas para que
tomara su elección.

Camila cerró los ojos y pegó un pequeño suspiro. Le daba miedo elegir un país que a Lauren no le
gustase o simplemente uno incorrecto. Se armó de valor con esta vez un gran suspiro y dejó que la
uña pintada a la francesa de su pequeño dedo índice tocara la esfera consiguiendo que ésta se
parase. Camila abrió los ojos y sonrió ante la elección sin despegar el dedo.
- "Australia" sonrió aliviada de no haber elegido una isla en medio del atlántico, consiguiendo que
Lauren lo notara en su cara.

- "Australia" repitió Lauren alegre ante la elección de la chica que le había robado el corazón.

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Capítulo 29

Un feliz silencio se apoderó de ella contemplando como todavía Camila no había despegado su
dedo índice del globo terráqueo. A Lauren le emocionaba la idea de viajar a otro continente en el
que nunca había estado y aprender la cultura australiana, pero de lo que más podía sentirse
orgullosa y emocionada, era de que Camila la acompañase. Tan solo ellas dos.

- "Está prohibido tocar las exposiciones" dijo un guardia rompiendo el silencio entre ellas.

- "Perdón" se disculpó Camila apartándose rápidamente de la esfera.

A Camila se le encendieron las mejillas y esta vez no tenía nada que ver el frio. Se sentía
avergonzada por haberle tenido que llamar la atención como si siguiese siendo una cría. Camila
miró a Lauren quien se reía por la expresión de culpa que inconscientemente había adoptado.

- "No te rías" gruñó dándole con la palma de la mano en el brazo.

- "¡Eh! No soy yo la que va tirando exposiciones por ahí" dijo intentando ponerse seria sin éxito.

- "Pero eres tú la que consigue que las tire" contraatacó señalando con el dedo a Lauren el cual
intentó morder pero Camila lo quitó a tiempo.

- "Eres una idiota" sonrió Lauren saliendo de aquella enorme sala.

Camila la siguió con una sonrisa tonta que solo Lauren conseguía sacar. Terminaron el tour por el
museo picándose entre ellas como si fueran unas adolescentes y con sus silencios de miradas en
los que no hacía falta decir nada para que se entendieran.

- "O nos movemos, o no vamos a llegar a tiempo" dijo Lauren mirando la hora en su muñeca.

- "A tiempo ¿dónde?" preguntó Camila curiosa.

- "Deja de hacer preguntas y mueve el culo" añadió Lauren invitándola a pasar delante de ella.

- "Mejor ve tú delante, no quiero que tropieces a causa de él" dijo juguetona con una sonrisa
dándole paso a Lauren quien soltó una carcajada.

- "No seas tan creída..." susurró cerca de ella mientras se colocaba delante.
Camila sabía que ella tenía razón y realmente no le importa que Lauren lo hiciera, pero en este
caso era ella quién quería disfrutar del marcado culo de Lauren y en sus piernas descubiertas
mientras se frotaba los labios.

Al salir del museo, los últimos rayos de sol penetraban fuertemente en los ojos de ambas, por lo
que Camila decidió darle otro uso a sus gafas que no fuese agarrarle el pelo. Lauren por el
contrario no tenía con qué cubrirlos pero tampoco le molestaba.

De vuelta al Chevrolet con su habitual silencio y aún el aroma a gardenias, Lauren arrancó mirando
la hora preocupada por si no llegarían a tiempo. Faltaba aún una hora pero Lauren quería pillar un
buen sitio. Camila había adoptado su habitual figura apoyando el codo en la ventana mientras
miraba por ella pensativa aun con las gafas de sol. Lauren la observó durante un instante
deseando saber qué pasaba por la cabeza de la chica de ojos profundos.

Como si hubiese escuchado los pensamientos de Lauren, Camila se giró hacia ella y le dedicó una
sonrisa a la cual Lauren le respondió con otra mientras un pequeño rayo de sol penetraba en su
ojo izquierdo el único expuesto al sol.

- "Me gustan tus ojos" dijo sincera.

- "Lo que te gusta es el color, no los ojos en sí" respondió Lauren seria debido a que no era la
primera persona que se lo decía.

Para Lauren era muy importante el mensaje que unos ojos podían transmitir, ya fueran de un color
extravagante o tan negros que no se pudiera diferenciar la pupila del iris y odiaba que solo se
fijasen en los suyos o le dijeran que le gustasen tan solo por el color, lo veía muy superficial.

- "No" respondió Camila directa.

- "Si" insistió Lauren agarrando con la mano derecha el volante mientras se acomodaba el pelo con
la izquierda.

- "No" volvió a repetir Camila mientras gruñía. "Aunque tengas unos envidiables ojos verdes
esmeralda más bonitos del mundo y a veces adopten un color gris canoso, no me gustan por eso"

- "Pues a la mayoría sí" añadió sin mirarla.

-"Yo no soy la mayoría Lauren" dijo seria sin dejar de mirarla. "Me gustan tus ojos por como con
una simple mirada puedes transmitirme todo lo que no me dices con palabras, por hacer que me
pierda en ellos cada vez que los miro pero sobretodo me gustan por no querer mirar otros que no
sean ellos, porque son tuyos Lauren, porque provienen de ti" admitió volviendo a adoptar la
postura anterior.

Lauren soltó una media sonrisa, había dudado por un momento de ella y se había equivocado. La
última frase de Camila hizo que Lauren se sonrojara y apartó un momento la vista de la carretera
para colocarle un mechón de pelo detrás de la oreja dejando ver un pendiente de perla y
acariciarle la mejilla con suavidad.

Camila notó el cálido gesto y cerró los ojos para disfrutarlo aún más. No le hacía falta calefacción
porque Lauren había conseguido encender su fuego interior por medio de un leve temblor. No
quiso mirarla por mucho que tuviese ganas. Prefirió hacerse la dura y seguir mirando por la
ventana.

Tras conducir cuidadosamente durante casi un cuarto de hora, llegaron a su próxima pero no
última parada: el cine. Lauren miró el reloj digital del coche y vio que aun iban bien de tiempo por
lo que no se apresuró en caminar hacia la entrada de éste.

- "¿Vamos a ver una película?" preguntó Camila emocionada.

-"No, te he traído al cine solo para comer palomitas" bromeó Lauren ante la estúpida pregunta.

- "¡Idiota!" la empujó Camila. "¿Cuál vamos a ver?" preguntó.

- "La que más miedo de, son mis preferidas" dijo emocionada colocándose en la cola.

- "Nunca he visto una película de terror Lauren, me dan miedo" admitió Camila encogiéndose de
hombros no muy de acuerdo con la elección de Lauren.

- "Eh" dijo agarrándole la barbilla. "Voy a estar ahí para agarrarte si tienes miedo y no voy a dejar
que te pase nada ¿está bien? Además siempre hay una primera vez para todo" añadió
acariciándole le mejilla.

Camila sonrió ante las palabras de Lauren, ahora se sentía más segura y no le importaba la idea de
ver una película de terror sin era ella quien estaba ahí para protegerla. Tras comprar las entradas
que Lauren pagó, Camila se ofreció a pagar el gran paquete de palomitas y los refrescos y aunque
Lauren se opuso a la propuesta, acabó

pagando Camila. Aún quedaban unos diez minutos antes de que empezara la película. Lauren
había elegido dos butacas atrás del todo apartadas de las demás personas. No tenía ninguna
intención en mente más que disfrutar de la película, al menos eso pensaba ella.

Después de un par de anuncios, las luces de la sala se apagaron y empezó la película. Lauren
estaba embobada comiendo palomitas. Realmente le gustaban estas películas porque no llegaban
a darle miedo, pero le gustaba verlas en compañía para ver las distintas reacciones del público.
Notó a Camila temblar debido al sonido de sus hielos agitándose dentro del refresco al absorber

- "Tranquila" susurró Lauren en el oído izquierdo de Camila mientras le acariciaba suavemente la


nuca.

Camila le sonrió en señal de agradecimiento, la película solo acababa de empezar y ya estaba


asustada. Siempre había intentado ver una pero la había acabado quitando a los pocos minutos y
cuando iba con Dinah al cine evitaba siempre elegir una de éste género. Camila aguantó media
película pero llegó un punto en el que quiso centrarse en algo más, o más bien alguien. Alguien
como Lauren. Sus manos habían coincidido varias veces al coger palomitas, pero ya no quedaban
suficientes para volver a repetir el acercamiento por lo que sutilmente apoyó su mano izquierda
en el muslo derecho de Lauren quien apartó la vista de la gran pantalla y miró hacia su muslo con
una sonrisa volviendo a centrar su atención en la pantalla. Camila levantó una ceja al no conseguir
su propósito y subió la mano más hacia arriba. Lauren volvió a mirar hacia su muslo mirando
seguidamente a Camila con una expresión confusa. Camila se limitó a sonreír. Lauren inocente sin
entender nada se encogió de hombros y siguió viendo la película mientras le daba un sorbo a su
refresco. Camila notaba en su mano la áspera media que cubría las largas piernas de Lauren,
quería jugar un poco más, por lo que subió más la mano llegando hacia el corte de su vestido
blanco.

- "Camila ¿estás intentando meterme mano?" preguntó Lauren en un susurro confusa.

- "No" mintió con una expresión angelical.

Lauren ahora más confusa que antes, comenzó a temblar al notar la mano de Camila cada vez más
arriba. Camila se mordió los labios juguetona, y pasó su mano del muslo a la mano de Lauren la
cual estaba apoyada en el reposabrazos. Con sus cortas uñas comenzó a acariciar la mano de
Lauren dibujando trazos desde la punta de los dedos hasta la muñeca. Lauren se limitaba a mirar a
la pantalla intentando concentrarse, empezaba a hacer calor allí adentro y no llevaba el abrigo
puesto. Cada vez los suaves dedos de Camila avanzaban más hacia arriba consiguiendo llegar a su
hombro. Lauren seguía sin mirarla y si Camila seguía acariciándola era por eso.

Camila al notar que Lauren la seguía ignorando, pasó su mano hasta su cuello consiguiendo que
Lauren se estremeciera y cambiara de postura. Camila se rio, había llamado su atención pero no
del todo por lo que pasó uno de sus dedos por sus labios dejándolo húmedos y volvió a pasarlos
por el cuello de Lauren quien cerró los ojos y soltó un leve suspiro. Camila levantó una ceja de
placer, sabía lo que había provocado en ella pero ésta seguía sin mirarla por lo que dio un paso
más. Del cuello pasó a la barbilla y de la barbilla a sus labios. Ahora si tenía la atención de Lauren.
Agarró su barbilla y la ladeó suavemente hacia ella consiguiendo al fin que Lauren la mirara.

- "Hola" dijo Lauren movimiento los labios sin pronunciar la palabra.

- "Hola" susurró Camila sin dejar de tocar sus labios.

- "¿Qué pretendes Camila?" preguntó Lauren mordiéndose los labios con cuidado de no morder a
la chica.

- "¿Acaso no lo ves?" dijo con una voz seductora.

- "Puedo hacerme una idea" admitió Lauren acercándose más a Camila.

- "¿Ah sí?" susurró Camila acercándose más quedándose a centímetros.


Lauren no respondió, tan solo asintió pasando su áspera lengua por los suaves dedos de Camila
quien había conseguido su propósito y tenía toda la atención de Lauren. Quería besarla y podía
hacerlo perfectamente puesto que sus labios estaban a milímetros pero Lauren la había hecho
esperar demasiado por lo que cogió su refresco con la mano que le quedaba libre y colocó la pajita
entre medio de sus labios dándole un sorbo volviendo a mirar a la pantalla. Lauren soltó un gran
suspiro, Camila había conseguido hacerla arder. Las luces se encendieron pocos minutos después,
minutos en los que Lauren había mirado a la pantalla sin prestar atención y Camila se había
terminado el resto de palomitas. Al salir Lauren aún tenía demasiada calor y Camila mostraba el
frio en su piel, por lo que le dejó su abrigo recibiendo un 'gracias' de sus suaves labios.

No había mucho que decir entre ellas, estaba atardeciendo y el cielo estaba teñido de rojo.
Volviendo hacia el coche, Lauren se dio cuenta de que Camila llevaba mal colocadas las gafas de
sol en el pelo y se pausó un momento para colocárselas con cuidado. Se las quitó, le acomodó el
pelo y con mucho cuidado se las volvió a poner dejando de regalo un beso en su frente.

- "Vaya, vaya. Así que nueva novia Jauregui, ¿te la has tirado ya?" dijo una voz familiar frente a
ellas consiguiendo que Lauren mirase hacia dicha persona.

- "No es mi novia y tampoco debería importarte a quién me tiro y a quién no, Tom" añadió Lauren
colocándose delante de Camila sabiendo cómo podía actuar este.

- "Es muy guapa. ¿Cómo te llamas preciosa?" preguntó intentando acariciar la mejilla de Camila.

- "No te atrevas a tocarla" gruñó Lauren poniéndose entre medio mientras notaba como Camila le
agarraba el brazo con fuerza asustada.

- "¿O qué Jauregui? ¿Vas a intentar pegarme otra vez?" preguntó volviendo a intentar acariciarla.

- "Que no la toques Tom" volvió a gruñir.

- "Apártate" escupió Tom queriendo acercarse a Camila una vez más.

- "¡Te he dicho que no la toques!" gritó empujándole contra una papelera consiguiendo que se
cayera de boca y le sangrara la nariz.

- "Está bien. La dejaré en paz" dijo poniéndose de pie y recobrando la postura. "Pero a ti no" gruñó
golpeando fuertemente con su gran puño en la zona facial derecha de Lauren a la que le empezó a
sangrar fuertemente la nariz y cayó al suelo inconsciente. "¡Joder!" gritó Tom echando a correr.

- "¡Lauren!" chillaba. "¡Lauren despierta!" intentó despertarla Camila.

Lauren recobró un poco el sentido y abrió los ojos viendo a la chica más bajita que ella casi
llorando. Camila la ayudó a ponerse de pie y caminar pero al primer paso que dio, Lauren volvió a
perder la conciencia cayendo al suelo nuevamente golpeando fuertemente la cabeza contra el
borde de la acera.
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Capítulo 30

Hacía frio, mucho en aquel instante. Lauren no tenía fuerzas para abrir los ojos pero notaba como
alguien la sujetaba. Notaba su brazo izquierdo encima de una textura suave mientras el otro le
caía débilmente. Estaba caminando y no sabía con qué fuerza. No escuchaba nada a su alrededor,
tan solo un irritante pitido en sus oídos. Notó caer su cuerpo sobre un asiento blando y a alguien
moviendo sus piernas adaptando una nueva postura. Un aroma se le introdujo en la nariz. Olía a
gardenias. Alguien a quien aún desconocía comenzó a agitarle la cara con fuerza. Lauren quería
despertar y ver quién era y por qué hacía eso. Todo daba vueltas a su alrededor. Estaba muy
mareada.

- "¡Lauren!" gritaba desconsolada Camila mientras agitaba su cuerpo. "¡Lauren por favor
despierta!" lloraba desgarrada.

Lauren escuchó una voz dulce pronunciar su nombre. Le gustaba, claro que le gustaba. La había
oído antes. Aun notando los pitidos en sus oídos, Lauren abrió despacio los ojos observando
borrosamente el precioso rostro de Camila mirándola fijamente mientras le daba la espalda a la
claridad proveniente de la luz del coche. Su coche. Sabía dónde estaba.

- "¿Estoy en el cielo?" preguntó confusa.

- "¡Lauren!" la abrazó rápidamente Camila quien reía entre lágrimas ante el comentario.

- "¿Qué ha pasado?" preguntó confusa acomodándose en la parte de atrás de su coche. "Me duele
la cabeza" dijo mientras se la acariciaba y después de ésta, la nariz dejando sus finos dedos llenos
de sangre. "Oh, ¡mierda!" maldijo. "Ese estúpido de Tom, ya me acuerdo" gruñó intentando parar
la hemorragia nasal.

- "Lauren estaba tan preocupada." Comenzó a llorar Camila nerviosa. "Ese tío te golpeó y caíste al
suelo, después te despertaste y te volviste a caer golpeando fuertemente tu cabeza contra el
suelo" explicó haciendo varios gestos nerviosos con sus pequeñas manos. "Y yo, yo estaba
asustada Lauren. Saqué de tu bolso las llaves del coche y te traje hasta aquí arrastrándote como
podía. No sabía si pedir ayuda, no sabía a dónde ir, estaba aterrada. Solo quería que despertases
y..."

Lauren calló a Camila de la mejor forma que podría haberlo hecho. Se acercó hacia ella con un
impulso y rozó suavemente sus labios con los suyos consiguiendo que Camila cerrase los ojos y
dejase de llorar. Los carnosos labios de Lauren rozaron con delicadeza los finos de Camila tan solo
una vez. Lauren se apartó con cuidado notando como una lágrima de la chica más bajita que ella,
le daba un toque salado a sus labios. La miró fijamente y limpió sus lágrimas.

- "Estoy bien ¿vale?" susurró Lauren envolviéndola en un abrazo.


Lauren aun no era consciente de lo que acababa de hacer. Había callado a Camila por primera con
un beso y no uno cualquiera. Había sido un beso dulce con final salado en el que solo había
entrado en contacto sus labios. Lauren había besado cuidadosamente el labio inferior de Camila,
mientras ésta había besado el superior de Lauren. Sí. Se habían besado y lo habían hecho las dos.
El fuerte dolor de cabeza de la morena de ojos verdes había desaparecido por completo. Se sentía
más viva que nunca.

Camila temblaba y no a causa del frio. Tenía a Lauren entre sus brazos calmándola, pero sus
lágrimas habían dejado de derramarse hacía escasos segundos. Lauren la acababa de besar. A ella.
Camila aún no se lo creía. Aunque solo hubieran sido un par de segundos, había disfrutado el beso
como si hubiera durado mil años. Sentía a Lauren abrazarla fuertemente mientras su cabeza
estaba apoyada en uno de sus hombros y se relamía los labios. Aquel beso había conseguido que a
Camila se le complicasen aún más las cosas. ¿Le había gustado? Claro que lo había hecho. El roce
de labios de Lauren había dejado en ella la necesidad de volver a sentir ese contacto de nuevo,
pero más profundo, hasta tal punto de que se unieran sus bocas volviéndose solo una.

Tras varios minutos en silencio envueltas en el abrazo, Lauren se separó de Camila regalándole un
beso en la mejilla muy cerca de la comisura. Camila sonrió ante el gesto, pero su sonrisa
desapareció al ver claramente el rostro Lauren.

- "¿Qué pasa?" preguntó Lauren. "¿Me ha vuelto a sangran la nariz?" dijo poniendo su mano
derecha sobre esta para comprobarlo.

- "Tu ojo..." intentó decir Camila con una mano casi ocultando su boca. "Está... Está morado
Lauren"

Lauren se sorprendió ante las palabras y se impulsó un poco hacia arriba para poder comprobarlo
en el espejo retrovisor. Camila tenía razón, ese estúpido de Tom le había dejado el ojo izquierdo
morado con algunas zonas verdes quedando a juego con sus ojos. Aunque le dolía, le parecía
precioso puesto que más de una vez Lauren había pintado sobre uno de sus lienzos algo parecido.
Aunque tuviera de dicha forma el ojo y la nariz un poco hinchada debido al golpe, Lauren quería
terminar sus planes.

- "Va a juego con mis ojos así que no te preocupes" bromeó Lauren mirando de nuevo a Camila
quien le regaló una media sonrisa. "Esto no va a interrumpir nuestro día" dijo bajando del coche
con cuidado.

- "Lauren ¿a dónde vas?" dijo Camila mientras salía rápidamente para ponerse a su lado.

- "Todavía nos queda una última parada" añadió Lauren.

- "No Lauren, necesitas descansar" recalcó Camila

- "Camila estoy bien, confía en mí" le sonrió mientras intentaba abrir la puerta del conductor
pausándose a causa de un mareo.
Camila agarró rápidamente a Lauren antes de que ésta volviera a caer al suelo. Lauren sabía que
necesitaba descansar, pero le importaba más terminar de complacer a Camila que su propia salud.
Ella podría descansar más tarde, de Camila solo podía disfrutar en aquel momento y no quería
estropearle el día.

- "Estoy bien" volvió a repetir Lauren recobrando la postura.

- "No. No estás bien" insistió cruzando los brazos. "¡Mírate Lauren! Ni si quiera puedes conducir"
gruñó seriamente.

- "No voy a estropearte el día por estar así" soltó seca.

- "¿Estropearme el día?" preguntó retóricamente. "Estás así por mí Lauren. No sé ni quién era ese
tío, ni de qué lo conoces, pero lo que sí sé es que te has puesto delante de él por defenderme"
explicó emocionada.

- "Pero Camila..." intentó explicarse Lauren.

- "No Lauren" la cortó "Voy a llevarte a casa porque necesitas descansar"

- "Camila yo no dejo las cosas a medias una vez que las empiezo" gruñó Lauren.

- "Por eso voy a quedarme contigo, para acabar el día juntas" dijo Camila abriendo la puerta del
conductor y sentándose dentro.

Lauren suspiró. Sabía que Camila estaba en lo cierto pero no quería admitirlo por lo que se limitó a
dar la vuelta y entrar con cuidado en el asiento del copiloto colocando el ramo de Gardenias en la
parte trasera sin dañarlo.

- "¿Sabes conducir?" preguntó Lauren al notar la torpeza de Camila.

- "No" admitió. "Pero me vas a enseñar porque no pienso dejarte aquí, tengo que curarte esa
herida" dijo señalando hacia la ceja de Lauren en la cual había un estrecho corte.

Lauren volvió a suspirar dejando los ojos en blanco. Camila era un hueso duro de roer y no había
manera de negarse. Una carcajada salió de los labios de Lauren consiguiendo que Camila frunciera
el ceño sin entender nada. No sabía que le hacía tanta gracia a la morena de ojos verdes.

- "Perdona" dijo Lauren dejando de reír. "Es solo que no te pega mi coche"

El modelo del coche de Lauren era un Chevrolet Cruze de cuatro puertas en color negro. No era
gran cosa pero con Camila conduciéndolo hacía que destacase más.

- "Y ¿cuál se supone que debe encajar conmigo Señora Oscura?" preguntó frunciendo el ceño
nuevamente.

- "Una carroza rosa" dijo Lauren volviendo a soltar una carcajada.


- "Parece ser que no has perdido el sentido del humor" dijo seriamente intentando contener la
risa.

- "¡Oh, venga ya! Podrías ser mi Princesa Rosa" rio de nuevo.

- "Sí, pero en vez de un largo y elegante vestido, llevaría un pijama rosa de renos acompañando la
época del año y en vez de una corona con extravagante pedrería, una toalla del mismo color en
vuelta sobre mi cabeza. ¿Te gusta mejor así?" bromeó Camila apoyando las manos sobre el
volante. "¿Vas a explicarme cómo se conduce o no?" preguntó desesperada.

- "Está bien gruñona" rio Lauren. "Pisa el embrague, pon el punto muerto, coloca la llave y dale al
contacto" dijo mientras Camila seguía sus pasos consiguiendo que arrancase. "Muy bien. Ahora
pisa el embrague y mete la primera marcha" continuó viendo como Camila lo iba consiguiendo.
"Perfecto, ahora solo pisa con cuidado el acelerador" concluyó consiguiendo que Camila condujera
torpemente.

- "¡Lo estoy haciendo Lauren! ¡Lo he conseguido!" gritó feliz.

- "Lo has conseguido" repitió Lauren con una sonrisa "Aguanta firmemente el volante y no apartes
la vista de la carretera por muchas ganas que tengas de mirarme" dijo seductoramente
consiguiendo que Camila protestara. "Sigue mis indicaciones"

Lauren condujo a Camila hacia su estudio el cual no estaba muy lejos. Aunque sabía que lo que
Camila estaba haciendo estaba prohibido, no le importaba. Con un par de paradas por el camino a
causa de su inexperiencia y casi un atropello a un peatón, Lauren y Camila llegaron sanas y salvas
al estudio de ésta.

- "Pensaba que no viviría para contarlo" bromeó Lauren una vez que Camila aparcó.

- "Muy graciosa" gruñó Camila bajándose del coche, cogiendo el ramo y ayudando a Lauren a
bajar.

- "Podría ser yo la que se acostumbrase a esto" intentó picar Lauren repitiendo la frase que Camila
le había dicho varias horas antes.

Entraron en el estudio agarradas con cuidado por si Lauren volvía a marearse. Estaba todo
recogido a exceptuación de los lienzos apoyados en las paredes, los cuales se habían convertido en
parte de la decoración.

- "Lo has cambiado" dijo Camila en voz baja mirando hacia su retrato.

- "Sí" respondió Lauren con un nudo en la garganta acomodándose en el sofá.

- "¿Dónde tienes un botiquín?" preguntó Camila intentando no preguntar por qué lo había
cambiado.
- "En el mueble del baño" respondió Lauren mientras cogía una manta burdeos y se la echaba por
encima cubriéndose las piernas.

Camila salió del baño con todo lo que había encontrado sabiendo que no iba a necesitar todas
aquellas cosas, pero nunca sabía cuándo podía hacerle falta. Se acercó hasta Lauren quien aun
teniendo la cara descompuesta por el golpe, no perdía la expresión adorable. Se quitó antes que
nada, su pulsera de perlas para que estas no dañaran a Lauren al rozarse y tras esto, empezó a
curarle la ceja con cuidado. No había necesidad de puntos pero el corte necesitaba desinfectarse.
Camila intentaba concentrarse y hacerlo con cuidado pero los ojos penetrantes de Lauren se lo
impedían.

Lauren la miraba fijamente sin poner ninguna expresión de dolor porque simplemente no le dolía.
Que Camila la cuidara de esa forma conseguía en ella un fuerte dolor en el pecho en señal de
alivio. Camila era su mejor cura.

Después de un par de minutos curando las respectivas heridas, Camila tiró las gasas manchadas a
la papelera de la cocina y colocó de nuevo el botiquín en el baño volviendo de nuevo hacia el sofá
dónde se sentó en los pies de Lauren quien la miraba con una risa juguetona. Camila no puedo
contenerse y miró hacia sus carnosos labios, los mismos que la habían besado esa misma tarde.
Lauren sabía hacia donde estaba mirando Camila por lo que aprovechó su despiste y miró sus
labios. Aun no se creía que la había besado. A pesar de estar enfadada con ella misma por no
haber conseguido terminar su día de sorpresas, se alegraba de lo que había hecho.

- "Camila sobre lo de antes... Quiero decir el beso" dijo Lauren "Lo siento, no debería haberlo
hecho" se disculpó intentando no forzar la situación.

- "No pasa nada, ha sido una buena forma de callarme" admitió nerviosa mirando hacia el reloj
que colgaba de la pared. "Deberíamos pedir algo de cenar"

- "¿Qué propones?" preguntó Lauren sabiendo que la chica pediría comida rápida.

- "Pizza" respondió ansiosa "Pero esta vez pago yo, sino no hay trato"

- "Camila eres tú la que quieres pizza" rio Lauren.

- "No hay trato he dicho" recalcó mientras tapaba con la manta parte de su cuerpo.

- "Está bien gruñona" sonrió Lauren.

Media hora después el repartidor de pizzas pegaba a la puerta del estudio de Lauren. Camila en
ese tiempo se había cambiado y ahora llevaba una larga camiseta blanca de Lauren con un grafiti
en el centro en color azul eléctrico, junto con unos calcetines cortos blancos.

Tras disfrutar en silencio de los deliciosos trozos de pizza, Camila recogió todo y se volvió a sentar
al lado de Lauren.
- "Voy a tener que contratarte para que hagas esto más a menudo" intentó picarla Lauren.

- "Yo no soy ninguna sirvienta" gruñó Camila.

- "¿Ves por qué te llamo gruñona?" bromeó Lauren consiguiendo que Camila le tirase un cojín a la
cara. "¡Ay!"

- "Lauren, lo siento, lo siento, lo siento. ¿Te he hecho daño?" preguntó nerviosa apartando el cojín
de su cara.

- "Si..." mintió. "Vas a tener que volver a curarme" propuso juguetona.

- "Tal vez pueda encargarme de eso" dijo Camila subiéndose encima de Lauren y besando con
cuidado su frente. "¿Qué tal así?" susurró mientras Lauren negaba, por lo que besó nuevamente
su ceja. "¿Y así?" Lauren volvió a negar. "¿Ahora?" preguntó besando su ojo herido pero Lauren
volvió a negar. "A ver así" añadió besando su mejilla y seguidamente su nariz.

Lauren volvió a negar. Su cuerpo ardiente pedía a gritos que Camila la besase e hiciera otras cosas
que partían del mismo juego. Verla con su ropa la excitaba, pero lo que más la excitaba era tenerla
encima de sus caderas apretando su culo contra ellas notando su respiración nerviosa en la cara.

- "Solo me queda probar una última cosa" dijo Camila con una sonrisa pícara.

- "Inténtalo, pero no creo que lo consigas" jadeó Lauren.

Camila levantó una ceja, sabía que la había puesto a prueba y ahora no podía perder. Conocía las
intenciones de Lauren puesto que eran las mismas que ella tenía. Ya habían hecho las cosas mal,
así que volverlo a hacer no perjudicaría nada. Camila se abalanzó hacia los carnosos labios de
Lauren dejando en ellos un suave beso, tan suave que casi se asemejaba con el jersey que había
llevado durante el día. Notó a Lauren cerrar los ojos y soltar un leve gemido.

- "¿Así mejor?" preguntó seductoramente mientras Lauren asentía sin palabras mordiéndose los
labios.

- "Camila" dijo varios segundos después. "¿Puedes pasarme mi bolso?" pidió.

Camila asintió y se levantó a por él entregándoselo a Lauren la cual sacó de él una pequeña y
cuadrada caja de madera y se la entregó a Camila.

- "Tenía pensado dártelo al final del día, para que te llevases un buen sabor de boca" admitió
Lauren con una sonrisa.

- "Lauren..." dijo Camila con la caja entre sus manos "No tenías por qué"

- "Pero quise hacerlo, porque ser detallista con las personas importantes en mi vida es otro rasgo
que quería que conocieses de mi" admitió. "Ábrela" la animó.
Camila abrió la caja y un aroma que le resultaba familiar entró de lleno por sus fosas nasales. La
caja era espaciosa, pero todo ese espacio estaba recubierto de pétalos de la misma flor de la que
Lauren le había regalado el ramo. Camila cogió uno de ellos y lo pasó por sus dedos notando el
suave tacto.

- "Aunque estos pétalos no lleguen a formar la Gardenia, no significa que deje de perder su
belleza" comenzó Lauren "Lo mismo pasa con las personas. Puedes verlas a diario y nunca las
verás completas, pero eso no quita el hecho de que no muestren su belleza interior. Y tú, Camila,
tú me muestras la tuya todos los días sin percatarte de ello" finalizó.

- "Tienes un alma muy profunda Lauren" dijo Camila con los ojos brillosos mirándola fijamente.

- "Es una pequeña tontería, nada más. Todo esto se trataba de conocerme mejor y solo quería
ponértelo un poco más fácil" admitió Lauren con una sonrisa.

Camila cerró la caja y la colocó con cuidado encima de la mesa. Se acercó a Lauren y la abrazó
fuertemente. No había mejor gesto en aquel instante con el que Camila pudiera darle las gracias y
así lo notó Lauren. Tras varios minutos abrazadas con la tele de fondo sin prestarle atención,
Camila se levantó para ir al baño dejando a Lauren en el sofá quien seguía con la misma ropa
puesta. Lauren estaba abatida, lo notaba en sus párpados los cuales se le hacían cada vez más
pesados pero no quería dormirse, no con Camila allí.

Cuando la chica más bajita que ésta volvió al sofá notó como Lauren había caído rendida sobre
uno de los cojines. Camila se acercó a ella y le colocó bien la manta para que no pasara frio. Le dio
un beso en la frente y seguidamente le acarició la mejilla. Sin hacer ruido para despertar a Lauren,
apagó la tele, se cambió, recogió sus cosas y se dirigió a la puerta del estudio de Lauren, pero
antes de ello, dejó un mensaje en una de las servilletas.

- "Buenas noches Lauren" susurró Camila cerrando la puerta mientras Lauren agarraba la manta
cambiando de postura.

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Capítulo 31

Con el sonido de la vibración proveniente de su móvil encima de la mesa de cristal, Lauren se


despertó agitando fuertemente su cabeza consiguiendo que un gran dolor se apoderase de ella
debido al golpe de la noche anterior. La noche anterior. Eso le llevó a recordar que lo último que
había visto antes de quedarse dormida en un profundo sueño era la silueta de Camila dirigiéndose
al baño. Le disgusto la idea de no haber despertado con ella a su lado, pero más le disgusto no
poder haber disfrutado más de su presencia. La vibración volvió a producirse y sin mirar quién la
estaba llamando ni la hora que era, Lauren respondió al teléfono.

- "¿Si?" dijo levantándose con cuidado del sofá apoyando la mano libre sobre su cabeza
intentando aliviar el dolor.
- "Buenos días bella durmiente" dijo Normani al otro lado del teléfono. "¿Sabes qué hora es?"
preguntó entre risas.

- "Sinceramente..." dijo mirando hacia el reloj que había colgada en una de las grises paredes.
"¡Mierda!" gritó

- "Efectivamente" añadió la morena. "Te estoy llamando desde la oficina. Espero no haber
interrumpido nada" bromeó sabiendo las distintas paradas que Lauren le tenía preparada a
Camila.

- "¡Joder!" volvió a gritar dándose cuenta de que estaba faltando al trabajo.

- "Hoy estás muy expresiva" bromeó la morena pegando una carcajada "Preguntan por ti" explicó
Normani "Te he cubierto, no te preocupes" añadió antes de que Lauren volviera a maldecir.

- "Dame cuarenta minutos" colgó rápidamente sin dejar responder a su mejor amiga y lanzó el
teléfono hacia el sofá rebotando en uno de los cojines.

Lauren se dio una rápida y dolorida ducha al notar caer el jabón por la herida de su ceja que
Camila le había curado la noche anterior. Con cuidado de no mojar nada que no fuera la esterilla
blanca, se colocó frente al espejo al cual tuvo que pasarle su pálida mano con las venas marcadas
por encima para poder verse reflejada. El ojo había empeorado. A pesar de haber tenido una bolsa
de hielo sobre él, había adaptado un color más profundo. "Va a ser difícil esconderte" pensó
mientras rodeaba su ojo con la misma mano con la que había limpiado el vapor del espejo.

Intentando no perder más tiempo del que ya había perdido, Lauren fue directa a su habitación
para vestirse y entonces la vio. La camiseta que Camila había llevado la noche anterior estaba
perfectamente doblada encima de su cama. Aun sabiendo que no podía perder tiempo se paró por
un instante y la olió. No la habría llevado más de dos horas puesta y ya olía a ella. Era un dulce
aroma difícil de captar. Cerró los ojos y disfrutó del agradable olor unos segundos más decidiendo
no volver a ponérsela para mantener su olor en ella. Tras colocarse su habitual traje, volvió a la
cocina y se sirvió su café el cual había dejado hecho mientras se preparaba. Antes de salir notó
como una servilleta acompañada por un bolígrafo estaba fuera del servilletero. No era una
servilleta cualquiera.

"Hay miradas que dicen más que mil palabras y entre nosotras es más que obvio. Espero que te
recuperes pronto y te acuerdes de mí. Nos vemos en un par de días Señorita Jauregui. - Camila."

"PD: cuando duermes pareces incluso más infantil que yo, disfruta del resto de la semana"

Lauren no pudo evitar sonreír desde que empezó a leer la primera palabra. ¿Cómo no iba a
acordarse de ella? La caligrafía de Camila no se asemejaba en nada a la de Lauren, era bastante
simple y fácil de entender. Aunque para ella era la indicada. Olvidando los distintos tipos de
dolores que recorrían su cuerpo, Lauren salió de su estudio con una sonrisa en sus labios mientras
los saboreaba recordando como los de la chica más bajita que ella los había besado. Dos veces.
Acelerando más de lo normal, Lauren iba de camino a la oficina. Estaba feliz y era real. Había
obviado el hecho de que un compañero de trabajo le había golpeado, solo podía pensar en ella y
en lo bien que se sentía cada vez que la tenía a su lado. Estaba subida en una nube de la cual no
quería bajar.

Llegó a la oficina rápidamente dándole un último sorbo a su café minutos antes de que se
cumplieran los cuarenta minutos que le había prometido a la morena. Mientras se acercaba a su
mesa de trabajo notó como varias miradas se clavaban en ella.

- "¡Oh dios mío Lauren! ¿Qué diablos te ha pasado en el ojo?" preguntó horrorizada llevándose
una de sus manos a la boca "¿Tan bruta es?" preguntó esperándose cualquier respuesta.

- "¿Qué? ¡No!" rio ante los pensamientos de su mejor amiga. "Ha sido solo una caída tonta, nada
más" mintió mientras se sentaba a su lado y notaba como las miradas de sus compañeros
desaparecían volviendo a sus trabajos.

- "No intentes engañarme de nuevo" resopló Normani.

- "Está bien" dijo Lauren soltando un leve suspiro. "Anoche mientras caminábamos de vuelta a mi
coche después del cine" sonrió al recordar la escena que la había excitado dentro de la oscura sala
"Nos encontramos con Tom, iba borracho lo cual no es extraño de esperar"

- "¿Me estás diciendo que ese desgraciado te ha hecho eso?" la interrumpió Normani elevando la
voz llamando de nuevo la atención de sus compañeros.

- "Quiso acercarse a Camila, Mani. Quiso tocarla con sus mugrientas manos y yo no se lo permití"
explicó nerviosa bajando la voz mientras recordaba la escena. "Me coloqué delante de ella
impidiendo que lo hiciera y entonces me golpeó, lo último que recuerdo es escuchar unos rápidos
pasos alejándose de nosotras y mi cabeza golpeando fuertemente contra el suelo" concluyó con
los ojos brillosos.

- "Juro por dios que como lo vea me van a sobrar fuerzas para golpearle" dijo Normani entre
dientes.

- "No" la cortó Lauren. "La violencia no se resuelve con más violencia"

- "Pero te ha golpeado Lauren y sois personas adultas, no unos críos" añadió la morena "¿Qué
hubieras querido que Camila hiciese si hubiera sido al contrario?"

- "Sabes la respuesta Mani, pero es distinto, no puedo hacerlo. Llamarían a Camila a testificar y se
enteraría de todo lo cual supondría perderla y no estoy dispuesta a ello" dijo con la voz quebrada
pensando en cómo se sentiría si eso realmente ocurriese.

La morena se quedó varios segundos en silencio mirando a su mejor amiga a los ojos mientras
pensaba en cómo Lauren era capaz de pasar por alto tal problema por no relacionar a Camila.
Sabía que estaba haciendo mal en ocultarlo, pero no podía obligarla a nada.
- "Está bien" dijo poniendo los ojos en blancos. "Pero como te vuelva a poner una mano encima, te
juro que mato a ese cabronazo" gruñó apretando fuertemente su puño.

Lauren le dedicó una sonrisa y un leve beso en la frente con cuidado de no hacerse daño y la
abrazó fuertemente.

- "Bueno" dijo Normani aclarándose la garganta. "¿Vas a decirme que pasó ayer con Camila? No es
común llevar esa sonrisa después de recibir tal golpe"

- "Odio ser tan obvia" resopló la morena de ojos verdes haciendo que un mechón de su pelo se
agitase con su respiración.

Lauren le explicó a su mejor amiga cada una de las distintas paradas sin olvidar ningún detalle,
incluyendo la escena excitante del cine y los dos besos. El primero dado por Lauren y el segundo
por Camila. Normani iba abriendo más la boca en señal de asombro en lo que Lauren iba
relatando. También le contó cómo de mal se sintió por no haber podido terminar sus distintas
paradas llevándola a montar a caballo. Así le mostraría la pasión que tenía por ellos cuando era
una cría y como su habitación estaba repleta de posters de éstos antes de entrar en la
adolescencia y cambiarlos por cantantes famosos.

- "Aún no puedo creer que os hayáis besado" añadió la morena después escuchar a Lauren
terminar su relato. "Quiero decir, me alegro mucho pero me sorprende que lo hayáis hecho
teniendo pareja" se explicó refiriéndose a la chica más baja.

"Lo sé y también sé que eso está mal por las dos partes, pero cuando estamos juntas no soy la
única que tiene ganas de... ya sabes..." dijo bajando la voz con una pícara sonrisa.

- "¡Oh! Ya entiendo" dijo la morena pillando la indirecta devolviéndole la sonrisa. "Pero sigo
pensando que deberíais hablar de ello"

Normani estaba en lo cierto. Camila desafortunadamente tenía pareja, pero cuando estaban
juntas ese detalle simplemente desaparecía. Tal y como le había escrito Camila en la servilleta, sus
propias miradas hablan por sí solas. Le costaba creer que la chica más bajita que ella no sintiera la
misma conexión que ella sentía, y menos después de besarla.

La primera parte de la mañana se le hizo bastante larga. Le resultó extraño no haber visto hasta
ahora a Tom, el cual solía aparecer normalmente por allí solo para soltarle un par de molestos
halagos a Lauren. Algunos de sus compañeros se limitaban a mirarla frunciendo el ceño mientras
otros cuchicheaban por detrás entre ellos después de observar sus heridas. Lauren comenzaba a
sentirse molesta, no le gustaba ser el centro de atención. Sabía que si no había sido capaz de tapar
unas simples ojeras, no iba a conseguir tapar algo así. Por suerte para ella, Brooke llevaba sin salir
de su despacho desde que Lauren había llegado.
Volvió a su mesa de trabajo y comenzó a investigar más en el nuevo caso asignado. Aleric había
sido visto en el puerto de las afueras de la ciudad por las cámaras de seguridad. Le resultaba
extraño cómo alguien que estaba involucrado en algo tan gordo, se exponía tan fácilmente. Las
grabaciones mostraban como simplemente se paseaba por el lugar mirándolo todo. Aleric era un
hombre de unos cuarenta años de edad de piel blanca y ojos claros, en cambio su pelo era tan
negro como su alma al igual que su barba. Lucía lujosos anillos de oro en sus manos e iba vestido
con traje y camisa completamente negros. Algo raro sucedía. Se dirigió hacia un elegante coche
del que Lauren pudo extraer la matrícula y subió a la parte trasera de él abandonando el puerto.

- "Estoy pensando en Angelica Clark, la chica desaparecida" dijo Normani haciendo rodar la silla
hasta su compañera la cual acababa de escribir la matrícula en un bloc de notas tamaño cuartilla
con su perfecta caligrafía. "Me imagino lo mal que lo tienen que estar pasando sus familiares..."

- "No todos disfrutan de una vida llena de alegrías y sin preocupaciones. Simplemente nacen sin
saber qué camino recorrerá su vida y qué decisiones tomarán" respondió Lauren de acuerdo con
las palabras de la morena.

Justo iban a seguir con la conversación cuando se escucharon gritos provenientes del despacho de
la comandante Brooke. No estaba sola.

- "¿Qué ocurre allí dentro?" preguntó Lauren curiosa.

- "Brooke lleva reunida toda la mañana, no han querido entrar en detalles pero he escuchado que
tiene que ver con el caso de 'K', algo se ha complicado" explicó Normani.

Lauren se quedó mirando fijamente la puerta del despacho como si buscase una respuesta en ella.
De repente se abrió bruscamente y salieron por ellas dos personas: Matt Nandez, un atractivo y
conocido periodista encargado siempre de los casos más importantes al que no le servía de nada
tener un fabuloso pelo rubio engominado hacia atrás ni una perfecta sonrisa a juego con sus ojos
claros, si después era un engreído; y Bob Larsson, comisario de la policía local de la ciudad siempre
en traje de chaqueta el cual no disimulaba su sobrepeso y bigote amarillo a causa del tabaco.
Dentro quedó Brooke sola, resoplando mientras movía informes de un lado a otro.

No quiso perder la oportunidad de saber qué había pasado, por lo que Lauren cogió el bloc de
notas donde había apuntado la matrícula del coche como excusa y se dirigió a la puerta
entreabierta del despacho soltando un leve golpe con los nudillos en ella.

- "¿Puedo pasar?" preguntó aun apoyada en la puerta.

- "Claro Jauregui, pasa" dijo reconociendo la voz sin levantar la mirada de los informes.

Lauren cerró la puerta con cuidado viendo cómo Normani le echaba múltiples miradas sabiendo
las intenciones de su mejor amiga. Aunque no quisiese cruzarse con su jefa para evitar ciertas
preguntas incómodas le importaba saber más sobre el caso que decidió abandonar.

- "Quería hablarle de mi nuevo caso pero puedo volver más tarde si..."
- "¡Santo Dios Jauregui!" la cortó al mirarla por primera vez aquella mañana "¿Qué te ha pasado?"
preguntó preocupada mirando fijamente hacia el ojo.

- "¿Esto? Nada una caída tonta eso es todo" mintió nerviosa mientras Ally Brooke se limitaba a
mirarla con una expresión triste. "¿Está bien Brooke?" preguntó Lauren al notar como su habitual
sonrisa había desaparecido aquella mañana.

- "Ojalá mis problemas fueran caídas tontas" dijo sin más sentándose al lado de Lauren mientras se
quitaba sus gafas para limpiarse una ligera lágrima que le recorría la mejilla.

- "¿Puedo ayudarla en algo?" preguntó Lauren preocupada sin importarle conseguir cualquier tipo
de información, ver a su jefa mal le hacía daño.

Ally Brooke soltó la primera sonrisa del día gracias a las palabras de Lauren mientras se secaba
otra lágrima. Lauren Jauregui era una de las mejores de toda la plantilla y siempre había tenido un
cariño especial por ella, al igual que por Kordei, pero nunca habían llegado a mantener una
conversación fuera del ámbito laboral.

- "Sabes Jauregui, algún día quiero que ocupes mi puesto en este despacho. Lo supe desde el
momento en el que te asignaron a mi cargo, tienes mucho potencial" dijo volviendo a recobrar la
postura.

- "Para mí sería todo un honor, pero lo cierto es que tengo que subir muchos escalones y aún
queda tiempo para que eso ocurra" admitió Lauren emocionada por el voto de confianza que le
acababa de mostrar.

- "Puede que no quede tanto como el que piensas..." añadió la comandante Ally Brooke junto a un
profundo suspiro. "Llevamos demasiadas semanas sin avanzar en el antiguo caso en el que Kordei
y tú estabais asignadas. Sea quien sea 'K' ha conseguido con éxito no dejar ningún rastro" explicó
tristemente.

- "Perdóname pero no entiendo que tiene que ver el caso con su puesto" dijo sin entender nada.

-"Quieren cerrar el caso a falta de pruebas, y es un robo muy importante como para dejarlo así. Lo
cual hará que mis superiores se reúnan conmigo para tomar una decisión"

Lauren tragó saliva intentando deshacer el nudo de su garganta sin éxito. Tenía una pregunta en
mente pero no quería hacerla, no quería saber la respuesta.

- "¿Qué decisión?" preguntó sin saber cómo había podido articular la pregunta.

- "En un mes lo publicarán en el periódico, así que prefiero que te enteres por mí. Quieren
reemplazarme por Bob Larsson" admitió con tristeza. "Me paso día y noche mirando estos
informes Lauren, en todos mis años al frente nunca me había pasado. He tenido investigaciones
complicadas pero siempre había un hilo del que tirar y esta vez no lo hay"
Que su jefa la hubiera llamado por su nombre hizo que un fuerte dolor recorriera todo su cuerpo
haciendo que la parte de su ojo herido le diera fuerte punzadas, Brooke estaba destrozada y
Lauren se sentía extremadamente mal. Ella podía darle a su jefa el hilo que necesita pero eso
implicaría a Camila sin saber de qué forma. Estaba entre la espada y la pared.

- "No pueden culparla a usted" dijo Lauren en voz baja acariciando levemente la parte izquierda de
su ojo herido.

- "No me llames de usted Jauregui, me haces sentir vieja y tan solo te saco unos cuantos años" rio
tristemente. "Dejemos este tema atrás" dijo intentando que las lágrimas no volvieran a recorrerle
las mejillas. "¿De qué querías hablar?"

Lauren le explicó con una voz triste el detalle de la matrícula y cómo se había expuesto tan
fácilmente. Recibiendo un mensaje de apoyo para que siguiera investigando y las gracias por
haberla escuchado, volvió a su mesa soltando amargamente el bloc de notas sobre ella después de
prometerle ser discreta por lo que le acababa de admitir.

- "¿A qué ha venido eso?" preguntó la morena quien no entendía la expresión de su mejor amiga.

- "Puedo hacer que no despidan a Brooke pero si lo hago puedo meter en problemas que ni si
quiera sé a Camila" dijo mirando hacia otro lado con ira en sus ojos.

Le contó detalladamente la conversación que había mantenido hacía escasos minutos con su jefa
mientras sus ojos brillaban. Normani captó la misma expresión en su rostro sabiendo que la
situación de su mejor amiga era complicada y que si salía a la luz que habían estado trabajando
por su cuenta también les afectaría a ellas.

- "¿Qué piensas hacer Lo?" preguntó con la voz quebrada.

- "Dejarlo todo tal y cómo está" respondió fríamente volviéndose hacia su portátil.

No solo había pensado en su jefa y en Camila, sino también en su mejor amiga y ella, quienes
quedarían afectadas de la misma forma. Aunque por supuesto, Lauren nunca dejaría que Normani
saliera afectada de todo aquello. Una lágrima estuvo a punto de recorrer su mejilla derecha
cuando notó una vibración proveniente de su móvil el cual tenía encendida la pantalla y mostraba
la notificación de un mensaje.

- "¿Me has echado de menos?"

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Capítulo 32

Tras el primer mensaje de muchos de los que Lauren y Camila se habían mandado el resto de
semana, el día del concierto había llegado. No se veían desde la noche en la que sus labios se
rozaron por primera vez y Lauren estaba demasiado nerviosa. Su nariz ya no estaba hinchada y su
ceja solo tenía una pequeña postilla que solo notabas si te fijabas bien en los pequeños detalles.
En cambio su ojo seguía afectado, no tanto como días atrás pero lo seguía estando. Por suerte
Normani la había enseñado a tapárselo con maquillaje y ahora lo disimulaba mucho mejor.

Aún quedaban dos horas para el concierto y Lauren estaba frente a su armario con sus habituales
toallas envueltas: una sujetando su pelo y otra alrededor de su cuerpo. Sobre su cama se
encontraba su teléfono realizando una llamada con el altavoz activado.

- "¡Arg!" gruñó Lauren. "No sé qué ponerme" admitió rebuscando entre su armario haciendo que
las perchas chocaran unas con otras.

- "Lo importante es la lencería Lo, nunca se sabe cuando la vas a mostrar" respondió Normani al
otro lado del teléfono.

- "Estás obsesionada pensando en que va a pasar algo esta noche" dijo Lauren haciéndole caso a la
morena colocándose una lencería de encaje negra.

- "Tus hechos hacen que lo piense" rio Normani.

Lauren le dio la razón por medio de una expresión sin que ésta supiera que lo estaba haciendo.
Camila y ella habían estado compartiendo mensajes constantemente desde que le preguntó si la
echaba de menos. Los mensajes iban desde 'te echo de menos' hasta 'contando las horas para
verte'.

Lauren estaba emocionada por el concierto de The 1975, pero lo que realmente conseguía ponerle
los vellos de punta era pensar que iba a volver a verla.

- "Lo ¿sigues ahí?" preguntó Normani al no escuchar nada durante un par de minutos.

- "Sí, perdona" se disculpó mientras volvía de sus pensamientos.

- "Como te iba diciendo" explicó. "Deberías estar depilada, yo siempre lo estoy y Chad me lo
agradece bastante bien" dijo entre risas.

- "¡Normani! Dijo pegando una carcajada "Yo siempre estoy depilada, sabes que no me gustan los
pelos y menos en zonas concretas" volvió a reír.

- "Entonces ya llevas ventaja para esta noche" dijo directa riéndose una vez más.

- "No va a pasar nada..." añadió Lauren quitándose la toalla de su cabeza dejando que las ondas
mojadas le rozaran la espalda para poder colocarse un ajustado vestido gris.

- "¿La invitas a un concierto y nada más? Me esperaba más de ti, Lauren Jauregui" recalcó la
morena al otro lado del teléfono.

- "No quiero agobiarla por mucho que desee pasar cada minuto con ella" admitió desactivando el
altavoz y echándose sobre su cama.
- "Por favor no empieces con el romanticismo o tendré que colgarte" bromeó Normani con una
sonrisa imaginando la cara de enamorada que tendría Lauren.

- "Lo cierto es que voy a colgarte yo a ti o no llegaré a tiempo. Te daré detalles mañana" dijo con
una sonrisa.

- "Hazlo lo mejor que sabes Lo" añadió con una carcajada antes de colgar.

Para la gran noche, Lauren había optado por un corto y ajustado vestido gris, con unas calcetas
negras que le llegaban hasta la rodilla y unas botas del mismo color que éstas. Para amenguar el
frio eligió un abrigo verde con capucha de la misma medida del vestido. Lauren se miraba en el
espejo sin estar completamente segura si llevaba un buen atuendo. Quería sorprender a Camila
pero tenía que comprender que iban a un concierto y no a una cena de gala, por lo que debía ir
cómoda. A veces se le hacía extraño salir de su habitual traje y últimamente solo lo hacía cuando
se trataba de ver a la chica de profundos ojos marrones. Utilizando un maquillaje un poco
excedido para ocultar su ojo herido y un color granate adornando sus labios, Lauren se preparaba
para salir, no sin antes echarse dos pulsaciones de Miss Cherie de Dior. Antes de atravesar la
puerta de su estudio, Lauren cogió una bolsa de cartón blanco con distintos dibujos de pequeños
plátanos y se dirigió hacia su coche.

Camila se había cambiado de ropa tres veces en menos de una hora. Finalmente optó por una
falda alta roja que le llegaba un poco más debajo del comienzo de sus muslos, junto con una
camiseta de The 1975 negra metida por dentro de ésta. Sabía que dentro del concierto iba a pasar
calor pero el frio se mostraba en la ventana de su compartida habitación, por lo que optó por un
abrigo gris con tonos negros que le llegaba hasta las rodillas recorriendo sus finos muslos. Estaba
muy nerviosa. Solo de pensar que iba a ver por primera vez a The 1975 y que lo iba a hacer junto a
Lauren la hacía temblar.

- "¿No crees que vas muy arreglada para ir solo a un concierto?" dijo una voz conocida detrás de
ella.

- "Tampoco quiero ir mal vestida" respondió volviéndose viendo a la chica mucho más alta que ella
con una cesta de ropa sucia entre sus brazos.

- "Ya sabes lo que pienso al respecto Mila, sé que Lauren es una buena chica y que no tiene culpa
de nada, pero sigo pensando que deberías alejarte de ella" admitió

- "Es solo una amiga Dinah" dijo dándole la espalda para ocultar como le dolió decir aquella frase.

- "¿Tan solo una amiga? No hay que ser muy lista para notar que hay algo más que una amistad
entre vosotras cuando os miráis" añadió dando un gran suspiro mientras soltaba la cesta sobre la
colcha rosa de la cama de Camila. "¿Cuánto tiempo piensas estar haciéndola creer que tienes
pareja Camila? ¿Cuánto tiempo vas a estar mintiéndole a la cara? Te dije que no te acercaras a ella
y acabaste durmiendo en su casa" gruñó.
- "¿Piensas que a mí no me duele estar mintiéndole constantemente? ¿Piensas que no me gustaría
decirle toda la verdad? ¿Piensas que no me gustaría ser feliz a su lado?" gritó con los ojos brillosos
mientras se escuchaba el pito del coche de Lauren en la puerta de la pequeña urbanización.
"Porque si piensas todo eso, encantada de conocerte porque no me conoces" dijo bajando
rápidamente hacia el coche dando un portazo.

Lauren estaba nerviosa, no sabía en qué momento iba a aparecer Camila por la gran puerta de
madera. La pequeña urbanización estaba cambiada, no parecía la misma desde la última vez que
estuvo allí. El césped estaba perfectamente cuidado e incluso habían plantado un par de
Dondiegos. Lauren los pudo reconocer fácilmente debido a sus atractivas hojas en forma de
corazón y el cambio de color de amarillo a blanco y de éste a morado.

- "¿Preparada para el gran día?" preguntó Camila entrando en el coche rápidamente haciendo que
Lauren diera un pequeño bote al no haberla visto salir de casa.

- "Solo si lo estás tú" dijo mientras le daba un dulce beso en la mejilla. "¿Te pasa algo?" preguntó
al notar los ojos llorosos de la chica más bajita que ella.

- "Me habrá entrado una mota de polvo" mintió "Nada comparado con tu golpe" dijo mientras
rozaba su mano por el ojo herido de Lauren.

- "No puedo creer que aún se note" dijo mirándose en el retrovisor. "Me he pasado media hora
frente al espejo intentando ocultarlo para nada, supongo que no se me da bien hacer estas cosas"

- "A mí me gusta así" dijo con una gran sonrisa "Verlo me recuerda a que podría haber sido yo y es
gratificante no serlo" bromeó sintiendo una cálida sensación en su pecho.

- "Gracias" dijo Lauren irónicamente mientras arrancaba el coche devolviéndole la sonrisa.

Aún faltaba una hora para que el concierto comenzara y Lauren notaba los nervios de Camila en
sus manos. Durante todo lo que llevaban de trayecto esta las había movido de un lado a otro:
desde la ventana hasta sus muslos, desde sus muslos hacia el pliegue de su falda jugando con esta
última y así repetidas veces. Lauren estaba reservando un detalle para el final de la noche pero
decidió romper su agradable silencio y dárselo en aquel instante.

- "Camila ¿me haces un favor?" preguntó sin apartar la vista de la carretera.

- "Sí, claro" respondió volviéndose para mirarla buscando sus ojos.

- "¿Puedes coger una bolsa que hay detrás de tu asiento?" dijo señalando hacia el lugar que había
descrito.

Camila asintió y se desabrochó por unos segundos el cinturón de seguridad para poder alcanzar la
bolsa sin dificultad. Cuando la tuvo entre sus brazos se quedó pensativa dando rápidas miradas de
la bolsa a Lauren quien reía. Era una gran bolsa de cartón cuadrada con pequeños plátanos
dibujada en ella. Le encantaba.
- "¿A qué esperas para abrirla?" preguntó Lauren apartando un momento la vista de la carretera
para mirarla a esos profundos ojos marrones que tanto le gustaban.

- "¿Es para mí?" preguntó sorprendida abriendo los ojos como platos.

- "¿A quién sino le voy a regalar algo metido en una bolsa con plátanos dibujadas sobre ella?" rio
Lauren.

Camila se mordió los labios y quitó con cuidado el pequeño lazo que unía los dos lados de la bolsa
dejando que esta se abriera completamente. Si Camila ya tenía los ojos como platos, ahora su
boca se había unido.

- "¡¿De verdad esto es para mí?!" preguntó emocionada abrazando el vinilo de The 1975 con el
mismo nombre que el grupo.

- "Y para Camila" bromeó Lauren sin dejar de sonreír. "Aunque si no lo quieres se lo puedo dar a
otra persona, seguro que hay alguien en la cola que..."

- "¡Ni hablar!" la cortó "Gracias, gracias, gracias" dijo abalanzándose sobre Lauren mientras besaba
su mejilla cada vez que se lo agradecía consiguiendo que la morena de ojos verdes diera un leve
volantazo.

- "¡Camila!" rio Lauren volviendo a recobrar la postura. "Ten más cuidado o no vamos a llegar vivas
al concierto" volvió a reír.

- "Perdón" dijo con una mirada inocente y un puchero que volvió aún más loca a Lauren.

Reían y reían, y así cada vez que estaban juntas. No les importaba el lugar, las frases y ni siquiera la
forma en la que se hacían reír, tan solo disfrutaban del momento al igual que lo hacían sus
agradables silencios o sus expresivas miradas. Camila guardó con cuidado detrás de su asiento el
vinilo que había estado sosteniendo lo que quedaba de camino. Habían llegado.

Lauren bajó rápidamente del coche rodeándolo para abrirle la puerta con cuidado a Camila
ayudándola a bajar. Dentro del coche no había podido apreciar lo hermosa que iba la chica más
bajita que ella. Sin duda esa falda ajustada hacía que resaltase favorablemente sus caderas, detalle
que no le importaba apreciar.

- "¿Nerviosa?" preguntó Lauren al oído de Camila mientras caminaban hacia la cola una al lado de
la otra.

- "Mucho" admitió sin añadir el verdadero motivo.

- "Tal vez esto te calme" añadió Lauren con una sonrisa entrelazando sus manos. "¿Mejor?"
preguntó mientras Camila asentía con las mejillas sonrojadas y no a causa del frío.

El simple hecho de sostener la mano de Camila firmemente, hacía que su fuego últimamente más
concreto se encendiera. Lauren agradeció haber elegido dos asientos en grada en vez de pista,
puesto que había muchísima gente que por los sacos y mantas que adornaban el descampado
fuera del teatro además de envoltorios de comida, pudo suponer que llevaban haciendo cola con
un par de días de antelación. No tuvieron que esperar mucho puesto que abrieron las puertas del
teatro media hora antes de que comenzara. Subieron rápidamente hacia la parte de arriba
situándose en la primera fila frente a una gran barra metálica negra con distintas barreras en color
blanco. Sus manos seguían agarradas de vez en cuando sosteniéndolas con más fuerza. Lauren
había conseguido que Camila dejase de temblar.

Minutos más tarde se apagaron todas las luces dejando cuatro focos parpadeantes que permitían
ver la batería en el centro del escenario. Mientras una leve sintonía acompañaba el momento Ross
MacDonald a cargo del bajo, George Daniel batería y corista, Adam Hann a cargo de la guitarra y
Matty Healy vocalista y guitarrista, salieron al escenario consiguiendo que todo el público rugiera
mientras el logo rectangular del disco iluminaba sus espaldas. Fue entonces cuando comenzaron a
cantar The City y Lauren miró fijamente a Camila quien disfrutaba como una niña pequeña
gritando y bailando mientras hacía pequeños pasos de baile. Sus oídos bajaron inconscientemente
el volumen de su alrededor cuando Camila la miró fijamente a sus ojos y le sonrió, y lo hizo de tal
forma que solo podías saber qué se sentía si te sonreían igual. Toda su piel se erizó.

Tras esta llegó Head. Cars. Bending, junto a Settle Down y seguidamente Pressure. Entre canción y
canción no habían articulado palabras entre ellas. Varias miradas acompañadas de una sincera
sonrisa les era suficiente. Terminó de sonar Me cuando se apagaron todos los focos y tan solo se
podía observar la luz del logo iluminando brevemente sus espaldas con una melodía acompañando
el ambiente. Se miraron fijamente. Sabían qué canción era. Matty Healy comenzó a cantar
Fallingforyou.

"What time you coming down? We started losing light I'll never make it right if you don't want me
around. I'm so excited for the night all we need's my bike and your enormous house. You said
some day we might when I'm closer to your height 'til then we'll knock around, endlessly. You're
all I need..."

Se acercaron lentamente. Sabían qué significaban para ellas esa canción. Lauren agarró a Camila
por la espalda y dejó su cabezada apoyada en uno de sus hombros mientras sus manos agarraban
su cintura. Camila apoyó su cabeza junto a la suya agarrando con sus manos más pequeñas las
manos que la sostenían. Cerró los ojos y comenzó a cantar.

"Don't you see me now? I think I'm falling, I'm falling for you. Don't you need me? I, I think I'm
falling, I'm falling for you. And on this night and in this light, I think I'm falling, I'm falling for you.
Maybe you'll change your mind, I think I'm falling, I think I'm falling"

Lauren sabía que escuchar la voz de Matty Healy en directo era una oportunidad única, pero tener
allí a Camila entre sus brazos cantándola, era más de lo que podía desear y decidió unirse a ella
haciendo sonar su voz rasgada.
"I'm caught on your coat again. You said 'Oh no it's fine' I read between the lines and touched your
leg again, again. I'll take you one day at a time soon you will be mine, oh but I want you now.
When the smoke is in your eyes, you look so alive. Do you fancy sitting down with me? Maybe?"

Camila mostró una enorme sonrisa y se dio la vuelta colocándose cara a cara junto a Lauren quien
seguía cantando en un susurro. No escuchaba nada más que no fuera su voz rasgada rebotando
sobre su rostro haciéndole cerrar los párpados apoyándose sobre el hombro de Lauren.

"You're all I need. According to your heart, my place is not deliberate feeling of your arms. I don't
wanna' be your friend I wanna' kiss your neck"

Sus narices casi se rozaban. Se estaban cantando una a la otra mientras se miraban fijamente a los
ojos y entonces Lauren lo comprendió. Comprendió por qué Camila había elegido esa canción la
primera vez que la llevó en su coche, comprendió por qué comenzó a cantarla junto a ella,
comprendió que se había enamorado de ella desde que escuchó el sonido de los vasos chocando
contra el suelo. Camila miraba a Lauren como la primera vez que sus ojos se encontraron y se
mordió fuertemente sus labios deseando besar los de Lauren. Estaban demasiado cerca la una de
la otra.

"Don't you see me now? I think I'm falling, I'm falling for you. Don't you need me? I, I think I'm
falling, I'm falling for you. And on this night and in this light, I think I'm falling, I'm falling for you.
Maybe you'll change your mind, I think I'm falling, I think I'm falling"

Y entonces lo hizo. Camila se lanzó a sus labios de la misma forma en la que un suicida se lanza a
un abismo rodeando su cuello mientras sus manos se perdían por su pelo. Lauren quien
simplemente se había dejado llevar, juntó aún más sus cuerpos y con una mano agarrando su
mejilla derecha mientras la punta de sus dedos rozaban el lóbulo de su oreja, abrió lentamente la
boca permitiendo que la lengua de Camila jugara dentro de ella y se llevase con ella el tono
granate de los labios de Lauren. Estaban perdidas en un beso y no querían encontrarse si esto
hacía que se separasen.

Sonó You, seguidamente Chocolate y por último Robbers. Durante todo ese tiempo sus bocas no
se habían separado, tan solo sus posturas. Lauren apretaba fuertemente a Camila hacia ella y ésta
se dejaba guiar. No habían abierto los ojos, no escuchaban nada a su alrededor, tan solo el sonido
de ambos corazones a punto de salirles del pecho. El concierto terminó y seguían envueltas sin la
necesidad de separarse, pero lo hicieron al notar cómo la gente se chocaba con ellas al intentar
salir. Fue entonces cuando se separaron y se miraron fijamente a los ojos ambos brillosos repletos
de amor.

Una enorme sonrisa ocupaba ambos rostros. Se quedaron heladas mirándose fijamente. Si el
primer roce de labios que tuvieron fue excitante, esta vez lo había superado con creces. Lauren
estaba ardiente, nunca antes había conseguido que un beso le provocara tantas sensaciones al
mismo tiempo. Estaba en una nube y lo estaba junto a ella. Camila era feliz, había sido valiente y
por fin podía gritar que había besado a la mujer de la que se enamoró como nunca antes lo había
hecho. Sus mejillas fuertemente sonrojadas la delataban.

No había centímetro de su cuerpo que no ardiera. Quería más.

- "Vamos a tu coche" susurró Camila en el oído de Lauren volviendo a juntar sus labios mientras
agarraba ambas mejillas en sus manos.

Lauren no dijo nada simplemente porque no podía, seguía en la nube y no conseguía procesar las
palabras en su cabeza por lo que volvió a entrelazar sus dedos y corrió hasta su coche. El camino
se les hizo largo, habían parado varias veces para volver a notar la unión de sus labios rotando las
posturas: la mayoría de las veces Camila contra la pared y Lauren frente a ella agarrando
fuertemente ambas manos. Llegaron nerviosas por lo que iba a pasar y ambas lo deseaban. Lauren
abrió el coche con torpeza y rápidamente Camila tiró de ella hacia la parte trasera del coche
colocando el vinilo en el maletero para que no se estropease y tirando del abrigo verde de Lauren
para quitárselo. Lauren repitió el gesto y le quitó el suyo. Fuera rozaban los 0ºc pero dentro del
Chevrolet la temperatura estaba ardiente.

Camila tiró de Lauren colocándose ella encima y empezó a jugar con su cuello cuidadosamente
para no dañar su ojo herido mientras la respiración fuerte de Lauren le recorría el pelo. El vaho
había cubierto todas las ventanillas del coche, incluso las traseras tintadas de negro. Lauren sabía
cuáles eran las intenciones de la chica más bajita que ella quien ahora mismo tenía el control en la
situación.

- "Camila" pudo decir mientras ella seguía jugando con su cuello mordiéndolo, saboreándolo.

- "¿Sí Lauren?" preguntó seductoramente sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.

Lauren. Si ya de por si sonaba bien de sus labios, en esa situación sonaba aún mejor.

- "No crees... que deberíamos... esperar..." dijo mientras se mordía los labios intentando sin éxito
no gemir.

- "Ya no somos unas crías Lauren" admitió levantando la cabeza y mirándola fijamente a las pupilas
ahora dilatadas por la excitación.

- "Aquí no" añadió Lauren echando a Camila hacia el otro lado quedando ella arriba con su larga
melena cayéndole hacia un lado. "Vamos a mi estudio" dijo besando apasionadamente los suaves
labios de Camila una última vez.

Condujo rápidamente hacia su estudio. Por el camino Camila no había dejado de jugar con sus
dedos metiéndolos en la boca repetidamente a pesar de que Lauren le había suplicado que no lo
hiciera o tendría que aparcar en cualquier lado. Por eso lo hacía. No llevaban más de cinco
minutos sin juntar sus labios y Camila ya los echaba de menos. No pudo apartar la vista de la
morena de ojos verdes y se mantuvo quieta pensando en cómo los carnosos labios de Lauren la
habían hecho rozar el paraíso tan solo besándola. Lauren respiraba fuertemente mientras
conducía, en su vida había deseado tanto llegar rápido a su estudio.

Un fuerte temblor recorría el cuerpo de Lauren haciendo que le costase abrir la puerta, pero lo
consiguió. Lauren pegó un portazo y pegó a Camila contra la puerta haciendo que ésta tirara su
bolso al suelo. Sus labios volvieron a juntarse una vez más aquella noche. Camila le permitió la
entrada a la rasposa lengua de Lauren haciendo que sonara un leve gemido entre ellas. Lauren
tenía agarrada por encima de sus cabezas las manos de Camila contra la pared y jugó con su
cuello. Primero saboreándolo con la lengua y después dejando leves mordiscos con ésta también.
Camila estaba ardiente, demasiado. Notaba como un punto concreto tenía un grado mayor y le
gustaba la sensación, le gustaba que lo provocase Lauren.

Camila intentó bajar sus manos con éxito y le quitó por segunda vez aquella noche el abrigo a
Lauren repitiendo ésta el gesto de Camila. Sus bocas volvieron a unirse esta vez más lento,
disfrutando del beso y tan solo separándose para dejar pasar la camiseta de Camila por encima de
su cuello acabando en el suelo. Lauren se quedó perpleja al ver como el sujetador de encaje rosa
de Camila quedaba expuesto ante ella. Ambas sonrieron pícaramente. Camila empujó a Lauren
junto el sofá y jugó con sus muslos hasta que le quitó el vestido quedando completamente en ropa
interior saboreando sus labios mientras contemplaba la perfecta figura de Lauren dejando su
cuello tatuado al descubierto.

- "Nunca me habías dicho que tenías un tatuaje Señora Oscura" dijo dejando suaves besos sobre
él.

- "Hay muchas cosas que aún no sabes de mí gruñona" respondió consiguiendo que Camila la
mirase con una mirada inocente llena de múltiples deseos antes de volver a besarla una vez más
aquella noche.

Entre besos lentos, apasionados y llenos de amor, Lauren consiguió quitarle la falda a Camila
quedando expuesta al igual que ella. Ahora sabía que ningún uniforme sexy, ni cualquier conjunto
sería capaz de superar aquello. Sus respiraciones iban acompañadas de gemidos al notar sus
caderas juntarse cada vez más. Estaban excitadas, estaban húmedas y necesitaban desahogarse.

- "Lau... Lauren" dijo Camila como pudo después de que ésta pasase la lengua por el lóbulo de su
oreja.

- "¿Si Camila...?" respondió volviéndolo a hacer mientras ésta gemía mordiendo sus labios.

- "Perdóname..." dijo sentándose encima de Lauren volviendo a conectar sus lenguas. "Perdóname
por no... haber hecho esto antes" terminó abriendo más y más su boca mientras pasaba una mano
por el abdomen de Lauren.

Lauren simplemente se limitó a sonreír y lo hizo entre beso y beso dejando a Camila el sabor de
boca más dulce que jamás había probado. Lauren agarró con fuerza la espalda de Camila dejando
en ella leves marcas y volviendo a juntar más sus caderas. No podía más.
- "Vamos a mi cama" dijo levantándose sin dejar que la chica más bajita que ella se despegara de
su cuerpo agarrando fuertemente sus muslos para mantenerla sobre ella mientras se besaban una
vez más.

La tumbó sobre las blancas sábanas quedando Lauren encima de Camila jugando con la rodilla en
el centro de sus caderas. Un fuerte gemido salió de sus labios lo que provocó otro gemido por
parte de la morena de ojos verdes quien volvió a repetir el movimiento. Camila arañaba la espalda
de Lauren al notar tal placer y se agarraba más a ella notando su rodilla rozar toda su zona
húmeda. Quería más y no quería parar nunca. Hábilmente desabrochó el sujetador de Lauren y lo
lanzó hacia un lado de la habitación dejando sus pechos expuestos haciendo que la boca de Camila
jugase con ellos. Lauren puso los ojos en blanco al sentirlo y una fuerza tiró de ella dejando a
Camila encima mientras soltaba suaves besos desde su boca hasta sus pechos, rodeándolos. Fue
entonces cuando escucharon el teléfono de Camila sonar desde el salón.

- "¿Tienes que cogerlo?" preguntó Lauren con los labios hinchados mirando fijamente a Camila.

- "Sea quien sea puede esperar" dijo volviendo a juntar sus labios, saboreándolos.

El teléfono no dejaba de sonar una vez, dos veces, tres veces pero Camila seguía jugando con el
cuello de Lauren dejando una ligera marca sobre él.

- "Deberías... Deberías cogerlo Camila" le susurró al oído mientras arañaba su espalda. "Puede
ser... importante..." dijo soltando varios gemidos entre sus palabras.

Camila no quería. ¿Qué podía ser más importante que estar con la persona que le hacía sentir
todo lo que no le habían hecho sentir antes? Pero una quinta llamada hizo que maldiciendo se
levantara a por él dejando a Lauren con la respiración entrecortada sobre su cama. Recogió su
bolso del suelo y sacó el ahora odiado teléfono. El nombre de Dinah estaba reflejado en la
pantalla.

- "¿Qué diablos pasa Dinah?" preguntó alterada antes de escuchar las palabras de la chica más alta
que ella. "Espera ¿qué?" se calmó. "¡Joder! Está bien voy para allá" colgó el teléfono cabreada.

- "¿Ocurre algo?" preguntó Lauren quien había vuelto al salón con una sexy bata de negra.

- "Una emergencia familiar" mintió llena de rabia por no poder acabar lo que había empezado.
"Tengo que irme..." dijo con tristeza rodeando a Lauren con los brazos quien todavía notaba su
corazón latir con fuerza.

- "No pasa nada" sonrió Lauren acercándola más a ella. "Tan solo no te olvides de mí" añadió
rozando sus labios como la primera vez: suave y lentamente.

- "No sería capaz de hacerlo" le respondió Camila dándole otro beso antes de vestirse.

Lauren vio como Camila se vestía con vergüenza frente a ella utilizando primero el baño. Pensó en
las palabras de su mejor amiga aquella misma tarde y agradeció haberle hecho caso respecto a la
ropa anterior. Aun no asimilaba que casi hubiese pasado. Camila recogió su bolso con cuidado y el
vinilo que le había regalado, dejando un rápido pero suave beso en los labios de Lauren antes de
atravesar la puerta.

- "Adiós Lauren" le susurró al oído pasando seguidamente la lengua por su oreja consiguiendo que
Lauren se estremeciese.

- "Adiós Camila" dijo como pudo mientras la veía alejarse.

Tras observar aquella última escena Lauren se dejó caer sobre el sofá y empezó a reírse sola.
Estaba feliz y Camila era el motivo. Siempre lo era.

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Capítulo 33

Los pies de Lauren sobresalían por la parte lateral del sofá moviéndose de arriba abajo, creando en
ella la felicidad e inocencia de un niño pequeño cuando le dan un dulce como recompensa. Se
mordía con suavidad los labios aún hinchados con el sabor a Camila. Había dejado de sentir el
dolor en el ojo e incluso en la cabeza. En aquel momento solo notaba el rápido latido de su
corazón sobre sus labios. Camila se acababa de ir y ya la echaba de menos.

Con la necesidad de apagar su fuego interior, Lauren se levantó del sofá y dejó caer sobre su pálida
piel la fina bata negra quedando envuelta sobre sus tobillos, dirigiéndose después de esto hacia el
baño. Antes de entrar en la ducha se pausó frente al espejo para comprobar qué estaba más
afectado en aquel momento, si su ojo o sus labios. Por sorpresa para Lauren no fue ninguna de las
dos opciones.

- "Camila..." dijo entre dientes al notar unas leves marcas a ambos lados de su cuello.

Lauren no había sido consciente de lo que la chica más bajita que ella había hecho. Rio para sí
misma intentando recordar el momento sin éxito. Se desnudó completamente y entró en la ducha
dejando caer finos chorros de agua fría sobre su tatuaje los cuales aliviaron notablemente su
excitación. Tras varios minutos bajo la ducha notando el jabón sobre sus pies, salió de ésta
colocándose sobre la esterilla blanca dejando en ella la marca húmeda de sus medianos pies

Tras llegar a su habitación se fijó en las revueltas sábanas de su cama lo cual hizo que se erizase su
piel recordando que hacía menos de una hora estaba sobre ella dejándose llevar junto a Camila.
Volvió a reír para sí misma antes de colocarse unos anchos pantalones azul marino de lana y una
camiseta gris de mangas cortas del mismo material, y acomodarse en su cama. Lauren se llevó una
parte hacia su nariz respirando profundamente. Las sábanas seguían oliendo a ella. Comprobó la
hora en su despertador decidiendo llamar a Normani quién por la hora que era seguiría despierta
volviendo a ver algún capítulo de Empire.

- "¿Malas noticias?" respondió la chica morena al otro lado del teléfono.


- "¿Por qué piensas que son malas?" preguntó Lauren mientras se estiraba en la cama.

- "Deberías estar haciendo cosas más importantes, ya me entiendes" dijo soltando una ligera
sonrisa.

- "Sí, bueno, nos interrumpieron" dejó caer Lauren sabiendo cual iba a ser la reacción de la
morena.

- "¡¿Cómo?!" preguntó alterada "Lauren Michelle Jauregui, como tu poderosa y mejor amiga que
soy necesito que me des todos y cada uno de los detalles" añadió adaptando una voz imponente.

- "Está bien, está bien" rio mientras se acomodaba el pelo con la mano libre. "Sucedió sin pensarlo.
Sonó Fallingforyou, la canción que ella eligió la primera vez que se montó en mi coche" comenzó
"Fue mágico Mani. Nos olvidamos de todo a nuestro alrededor y simplemente nos besamos, y
créeme si te digo que nunca he besado otros labios con esa pasión"

- "Quiero detalles más concretos Lo, ya sé lo suficiente enamorada que estás" gruñó.

- "¡No estoy enamorada!" gritó intentando engañarse a sí misma.

-"¡Más detalles!" gritó la morena impaciente.

- "Arg" gruñó Lauren colocándose de costado sobre su cama. "Nos quedamos atrapadas en ese
beso hasta que terminó el concierto" explicó "Tras él llegó otro, y después otro y muchos más
hasta que llegamos al coche"

- "¡Espera!" gritó Normani al otro lado del teléfono.

- "¿Qué pasa?" preguntó Lauren sin entender nada.

- "Voy a por palomitas esto se pone interesante" bromeó la morena.

- "¡Idiota! ¿Quieres detalles o no?" preguntó escuchando cómo su mejor amiga la dejaba
continuar. "Digamos que hacía bastante calor allí dentro y podía haber seguido a más pero le
sugerí venir a mi estudio y conduje hasta aquí. Te aseguro que no me hubiera importado seguir
allí, pero algo en mi interior me hizo parar. Llámalo romanticismo tal vez" respondió insegura

- "Tan morbosa para unas cosas y luego para otras... " añadió Normani disgustada por el poco
atrevimiento de su mejor amiga. "Puedes continuar"

- "¡Cállate!" rio Lauren deseando tenerla en frente para golpearle con la almohada. "La escena
siguió tal y como puedes imaginar hasta que una emergencia familiar hizo sonar su móvil varias
veces haciendo que Camila se marchara" concluyó esperando una respuesta de la morena.
"¿Mani?" preguntó al no obtenerla.
- "¿Llevabas ropa de encaje?" preguntó mientras escuchó a Lauren darle la razón. "Entonces no
me queda otra que decirte 'te lo dije'" bromeó Normani recordando la conversación de esa misma
tarde.

- "No se te escapa una ¿verdad?" rio Lauren dándose por vencida mientras la morena se lo
negaba.

- "¿Qué va a pasar ahora entre vosotras Lo?" preguntó después de dejar de reír.

- "Sinceramente no lo sé, supongo que tenemos que hablar" dijo pensativa "Necesito dormir,
estoy agotada. Buenas noches Mani"

- "Buenas noches romántica" bromeó la morena antes de colgar.

Antes de dejar caer su cabeza sobre la almohada pensó varios minutos la pregunta que le acababa
de hacer su mejor amiga. Lauren tenía razón, Camila y ella tenían una conversación pendiente.
Aunque estuviera feliz por los acontecimientos de esa noche, un sentimiento de preocupación se
removía en su interior. No es como si no hubiera un sentimiento entre ellas, pero debían aclarar
varios puntos, el primero la pareja de Camila. Aun así Lauren apoyó la cabeza hacia el lado
contrario del ojo dañado y recordó como sus labios se adormecieron al notar los de la chica más
bajita que ella junto a los suyos. Con este último recuerdo, Lauren quedó dormida en un profundo
sueño con una sonrisa posada en sus labios.

A la mañana siguiente aprovechando que no tenía que estar en la oficina, Lauren limpió a fondo su
estudio. No estaba muy sucio pero le gustaba hacerlo un par de veces a la semana. Mientras
limpiaba el salón encontró en una pequeña caja las fotos con las que todo empezó: la urbanización
desaliñada y el primer encuentro entre la chica más bajita y ella. Sonrió tontamente al coger esta
última entre sus manos. Un ligero temblor le recorrió todo el cuerpo de arriba abajo. No era la
foto perfecta, ni en la que mejor salían, pero era su primer contacto visual, el único que le hizo
falta para enamorarse de ella. Con cuidado volvió a dejar la imagen dentro de la pequeña caja
quedándose con la de la urbanización. La miró fijamente observando cómo había marcado un
antes y un después desde ese momento a como estaba actualmente. Dudó durante unos
segundos qué hacer con ella hasta que decidió romperla en cuatro trozos y tirarla a la papelera de
aluminio que adornaba la cocina. No quería saber nada más de aquel caso por lo que prefirió dejar
las cosas avanzar a su ritmo.

Aprovechando la época navideña y evitando pasar un minuto más encerrada en su estudio, Lauren
se dirigió hacia su armario para cambiarse. Quería dar un solitario paseo y apreciar los adornos
navideños inundando las calles. Eligió unos pantalones negros altos junto a una camiseta de
mangas cortas del mismo color, los cuales dejaban entre ellos un pequeño espacio para resaltar su
abdomen. Sonrió al recordar que ésta era la esencia de Camila. Para intentar dejar atrás el poco
frio que llegaba a tener, se colocó una camisa verde caqui de mangas cortas la cual conseguía
resaltar sus ojos. Lauren no era una chica de pasar mucho frío, lo cual lo agradecía bastante. No
obstante, adornó su larga melena oscura con un gorro de lana negro.
El barrio de Lauren era un barrio tranquilo. Sus vecinos de los alrededores eran simpáticos y
siempre tenían una sonrisa que dedicarle. Todo estaba bien cuidado y los niños siempre
adornaban la zona junto con sus bicicletas y patines. A Lauren le gustaba observar aquello porque
veía a niños creciendo como ella lo hizo y no con tanta tecnología a su alrededor como
actualmente. El centro, la oficina y cualquier lugar al que quisiese ir le hacía utilizar su coche
debido al largo trayecto, pero no se arrepentía de vivir allí. Paseó hasta la nueva zona céntrica
observando una vez en ella cómo la Navidad había llegado a la ciudad. De un edificio a otro había
colgado distintos tipos de luces y cada varios metros había un 'Santa Claus' deseándote una feliz
Navidad. Era inevitable que una gran sonrisa acompañase las mejillas sonrojadas de Lauren. Le
encantaba esta época del año.

Un rugido en su estómago acompañado de un antojo, la hizo parar en una de sus cafeterías


preferidas. No tendría más de un par de años de los que hacía que ella vivía allí. La primera vez
que se sintió perdida en la ciudad acabó yendo allí y desde entonces no ha dejado de hacerlo. Era
un lugar agradable en el que no solo podías parar a tomar algo, sino que también había una zona
reservada repleta de libros y asientos en los que acomodarse. Fue uno de los detalles que le hizo
volver. Allí todos los empleados la conocían, excepto dos que habían sido contratados
recientemente. Se dirigió hacia la gran barra de madera de roble y con una cálida sonrisa saludó a
Emily quien llevaba su habitual delantal naranja sujeto en su cintura.

- "¡Buenas tardes Lauren!" se alegró Emily. "¿Lo de siempre?" preguntó sonriéndole.

- "Efectivamente" respondió mientras la saludaba con un abrazo.

- "Me alegra verte por aquí, hacía mucho que no venías" dijo acercándose a la cafetera. "¿Todo
bien?" preguntó mientras le daba la espalda para echar la leche caliente sobre un vaso de cartón.

- "Sí, solo he estado liada. Trabajo, ya sabes" admitió con parte de razón.

- "Algún día tienes que contarme tu secreto y decirme en qué trabajas" añadió Emily entregándole
el café con leche a Lauren.

- "Algún día" repitió entre risas mientras pagaba. "Me alegro de verte" dijo antes de acercarse a la
zona reservada para la lectura.

Emily era una chica que le resultaba curiosa a Lauren, quizás por esto se llevasen tan bien. Su piel
tenía un leve tono moreno al igual que su cabello sujeto siempre en una coleta, y sus ojos eran
marrones del mismo tono de Camila con la diferencia que los de Emily no le transmitían nada.
Siempre vestía cómodamente como cualquier adolescente de su edad y siempre daba una opinión
honesta sin importarle quién estuviera escuchando. En cierto modo le recordaba a ella misma
pagándose sus propios estudios. Sí, Emily era una buena chica.

Para su sorpresa, la zona que normalmente estaba vacía hoy estaba repleta por lo que dio un leve
suspiro y se dirigió hacia una de las pequeñas mesas de madera mirando hacia la gran vidriera
llena de adornos navideños y un pequeño árbol de navidad. Esto le hizo recordar que pronto
debería poner el suyo.

- "¿Lauren?" dijo una voz detrás de ella haciéndola salir de sus pensamientos.

- "¿Ally? Quiero decir Brooke" saludó dándose media vuelta para comprobar de quién se trataba.

- "Por favor llámame Ally, no estamos en la oficina ¿verdad?" rio alegremente como solía hacerlo.
"¿Te importa si te acompaño?" preguntó señalando a una de las sillas.

- "Por supuesto que no" respondió mientras le daba un sorbo a su café con leche mientras Ally
Brooke se sentaba a su lado. "Perdona la pregunta Ally pero ¿no deberías de estar en la oficina?"
preguntó curiosa sabiendo que estaban en horario laboral.

- "Bueno digamos que tengo que aprovechar los beneficios que tiene ser la comandante antes de
que me asignen otro lugar" admitió con una sonrisa forzada.

Lauren se quedó helada. En ese momento sí tenía frio a pesar del cálido ambiente que había
dentro de la cafetería.

- "¿Sigue en pie...?" preguntó cómo pudo conociendo la respuesta.

- "Al parecer" dijo en un suspiro consiguiendo que Lauren le agarrara el hombro en señal de
apoyo. "Sabes Lauren, toda mi vida he estado pensando que era buena en mi trabajo, quiero decir,
siempre he resuelto los casos, incluso aquel del asesino en serie que no tenía huellas dactilares y
no dejaba un mínimo rastro" explicó agachando la cabeza para darle un sorbo a lo que parecía ser
un chocolate caliente por el aroma. "Pero esto me ha hecho replantearme muchas cosas acerca de
mí ¿y si no soy suficientemente buena y hasta ahora lo único que he tenido es suerte? Quizás este
no sea mi lugar" explicó dejando un leve suspiro mientras miraba hacia otro lado con los ojos
brillosos.

Nunca había visto a su jefa así y menos con los ojos brillosos. Se había acostumbrado al hecho de
verla siempre feliz con una sonrisa, pero ahora entendía que probablemente no todas habían sido
sinceras. Un sentimiento de culpabilidad hacía que le se estremeciese el corazón.

- "Me gustaría recalcar el hecho de que cuando llegué a la oficina me sentí a gusto con estar a tu
cargo. Quiero decir, creíste en mí a los dos minutos de conocerme y fue algo que significó mucho
para mí. Puede que no seas la mejor comandante o la mejor resolviendo casos importantes pero
¡joder! Nadie es perfecto y me da rabia pensar que por un caso en el que no lo consigues, esos
cabrones te hagan pagar la culpa" dijo Lauren llena de rabia en sus ojos.

- "Tienes toda la razón Lauren pero dejemos el trabajo a un lado, suficientes horas me paso metida
en el despacho" admitió observando su ojo. "¿Estás segura de que solo fue una caída tonta?"
preguntó con el ceño fruncido señalando hacia el ojo de Lauren.
- "Totalmente, ser patosa e inquita no es una buena combinación" mintió Lauren algo seria
intentando calmarse dándole otro sorbo a su vaso de cartón. "Me alegra haber pasado unos
minutos contigo Ally, es agradable no hablar siempre de trabajo, pero debo irme me están
esperando" mintió levantándose del asiento.

- "Podemos repetirlo siempre que quieras, un placer Lauren" se despidió.

Salió de la cafetería con prisa despidiéndose antes rápidamente de Emily quien le respondió con
una sonrisa. Tras llevar algunos minutos de camino hacia ninguna parte, Lauren aún seguía
sorprendida por cómo había sido capaz de aguantar la rabia junto a Ally Brooke. No es que no
quisiese haber pasado más tiempo junto a su jefa, sino que la culpabilidad la estaba exprimiendo.

Sin tener una ruta fija decidió volver a una zona en la que había estado el día anterior. Lauren
caminó hacia el parque de la antigua zona céntrica habiendo dejado su café con leche acabado en
una de las papeleras que adornaban las calles por el camino. Frente al parque, Lauren recordó la
conversación con la chica más bajita que ella en la que le explicó cómo traía a su hermana
pequeña allí de vez en cuando. Suspiró al notar que no se encontraban allí como un pequeño
porcentaje de ella lo había supuesto. Se dirigió hacia uno de los columpios vacíos, éste en concreto
pintado de azul. Sentado en él observó con cariño en sus ojos cómo un grupo de niños jugaban en
la arena mientras sus madres se preocupaban de ellos. Ese toque de atención fue lo que le faltó a
la mujer que observó en las grabaciones del banco el día que decidió investigar por su cuenta.
Lauren estaba rodeada de niños con edades comprendidas entre los dos y trece años. Se balanceó
sobre el columpio disfrutando como uno de ellos hasta que las palabras de su mejor amiga la
noche anterior, la hizo detenerse clavando las suelas de sus botas negras sobre la tierra.

"¿Qué va a pasar entre vosotras?" recordaba una y otra vez. Ni si quiera Lauren conocía la
respuesta. Tal vez Camila diese ese paso porque realmente lo sentía o simplemente para aclararse.
Lo único que Lauren tenía claro en ese momento es que quería volver a repetirlo y hacerlo de ellas
sin meter a nadie más. Que Camila tuviese pareja era algo que realmente le molestaba a Lauren y
más después del día anterior. No quería sentirse un segundo plato, no para ella.

Deseando obtener una respuesta a la pregunta que le había formulado Normani, decidió llamar a
Camila mientras todos los niños previamente dichos jugaban a su alrededor. El simple hecho de
ver el nombre de Camila sobre la pantalla ya le erizaba la piel. Dejó sonar la llamada por unos
segundos.

- "Hola soy Camila, si no te he respondido al teléfono es porque... ¡para, no me hagas cosquillas! Es


porque no puedo atenderte en este momento" paró el contestador.

Decidió no darle mucha importancia pensando que estaría ocupada con su problema familiar por
lo que dejó escapar un gran suspiro y le dejó un mensaje antes de colocarse bien el gorro y
dirigirse hacia su estudio. Estaba empezando a notar el frio lo cual le ocurría pocas veces y no era
buena señal.

- "Eh, Camila, sí, soy yo, eh, Lauren. Llámame cuando puedas" dijo nerviosa colgando.
De vuelta a su estudio tras una hora caminando pensando en quién le podría haber hecho
cosquillas a la chica más bajita que ella, se dejó caer en el sofá después de colocarse la misma ropa
cómoda que llevaba esa mañana. Miró hacia su teléfono el cual había dejado sobre la mesita de
melanina blanca. No había obtenido ninguna respuesta del mensaje que le había enviado. "¿Le
habrá pasado algo?" se preguntó Lauren inquieta. No quería agobiar a Camila, ni tampoco quería
parecer posesiva, pero necesitaba llamarla de nuevo.

- "Venga Camila..." decía nerviosa mientras escucha hacerse la llamada.

De nuevo sin respuesta tan solo el repetido mensaje del contestado, Lauren se planteó el hecho de
que quizás Camila no quisiese hablar con ella, lo cual hizo que se le encogiera el corazón. Pero el
hecho de que le pudiese haber pasado algo la preocupaba más.

Lauren se levantó del sofá y comenzó a dar vueltas por todo su estudio notando sus pies descalzos
sobre la moqueta. Estaba nerviosa. ¿La volvía a llamar? No. ¿Iba hasta su urbanización? Tampoco.
Necesitaba un entretenimiento, algo que no le hiciera pensar en Camila a cada segundo.

Intentando deshacerse de sus pensamientos se dirigió hacia la cocina y se preparó una cena rápida
sin tener hambre que incluía una ensalada bien aliñada y filetes a la plancha. Tras esto, conectó su
portátil a la gran televisión que colgaba de la pared y puso un capítulo de Juego de Tronos, una de
sus series favoritas, siendo tan ilusa al pensar que conseguiría acabar con su preocupación.
Después de acomodarse en el sofá con su manta y su cena miró hacia la pantalla y comenzó a ver
el capítulo.

Veinte minutos más tarde dejó de prestarle atención a la pantalla y miró hacia su teléfono el cual
había escondido bajo una de sus cientos de revistas de National Geographic. Jugando con él entre
sus dedos rozando sus anillos, se decidió por llamar a Camila una última vez aquella noche.

- "Camila por favor..." pensaba entre dientes.

Lauren estuvo a punto de colgar desilusionada antes de volver a escuchar el contestador cuando la
chica más bajita que ella respondió a la llamada.

- "¡Camila!" respondió Lauren con una alegre sonrisa.

- "Lauren, tenemos que hablar" dijo con la voz seca.

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Capítulo 34

Las palabras de Camila consiguieron que la sonrisa de Lauren se borrase por completo. La frase
'tenemos que hablar' no podía ir acompañada de un buen argumento. Un fuerte dolor en el pecho
hizo que se le encogiese el corazón dejándola sin aliento. Quiso levantarse pero sus piernas se lo
impidieron. Estaban paralizadas al igual que ella.
- "¿Lauren?" Preguntó Camila con el mismo tono seco al no obtener respuesta por parte de la
morena de ojos verdes.

Escuchar esa frase hizo a Lauren olvidar que la chica más bajita que ella se encontraba al otro lado
del teléfono. Sacó fuerzas de dónde no sabía que tenía e intentó responder.

- "¿De qué... de qué quieres hablar?" preguntó como pudo, haciendo que su voz se escuchase
rota.

Camila había notado el detalle del cambio de voz en la felicidad de la primera respuesta y la
tristeza de la segunda. Tal vez no había elegido las palabras adecuadas pero era lo único que podía
decirle ya que tenían una conversación pendiente.

- "Mira por la ventana" respondió Camila sin dejar el tono de voz anterior.

Lauren se levantó del sofá rápidamente haciendo que sus piernas volvieran a recobrar vida. El
simple hecho de creer que Camila estaría detrás de la ventana consiguió que aún con el dolor
marcado en su pecho, se levantara hacia ella. Apartó con cuidado las oscuras cortinas sin despegar
su móvil de la oreja y abrió la ventana dejando asomar su cabeza por ella. Aunque la oscuridad
hubiera inundado las calles de la ciudad, se podía apreciar cómo un cúmulo de nubes cubrían el
cielo. Al asomarse por ella vio la silueta de Camila con su móvil en la misma postura que Lauren.
Estaba allí.

- "Hola" dijo Camila al verla, levantando una mano mientras con la otra sostenía su teléfono.

- "¿Qué haces aquí Camila?" preguntó Lauren a quien toda la situación le estaba superando y
necesitaba saber qué era lo que quería hablar.

- "Si te acercas te lo explico" respondió antes de colgar.

Lauren se quedó por unos segundos mirándola fijamente. Aunque no estuvieran a mucha distancia
podía notar sus profundos ojos marrones clavados sobre los suyos. Esto hizo que una brisa helada
le recorriera el cuerpo. Decidió acercarse en pijama hasta donde Camila la esperaba, pero antes
cogió de su armario una chaqueta de cuero negra para la chica más bajita que ella, ya que había
notado cómo antes de desaparecer de la ventana intentaba calentarse sus finos brazos.

Cruzó la gruesa puerta que las separaba y sus miradas volvieron a encontrarse. Ninguna de las dos
sonrió como hacían habitualmente ante tal encuentro. Camila tenía los ojos hinchados y rojizos.
No le hizo falta nada más para que Lauren supiera que había estado llorando. Se acercó a ella sin
dejar de mirarla y le ofreció la chaqueta antes de cruzarse de brazos y quedar una en frente de la
otra.

-"Gracias" dijo mientras se la colocaba.

Agradeció completamente el gesto debido a que después de la discusión con Dinah y encargase de
los problemas que habían hecho que se separasen la noche anterior, no quiso parar a coger algo
de abrigo. Tan solo quería salir de la pequeña urbanización y dejar que las lágrimas que habían
adornado sus mejillas minutos antes de llegar hasta el estudio de Lauren, recorrieran libremente
su camino.

- "¿Cómo has llegado hasta aquí?" preguntó Lauren con su voz rasgada recordando que desde su
estudio hasta la urbanización de ella había un largo recorrido.

- "Caminando" respondió sin más.

Lauren notaba que algo no iba bien. Camila había caminado hacía allí de noche, sin abrigo y con los
ojos hinchados. Tenía la necesidad de abrazarla y decirle que todo estaba bien con ella entre sus
brazos. Pero sabía que aquel no era el momento adecuado. No sabía hasta cuánto podía acercarse
a ella.

- "Ven" dijo Lauren andando hasta la gruesa puerta. "Dentro estaremos mejor" añadió dándole la
espalda y caminando hacia dentro.

Camila simplemente la siguió notando como el olor de Lauren se desprendía de la chaqueta


haciendo que se sintiera mejor con ella misma. Al menos eso taparía el vacío que sentía en aquel
instante al no notar la mano de Lauren agarrada a la de ella guiándola hacia su estudio.

Una vez dentro, Lauren dejó pasar a Camila y cerró la puerta con cuidado. Volvió a cruzarse de
brazos mientras se sentaba al lado de la chica más bajita que ella en el sofá. Todavía tenía el fuerte
dolor en el pecho, y aunque necesitaba saber qué estaba pasando, algo en ella le decía que iría a
peor.

- "Te prepararé algo, has tenido que pasar mucho frio caminando hasta aquí" dijo acercándose
hasta la cocina intentando aplazar la conversación.

Mientras Lauren preparaba una taza de chocolate caliente para que la chica más bajita que ella
entrara en calor, ésta la miraba fijamente desde el sofá observando con cuidado lo bien que se
veía a Lauren en pijama. Aun así y sin maquillar, estaba preciosa y el brillo de su nariz resaltaba
más. Realmente Camila no sabía por qué Lauren estaba tan distante con ella, pero en cierto modo
lo prefería para poder hablar. No era fácil lo que tenía que decirle y menos si se trataba de una
mentira.

Lauren se acercó hacia ella dejando la taza de chocolate caliente sobre un posavasos encima de la
mesa de melanina blanca, y se sentó a su lado dispuesta a formular la pregunta que tanto temía
hacer.

- "Bueno... ¿de qué querías hablar?" preguntó jugando con sus dedos nerviosa.

- "Pues verás" dijo Camila terminando de darle un sorbo al chocolate el cual hizo que pusiera una
expresión de dolor al quemarse un poco la lengua.
A Lauren este gesto le pareció tierno, pero no podía sonreír en aquel instante. Simplemente no se
sentía capaz de hacerlo por mucho que quisiese.

- "Lo primero, quería disculparme por haberme marchado así anoche pero creo que estuvo bien
hacerlo. Quiero decir, no es que no me gustase lo que estábamos haciendo porque obviamente sí,
pero haber terminado hubiera sido complicado ¿me explico?"

Lauren lo entendió perfectamente. Sabía en la situación que se encontraba Camila y haber dado
un paso más lo habría complicado todo. Aun así decidió que Camila se lo explicara mejor.

- "¿Puedes ser más concreta?" pidió la morena de ojos verdes mientras Camila asentía.

-"Ambas sabemos que lo de anoche no fue por casualidad o por capricho. Sabíamos que tarde o
temprano iba a pasar porque como te dejé escrito la otra noche, nuestras miradas hablan por
nosotras Lauren. Pero también conoces mi situación, quiero decir, el hecho de tener pareja" se
pausó un momento intentando contener las lágrimas por haberle vuelto a mentir. "No me
arrepiento de lo que hice Lauren, es más, volvería atrás mil veces para repetirlo si es contigo con
quien lo hago, pero es complicado y yo tan solo..."

- "Camila" la cortó Lauren quien estaba temblando. "Te mentiría si te dijese que no esperaba que
esto pasara, pero el hecho de que tengas pareja Camila... ¿sabes cómo me siento?" dijo con los
ojos brillosos "Como un segundo plato, como una segunda opción. Y no quiero ser eso, no para ti
Camila porque me dolería más que no tenerte en mi vida" añadió apartando la vista de sus ojos.

- "Lauren..." dijo soltando la taza de chocolate caliente y acercándose más a ella colocándole un
mechón de pelo detrás de la oreja.

- "No" añadió apartándose "Sabes que tengo razón y odio que sea así, porque te esperaría el
tiempo que hiciese falta Camila. Te esperaría mil años si eso significase tenerte a mi lado" admitió
conteniendo poco más las lágrimas.

- "Ese es el problema Lauren" respondió volviéndose a acercar a ella "Tal vez no haya un tiempo
indefinido porque no quiero esperar a que llegue. Quiero tenerlo ya, contigo" admitió acercándose
más hasta el punto de casi rozar sus labios.

- "No puedo, no así" dijo levantándose rápidamente del sofá "No quiero compartirte Camila.
Quiero sentirme afortunada por poder compartir cada día contigo, tan solo las dos. Nadie más.
Quiero ser la única que disfrute de tus besos, de tus caricias, de tus expresiones cuando te enfadas
o cuando te alegras. Quiero enseñarte más de mí y aprender más de ti. Pero quiero todo esto
siendo dos que se convierten en uno, no un juego de tres" admitió llena de ira con lágrimas en sus
ojos.

Un gran nudo se creó en la garganta de Camila quien tenía los ojos brillosos después de escuchar
las palabras de Lauren. Podía alegrarse porque le acababa de admitir sus sentimientos, pero no
podía porque sabía que Lauren estaba dolida por su culpa, por hacerla creer que está con alguien
que ni si quiera existe. Tras varios segundos mirándola fijamente, Camila se levantó del sofá y fue
directamente a la habitación de Lauren dejando a ésta sin entender nada en el salón. Allí encontró
lo que estaba buscando: la guitarra del padre de Lauren, y se dirigió al salón con ésta entre sus
manos haciendo que Lauren cambiara la expresión.

- "Camila por favor no cantes porque entonces me volveré vulnerable" pidió limpiándose las
lágrimas.

Camila se mordió fuertemente los labios y empezó a tocar una melodía haciendo caso omiso a lo
que Lauren le acababa de decir. Necesitaba expresarse y era la mejor forma en la que podía
hacerlo.

"We're not, no we're not friends, nor have we ever been. We just try to keep those secrets in our
lives and if they find out, will it all go wrong? And Heaven knows no one wants it to"

Lauren suspiró fuertemente. Amaba escuchar a Camila cantar pero en aquel instante le dolía verla
agitar la misma guitarra con la que le cantó en su cama.

"So I could take the back road but your eyes'll lead me straight back home and if you know me like
I know you. You should love me, you should know "

Friends de Ed Sheeran resonaba por todo el estudio mientras Camila se movía de un lado a otro
con la guitarra entre sus manos y sin apartar sus ojos de los ahora más verdes oscuros de Lauren.

"Friends don't treat me like you do, well I know that there's a limit to everything, but my friends
won't love me like you do. No, my friends won't love me like you do"

Los ojos de Camila se habían llenado de lágrimas. Cada frase que cantaba representaba más como
se sentía. Como simplemente no podía decirle la verdad y ser felices juntas. Como le estaba
mintiendo para protegerla.

"We're not friends, we could be anything if we tried to keep those secrets safe. No one will find
out if it all went wrong. They'll never know what we've been through so I could take the back road
but your eyes'll lead me straight back home and if you know me like I know you. You should love
me, you should know"

Lauren no podía dejar de mirarla y sentir como se ahogaba por dentro. Quería acercarse a ella y
volver a juntar sus labios. Sabía que Camila estaba siendo sincera catándole la canción pero lo que
le proponía con ésta la superaba.

"Friends don't treat me like you do, well I know that there's a limit to everything, but my friends
won't love me like you do. No, my friends won't love me like you do"

Camila terminó de cantar y se mordió los labios esperando una respuesta que no llegaba por parte
de Lauren. La chica más alta estaba de pie junto a ella mirándola fijamente, ambas con lágrimas
sobre sus mejillas. No era fácil. Nada era fácil con la vida que Camila llevaba.
- "Nuestro pequeño secreto ¿recuerdas?" Susurró Camila acercándose hacia Lauren quien dio un
paso atrás.

- "No puedo hacerlo Camila" respondió mirándola fijamente antes de dirigirse hacia su habitación.

Camila se quedó de pie mirando hacia los lienzos de la morena de ojos verdes. Dejó escapar un
gran suspiro bañado en dolor. Lauren no era como todas las parejas que había tenido
anteriormente, por primera vez había comenzado a amar de verdad y no como creía que lo había
hecho hasta ahora. Escuchó como Lauren hacía ruido desde su habitación, por lo que se limpió las
lágrimas con la manga de la chaqueta de la chica más alta que ella y se dirigió hacia la habitación.
Al entrar encontró cómo Lauren rebuscaba dentro del baúl al lado de su cama. Camila
simplemente se limitó a observar apoyada en el marco de la puerta mientras notaba su corazón
encogerse cada vez que latía.

Segundos más tarde Lauren había sacado de él un par de carboncillos nuevos y paletas viejas
repletas de pintura. En aquel instante no le salían las palabras, no quería hablar con Camila porque
solamente hacerlo la estaba consumiendo por dentro. Tan solo quería desahogarse de la mejor
manera que sabía hacerlo. Al levantarse y girarse para volver al salón, se encontró con Camila
fijamente lo que hizo que diera un pequeño brinco al no haberla escuchado entrar allí.

- "Lauren ¿podemos simplemente hab...?"

- "No Camila" la cortó rápidamente mientras caminaba de vuelta al salón y esta la seguía. "No
puedo compartirte. No puedo besarte y pensar que no soy la única que lo hace. No puedo hacer
eso porque me consumiría por dentro" admitió llena de lágrimas acercándose hasta la puerta con
las manos vacías. "Siento ponerte en esta situación porque es egoísta y yo no soy así, pero vas a
tener que elegir entre esa persona o yo Camila. Hasta entonces, voy a pedirte que te marches" dijo
agachando la cabeza para apartar sus ojos de los de ella.

Camila notó cómo algo se quebraba dentro de ella. No sabría decir si era su corazón porque no se
lo notaba. Intentó mirar a Lauren a los ojos pero seguía con la cabeza agachaba. Camila se mordió
el labio superior mientras soltaba un sollozo y se dirigió a la puerta sabiendo que no podía hacer
nada más allí. Se quitó la chaqueta y la dejó sobre uno de los taburetes de la cocina antes de
ponerse frente a Lauren.

- "Supongo que esto es un adiós" susurró Camila rota mientras se colocaba un mechón de su pelo
oscuro detrás de la oreja.

- "Sea lo que sea depende ti" respondió Lauren intentando sin éxito no mirarla. "Adiós Camila" se
despidió fijando sus ojos llorosos en ella.

- "Adiós Lauren" dijo mientras atravesaba la puerta.

Lauren la cerró fuertemente dejando en aquel portazo su dolor, y se quedó apoyada en ella
suspirando con lágrimas adornando sus rosadas mejillas mientras Camila hacía lo mismo al otro
lado. Ambas estaban dolidas. Se necesitaban una a la otra y no podían tenerse, no por ahora.
Lauren dejó escapar un sollozo y se dirigió hacia un lienzo en blanco apoyado en una de las grises
paredes. Quería descargar su ira dibujando diferentes trazos de dolor pero entonces lo vio. Detrás
de varios lienzos en la misma postura que el que se disponía a utilizar, vio el doble retrato de
Camila. No pudo contenerse y se acercó sosteniéndolo en sus manos. Las únicas dos veces que
había pintado en él, había estado destrozada por dentro y casualmente se sentía igual en aquel
momento, por lo que decidió cambiar el lienzo blanco del caballete por ese.

- "Hola de nuevo" sonrió irónicamente mientras rozaba con la yema de sus dedos el perfil más
visible de Camila.

Alcanzó el carboncillo y meditó frente al lienzo un par de minutos. Le resultaba irónico pensar que
la única forma de desahogarse era retratando a quién le hacía sentirse así. Desde la última vez que
lo hizo había conocido más a Camila por lo que sin ocultar los otros dos perfiles, comenzó a trazar
un tercero más visible con el carboncillo.

Pasada casi media hora y con el último retoque del perfil de la chica más bajita que ella, Lauren
notó como algo empezó a golpear su ventana. Dejó el carboncillo encima de la paleta y se acercó a
ella notando como había empezado a llover fuertemente. En aquel instante el cielo oscuro con la
lluvia golpeando fuertemente la carretera, describía perfectamente cómo Camila la había hecho
sentir. Fue entonces cuando se dio cuenta.

- "Oh Dios mío, Camila" gritó al recordar que la chica más bajita que ella había caminado hasta allí
y que posiblemente habría hecho lo mismo de vuelta.

Aunque le doliera verla no podía dejar que vagara por las calles mientras llovía, por lo que se
dirigió rápidamente a la entrada para coger sus llaves notando como había dejado encima del
taburete la chaqueta de cuero.

- "¡Joder!" maldijo al notar que también podría estar pasando frio.

Aún con el pijama puesto y sin importarle ese detalle, cogió rápidamente las llaves de su Chevrolet
y se apresuró a salir dando un portazo más aquella noche. Tenía que encontrarla. Y fue entonces
cuando lo hizo: Camila estaba sentada bajo el techo de un edificio de al lado rodeando con sus
brazos sus rodillas mientras lloraba. Esa imagen le rompió el alma a Lauren. "Todo esto es mi
culpa" pensaba llena de rabia. Lauren corrió cerca de ella quedando bajo la lluvia haciendo ésta
que la pintura de sus manos desapareciera quedando hasta el último centímetro de su cuerpo
empapado.

- "¡Camila!" gritó bajo la lluvia llamando la atención de la chica.

- "¿Lauren?" gritó poniéndose de pie. "¡Lauren!" dijo corriendo hacia ella.


Estaban una frente a la otra a centímetros notando cómo sus lágrimas quedaban camufladas bajo
la lluvia y el vaho de sus respiraciones. Sus miradas se encontraron siendo esta vez más dolorosa
como nunca antes. No podía perderla.

- "Quédate conmigo Camila" le pidió Lauren acercándose a sus labios y besándolos, con las fuertes
gotas de lluvia entre ellas.

Lauren la agarró fuertemente por la cintura y la elevó hasta arriba quedando Camila en el aire
abrazada a ella con sus piernas. Se separaron del beso y se miraron fijamente. No les importaba
estar completamente empapadas, no les importaba poder enfermar por eso, no les importaba
nada, tan solo estar allí, ellas dos, juntas.

- "No podría alejarme de ti Lauren" respondió agarrando sus mejillas y volviendo a besar los
carnosos labios de la morena de ojos verdes mientras las lágrimas seguían recorriendo sus
mejillas.

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Capítulo 35

Tras varios minutos notando como se unían sus cuerpos a través de sus profundas lenguas y la
gotas de lluvia haciéndose paso entre ellas recorriendo sus rostros, se separaron y juntaron sus
frentes quedándose inmóviles conectadas con la mirada. Una tímida sonrisa apareció en la
comisura de ambas. Lauren acarició con cuidado la mejilla de la chica más bajita que ella llegando
hasta su oreja colocándole un mechón de pelo mojado detrás de ésta. No fueron conscientes de
cómo la intensa lluvia había calado en ellas hasta que Camila soltó un diminuto pero profundo
estornudo. Lauren rio ante la expresión de ésta y le dio un tierno beso en los labios mojados.

- "Ven, vamos dentro" repitió como hizo un par de horas atrás pero esta vez entrelazando sus
dedos y guiándola hasta su estudio.

La siguió hacia dentro agarrando su mano con fuerza. Camila estaba feliz, no podía negarlo y la
expresión de felicidad en su rostro tampoco, pero sabía que no le duraría eternamente. Tenía que
ser sincera con Lauren, contarle toda la verdad, su verdad. Algo le hizo cambiar de idea y esto fue
la hermosa sonrisa de ésta y sus penetrantes ojos esmeralda sobre ella antes de abrir la puerta de
su estudio. Estaba ahí, simplemente mirándola y no como lo había hecho anteriores veces. Lauren
la miraba como si al día siguiente se acabase el mundo y fuera el último día que podían pasar
juntas. Camila lo sabía perfectamente, lo veía en sus ojos ahora más claros a pesar de la oscuridad.

Fue esa misma mirada la que hizo que Camila pusiera a Lauren contra la puerta una vez cerrada
recorriendo su cuello de arriba abajo mientras la chica de ojos verdes ahora cerrados sintiendo el
placer, dejaba escapar un leve gemido. Lauren quien debería tener la piel helada a causa de la
lluvia, la tenía ardiente dejando que sus mejillas cogieran su habitual color rosado ahora más
marcado. Sabía cuáles eran las intenciones de la chica más bajita y quería llevarla a cabo.
Necesitaba sentir su cuerpo entre sus piernas. Necesitaba juntar sus cuerpos hasta que se
convirtiesen en uno. Lo necesitaba. La necesitaba.

Tomando ahora Lauren el control, se cambió de postura dejando a Camila apoyada sobre la pared
de uno de los grises pasillos. Sus bocas no dejaban que sus lenguas perdieran el ritmo. Era intenso.
Le quitó la camiseta empapada y la tiró hacia un lado haciendo que sonara el impacto contra el
suelo debido a la humedad de ésta. Por un momento Lauren se quedó hipnotizada mirando cómo
el poco pecho de Camila estaba oculto bajo un precioso sujetador de encaje azul. Mientras tanto
Camila la miraba con confusión buscando sus carnosos labios. Lauren no le dio el placer de
besarlos y comenzó a soltar pequeños besos sobre su hombro recorriendo la tira del sujetador
llegando hasta la parte expuesta de sus pechos sin dejar de repetir el movimiento suave de sus
labios. Camila gimió notablemente mientras se mordía con fuerzas su labio inferior. Notó como
Lauren seguía soltando ligeros besos acompañados de suaves mordiscos mientras recorría su
abdomen. Agarrando su larga y mojada melena con fuerza, Camila la posicionó frente a ella
lanzándose a sus labios mientras se agarraba fuertemente a la cintura de Lauren quedando en el
aire.

Lauren la agarró por la espalda notando su pelo húmedo acariciar sus manos y llevándola a su
cama donde Camila quedó abajo clavando sus cortas uñas en la espalda de la morena de ojos
verdes. La chica más bajita sabía que era el único momento en el que podían parar ya que si
seguían acabarían lo que ambas intentaban empezar.

- "Lauren..." gimió su nombre notando como ésta le recorría el cuello a besos haciendo notar su
áspera lengua. "Lauren... creo... creo que deberíamos parar" dijo finalmente en un susurro.

Tras oír la última frase, Lauren se paró inmediatamente y miró con confusión a Camila. Nunca
unos ojos marrones le habían transmitido tanto.

- "¿He hecho algo mal?" preguntó Lauren sentándose en la cama mientras Camila le copiaba el
movimiento.

- "No, no. De verdad que no" dijo Camila sincera sentándose encima de sus piernas quedándose a
centímetros. "Sé que lo he empezado yo, pero prefiero esperar Lauren" admitió.

Lauren giró levemente la cabeza pensando con preocupación a qué se referiría la chica ahora más
alta que ella.

- "Sé que ya no somos unas crías, pero..." intentó decir con vergüenza. "Quiero que nuestra
primera vez juntas sea como tú Lauren, que sea especial" dijo mirándola a los ojos temiendo algún
enfado.

Una gran sonrisa se formó en el rostro de Lauren. "Soy especial" pensaba una y otra vez mientras
la voz de Camila le había dejado una agradable sensación de dulzura.
- "Está bien" respondió sin ocultar su felicidad. "Esperaremos" dijo dándole un suave beso en los
labios y seguidamente en la ahora seca frente mientras Camila soltaba un suspiro en señal de
alivio. "Deberíamos darnos una ducha rápida y cambiarnos si no queremos acabar enfermas"
propuso Lauren mientras se levantaba con cuidado. "Individual, no te preocupes" añadió con una
media sonrisa.

Camila asintió y mientras Lauren rebuscaba en su armario, ésta pensaba en cómo había podido ser
capaz de proponerle parar. Los anchos pantalones que Lauren llevaban ahora eran ajustados y
marcaba perfectamente su trasero debido a la lluvia lo cual hizo sonreír pícaramente a Camila.
Lauren se volvió y se fijó en las intenciones de la chica más bajita que ella. Fue entonces cuando
decidió poner en práctica el juego de la seducción.

Con una muda nueva y la ropa empapada puesta se dirigió hacia la puerta del baño dejando a
Camila en la cama mirándola desde allí con una sonrisa. Se apoyó en el marco de la puerta y se
desnudó allí mismo consiguiendo que Camila quedase completamente boquiabierta observando
perpleja la perfilada figura desnuda de Lauren. Ésta le lanzó un beso después de guiñarle un ojo y
entró al baño. Tras esto Camila se llevó uno de los cojines a rayas hacia su cara y suspiró
fuertemente arrepintiéndose de haberle pedido parar.

Lauren entró con una sonrisa juguetona en la ducha y dejó caer el agua caliente sobre ella. Tras
varios minutos enjabonándose y enjugándose, notó como el pomo negro alargado de la puerta del
baño se movía haciendo pasar a Camila quién se desnudó allí mismo y entró en la ducha dejando a
Lauren boquiabierta con las manos llenas de jabón. Sus mejillas se pusieron rojas al instante al ver
el cuerpo desnudo de Camila quien se agarró a su cuello con los brazos besándola
apasionadamente mientras el vapor inundaba sus cuerpos.

- "Pensaba que habías dicho que..."

- "Olvídalo" la cortó Camila mordiendo su oreja haciendo que Lauren gimiera.

Sonrió ante el placer que Camila le había provocado y la apartó hacia la pared alicatada reteniendo
sus manos encima de su cabeza mientras sus piernas se posicionaban entre las de la chica más
bajita que ella. Dejó un leve movimiento en su centro que hizo a Camila gemir con más intensidad
con los ojos cerrados dejando que la lengua de Lauren recorriera su cuello lentamente mientras
marcaba leves mordiscos en él. Ésta bajó hacia sus pechos ahora completamente expuestos y los
rodeó suavemente con la nariz dejando un mordisco en ambos. Camila quién notaba la rodilla de
Lauren en su centro sin despegarse y los mordiscos de ésta, volvió a soltar un fuerte gemido
mientras arqueaba su cuello.

Era el momento perfecto para seguir, Lauren estaba en cuclillas dejando una línea de besos bajo el
ombligo mientras notaba como las finas manos de Camila se enredaban en su pelo húmedo
agarrándose con fuerza a él. Jugando con la tentación volvió a ponerse de pie y besó
profundamente a Camila en los labios permitiendo dejar pasar su lengua marcando leves
mordiscos en ella. Fue entonces cuando Lauren se agarró al pomo de la ducha y dando media
vuelta salió de ella dejando que se escapara parte del vapor mientras Camila seguía jadeante
dentro.

- "Tiene que ser especial gruñona" añadió Lauren levantando una ceja mientras se colocaba la
toalla blanca a su alrededor.

Camila se mordió fuertemente la lengua mientras dejaba la cabeza apoyada en la pared alicatada
notando el agua caliente recorriendo su cuerpo. "Muy gracioso Jauregui..." pensó mientras se
enjabonaba su oscura melena.

Lauren llegó ardiente a su habitación colocándose la ropa interior negra mientras soltaba un gran
suspiro. Aún no asimilaba la situación. Camila la había elegido a ella. ¡A ella! Si no fuese porque
había algo en su pecho que no lograba descifrar, no dudaría en admitir lo completamente feliz que
estaba. Se colocó una camiseta negra con la frase 'Paint the Town Green" en blanca, título de una
de las canciones de The Script, y unos anchos pantalones cortos del mismo color dejándole a
Camila los largos ya que ella era más sensible al frio. Mientras pasaba la toalla por su cabeza
secándose la melena, se dirigió al salón a esperar a Camila quien no tardó mucho en salir con las
mejillas aún sonrojadas.

- "Te he dejado la ropa encima de la cama" dijo Lauren elevando la voz desde el sofá al notar a
Camila confundida dando vueltas por su habitación.

Volvió a donde se encontraba Lauren con unos anchos pantalones largos color azul y la camiseta
blanca con el grafiti, la misma que había llevado puesta anteriormente, y se acostó sobre el pecho
de Lauren enlazando sus dedos.

- "¿Qué vas a pasar ahora Camila?" soltó Lauren sin saber por qué lo había hecho. "Con... Con tu
pareja" dijo balbuceando.

-"Estar aquí contigo en este instante es mi respuesta" admitió acomodándose en su pecho


colocando el brazo derecho detrás de la espalda de Lauren. "Pero tengo que hablar con ella y
explicarle todo" añadió sintiéndose mal por tener que inventarse una conversación.

- "Ella..." susurró Lauren "Entonces es..."

- "Una chica, sí" respondió Camila por ella. "Supe que me gustaban cuando un chico del recinto me
besó por primera vez y me entraron arcadas. No por él, al contrario, era guapísimo, pero no me
gustó. Desde pequeña siempre tuve mis dudas y él me lo dejó claro" dijo jugando con los dedos de
Lauren mientras esta dejaba ligeros besos en su frente. "Doble motivo para recordar mi primer
beso ¿no crees?" bromeó notando la risa de Lauren sobre su cabeza.

- "Tú también lo eres" soltó haciendo que Camila la mirara sin entender a qué se refería. "Especial"
admitió dándole un apasionado beso en sus finos labios antes de retomar la posición con una
sonrisa repleta de amor en ambos rostros.
Tras un agradable silencio jugando con sus manos y rozando su pálida piel con la yema de sus
dedos dejando pasar sus cortas uñas, Camila se fijó en el caballete el cual no había visto antes y en
como la silueta de su perfil había vuelto a cambiar. Un escalofrío le recorrió el cuerpo haciéndose
sentir culpable por ello. Sabía que le había hecho daño y no le agradaba aquello. Lauren quien
notó dónde tenía Camila clavada la mirada, le agarró la barbilla haciendo que ésta se volviera
hacia ella y presionó sus labios juntos los de ella consiguiendo transmitirle un mensaje de
seguridad.

Dejando a Camila a un lado con cuidado, Lauren se levantó del sofá y se dirigió hacia un largo
altavoz colocado de forma vertical al cual conectó su móvil dejándolo apoyado sobre el mueble de
la televisión de lacado blanco. Una melodía desconocida para Camila comenzó a sonar mientras
Lauren apagaba las luces y encendía una vela que iluminaba lo justo el salón. Petricor del álbum
'Elements' de Ludovico Einaudi seguía sonando mientras Lauren se acercó a Camila quien tenía la
cabeza daleada hacia un lado con el ceño fruncido sin entender absolutamente la idea de la
morena de ojos verdes.

- "Seroñita Cabello ¿podría darme la satisfacción de concederme este baile?" preguntó Lauren
alcanzándole una mano mientras guardaba la otra detrás de su espalda.

Camila se sonrojó al escuchar la propuesta que Lauren le había hecho y mostró un rostro infantil
sin apartar la expresión de timidez.

- "La satisfacción es mía Señorita Jauregui" respondió tomando su mano y colocándose a


centímetros observando media cara alumbrada por la escasa luz de la vela. "Pero agárrame fuerte
si no quieres que te pise" susurró en el oído de Lauren consiguiendo que a ésta se le erizara la piel.

- "Me dejaría pisar si eso significase mantenerte a mi lado" susurró ahora en el oído de Camila
colocando la mano derecha sobre su cintura mientras con la izquierda sostenía firmemente la otra.

Lauren dio un par de pasos hacia delante llevándose a Camila hacia ella apretando con firmeza su
cintura. La chica más bajita le intentaba seguir el ritmo mirando hacia sus pies con cuidado de no
pisarla.

- "Déjate guiar por la música y mírame" susurró Lauren consiguiendo captar la atención de Camila
mientras daba varios pasos ahora hacia atrás.

Los pasos se volvieron a repetir mientras tenían la mirada clavada la una en la otra. De izquierda a
derecha y de adelante hacia detrás. Camila se mordía los labios mientras notaba la mano de
Lauren agarrada fuertemente a su cintura guiándola. Lauren quien sonreía ante la inexperiencia de
la chica de profundos ojos marrones soltó su mano izquierda y agarró con ambas la cintura de
Camila mientras ésta enredaba sus brazos sobre su cuello.

- "No sabía que te gustase bailar" susurró Camila con la cabeza apoyada en su hombro mientras
daban pequeñas vueltas.
- "Es algo reciente" añadió abrazándola más fuerte quedándose a escasos centímetros de sus
labios.

- "¿Desde cuándo?" preguntó curiosa.

- "Desde que lo hago contigo" respondió depositando un suave beso en sus labios.

La sintonía seguía su curso y ambas se movían a su ritmo, unas veces más lentas y otras más
intensas con algún que otro error de Camila que acaba siempre con una sonrisa de Lauren que
hacía que no perdiera la seguridad. Tras unos largos seis minutos con la melodía a punto de acabar
Lauren volvió a retomar la postura inicial acercándose hasta el cuello de Camila dejando en él
suaves besos mientras empujaba su cuerpo hacia atrás dejándola con tan solo una pierna apoyada
en el suelo. La sintonía terminó de sonar y sin perder la postura se quedaron hipnotizadas
mirándose como si fueran una hermosa estatua.

- "Gracias" dijo Camila suavemente mientras recobraban la postura agarrándose firmemente a su


cuello.

- "¿Gracias por qué?" preguntó Lauren confusa ladeando la cabeza.

- "Por tirarme los vasos y aparecer en mi vida" susurró lanzándose a sus labios presionándolos con
fuerza mientras una lágrima le recorría la mejilla llegando hasta sus labios dándole un toque
salado al beso.

Lauren se separó al notar dicho sabor y se lamió los labios mientras miraba a Camila. Apartó una
de las manos de su cintura y le secó la mejilla mojada con la curva de su dedo índice.

- "¿Por qué lloras?" preguntó nerviosa.

- "Porque soy feliz gracias a ti Lauren" respondió en su susurro "Porque no quiero perderte" pensó
mientras se acurrucaba en su hombro dejando caer de nuevo otra lágrima.

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Capítulo 36

Las palabras de Camila consiguieron encender más las mejillas de Lauren si es que aún eso era
posible. Aunque ella no fuese una experta en los bailes lentos y solo supiera los pasos básicos que
Normani le enseñó una vez, quiso proponerle a Camila la balada y sorprenderla, pero no contó con
la falta de velas ya que solo pudo colocar una lo cual le benefició dándole un toque más
romántico. Justo como a ella le gustaba.

Aun sosteniendo su cuerpo, Lauren le dedicó a Camila una sonrisa repleta de sinceridad y amor
que no tardó en responder con otra del mismo nivel.

- "Quédate" le susurró Lauren apartando sus cuerpos y enlazando sus finos dedos.
- "Estoy aquí" respondió soltando sus manos para enredarlas en el cuello de Lauren.

- "No. Esta noche. Quédate conmigo" le ofreció dándole un suave beso en sus labios. "¿Qué me
dices?" preguntó alzando una ceja.

- "Estaría loca si lo rechazara" dijo con una sonrisa devolviéndole el beso.

No pudo responderle más que con una sonrisa ya que no encontró palabras para ello. Entrelazaron
de nuevos sus manos y con Lauren como guía accedieron a la habitación después de apagar la vela
y quedar a oscuras. Camila no había dejado de sonreír en todo el proceso pero no era
completamente sincera, lo cual era algo que Lauren podía notar en sus ojos. Acomodándose en la
espaciosa cama y arropándose con las sábanas blancas, ambas se quedaron una en frente a la
otra.

- "¿En qué piensas?" preguntó Lauren pasándole un mechón de su melena oscura por detrás de su
oreja derecha.

- "En nada" mintió.

-"Algo será" insistió Lauren mirándola directamente a los ojos mientras pasaba su mano por
debajo de la almohada.

- "Está bien" resopló poniendo una expresión infantil la cual le sacó una sonrisa a Lauren. "Es tu
ojo" admitió siendo otro problema que le rondaba la cabeza. "Aún no me has contado quién es ese
tal Tom" dijo rozando el ojo de Lauren con una de sus finas manos con cuidado de no dañarla.

Lauren tragó nerviosa. No podía decirle la verdad pero tampoco quería mentirle. Estaba claro que
lo conocía y que algo pasaba entre ellos.

- "Es un viejo compañero de trabajo" respondió nerviosa notando la expresión de Camila


queriendo conocer más sobre él. "Digamos que tiene una pequeña gran obsesión conmigo y
hemos discutido varias veces" explicó dejando menos espacio entre ellas.

Camila cambió de expresión al escuchar 'pequeña gran obsesión'. Frunció el ceño y sintió una
molestia. En aquel instante podía comprenderlo todo pero había algo que seguía sin encajarle.

- "¿Has pensando en denunciarle?" preguntó sintiendo la respiración de Lauren más cerca.

- "No lo sé" mintió sabiendo que no podía hacerlo. "Quiero decir, sí, pero creo que es mejor
dejarlo así. Ya debe de saber en qué posición está y puede que haya aprendido la lección"

-"Pero lo que te ha hecho Lauren..." dijo con la voz un tanto rota "Yo podría testificar contra él y
seguro que acabaría un tiempo entre rejas"

- "De ninguna manera" respondió Lauren rápidamente consiguiendo que Camila se alejara. "Está
todo bien ¿vale?" añadió sabiendo que no había sido discreta.
Camila dudó durante unos segundos antes de asentir y acercase hasta los labios de Lauren,
presionándolos mientras los besaba apasionadamente dejando pasar su juguetona lengua. Camila
soltó un leve gemido al notar como Lauren se la había mordido placenteramente consiguiendo
que ésta sonriera en medio del beso. Tras varios minutos sin separar sus labios se apartaron
sabiendo cómo podía acabar aquella situación. Su agradable y habitual silencio se apoderó de ellas
dejando que sus miradas hablasen por ellas mismas. Camila estaba cansada pero no por eso
dejaba de sonreírle a Lauren quien le respondía en el mismo sentido.

Tan solo una mirada entre ellas acompañadas de sus sonrisas consiguió que su primera noche
durmiendo una en frente a la otra se amarrase firmemente a un bonito recuerdo. Lauren notó
como los párpados de la chica de expresivos ojos marrones se iban cerrando cuidadosamente
finalizando en un profundo sueño consiguiendo sacarle una sonrisa a quien la miraba con
delicadeza. No sabía que podía ser aún más adorable hasta que la vio dormir con su dulce boca
entreabierta y una pacífica respiración.

- "Buenas noches, gruñona" susurró Lauren antes de dejar un suave beso sobre la mejilla
descubierta de Camila.

Lauren escuchó el despertador el cual la avisaba de que otro día laboral comenzaba. Con los ojos
aún cerrados y las sábanas pegadas, se estiró sobre su enorme cama buscando a Camila en ella a
la cual no encontró. Lauren abrió rápidamente los ojos y comprobó cómo era cierto lo que había
notado con su mano derecha. Se pellizcó varias veces el brazo para comprobar si no estaba
soñando y efectivamente no lo hacía. Se levantó rápidamente de la cama casi tropezando con las
sábanas debido a su nerviosismo y buscó en su armario la ropa de Camila. No estaba.

- "¿Camila?" preguntó alzando la voz.

Al no obtener respuesta se dirigió preocupada hacia la puerta de su habitación y la abrió


rápidamente consiguiendo que se escuchara el fuerte sonido de un impacto contra el suelo.

- "¡Dios mío Lauren!" gritó Camila agachándose para recoger la bandeja que Lauren había tirado al
chocarse con ella.

- "¡Perdón, perdón, perdón!" respondió imitando su gesto.

El umbral de su habitación estaba lleno de tortitas bañadas en sirope de caramelo dejando un gran
charco en la moqueta junto con otro igual de café. Todo esto acompañado de trozos de cristales
azules del vaso y el plato donde iba el desayuno, junto con varias servilletas y un par de cubiertos.
Camila comenzó a recogerlo todo con cuidado hasta que la risa de Lauren la hizo detenerse.

- "¿De qué te ríes?" preguntó ladeando la cabeza mientras colocaba los trozos de cristal sobre la
bandeja.

- "La primera vez que nos conocimos estábamos en la misma situación solo que en un distinto
lugar" volvió a reír Lauren ahora sonrojada.
Lauren estaba en lo cierto lo cual hizo que Camila comenzara a reír también mientras pensaba en
lo que había llovido desde entonces y en cómo habían crecido sus sentimientos por la chica que
ahora la miraba fijamente.

- "Es curioso" añadió Lauren mientras limpiaba las tortitas.

- "¿El qué?" preguntó Camila intentando eliminar las manchas de la moqueta sin éxito.

- "Como en aquel instante te miré a los ojos y me quedé fijamente atrapada en ellos sin saber por
qué y ahora, repitiendo la escena, tengo la respuesta" explicó sin perder la sonrisa.

- "¿Ah sí? ¿Y cuál es la respuesta?" preguntó seductoramente acercándose a ella.

- "Que me en... ¡Joder!" gritó al notar como comenzó a escocerle el pulgar mientras un hilo de
sangre caía de él.

Lauren se levantó rápidamente y corrió hasta el lavabo del baño dejando a Camila en el umbral de
su habitación. Estaba a punto de mostrarle sus sentimientos, de decirle que la quería , decirle todo
lo que sentía pero aquel cristal incrustado en su pulgar la detuvo, lo cual hizo pensar a Lauren que
había sido lo mejor. Era demasiado pronto para mostrarle sus sentimientos. Tras unos cuantos
segundos notando el agua helada recorriendo su pulgar, cerró el grifo y buscó una tirita en el
mueble. Mientras tanto Camila llegó al cuarto de baño y soltó una silenciosa risa apoyada en el
marco de la puerta al observar como Lauren era incapaz de colocarse la tirita con una sola mano.

- "Déjame ayudarte" propuso Camila quitándole la tirita de la mano.

Lauren resopló incómoda por no sentirse capacitada para ello y dejó que Camila se encargarse de
todo hasta que la pequeña hemorragia volvió a brotar y llevó el pulgar de nuevo al lavabo. Camila
la detuvo y negó mientras se llevaba el pulgar de Lauren a la boca y lo mantenía dentro de ella
aspirándolo y pasando la lengua sobre él. Lauren soltó un leve gemido que hizo que Camila riese al
sacar el pulgar y colocarle la tirita.

- "¿Mejor?" preguntó dándole un pequeño beso en la herida.

Lauren no pudo responder con palabras por lo que se limitó a asentir mientras se mordía los
labios. Realmente Camila había conseguido excitarla al notar su áspera lengua pasar por su larga
uña y seguidamente por su piel. Salieron del baño en silencio quedando nuevamente sobre el
umbral de la habitación de Lauren quien no dejaba de mirar la gran mancha de la moqueta.

- "Siento lo de la mancha..." dijo Camila al notar como Lauren la observaba fijamente.

- "¿Por qué lo sientes?" preguntó Lauren confusa girándose para mirarla "He sido yo la que ha
salido como una loca a buscarte" rio.

- "Pero he sido yo la que ha querido llevarte el desayuno a la cama" admitió tímidamente.


Lauren notó su tono de culpabilidad en sus palabras y se acercó por detrás de ella agarrándola por
la cintura dejando apoyada su cabeza sobre uno de los hombros de la chica más bajita que ella.

- "Eh, tranquila" dijo cerca de su oído agarrándola con más fuerza para hacerla sentir segura. "No
ha sido tu culpa y para demostrártelo la voy a dejar tal y como está" admitió dándole un beso en la
mejilla.

- "No puedes dejarla así Lauren, es una mancha y tú estás obsesionadas con ellas" replicó
recordando cómo se lo había admitido la primera vez que la invitó a cenar.

- "¿Por qué no? Los círculos del sirope sobre las líneas de café crean un buen contraste sobre el
blanco de la moqueta, además si la mantengo cada vez que la vea me acordare de ti" explicó
volviéndose hacia Camila quien había cambiado de postura y ahora estaba frente a ella.

- "Eres muy creativa ¿lo sabías?" preguntó con un tono seductor suprimiendo la distancia entre
ellas.

- "Sí, alguna vez me lo han dicho" bromeó presionándola más sobre ella y besando notablemente
sus suaves labios mientras Camila le correspondía.

Abrió por un instante los ojos y se fijó en el reloj que colgaba sobre una de sus grises paredes.

- "¡Mierda!" exclamó separándose de Camila corriendo a su habitación mientras ésta la seguía. "En
menos de una hora tengo que estar en el trabajo" explicó mientras buscaba en el armario una de
sus tantas camisas blancas.

Camila la miró apenada pensando en que se acercaba el momento de que se separaran y


sobretodo de volver a casa. Esa mañana tenía turno de tarde junto con Dinah lo cual le recordó a
las varias llamadas perdidas que tenía de ella que había comprobado al levantarse. Realmente que
Lauren la hubiese invitado a pasar la noche junto a ella le había hecho un favor debido a la
discusión que había tenido con Dinah el día anterior. Lauren consiguió sacar a Camila de sus
pensamientos quedándose en ropa interior frente a ella mientras se colocaba la camisa intentando
a duras penas ponerse los botones por la herida del pulgar.

Camila quien ya estaba vestida desde que se había despertado notó nuevamente su torpeza y se
acercó lentamente hasta Lauren agarrando ambas partes de la camisa exponiendo su pecho en
ropa interior.

- "Yo lo hago por ti" dijo con una sonrisa pícara mientras agarraba el último botón empezando por
abajo.

- "Camila puedo yo sola" replicó Lauren quien empezaba a sentirse una inútil.

- "Shh" dijo colocándole el siguiente botón después de callarla con un rápido beso.
Jugó con los botones entre sus finos dedos poniendo nerviosa a Lauren quien se impacientaba con
la lentitud, lo cual Camila sabía perfectamente.

- "Camila he dicho que puedo yo so..."

Camila volvió a callarla pero esta vez de forma distinta. Se acercó a su cuello dejando en él
distintos tipos de besos: unos más suaves y otros acompañados de diminutos mordiscos. Lauren
dejó escapar un leve gemido mientras notaba como a la misma vez de jugar con su cuello le iba
colocando los distintos botones. Permaneció así unos segundo más hasta que llegó al botón que
ocultaría su escote. Miró juguetona a Lauren y pasó de dejar pequeños mordiscos en su cuello a
dejarlos sobre sus pechos consiguiendo que la morena de ojos verdes apretara sus labios de
placer.

- "¡Lista!" celebró Camila orgullosa después de colocarle el último botón.

- "Eres muy traviesa ¿lo sabías?" rio Lauren agarrándola contra ella antes de que ésta se
despegase.

- "Y tú vas a llegar tarde" añadió acercándose a sus labios dándose media vuelta y volviendo al
umbral para recoger la bandeja.

Lauren se quedó boquiabierta esperando un beso que no había llegado. Suspiró mientras ponía los
ojos en blancos y se volvió hacia su armario nuevamente para sacar su traje. Se colocó
rápidamente los negros pantalones ajustados y seguidamente la chaqueta negra a juego con el
pantalón. Al salir fue directamente al baño y se maquilló de forma sencilla como lo hacía siempre
dándole un tono granate a sus labios después de cepillarse los dientes. Camila quien la esperaba
impaciente en la cocina volvió a preparar café para que al menos no tuvieran el estómago vacío.
Mientras dicho proceso finalizaba, buscó dos vasos de cartón y lo sirvió en ambos. Al darse la
vuelta se encontró con Lauren mirándola fijamente, sin duda el traje le sentaba como un guante.

- "Buen provecho" bromeó Camila acercándose a ella ofreciéndole uno de los vasos de cartón.

- "Te recompensaré, lo prometo" dijo señalando con la mirada la bandeja llena de cristales
mientras dejaba su vaso y el de Camila a un lado.

Camila interpretó demasiado tarde las intenciones de Lauren quien la había subido a la encimera y
estaba recorriendo su cuello de la misma forma que lo había hecho ella antes. La respiración de
Camila comenzó a profundizarse más cuando Lauren llegó al lóbulo de su oreja y lo chupaba
satisfactoriamente. Camila se dejó llevar y agarró firmemente la melena de Lauren despeinándola
considerablemente. Podía haber llegado a más pero justo entonces Camila abrió los ojos en un
momento de excitación al notar la mano de Lauren jugando en su abdomen.

- "Lauren..." dijo con la voz entrecortada notando a ésta jugar en su cuello. "Llegas... Llegas tarde"
logró decir consiguiendo que Lauren se apartara rápidamente maldiciendo mientras comprobaba
la hora.
- "Vámonos" dijo enlazando sus dedos con los de Camila mientras cogía su bolso y las llaves de su
Chevrolet antes de atravesar rápidamente la puerta de su estudio.

El cielo totalmente despejado hacía creer que la noche anterior no podía haber diluviado pero el
caso es que sí lo hizo. Lauren subió rápidamente al coche después de abrirle la puerta a Camila
para que esta pasara dentro. Aun se podía notar un diminuto olor a gardenias dentro de él.

De camino hacia la pequeña urbanización su agradable silencio se había apoderado de ellas hasta
que Camila quiso interrumpirlo poniendo la radio aleatoriamente comenzando a sonar We Found
Love de Rihanna y Calvin Harris.

"Yellow diamonds in the light and we're standing side by side. As your shadow crosses mine what
it takes to come alive. It's the way I'm feeling I just can't deny but I've gotta let it go"

Lauren miró de reojo a Camila cuando comenzó a sonar la canción dándose cuenta de las
pequeñas marcas de pintalabios que había dejado sobre su cuello. Rio para sí misma al notar dicho
detalle y mostró sus dientes blancos al ver a Camila hacer unos extraños movimientos al ritmo de
Rihanna.

"We found love in a hopeless place. We found love in a hopeless place. We found love in a
hopeless place. We found love in a hopeless place"

Notó como Lauren la miraba sonriente y se volvió hacia ella pero rápidamente giró la cabeza y
siguió mirando hacia la carretera. La había pillado. Llegaron pocos minutos después aparcando en
la puerta de su urbanización.

- "Gracias por invitarme a pasar la noche" dijo tímidamente mirando a Lauren a sus penetrantes
ojos color esmeralda.

- "Gracias a ti, en conjunto" respondió acercándose más a ella después de comprobar de nuevo la
hora en el reloj digital de su coche.

- "Aun no me has dicho en qué trabajas exactamente" preguntó indirectamente Camila curiosa.

Lauren notó como crecía un nudo en su garganta. No quería ponerse nerviosa ni tampoco tardar
mucho en responder ya que sino Camila podría sospechar.

- "Es un pequeño secreto" respondió en un susurro acercándose a sus labios dejando un ligero
beso en ellos.

- "Eres una tramposa" dijo respondiéndole con otro beso antes de salir del coche.

Lauren suspiró en señal de alivio. Sabía que si le decía aquello realmente se lo tomaría en broma y
no como un secreto de verdad.

- "¡Camila!" la llamó antes de que ésta se alejara más consiguiendo que se diera media vuelta
mirándola por encima del hombro. "Nos vemos pronto" dijo antes de arrancar.
- "Nos vemos pronto Lauren" respondió con una enorme sonrisa en sus labios viendo marchar a la
chica que conseguía cortarle la respiración.

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Capítulo 37

Se quedó mirando el Chevrolet de Lauren hasta que éste giró la esquina desapareciendo de la
calle. Soltó un leve suspiro de felicidad y con una sonrisa, sacó las llaves de la pequeña
urbanización y abrió la gran puerta con cuidado quedando apoyada en ésta una vez cerrada.
Escuchó ruido en la planta superior suponiendo que sería Dinah limpiando como siempre hacía en
sus ratos libres, ya que los pequeños de la casa estarían en clase. Sin duda tenía un problema con
la limpieza.

Antes de caminar hacia el frente y subir las escaleras que conducían hacia su habitación, notó
como la planta baja estaba algo desordenada por lo que dejó caer su bolso al suelo y se dirigió
hacia el salón comedor situado a su izquierda. Éste no era muy amplio, por lo que tenía la medida
exacta para ser ocupado por dos sillones marrones a juego de las paredes amarrillas, una larga
mesa de comedor repleta de distinto tipos de sillas, unas más nuevas y otras más viejas, y una
antigua televisión encima de un mueble de madera clara que pudo conseguir su padre por bajo
precio.

Encima de uno de los dos sofás encontró distintos tipos de cuadernos y libros que habían sido
sacados de la sala de estudio por lo que los recogió con cuidado haciendo una montaña entre sus
manos y se dirigió a ésta cruzando el salón comedor. Una vez allí suspiró al verlo todo tan
desordenado. La sala de estudio estaba rodeada por distintos escritorios, unos de metal, otros de
plástico e incluso algún otro de madera. Las paredes grises estaban un tanto gastadas al igual que
una pequeña estantería blanca que colgaba de la pared. Colocó los libros y cuadernos en orden en
cada uno de los distintos escritorios sabiendo cuales pertenecían a los hermanos de Dinah y cuales
a su hermana Sofía. Antes de salir se paró en el marco de la puerta y recordó la cantidad de
tiempo que ella misma había pasado allí estudiando Ingeniería Eléctrica mientras veía el cielo
teñirse de rojo por la ventana que daba a su escritorio el cual fue cedido a Regina, hermana
pequeña de Dinah.

Antes de subir a su habitación compartida con la chica más alta que ella, paró en la cocina a beber
un vaso de zumo ya que no había podido disfrutar del café por culpa de los juegos seductores de
Lauren. Sonrió por un momento mientras sacaba de la nueva nevera una jarra de cristal y ser
servía. Se le sonrojaron las mejillas al recordar como la había hecho sentir la noche anterior
sacándola a bailar en medio de su salón como si fuese una gala de algún acontecimiento
importante, pero lo hicieron aún más acompañada de una tímida sonrisa al recordar cómo se
había lanzado a sus brazos bajo la lluvia quedando en el aire imitando la escena de El Diario de
Noa, una de sus películas favoritas. Al terminarse el zumo, dejó el vaso sobre en el fregadero y
recogió los platos del desayuno que posiblemente no le hubieran dado tiempo recoger.
Antes de salir de la cocina echó la vista atrás y observó como la puerta de la habitación de Milika y
Gordon, padres de Dinah, estaba abierta lo cual significaba que no estaban en casa ya que allí
adentro es donde más pasaban el tiempo para no quitarles espacio a sus hijos.

Miró hacia el reloj con la forma de una gallina anclado a la pared alicatada de la cocina y
comprobó cómo efectivamente por la hora que era Gordon y Alejandro, su padre, debían estar en
la empresa de mantenimiento donde trabajaban, junto con Milika y Sinu, su madre, que debían de
estar limpiado distintas casas.

Recogió su bolso del suelo y pasó por el pequeño aseo en dirección a las escaleras subiéndolas con
cuidado de no hacer mucho ruido y toparse con Dinah, aunque eso le resultaría fácil ya que tenía
la radio encendida con el volumen muy alto mientras cantaba a pulmón If I Were a Boy de
Beyoncé. En todos los años desde que la conoció en el recinto donde tuvieron que vivir junto con
sus familiares, siempre Dinah había tenido debilidad por aquella canción.

- "¿Puedes bajar el maldito volumen?" se escuchó gritar a Ethan, uno de los hermanos más
mayores de Dinah, después de dar un portazo.

Camila miró con cuidado hacia su habitación y vio a Dinah limpiando el polvo mientras bailaba y
cantaba a la vez, por lo que supuso que no se había enterado. Aquella escena le hizo sonreír al
recordarle a su infancia cuando ambas hacían una pequeña coreografía al ritmo de la música,
hasta que recordó que estaba enfada con ella y la borró completamente. Pasó por delante de la
puerta de su habitación rápidamente para que ésta no la viera y pasando por la habitación de sus
padres y seguidamente por el baño, llegó hasta la de Ethan.

-"¿Se puede?" preguntó dando leves golpes con los nudillos en la puerta mientras la abría.

- "¿Podrías por una vez...?" gritó hasta que se dio cuenta de que no era su hermana. "Perdona
Camila, no sabía que eras tú. ¿Dónde has pasado la noche? Han preguntado por ti" explicó
sentándose sobre su litera.

Ethan compartía habitación junto con sus hermanos pequeños Regina, Seth y Aiden además de
Sofía. La habitación era la más grande de toda la casa y estaba ocupada por tres literas que junto a
una inmensidad de distintos posters sobre deportes y cantantes famosos, dejaban poco visible la
verde pared, tan solo en la parte de la amplia ventana blanca sin cortinas.

- "Eso no importa ahora Ethan, ya lo hablaré más tarde con quien deba hacerlo. ¿Cómo están tus
manos?" preguntó mirando hacia las vendas que las rodeaban. "Te has tenido que hacer daño al
cerrar tan bruscamente la puerta" añadió Camila sentándose a su lado.

- "La verdad es que esa corriente eléctrica me las dejó muy doloridas pero ahora me duelen más.
La culpa la tiene la estúpida de Dinah que nunca me deja descansar cuando tengo oportunidad de
hacerlo" gruñó.
- "Es mi culpa que estés así, debí enseñarte mejor" admitió Camila con la voz triste mientras
acariciaba suavemente las vendas. "Aún no me creo que nuestros padres incluso los médicos se
hayan creído una excusa tan estúpida"

- "No Camila, eh, mírame" dijo llamando la atención de la chica. "Yo fui quien os descubrió y quiso
participar en todo esto ¿vale? Puede que intentar arreglar los cables de la tele no fuera la mejor
excusa, pero aun así los han convencido que es lo que importa" dijo dedicándole una sincera
sonrisa.

Camila asintió y le respondió con otra sonrisa. A pesar de tener tan solo 18 años y tener los
mismos rasgos polinésicos de la hermana, Ethan era bastante maduro y sabía afrontar cualquier
situación si eso significaba algún esfuerzo para mantener a su familia. Le dejó un beso en la mejilla
y se dirigió hacia la puerta.

- "Camila" dijo antes de que ésta la atravesara. "Gracias por hacerme perder días de clase y mírate
esas manchas" rio volviéndose a recostar sobre su cama colocando los auriculares de su iPod en
sus oídos.

- "Eres un idiota" bromeó sin saber a qué manchas se refería "Y no pelees tanto con tu hermana,
recuerda que tenemos cuatro años más que tú y podemos conseguir lo que queramos" volvió a
bromear antes de cerrar la puerta.

Cogió aire fuertemente y se dirigió hacia su habitación mirándose así misma buscando las manchas
que Ethan le había dicho pero no encontró nada por lo que pensó que sería una broma de él. Se
acercó hasta su puerta escuchando como esta vez Dinah cantaba fuertemente Crazy In Love,
también de Beyoncé, pero no tardó en cortar todo al ver a Camila entrando en su habitación
soltando su bolso sobre su cama.

- "¡Karla Camila Cabello!" gritó acercándose a ella rápidamente antes de abrazarla fuertemente.
"¿Por qué cojones no respondías a mis llamadas? Estábamos preocupados por ti ¿sabes? Y ¿qué
demonios es eso de tu cuello?" preguntó al apartarse.

Camila iba a preguntar a qué se refería pero entonces lo tuvo claro. Las manchas a las que Ethan
se refería estaban en su cuello y no eran nada más ni nada menos que del pintalabios de Lauren.
Se sonrojó rápidamente y se fue directa al pequeño espejo con bordes blancos que colgaba de la
pared beige de su habitación. Allí estaban las rebeldes marcas de pintalabios de Lauren.

- "¿Piensas responderme?" preguntó Dinah agarrándola del hombro y volviéndola hacia ella.

- "No te importa saberlo, es mi vida no la tuya así que no te metas" respondió seca mientras se
frotaba la mano con la pulsera de perlas sobre su cuello. "Y no me llames Karla, que sabes que ya
no me llamo así"
- "Está claro que no es mi vida al igual que lo está quien te ha hecho eso, pero lo cierto es que si
puedo meterme debido a que estoy implicada en ella además de ser tu mejor amiga ¿sabes?"
admitió encogiéndose de hombros.

Camila hizo caso omiso a las palabras de Dinah y miró hacia la pequeña cómoda donde encima de
ésta apoyada en la pared se encontraba el vinilo que Lauren le había regalado junto con las
gardenias casi marchitas dentro de un jarro de cristal, riendo al recordar como desde que le regaló
el ramo, todos los habitantes de la casa, su pequeña familia, pensaban que tenía una admiradora
secreta a excepción de Dinah. Suspiró profundamente dándole la espalda a ésta quien empezaba a
cansarse de toda la situación.

- "Mila..." la llamó. "Eh, ven, mírame" dijo intentando captar su atención sin éxito. "Quiero que
hablemos sin gritarnos, sin echarnos cosas en cara, solo hablar" añadió casi suplicando.

Las palabras de Dinah le dolían precisamente porque sabía de qué quería hablar la chica más alta
que ella. Habían discutido varias veces por el mismo tema y aunque todas las conversaciones
comenzaran pacíficamente acababan a gritos con ella huyendo.

- "Por favor Camila" suplicó por última vez consiguiendo llamar su atención al llamarla por su
nombre y no por el mote con el que solo ella la llamaba.

Camila resopló y se sentó encima de su cama sin decir nada, tan solo haciéndole un gesto a Dinah
para que se sentara a su lado. La habitación de ambas no era bastante grande como la de sus
hermanos, pero tenía el espacio suficiente para ser ocupada por dos camas paralelas con una
alargada alfombra blanca entre medio de ellas, una cómoda blanca para cada una y un gran
armario compartido del mismo color.

- "Has estado con Lauren ¿verdad?" preguntó y Camila asintió. "Sé que hemos hablado de esto
antes Mila pero... sigo pensando que esto no está bien. Es muy arriesgado y más en este momento
en el que estamos a punto de..."

- "No Dinah, no es arriesgado. Es doloroso" la cortó "Es doloroso ver como la persona que por fin
me hace disfrutar completamente del amor y no con idas y venidas, sea la misma persona a la que
tengo que mentirle, la misma persona que consigue que cuando estoy con ella toda la mierda que
tenemos encima desaparezca, la misma persona que se ha interesado en mi sin realmente
conocerme, y ¿sabes qué? Es una puta mierda Dinah" dijo rota con los ojos brillosos a punto de
llorar.

- "Camila yo..."

- "Es una puta mierda tener que mentirle por miedo a involucrarla más, es una puta mierda sentir
que me pierdo en sus ojos cuando yo le miento con los míos, es una puta mierda que me note mal
y tenga que inventarme excusas, es una puta mierda pensar que pueda llegar a perderla" dijo
llenando sus mejillas de lágrimas.
Dinah comprendió las palabras de su mejor amiga y la abrazó sintiendo sus lágrimas en su hombro.
No le hacía falta saber más para confirmar sus sospechas, la chica mucho más bajita que ella se
había enamorado.

- "Tranquila, Mila, tranquila" dijo Dinah apartándola de su hombro para secarle las lágrimas con
sus grandes manos.

- "Si voy a empezar algo con ella quiero decirle toda la verdad Dinah porque me está
consumiendo" admitió limpiándose el ojo derecho con la manga de su jersey.

-"Espera, espera, espera ¿intentar algo con ella?" preguntó sin saber a qué se refería. "Se suponía
que tenías pareja, quedamos en eso"

Camila pensó la frase que acababa de soltar ¿Realmente quería intentar algo con ella? Claro que
sí, la cosa era ¿lo querría Lauren?

- "Sí pero ya no. He elegido a Lauren. Sé que quedamos en eso muy a mi pesar, pero necesito
sentirla como algo más" explicó.

Dinah ladeó la cabeza en señal de que se estaba perdiendo algo en toda la conversación por lo que
Camila le explicó cómo después de haber discutido con ella por no haberle dejado cogerle el
teléfono a Lauren, se fue directa a su estudio con la intención de hablar claramente sobre su
situación con 'su pareja' y cómo acabaron, a lo cual Dinah hizo una mueca en señal de asco antes
de dejarla continuar. Terminó comentándole cómo se tenía que inventar a alguien que ni si quiera
existía y además una conversación con dicha persona.

- "Sé que estás en desacuerdo con esto Dinah y sé que no lo vas a aprobar, pero sinceramente me
he cansado de dejar que tomes decisiones por mí" concluyó mirándola directa a los ojos marrones
de la chica más alta que ella.

- "¿Cómo es Lauren contigo? Quiero decir ¿te trata bien?" preguntó obviando las palabras de dolor
que Camila le acaba de escupir.

- "Lauren es... Lauren es el tipo de chica que todos piensan que conocen pero realmente no lo
hacen. Te lo puede estar diciendo todo tan solo mirándote pero a la vez nada. Es creativa,
detallista, entregada... pero sobretodo es inteligente Dinah. Defiende sus principios y valora lo que
tiene y lo que perdió. Puede sonar a locura pero la primera vez que nos miramos noté como me
dejaba de latir el corazón, sentí una presión en el pecho que casi consiguió que me ahogara en mis
propias palabras. Supe que lo tenía todo claro desde que sus penetrantes ojos esmeraldas me
miraron examinando mi alma" explicó con los ojos brillosos llenos de amor. "Y conmigo Dinah...
conmigo es apasionada, juguetona, atenta además de todo lo que te he dicho anteriormente, y
cuando estoy con ella me hace sentir segura como si no hubiera otro lugar en el que quisiese
estar, tan solo con ella envuelta en sus acogedores brazos" concluyó con una lágrima recorriendo
su mejilla izquierda.
Dinah había conseguido emocionarse también por las palabras de su mejor amiga. Se sentía
egoísta en aquel instante pensando solo en su protección y no en los sentimientos de Camila.

- "¿La quieres?" preguntó Dinah tomando la barbilla de Camila con una de sus manos.

- "Sí, la quiero" respondió sincera como nunca antes.

- "¿Ella te quiere?" volvió a preguntar.

Camila dudó por un momento, realmente nunca había escuchado de sus labios pronunciar las
ocho letras al igual que al contrario por lo que se quedó varias segundos pensativa.

- "No me lo ha dicho con palabras, pero me lo ha dicho con el corazón" admitió nerviosa.

- "¿Eres feliz con ella Mila?" volvió a preguntar como si de un polígrafo de tratase.

- "Dinah ¿no has oído todo lo que te acabo de decir?" preguntó confusa sin saber a dónde quería
llegar su mejor amiga.

- "Tú solo respóndeme" insistió.

- "Completamente feliz" respondió con una sonrisa al recordar la sensación que le producía al
tener a Lauren a centímetros.

Dinah sonrió notablemente consiguiendo mostrar sus diminutos dientes. Sabía que Camila estaba
siendo completamente sincera ya que nunca antes la había visto así de entregada por alguien.
Suspiró y miró fijamente a Camila a los ojos.

- "Pues lánzate, ve a por ella, dile que la quieres y cómetela a besos, pero nunca olvides quien eres
Mila y no seas precipitada con lo que ya sabes. Sé paciente porque con paciencia todo funciona
mucho mejor" dijo por fin Dinah después de unos segundos en silencio. "Perdóname por no haber
confiado en ti, perdóname por no haberte escuchado antes pero sobretodo perdóname por
haberte tratado de esta forma y haber tomado decisiones por ti" se disculpó llenando sus mejillas
de lágrimas. "Solo quería recordarte todo lo que hay en juego y que no es fácil llevarlo"

Camila comenzó a llorar abrazando fuertemente a su mejor amiga que por fin había vuelto. Las
últimas semanas se habían resumido en fuertes peleas a espaldas de sus padres quienes no se
podían enterar de nada, y compartir habitación con ella le había resultado bastante complicado
además de incómodo.

- "Te he echado de menos Dinah Jane" admitió Camila riendo entre lágrimas.

- "Y yo a ti Karlita" respondió con otra sonrisa mientras Camila le golpeaba el brazo al odiar que la
llamase así.

Volvieron a fundirse en otro abrazo que fue interrumpido por el sonido de unos nudillos
golpeando fuertemente la puerta de su habitación y la cabeza de Ethan asomando por ella.
- "Hora de irnos chicas" avisó haciendo visible ahora su musculoso cuerpo entero mientras ambas
se separaban. "Sigue en pie lo que teníamos ¿no?" preguntó al notar extrañas expresiones en
ambas caras.

- "Lo que diga Mila, al fin de cuentas, es ella la que manda" añadió mirando a la chica más bajita
que ella.

- "Sigue en pie" respondió Camila mientras asentía limpiándose de nuevo con la manga de su
jersey las lágrimas que adornaban sus profundos ojos marrones.

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Capítulo 38

Lauren giró la esquina viendo por el retrovisor como Camila la seguía con la mirada hasta que
abandonó la calle. De camino a la oficina recordaba cómo había expresado sobre el lienzo del
retrato de Camila su desanimado dolor al sentirse un segundo plato, y cómo éste desapareció
minutos después al tener a Camila agarrándose a su cintura con sus piernas mientras quedaban
unidas en un deseado beso admitiéndole que la elegía a ella. Lauren razonó por un momento
pensando en la situación de la pareja de Camila, si ella estuviese en su lugar la rompería en mil
pedazos, pero el amor es difícil de llevar y hay veces que simplemente no está de nuestro lado.

La morena de ojos verdes no solía creer en el destino, sino en la casualidad y pensaba en ella
mientras se paraba frente a un semáforo en rojo. Hay personas que llegan a tu vida sin necesidad
de pedirlas, al igual que otras se van pero siempre lo hacen espontáneamente. Podrían llegar en
forma de odio, de amor o de amistad, daba igual el tipo ya que acababas aprendiendo algo nuevo
de cada una de ellas.

Con el estómago vacío y los rayos de sol de la mañana dándole plenamente en los ojos
volviéndolos aún más verdes, Lauren aparcó en su habitual plaza y bajó de su Chevrolet dejando
caer su bolso sobre su hombro derecho. En el parking había varios de sus compañeros como cada
mañana, algunos haciendo una leve pausa para fumar y otros simplemente debatiendo sobre
cualquier tema. Fue directa hacia las escaleras cuando notó una mano sobre su hombro haciendo
que el bolso se le deslizara.

- "Lauren me gustaría hablar" dijo una voz muy conocida que le producía arcadas.

Se giró al escuchar la voz de Tom y para sorpresa de Lauren éste tenía una expresión distinta en su
cara. No lo había visto desde que le golpeó pero no le dio mucha importancia al pensar que
simplemente no se atrevía a pasarse por su planta después de su último encuentro. Su expresión
la hizo cambiar de opinión. Tom estaba más delgado y unas pesadas ojeras colgaban de sus ojos,
pero sobre todo lo que más le llamó la atención fueron sus ojos llenos de ¿culpabilidad tal vez?
- "Espero que solo sea eso Tom" dijo soltando un suspiro.

- "Completamente" respondió con la voz rota mirando hacia las leves marcas que quedaban sobre
ojo de Lauren. "Quería pedirte disculpas" admitió agachando la cabeza.

- "Vale. Tú me pides disculpas y yo te las acepto. Ahora quiero subir a la oficina, que tengas un
buen día Tom" respondió volviéndose hacia las pequeñas escaleras subiendo uno de sus
escalones.

- "No Lauren espera" pidió agarrándola del brazo fuertemente consiguiendo que Lauren se
molestara y la soltara rápidamente.

- "¿Qué quieres?" soltó pensando que volvería a montar otro de sus inaguantables escenas
'acosadoras'.

- "Mira yo... He estado pensando mucho en lo que pasó y quería pedirte que..."

- "No voy a denunciarte si es eso lo que quieres" le cortó Lauren mientras se cruzaba de brazos.

- "No es eso Lauren" admitió "Pero te agradezco que no lo vayas a hacer. El caso es que quería
pedirte una segunda oportunidad, que empezáramos de nuevo cómo cuando llegaste a la oficina"
explicó mirándola fijamente a los ojos.

Lauren notó una expresión sincera en sus oscuros ojos pero había algo que todavía no le acababa
de convencer. Tom fue uno de los primeros compañeros a los que conoció al tener que bajar hasta
su pequeña cabina para recoger unas cintas de grabación. A partir de ahí congeniaron bastante
bien e incluso fueron amigos pero la actitud obsesiva que comenzó a tener con ella hizo que se
alejara de él hasta tal punto de producirle asco su presencia.

- "¿En serio eres capaz de venir aquí como si nada después de golpearme y pedirme una segunda
oportunidad?" escupió Lauren comenzando a enfadarse. "Dos años Tom, dos jodidos años
prácticamente acosándome después de pedirte mil veces que no lo hicieras y ¿vienes pidiéndome
una segunda oportunidad?" dijo riendo irónicamente. "Estás muy equivocado si piensas que el no
denunciarte significa que podamos ser amigos, porque lo he hecho más por mí que por ti. Buenos
días de nuevo Tom" concluyó dándose media vuelta y subiendo rápidamente las escaleras.

Dejando a Tom fuera del edificio Lauren se paró en las escaleras que daban a su planta y soltó un
suspiro. ¿Habría sido cruel? Estaba a punto de darle una segunda oportunidad ya que todo el
mundo se la merece, pero el recordar cómo intentó tocar a Camila con sus mugrientas manos le
hizo replanteárselo dos veces. Toda la felicidad con la que había salido de su estudio había
desaparecido dejando en ella una expresión de enfado. Lauren se colocó correctamente el bolso
sobre su hombro y terminó de subir las escaleras llegando a su planta.

Normani la notó llegar al instante fijándose en la expresión que Lauren traía, sabía que algo no iba
bien por lo que se esperó lo peor y eso último iba de la mano del nombre de Camila.
- "Alguien tiene cara de pocos amigos esta mañana" bromeó la morena al ver como Lauren se
sentaba a su lado. "¿Algo que deba saber?" preguntó impaciente.

- "Adivina quién se ha dignado a dirigirme la palabra" respondió Lauren echando su espalda hacia
atrás en la silla.

- "¿El chico que rajó las ruedas de tu coche? ¿Cómo se llamaba? ¿Marcus?" preguntó viendo cómo
Lauren negaba con la cabeza. "¿Keana? Bueno en realidad no te molestaría que ella te hablase"

- "¡Normani!" la llamó elevando un poco la voz mientras se señalaba su ojo herido para facilitarle
la respuesta a la morena.

- "Maldito estúpido ¿qué demonios quería esta vez?" gruñó cerrando fuertemente el puño.

- "Una segunda oportunidad" soltó Lauren con sarcasmo. "Que no le di" añadió antes de que
Normani le preguntase.

- "Veo que vas aprendiendo, buena chica" bromeó la morena.

- "No me trates como un perro Mani" rio Lauren mostrando sus blancos dientes "Había algo
extraño en él, su expresión... no sé, estaba distinto, cambiado" destacó frunciendo el ceño.

- "Estaría menos borracho de lo habitual, no lo tengas mucho en cuenta" sentenció.

Lauren se giró hacia su portátil pensando de nuevo en la expresión de Tom, sabía que algo no
estaba bien con él, pero quizás sería mejor creer las palabras de su mejor amiga y dejarlo pasar
por mucha curiosidad que tuviera al respecto. Al fin de cuentas Tom no aportaba nada bueno a su
vida.

A pesar de su expresión de enfado, Normani notaba en Lauren quién le prestaba mucho atención a
la distinta imágenes de las chicas prostituidas de Aleric sobre su pantalla, un cierto toque feliz, más
del habitual. Mientras la morena le daba ligeros mordiscos a su manzana, fruncía el ceño sin
apartar la vista de su mejor amiga. Algo le decía que sus dudas se debían a Camila pero no quiso
presionarla a que se lo contase en el caso de que algo realmente le hubiese ocurrido, lo cual no
dudaba debido a la obviedad de Lauren.

Las imágenes de las adolescentes iban pasando ante sus ojos rápidamente intentando encontrar
algo distinto pero a la vez común en ellas. El sonido de la manzana de Normani cayendo al fondo
de la papelera entre sus mesas hizo que Lauren pegara un pequeño brinco mirando de reojo a la
morena quién le sonrió. "Lo sabe" pensó Lauren al saber que la sonrisa de la morena llevaba tras
ella el mensaje de 'estoy esperando a que me lo cuentes'. Lauren soltó un suspiro sin apartar la
vista de la pantalla intentando no ponerse nerviosa. Claro que quería contarle la elección de
Camila en la que ella había salido victoriosa y mostrarle toda la felicidad que derrochaba tras esto,
pero no era el momento indicado. Quería centrarse en el caso.
Las siguientes dos horas se le hicieron prácticamente fugaces. Durante ellas, Lauren había estado
observando la habitual carretera abandonada donde Aleric producía el cambio de las adolescentes
por distintos caminos repletos de droga, además de haber hablado con Normani sobre su relación
con Chad que al parecer iba viento en popa. Normalmente Brooke desaprobaba las relaciones
entre dos miembros de su plantilla pero en esta ocasión parecía haber hecho una excepción dado
que llegaba a preguntarles cómo les iba.

- "¿Quieres algo de comer?" preguntó Lauren a la morena que negó con la cabeza antes de volver
a mantener su mirada firme sobre la pantalla de su portátil.

Lauren se encogió de hombros y rebuscó dentro de su bolso un par de monedas sueltas con la
intención de dirigirse a por un snack de una de las tantas máquinas que adornaban el edificio en sí.
Pasando por el despacho de Brooke para llegar hasta ellas, Lauren tuvo la necesidad de saber
cómo estaba su jefa después de haberle admitido en la cafetería lo mal que se sentía con ella
misma. Se pausó frente a la máquina dudando unos segundos qué escoger.

- "Yo elegiría la barrita de chocolate y cereales. No tiene un sabor excelente pero es baja en
calorías" dijo una voz detrás de ella haciendo que Lauren se volviese para saber de quién se
trataba. "Aunque bueno esto solo es el consejo de una novata. Soy Kate, Kate Ryan pero no como
la cantante, yo no sé cantar" dijo la chica castaña estrechándole una mano mientras le dedicaba
una sonrisa.

La presunta Kate tenía razón ya que no se parecía en nada a dicha cantante. Realmente se
asemejaba más con el perfil de la modelo Jessica Lee Buchanan: melena castaña que llegaba hasta
su pecho, hipnóticos ojos color azul cascada y una marcada nariz envuelta en pecas resaltando su
piel morena clara. Si había algo en lo que no se asemejase a la modelo, esto sería sus paletas que
al contrario de las de Jessica Lee, estaban pegadas.

Había estado tan ocupada los últimos días que no recordaba que a finales de año y justo esa
misma semana entraban nuevos miembros a la plantilla, más conocidos como 'novatos' tal y como
la chica de su misma altura, se había descrito.

- "Lo siento si te he molestado, no debería hablarle así a un superior" añadió Kate al notar como
Lauren no había dicho nada y tan solo la observaba mientras jugaba con las distintas monedas
sobre sus manos.

- "Oh perdona" dijo rápidamente al volver de sus pensamientos. "Me llamo Lauren, Lauren
Jauregui" añadió estrechándole la mano notando la parte expuesta de su muñeca derecha
aparentemente tatuada "¿Cuándo has llegado?" preguntó curiosa dándole la espalda a la novata
para elegir la barrita de cereales.

- "Ayer, pero me asignaran un puesto oficial antes de que acabe el día" explicó sin dejar de
sonreírle a Lauren quien estaba frente a ella dándole el primer bocado a la barrita. "No te vi por
aquí al llegar" añadió Kate nerviosa por miedo a causar una mala impresión.
- "Eso es porque tuve el día libre" dijo saboreando la barrita en su boca "Podría acostumbrarme a
esto, gracias" destacó levantando el pequeño trozo que quedaba de ella. "Espero que te vaya bien
en los primeros días de iniciación Ryan" se despidió volviendo hacia su mesa.

Kate le había dado una buena impresión. Sentía curiosidad por seguir conociendo más sobre
aquella chica con tatuajes sobre su muñeca de los cuales no sabía si tenía más debido a la
chaqueta de su traje que no dejaba mostrar el resto del brazo, lo cual despertó en ella más
curiosidad. Ahora que había parado a fijarse más detalladamente, la planta estaba repleta de
novatos. Le alegraba tener caras nuevas paseando por la oficina.

- "¿Por qué no me habías dicho que han llegado los novatos?" preguntó dejándose caer sobre su
silla.

- "Pensaba que eras tú la que se fijaba en los pequeños detalles" añadió la morena soltando una
ligera sonrisa.

- "Hablando de pequeños detalles quiero contarte algo, aunque soy tan obvia que seguro que ya lo
habrás notado" dijo acercándose a Normani.

- "Si te refieres a tu enamorada sonrisa a causa de no sé qué acontecimiento con Camila Cabello,
sí, lo he notado" bromeó soltando el portátil y prestándole una completa atención a la morena de
ojos verdes.

- "Exacto" afirmó Lauren. "Ayer salí a pasear y acabé sobre un columpio pensando en lo que me
dijiste de qué iba a pasar entre Camila y yo, por lo que la llamé para preguntárselo yo misma"
admitió con los ojos brillosos al recordar cómo se sintió horas después. "Volví a mi estudio sin
ninguna respuesta ya que no respondió y allí la volvía a llamar dos veces más obteniendo
respuesta a la tercera llamada" añadió.

- "¿Y de qué hablaron?" preguntó curiosa acercándose más a Lauren para que aquello quedase
como una conversación completamente privada.

Lauren estuvo a punto de responderle a la morena cuando notó como había menos silencio al
habitual y vio aparecer a Brooke de su despacho con una carpeta agarrada firmemente con sus
pequeñas manos, regalándole una sonrisa en señal de saludo a Lauren.

- "Espero que este año no nos toque aguantar a otro desastre como Jonah" soltó Normani viendo
como los novatos se iban reuniendo junto a Brooke quien preparaba el micrófono para lo que
sería la charla del día.

- "Te recuerdo que fuiste tú quien lo 'maltrató psicológicamente'" bromeó Lauren consiguiendo
que la boca de su mejor amiga se abriera en forma de O.

- "Gracias a mí ahora es un oficial hecho y derecho" añadió Normani gruñendo ante el ataque de
su mejor amiga.
Ver la fila de novatos junto a Brooke le recordó cómo ella estuvo en esa misma posición dos años
atrás con Normani agarrando fuertemente su mano para no dejar salir a su ataque de nervios.
Sonrió plácidamente al reconocer a Kate entre ellos. Por el comentario de las calorías, Lauren
podía hacerse a la idea de que a la novata le gustaba cuidarse y su perfecta figura no parecía
desmentir sus pensamientos. Se sonrojó y miró hacia otro lado rápidamente cuando Kate
descubrió que la estaba observando atentamente.

- "¿Qué fue eso? Que yo sepa Camila no está entre los novatos" dijo la morena con una ceja
levantada.

- "He conocido a una de las novatas antes y solo estaba observándola como hago con todo al que
conozco Mani" dijo sincera pues eso era lo que había estado haciendo.

- "Espero que solo sea eso, bastante me cuesta lidiar con tú relación o lo que sea que te traes con
Camila, para tener que lidiar con otra" añadió en voz baja mientras Brooke comenzaba a presentar
a los novatos.

Lauren rio ante la frase de Normani. La novata podría parecerle sexy además de curiosa pero eso
no cambiaba sus sentimientos hacia Camila, y menos ahora cuando por fin sentía que las cosas
comenzaban a ir bien.

- "¿Jauregui?" la despertó de sus pensamientos sobre la chica más bajita que ella una voz
conocida. "Jauregui ¿me estás escuchado?" preguntó Brooke.

Se había perdido media charla de los novatos pensando en los labios de Camila sobre los suyos
hacía menos de veinticuatro horas y en cómo la echaba de menos, por lo que no tuvo más
remedio que mirar a Normani pidiendo auxilio con sus ojos.

- "No habrá problemas con eso Brooke, se lo aseguro" añadió Normani antes de ver como la
morena de ojos verdes le daba las gracias.

- "Eso espero Kordei, no quiero los mismos accidentes del año pasado" recalcó volviendo a seguir
con el reparto.

Lauren agarró de la muñeca a la morena llevándola hacia ella y la abrazó fuertemente dándole por
segunda vez las gracias por salvarla de aquello.

- "¿A qué se refería Brooke?" preguntó Lauren curiosa separándose de los brazos de su mejor
amiga.

- "A que tenemos nueva compañera" respondió Normani señalando hacia una chica frente a ellas.

- "Hola de nuevo Lauren" dijo Kate con una amplia sonrisa mientras alzaba su manos en señal de
saludo.

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Capítulo 39

En un principio tener a Kate como novata no le suponía ningún problema ya que había mantenido
una pequeña conversación con ella antes y le había causado una buena impresión. Normani
estuvo lanzándole miradas a Lauren durante la media hora en la que ésta estuvo poniendo a Kate
al día sobre el caso de Aleric. No entendía a qué se debían las miradas de su mejor amiga, solo se
le ocurría pensar que sería a causa de haberla dejado a medias contándole su noche con Camila.

- "Creo que es hora de que Lauren deje de atosigarte con el trabajo y nos cuentes más de ti"
propuso Normani volviendo a mirar fugazmente a Lauren quien le sacó la lengua en señal de burla.

- "Aquí viene el interrogatorio..." dijo Lauren por lo bajo mientras Kate reía por su comentario.

- "¿Personal o laboralmente?" preguntó mirando a la morena.

- "Laboralmente, la otra opción se la dejaré a otra persona" dijo clavando la mirada en Lauren
quien no entendía nada sobre la actitud de su mejor amiga. "Pero creo que deberíamos hablarlo
en otro lado" dijo mirando el reloj que colgaba de las blancas paredes de la oficina. "Vamos a
comer, invita Lauren" añadió soplándole un beso.

Lauren soltó un suspiro a la misma vez que levantaba una de sus cejas, sabía que había hecho algo
para que Normani tuviera esa actitud por lo que pensó que ese sería el precio que debería pagar si
quería una explicación.

- "¿Dónde te gustaría ir Ryan?" preguntó Lauren queriendo ser educada.

- "¿Sabéis cuál es ese restaurante que hace un pollo delicioso? No está muy lejos de aquí. Creo que
se llamaba..."

- "Nando's" respondió rápidamente Lauren con una sonrisa conociendo el horario de Camila
mientras pensaba que la volvería a ver.

- "¡Exacto!" respondió Kate animada. "Podríamos ir ahí si os parece bien"

- "Por mí perfecto, no me perdería ese encuentro por nada del mundo" añadió Normani
colocándose el abrigo.

Kate giró levemente la cabeza sin entender a qué se refería la chica de piel oscura. Lauren le echó
una mirada fugaz a Normani quien la omitió y se fue directamente escaleras abajo dejándola atrás
junto con Kate.

Si las miradas entre Lauren y su mejor amiga habían sido incómodas dentro de la oficina, dentro
del coche de la morena de ojos verdes lo fueron más, por lo que ésta decidió dejar sonar
Ultraviolence, descubriendo con esto que a Kate también le gustaba escuchar a Lana del Rey.
Lauren entró en Nando's dejando a las dos chicas frente a ellas. Los nervios recorrían su cuerpo
pensando que iba a volver a ver a la chica que le cortaba la respiración pero para sorpresa de ésta
no pudo encontrarla entre todos los camareros en el camino hacia su habitual mesa. Antes de
sentarse al lado de Kate quien le había ofrecido el asiento, volvió a mirar una vez más por todo el
restaurante encontrándose solo con las miradas desconocidas de un par de personas.

- "¿Qué más tienes para contarnos Kate?" preguntó Normani curiosa.

- "Pues no mucho más la verdad" dijo encogiéndose de hombros "Tengo muchos hobbies en los
que están incluidos todo tipo de deportes pero mi pasión es el arte" añadió consiguiendo llamar la
atención de Lauren quién giró rápidamente la cabeza hacia ella.

- "¿Solo tienes tatuajes en la muñeca?" preguntó Lauren recordando cómo se lo había notado la
primera vez que se conocieron.

- "No" dijo quitándose la chaqueta y subiendo la manga de su camisa hacia arriba exponiendo su
brazo tatuado. "La piel es el lienzo más sincero en el que puedes dejar marca, es por eso por lo
que para mí los tatuajes son un arte"

Una gran sonrisa apareció en el rostro de Lauren al escuchar las palabras de su nueva compañera.
El arte era una de sus mayores pasiones y para Kate también lo era, algo que le hizo ganar puntos.
El brazo de ésta era un lienzo tal y como lo había explicado: la muñeca que Lauren pudo ver horas
antes, estaba rodeada de un mandala horizontal al que le seguía la cabeza de un tigre blanco
rodeado de un par de flores subiendo hacia una pluma al lado de un atrapa sueños además de un
par de pequeños números romanos por todo el brazo.

- "No podrías haber dado mejor explicación Kate" añadió Lauren embobada.

Por un momento se olvidó de las miradas que Normani le seguía lanzando y con la yema de su
suave dedo índice comenzó a perfilar los distintos tatuajes cómo si su dedo se tratase de un pincel.
Notó la piel de Kate erizarse con el contacto pero no le hizo mucho caso ya que escuchó una voz
que la hizo sonreír aún más.

- "Buenas tardes, ¿saben lo que van a pedir?" preguntó Camila seria.

Lauren captó la seriedad de Camila al instante y las miradas de su mejor amiga de nuevo sobre
ella. Se quedó pensativa en ella buscando el contacto de sus ojos sin éxito debido a que una vez
que Normani había pedido el almuerzo, Camila desapareció de allí entrando a la zona de
empleados rápidamente. Un fuerte dolor se hizo dueño del pecho de Lauren creando en ella una
sensación de malestar. Quiso pensar que se podía deber a los pensamientos de la chica más bajita
que ella de mantenerlo todo bajo secreto, pero algo en ella le decía que no se trataba de eso.

Normani había notado también algo entre ellas por lo que sus miradas pasaron de ser fugases a
mostrar preocupación por su mejor amiga. Durante varios minutos, Kate estuvo hablando más
sobre su vida de la cual solo escuchó que la habían pasado de cursos un par de veces y que por eso
nadie creía que con 19 años pudiera haber terminado la carrera. La poca atención de Lauren se
debió a que sus ojos no se apartaban de la zona de empleados esperando a que Camila apareciera
por ella regalándole una sonrisa que la mantuviera al margen de las preocupaciones.

- "¿Lauren?" la llamó Normani.

- "¿Eh? ¿Qué pasa?" preguntó volviéndose hacia ellas.

-"Le estaba diciendo a Kate que el arte también es una de tus mayores pasiones" respondió la
morena.

- "¿Es eso cierto?" preguntó Kate sorprendida quien seguía con la camisa remangada.

- "Así es, junto con la lectura entre otras" explicó con una sonrisa.

- "Además de que es una gran artista" añadió Normani sonriéndole a ambas.

- "Vaya Lauren, no me esperaba eso" admitió Kate sorprendida agarrando la mano de Lauren.

No supo interpretar el gesto de su compañera debido a que podía ser una muestra de emoción
por compartir los mismos gustos o algo más debido a la piel erizada de antes. Fuese como fuese
no lo pensó más debido a la llegada de Camila con una bandeja en ese preciso momento.

- "Que tengan un buen provecho" dijo soltando la bandeja rápidamente encima de la mesa y a la
misma velocidad volviendo a la zona de empleados sin haber mirado a Lauren, tan solo fijando su
vista en el agarre de manos.

El dolor en el pecho de Lauren se hizo más fuerte al notar como por segunda vez Camila había
omitido su presencia como si fuese una más. "Una más" pensaba Lauren repetidas veces mientras
la corta frase resonaba en su cabeza una y otra vez.

-"Aprovecharé el tiempo en el que el almuerzo se enfría para ir al baño" añadió Kate quien no se
había dado cuenta de la preocupación de Lauren haciendo que ésta se levantara de la mesa para
dejarla pasar.

Lauren volvió a sentarse sin decir nada mientras la figura perfectamente cuidada de Kate se dirigía
hacia el baño. Soltó un gran suspiro envuelto en tristeza que hizo a su mejor amiga reaccionar.

- "¿Se puede saber a qué cojones ha venido eso Lo?" preguntó frunciendo el ceño mientras
repartía a cada una su parte del almuerzo.

- "¿Me lo pregunta la que lleva todo el día con las miradas?" soltó levantando la cabeza.

- "Está bien, puede que me haya pasado, perdóname. Solo quería picarte un rato y tu cara de
confusión realmente ha valido la pena" añadió con una sonrisa que desapareció al instante al no
obtener otra como respuesta de su mejor amiga. "Pensaba que estaba todo bien con Camila"
admitió mirando fijamente a Lauren.
- "Y debería estarlo Mani, no sé a qué ha venido la falta de atención"

- "¿Qué tal si me cuentas que pasó después de esa llamada y tratamos de buscarle una
respuesta?" preguntó Normani agarrando ambas manos de Lauren trasmitiéndole seguridad.

-"Está bien" dijo agarrando fuertemente las manos de la morena. "Quería hablar conmigo y se
presentó en mi estudio. No te voy a negar que discutimos porque lo hicimos. Me pidió
indirectamente seguir con lo que sea que tenemos pero en secreto y rechacé la propuesta porque
no quería ser una segunda opción en su vida" comenzó con los ojos brillosos. "Le pedí que se
marchara y descargué mi impotencia cómo tú bien sabes hasta que escuché fuertes gotas de lluvia
golpear mi ventana y salí en su busca porque había venido caminando desde su urbanización. Al
salir me la encontré resguardada bajo un pequeño techo y bajo la lluvia le pedí con otras palabras
que yo fuese su única opción y ella aceptó lanzándose a mis labios" explicó mordiéndoselos
recordando el sabor.

- "Eso suena a escena de película Lo" añadió Normani mostrando complicidad en sus ojos. "Pero
tuvo que pasar algo más para que Camila haya tenida esa actitud ¿no crees?"

- "Debería pero pasó todo lo contrario" respondió dándole un sorbo a su refresco para aclarar su
garganta. "No llegamos a hacerlo porque me dijo que quería que fuese especial Mani ¡especial!"
dijo separando las manos de la morena y haciendo un gesto con ellas. "Todo ha ido bien hasta esta
mañana que la dejé en su urbanización y se supone que debería seguir igual"

- "¿Crees que ha podido hablar con su pareja?" preguntó Normani con delicadeza no queriendo
hacer daño a Lauren.

- "No lo sé" soltó agachando nuevamente la cabeza. "Tal vez se haya arrepentido..." añadió Lauren
notando un continuo dolor en su pecho después de decir la última frase.

- "Sinceramente no sé si ha podido ser eso o no Lauren, pero no creo que Camila sea el tipo de
chica que da un gran paso y en menos de 24 horas se arrepiente ¿o me equivoco?"

Lauren quiso responder pero el sonido de una bandeja impactando contra el suelo proveniente de
la zona de empleados se lo impidió mostrando después de este la figura de Camila corriendo hacia
fuera del restaurante con lágrimas en los ojos. No le llevó más de dos segundos reaccionar y salir
corriendo detrás de la chica más bajita que ella chocándose en la puerta con un chico cuya cara le
resultaba familiar a lo cual no le dio importancia.

Kate quien había observado toda la escena notó una mirada asesina proveniente de una alta
camarera rubia y volvió a su mesa observando como el rostro de Normani era de un completo
asombro.

- "¿A qué ha venido eso? Creía que no la conocía ¿quién es?" preguntó la chica de ojos azul
cascada sentándose frente a Normani quien no asimilaba nada.
- "Una amiga muy especial de Lauren" respondió la morena mirando fijamente la puerta.

- "Muy especial" pensó Kate frunciendo el ceño mirando hacia el mismo lado que su compañera.

Tras pasar la puerta Lauren pudo ver como Camila se alejaba cada vez más debido a su rapidez.
Corrió tras ella durante un par de minutos llamándola mientras ésta hacía caso omiso de sus
palabras deteniéndose en un banco a la sombra de un árbol dos calles más atrás del restaurante.

- "¡Camila!" volvió a repetir Lauren una vez más con el poco aire que le quedaba acercándose
hacia ella notando las lágrimas recorrer sus mejillas. "Eh, ¿qué pasa?" preguntó sentándose a su
lado agarrándola por la mejilla.

- "Nada" mintió Camila apartando su barbilla de sus manos.

- "Entonces, ¿por qué lloras?" insistió sabiendo que no estaba siendo sincera.

- "¿Qué más te da?" preguntó Camila levantando la cabeza y mirando fijamente a Lauren. "Ve y
pregúntale a tu amiguita que seguro que te parece más interesante que yo" escupió entre dientes
mientras el leve viento de la tarde le ondeaba su oscura melena.

Por fin lo había entendido todo. La actitud de Camila en el restaurante coincidió con el pequeño
contacto que había tenido con Kate dejando a la chica más bajita que ella con una idea equivocada
y un ataque de celos.

- "¿Qué amiga Camila?" preguntó queriendo asegurarse de que estaba en lo cierto.

- "Sabes perfectamente de quién te hablo. La perfecta chica de ojos azules con la que has
compartido caricias, si es que solo has hecho eso" respondió apartando la vista de los penetrantes
ojos verdes de Lauren.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de ésta debido a los celos de Camila. Estaba en lo cierto
lo cual le supuso un gran alivio pensando que pudiera ser un motivo peor.

- "Camila vamos. Mírame" le pidió sin éxito. "Ella no es para mí quién tú crees que puede ser"
admitió captando la atención de Camila quien la miró de reojo. "Su nombre es Kate y tan solo es
una nueva compañera de trabajo con la que hemos salido a celebrar su llegada"

- "No tienes por qué darme explicaciones, no es como si yo fuera alguien importante en tu vida"
gruñó Camila sin aun mirarla.

Lauren resopló ante las palabras de la morena y se levantó de su lado agachándose frente a ella
quien levantó la cabeza y la volvió a mirar con las lágrimas adornando sus mejillas.

- "Eres importante en mi vida Camila" admitió Lauren secándole las lágrimas. "Lo supe desde que
nos encontramos por primera vez y creo que mis acciones te lo han dejado claro más de una vez"
dijo sonriéndole tímidamente.
- "Pero la forma en la que habéis tenido contacto..."

- "Solo nos alegrábamos por compartir la pasión por el arte, eso es todo" le volvió a explicar
mirándola fijamente. "No es ella a quién le he regalado mis buenos días esta mañana, ni tampoco
es ella a la que le revelé mis sentimientos anoche. Fuiste tú con la que compartí una balada, fuiste
tú quién durmió anoche entre mis brazos, fuiste tú la que me hizo llorar pensando que te había
perdido. Todo eso fuiste tú y no ella Camz" explicó con los ojos brillosos consiguiendo que se
volvieran más verdes.

- "¿Cómo me has llamado?" preguntó con un sollozo.

- "Camz" repitió Lauren con su voz rasgada.

- "Me gusta cómo suena Camz" dijo riendo entre lágrimas.

- "Y a mí me gustas tú. Nadie más ¿te ha quedado claro?" preguntó secándose las lágrimas con la
manga de su chaqueta mientras Camila asentía.

No pudo contener más sus ganas y se lanzó a Lauren agarrándola fuertemente proporcionándole
un agradable y necesitado abrazo que ésta no tardó en responder.

- "Entonces ¿no es tu novia ni nada por el estilo?" preguntó Camila separándose de Lauren.

- "En el caso de que tuviera novia no sería precisamente ella" respondió consiguiendo que ambas
se sonrojan.

No le hicieron faltas más palabras para lanzarse de nuevo a sus brazos notando la cálida
temperatura que desprendía el cuerpo de Lauren y su habitual perfume Reb'l Fleur de Rihanna.
Camila sabía que era buen momento para comunicarle su falsa conversación con su pareja
inexistente pero justo cuando se dispuso a ello, Lauren la interrumpió.

- "Eres una celosa además de una gruñona ¿lo sabías?" preguntó entrelazando sus manos
haciendo que se pusieran de pie.

- "En ningún momento te he enseñado esa parte de mi hasta ahora" dijo acercándose más a
Lauren.

- "¿Tengo que recordarte a Victoria? La chica de la biblioteca a la que te llevé" preguntó Lauren
alzando una ceja.

- "Bueno quizás lo haya mostrado un par de veces, pero eso no significa que lo haya sido siempre"
gruñó.

- "Tienes razón, tuve que llegar yo a tu vida para que lo fueras" bromeó Lauren.

- "Idiota" respondió Camila dejándole un leve golpe en el hombro.


- "Gruñona" añadió Lauren recortando la distancia entre ellas con una sonrisa.

Las ganas de besarla aumentaban por instantes pero Lauren no quería adelantarse a nada, por lo
que dejó un cálido beso sobre su frente y la volvió a abrazar haciendo que la cabeza de ésta
quedase apoyada en su hombro.

- "He hablado con ella" dijo Camila sin dejar de agarrar la cintura de Lauren quien había
comenzado a temblar.

- "¿Y qué tal?" preguntó temiéndose cualquier cosa.

- "Pues..."

- "¡Mila!" gritó una voz detrás de ellas haciendo que ambas se separaran.

Dinah estaba frente a ellas con una expresión de preocupación en su rostro poco visible debido a
la gorra del uniforme la cual Camila no llevaba. Lauren separó además sus manos preocupada por
si la chica más alta que ella estaba al corriente de todo o no, lo cual podía imaginar pero no quiso
arriesgarse.

- "No puedes salir corriendo cada vez que quieras y dejar tu puesto de trabajo. Te lo he dicho miles
de veces. Aunque la compañía de ahora fuese mejor que el olor a comida rápida" dijo dejando
escapar una sonrisa reflejando sus diminutos dientes. "Hola Lauren" saludó mirándola haciendo
que ésta le devolviera el saludo con la mano.

Camila no pudo creer como hacía menos de una hora estaba discutiendo con Dinah por pensar
que ella tenía razón respecto a Lauren y que debía alejarse de ella nuevamente por pensar que la
había engañado, y ahora la saludaba con total normalidad.

- "Debemos volver Mila" la advirtió Dinah cruzándose de brazos.

Con el gesto de Lauren para que volviera tranquila, Camila se despidió de ésta dejándole un suave
beso en la mejilla antes de acompañar a Dinah de nuevo hacia el restaurante.

- "Espera" dijo Camila haciendo que ambas se parasen en medio de la acera.

Miró hacia atrás y vio como Lauren la seguía mirando con una sonrisa. No pudo contener sus
ganas y corrió rápidamente hacia ella quedando envuelta en sus brazos mientras sus bocas
chocaban convirtiéndose el acto en un deseado beso que terminó con el labio inferior de Lauren
siendo mordido por la chica más bajita que ella.

- "Hablamos a la noche" se despidió Camila agarrándola por el cuello. "Adiós idiota" dijo dándole
tras esto un último beso.

- "Adiós Camz" susurró Lauren viendo como la chica más bajita que ella volvía al restaurante.

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Capítulo 40

Esperó varios minutos sentada en el banco con una amplia sonrisa antes de volver a entrar en el
restaurante. Camila había hablado con su pareja y por cómo se lo había dicho no parecía traer
malas noticias lo cual hizo que Lauren se estirara en el banco sintiéndose feliz al pensar que a
partir de ahí todo podría ir a mejor.

Colocándose bien su chaqueta, se dirigió de nuevo a Nando's pensando en lo lejos que había
llegado corriendo detrás de la chica más bajita que ella y en cómo Dinah Jane sabía que estaban
allí. Nada más entrar notó la mirada de Normani penetrando en ella calmándola Lauren con otra
en señal de tranquilidad mirando a Camila quien limpiaba una mesa y después de nuevo a la
morena regalándole una sonrisa.

- "Perdonad la ausencia" se disculpó Lauren sentándose de nuevo al lado de Kate mientras cogía
su parte del almuerzo.

- "¿Qué te ha pasado?" preguntó Kate curiosa dándole un sorbo a su refresco.

- "A mi nada" dijo Lauren sonriente llevándose un trozo de pollo a la boca.

- "No sabía que la conocías" añadió dando por hecho que se trataba sobre la camarera. "¿Quién
es?" preguntó curiosa queriendo saber más sobre aquella chica.

- "Es una amiga, una muy buena amiga" respondió Lauren mirando hacia Camila quien le regaló
una sonrisa.

Normani se quedó en silencio mientras comía observando la situación y cómo Kate parecía curiosa
por conocer qué papel empleaba Camila en la vida de su mejor amiga.

- "Normani me dijo que es alguien muy especial para ti. ¿Es tu novia?" preguntó Kate consiguiendo
que tanto la morena como Lauren tosieran al no esperarse dicha pregunta.

- "No, no es mi novia" respondió recobrando la postura deseando que no fuese esa la respuesta.
"Pero sí me gustan las chicas, si es eso lo que quieres saber"

- "No es que lo vea malo ni nada, es simple curiosidad" añadió Kate dándole un gran bocado al
pollo.

Lauren miró a la morena frunciendo el ceño pensando si ambas compartían el mismo pensamiento
respecto a su nueva compañera. Normani quien captó al instante la mirada de Lauren afirmándole
que pensaban lo mismo no dudó en salir de dudas.

- "¿A ti te gustan las chicas Kate?" preguntó Normani directa dándole un sorbo a su refresco medio
lleno.
- "No" dijo seria sin levantar la cabeza de su bandeja. "Aunque en realidad no lo sé, nunca he
experimentado" admitió sonriéndole a ambas compañeras.

La conversación quedó ahí después de que Normani le lanzara una mirada a su mejor amiga
sabiendo ésta que volvería a salir el tema entre ellas más tarde. Tras un par de minutos más tarde,
todas quedaron llenas excepto Lauren quien se había dejado parte del pollo por haber estado
jugando con Camila a las miradas desprevenidas. Cuando Lauren estuvo a punto de levantarse
para ir a pagar la cuenta tal y como habían acordado, Kate la agarró por la muñeca y se ofreció a
pagar ella a lo cual no dejó que Lauren se negara.

- "¿Piensas que ella juega en el mismo equipo que tú?" preguntó Normani acercándose a Lauren
mientras miraba cómo Kate se dirigía hacia el mostrador.

- "Sinceramente no lo sé" respondió la morena de ojos verdes encogiéndose de hombros.

- "¿Para qué quieres un radar si no le das uso?" bromeó la morena.

- "Primero, no tengo un radar. Se llama intuición" respondió riendo "Y segundo, pienso que solo
tiene curiosidad"

- "Se le ha notado bastante contigo" dijo Normani riendo consiguiendo que Lauren le pegara un
codazo. "¿Qué tal con Camila?" preguntó al notar como ambas volvían a mirarse con timidez una
vez más.

- "Tal y como debe ser" respondió con una sonrisa "En otro momento te explico" añadió mirando
como volvía Kate hacia ellas.

Justo estaban a punto de recoger sus cosas y salir del restaurante cuando notó como Camila la
llamaba con una expresión pícara antes de entrar en el cuarto de baño. Lauren tragó fuertemente
mientras comenzaba a temblar y no dudó en seguirla.

- "Voy un momento al baño. No aguanto más" dijo haciendo que tanto la morena como la chica de
ojos azul cascada se parasen. "Esperadme en el coche" añadió entregándole las llaves de su
Chevrolet a Normani.

Entró en el cuarto de baño con cuidado viendo solo las distintas puertas cerradas de los aseos sin
rastro de Camila.

- "¿Camila?" la llamó mientras avanzaba hasta el final.

- "Me gusta más como suena Camz, pero te perdono por esta vez" susurró detrás del oído de
Lauren tapándole los ojos consiguiendo que ésta sonriera al estremecerse.

Lauren agarró sus finas manos y las bajó hasta su cintura dándose la vuelta y quedando frente a la
chica más bajita que ella quien ahora sí llevaba gorra.

- "Hola Camz" dijo acercándola a ella.


- "Hola idiota" respondió sin impedírselo.

-"¿Cómo ha ido la conversación con ella?" preguntó Lauren acerca sobre la pareja de Camila.

- "Deja de perder el tiempo hablando y bésame" susurró Camila después de morderse los labios.

- "Bueno pues si no quieres que hablemos, no hablamos" respondió Lauren agarrando a Camila en
el aire y subiéndola al lavabo quedando Lauren entre sus piernas juntando sus bocas.

Camila cerró los ojos al sentir el contacto de la chica más alta junto a ella cada vez más cerca
debido al tenerla agarrada por la cintura con sus piernas mientras le sujetaba su larga melena con
firmeza. Lauren por otro lado la presionó junto a ella por la espalda con el brazo izquierdo
mientras que con el derecho acariciaba su muslo consiguiendo excitar a la chica de ojos marrones.
tras varios minutos repitiendo los movimientos con sus bocas unidas por sus lenguas, Lauren se
separó exhausta mirando a Camila firmemente con una sonrisa.

- "Demasiado tiempo sin probar tus labios" susurró Camila pasándole la lengua por la oreja a
Lauren haciendo que ésta soltara un gemido mientras se mordía los labios.

- "Totalmente de acuerdo" admitió acercándose de nuevo a ella dejando un suave beso en sus
labios y seguidamente en su nariz.

Justo en el momento en el que sus labios iban a encontrarse de nuevo entró en el baño una señora
haciendo que Camila bajara del lavabo rápidamente e hiciera creer que se estaba lavando las
manos mientras Lauren hacía creer que se estaba examinando la cara en busca de algún punto
negro frente al espejo. Una vez la señora entró en uno de los aseos, Camila miró a Lauren
juguetona colocándose bien la cola despeinada y tras esto la gorra. La morena de ojos verdes se
acomodó el pelo mientras se miraba al espejo y mirando la hora en su reloj de pulsera se despidió
de Camila dándole un silencioso beso antes de atravesar la puerta del baño dejando a la chica más
bajita apoyada en el lavabo dándole la espalda al espejo.

Nada más salir, Lauren volvió a cruzarse con el mismo chico con el que se cruzó al salir corriendo
detrás de Camila. Ambos se quedaron mirando fijamente notando el detalle de sus manos
vendadas. Lauren sabía que le sonaba de haberlo visto antes pero no conseguía descifrarlo, por lo
que le regaló una sonrisa y volvió rápidamente a su coche quitando las arrugas de su chaqueta por
el camino.

Media horas después tras dejar a Kate en el centro y seguidamente a su mejor amiga en su
apartamento, Lauren volvió a su estudio con una amplia sonrisa en sus labios la cual no había
desaparecido desde que salió del baño después de compartir algo más que miradas con Camila.
Dejándose caer sobre el chaise longue de su salón manteniendo su teléfono sobre sus manos se
fijó como en la pantalla de éste aparecía reflejada la fecha 11 de diciembre. Lauren soltó un
suspiro pensando que ya era hora de colocar los adornos de Navidad por lo que se dirigió hacia su
habitación cambiando el traje por ropa cómoda y salió al pequeño trastero dónde guardaba todo
lo que necesitaba en ese momento.
Tras un par de viajes del trastero al estudio y de éste al trastero, Lauren llenó la entrada de su
estudio con un par de cajas con los nombres 'LUCES', 'ADORNOS' y 'ÁRBOL' escritos con rotulador
negro con su perfecta caligrafía. Dejando apiladas a un lado las distintas cajas se pasó la siguiente
hora y media limpiando a fondo el estudio volviendo a su cabeza la idea de repintar las grises
paredes.

Decidida a colocar todos los adornos cayó en la conclusión de que para poder hacer esto tendría
que despejar la zona entre el sofá y su mesa de trabajo, llevando los lienzos apoyados en las grises
paredes hacia su habitación. Una vez todos apilados ordenadamente le faltó por coger el más
importante, el del retrato de Camila. Con éste entre sus brazos se dirigió hacia su habitación
colocándole una sábana por encima antes de ponerlo al final junto con los otros. Lauren soltó un
suspiro mientras lo colocaba con delicadeza deseando no volver a dibujar más encima de él.

Con todo listo, colocó el árbol de casi dos metros en el hueco previamente dicho, siendo éste
treinta centímetros más alto que la chica de ojos verdes. Con música navideña acompañando su
decoración, Lauren colocó las medianas bolas azules en cada pequeña rama tras haber rodeado el
árbol con luces blancas. Tras esto, colocó un par de figuras sobre las distintas mesas del estudio y
le añadió a la gran puerta principal una corona de flores rojas acompañadas de un pequeño Santa
Claus, además de un par de botas de tela verde colgadas sobre la chimenea de piedra entre la
estantería y el mueble de la televisión de lacado blanco. Satisfecha con su trabajo y con All I Want
For Christmas Is You de Mariah Carey de fondo, Lauren decidió darse una merecida ducha después
de tanto trabajo.

Notando el agua caliente penetrando sobre su piel tatuada mientras el vapor sobresalía por la
parte de arriba de la ducha, Lauren no se quitaba de la cabeza la cara del chico con el que se topó
dos veces en Nando's y el cual seguía sin recordar quien era. Salió de la ducha posando sus
mojados pies sobre la esterilla blanca mientras rodeaba su figura con su habitual toalla blanca.
Salió del baño hacia su habitación notando en sus pies descalzos el tacto de la moqueta. Se cubrió
su cuerpo ya seco con una ancha camiseta negra de The 1975 y unos largos pantalones grises de
pijama y volvió de nuevo al salón sentándose en su escritorio mientras se encendía su portátil.

Con todo ya preparado excepto el informe dentro de su bolso, decidió pasar una noche tranquila
volviendo a revisar los pasos ya dados anteriormente. Se levantó de la silla en busca de su bolso
para recoger el informe cuando su teléfono sonó mostrando el nombre de Camila en la pantalla
seguidamente de un mensaje.

- "¿Tienes hambre?" preguntó.

- "Mucha, pero más de ti" respondió Lauren juguetona.

Segundos después a punto de sacar el informe del bolso con una sonrisa sin saber a qué se refería
con esa pregunta, escuchó sonar el timbre y sin imaginarse quien era dejó el bolso, y abrió la gran
puerta encontrándose a Camila tras ella.
- "¿Ha pedido la Señorita Jauregui una pizza muy caliente?" preguntó Camila con un tono seductor
apoyada con una mano sobre el marco de la puerta mientras con la otra mano sostenía una caja
roja cuadrada con vapor sobresaliendo de ella.

Lauren quedó embobada ante la figura de Camila quien había dejado atrás su habitual uniforme,
para darle la bienvenida a unos vaqueros rasgados y a un jersey de cuello alto color caqui
exponiendo su abdomen con su oscura y ondulada melena sobre él. Camila quién notó la falta de
palabras en Lauren entró en el estudio y soltó la pizza encima de la encimera de la cocina y se
dirigió de nuevo a Lauren entrelazando sus brazos por el cuello de ésta.

- "¿Te ha comido la lengua el gato?" bromeó acercándose a los labios de la chica de ojos verdes
dejando en ellos un cálido y profundo beso.

- "Alguien mucho mejor" respondió Lauren al separarse. "Hola gruñona" sonrió.

- "Hola Lern Jergi" respondió en un susurro.

- "No sabía que me había cambiado el nombre" bromeó Lauren cogiendo la caja de la pizza y
llevándola hacia la mesita de melanina blanca junto con un par de refrescos.

- "Eso es porque los extraterrestres de tu planeta Ojos Verdes te han lavado el cerebro y no te
acuerdas. Por suerte estoy aquí para recordártelo" bromeó siguiendo a Lauren hacia el sofá
sentándose a su lado. "Bonita decoración" añadió contemplando cada nuevo detalle.

Lauren no pudo evitar sonreír por mucho que quisiese hacerse la dura pero la expresión infantil de
Camila la volvió vulnerable haciendo que le regalase un pequeño mordisco en la nariz de ésta
antes de comenzar a comer.

Varios minutos después disfrutando de su habitual y agradable silencio, Lauren dudó si preguntar
lo que deseaba conocer. Ver a Camila saborear la comida en silencio la llenaba de calma pero la
curiosidad acompañada de un poco de desesperación tuvo más peso en la balanza.

- "¿Qué tal está tu novia después de hablar con ella?" preguntó intentando que Camila le contase
la conversación con ella.

- "Lauren ¿acabas de lanzarme una indirecta para que te cuente la conversación?" respondió
Camila dándole un último bocado al trozo de pizza antes de coger otro.

- "Puede ser" sonrió con las mejillas sonrojadas por haber sido descubierta.

Camila estaba nerviosa. Había memorizado la conversación con Dinah antes de ir a trabajar una y
otra vez pero tenía miedo de equivocarse o algo mucho peor: que Lauren descubriera que todo
era un engaño.
- "Hablé con ella esta mañana. No le mencioné que había otra persona por no hacerla sentir peor y
crear una mala imagen de mí. En su lugar le expliqué que ya no sentía lo mismo que antes, que
todo había cambiado" explicó dándole un sorbo a su lata de refresco.

- "¿Cómo... Cómo se lo tomó?" preguntó Lauren queriendo saber más.

- "Sinceramente no me lo esperaba pero ha sido bastante comprensiva. Nos hemos dado las
gracias por los últimos diecinueve meses" siguió explicando intentando parecer lo más sincera
posible. "Va a volver a Francia. Al parecer le ofrecieron un puesto en la empresa de su familia pero
lo iba a rechazar por quedarse aquí conmigo. Ahora lo ve como una buena oportunidad y se va en
un par de días" terminó Camila con los ojos brillosos recordando cómo Dinah le había sugerido la
idea del cambio de país por si algún día Lauren quisiera conocerla.

- "¿Cómo se llama?" preguntó la morena de ojos verdes sintiéndose un tanto mal.

- "Marie" respondió terminándose su último trozo de pizza.

Lauren no quiso preguntar nada más. Notaba a Camila afectada por la situación y no quiso seguir
presionándola por lo que le dio un último bocado a su último trozo y la atrajo hacia ella
envolviéndola entre sus brazos.

- "Y para tu información no es mi novia, es mi exnovia" dijo Camila mirando a Lauren quien no
pudo evitar sonreír.

Varios minutos después de estar abrazadas en el sofá quedando Lauren bajo Camila, ésta jugaba
con los anillos de la chica más alta mientras ésta le acariciaba la melena con la mano sobrante
disfrutando cada una de la compañía de la otra.

- "Lauren" dijo Camila levándose de su pecho.

- "Dime" respondió en voz baja sentándose ella también.

- "Me gustaría esperar a mostrarnos en público. Quiero decir, al menos un tiempo hasta que Marie
se haya ido por completo. No quiero que tengan una mala imagen de mí" mintió sabiendo que ese
no era realmente el motivo.

- "No te preocupes por eso, lo entiendo perfectamente" dijo con una sonrisa. "La espera merecerá
la pena ¿no crees?" añadió sabiendo lo que podría ocurrir una vez esto.

Camila se lanzó a sus brazos antes de que las lágrimas comenzaran a recorrer sus mejillas
sintiéndose cada segundo que pasaba peor que el anterior con ella misma por estar engañándola
de esa forma. Un par de minutos después se apartó de sus brazos y cogió la caja y las latas vacías,
y se dirigió a la cocina de Lauren llevándolo todo hacia la papelera.

Lauren quien notó la pena de Camila pensando que quizás se debía a no querer parecer alguien
que no era, vio la caja de los adornos con uno de ellos sobresaliendo de ella. Se levantó
rápidamente cogiéndolo y quedándose detrás de ella con éste ocultado tras su espalda. Camila se
giró y frunció el ceño sin saber que pasaba al ver a Lauren frente a ella. Quiso moverse hacia un
lado para pasar pero Lauren se lo impidió esa y las dos veces siguientes que lo intentó.

- "¿Acaso tienes complejo de muralla?" bromeó Camila soltando un suspiro de desesperación.

- "Algo así" respondió Lauren mirando hacia el techo.

La chica más bajita que no sabía hacia qué miraban los penetrantes ojos verdes, miró también
hacia arriba encontrando sobre sus cabezas un pequeño muérdago sostenido por la mano
juguetona de Lauren.

- "Sería descortés por tu parte no seguir la tradición" propuso Lauren con su voz rasgada
acompañada por una sonrisa pícara.

- "No me gustaría correr ese riesgo" susurró Camila buscando los carnosos labios de Lauren
presionándolos suavemente dejando un pequeño mordisco en la lengua de ésta haciendo que se
le erizara la piel.

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Capítulo 41

Varios días después tras ese beso bajo el muérdago y a poco menos de diez días de la llegada de la
Navidad, Lauren observaba la pantalla de su portátil mientras sus compañeros iban de un lado a
otro de la oficina. Llevaba más de media hora revisando un informe sobre los distintos socios de
Aleric pero sus pensamientos iban más allá de su caso asignado. Era Camila quien ocupaba su
mente. Durante los últimos días habían pasado mucho tiempo juntas siempre en casa de Lauren
debido al miedo de Camila a exponerse en público, sin llegar más allá de un par de besos por
mucho que su cuerpo deseara lo contrario.

Los sentimientos por Camila iban creciendo día tras día dejando sorprendida a Lauren quien
pensaba que no podía quererla más de lo que ya lo hacía. Sí, la quería. Ninguna de las dos se lo
habían dicho todavía pero Lauren quería que fuese especial y reservarlo para cuando le propusiera
ser una pareja formalmente. Lauren no tenía dudas al respecto, pero quería darle el espacio
suficiente a Camila quien acaba de salir de una relación. Al fin de cuentas con paciencia y esfuerzo
todo sale mejor.

La chica de profundos ojos marrones había conseguido captar en Lauren algo que nadie más había
conseguido en ella; luchar y tener paciencia por amor. Lo cual era un logro debido a su facilidad
para perder el interés tantos por las personas como por cualquier otra cosa. Keana estuvo a punto
de conseguirlo pero sus intentos se quedaron en palabras y la dejó ir. En cambio con Camila era
distinto, quería tenerla a su lado y no separarse de ella jamás por muchos obstáculos que se
llegasen a interponer entre ellas.
- "¿Jauregui?" dijo la voz de Kate sacando a Lauren de sus pensamientos.

Su nueva compañera se estaba adaptando rápidamente a Lauren y a Normani a pesar de la serie


de reglas a las que ésta última la había sometido, entre ellas llamarlas por el apellido formalmente
dentro de la oficina al igual que hacían el resto de sus compañeros. Dejando a un lado el ámbito
laboral y pasando al social, Lauren había descubierto en Kate un lado gentil y agradable. Aunque
después de aquel almuerzo no hubieran hablando más fuera de la oficina, dentro de ella se le
hacían las horas más cortas gracias a las conversaciones de la chica de ojos azul cascada sobre sus
pasiones introduciéndola en el mundo del tatuaje, acompañadas por las risas de su mejor amiga.

- "Jauregui ¿me estás escuchando?" volvió a repetir consiguiendo que Lauren realmente le
prestara atención.

- "Perdona, ¿qué decías?" respondió Lauren con una sonrisa.

- "Como te decía despistada..." dijo riendo "Han llegado las nuevas grabaciones que pediste sobre
el caso, están detrás de ti" añadió señalando a una pequeña caja de cartón.

- "Gracias Ryan" agradeció Lauren girando su silla para agarrar la caja que le había indicado
observando con el giro como su mejor amiga estaba concentrada en el caso.

Apoyándola sobre su escritorio con cuidado, sacó un par de CD's con distintas fechas sobre ellos,
eran recientes por lo que no dudó en elegir el más próximo al último que vio de Aleric en el
puerto, y lo introdujo en la disquetera de su portátil.

Casi dos horas después, tras haber observado los videos de principio a fin en dos ocasiones, Lauren
solo pudo volver a destacar el hecho de cómo Aleric volvía a exponerse tan fácilmente.

- "¿Qué estás tramando...?" se preguntaba así misma.

Pensó en el hecho de querer pasar desapercibido ante el público pero su simple apariencia negaba
sus pensamientos dejándole aún más dudas. De las siete grabaciones que había dentro de la caja
de cartón, todas tenían algo en común: la escena. Podía ser más viejo, abandonado, cuidado,
alegre o triste pero siempre se basaba en un parque con él vestido de traje apoyado en su vehículo
completamente negro mirando a ambos lados seguidamente como si esperase a alguien que
nunca llegaba. Después de estar así durante unos largos minutos, volvía al coche ocupando la
parte trasera y saliendo de allí.

Escuchó la voz de Brooke por lo que aprovechó dicho detalle para acercarse a su despacho. Se
paró ante la puerta antes de tocar esta con los nudillos, pensando en el mal humor que había
traído su jefa estos días al trabajo. Habían acabado un caso por lo que debía estar de buen humor,
en cambio, no era así. Soltó un suspiro de valentía y golpeó la puerta.

- "¿Se puede?" preguntó abriéndola un poco.

- "Pasa" dijo su firme voz haciendo que Lauren entrara.


Al entrar un escalofrío le recorrió el cuerpo al notar como el despacho se encontraba más vacío
desde la última vez que lo visitó. Tan solo quedaban algunos objetos personales encima de su gran
escritorio entre ellos unas cuantas fotos familiares y de un chico el cual parecía su novio pero
nunca había visto. Lauren tomó asiento y antes de hablar tragó fuertemente.

- "Quería hablarle del caso, Brooke" soltó Lauren nerviosa por como pudiera reaccionar su jefa.

- "Adelante" dijo sin más sentándose frente a ella mientras dejaba una taza celeste apoyada en su
escritorio.

- "Verás" comenzó nerviosa. "Sé que se lo dije en alguna ocasión pero se ha vuelto a repetir. Aleric
ha vuelto a mostrarse públicamente sin ningún impedimento"

- "Tiene que pasar desapercibido Jauregui, él piensa que no está siendo observado" recalcó seria.

- "¿Y si lo sabe? Quiero decir, es alguien importante en su ámbito. Debe de saber que tanto
nosotros como la policía lo tenemos en el punto de mira" añadió.

- "¿A dónde quieres llegar Lauren?" dijo dando un suspiro.

Llamarla por su nombre y no por su apellido hizo que otro escalofrío aun mayor rellenara su
cuerpo de nuevo. Algo estaba mal en ella.

-"¿No te parece raro que Aleric se lleve comportando igual las últimas semanas?" preguntó Lauren
con una ceja levantada.

- "Explícate" le pidió Brooke dándole un sorbo a su taza.

- "Primero se expone muy fácilmente en el puerto dándonos sin ningún impedimento la


oportunidad de apuntar la matrícula de su coche con la cual nos dio toda la información sobre el
dueño que resultó ser uno de sus socios, y segundo, desde entonces se para siempre en un parque
esperando a alguien que no llega. Nos está llevando por el camino fácil."

Brooke quedó pensativa mirando los ojos verdes de Lauren fijamente. Sabía que estaba en lo
cierto y suspiró al no haberse dado cuenta ella antes.

- "¿Qué propones?" preguntó haciendo que Lauren se sorprendiera.

- "Esperar" dijo rápidamente "Estoy segura de que está tramando algo y hasta que no descubra de
qué se trata no haré ningún movimiento" respondió segura de sí misma.

- "Hice bien en asignarte este caso Lauren. Sé que no me decepcionarás" dijo con una sonrisa
completamente sincera. "Puedes volver con tus compañeras"

Lauren notó cómo su jefa no quería hablar de otra cosa que no fuese su caso cuando ésta se
levantó para acompañarla a la puerta. Con un pie ya en la oficina, se giró antes de que Brooke
cerrara la puerta.
- "Sigue en pie la propuesta de volver a aquella cafetería" le recordó Lauren en un tono bajo
consiguiendo sacarle otra sonrisa a su jefa.

- "Lo tengo muy en cuenta" dijo en el mismo tono. "Mueva el culo hacia su mesa y siga trabajando
Jauregui" dijo elevando la voz consiguiendo que algunos de sus compañeros la observaran antes
de lanzarle un guiño a Lauren y desaparecer tras la puerta de su despacho.

Al volver a su mesa notó como la pantalla de su móvil estaba encendida mostrando un mensaje el
cual hizo que la sonrisa infantil que llevaba los últimos días volviera a aparecer.

- "Te echo de menos" envió Camila.

- "Yo también a ti, no sabes cuánto" respondió Lauren

Cogió el móvil entre sus manos sentándose en su silla mientras notaba como Normani la miraba
fijamente con una sonrisa en su rostro.

- "¿Tengo algo en la cara?" preguntó Lauren girando levemente la cabeza.

- "Alguien, más bien" rio mirando hacia el móvil que Lauren dejó rápidamente a un lado. "Alguien
se está enamorando si es que no lo está ya" bromeó acercándose a ella haciendo rodar las ruedas
de su silla.

- "No estoy enamorada Mani, te lo he dicho varias veces" rio dándole un leve golpe a su mejor
amiga en el hombro.

- "No intentes engañarme con tus ojos esmeralda ¿acaso tengo que imitarte para que te des
cuenta?" preguntó juguetona consiguiendo que Lauren gruñera. "Cuelga tú, no tú, venga tú" dijo
imitando a Lauren días atrás...

- "Mani..." protestó la morena de ojos verdes.

- "Me muero por hacerte mía Camz..." la volvió a imitar mientras se reía.

- "¡Yo no he dicho eso!" gruñó Lauren dándole de nuevo un golpe en el brazo ahora más fuerte.

- "Pero lo has pensado" añadió la morena guiñándole un ojo.

Lauren se quedó en silencio sabiendo que había perdido la batalla contra su mejor amiga. Aunque
quisiera negarlo de cara al público, ella sabía perfectamente que Normani estaba en lo cierto con
sus palabras. Lauren quería a Camila pero ¿la estaría empezando a amar?

- "¿Puedes dejar de pensar en ella y hacerme caso?" gruñó la morena.

- "No estaba pens... Da igual" rio sabiendo que tenía razón. "¿Qué pasa?"
- "Recuerda que eres bastante obvia Lo" rio "Por segunda vez" se aclaró la garganta "¿Me
acompañas cuando salgamos al centro comercial? Tengo que empezar con las compras navideñas
si no quiero quedarme sin nada"

Lauren asintió y volvió a su trabajo regalándole una sonrisa a Kate quien había estado observando
interesada toda la escena. A pesar de las múltiples insistencias de su mejor amiga sobre la
sexualidad de su nueva compañera, Lauren seguía pensando que se trataba solo de simple
curiosidad.

La tarde cayó y junto a ella, Normani y Lauren quienes nada más salir de la oficina fueron cada una
en sus respectivos coches hasta el centro comercial más cercano. Por el camino Lauren recordó el
paseo que dio varios días atrás observando como las calles estaban ahora más animadas y con más
adornos que la última vez, si eso era posible. Para hacer su viaje menos solitario a pesar de tener a
su mejor amiga detrás de ella junto a su coche, Lauren encendió la radio y dejó que el espíritu
navideño entrara de lleno en su coche haciendo sonar algunos clásicos de Navidad.

Una vez ambos coches aparcados paralelamente en el parking del centro comercial, Lauren y
Normani subieron hacia la primera planta la cual estaba decorada por un inmenso árbol de
Navidad que llegaba hasta la tercera planta por el hueco de las escaleras mecánicas.

Después de varias paradas de tienda en tienda y un carro metálico lleno de regalos y bolsas de
distintos comercios, pararon a tomar algo en una de las cafeterías del centro comercial situadas en
la terraza de la última planta.

- "Llevaba razón al pensar que gastas medio sueldo en darte caprichos" bromeó Lauren echando
leche sobre su café mientras el cielo se teñía de rojo frente a ellas.

- "¡No gasto medio sueldo!" gruñó la morena intentando parecer molesta sabiendo que realmente
si lo hacía "Además, no es todo para mí" rio mientras movía la cuchara dentro de la taza de su
descafeinado.

- "Tienes razón, si quitamos todas las bolsas de zapatos, ropa y dos bolsos, nos quedarán el libro y
el jersey de tu madre junto con la caja de herramientas y la colonia de tu padre" rio Lauren
sabiendo que ella tenía razón.

- "¡Al menos yo he comprado algo para ellos!" protestó mientras ambas se reían.

Mientras notaba el calor del café con leche pasar por su garganta, Lauren pensaba en las palabras
de la morena. Sabía que la cena de Navidad se acercaba y tenía que comprar los regalos para su
padre y sus hermanos pero comprarlos con Normani era desesperante por eso prefirió dejarlo
para ella sola.

- "¿Vas a regalarle algo a Camila?" preguntó la morena haciendo que Lauren se sorprendiera ante
la pregunta.
- "No lo sé" admitió dando un suspiro. "No quiero parecer precipitada ni agobiarla, quiero que
todo siga a su ritmo"

- "Lauren Jauregui la detallista ¿dejando pasar un regalo? Creo que lo he visto todo" rio la morena
consiguiendo una mirada fulminante de su mejor amiga.

- "¡Idiota!" respondió terminándose el café.

Tras pagar y bajar por las escaleras mecánicas quedando de nuevo en el primer piso, Lauren pensó
en la pregunta que le había hecho su mejor amiga y en sobre qué iba a hacer. Fue a tomar una
decisión cuando sus ojos se detuvieron frente al escaparate de una joyería.

- "Acabo de encontrar el regalo de Camila" dijo Lauren sin apartar la vista de la cristalera
señalando un colgante.

- "Pensaba que habías dicho que"

- "Olvídalo" la cortó la morena de ojos verdes "Acabo de encontrar el detalle perfecto"

- "Y el más caro también" rio Normani al mirar la etiqueta del colgante.

- "Sígueme" dijo entrando en la joyería mientras la morena la seguía detrás empujando el carro
metálico.

Lauren fue directa al mostrador y le pidió al dependiente observar más de cerca el colgante del
cual se había enamorado. El hombre le dijo que esperase con una sonrisa y segundos después se
acercó de nuevo al mostrador con el colgante en sus arrugadas manos.

- "Es precioso" dijo Lauren en voz baja mientras lo rozaba con la yema de sus dedos.

Normani quien sabía el significado que representaba simplemente asintió observando como el
collar de un sol y una luna bañado en plata era acariciado con cariño por Lauren.

- "Me lo llevo" dijo Lauren buscando su cartera dentro de su bolso.

- "¿Le gustaría que tuviera algún grabado en la parte posterior señorita?" preguntó el dependiente
con una sonrisa que hacía más amplio su bigote canoso.

- "¿Podría hacer eso?" preguntó pensando ya en el grabado.

- "Por supuesto, puede grabarlo con su caligrafía si así lo desea" explicó amablemente.

Lauren miró a Normani quien le regaló una sonrisa cómplice sabiendo cual iba a ser el grabado de
aquel colgante, y de nuevo miró al dependiente quien le había dejado a su alcance un pequeño
folio rectangular y una pluma. No tardó en escribir con su perfecta caligrafía lo que su mente ya
había pensado. El dependiente le agradeció a Lauren la escritura y se ocultó tras una puerta
dejando a varios dependientes fuera.
- "¿Qué has escrito tan rápidamente?" preguntó la morena intentando disimular que sabía qué
era.

- "Our Little Secret" respondió Lauren con una gran sonrisa imaginando el momento en el que se
lo entregaría a Camila.

=================

Capítulo 42

La ausencia de Camila los últimos días debido a motivos familiares habían dejado a Lauren con la
necesidad de tenerla aún más cerca, por eso en la misma noche de aquella mañana le había
propuesto una salida especial en la que debía arreglarse. Lo que Camila no sabía al aceptar es que
sería la noche más especial hasta el momento.

- "¿No crees que nos hemos pasado comprando?" preguntó Normani mientras empujaba el carro
metálico hacia el coche de Lauren quien iba delante de ella.

- "Yo creo que tenemos la cantidad perfecta" dijo Lauren abriendo el maletero de su coche y
colocando dentro de él una de las cajas repletas de vasos de cristal azules mientras la morena
repetía su movimiento con otra caja.

Tras cargar las cuatro cajas además de dos medianos focos blancos y el hilo de pescar junto con el
pegamento fuerte, ambas entraron dentro del Chevrolet de Lauren con un nuevo destino.
Normani quiso acompañar el viaje por lo que buscó entre los distintos discos que Lauren tenía en
la guantera y sacó uno de ellos eligiendo la canción Trini Dem Girls de Nicki Minaj junto a
Luchmoney Lewis.

Lauren reía mientras escuchaba a su mejor amiga intentar seguirle el ritmo a la canción sin apartar
la vista de la carretera haciendo que los vasos sonasen en el maletero. Conducía con una mano
mientras con la otra sostenía su cabeza pensando en todo lo que le faltaba por preparar para
aquella misma noche junto a Camila. Realmente las dudas inundaban su cabeza respecto a la
respuesta de la chica de profundos ojos marrones, pero aun así iba a seguir con su sorpresa debido
a su fidelidad a la frase 'quien no arriesga, no gana'.

- "¿Estás completamente segura Lo?" preguntó Normani como si hubiera leído los pensamientos
de Lauren.

- "¿De dar el paso? Sí ¿De su reacción? No" admitió nerviosa llegando a su parada.

- "¿Piensas que puede verlo muy precipitado?" volvió a preguntar.

- "Tal vez, es por eso por lo que no va a ser algo oficial sino una promesa. No quiero presionarla"
respondió sincera quitándose el cinturón de seguridad.
Antes de sacar las distintas compras del maletero, Normani sacó del bolsillo trasero de su vaquero
unas llaves que introdujo en la cerradura de una puerta metálica dando paso a una espaciosa sala
que anteriormente había sido un garaje. La morena quiso convertirlo en su pequeño espacio para
meditar o simplemente para pasar el rato con sus amigas sin tener la necesidad de ensuciar su
apartamento.

El suelo de la sala estaba tapizado entero con losetas blancas cubiertas por una gran alfombra
burdeos a juego con el papel tapizado de las paredes, un gran sofá negro ocupaba una de las
esquinas junto a una estantería y un mueble bar situado habitualmente en la pared del fondo,
ahora vacía, hasta el día anterior cuando Lauren y la morena fueron a dejarlo todo impecable para
la sorpresa de Camila. Además de esto, una mesa de madera blanca con un equipo de música
sobre ella estaba situada en el centro de la sala bajo un proyector colgando del techo mirando
hacia una deslizante pantalla blanca.

Después de entrar y soltar sus respectivos bolsos sobre el sofá, volvieron al coche de Lauren
cargando ambas en sus brazos las cajas colocándolas sobre la alfombra, dando un segundo viaje
para recoger los focos y las bolsas con los materiales necesarios además de unas velas aromáticas
con olor a plátano que había comprado Lauren el día anterior.

Todo estaba listo para comenzar con el proceso de su sorpresa y el primer paso antes de seguir era
el que tanto a la morena de ojos verdes como a su mejor amiga les parecía el más divertido y a la
misma vez el más relajante.

- "¿Lista para descargar toda tu ira?" preguntó Normani cogiendo unos cuantos vasos antes de
salir por la puerta.

- "Recuerda que necesitamos trozos que no sean diminutos ni gigantes, un tamaño normal" aclaró
Lauren repitiendo el movimiento de la morena y saliendo hacia el exterior.

El callejón donde estaba situado el antiguo garaje o la zona de reunión como la llamaba la morena,
era un callejón tranquilo y poco transitable por lo que no tardaron en comenzar a arrojar los vasos
contra el suelo con cuidado de no hacerse daño entre ellas.

- "Espero que no me hagas ningún corte Kordei" bromeó Lauren mientras escuchaba el impacto
del vaso contra el suelo.

- "En ese caso tendré que llamar a Camz para que te vuelva a chupar la sangre" contraatacó la
morena con una expresión pícara.

- "¡Normani!" gruñó Lauren sabiendo que no debería de haberle dado aquel detalle. "Y no la
llames Camz, solo yo puedo llamarla así" volvió a gruñir mientras estrellaba otro vaso.

Las palabras posesivas de Lauren hicieron que la morena riera aún más puesto que nunca la había
visto así de entregada para alguien y mucho menos de aquella forma tan cuidadosa y a la misma
vez paciente.
Después de un largo tiempo rompiendo vasos, llegó el momento de recoger los trozos con los que
avanzarían hasta el segundo paso. Normani trajo del maletero de Lauren dos recogedores de
mano y un cubo en el que fueron echando los cristales con mucho cuidado de no cortarse antes de
volver de nuevo a la zona de reunión.

Sentada ambas sobre la alfombra con el cubo entre medio de ellas, comenzaron a descartar los
cristales que no les iban a servir para la idea que Lauren había pensado. Con cuidado comenzaron
a pegar los cristales al hilo de pescar formando así las palabras imprescindibles para aquella
sorpresa.

- "En qué momento accedí a ayudarte en esto" dijo Normani por lo bajo mientras intentaba
despegarse dos de sus dedos a causa del fuerte pegamento.

- "En el que te lo supliqué mirándote a los ojos y no pudiste resistirte" añadió Lauren imitando el
puchero que le hizo al pedírselo consiguiendo hacer reír a la morena.

Unieron cada palabra una vez las iban terminando consiguiendo la frase completa, la cual con
mucho cuidado más por parte de Lauren que por Normani, colgaron del techo cerca de la pared
que habían vaciado el día anterior subiéndose a dos pequeños taburetes que habían traído con
ellas.

Con la frase colgada y los focos posicionados correctamente listos para encenderlos, Lauren y
Normani quedaron frente a la escena en silencio nerviosas por ver el resultado.

- "¿Preparada?" preguntó Normani apagando la luz de la sala y volviendo al lado de Lauren.

- "Absolutamente" respondió pulsando el botón rojo del pequeño mando que encendía los focos.

Ambas quedaron sorprendidas ante el resultado de su esfuerzo, pero mucho más Lauren quien
con una amplia sonrisa no solo mostraba su sorpresa, sino también la satisfacción de haber
logrado lo que se había propuesto quedando, para su sorpresa, mucho mejor que como lo había
imaginado.

- "Es precioso" dijo al fin Normani notando la luz azul reflejada en los cristales llegar hasta ella.

- "Sí, sí que lo es" admitió Lauren acomodándose su larga melena mientras acariciaba una de las
palabras con cuidado.

Durante un par de minutos ambas se quedaron una al lado de la otra contemplando la escena
consiguiendo que los ojos de Lauren cobraran un brillo especial.

- "¿Crees que me dirá que...?"

- "Creo que lo has hecho genial" la cortó Normani agarrando su barbilla conociendo la inseguridad
de su mejor amiga. "Es una promesa sin fecha exacta, no algo directo. Tú misma lo has dicho Lo"
añadió abrazándola fuertemente.
- "Siempre sabes qué decir y en qué momento Mani" admitió Lauren separándose del abrazo.

- "Por eso soy tu mejor amiga" respondió la morena extendiendo una mano hacia un lado
intentando parecer creída mientras ambas reían. "Has quedado en recoger a Camila en un par de
horas ¿verdad?" preguntó Normani en lo que Lauren asintió. "Pues entonces ve a cambiarte, yo
me ocupo de todo aquí y tranquila que todo estará tal y como lo pensaste" concluyó mirando
hacia las velas.

- "No puedo dejar que recojas todo esto tú sola" gruñó Lauren en desacuerdo.

- "Y yo no puedo dejar que te presentes así en su casa" bromeó "Estaré bien, no te preocupes" dijo
poniendo una copia de las llaves de aquel lugar en sus manos.

- "Eres la mejor" susurró Lauren en el oído de su mejor amiga después de regalarle un fuerte
abrazo.

- "Recordaré tus palabras cuando comiences a decírselo a Camila" rio Normani elevando la voz
mientras veía salir a Lauren por la puerta metálica.

La vuelta a casa la hizo más rápido de lo normal con aún el disco de Nicki Minaj de fondo. Una vez
en su estudio suspiró al entrar de nuevo pensando en si la noche acabaría bien o todo lo contrario.
Realmente llevaba asustada desde que le contó su propósito a la morena en la oficina
aprovechando la ausencia de Kate.

Los últimos días su nueva compañera desde que escuchó con atención la conversación entre
Lauren y Normani acerca de Camila, había estado más distante. Según Normani, Kate podría estar
molesta por tener algún tipo de sentimientos hacia Lauren, pero en cambio, ésta negaba los
pensamientos de la morena y pensaba que tan solo sería simple casualidad debido al hecho de
que no solo estaba distante con ella, sino con ambas.

Mientras notaba varios chorros de agua caliente navegar sobre su cuerpo desnudo otra duda
asaltaba su cabeza: ¿Qué se ponía para la ocasión? Saliendo de la ducha resoplando, se fue directa
hasta su habitación envuelta en su toalla blanca notando la pantalla de su móvil encendida

- "Contando los minutos para verte"

Lauren sonrió plenamente. Llevaba dos días sin probar sus labios y echaba de menos aquella
sensación al igual que todo de ella. Era su ausencia lo que la había llevado a armarse de valor y
planear todo aquello junto a Normani. Aguantó con una mano la toalla y con la otra respondió
rápidamente.

- "Ojalá poder poner el contador a cero"

Meditando varios minutos frente a su armario con la sonrisa provocada por el mensaje y las ganas
de ver a Camila, Lauren se decidió por un sencillo pero a la vez formal vestido negro con el escote
de pico ajustado a su cintura quedando abierto por lo bajo dejando visible sus finas piernas.
Comprobó el tiempo que tenía y aunque tuviese de sobra seguía insegura por no llegar a tiempo a
recoger a Camila en su urbanización debido a un atasco o cualquier otro impedimento.

Usó un maquillaje básico acompañado por su color de labios natural con un ligero toque brilloso
que resaltaba más su carnosidad. Salió del baño y se dirigió nuevamente a su habitación buscando
en ella el pañuelo que había guardado como un tesoro desde que lo usó para taparle los ojos a
Camila dos veces y al cual esa misma noche le daría un tercer uso. Tras esto, se calzó unos tacones
negros dejando expuestos varios dedos de sus pies y se echó su habitual colonia para las ocasiones
especiales.

Antes de salir comprobó cómo llevaba todo lo necesario para aquella noche y le echó un pequeño
vistazo al colgante que había comprado días atrás como regalo de Navidad para Camila.

- "Dame suerte esta noche" susurró dejando un leve beso en él antes de volverlo a meter en el
estuche de piel.

Lauren soltó un suspiro y se dio ánimos así misma antes de introducir la llave de su Chevrolet en el
contacto y arrancar. Estaba muy nerviosa. El sudor de sus manos y el movimiento de sus uñas
sobre el volante se lo transmitían fácilmente.

Aún quedaban varios minutos antes de que diera la hora prevista cuando Lauren estaba aparcada
frente la pequeña urbanización. Justo como ella quería. Quiso concentrar la vista sobre la
matrícula de un coche que tenía en frente intentando jugar con los distintos números y letras
buscándole cualquier significado como solía hacer con su madre cuando la llevaba al colegio junto
a sus hermanos, pero el sonido de una puerta cerrándose fuertemente hizo que apartara la vista
de la matrícula para centrarse en ella.

Allí estaba. Ella. Con su habitual sonrisa en sus labios. Con una de sus manos dentro del bolsillo de
sus pantalones blancos. Con un top de encaje del mismo color dejando ver su abdomen. Con su
larga y ondulada melena cayendo hasta su vientre. Con sus tacones rosa palo. Con el efecto
Cabello cayendo sobre Lauren dejándola embobada.

- "¿Me echabas de menos?" preguntó Camila con una sonrisa pícara nada más entrar en el asiento
copiloto.

Lauren no le respondió con palabras sino con un suave beso en sus labios al que Camila no tardó
en responder y profundizar. Ambas habían echado de menos la sensación que les producía dicho
contacto. Lauren agarró con su mano izquierda la mejilla de Camila llevándola más hacia ella,
mientras Camila repetía el movimiento con su mano derecha sobre la nuca de Lauren.

- "¿Responde eso a tu pregunta?" preguntó Lauren pícara después de morderle el labio inferior
haciendo que Camila se lo mordiera seguidamente.

- "Me gustan ese tipo de respuestas" susurró en el oído de la morena de ojos verdes después de
dejar un ligero mordisco en su oreja provocando un gemido por parte de Lauren.
- "Puedo responder así siempre que quieras" dijo acercándose más a Camila "Pero ahora tenemos
que irnos" añadió arrancando de nuevo su coche y poniendo rumbo a su destino.

El trayecto transcurrió en silencio como era habitual en ellas. Ese silencio agradable y para nada
incómodo al que se les unía sus cómplices miradas y un suave agarre de manos de vez en cuando.
A un par de manzanas de llegar a su ubicación Lauren recibió un mensaje mientras Camila miraba
impaciente por la ventana notando como la noche caía sobre sus ojos. Lauren sonrió y agradeció
en voz baja nuevamente a Normani por ayudarla con todo.

- "Todo listo Lo. Buena suerte. Respira."

Antes de llegar paró una calle más atrás consiguiendo llamar la atención de Camila quien no sabía
por qué había parado justamente allí.

- "Se me ha olvidado darte parte de la sorpresa" dijo Lauren sacando el pañuelo de su bolso.

- "El pañuelo..." destacó Camila con una sonrisa sabiendo qué significaba.

- "Tienes que ponértelo o dejará de ser sorpresa" susurró Lauren en su oído mientras Camila se
giraba para que la chica más alta que ella pudiera cubrir con él sus ojos. "Todo listo" celebró
dejando un inesperado beso en los labios de Camila la cual sonrió en medio de él.

Una vez allí, Lauren bajó primera del coche y seguidamente lo hizo Camila con su ayuda teniendo
aun los ojos tapados. Enlazó sus dedos con los de ella y la condujo hasta la puerta metálica
sacando de su bolso la copia de llaves que la morena le había dejado. Una vez dentro se encontró
con las velas aromáticas de plátano encendidas sobre la mesa de madera blanca y una bandeja
repleta de entrantes.

- "Te debo una Mani" pensó Lauren con una sonrisa guiando a Camila hacia la alfombra en la que
había dejado un par de cojines.

Camila no dejaba de respirar fuertemente sabiendo a qué olía pero no de dónde provenía. Lauren
captó su expresión de curiosidad al instante y se sentó frente a ella dejándole un suave beso en su
mejilla.

- "¿Curiosa?" preguntó Lauren enlazando nuevamente sus manos.

- "¿Has hecho un pastel de plátano?" preguntó jadeante e ilusionada.

Lauren rio ante su expresión infantil. Pudo haber encendido las luces pero tener a Camila a
centímetros de ella alumbrada por la luz de las velas era más atrayente.

- "Es algo mucho mejor que eso Camz" susurró en su oído antes de bajar hasta sus labios y dejar
un cálido beso al cual Camila no tardó en responder.

=================
Capítulo 43

Camila se quedó pensativa haciendo un puchero debido a que no era un pastel de plátano pero
curiosa por querer saber qué había mejor que eso. No podía ver nada a través del pañuelo tan solo
sentía la mano de Lauren entrelazada con la de ella haciendo pequeños círculos con sus dedos
consiguiendo que se le removiera todo en su interior. Le encantaba lo que Lauren producía en ella.

- "¿Dónde estamos?" preguntó intentando imaginarse el lugar inundado por el olor a plátano.

- "En un sitio donde nunca has estado antes pero que a partir de ahora posiblemente estemos
mucho" dijo Lauren acariciándole la mejilla consiguiendo que Camila se le erizase la piel con el
contacto.

- "¿Estemos?" preguntó agarrándose la barbilla. "¿Cuándo podré quitarme esto?" Volvió a


preguntar señalando el pañuelo e intentándoselo quitar.

- "Primero tengo que decirte algo importe" dijo Lauren poniendo sus manos sobre las de ellas
impidiendo que se lo quitara.

- "Cuanto antes empieces, antes te beso" dijo en un susurro notando la respiración de Lauren
cerca de ella.

- "Tenemos noche por delante" añadió pícaramente acercándose hacia los labios de Camila quien
pasaba su lengua por los suyos.

Lauren se mordió los labios antes de juntar los suyos con los de Camila en un beso tierno que hizo
que los labios de ambas se humedecieran con el contacto. Camila sonrió en medio de éste y dejo
pasar la lengua de Lauren consiguiendo que ambas lucharan entre sus bocas. Un leve gemido salió
de los labios de la chica más bajita por el leve mordisco que Lauren dejó en la punta de su lengua.
A ciegas y sin separarse de Lauren se sentó sobre sus piernas quedando ella ahora más alta. Sus
lenguas seguían el ritmo como si de una sintonía se tratase. Lauren agarró con cuidado la mejilla
de Camila quien hizo más presión entre ellas e intentó quitarse de nuevo el pañuelo.

- "Si tanta prisa tienes por quitártelo..." susurró mientras Camila bajaba a su cuello. "Tendremos
que hablar primero" dijo apartándose de ella sin saber de dónde sacó las fuerzas para hacerlo.

Camila puso un puchero y Lauren se arrepintió al instante de haber parado pero sabía que tarde o
temprano tenía que expresarse y aquel era el momento. Dio un suspiro que hizo que Camila
ladeara la cabeza sin comprender nada. Agarró sus manos con fuerza y se armó de valor notando
como el corazón estaba a punto de salirse del pecho.

- "Camz yo... El motivo por el cual te he traído hasta aquí es porque quiero que sepas algo que es
importante para mí dado que no suelo ser así. No hasta conocerte" dijo aclarándose la garganta
apretando más fuerte las manos de Camila.
- "Soy toda oídos Lauren" dijo en broma sabiendo que no podía ver pero a la misma vez
preocupada por las palabras de la chica más alta.

- "Yo no creo en el destino ¿sabes? Pero si creo en la casualidad, y para mí tú has sido eso: mi
casualidad" comenzó nerviosa "No suelo ser despistada por no decir casi nunca, pero el día que
me choqué contigo en el restaurante formaste parte de ese casi. Recuerdo cómo pensé en el
destrozo que había hecho y en cómo se me olvidó al mirarte por primera vez a los ojos. Fueron
¿qué? ¿dos segundos? ¿Tres? ¿Cuatro? Realmente no lo sé, pero se me hicieron eternos Camz.
Tuve la sensación de no querer estar en otro sitio que no fuese allí, hipnotizada en tus profundos
ojos marrones" dijo con los ojos brillosos mientras Camila se mordía los labios. "No fue un simple
gesto de cortesía invitarte a cenar aquella noche, quise volver a tener tus ojos penetrando
solamente en mí, captando toda mi atención. Quise volverte a ver con tan solo una mirada y
entonces después de eso... Tu llamada Camz" se pausó cogiendo aire para no dejar escapar
ninguna lágrima. "No voy a mentirte diciéndote que no me dolió porque me dejó rota. Me rompió
en mil pedazos pensar que no volvería a tener la atención de tus expresivos ojos marrones
solamente en mí. Quise alejarme de todo aquello, quise negarme a mí misma cualquier
sentimiento hacia a ti ¿pero sabes qué? Ese sentimiento creció Camz. Creció hasta tal punto de
dejar de ser quien soy en algunas ocasiones"

Lauren se pausó algunos segundos al notar varias lágrimas caer por las mejillas de Camila quien se
sentía culpable de todo el dolor de Lauren sabiendo que todo eran mentiras que le hizo creer.

- "El día que me mostraste un poco más de ti supe que quería conocerlo todo. Sabía que aquello
estaba mal, notaba tus miradas al igual que tú notabas las mías. Nadie había conseguido nunca
antes que cantase de cara al público ni si quiera mi padre. En cambio llegaste tú y en dos días lo
conseguiste, y no fue lo único" dijo secando las mejillas de ambas "Esa misma noche quisiste
besarme. Tampoco voy a negarte que no quisiera pero ¿sabes qué? No podía Camila. No podía
pensar que los mismos labios que llevaba deseando varios días fueran a besar otros que no fueran
los míos al día siguiente. Esa noche volviste a romperme Camila" sentenció notando el sabor
salado en sus labios. "Me juré a mí misma olvidarte pero ¿a quién quería engañar? Sabía que no
podía hacerlo. Era demasiado tarde. Ya estaba completamente enganchada a ti" admitió notando
cómo Camila sonrió entre lágrimas "A partir de ahí empecé a luchar, no quería perderte Camz.
Sabía que el concierto se acercaba y antes de eso quise enseñarte más de mí. Quise que
conocieras a la verdadera Lauren y no a la que todo el mundo cree que conoce por una simple
apariencia"

Si antes el corazón le latía deprisa ahora lo hacía bastante más rápido. Estaba a punto de terminar
de decirle lo que sentía y eso solo significaba tener una respuesta de la chica más bajita que ella
quien lloraba en silencio mientras la escuchaba soltando leves sollozos.

- "Recuerdo esa noche como si fuese ayer. Me protegiste tanto Camila... Ahí lo tuve más claro que
nunca. No me importó pensar que tuvieras pareja, no me importó poder perderte después de
aquello, no me importaron las consecuencias. Simplemente te besé. Te callé con un pequeño roce
de labios y en ese mismo instante supe que no quería volver a besar otros que no fueran los
tuyos" admitió soltando un fuerte sollozo. "Un fuerte dolor se adueñó de mi pecho pero ¿sabes
qué? Era y es amor Camila. Se me olvidó el dolor que sentía por el golpe. Se me olvidó la cantidad
de veces que me habían hecho daño. Solo podía pensar en cuándo volvería a tener tus labios
contra los míos. Cuándo serías completamente mía Camila" admitió notando como las lágrimas de
Camila aumentaban con cada palabra. "Entonces llegó el concierto. Estaba nerviosa y agarrarte de
la mano no ayudó. Verte allí, sintiendo la música, la letra, la pasión. Eso me tranquilizó por primera
vez desde que llegamos Camz. Y entonces ocurrió. Volví a sentir que eras mía. Camila y Lauren.
Nadie más. Tan solo tú y yo. Casi llegamos a más pero una llamada lo impidió"

Las lágrimas de ambas habían llegado hasta la alfombra. Camila no podía ver a Lauren y prefirió no
hacerlo. No podría haber aguantado verla llorar a causa de sus engaños. El simple hecho de
escucharla la estaba desgarrando por dentro.

- "Desde que saliste por la puerta de mi estudio dándome un último beso hasta que recibí tu
llamada al día siguiente tuve una sonrisa en mi cara. Llevaba meses y meses sin sonreír durante
tanto tiempo. Y de nuevo tú Camila, conseguiste cambiar eso de mí. Pero no todo es eterno y lo
comprobé minutos después de recibir tu llamada y dejarte entrar. Sabía perfectamente que no
ibas a decirme algo bueno. ¿Desde cuándo un 'tenemos que hablar' viene acompañado de un
buen argumento? Tus palabras se me clavaron como puñales y la canción me derrumbó. Claro que
quería tenerte. Claro que quería lo que me pedías. Pero no podía pensar en el hecho de
compartirte. Es por eso por lo que te pedí que te marcharas. Preferí perderte que compartirte.
Lloré detrás de la puerta rota una vez más y me desahogué de la mejor manera que sé hacerlo
hasta que comenzó a llover" añadió con un fuerte sollozo soltando las manos de Camila para
limpiarse nuevamente las lágrimas. "Saber que la persona que me había robado el corazón y me lo
había roto al mismo tiempo pudiese estar bajo la lluvia, sola y pasando frio, me importó más que
mi bienestar y salí a buscarte. Cuando te vi debajo de ese pequeño techo resguardándote de la
lluvia volví a ponerte por encima de mí y te pedí que te quedases conmigo y así lo hiciste Camz"
concluyó acariciando desde la muñeca hasta la mejilla a la chica más bajita que ella.

Lauren notaba el dolor en Camila, en ningún momento quiso dañarla con sus palabras pero al
mismo tiempo no quería ocultarle nada. Debía de ser sincera y así lo estaba siendo, por lo que
cogió fuerzas y soltó un último suspiro antes de acabar.

- "Nunca antes había esperado tanto a nadie como te he esperado a ti Camila. Sé que me pediste
tiempo y te lo he dado y te daré el que haga falta si así me lo pides. Pero lo que no podré es
ocultar más lo que siento. No quiero que seas una más en mi vida, quiero que seas Camila Cabello
la chica que me robó el corazón y lo sostuvo en sus brazos desde la primera vez que la vi. La chica
que consigue sacar mis mejores sonrisas con un simple mensaje o una simple mirada. La chica por
la que daría todo. La chica a la que quiero. Porque te quiero Camila. Te quiero como nunca he
querido a nadie. Te quiero cuando me cantas, cuando me miras, cuando me tocas, cuando te
enfadas, cuando te pones celosa, cuando haces un puchero, cuando me sonríes, cuando me besas.
Te quiero más que ayer pero menos que mañana Camila. Es por eso por lo que..."
Lauren le quitó el pañuelo completamente mojado a Camila de sus ojos y sus miradas quedaron
clavadas una frente a la otra. Ambos ojos estaban hinchados y los labios de Camila estaban
desgastados de tanto morderlos. Lauren quiso besarlos pero supo que debía dar el paso por lo que
sacó el pequeño mando y pulsó el botón encendiendo los focos.

Camila miró a su derecha y al instante dejó de llorar. Sin saber cómo sus piernas pudieron
reaccionar, se levantó de la alfombra y se quedó frente a los cristales colgando. Sabía el por qué
de unos cristales y no cualquier otra cosa. Sabía el tiempo y el empeño que había puesto Lauren
en aquello.

- "¿Te gustaría ser mi novia Camz?" leyó Camila en voz baja rozando con la yema de sus dedos
varios cristales antes de notar como unas manos agarraban su cintura sintiendo la respiración de
Lauren en su oído.

- "No hace falta que respondas ahora mismo. Es una promesa Camila. Es mi promesa de ser lo que
te pido cuando estés lista. Es mi promesa de querer estar contigo. Es mi promesa de no fallarte. Es
mi promesa de cuidarte. Es mi promesa de quererte cada día como si fuera el último"

Una gran cantidad de lágrimas comenzaron a recorrer las mejillas de Camila agarrando las manos
de Lauren que sostenían su cintura, más fuerte. Lauren se había abierto a ella. Le había admitido
todos y cada uno de sus sentimientos. Por primera vez había escuchado un 'te quiero' proveniente
de los labios de Lauren dirigido a ella. Estaba completamente feliz al saber que su amor era
correspondido pero la culpabilidad de haberla mentido la estaba ahogando.

- "Lauren" dijo al fin dando la vuelta en sus manos quedando frente a ella notando cómo la luz azul
proveniente del contacto de los focos con los cristales hacían sus ojos más grises. "Aunque no
haga falta que lo diga ahora mismo, tengo la respuesta" admitió abrazando su cuello.

- "No quiero obligarte a nada con esto, tan solo es una propu"

- "Si quiero Lauren" la cortó consiguiendo enrojecer las mejillas de la chica de ojos verdes "Quiero
ponerle nombre a esto que tenemos. Quiero despertar cada mañana sabiendo que eres mía.
Quiero estar a tu lado cada vez que lo necesites. Quiero ayudarte a levantarte cada vez que te
caigas. Quiero presumir de lo feliz que soy a tu lado. Te quiero a ti Lauren. Te quiero desde que
apareciste en mi vida" admitió lanzándose a sus labios sin dejarla responder.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Lauren pero esta vez era distinto. Su cuerpo encendido
notando la lengua de Camila dentro de su boca, mostraba la piel erizada por el contacto. La agarró
más fuerte presionándola más contra ella. Camila dio varios pasos hacia delante dejando a Lauren
apoyada en una de las paredes. Comenzó a jugar con su cuello soltando varios mordiscos en él
mientras a la misma vez pasaba la lengua por cada uno de ellos. Lauren gimió ante el contacto y
puso los ojos en blanco. Camila rio puesto que había conseguido su propuesta. Agarró sus manos
con fuerzas dejando a Lauren inmóvil y jugó con su lengua por su escote haciendo que Lauren
gimiera su nombre. Quiso quitarle el vestido pero una mano rápida de la chica más alta la detuvo.
- "Dijiste que querías que fuera especial Camz" susurró en su oído separándose de ella.

- "Tengo a centímetros a mi novia mirándome con sus hipnotizantes ojos verdes" respondió
recalcando el 'mi' consiguiendo sacarle una amplia sonrisa a Lauren "Todo este lugar huele a
plátano" añadió señalando a las velas soltando una tímida risa. "Y nadie nos podrá molestar"
terminó sacando su móvil del bolsillo trasero de su pantalón blanco, apagándolo y arrojándolo
contra el sofá.

- "Mi novia" saboreó Lauren en sus labios en voz baja.

Se miraron fijamente durante unos segundos. La atención de los ojos verdes luchando contra el
deseo de los ojos marrones. No tardaron en conectar de nuevo sus bocas convirtiendo el gesto en
un profundo, detallado y sensible beso.

- "El blanco y el negro" susurró Camila bajando la cremallera del vestido negro de Lauren.

- "La luz y la oscuridad" respondió en el mismo tono desabrochando los botones de la espalda en
el top blanco de la chica más bajita.

- "El día y la noche" volvió a susurrar dejando que el vestido cayera hasta los tobillos exponiendo la
marcada figura de Lauren en ropa interior de encaje negra.

- "El yin y el yang" añadió en un susurro pasando el top por los brazos de Camila ocultado su rostro
durante unos segundos.

La compenetración de ambas hizo que sonrieran antes de notar de nuevo el contacto de sus
labios. Lauren acarició la expuesta espalda de Camila llevándola hacia la gruesa alfombra
quedando encima de ella sin separar sus bocas. Las manos de la chica más bajita se agarraban
fuertemente a la espalda de Lauren marcando en ella sus diminutas uñas a la francesa, mientras
que esta vagaba por su cuello lentamente encontrando el punto débil de su novia. Lauren se
intentaba concentrar en complacer a Camila pero la felicidad que recorría su cuerpo le hacía soltar
tímidas sonrisas mientras dejaba un camino de besos desde su cuello hasta su nariz regalando en
ésta última un leve mordisco.

- "Hazme el amor Lauren" susurró en el oído de ésta mientras se agarraba fuertemente a su


melena notando los mordiscos en su punto débil.

Lauren no dijo nada. Tan solo siguió con su lento juego provocando en ella una excitación como
nunca antes. Se sentó sobre las caderas de Camila quedando ambas en contacto, mordiéndose sus
carnosos labios mientras observaba el sujetador blanco de ésta. Con delicadeza y muy lentamente,
recorrió la tira de arriba abajo llegando hasta la copa apretando fuertemente ambos pechos.
Camila soltó un leve gemido por el contacto mientras arqueaba su espalda. La escasa luz de las
velas y los cristales mostraban la sombra de la unión de ambos cuerpos sobre una de las paredes.
Camila quiso llevar el control pero Lauren se lo impidió. Aguantó con una mano las finas manos de
Camila mientras deslizaba la otra por el perfil de ésta trazando un camino desde su oreja hasta el
botón de su pantalón. Repitió el movimiento un par de veces más mirando fijamente a la chica
más bajita quien rogaba por sentir el contacto de sus labios. Sin darle aún el placer, hizo el
recorrido por última vez parando en el botón del pantalón y lo desabrochó despacio manteniendo
aún presas las manos de Camila sobre su cabeza.

Soltándolas por un momento, le quitó el pantalón dejando leves caricias por sus muslos mientras
lo hacía hasta quedar fuera permitiéndole a Lauren una vista que la hizo sonrojarse aún más. Sus
manos volvieron a encontrarse esta vez enlazando sus dedos. Lauren pasó su nariz haciendo notar
el pequeño brillo en ella, por los labios de Camila dejando seguidamente un ansiado beso sobre
sus labios al cual respondió al instante. Sus cuerpos se acercaron más consiguiendo con esto que
sus caderas chocasen produciendo en ambas un plácido gemido.

Una corriente excitante recorrió el cuerpo de Camila al notar de nuevo un leve mordisco sobre su
lengua que hizo que arquera su cuerpo. Aprovechando dicho movimiento se levantó quedando
encima de las piernas de Lauren quien se mordía los labios con los ojos cerrados notando una
acaricia en su mejilla por parte de Camila. Juguetona buscó el cuello de la morena de ojos verdes y
dio con la lengua varias pasadas llegando hasta el lóbulo de su oreja donde dejó una pequeña
marca que hizo gemir nuevamente a la chica ahora más baja. Aprovechando la distracción bajó sus
manos hacia su espalda buscando el cierre del sujetador y se lo quitó lanzándolo al mismo lugar
donde se encontraban sus pantalones.

Lauren notó las manos calientes de Camila jugar con sus pechos mientras ésta buscaba de nuevo
su boca formando un lento pero apasionado beso. No tardó en repetir el gesto de la chica ahora
más alta y desabrochó su sujetador lanzándolo hasta el sofá quedando al borde de éste. Cada una
buscó la espalda de la otra acercando más sus cuerpos mientras sus lenguas se unían. Ambas
manos se movían de arriba abajo por sus espaldas dejando marcadas en ellas el deseo y las ganas
de ser completamente un solo cuerpo unido por dos personas. Notando su centro húmedo debido
a la excitación que Camila provocaba en ella, Lauren volvió a recostarse sobre ella acercándose a
su oído.

- "Nunca he sido tan feliz" susurró mordiéndole seguidamente el lóbulo de su oreja provocando en
Camila un nuevo gemido que le impidió responder.

La chica más bajita empujó a Lauren hacia un lado quedando ella encima. Sus finas manos
bordearon sus pechos consiguiendo un gemido por parte de la morena de ojos verdes, bajando
hasta la ropa interior que le quedaba. Jugando con la tira de ésta, Camila le lanzó a Lauren una
mirada pícara obteniendo de vuelta una juguetona ceja levantada en el rostro de ésta. Siguió
jugando con la tira hasta que quedó libremente fuera de sus piernas dejando completamente
expuesto el cuerpo desnudo de Lauren. Quien se ruborizó al instante y guio a Camila de nuevo
hacia ella. Ésta no puso impedimento y se acercó uniendo de nuevo sus labios dejando un corto
beso tirando de su labio inferior al final de este.
Los nervios de Lauren comenzaron a expandirse por todo su cuerpo notando los latidos de su
corazón ir más rápido en un punto concreto. Tenía a Camila allí entregándose solo a ella.
Estuvieron varios segundos mirándose mientras ambas sonreían una encima de la otra. No había
nada más placentero que disfrutar de una sonrisa sabiendo el significado y tanto una como la otra
estaban de acuerdo con ello. No tardó en buscar la tira de la ropa interior de Camila y tirar de ella
hacia abajo quedando ambas completamente desnudas. No era la primera vez que se veían así
pero si fue la vez en la que más nerviosas estaban.

Lauren giró de nuevo dejando el tacto de la cómoda alfombra sobre la espalda de Camila con las
caderas sincronizadas con un leve movimiento haciendo que ambas gimieran entre beso y beso.
Camila no quiso atrasarlo más y agarró con ambas manos el trasero de Lauren acercándola más
hacia ella consiguiendo que el muslo de ésta diera completamente en su centro húmedo. Repitió
el movimiento durante unos minutos más consiguiendo que gimiera más rápida y fuertemente.
Lauren seguía su ritmo besando la fina barbilla de Camila mientras esta marcaba sus uñas sobre su
espalda y trasero. Mordió fuertemente su punto débil consiguiendo que Camila alzara su muslo y
rozara el centro demasiado húmedo de Lauren. Jugaron con sus piernas durante unos minutos
consiguiendo casi la excitación plena.

- "Hazlo. Hazlo ahora Lauren" dijo Camila entre gemidos llevando una de las manos de la morena
de ojos verdes hasta su centro mientras ésta tiraba de sus labios.

Lauren tembló durante unos segundos siguiendo el curso de la fina mano que la guiaba dejándola
en el punto concreto de su excitación. Rozó en círculos dicho punto con la yema de sus dedos
consiguiendo que la respiración fuerte de Camila fuera a más. Las pupilas de ésta estaban
dilatadas debido a la excitación, lo cual hizo a Lauren dar un leve gemido e introducir dos de sus
dedos dentro de Camila con delicadeza intentando no hacerle daño. Cuando el cuerpo de la chica
más bajita se arqueó, supo que había dado con el punto exacto, por lo que aceleró el ritmo
mientras sus bocas se fundían en un beso interrumpido en varias ocasiones por los gemidos de
ambas.

Camila no quiso quedarse atrás por lo que sacó la poca fuerza que tenía y recostó a Lauren de lado
quedando ambos cuerpos de perfil. Gimiendo por la presión entre sus caderas, buscó a ciegas las
de Lauren llegando hasta su centro y adelantándose a la petición de ésta introdujo también dos
dedos en ella quedando ambas unidas por aquella excitante unión.

- "Camz... Camila" gimió Lauren en su oído provocando otro gemido de la chica más bajita.

Sus cuerpos comenzaron a sudar rápidamente mientras se movían a un ritmo lento pero preciso. A
pesar de haber empezado más tarde, Lauren estaba al borde del orgasmo junto con Camila.
Comenzaron a llevar un ritmo más ligero profundizando los besos que cada segundo que pasaba
iban durando menos debido a los fuertes gritos de los gemidos en sus orejas. El calor entre ellas
era parte del amor que desprendían. Parecían unas adolescentes inexpertas saboreando el placer
de la primera vez. Camila no se había equivocado. Había sido el momento perfecto para
entregarse en cuerpo después de haberse entregado en alma.
Las luces de las velas aromáticas descendieron hasta tal punto de apagarse dejando solo la luz azul
posada sobre sus desnudos cuerpos en movimiento. Lauren le agarraba la espalda a Camila con su
mano libre mientras ésta hacia lo mismo pero en su oscura melena dejando visible el cuello
tatuado al cual Camila se acercó y comenzó a morder entre gemidos.

- "Oh Dios mió" gritó Camila llegando plenamente al orgasmo consiguiendo que sus caderas
vibraran inconscientemente.

- "No pares gruñona... No ahora" suplicó Lauren sacando sus ahora completamente húmedos
dedos.

Camila exhausta sacó las escasas fuerzas que les quedaban y aceleró el ritmo consiguiendo que
Lauren chocara más con su cuerpo mientras arqueaba la espalda. Estaba a punto de llegar al
orgasmo y Camila lo sabía. Juguetona hizo más presión y la atrajo más hacia ella si eso era posible
aumentando la velocidad de su mano hasta que Lauren gimió su nombre llegando plenamente al
orgasmo.

Ambas tumbadas sobre la alfombra sintiendo un placer extremo sobre sus húmedos cuerpos
quedaron en silencio por unos minutos hasta que Camila lo rompió tomando a Lauren por la
barbilla y moviéndola hacia ella. Una sonrisa invadió el rostro de la morena de ojos verdes y
recostó a Camila sobre ella quedando su cabeza escondida en su cuello. Con las pocas fuerzas que
le quedaban levantó su rostro y dejó un cálido beso en sus labios. Camila respondió a aquel beso al
instante chupando la lengua de Lauren y seguidamente su labio inferior antes de separarse
nuevamente. El azul de los cristales daba plenamente sobre los hipnóticos ojos que la miraban
volviéndolos grises haciendo que sus pupilas dilatadas resaltasen más. No había ningún otro lugar
donde ambas quisiesen estar.

- "Te quiero Lauren" susurró Camila volviendo a esconder la cabeza en su cuello captando el
perfume de la morena de ojos verdes.

- "Te quiero Camz" respondió en el mismo tono en su oído antes de entrar ambas en un profundo
sueño abrazadas a sus cuerpos desnudos sobre la alfombra donde le había expresado sus
sentimientos y había sido completamente suya.

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Capítulo 44

Con los ojos pegados notando el tejido de la alfombra bajo su cuerpo desnudo, Camila se estiró
descubriendo un leve dolor de espalda que mereció la pena junto a un vacío a su lado. Abrió los
ojos lentamente y se encontró sola en aquel lugar con pequeños rayos de sol pasando por debajo
de la puerta metálica y los focos alumbrando la frase que la hizo estremecerse la noche anterior.
Sin saber dónde estaría su ahora oficial novia, se levantó de la alfombra buscando a ciegas la ropa
que Lauren le había quitado con cuidado la noche anterior.
Una vez ésta puesta, se abrochó el botón del pantalón quedando descalza mientras notaba el frio
de las baldosas sobre sus pies. Aún preocupada por el paradero de la morena de ojos verdes,
encendió la luz dándole al interruptor de ésta y se acercó hasta su teléfono, el cual había lanzado
hacia el sofá después de apagarlo, con una sonrisa al recordar por qué lo hizo. Al cogerlo, encontró
una nota bajo él con una perfecta caligrafía que había leído antes, concretamente al recibir un
ramo de trece gardenias.

"Sabía que cogerías tu teléfono para preguntarme dónde estoy. No hace falta que lo hagas. He
salido a por el desayuno. Despertar junto a ti ha sido el mejor comienzo del día pero ambas
sabemos que sin comida no lograrás sobrevivir mucho tiempo. No me eches tanto de menos
gruñona. - Lauren Jauregui"

Una amplia sonrisa se apoderó del rostro de Camila sonando segundos después su estómago
hambriento. Lauren estaba en lo cierto, no aguantaría mucho más si no se llevaba algo a la boca.
Con la nota entre sus manos se acercó nuevamente hacia la frase que había cambiado su vida a
mejor.

Repitiendo el gesto de la noche anterior, se acercó hacia la palabra que llevaba su nombre y la
rodeó con sus dedos sintiendo el tacto frio de los cristales. Cerró los ojos dejando que la luz azul se
posara sobre sus párpados. Pensó en cómo Lauren se había abierto a ella mostrándole todos sus
sentimientos desde que se conocieron. Las palabras de dolor de ésta se repetían una y otra vez en
la cabeza de Camila causándole un gran sentimiento de doble culpabilidad. Primero por hacerle
daño, y segundo por haberlo hecho a través de mentiras. Ahora que había llevado su relación con
Lauren a algo serio, quería serle honesta y contarle toda la verdad. Su verdad. Pero el
pensamiento de poder perderla a causa de esto, fue más fuerte y decidió seguir manteniendo su
mayor secreto en silencio.

- "Servicio de habitaciones" susurró Lauren en el oído de Camila quien pegó un bote al no darse
cuenta de que la chica más alta que ella había vuelto.

Se giró y lo primero que vio fue sus penetrantes ojos verdes acompañados de una blanca sonrisa.
No esperó más y se acercó a ella rozando sus labios. El sabor que tanto había anhelado por la
mañana estaba de nuevo ahí, surcando su lengua, penetrando en sus labios. Lauren se apartó con
cuidado de no tirar el desayuno y lo dejó encima de la mesita de madera invitando a Camila a
sentarse junto a ella. Sacó de una bolsa marrón tres bandejas cubiertas: dos de ellas repletas de
huevos revueltos con bacón y la restante con una ensalada de frutas donde el plátano era el
ingrediente principal. Metió su pálida mano dentro de otra sacando con ésta un café con leche
para ella y un zumo para Camila.

- "Pensaba que te habías ido" admitió Camila pinchando sobre un trozo de plátano y llevándoselo
a la boca.

- "Nunca te dejaría sola, y menos sin una explicación" respondió dándole un sorbo a su café.

Después de un desayuno lento acompañado por besos entre bocado y bocado. Lauren se quedó
mirando a su novia durante unos segundos mientras ésta acababa con el resto de la ensalada de
frutas. Su novia. Aún no había asimilado la situación y tenerla allí, frente a ella, sabiendo que al fin
tenían un nombre oficial, le dio miedo. A pesar de estar muy feliz por la aceptación de Camila, el
miedo de que ésta descubriera por qué se acercó a ella se iba apoderando de su cuerpo
lentamente. Lauren sabía que en algún momento de su vida tendría que admitirle dónde y para
quién trabaja, pero prefirió aplazarlo. Quería terminar el día satisfecha por los planes que tenía
para ambas.

- "¿En qué piensas?" preguntó Camila dejando a un lado la bandeja y acercándose a los brazos de
Lauren.

- "En si esto es real. En si de verdad eres mi novia" dijo sacando a la luz otro de sus múltiples
pensamientos mientras dejaba un beso en la frente de la chica más bajita quien agarraba su
cintura con fuerza.

- "Es tan real como el dolor de mi espalda por lo que hicimos anoche" bromeó Camila dándole un
rápido beso en los labios.

- "Veo que no soy la única" rio mientras le respondía con otro beso un poco más lento.

- "Lauren yo... te quería decir algo" admitió nerviosa entrelazando sus dedos con los de su novia.
"Estoy muy feliz de ser tu novia, demasiado de hecho, pero me gustaría que siguiéramos
reservándonos en público. Al menos un poco más" dijo apenada sabiendo que si solo hacía eso era
por mantener segura a Lauren hasta que ésta supiera todo.

- "Esperaré todo lo que haga falta siempre y cuando tú estés lista" respondió abrazándola
fuertemente.

Quedaron fundidas en un abrazo que duró lo suficiente como para que ambas se tranquilizaran.
Mientras Camila se adaptaba al hueco del cuello de Lauren, ésta la abrazaba sabiendo que aunque
no le agradase lo que le pedía, haría el esfuerzo por ella. Porque la quería y si para Camila era
importante esperar, esperaría.

- "¿Estarías dispuesta a hacer una locura conmigo?" preguntó Lauren apartándose de sus brazos.

- "Creo que es pronto para casarnos pero de acuerdo" bromeó haciendo que las mejillas de Lauren
se encendieran adaptando un color rosado.

Casarse. Nunca había pensado en ello. Siempre supo que quería formar su propia familia pero
hasta entonces no lo había pensado formalmente. Sabía que Camila lo había dicho en broma pero
la idea de compartir una vida junto a ella quedó grabada en su mente.

- "En ese caso" dijo dándole un beso en los labios. "Hago una llamada y nos vamos" añadió
saliendo por la puerta metálica dejando a Camila dentro.

Tecleó un número que se sabía de memoria y esperó varios segundos hasta que la persona tras la
otra línea contestó.

- "Ya era hora de que atendieras mis llamadas" dijo Normani intentando parecer enfadada.
- "Perdóname, era temprano cuando las vi y quise esperar hasta más tarde" se disculpó
sintiéndose mal.

- "Deja de pedir disculpas y cuéntamelo todo, aunque si no me has llamado llorando en medio de
la noche es porque alguien tiene nueva novia..." soltó con una pequeña risa burlona.

- "Odio que me conozcas tan bien" dijo apoyándose en la parte delantera de su coche alzando la
vista hasta el interior de la zona de reunión donde Camila le sonreía. "Pero hay algo que seguro
que no esperas..." dejó caer con una sonrisa pícara.

- "No digas más. ¡Lauren!" chilló consiguiendo que ésta tuviera que apartarse el teléfono del oído
para no lastimárselo. "Quiero saberlo todo, pero no todo, ya sabes. Los detalles íntimos te los
puedes ahorrar"

- "Digamos que no había mejor lugar para hacerlo que con su novia" dijo orgullosa como si se
tratase de una adolescente hablando de su primera vez.

- "Estarías completamente depilada ¿verdad?" preguntó nerviosa puesto que era primordial para
la morena.

- "¡Normani!" gritó consiguiendo que Camila quien recogía el desayuno la mirara confusa. "Te he
dicho mil veces que siempre lo estoy, y cuando digo siempre, es siempre" recalcó.

- "Está bien señorita poco peluda" bromeó consiguiendo una carcajada de Lauren. "Ahora que sois
novias, ¿le vas a proponer lo que hablamos el otro día?"

- "Todo a su tiempo Mani" respondió mirando fijamente a Camila con una sonrisa tonta en sus
labios.

- "Todo a su tiempo pero la cena de Navidad se acerca Lo" le recordó haciendo que ésta resoplara.

- "Lo sé, lo sé" admitió viendo como Camila se acercaba a ella. "Tengo que colgarte. Ya hablamos,
te quiero" colgó.

Camila caminó hacia ella con el ceño fruncido cogiendo el móvil de Lauren y guardándolo en su
bolsillo. Lauren levantó una ceja y quiso hablar pero Camila la detuvo apoyándola sobre la puerta
cerrada de su Chevrolet inmovilizando sus manos.

- "Así que va por ahí diciendo te quieros a otras personas que no sea su novia Señorita Jauregui"
dijo seductoramente apoyándola más contra la puerta mientras Lauren asentía. "Voy a tener que
esposarla por mal comportamiento" añadió juntando las muñecas de Lauren y atrapándolas en sus
manos.

Lauren rio ante la escena debido a que realmente era ella la que se había visto en aquella situación
más de una vez, pero tener a Camila a centímetros diciéndoselo la excitaba completamente.

- "¿De qué más se me acusa agente?" preguntó siguiendo su juego quebrando más su voz.
- "Se le acusa de provocarme gemidos con solo mirarme" respondió acercándose más casi
juntando sus labios.

- "En ese caso me declaro culpable" añadió consiguiendo soltar sus manos de las de Camila y
moviendo a ésta junto a la puerta trasera de su coche. "¿Cuál es mi condena agente?" preguntó
jadeante mientras Camila se mordía fuertemente los labios.

- "Creo que tengo la respuesta correcta" finalizó juntando sus labios consiguiendo que el acto se
convirtiera en un acalorado beso a pesar de las bajas temperaturas.

Sus bocas bailaban al unísono como si de una balada se tratase. El choque de sus lenguas
enredadas les hacía gemir sintiendo sus manos apretándose contra ambas en señal de deseo.
Lauren se separó lentamente mordiendo su labio inferior consiguiendo que Camila cerrase los
ojos, la cual colocó un mechón oscuro detrás de la oreja de Lauren dándole un rápido y
provocador beso en el cuello.

- "Podría pasarme así el resto del día" dijo Lauren abrazando por la cintura a la chica más bajita
que ella.

- "Entonces ¿por qué no lo hacemos?" preguntó Camila juguetona mirando hacia dentro de la zona
de reunión.

- "Aunque suene demasiado tentador... Tenemos varias locuras pendientes" añadió consiguiendo
que Camila hiciese un puchero.

- "¿Dejarás algún día de sorprenderme?" preguntó entrando en el asiento del copiloto.

Lauren rio ante la pregunta sabiendo que cada vez que una propuesta pasase por su cabeza la
llevaría a cabo si su novia estuviera implicada en ella. Volvió hacia la zona de reunión dejándolo
todo en orden antes de salir de ésta dando gracias a Normani una vez más mientras escuchaba de
fondo a Camila tocando el claxon.

- "Eres una impaciente ¿lo sabías?" preguntó acercándose a sus labios al entrar en su coche.

- "Te equivocas, esa eres tú. Yo solo estoy deseando saber dónde me llevas" contraatacó dándole
un rápido beso en los labios y volviendo a adoptar su habitual postura.

Lauren condujo con una sonrisa durante todo el trayecto mientras su habitual silencio brotaba
entre ellas. De vez en cuando miraba de reojo a Camila quién observaba atentamente a través
de la ventana con una mano apoyada en la barbilla. Podía ser el simple gesto de cualquier
copiloto, pero en ella era el gesto de perderse en sus pensamientos mientras se embobaba viendo
la vida en la ciudad a través de sus ojos. Lauren soltó un diminuto suspiro de tranquilidad y sujetó
el volante con una mano mientras que con la otra, ahora libre, buscaba la mano izquierda de
Camila y enlazaba sus dedos en ella.

- "Aún no me has dicho de quién es aquel especie de garaje" dijo Camila curiosa quien había
estado con la duda desde que entró allí.
- "Es de Mani. Ella lo llama su zona de reunión por ser su lugar para no ensuciar su apartamento o
simplemente tener sus momentos de relajación" explicó sin apartar la vista de la carretera. "Ella
realmente no lo usa mucho, por eso no te mentí al decirte que era un lugar dónde nunca habías
estado antes pero volverías allí más veces"

- "¿Para hacer qué cosas Lauren?" preguntó pícara jugando con los dedos de las manos de ésta.

- "Hay colgado al techo un pequeño proyector y en una de las paredes una pantalla deslizante.
Tenía pensado ver una película allí después de enseñarme mi sorpresa pero cambiaste mis planes"
explicó inocentemente sin haber entendido la pregunta pícara.

- "¿Hubieras preferido la película?" preguntó frunciendo el ceño.

- "Sí" bromeó Lauren ganándose un manotazo en el hombro.

- "Lo tendré en cuenta la próxima vez" gruñó Camila cruzándose de brazos.

- "Eres una gruñona" rio Lauren buscando de nuevo su mano sin apartar la vista de la carretera.
"Cualquier plan es mejor si tú me acompañas"

- "Intenta arreglarlo ahora" rio Camila volviendo a enlazar sus dedos pensativa. "La quieres mucho
¿verdad? A Normani" preguntó al haber notado sus ojos brillosos mientras hablaba de la morena.

- "Demasiado. Ella me ha estado ayudando con tu sorpresa ¿sabes? Incluso fue ella la que se
ofreció a darme una copia de las llaves de su zona de reunión. Siempre sabe qué decirme y en qué
momento. A veces me sorprendo en cómo puede conocerme mejor que yo misma. Me aterra
pensar que algún día pueda perderla" admitió pensando en su trabajo y el peligro que este
conlleva.

- "Si la cuidas igual que me cuidas a mí, entonces ten por seguro que no le pasara nada" añadió
Camila apretando fuertemente su mano mostrándole seguridad con el gesto provocando una
sonrisa en Lauren.

El trayecto terminó en un aparcamiento bajo una manta de nubes. Lauren sabía perfectamente a
donde iban, al contrario que Camila. Realmente se sentía insegura por la opción que había tomado
ya que se esperaba cualquier reacción de la chica más bajita que ella. Se bajó del coche y fue
directa hasta la puerta del copiloto agarrando a Camila de la mano ayudándola a bajar.
Entrelazaron sus dedos y giraron la esquina del aparcamiento quedando frente a un local.

- "¿Es aquí?" preguntó Camila sorprendida haciendo que Lauren asintiera. "Pero Lauren esto es..."

- "Un salón de piercings y tatuajes" respondió por ella invitándola a entrar.

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Capítulo 45

Lauren entró guiando a Camila quien se agarraba firmemente a su brazo. No es que le tuviera
miedo a ese lugar, ni tampoco que no confiase en Lauren. Solo pensaba con nerviosismo lo que
ésta tendría planeado ya que un tatuaje era para toda la vida y había que pensarlo con calma.

- "Confía en mí" susurró Lauren en su oído mientras esperaban una pequeña cola.

Camila simplemente se limitó a asentir intentando olvidar sus pensamientos fijándose en aquel
local. El salón era bastante espacioso y estaba dividido en dos salas: la primera reservada para la
zona de recepción donde se encontraban en aquel momento. Las paredes eran beige con un
zócalo gris y estaban decoradas por puzles de mujeres tatuadas junto con un par de espejos de
calaveras. Además del recibidor negro, se podía observar una pequeña zona de espera adornada
por un sillón de tres plazas en negro junto a una vitrina trasparente llena de todo tipo de piercings
que daba a la segunda sala siendo ésta más grande pero poco visible desde donde se encontraban.

- "Lauren que alegría verte, ya pensaba que te echarías hacía atrás" dijo el hombre tras el recibidor
con acento portugués.

- "¿Alguna vez lo he hecho?" rio Lauren dándole un abrazo. "Cruz esta es Camila, Camila este es
Cruz, quien me hizo mi primer tatuaje y me hará los siguientes" los presentó.

Camila le sonrió tímidamente mientras lo observaba de arriba abajo. Por el nombre y el acento
supuso que sería portugués. Era más alto que Lauren y por lo tanto mucho más que ella. Toda la
musculosa piel que dejaba ver su camiseta a tirantes estaba tatuada. Llevaba gafas de pasta
cuadradas que no dejaban apreciar el gris de sus ojos, y a pesar de tener el pelo lo más corto
posible, llevaba una larga barba castaña. No tendría más de treinta años.

- "Si sigues mirándolo así voy a terminar poniéndome celosa" le susurró Lauren mientras entraban
hacia la segunda sala.

Ésta era más espaciosa que la anterior. Una gran vidriera cubierta por una cortina negra daba al
exterior teniendo bajo ella de nuevo un sillón como el de la primera sala. Una camilla negra
personalizada con el nombre del local adornaba el centro de la sala ocupando junto a ella la
posible silla de trabajo de Cruz. Distintas máquinas de tatuar colgaban de una estantería llena de
pegatinas sobre una mesa de trabajo con los distintos tipos de materiales para hacer toda clase de
piercings.

Lauren entró segura de sí misma y se sentó sobre el sillón esperando a Cruz quien se estaba
colocando unos guantes de látex negros. Copiando Camila el mismo gesto, se sentó junto a ella. Al
contrario que Lauren, Camila estaba bastante nerviosa. Era una locura aquello, pero había
aceptado y ahora sabía que tendría que llevar un tatuaje de por vida para no decepcionar a
Lauren. Los tatuajes no eran lo suyo. Les gustaba verlos en otras personas pero no se veía a ella
misma con ellos. Fue entonces cuando recordó la imagen de Lauren admirando los tatuajes de su
nueva compañera y algo dentro de ella empezó a rabiar.

- "Quiero ser la primera en tatuarse" dijo Camila seria poniéndose de pie.


- "¿Tatuarte?" preguntó Lauren confundida. "No hemos venido a eso Camz" añadió sin entender
las palabras de su novia.

- "¿Ah no?" preguntó nerviosa sin entender la situación. "Entonces ¿para qué hemos ven...?"

- "También hago piercings." La cortó Cruz riendo ante la inocencia de su clienta.

-"¿Piercings?" preguntó mirando hacia Lauren quien seguía sin entender nada. "Pensaba que tú
locura era un tatuaje" admitió nerviosa volviendo a sentarse.

- "La locura es un piercing que si decides hacértelo y no te gusta después puedes quitártelo sin
problemas" rio ante su inocencia. "Nunca te traería a hacerte un tatuaje sin tu consentimiento y
mucho menos sin que lo hayas pensado antes Camila. Los tatuajes son algo permanente y llevan
tiempo recapacitar sobre ello. Es por eso por lo que si no me he hecho otro después de la libélula
es porque quiero estar completamente segura" explicó dándole un pequeño abrazo mientras Cruz
desinfectaba un par de agujas.

Camila respiró profundamente en señal de alivio. Realmente se alegraba de que no fuese un


tatuaje ya que la idea de tener un piercing no la incomodaba.

- "¿Sigues queriendo ser la primera?" preguntó Cruz con una sonrisa.

- "Sí" afirmó Camila mientras notaba la mano de Lauren sobre su hombro.

- "Está bien" sonrió. "¿Cuál quieres hacerte?" preguntó para saber qué clase de aguja utilizar.

Camila dudó por un instante mirando hacia sus tacones. Aunque se hubiese ofrecido voluntaria
para ser la primera para el tatuaje, no tenía ni idea de qué se haría, pero siendo un piercing aún
menos por la sorpresa que éste le supuso. Lauren la miraba pensando que tal vez no hubiera sido
buena idea traerla hasta allí. Ella estaba segura de cuál hacerse, pero Camila no. Ni si quiera sabía
si realmente quería tener uno.

- "Camz puedes pensarlo con más calma si quieres y te acompaño otro día" dijo observando cómo
aún seguía pensativa.

- "No" respondió conectando con sus ojos verdes "Si lo pensase con tiempo dejaría de ser una
locura y yo me he comprometido a hacerla" dijo acercándose hacia la camilla junto a Cruz. "Quiero
un piercing aquí" añadió señalando la mitad de su oreja derecha.

- "Perfecto. Siéntate sobre la camilla mirando hacia mí" explicó Cruz cogiendo los utensilios
necesarios.

- "Lauren ¿puedes acercarte?" preguntó Camila consiguiendo que ésta se acercara hacia ella.
"Dame la mano" le pidió susurrándole en el oído.

Lauren sonrió tontamente ante el leve miedo de Camila e hizo lo que le pidió sentándose en un
pequeño banco a su lado enlazando sus dedos. Cruz le colocó la larga melena detrás de la oreja
derecha y sacó unas pinzas con dos círculos en cada extremo las cuales colocó en una bandeja de
aluminio. Seguidamente sacó de un armario un bote en spray, una aguja desechable y gasas.

- "Esto sirve como anestesia" explicó Cruz cogiendo el bote de spray. "Da frio pero llega a quemar
un poco"

Cruz movió el spray y lo expandió con cuidado sobre la zona marcada de la oreja haciendo que
Camila cerrase los ojos con el ceño fruncido agarrando fuertemente la mano de Lauren, quién
miraba embobada la expresión adorable de su novia sin notar la presión en su mano.

- "Ahora es importante que no te muevas ¿está bien?" explicó Cruz antes de que Camila asintiera.

- "Tranquila Camz" la tranquilizó Lauren agarrando su hombro con la mano sobrante.

Cruz cogió las pinzas y las colocó sobre la marca haciendo presión en la oreja. Seguidamente abrió
la aguja y la traspasó por la zona indicada rápida y eficazmente dejando un tubo alargado de
plástico. Soltó las pinzas y cogió una tijera para cortar el tubo y dejarlo más pequeño para pasar el
piercing sobre él. Camila seguía con los ojos cerrados y por la expresión que había puesto, Lauren
supo que había pasado un poco de dolor además de tener la mano roja a causa de ello.

- "Listo" finalizó Cruz entregándole un espejo para que Camila se mirase. "¿Qué te parece?"

- "Me encanta" dijo en un susurro mirándose en el espejo. "¡Mira Lauren! ¡Lo he hecho!" gritó
emocionada mirando hacia ella.

- "Ahora que has hecho una locura, puedo llamarte loca" bromeó dándole un beso en la mejilla.

- "Bueno, las mejores personas lo están" añadió consiguiendo que tanto ellas dos como Cruz
rieran.

- "Es tu turno Lauren" la llamó Cruz cambiándose de guantes.

Cambiándose de sitio con Camila, Lauren se sentó en la camilla mirando hacia el frente. Al
contrario que la chica más bajita, ella sabía qué piercing hacerse ya que estaba en su lista de cosas
pendientes. Lauren sonrió al notar la mano de Camila enlazarse con la de ella, aunque no le
temiera a las agujas notar su contacto la tranquilizaba bastante.

Cruz repitió los anteriores movimientos y se acercó a la oreja izquierda de Lauren, quien señaló el
lugar exacto del piercing. Cerró los ojos al notar el frio quemando la parte superior de su oreja y
notó como Camila apretaba más su mano como si fuese ella quien se estaba haciendo de nuevo el
piercing. Intentando no moverse para que la perforación quedase perfecta, no pudo contener la
sonrisa al escuchar a Camila murmurar frases sin sentido para tranquilizarla. Lo que ésta no sabía
era que lo que a Lauren le ponía de ese modo era el contacto de sus manos, no la aguja
traspasando su oreja dos veces.

- "Perfecto" concluyó Cruz entregándole el pequeño espejo de mano.


- "Tal y como lo quería" dijo con una sonrisa. "¿Qué te parece? ¿Es bonito?" preguntó girándose
hacia Camila para que ésta lo viera.

- "El piercing es atrevido, la bonita eres tú" admitió sonrojándose mientras veía dos pequeñas
bolas plateadas, una encima de otra, en el cartílago superior de la oreja.

Lauren quiso responder pero las palabras de Camila la dejaron muda. Las mejillas de ambas
adaptaron un color rosado mientras volvían a la sala donde se encontraba el recibidor.

- "Para que cicatrice, cada vez que os duchéis moved las piezas de un lado a otro para que no se
quede pegada a vuestra piel" explicó Cruz "Daros con mucha agua para retirar bien el jabón y
cuando salgáis echaros suero fisiológico y seguidamente un poco de esta pomada" concluyó
dándole un alargado tubo a cada una.

- "¿Cuánto es?" preguntó Camila guardando la pomada de su bolso y sacando seguidamente de


éste la cartera dispuesta a pagar.

- "Nada, está todo pagado" admitió Cruz mirando pícaramente a Lauren.

Ambas se despidieron y salieron de aquel local una al lado de la otra en silencio hasta que llegaron
al Chevrolet de Lauren, dónde Camila rompió el silencio.

- "Tienes que empezar a déjame pagar" dijo poniéndose el cinturón.

- "Eres mi novia, puedo invitarte si quiero" contraatacó poniendo en marcha su coche.

- "Antes no lo era y también lo hacías" gruñó adaptando su habitual postura.

- "Siempre te he tratado como si lo fueras, gruñona" dijo con una sonrisa mientras dejaba una
mano libre para acariciarle la mejilla sin apartar la vista de la carretera.

Lauren condujo en silencio el resto del camino hasta que entraron en la cola de un restaurante de
comida rápida. Era casi la hora punta para almorzar por lo que había una cola un tanto larga.

- "¿Qué hacemos aquí?" preguntó Camila saboreado los distintos menús que se veían desde la
ventanilla del coche.

- "Nos queda una locura pendiente" admitió llamando la atención de la chica de penetrantes ojos
marrones "El camino es largo y no puedo arriesgarme a que tengas hambre dentro de mi coche
con tan solo yo como aperitivo" explicó juguetona.

- "Si fueras lo único para comer, me moriría de hambre" bromeó Camila consiguiendo que Lauren
abriera la mandíbula en señal de sorpresa. "Prefiero morir de hambre a comerte y perderte"
admitió acercándose a sus labios y dejando un tierno beso en ellos antes de que Lauren pudiese
responder.

- "¿Sabes qué cosa hace desaparecer el hambre?" preguntó Lauren alzando una ceja con una voz
seductora.
-"Sorpréndame Lern Jergi" respondió en el mismo tono.

- "Hola buenas tardes ¿qué desea?" preguntó una voz por un pequeño altavoz consiguiendo que
Lauren maldijera por lo bajo.

Con el olor a comida rápida proveniente de unas cuantas bolsas bajo los pies de Camila, Lauren
condujo hacia dos ciudades más allá de dónde se encontraban hasta que el fuerte ruido
proveniente del estómago de la chica más bajita le hizo parar en una zona de descanso para
almorzar. Ver a Camila mancharse la comisura de sus labios con la salsa de la hamburguesa le
parecía algo tierno. Quiso dejarla así un par de minutos pero su obsesión por las manchas le pudo
más.

- "Tienes algo ahí" dijo Lauren señalando su boca.

- "¿Dónde?" preguntó Camila haciéndose la tonta sabiendo que se había manchado a propósito
buscando la reacción de Lauren.

- "Ahí" volvió a señalar acercándose más a ella.

- "¿Aquí?" preguntó señalando el lugar equivocado mientras se quedaban a centímetros.

Lauren rio ante lo que ella creía que era inocencia, y pasó su áspera lengua por la comisura de sus
labios llevándose en ella la pequeña mancha de salsa. Camila cerró los ojos ante el gesto y una vez
que Lauren apartó su lengua, se mordió sus labios.

- "Justo ahí" añadió Lauren con una juguetona sonrisa abrazándola por la cintura.

- "Me gusta tu nueva forma de quitarme las manchas" admitió abrazándola.

- "¿Has visto?" bromeó Lauren dejando un pequeño beso sobre su cabeza mientras notaba las
manos de Camila agarrar fuertemente su cintura.

Con casi dos horas de camino observando por el parabrisas como la tarde iba cayendo frente a
ellas, entraron en la ciudad dónde Lauren había tenido que pasar unos cuantos meses debido a su
trabajo. El silencio reinaba en ellas bajo las luces de las farolas mientras recorrían la ciudad. Camila
había preguntado más de siete veces a dónde se dirigían pero la respuesta de Lauren siempre era
la misma: un beso callándola.

- "Si no fueras mi novia pensaría que me estás secuestrando" gruñó Camila cruzando los brazos y
los pies en el asiento.

- "Y si tú no fueras tan meona hubiéramos llegado antes" contraatacó Lauren recordando las varias
paradas que habían hecho.

- "¡Soy una chica con necesidades!" volvió a gruñir consiguiendo que Lauren soltara una carcajada.
Varios minutos después llegaron al aparcamiento de un edificio privado dónde Lauren tuvo que
prepararse para las pruebas físicas antes de empezar a trabajar junto con los federales, pero eso
Camila no podría saberlo. No de momento. Bajó del coche ayudándola a bajar tendiéndole la
mano y guiándola hacia el edificio. La chica de ojos marrones estaba en completo silencio debido a
no querer perder tiempo haciendo preguntas y descubrir de una vez dónde se encontraban.

- "Edificio Comunidad de Deportes" leyó Camila por lo bajo aproximándose a él.

Por la hora que era, el edificio al que se dirigían debería estar completamente vacío. Para poder
acceder a la zona concreta a la que Lauren quería, necesitaban un pase especial que por suerte
ésta seguía manteniendo después de dos años. Al entrar en el edificio, Camila se quedó mirando
la cantidad de trofeos y fotos que había en una de las tantas vitrinas. Lauren recordó que en una
de ellas había una foto suya tras conseguir su título el cual le permitía desde entonces estar
capacitada para realizar primeros auxilios, por lo que enlazó nuevamente su mano con la de ella y
la guio hacia unas escaleras que daban paso a su pequeña locura.

- "Lauren aquí no hay nadie. Esto no está bien, es allanamiento" dijo preocupada mientras bajaban
las escaleras.

- "Créeme que sé perfectamente lo que es y está todo bien" intentó tranquilizarla antes de abrir la
una gran puerta.

Una vez ésta abierta Camila soltó la mano de Lauren para llevársela a su boca cuando vio que
frente a ellas había una gran piscina climatizada de competición con un par de focos encendidos.
El ruido de Lauren pasando lo que parecía un pase sobre una máquina, hizo que prestase su
atención en eso quedándose curiosa ante el gesto. "¿Por qué tendría Lauren un pase de aquel
lugar?" se preguntaba mientras se abría la barrera y llegaban hasta el centro de la inmensa sala.
Una enorme piscina olímpica ocupaba casi todo el espacio dejando el resto reservado a una zona
la cual Camila supuso que serían los vestuarios por un cartel que colgaba de la pared. No había
nadie más allí, tan solo ellas dos. Lauren soltó su bolso al lado de un altavoz enchufando en él su
teléfono haciendo sonar Take Me Home de Us The Duo.

"I'm only happy when I'm with you. Home for me is where you are. I try to smile and push on
trough, but home for me is where you are"

- "¿Qué hacemos aquí Lauren?" preguntó Camila mientras ésta se agarraba a su cintura dejando
un beso en su frente.

- "Hacer una locura" respondió desabrochando el botón del pantalón de Camila.

- "¿Quieres hacerlo en una piscina?" bromeó dejando que Lauren desabrochara ahora los botones
de su top.

- "¿De verdad piensas que he conducido más de dos horas para traerte hasta aquí y tener solo
sexo?" gruñó frunciendo el ceño mientras le bajaba la cremallera de su vestido.

- "No deja de ser una locura" respondió quedándose en ropa en interior.


- "Puede ser" dijo encogiéndose de hombros "Pero te equivocas" añadió cogiéndola en brazos
haciendo que quedase recostada en su hombro mientras chillaba su nombre.

"They tell me that I'll make it, it'll only be a while but a while last forever without you..."

Lauren soltó un par de carcajadas ante la desesperación de Camila por bajarla de sus brazos. Sabía
perfectamente lo que iba a hacer y ningún golpe en su espalda en señal de súplica la iba a detener.
Caminó rápido hacia el borde de la piscina y saltó a ella con Camila en sus brazos.

"Send out the alarms I'm all alone. Wrap me in your arms and take me home. Take me home to
your arms"

La temperatura medianamente caliente de la piscina penetró en sus cuerpos haciendo que se


soltasen en el salto. Lauren aprovechó su habilidad y se mantuvo bajo el agua para darle un
pequeño susto a Camila a quien podía ver junto a ella al abrir por un momento los ojos ante de
que el cloro penetrara en ellos.

"I won't be happy 'till I'm with you. Home for me is where you are. These four walls are nothing
without you. Home for me is where you are"

- "Lauren vamos sal" la escuchó decir mientras su mano rozaba su espalda "Lauren no tiene gracia"
dijo varios segundos después. "¡Oh Dios mío Lauren!" gritó por última vez sacándola del agua.

- "¿Preocupada?" preguntó Lauren con una risa pícara mientras Camila fruncía el ceño frente a
ella.

- "¡Estás completamente loca!" gruñó encogiéndose de brazos mientras se dirigía hacia la escalera
metálica para salir de aquella piscina un tanto enfadada.

- "¿Pero sabes qué Camz?" preguntó elevando la voz acercándose a ella. "¡Lo estoy
completamente por ti!" gritó aún más alto agarrándola por la cintura y volviéndola hacia ella
llegando hacia sus labios.

"They tell me that I'll make it, It'll only be a while but a while last forever without you"

Camila sonrió entre el beso y enlazó las piernas en la cintura de Lauren bajo el agua quedando
medio cuerpo en el aire mientras se agarraba a su cuello notando su pelo mojado acariciar sus
manos. Lauren la abrazó por la espalda llevándola más hacia ella y jugó con su lengua sin dejar
ningún espacio por descubrir dentro de su boca. Con Camila agarrada a ella, caminó por la piscina
llegando a la zona más baja dejando a esta sobre el bordillo con toda la ropa interior mojada
marcando sus pechos.

- "Creo que es la mejor locura que he hecho nunca" dijo mirándolos haciendo que Camila se
sonrojase.

- "Yo creo que no" dijo desabrochándose el sujetador y seguidamente el de Lauren. "Ahora sí"
admitió lanzándose de nuevo a la piscina tirando a Lauren con ella.
"Send out the alarms I'm all alone. Wrap me in your arms and take me home. Take me home to
your arms"

Sus cuerpos semidesnudos con tan solo la luz de unos cuantos focos, se volvieron a abrazar
convirtiéndose en solo uno mientras daban vueltas en el agua. Una risa imparable salía de ambas
bocas. Estaban felices la una con la otra. No necesitaban nada más allí. No pensaron en nada más.
Tan solo querían disfrutar de aquel momento en el que sus bocas mojadas se encontraban a cada
segundo creando una excitación en ellas.

- "Te quiero Lauren" susurró Camila en su oído mientras le pasaba un mechón de su larga melena
mojada sobre la oreja.

- "¿Cómo dices?" preguntó Lauren haciéndose la sorda.

- "Que te quiero" volvió a repetir Camila frente a ella quedando tan solo sus cabezas en la
superficie mientras sus piernas luchaban por mantenerlas a flote.

- "No puedo oírte, creo que me ha entrado agua en los oído" mintió Lauren pícara.

- "Que te quiero" dijo elevando un poco la voz.

- "Sigue sin funcionar" replicó Lauren conteniendo la risa.

- "¡Que te quiero Lauren Jauregui! ¡Te quiero como nunca antes quise a nadie!" gritó fuertemente
haciendo que su voz se escuchase por todo el pabellón.

"Send out the alarms I'm all alone. Wrap me in your arms and take me home. Take me home to
your arms"

Lauren no pudo evitar sacar una gran sonrisa y lanzarse a sus labios desesperadamente gastando
las pocas fuerzas que le quedaban consiguiendo que Camila le diera paso a su lengua y empezar
una lucha contra ella.

- "Ven conmigo a cenar con mi padre y mis hermanos" soltó Lauren por fin al separar sus bocas
dejando a Camila perpleja con su propuesta.

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Capítulo 46

La expresión seria de Camila hizo que Lauren se arrepintiera al momento de la propuesta. Desde
que lo pensó días atrás con Normani algo en ella sabía que no iba a ser una buena idea por mucha
ilusión que le hiciese. No había hablado con su padre pero sabía perfectamente que colocar un
plato más en la mesa no sería ningún inconveniente pero para aquello debía tener una respuesta
afirmativa por parte de Camila quien aún la seguía mirando confundida.
- "No debería haber preguntado eso, lo siento" se disculpó desanimada acercándose al bordillo de
la piscina para salir intentando que no se escuchase su suspiro "Llevamos siendo novias
oficialmente menos de 24 horas, entiendo que pienses que es muy precipitado" añadió
ayudándola a salir de la misma forma que ella.

- "Lauren" dijo Camila intentando responder.

- "No, en serio, no te preocupes" la cortó "Debería haberlo pensado antes de soltarlo pero me
salió sin más" explicó.

- "Lauren" la volvió a llamar intentando nuevamente sin éxito poder responder.

- "Está bien, de verdad. Podemos dejarlo para más adelante si..."

- "¡Lauren! ¿Puedes dejarme responder?" preguntó Camila elevando la voz cruzándose de brazos.
"Gracias" dijo una vez consiguió su objetivo. "Sé que no he puesto la mejor cara porque para mí ha
sido una sorpresa pero eso no significa que la vaya a rechazar" dijo juntando sus cuerpos
semidesnudos.

Una amplia y poco disimulada sonrisa apareció en el rostro de Lauren mientras notaba sus pechos
aún húmedos chocar con los de su novia. Su novia. Aun no creía que todo eso realmente le
estuviera pasando.

- "¿Ah no?" preguntó con asombro haciendo que Camila negase mientras se abrazaba a su cuello.
"¿Eso quiere decir que vendrás a cenar?" volvió a preguntar aún sorprendida.

- "A veces te cuesta entender las cosas" bromeó Camila "Claro que iré a cenar con tu familia. Es
más, lo estoy deseando" admitió nerviosa rompiendo la distancia entre ellas.

Lauren no pudo evitar sonreír en medio del beso dando paso a la lengua juguetona de Camila. Sus
cuerpos semidesnudos se unieron como dos piezas de puzle haciendo que la chica más bajita se
sujetara firmemente con sus piernas húmedas a la cintura de Lauren quedando en el aire.

- "Y ¿Cómo...? ¿Cómo quieres que te presente?" preguntó Lauren pensando en la discreción que
Camila quería mantener.

- "¿Hemos vuelto a ser solo amigas y no me he enterado?" preguntó Camila juguetona frunciendo
el ceño.

La morena de ojos verdes estuvo a punto de responder cuando un ruido proveniente de la entrada
se lo impidió. "Mierda" pensó soltando rápidamente a Camila y acercándose al altavoz para
desconectar su móvil.

- "Recoge tus cosas, ¡rápido!" dijo en voz baja consiguiendo que Camila entrara en un pequeño
estado de pánico.

- "Lauren, ¿qué está pasando?" preguntó muy nerviosa.


- "Tú solo hazme caso" insistió guardando rápidamente todo en su bolso.

- "Lauren" escuchó detrás de ella.

Camila le lanzó su sujetador mojado con una sonrisa pícara. Se lo colocó rápidamente sabiendo
que tenían que salir en aquel momento si no querían ser pilladas por el guardia de seguridad.

Para Lauren ese no era ningún inconveniente puesto que podría conocerlo pero encontrarse con él
significaría darle una buena explicación a Camila quien aún no había preguntado por el pase para
acceder a aquel lugar, lo cual le resultaba extraño.

- "Tenemos que irnos" dijo Lauren en voz baja recogiendo su vestido negro y sus tacones del suelo.

- "Lauren estamos en ropa interior tenemos que vestirnos" insistió Camila perpleja.

- "¿Quieres vestirte y pasar una noche entre rejas? ¿O prefieres vestirte cómodamente en mi
coche?" preguntó acercándose hacia las puertas correderas que daban al exterior. "¡Vamos
Camz!" insistió consiguiendo que la chica más bajita corriera tras ella en ropa interior.

Lauren salió corriendo hacia el exterior sabiendo que una de las murallas daba al aparcamiento del
pabellón, siendo esta misma quien les impedía el paso debido a su gran altura.

- "Mierda" susurró en voz baja mirando la muralla.

Miró hacia ambos lados buscando algo que le facilitase la escala pero lo único que encontró fue el
verde césped sobre sus pies y una piscina cubierta. Realmente estaba siendo una locura. Supo que
Camila pensaba lo mismo cuando la miró a los ojos. Se quedó unos segundos mirándolos
fijamente, había algo en ellos que no podía descifrar. Era una mirada tranquila pero a la vez
desesperada. Como si estuviera acostumbrada a vivir con el miedo de ser atrapada pero sin dejar
de pensar en ello.

- "Lauren" la llamó haciendo que volviese de sus pensamientos "Lauren no hay salida"

Y realmente no la había. Un escalofrío se apoderó del cuerpo de la chica más alta al pensar que
todo acabaría aquella noche al ser pilladas. No podía permitir aquello.

- "Camz quiero que me hagas caso en una cosa ¿de acuerdo?" dijo acercándose a ella

- "Voy a ayudarte a saltar esta muralla que da al aparcamiento donde está mi coche. Cuando la
saltes corre hacia él y quédate dentro ¿está bien?" preguntó colocándole las llaves de su Chevrolet
sobre sus finas manos.

- "De ninguna manera Lauren, ¿qué vas a hacer tú?" preguntó intentando sin éxito devolverle las
llaves a la morena de ojos verdes.

- "Yo te lanzaré nuestra ropa e iré detrás de ti. Confía en mí, Camz" insistió dándole un rápido beso
en los labios mientras veía detrás de Camila como las luces se iban encendiendo poco a poco.
Camila insistió muy a su pesar y guardó las llaves en su bolso preparándose para saltar. No era la
primera vez que saltaba una muralla con esa presión, pero si era la primera vez que lo hacía en
ropa interior. Lauren se acercó a ésta y se colocó en posición para impulsar a Camila hacia arriba.
Una vez ésta con un pie apoyado en sus manos, Lauren soltó una risa juguetona al contemplar sus
maravillosas vistas consiguiendo un leve golpe en el hombro tras un gruño de la chica más bajita.

- "¿Quién anda ahí?" se escuchó una voz irreconocible más cerca de ellas.

Lauren no tardó en impulsar a Camila hacia arriba con cuidado de no hacerle daño en su fina piel.
Una vez que ésta saltó, Lauren rápidamente le lanzó el pantalón, el top y el vestido y
seguidamente los tacones de ambas con cuidado.

Se quedó en silencio hasta que escuchó el sonido de su coche al abrirse soltando un suspiro.
Camila estaba bien, pero ella no.

Estaba frente a una gran muralla la cual no podía saltar sin ayuda. Lo intentó un par de veces
acabando con las manos arañadas por el tacto de ésta. Suspiró fuertemente. Sabía que el guardia
iba a aparecer en cualquier momento. Ya no estaba Camila frente a ella pero si salía descubierta
tendría que dar una buena explicación sobre todo a causa de su poco vestuario. Se acercó hacia su
bolso sacando de él la placa que la identificaba como agente federal. Fuese quien fuese se tendría
que enfrentar a él. Pocos minutos más tarde, con su cuerpo frio a causa de la baja temperatura y
el roce de su pelo húmedo, un guardia llegó hacia dónde se encontraba dejándola aún más
sorprendida de lo que ya lo estaba.

- "Lauren ¿eres tú?" preguntó frente a ella mientras alumbraba su cara perpleja con una linterna.

- "¿Tom?" dijo sorprendida tapando con sus manos la luz molesta.

- "¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó de nuevo acercándose a ella haciendo que Lauren diese
un paso hacia atrás desconfiada. "¿Y así?" dijo observando su figura de arriba abajo.

- "¿Y tú? Se supone que trabajas en la oficina" digo cruzándose de brazos intentando taparse al
máximo debido a la incómoda situación.

- "Hace semanas que no trabajo allí. La última vez que hablamos acababa de firmar mi renuncia"
dijo apenado colocándose bien el cinturón.

- "¿Por qué renunciaste?" preguntó perpleja frunciendo el ceño.

- "Por ti Lauren" admitió dejando a la morena de ojos verdes de piedra. "Cuando te golpeé y hui
como un cobarde me di cuenta de la mala persona en la que me había convertido y cuando me
dijiste todas esas palabras días atrás yo simplemente... lo tuve mucho más claro"

Las palabras de Tom golpeaban fuertemente la cabeza de Lauren. La última vez que hablaron
estaba segura que algo estaba mal en él por mucho que su mejor amiga insistiese en justificarlo
con el alcohol.
- "Sabes Lauren" dijo rompiendo el silencio "Realmente fui un egoísta al pedirte una segunda
oportunidad después de haberme tenido que soportar tantas veces. Perdóname por haberme
comportado como un idiota los últimos años" se disculpó.

- "No pasa nada Tom. Lo hecho, hecho está" dijo Lauren sincera notando más el frio.

- "Sí que pasa Lauren" dijo elevando un poco la voz "Pasa porque mi comportamiento se debía al
ver cómo te comportabas con tu exnovia o con otra persona que no fuese yo por el simple hecho
de ser un hombre" admitió soltando un leve sollozo "Aquella noche te golpeé debido a tu
comportamiento con la chica con la que saliste del cine, la misma con la que has venido ¿verdad?"

- "¿Cómo sabes que he venido con ella?" preguntó nerviosa notando la tardanza en volver a su
Chevrolet.

- "Cuando te miré a los ojos mientras la defendías de mí supe que no era una chica cualquiera para
ti. Siempre estuve pendiente cada vez que Keana te visitaba y me fijaba en cómo te brillaban los
ojos cuando hablabas con ella o te hacía reír, en cambio, con aquella chica... era mucho más que
eso Lauren.

Y lo supe al momento por mucho alcohol que llevase en la sangre" explicó dejando a Lauren más
helada de lo que ya estaba. "Además, no creo que hayas venido hasta aquí para darte un baño tú
sola" rio.

Lauren no pudo contenerse y se lanzó hacia él dándole un abrazo desesperado por entrar en calor
sabiendo que eso tranquilizaría al ahora antiguo compañero. No le agradaba la idea de tenerlo
entre sus brazos pero había sido sincero con ella y eso al fin de cuentas era lo más importante.

- "¿Recuerdas cuando me dijiste que me debías una Tom? Pues este es el momento" dijo
señalando a la muralla.

- "Lauren puedes salir por la puerta si..."

- "No" lo cortó "Quiero salir por aquí pero necesito tu ayuda"

- "Pero estás en ropa interior Lauren. Toma mi chaqueta" dijo quitándosela.

- "No" lo cortó rápidamente sabiendo que si volvía con esa chaqueta tendría que dar una buena
explicación. "Estoy bien, gracias. Solo necesito que me ayudes a saltar"

Tom no respondió nada más y se acercó confundido a la muralla dejando la linterna guardada en
uno de los compartimentos de su cinturón. Lauren con pocas ganas se agarró a sus hombros con
su bolso y se impulsó hacia arriba quedando en el borde de la muralla viendo de lejos a Camila en
el coche. Un gran suspiro salió de sus labios mientras notaba su cuerpo tenso aguantar el
equilibrio.

- "Estamos en paz Tom" dijo Lauren preparándose para saltar.

- "Estamos en paz Lauren" respondió viendo caer a su antigua compañera.


Lauren corrió rápidamente hacia su coche sintiendo el asfalto sobre sus pies silenciando éste el
dolor de sus manos arañadas. Una vez dentro lo primero que vio fue a Camila llevando una de sus
camisas blancas y seguidamente sus labios sobre los suyos.

- "No vuelvas a dejarme así de preocupada ¿Por qué has tardado tanto? ¿Te ha visto alguien?" dijo
Camila abrazándola fuertemente mientras juntaban sus cuerpos ahora un poco más cálidos. "Oh
Dios mío Lauren ¿qué te ha pasado en las manos?" preguntó acariciando los leves arañazos.

- "Tenía que saltar de alguna forma" mintió a medias con una sonrisa. "¿De dónde has sacado
eso?" preguntó señalando la camisa que llevaba puesta intentando cambiar de tema para no
mentirle más.

- "Sé que te prometí no salir del coche, pero el frio se apoderó más de mi cuerpo y la calefacción
no era suficiente, por lo que salí y busqué en tu maletero. Solo encontré esto" explicó mostrando
sus manos cubiertas por la camisa que le quedaba grande.

Lauren soltó un suspiro y la abrazó fuertemente. Al tener una pequeña obsesión por las manchas y
ser insegura sobre su imagen, solía guardar en su maletero alguna camisa extra por si tenía un
pequeño incidente. Suspiró aún más profundo sobre el hombro de Camila al saber que la chica
más bajita que ella había encontrado solo eso debido a que Lauren guardaba en un
compartimento de su maletero un chaleco antibalas y una reglamentaria para casos
excepcionales.

Tras aquel abrazo no hicieron falta más palabras por lo que Lauren se calzó solamente sus tacones
debido a que su vestido seguía completamente húmedo. Encendió la calefacción nada más
arrancar el coche y aunque ella pudiese aguantar así hasta llegar a su apartamento, Camila no. A
pesar de llevar su camisa, podía notar en sus labios y en su piel cómo el frio se había apoderado de
su cuerpo por lo que cuando entró en la autopista cambió su destino.

- "¿Te has perdido?" preguntó Camila confusa dejando de mirar por la ventanilla para prestar su
atención en Lauren quien sujetaba firmemente el volante con ambas manos.

- "Sé perfectamente a dónde voy" respondió apartando un momento la vista de la carretera para
regalarle una sonrisa.

Lauren condujo durante media hora con canciones aleatorias sonando en la radio, hasta que llegó
a un gran recinto lleno de bungalós dispuestos a ser alquilados. Conocía el sitio gracias a Keana
quien siempre insistía en ir allí, pero nunca llegaron a hacerlo. Había probabilidades de que
hubiese bungalós libres debido a la escasez de coches en el aparcamiento.

- "¿Dónde estamos?" preguntó Camila despertando de su corto sueño al escuchar a Lauren


aparcar.

- "No podía dejar que siguieras pasando frio" respondió dándole un cálido beso en los labios.
"Como tampoco podía volver a pasar otra noche sin ti" añadió juguetona profundizando más el
beso.
Tras un par de minutos con sus bocas conectadas, Lauren cortó el beso y bajó rápidamente de su
coche para dirigirse a la parte trasera. Bajo las estrellas sacó su vestido de la zona trasera y
comenzó a colocárselo con cuidado.

- "Lauren ¿qué haces?" preguntó saliendo del coche ella también. "Sigue estando mojado" añadió
mirando hacia el vestido ya colocado.

- "Lo sé y no es nada agradable, pero no quiero ser atendida en ropa interior. ¿O acaso prefieres
eso?" preguntó pícara lanzándole sus pantalones mientras Camila negaba fuertemente.

Como si un diluvio hubiese caído sobre ellas, se dirigieron hacia recepción enlazando sus dedos.
Una vez allí Camila se negó a que Lauren volviese a pagar, por lo que se apresuró en dar su tarjeta
de crédito quedado cargada en ella la factura del bungaló número 17 con vistas hacia el pequeño
riachuelo, cama para dos y servicio de todo incluido.

- "Con esta pulsera podrán pedir cualquier cosa llamando al número que aparece reflejado en la
mesita de noche, junto al teléfono" explicó la recepcionista colocándole una tira verde con el
nombre del recinto en la muñeca de cada una.

Una vez dentro del bungaló Camila soltó su bolso en el suelo, se quitó los tacones y comenzó a
explorar cada parte de aquella mediana zona de madera embobada. A pesar de tener servicio de
habitaciones completamente a su servicio, había una rústica cocina pequeña que hacía esquina a
la izquierda nada más entrar acompañada por una mesa rectangular de madera con dos sillas del
mismo material. Al lado de esta se encontraba una puerta de madera también que daba al baño
ocupado por una espaciosa bañera, un váter y un lavabo adornado con una cesta con cepillos de
dientes, jabón y gel a estrenar. A la derecha del bungaló había una hermosa chimenea de piedra
con leña suficiente para pasar la noche, y por último a distinto nivel, un armario ocupando la
pared y una gran cama de matrimonio entre dos mesitas de noche talladas en madera
encontrándose en una de ellas el número que la recepcionista les había explicado.

Mientras la chica más bajita seguía observando todo embobada, Lauren había terminado de
encender el fuego. Se descalzó los tacones y se quitó el vestido mientras escuchaba a Camila tras
ella aun emocionada por el lugar. No podía evitar sonreír al verla cual niña pequeña. Llevó una de
las sillas hacia el frente de la chimenea dejando una distancia segura, y colocó encima de ella el
vestido para que se fuese secando.

- "Camz quítate la ropa" dijo mirándola con una sonrisa.

- "¿No vas un poco rápido?" preguntó haciendo que ambas rieran. "Voy a hacer una llamada antes
¿vale?" añadió agarrándose al cuerpo semidesnudo de Lauren.

- "Yo que te iba a proponer un baño juntas" susurró en su oído.

- "Eso es chantaje..." dijo poniendo un puchero. "Pero es importante" se apartó señalando al


teléfono entre sus manos.

- "No tardes mucho, no quiero que enfermes" concluyó dándole un beso en la frente con sus
carnosos labios.
Camila asintió y salió al exterior dejando a Lauren sola dentro. Echó un rápido vistazo al bungaló
mientras la bañera se llenaba. Inconscientemente iba a pasar la noche con Camila por segunda
vez. Solo la idea hacia que se le erizase la piel. Se dirigió al año nuevamente y cerró el grifo pero
antes de entrar en la bañera buscó un par de toallas sin éxito. Pensó que Camila podría saber
dónde se encontraban al haber revisado de un extremo a otro aquel lugar, por lo que rogó que no
hubiese nadie y salió en ropa interior del bungaló consiguiendo que el frio dejara un color rosado
en sus mejillas. La chica más bajita no se encontraba allí por lo que Lauren frunció el ceño hasta
que escuchó su voz proveniente del lateral izquierdo del bungaló. Fue a girar la esquina para
preguntarle pero la voz de Camila la detuvo.

- "A ver. No. No. Escúchame" pidió posando su mano en la frente dando la espalda hacia donde se
encontraba la morena de ojos verdes. "Sé que dije que seguíamos adelante Dinah, pero esto no
entraba en mis planes" se pausó. "¡Claro que quiero estar aquí con Lauren!" dijo elevando un poco
más la voz pausándose nuevamente para escuchar la respuesta. "No te preocupes por eso, no
sospecha nada. Confía en mí"

Al escuchar las últimas palabras, Lauren se quedó helada y toda la investigación que un día había
dejado de lado volvió a su mente. "Dije que seguíamos adelante" "No sospecha nada". Aquellas
dos frases chocaban en la cabeza de la morena de ojos verdes dejándola impactada impidiendo
escuchar el resto de la conversación. Sin querer pisó fuertemente uno de los tablones de madera y
llamó la atención de Camila.

- "Dinah voy a colgar, le he prometido a Lauren que no me demoraría mucho" se pausó. "Mañana
te daré absolutamente todos los detalles" rio "Sí, hasta esos" volvió a reír más alto. "Gracias por
cubrirme de nuevo, te quiero" se despidió.

Camila caminó hacia la puerta notando el aroma de Lauren al girar la esquina. Por un momento
pensó que podría haber estado allí pero al encontrarse el vapor saliendo del baño la idea
desapareció. Se quitó el pantalón húmedo y lo colocó en la otra silla junto al vestido de Lauren,
repitió el gesto con el top que sacó de su bolso y atizó el fuego mientras notaba el calor en su piel.

Mientras Lauren se enjabonaba había escuchado la gran puerta de madera cerrarse. Un suspiro
salió de sus labios al mirar la toalla que había encontrado dentro del armario, encima del lavabo.

- "Si hubieras mirado bien no hubieses escuchado nada" pensó para ella misma soltando otro
suspiro más intenso.

Su baño se había resumido en las palabras de su novia pasando constantemente por su cabeza.
Había escuchado la conversación inconscientemente y sabía que eso estaba mal porque había
penetrado su privacidad, pero lo que la había dejado realmente tocada eran las palabras de la
chica más bajita. Aunque su primer pensamiento hubiese sido su antiguo caso, quiso pensar en
otra explicación más lógica y no dejarse guiar por un primer y tonto pensamiento.

Salió del baño con la toalla envuelta en su perfecta figura notando el calor de la chimenea
penetrando en su piel. Camila estaba entre medio de las dos sillas intentando calentarse sin notar
su presencia hasta que Lauren cerró la puerta del baño consiguiendo que se girarse. Sus profundos
ojos marrones clavando la vista en ella acompañados por una sonrisa, hizo que las dudas que
había tenido sobre Camila minutos atrás desapareciesen por completo dejando en su cabeza el
único pensamiento de sentirla en sus brazos.

Como si Camila le hubiese leído la mente se lanzó a sus brazos con cuidado de no hacer caer la
toalla. Éste dio paso a un beso en el que no tardaron en encontrarse sus lenguas. Ambas estaban
deseando tener nuevamente ese contacto.

- "He encontrado una albornoz y una toalla, te he dejado el albornoz porque sueles tener más frio
que yo" dijo Lauren señalando la colcha verde de la cama dónde se encontraba el albornoz.

- "Tan atenta como siempre señorita Jauregui" respondió juguetona soltándose de sus brazos. "Me
debes un baño" concluyó con un guiño cogiendo el albornoz.

Lauren soltó un suspiro más aquella noche al verla cruzar la puerta y se dirigió hacia el teléfono de
la mesita de noche. Casi era la hora de cenar por lo que marcó el número y pidió una gran cena tan
solo para Camila puesto que su estómago se había cerrado repentinamente. Una vez pedida buscó
en el pequeño armario y encontró dos pijamas unisex. Se colocó el más grande y esperó a que
llegara la cena.

Cuando Camila salió de su largo baño se encontró para su sorpresa con un carrito lleno de
distintos tipos de comida y con Lauren recostada en la cama con los ojos cerrados. Sin hacer ruido
y adorando la expresión infantil de su novia al dormir, se acercó al carrito observando una
pequeña nota en él.

"Algo me dice que voy a deberte algo más que un baño. Disfruta de la cena Camz"

Una sonrisa tonta se apoderó de su rostro mientras soltaba la nota de nuevo en el carrito. Se
colocó el otro pijama que había en el armario haciendo el mínimo ruido posible y aunque su
estómago le rogara ser llenado, se recostó junto a Lauren y la abrazó fuertemente.

- "¿Cuándo dejarás de sorprenderme Lauren?" preguntó en un susurro con una sonrisa mientras
besaba su mejilla.

- "Nu... Nunca Camz..." respondió medio dormida quedando frente a frente junto a Camila
dándole como pudo un último beso de buenas noches antes de caer en un profundo sueño.

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Capítulo 47

Tras aquella noche con Lauren en el bungaló los días con ella habían sido demasiados buenos con
la única pega de la mirada perdida de vez en cuando de la morena de ojos verdes. Camila le había
preguntado en varias ocasiones en qué pensaba pero siempre respondía que se debía a su trabajo.
No quiso darle más importancia por lo que decidió no volver a tocar el tema.
Habían pasado varios días desde aquel encuentro y era bastante difícil borrar la sonrisa de la cara
de Camila. Tanto sus padres como su hermana y la familia Hansen preguntaban a qué se debía
tanta facilidad, pero solo Dinah sabía que esa felicidad llevaba nombre y apellido.

Lauren Jauregui. Su novia. Aún seguía sin asimilar la situación tras varios días. Solo llamarla así ya
conseguía que su estómago iniciara una guerra de fuegos artificiales, pero recordarla llorando a
causa de sus mentiras hacía que esos fuegos se convirtieran en puñales que se le clavaban por
dentro. Sabía que le había hecho daño pero no se imaginaba hasta qué punto.

Una voz familiar acompañada por un golpe en su brazo hizo que Camila abriera los ojos y se
quitara los auriculares para encontrarse con su hermana pequeña frente a ella. A veces le
sorprendía lo que podían llegar a parecerse. Sofi era casi una adolescente, la etapa en la que
empezó todo para Camila.

- "¿Pensando en tu admiradora secreta?" preguntó haciendo que Camila saliera de sus


pensamientos y se encontrara con ella frunciéndole el ceño. "No me mires así. Son mamá y papá
quien la llaman de esa forma" rio sentándose a un lado de la cama.

-"No es una admiradora secreta, es alguien muy especial pero aunque estuviese pensando en ella
no iba a decírtelo traviesa" respondió agarrando las mejillas de su hermana con ambas manos.
"¿No has ido al colegio?"

- "Mila es sábado" rio ante la falta de atención de su hermana.

Llevaba razón. Desde que se había despertado había permanecido en la cama escuchando música
aleatoria en su móvil y no había sido consciente del ruido que se escuchaba en la planta baja. Que
fuese sábado solo significaba dos cosas: la primera, en tres días tenía la cena de Navidad con la
familia Jauregui, y la segunda: se le acababa el tiempo para encontrar el regalo perfecto para
Lauren.

- "¿Puedes dejar de pensar en ella y escuchar a tu hermana pequeña?" gruñó Sofía haciendo un
puchero.

- "No estaba..." se pausó sabiendo que esta vez su sonrisa no sería capaz de negar las palabras de
su hermana. "¿Qué me decías?" preguntó levantándose de la cama para estirarse.

- "Mamá me ha pedido que viniese a ver si estabas despierta porque han dejado algo para ti
mientras desayunábamos" explicó poniéndose también de pie.

- "¿Para mí?" preguntó un tanto preocupada por no saber qué podía ser.

No era la primera vez que se equivocaban y dejaban un paquete importante en su casa en vez de
en la segunda dirección del piso que tenían Dinah y ella, siendo éste desconocido para el resto de
la familia. Bajó rápido las escaleras ignorando cualquier saludo de buenos días y llegó hacia la
cocina deteniéndose rápidamente por lo que encontró encima de la mesa.

Un gran ramo de trece flores de color rojo oscuro completamente desconocida acompañado por
un mediano sobre azul con su nombre escrito con una perfecta caligrafía ocupaba casi toda la
mesa. Camila se llevó ambas manos a la cara para que no se notasen las diminutas lágrimas que
cubrían sus mejillas. Solo había una persona que podía sorprenderla de aquella forma y sin duda
sabía de quién se trataba.

Caminó como pudo hacia él y se llevó las desconocidas flores hacia su nariz. Olía hermosamente.
Tras varios segundos apreciando aquel fantástico olor, dejó el ramo a un lado y cogió el sobre azul
para comenzar a leerlo de espaldas al resto de la familia que sin ella saberlo la miraban
atentamente.

"Buenos días Camz, puede que te estés preguntando cuál es el motivo de esta pequeña sorpresa
pero realmente no lo hay. Solo quería tener un detalle contigo y hacerte sonreír desde por la
mañana.

¿Recuerdas el primer ramo que te regalé? Aquellas trece gardenias simbolizaban un amor secreto
además de la pureza y la dulzura. Las elegí porque se deben regalar a alguien especial al que no le
hayas revelado tus sentimientos, pero esas ya no me servían esta vez porque te quiero y ahora lo
sabes. Por eso he elegido esta vez un ramo de Gloxinas, no son muy comunes pero con su color
rojo oscuro representan el amor a primera vista, algo en lo que no creía hasta que te conocí.

Soy muy feliz. Me haces muy feliz Camila, y no puedo esperar más para que conozcas a mi familia y
presentarte como mi novia. Les he hablado tanto de ti estos días que incluso están más
impacientes ellos que yo.

Gracias una vez más por aparecer en mi vida y hacerme descubrir sentimientos nunca antes
encontrados. Estoy deseando volverte a ver, pero el trabajo me tiene ocupada. Te recompensaré
por ello.

Te quiere y añora tus besos, Lauren Jauregui"

Por mucho que quiso mantener las lágrimas no pudo contenerlas y las dejó salir a medida que iba
leyendo la pequeña carta. Una vez que terminó de leerla con los ojos totalmente brillosos notó
como un par de gotas habían caído en la esquina derecha de ésta. Ella también la quería y añoraba
sus besos, esos en los que solo Lauren conseguía que se sintiera de aquella forma.

- "¿Vas a seguir negando que no tienes una admiradora secreta?" dijo una voz detrás de ella
apoyando la mano en su hombro.

Camila pegó un pequeño bote al no esperarse a su madre detrás de ella y dobló rápidamente la
carta metiéndola en el sobre para que no pudiese leer su contenido. Se secó rápida y poco
disimulada las lágrimas que quedaba en sus mejillas y se giró decidida hacia ella.

- "No es una admiradora secreta mamá" negó buscando un florero donde colocar el ramo.

- "Y si no es una admiradora secreta entonces ¿quién es? Porque no pensarás que voy a seguir
creyéndome que es una simple amiga que se acuerda de ti de vez en cuando, al igual que no voy a
seguir creyendo que no pasaste dos noches seguidas con ella" dijo cruzándose de brazos mientras
Camila rellenaba el florero con agua.
- "¿Cómo sabes que...?"

- "Que pase poco tiempo en esta casa no significa que no me entere de lo que pasa" explicó
ayudándola a meter el ramo dentro del florero de cristal. "Te vas una noche vestida elegante y
apareces dos días después con la misma ropa, una camisa blanca de una taya mayor que la tuya y
esa pulsera verde en la muñeca" añadió señalándola. "¿Realmente pensabas que iba a creerme
que dormías en casa de Amber sin pasar ni si quiera a por ropa limpia?" preguntó consiguiendo
que Camila negara con la cabeza agachada "Por Dios hija, hasta tu hermana de doce años pone
mejores excusas" concluyó.

Desde que le pidió a Dinah que la cubriera y ésta le contase su plan sabía que tarde o temprano la
acabarían pillando. Aunque la chica más alta hubiera avisado a su compañera de trabajo por si su
madre llamaba era todo demasiado evidente. Su mayor preocupación en ese instante no eran las
palabras de su madre insistiéndole en saber de quién se trataba sino pensar cómo le decía que no
iba a cenar con ellos porque iba a cenar con la familia de su novia. Lista a acabar con todo aquello
suspiró fuertemente y se preparó.

- "Su nombre es Lauren, Lauren Jauregui" respondió haciendo que su madre dejase de hablar "Y
no es mi admiradora secreta, es mi novia mamá" soltó consiguiendo que la mandíbula de su
madre se abriera a la misma vez que un sonido de asombro se escuchaba detrás de ellas.

Camila se volvió y se encontró con su hermana pequeña con una gran sonrisa en su rostro junto a
Dinah con la misma expresión. Por suerte los padres y hermanos de la chica más alta que se
encontraban en el salón no habían escuchado la conversación.

- "Dentro de tres días cenaré con su familia" añadió dejando a su madre más sorprendida de lo
que ya estaba.

- "Pero Camila hija, ese día es Navidad" respondió un tanto apenada.

- "Lo sé pero no pienso rechazar una invitación así" dijo seria esperando que su madre respondiera
negativamente.

Desde que Camila tenía la edad de Sofi más o menos sus padres comenzaron a sospechar sobre su
condición sexual y dejaban caer de vez en cuando algunas indirectas pero Camila no se sentía
preparada para contarlo por miedo al rechazo. La única persona que lo sabía era Dinah quien le
dio todo el apoyo para enfrentarse a sus padres quedando estos conformes y para nada
sorprendidos con la vida amorosa de su hija. Desde que fue honesta con ellos la relación que
mantenían se volvió mucho mejor y más unida.

- "Está bien" dijo al fin Sinu haciendo que todas allí presentes se sorprendieran "Te dejaré que
faltes a la cena de Navidad con una condición" añadió.

- "¿Qué condición?" preguntó ladeando un poco la cabeza confundida.

- "Que ella venga a almorzar ese mismo día. Ya va siendo hora que nos presentes a una de tus
novias" sentenció.
Camila asintió petrificada. Nunca les había presentado a ninguna chica con la que hubiera estado,
ni si quiera con la que perdió la virginidad y mantuvo una relación de catorce meses. Pero ese no
era su principal problema y en el choque de miradas que tuvo con su mejor amiga supo que ambas
sabían de qué se trataba.

Recogió el florero junto con el sobre, y subió rápidamente a su habitación siguiéndola detrás de
ella la chica más alta. Cambió las gardenias marchitas por el nuevo ramo y se lanzó en la cama
bocabajo.

- "Mila tenemos un problema" dijo Dinah tras varios minutos en silencio viendo como la chica más
bajita no cambiaba de postura.

- "Lo sé" dijo contra la almohada sin moverse.

La chica más alta suspiró y se levantó de su cama para sentarse en la de su mejor amiga mientras
acariciaba su espalda.

- "Sabes que ya no tengo nada en contra de Lauren y acepto plenamente vuestra relación, pero
¿sabes que puedes acabar en problemas con ella si pregunta por...?"

- "Marie" la cortó Camila sentándose en la cama. "Mi exnovia imaginaria"

- "Exacto" dijo soltando de nuevo otro suspiro. "Vas a tener que hablar con tu madre Mila"

- "¿Y qué le digo Dinah?" preguntó con los ojos brillosos. "Oh ya sé: Escucha mamá, he tenido
hasta hace cuestión de días una novia imaginaria llamada Marie a la cual me inventé para no
involucrar a Lauren en algo muy gordo en lo que estoy metida que casualmente tú tampoco
sabes" se imitó así misma cruzándose de brazos.

Dinah se quedó callada por unos instantes. Sabía que no podían hablar con Sinu porque sería todo
aún más complicado de contar y acabarían descubriéndolas de la peor forma, por lo que se quedó
pensativa por unos minutos mientras Camila hacia lo mismo.

- "También puedes hablar con Lauren" soltó la rubia. "Puedes pedirle que no saque el tema de tu
'exnovia' porque no quieres crear ninguna situación incómoda para ambas"

- "No quiero seguir mintiéndole Dinah... Bastante desgarrada me dejaron sus palabras y aun me
siento culpable por ello" admitió cabizbaja.

- "Lo sé Mila, pero no tenemos más opciones" resopló.

Camila asintió sin estar conforme con la idea mientras Dinah salía de su habitación dejándola a
solas. Tenía demasiadas cosas en su cabeza pero una de ellas se le atravesó dejando al resto en un
segundo plano: el regalo de Lauren. Pensó durante un par de minutos escogiendo distintas
opciones que acababa abandonando por no ser suficiente para ella. Recordó una a una la cantidad
de detalles que Lauren había tenido con ella por lo que quería estar perfectamente a su altura. Fue
entonces cuando una idea le entró en la cabeza y buscó en la agenda de su móvil un contacto
reciente.
- "Espero que no estés con ella..." susurró mientras esperaba que respondiera.

- "¿Camila?" preguntó la voz de Normani detrás del teléfono.

- "La misma" respondió con una sonrisa mientras se echaba en su cama. "¿Está Lauren cerca?
Quisiera pedirte un favor si no es mucho pedir" dijo nerviosa.

- "Está reunida con Kate. Tienes luz verde" rio la morena "¿De qué se trata?"

Escuchar el nombre de la nueva compañera de Lauren no le agradó debido al hecho de que le


hiciese recordar cómo Lauren le tocaba el brazo con extremo cuidado y dulcemente.

- "Verás" comenzó nerviosa dejando sus pensamientos atrás para centrarse en su idea. "Como ya
sabrás voy a pasar la noche de Navidad con la familia de Lauren y realmente me gustaría tener una
cena más privada"

- "¿Quieres que te cubra para no ir?" la cortó confusa.

- "¡No!" respondió rápidamente mirando hacia el blanco techo. "Quiero que me ayudes a
sorprender a Lauren"

- "Esto me va gustando más, suéltalo todo" dijo con una voz pícara.

- "Lauren me comentó que le dejaste las llaves de tu zona de reunión por lo que he supuesto que
tú tendrías una copia de las de su estudio" explicó nerviosa.

- "Así es, pero realmente no la uso mucho. Solo en casos de emergencia en los que tu querida
novia tiene un ataque de inseguridad y tengo que ir en su busca" rio al hablar de su mejor amiga
como si de una niña pequeña se tratase.

- "Perfecto entonces" dijo victoriosa. "Quiero prepararle una cena dentro de dos días en su estudio
pero para ello necesito que no esté en él"

- "Quieres que la entretenga... Me encanta, cuéntame más" dijo entusiasmada.

- "Quiero que quedes a cenar con Lauren al restaurante más lejos posible de su estudio, que le
digas que debe ir arreglada y hacerla esperar allí. Ambas sabemos que no soporta la
impuntualidad por lo que no aguantará sin llamarte más de veinte minutos. Cuando lo haga te
disculparás con ella y le dirás que estás en su estudio esperándola para cenar por si se le ocurre
parar en algún lado por el camino. Cuando llegue me encontrará allí a mí en vez de a ti" concluyó.

- "Eres un pequeño genio ¿lo sabías?" dijo Normani asombrada. "Estoy segura que le encantará
pero, vas a tener menos de una hora y media como referencia ¿tendrás tiempo suficiente?"
preguntó.

- "Me las apañaré perfectamente" respondió sabiendo que sería capaz.


Una vez colgó la llamada, se levantó de su cama y se dirigió a la planta baja. Sabía que para Lauren
no era ningún impedimento probar cualquier plato, por lo que cogió un libro de recetas de la
cocina y se dirigió de nuevo a su habitación pensando en que una cena no era realmente un regalo
sino una invitación. Subiendo las escaleras se encontró con la puerta de la habitación de su
hermana y los hermanos de Dinah abierta mostrando una pequeña luz dentro de él. Se dirigió a
ella con el libro en las manos y se encontró con Regina aún dormida alumbrada por una lámpara
con forma de globo terráqueo.

Globo Terráqueo. En aquel momento una nueva y gran idea pasó por la mente de la chica de ojos
marrones y se dirigió rápidamente hacia su habitación en busca de su portátil. Dejó el libro de
cocina encima de la cama y se adentró en internet.

Minutos más tardes con el olor a Gloxinias acompañando la habitación, Camila se levantó de la
cama y se dirigió hacia una rejilla oculta en la pared. De ella sacó un sobre repleto de billetes
grandes y distintas tarjetas de crédito a su nombre y al de su mejor amiga. Cogió una de las que
llevaban su identidad y guardó todo de nuevo en la rejilla oculta. Se acercó al portátil e introdujo
el número de la tarjeta.

Pocos minutos después le llegó a su teléfono dos mensajes. Uno le aseguraba que la reserva del
hotel de cinco estrellas con todo incluido estaba hecha, y el otro le enseñaba la factura de los dos
billetes de avión en primera clase que acababa de imprimir.

- "Próxima parada Australia" dijo en voz baja acariciando los billetes de avión en sus finas manos.

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Capítulo 48

El día laboral estaba siendo entretenido. Al estar a un día de Navidad la mayoría de los
compañeros de Lauren estaban alegres y festivos, exceptos aquellos que debían trabajar al día
siguiente. Por suerte, tanto la morena de ojos verdes y su mejor amiga tenían el día libre. Esto le
recordaba a la presentación de Camila a su padre y sus hermanos. Aunque estos estuviesen
deseando conocerla, Lauren estaba nerviosa al respecto. Ya les había advertido por activa y por
pasiva que no mencionaran su verdadero oficio y que evitaran sacar el tema debido a que era algo
confidencial y órdenes de sus superiores. No le gustaba mentir y mucho menos a su familia, pero
no quería arriesgarse a perderla.

- "Sigues pensando en eso ¿verdad?" susurró Normani rodando su silla hasta la de ella.

Lauren sabía perfectamente a qué se refería la morena. Además de la preocupación sobre la cena,
las últimas noches se habían basado en pocas horas de sueño debido a las palabras de Camila
varias noches atrás. Los primeros días le había costado disimular su preocupación consiguiendo
crear en la chica de profundos ojos marrones una duda sobre su comportamiento, pero
pensándolo mucho y hablando con su mejor amiga quiso dejar el tema zanjado ahí. Tema que no
tardó en volver a salir.

- "Sabes la respuesta" resopló jugando con un lápiz en sus manos.


- "No tiene por qué ser expresamente sobre eso Lo, puede haber otros motivos" dijo refiriéndose
al antiguo caso.

- "¿Qué sino?" preguntó apretando el lápiz. "¿De qué no tengo que sospechar nada? ¿Con qué
tienen que seguir adelante?" volvió a preguntar nerviosa. "Solo me hace pensar en nuestro
antiguo caso el que si mal no recuerdo está a punto de dejar a nuestra jefa en la calle" dijo
elevando la voz haciendo que la punta del lápiz se rompiese por la rabia.

Las palabras de Lauren llamaron la atención de varios de sus compañeros que segundos después
volvieron a su trabajo. Cada día que pasaba Brooke estaba más apagada y verla así la mataba por
dentro.

- "¿Y si es una delincuente Mani? ¿Y si me está mintiendo y no es quien dice ser?" preguntó más
calmada tras un par de minutos en silencio dejando el lápiz sin punta a un lado.

- "No sé si te está siendo sincera al igual que tampoco sé si es ella realmente Lauren, pero hay algo
que tengo claro y es que tú sabías que de una forma o de otra Camila está relacionada en el caso y
decidiste utilizarla" admitió agarrando el hombro de su mejor amiga quien agachaba la cabeza.

- "No quiero volver a entrar al tema Normani" dijo levantando la cabeza y mirando fijamente los
oscuros ojos de su mejor amiga. "Sí, fui yo quien decidió utilizarla para ganar respuestas, pero
también fui yo la que se enamoró de ella y dejó la investigación a un lado" añadió con los ojos
brillosos.

Normani suspiró profundamente. Habían tenido esa misma conversación días atrás y no quería
volver a acabar a gritos con su mejor amiga y menos frente a todos sus compañeros teniendo que
dar después una buena explicación a Brooke, por lo que quiso ponerle punto y final.

- "Escúchame Lo" dijo agarrándole la barbilla "Fuese lo que fuese, estoy segura de que ella misma
te lo acabará contando en algún momento" la animó. "Os queréis demasiado, y no creo que
ninguna de las dos vaya a tirar eso por la borda por tener una novia trabajando para los federales
o una supuesta delincuente" volvió a animarla creando una media sonrisa en Lauren.

Realmente para la morena de ojos verdes el problema principal no era tener una novia
delincuente si de esto se tratase. Lo que más le dolería sería saber que le había estado mintiendo
después de haber puesto toda su confianza en ella. Aunque para Lauren, era mucho peor haberse
acercado a ella para, en parte, utilizarla.

- "¿Sabes cómo podemos olvidarnos de esos pensamientos?" preguntó la morena aprovechando el


momento mientras recordaba la conversación con Camila días atrás.

- "Sorpréndeme" dijo Lauren sin más.

- "Saliendo a cenar esta noche" propuso juguetona conociendo los verdaderos planes.

- "Mani no me apetece salir a cenar. Tengo que dejarlo todo preparado para mañana" dijo sincera
soltando un suspiro.
- "¿Dónde quedó nuestra tradición de ir a cenar la noche antes de Navidad por no poder pasar ese
día juntas?" preguntó haciendo un puchero.

- "En ningún lado porque no existe Mani" respondió riéndose.

- "Lo sé pero podemos crearla a partir de esta noche" guiñó. "Por favor... Por favor..." suplicó
nuevamente juntando sus manos.

- "Está bien..." dijo finalmente ganándose un fuerte abrazo de la morena quien celebraba su
respuesta.

- "Quiero verte elegante para la ocasión. Vamos a ir a uno de los restaurantes más lujosos de la
ciudad. Cuando de con el indicado reservaré mesa y te lo haré saber" explicó sorprendiendo a
Lauren. "Nos veremos allí, y no pongas esa cara porque sabes que soy puntual" mintió con una
sonrisa pícara.

- "Cualquiera que nos vea pensará que somos pareja" bromeó Lauren.

- "Más quisieras estar con alguien como yo" recalcó siguiéndole la broma.

Lauren pegó una carcajada y dejó a la morena hablando sola sobre la noche que les esperaba
mientras ella fijaba su atención en Kate quién avanzaba a un ritmo veloz en la oficina y cada vez
iba conociendo más de ella.

Observando las mangas de su camisa levantada, Lauren recordó cómo en una de sus múltiples
conversaciones, la chica de ojos cascada le había explicado varios de los significados de sus
tatuajes lo cual la sorprendió notablemente ya que eran bastantes originales. El que más le
impactó fue el atrapa sueños. Su compañera le había explicado que no iba referido a protegerla de
pesadillas, sino a que la telaraña que envuelve el círculo simboliza su propia esencia y sus enredos
personales teniendo éstos en el centro una vía de escape para liberase de sus malas energías, sus
malos recuerdos y sus malas experiencias.

A pesar de sus pocas ganas por salir y menos aún después de haberse pasado desde que salió de la
oficina limpiando su estudio, Lauren puso todo su empeño en prepararse sabiendo que era algo
importante para Normani. Buscó entre su armario y encontró un vestido negro de tirantes
ajustado a su figura que le llegaba hasta las rodillas. Si hubiese sido de otro color no hubiera
resultado tan elegante, ese fue el motivo por lo que lo eligió en negro. Se aplicó su habitual
maquillaje resaltando sus ojos verdes y escogió brillo de labios sabiendo que iba a cenar y que si
usaba pintalabios se le acabaría cayendo.

Una vez lista, se echó dos pulsaciones de su colonia de Dior y se calzó unos finos tacones negros
mientras se apoyaba en el marco de la puerta. Antes de salir se colocó un suave abrigo negro más
corto que el vestido y mantuvo entre sus manos su teléfono con la esperanza de tener una
respuesta por parte de Camila. Nada. El último mensaje que había recibido de ella habían sido
unos buenos días aquella misma mañana. Sabía que estaba trabajando pero esto nunca les había
supuesto un problema ya que de vez en cuando podía responder e incluso llamarla. Con ese último
pensamiento se dirigió hacia su Chevrolet preparada para su ruta de casi veinticinco minutos.
Sin duda el restaurante que había elegido la morena era demasiado lujoso, pero a su misma vez
bastante alejado. Había llegado cinco minutos antes como siempre hacía. En lo que ese tiempo de
más transcurría y llegaba la morena, Lauren volvió a llamar a Camila por quinta vez en el día para
saber qué estaba pasando y por qué no le contestaba, pero la respuesta por parte de su novia
nunca llegó. Estaba realmente preocupada por ella. Lauren pensaba que podría estar en
problemas o incluso herida, pensamiento que la hizo estremecerse consiguiendo que su cuerpo
adoptase una temperatura fría, poco habitual en ella.

Los minutos pasaban y Normani llegaba diez de ellos tarde. Lauren resopló una vez más haciendo
notar el vaho mientras se prometía no volver a creer a la morena cuando hablase de puntualidad.
Su estómago rugía a la vez que varias parejas elegantes pasaban frente a ella para entrar en el
restaurante italiano. Hubiera esperado dentro en su mesa reservada sino hubiese sido por las
insistencias de su mejor amiga por esperarla en la puerta. Diez minutos más tardes decidió poner
fin a su espera y llamarla.

- "¿Dónde se supone que estás?" preguntó intentando parecer enfadada.

- "Cambio de planes Lauren" dijo intentando poner una voz dramática. "Estoy en tu estudio, he
utilizado la copia que me diste"

Normani sabía que no estaba siguiendo los pasos que Camila le había dado días atrás pero quería
jugar con su mejor amiga y provocarla de forma asustadiza, por lo que conociéndola puso sus
palabras en práctica.

- "¿En mi estudio? No digas más, voy para allá" respondió antes de colgar y correr hacia su coche.
Lauren condujo más lento de lo que hubiese querido debido al denso tráfico, pero aún así lo hizo
más rápido que a la ida pensando que su mejor amiga pudiese estar en problemas. No sabía qué
estaba pasando pero sabía que era serio ya que la morena solo utilizaba la copia para algo
importante y la llamaba por su nombre cuando quería parecer seria.

Veinte minutos más tarde se encontraba aparcando frente a su estudio. Las luces del interior de
éste estaban encendidas pero no encontró el coche de Normani allí aparcado lo cual hizo que se
estremeciera aún más. Algo no iba bien. Tras varios segundos inmóvil dentro de su Chevrolet,
Lauren bajó de este para dirigirse rápidamente a la puerta de su estudio, abriéndola y quedándose
de piedra frente a lo que estaba viendo.
La chimenea estaba encendida al igual que las luces, pero el resto de los muebles estaban
decorados con velas aromáticas. Lauren soltó el abrigo y el bolso al suelo sin importarle lo que
había dentro. Miró hacia la encimera de la cocina y encontró allí la copia de llaves, notando un
apetitoso olor. Justo fue a dar un paso para saber de dónde provenía cuando su teléfono sonó
impidiéndolo.

- "Disfruta de la noche al igual que yo Lo. Pd: Cuidado por donde pisas"
Lauren no entendió el mensaje hasta que después de este le llegó una foto de los pies oscuros de
su mejor amiga junto a los posibles de Chad mientras compartían un tazón de palomitas. Ahora sí
que no entendía nada. Quiso seguir explorando su estudio cuando notó algo clavándose en uno de
sus tacones. Lo levantó con cuidado y vio un trozo de cristal que iniciaba un camino hacia su
habitación. Ahora entendía a qué se refería la morena.
Sin quitarse los tacones para no hacerse daño, caminó siguiendo el rastro pasando por la mancha
de café y tortitas que cada vez que la veía le recordaba a su novia. Abrió la puerta de su habitación
rápidamente y se quedó frente a la cama, justo donde acababa el rastro observando una nota
encima de su cama.

"¿Entusiasmada?"

- "Más bien preocupada" respondió en voz alta.

- "Pues no deberías estarlo" dijo una voz que conocía a la perfección detrás de ella mientras le
tapada los ojos.

- "Camz..." dijo en un susurro mientras se le erizaba toda la piel.

Lauren sintió que un gran alivio recorría cada centímetro de su cuerpo. Por fin podía respirar
tranquilamente después de todo el día preocupada. Camila quitó las manos de sus ojos haciendo
que la chica más alta se volviera hacia ella sin darle tiempo a decir nada más debido al contacto de
sus labios. Un desesperado y deseado beso se creó con dicho gesto haciendo que ambas lenguas
jugaran entre ellas provocando que el fuego interior de cada una comenzara a prenderse.

- "¿Por qué no respondías a mis llamadas? Me tenías realmente preocupada" preguntó


sosteniendo sus mejillas con ambas manos.

- "Pregúntale a Normani" admitió riendo enlazando sus brazos en el cuello de su novia.

- "Así que todo esto ha sido su idea..." dijo pensativa.

- "No todo" añadió "Pero fue ella quien me pidió que te ignorase muy a mi pesar para darte un
pequeño susto" explicó sin suprimir la sonrisa. "Todo lo demás me lo debes a mí" rio Lauren gruñó
por escasos segundos. El pequeño susto había sido enorme y pesado durante el día pero con
Camila ahora entre sus brazos se había esfumado como la llama de una vela al apagarse. Le
encantaba el simple detalle de que Camila hubiese jugado con la misma idea de los cristales como
había hecho ella varias noches atrás.

- "¿Qué es todo esto?" preguntó Lauren aun curiosa por el plan de su novia.

- "Te lo cuento mientras cenamos" respondió en su oído al escuchar un gruñido proveniente del
estómago de su novia.

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Capítulo 49

Volviendo al salón, Lauren notó cómo Camila llevaba una gabardina beige que cubría casi todo su
cuerpo. Optó por proponerle que se la quitase pero realmente le hacía una bonita figura así que
decidió contemplar sus vistas mientras esperaba sentada en la mesa, tal y como Camila le había
pedido.

- "Vamos a jugar un juego" susurró detrás de ella tapándole los ojos con un pañuelo.

- "Pensaba que íbamos a cenar señorita misteriosa" respondió Lauren con un tono seductor.

- "Todo a su tiempo" añadió besando el lóbulo de su oreja consiguiendo que Lauren soltase un
leve gemido.

Camila rio en silencio ante la excitación de su novia y volvió a la cocina. Por más que le apeteciese
un juego sensual, no se trataba de ello pero se lo reservaría para otra ocasión. Preparó dos copas
de vino blanco y las llevo a la mesa junto a la botella. Seguidamente mientras Lauren se mojaba los
labios con el vino, preparó dos platos con cariño y los sirvió en la mesa.

- "¿Has preparado sushi?" preguntó Lauren deseosa mientras apreciaba el olor.

- "Sí y de eso trata el juego" admitió sentándose a su lado. "Vas a probar un poco de cada y si
adivinas qué lleva cada uno tendrás una recompensa" explicó cerca de su oído consiguiendo que
Lauren se mordiese los labios mientras la escuchaba.

- "¿Y si no lo consigo?" preguntó levantando una ceja poco visible por el pañuelo.

- "Lo conseguirás" sentenció cogiendo un trozo en su mano.

Camila había preparado tres tipos de sushi distintos para cada una haciendo dos de cada clase.
Lauren no tuvo problemas en acertar los dos primeros siendo uno un rollito de arroz con un trocito
de fruta envuelto en alga negra seca, y el otro una bolita de arroz con una tira alargada de
marisco. Pero con el último lo tenía más complicado ya que no lograba dar con el sabor exacto.

- "Tenía fe en ti Lern Jergi" rio Camila dándole un trozo más.

- "Me rindo" admitió molesta soltando un suspiro.

- "No sabía que eras de esas que dejaban los retos a medias, decepcionante Jauregui" la picó
sabiendo que eso haría que siguiese adelante.

- "Jamás" gruñó "Pero es que no consigo asociar este sabor con algo parecido al sushi"

- "Tal vez sea porque no es sushi" rio Camila intensamente.

Lauren se quitó el pañuelo de sus ojos y contempló cómo lo que había estado probando como
'sushi' realmente era un trozo de carne con queso envuelta en un trozo de lechuga. Seguía
embobada y aturdida mirando el invento de Camila mientras ésta seguía riendo.

- "Eres una pequeña tramposa" dijo Lauren levantándose de la mesa dispuesta a no dejar a
escapar a su novia.
- "Lauren ¿qué estas...? Oh no, Lauren no" decía mientras notaba como se acercaba más a ella
dispuesta a hacerle cosquillas.

Camila empezó a correr por todo el estudio con Lauren detrás de ella gritando la de innumerables
veces que le haría cosquillas cuando la pillase. Tras varios minutos así con sus mejillas rosadas a
causa del calor por la carrera y el fuego de la chimenea, Lauren cayó al suelo fingiendo clavarse un
cristal consiguiendo que Camila se detuviese.

- "Tiempo muerto, he pisado un cristal" dijo tapándose la planta de su piel descalzo mientras
intentaba poner una mueca de dolor.

- "No puede ser... Si los he recogido todos" añadió sintiéndose culpable mientras se acercaba a
ella.

- "Tienes razón, no había ninguno" rio atrapándola en sus brazos quedando su cuerpo envuelto en
la gabardina en el aire.

Lauren rio ante la inocencia de su novia y la llevó hasta el sofá quedando la morena de ojos verdes
encima de ella. A pesar de las múltiples súplicas de Camila por dejar de hacerle cosquillas Lauren
seguía con su juego ya que si había un sonido que le produjera un auténtico placer, ese era la risa
de su novia.

- "Suéltame Lauren. Por favor" suplicó entre risas.

- "Con la condición de que me cuentes lo que estás tramando" pidió deteniéndose "Alguna
explicación debe de tener esto" admitió señalando los platos de la cena y seguidamente las velas
que adoraban todo el estudio.

Camila asintió y cogió aire preparada para explicarle cómo iban a almorzar al día siguiente con sus
padres pero pensó en admitirle otra cosa antes.

- "Mañana es Navidad, nuestra primera juntas y quería que fuese especial" comenzó sin dejar que
Lauren se levantara de sus piernas "Quería tener nuestro momento de privacidad por lo que hablé
con Normani y lo planeé todo ya que íbamos a pasar el día con tu familia" explicó levantándose
hacia la mesa "La cena solo ha sido parte de la sorpresa" concluyó.

- "¿Hay más?" preguntó deseando besarla en aquel instante mientras asentía y desaparecía
entrando en su habitación.

Pocos segundos más tardes

Camila salió con una caja metálica roja y una pequeña llave colgando en uno de sus finos dedos.
Lauren se quedó confundida mirando hacia su novia hasta que entendió de qué trataba todo eso:
el regalo de Navidad. Por suerte para Lauren, Camila no había encontrado el colgante ni nada que
la relacionase con su verdadero trabajo. Por una vez se alegraba de haber mantenido todos los
informes en el maletero de su coche.
- "Feliz Navidad, amor" susurró colocándole la llave y la caja sobre sus piernas.

Amor. El mejor mote hasta entonces. Lauren tomó la llave en sus manos y la examinó por unos
segundos. Un llavero de un pez payaso más conocido como Nemo colgaba de ella sin encontrarle
sentido, pero sus ansias por saber qué había dentro de la caja hizo que dejase sus pensamientos a
un lado colocando la llave en la cerradura.

Cuando abrió la caja metálica, Lauren se quedó muda. Dentro de ella había dos pequeños
peluches uno de un canguro y otro de un koala, un boomerang de madera y una figura con la
silueta de un continente que ya conocía. Pero la sorpresa de Lauren fue mayor cuando con los ojos
brillosos, descubrió bajo los pequeños detalles, dos billetes de avión con destino Sydney para un
fin de semana a finales de enero. Ahora entendía el porqué del llavero.

- "Hace ya algún tiempo me propusiste jugar a un juego que consistía en girar un globo terráqueo y
pararlo en el país que quisiese consiguiendo con eso viajar allí contigo" recordó Camila viendo
como Lauren miraba embobada los billetes. "Así que decidí poner tus palabras en práctica"
concluyó sentándose a su lado.

Lauren no pudo responderle con palabras porque sabía que no iba a encontrar las perfectas para
hacerlo, por lo que sin soltar los billetes y teniendo cuidado con el piercing reciente de Camila, se
acercó a ella juntando sus labios en un beso de agradecimiento.

- "¿Eso es un sí?" preguntó tímida teniendo a Lauren a centímetros.

- "Eso es un 'por supuesto' Camz" dijo besándola de nuevo. "Pero no creas que te vas a librar de
recibir un regalo"

Lauren se dirigió hacia el mueble ocupado por la televisión y las velas. Abrió el mismo cajón dónde
guardaba la foto del primer encuentro con Camila y el estuche de piel del colgante, entre otras
pertenencias. Cogió éste último y lo ocultó tras su espalda caminando de nuevo hacia su novia
quien la miraba confusa y expectante.

- "Cierra los ojos" le pidió "Feliz Navidad a ti también Camz" dijo una vez los había cerrado
colocando el estuche sobre sus finas manos.

Camila abrió los ojos al notar un tacto áspero entre sus manos. Con un nudo en la garganta sin
poder decir nada, lo abrió con cuidado notando la mirada insegura de Lauren sobre ella. Una vez
abierto, se quedó sorprendida al ver un colgante de un sol y una luna unidos bañado en plata.

- "Dale la vuelta" susurró Lauren nerviosa mientras observaba cada movimiento facial de Camila.

Haciendo caso de las palabras de su novia, giró el colgante en sus dedos encontrándose con "Our
Little Secret" grabado en él con la perfecta caligrafía de Lauren. Unas lágrimas recorrieron sus
mejillas transmitiendo un mensaje de felicidad y sorpresa al mismo tiempo. Si había decidido
involucrar a Lauren con dicho concepto, sin duda era porque éste era muy especial para ella al
igual que lo estaba comenzando a ser su ahora novia en aquel momento. Lauren aún inquieta por
una respuesta, limpió las mejillas de la chica más bajita y cogió el colgante de sus manos
colocándose detrás de ella.

- "No es el mejor regalo del mundo, pero pensé que te gustaría" susurró en su oído rodeando el
cuello de Camila con el colgante abrochándolo.

- "Cualquier cosa que me venga de ti me encantaría solo por el simple hecho de haber pensado en
mí al tener el detalle" dijo en voz baja acercando más a Lauren a su espalda. "Tengo que
confesarte algo" admitió volviéndose frente a ella mientras acariciaba el colgante que ahora
adornaría su cuello.

- "¿Qué ocurre Camz?" preguntó preocupada haciendo que sus pensamientos casi olvidados
volvieran a su cabeza creándole un nudo en el estómago.

- "Verás yo..." intentó nerviosa "Hace un par de días hablé con mis padres sobre lo de cenar con tu
familia mañana por Navidad, y ellos me dieron su visto bueno pero me pusieron una condición.
Ellos... Ellos quieres que vayamos a almorzar mañana. Quieren conocerte Lauren" admitió
demasiado nerviosa.

Lauren se quedó pensativa durante unos segundos. Eso solo significaba que Camila había hablado
de ella con sus padres. Por una parte era entendible la propuesta debido a que les iba a robar a su
hija en una noche tan importante, pero por otra estaba preocupada por la impresión que pudiera
causarles y las preguntas acerca de su vida principal dónde sabía que la de su oficio no iba a tardar
en salir. Al notar que llevaba demasiado tiempo callada, decidió poner fin al silencio.

- "¿Te molesta que vaya?" preguntó sin saber qué más decir.

- "¡No!" respondió rápidamente. "Pero no quiero que estés incómoda. Realmente no sé cómo van
a reaccionar mis padres porque nunca antes les he presentado a alguien de manera formal"
admitió cabizbaja.

En ese mismo instante una gran sonrisa ocupó el rostro de la morena de ojos verdes. Las palabras
de Camila habían mostrado cuán importante era para ella y cómo su pequeño miedo a mostrarse
en público pudiese estar desapareciendo. Pero aun así seguía teniendo un par de preguntas en
mente.

- "Ellos... ¿Ellos están alegres por conocerme?" preguntó "No es que yo no lo esté, es por el tema
de Marie, ya sabes no... no quiero dar una mala imagen" admitió enlazando sus manos.

- "Llevan queriendo conocerte desde que entré por la puerta con una sonrisa nunca antes vista"
dijo tímidamente cerrando el espacio entre ellas. "Sabían perfectamente que no era por Marie
porque no estábamos en nuestro mejor momento" mintió sabiendo que se arrepentiría algún día
de todo eso. "Es por eso que me gustaría que no... que no mencionaras nada de ella, no quiero
provocar situaciones incómodas" rogó con otra mentira.
Lauren comprendió al instante la petición de su novia ya que para ella tampoco sería cómodo
hablar de un tema que prácticamente la había matado por dentro semanas atrás. Cerró la poca
distancia que quedaba entre ellas con un penetrante beso que duró un par de minutos.

-"¿Sabes qué es realmente incómodo?" preguntó jadeante viendo como Camila negaba aun a
milímetros de ella. "Ver cómo el resto de nuestra cena intacta nos llama con deseo" bromeó
mirando hacia los platos.

Camila giró para ver también la mesa, recordando su última sorpresa. Era el momento perfecto
para sacarla a la luz así que aprovechó el comentario de Lauren para ponerlo en práctica.

- "Quizás yo pueda ofrecerte una cena mejor" dijo con una voz seductora apartándose de Lauren
para quitarse la gabardina que había llevado en todo momento.

Cuando ésta llego a la moqueta sobre los tobillos de la chica más bajita, Lauren no pudo contener
su mandíbula dejándola caer al máximo. Debajo de la gabardina, Camila llevaba un juego de ropa
interior gris de la marca Intimissimi completamente de encaje notando perfectamente bajo éste lo
que intentaba ocultar. Inmovilizada con un nudo en la garganta siguió embobada mirando la fina
figura de su novia quien había adoptado una pose tremendamente sexy apoyando ambas manos
sobre su abdomen.

Camila soltó una ligera risa al no tener respuesta por parte de Lauren y se dirigió hacia ella
buscando sus labios. Una vez encontrados, Lauren siguió el beso dejando pasar la lengua de su
novia. Agarrando el cuello de la morena de ojos verdes, Camila la trajo más hacia ella consiguiendo
que sus caderas chocasen provocando en Lauren un silencioso gemido en medio del beso.
Sabiendo ahora la intensidad de la excitación de la chica más alta, Camila bajó sus manos hasta el
límite de su vestido sin apartar sus bocas y lo llevó hacia arriba dejando a Lauren en la misma
situación que ella. Sabiendo ésta qué estaba por pasar, subió a Camila hacia sus caderas y sin
separar sus bocas la guio hacia la cama.

- "No seas tan tradicional Lauren..." la detuvo mirando hacia el salón.

Lauren se mordió los labios fuertemente y se dejó guiar por Camila de nuevo hacia el salón. Notó
la áspera lengua de ésta recorrer una línea desde su cuello hasta el principio de su ropa interior
creando en ella gemidos incontrolables. Lauren quiso repetir en ella sus gestos cuando su mano la
detuvo y la empujó con sutileza cayendo sin dolor a la moqueta. Apagando todas las luces y
quedando tan solo las llamas provenientes de la chimenea, Camila quedó encima de Lauren
volviendo a conectar sus caderas. Era su juego y por lo tanto iba a llevar ella el control.

Jugó con el broche del sujetador de Lauren dejando éste apartado hacia un lado. Enterró su
cabeza en el cuello de ésta echando su larga melena a un lado para poder jugar con su lengua
libremente por dicha zona. Dejando leves mordiscos con cuidado de no dejar marca para
ahorrarse una explicación con ambas familias, recorrió la clavícula de un extremo a otro acabando
en la barbilla dejando un pequeño mordisco en ella. Lauren se estremecía por el juego de su novia
mientras notaba la moqueta sobre su desnuda espalda. Con cualquier otra persona se hubiera
negado a volver a quedar dolorida durante días, pero siendo Camila le daba absolutamente igual.
Clavando sus largas uñas en la espalda de la chica más bajita, buscó a ciegas el broche de su
sujetador dejando a Camila en la misma situación que ella. Sus bocas volvieron a encontrarse con
un desesperado y añorado beso que no duró mucho debido a Camila, quien se levantó quedando
sentada encima de ella y se recogió el pelo con una gomilla negra que adornaba su muñeca.
Seguidamente dejó una línea de besos entre sus pechos jugando con éstos dentro de su boca
consiguiendo que Lauren gimiera nuevamente. Recorrió con su lengua todo su vientre llegando
hacia la tira de su ropa interior la cual comenzó a bajar cuidadosamente mientras dejaba besos en
sus muslos.

Lauren comenzó a temblar conociendo las intenciones de su novia quien la miraba con las pupilas
dilatadas cerca de su centro. Juguetona y con una sonrisa pícara, Camila siguió con sus besos
llegando a la zona húmeda y céntrica de Lauren donde dejó un leve roce de su lengua.

- "Caa...Camila..." gimió Lauren ante el contacto.

La voz de Lauren hizo que Camila supiese que había llegado el momento. Miró hacia atrás
encontrando el pañuelo que había utilizado anteriormente y se estiró para cogerlo haciendo que
sus caderas chocasen más profundamente.

- "Te quiero señorita oscura" susurró en su oído una vez colocado el pañuelo dejando a Lauren
completamente ciega.

Camila siguió con su juego y volvió al punto en el que se encontraba anteriormente. Dejó varias
pasadas lentas con su lengua en su centro provocando a Lauren, una vez conseguido su reto
aumentó la intensidad sin llegar al máximo. Con ambas piernas temblando entre su cabeza, Camila
supo que era el momento de darlo todo, por lo que aumentó lo más que pudo el ritmo trazando
círculos con su lengua y capturando con sus dientes la zona concreta sin dejar de lamerla. Tras
varios minutos así notando el centro de Lauren más pegado a ella casi al límite de sus gemidos,
introdujo dos de sus dedos dentro de ella sin apartar su lengua de su centro.

- "¿Pero qué...?" preguntó Lauren al notar el doble placer. "Di...Dios mío... ¡Camz!" gimió
fuertemente.

Con una sonrisa victoriosa sobre sus labios siguió con el acelerado ritmo de su mano y su lengua
haciendo llegar a Lauren al orgasmo de una manera bestial. Ésta quien seguía excitada y a ciegas,
se quitó con las pocas fuerzas que le quedaban el pañuelo de sus ojos y puso a Camila bajo ella.

A pesar de no tener las mismas fuerzas que antes, seguía notablemente excitada por lo que
aprovechó dicha energía para repetir los pasos de su novia y le colocó el pañuelo sobre sus ojos.
Quitándole lo que le quedaba de ropa interior, comenzó con algunos movimientos siendo estos
más lentos consiguiendo súplicas por parte de Camila para que aumentase la velocidad de su
lengua. Con la luz reflejada en la chimenea sobre ambos cuerpos desnudos, Lauren hizo caso a las
palabras de su novia y aumentó el ritmo en la recta final consiguiendo que Camila gritase su
nombre al sentir el orgasmo llenando su cuerpo de placer.

- "Yo también te quiero Camz" susurró en su oído una vez quedaron ambas acostadas mientras
notaban la luz de la chimenea reflejar sus cuerpos sudados por la excitación.=================
Capítulo 50

Con el olor a cenizas entrando por su nariz, Lauren abrió los ojos encontrando a Camila a su lado,
estando ambos cuerpos desnudos sobre la suave moqueta. Se quedó durante varios segundos
adorando la expresión infantil y tranquila que adornaba el rostro de su novia, pero se fijó
concretamente en la pequeña arruga que se formaba en la comisura de sus labios cada vez que
sonreía. Intentando no aparecer una acosadora le echó una manta por encima y caminó desnuda
hacia su habitación saliendo de ésta varios minutos después vestida con una larga y sencilla
camiseta blanca.

Se dirigió hacia la cocina y preparó un sano desayuno para ambas después de haber pasador los
últimos minutos pelando distintas piezas de fruta, pensando siempre en las preferencias de Camila
y poniendo el plátano como ingrediente principal. Mientras ésta seguía durmiendo
profundamente, Lauren terminó de preparar la mesa y volvió a su habitación para coger un pijama
para que cuando Camila despertarse no tuviera frio. Lo dejó a su lado y se acercó a su mejilla
dejando varios besos seguidos en ella.

- "Camz..." la llamó en un susurro "Despierta..." dijo más suave sin dejar de darle besos entre
palabra y palabra.

Camila medio abrió los ojos encontrándose con los ahora más verdes de Lauren por la luz dando
plenamente en ellos. Una sonrisa apareció en sus labios y no tardó en besarlos. Hacía mucho que
no la despertaban de aquella forma por no decir nunca. Normalmente la simple llamada de su
nombre había sido suficiente. Notó la manta en su cuerpo con la que se cubrió para combatir
el frio y se sentó en la moqueta dejando una pequeña mueca de dolor.

- "Tenemos que dejar de acostumbrarnos a hacerlo en el suelo si no quieres acabar con mi


espalda" rio Camila acomodando su melena.

- "Fuiste tú la que rechazó mi propuesta de utilizar la cama por ser poco morbosa" rio también
destacando las dos últimas palabras. "Te he preparado el desayuno y ahí tienes un pijama, no
quiero que te resfríes" añadió Lauren señalando la ropa doblada.

Ladeó la cabeza hacia detrás de Lauren y observó un magnifico desayuno que ésta ocultaba tras
ella. Al ver de qué se trataba no tardó en cambiarse y volver al sofá junto a su novia. Cada día que
pasaba con ella era distinto al anterior y no sabía cómo ni por qué pero Lauren siempre lo
conseguía. Era demasiado para ella y por nada del mundo se merecía todas las mentiras con las
que la había estado engañando.

El desayuno pasó rápido. Ambas se dieron una ducha después de éste por separado sabiendo que
si lo hacían juntas tardarían demasiado y acabarían llegando tarde a casa de Camila, cosa que
Lauren no permitiría jamás y menos en un primer encuentro. La morena de ojos verdes había
tardado más de media hora en elegir un conjunto apropiado mientras que Camila llevaba una
simple falda blanca con un jersey gris sabiendo que más tarde se cambiaría.
Lauren condujo bastante nerviosa parando a mitad de camino. Lo estaba debido a los
pensamientos que pudiesen tener sus oficiales suegros al conocerla por primera vez. A pesar de
las innumerables veces que Camila había descartado la opción de que ésta fuese mala,

Lauren seguía pensando en ello creando eso el motivo de su parada.

- "¿Estás segura que tu madre no preferirá un ramo de flores?" preguntó Lauren mirando hacia el
pequeño local frente a ella.

- "No, además si se lo regalas seguro acabarás explicándole el significado de la flor que elijas y
prefiero que te reserves esos detalles para mí porque me encanta" admitió Camila sonrojándose.

Lauren soltó una enorme sonrisa. Le encantaba que sus mejillas adaptasen un color rosado gracias
a ella, pero sabía que estaba en lo cierto. No iba a poder regalarle un ramo sin explicarle por qué
había elegido aquel tipo de flor. Dejando a su novia dentro del coche, Lauren bajó de éste y entró
dentro del enorme local a varios metros de su Chevrolet.

Camila soltó un suspiro al ver como su novia atravesaba la puerta de dicho establecimiento. Le
resultaba adorable como quería tener un detalle con su familia incluso con su hermana pequeña.
Por suerte los Hansen habían salido a almorzar por su cuenta para permitirles más privacidad,
aunque aun así debería explicarle a Lauren que ambas familias convivían juntas en la misma casa.
Detalle que se le había olvidado mencionar hasta el momento. Minutos después vio a Lauren por
la puerta automática con dos bolsas blancas de plástico con la marca del establecimiento dibujada
en ellas. Guardó las compras en el maletero y volvió a subirse en su coche arrancándolo.

- "¿Qué les has comprado al final?" preguntó curiosa al no haber logrado visualizar el contenido de
las bolsas desde el espejo retrovisor.

- "Ya lo verás" respondió regalándole un tierno beso en los labios.

Aproximadamente diez minutos después, Lauren llegó a la pequeña urbanización de Camila y


Dinah sin saber por qué había parado allí y no en casa de sus padres. Antes de bajar dio un gran
suspiro y se prometió así misma no ponerse nerviosa e intentar mentir lo mínimo posible.
Llegando a la gran puerta de madera con la bolsa en sus manos, Camila se paró antes de girar la
llave dentro de la cerradura.

- "Lauren hay algo que quiero decirte que sinceramente no sé por qué no te lo he dicho antes"
admitió bajando la voz notando como su novia levantaba un ceja "Yo no vivo solo con Dinah...
Nuestras familias también viven con nosotras" dijo temerosa porque Lauren se fuese a enfadar por
no habérselo admitido antes.

Ahora tenía sentido muchas cosas: las siluetas desde el ventanal la noche que Camila casi la besa
en su lugar especial, el por qué no quería que la recogiese en su urbanización algunas veces, los
pensamientos de su madre sobre ser una admiradora secreta al notar los detalles que tenía con
ella. Soltó un inconsciente suspiro que consiguió poner tensa a Camila quien seguía mirando
fijamente a Lauren esperando una respuesta.
- "¿Hay algo de malo en ello?" preguntó con una simple sonrisa. "No hay una edad definida para
ser independiente, además conozco tu historia e imagino que la familia Hansen habrá sido un gran
apoyo" añadió.

- "¿Cómo sabes que se apellidan así? Nunca te lo he dicho" preguntó bastante sorprendida.

Lauren intentó no parecer igual de sorprendida a pesar del gran error que acababa de cometer.
Camila estaba en lo cierto, ella nunca la había presentado con el apellido sino tan solo por su
nombre. No sabía qué decir, ni qué hacer pero si seguía guardando silencio sabía que tendría que
responder a más preguntas por parte de Camila.

- "Me la presentaste así en Nando's la primera vez que te invité a cenar ¿no lo recuerdas?"
preguntó con una sonrisa queriendo quitarle importancia al asunto.

Camila se limitó a encogerse de hombros. Sinceramente no se acordaba de haberlas presentado


de aquella forma puesto que esa noche ni si quiera conocía el apellido de su novia, pero optó por
creer las palabras de Lauren puesto que había pasado bastante tiempo de aquel encuentro y
posiblemente las hubiera presentado así. Giró la llave abriendo la puerta sin decir nada más
encontrándose con su hermana pequeña en el salón viendo la televisión mientras sus padres
hablaban en la cocina.

- "Camila hija que pronto has venido pensaba que ibais a..." se pausó al ver la figura de Lauren tras
la de su hija. "Oh, apuesto a que te llamas Lauren" dijo llamando la atención de todos comenzando
a fijar la vista en ella.

- "Así es Señora Cabello. Soy Lauren, Lauren Jauregui" se presentó "Señor Cabello" dijo
dirigiéndose a él en un saludo nervioso. "Es un placer conoceros"

Lauren lo iba entendiendo todo con más claridad. La señora Cabello era la misma mujer de
estructura delgada y con el pelo corto que vio desde el coche de Normani el día que fue a
investigar su urbanización. El Señor Cabello era más alto que ella, corpulento, facciones gruesas y
pelo oscuro medio canoso. Camila miraba a sus padres impaciente por obtener una respuesta que
rompiera aquel incomodo silencio que habían creado. Por suerte, no tardó.

- "Igualmente Lauren, al fin nuestra hija se ha dignado a presentarnos a una de sus novias" dijo
Sinu con una sonrisa. "Y por favor, no nos llames de usted, me haces sentir vieja. Mi nombre es
Sinu y él es mi marido Alejandro" añadió con una agradable sonrisa mientras Lauren se limitaba a
asentir.

Lauren estuvo a punto de sacar los detalles que había comprado para la familia de su novia cuando
una pequeña voz detrás de ella interrumpió su propuesta saltando a los brazos de Camila.

- "¿No me presentas?" dijo envolviendo sus cortos brazos en el cuello de Camila.

- "Lauren, este pequeño koala es mi hermana pequeña Sofía. Sofi esta es Lauren, mi novia" las
presentó separándose de su hermana quien se dirigió rápidamente a la chica de ojos verdes.
- "Encantada de conocerte Sofía" dijo con una sonrisa saludando a la pequeña mientras todos
observaban la escena.

- "Lo mismo digo cuñadita" bromeó con una sonrisa pícara. "Bonitos ojos"

Escuchar el apodo de Sofi hizo que Lauren se sonrojase al momento. Algo en aquella sonrisa pícara
la hizo creer que ganarse la confianza de la pequeña no le sería difícil pero que aun así tendría que
esforzarse.

- "Lauren os ha traído un detalle" dijo Camila haciendo que ésta volviera de sus pensamientos. "Le
he dicho que no hacía falta pero ha insistido" añadió encogiéndose de hombros.

- "¿Es eso cierto Lauren?" preguntó el padre de su novia regalándole una mirada confusa.

-"Así es señor Cab... Alejandro" respondió volviéndose hacia las bolsas que había traído con ella.

Notando las miradas curiosas clavándose en su espalda mientras rebuscaba entre las bolsas, sacó
de una de ellas una caja alargada de madera con una cuerda por asa que guardaba en ella una
botella de vino y se la entregó a Alejandro, y seguidamente una caja blanca repleta de bombones
de todos los tipos que se la entregó a Sinu.

- "Camila me comentó alguna vez vuestros gustos y preferencias, por lo que pensé en tener este
detalle de agradecimiento por invitarme a comer" dijo Lauren nerviosa mientras observaba como
ambos sostenían sus regalos en las manos.

- "No tenías por qué Lauren, muchas gracias" dijo Alejandro por ambos intentando parecer serio
pero a la vez conforme.

- "No es nada, se lo prometo" añadió con una sonrisa victoriosa pero a la vez nerviosa. "Por cierto,
se me olvidaba" comentó girándose de nuevo hacia las bolsas.

Dándole nuevamente la espalda a la familia Cabello, rebuscó de nuevo en las bolsas buscando los
otros dos detalles que tenía escondidos. Sin duda se alegraba de la ausencia de la familia Hansen
puesto que hubiera quedado mal si no hubiera traído un detalle para ellos.

- "Puede que alguien me haya comentado que eres muy inteligente para tu edad y que te encanta
leer este tipo de género" dijo mirando a Sofía mientras le entregaba la trilogía de Los Juegos del
Hambre en un pack de cartón mientras escondía tras su espalda el último regalo.

- "¿De verdad esto es para mí?" preguntó boquiabierta mientras Lauren asentía.

"¡Eres genial!" chilló alegre "Tengo que presumir con mis amigas. Muchas gracias Lauren"
concluyó dándole un rápido beso en la mejilla antes de subir las escaleras a toda prisa.

- "¡No tardes mucho que en breves estará la comida!" añadió Sinu a la pequeña elevando la voz.

Sin hacer esperar mucho tiempo a Camila quien la miraba con confusión, sacó detrás de su
espalda una pequeña cajita dejando a todos sorprendidos pensando que sería una petición
importante. Camila cogió la pequeña caja en sus manos y la abrió sacando de ella una púa de
guitarra haciendo soltar a sus padres un suspiro de tranquilidad.

- "Es de acrílico" dijo Lauren cogiendo la púa en color plata de las manos de su novia "Según mi
padre, tienen una durabilidad excepcional y un ataque rápido, duro y potente" explicó con una
sonrisa.

Alejandro y Sinu se mantuvieron en silencio adorando la escena pero para darle más privacidad se
alejaron a la cocina con una buena impresión causada por la chica de penetrante ojos verdes.

- "Noté que la tuya estaba desgastada la última vez que tocaste para mí" susurró en su oído.

- "Pero Lauren la última vez que toqué para ti fue..."

- "Lo sé" la cortó abrazándola "Pero aun así me fijé en ese pequeño detalle" concluyó recordando
el dolor que le provocó aquella escena.

El pensamiento que ocupaba la mente de Camila era lo increíble que podía llegar a ser su novia. Si
la situación hubiese sido al contrario, ella se hubiera limitado a centrarse en el dolor que le estaba
causando y no en el desgaste de una simple púa.

Cerrando el espacio entre ellas, se acercó a los labios de Lauren dejando en ellos un agradable
beso de agradecimiento. La morena de ojos verdes quiso seguir profundizando el beso cuando una
presencia las interrumpió.

- "Per...perdón por interrumpir" dijo Sinu haciendo que se separasen rápidamente. "Quería deciros
que la comida está lista y podéis ir tomando asiento"

Con las manos enlazadas y ambas sonrojadas por la reciente pillada de Sinu, se sentaron en la
amplia mesa una al lado de la otra. El almuerzo pasó rápido y entretenido. Sofi había preguntado
si Lauren tenía hermanos a lo que ella respondió que tenía dos menores que ella y sus padres se
habían basado en preguntarles acerca de la comida y poco más, pero conociéndolos Camila sabía
que las preguntas no iban a quedarse ahí. Tras los dos primeros platos, llegó el postre. Sus padres
habían preparado individuales banana splits conociendo los gustos de su hija mayor.

- "Bueno Lauren" dijo Alejandro tomando una cucharada de su postre "¿En qué trabajas?"

- "Trabajo en una oficina" dijo firme intentando no parecer nerviosa.

- "¿En qué especialidad?" preguntó curioso.

- "Administración" mintió nuevamente. "Los números y yo nos llevamos bien" bromeó intentando
bajar su propia tensión.

Camila se sorprendió al escuchar la respuesta de su novia al haberse enterado a la misma vez que
sus padres. Sinceramente le sorprendió ya que seguía pensando que le resultaba más fácil
relacionarla con un trabajo con más acción.
- "¿Cómo os conocisteis?" preguntó Sofi llevándose una gran cucharada a la boca quedando esta
manchada.

- "Esta te la dejo a ti" rio Lauren mirando a Camila quien suspiró al saber que le tocaría a ella llevar
la conversación.

- "Aquí dónde la veis, Lauren es una despistada por naturaleza que se chocó conmigo en Nando's
tirando al suelo los vasos de mi bandeja" comenzó sintiéndose el centro de atención. "Quiso ser
educada y me invitó a cenar sabiendo que si rompemos los vasos debemos pagarlos después. Tras
una gran cena en un restaurante de sushi la dejé cautivada con mis encantos y volvimos a vernos"
bromeó consiguiendo que todos rieran conociendo su humor.

Obviamente había saltado los detalles del pañuelo en sus ojos, la canción y todo lo que sintió al
mirarla a los ojos además de la cantidad de lágrimas lloradas por las complicaciones y mentiras.
Una vez terminó su discurso temió que sus padres preguntasen acerca de cuánto tiempo hacía de
aquel encuentro, pero por suerte la pregunta nunca llegó. En cambio, se formuló una bastante
más incómoda.

- "¿Qué tal tus padres Lauren?" preguntó Sinu "Me gustaría conocerlos alguna día"

- "Estaría genial pero me temo que solo conocerías a mi padre. Mi madre falleció hace algunos
años" dijo con una sonrisa forzada.

Mierda. Camila no había recordado advertirles a sus padres sobre el fallecimiento de la madre de
Lauren y ahora se sentía culpable por la tristeza que había provocado la pregunta en ella. A simple
vista por su reacción, se podía observar que lo llevaba bien pero los ojos con ahora un verde más
oscuro la delataban, gesto que a

Camila la hizo estremecerse.

- "Oh entiendo" respondió Sinu un tanto pálida. "Lo siento, no lo sabía" dijo mirando fijamente a
su hija mayor quien le respondió abriendo más los ojos.

- "Está todo bien. No te preocupes" dijo con otra sonrisa forjada.

Las preguntas de los Cabello acabaron ahí después de esa última. Por mucho que se negasen al
ofrecimiento de Lauren a llevar los platos a la mesa, ésta se resistió y acabó ayudando a la familia.
Camila le hizo un rápido tour por la planta baja terminando en su habitación. Lauren sonrió al ver
el vinilo que le había regalado, las casi marchitas Gloxinas y la foto que se tomaron en el teleférico
sujeta a la pared en el lado de su cama con una chincheta, a la cual se quedó embobada mirando
con una tonta sonrisa iluminando su rostro.

- "Lleva ahí desde que nos la hicimos" dijo Camila detrás de ella agarrando su cintura.

- "¿A pesar de todo?" preguntó girándose hacia ella agarrando su cintura también.

- "Me dijiste que cada vez que la viera recordaría que no soy la única que se siente sola y tiene que
perderse algunas veces para volver a encontrarse" dijo repitiendo las palabras de Lauren muchos
días atrás. "No he vuelto allí desde entonces, porque desde aquel día no me siento sola" admitió
juntando sus labios.

El besó duró más de los que ambas esperaban. Sus lenguas juguetonas se rozaban formando una
caricia que encendía en ambas su fuego interior. Camila guío a Lauren hacia su cama dando ésta
pasos hacia atrás hasta que sintió en la parte trasera de sus piernas la cama y cayó en ella
quedando debajo. No le dio tiempo a pronunciar una palabra cuando tenía a su novia recorriendo
su cuello provocándole leves gemidos. Saber que no estaban solas en casa provocaba en Camila un
grado de excitación aun mayor que las veces anteriores. Le quitó los botones a la camisa a rayas
que Lauren llevaba y comenzó a trazar una fila de besos por sus pechos notando el latido de ésta
bajo su lengua más intenso.

- "Camz... Tus... Tus padres pueden en...trar en cualquier momento" consiguió vocalizar con
mucho esfuerzo.

Sabía que Lauren tenía razón y que debían parar pero su excitación no la hizo entrar en razón y le
quitó el sujetador a su novia dejando sus pechos al descubierto. Con una sonrisa pícara comenzó a
lamerlos dejando leves mordiscos en ellos. Quiso profundizarlos más cuando una voz las detuvo.

- "¡Lauren tu teléfono está sonando!" se escuchó decir a Sinu desde la planta baja.

En ese momento Camila volvió a la realidad y se levantó rápidamente del cuerpo ahora excitado
de su novia quien se colocó el sujetador y la camisa, y bajó sonrojada rápidamente a contestar la
llamada. Camila aprovechó para lavarse la cara con agua muy fría después de cepillarse los dientes
y se dirigió a su habitación para cambiar su jersey por una camisa más arreglada a juego con su
falda. Un par de minutos después apareció Lauren por la puerta.

- "Era mi hermana." Dijo nada más entrar "Debemos ir saliendo si queremos llegar a tiempo, solo
quedan los últimos preparativos" explicó.

Camila asintió y enlazó sus dedos guiándola hacia la escalera. Se despidieron de sus padres
invitando éstos nuevamente a Lauren a hacerle una visita próximamente para conocer a la familia
Hansen, la cual aceptó rápidamente con una sonrisa. Justo iban a salir cuando Sofi apareció
corriendo hacia los brazos de Lauren.

- "Me alegro de que seas la dueña de las sonrisas de mi hermana" le susurró al oído haciendo que
se sonrojase aún más.

- "Y lo seguiré siendo Sofi" le respondió con otro susurro.

- "¿Prometido?" preguntó tendiéndole el meñique.

- "Prometido" respondió enlazando su dedo meñique con el de ella.

Sofi saltó de sus brazos y volvió a subir las escaleras rápidamente después de despedirse. A pesar
de ser muy inteligente no dejaba de tener ese gesto infantil que tanto le recordaba a la chica que
la miraba adorablemente en aquel instante. Enlazaron sus manos y se dirigieron al coche mientras
Alejandro y Sinu las observaban desde la puerta.
- "Lauren" la llamó Alejandro antes de que entrase en el coche. "Tienes los botones de la camisa
mal abrochados" dijo con la misma sonrisa juguetona de su hija consiguiendo que sus mejillas
ardieran.
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Capítulo 51

Las palabras de Alejandro hicieron que Lauren rápidamente se mirara hacia los botones de su
camisa mientras sus mejillas ardían. Efectivamente estaban mal abrochados. "Perfecto" dijo para
ella pensando que ahora creerían que habían hecho algo en su propia casa. Aun avergonzada y con
Camila riendo a su lado, entraron dentro del Chevrolet y salieron de allí rápidamente regalándoles
un último saludo antes de girar la esquina de la calle.

- "No creo que tengan una buena impresión sobre mí después de eso" suspiró Lauren refiriéndose
a la última conversación con la familia Cabello.

- "Pues yo creo todo lo contrario" rio Camila "Confía en mí, conozco a mis padres" añadió
enlazando su mano izquierda con la de Lauren quedándose ésta agarrando el volante con una sola
mano.

Para Camila aquel fugaz encuentro con sus padres y su novia también había sido una sorpresa.
Estaba aliviada al saber que las cosas no se habían puesto incómodas excepto por la pregunta de
la madre de Lauren, la cual muy en el fondo agradeció por ser esta la última pregunta de la tarde.

- "Ahora que realmente sé dónde trabajas podré pasar a por ti un día de estos y sorprenderte con
un picnic en una montaña perdida" sugirió Camila burlona.

- "Eso estaría bien" mintió Lauren sabiendo que no podía dejar que la recogiese en ningún
momento.

Camila cortó la conversación ahí al notar la incomodidad de Lauren al hablar de ese tema, cosa
que realmente le resultaba extraño. Semanas atrás le había vacilado acerca de hablarle de su
oficio pero ¿realmente no querría hablarle sobre ello?

Con el atardecer cayendo ante ellas, el trayecto se hizo bastante corto con el disco de Taylor Swift
a petición de Camila durante todo el viaje. Después de casi tres horas de viaje con todas sus
paradas incluidas, acabaron en la misma ciudad en la que la adrenalina recorrió todo su cuerpo al
sentirse atrapada durante varios segundos. No era como las veces anteriores que se había sentido
así y corría aún más peligro, esa vez fue totalmente distinto al tener a la chica de ojos verdes a su
lado.

Lauren llegó a una enorme casa en comparación con la pequeña urbanización de Camila. Recorrió
la entrada hasta quedar detenida en un garaje al aire libre con un Honda HR-V aparcado a su lado
el cual pertenecía a su padre pero lo usaba más su hermano pequeño Chris. En la llamada que
había recibido de su hermana Taylor, le había vuelto a advertir sobre quitar todo tipo de títulos y
fotos acerca de su trabajo y dejar tan solo las del instituto. No podía arriesgarse y estaba
totalmente segura de que había guardado todo tal y como le había pedido pero una pequeña
parte de ella seguía sintiéndose insegura por cualquier despiste en medio de una conversación.

- "Lauren espera" dijo Camila parándose antes de recorrer el camino por el césped bien cuidado
hasta la gran puerta blanca de la casa de los Jauregui.

- "¿Qué pasa Camila?" preguntó nerviosa frunciendo el ceño porque su novia se hubiera echado
atrás.

- "Yo no le he traído nada a tu familia y tú te has comportado tan bien con la mía que... me siento
mal al respecto" admitió cabizbaja.

-"Eh" dijo agarrando su barbilla haciendo que sus ojos contactasen "No es una obligación que les
traigas un regalo pero si quieres para que te sientas mejor puedo decir que los que yo he traído
son de ambas" explicó regalándole una sonrisa.

- "No puedo hacer eso Lauren, son tus regalos. No sería justo" dijo sintiéndose mal al respecto.

- "Si son mis regalos como tú dices, puedo decidir de parte de quién vienen. Por lo tanto serán de
ambas" replicó "Anda, vamos dentro. No creo que aguante más estos nervios" concluyó dándole
un tierno beso que consiguió tranquilizar a la chica más bajita.

Caminaron con las manos enlazadas hasta la gran puerta blanca consiguiendo dicho gesto erizar la
piel de ambas como lo llevaba haciendo desde que tuvieron el primer contacto. Segundos después
de pegar en la puerta con los nudillos, apareció detrás de esta una chica de 18 años más alta que
Lauren, con ojos castaños, el pelo del mismo color recogido hacia un lado y con un vestido blanco
ancho con el cuello redondo.

- "¡Lolo!" gritó abalanzándose sobre su hermana con cuidado de no tirarle la bolsa llena de
regalos.

- "TayTay" respondió con una sonrisa rodeando su cintura con el brazo libre.

Camila rio por los motes que tenían entre ellas consiguiendo que se despegaran de su abrazo y
centraran ambas la mirada en ella. Al parecer la mirada penetrante iba dentro de los genes
Jauregui.

- "Taylor esta es Camila, Camila esta es la mejor hermana que tengo" bromeó.

- "¡Porque soy la única que tienes!" bromeó ella también riéndose de la misma forma que su
hermana. "Encantada de conocerte Camila, lo estaba deseando. Te imaginada distinta" admitió
tendiéndole la mano.

- "¿Distinta?" rio Camila estrechando su mano.


- "Sí, Lolo no ha querido enseñarnos ninguna foto tuya porque según ella con todo lo que habla de
ti sobre tu personalidad y forma de ser ya eres preciosa, y no se equivocaba" explicó haciéndola
sonrojar.

- "Perdóname por ser una romántica" dijo Lauren encogiéndose de hombros al notar la mirada
avergonzada de su novia.

Camila quiso responder pero dos figuras masculinas aparecieron en la puerta. Mike y Chris
Jauregui las miraban con cariño en sus ojos. Mike era de casi la misma altura que Lauren, era
corpulento y con una barba oscura perfectamente recortada del mismo color que su pelo. En
cambio Chris a sus 20 años, era el más alto de la familia, ojos oscuros, pelo castaño y una sonrisa
seductora. Ahora que Camila tenía a los tres hermanos frente a ella podía comprobar cómo se
parecían entre ellos sin llegar a ser iguales a la misma vez.

- "Tú debes de ser Camila" dijo Mike con una agradable expresión en su rostro mientras se
acercaba a ellas. "Encantado de conocerte y bienvenida a la familia Jauregui" añadió con una
sonrisa.

- "Y yo soy Chris Jauregui, un placer" dijo queriendo parecer educado besando la fina mano de
Camila.

- "Relaja tus cortesías Chris" cortó Lauren poniéndose entre ellos. "Ahora ya conoces a mis
pequeños Nuggets" bromeó enlazando sus manos para entrar dentro de la casa.

Con el resto de la familia Jauregui tras ellas, entraron en la gran casa quedando Camila
sorprendida por el tamaño de ésta. Nada más entrar había una gran escalera pegada a la derecha
que daba a la segunda planta dejando un camino en el resto del pasillo que daba a una gran
cocina. A la izquierda una salita con un gran piano adornando casi toda la sala. A la derecha un
gran salón que conectaba con el comedor y éste a su vez con la cocina. Sin duda la impresión que
obtuvo fue magnifica tanto de la casa como de la familia en sí.

Mientras terminaban de preparar la mesa, Camila esperó junto con Lauren en la sala del gran
piano negro. Aquella salita era como un álbum de recuerdos. Camila recorrió las paredes de un
lado a otro observando con una sonrisa cómo Lauren y sus hermanos iban creciendo de una
imagen a otra. La sonrisa desapareció al ver una de Lauren y su madre bastante felices con un cielo
azul tras ellas. Ver aquella foto hizo que un escalofrío recorriese su cuerpo. Ahora sabía de donde
provenían los ojos verdes de su novia. Lauren no hablaba mucho de su madre por eso, desde que
le contó cómo fue su pérdida, Camila no quiso volver a sacar el tema.

- "Era preciosa ¿verdad?" dijo Lauren detrás de ella mirando la imagen con los ojos brillosos. "Fue
de las últimas fotos que nos hicimos y aun así seguía sonriendo. Siempre lo hacía por muy mal que
estuviesen las cosas. Es lo que más admiraba de ella" dijo con su voz ahora más rasgada.

- "En eso te pareces a ella" dijo Camila agarrando su hombro mientras le regalaba una sonrisa.

Sin decir nada más se separó de Lauren y siguió observando las imágenes. Le resultaba extraño
porque había huecos en la pared en los que notaba que allí iban colgadas algunas fotos pero que
ya no lo estaban pero supuso que serían de Clara y no estarían colocadas por no causarles más
daño. Lo que ella no sabía era que realmente eran de su novia cuando se graduó con el título de
hacker o de ésta misma entrando como novata para los federales.

Mike las llamó desde la cocina y dejaron la sala para apresurarse al comedor. Pasando por el salón
antes, se fijó en cómo una guitarra con las iniciales M.J colgaba de la pared de la misma forma que
lo hacía la de Lauren en su estudio. Antes de comenzar a cenar bendijeron la mesa recordando a
Clara como una tradición y seguidamente dieron paso a una gran variedad de platos con todo tipo
de entrantes. Lauren estaba nerviosa porque aun las preguntas no habían empezado pero sabía
que no tardarían. Miró a Camila quien estaba sentada frente a sus hermanos, y le agarró la mano
notando el nerviosismo en su piel.

- "Dinos Camila, ¿trabajas en algo más aparte de en Nando's?" preguntó Mike terminando su
plato.

- "En nada más, no llegué a terminar mis estudios" mintió "Trabajo allí para no hacer cargo a mis
padres de mis gastos y ayudarlos a ellos también, pero voy tres días a las semanas a un recinto a
ayudar a los más necesitados" dijo orgullosa de lo que hacía.

- "Eso es impresionante" saltó Taylor boquiabierta.

- "Tan solo es un simple gesto" dijo sonrojada por el halago. "¿Qué estudiáis vosotros?" preguntó
mirando a los hermanos Jauregui.

- "Empresariales" dijo Chris después de darle un sorbo a su copa.

"Derecho" añadió Taylor con una sonrisa.

- "Casi lo mismo que tu hermana" respondió Camila mirando hacia Chris.

- "No tiene nada que ver" dijo notando una mirada fulminante por parte de su hermana mayor.
"Quiero decir sí, administración se parece" corrigió rápidamente. "Tengo que ir al baño,
disculpadme" finalizó desapareciendo de la sala.

Ahora el nerviosismo se notaba en las manos de Lauren quien había tenido que soltar la de su
novia para que dicho detalle no se notase. Lo sabía, sabía que algo se podía ir de las manos, por
suerte Camila no había notado nada a simple vista. Pero realmente se equivocaba, la chica más
bajita se preguntaba por qué Chris había reaccionado de aquella forma dejándola bastante
intrigada en eso y por qué Lauren había soltado su mano de repente.

Después de la agradable cena todos se situaron en el salón dónde un gran árbol de Navidad
ocupaba gran parte de la sala con regalos bajo éste. Lauren cogió un rotulador negro y escribió en
el rojo papel de regalo el nombre de Camila al lado del de ella, dejando uno a uno los regalos bajo
el árbol. Pasando seguidamente a la salita Camila tuvo curiosidad por el piano y se acercó a él
rozando las yemas de sus finos dedos por las teclas creando un leve sonido al sentir la tecla el peso
de las perlas de su pulsera.

- "¿Tocas el piano Camila?" preguntó Mike detrás de ella.


- "La guitarra realmente pero me gustaría haber aprendido" dijo sin mirar atrás.

- "¿Sabes tocar la guitarra?" preguntó sorprendido. "Yo enseñé a Lauren pero nunca me deja
disfrutar de su habilidad acompañada por su voz"

- "Sabes que no me gusta cantar porque mi voz no sirve para ello papá" gruñó Lauren por detrás
sentándose al lado de sus hermanos.

- "Entonces puedo sentirme afortunada de haberte oído" rio Camila tímidamente.

Todos asintieron a la vez como si de robots se tratasen lo cual causó una pequeña carcajada en
ella. Los Jauregui eran una familia curiosa que realmente le había causado una muy buena
impresión y la habían acogido como una más de la familia desde primer momento.

- "Camz sabe cantar y además lo hace muy bien" dijo Lauren queriendo volver a oír aquella voz
que la dejaba sin aire.

- "Cántanos algo Camila" propuso Chris consiguiendo que todos asintieran.

Camila no se pudo negar a las peticiones de su nueva familia y agarró la guitarra que le ofreció
Mike siendo ésta la misma que colgaba de la pared. Sin saber qué tema cantar en acústico buscó
entre sus pensamientos encontrando un tema conocido.

- "To be humble, to be kind. It is the giving of the peace in your mind. To a stranger, to a friend. To
give in such a way that has no end" comenzó a cantar Nothing More de The Alternate Routes
consiguiendo que todos menos Lauren se unieran en el estribillo.

- "We are Love. We are One. We are how we treat each other when the day is done. We are
Peace. We are War. We are how we treat each other and Nothing More" cantaron los Jauregui al
unísono acompañando a Camila.

Tras ese gran momento llegaron un par de ellos más a los que tampoco se unió la chica de ojos
verdes por mucho que Camila le suplicase haciéndole un puchero, por lo que se dedicó a grabar
con su móvil aquel momento en el que su novia era una más de la familia. Llegando la hora de
abrir los regalos volvieron al salón e hicieron un círculo rodeando el gran árbol lleno de adornos.
Lo primero que abrieron fueron los regalos de Lauren y Camila hacia ellos, consiguiendo Mike un
plateado reloj, Chris unas deportivas nuevas y Taylor dos entradas para un festival de colores que
se celebraba en un par de meses al cual deseaba ir.

Después de recibir tres veces las gracias por parte de los Jauregui, Camila se seguía sintiendo mal
porque sabía que ella no había participado en esos regalos por lo que se planteó recompensárselo
más adelante. Tras terminar con el resto de regalos en los que Camila no había participado, Lauren
quedó muy impresionada cual niña pequeña al tener nuevos lienzos a su disposición ya que estos
solían ser bastante caros.

- "No creas que nos hemos olvidado de ti" dijo Taylor detrás de ella asustándola.
Camila se giró y se encontró con la castaña sujetando una caja alargada y plana envuelta en papel
de regalo azul con una moña celeste sobre ella. Sin saber qué decir se quedó impresionada al igual
que Lauren quien a juzgar por su expresión no tenía ni idea de dicho regalo. Agarró la caja entre
sus manos y la desenvolvió quedando en ellas un estuche de piel. Lo abrió cuidadosamente y se
encontró con una pulsera de plata con una pequeña chapita colgando de ella. Sacó la pulsera del
estuche y leyó "Jauregui" grabado en ella.

- "Esto...Esto es demasiado" dijo Camila con lágrimas en sus ojos.

- "Así recordarás siempre que eres parte de esta familia" añadió Mike mirándola con admiración.

En unos segundos todos estaban abrazando a Camila con los ojos brillosos. Lauren soltó un sollozo
al observar el gesto que había tenido su familia con ella. Nunca antes habían hecho aquello con
ninguna de sus novias pero por alguna extraña razón lo habían hecho con la chica a la que estaba
abrazada con lágrima en sus ojos.

Mike había invitado a Camila a pasar allí la noche ya que el viaje de vuelta era bastante largo y
necesitaban descansar. Ambas subieron hasta la habitación de Lauren dónde ésta le dejó un
pijama suyo. Una vez éste puesto, Camila se quedó bastante impresionada al ver la cantidad de
trofeos que tenía en su cuarto. Al parecer había practicado muchos deportes en la segundaria y
todos ellos llevaban su nombre completo grabado en ellos.

- "¿Te llamas Lauren Michelle?" preguntó volviéndose hacia su novia.

- "Sí pero ya nadie me llama así, excepto Normani algunas veces cuando se enfada conmigo"
explicó sin más.

Camila sonrió ante la respuesta recordando cómo Dinah también la llamaba por su antiguo
nombre solo cuando estaba enfadada. La idea de que ella y Normani se podrían llevar bastante
bien se cruzó en su cabeza.

- "¿No te gusta tu segundo nombre?" preguntó curiosa.

- "Mi madre era la única que me llamaba por mi nombre completo, así que por eso solo lo hace
ahora Normani" explicó forzando la sonrisa.

Al momento de haber preguntado se arrepintió, por lo que no forzó más la situación y siguió
contemplando la habitación que un día había ocupado su novia. Lo que más impresión le dio fue el
hecho de que toda la sala estaba inundada en su olor, era como si a cada lugar al que Lauren
estuviera conectada, dejase grabada su esencia. Mientras seguía embobada mirando sus trofeos
notó unas manos tirar de ella hacia la cama quedando Lauren encima.

- "Llevo toda la noche queriendo hacer esto" susurró Lauren en su oído.

El corazón de Camila comenzó al latir con fuerza al notar la lengua de Lauren jugar con su cuello y
seguidamente su barbilla hasta encontrar su boca con sus carnosos labios. Sus lenguas
comenzaron una guerra sin fin trazando lazos difíciles de romper. Lauren se dejó caer haciendo
chochar sus caderas produciendo un gemido en ambas. La chica más bajita metió las manos
dentro de la camiseta del pijama de Lauren y jugó con ella hasta quitársela.

Con su cuerpo semidesnudo Lauren dio la vuelta en las sábanas azules y repitió el gesto en Camila
quedando igual de descubierta que ella. Jugó con sus pezones dejando lentas pasadas con su
lengua sobre ellos haciendo que Camila gimiese por el placer. Lauren sabía que si seguía no podía
mostrarle los planes que tenía preparados por lo que volvió a colocarla debajo de ella acercándose
a su cuello y dejando una marca en él antes de levantarse.

- "¿Qué haces?" gruñó al ver como Lauren estaba de pie colocándose de nuevo la camiseta.

- "Te he dicho que llevaba toda la noche esperando y si seguía no iba a poder mostrártelo" dijo con
una voz pícara.

- "Pero yo pensaba que te referías a..."

-"Que mal pensada eres Camz" rio enlazando su mano guiándola fuera de la habitación una vez se
había vestido.

Minutos después se encontraban en la parte trasera de la gran casa ambas tumbadas sobre el
cuidado césped. Aquella zona era bastante amplia y estaba ocupada por una piscina con los focos
encendidos lo cual le recordaba a la locura que habían hecho días atrás.

- "Es impresionante" dijo Camila observando la cantidad de estrellas que adornaban el oscuro
cielo.

- "¿Sabes por qué quería enseñarte esto?" preguntó Lauren haciendo que Camila negara. "Cuando
ocurrió lo de mi madre me pasé la noche sin dormir solo mirándolas porque me hacían olvidar lo
sucedido. Memoricé cada estrella y la reflejé sobre un lienzo, a la noche siguiente me senté en el
mismo lugar y las comparé recordando una a una todas las de la noche anterior y si había alguna
distinta la tachaba. Con el tiempo las acabé olvidando" explicó mirándolas con los ojos brillosos.
"Lo mismo me ocurre con las canciones. Me gustan las que todos acaban olvidando pero fueron
importante en sus vidas, al igual que esas estrellas fueron importante para mí aquella noche"
concluyó con las mejillas húmedas.

Camila tragó fuertemente ante aquella declaración sabiendo que había compartido con ella un
gesto muy importante. Se levantó del césped y se sentó detrás de Lauren dejando sus piernas
abrazadas a su cuerpo. Ésta echó la cabeza hacia detrás dejándola recostada en el pecho de Camila
y soltó un suspiro al sentir sus manos abrazándola fuertemente. Tras varios minutos compartiendo
su agradable silencio, Lauren secó sus mejillas y entró a su antigua casa sin dar explicaciones
dejando a la chica de ojos marrones allí. Cuando ésta se levantó para comprobar a qué se debía
dicho comportamiento, la silueta de Lauren agarrando una guitarra la detuvo.

- "¿Lauren en serio vas a...?"

- "Shh" la calló colocándole un dedo sobre sus labios. "Déjame empezar antes que me arrepienta"
rio acariciándole la mejilla.
Camila se sentó sobre los pequeños escalones de madera del porche perpleja mientras Lauren
afinaba la guitarra con las iniciales de su padre.

- "Oh, her eyes, her eyes make the starts look like they're ni shinin'. Her hair, her hair falls perfectly
without her tryin. She's so beautiful and I tell her everyday" comenzó cantando Just The Way You
Are de Bruno Mars. "Yeah, I know, I know when I compliment her she won't believe me and it's so,
it's so sad to think that she don't see what I see, but every time she asks me do I look okay, I say..."

Lauren soltó una tímida sonrisa sonrojándose antes de comenzar con el estribillo al ver cómo los
ojos de Camila brillaban mostrando admiración en ellos.

- "When I see your face, there's not a thing that I would change, cuz' ur amazing, just the way you
are and when you smile, the whole world stops and stares for a while cuz' girl ur amazing just the
way you are" cantó moviéndose de un lado a otro sin apartar sus penetrantes ojos verdes de
Camila. "Her lips, her lips I could kiss them all day if she let me. Her laugh, her laugh she hates but I
think it's so sexy. She's so beautiful and I tell her everyday" siguió rasgando más la voz. "oh you
know, you know, you know I'd never ask you to change. It's perfect what you're searching for then
just stay the same. So don't ever bother asking if you look okay, you know I'll say..."

- "When I see your face, there's not a thing that I would change, cuz' ur amazing, just the way you
are and when you smile, the whole world stops and stares for a while cuz' girl ur amazing just the
way you are" se unió Camila dejando a Lauren con la melodía.

-"The way you are, the way you are. Girl your' amazing just the way you are" concluyeron ambas a
centímetros.

Notando la respiración de cada una sobre sus rostros, Lauren rompió la distancia y clavó un beso
en sus labios al cual Camila no tardó en responder con su áspera lengua.

- "Te quiero Camz" susurró en su oído.

- "Te quiero más, Lauren" respondió aferrándose a su cuello en un delicado abrazo.

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Capítulo 52

Las dos siguientes semanas pasaron rápido después de aquel encuentro con ambas familias. Tras
esto, decidieron pasar fin de año con sus respectivas familias y celebrarlo juntas más íntimamente.
Los siguientes días llegaron con más calma. Camila había estado más ocupada de lo normal según
ella a causa del restaurante doblando turnos para recuperar las horas de trabajo que iba a perder
con el viaje a Australia el cual se iba aproximando. Lauren en cambio había tenido más tiempo
libre de lo habitual el cual lo había empleado con los nuevos lienzos obtenidos en Navidad. Su obra
del rostro de Camila había pasado a un segundo plano en su estudio y seguía cubierta con una
sábana en una de las esquinas de éste.
Camila no olvidó la propuesta de recogerla en su trabajo por lo que la propuso varias veces, pero
Lauren siempre acababa oponiéndose a ésta, poniendo como excusa que salía a distinta hora, que
tenía que quedarse más tiempo o bien se pasaba por Nando's ella primero para impedir el
encuentro. Sabía que las excusas se le acabarían gastando e incluso siendo poco discretas, por lo
que debía pensar algo mejor.

En la oficina todo seguía su rumbo. A Brooke se le estaba agotando el tiempo pero según rumores
entre sus compañeros, había tirado la toalla con el caso por lo que se estaba preparando para ser
sustituida, decisión que decepcionó bastante a Lauren. Kate había dejado de ser una novata y se
había unido formalmente a sus compañeras, desarrollaba bastante bien los informes y era una
compañía agradable en los días tranquilos. Y por último, el caso de

Aleric donde el ahora trio no avanzaba.

- "No entiendo por qué tenéis que hacer esto" dijo la dulce voz de Kate en el asiento trasero
haciéndola dejar sus pensamientos a un lado. "Que lo haga yo es comprensible porque soy nueva,
pero vosotras..." gruñó como si realmente fuese ella la afectada.

Los días patrullando habían vuelto debido al nuevo recorte en el personal y esa misma mañana se
encontraban en uno de ellos. Dentro del Mercedes Gla 250, el coche de incógnito, Lauren había
decidido dejar que la morena llevara el volante esa vez lo cual significaba tener a Beyoncé en
modo repetición durante todo el recorrido.

- "La verdad que yo tampoco lo entiendo" se unió Normani poniendo los ojos en blanco. "Nos
merecemos un buen descanso" añadió mirando por el retrovisor a la novata.

- "Quizás yo pueda arreglar eso" dijo Kate sentándose en medio y agarrando ambos apoyacabezas.

- "¿Estás liada con Brooke y puedes conseguirnos vacaciones?" bromeó Lauren entrando en la
conversación.

- "¡No!" rio Kate "Ya sabes que yo no estaría con..." se pausó al notar los ojos verdes clavarse
sobre ella. "Hay una fiesta esta noche, podríamos salir y divertirnos" propuso cambiando de tema
rápidamente.

Normani quién notó aquella pausa a la respuesta del comentario de Lauren, miró a ésta dándole
una mirada firme. La morena seguía en sus trece sobre la sexualidad de su nueva compañera,
mientras que su mejor amiga creía lo contrario.

- "Cuenta conmigo" dijo Normani rápidamente. "¿Qué tal tú Lo?" preguntó.

- "Sinceramente tenía otros planes pensados para esta noche" dijo pensando en la cena a la que
iba a invitar a Camila. "Pero aún no es seguro"

- "Esa pequeña granuja no me deja pasar tiempo con mi mejor amiga" gruñó Normani intentando
parecer enfadada. "Llámala y pregúntale, no creo que pueda aguantar otra noche más en casa. No
me quedan capítulos de Empire para ver y Chad tiene turno de noche todo el mes" explicó
haciendo un puchero.
Lauren se quedó pensativa por unos segundos mirando por la ventanilla del coche. La propuesta
de su nueva compañera era tentadora pero una cena íntima con su novia lo era aún más debido a
que llevaban un par de días sin verse y los que se habían visto habían sido encuentros fugases.
Camila seguía con la inseguridad de mostrarse en público por lo que todos sus encuentros seguían
siendo íntimos por esa simple razón.

- "En ese caso salgamos de dudas" dijo al fin la morena de ojos verdes sacando su teléfono del
bolsillo trasero de su pantalón.

Marcó rápidamente el número que se sabía de memoria y se llevó el teléfono a su oreja dejando el
codo apoyado en la ventanilla. Tanto Kate como Normani guardaron silencio tal y como Lauren les
había pedido mientras la morena recorría los distintos barrios de la ciudad.

- "¿Si?" respondió provocando una tonta sonrisa en Lauren al escuchar su voz.

- "Buenos días Camz" dijo agradablemente.

- "Serían buenos días si lo hubiera comenzado a tu lado Lolo" bromeó utilizando el mismo mote de
su familia.

- "No tienes permiso para llamarme así Cabello" dijo juguetona olvidando que tenía la atención de
dos personas a su lado.

- "Para otras cosas no me pides permiso..." susurró consiguiendo encender las mejillas de Lauren
quien se colocó recta en su asiento.

- "A eso se debe mi llamada, te invito a cenar esta noche en mi estudio sin permisos, sin excusas"
dijo escuchando un gruñido proveniente de la parte trasera del coche.

- "Lauren yo..." dijo Camila desanimada a través del teléfono. "Tengo un asunto pendiente con mi
familia esta noche, ya sabes cómo son mis padres de exigentes" mintió sintiéndose mal por
rechazar aquella deseosa propuesta.

- "Oh" soltó triste. "Lo dejamos para otra ocasión entonces" dijo escuchando cómo Kate y Normani
chocaban sus manos.

- "Eso parece... Por cierto, ¿dónde estás? Se escucha tráfico" preguntó Camila sacando su
curiosidad a la luz.

- "Eh... He cogido el coche un momento para ir a recoger un pedido por eso he aprovechado para
llamarte, pero ya estoy de vuelta" mintió.

- "No dejes caer tanta presión sobre ti Lern Jergi" dijo juguetona haciendo que Lauren respirara
aliviada. "Tengo que volver, te quiero" colgó.

- "Yo también" dijo en voz baja escuchando el sonido de la línea cortada.


Se hizo el silencio dentro del Mercedes por unos cuantos segundos hasta que Normani subió el
sonido de la radio en modo de celebración.

- "¡Noche de chicas!" gritaron ambas compañeras a la vez.

El resto de la sesión de patrulla, la morena y la chica de ojos cascada habían comentado cómo iba
a ser la noche mientras Lauren se limitaba a escuchar. Una parte de ella estaba alegre de pasar
una noche de chicas puesto que no salía de fiesta desde la reunión de trabajo en la que Camila la
llamó llorando. Tenía un buen recuerdo de esa noche y cada vez que recordaba la tensión sexual
que había entre ellas una pequeña sonrisa brotaba de sus labios.

Desde que Lauren salió de la oficina, sus pensamientos estuvieron centrando en el conjunto para
aquella noche. Dentro del Mercedes, Kate había explicado que era una fiesta casual pero tampoco
desaliñada, por lo que sus conjuntos debían de ser iguales. Desventaja para Lauren puesto que eso
se lo ponía más difícil a la hora de elegir. Finalmente después de pasar demasiado tiempo frente al
armario, optó por llevar un top ajustado burdeos y unos pantalones negros rasgados también
ajustados, acompañados por unos tacones del mismo color que éstos para darle cierto toque
elegante a su conjunto casual.

Se acomodó su largo y ondulado cabello frente al espejo del cuarto de baño ya vestida pero aun
descalza notando el tacto de la moqueta en sus pies. Usó una base de maquillaje simple y adornó
sus labios con un tono del mismo color que el top. Lista para salir, se echó dos pulsaciones de Reb'l
Fleur de Rihanna, se calzó sus tacones negros y se colocó su chaqueta de cuero del mismo color
antes de pedir un taxi.

Dentro de éste a petición de su mejor amiga por poder disfrutar de la noche sin ningún límite,
Lauren le daba vueltas a su teléfono en las manos. No había obtenido noticias de Camila desde la
llamada de por la mañana pero supuso que estaría ocupada con su familia por lo que le dejó un
mensaje de buenas noches y lo guardó en su bolso. El taxista llegó a su destino rápidamente
dejando a Lauren en la puerta de la Sala Vahany. Se quedó completamente sorprendida a
encontrar allí a sus compañeras.

Al parecer todas habían optado por usar una chaqueta de cuero negra. Normani llevaba una falda
ajustada del mismo color que le llegaba por la rodilla acompañada por un top blanco con líneas
negras sobre sus pechos que resaltaba el color de su piel y dejaba ver su atlético abdomen y parte
del piercing del ombligo. Kate casualmente llevaba un conjunto parecido al de la morena de ojos
verdes. Además de la chaqueta, llevaba bajo ésta una camisa blanca con un gran escote
exponiendo su brazo tatuado, acompañada con unos pantalones negros ajustados y rasgados por
las rodillas.

- "Estáis preciosas chicas" dijo Lauren con una sonrisa después de saludarlas.

- "¿Acaso te has visto? Quien fuera Camila" bromeó la morena ganándose un golpe en el hombro
por parte de Lauren acompañado de una risa.

Entraron en la sala sin complicaciones. La Sala Vahany era bastante amplia, mucho más de lo que
recordaba que fuese la Sala Moon. Era subterránea por lo que unas anchas escaleras conducían al
piso inferior. Una gran pista dividida en dos secciones ocupaba el centro de la sala dejando a
ambos lados de ésta dos alargadas barras iluminadas por un foco blanco fluorescente. Una vez en
una de las barras, todas se pidieron sus respectivas copas ofreciéndose Kate a pagar esa ronda.

No les dio tiempo sentarse a tomar sus copas con tranquilidad cuando Normani arrastró de ellas
hasta la pista de baile al escuchar Drip Drop, canción proveniente de Empire.

Con sus copas ocupando una de las manos, comenzaron a bailar entre las tres con pasos muy
sensuales. Sin duda la morena era la que más experiencia tenía en ellos debido a sus clases y Kate
lo notó al instante.

- "Creo que deberíamos ir a clases para la próxima vez que salgamos si queremos estar a su altura"
dijo en el oído de Lauren para que la pudiese escuchar bien a causa de la fuerte música.

- "Yo también lo creo" respondió del mismo modo dándole después de eso un sorbo a su copa.

- "Es agradable ver tus labios pintados con algo que no sea tu habitual brillo de labios" susurró de
nuevo en su oído acercando esta vez más sus labios a su piel.

Lauren tragó fuertemente de su copa antes de responderle. ¿Estaba coqueteando con ella?

- "No querrás que vaya provocando a la oficina y no deje a mis compañeros hacer su trabajo"
bromeó Lauren consiguiendo otra risa por parte de Kate.

- "No hace falta que los lleves pintados para causar ese efecto" admitió Kate mordiéndose sus
labios rosados.

Definitivamente estaba coqueteando con ella. Lauren le respondió con una sonrisa y se apartó de
ella para agarrar a su mejor amiga por detrás y comenzar una serie de pasos juguetones al ritmo
de la música.

- "Kate acaba de coquetear conmigo" susurró Lauren en el oído de la morena haciendo que ésta se
detuviese. "No pares de bailar o se dará cuenta de que estamos hablando de ella" dijo agarrando
la cintura de la morena.

- "¿Le has seguido el juego?" preguntó sin dejar de bailar.

- "¡Claro que no!" dijo más alto en su oído. "Pero creo que tenías razón al respecto" admitió
confundida.

- "Sé que no te gustan que te lo digan pero, te lo dije" rio poniéndose cara a cara con Lauren

La morena de ojos verdes soltó un suspiro y se terminó la copa rápidamente al igual que sus dos
compañeras. Pidieron otra ronda la cual pagó Lauren y volvieron a la pista sin pensarlo dos veces.
Una canción más sensual comenzó a sonar y todas empezaron a notar el efecto del alcohol en
ellas. Con esa última copa ya tomada y unos cuantos pasos más de baile, volvieron a la barra
riendo entre ellas.

- "Tres chupitos de tequila" pidió Normani como pudo.


Todas se llenaron parte de la mano con sal y la chuparon antes de vaciar el pequeño vaso notando
el tequila quemar sus gargantas, tras esto dejaron que el ácido del limón terminara el juego entre
sus dientes. Más felices que minutos atrás volvieron a la pista.

- "¿Quién paga la siguiente ronda?" preguntó Kate.

- "No sé, ¿lo echamos a suerte?" preguntó la morena pensativa. "Quien sea la peor seduciendo
mientras baila, pierde" propuso sabiendo que ya tenía el juego ganado.

- "Pero así solo nos dejas en la competición a Kate y a mí" protestó Lauren.

- "Por eso yo seré la jueza, además acabo de pagar la última ronda" contraatacó consiguiendo que
sus dos compañeras pusieran los ojos en blanco.

Lauren y Kate se miraron y comenzaron a reírse sin sentido alguno. En otras condiciones no
hubiera aceptado después de la conversación con la chica de ojos cascada pero en ese momento
solo pensaba en divertirse. Mientras Normani las observaba, Lauren

comenzó la primera con un simple gesto de brazos al ritmo de la música que dio paso a un
movimiento de caderas mientras se mordía los labios y cerraba los ojos pasando sus finas manos
sobre su larga melena. Kate ante el gesto comenzó inconscientemente a morderse también los
labios. Lauren siguió con su juego y se acercó a la morena sabiendo que podía jugar con ella con
total confianza. Le agarró el hombro derecho con su mano izquierda y comenzó a deslizarle sobre
su cuerpo acabando dándole la espalda y repitiendo el gesto mientras la mandíbula de Kate se iba
tensando.

Al otro lado de la sala una chica alta y rubia centró sus oscuros ojos en el trio y llamó a su
acompañante para que observara atentamente junto a ella con cuidado de no ser descubiertas.

- "Eso ha dejado el listón demasiado alto Lo" rio la morena después de observar tal espectáculo.
"Buena suerte Kate" la animó.

Kate no esperó más y se colocó cerca de Lauren quedando frente a frente. Comenzó a mover
lentamente las caderas mientras daba vueltas alrededor de su perfecta figura. Lauren en medio
del juego se limitaba a seguirla con la mirada mientras reía sin sentido alguno. La chica de ojos
cascada se paró tras ella y pasó sus suaves manos por el cuello de Lauren deslizándolas hasta sus
caderas. Seguidamente volvió a colocarse frente a ella y repitió el gesto. De repente, la morena de
ojos verdes notó cómo Kate se había detenido y miraba sus carnosos labios embobada. Sus ojos se
conectaron y la más joven cortó la distancia entre ellas.

Lauren tragó fuertemente. ¿Estaría a punto de

besarla? Cuando Kate comenzó a cercarse más quedando a milímetros la imagen de Camila ocupó
la mente de la morena de ojos verdes consiguiendo ésta dar un paso hacia atrás y no dejarse llevar
por la situación y por el alcohol que recorría su cuerpo. Kate la miró a los ojos y comenzó a reírse
fuertemente.
- "Me rindo ante ti Jauregui" soltó volviendo a la barra para pedir las copas.

Lauren se quedó parada por un instante sintiéndose observada. Normani comenzó a aplaudir al
lado de ella celebrando su victoria. Seguidamente le agarró una mano a su mejor amiga y
volvieron a bailar una frente a la otra más pegadas de lo normal. Sus cuerpos se movían al ritmo
de la música dejándose llevar con mucha facilidad. Alrededor de ellas la gente hacia lo mismo,
había una conexión creada por todos en la pista.

- "¿Sabes Lo?" interrumpió Normani el baile. "Si no fuera por la cantidad de alcohol que he
tomado, juraría que aquella que nos observa es Camila" dijo soltando una carcajada.

- "Si no fuera porque estás borracha y porque está con sus..." se paró al verla realmente allí
mirándola fijamente. "Espérame aquí Mani" dijo seria.

- "Te esperaré dónde quieras Lauren Michelle, soy tu perrito faldero ¿recuerdas?" volvió a reír sin
sentido alguno.

Ver a Camila frente a ella le parecía una alucinación pero lo fuera o no realmente había
conseguido ponerla seria. La chica de profundos ojos marrones quien había observado toda la
escena, tenía la misma expresión de enfado que Lauren. Camila sabía que no debería de haberse
dejado ver por su novia puesto que le había mentido y realmente estaba allí por otros asuntos de
los cuales no podía enterarse. Lauren llegó rápidamente hacia ella con un paso firme sin apartar la
mirada de su novia. Ambas tenían mucho que explicar.

- "¿Qué se supone que estás haciendo aquí Camila?" preguntó entre dientes obviando la figura de
Dinah al lado de ellas. "No sabía que salir de fiesta fuera algo tan exigente para tus padres"
escupió recordando la llamada de esa misma mañana.

- "¿Y a ti qué demonios te pasa con esa compañera tuya?" preguntó elevando demasiado la voz.
"¿Te la has tirado ya?" volvió a preguntar tensando fuertemente su mandíbula.

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Capítulo 53

Las palabras de la chica más bajita se clavaron en el pecho de Lauren cual puñales dejándola sin
respiración. Todo el alcohol que ocupaba su cuerpo desapareció nada más oírlas y se tensó
rápidamente.

- "¿En serio me estás saltando con esas?" preguntó llena de rabia. "Ella es una simple compañera
de trabajo Camila, te lo dejé bien claro la primera vez que la viste" escupió.

- "Que sea una simple compañera no quita el hecho de que casi te besa" respondió encogiéndose
de brazos sin apartar la vista de los ojos de Lauren.
- "¡Estábamos jugando!" gritó. "Solo se trataba de una estúpida apuesta para ver quien pagaba la
siguiente ronda" explicó conteniéndose. "Además, por esa regla de tres, también deberías de estar
enfadada por como he bailado con Normani"

- "Ella es tu mejor amiga y la conozco. A la otra, no" negó.

Lauren estaba atónita con la situación. Ella solamente había bailado con su compañera por la cual
no tenía ningún sentimiento, mientras que Camila era la que le había engañado.

- "La otra tiene nombre Camila, no quiero que le faltes el respeto sin conocerla" dijo calmándose.
"¿Sabes qué? Podría haberme dejado besar, claro que lo podría haber hecho pero ¿sabes qué me
detuvo?" dijo elevando más la voz "Tú Camila, ¡tú!" escupió. "Porque no tengo sentimientos por
ella, los tengo por ti. Porque eres mi novia. Porque te quiero" dijo con lágrimas en sus ojos.

- "Lauren yo..." dijo Camila calmándose notando la mano de Dinah agarrando fuertemente su
hombro en señal de apoyo.

- "Lauren nada Camila" dijo mirándola

firmemente a los ojos. "¿O acaso piensas que me he olvidado de preguntarte qué estás haciendo
aquí?" escupió. "Si preferías salir de fiesta antes que cenar conmigo me lo dices, pero no me
mientas" gritó marcando el 'no'.

En ese momento Camila sabía que Lauren tenía razón y ella era la culpable en todo esto. No se
debería de haber expuesto tan fácilmente pero ver a Lauren bailar de aquella forma con alguien
que no fuese ella la había matado por dentro. Los celos se habían apoderado de ella antes que la
cordura.

- "Lo siento..." logró decir. "No quería que te enfadaras" añadió sin saber qué otra excusa ponerle.

- "Pues si no lo querías, lo has conseguido" dijo con los ojos más brillosos "Así no se hacen las
cosas Camila y con esto me demuestras que no confías en mí" sentenció volviendo a dónde se
encontraba mientras escuchaba a su novia gritar su nombre tras ella.

Lauren se encontró con las miradas de Normani y Kate clavadas en ella. Por la expresión de ambas
caras supuso que habían observado toda la escena de lejos. Cuando llegó allí se giró hacia atrás y
se encontró a Camila llorando apoyada en Dinah. Saber que ella había provocado aquello la hizo
sentirse aún peor.

Ambas habían tenido la culpa en toda aquella escena. Lauren sabía que no debería de haber
dejado que Kate bailase de aquella forma junto a ella después de comprobar que sus sospechas
pudieran ser ciertas hasta cierto punto. Resopló varias veces y volvió minutos después a donde se
encontraba Camila. Dinah la miró cómo un león observa a su presa, pero Lauren obvió

esa mirada y agarró a su novia de la muñeca sin hacerle daño.

- "Ven conmigo" dijo intentando parecer calmada.


Camila no dijo nada y simplemente se dejó guiar después de recibir varias señas por parte de su
mejor amiga por si algo iba mal. Notando la fina mano de Lauren sobre su muñeca llegaron hacia
el exterior de la Sala saliendo por la puerta principal. La morena de ojos verdes necesitaba un lugar
tranquilo para hablar bien las cosas y tanto ruido ahí dentro no era conveniente.

- "No debería de haber bailado con ella así y mucho menos haberte hablado de aquella manera,
pero entiende que me duele que me hayas mentido" admitió Lauren agarrando sus manos
notando en una de ellas la pulsera que llevaba su apellido.

- "Y tú entiende que si yo te veo bailando así con ella y no sé nada de ninguna apuesta tengo mis
motivos para enfadarme" añadió calmada.

- "¿Has llorado mucho?" preguntó Lauren notando sus ojos hinchados.

- "Tal vez" dijo forzando una sonrisa.

- "¿Me perdonas?" preguntó mirándola fijamente. "Me he comportado como una idiota ahí
dentro"

- "¿Me perdonas tú a mí por ser una celosa sin remedio y mentirte?" preguntó de vuelta Camila.

Después de todos los pensamientos que había tenido días atrás sabía que no podía dejar pasar
algo así pero el amor que sentía por ella era mayor que cualquier desconfianza. Por lo que no se
pudo negar y asintió levemente.

- "No más mentiras" propuso Lauren creando un gran nudo en la garganta de Camila.

- "No más secretos" propuso Camila haciendo que Lauren

se sintiese completamente mal.

Ambas asintieron y quedaron unidas en un abrazo. Lauren hubiera preferido sellar la paz con un
beso pero sabía que estaban en público y que por lo tanto su novia rechazaría esa prueba de
afecto.

- "Me voy a casa" dijo Lauren separándose del abrazo.

- "Lauren puedes quedarte, todo está bien" añadió Camila sintiéndose culpable de la decisión de
su novia.

- "Me gustaría pero sinceramente se me han quitado las ganas" admitió. "Si ves a Mani dile que
me he marchado y que hablaremos mañana, y por favor explícale a Dinah que está todo bien. No
creo que aguante otra mirada así" dijo con una sonrisa.

- "Está bien" rio entre lágrimas. "Ten cuidado" le advirtió.


Lauren asintió y se dirigió hacia uno de los taxis que había aparcado fuera de la Sala. Antes de
entrar una idea pasó por su mente y no pudo contenerse más porque la estaba ahogando por
dentro.

- "¡Camz!" gritó haciendo que ésta se volviera antes de entrar dentro de la Sala Vahany. "No hagas
planes para mañana por la tarde y esta vez no acepto un no por respuesta" dijo antes de ver cómo
Camila le respondía con una gran sonrisa y entraba dentro de la Sala.

Nada más llegar a su estudio, se lavó la cara y los dientes y se metió rápidamente bajo las sábanas.
Sabiendo la hora que era no esperaría a su mejor amiga para contarlo lo sucedido por lo que
releyó varias páginas de Cómo Matar a un Ruiseñor y cayó en un profundo sueño. A la mañana
siguiente siendo domingo, tenía el día libre por lo que pudo planificar por la mañana sus planes
para esa misma

tarde. Realmente seguía afectada por la mentira de Camila, no sabía a qué se debía aquello y
sinceramente no podía asociarlo con otra cosa que no hubiera pensando antes. Librándola de sus
pensamientos se escuchó la vibración de su teléfono en la mesita de melanina blanca.

- "Buenos días señora me voy de las fiestas sin avisar" dijo Normani al otro lado de la línea. "Dos
fiestas seguidas que lo haces, espero que no te estés acostumbrando..."

- "Buenos días para ti también" dijo riendo al comprobar la hora que era. "¿No te comentó Camila
que volvía a casa?" preguntó echándose sobre la silla de su lugar de trabajo.

- "Claro que lo hizo, pero esperaba una explicación al respecto" gruñó.

Después de varios minutos contándole lo sucedido con su novia y con Kate la noche anterior,
Normani puso fin a toda esa charla y la interrumpió muy sorprendida.

- "¡Te lo dije Lo!" gritó provocando que Lauren se despegase el teléfono de la oreja agujereada.
"Tengo mejor radar que tú" bromeó provocando una carcajada por parte de la morena de ojos
verdes.

- "Y yo te tengo dicho que yo no tengo un radar, sino intuición" dijo siguiéndole la broma. "Pero mi
mayor problema ahora no es Kate" admitió observando una partitura en la pantalla del portátil.

- "¿Ah no? Pues yo lo tendría en cuenta" dijo la morena poniéndose seria o intentándolo.

- "Lo sé Mani, pero realmente no es algo 100% seguro. Sí, intentó besarme o al menos eso pareció,
pero después de eso se comportó como si todo hubiera sido parte de la apuesta" explicó confusa.

"¿Vas a seguir comportándote de la misma forma con ella?" preguntó.

- "Claro, no veo motivo para no hacerlo. Es decir, yo no siento nada por ella obviamente y tratarla
distinto haría creer lo contrario" dijo claramente.
- "Tienes razón, quizás haya sido parte de la apuesta pero aun así... te lo dije" rio la morena.

- "No vas a cansarte de decírmelo, ¿verdad?" rio aún más Lauren.

- "No hasta que me olvide" rio de vuelta. "Ahora cuéntame de qué trata ese problema tuyo que va
por encima de tener a una compañera loquita por tus huesos"

Después de contarle a su mejor amiga todo acerca de los preparativos para esa misma tarde.
Lauren se quedó mucho más tranquila. Normani le había dado el visto bueno pero también estaba
preocupada acerca de la reacción de Camila. Su propuesta podría parecer algo obligatorio a hacer
por eso la morena le había propuesto explicarlo todo antes de dar el paso para que realmente no
pareciese eso.

A un poco más de una hora para recoger a su novia, Lauren decidió usar esta vez algo sencillo
aunque fuese a dar un paso importante delante de tanta gente. Optó por usar unos vaqueros
ajustados y un jersey verde a juego con sus ojos acompañados por unas botas negras. Antes de
salir de su habitación por última vez, miró hacia la guitarra que su padre le había regalo colgada en
la pared y soltó un suspiro.

- "Tú puedes hacerlo Lauren" se dijo así misma cerrando la puerta de su habitación.

Con las manos sudorosas por los nervios agarrando el volante, aparcó frente a la pequeña
urbanización para

esperar a Camila quien no tardó mucho en salir. Su larga y oscura melena al viento acompañando
su perfecta figura aproximándose al coche, hizo que Lauren tragara aún más fuerte y que su
cuerpo subiera de temperatura. Todavía estaba a tiempo de echarse atrás.

- "No" dijo en voz baja.

- "¿El qué no?" preguntó Camila entrando en el coche y regalándole un beso en los labios como
saludo.

- "Se lo decía a la pequeña voz que me susurra que te quite la ropa y te haga mía en los asientos
traseros del coche" bromeó Lauren con una voz seductora.

- "¿Ah sí?" preguntó Camila con el mismo tono acercándose a su novia. "Pues dile a esa voz tuya
que en su día desaprovechó la oportunidad" concluyó pasándole la lengua por el lóbulo de la
oreja. "Conduce"

Si antes había tragado fuerte ahora lo había hecho con más intensidad. Sin duda Camila sabía
cómo encender su fuego interior tan solo con palabras. Haciéndole caso a su novia, condujo hasta
la zona céntrica y dejó su Chevrolet dentro de un parking. El centro estaba repleto de personas
debido a un pequeño espectáculo que había al aire libre y del cual Lauren estaba plenamente
informada después de hacer un par de llamadas.

Caminaron hasta allí parando primero en una pequeña cafetería. Lauren pidió para ella su habitual
café con leche mientras que Camila pidió un smoothie de plátano. Por mucho que la chica más
bajita se negara, Lauren acabó pagándolo todo. Si lo que tenía pensado salía mal, al menos quería
tener un último detalle con ella.

Camila no sospechaba nada de las intenciones de su novia. En cuanto entró en la Sala Vahany pidió
a Dinah volver a casa por muy importante que fuera para ellas seguir allí para terminar lo que
habían empezado. La chica más alta habló con calma con Camila una vez se encontraban las dos
en su habitación. No quería pensar mal acerca de la novia de su mejor amiga, pero seguía
teniendo sospechas acerca de ella y eso despertó la curiosidad en Camila por mucho que ésta lo
negase.

- "Hace buena tarde ¿verdad?" preguntó Lauren guardando las distancias como siempre hacia de
cara al público.

- "Sí, y esta puesta de sol hace más grises tus ojos" dijo dándole un sorbo a su smoothie
provocando una sonrisa en Lauren.

- "Y a los tuyos un tono más rojizo" bromeó.

- "¿Acaso soy una mujer lobo y no me he enterado?" bromeó de vuelta.

- "En algunos aspectos sí. Vamos, sígueme" dijo pícaramente guiándola hacia la plaza dónde se
encontraba el pequeño espectáculo.

Una vez allí, la plaza estaba casi llena a causa de los aficionados o simplemente personas que se
paraban a escuchar la buena música. Una serie de artistas callejeros estaban tocando los temas
más clásicos de los últimos años mientras el público le seguía en los coros o con palmas cuando
era necesario. El rostro de Camila se iluminó por completo al pertenecer a aquellos aficionados. Su
pasión por la música estaba totalmente expuesta al público. A punto de terminar la canción que
estaba sonando en aquel instante, Lauren le dio el último sorbo a su café notando el líquido
caliente recorrer su garganta.

- "Camz" la llamó nerviosa haciendo que ésta mirada hacia ella. "¿Te importa si voy un momento a
saludar a un viejo amigo de mi padre? Está unas cuantas filas más adelante y me siento mal si no
lo saludo después de haberse portado tan bien con mi familia" explicó teniendo parte de razón.

- "Claro Lauren" dijo regalándole una adorable sonrisa "¿Quieres que te acompañe?" preguntó
poniendo más nerviosa a su novia.

- "No, quiero decir, tardaré menos si voy yo sola" mintió.

- "En ese caso ¿a qué esperas?" preguntó. "Te estaré esperando aquí con muchas ganas de volver
a verte" añadió.

- "¿Me lo prometes?" jugó Lauren haciendo un puchero.

- "Te lo prometo idiota, anda y ve" concluyó dándole un empujón en la espalda.


Soltando un gran suspiro se aproximó justo a donde aquel hombre mayor se encontraba con el
miedo de que Camila pudiese romper su promesa en unos minutos. En el escenario, un joven
preparaba el piano a punto de ser usado colocando un micrófono encima de él.

- "¡Lauren!" dijo el hombre mayor. "Tan puntual como siempre. ¿Cómo estás?" preguntó
abrazándola.

- "Las buenas costumbres no se pierden Julián" dijo separándose del abrazo. "¿Sinceramente?
Muy nerviosa, ya sabes que yo nunca hago esto"

Julián era un señor un poco más mayor que su padre y su pelo canoso lo afirmaba. Su presencia
fue muy importante para todos el día que su madre se marchó y nunca se opuso a cuidar de ella y
sus hermanos los días que su padre tenía que trabajar.

-"Tú padre tenía razón, esa chica te está haciendo cambiar" rio sorprendido.

- "A veces hasta yo misma me sorprendo" rio de vuelta.

- "Todo listo Julián" interrumpió el joven del piano.

- "Buena suerte Lauren" animó el hombre mayor a la morena de ojos verdes quien se dirigía al
escenario.

El silencio que se formó al subir al escenario puso a Lauren aún más nerviosa de lo que ya estaba.
Sin querer mirar hacia el público y mucho menos a los ojos marrones que ya tendría la atención en
ella, se sentó en la silla del piano recordando que principalmente tenía que explicar a qué se debía
su presencia allí.

- "Buenas tardes, mi nombre es Lauren Jauregui" comenzó. "Os preguntaréis qué estoy haciendo
aquí frente a este magnífico piano, la verdad es que yo también me lo pregunto" dijo escuchando
algunas personas reírse mientras la observaban fijamente. "Hace unos tres meses yo llevaba una
vida tranquila, mi trabajo lo era todo para mí y me divertía siempre que podía hasta que un día
toda esa exclusividad en mi vida pasó a un segundo plano centrándose en una persona, la cual me
está viendo ahora mismo y ha descubierto que no he ido a saludar a un viejo amigo" explicó
consiguiendo más risas. "Lo que os quería decir con esto es que el día que menos os lo esperéis
aparecerá alguien en vuestra vida que os la cambiará por completo y os hará hacer cosas que
nunca habíais hecho antes, por ejemplo subirse a un escenario delante de un gran público y todo
por amor" siguió. "Esto es para ti gruñona" finalizó.

Terminado su pequeño discurso con una gran ovación del público, Lauren aclaró su garganta y se
sentó en la pequeña silla negra que acompañaba al piano del mismo color. Sacó las partituras que
llevaba completamente dobladas en el bolsillo de su pantalón y comenzó a tocar Secret Love Song
P, II de Little Mix.

- "We keep behind closed doors, every time I see you I die a little more. Stolen moments that we
steal as the curtain falls, it'll never be enough... As you drive me to my house, I can't stop these
silent tears from rolling down. You and I both have to hide on the outside where I can't be yours
and you can't be mine... But I know this, we got a love that is a homeless..."
El discurso que había dado antes de comenzar a cantar hizo que una gran sonrisa curiosa ocupara
el rostro de Camila pero escucharla cantar con su voz rasgada le hizo tirar lo que le quedaba de
smoothie al suelo sorprendida por lo que estaban viendo sus ojos.

- "Why can't I hold you in the Street? Why can't I kiss you on the dance floor? I wish that it could
be like that... Why can't it be like that? Cause I'm yours... Why can't I say that I'm in love? I wanna
shout it from the rooftops. I wish that I could be like that. Why can't it be like that? Cause I'm
yours..."

La cara de la chica de ojos marrones era de completa sorpresa en aquel instante. Sabía que Mike
había enseñado a Lauren a tocar la guitarra pero lo que no sabía era que también el piano cosa
que debió de imaginar la noche que pasó en casa de los Jauregui.

- "It's obvious you're meant for me. Every piece of you, it just perfectly. Every second, every
though, I'm in so deep, but I'll never show it on my face... But we know this,

we got a love that is homeless..."

Camila tragó fuertemente mientras seguía escuchando a su novia dedicarle esas palabras. Sabía
que el día en el que Lauren le dijera todo aquello no tardaría en llegar puesto que no es fácil
esconderse después de llevar tantos años siendo libre, pero lo que no sabía era que lo haría de esa
forma. Siempre sorprendiéndola.

- " Why can't I hold you in the Street? Why can't I kiss you on the dance floor? I wish that it could
be like that... Why can't it be like that? Cause I'm yours... Why can't I say that I'm in love? I wanna
shout it from the rooftops. I wish that I could be like that. Why can't it be like that? Cause I'm
yours..."

Ella tampoco podía aguantar las ganas de besarla siempre que quisiese dándole igual quien
estuviese alrededor. Quería romper con todas las distancias aun sabiendo que con ellas Lauren
estaría más protegida, por lo que se fue abriendo paso por el público quedando cada vez más
cerca del escenario.

- "I don't wanna live love this way, I don't wanna hide us away. I wonder if it ever will change. I'm
living for that day, someday... when you hold me in the street and you kiss me on the dance floor. I
wish that we could be like that, why can't it be like that? Cause I'm yours, I'm yours..."

Una vez llegó a la puerta metálica que daba al escenario sin ser vista por su novia quien llevaba
toda la canción con los ojos cerrados sintiendo la letra con cada tecla, unas manos arrugadas
tocaron el hombro de Camila sorprendiéndola.

- "Eres Camila ¿verdad?" dijo Julián con una sonrisa mientras grababa hacia el escenario tal y como
le había prometido a Mike.

- "¿Cómo lo...?"

- "Ve a por ella" la cortó abriéndole la puerta metálica.


Nada más terminar la última estrofa, Lauren se levantó e hizo una reverencia al público quien
aplaudía aún más fuerte y gritaba haciendo señas que mirase hacia su derecha. Sin entender de
qué se trataba hizo caso a dichos gestos y se encontró con la silueta de su novia junto a ella en el
escenario mirándola fijamente.

No le dio tiempo a reaccionar cuando Camila se lanzó a sus brazos buscando sus carnosos labios.
Dicho gesto produjo un beso bastante deseado por ambas mientras el público aplaudía frente a
ellas. Lauren sonrió en medio del beso y elevó a Camila entre sus brazos abrazándola aún más
fuerte sin separar sus bocas.

- "Se acabó ocultarse Lern Jergi" dijo jadeante rompiendo el beso. "Ahora todos saben que eres
mía y que yo soy completamente tuya"

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Capítulo 54

Tras aquella proposición aceptada delante de todos, tanto Camila como Lauren estaban más
alegres. La morena de ojos verdes al fin podía tener un gesto cariñoso con su novia cuando le
apeteciese y agarrarla de la mano en todo momento. La de ojos marrones por otro lado, estaba
feliz por su decisión. Sabía que había sido un paso difícil para Lauren hacer aquello delante de todo
el mundo, por lo que aun sabiendo que estaría más protegida ocultando su relación, rompió una
regla más y se lanzó a la piscina.

Realmente le gustaba aquello. Las cenas en casa de Lauren se habían convertido en cenas en
cualquier restaurante o en medio de cualquier lugar, los besos íntimos en besos públicos llenos de
miradas y las caricias ocultas en caricias inesperadas en cualquier momento. Llevaban la vida que
toda pareja desease tener, pero ninguna felicidad es duradera.

Con las maletas ya hechas para coger esa misma noche un vuelo junto a su novia con destino
Australia, Lauren sabía que día era. Había pasado bastante tiempo y sabía a donde debía ir y a
quién visitar. Camila había insistido en acompañarla pero la chica más alta se había opuesto a
pesar de las súplicas. Todavía no se sentía preparada para dejar que su novia la viese en ese
estado tan vulnerable.

Solo se iban un fin de semana puesto que Camila no sabía si Lauren iba a poder pedir tantos días
en su trabajo, cosa que no fue ningún inconveniente gracias a Brooke quien no se había opuesto a
la idea de tener un breve descanso para calmar las ideas y centrarse plenamente en el caso de
Aleric nada más estar de regreso.

- "No creo que pueda estar tanto días sin ti" dijo Normani al otro lado de la línea.

- "¿Puedes repetir eso que lo grabe?" rio Lauren comprobando que no se olvidaba de nada.
- "No" gruñó entre risas. "Ha sido un momento único"

- "Tan solo son tres días Mani, y hay wifi en el hotel por lo que podremos hacer video llamadas"
volvió a reír.

- "Lo sé, pero estoy en esos días y me afecta más de lo normal. Realmente estoy deseando
perderte de vista" dijo mirando hacia Chad quien le preparaba el desayuno en su apartamento.

- "Ya, seguro que es eso" replicó Lauren queriendo parecer molesta ante el cambio de opinión de
su mejor amiga.

- "Tienes mucha suerte Lo, ojalá este mulato de aquí me llevara al otro lado del mundo aunque
fuera para pasar la tarde" gruñó mirando a Chad quien la miraba confundido con una sonrisa
pícara.

- "No todo el mundo tiene la suerte de tener una Camila Cabello en su vida" rio Lauren.

Y realmente tenía razón, sin contar que esa misma a la que se había referido era la misma que
escondía un gran secreto que podría suponer un trágico final. Con todo preparado, la electricidad
del estudio desconectado y las maletas en su Chevrolet, Lauren condujo hasta su habitual
floristería.

- "Buenos días Lauren" saludó el hombre mayor recordando la oposición de ésta de llamarla por su
apellido.

- "Buenos días Peter" saludó alegremente colocándose bien el gorro después de que el viento lo
descolocara.

- "Por lo que veo esa persona especial sigue en tu vida" dijo cortando un par de espinas con sus
arrugadas manos.

- "Así es pero ¿cómo lo sabes?" preguntó curiosa.

- "Llevas muchos años viniendo aquí y gracias a todos ellos he aprendido a analizar tu estado de
ánimo mirándote a los ojos" explicó metiendo la rosa sin espinas en agua. "Recuerdo la primera
vez que viniste, tenías los ojos hinchados de tanto llorar y llevabas varios días sin dormir. No sabías
que ramo elegir para visitar por primera vez a tu madre y elegiste unas simples margaritas"

Lauren notó como se le encogió el corazón al recordar aquella escena. En aquel momento no sabía
nada acerca de las flores y sus significados, pero eso cambió al sentirse estúpida por llevar unas
simples margaritas a la tumba de su madre. Desde aquel momento comenzó a investigar acerca de
cada uno de sus significados con ayuda de Peter en algunas ocasiones facilitándole información.

- "Tras aquel primer encuentro, comenzaron tus visitas mensuales y desde entonces te he visto
desde tu estado más vulnerable hasta el más enamoradizo y éste último lo he comprobado en tus
últimas visitas" concluyó Peter con una sonrisa en sus labios.
- "No te falta nada de razón Peter" dijo emocionada por las palabras del que no era un simple
florero para ella.

Después de aquella emotiva conversación, Lauren salió de la floristería con un ramo de Azalenas
rosas con un nuevo destino. Una vez allí recorrió el camino de tierra y llegó a las dos tumbas con la
pequeña montaña de fondo. Recogió el ramo marchito de la vez anterior y colocó el nuevo.
Sentándose frente a las dos lápidas recordó cómo en la última visita había admitido por primera
vez en voz alta sus sentimientos por la chica que ahora era su novia. Una lágrima salió de su ojo
derecho al pensar en aquella conversación.

- "Templanza" dijo en un susurro. "Ese es el significado de éste mes" añadió.

Lauren se quitó el gorro quedando éste en sus manos mientras el leve viento movía su larga
melena hacia atrás.

- "Lo he elegido porque he aprendido a llevar con moderación el tema que tanto me mataba por
dentro la última vez que os visité" comenzó. "La chica que me consumía con sus idas y venidas es
ahora mi novia. Sí, Camila Cabello es mi novia. He dejado atrás mis inseguridades sobre ella para
volcarme en esta relación plenamente porque lo que ella me hace sentir no lo quiero sentir por
nadie más" dijo colocando las manos sobre sus rodillas. "¿Sabes que estuvo en casa? Papá ya la
trata como una de la familia, incluso lleva una pulsera con nuestro apellido. Se ha convertido en
una pieza fundamental en la vida de todos. Ojalá hubierais estado para conocerla" añadió con
lágrimas en los ojos.

Se mantuvo unos cuantos segundos en silencio respirando profundamente. No quería perder el


control sabiendo que una vez saliera de allí la chica de la cual estaba hablando la esperaba en su
pequeña urbanización para emprender su primer viaje juntas.

- "Sinceramente estoy muerta de miedo" admitió dejando caer las lágrimas por sus mejillas. "A
veces me despierto por las noches pensando que todo lo que tengo ahora mismo puede acabarse
en cualquier momento. Me quema por dentro no serle sincera al 100% pero ¿cómo le cuentas a la
persona que quieres que te acercaste a ella solo para utilizarla? ¿cómo le cuentas que acabó
saliéndote mal porque te enamoraste locamente por ella, mamá?" preguntó obteniendo solo el
sonido del viento como respuesta. "Sé que no voy a poder contener esta mentira mucho más, sé
que llegará el día en el que por cualquier error me descubra pero también sé que si ese día llega
todo esto se acabará por no haberle sido sincera desde el primer momento" dijo tapándose la cara
para no dejar pasar más lágrimas.

Volvió a respirar profundamente y se limpió las lágrimas después de soltar un sollozo. Recogió el
gorro del suelo limpiando los trozos de tierra y volvió a colocárselo.

- "Necesito tanto tus consejos ahora mismo mamá" susurró. "He madurado mucho desde que te
perdí pero hay días en los que toda esa madurez desaparece y vuelvo a sentirme una cría sin
protección que solo necesita el abrazo de su madre" añadió intentando sin éxito contener las
lágrimas. "No quiero que esos días se vuelvan constantes si llego a perder a Camila, porque
entonces me sentiré doblemente hundida" concluyó.
Terminando aquella frase, Lauren se levantó del suelo lleno de tierra y se limpió los restos que
habían manchado su vaquero. Limpió las lágrimas que le quedaban y suspiró antes de dar por
acabado aquel encuentro.

- "Odio que me veáis tan vulnerable, sobre todo tú abuela. Siempre me decías que mi sonrisa te
alegraba y ahora lo único que hago es regalarte lágrimas" dijo acariciando dicha lápida. "No quiero
pensar en el momento en que os vuelva a visitar porque no todo es permanente y en cuestión de
días toda tu vida puede cambiar" concluyó dándose la vuelta hacia la salida una vez dejado una
caricia en la lápida de su madre.

Con los ojos aun brillosos se dirigió hacia la salida caminando por el camino de tierra hasta que
una voz muy familiar y con la que trataba casi a diario la detuvo.

- "¿Lauren? ¿Eres tú?" preguntó detrás de ella.

- "¿Kate?" preguntó sorprendida al volverse y encontrar a su compañera frente a ella. "¿Qué haces
aquí?"

- "Yo creo que es un tanto obvio" dijo señalando hacia una lápida con una pequeña sonrisa
mientras sostenía un ramo en sus manos. "He venido a visitar a mi hermana"

Lauren rio al notar la poca cordura en su pregunta pero esa sonrisa desapareció al escuchar el
motivo de la visita de la chica de ojos cascada.

- "Lo siento" dijo en voz baja "Creía que eras hija única" añadió recordando una conversación que
habían tenido recientemente.

- "Lo llevo siendo varios años" respondió forzando una sonrisa "Su fallecimiento es el motivo por el
cual decidí el que ahora es mi oficio. Ella era cuatro años mayor que yo, la secuestraron cuando
tenía mi edad. Nadie me dejó hacer nada para ayudarla. La encontraron dos meses después con
marcas de violación y daños por todo el cuerpo" explicó mirando hacia la lápida firmemente
aguantando las lágrimas.

- "Sé lo que se siente al perder a alguien con el que has compartido tantos años de vida siendo tan
joven" dijo Lauren agarrando fuertemente su hombro dándole apoyo. "¿Son camelias?" preguntó
refiriéndose a las flores del ramo.

- "Sí, significan sinceridad" explicó conectando sus azules ojos con los verdes de Lauren. "Puede
parecer ridículo pero conozco todos los significados de las flores porque no me gusta regalar algo
sin saber qué significa antes"

- "No es para nada ridículo créeme" respondió con una sonrisa. "Tengo que irme Kate. Cuida de
Normani y si te satura mucho tienes el permiso de una superior para golpearle el brazo" rio
consiguiendo otra risa como respuesta.

- "Lo haré, no te preocupes" volvió a reír. "Disfruta del viaje con Camila" dijo antes de que Lauren
desapareciese de aquella escena.
De nuevo en el Chevrolet y con la pequeña urbanización como destino, Lauren pensaba en la
conversación que acababa de tener con su compañera. Sin duda Kate tenía muchas similitudes en
cuanto a gustos y pensamientos como ella, por eso se llevaban tan bien. Desde la fiesta en la sala
Vahany, la chica de ojos azules había estado guardando más la distancia con ella sin dejar de
hablar tal y cómo lo hacían. Normani tenía la teoría de que si se había distanciado era a causa de lo
sucedido aquella noche donde casi se producía un beso, como también decía que la expresión de
Kate mientras la veía discutir con Camila era un poema.

Nada más llegar a la pequeña urbanización se encontró con la figura de su novia al lado de una
figura mucho más alta que ella. Lauren se bajó del coche y abrió el maletero para que Dinah
metiese las maletas en él mientras ella saludaba a su novia con un profundo beso.

- "Llegó el día" susurró Lauren.

-"Nuestro primer viaje" susurró de vuelta agarrando su cuello.

- "Y espero que sea el último si quiero seguir manteniendo mi espalda" se quejó Dinah colocando
la última maleta dentro. "¿Os vais tres días o un mes?" rio sacudiéndose las manos.

- "No sé qué tiempo va hacer allí por lo que llevo mucha ropa" explicó Camila encogiéndose de
hombros con una sonrisa tímida al notar la confusión de Lauren en sus ojos.

Todas rieron después de esa respuesta. Camila abrazó a la chica más alta quien le susurró algo
inaudible al oído y seguidamente la abrazó Lauren. Por suerte solo estaban ellas en casa por lo que
la despedida fue aún más corta. Girando la esquina de la calle, Camila agarro la mano libre de
Lauren y dejó un beso en ella consiguiendo que la piel de ésta se erizara por el contacto. De
camino al aeropuerto el agradable silencio que las unía fue cortado por la chica de ojos marrones
quien encendió la radio dejando que una serie de canciones aleatorias acompañaran su viaje.

Casi cuarenta minutos después, se encontraban facturando las maletas después de haber dejado
el coche aparcado en un parking reservado a viajeros pagando una pequeña cuota. Los nervios en
ambas se notaban en el temblor de sus manos enlazadas. Pasaron las maletas por un escáner y la
maleta de mano dentro de una cesta de plástico y seguidamente atravesaron un detector de
metales con éxito. Camila entró primero quitándose las botas y el cinturón además del reloj.
Lauren la siguió repitiendo los mismo pasos y recogiendo sus pertenencias minutos después. Un
fuerte nudo se creó en la garganta de ésta al ver a Smith mirándola con una sonrisa.

- "Mierda" dijo por lo bajo a ver al compañero que fue sustituido por Chad.

Intentó pasar desapercibida junto a su novia agarradas de la mano pero era demasiado tarde,
Louis ya tenía sus grandes ojos clavados en ellas. Al parecer seguía trabajando para los federales
pero de manera distinta. Había cambiado la acción por recoger pasaportes.

- "¡Jauregui! Que alegría verte" dijo dándole un abrazo provocando la separación de la pareja.
"Pensaba que después de Keana no podrías superarte más" añadió mirando hacia Camila.

- "¿Quién es Keana?" preguntó ésta frunciendo el ceño.


- "Mi exnovia" resopló volviendo la mirada a su antiguo compañero sabiendo que no debía dejar
que aquella conversación se extendiese. "Me alegro de verte Louis pero tengo un vuelo que coger"
respondió con una sonrisa pareciendo lo más calmada posible.

- "Tienes razón pero no te vayas sin antes ponerme al día, ¿qué tal Brooke? ¿Tan mandona como
siempre? ¿Y Normani? He oído que está saliendo con alguien"

Lauren dio gracias después de escuchar como decía 'con alguien' y no con su sustituto puesto que
la explicación que le debía de dar a Camila sería aún mayor.

- "Brooke está bien, como siempre" mintió nerviosa "Y sí, Normani tiene novio, al fin ha sentado
cabeza" bromeó intentando aflojar la situación. "Me alegro de verte en serio Louis pero esta
preciosa mujer que me acompaña y yo tenemos que coger un avión" cortó rápido.

- "Oh, sí, lo siento. Que tengáis muy buen viaje" dijo despidiéndose de ellas. "Me alegro de verte
Lauren" finalizó.

Caminaron en silencio hasta la zona donde iban a estar esperando durante casi una hora. Lauren
pensó rápidamente una historia acerca de quién era él y por qué lo conocía sabiendo que su novia
le preguntaría en breves. No le gustaba para nada mentirle y una vez más iba a hacerlo. Camila por
otro lado se quedó fascinada al ver cómo Lauren conocía a un agente federal pero lo que ocupaba
sus pensamientos era esa chica, Keana. Sin poder aguantar más la curiosidad, nada más sentarse
una al lado de la otra para esperar el avión Camila, rompió el silencio.

- "Nunca me habías hablado de tu exnovia" dijo

- "¿Qué quieres saber? Soy toda respuestas" bromeó acariciando con su pulgar la fina mano de su
novia.

- "Vuestra historia" dijo al instante provocando una risa nerviosa en Lauren.

- "Nos conocimos en una fiesta de una amiga que teníamos en común. A partir de ahí empezamos
a vernos más seguidamente hasta que comenzamos una relación. Keana y yo estuvimos juntas
cerca de tres años" explicó.

- "¿Por qué lo dejasteis?" preguntó queriendo saber más.

- "Keana me dio muchos momentos buenos en mi vida al igual que yo a ella, pero llegó un punto
en el que la relación se desgastó. Ya no era lo mismo que al principio, nos habíamos convertido de
nuevo en amigas y no en una pareja, por lo que tomamos una decisión en la que ambas estuvimos
de acuerdo" volvió a explicar.

- "Oh..." dijo en voz baja Camila pensando en que Lauren se podría cansar de ella. "¿Os habéis
vuelto a ver?" preguntó una vez más.

- "Sí, la última vez que nos vimos fue hace unos cuantos meses. Si mal no recuerdo ha rehecho su
vida con una tal Jennifer Reyes, me alegro mucho por ella" respondió notando la mirada distante
de su novia sabiendo al momento qué estaba pasando por su cabeza. "Sé lo que piensas y no voy a
cansarme de ti porque tal y como ha dicho Louis, tú eres mucho mejor que ella" concluyó dándole
un beso en los labios calmándola.

Ese beso la calmó durante un par de segundos pero la posibilidad de que tuvieran el mismo
destino que su antigua relación estaba ahí. Camila se abrazó a ella dejando su cabeza apoyada en
el hombro de la chica más alta. Aún tenía más preguntas que hacer, pero decidió reservarlas para
más adelante. Lauren la abrazó con más fuerza dejando un cálido beso en su melena mientras le
acariciaba la mano en la cual llevaba la pulsera con su apellido.

Se mantuvieron en aquella posición los siguientes minutos adorando cada una el olor de la otra. El
lugar donde ambas se encontraban más protegidas era en ese abrazo acompañado por su
agradable y habitual silencio entre ellas. Alrededor se encontraban otros pasajeros. Unos
nerviosos acerca de la cantidad de horas del vuelo, otros tristes por dejar en la ciudad algo
importante y otros, como ellas dos, felices por emprender una nueva experiencia.

- "Los pasajeros con destino Sídney, Australia están autorizados a embarcar" dijo una voz
femenina por un megáfono y seguidamente en otros idiomas.

Lauren y Camila caminaron con las maletas de mano hasta la entrada del avión enseñando los
pasaportes. Justo antes de entrar, Lauren agarró de la muñeca a su novia quien se volvió
mirándola confusa debido a su parada.

- "¿Lista para pasar el mejor fin de semana de tu vida?" bromeó Lauren ganándose un leve golpe
en su hombro a causa de su ego antes de entrar en el avión para tomar asiento.

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Capítulo 55

Tras un par de horas de vuelo y otras cuantas por delante, Camila se estiró en su asiento con
cuidado de no despertar a su novia quien dormía plácidamente a su lado. Desconectó los
auriculares de su iPod y observó atentamente la expresión dormida de Lauren. Lo único que no le
gustaba de aquella escena era no poder ver aquellos ojos color esmeralda que tanto le
transmitían. Acarició su mejilla con cuidado y colocó un mechón de su oscura melena tras su oreja.

Recostándose de lado de cara a Lauren, Camila se perdió en sus pensamientos observando la


tranquila respiración de su novia la cual le transmitía seguridad en aquel instante. A veces le
gustaría serle completamente sincera aunque eso pudiese crear una incómoda situación entre
ellas. Lo había hablado seriamente con Dinah desde que estaban formalmente en una relación,
pero ésta siempre se negaba puesto que estaban bastante cerca de volver a actuar y cualquier
distracción podría suponer un gran error después de tantos meses de esfuerzo y dedicación. Solo
le quedaba esperar a que llegase ese día para ser completamente honesta.

- "¿Cuánto llevas así?" preguntó Lauren abriendo lentamente los ojos consiguiendo sacar a Camila
de sus pensamientos.
- "Perdí la cuenta hace tiempo" sonrió entrelazando sus manos dejando un cálido beso en la de su
novia.

Lauren le respondió con otra sonrisa y se estiró en su asiento antes de dirigirse hacia el pequeño
baño del avión pasando por encima de su novia. Al salir una mujer con la camiseta manchada
entró después de ella. Cuando volvió al asiento, se encontró con Camila sujetando un bebé liado
en una manta beige en sus brazos. Aquella escena hizo que algo dentro de Lauren se encendiera.

- "La última vez que te vi no estabas embarazada" bromeó Lauren sentándose de nuevo a su lado
sin apartar la vista del bebé que no tendría más de un par de meses.

- "Tendrás dedos mágicos entonces" bromeó de vuelta haciéndola sonrojar. "La señora del asiento
de atrás me ha pedido que lo cuide mientras ella iba al baño. Al parecer este pequeño granujilla
tenía el estómago revuelto" dijo dirigiéndose al bebé acariciando su mejilla.

Ahora entendía a qué se debía la mancha en la camiseta de la señora que entró después de ella al
baño. Sin dejar de mirar la mano de su novia que acariciaba una de las mejillas del bebé, Lauren
acarició la mejilla restante con su dedo índice consiguiendo que el bebé abriera completamente
sus enormes ojos celestes.

- "Podría ser perfectamente tu hijo" dijo Camila observando la corta melena oscura que adornaba
la pequeña cabeza.

- "En todo caso sería nuestro" dijo con una sonrisa regalándole a su novia un beso en la mejilla.
"¿Sabes por qué mi madre me puso Lauren?" preguntó.

Camila negó sorprendida ya que había hablado sobre su madre con total naturalidad, cosa que
normalmente no solía ocurrir puesto que siempre evitaba hablar de ese tema.

- "Cuando nací era como este precioso bebé ¿verdad que eres precioso?" preguntó consiguiendo
una pequeña sonrisa por parte del bebé. "Por aquel entonces había un anuncio de Ralph Lauren
en el que los bebés solían tener los mismos rasgos que yo tenía antes de que mis ojos pasasen a
ser verdes" explicó sin dejar de acariciar la pequeña mano que agarraba su dedo índice. "Entonces
mi madre decidió llamarme Lauren" concluyó con los ojos brillosos.

- "El lado bueno es que podrías llamarte Ralph" bromeó Camila haciendo reír a su novia.

Lauren asintió con una sincera sonrisa. Era la primera vez desde que falleció su madre que hablaba
de ésta como si aún estuviese a su lado. Quiso responder pero la silueta de la joven madre
apareció delante de ellas dándole las gracias por cuidar de su hijo. Una vez estuvieron de nuevo las
dos solas, Lauren notó como los ojos de su novia habían perdido el brillo que tenían escasos
minutos atrás.

- "Seriamos una bonita familia" susurró Lauren en su oído consiguiendo un abrazo por parte de su
novia.
- "Estoy de segura de ello" respondió Camila abrazándola más fuerte. "¿Sabes? Siempre he
querido ser madre incluso si no lo tuviera yo" dijo en voz baja entrelazando las manos con su
novia. "Me gustaría donar mis óvulos alguna vez para ayudar a las personas que no pueden ser
madres por si solas" admitió emocionada.

Aquella última frase la había dejado sin respiración. Camila tenía un gran corazón, siempre lo
había sabido pero tenía gestos que cualquier otra persona no haría si no obtuviera nada a cambio.
Y eso era lo que realmente le encantaba de ella. Su forma de ser con otras personas. Es por eso
por lo que dejaba atrás sus sospechas. Alguien con tal corazón no podía estar involucrada tan
profundamente en algo tan serio.

Pasaron las dos últimas horas de vuelo recostadas una encima de la otra envueltas en su agradable
y habitual silencio mientras se regalaban pequeñas caricias. Nada más salir del aeropuerto, se
encontraron con un coche negro acompañado por un chofer con un cartel en sus manos.

- "Cabello Jauregui" leyó en voz baja Lauren consiguiendo que se le erizara la piel al pensar en un
futuro no muy lejano.

Tal y como pensaba, en Sídney hacía demasiado buen tiempo. Tanto que los abrigos que llevaban
fueron quitados nada más pisar la calle. Dentro del coche recorrieron la ciudad de una punta a
otra quedando maravilladas por las vistas. Lauren se había informado acerca de la cultura de aquel
país y estaba impaciente por poner sus investigaciones en práctica. Al llegar al hotel Four Seasons,
el chofer salió del coche primero y descargó el equipaje entregándole a Camila las llaves del Audi
S3 lanzándolas ésta a su novia.

- "¿Por qué me las das a mí?" preguntó Lauren muy sorprendida.

- "Porque eres tú la que sabes conducir" dijo encogiéndose de hombros.

- "¿Lo has alquilado?" preguntó aún más sorprendida haciendo que Camila asintiese. "Ha tenido
que costarte mucho dinero Camz"

- "Tampoco tanto, además tómalo como un gracias por todas las veces que me has invitado"
sentenció cogiendo sus maletas y llegando al recibidor del hotel.

Lauren seguía sorprendida sosteniendo las llaves en su mano. Las invitaciones que ésta le había
hecho se quedaban en nada con todo esto. Los billetes, el hotel y ahora el coche. Todo lo había
pagado su novia. Lauren se sentía realmente mal porque a juzgar por la apariencia de su casa y por
lo que sabía de ella, no era una chica con mucho dinero y que se gastara tanto por ella la hacía
sentir aun peor. Por lo que no dejaría que se gastara más e iría todo a su cuenta.

Nada más entrar en la suite ambas quedaron impresionadas. Camila había visto fotos de lo que
sería la habitación pero no se esperaba algo tan fabuloso. Nada más entrar había un pasillo con un
gran marco que daba al resto de la suite, la cual estaba ocupada por un sofá con cojines azules
frente a una mesa de cristal redonda al lado de un escritorio de madera negra. Seguidamente un
mueble bar que sujetaba la gran tele de plasma frente a la enorme cama situada al lado del amplio
balcón con vistas al Sydney Opera House.
Después de colocar toda la ropa en el armario dejando dentro de la maleta la de invierno, dieron
un paseo por el lujoso hotel. Recorrieron todas las instalaciones quedando de acuerdo en que
volverían a la piscina la cual se veía muy apetecible. Antes de llegar al restaurante para comer,
pasaron por una tienda de souvenirs. Camila se detuvo frente al escaparate y se centró en una
figura de madera con la silueta de una guitarra. Lauren apuntó el detalle mientras se dirigían al
restaurante.

- "¿Qué quieres hacer mientras estemos aquí? Hay mucho que visitar" preguntó Lauren dándole
un sorbo a su bebida.

- "Podríamos empezar por la cama..." susurró pasando su pie por la pierna de Lauren quien casi se
ahoga con su bebida al escuchar la sugerencia de su novia.

- "Camz" volvió a toser. "Si empezamos por ahí no vamos a querer hacer otra cosa y no quiero
desaprovechar viajar con mi novia por tener sexo" razonó.

Camila sonrió como una idiota mientras escuchaba el razonamiento de su novia. Cualquier otra
persona hubiera preferido tener sexo durante todo el fin de semana pero ella no, no Lauren. Es
por esto por lo que la amaba. Espera. ¿La estaba empezando a amar?

- "Eres una aguafiestas pero tienes razón" gruñó Camila "Podríamos ir de excursión o a la playa. Se
pueden hacer reservas, he visto varios panfletos en el recibidor" sugirió.

- "En ese caso, deja que yo me encargue de todo durante estos tres días. Tú ya has hecho más que
suficiente" dijo terminándose su plato. "Espérame en la habitación y ponte el bikini"

Después de que la chica más bajita asintiera, Lauren sonrió y desapareció del restaurante
dirigiéndose hasta donde se encontraban dichos panfletos. La playa era su primera opción pero no
la última. Por lo que después de contactar con varias empresas planificó los dos últimos días
dejando el resto del de hoy para sorprender a su novia una vez más. Antes de subir a su suite pasó
de nuevo por la tienda y vio la figura. Fue entonces cuando una idea aún mejor cruzó su mente.

- "¿Estás visible?" preguntó Lauren entrando en la habitación con los ojos tapados.

- "Totalmente" respondió Camila abrazándola por detrás.

Lauren quitó las manos de sus ojos y se volvió para ver a la chica de ojos marrones que tan solo
llevaba un bikini. Nada más contemplar aquella hermosa figura se le olvidó respirar y pensó que el
sexo no sería una mala idea al fin y al cabo. "Lauren céntrate" pensó.

- "¿Te ha comido la lengua el gato? ¿O acaso has cambiado de opinión acerca de nuestros planes?"
preguntó Camila con una sonrisa pícara.

- "Puede que la segunda opción pero te espera algo mejor" dijo sacando un mapa de la ciudad de
su bolsillo trasero.

- "¿Es usted mi guía turística señorita Jauregui?" provocó Camila llevándola hacia la cama
quedándose recostada sobre ella buscando sus labios.
- "Que yo sepa los guías no besan a sus turistas" dijo Lauren jadeante colocando sus finas manos
en las caderas de su novia.

- "¿Ah no?" preguntó Camila desafiante juntando sus labios sin besarlos. "¿Qué hacen entonces?"
susurró en ellos.

- "Esto" dijo Lauren en su oído en el mismo tono.

Aprovechando la oportunidad de jugar unos minutos. Lauren agarró el cuerpo de su novia y lo giró
en la cama quedando ella arriba. Aguantó las manos de Camila dejando una de las suyas libre.

- "Voy a enseñarte a recorrer cada centímetro de mi piel" susurró de nuevo trazando círculos en su
cuello con el dedo índice de la mano sobrante. "Mientras cruzas pequeñas montañas" volvió a
susurrar pasando el dedo por los pechos de su novia. "Llegando a un lago nudista" siguió con el
tono llegando hasta la parte baja de su bikini. "Para terminar juntando nuestros cuerpos y
convertirlos en solo uno" se acercó más a Camila juntando sus caderas provocando un gemido en
ambas.

Con cada palabra Camila pensaba que el corazón le iba a acabar saliendo por la boca. Lauren había
conseguido encender esa llama que tanto llevaba calmando desde que llegaron. Tenía toda la piel
erizada y Lauren pudo notarlo al pasar la yema de sus dedos por ella. Nada más sentir sus caderas
contra las suyas, Camila agarró a su novia y comenzó a besarla como si no hubiera un mañana.
Lauren correspondió el beso y se dejó llevar sabiendo que tenía tiempo de sobra.

- "¿Quieres probar el suelo de nuevo?" preguntó jadeante separando sus bocas.

- "Cállate y bésame" susurró Lauren antes de volver a conectar sus labios.

Sonriendo en medio del beso, Camila no pudo negarse a la petición de su novia y siguió besándola.
Minutos después ambas se encontraban completamente desnudas sobre la espaciosa cama
dándose placer mutuamente. Camila recorrió el cuello de la morena de ojos verdes dejando una
gran y dolorosa marca en él.

- "Ca...Camila ¿qué haces?" preguntó después de soltar un gruñido sintiendo los dedos de su novia
dentro de ella.

- "Ahora llevas mi marca" susurró en su oído haciéndola llegar hasta el orgasmo minutos después.

Tras aquel estreno de cama, ambas se dieron una ducha individual colocándose de nuevo con una
amplia sonrisa su ropa de baño. Envuelta en un pareo y con gafas de sol cubriendo sus verdes ojos,
Lauren salió del hotel agarrada de la mano de su novia quién llevaba un vestido playero y un mapa
en la mano sobrante, cargadas con piezas de frutas para pasar una agradable tarde.

Lauren le abrió la puerta del Audi S3 a su novia como siempre hacía y seguidamente entró ella.
Guiándose por las explicaciones de Camila y perdiéndose un par de veces, llegaron a Bondi Beach
dejando el coche en el aparcamiento. Notando la blanca y caliente arena sobre sus pies, llegaron
rápidamente hasta la orilla de un lugar apartado. Un poco más arriba, Lauren colocó las toallas
bien posicionadas mientras veía a Camila introducir los pies en el agua con su larga melena
moviéndose por el viento. Sin poder contenerse, Lauren sacó su móvil y comenzó a grabar la
escena viendo como su novia volvía a su infancia por un par de minutos.

- "Lauren ¿qué haces?" preguntó mirando hacia ella dándose cuenta de que la estaba grabando.
"¡No! Tengo que salir horrible" dijo corriendo hacia ella y quitándole el móvil de las manos.

- "¿En serio estás segura de lo que acabas de hacer?" preguntó Lauren desafiante levantando una
ceja.

Segundos después estaba corriendo detrás de ella agarrándola por la cintura al alcanzarla. Le dio
una vuelta en el aire a Camila y la llevó en brazos de nuevo hasta la toalla con ésta protestando.

- "No vuelvas a atreverte a hacer eso gruñona" rio Lauren sacando las piezas de fruta. "Eres
preciosa de cualquier forma" concluyó.

Camila se limitó a gruñir fingiendo estar enfadada cuando realmente estaba locamente
enamorada de la chica que tenía en frente y de las palabras dirigidas hacia ella. Comieron en
silencio hasta que la chica más bajita recordó una pregunta que tenía en mente.

- "Aun no me has dicho de qué conoces al chico del aeropuerto" dejó caer Camila dándole un
bocado al tercer plátano de la tarde.

- "Es el marido de una excompañera de trabajo. Él solía pasarse mucho por allí y conocía a nuestra
jefa. Es un gran hombre pero una vez que empieza a hablar no hay quien lo calle" explicó
mintiendo una vez más mientras mordía un trozo de mango.

- "¿Marido?" preguntó confusa "No vi que llevara una alianza" añadió frunciendo el ceño.

- "Te obligan a quitártelas en horario laboral" explicó Lauren nerviosa sabiendo que no debía
haber dicho marido. "Por seguridad" añadió.

- "Oh, entiendo" comprendió terminándose el plátano.

Con el atardecer frente a ellas minutos después, Lauren abrazaba a la chica de ojos marrones por
detrás pasando sus brazos por su vientre acariciándolo. Camila se levantó de la arena sin decir
nada y comenzó a buscar conchas por la orilla. Lauren sonreía mientras seguía en la misma
postura. Estaba completamente feliz.

Aun no asimilaba el hecho de que la chica con la que había tropezado meses atrás fuera la misma
chica con la que estaba compartiendo su vida. Camila miró hacia ella regalándole una sonrisa
cómo si hubiera leído sus pensamientos y volvió a recoger conchas y caracolas. Lauren quiso
grabar ese momento de una forma más creativa. Sacó un pequeño cuaderno del bolso y una caja
llena de lápices de todos los colores. Jugando con ellos logró terminar su obra mostrando en ella la
figura de espaldas de su novia con la melena al viento frente al océano bajo al cielo teñido de rojo.

Dejó el cuaderno y los lápices de nuevo en el bolso y corrió hacia su novia alzándola en los brazos.
Segundos después se encontraban dentro del mar empapadas.
- "¡Lauren mis caracolas!" gruñó cruzándose de brazos notando el agua cubriéndola hasta el
ombligo.

- "Deja de gruñir y báñate conmigo" rio Lauren moviendo las manos salpicándola.

- "No, me salgo" volvió a gruñir cual niña pequeña.

Lauren se echó a reír ante la actitud infantil de su novia sabiendo que ésta volvería a entrar en el
agua lo quisiese o no, por lo que cuando ésta estaba fuera la siguió cogiendo arena entre sus
manos y lanzándosela a su cuerpo mojado.

- "Dime que no es verdad" dijo entre dientes mientras se miraba el cuerpo lleno de arena.

- "Ahora tienes motivos para bañarte conmigo" respondió con una sonrisa pícara encogiéndose de
hombros.

Y así fue como comenzó una guerra de bolas de arena quedando ambos cuerpos cubiertos
exceptuando la cara estando ésta un poco adornada por la arena. Las risas iban y venían de un
lado a otro mientras corrían por la orilla disfrutando de la presencia de cada una de ellas. Casi
exhausta, Camila jugó sucio y se paró en seco para comenzar su plan.

- "Te voy a enterrar" dijo Lauren acercándose a ella con las manos llenas de arena.

- "Lauren espera" dijo intentando ponerse seria. "La pulsera con tu apellido no está. Se me ha
caído" mintió sabiendo que la había dejado en el hotel por si eso mismo llegaba a pasar.

- "¿Qué?" preguntó soltando rápidamente la arena de sus manos. "Mierda. Tiene que estar por
aquí" dijo dándose la vuelta y comenzando a buscarla desesperada.

Camila vio a su novia con la guardia bajada y cogió entre sus manos un gran puñado de arena. Se
acercó a la chica de ojos verdes por detrás en silencio y alzó los brazos dejando caer el montón de
arena sobre su larga melena mojada.

- "Camila Cabello eso ha sido juego sucio" gruñó Lauren corriendo detrás de ella una vez más
aquella tarde.

Tras alcanzarla volvió a tirarla al agua quedando ambas dentro de ella. Lauren se limpió bien la
cabeza mientras escuchaba a su novia quien no paraba de reírse. Camila se agarró a su cuello y
cintura y dejó varios besos de pasión sobre los carnosos labios de Lauren.

- "Eres una idiota" gruñó Lauren mirándola fijamente con una sonrisa.

- "Pero soy tú idiota" respondió con la misma sonrisa recalcando el tú.

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Capítulo 56

Lauren se despertó a la mañana siguiente con la chica más bajita abrazada a su cuello.
Inconscientemente soltó una sonrisa y dejó un cálido beso en su frente. Con cuidado de que
Camila no se despertase al ser muy temprano, la morena de ojos verdes se deslizó de sus brazos
consiguiendo que su novia gruñera y abriera un poco los ojos.

- "¿A dónde vas?" preguntó semidormida con la voz ronca.

- "Voy al baño Camz, sigue durmiendo" mintió consiguiendo que la chica más bajita le hiciese caso.

Comprobando una vez más que Camila estaba profundamente dormida, Lauren salió de la suite
haciendo el menor ruido posible con las llaves del Audi entre sus dedos. De camino al vestíbulo del
hotel, pasó por la misma tienda de souvenirs del día anterior y compró la pequeña figura de
madera. Mirando bien el mapa de la ciudad y recordando la tienda que había visto volviendo de la
playa, Lauren llegó hasta ésta con una idea en mente. Acababa de amanecer por lo que el cielo
teñido de naranja penetraba en los verdes ojos de Lauren volviéndolos más claros.

Al entrar en dicha tienda se quedó sorprendida por la gran cantidad de instrumentos que había en
ella. La morena de ojos verdes se emocionó al reconocer un Didgeridu, instrumento de viento de
origen australiano de madera reconstituida del cual se había informado antes de prender el viaje.
Con su paso firme se dirigió hacia el mostrador donde un chico muy rubio de ojos muy azules
atendía a los clientes.

- "Bienvenida, ¿en qué puedo ayudarla preciosa?" preguntó el joven con un marcado acento
cuando Lauren llegó al mostrador.

-"Hola, buenos días" dijo con una sonrisa. "Estoy buscando una guitarra" añadió notando como el
chico la miraba fijamente.

- "¿De qué tipo las quieres? Las tenemos clásicas, acústicas, eléctricas y de jazz" explicó el chico.

- "Acústica estaría bien" dijo Lauren después de pensarlo durante varios segundos.

- "Sígueme entonces hermosa" añadió saliendo del mostrador perdiéndose detrás de una puerta
tapada con cortinas moradas.

Siguiendo los pasos del chico más joven, Lauren entró en una espaciosa sala repleta de todo tipo
de instrumentos de cuerda. La pared más grande estaba llena de guitarras de los tipos antes
mencionados. El joven se paró en frente de una de ellas y sacó en sus manos una guitarra acústica
negra con los detalles en madera oscura dirigiéndose hacia Lauren.

- "¿Te gusta esta?" preguntó enseñándosela.

- "Creo que es perfecta" susurró con la guitarra en sus manos pensando en la semejanza que tenía
con la pequeña figura.
- "¿Tú tocas?" preguntó el joven volviendo a Lauren de sus pensamientos.

- "Sí, pero ésta en especial no es para mí" respondió. "Es un regalo" añadió.

- "Debe de ser un hombre afortunado" dijo el joven volviendo a la sala principal de la tienda.

- "Mujer más bien" sonrió Lauren haciendo que el chico de ojos azules se sorprendiera.

Con la guitarra apoyada en el mostrador, el joven volvió a desaparecer por otra sala un poco más
pequeña volviendo minutos después con una funda negra para guardar la guitarra en ella. Cuando
se disponía a sacar la tarjeta de crédito para pagar, una idea pasó por su cabeza velozmente
haciendo que se detuviera.

- "¿Puedes grabar algo en ella?" preguntó Lauren con un tono agradable.

El chico asintió y le dio a la morena de ojos verdes un trozo de papel y un bolígrafo para que
apuntase el texto del grabado. Una vez hecho ese paso, desapareció con la guitarra
entregándosela a otro compañero que volvió minutos después con el grabado ya hecho. Lauren les
agradeció el trabajo después de pagar y se dirigió al Audi guardando la guitarra dentro del
maletero.

Con la hora justa para volver antes de que la visita turística empezase, Lauren llegó al hotel. Antes
de subir pidió en recepción que llevasen el desayuno a su suite para tener una excusa si su novia
estaba despierta, y subió rápidamente a ésta dejando tanto la pequeña figura como la guitarra
dentro del maletero. Nada más entrar por la puerta y recorrer el pasillo se encontró con la figura
de Camila abrazando la blanca almohada fuertemente. Aquella escena creó en su mente la idea de
verla así todos los días. Sin poder contenerse, sacó su móvil del bolsillo trasero de su pantalón y
capturó el momento, acercándose seguidamente a ella.

- "Buenos días Camz" la despertó colocando un mechón oscuro por detrás de su oreja dándole un
beso tierno en la mejilla. "Despierta gruñona" añadió después de que ésta soltara un diminuto
gruñido.

Camila abrió los ojos lentamente y se encontró con unos fulminantes ojos verdes recorriendo su
alma. Le regaló una sonrisa y se sentó en la cama acariciándose los ojos aun medio dormida.
Cuando los tuvo completamente abiertos se fijó en que la morena de ojos verdes ya estaba
completamente vestida y recordó que había ido al baño no sabía cuánto tiempo atrás.

- "Buenos días" dijo con una sonrisa agarrando sus mejillas y dándole un beso en los labios. "sí,
definitivamente son buenos días" dijo volviendo a repetir el gesto anterior esta vez
profundizándolo más.

Lauren sonrió en medio del beso y acercó a su novia más a ella posando su mano derecha en la
melena desordenada de Camila. La chica más alta pilló al instante las intenciones de su novia una
vez que ésta comenzó a besarla con más pasión. Echando rápidamente un vistazo a su reloj
observó que tenían tiempo antes de que empezase la primera excursión. La noche anterior Lauren
le había explicado el número de excursiones que iban a hacer sin decirle realmente de qué se
trataban dejándolo como una sorpresa. Camila metió sus finas manos por debajo de la camiseta
de Lauren sin dejar de besarla con la intención de quitársela pero justo cuando fue a hacerlo unos
nudillos golpeando la puerta la detuvieron.

- "Servicio de habitaciones" se escuchó al otro lado de la puerta consiguiendo que ambas


suspirasen.

Lauren se arrepintió al momento de haber pedido el desayuno pero la idea de desayunar junto a
su novia compensaba ese arrepentimiento. Bajó de la cama y se dirigió a la puerta dejando pasar
un carro metálico repleto de comida empujado por un joven del servicio de habitaciones.

Después de un rápido desayuno donde los besos fueron el elemento esencial, Camila se vistió
cómodamente sin tener ni idea de qué excursión se trataba. Lauren por otra parte preparó el
bolso metiendo dentro la cámara de fotos entre otras pertenencias que le harían falta para el día
de hoy. Aun con tiempo decidieron hacer una video llamada por FaceTime con Normani quien
había dejado cientos de mensajes a su mejor amiga.

- "Buenas noches linda pareja" dijo la morena con una sonrisa viendo los rostros felices al otro
lado de la pantalla.

- "Aquí son buenos días pero nos vale también" bromeó Camila saludando a Normani.

- "¿No podías aguantar un poco más sin mí Mani?" preguntó Lauren burlona.

- "Solo quería saber si estabais bien y si ya habíais estrenado la cama" dijo seriamente.

- "¡Normani!" gritó la pareja a la vez acabando todas riendo.

Mientras Lauren le enseñaba a la morena la suite dándole todos los detalles de los días planeados,
Camila se encontraba en el balcón hablando con sus padres y seguidamente con Dinah quien no
tardó en pedir unirse a esa video llamada. Una vez las tres pantallas conectadas, la rubia saludó
con una gran sonrisa.

- "Os envidio ahora mismo chicas" admitió Dinah después de escuchar la explicación de Lauren
sobre lo que habían hecho el día anterior.

- "La próxima vez podrían acordarse de nosotras" añadió Normani gruñiendo.

- "No creo que quisieran compartir habitación con nosotras y ver esto a todas horas..." dijo Camila
juguetona dejando a Lauren casi sin respiración con un profundo beso haciendo que las mejillas de
ésta se volviesen rosadas al separarse.

- "Creo que se me han quitado las ganas de viajar con vosotras" bromeó Normani haciendo como
si tuviera ganas de vomitar.

- "Totalmente de acuerdo" le siguió Dinah haciendo que todas rieran.


Minutos más tarde, se despidieron de ambas y finalizaron la video llamada recogiendo sus cosas y
bajaron al vestíbulo con las manos enlazadas. Allí se encontraron con una chica de pelo albino
corto y ojos grises, de unos treinta años.

- "Buenos días, mi nombre es Miah y hoy seré vuestra guía turística" se presentó a la pareja y a
siete personas más.

Camila curiosa se preguntaba por qué eran tan pocas personas para ser una excursión pero obvió
ese detalle y se montó en el mini bus que estaba aparcado frente al hotel. Después de un largo
viaje en el que permanecieron embobadas mirando por la ventana, llegaron al oeste de la ciudad
pasando por el Puente del Puerto de Sídney. Llegando a Blue Mountains, el autobús se detuvo y
Miah dio una pequeña explicación de cómo sería el recorrido pasando primero por un teleférico
en el que recorrerían la montaña.

- "Lauren ¿por qué has elegido esto?" preguntó en voz baja caminando con los demás turistas
hacia el teleférico. "Te dan miedo las alturas" añadió.

- "Lo sé, pero no hace mucho me monté en uno con una guía turística bastante guapa que me dijo
que confiase en ella y me ayudó a sentirme segura" explicó provocando una amplia sonrisa en su
novia.

- "Pues yo no veo a esa guía por ninguna parte en este momento" bromeó Camila mirando en
todas las direcciones.

- "¿Ah no? Entonces me estaría refiriendo a Miah" bromeó ganándose un codazo por

parte de Camila quien la miraba con el ceño fruncido. "O quizás la tenga en frente" añadió
volviendo a recuperar la sonrisa en su novia dejando un beso en sus labios.

Dentro del teleférico todos los pasajeros se quedaron fascinados por el paisaje que tenían frente a
ellos. Camila sostenía la mano de Lauren firmemente sabiendo que ésta intentaba no mirar mucho
bajo sus pies debido a su miedo. Para hacerla sentir más segura la abrazó por detrás y se acercó a
su oído.

- "No tengas miedo, estoy aquí" susurró en su oído sin escuchar las explicaciones de Miah detrás
de ellas.

- "No me sueltes" dijo Lauren en voz baja agarrando firmemente sus manos.

- "¿Sabes qué podríamos hacer?" preguntó Camila poniéndose entre Lauren y el cristal de la
cabina. "Fotos" propuso. "Así te olvidarás de tu miedo durante un rato"

Lauren no pudo contener la blanca sonrisa que ocupaba toda su cara al escuchar aquellas
palabras. Con Camila a su lado toda su inseguridad pasaba a un segundo plano. El miedo a las
alturas era algo que solo la gente de su entorno sabía puesto que en algunos casos había obviado
dicha información intentando con éxito contenerse y no marearse.
Tras tomarse algunas cuantas fotos con la cámara y el teléfono de ambas, llegaron al otro lado de
las montañas. Recorriendo a pie una fácil caminata de tierra llevando a todo el grupo hacia un
mirador con un espectacular acantilado ofreciéndole espléndidas vistas panorámicas de Jamison
Valley. Lauren no pudo contenerse y en el descanso que le dieron para hacer fotos o relajarse,
sacó de su bolso el cuaderno del día anterior y los lápices de colores dibujando en él un paraíso
fotográfico con acantilados escarpados con rosas de color y una exuberante selva tropical bajo sus
pies.

Camila observó detalladamente la pasión de su novia por el arte y como ésta se adentraba en su
propio mundo recalcando en el papel todos los pequeños detalles encontrados. Sentada a su lado
en su habitual y agradable silencio, contempló la escena hasta que terminó su pequeña obra
firmándola en la esquina derecha.

- "Sigo insistiendo en que tienes que enseñarme a dibujar así" dijo recordando cómo se lo pidió al
poco de conocerse.

- "Siempre y cuando me recompenses comiéndome a besos" dijo con una sonrisa guardando los
materiales de nuevo en su bolso sin dejar que su novia viera el dibujo de ella en la playa el día
anterior.

- "Me parece perfecto" respondió Camila mordiéndose los labios.

Tras un almuerzo con una gran variedad de platos seguido por un postre recién hecho en uno de
los clubes de los alrededores, pasaron por Katoomba, capital de las magníficas montañas
parándose bajo la torre de las tres hermanas para hacer fotos.

Agradecida por traer zapatos cómodos, Camila se dejó caer en el asiento del autobús después de
salir del teleférico. La sonrisa no había desaparecido de su rostro desde que emprendió el viaje
con su novia la cual sostenía su mano en aquel instante dejando varias pasadas con su pulgar.
Perdiéndose en sus pensamientos mientras el autobús arrancaba, Camila pensaba en cómo
alguien como ella podía merecerse tener una novia como Lauren. Normalmente no solía pensar
ese tipo de cosas puesto que ésta era la primera chica con la que empezaba algo totalmente serio,
pero por eso mismo le venían esos pensamientos a la mente. Cada día que pasaba se sentía peor
por no ser completamente honesta con ella.

Por otro lado, la morena de ojos verdes pensaba lo mismo. Camila había dejado a su exnovia por
ella y Lauren se lo pagaba ocultándole una gran parte de su vida, cosa que odiaba. Todo era muy
complicado y sabía perfectamente que cada día que iba pasando se convertía en uno más
engañando a su novia.

Noventa minutos más tarde encontrándose en Southern Highlands, bajaron del mini bus para
entrar dentro de un vehículo 4x4 de lujo con un máximo de diez personas. Camila seguía curiosa
por saber hacia dónde se dirigían puesto que Miah no había dado ningún detalle hasta el
momento. Con el atardecer sobre ellas, llegaron a un paisaje naturalista dónde la guía explicó que
se encontraban en el hábitat de los animales únicos del país en acción y en reposo en su propio
hábitat natural, fuera de un zoo o de una reserva.
- "¿Te he dicho ya cuanto te quiero?" dijo Camila lanzándose a los brazos de Lauren y comiéndola
besos sorprendida por donde se encontraban.

- "Mmm, creo que no lo suficiente. Prueba otra vez" bromeó con una sonrisa pícara.

- "Te quiero" dijo dándole un beso. "Te quiero" y otro. "Te quiero" y uno más antes de comenzar a
caminar.

La pareja estuvo contemplando a los canguros, koalas, ornitorrincos, emúes y tejones australianos,
además de zarigüeyas y equidnas entre otros. Camila había intentado asustar a Lauren en varias
ocasiones sin éxito mientras que ésta consiguió asustar a la chica de ojos marrones a la primera
haciéndola creer que había un tejón corriendo hacia ella, provocando que Camila corriera hasta
los brazos de Lauren a punto de oscurecer por completo.

- "¡Eres una completa idiota!" gruñó bajándose de sus brazos con el ceño fruncido.

- "Pues como soy una completa idiota te quedas sin saber lo que te iba a decir" dijo Lauren con
una sonrisa pícara en sus labios.

- "No me importa" dijo Camila encogiéndose de hombros. "No aguanto más dímelo" suplicó al
cabo de unos segundos.

- "Camz no has aguantado ni dos minutos" rio Lauren agarrándola por detrás.

- "Dímelo, por favor" dijo haciendo un puchero al cual Lauren no se pudo resistir.

- "Está bien..." dijo rodando los ojos. "Solo era que"

- "¡Hora de volver chicos!" se escuchó gritar a Miah no muy lejos de la pareja.

- "Tendrás que esperar" aclaró Lauren dándole un beso en los labios después de que Camila
frunciera el ceño adoptando una expresión infantil.

De vuelta en el hotel Four Seasons, Lauren sabía que su sorpresa se acercaba por lo que tenía que
pensar cómo metería la guitarra dentro de la habitación sin que la chica más bajita se diese
cuenta. Subiendo a la suite, Camila soltó su bolso y se quitó los zapatos quedando exhausta
encima de la cama.

- "Estoy muy cansada, me duele todo" se quejó estirándose en la cama mientras Lauren se
desvestía frente a ella.

- "Eres una quejica, solo hemos andando unos cuantos kilómetros" se rio la morena de ojos verdes
desde el baño preparando las cosas para darse un relajante baño.

- "La culpa es tuya" gruñó desde la cama desvistiéndose.

- "Perdóneme su majestad, le prometo que el día de mañana será más tranquilo" volvió a reír
Lauren conectando su móvil a un pequeño altavoz.
No escuchó respuesta por parte de la chica más bajita por lo que se introdujo en la bañera
dejando tan solo la cabeza sin cubrir activando los chorros de masaje. Escuchando The Hills de The
Weeknd de fondo, se relajó cerrando los ojos mientras notaba el agua caliente sobre su pálida
piel. En medio de su relajante baño, notó como unos pies entraban en la bañera y un cuerpo
conocido y completamente desnudo se recostaba encima de ella haciéndola abrir los ojos de par
en par al notar los dientes de Camila recorrer su cuerpo mojado.

- "¿Tú no eras la que estaba muy cansada?" preguntó jadeante recalcando el muy.

- "Me encuentro mucho mejor" dijo llevando su mano hasta la zona íntima de Lauren quien soltó
un gemido.

- "Totalmente de acuerdo" respondió sacando sus brazos de debajo del agua caliente y poniendo a
su novia bajo ella.

Jugó con su cuello mojado unos minutos clavando en él sus blancos dientes sin dejar marca.
Seguidamente mientras jugaba con uno de sus pechos, acariciaba su clavícula mientras la besaba
con la mano restante. Escuchando los gemidos de Camila quiso jugar un poco más y hundió sus
manos hasta el centro de su novia dejando suaves roces.

- "Lau...ren..." gimió notando una hoguera dentro de ella mientras se mordía fuertemente los
labios escuchando la música de fondo.

Para la morena de ojos verdes esa fue la señal que la hizo introducir un par de dedos dentro de su
novia siendo más fácil de mover debido al agua. Dejó varias pasadas lentas cogiendo cada vez un
ritmo más rápido mientras escuchaba la respiración fuerte y vibrante de Camila. Mientras Lauren
seguía su ritmo, cogió aire y hundió la cabeza dentro del agua dejando besos sobre el abdomen de
la chica más bajita el cual bajaba y subía rápidamente. Ésta sabía lo que estaba a punto de suceder
por lo que antes de perder la poca fuerza que le quedaba soltó su mano del bordillo de la bañera y
la introdujo dentro de Lauren dándole a ésta una sorpresa por el acto.

La morena de ojos verdes aminoró la velocidad de sus movimientos y comenzó a respirar con
fuerza sintiendo el placer recorrer su cuerpo como una corriente eléctrica. El agua se movía entre
los dos cuerpos creando hondas en ella. Colocando Camila la mano sobrante en la pared del baño
haciendo que sonase la pulsera en ella, soltó un fuerte gemido al llegar al orgasmo.

- "Camz no pares ahora" le susurró Lauren jadeante.

Camz. Amaba que la llamase así y lo amaba más en esos momentos en los que le suplicaba.
Siguiendo la petición de su novia colocó a la morena de ojos verdes bajo ella y comenzó unos
movimientos bastantes rápidos consiguiendo que Lauren salpicara agua fuera de la bañera
llegando al orgasmo. Una vez las dos relajadas, Camila se recostó sobre el pecho de Lauren
después de romper un profundo beso donde ambas lenguas fueron las protagonistas. Lauren le
dio un pequeño beso en su frente mojada y la abrazó durante unos minutos sabiendo que tenía la
oportunidad perfecta para ir a por los dos regalos.
- "¿Qué tal si pido que nos traigan la cena?" preguntó Lauren enlazando las manos con las de su
novia.

- "Muy buena idea Jauregui, cenar me vendría bien. Me has dejado sin fuerzas" dijo sonriendo.

Respondiéndole con otra sonrisa, salió de la bañera en la cual había menos de la mitad del agua
que cuando la llenó y se envolvió en un albornoz celeste con el logo del hotel. Rápidamente
sabiendo que Camila no duraría mucho dentro de la bañera, se colocó su ropa interior y un vestido
playero amarrado al cuello de color turquesa. Cogió las llaves del Audi con cuidado de no hacer
ruido con estas y salió de la habitación dirigiéndose al ascensor a paso ligero con el pelo mojado.

Cargando con la guitarra dentro de la funda y la bolsa donde estaba guardada la pequeña figura,
Lauren abrió la puerta de la suite con la tarjeta y comprobó que Camila siguiese en el baño. Al
darse cuenta de que seguía allí, pasó rápidamente el pasillo llegando hasta su armario colocando
dentro de éste la guitarra acústica. Tras esto, guardó la pequeña figura en el bolso y se dirigió al
teléfono para pedir la cena.

- "Muchas gracias y buenas noches" se despidió del recepcionista colgando el teléfono.

- "Pensaba que habías bajado" dijo Camila saliendo del baño envuelta en una toalla muy corta que
dejaba expuesta sus finas piernas.

- "Y lo he hecho, pero para otra cosa" dijo dejando a Camila con una expresión curiosa. "Vístete y
te lo muestro" propuso.

Camila se encogió de hombros y dejó caer la toalla al suelo del mismo modo que cayó la
mandíbula de Lauren al contemplar aquella hermosa figura frente a sus ojos que no dejaban de
examinarla mientras se mordía los labios. Camila soltó una sonrisa y anduvo hasta su armario
buscando la ropa interior y un pijama de tirantes.

- "Ahora mi explicación" pidió Camila sentándose sobre las piernas de su novia y dejando un beso
en sus labios.

- "No tienes aguante ¿eh?" rio Lauren echando la cabeza hacia atrás. "Cierra los ojos, sin trampas"

La chica más bajita resopló e hizo caso de las indicaciones de su novia dejando los ojos
completamente cerrados y sus finas manos sobre ellos. Cuando Lauren le dio la señal los abrió y se
encontró con la figura de la guitarra que tanto le había gustado el día anterior al pasar por el
escaparate de la tienda.

- "Lauren..." dijo con una voz adorable cogiendo la figura entre sus manos. "No sé qué decir"
admitió notando el tacto de madera en la yema de sus dedos.

- "¿Qué tal si no dices nada y me besas?" propuso quedando de rodillas frente a ella.

Camila soltó una gran sonrisa y se lanzó a los brazos de la morena de ojos verdes para comérsela a
besos. Tras varios minutos así con poco oxígeno en sus pulmones, separaron sus bocas húmedas y
ambas saborearon sus propios labios.
- "¿Sabes que tienes una novia proveniente de Hogwarts?" añadió Lauren poniéndose de pie.

- "¿Y cómo es eso posible?" preguntó con su sonrisa pícara siguiéndole el juego.

- "Cierra los ojos y verás" volvió a pedirle.

Volviendo a hacerle caso a su novia, Camila cerró nuevamente los ojos impaciente por saber a qué
se refería la morena de ojos verdes. Manteniendo los ojos cerrados notó como Lauren se acercaba
a su oído.

- "Puedes abrirlos Camz" susurró en su oído consiguiendo que se le erizara su fina piel.

Sus ojos se abrieron como platos al no creer lo que estaba viendo. Al abrirlos Camila se encontró
con la figura de su novia sujetando lo que parecía una guitarra dentro de su funda. Se levantó de la
cama rápidamente sin saber cómo sus piernas consiguieron responder y se colocó frente a Lauren
aun sorprendida.

- "Si antes no sabía que decir ahora mucho menos" admitió bajando los ojos hacia la guitarra.

- "Dale las gracias a Emma Watson que fue la que me enseñó a convertir figuras en objetos. Que
por cierto, está de muy buen ver" bromeó ganándose un golpe en el hombro por parte de Camila.

- "¿Es para mí de verdad?" preguntó la chica más bajita agarrando la funda y sacando la guitarra
negra dentro.

- "Y para Camila" bromeó nuevamente haciendo que ambas rieran.

- "¡Lauren tienes mis iniciales grabadas!" gritó de emoción. "¡Como la tuya y la de tu padre!" volvió
a gritar muy feliz rozando el grabado con la yema de sus dedos.

- "Mira bien por atrás" sugirió Lauren con una sonrisa sentándose en el sofá de la suite.

"Te quiero" Esa fue la diminuta frase que hizo que las lágrimas comenzaran a descender por sus
mejillas al girar la guitarra. Lauren corrió a su lado y las limpió con cuidado apartando la guitarra a
un lado.

- "Esas dos palabras están grabadas para que no lo olvides nunca, a pesar de todo" explicó Lauren
con un nudo en la garganta terminando de secarle las mejillas.

- "Eres increíble" dijo Camila entre lágrimas.

- "¿Qué tal si le das uso a esa guitarra?" propuso Lauren levantándola del suelo. "Me encanta oírte
cantar" admitió provocando que las mejillas de Camila se encendieran.

Asintiendo, la chica más bajita afinó la guitarra durante unos minutos y se sentó al lado de Lauren
en el sillón de la suite comenzando a tocar una sintonía.
- "I'd never gone with the wind. Just let it flow, let it take me where it wants to go to you open the
door. There's so much more. I've never seen it before. I was trying to fly but I couldn't find my
wings but you came along and you changed everything" comenzó cantando Crazier de Taylor
Swift.

Lauren solo pudo mirarla con ojos brillosos, puesto que no había cosa que adorase más de su
novia que escucharla cantando para ella.

- "You lift my feet off the ground, you spin me around. You make me crazier, crazier. Feels like I'm
fallin' and I am lost in your eyes. You make me crazier, crazier" siguió con su dulce voz "I've
watched from a distance as you made life your own. Every sky was your own kind of blue and I
wanted to know how that would feel and you made it so real. You showed me something that I
couldn't see. You opened my eyes and you made me believe..."

No pudo contener más el brillo en sus ojos ahora más grises y dejó caer varias lágrimas por sus
mejillas sabiendo que Camila le estaba dedicando esa letra.

- "You lift my feet off the ground, you spin me around. You make me crazier, crazier. Feels like I'm
fallin' and I am lost in your eyes. You make me crazier, crazier" continuó mirando fijamente a
Lauren con sus ojos llorosos. "Baby you showed me what livin' is for. I don't wanna hide
anymore... You lift my feet off the ground, you spin me around. You make me crazier, crazier. Feels
like I'm fallin' and I am lost in your eyes. You make me crazier, crazier..." concluyó soltando la
guitarra y corriendo a los brazos de Lauren.

Ambas lloraron en el hombro de la otra amarradas en un fuerte abrazo. Era tan profundo lo que
sentían la una por la otra que saber que por culpa de sus mentiras y secretos todo pudiera acabar,
las desgarraba por dentro sin saber que ambas estaban en la misma situación y que pronto
dejarían de estarlo.

Camila se quedó dormida en brazos de Lauren, llevándola esta hacia la cama dejándola tumbada
en ella bocabajo. Notando lo mucho que estaba expuesta la piel en su espalda, Lauren buscó entre
sus cosas un rotulador y comenzó a escribir en la espalda de la chica de profundo ojos marrones
con cuidado de que ésta no despertase.

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Capítulo 57

Una corriente de aire despertó a Camila en la madrugada de la que sería su último día en Australia.
La chica de ojos marrones miró a su izquierda y se encontró con Lauren quien dormía
plácidamente a su lado usando nada más que la ropa interior de abajo. Lo último que recordaba
Camila era haberse quedado dormida llorando en el hombro de su novia. Miró hacia el centro de
la suite notando un carrito metálico repleto de lo que parecía la cena de la noche anterior la cual
no probó. Automáticamente un gruñido salió de su estómago.

Se mantuvo durante un par de minutos observando a la chica de ojos verdes. Tenía una expresión
tranquila, como si nada en la vida le preocupase. Con delicadeza colocó un mechón de su larga
melena detrás de la oreja agujereada y bajó de la cama con cuidado de no despertarla oliendo a
algo extraño. Desde que se había despertado, notaba un olor cerca de ella. No podía descifrar qué
era pero le resultaba muy familiar.

Caminó hacia el balcón notando la moqueta de la suite bajo sus pies descalzos y echó la cortina
para que Lauren no tuviera frío, contemplando la oscuridad de la noche frente a sus profundos
ojos marrones. Sin hacer ruido se dirigió hacia el baño. Una vez allí mirándose en el espejo la
hinchazón de sus ojos a causa del llanto, notó por un reflejo una mancha en su espalda.

- "¿Qué es esto?" dijo en voz baja girando la cabeza hacia el espejo para salir de dudas.

Al hacer dicho gesto se encontró con la perfecta caligrafía de Lauren en mayúsculas sobre su fina
piel. Una sonrisa curiosa acompañó sus labios mientras se los mordía. Rápidamente salió del baño
buscando su móvil dentro de su bolso. Volviendo de nuevo, tropezó con uno de sus zapatos
haciendo que Lauren gruñera y cambiara de posición en la cama.

- "Joder" se quejó por lo bajo volviendo al cuarto de baño.

Una vez allí se quitó la camiseta y jugó con la cámara del móvil y con el espejo del reflejo
consiguiendo captar de forma entendible el pequeño texto escrito en su espalda ahora
completamente descubierta. Se volvió a colocar la camiseta de tirantes y con el móvil entre sus
manos se sentó sobre la moqueta a punto de descubrir el contenido de su espalda.

"Siempre pensé que llegaría un punto final en mi vida donde me aferraría a una rutina, la cual
viviría en bucle el resto de mis días. Hasta que llegaste tú. Con tus sonrisas, tus miradas, tus
caricias, tus palabras y tus besos. Cambiando ese punto final, por un punto y seguido. Dándole
sentido al verbo amar. Dándole un giro sin pausa a mi vida. Haciéndome ver que un día contigo, es
un día nuevo. Te quiero, a ti y a cada uno de tus defectos y virtudes Camila Cabello"

Un hilo de lágrimas llegó hasta la pantalla del móvil de la chica más bajita soltando un sollozo. No
había una sola vez que Lauren no la sorprendiera. Con ella todo era indescriptible y es por eso por
lo que más culpable se sentía día a día de hacerla vivir en una mentira. Lauren no se merecía
aquello por lo que Camila se prometió así misma dejar atrás aquel sufrimiento y comenzar a ser
sincera con la chica que tenía su corazón.

Limpiándose las húmedas mejillas, volvió a la habitación sin limpiar su espalda descubriendo el
rotulador negro encima de la pequeña mesa frente al sofá. Mordiéndose los labios, aprovechó la
espalda desnuda de Lauren y cogió el rotulador entre sus manos. Con el pulso nervioso, se acostó
a su lado y comenzó a escribir.

El sonido de la alarma proveniente del móvil de Lauren, hizo que ésta se despertara volviendo a
encontrarse a Camila aferrada a ella. Verla así le producía una sensación con la que quería
despertar todas las mañanas. Se giró quedando frente a ella. La forma en la que la chica más bajita
se había dormido la noche anterior le había creado un nudo en el estómago el cual le impidió dar
más de tres bocados a la cena que encargó. Camila dormía mostrando una leve sonrisa, lo justo
para conseguir que saliera la pequeña arruga en la comisura de sus labios que tanto le gustaba.
Dejando a la chica de ojos marrones descansar un poco más, Lauren dejó una caricia en su mejilla
y se levantó a hacer sus necesidades. Buscando una camiseta ancha entre su ropa, se la colocó y
entró en el baño. Mirándose al espejo, abrió el grifo y dejó que saliera el agua helada que
seguidamente pasó a estar por su cara. Volviendo a la cama para despertar a su novia, se fijó en
que el rotulador no estaba tal y donde lo había dejado la noche anterior, sino que estaba en el
mueble de la tele. Rápidamente y por instinto se tocó la espalda sacando varios dedos manchados
de tinta negra.

Con la misma sonrisa pícara con la que Camila había descubierto el mensaje oculto, Lauren corrió
hacia el baño quitándose la ancha camiseta que se acababa de colocar. Mordiéndose los labios
cogió un pequeño espejo poniéndose de espaldas hacia el que cubría la pared alicatada y leyó el
mensaje que acompañaba a su cuello tatuado.

"No necesitaba ningún viaje, sino alguien que me acompañase. Tampoco un instrumento, sino
alguien para quien tocar. Ni si quiera hacer bromas, solo alguien que se riese de mis chistes malos.
Entonces llegaste tú. Cubriendo todas las necesidades que un día me faltaron. Haciéndome creer
que todo es posible si tú me agarras de la mano. Te quiero. Lauren M. Jauregui, te quiero como
nunca he querido a nadie"

Tan pronto como leyó el mensaje oculto en su espalda, salió del baño corriendo hacia la cama y
saltó encima de Camila. Con la chica aun inconsciente comenzó a hacerle cosquillas escuchando un
gruñido y después muchas risas.

- "¡Lauren!" gritó entre risas. "¡Para por favor! ¡Es muy temprano!" pidió entre risas soltando
algunas lágrimas a causa de éstas.

Tras varios minutos encima de ellas dejando que sus pálidas y marcadas manos recorrieran los
puntos débiles de su novia, Lauren decidió que había sido suficiente y dejó de hacerle cosquillas.
Al parar cogió ambas manos de Camila y las puso sobre su cabeza dejándola inmóvil.

- "Buenos días Camz" susurró con una voz seductora.

- "¿Buenos días?" dijo irónica. "Casi estallo de la risa" rio.

- "Quería que empezaras el día sonriendo al igual que yo" explicó Lauren.

- "¿Ah sí?" preguntó haciéndose la tonta al notar los dedos manchados por la tinta. "¿Y eso a que
se debe?" volvió a preguntar en el mismo tono.

- "A que he despertado con la mejor novia del mundo a mi lado" dijo juguetona manteniendo las
manos de Camila presas en las suyas.

- "¿Has pasado la noche en otra habitación Jauregui? Porque yo no veo a esa persona aquí,
deberías soltarme y buscarla mejor" jugó pasándose la lengua por sus labios.

Lauren soltó una sonrisa pícara obtenida gracias a la complicidad que tenía con la chica más bajita.
Queriendo seguir su juego y notando los ardientes ojos marrones clavados en su piel, se mordió
los labios y dio paso a la siguiente ronda de su propio juego.
- "Primero tengo que comprobar si eres tú" dijo acercándose a su cuello. "Para salir de dudas"
añadió besando el lóbulo de la oreja de su novia.

- "¿A qué esperas entonces?" preguntó Camila jadeante con los ojos cerrados notando su cuello
húmedo entre otras zonas.

Minutos después, ambas yacían sobre la cama, completamente desnudas. Se dieron una rápida
ducha por separado limpiando sus espaldas y prepararon sus bolsos para lo que sería su última
excursión. Lauren le había hecho creer a su novia que estarían todo el día fuera, pero realmente
volverían después de comer. La chica de ojos verdes tenía sus propios planes para aquella última
noche.

Después de un sano y tranquilo desayuno en el restaurante del hotel, Camila esperó en el


vestíbulo sin saber a dónde irían esa vez. Lauren le había sugerido llevar gafas de sol y ropa
cómoda, pero aun así seguía sin tener ni idea del día que le esperaba. Por otro lado mientras
llegaba la guía turística,

Lauren consultó con el recepcionista del hotel sus planes para esa misma noche aconsejándole un
magnífico restaurante.

Mientras la morena de ojos verdes terminaba de hacer la reserva, Miah, la misma guía del día
anterior entró por la puerta giratoria del lujoso hotel y se dirigió hacia el grupo de personas dónde
se encontraba la chica de ojos marrones.

- "Camila ¿cierto?" preguntó la guía con una sonrisa.

- "La misma" devolvió la sonrisa en forma de saludo. "¿Vas a ser de nuevo nuestra guía?" preguntó
curiosa.

- "Sí" respondió sin quitar sus grises ojos de los marrones "Todas las excursiones son de la misma
compañía en la que trabajo a pesar de ser de distintas empresas. Sinceramente no me apetecía
venir a trabajar pero pensándolo mejor ahora me muero de ganas" explicó sin dejar de mirarla.

Lauren quien observaba toda la escena con atención mientras esperaba a que un fax llegase
confirmando la reserva, sentía la necesidad de saber de qué estaban hablando y por qué Miah no
apartaba la vista de su novia.

- "¿Preparada para el día de hoy?" preguntó Miah pasando un mechón de su pelo albino por
detrás de su oreja.

- "La verdad es que no sé a dónde vamos, Lauren no ha querido decirme nada para que todo sea
una sorpresa" explicó encogiéndose de hombros dando un paso atrás al notar la cercanía de la
guía.

- "¿Quién es Lauren?" preguntó ladeando la cabeza haciendo sorprender a Camila quien pensaba
que si sabía su nombre también sabría el de Lauren.
- "Su novia" llegó la morena de ojos verdes frente a ellas agarrando la cintura de Camila
regalándole un beso en los labios. "Lauren Jauregui, mucho gusto" se presentó haciendo que la
sonrisa de Miah desapareciese.

- "Encantada" dijo seca. "Id preparándoos, salimos en breves" advirtió antes de dirigirse al resto de
turistas con cámaras colgando sobre sus cuellos.

Camila soltó una sonrisa pícara y se deshizo del agarre de Lauren. Aquella mini escena de celos por
parte de su novia le había parecido una dulzura. Ella en ningún momento había coqueteado con
Miah, en cambio ésta sí.

- "Lauren Jauregui celosa" afirmó agarrando su mano. "Tengo que fechar este día" bromeó.

- "No estaba celosa" dijo intentando ocultarlo. "Ella ha preguntado quien era y yo me he limitado a
responder" explicó encogiéndose de hombros.

La chica de profundos ojos marrones no pudo evitar volver a reírse. Le regaló un par de cálidos
besos más antes de subir al mismo mini bus del día anterior. Antes de entrar Miah esperaba al
lado de la gran puerta y le regaló una amplia sonrisa que desapareció cuando Lauren, quien iba
detrás de ella, pasó por su lado.

Durante las tres horas de camino en las que llegaron a Adelaida en el sur de Australia, Lauren
estuvo observando con una ceja levantada la cantidad de veces que sin ninguna explicación Miah
sonreía a Camila devolviéndole ésta la sonrisa.

- "No sé por qué le devuelves la sonrisa" dijo Lauren por lo bajo mientras Miah explicaba que
quedaba una hora aproximada para llegar a Port Lincoln.

- "Porque soy educada Lauren" respondió sin más soltando un leve suspiro.

- "Está claro que tiene interés hacia ti" añadió.

- "Estás delirando Jauregui" bromeó. "Además en el que caso de que así fuese ¿qué más te da? Yo
estoy contigo" añadió con una sonrisa enlazando sus manos y llevándolas a su boca para darle un
dulce beso.

- "¿Que qué más me da?" preguntó incrédula repitiendo la pregunta de su novia. "Pues mucho.
Soy yo la que tiene que aguantar las escenitas" respondió soltando la mano de Camila y cruzando
los brazos.

Camila volvió a reír, por una vez la infantil no estaba siendo ella. Buscó la mano de su novia un par
de veces más sin éxito. Lauren estaba siendo desconsiderada pero ver las miradas que le echaba a
su novia junto con esa sonrisa perfecta le quemaba por dentro.

- "Yo vi la escena con Kate y no te dije nada" dijo en su oído haciendo que Lauren se volviera hacia
ella. "Bueno tal vez un par de cosas" rio.
Lauren bajó la guardia por un momento y dejó caer sus brazos sobre sus muslos sin darle la
oportunidad todavía a Camila de enlazar su mano. Las palabras de su novia la llevaron hacia
aquella noche haciéndola comprender que no debería de comportarse de aquella manera tan
inmadura.

- "Yo estoy contigo" volvió a repetir Camila en su oído. "Yo te quiero a ti" sentenció consiguiendo
volver a enlazar su mano ganándose un profundo beso por parte de la morena de ojos verdes.

Beso que no tardó en ser interrumpido por una fulminante Miah quien les hablaba con el
megáfono pidiendo que prestaran atención para no repetir las instrucciones por segunda vez.
Lauren puso una mueca de indignación y la miró sin ganas haciéndola creer que de verdad la
estaba escuchando. Cuarenta minutos después llegaron a Port Lincoln dónde cogieron un barco
que llevó a todo el grupo a las Islas Neptuno.

- "Esto es precioso" dijo Camila embobada mirando hacia el océano con sus gafas de sol mientras
que un reluciente rayo penetraba en su piel.

- "Tú eres preciosa" añadió Lauren detrás de ella agarrándola por la cintura apoyando la cabeza en
su hombro. "¿Te arrepientes de haber hecho este viaje?" preguntó Lauren notando el viento por la
velocidad del barco sobre sus caras.

- "¿Arrepentirme? ¿Estás loca?" preguntó incrédula al escuchar aquella pregunta.

- "A lo mejor lo hubieras preferido hacer con Miah" bromeó ganándose un codazo en el costado.
"¡Ay!" se quejó.

- "Eso es para que la próxima vez pienses mejor tus bromas antes de decirlas" dijo Camila sin
reprimir la sonrisa que brotaba en sus labios.

- "Si su majestad" rio Lauren abrazándola más fuerte contra ella. "A sus órdenes" susurró en su
oído haciéndole erizar la piel.

Llegando a dichas islas desembarcaron del barco para abordar otro mucho más amplio con un
cristal por suelo en el que podías ver todo debajo del océano. Cuando Miah comenzó a explicar la
cantidad de especies marinas que iban a poder observar destacando la aparición de los tiburones
blancos, Camila se quedó completamente sorprendida y apartó la mirada de la guía para fijarse en
los penetrantes ojos de Lauren los cuales la miraban acompañados por una sonrisa.

- "Te tomas demasiadas molestias para solo complacerme" dijo con una tímida sonrisa besándole
la mejilla con delicadeza.

- "Una molestia es lo último que ha sido para mí planear todo esto" respondió enlazando sus
manos "Verte feliz, me hace feliz" concluyó besando su frente.

Las dos horas que duraron el recorrido estuvieron repletas de sorprendente miradas de todos los
turistas incluida la pareja. Habían visto muchas especies marinas tal y como Miah había informado
pero el asombro de la pareja se veía reflejado a causa del paso de los tiburones blancos. Camila se
quedó reflexionando por un momento mientras contemplaba la escena que Lauren estaba
plasmando en su cuaderno de dibujo. Un grueso cristal era lo único que se interponía entre ella y
los tiburones. Ese simple cristal la estaba protegiendo de no poner en riesgo su vida. Fue entonces
cuando un nudo se creó en su garganta.

Pensando en su vida, Camila era dicho cristal en ese momento. Ella era la que protegía a Lauren de
que toda su mierda no le salpicase en la cara. Ella era la que no dejaba a la chica de ojos verdes
mirar más allá para protegerla. Sí. Esa era ella. La misma que sabía que no era indestructible y que
ese cristal acabaría rompiéndose en pedazos.

Las fotos entre ellas habían sido algo primordial en cada excursión. Lauren las miraba con atención
mientras esperaba a que el almuerzo llegase a la larga mesa compartida por todos los turistas.
Fijándose un poco más que el resto, podía analizar la mirada de su novia captando éstas diferentes
emociones en cada imagen. Las sonrisas con Miah no habían cesado a pesar de no haber vuelto a
tener una conversación.

Camila seguía insistiendo en que era por educación pero no por eso dejaba de provocarle cierta
incomodidad a la morena de ojos verdes.

- "¿Hasta cuándo te quedas?" preguntó Miah sentándose al lado de Camila. "Os quedáis" se
corrigió al notar la mirada fulminante de Lauren.

- "Este es nuestro último día aquí" respondió con una sonrisa ahora forzada centrándose en su
plato.

- "Espero que hayáis disfrutado y que tengáis un buen viaje" dijo sin más encogiéndose de
hombros y sentándose en otro lugar.

Sin entender nada sobre la actitud de su guía turística, terminaron de comer rápidamente
preparadas para volver al hotel, cosa que Camila no esperaba. Las horas de vuelta se hicieron
pesadas. En medio de ellas Lauren recordó la forma en la que la chica más bajita se quedó dormida
la pasada noche y no dudó en comprobar si todo iba bien.

- "Camz" la llamó haciendo que esta la mirara. "Lo de anoche fue extraño... ¿estás bien?" preguntó
con una pequeña sonrisa.

- "Sí" mintió con otra sonrisa del mismo tamaño. "Era un pequeño desahogo de felicidad" explicó.

- "¿Cómo es eso?" preguntó entre risas.

- "Mmm" meditó por unos segundos. "No lloraba por estar triste o porque algo estuviera mal,
lloraba porque me haces feliz" explicó con par de razón "¿Y tú? ¿Por qué llorabas?" preguntó de
vuelta.

- "¿Yo?" dijo Lauren nerviosa. "Pues ahora que conozco ese nuevo concepto diría que era un
pequeño desahogo de felicidad" mintió utilizando la misma excusa que su novia.

Minutos después Camila se quedó dormida inconscientemente sobre el hombro de Lauren


mientras ambas iban recostadas en el asiento del mini bus. La chica de ojos verdes acariciaba la
larga melena de su novia dejando varias pasadas. Notar su pacífica respiración sobre su pecho, la
tranquilizaba más a ella. Envolvió el cuerpo de su novia en un abrazo con cuidado de no
despertarla y apoyó su cabeza sobre la de ésta.

Permanecieron en esa postura hasta que llegaron a Sídney aproximándose al hotel Four Seasons.
Lauren levantó la cabeza y comprobó si Camila seguía durmiendo. Al comprobar que así se
trataba, tomó una honda respiración y se acercó a su oído.

- "Si algún día te hago daño, espero que me perdones" susurró en su oído dejando un cálido beso
en la frente.

Camila estaba en ese momento en el que sigues dormida pero escuchas todo a tu alrededor y
efectivamente, escuchó la frase proveniente de los labios de su novia. ¿Tendría Lauren intención
de hacerle daño? No. Realmente no podría ser eso. No le había sonado a advertencia siendo ésta
realmente una.

Se despertó de su pequeña siesta durante el camino y salió del mini bus después de Lauren
despidiéndose de Miah. No se había dado cuenta de que habían vuelto al hotel y no a ningún otro
lugar. Sus pensamientos seguían en aquella frase.

- "¿Te encuentras bien?" le preguntó Lauren mirándola preocupada.

- "Sí" mintió. "Solo pensaba en lo bien que me vendría ahora un abrazo" dijo juguetona.

Lauren no pudo reprimir la sonrisa de su rostro y se abalanzó a su novia abrazándola en el aire


dando vueltas en el centro del vestíbulo del hotel ganándose todo tipo de miradas. Al terminar
Camila bajó de sus brazos con una sonrisa y le regaló un enorme beso que aumentó las miradas.
Dándose cuenta por fin de donde se encontraban hizo la curiosa pregunta.

- "¿No hacemos más excursiones?" preguntó Camila con esa mirada infantil.

- "No en compañía" respondió. "Pero antes tenemos que hacer un par de compras. No quiero ser
la culpable de que tu familia se quede sin sus regalos" rio guiándola hacia el ascensor.

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Capítulo 58

Entraron dentro del ascensor quedándose ellas solas en el interior después de que una pequeña
familia saliera de éste. Camila miró a Lauren con picardía y se acercó hacia ella dejando a la chica
más alta sorprendida por lo que estaba a punto de proponerle su novia.

- "¿Le gustaría rozar el morbo con la yema de los dedos señora oscura?" preguntó Camila en el
oído de Lauren encendiéndola. "Porque podría hacerla llegar al orgasmo antes de que estas
puertas se abriesen subiendo desde el parking hasta la última planta del edificio" propuso
mordiéndole el lóbulo de la oreja.
- "Camz..." jadeó. "Hay cámaras aquí adentro" dijo señalando a una de ellas con la cabeza.

- "Ya lo había comprobado y en ese punto hay un ángulo muerto en el que cabemos
perfectamente las dos sin que se nos vea" dijo navegando por su cuello notando la respiración
agitada de su novia.

Lauren le dio el visto bueno y en menos de diez segundos ya estaba de espaldas a dicho ángulo
muerto pensando en cómo Camila se había fijado en ese detalle en el que ni si quiera ella le había
dado tiempo a observar. Sin pensar nada más se centró en las caricias de la chica más bajita.
Camila pulsó el botón que la llevaba hasta el parking. Una vez allí volvió a pulsar otro botón siendo
este el de la última planta.

Rápidamente desabrochó el pantalón de Lauren dejando el espacio perfecto para que su mano
entrase. Segundos después notando el centro de su novia sobre la palma de su mano y la ropa
interior sobre el otro lado, comenzó con rápidos movimientos. Había calculado el tiempo que tenía
en lo que el ascensor subía pero aun así, no estaba muy segura de llevar a cabo su proposición.
Con la vibración del ascensor en marcha, Camila jugaba con sus dedos mientras dejaba un rastro
de chupetones sobre la clavícula de su novia. Lauren gemía constantemente su nombre. No
quedaban muchos pisos que subir por lo que aceleró el ritmo consiguiendo que la chica más alta
tuviera que agarrarse a la barra del ascensor para no caer al suelo.

A pocos segundos de llegar a la última planta, Lauren llegó al orgasmo dejando bastante más
húmeda la mano de su novia, quien la sacó del pantalón riéndose. Mirando fijamente a las pupilas
dilatadas de Lauren, se llevó sus dedos húmedos hacia la boca y los chupó lentamente haciendo
que la mandíbula de la chica de ojos verdes cayera completamente. El ruido que avisaba que
habían llegado a la última planta hizo a Lauren volver de sus excitantes pensamientos y se abrochó
el pantalón rápidamente acomodándose el pelo. Una pareja de ancianos esperaba al otro lado de
las metálicas puertas cuando se abrieron.

- "Buenas tardes" dijo Camila con una sonrisa victoriosa saliendo del ascensor con Lauren
siguiendo su paso tras ella.

- "Bu-Buenas" le siguió Lauren con la voz temblorosa.

Nada más entrar en la suite, Lauren entró al baño con las mejillas ardientes. No había dicho nada
en todo el camino. Camila seguía con su sonrisa victoriosa mientras se reía por la escena.

- "La próxima vez eliges tú el lugar" gritó Camila echándose en la cama.

No obtuvo respuesta sabiendo que Lauren seguía avergonzada por lo sucedido.

Camila no era una chica morbosa hasta que conoció a la que ahora era su novia. Ella siempre había
preferido lo tradicional pero saber que dejaba a Lauren de aquella forma al hacer esas cosas era lo
que la incitaba. A simple vista podría parecer que la chica morbosa no era ella sino la de ojos
verdes, es por eso por lo que lo disfrutaba más.
- "Eres una pequeña traviesa" dijo Lauren apareciendo en el centro de la suite envuelta en una
toalla.

- "Y volveré a serlo las veces que haga falta" añadió bajando de la cama acercándose a su novia.

- "Camz..." la advirtió sin éxito. "Por favor, no quiero volver a darme otra ducha"

- "Eres una aguafiestas" gruñó Camila dándole la espalda y entrando en el baño.

Lauren soltó un suspiro. Por muchas ganas que tuviese de hacerle el amor a su novia, ya había
apagado su fuego interior el cual le costó varios minutos de concentración.

Bajaron hasta la tienda de souvenirs donde compraron pequeños detalles para sus familias. La
tienda tenía todo tipo de regalos desde los más caros y lujosos hasta el bolígrafo más
insignificante.

- "Pensaba que a la única que le podías regalar un peluche de un koala era a mi" bromeó Lauren
observando el regalo para Sofi.

Camila solo llevaría el peluche para su hermana y una bonita pulsera para Dinah puesto que para
sus padres y la familia Hansen, el viaje estaba pagado por su novia. Lauren le llevó a su hermano
una bandera de Australia que le había pedido, a Taylor un dedal para su colección y a su padre una
figura del Sydney Opera House. Acordándose también de Normani y de su jefa e incluso Kate.

Mientras Camila seguía dentro de la tienda, Lauren se acercó al vestíbulo y encargó un pedido
para que lo subieran a su suite en cuanto estuviera listo, dejando dentro un sobre blanco con un
mensaje. Pagó el encargo y volvió con su novia quien salía de la tienda con una pequeña bolsa.

De nuevo en la suite, la chica más bajita comenzó a preparar las maletas dejando fuera el pijama
que usaría en su última noche, pero antes de cerrar ésta, Lauren la detuvo.

- "Es hora de que uses el vestido más elegante que hayas traído" dijo agarrándola por detrás
creando una fila de besos sobre su cuello.

- "Pensaba que íbamos a quedarnos aquí" respondió Camila volviéndose y enlazando sus manos en
su cuello.

- "Poco esperabas de mí entonces" bromeó dándole un beso en la frente y separándose al


escuchar un golpe de nudillos en la puerta. "¿Puedes abrir tú? Tengo que buscar algo en mi
maleta" preguntó Lauren sabiendo quién sería.

Camila asintió dándole un rápido beso en los labios y se dirigió hacia la puerta. Nada más abrirla se
encontró con un empleado del hotel sosteniendo un ramo en sus manos soltando un sonido de
sorpresa nada más abrirla.

- "¿La señorita Camila Cabello?" preguntó el empleado mientras Camila asentía. "Son para usted,
buenas noches" dijo entregándoselas y desapareciendo de la puerta.
Un ramo de flores blancas de las que desconocía su nombre, se recostaba sobre sus brazos. Aquel
gesto le sorprendió mucho por parte de su novia quien a pesar de estar en otro país distinto,
seguía marcando su esencia con sus detalles. Camila cruzó el pasillo y se dirigió hacia Lauren quien
la miraba seria desde el sofá.

- "¿Por qué me miras así? ¿No son tuyas?" preguntó cambiando de expresión rápidamente.

- "No" mintió intentando no sonreír. "Esa estúpida de Miah me las va a pagar" gruñó queriendo
parecer enfadada levantándose del sillón.

- "Oh Dios mío" dijo Camila preocupada ya que si no era de su novia no sabía de quien podría ser.
"Hay una nota" añadió fijándose en el sobre blanco.

Dejó el ramo sobre la mesa de cristal con cuidado de no romper ninguna flor y cogió el sobre
blanco sacando la tarjeta de dentro para leer su contenido. Lauren se cruzó de brazos y la miró
fijamente mientras leía la nota y la miraba automáticamente después de eso.

- "Te quiero..." leyó en voz baja sin entender nada.

- "Se llaman Wedding Bush. Son australianas" dijo Lauren con una sonrisa partiendo el silencio.
"Están vinculadas al compromiso en las relaciones y a la dedicación del propósito de la vida. Si te
mandaba un ramo con trece de ellas y con un sobre azul, mi intento de hacerte creer que no son
mías no hubiera funcionado" rio.

- "¡Eres una completa idiota Lauren Jauregui!" gruñó lanzándose a sus brazos comiéndola a besos.

- "¡Y tú eres una gruñona!" rio utilizando el mismo tono que su novia.

La lengua ansiosa de Camila recorrió hasta el último rincón de la boca de Lauren chocando con la
lengua de ésta en algunas ocasiones provocando un contacto áspero entre ambas. La morena de
ojos verdes soltó un gemido al sentir los dientes de Camila apretando su lengua después de
haberle mordido suavemente el labio. Sabiendo cómo podía acabar aquello, paró la situación ya
que sino no llegarían a tiempo.

- "Camz si seguimos vamos a llegar tarde" dijo recuperando el aliento consiguiendo que su novia
hiciera un puchero. "Vamos, ponlas en remojo y vístete. Nos espera nuestra última noche aquí"
concluyó saltando del sofá para buscar algo apropiado.

Veinte minutos más tarde ya estaban ambas preparadas. Camila había optado por un corto vestido
negro con un poco de escote con pasadas de pincel trazando en rojo distintos mosaicos a juego
con sus tacones, un fijo maquillaje y un pintalabios burdeos. Lauren por otro lado había elegido
también un vestido negro. Éste se ajustaba a su cintura con un cinturón del mismo color que hacía
resaltar más su gran escote al cual Camila no pudo contener la mirada, un maquillaje un poco
marcado y un gloss sobre sus labios sabiendo que no aguantaría mucho sin besar a su potente
novia.

Una vez listas, dejaron las maletas preparadas antes de irse sabiendo que una vez que volvieran se
marcharían hacia el aeropuerto. Lauren le insistió a Camila en que llevara su guitarra consigo.
Bajaron hacia el parking y la morena de ojos verdes condujo el Audi S3 hasta el restaurante en el
cual había reservado mesa siguiendo las indicaciones del GPS.

- "¿Señorita Jauregui?" preguntó el mesero. "Su mesa está lista" le explicó.

Siguieron al hombre corpulento hasta la mesa apartada en la esquina del espacioso restaurante.
Sentarse justo en aquel lugar hizo que Camila recordase la habitual mesa de Lauren en su trabajo.
No sabía si era una simple coincidencia o si realmente estaba planeado puesto que viniendo de la
morena de ojos verdes, todo era posible.

Solo la apariencia del restaurante mostraba lo lujoso que era. A Camila no le gustaba que Lauren
gastase tanto en ella pero sabía que si se interponía acabaría cediendo y habrían discutido para
nada. La gran sala estaba alumbrada por dos lámparas de araña y al final había un escenario donde
una pequeña orquesta acompañaba la noche.

El primer y segundo plato junto al postre completaron la cena dejando a la pareja con un
magnífico sabor de boca. Sin dejar de hacerle fotos a su novia, Lauren sonreía ante la expresión de
ésta. Sin duda tenía unos labios bastantes apetecibles pero si los besaba en medio del restaurante
acabaría con los labios llenos de pintalabios de color burdeos. Una vez pedida la cuenta fueron a
pagar cuando una relajada melodía a piano acompañada por un violín comenzó a sonar.

- "¿Me concede este baile bella dama?" preguntó Lauren mordiéndose los labios.

- "Con buen gusto señorita" respondió tomando su mano.

Bailaron durante un par de minutos recordando la última vez que lo hicieron juntas en el salón del
estudio de Lauren. Las miradas acompañadas de sonrisas no podían faltar mientras ésta sujetaba
con firmeza el cuerpo de su novia. Para ella todo aquel viaje había sido un sueño del cual no quería
despertar.

Volviendo al Audi después de pagar esa gran cena a cuenta de Lauren cumpliendo su propósito de
no dejar que la chica más bajita pagase nada más, condujo hasta un descampado con vistas a gran
parte de la ciudad. Lauren agradeció por lo bajo toda la ayuda del recepcionista quien se había
ofrecido a darle las indicaciones de aquel lugar para ayudarla a sorprender a su novia.

- "Lauren esto es precioso" dijo bajándose del coche mirando hacia la ciudad con el cielo repleto
de estrellas sobre ella.

- "Pensaba que te gustaría ver algo así antes de volver" dijo acercándose a ella por el camino de
tierra.

- "Siempre pensando en todo" rio conectando sus bocas. "Deberíamos de habernos quedado más
días"

- "Lo sé" dijo abrazándola por detrás. "Pero de esta forma no estamos tan cansadas para volver a
hacer otra escapada dentro de un tiempo"
La idea de volver a pasar varios días como los que había pasado junto a la morena de ojos verdes,
hizo que la piel de Camila se erizase. Todo había sido perfecto, todo gracias a la persona que
sostenía detrás de ella sus brazos con firmeza mientras miraban a la nada. Por lo que no pudo
contenerse en agradecérselo.

- "Quiero decirte algo Lauren" admitió Camila rompiendo el agradable silencio. "Me gustaría
agradecerte todo lo que has hecho por mí, no solo estos días, sino desde que nos conocimos.
Siempre has estado más pendiente de mí que de ti, incluso si eso te matara por dentro" comenzó
creando una sonrisa tonta en el rostro de Lauren. "Nunca antes habían hecho esas cosas por mí.
Todas las personas con las que he estado anteriormente se han limitado a solo quererme de
cualquier forma, pero hay veces que no solo eso es suficiente" siguió haciendo una pausa para
aclararse la garganta. "Hasta que llegaste tú y esa sonrisa que hace que todo merezca la pena,
incluso tirarse de cabeza a la piscina. Porque sé que por muy honda que éste, estarás tú para
sacarme del agua y ayudarme a respirar" concluyó volviéndose hacia su novia quien tenía las
mejillas húmedas. "No soy tan buena como tú con las palabras, pero quería que lo supieras"

Lauren no pudo dejar de mirarla. Le escaneó el alma con la mirada sabiendo que todas sus
palabras habían sido directas desde su corazón siendo esto lo que más le dolía. No podía seguir
mintiéndole y Lauren perfectamente lo sabía, por eso hablaría con Normani nada más llegar para
poner fin a todo eso.

- "Yo también quiero decirte algo Camz" admitió trayéndola hacia ella. "No hace falta que me
agradezcas nada de lo que hago por ti porque mi principal objetivo con todo eso es hacerte feliz y
esa es mi mayor recompensa" dijo provocando ahora la sonrisa tonta en Camila. "También, si hago
todo eso es porque yo no soy como todas las personas con las que has estado anteriormente, ya
que eso supondría perderte en cualquier momento de mi vida y créeme si te digo que no quiero
correr ese riesgo" explicó haciendo que ambas soltaran un par de lágrimas. "Y por último, hace
menos de un mes cuando aceptaste ponerle un nombre formal a lo que tenemos, te hice la
promesa de quererte cada día como si fuera el último, y desde entonces ese es mi mayor objetivo"
concluyó.

Camila cerró la distancia que quedaba entre ellas y juntó sus labios provocando en ambas un sabor
salado a causa de sus lágrimas. Estuvieron así durante unos minutos, sintiéndose la una a la otra
mientras sus lenguas peleaban por ganar esa batalla llena de pasión. Una vez terminado el
deseoso beso, Lauren sin dar explicaciones sacó la guitarra del maletero y se subió en la parte
delantera del coche acomodándose con la guitarra comenzando a tocar.

- "I like your smile, I like your vibe, I like your style but that's not why I love you. And I, I like the
way you're such a star, but that's not why I love you" comenzó a cantar con su voz rasgada.

Que Lauren estuviera cantando de nuevo solo para ella sabiendo lo mucho que le costaba hacerlo,
era algo que Camila no podía evitar destacar. Puesto que aunque la engañase diciendo que no
valía para animar al público como ella decía, realmente tenía un gran talento y una gran voz que
conseguía erizar su piel.

- "Hey, do you feel, do you feel me? Do you feel what I feel, too? Do you need, do you need me?
Do you need me?" siguió. "You're so beautiful but that's not why I love you. I'm not sure you
know. That the reason I love you is you, being you, just you. Yeah the reason I love you is all that
we've been through and that's why I love you..."

Las saladas lágrimas seguían decorando las mejillas sonrojadas de Camila quien miraba a Lauren
casi sin pestañear para no perderse nada de aquel maravilloso momento, donde sentía tantas
emociones dentro de ella.

- "I like the way you misbehave when we get wasted but that's not why I love you and how you
keep your cool when I am complicated, but that's not why I love you" continuó mirando fijamente
a la chica que lloraba frente a ella. "Hey, do you feel, do you feel me? Do you feel what I feel, too?
Do you need, do you need me? Do you need me? You're so beautiful but that's not why I love you.
I'm not sure you know. That the reason I love you is you, being you, just you. Yeah the reason I
love you is all that we've been through and that's why I love you..." concluyó bajándose del coche
y dejando la guitarra dónde ella se encontraba segundos atrás.

Sin decir nada, Camila se acercó a Lauren y le dio un deseado beso guiándola sin separar sus bocas
al asiento trasero del coche. Allí hicieron el amor por tercera vez aquel día antes de volver al hotel
para abandonarlo con todas las maletas y volver a la ciudad donde empezarían todos los
problemas.

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Capítulo 59

El viaje a Australia fue un sueño hecho realidad. La semana siguiente después de regresar había
pasado rápidamente para la morena de ojos verdes. En su ausencia no habían avanzado con el
caso de Aleric, al parecer éste no daba señales de vida y había dejado de frecuentar los parques en
los que se exponía fácilmente. Brooke por otra parte estaba mucho más apagada que cuando se
fue. El recuerdo que le trajo de Australia consiguió alegrarla el primer día que pisó la oficina
después del viaje pero los días siguientes habían vuelto a estar de capa caída.

Nada más llegar el primer día a la oficina después del viaje, Lauren puso al día a su mejor amiga de
todos y cada uno de los sitios que había visitado. Mirando su portátil encima de la mesa de trabajo
escuchando las voces de sus compañeros de fondo, pensaba en parte de aquella conversación días
atrás.

- "¡Pero si has vuelto a ser morbosa!" dijo Normani con entusiasmo después de darle detalles más
íntimos. "Estoy orgullosa de ti Lo" bromeó haciendo que ésta se sonrojase.

- "A veces me pregunto por qué te doy tantos detalles de mi vida privada" suspiró Lauren mirando
hacia Kate quien le regaló una sonrisa forzada.

- "Porque soy tu amor incondicional" bromeó una vez más.

Volviendo a la realidad y dejando atrás sus pensamientos, dio una vuelta en su silla haciendo rodar
las ruedas de ésta y tiró el vaso de cartón de su café con leche. En el camino de vuelta hasta la
pantalla del portátil, Lauren se encontró con los ojos color cascada mirándola fijamente. A pesar
de la sonrisa que Kate le regaló antes de seguir con su trabajo, la morena de ojos verdes sabía que
había sido forzada al igual que todas las anteriores.

Desde que volvió del viaje, Kate se había limitado a darle ese tipo de sonrisas y hablar con ella lo
mínimo y necesario. Lauren sabía que estaba molesta por algo ya que su humor esa semana no
había sido muy agradable. Se alteraba con facilidad y a la mínima que algo la agobiaba soltaba
pequeños gruñidos. Siempre que Lauren le preguntaba a la morena acerca de su compañera ésta
se limitaba a encogerse de hombros negando saber si le pasaba algo.

- "Sigo insistiendo en que a Kate le pasa algo" dijo Lauren aprovechando que Brooke había llamado
a ésta y estaban reunidas en su despacho.

- "Y yo sigo insistiendo en que no tengo ni idea de qué le puede pasar" replicó Normani
acercándose a su mejor amiga. "Pero no te voy a negar que si he notado algo estos días" añadió en
voz baja.

- "¿Y a qué esperabas para contármelo Mani?" saltó Lauren algo indignada.

- "A tener motivos para pensarlo y no me faltan" dijo con su típica sonrisa notando la expresión
intrigante de su mejor amiga. "Kate está celosa" admitió echándose hacia atrás en su silla.

- "¿Celosa?" repitió confusa. "¿Celosa de quién? ¿Le gusta alguien?" preguntó levantando una
ceja.

- "Vamos Lo, no te hagas la tonta. Sabes perfectamente que es por ti" rio acercándose a Lauren
quien la miraba incrédula. "¿O no has notado cómo desde que has vuelto te sonríe con frialdad y
cada vez que mencionas a Camila pone alguna excusa y nos deja a solas?" explicó.

Lauren escuchaba la explicación de la morena atentamente. Que el motivo de su distanciamiento


fuesen celos era lo último que podía esperar pero todo empezaba a encajar y parecía tener
sentido.

- "Además, solo hay que ver cómo nos miraba mientras me contabas todos tus planes románticos
en Australia" añadió encogiéndose de hombros y volviendo a echarse atrás en su silla.

- "A mí me sonreía cuando la miraba" replicó Lauren con el ceño fruncido.

- "Tú lo has dicho, cuando tú la mirabas" rio la morena recalcando el tú "No entiendo cómo siendo
una persona que te fijas en cada detalle, ignoras todas las indirectas de Kate" volvió a reír
recordando la expresión frustrante de su compañera en aquella conversación.

La morena de ojos verdes estuvo a punto de responder a ese comentario cuando la puerta del
despacho de Brooke se abrió dejando ver segundos después a su compañera acompañada por Ally
y dos novatos más. La comandante llevaba una sonrisa en su rostro, gesto que alegró a Lauren y a
la misma vez le recordó por qué la alegraba tanto verla sonreír cuando eso siempre había sido algo
habitual en ella.
"Acuérdate de la noche de la fiesta y dime que no son celos" susurró Normani en su oído antes de
volverse a su portátil para seguir trabajando.

Esa última frase la hizo viajar hacia aquella noche haciéndola entrar en razón. La morena estaba en
lo cierto: Kate podría estar celosa. Como si hubiera escuchado sus pensamientos, ésta pasó por su
lado y le rozó el hombro. Lauren al notar su mano se volvió hacia donde ella y le dedicó una
sonrisa curiosa a la cual ésta respondió con una pícara. La sonrisa forzaba había desaparecido.
Negando con la cabeza, volvió a concentrarse en la pantalla del portátil. Llevaba demasiado
tiempo con el caso de Aleric y eso era algo que le frustraba. Habían estado andando en círculos los
últimos días. Lauren sabía que no era una simple casualidad, que había algo más detrás de todo
aquello.

Pasaban los minutos y le parecía que pasaban horas. No dejaba de mirar los informes una y otra
vez como si la respuesta a todo estuviera en ellos. Esto le recordaba a cuando investigaba el caso
de K que tantos problemas había traído. Soltó un suspiro y se levantó de su silla caminando hacia
uno de los pequeños balcones de la oficina entrando en él. Volvió a soltar un suspiro más grande
cuando notó el aire fresco rozando su cara. Apoyó ambas manos en la muralla del balcón y se
quedó varios segundos en silencio contemplando parte de la ciudad.

- "¿Mañana dura Jauregui?" preguntó Brooke apareciendo por detrás y colocándose a su lado.

-"Frustrante más bien" corrigió mirando hacia su jefa.

- "Ojala las mías fueran iguales" suspiró mirando hacia la ciudad.

- "No habéis avanzado ¿verdad?" preguntó Lauren con tristeza conociendo la respuesta.

- "No" negó cabizbaja. "He insistido en que dejen el caso y se centren en otros. Cuando me
reemplacen volverán a él, mientras tanto no quiero hacerles perder más el tiempo" admitió
mirando fijamente a los ojos verdes.

Un nudo se creó en el estómago de Lauren. Se sentía demasiado mal con ese tema. Tenía el hilo
del que tirar y se lo estaba ocultado. Estaba ocultando información de un caso lo que suponía una
falta grave en su oficio. La morena de ojos verdes miró a Ally Brooke y le dio una media sonrisa a la
cual ésta respondió con otra. Se quedaron varios minutos mirando hacia el frente hasta que Kate
abrió rápidamente la puerta de cristal del balcón.

- "¡Lauren!" la llamó. "Quiero decir, Jauregui" corrigió al ver a Brooke allí. "He encontrado algo,
necesito que vengas"

Lauren miró a Brooke quien asintió con la cabeza dando por acabada esa conversación sabiendo
que tenía cosas que hacer. La chica más alta salió de allí dejando a su jefa atrás mientras se
acercaba a la mesa de Kate donde la esperaba también Normani.

- "¿Qué sucede Ryan?" preguntó Lauren confundida.


- "Llevo dándole vueltas al caso toda la mañana y no sabía que más hacer hasta que he pensado en
rastrear la dirección IP del teléfono de Aleric" explicó nerviosa notando las miradas de sus
compañeras clavadas en ella. "Y he encontrado algo"

- "¿Y a qué esperas? Vamos Ryan" insistió la morena.

- "Rastreando las últimas llamadas he conseguido escuchar una de ellas y... va a reunirse hoy
mismo en pleno centro. No sé con quién porque el otro teléfono era desechable y no he podido
localizarlo pero era una voz femenina" informó.

Lauren y Normani se miraron al momento. Sabían que debían hacer pero Lauren realmente estaba
sorprendida por la información que le había dado Kate: Una mujer.

-"¿Cuánto tiempo tenemos?" preguntó Normani

- "Menos de 40 minutos" admitió la chica de ojos cascada.

Sin pensárselo más veces informaron a Brooke antes de salir de la oficina cogiendo con ellas el
arma reglamentaria ya que no sabían con qué se podían encontrar. Se subieron rápidamente al
Mercedes Gla 250 con Lauren al volante quedando Kate a su lado para indicarle la ubicación y la
morena en la parte trasera prestando atención en todo. De los cuarenta minutos que tenían
habían pasado treinta y cinco. Llegaron a una calle con mucho tránsito. Aleric la había escogido
sabiendo que podía pasar desapercibido en ella.

Entrando en ésta, Lauren visualizó a lo lejos el coche de éste y aparcó no muy lejos para observar
perfectamente la escena. Los cinco minutos restantes pasaron con demasiada lentitud pero
finalmente Aleric se bajó del coche.

- "Hay algo que no entiendo" admitió Lauren en voz baja sin apartar la vista del hombre. "¿Por qué
no usa un teléfono desechable al igual que la persona que va a reunirse?" preguntó.

- "Tal vez quiera pasar desapercibido como hace siempre" apoyó Normani desde el asiento
trasero.

- "O tal vez quisiera que lo supiéramos" añadió Lauren.

Todas se quedaron en silencio dentro del Mercedes esperando a que Aleric hiciera algún
movimiento. Estaba frente a su coche con su habitual traje de chaqueta azul que le resaltaba más
la piel morena. No había rastro de nadie más y los cuarenta minutos se habían convertido en
sesenta.

Pocos minutos después una mujer con un parasol se paró frente a él y comenzaron a hablar algo
inentendible. Dicha mujer además del parasol también llevaba gafas y un enorme pañuelo el cual
dificultaba ver su rostro, tan solo su melena oscura. Lauren miraba la escena fijamente. No
entendía por qué llevaba un parasol cuando el día estaba nublado y con eso lo único que
conseguía era llamar su atención.

- "Ryan haz fotos" ordenó Lauren sin apartar la vista.


Kate asintió y sacó rápidamente la cámara profesional que habían llevado con ellas. Después de
unos diez minutos la joven cerró el parasol y entró dentro del coche de Aleric abriéndole este la
puerta.

Lauren se preparó para arrancar y seguir discretamente el coche cuando un golpe en la ventanilla
del coche la detuvo.

- "Bú" intentó asustarla alguien muy familiar.

- "Camila" dijo en voz baja consiguiendo que su piel se volviera más pálida de lo que ya lo era.
"¿Qué... Qué haces aquí?" preguntó intentando controlar la voz mientras bajaba del todo la
ventanilla del coche.

La morena de ojos verdes rápidamente tapó con su mano derecha la reglamentaria para que ésta
no la viera, Normani desde la parte trasera hizo lo mismo al notar el gesto de su mejor amiga y con
los ojos le mandó una señal a Kate para que repitiera el gesto con éxito.

- "Yo también me alegro de verte. Tenía un rato libre y he salido a pasear" mintió con una sonrisa
dándole un beso en los labios. "¿Y vosotras? ¿qué hacéis las dos solas?" preguntó mirando a Kate
con el ceño fruncido fijándose en la cámara que tenía entre su manos.

- "La verdad es que somos tres" dijo Normani bajando el cristal tintado del asiento trasero. "Hola
Camila" saludó con una sonrisa.

- "Hola Mani" respondió con otra volviendo a mirar hacia su novia para obtener una respuesta.

Las manos de Lauren comenzaron a sudar cada vez más rápido, el coche de Aleric estaba a punto
de arrancar y con su novia allí no le iba a dar tiempo seguirlo. Por lo que dijo lo primero que le vino
a la mente.

- "Hemos salido a comprar café, sí, café" mintió Lauren.

- "¿Y dónde están?" rio la chica más bajita mirando hacia el interior del coche.

- "Ahora vamos a por ellos, hemos parado aquí porque quería probar mi nueva cámara y me
parecía un lugar apropiado para ello ¿verdad Lauren?" respondió Kate quien había notado la
mirada hacia la cámara al hablar de los cafés, intentando parecer lo más sincera posible.

- "Eh, sí. A Kate le apasiona la fotografía. Ya sabes, hacerle fotos a pajaritos, edificios. Lo normal"
dijo con otra sonrisa aún más nerviosa notando como el coche de Aleric había arrancado.

- "Oh" dijo mirando hacia las tres quien la miraban fijamente, sobretodo su novia. "¿Las puedo
acompañar? Tengo tiempo de sobra" preguntó haciendo que hasta Normani se pusiera pálida.

- "La verdad es que nos tenemos que ir Camila" respondió rápidamente la morena. "Sé que
quieres desayunar con tu novia pero tenemos que volver a la oficina si queremos seguir
manteniendo nuestro empleo" bromeó intentando bajar tensión.
Aquella escena le parecía a la chica de ojos marrones un tanto extraña. Notaba cierto nerviosismo
tanto en Lauren como en sus dos compañeras. Sabía que algo raro había en todo aquello pero no
podía descifrar el qué.

- "Mani tiene razón Camz, pero si quieres después puedes venir a recogerme y vamos a mi
estudio" propuso Lauren al notar la expresión curiosa de su novia.

- "Me parece perfecto, ¿a dónde voy?" preguntó obviando sus pensamientos y centrándose en
que por fin iba a poder ir a por su novia.

- "A la oficina con un gran letrero en rojo que está en la calle de detrás del ayuntamiento" mintió.
"Te estaré esperando fuera a en punto" dijo arrancando el Mercedes.

- "Está bien" dijo feliz. "Luego nos vemos" añadió dándole un profundo beso que hizo que Kate
apartara la mirada. "Te quiero" se despidió.

- "Yo también" respondió con una sonrisa saliendo rápidamente del aparcamiento.

Cuando se dio cuenta, el coche de Aleric no estaba aparcado donde antes y había desaparecido. Lo
tenían frente a ellas con una mínima posibilidad de encontrar un hilo del que tirar y ahora no
tenían nada. Habían perdido la oportunidad.

- "¡Joder!" gritó Lauren dando un golpe en el volante provocando el sonido del claxon.

Camila escuchó dicho sonido y se volvió para mirar hacia el Mercedes el cual desapareció frente a
sus ojos acelerando rápidamente. Cuando éste se apartó, se fijó en que aquel coche con los
cristales tintados no era el mismo modelo del que su novia. Supuso que sería el de Normani pero
¿por qué no lo conducía ella?

Lauren aceleró con fuerza intentando sin éxito encontrar el coche de Aleric. El enfado ardía por
sus venas pero éste no tenía nada que ver con Camila por entretenerla, sino con ella misma ya que
si no le ocultase esa parte de su vida tal vez estarían en ese momento tras el coche siguiéndolo.
Normani quien había notado la tensión de su mejor amiga al volante, agradeció la aportación de
Kate en la conversación con Camila y el llevar la placa en el lado trasero derecho del pantalón. La
chica de ojos cascadas por otro lado, se preguntaba por qué le había mentido acerca de su oficio
por lo que no dudó en preguntar pasados un par de minutos.

- "¿Por qué le has mentido?" preguntó intentando no entrometerse mucho.

- "Brooke no quiere que hablemos de nuestro oficio" mintió Lauren sin mirarla.

- "Pero es tu novia, se supone que lo debería saber ¿no crees?" volvió a insistir.

- "¡No Kate, no!" gritó parando bruscamente en un semáforo haciendo que los tres cuerpos se
echaran hacia delante. "No quiero hablar más del tema" sentenció en el mismo tono.

- "Haz lo que quieras" añadió Kate mirando hacia la ventana cabizbaja.


Lauren miró a su mejor amiga por el espejo retrovisor quien la miraba fijamente. Tan solo con ver
los oscuros ojos de la morena, sabía que se había equivocado y que gracias a Kate se había librado
de una explicación.

- "Perdóname Kate, no debería de haberte hablado así. Lo siento" se disculpó ahora más calmada.

- "Lo he entendido, no te preocupes" dijo mirándola nuevamente con una pequeña sonrisa.

El trayecto de vuelta hasta la oficina se hizo bastante lento. Kate jugó con la cámara profesional
repasando de una en una las fotos que había hecho tanto a Aleric como a la joven del parasol.
Normani se apoyó en la ventana pensando en que hablaría con Lauren respecto a la escena de
minutos atrás, y ésta condujo más calmada pensando en que tendría que salir más rápido de lo
normal de la oficina si quería llegar a tiempo a donde la recogería Camila.

Aparcaron el Mercerdes Gla 250 en el parking de la oficina y salieron del coche pasando por la
antigua cabina de Tom donde ahora había otro empleado al cual desconocían. Antes de entrar en
la oficina Lauren se paró y le hizo señas a la morena para que la dejase a solas con Kate. Ésta
asintió con la cabeza y fue en busca de Brooke.

- "Espera Kate" dijo Lauren agarrándola por la muñeca tatuada haciendo que ésta se volviera.
"Gracias por salvarme antes"

- "No es nada Jauregui" respondió pícaramente soltándose del agarre y volviendo a retomar su
paso hasta su mesa.

- "Hoy me has impresionado" dijo Lauren detrás de ella haciendo que ésta se detuviera dándole la
espalda. "No sé cómo se te ha ocurrido rastrear el teléfono pero bien hecho Ryan" la felicitó
haciendo que ésta se girase.

- "He aprendido de la mejor" rio guiñándole un ojo antes de volver a su mesa.

Lauren sonrió sin mostrar sus dientes hasta que vio la figura de su compañera desaparecer por la
puerta. Soltó un suspiro y entró en la oficina dirigiéndose al despacho de Brooke donde la
esperaban ésta y la morena. Al golpear la puerta con los nudillos y entrar por esta, se encontró las
dos figuras mirando las fotos tomadas por Kate en una pantalla.

- "Jauregui" la llamó Brooke.

La chica de ojos verdes se acercó temerosa sin saber qué excusa ponerle ya que no podía hablarle
de Camila pero aun así sabía que era su culpa y asumiría cualquiera suspensión que ésta le
pusiese. Al acercarse Normani la miró transmitiéndole seguridad.

- "Necesito que descubráis quien es esta mujer y qué relación tiene con Aleric" ordenó Brooke
señalando una de las fotos en la pantalla. "Es una pena que se os haya cruzado un autobús y
hayáis perdido el rastro pero al menos tenéis algo de lo que tirar"
- "¿Autobús?" pensó Lauren mirando hacia Normani quien le guiñó un ojo haciéndola entender
todo. "Le informaremos en cuanto tengamos algo" finalizó Lauren.

Ambas salieron del despacho de Brooke con las fotos dentro de la tarjeta sd y regresaron a sus
respectivas mesas. Nada más llegar, Lauren abrazó a su mejor amiga y le dio las gracias por
cubrirla aun sabiendo que no lo debería de haberlo hecho. Normani informó a Kate sobre lo del
autobús quien tampoco tuvo problemas en cubrir a Lauren y volvieron todas al trabajo.

Las pocas horas que quedaban, Lauren se las pasó mirando la pantalla de su portátil. Pensaba en lo
fácil que habían obtenido aquella citación. No dudaba de la capacidad de la chica de ojos cascada
pero todo aquello le resultaba muy extraño y le daba muy mala espina. Por otra parte pensaba en
su novia quien la estaría esperando en un lugar donde ni si quiera trabajaba. Soltó un gran suspiro
y cuando levantó la cabeza de la pantalla se dio cuenta que era la hora de irse.

Se despidió de sus compañeras y salió de allí lo antes posible montándose en su Chevrolet.


Rápidamente llegó al sitio fijado siendo aún menos diez, lo que le daba unos cuantos minutos de
sobra para que Camila apareciese. La oficina que le había indicado se encontraba tres manzanas
debajo de la verdadera y aunque fuese precipitado por el tiempo, no se le ocurrió otra más
cercana cuando su novia le preguntó.

Apoyada en la puerta del copiloto, Lauren notó cómo con las prisas se le había olvidado quitarse la
placa de la parte trasera de su pantalón por lo que se aseguró de que no la viese nadie y la
escondió dentro de su bolso introduciendo el cuerpo por la ventana abierta del copiloto.

- "¿Qué buscas?" preguntó Camila detrás de ella haciendo que pegara un salto y se diera un golpe
en la cabeza con el techo del coche. "¡Lauren cuidado! ¿Estás bien?"

- "Podría estar mejor" bromeó acariciándose la cabeza. "¿Se le ocurre algún remedio doctora?"
preguntó lamiéndose los labios.

- "Si me deja que lo compruebe le digo si tengo la cura" le siguió con una sonrisa pícara.

Lauren volvió a morderse los labios mientras notaba el cuerpo de su novia acercarse al suyo.
Camila sabía lo que estaba buscando la morena de ojos verdes, por lo que no quiso complacerla
tan rápidamente. Se acercó a Lauren quedando a milímetros, ésta miró hacia sus profundos ojos
marrones y seguidamente hacia sus labios deseando besarlos. Camila repitió el gesto y cuando
estaba a punto de rozarlos notando la mirada de deseo por parte de su novia, levantó la vista
rápidamente y le dio un beso justo en el lugar que se había golpeado dejando a Lauren con los
ojos cerrados.

- "¿La he curado señora oscura?" preguntó imitando el levantamiento de ceja de Lauren.

- "Lo que ha conseguido es encenderme" admitió Lauren mordiéndose los labios.

Camila pegó una carcajada y se lanzó a los brazos de su novia buscando sus labios. Lauren sonrió
en medio del beso y la acercó más a ella agarrándola por la mejilla. La chica más bajita dio paso a
la lengua juguetona de su novia y dejó un leve mordisco en ella consiguiendo un pequeño gemido
por parte de Lauren. Estuvieron varios minutos sin apartar sus bocas hasta que la poca respiración
de Camila puso fin al roce.

- "Te echaba de menos gruñona" dijo Lauren envolviéndola en sus brazos.

- "Si nos hemos visto hace un par de horas" rio la chica más bajita enlazando sus manos.

- "Te echaba de menos, he dicho" bromeó abriéndole la puerta de su Chevrolet para dejarla
entrar.

Lauren condujo hasta su estudio en silencio escuchando la música de fondo que Camila había
elegido. Con el tiempo se había acostumbrado a que su novia se apoderase de la radio y la obligara
a escuchar sus canciones. No tenía mal gusto para la música pero aun así le gustaba picarla
intentando cambiar de canción tan solo para conseguir esa expresión de tristeza cual cachorro que
obtenía en su cara y que tanto le encantaba.

Una vez en su estudio, Lauren pidió una pizza a petición de su novia la cual se acabó a los pocos
minutos de que ésta llegara. Camila notaba el estudio más vacío pero no encontraba una causa
que justificase su sospecha. La morena de ojos verdes quien notó esta atención, optó por hacer
partícipe a su novia de las cosas que había comprado durante esta semana.

- "Quédate aquí, ahora vengo" dijo Lauren saliendo de su estudio sin dar más explicaciones y
dejando la puerta abierta.

Camila se levantó del chaise longue y se acercó a la puerta del estudio sin entender a qué se debía
la huida de su novia. Mirando hacia el exterior con el ceño fruncido vio la silueta de Lauren
sacando grandes botes de pintura del maletero y seguidamente distintas medidas y tipos de
brochas acompañadas por distintos cubos. Ésta observó la expresión curiosa de Camila y dejó
escapar una sonrisa tonta. Por mucha curiosidad que tuviera siempre, le encantaba esa sensación
de no saber qué esperar por parte de Lauren. Todo con ella era una sorpresa constante.

- "¿Te gustaría ser mi ayudante? Tengo mucho estudio que pintar" propuso Lauren con una sonrisa
juguetona entrando en el estudio.

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Capítulo 60

El cielo teñido de rojo traspasaba la ventana del estudio de Lauren posándose en ambos cuerpos
exhaustos. Después de que Camila aceptase la propuesta de su novia, tomaron un rápido
almuerzo antes de comenzar a vaciar todo el lugar. Lauren le había explicado sus intenciones y eso
le hizo entender a la chica más bajita el motivo por el cual encontraba el estudio más vacío.

Lauren, obviamente, antes de dejar que su novia entrara en su hogar, se había encargado de
ocultar todo lo relacionado a su trabajo guardándolo todo en una caja que ocupaba un pequeño
espacio dentro del cuartillo. Dejando tan solo los muebles cubiertos por un par de sábanas blancas
para que éstos no se manchasen de pintura junto con la tele de plasma, guardaron el resto de
cosas dentro de distintos tamaños de cajas de cartón. Ambas acabaron exhaustas por el gran
esfuerzo quedando aun la habitación de Lauren.

- "Nos merecemos un gran descanso" dijo Lauren agarrando por detrás la cintura de la chica más
bajita.

- "No creo que el salón esté en muy buenas condiciones para ello" rio Camila volviéndose hacia
ella.

- "La cama aún está disponible..." añadió Lauren juguetona.

- "¿Así que de eso se trata?" preguntó Camila levantando una ceja queriendo parecer enfadada.
"Esperaba algo menos directo por su parte Jauregui" bromeó.

- "Tiene razón, le ruego que me disculpe aceptando pasar la noche junto a mí en esta humilde
morada cubriendo todas y cada una de sus necesidades" propuso.

Camila lo pensó durante unos segundos. Debería centrarse en lo que llevaba trabajando con
cautela los últimos meses pero ese trabajo ya le había robado bastante tiempo sin la compañía de
su novia, por lo que no dudó en aceptar dicha oferta aprovechando su día libre.

- "Suena jugoso pero sigo molesta. Tal vez un poco de insistencia acabe con ello" siguió el juego
seductor de Lauren.

- "Si no deja de hablar no puedo acabar con esa molestia" respondió con una sonrisa pícara.

- "Cálleme entonces" dijo Camila firme sin apartar sus ojos marrones de los penetrantes verdes
que la observaban con un deseo infinito.

Lauren no pudo evitar sonreír por la última respuesta y cerró la distancia entre ellas acercándose a
sus labios dejando un leve mordisco en el inferior antes de profundizar el beso. Camila entrelazó
sus brazos en el cuello de su novia agarrando la larga melena recogida que ésta llevaba. Lauren
dejó rozar sus manos por la cintura de la chica más bajita bajando hasta su curvado trasero donde
dejó más presión provocando un gemido por parte de Camila. Minutos después rompieron el beso
sabiendo cada una dónde acabarían si seguían allí.

Mientras Camila hablaba con Dinah por teléfono en el exterior del estudio notando como el
invierno se alejaba, Lauren se encontraba dentro preparando la cena. Había optado por un par de
ensaladas rápidas para ambas acompañadas por pescado a la plancha como segundo plato
acabando con un postre compuesto por un plátano para Camila y una verde manzana para Lauren.

- "Aún no me has dicho de qué color vas a pintar el salón y tu habitación" soltó Camila
terminándose el postre.

- "Blanco, todo blanco" respondió Lauren dándole un mordisco a la manzana.


- "Dijo la Señora Oscura" bromeó Camila provocando una carcajada en su novia.

- "Oye que es blanco roto" intentó defenderse Lauren.

- "Sea cual sea, el blanco es un color muy sucio Lauren y tienes una gran obsesión con las
manchas" dijo. "No quiero verte mirar las paredes mientras frunces el ceño cada vez que venga a
verte" advirtió haciendo entrar en razón a Lauren.

- "No tengo más pintura y si quiero que todo esté seco para mañana tenemos que empezar muy
temprano" explicó encogiéndose de hombros sabiendo que no podía hacer nada más.

- "Pues vamos a comprarla" dijo Camila decidida levantándose del sillón.

- "Camz las tiendas tienen que estar casi cerradas" indicó la morena de ojos verdes.

- "Tú lo has dicho, casi. Venga vamos" propuso lanzándole las llaves del Chevrolet.

A pesar de llevar unos pantalones y camiseta ancha al igual que su novia con los que habían estado
moviéndose de un sitio a otro en el interior de su estudio, Lauren salió rápidamente de éste
tomando a Camila de su mano guiándola hasta el coche. Lauren era muy cuidadosa acerca de su
imagen y nunca salía así más allá de la puerta de su estudio para recoger el periódico en las
mañanas, pero Camila lo había conseguido con un poco de insistencia cambiando nuevamente la
forma de ser de la chica de ojos verdes.

Sin saber cómo, se encontraban pocos minutos después en una pequeña tienda escondida en uno
de los barrios de la ciudad. Lauren le pidió disculpas al dependiente por mantenerlo todavía allí a
pesar de la hora que era. Cuando ésta terminó de disculparse se acercó a Camila quien miraba
fijamente una paletilla de colores en sus manos.

- "Azul" dijo la más joven sin mirar a Lauren.

- "¿Azul?" repitió confusa ladeando la cabeza mientras se ponía a su lado.

- "Es tu color favorito" afirmó. "Por lo que puedes pintar la pared más extensa de ese color y dejar
el resto de ese blanco roto como tú lo llamas. Así tendrá un toque de personalidad" explicó
mirando hacia Lauren quien la miraba con orgullo.

- "Azul para el salón entonces" dijo con una sonrisa señalando con un fino lápiz el tono del color.
"¿Para mi habitación también?" preguntó.

- "No" negó. "Para tu habitación una pared verde, pero no un verde cualquiera sino uno como tus
ojos. Así cada vez que entres te verás a ti misma reflejada en esa pared"

- "Pensaba que la creativa de la relación era yo" bromeó Lauren cogiendo la paleta de colores en
sus manos. "Apruebo tus sugerencias" le agradeció dándole un suave beso en sus labios.

Minutos después se encontraban cargando los pesados botes de pintura. Lauren no había optado
por un azul cualquiera sino por un azul mar, el mismo color del sobre del primer ramo que le
regaló a su novia. Al igual que tampoco lo había hecho con el verde siendo éste un verde pálido a
petición de Camila. A pesar de los cambios de planes con el color, Lauren seguía manteniendo la
sorpresa para su novia sin la cual no le hubiera propuesto ayudarla a pintar.

- "Todavía queda mi habitación" comentó Lauren quitando la sábana blanca del chaise longue.
"Pero yo me encargo, tú quédate aquí mientras" le dijo a Camila.

- "No estarás hablando en serio ¿verdad? Porque no pienso quedarme aquí de brazos cruzados
mientras te ocupas con eso tú sola" gruñó poniendo una mueca de enfado.

- "Necesitas descansar" dijo Lauren.

- "¿Y para qué quieres que descanse?" preguntó Camila juguetona acercándose a su novia. "Yo
siempre estoy activa y te lo puedo demostrar en este mismo instante si quieres" susurró en su
oído consiguiendo que Lauren se mordiera los labios mientras cerraba los ojos.

- "Me... me parece correcto" admitió jadeante.

En el momento en el que Lauren dijo esa respuesta, Camila se separó rápidamente de su cuerpo y
se volvió hacia la habitación pasando por la mancha en la moqueta parándose antes de entrar en
ésta.

- "¿A dónde vas?" preguntó Lauren ardiente.

- "A ayudarte con tu habitación" respondió. "Me acabas de dar el visto bueno, ¿o acaso pensabas
que me refería a otra cosa Lolo?" la provocó con una sonrisa antes de desaparecer por la puerta.

Lauren sonrió tontamente mordiéndose los labios mientras sacudía su cabeza entrando en su
habitación. Con cuidado guardaron cada libro sin alterar su orden por género y la ropa de la chica
más alta dentro de varias cajas dejando las paredes vacías con tan solo los lienzos apilados, al igual
que el resto de sus pertenencias.

- "¿Te acuerdas de éste?" preguntó Camila cogiendo el del sol y la luna volviéndose hacia Lauren
quien le regaló una sonrisa como respuesta afirmativa. "Te tenía a mis pies" bromeó colocándolo
con cuidado en una caja más ancha.

- "¿Perdona?" dijo Lauren. "Fuiste tú la que no te resistías a estos labios" bromeó juntándolos
mientras se acercaba a ella.

- "Claro, por eso los besé aquella noche" respondió irónica con una carcajada.

- "¿Te arrepentiste de no besarlos?" preguntó Lauren agarrándola por la cintura pegando sus
cuerpos.

- "¿Sinceramente? No. Y si volviera a atrás tampoco lo haría" añadió consiguiendo que Lauren se
soltara del agarre con un nudo en la garganta.

- "Ah..." respondió la chica más alta con una gran decepción.


- "Porque todo hubiese sido distinto" admitió acercando de nuevo a Lauren quien la miraba en
silencio. "Quién sabe si días después te hubiera llevado a conocer de dónde provengo, a cantar en
un escenario aun sabiendo que va en contra de tus principios y a mi lugar especial. O si tú me
hubieras regalado gardenias antes de llevarme a aquella biblioteca para recitarme versos que me
dejasen sin respiración, o a aquel museo dónde fijamos nuestro primer viaje, incluso al cine
provocando aquella discusión que acabó con un roce de labios" explicó con los ojos brillosos. "No
cambiaría nuestra historia por un beso que no tardaría mucho en llegar"

Al igual que la chica más bajita quien la había mirado fijamente durante toda la explicación, Lauren
tenía las mejillas húmedas a causa de unas cuantas lágrimas que había dejado escapar mientras la
escuchaba. Tuvieron un comienzo lleno de altibajos pero al igual que su novia, tampoco lo
cambiaría.

- "Te quiero idiota" susurró Lauren juntando sus cuerpos en un cálido abrazo el cual Camila rompió
para unir sus deseosas bocas.

Calentando su cuerpo, Lauren acercó a Camila junto a la pared rodeada de sus obras mostradas en
sus lienzos y comenzó a dejar una fina línea de besos sobre su clavícula marcada. Camila sonrió de
placer y le quitó a Lauren la ancha camiseta haciendo que su pelo recogido cayese sobre sus
hombros. Tras esto llegó su turno y se quedaron ambas sin la parte de arriba exponiendo sus
sujetadores de encaje. Lauren bajó hasta el principio del pantalón de la chica más bajita dejando
un recorrido con su lengua. Un par de minutos después estaban ambas en ropa interior. Camila
recostó a Lauren sobre la pared tropezando con uno de los lienzos sin fijarse en cual era. Lauren
recorrió su cuello marcando sus dientes en él y cuando estuvo a punto de dar paso a la fina mano
de Camila, ésta se detuvo en seco mirando hacia el lienzo que había tirado segundos atrás y corrió
hacia el baño encerrándose en él.

Lauren quien no comprendió nada miró hacia el lienzo y observó cómo el retrato de Camila en el
que había pintado las veces que le había hecho daño, estaba recostado contra el suelo casi sin
cubrir.

- "Joder" se quejó Lauren caminando hacia el baño. "Camz" la llamó escuchando un sollozo dentro.
"Camila ábreme por favor" insistió por segunda vez recostada en la puerta.

Silencio. Eso fue lo único que se escuchó hasta que el pestillo de la puerta lo interrumpió haciendo
que Lauren la abriese. La imagen de Camila abrazada al váter con los ojos rojos y las mejillas
húmedas, fue suficiente para que Lauren se rompiera en dos y comenzara a llorar a su lado.

- "Está todo bien Camz, está todo bien" intentó animarla abrazándola.

- "Pero eso Lauren... eso significa"

- "Dolor, ya lo sé" la cortó agarrándola por la barbilla. "Pero eso forma parte del pasado, por eso
estaba tapado. Ya no hay dolor, no desde que estás conmigo. Además, no está acabado lo cual
significa que dejaste de hacerme daño Camz" le aseguró.
Si a Camila le había afectado ver aquello era por el simple hecho de que había recordado la
declaración de su novia el mismo día que le pidió serlo y cómo parte de ese dolor que ella misma
le había provocado estaba basado en una mentira tras otra. Sin decir nada más se aferró al cuello
de Lauren elevándola ésta en sus brazos desnudos y metiéndola en la ducha.

-"Te vendrá bien para relajarte. Tómate el tiempo que necesites y si quieres algo no dudes en
llamarme, voy a estar aquí al lado terminando todo. ¿está bien?" preguntó consiguiendo que
Camila asintiese mientras notaba el agua caliente en sus pies. "Voy a traerte ropa limpia" dijo
antes de desaparecer del baño.

Lauren salió suspirando de éste. Los ojos de Camila le habían mostrado el mismo miedo que la
noche en la que se desmayó a causa del golpe de Tom y se despertó en la parte trasera de su
Chevrolet. Era el miedo de perderla y eso dejó bastante confundida a Lauren, ya que si todo eso
formaba parte del pasado ¿por qué tener miedo de perderla en ese instante?

Terminó con su habitación un poco antes de que Camila terminase de darse la reconfortante
ducha.

Había vuelto a tapar por completo el retrato de ésta y guardarlo junto con el resto en la ancha caja
de cartón. Para agradar más la escena encendió un par de velas aromáticas de plátano que le
sobraron aquella noche y las colocó en la ventana. Mientras terminaba de estirar las sábanas de la
cama preparando ésta para ser usada, Lauren notó unos brazos húmedos envolver su cintura.

- "Lo siento" dijo Camila en un susurró haciendo que Lauren se volviese.

- "No hay nada por lo que disculparse Camz" dijo regalándole una sonrisa.

- "¿Me abrazas?" preguntó haciendo un puchero.

- "No es necesario que lo preguntes" le sonrió elevándola en sus brazos soltándola encima de las
blancas sábanas acostándose a su lado.

Con la única luz proveniente de las velas, ambas se quedaron atrapadas en su habitual y agradable
silencio regalándose caricias y examinando sus facciones hasta que un dulce sueño se apoderó de
las dos quedándose unidas por un cálido abrazo.

A la mañana siguiente con los primeros rayos de la mañana dando en el cristal de las velas
apagadas, Lauren se levantó dejando a Camila aun recostada. Se había aferrado a ella durante
toda la noche y aunque no estaba muy segura creía haber escuchado un sollozo. Se dirigió a la
cocina y preparó un plato de huevos revueltos con bacon acompañado por un recién exprimido
zumo de naranja. Colocándolo todo en una bandeja de plástico gris con un estampado geométrico,
volvió a su habitación para darle los buenos días a su novia.

- "Camz" la llamó en voz baja dejando la bandeja a un lado. "Despierta mi amor" le susurró
nuevamente.

- "¿Mm?" dijo abriendo los ojos ahora menos hinchados contemplando el desayuno a sus pies.
"Oh Dios mío" se sorprendió lanzándose a los brazos de Lauren.
- "Necesitas reponer fuerzas si quieres mantener eso de que siempre estás activa" bromeó con
una voz juguetona dándole un beso en los labios.

Dejando a la chica más bajita a solas con su desayuno para que se tomara su tiempo, Lauren se
preparó su habitual café y mientras se lo tomaba preparaba los cubos con la pintura. Le quedaba
un largo día por delante. Aprovechó la cantidad de pintura blanca y comenzó a darle una fina capa
para tapar el color gris en una de las paredes. Camila escuchó el sonido del rodillo desde la
habitación mientras se terminaba el zumo por lo que en cuanto lo hizo volvió a colocarse la ropa
que Lauren le había quitado la noche anterior y se unió a su novia.

- "Menos mal que tienes buenos brazos" bromeó Camila cogiendo un rodillo y pintando al lado de
ella.

- "Tú haces que se mantengan así" bromeó de vuelta con un toco pícaro.

Camila se sonrojó ante el comentario y se puso manos a la obra. Dieron la primera capa a todas las
paredes ayudándose mutuamente a llegar a los sitios más difíciles mientras sonaba la radio detrás
de ellas para animarlas. Mientras las últimas paredes se secaban con el aire proveniente de las
ventanas completamente abiertas, comenzaron a pintar de nuevo la primera pared ahora ya más
blanca.

- "¡Me encanta esta canción!" gritó Camila comenzando a bailar Sorry de Justin Bieber con el
rodillo en sus manos.

Lauren la miraba con una sonrisa tonta en sus labios sin dejar de pintar la blanca pared. Volvía a
ser la Camila con cierto aire infantil que tanto le gustaba. Intentando jugar con ella se unió a sus
pasos de baile mientras la escuchaba cantar uniéndose a ella también.

- "It is too late now to say sorry? Cause I'm missing more than just your body. Oh. It is too late now
to say sorry? Yeah I know-oh-oh that I let your down. It is too late to say that I'm sorry now?"
cantaron a la vez dando vueltas por la moqueta cubierta para que ésta no se manchase.

Pararon de bailar entre risas y siguieron con su tarea escuchando al locutor de la radio dando
comienzo a una nueva canción. Terminaron con las paredes blancas comenzando con la azul mar.
Mientras Lauren se concentraba fijamente en cada pasada que dejaba con su rodillo, Camila la
miraba sin que ésta se diera cuenta observando cada uno de sus rasgos. Sus penetrantes ojos
estaban fijados en la pared que iba cogiendo color mientras las venas de su mano se marcaban
con la presión empleada.

Aquella delicadeza con la que empleaba su fuerza junto a dicha concentración, consiguió encender
el fuego apagado de Camila el cual intentó controlar volviendo a poner los ojos en la pared donde
no había prestado mucha atención.

- "Tenías razón, así está mucho mejor" admitió Lauren una vez dio por terminada aquella zona
dejando el rodillo en uno de los cubos.
- "¿Qué harías sin mí?" bromeó Camila colocando un mechón de su melena recogida por detrás de
su oreja.

- "Nada" admitió haciéndola sonrojar. "Pero tampoco quiero comprobarlo" añadió.

Camila le sacó la lengua poniendo una expresión divertida en su rostro y se digirió con su rodillo
hacia la habitación de Lauren para darle la primera mano antes de parar a almorzar. Conociéndose
a sí misma no tardaría en escuchar un gruñido proveniente de su estómago. Cuando entró en la
habitación se encontró de frente con la guitarra de su novia apoyada en una de las paredes. Por
inercia se acercó a ella y tocó las cuerdas dejando una simple melodía en ella. Volvió a repetir el
movimiento pero esta vez cerrando los ojos, llevándola hacia la noche en la que la tocó por
primera vez.

- "More Than This" dijo Lauren detrás de ella haciendo que ésta abriera los ojos. "Fue la primera
que tocaste ¿recuerdas?" preguntó como si hubiese leído los pensamientos de Camila.

- "Closer" respondió la chica de ojos marrones levantándose firmemente. "Me cantaste esa la
primera vez que te oí tocar" añadió con una mirada brillosa. "¿Por qué viniste esa noche a por mí
Lauren?" preguntó sin dejar de mirarla.

- "Necesitabas mi ayuda y pensar que te podía pasar algo hizo que me saltase los límites de
velocidad esa noche sin importarme los demás" admitió encogiéndose de hombros.

- "Mi heroína" bromeó Camila entrelazando sus brazos en su cuello.

- "Tu ángel más bien" bromeó de vuelta recordando sus palabras aquella noche.

Sin decir más nada terminaron la conversación en un profundo beso con lenguas traviesas de por
medio y comenzaron a pintar las paredes sabiendo que si no paraban acabarían haciéndolo en el
suelo una vez más.

Camila llevaba mucho rato conteniéndose sobre lo que quería hacer, por lo que cuando
terminaron de comer sentadas en los taburetes de la cocina, dio inicio a su juego.

- "Lauren mira lo que hay en la ventana" señaló haciendo que ésta mirase.

- "Camz ahí no hay na..."

Nada más volverse hacia ella se encontró con la silueta de su novia apuntando a su cara con la
brocha llena de pintura verde dándole de pleno en la cara. Se quedó en silencio por unos segundos
queriendo parecer enfadada.

- "Juego sucio Cabello" bromeó dándole un brochazo de vuelta en la mejilla derecha.

Todo el estudio estaba completamente inundado por sus risas y las súplicas de la chica más bajita
por no ser manchada más de lo que ya lo estaba. Llegaron a la habitación nuevamente y en uno de
los brochazos por parte de Camila, la pintura llegó hasta la pared que iba a ser pintada de verde.
- "Joder" gruñó Camila. "Lo siento, yo no... yo no quería. Fue sin querer Lauren. Estábamos
jugando y"

Lauren no la dejó acabar y la calló con un beso como hizo semanas atrás en el asiento trasero de
su Chevrolet, con la única diferencia de que ésta vez no se quedó en un simple roce de labios.

- "Me has dado una idea" respondió Lauren cortando el beso.

De la misma forma en la que Camila había manchado la pared, Lauren comenzó a hacer lo mismo
jugando con los tres tipos distintos de colores que habían sobrado. La chica más bajita se unió a su
novia dejando la pared que iba a ser verde pálido con distintos toques de gris, blanca y azul mar.

- "Al menos ha quedado mejor que la moqueta" bromeó Lauren consiguiendo que Camila se
sintiese mal por haber sido ambas su culpa. "Esta será nuestra pared" añadió recordando lo que
tenía en mente.

- "¿A qué te refieres?" preguntó Camila curiosa ladeando la cabeza.

- "Espera y verás" dijo sin añadir nada más.

Tras esa última frase, salió de la habitación y volvió dos minutos después con una de las tantas
cajas de cartón siendo ésta más pequeña. El nombre de "CAMZ" estaba escrito en uno de los
laterales. Camila no dejaba de mirar con intriga la caja frente a ella. Antes de poder preguntar
cualquier cosa, Lauren volvió a dejarla sola en la habitación trayendo de vuelta hilo de pescar, el
mismo que había utilizado para hacerle aquella pregunta tan importante.

- "¿Qué es todo esto?" preguntó Camila sin aguantar más sus deseos por saber qué estaba
pasando por la cabeza de su novia.

- "Nuestros recuerdos" respondió con una sonrisa llena de pintura entregándole la caja.

Camila sin entender nada abrió la caja y se encontró con pequeñas cosas que le hizo revivir su
corta historia. Dentro de la caja encontró un pequeño panfleto del restaurante de sushi al que la
llevó por primera vez, una chapita con la insignia de Nando's, la entrada del concierto de The
1975, los versos que le recitó escritos con su perfecta caligrafía en una hoja un tanto arrugada, la
foto de ellas en el teleférico, la chapas de las cervezas que se tomaron en el bar al que Camila la
llevó, las entradas del cine, el muérdago con el que no rompieron la tradición, un pequeño mapa
que mostraba Australia con un corazón rojo dibujado sobre él, una tarjeta con el nombre de la flor
por cada ramo que le había regalado e incluso la camiseta con un graffiti azul eléctrico que utilizó
la primera vez que se quedó en su estudio a dormir.

Pero no fue solo los pequeños detalles que Lauren había ido recolectando con el paso de las
semanas lo que más sorprendió a Camila, sino encontrarse junto a todo esto fotos no solo de
ambas, sino de ella sola. Era Camila cantando con la guitarra en la cama de Lauren de espaldas y
en el pequeño escenario del bar. No sabía cuándo le había hecho esas fotos pero le encantaban.
Además de esto había pequeñas obras firmadas por Lauren en la que Camila era la protagonista,
eran de Australia. Hasta que dejó de tener visibilidad no se dio cuenta de que estaba llorando.
- "Puede parecer un poco estúpido, pero siempre que estoy contigo guardo algo de ese instante y
lo acumulo con todo esto. Es por eso por lo que esta va a ser nuestra pared. Quiero que utilices
todo lo que hay en esta caja para decorarla a tu gusto" explicó Lauren mirándola con una sonrisa
satisfactoria.

Camila se quedó en silencio y se llevó sus finas manos a la cara para que no se notara el llanto
acumulado. Lauren la miraba preocupada pensando que había sido un error mostrarle todo
aquello, pero segundos después Camila apartó las manos de su cara y dejó escapar una inmensa y
blanca sonrisa acompañada por un "Te quiero"

Dejó a su novia jugando con la pared de su habitación mientras ella volvía a salón y recogía parte
de los periódicos y sábanas que había utilizado para cubrir la moqueta. Tras esto acercó de nuevo
alguno de los muebles a la pared y los descubrió. Se paró al lado de su mesa de trabajo y
contempló cómo la chica más bajita había tenido razón acerca del color. Una sonrisa tonta se
apoderó de su rostro hasta que escuchó el timbre sin esperar a nadie más aquel día. Cuando se
dirigió a la gran puerta avisando a Camila de que abriría ella, se encontró con la persona que
menos esperaba allí en ese instante.

- "Kate" la saludó con una sonrisa llena de pintura. "¿Cómo sabes dónde vivo?" preguntó
extrañada.

- "Lo pone en tu ficha del expediente" respondió con su habitual sonrisa. "Sabía que querías pintar
tu estudio pero no que también tu cara" bromeó al notar las manchas por todo el rostro de ésta
además de sus brazos desnudos.

- "Planes de última hora" dijo siguiéndole la broma. "¿Qué haces aquí? ¿Quieres pasar?" preguntó
ofreciéndole paso.

- "No" respondió poniéndose seria. "Solo quería venir para comprobar una cosa que me lleva
comiendo por dentro varias semanas" admitió.

- "¿De qué cosa ha...?"

No pudo terminar la frase cuando notó los labios de su compañera sobre los suyos. No
correspondió al beso porque sus sentimientos por Camila se lo impidieron pero lo rompió al
escuchar algo detrás de ella.

- "Lauren he terminado de" se cortó en seco al ver la figura de su novia besando otros labios que
no fuesen los suyos. "¿Sabes qué? Métete tus recuerdos por dónde te quepan" finalizó cogiendo
su bolso y saliendo del estudio rápidamente sin dejar que Lauren notase las lágrimas quemándole
las mejillas.

- "¡Camila espera!" corrió detrás de ella mientras ésta utilizaba su teléfono. "No es lo que parece
te lo prometo" dijo agarrándola del brazo.

- "Vete a la mierda Lauren" dijo soltándose agresivamente de su agarre y entrando en un taxi que
se aproximaba a ellas.
Hasta que no vio cómo el taxi abandonaba la calle con Camila dentro no asimiló lo que acababa de
pasar. Rápidamente volvió a su estudio y se encontró con la silueta perfecta de Kate esperándola
en el mismo lugar en el que se había lanzado a sus labios.

- "Lauren" la llamó al verla pasar rápidamente por su lado.

- "Vete" dijo intentando mantener la voz.

- "Lo siento. Yo no sabía que"

- "¡Que te vayas Kate!" gritó fuertemente perdiendo los nervios. "¡Vete de mi puta casa!" dijo en
el mismo tono.

Sin decir nada más Kate abandonó el estudio de Lauren dejando a ésta dentro apoyada en una de
las blancas paredes aún húmeda desgarrada por lo sucedido mientras sentía las lágrimas saladas
inundar no solo sus manos, sino también su vida.

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Capítulo 61

Dos semanas habían pasado desde que Camila salió corriendo de su estudio y nada había
mejorado. En ese tiempo ésta había ignorado cada mensaje, cancelado todas las llamadas y cada
vez que Lauren iba a buscarla a Nando's o a su casa, Dinah se interponía entre ellas a petición de la
chica más bajita y se acababa marchando.

Los catorce días habían pasado para Lauren como si fueran meses. Se acostaba llorando y se
despertaba entre lágrimas, dormía lo mínimo, tenía el estudio lleno de lienzos ocupados y en la
oficina estaba totalmente desconectada. Desde aquella noche la relación cordial entre ella y Kate
se había convertido en una tensión constante. Le había pedido a Brooke un cambio de compañera
pero al no dar una explicación razonable ésta las había denegado en tres ocasiones. Éste
enfriamiento entre ellas se notaba en la oficina lo cual había provocado un estancamiento en el
caso de Aleric.

Normani quien había estado consolando a su mejor amiga durante las últimas dos semanas, la
animaba constantemente pero cada día que pasaba le costaba más conseguirlo. Solo podía tener
con ella el cariño que Camila no podía darle en ese instante pero aun así no era suficiente.

- "¿Sabes qué día es hoy?" preguntó Lauren conteniendo las lágrimas.

- "Sí..." respondió la morena sin añadir que Chad se lo había recordado nada más levantarse.
"¿Piensas hacer algo al respecto?" preguntó Normani apoyando su mano en el hombro de su
mejor amiga.

- "No lo sé Mani..." admitió soltando un gran suspiro mientras se acomodaba la larga melena
mostrando sus grandes ojeras. "No lo sé" sentenció apoyando los hombros en su mesa.
- "Lauren Michelle Jauregui Morgado, me has decepcionado" dijo Normani agarrándola de la
barbilla haciendo que ésta la mirara conteniendo las lágrimas. "La Lauren que yo conozco no tira la
toalla a la primera de cambios sino que lucha por lo que es suyo sin importarle las consecuencias"
explicó clavando sus ojos marrones en su mejor amiga.

- "¿Y qué más puedo hacer Mani?" preguntó elevando demasiado la voz. "La he llamado, le he
dejado mil mensajes, le he mandado ramos, me he presentado en su casa y en su trabajo ¡y no
quiere verme Mani! ¡No quiere saber nada de mí!" se rompió dejando correr las rápidas lágrimas
por sus mejillas.

Camila por otro lado estaba tan dolida aquella mañana al igual que rota por dentro. Se sentía
traicionada por la persona que no sabía qué era para ella en ese instante. Toda la situación le
había impedido seguir trabajando en aquello que tantos meses llevaba de práctica consiguiendo la
preocupación de todas las personas que participaban en ello además de Dinah, siendo ésta la
única que sabía el motivo de su desconcentración.

Por muchas ganas que tuviese de que la morena de ojos verdes le diera una explicación coherente
de lo que sus ojos vieron rompiéndole el alma, seguía demasiado afectada. Todos en la pequeña
urbanización notaban los párpados hinchados que no habían cesado en esos catorce días y la
cantidad de ramos de flores desconocidas acompañando los bombos de basura frente a ésta,
pero tan solo la rubia sabía lo sucedido, aunque su hermano Ethan se hacía también a la idea.
Mientras tanto Camila seguía negando que le pasara algo.

Para más sufrimiento de la chica más bajita, había llegado el día de San Valentín. Recostada sobre
la húmeda almohada a causa de las lágrimas, recordaba cómo a pesar de que a Lauren no le
gustase ese día y nunca lo celebrase, iba a hacer el esfuerzo por ella. Sintiéndose estúpida por el
regalo que le había comprado, lloraba aún más.

- "¿Cómo estás?" preguntó Dinah entrando en la habitación.

- "Creo que mi cara lo dice todo, ya sabes qué día es hoy" respondió entre lágrimas.

- "A mí que sea San Valentín no me importa Mila, quien me importa eres tú. Hoy tenemos que ir a
trabajar, llevas faltando unos cuantos días tanto a una cosa como a la otra y cuanto más te
descuenten del sueldo menos vamos a poder blanquear" explicó en voz baja sentándose junto a su
mejor amiga. "Hazlo por ellos Mila" sentenció.

Camila tomó una bocanada de aire y se levantó de la cama limpiándose las lágrimas que le
quedaban. Toda aquella situación la estaba matando por dentro pero tal y como le había dicho su
mejor amiga, debía hacerlo por ellos. Por lo que se colocó el uniforme y salió de la pequeña
urbanización dando un largo paseo en vez de coger el autobús tal y como hacía siempre.

Lauren seguía en la oficina a punto de terminar su turno. Estaba deseando llegar a su estudio para
desahogarse de la mejor forma que sabía hacerlo. Mirando la pantalla del portátil fijamente
haciendo creer que de verdad estaba investigando volvió a recordar aquella noche.
Cuando Camila abandonó su casa volvió a coger el retrato de ésta queriendo pintar encima una
vez más, pero cuando el carboncillo estuvo a punto de rozar el lienzo, Lauren se detuvo. Esta vez
no había sido la chica más bajita quien había causado el daño, sino ella. Ella era la causante de
todo por dejar que Kate la besase. Por lo que no merecía aquello. Seguidamente cogió uno de los
lienzos en blanco y pintó sobre él un corazón siendo arañado con sus propias garras.

Se pasó toda la noche sin dormir terminando su obra consiguiendo con esto unas ojeras muy
difíciles de tapar. Cuando se dio una buena ducha caliente y entró en su habitación, se dio cuenta
de que era la primera vez que lo hacía desde que Camila se había ido. La pared de distintos
colores, su pared, que habían pintado entre risas estaba decorada con todos los recuerdos. La
chica de ojos marrones se había esforzado por que quedase perfecta y así había sido. Aún dentro
de sus pensamientos Lauren recordó fijarse en la primera foto que se hicieron dentro del
teleférico siendo ésta la misma que Camila tenía pegada en su pared. Fue entonces cuando una
idea descabellada pasó por su cabeza.

- "Mani tenías razón, yo no soy así" dijo rápidamente girándose hacia la morena. "Tengo un plan"
concluyó.

Normani miró a su mejor amiga orgullosa por no dejar de ser quien realmente era y por ver por
primera vez en muchos días una sonrisa sincera. Le pidió que le contase aquel suculento plan y
cuando Lauren le explicó con cada detalle la idea descabellada que había pasado por su cabeza, la
morena no hizo más que sonreír sabiendo cómo acabaría todo aquello.

- "Lauren Jauregui está de vuelta" informó Normani celebrando el regreso de su mejor amiga con
un tono de voz un poco más alto del habitual.

Con la mano dentro de los bolsillos del uniforme sujetando las llaves y su teléfono, Camila
caminaba por la zona céntrica de la ciudad a paso lento. Se limitaba a mirar hacia sus pies debido a
que si levantaba la vista todo le recordaba a Lauren. Con cada paso que daba se arrepentía cada
vez más de no haber usado el autobús.

Todas las calles desprendían amor 'puro' debido al día que era: parejas cogidas de la mano
gritando su amor a los cuatro vientos, personas con ramos de rosas en sus manos, escaparates con
eslóganes sobre el amor, etc. Camila aceleró su paso y salió de todo aquello que le provocaba
ganas de llorar suspirando una y otra vez.

Nada más llegar a Nando's se encontró con su jefe quien no dudó en que había estado enferma
debido a la mala cara que llevaba. Le dio un leve golpe es la espalda para animarla y volvió a su
oficina. Dinah quien había llegado mucho antes que ella se acercó a la chica más bajita mientras
ésta limpiaba una de las mesas.

- "Ha vuelto" dijo la rubia detrás de ella en voz baja haciendo que Camila se girase rápidamente.

- "¿Qué... que te ha dicho?" preguntó nerviosa notando cómo el nudo en su garganta crecía.

- "Ha venido junto con Normani, pero hemos hablado a solas ya que ésta ha entrado al servicio. La
he dejado pasar porque sabía que no habías llegado" explicó notando la mirada intrigante de su
mejor amiga. "Quería lo mismo de todas las veces anteriores. Verte." añadió.
Camila soltó un suspiro mientras agarraba el paño con más fuerza. Si no hubiera decidido caminar
en vez de coger al autobús como hacía siempre, hubiera hablado con Lauren, ya que en ese
momento se sentía más vulnerable que en los últimos catorce días, y un gran peso cargaba sobre
sus hombros.

- "¿Y qué le has dicho?" volvió a preguntar ahora con una expresión más triste.

-"La verdad, que no habías llegado todavía pero no la dejé quedarse, no sabía cómo reaccionarías"
admitió. "No podéis estar así siempre Mila. No estoy defendiendo a Lauren ni mucho menos pero
creo que deberíais de hablar. Si tanto ha insistido estas dos semanas debe de ser por algo"
sentenció antes de volver a su puesto.

Las palabras de su mejor amiga consiguieron que las lágrimas que estaba intentando mantener,
corrieran por sus mejillas sin límite. Ella no creía que su novia le hiciera algo así pero verlo con sus
propios ojos le hizo darle cuenta de que se equivocaba. Pero necesitaba una explicación,
necesitaba a Lauren de vuelta. Es por eso por lo que estaba dispuesta a hablar con ella pero no lo
estaba a ir detrás de suya. Si la morena de ojos verdes quería hablar, tendría que volver a buscarla.

Al otro lado de la ciudad en un restaurante de comida rápida, Lauren y Normani terminaban sus
respectivos almuerzos con una sonrisa en sus rostros. La morena había ayudado a su mejor amiga
a sacar varios instrumentos del almacén de la oficina necesarios para su magnífico y a la vez
arriesgado plan.

- "Somos un buen equipo ¿verdad?" preguntó la morena.

- "El mejor" respondió Lauren dándole un sorbo a su refresco. "Es mi última bala Mani, si después
de esto Camila no quiere saber nada más de mí tendré que asumir mis actos y seguir cargando con
la culpa" añadió apenada.

- "Si hay algo que sé Lo, además de que es un plan muy arriesgado por las mentiras que puede
causar, es que Camila no se va a negar a hablar contigo" afirmó agarrando la botella de agua con
ambas manos.

- "¿Cómo estás tan segura?" preguntó algo sorprendida.

- "Porque sé que todo lo que consigues te lo propones" admitió mostrando su blanca y perfecta
sonrisa.

Lauren no pudo contener sus ganas y se abalanzó sobre la morena dispuesta a no soltarla de sus
brazos. Le estaba muy agradecida ya que si no hubiera sido por Normani seguiría llorando por las
esquinas con las manos llenas de pintura.

- "Sabes qué opino sobre las muestras de afecto y te lo llevo perdonando mucho estas últimas dos
semanas pero cómo no me sueltes me vas a ahogar" dijo la morena apartándose de Lauren entre
risas.

- "Perdón" rio. "Entonces ¿a qué hora termina Camila hoy?" preguntó volviendo a su asiento.
Normani abrió su enorme bolso y sacó su móvil buscando en él la foto que le había hecho a los
turnos de la chica de ojos marrones. Lauren y ella se habían presentado en el restaurante
arriesgándose a que Camila sí estuviese allí pero por suerte no fue el caso por lo que mientras
Lauren hablaba con Dinah, Normani fue al servicio colándose al salir en la zona de empleados sin
ser vista y haciéndole una foto a los turnos. Todo estaba anteriormente planeado.

- "Pues según este maravilloso acto de valentía, en dos horas justas" bromeó mostrándole el
recuadro.

- "Más el autobús que suele coger unas dos horas y media, aunque si decide caminar unas tres"
añadió Lauren recordando las veces que la había acompañado de vuelta.

- "Tres horas para saber si el amor de tu vida va a volver a hacerte llegar al orgasmo en menos de
dos minutos" volvió a bromear la morena aprovechando todos los detalles que Lauren le había
dado del viaje.

- "¡Normani!" gruñó elevando la voz. "Tengo que dejar de darte tantos detalles" se apuntó para sí
misma entre risas.

Camila mantuvo su uniforme puesto y caminó hacia la parada de autobús sin la compañía de Dinah
quien tenía turno doble. Esta vez decidió llegar lo más pronto posible a casa evitando respirar
tanto amor por el trayecto de vuelta. Cuando cruzó la esquina de su calle y se acercó a la pequeña
urbanización se paró antes de llegar. Olía a Lauren. Por unos segundos se quedó allí disfrutando
del olor mientras un escalofrió recorría su cuerpo. Sacudió la cabeza negando consiguiendo que la
coleta se moviese de un lado a otro y entró dentro de su casa dando las buenas tardes.

- "Lo ha notado" dijo Lauren cuando la silueta de su novia desapareció detrás de la gran puerta.

- "¿El qué?" preguntó Normani sin entender a lo que su mejor amiga se refería.

- "Mi olor. Lo ha notado, por eso se ha parado" respondió.

-"Te dije que era mejor que me acercase yo a conectar el chivato" dijo Normani poniéndose
cómoda en el coche de Chad. "¿Todo listo?" preguntó la morena.

- "Todo listo" repitió Lauren encendiendo la pantalla del iPad.

La pantalla de éste se encendió mostrando el satélite de la pequeña urbanización con los cuerpos
calientes en color rojo que estaban dentro de la casa. Había dos en la sala de estudios por lo que
supuso que serían los hermanos de Dinah o Sofi, uno en el salón y otro en la cocina. El segundo
piso, en cambio, estaba vacío por lo que sabían que Camila seguía en la planta baja.

La silueta roja de la cocina comenzó a moverse por ésta llegando hacia las escaleras por las que
subió al segundo piso entrando en la habitación de Dinah y Camila lentamente. Ese recorrido hizo
saber tanto a Lauren como a la morena que la chica bajita estaba justo donde necesitaban que
estuviera. Se quedaron varios minutos mirando el punto rojo inmóvil esperando el momento
adecuado.
Cuando Lauren entró en ésta por primera vez recordó haber visto enchufada una radio encima de
la cómoda. Eso fue lo que recordó al pensar en la habitación de su novia por la mañana. Normani
introdujo un código en un teléfono desechable y pinchó la radio teniendo los controles de ésta en
su propia mano.

- "Buena suerte Lo" susurró Normani dándole al botón de encender.

Camila quien estaba echada sobre su cama mirando hacia el techo de su habitación, se levantó de
repente al escuchar cómo la radio se encendía por si sola y la miró durante varios segundos con la
boca abierta.

-"Preparada..." dijo Normani cambiando de emisora.

Cuando una canción aleatoria dejó de reproducirse y otra emisora comenzó a sonar emitiendo un
programa de radio, Camila abrió aún más la boca y se pellizcó creyendo estar soñando. Se levantó
de la cama rápidamente y se puso frente a la radio paralizada.

- "Lista..." volvió a decir la morena señalando el punto caliente de Camila moviéndose por la
habitación quedando frente a la radio.

- "Ya" finalizó Lauren marcando un número en su teléfono rápidamente.

Camila estuvo a punto de apagar la radio y volver a su cama cuando escuchó una voz que la
detuvo. Era Lauren. En la radio. No se lo podía creer. No podía ser casualidad.

- "Parece ser que tenemos un enamorado o enamorada más que quiere que atendamos su
llamada" dijo el locutor de la radio. "Hola buenas, estás en directo"

- "Buenas tardes" respondió Lauren al otro lado de la línea.

- "¿Cómo se llama la mujer con el que tengo el placer de hablar?" preguntó el locutor.

- "Lern. Lern Jergi" volvió a responder con una pequeña risa.

Camila se quedó sin palabras y con los ojos aún más abiertos cuando escuchó el nombre que le
acababa de dar. Así la llamaba ella. Y su risa. Esa risa que tanto la enamoraba y que tanto llevaba
sin oír. Sin perder más el tiempo subió el volumen de la radio al máximo prestando toda su
atención en la conversación.

- "Bonito nombre" bromeó el locutor. "Y dime Lern Jergi, ¿llamas para dar un mensaje a tu
persona especial o para algo más?" preguntó.

- "Quiero dedicarle una canción antes de dar el mensaje.

Nothing Really Matters de Mr. Probz" admitió Lauren con valentía mientras Normani le levantaba
los pulgares en señal de apoyo.
La canción que la chica de ojos verdes le había dicho se clavaba en su corazón como puñales
mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. Se había acostumbrado a notarlas húmedas por lo que
no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que notó el sabor salado posarse en sus labios.

- "Well she's OK and I'm alright, when she's awake I'm up all night. Nothing really matters, nothing
really matters. I see her face and in my mind I seize the day. Whenever she's nearby it's like
nothing really matters, nothing really matters..."

Lauren esperaba al otro lado de la línea mirando a Normani expectante mientras escuchaban la
canción. Tenía miedo de que se acabase y dar el mensaje. Tenía miedo de ser rechazada una vez
más. Tenía miedo de que esa fuese la última vez que vería a Camila.

- "She completes me how she reads me, right or wrong. It's so clear she's all that I need, all I need.
I know what it feels like, I know what it feels like. Swimming trough the stars when I see her and I
don't need air cause' I breathe her..."

La chica de ojos marrones tenía la mirada perdida frente a la radio. Se había sentado sobre la
moqueta y tenía la espalda apoyada en la cama mientras escuchaba atentamente la letra. Hablaba
de ellas. Las definía completamente.

- "When I'm lost and need a sign, she leads the way and I'll be fine. Nothing really matters, nothing
really matters..." terminó la canción.

- "Bueno, bueno, bueno Lern Jergi que pedazo de canción" admitió el locutor. "Tiene que ser una
persona muy importante en tu vida"

- "La que más" respondió Lauren consiguiendo que Camila notase su corazón a punto de salirse del
pecho.

- "Eso es muy tierno y más en un día como hoy, ¿a quién dedicas esta canción Lern?" preguntó una
vez más el locutor.

- "A mi gruñona" admitió en un hilo de voz temblorosa.

Normani comprobó si la radio seguía encendida y en la misma frecuencia y así era, por lo que le
dio el visto bueno a su mejor amiga saliendo ésta del coche. Cuando Lauren recalcó el 'mi' Camila
dio un salto del suelo y se acercó a la radio cogiéndola con las manos deseando que su novia
apareciese tras ellas como el genio sale de la lámpara.

- "Veo que en vuestra relación el punto fuerte son los motes" bromeó el locutor haciendo reír a
sus compañeros. "¿Qué mensaje quieres dejarle a gruñona?"

Lauren se quedó un par de segundos en silencio sosteniendo el teléfono con su hombro derecho al
tener las manos ocupadas. Esos pocos segundos le parecieron horas a la chica más bajita que
esperaba en su habitación ansiosa la respuesta.

- "Que abra la puerta de su casa" dijo y al momento colgó.


Camila se quedó inmóvil mirando la radio hasta que asimiló lo que acababa de escuchar. Sin dejar
de mostrar la sonrisa que había enseñado durante toda la conversación siendo de las pocas que
había mostrado las últimas dos semanas, corrió hacia la puerta de su casa dejando la radio aun
encendida tras ella.

Cuando abrió la puerta bruscamente sin darle explicaciones a la señora Hansen quien descansaba
en el sofá, una desilusión se apoderó de su rostro al no encontrar la figura de Lauren frente a ella.
Miró hacia el escalón de la puerta con la misma expresión encontrando un sobre azul a sus pies
con su nombre. Era de ella. Había estado ahí. Su perfume ahora más concentrado lo afirmaba.
Miró hacia todos los lados queriendo encontrarla pero no dio con Lauren por lo que jugó con el
sobre entre sus dedos hasta que decidió abrirlo. Dentro un pequeño folio doblado una sola vez
mostraba la perfecta caligrafía que ya reconocía sin problemas.

"Supongo que si estás leyendo esto es porque al fin después de dos semanas voy a poder
explicarme. Sé que esperabas que fuese yo y no una simple carta, pero la puerta de tu casa no era
un lugar muy apropiado. Es por eso por lo que quiero que nos veamos en otro lugar más privado.

Junto a esta pequeña carta te dejo la dirección de una tienda. Allí recibirás un paquete mío junto a
una nota que te dirá dónde estoy. No te preocupes por el tiempo, te estaré esperando el que haga
falta. Si no apareces entenderé que no quieras verme, pero házmelo saber. Aunque el invierno se
esté yendo y yo no suela tener frio, me estoy helando por dentro.

Te echa de menos, Lauren"

Camila tomó el sobre entre sus manos y pensó en qué hacer. Si seguir el juego de Lauren, o no.

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Capítulo 62

Con la mirada perdida sobre la pequeña carta, Camila recapacitó una y otra vez qué decisión
tomar. Minutos atrás, incluso horas, estaba 100% segura de querer hablar con Lauren pero ahora
que realmente tenía la oportunidad le daba miedo enfrentarse a ella. Pero mucho más miedo le
daba perderla por lo que subió rápidamente a su habitación y con la radio sospechosamente
apagada cambió el uniforme por unos vaqueros y un jersey que mostraba parte de su abdomen.

- "Voy a salir Milika" informó Camila mientras cogía un chaquetón del perchero. "¿Puedes decirle a
Dinah que tiene una nota mía encima de la cama?"

- "Por supuesto cariño, pero ¿a dónde vas?" preguntó la madre de la rubia dejando a Camila sin
palabras. "Es Lauren ¿verdad?" volvió a preguntar consiguiendo que la chica asintiese sonrojada.
"Pásalo bien" sentenció.
Sin dejarle decir nada más, salió de la pequeña urbanización rápidamente cogiendo el bus que la
dejase más cerca de la calle indicada. Mirando el sobre envuelto en sus manos intentaba enlazar
los cabos sueltos que tenía y su mayor pregunta hasta el momento era: ¿Cómo había conseguido
Lauren poner la radio en funcionamiento en el momento exacto?

Con dicha pregunta en mente se bajó del autobús y caminó hasta la calle indicada buscando la
tienda. Se sentía como el primer día de universidad en el que no encontraba las clases correctas y
tenía que ir preguntando a los alumnos de cursos superiores. Cuando dio con la tienda se paró
frente a ella sin entender nada. Estaba frente a una cerrajería.

- "Hola, buenas tardes. Venía a recoger algo a nombre de Lauren Jauregui" dijo Camila
acercándose al cerrajero.

- "¿Eres Camila?" preguntó el hombre con su voz grave haciendo que ésta asintiera. "En ese caso,
toma. Ahí está todo lo que necesitas" explicó dándole un sobre acolchado con su nombre.

Camila le dio las gracias y salió de la tienda. Abrió el sobre sin entender nada y encontró dentro un
juego de llaves con el número 13 colgando de ellas. Ese tipo de llaves le sonaba pero no lograba
descifrar de qué. Sin apartarse de la puerta de la cerrajería, sacó la nota que había dentro del
sobre y la leyó en voz baja.

"Esta llave abre una taquilla de un medio de transporte que utilizas a menudo. Si quieres saber
dónde estoy ve y búscala. No tardes mucho, no están a todas horas disponibles"

Nada más leer aquella nota, se rio para sí misma y se dirigió hacia la estación de autobuses. No se
sorprendía para nada del juego que Lauren le había propuesto ya que viniendo de ella cualquier
cosa así, era fácil de esperar y fácil de sorprender.

Cuando entró en la estación se dirigió rápidamente hasta las filas de taquillas repletas de personas
y algunos empleados. Una imagen del pasado traspasó su mente y la hizo pararse en seco
mientras buscaba la número 13. Varios segundos después intentó deshacerse del nudo en su
garganta y siguió con su búsqueda dando con ella un par de minutos después.

Abrió la taquilla con cuidado dejando la llave metida en la cerradura y sacó de ella una bolsa de
plástico. Al tacto sabía lo que era por la forma pero hasta que no sacó el libro de la bolsa no lo
afirmó.

La novela 'Orgullo y Prejuicio' adornaba sus manos. Un marca páginas sobresalía de uno de sus
libros favoritos. Abrió la página indicada encontrándose con un post-it azul sobre ella.

"No hace falta que te explique sobre qué se trata dicha novela pero quería recalcar cómo Elizabeth
Bennet y Fitzwilliam Darcy maduran para superar algunas crisis y aprenden de sus errores para
encarar el futuro en común. Deberías llevar el libro a la biblioteca privada que ya conoces. Está a
punto de expirar la fecha de entrega"

Rozó la yema de sus dedos por la página marcada haciendo que la pulsera con el apellido Jauregui
que no se había quitado a pesar de todo, rozara dicha página también. Creyendo notar una mirada
clavada en ella, levantó la cabeza y miró a su alrededor sin encontrar nada, por lo que
rápidamente salió de allí y se dirigió en taxi hacia la antigua biblioteca municipal.

- "¡Camila!" dijo Victoria nada más verla entrar. "Cuanto me alegro de verte" la abrazó.

- "Lo mismo digo Victoria" sonrió agradablemente. "Tengo esto para ti" dijo sacando la novela de
su bolso y entregándosela.

- "Muchas gracias pero te tengo que dar un recibo como cual lo has devuelto, ¿de acuerdo?" dijo
consiguiendo que Camila asintiese.

Un par de minutos después Victoria sacó de un cajón una carpeta azul tamaño cuartilla y se la
entregó junto con el recibo al que se acababa de referir. Sin entender nada fijó sus penetrantes
ojos marrones en la carpeta azul y se despidió de la chica de ojos castaños. Cuando salió del gran
edificio se sentó en un banco que había en frente y abrió la carpeta dejándola vacía. Al ver lo que
había dentro su mandíbula cayó al suelo.

A ti podría decirte

Que has de saber que ya ocupas mis ojos,

Que llevo tu risa incrustada en mis arterias,

Que no hay lugar en mi cuerpo en el que no quepa tu pena

Que cuando no tengas un sitio al que volver,

Pienses que tienes abiertos todos mis huecos.

Una lágrima rodó por la mejilla de Camila una vez leyó los versos. Mientras los iba leyendo uno a
uno recordaba el tacto de los labios de Lauren sobre los suyos e inconscientemente tenía la mano
sobre ellos, moviéndolos, rozándolos. Detrás de la hoja con los versos escritos con esa caligrafía
que tanto le gustaba leer, encontró un pequeño sobre blanco del cual sacó un ticket regalo y otra
nota.

"Se me olvidó pasar a recoger un regalo por allí, ¿te importaría hacerme el favor? No está muy
lejos del edificio y, tal y como dicen los pequeños versos: tienes todos mis huecos abiertos si te
pierdes. Estás cerca de encontrarme"

Se limpió las lágrimas con una sonrisa sincera y guardó la pequeña carpeta dentro de su bolso
junto con todas las notas anteriormente leídas. Leyó el nombre de la tienda en el ticket y corrió
hacia ella. No por miedo de que ésta cerrara sino por querer encontrar lo antes posible a la chica
que desde que se chocaron por primera vez, tenía su corazón.

Las paradas anteriores las había entendido pero la siguiente no. Se encontraba frente a una tienda
de una diseñadora de moda que tenía su propia marca. Camila había oído hablar de ella pero
nunca antes había entrado en dicha tienda con los escaparates lleno de maniquíes alumbrados por
grandes focos. Sin entender nada, entró nerviosa y se acercó al mostrador.
- "Buenas noches señorita Cabello" respondió la mujer elegante.

- "Buenas noches" respondió con una sonrisa. "Disculpe pero ¿cómo sabe mi nombre?" preguntó
intrigada sabiendo que solo podía ser cosa de Lauren.

- "Profundos ojos marrones, larga melena oscura ondulada, finos labios rosados, abdomen
expuesto, pulsera con una chapita de plata y facciones perfectamente detalladas" explicó dejando
a Camila asombrada. "Es la breve descripción que me han dado de usted por lo que no podría ser
otra" rio. "Creo que tiene algo para mí"

- "Oh, sí. Perdone" respondió rápidamente sacando el ticket de su bolso y entregándoselo a la


mujer elegante.

Mientras ésta anotaba unos números en la pantalla del cajero, Camila pensaba en la descripción
que le había hecho de ella misma. Durante todo el tiempo que había estado jugando a la caza del
tesoro había olvidado el daño que Lauren le había hecho pasar y éste volvió a su cabeza
consiguiendo que su sonrisa desapareciese.

- "Acompáñeme si es tan amable" dijo la mujer elegante guiándola hacia un probador.

Seguidamente trajo un metro y apuntó en un bloc de notas las medidas de la chica más bajita
quien la miraba con el ceño fruncido. Media hora después la mujer elegante volvió al probador
con un vestido negro adornado con un escote en forma de V ceñido a su pequeña cintura. Camila
se miró así misma dando vueltas en el espejo. Era sumamente precioso. En cuanto terminó de dar
vueltas, la mujer elegante le entregó una bolsa de cartón de su comercio con un pequeño texto en
el lado en el que el logo no estaba reflejado. Camila aun vestida, tomó la bolsa entre sus manos y
leyó el texto.

"No me hace falta verte para decirte que estás preciosa. Llevar el vestido puesto es una regla más
de este pequeño juego. Trece flores acaban la partida. Estás muy cerca de mí."

Sonriendo como una niña pequeña cuando le compran el caramelo que desea, le dio las gracias a
la mujer y salió en busca de la floristería de la cual Lauren le había dejado escrito en la bolsa la
dirección. Notaba las miradas en ella y por primera vez no estaba nerviosa. Se sentía orgullosa del
vestido que estaba exponiendo.

Nada más entrar en la pequeña floristería se escuchó la campana que avisaba a Peter de que
alguien había entrado. Al ver a la joven que tenía frente a él supo de quien se trataba y el por qué
de la sonrisa constante de Lauren cada vez que pasaba a por un ramo.

- "Buenas noches señor" habló Camila. "Me llamo Camila. Puede parecerle una locura pero me han
dicho que venga hasta aquí. No me han explicado el por qué ni tampoco me han dado nada para
entregarle. Solo sé que debo estar aquí" explicó Camila notando la sonrisa arrugada que la miraba.

- "Mi nombre es Peter, encantado" se presentó.

"Al contrario que usted señorita Cabello, yo no tengo ninguna duda sobre el por qué de su visita"
- "¿Cómo sabe...?" se pausó. "Lauren" se respondió así misma.

- "Exactamente" respondió Peter.

Sin alargar más la conversación, sacó de debajo del mostrador un ramo de trece flores como
siempre desconocidas para ella con su habitual sobre azul. Ahora sabía perfectamente que no era
una floristería cualquiera, sino la que siempre visita Lauren desde que falleció su madre. Un
sentimiento de empatía recorrió su cuerpo al coger en sobre entre sus manos.

"Este es un ramo de Crisantemo blanco, aunque desconozcas el significado puedes hacerte una
idea. Con este ramo te pido disculpas pero no te las voy a explicar por escrito, recuerda que aún
estoy esperando y tal y como he dicho antes, las flores terminan el juego. Te noto cerca Camz"

Con el sobre aun entre sus manos Camila mantuvo las lágrimas y agarró el ramo sin saber a dónde
ir. Ya no tenía más pistas y tal y como había dicho Lauren el juego se había terminado. Estuvo a
punto de salir de la floristería cuando la voz de Peter la detuvo.

- "Espere señorita Cabello, se me ha olvidado darle esto" admitió.

Camila se volvió hacia el hombre mayor que sostenía en sus manos las llaves del Chevrolet de
Lauren. Sabía que eran de su coche porque llevaban colgadas el llavero que ella misma le regaló de
un pez payaso. Había un pequeño post-it sobre uno de los botones del que leyó 'Púlsame al salir'

Despidiéndose de Peter, salió con el bolso colgando del hombro y el ramo entre sus brazos
dejando una mano libre para hacer caso de la pequeña nota. Presionando el botón indicado
escuchó detrás de ella el sonido con el que el Chevrolet se abría. Se giró lentamente con miedo de
lo que se pudiese encontrar, pero ese sentimiento desapareció cuando vio aquellos ojos verdes
escaneando su alma.

- "Creo que ya es hora de que dejes de andar de un lado a otro" dijo Lauren abriéndole la puerta
del copiloto mientras ésta se acercaba. "Hola Camila"

- "Hola Lauren" respondió con una nerviosa sonrisa.

Sus labios estuvieron a punto de rozarse por el deseo que inundaba en ambas pero la chica más
bajita no lo permitió. A pesar de todo lo que había hecho por ella las últimas horas que llevaba
caminando, todavía necesitaba una explicación.

Lauren suspiró y entró dentro de su Chevrolet. Después de dejar la nota sobre la puerta de su
novia había corrido de vuelta hacia el coche de Chad donde la esperaba Normani. Al ver que
Camila había aceptado el juego, la morena condujo rápidamente hacia el estudio de Lauren dónde
ésta cogió su coche y siguió paso a paso a la chica de ojos marrones sin que ésta se diese cuenta.

Su habitual y agradable silencio mientras Lauren conducía estaba un tanto cargado de tensión
entre ellas acompañado por el olor de las flores. La morena de ojos verdes estaba deseando darle
una explicación a su novia mientras que ésta por otro lado estaba deseando escucharla.
Unos veinte minutos después, Lauren aparcó en la puerta del lugar de reunión de Normani. En
completo silencio, ambas entraron dentro y se acomodaron en el sofá después de encender la luz.
Estar allí y recordar la última vez que estuvieron hizo que tanto la piel de una como de la otra se
erizara.

- "Antes de explicarte lo que viste, me gustaría recalcar el hecho de que todas y cada una de las
pistas tienen su por qué que te explicaré al acabar, ¿te parece bien?" explicó Lauren rompiendo el
hielo.

- "Me parece perfecto" respondió Camila alargando la sonrisa.

- "Lo que viste hace dos semanas fue un beso. No voy a decirte que no es lo que parece porque
esa frase es una excusa más, pero te explicaré que no fui yo la que lo empezó ni tampoco la que lo
siguió" comenzó. "Kate se presentó por sorpresa, no sabía que tenía mi dirección. Me dijo que
necesitaba comprobar algo y entonces me besó"

Las últimas palabras se le clavaron a Camila en el corazón como puñales. Eso le hizo volver a
aquella escena consiguiendo que su pulso se acelerase. Lauren lo notó por lo que agarró su mano
transmitiéndole tranquilidad.

- "No seguí el beso Camz, de verdad. Me mantuve recta porque no me lo esperé y entonces
apareciste tú y todo se vino abajo. Corrí a por ti y me mandaste ya sabes dónde. Después de eso
volví dentro y eché a Kate de mi casa. No quería verla y he estado haciéndole el vacío desde
entonces" siguió. "Me ha perdido perdón cientos de veces esta semana pero no he aceptado
ninguno. Por su culpa he pasado las últimas dos semanas que peor recuerdo. Porque sentía que te
había perdido Camila"

- "Lauren..."

- "Déjame acabar, por favor" la cortó. "Sé que no tuve que dejar que Kate se me acercara de esa
forma y créeme que me arrepiento día tras día. Al igual que también sé que tienes todo el derecho
a no querer saber nada más de mí"

- "Lauren"

- "Por favor, termino ya" volvió a cortarla. "Te prometí pasar un San Valentín juntas por mucho
que no me gustase este día, a eso se deben todas y cada una de las pistas, que en conjunto traen
un último mensaje y es que te quiero Camila Cabello Estrabao. Te quiero, te quiero y te quiero. Y
estos días han sido una..."

Camila no la dejó acabar harta de que la interrumpiera y se lanzó a sus labios. La había perdonado
desde que empezó a hablar con esa expresión de culpa en su rostro. Había notado la sinceridad en
sus ojos verdes ahora más oscuros. Sus bocas se conectaron buscando aquello que habían añorado
los últimos catorce días. Entrelazaron sus manos y acercaron hasta tal punto de encoger sus
narices. Camila se abalanzó sobre Lauren y la tumbó en el sofá quedando ella arriba rompiendo el
beso.
- "Feliz San Valentín Lauren" dijo jadeante. "Yo también te quiero" añadió volviendo a conectar sus
labios hambrientos.
Capítulo 63

Las palabras de Camila consiguieron que Lauren sonriera en medio del beso antes de seguir con él.
Notaba las manos finas de su novia enredarse en su larga melena mientras la otra rozaba su
abdomen con delicadeza erizando su piel. Anhelaba esa sensación. Camila profundizó aún más el
beso haciendo chocar sus caderas con las de la chica de ojos verdes. A pesar de tener los ojos
cerrados podían notar la excitación en las pupilas de cada una.

Con el pulso acelerado y ambos cuerpos en llamas, siguieron con su juego íntimo. Camila
aprovechó el despiste de Lauren y le quitó los botones de la camisa uno a uno dejando sobre sus
marcados pechos un recorrido con la lengua haciendo que ésta echara su cuello hacia atrás.
Lauren se mordía los labios fuertemente mientras se concentraba en la lengua de la chica más
bajita y en su pierna dando en su centro por encima del pantalón.

Por muchas ganas que la morena de ojos verdes tuviera de seguir con aquello, una preocupación
seguía en su cabeza. Notaba el perdón de Camila demasiado fácil después de dos semanas sin
querer saber nada de ella. Necesitaba comprobar si su novia estaba completamente segura de lo
que estaba haciendo, por lo que salió de debajo de ésta y se incorporó en el sofá dejando a Camila
con una expresión confusa en su rostro.

- "¿Qué pasa Lauren?" preguntó ésta acomodándose el pelo.

- "Deberíamos seguir hablando de lo que ha pasado" admitió imitando el gesto de su novia.

Camila soltó un suspiro y se colocó bien el vestido. Seguidamente se recostó sobre el sofá y atrajo
a Lauren hacia ella quedando ésta sobre sus muslos. Camila comenzó a jugar con la larga melena
de su novia con su habitual y agradable silencio de fondo hasta que decidió romper el hielo entre
ambas.

- "De todas las veces que he llorado por ti, esta ha sido las más dolorosa. No te creía capaz de algo
así aunque ahora que sé lo que realmente pasó retiro lo dicho. Sé que dos semanas es mucho
tiempo pero mayor ha sido mi dolor Lauren" comenzó haciendo que ésta diera un sollozo mientras
jugaba con la mano libre de Camila. "Nadie sabía mi situación excepto Dinah, aunque me han
dejado claro en varias ocasiones que sabían de qué se trataba. Los primeros días fueron los
peores. Sentía que no había conseguido ser lo suficientemente buena para ti, que cualquier
persona era mejor que yo, que todo lo que habíamos construido y estaba reflejado en tu pared se
había quedado estancado en el pasado" siguió. "Sabía que si te dejaba hablar conmigo caería a tus
pies nada más verte y no quería eso. Estaba rota, sí. Te necesitaba, también. Pero mi orgullo
hablaba por mí"

Las palabras de Camila entraban en el corazón de Lauren como puñales. Le había hecho
muchísimo daño y por mucho que su novia la perdonase ella no lo haría nunca, porque había
herido a la persona que más quería.

- "Me he pasado los últimos días en la cama dándole la vuelta a la almohada cada media hora para
mojar un lado mientras el otro se secaba, he estado faltando al trabajo fingiendo estar mala y mi
apetito ha sido nulo" continuó explicando mientras Lauren guardaba silencio mirando sus brillosos
ojos marrones. "Suena irresponsable por mi parte y me arrepiento por ello, pero todo me
recordaba a ti y el dolor día tras día, se hacía más fuerte e indomable" se pausó para soltar un
sollozo. "Hubo días en los que simplemente me paraba frente a tu oficina escondida con la
esperanza de verte unos segundos, pero nunca aparecías y tu coche nunca estaba, lo cual me
extrañó"

Al escuchar esa última frase, el cuerpo de Lauren se encogió inconscientemente recordando la


conversación con su mejor amiga después de volver de Australia. Habían acordado decirle toda la
verdad a Camila pero después de este incidente, ese pensamiento había pasado a un segundo
plano.

- "No voy a mentirte diciendo que me quedé con cada ramo que me mandaste, ni que leí todos tus
mensajes porque no lo hice. Dinah guardó las tarjetas de los ramos y borró tu conversación. Fue
decisión mía que lo hiciera" afirmó. "Cuando dejaste de insistir pensé que te habías rendido, que
me habías dejado ir sin luchar más, que le habías dado una oportunidad a Kate pero aquí estamos,
jugando con nuestras manos en el mismo sitio donde me entregué a ti por primera vez" se pausó
para formar una sonrisa en sus labios mientras miraba a su alrededor recordando la propuesta de
Lauren. "Y aquí estamos, juntas, abrazadas, después de tenerme durante un par de horas dando
tumbos por las calles de la ciudad recordando cuánto echaba de menos que me sorprendieras
cómo solo tú sabes hacerlo y cuánto anhelaba perderme en el brillo de tus ojos" concluyó
conectando de nuevo la mirada en Lauren quien tenía sus mejillas mojadas.

Lauren se levantó de sus muslos y se sentó al lado de Camila en el sofá agarrando sus finas manos
en las suyas pálidas y con las venas marcadas. Las miró durante varios segundos en silencio y las
llevó hasta sus labios dejando un beso cálido en la palma de cada una de ellas. Seguidamente
conectó sus penetrantes ojos verdes con los profundos marrones de su novia y rompió el silencio
entre ellas.

- "Siento haberte hecho tanto daño, siento haber dejado de insistir los últimos días, siento haber
sido una estúpida, pero sobre todo siento haber dejado que Kate me besara. Aunque por ella no
tienes nada más de lo que preocuparte porque voy a mantener mi palabra de dejar que no se
acerque a mí tal y como he hecho las dos últimas semanas" sentenció la morena de ojos verdes.

- "No quiero que hagas eso Lauren" admitió Camila consiguiendo que ésta ladease la cabeza en
señal de confusión. "Tal y cómo me has dicho, Kate quería comprobar algo con ese beso, ¿y si le
gustas? ¿y si tenía dudas acerca de su sexualidad y lo comprobó contigo? Si todo eso es verdad
piensa en cómo lo debe estar pasando ella. Al igual que yo necesitaba esta explicación, tú
necesitas que ella te la de a ti ya que si todo eso es verdad me gustaría saberlo y creo que a ti
también. Además, no creo que esté siendo demasiado cómodo que trabajéis juntas" explicó con
una media sonrisa sin separar sus manos.

Pensando en la explicación de la chica más bajita, Lauren recordó las expresiones de Kate los
últimos catorce días y como las ojeras se habían convertido en parte de su rostro tapando algunas
pecas. Normani había pensado lo mismo que Camila acerca de la sexualidad de su compañera
novata pero no había querido dejar que se explicase por mucho que ésta se lo pidiera. Ahora
entendía que había cometido un error. Al igual que ella le rogaba a Camila poder explicarse, Kate
lo hacía con ella.
La forma en la que Camila conectó sus palabras hizo que un fuerte suspiro saliera de Lauren. No se
merecía a la persona que sostenía sus manos. A pesar de que Kate fuese la causante de la escena
que le rompió el corazón, Camila la apoyaba para hablar con ella y dejarla explicarse. Actos como
ese entre muchos otros le afirmaban el corazón noble y puro que la chica de profundos ojos
marrones tenía.

- "¿Estás segura con eso?" preguntó Lauren aún preocupada por su novia.

- "Completamente pero hay una condición, bueno mejor dos"

- "Dispara" dijo Lauren provocando un enfriamiento interior en ambas a causa de esa palabra.

- "La primera" comenzó aclarándose la garganta. "Quiero que me cuentes la explicación que te de,
y segundo, si te vuelve a tocar de esa forma juro que se las tendrá que ver con Camila Cabello"
bromeó provocando la risa en Lauren.

Antes de contestar se levantó del sofá y atrajo a Camila hacia ella consiguiendo que ésta saltara a
su brazos abrazando su cintura con las piernas quedando su cuerpo más bajo en el aire.

- "Trato hecho Camz" dijo antes de volver a conectar sus labios.

Una vez terminado el beso habiéndose roto por una sonrisa por parte de ambas, Lauren comenzó
a dar vueltas aún con Camila sujetada a su cintura. Había echado de menos su olor, su risa,

la pequeña arruga en la comisura de sus labios al sonreír, el efecto que provocaba el contacto de
sus cuerpos, el sabor de sus labios y su lengua juguetona, pero sobre todo la había echado de
menos a ella porque sin Camila su vida no tenía sentido.

- "Tengo un regalo para ti" admitió Camila bajando del agarre de Lauren. "Te lo compré días antes
de que todo esto sucediera y lo he estado guardando con la esperanza de poder dártelo algún día"

- "Camz yo no tengo un regalo, quiero decir, las pistas solo han sido un juego no te mereces solo
eso en un día como hoy, y tampoco tenías por qué molestarte" dijo Lauren preocupada.

- "Dado el hecho de que no te gusta celebrar este día y que has hecho el esfuerzo solo por mí, es el
mejor regalo que podrías haberme hecho. Además mira el vestido, las flores, los versos. ¿No
cuenta eso para ti?" preguntó enredando los brazos en su cuello acercándose más a ella con una
blanca sonrisa.

Soltando una tímida sonrisa, Lauren puso los ojos en blanco y cortó la distancia entre ellas
conectando sus labios. Camila le había informado del regalo sin recordar que éste se encontraba
en el piso que tenían a nombre de ella y de Dinah, del cual Lauren no podía saber de su existencia
y mucho menos entrar dentro de él. Por lo que pensó rápidamente otra mentira más sintiéndose
mal por ello.

- "Vamos, tu regalo te espera" dijo Camila guiándola hacia el Chevrolet.


Dentro del coche, Camila le dio la dirección del piso informándole de que era un pequeño trastero
que tenía su familia un tanto lejos de la pequeña urbanización. Acordándose de ella, recordó el
momento en el que su radio se encendió sola mientras Lauren conducía.

- "¿Cómo lo hiciste?" preguntó curiosa.

- "¿A qué te refieres?" preguntó de vuelta.

- "La radio, ¿cómo la encendiste?" explicó consiguiendo que Lauren agarrara con más fuerza el
volante. "Parecía magia" añadió con una mirada infantil en su rostro.

-"Un mago nunca revela sus trucos" dijo dándole una rápida mirada a su novia quien hizo un
puchero no conforme con la respuesta.

- "Eso no es nada justo Lern Jergi" gruñó cruzándose de brazos provocando una carcajada en
Lauren.

Varios minutos después, aparcó su coche en una calle repleta de pisos. Estaba muy alejada de la
urbanización de Camila por lo que le sorprendió el hecho de que tuviera un trastero allí. No solía
pasar mucho por aquella zona pero era un barrio tranquilo y económico por lo que había
escuchado. Hizo el amago de abrir la puerta del coche cuando la mano de Camila la detuvo.

- "¿A dónde vas?" preguntó ésta un tanto nerviosa.

- "A acompañarte" admitió. "No pretenderás que te deje acercarte sola a ese trastero siendo de
noche ¿verdad?" añadió levantando una ceja.

- "No sería la primera vez Lauren, además si lo ves nada más entrar dejará de ser una sorpresa.
Confía en mí, si me pasa algo gritaré tu nombre" bromeó intentando no mostrar sus nervios.

- "Si tardas más de cinco minutos iré a por ti" sentenció.

A pesar de notar algo extraño en la insistencia de su novia, Lauren le dio el visto bueno sabiendo
que si algo le pasaba por no acompañarla no se lo perdonaría. Encendió la radio y esperó mirando
hacia el oscuro cielo mientras escuchaba una canción aleatoria.

Camila comprobó que Lauren no miraba y entró rápidamente en el bloque de pisos dirigiéndose
hacia la escalera. Agradeció la idea de Dinah de comprarlo en la segunda planta y no en la quinta
como ella quería porque entraba mejor la luz. Metió la llave en la cerradura aún más nerviosa y
encendió la luz que iluminaba el casi vacío piso. Éste tenía un espacioso salón comedor conectado
a la cocina por un marco de madera, seguidamente un cuarto de baño compartido y al fondo dos
puertas blancas a juego con todas las paredes, que daba a dos habitaciones cada una con su baño
propio. Una para Dinah y otra para ella.

Miró a su alrededor y comprobó cómo Dinah había seguido trabajando en lo que estaba a punto
de suceder. Los cables estaban tirados por el suelo con las puntas peladas después de haber sido
utilizados para practicar, una maleta de viaje estaba abierta mostrando varias armas de fuego y
fajos de billetes, al lado del sofá negro que adornaba la sala había una pizarra de cristal con todos
los pasos que iban a dar y por último frente a la ventana un perchero donde colgaba varios
uniformes negros junto con unos pasamontañas del mismo color.

Recordando los cinco minutos que le había dado Lauren, miró su reloj de pulsera remangándose la
manga del abrigo y observó cómo le quedaban tan solo dos de ellos. Corrió hacia su habitación y
cogió la gran bolsa con los dos regalos de su novia que descansaba encima de la ancha cama. Sin
perder más el tiempo, cerró la puerta del piso y corrió escaleras abajo llegando hacia el portal que
estaba frente a unos trasteros del piso de al lado.

Cuando asomó la cabeza para comprobar si Lauren seguía dentro del coche notó cómo su piel se
volvía pálida sin necesidad de verla. Lauren no estaba dentro del Chevrolet. Con un nudo en su
garganta comenzó a caminar hacia él con pasos lentos. Cuando estuvo a punto de llegar, unas
manos la agarraron de la cintura.

- "Has tardado más de cinco minutos" dijo Lauren detrás de ella haciéndola soltar un suspiro de
alivio. "¿Dónde estabas? Me he acercado a buscarte y no te he visto"

- "En...En el trastero" respondió nerviosa. "Hay muchos por eso no me habrás visto" mintió.

Lauren notó la bolsa en las manos de su novia al volverse y quedar frente a frente con ella.
Queriendo ver qué contenía el interior intentó mirar dentro de la bolsa que mostraba desde fuera
algo alargado. Camila negó rápidamente haciéndola saber que hasta que no llegasen a su estudio
no le dejaría ver nada del interior. Por lo que entraron dentro del Chevrolet con el olor a
Crisantemo de fondo.

Una vez dentro del estudio unos veinte minutos después, Camila se quedó helada al notar la
cantidad de papeles de comida basura que rodeaban el chaise longue. Pero no solo fue eso lo que
le impactó sino que cualquier espacio utilizable estaba ocupado por un lienzo usado. Las obras de
la morena de ojos verdes no eran nada claras. Eran siluetas sin forma tachadas por un corazón
roto. Podía entender el dolor con el que las había pintado, pero no entendía por qué esas mismas
pinturas se repetían una y otra vez en cada lienzo cambiando tan solo los colores.

- "Lo siento" se disculpó Lauren acercándose a las bolsas de comida basura recogiéndolas. "No he
estado de humor para limpiar" admitió forzando una sonrisa.

- "No te preocupes, si no fuera por Dinah y porque no vivo sola lo tendría todo igual" respondió
con la misma sonrisa.

Minutos después con el salón presentable, se acomodaron en el sofá. Camila le había pedido a
Lauren que mantuviera los ojos cerrados y ésta había aceptado de buena gana. Sin tener
visibilidad escuchó cómo se abría lo que creía que era una caja y cómo Camila desplegaba algo con
sus manos. Después de escuchar cómo conectaba algo al enchufe situado entre la gran puerta y el
chaise longue, se hizo un silencio que fue interrumpido por un agradable sonido.

- "Feliz San Valentín Lern Jergi" dijo Camila haciendo que Lauren abriese los ojos.

Al abrirlos se encontró con la sonrisa blanca de Camila encima de un piano eléctrico de la marca
Roland modelo V-Piano. La mandíbula de la morena de ojos verdes cayó al suelo nada más verlo.
Por lo que tenía entendido según su padre, esos tipos de piano solían ser bastante caros, gesto
que le hizo sentirse mal al respecto. Camila al notar la falta de palabras en su novia decidió
empezar ella la conversación.

- "Cuando tocaste para mí por primera vez delante de tantas personas, te vi hacerlo con pasión.
Incluso más que cuando tocas la guitarra" comenzó. "Por lo que decidí comprarte este para que
pudieras tocar aquí en tu estudio" concluyó con una blanca sonrisa.

- "Camz yo..." intentó decir pero se pausó.

- "No hace falta que me des las gracias y tampoco que me compres algo para compensarme.
Quería regalártelo y no hay más que hablar" río. "Solo espero que le des más uso que a la guitarra"

- "Eres una caja llena de sorpresas" dijo al fin Lauren abalanzándose sobre su novia. "Te quiero"
añadió antes de volver a conectar sus labios.

Respondiendo con una sonrisa con el mismo mensaje, Camila cortó aún más la distancia entre
ellas haciendo chocar sus caderas. Ambas soltaron un leve gemido y siguieron con la guerra que
batallaban sus lenguas. Por muy tentador que le resultase seguir con el juego hasta quemarse por
dentro, Camila seguía teniendo un pequeño detalle más para su novia.

- "Hay...Hay algo más" dijo la chica de ojos marrones casi sin respiración rompiendo el beso.

- "¿Más?" preguntó Lauren sorprendida. "Camz no deberías de..."

- "Shh" la calló con un beso. "Es un pequeño detalle" dijo acercando la bolsa hacia ella.

Sin importarle esta vez que Lauren viera de qué se trataba, notó sus ojos verdes posados en ella
mientras sacaba una pequeña caja rectangular. Cuando se la entregó a ésta se quedó sin las
mismas palabras que había perdido anteriormente. Podría ser un simple rectángulo de acuarelas
pero para Lauren era algo más que eso. Sabía que el arte era una de sus grandes pasiones y
aunque fuera un simple detalle significaba mucho para ella.

- "Cuando limpiamos el estudio noté que las tuyas estaban desgastadas y lo recordé entrando en
una pequeña tienda. No pude contenerme" explicó Camila con su sonrisa tímida.

- "¿Cuándo te has convertido en la chica atenta y detallista de la relación?" preguntó con su


sonrisa pícara ganándose un golpe en el brazo.

- "¡Yo también puedo serlo!" gruñó cruzándose de brazos.

- "Tienes razón gruñona, mil perdones" bromeó nuevamente.

- "No, no" negó. "Ahora tienes que compensarme por tu error" añadió intentando parecer
enfadada.

- "Qué te gusta jugar sucio..." dijo Lauren dando una carcajada observando cómo Camila no
apartaba la mirada del piano. "Camz eso no, sabes que no me gusta hacerlo..."
- "Por favor" suplicó haciendo un puchero.

- "Tienes que dejar de acostumbrarte a que haga esto por ti" bromeó Lauren acercándose al piano.
"Gobernada" pensó.

Tocó unas cuantas teclas para comprobar el sonido y se crujió los dedos antes de comenzar a
tocar. Recordó una canción que solía tocar cuando era adolescente y que tanto daño le había
hecho por aquel entonces. No pensó en que ese daño pudiera volver a su mente y comenzó la
melodía estando completamente segura de querer mostrarle esa canción a su novia.

- "It's been the longest winter without you, I didn't know where to turn you. See somehow I can't
forget you, after all that we've been through" comenzó. "Going, coming, thought I heard a knock
who's there, no one? Thinking that I deserve it now I realise that I really didn't know"

Escuchar la voz ronca de su novia cantando solo para ella era uno de esos placeres que más le
hacía disfrutar. Notaba tristeza en sus palabras y aunque siempre le dedicaba todas las canciones
que tocaba para ella, esta vez Camila sabía que no se estaba dando el caso.

- "Thought I couldn't live it without you, it's gonna hurt when it heals too. It'll all get better in time
even though I really love you. I'm gonna smile 'cause I deserve to... it'll all get better in time"
continuó manteniendo las lágrimas que amenazaban con salir. "How could I turn on the TV
without something there to remind me? Was it all that easy? To just put aside your feelings..."

Aunque Lauren intentase evitar las ganas de llorar, Camila sabía que se encontraban a punto de
salir. Estaba atentamente escuchando su voz ronca acompañada por la dulce melodía. No quería
pensar para quién iba dirigida esa canción. No quería aguantar las lágrimas ella también.

-"If I'm dreamin' don't wanna laugh, hurt my feelings, but that's the path, I belive it and I know
that time will heal it" siguió marcando más la voz sabiendo lo que venía. "If you didn't notice, mom
you meant everything. Quickly I'm learning to love again. All I know is..."

Lauren no pudo aguantar más y dejó caer sus manos sobre las teclas de piano haciendo un sonido
forzoso. Al ver la expresión herida de su novia, Camila se levantó del chaise longue rápidamente y
la envolvió en sus brazos. Lauren se tapó la cara con sus pálidas manos y comenzó a llorar
fuertemente notando cómo Camila la sostenía.

- "Tranquila Lauren, está todo bien ¿vale?" intentó tranquilizarla. "Ha sido precioso, piensa que
ella te está viendo llorar ahora, y no queremos eso, ¿a qué no?" dijo consiguiendo que Lauren
negara.

Quitó las manos marcadas sobre su rostro y miró a Camila quien notó cómo sus ojos eran ahora
más grises, más entristecidos. En silencio limpió las mejillas de Lauren con sus pulgares dejando un
beso en la frente al acabar.

- "¿Por qué has tocado esa?" preguntó después de varios minutos en silencio con ahora una
Lauren más calmada.
- "Quería enseñarte otra parte de mí" respondió en voz baja mirando hacia sus pies.

- "Pues esa parte tuya me encanta, al igual que el resto" dijo dándole un suave beso en los labios.

- "Aunque mi padre fuese quien me enseñó a tocar, ella era quien me ayudaba a aprender las
melodías de las canciones. Solía... Solíamos tocarla juntas antes de que ella se marchara y cuando
falleció cambié la letra de la canción" explicó Lauren soltando un profundo suspiro. "Nunca se la
había tocado a nadie que no fuese de mi familia" admitió.

- "Entonces era verdad eso de que soy la persona más importante en tu vida" bromeó intentando
bajar la tensión creada recordando la conversación de su novia con el locutor de la radio.

Lauren sonrió entre lágrimas y conectó la mirada con la de su novia perdiéndose en sus ojos
marrones. No le había mentido respecto a que era la primera a la que se la enseñaba. Aunque aún
no estuviese preparada para llevarla a conocer a su madre, quería mostrarle una de las partes más
íntimas sobre ella.

- "¿Compensa esto mi error?" preguntó Lauren con una sonrisa limpiándose las lágrimas que le
quedaban.

- "Lo compensa todo señorita oscura" respondió Camila conectando sus labios.

Dejándose guiar hasta el sofá, Lauren cayó en este dejando a su novia encima de ella. Notando su
lengua caliente rozando casi la campanilla soltó un leve gemido con el que Camila supo que había
llegado el momento. Se separó de ella dejándola con las mejillas sonrojadas y se quitó el vestido
que le había regalado por encima de sus hombros quedando en ropa interior. Lauren casi sin
aliento pasó sus manos por ambos brazos de Camila llegando hasta su cuello donde dejó varias
pasadas de la misma forma.

Camila se lamió los labios después de morderlos con los ojos casi cerrados y atrapó las manos de
Lauren con las suyas. Se abalanzó hacia ella y le quitó la camisa que tanto le molestaba
descosiendo algunos botones por la fuerza. Sin darle tiempo a reaccionar le quitó el sujetador
también y comenzó a jugar con sus pechos consiguiendo prender la llamada de Lauren.

- "Esta noche la que manda soy yo" susurró Camila en su oído dejando una línea de besos con
lengua desde éste hasta la clavícula.

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Capítulo 64

3 de marzo. Cumpleaños de Camila.


Lauren tenía todo preparado para la gran sorpresa que le daría a su novia cuando saliera de la
oficina pero lo que ésta no sabía era que la sorpresa se la llevaría ella. Los días habían pasado
rápidamente.
Sentada en la silla de su oficina revisaba la investigación de Aleric. Gracias a la conversación que
había tenido con Kate y al equipo que habían vuelto a ser, habían avanzado de tal forma que
estaban a punto de dar un paso importante. Mirando hacia su compañera novata recordó dicha
conversación al día siguiente de hablar con su novia.

- "Barrita de chocolate y cereales, con un sabor no muy excelente pero baja en calorías ¿no es
así?" dijo Lauren acercándose hacia la mesa de Kate quien comía una de éstas.

- "¿Qué quieres Jauregui?" preguntó sin mirarla. "¿Ya te has cansado de hacerme el vacío? Porque
si es así soy yo la que no quiere saber nada de ti" añadió con daño en sus palabras.

- "Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento Kate, lo he pensado con calma y mereces que
te deje explicarte" respondió lo más sincera posible.

- "¿Lo has pensado con calma o tu estúpida novia te ha pedido que lo hagas?" preguntó con ira
mirando hacia las marcas del cuello de Lauren.

- "No le faltes el respeto Ryan, te lo advierto" gruñó con una voz firme. "Soy yo la que debería de
estar enfadada y ya no lo estoy. Si no quieres darme una explicación a lo que hiciste, no lo hagas.
Pero luego no vayas quejándote por detrás porque me entero ¿sabes?" concluyó girándose para
volver a su mesa dejando a Kate en silencio detrás de ella.

- "Espera" dijo la chica de ojos cascadas haciendo que Lauren se detuviese. "Yo también lo siento"
admitió consiguiendo que ésta se volviese hacia ella.

- "¿Me cuentas ahora por qué me besaste?" preguntó mirando hacia su mejor amiga quien
observaba la escena cuál película.

Kate dio un largo suspiro y tiró lo que le quedaba de barrita a la papelera de debajo de su mesa. Se
acomodó la chaqueta de su traje y cruzó una pierna por encima de sus rodillas. Lauren notaba el
nerviosismo en sus gestos, quería tardar lo máximo posible antes de ser sincera con su compañera
y superior, y con ella misma.

- "Nunca me han gustado las chicas. Siempre las miraba cuando iba a la playa o a la piscina pero
solo era para compararme con ellas, nunca de forma sexual" comenzó. "Una vez mi hermana hizo
una fiesta en casa, vi a chicas besándose entre ellas y no me pareció algo extraño. Ni si quiera me
entraron ganas de experimentar como mis amigas. Yo era feliz con chicos o al menos eso creía
hasta que llegué aquí" se pausó para tomar una bocanada de aire. "Cuando llegué y te vi me
quedé en silencio observando todas tus facciones y movimientos, la forma en la que te reías con
Normani o cómo de seria te ponías dando órdenes. Nunca me habían gustado las chicas hasta que
te vi"

Lauren abrió más los ojos y la boca al escuchar la última frase. Todas las sospechas que había
tenido eran ciertas y sabía que había perdido la apuesta que había hecho con la morena
teniéndola que invitar a comer una vez que la conversación finalizase.
- "Al principio pensé que era solo una observación detallada como con esas chicas en la playa, pero
cuando te vi indecisa por qué elegir en la máquina expendedora y hablé contigo por primera vez,
supe que no era solo una simple observación" continuó agachando la cabeza. "He estado
negándomelo a mí misma pero cada día que pasaba trabajando a tu lado con Normani sabía que
acabaría mal" explicó moviendo la cabeza de un lado a otro negando. "En un principio no sabía si
te gustaban las chicas pero cuando saliste corriendo detrás de Camila en el restaurante me diste la
respuesta. No he podido evitar fruncir el ceño cada vez que hablabas de ella con Normani o cada
vez que contabas algún recuerdo que habías creado con ella. No podía evitarlo porque realmente
me estaba haciendo daño"

Lauren estuvo a punto de responder cuando Kate siguió hablando y la cortó en el momento.
Quería responderle pero sabía que si lo hacía, los nervios se apoderarían de la chica de ojos
cascada y no la dejarían continuar.

- "Aquella noche, cuando me presenté en tu estudio no tenía ni la más mínima idea de que Camila
estaría allí, y te pido perdón por ello y por besarte" dijo mirándola por primera vez a los ojos.
"Estas dos semanas sin hablarnos me han ayudado a saber que significas algo más que una amiga
para mí. Sé que no puedes ser eso para mí porque tienes tu relación y he aprendido a respetarla,
pero no quiero que sigamos sin hablarnos. No quiero perderte" concluyó.

Antes de responderle, Lauren se abalanzó hacia ella y la abrazó con fuerza. Sabía que Kate era una
chica fuerte y que haberle mostrado su lado más vulnerable no le había sido nada fácil.

- "No vas a perderme si es eso lo que te preocupa, además de estar a mi cargo eres mi amiga, y
aunque estuvo mal eso que hiciste, pudiste haber hablado conmigo primero y explicarme esto
mismo sin necesidad de crear problemas entre Camila, tú y yo" admitió Lauren mirándola a los
ojos. "Sé que descubrirte a ti misma no es un proceso fácil y más siendo tan joven. Me gustaría
darte lo que quieres pero tienes que entender que estoy enamorada de Camila por mucho que te
duela ¿está bien?" preguntó haciendo que Kate asintiera herida. "Estoy muy orgullosa de ti, como
superior y como amiga, y sinceramente echo de menos nuestras conversaciones tópicas"

- "Yo echo de menos que me grites, Normani se pasa demasiado a veces cuando lo hace" bromeó
haciendo reír a Lauren.

- "Mani tiene un torrente de voz muy alto, pero no se lo digas sino quieres que se le suba más a la
cabeza" bromeó Lauren. "Entonces, ¿todo bien?" preguntó ofreciéndole la mano después de unos
segundos en silencio.

- "Todo bien Jauregui" respondió Kate estrechándola.

De vuelta de sus pensamientos recordando aquella conversación, un alivio recorrió su cuerpo.


Había sido un paso hacia delante para todas de una manera u otra y se alegraba bastante de que
hubiera ocurrido.

- "¿Pensando en las posturas con las que le vas a desear feliz cumpleaños a tu novia en la cama?"
preguntó la morena en su oído sacándola de sus pensamientos.

- "¡Normani!" gruñó elevando la voz.


- "Cómo se nota que eres una gobernada" bromeó.

-"Que yo sepa no te he dado detalles de lo que hago o dejo de hacer en la cama con mi novia" se
pausó al notar cómo Normani la miraba con una ceja levantada. "Vale, está bien puede que si te
los haya dado pero no soy una gobernada" se volvió a pausar al ver que la expresión de su mejor
amiga no cambiaba. "De acuerdo, puede que lo sea un poquito" finalizó.

- "El primer paso es admitirlo Lo, estoy muy orgullosa" río.

- "¡Idiota!" río de vuelta.

Si había un tema del cual siempre hablaba con la morena sin ella quererlo, este era el sexo. Por
más que Lauren se hubiese negado siempre acababa contándole con cada detalle su relación
íntima con Chad, la cual al parecer iba viento en popa.

- "¿Sabes algo de Camila?" preguntó la morena.

- "Nada desde que la felicité al despertarnos. No me ha dejado acercarla al trabajo, tenía prisa y ha
salido mucho antes que yo" respondió encogiéndose de hombros.

- "Esta chica es un nervio andante, no para quieta" añadió Normani con una sonrisa.

- "Bastante, desde que hicimos las paces ha estado muy ocupada. No ha querido decirme con qué,
y yo tampoco he querido preguntar pero lo poco que nos hemos visto ha sido en la cama" explicó
la morena de ojos verdes.

- "Al menos es lista" bromeó una vez más.

Sin darle tiempo a responder, escucharon la puerta del despacho de Brooke abrirse con fuerza.
Ésta se había pasado el último mes más estresada de lo normal sabiendo que sus días allí estaban
comenzando a acabarse.

- "Jauregui, Kordei y Ryan. Patrulla número 2" ordenó. "Lo siento chicas, recortes en el personal"
se explicó.

Mirándose entre ambas suspiraron a la vez. Cogieron las llaves del Mercedes y salieron de la
oficina hablando por lo bajo. Tanto Normani como Kate no tenían ganas de pasarse el resto de las
horas metidas en un coche, pero con Lauren se trataba de lo contrario. Conducir no le vendría mal
para despejar la mente, sin contar con que esto solo le traería más dolor de cabeza.

A la misma hora en otro lado de la ciudad, Camila se encontraba en el piso junto con Dinah, Ethan
y dos hombres más, siendo estos los hermanos Harrison, Felix y Troye, amigos y ayudantes de las
dos chicas. Había llegado el día que llevaban planeando desde la última vez que dieron un golpe.

- "¿Lo tenéis todo preparado?" preguntó Camila colocándose una ancha chaqueta negra.
- "Sí jefa" respondió Felix. "La matrícula del coche ya está cambiada y los plomos de la luz están
listos para hacer que salten" añadió.

- "¿Qué hay de las cámaras?" volvió a preguntar mirando a Troye.

- "Programadas. No tendremos más de tres minutos" respondió éste.

- "Lo suficiente para entrar, firmar y salir" dijo Dinah mirando a su mejor amiga.

- "Mierda firmar, ¿alguien ha comprado un bote de spray?" preguntó Camila.

- "Yo tengo uno en casa, quizás ese pueda servir" respondió Ethan.

- "No, no quiero que nada de nuestra familia esté involucrado en esto. Pararemos de camino a
comprar uno, te bajarás tú, Ethan" explico haciendo que éste asintiese.

- "¿Qué pasa con los dependientes y rehenes? Preguntó Felix apenado.

"No quiero que vuelva a pasar lo de la última vez"

- "Lo de la última vez fue un error que no debimos cometer Felix, tú concéntrate en el coche y
estate listo para huir. Nosotros nos encargamos del resto" sentenció.

Sin decir nada más, Camila volvió a su habitación del piso y dejó caer su cabeza sobre la puerta
cerrada. No le gustaba hacer todo eso, pero era la única forma de conseguir su objetivo. Suspiró
fuertemente y miró hacia el brillo que reflejaba el rayo de sol en su muñeca. Ver la pulsera con el
apellido Jauregui le sentó como un puñal en el estómago. Para evitar riesgos innecesarios se la
quitó y la dejó guardada en un pequeño joyero de cristal que ocupaba la mesita de noche junto a
la cama. Seguidamente cogió los guantes negros de ésta y salió de la blanca habitación.

- "Vámonos" dijo guardándose una pistola del calibre 22 en su espalda.

Una vez todos dentro del vehículo con Felix al volante, llegaron hasta un pequeño comercio dónde
tal y como mandó Camila minutos antes, Ethan se bajó a comprar un bote de spray. De camino a
su próximo destino Dinah encendió la radio para relajarse antes del golpe como siempre hacía.

- "I used to be so happy but without you here I feel so low. I watched you as you left but I can
never seem to let you go, because once upon you were my everything. It's clear to see that time
hasn't changed a thing. It's buried deep inside me but I feel this is something you should know"

Al otro lado de la ciudad no muy lejos de dónde el coche con Camila y el resto de ocupantes
dentro se dirigía hacia su ubicación,

Lauren escuchaba la misma canción mientras daba vueltas conduciendo el Mercedes con Normani
al lado y Kate en la parte trasera. No sabía por qué pero al comenzar a escuchar dicha canción, un
sentimiento extraño recorrió su cuerpo.
- "I'll never forget you, you'll always be by my side from the day that I met you I knew that I would
you till the day I die. And I will never want much more and in my heart I will always be sure, I will
never forget you and you will always be by my side, till the day I die..."

Camila llevaba la cabeza apoyada contra el cristal tintado del coche mientras veía cómo todo
pasaba a su alrededor. Había sido una cobarde por no contarle a Lauren todo antes de que
ocurriera. Si por el motivo que fuese resultaba herida o incluso peor, arrestada, no tendría la
valentía suficiente para mirar a su novia a la cara y explicarle que le había estado mintiendo desde
que se conocieron. Dinah quien iba sentada en medio notó la expresión en el rostro de su mejor
amiga y apoyó la mano en su hombro.

- "Estamos llegando Mila" le advirtió. "Tranquila"

Camila observó la calle en la que se encontraban y efectivamente estaban cerca. Felix aparcó el
coche en la zona para inválidos con la tarjeta falsa que tenían y antes de salir rezaron al igual que
hicieron la última vez. Si todo salía bien estaría esa misma noche cenando con su novia. O no.

- "Tened cuidado chicos y por el amor de Dios, salid de ahí con vida" suplicó Felix antes de que
abrieran la puerta.

Las ganas que tenía de conducir habían desaparecido al darse cuenta de que verdaderamente
estaba perdiendo el tiempo. Ahora que habían avanzado con el caso de Aleric no podía perder más
tiempo del que ya había perdido aquellas dos semanas.

- "Esto es un aburrimiento" dijo Kate desde la parte trasera.

- "Necesito acción en mi vida" recalcó Normani dándole la razón a su compañera.

Lauren río ante los comentarios de sus compañeras. Realmente estaba de acuerdo con ellas y
estuvo a punto de dejarlo claro cuando la radio del coche de incógnito la detuvo

- "Código 10-79. Joyería en la zona norte de la ciudad, calle Transversal 2610"

- "Vuestras súplicas han sido escuchadas" dijo Lauren encendiendo las luces azules mientras
superaba la velocidad máxima permitida.

Dentro de la joyería los gritos se escuchaban sin cesar. Ethan había desconectado la electricidad
tal y como había practicado en el piso pero le faltaron unos segundos en los que la dependienta
dio al botón de alarma avisando a la policía. Camila se puso nerviosa al escuchar dicha alarma
sonar y corrió de un lado a otro cogiendo todo lo que podía mientras Troye se acercaba a la
dependienta por detrás y la dormía con cloroformo.

Dinah por otro lado, se encargaba de los rehenes formados por una madre con su hija pequeña,
una pareja de ancianos y un joven de su misma edad con intención de comprar un anillo de
compromiso.

- "¡50 segundos!" gritó Ethan.


Nada más escuchar aquella advertencia Camila dio la señal para salir de allí. Un coche de policía
aparcó frente a la puerta bajándose de éste dos figuras masculinas. Camila escuchó cómo otro se
acercaba por detrás y antes de dejar que la vieran, sacó el bote de pintura aprovechando el casi
minuto restante que le quedaba y marcó una de las paredes con una gran K en ella.

Lauren derrapó cerca de la puerta y salió del coche cubriéndose junto con sus dos compañeras.
Con la reglamentaria en la mano se asomó y vio una figura masculina jugando con unos cables. Los
compañeros que habían llegado antes que ella, la informaron de que no tenían permiso para
disparar ya que había civiles dentro.

- "Os tenemos acorralados, si no queréis más cargos será mejor que salgáis con las manos en alto"
gritó uno de los compañeros por un megáfono.

Cuando Dinah escuchó aquellas palabras miró rápidamente a Camila haciéndole gestos para saber
qué hacían. Su ropa ancha y no hablar durante el robo era parte de un plan formado por Camila
para que no descubrieran que eran dos mujeres. Cuando ésta notó la mirada de su mejor amiga
señaló hacia la puerta trasera. Dinah asintió y miró a su hermano Ethan quien le hizo el mismo
gesto. Troye fue también informado.

Ethan y Dinah salieron por la puerta trasera mientras que Camila se quedó dentro esperando a su
compañero. El joven que había como rehén quiso hacerse el valiente y golpeó a Camila en la cara
consiguiendo que uno de sus pendientes rodase al suelo junto con su pistola.

- "Eh tú ¿qué crees que haces?" gritó Troye apuntando al joven quien levantó las manos y empezó
a llorar. "Aquí los valientes no tienen ni voz ni voto" añadió.

Camila sacudió la cabeza de un lado a otro aun mareada por el golpe y recogió su pistola. Vio
cómo su compañero apuntaba hacia el centro de la frente del rehén. No podía hablar y tampoco
podía acercarse a dónde él estaba sino sería descubierta.

Normani se acercó hacia la posición de su mejor amiga y apuntó ella también hacia dentro de la
joyería sin ver nada más que la figura masculina apuntando a un civil. Lauren y Normani se
miraron con un rostro lleno de preocupación que se volvió más fuerte al escuchar las palabras de
sus compañeros.

- "Tenemos permiso de Brooke para disparar" informó uno de ellos.

- "¡Preparen armas!" gritó el otro. "A mi señal disparen al objetivo a la pierna, repito a la pierna,
no queremos acabar con él, solo herirlo" volvió a gritar. "1...2...3... ¡Ahora!"

Uno de los cristales de la joyería se rompió frente a los ojos marrones que observaron cómo su
compañero caía al suelo de espaldas y comenzaba a sangrar. Gritó su nombre una y otra vez sin
importarle quien la escuchara. Se acercó a él y comenzó a taponarle la herida con sus guantes
empapados en sangre. De pronto la figura de Ethan entró de nuevo en la joyería después de dejar
los sacos llenos de joyas, encontrándose con aquella desgarradora escena ante sus ojos.

- "¿Qué...Qué ha pasado? Tenemos que irnos, van a entrar" advirtió.


- "No... No podemos dejarlo aquí ¡no podemos!" dijo llorando mientras observaba el cuerpo
inconsciente de Troye.

- "Lo quiero tanto como tú, pero ¡no podemos arriesgarnos más!" dijo Ethan tirando de Camila.

Lauren se acercó más a la puerta y se encontró con la escena.

La figura masculina que había sido abatida estaba recostada sobre las piernas de otro... ¿chico? No
sabía exactamente si se trataba de un hombre puesto que su ropa ancha lo afirmaba pero sus
movimientos eran más de una mujer. En cambio no tenía duda sobre la otra figura masculina que
tiraba de la persona sin sexo fijado.

Aprovechando el espacio, corrió agachada quedando apoyada en una de las paredes de la joyería.
La persona sin identidad estaba taponando la herida de bala de la pierna del abatido con las
manos. Estaba nerviosa, lo podía notar y no sabía por qué. Era como si conociera esos gestos. De
repente se quitó la chaqueta exponiendo unos delgados brazos y la usó para hacerle un torniquete
en la pierna del herido. Lo tenía claro: era una mujer y no era la primera vez que veía esos brazos.

- "No te lo voy a repetir más, ¡tenemos que salir de aquí!" gritó Ethan. "Las cámaras ya están
activadas y la policía no va a tardar en entrar o incluso peor, en volver a disparar"

- "¡Ya termino!" gruñó Camila terminando de hacerle el torniquete.

La niña pequeña que seguía llorando lo único que conseguía era ponerla más nerviosa. La madre
de ésta utilizó un espejó notando el despiste de los atracadores y jugando con la luz, consiguió
deslumbrar a los ojos de Ethan a quién se le calló la pistola al suelo disparando hacia una pared.
Camila al notar la falta de control apuntó a la mujer quien dejó el espejo en el suelo con cuidado
mientras Ethan recuperaba su arma. No le iba a hacer daño pero tenía que advertirle que podía
hacerlo si se diera el caso.

Cuando Lauren observó la escena se quedó aún más pálida de lo que ya era. La mujer que había
jugado con los rayos de luz había colocado el espejo de forma que si Lauren asomaba un poco más
la cabeza, vería el rostro tapado de la mujer. Tomó aire fuertemente y se tiró al abismo asomando
un tanto la cabeza. Cuando sus ojos verdes miraron al espejo, no encontraron más que unos
marrones que miraban hacia el herido mientras lloraba.

No. Esos ojos no. Por favor. No. Estaba segura de a quién pertenecían. Se volvió hacia la pared y
comenzó a respirar rápidamente recordando en forma de flashback la cantidad de veces que los
había mirado. Era Camila. No podía ser nadie más que ella. Ahora entendía por qué conocía tan
bien sus gestos y sus brazos. Estaba segura de que era su novia.

Cuando volvió a asomar la cabeza para comprobar si era cierto lo que había visto, habían
desaparecido dejando al herido en el suelo inconsciente. Volviendo a la posición en la que se
encontraba, Lauren se apoyó en la pared y cayó al suelo perdiendo el conocimiento con el último
pensamiento de su novia en la mente.

Camila huyó por la parte trasera junto con Ethan lamentando haber dejado a su compañero allí.
Una ambulancia pasó cerca de ellos por lo que se escondieron detrás de un bombo de basura.
Cuando la ambulancia pasó, Camila corrió la primera hacia el coche mirando hacia su derecha para
comprobar que no la veía nadie. Se paró en medio del camino cuando creyó ver la silueta de Kate
corriendo hacia dónde la ambulancia se dirigía. Pestañeó varias veces y corrió hacia el coche
pensando que había visto una alucinación. Ethan antes de cruzar la calle se quedó esperando para
saber si sacaban a su compañero con vida. Fue entonces cuando oyó lo último que creía que podía
escuchar ante aquella escena.

- "Tenemos un herido de bala y un agente sin conocimiento" informó uno de los policías al
paramédico. "Jauregui, agente Jauregui" confirmó.

Ethan no pudo ver la figura de ese agente pero conocía el apellido. Corriendo entró en el coche
junto con Camila quien le explicaba chillando a Felix que saliera de allí lo más rápido posible y la
situación de Troye. Con el maletero lleno de joyas y acelerando lo más rápido posible hasta la
montaña, salieron de allí sin ser vistos debido a la preocupación del agente sin conocimiento, al
herido de bala y a los civiles dentro de la joyería.

El hermano de Dinah seguía mirando hacia el suelo al igual que Camila, ninguno creían que lo que
habían visto y oído fuese cierto, pero en cambio, lo era. Felix lloraba mientras conducía por la falta
de su hermano y la chica alta y rubia miraba por la ventana intentando asimilar todo lo ocurrido.

- "Camila" la llamó Ethan consiguiendo la atención de ésta. "¿Hay algún miembro en la familia de
Lauren que sea policía?" preguntó haciendo que ésta lo mirara preocupada

- "No que yo sepa" respondió casi sin aliento consiguiendo que todos fijaran la atención en ella.
"¿Por qué lo preguntas Ethan?" preguntó alterada.

- "Porque si no es así, tenemos un gran problema" sentenció.

- "¿A qué te refieres Ethan?" preguntó Dinah. "¿Qué tiene que ver esto con Lauren?"

- "He escuchado a uno de los federales decirle al paramédico que un agente se encontraba
inconsciente. Lo ha identificado por agente Jauregui" explicó bastante nervioso.

La explicación de Ethan le había confirmado su sospecha: era real lo que había visto. Según su
novia, Kate era una compañera del trabajo y llevaba un chaleco antibalas de los federales. No
podía ser una coincidencia. Fue entonces cuando todos los cabos comenzaron a unirse en su
cabeza mientras se dirigían a la montaña. Lauren la había engañado.

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Capítulo 65

Tenía los ojos cerrados pero no estaba dormida. Escuchaba voces a su alrededor pero no las
entendía. Notaba una aguja traspasada en su piel pero no le dolía. Lauren pestañeó un par de
veces y abrió los ojos encontrándose dentro de lo que parecía una habitación de hospital blanca
muy iluminada. Intentó cubrirse de la molesta luz con las manos pero alguien se detuvo frente a
ella tapándola.
- "Menos mal que has despertado, estaba muy asustada Lo" dijo Normani agarrando su mano.

- "¿Despertado?" preguntó la chica de ojos verdes. "Espera, me desmayé. Lo recuerdo" afirmó


incorporándose en la cama.

- "Eso significa que no has perdido la memoria. Los médicos nos han explicado que podía darse el
caso pero que no había nada de lo que preocuparse. Ahora estoy segura de ello" dijo Normani
aliviada.

- "¿Nos?" preguntó. "¿A quién más se lo ha dicho? Y ¿cuánto tiempo llevo así?"

- "Kate y Brooke" respondió. "Unas dos horas, incluso un poco menos" añadió.

Lauren se tocó la cabeza mientras cerraba los ojos. Le dolía pero sabía que el golpe no había
tenido nada que ver. Intentó recordar qué fue lo último que vio antes de desmayarse y entonces lo
recordó todo. Camila. Robo. Joyería. Herido. Sus brazos. Sus ojos.

- "Ha sido Camila" dijo en voz baja mirando hacia su mejor amiga quien no entendía nada. "La del
robo ha sido Camila" repitió.

- "¿Camila? ¿De qué hablas Lo?" preguntó confusa. "El robo ha sido cosa de K y... mierda" se
pausó.

Cuando la morena entendió toda la situación, Lauren le contó con cada detalle cómo había
reconocido sus ojos a través del espejo. Le preguntó una y otra vez si estaba segura de lo que
había visto ya que era una acusación bastante grave. Cuando Lauren lo afirmó por decimoquinta
vez, la morena llamó a la enfermera.

En una de las montañas de la ciudad mientras le daban el alta voluntaria a Lauren, Camila miraba
hacia la ciudad rota por dentro. Sabía que se había desmayado porque no podía ser otra más que
ella y quería saber cómo se encontraba pero por otro lado saber que la había engañado la
entristecía y enfadaba al mismo tiempo. Aún no había asimilado lo ocurrido.

Después de que Felix cambiara la matrícula del coche, hicieron una hoguera y quemaron sus trajes
en completo silencio notando el humo sobre sus caras. Todos estaban muy preocupados ya que si
tenían a Troye no tardarían en dar con ellos. Al menos con su hermano Felix.

- "¿Qué vamos a hacer Camila?" preguntó Ethan frotándose las manos a causa del frio.

Ésta se quedó varios segundos en silencio recapacitando acerca de la respuesta que iba a dar.
Notaba los seis ojos mirándola fijamente deseando que respondiera, pero realmente no sabía qué
hacer. Todo lo de Lauren le había pillado por sorpresa dejándola vacía.

- "Felix, no salgas de la ciudad. Si desapareces será sospechoso" dijo. "Irán a por ti una vez hablen
con tu hermano, estoy segura de que lo querían con vida y por eso apuntaron hacia la pierna.
Niégalo todo" ordenó. "Nosotros seguiremos haciendo vida normal hasta que piense en algo, no
pueden involucrarnos con ellos" dijo mirando hacia Ethan y Dinah.
- "¿Qué pasa con

Lauren?" preguntó el hermano de su mejor amiga.

- "De ella me encargo yo..." respondió apenada. "Si supiera algo de nosotros me lo habría dicho,
aunque ya no sé qué creer" añadió con más dolor.

Felix asintió y se apartó junto con Ethan hacia el coche para comprobar que no había ningún rastro
más por limpiar. Dinah, quien no había hablado desde que llegaron se acercó hasta la chica más
bajita quien estaba sentada en el suelo de tierra mirando hacia la nada.

- "Te dije que había algo en ella que no me gustaba" dijo sentándose a su lado obteniendo un
silencio por parte de Camila como respuesta. "Sabes cómo soy con las personas que me producen
esa sensación y con Lauren hice la excepción porque realmente creía que era la chica correcta
para ti después de cómo me hablaste con ella pero..."

- "Pero nada" la cortó. "Durante todo este tiempo me he estado sintiendo culpable por ocultarle
esta parte de mi vida y de repente me doy cuenta de que no he sido la única que ha mentido"
respondió con la voz seca.

- "¿Vas a quedar con ella esta noche a pesar de todo?" preguntó Dinah mirando hacia el frente
obviando la respuesta de Camila.

- "Por supuesto, si ha sido un simple desmayo deberá estar fuera dentro de un par de horas.
Quiero ver cómo es capaz de mirarme a la cara y seguir mintiéndome. Es más, ahora mismo voy a
mandarle un mensaje recordándole que hemos quedado" dijo con ira.

Dinah notó dicha rabia en la presión con la que Camila sujetaba el teléfono mientras escribía con
los pulgares. Subió la mirada desde el teléfono al rostro de su mejor amiga buscando alguna marca
acerca del golpe que el joven de la joyería le había dado pero se encontró con algo peor.

- "Camila, te-tenemos un problema demasiado grave" dijo casi tartamudeando.

- "¿Qué pasa ahora?" preguntó ésta guardando el teléfono mientras se giraba.

- "Te falta un pendiente" respondió dejando helada a su mejor amiga.

Una vez en el estudio de Lauren, Normani informó a ésta de lo sucedido mientras despertaba.
Brooke había recuperado de nuevo la sonrisa al tener a uno de los secuaces de K bajo arresto,
habían encontrado un pendiente inspeccionando la joyería y tenían como pruebas los guantes y la
ancha chaqueta con la que le habían mantenido la herida al secuaz sin identidad. Los rehenes
estaban todos bien y la dependienta no recordaba nada a causa del cloroformo con el que la
durmieron. Brooke les había dado el resto del día libre tanto a ellas como a Kate, quien se había
asegurado de que Lauren estuviera en perfecto estado en todo momento.

- "¿Es ella?" preguntó la morena al notar el rostro pálido de Lauren al leer un mensaje de su
teléfono.
Lauren asintió lentamente y le pasó el teléfono apuntando hacia la pantalla dónde aparecía
reflejado el mensaje.

"Espero que no se te haya olvidado lo de esta noche, hay una cumpleañera que tiene ganas de
verte, te quiero"

- "Al menos sabemos que no nos ha visto" respondió Normani con una mueca de preocupación en
su rostro. "¿Vas a quedar con ella a pesar de todo?"

- "Obviamente. Quiero comprobar si es capaz de mentirme después de lo que ha hecho, quiero


enfrentarme a ella cara a cara, pero sobre todo quiero comprobar si era realmente Camila a quién
vi" explicó. "Voy a necesitar tu ayuda Mani"

- "Cuenta con ello Lo" respondió la morena apoyando su mano en el hombro de su mejor amiga.
"Pase lo que pase estoy aquí para ti"

Camila volvió a casa fingiendo sonrisas mientras todos le felicitaban su vigésimo tercer
cumpleaños. Tras unos cuantos minutos en familia, subió hacia su habitación cambiando la ira por
las lágrimas incontrolables. Las había aguantado demasiado y ahora no sabía cómo pararlas.
Después de un buen rato decidió enfrentarse al gran miedo que se había apoderado de ella desde
esa misma mañana y salió de la pequeña urbanización con un nuevo destino. Mientras iba dentro
del taxi comprobó su teléfono notando un mensaje de su novia.

"Llevo recordándotelo las últimas dos semanas ¿pensabas que se me iba a olvidar tan fácilmente?
Estoy deseando verte, te quiero"

Dio un largo suspiro y miró por la ventanilla del taxi hasta que llegó a la oficina dónde había
recogido a su novia unas cuantas veces las últimas semanas. Miró hacia los blancos escalones de
ésta con las manos metidas en los bolsillos mientras el viento azotaba su cara. Tenía miedo porque
sabía que lo que estaba a punto de oír no iba a ser algo bueno. Cogió aire y se acercó a la entrada
caminando a paso lento. Al entrar se encontró con una recepcionista castaña la cual le indicó que
esperase mientras terminaba de atender una llamada.

- "¿Puedo ayudarla en algo señorita?" preguntó la castaña.

- "Me gustaría saber si puedo ver a la señorita Lauren Jauregui en estos momentos" respondió
Camila nerviosa.

- "¿Lauren Jauregui?" preguntó frunciendo el ceño. "No hay ninguna empleada en todo este
edificio que se llame así" admitió.

- "¿Está usted completamente segura?" volvió a preguntar con la voz rota.

- "Completamente" respondió segura. "Son muchos los años que llevo trabajando aquí y puedo
asegurarle que no hay nadie con ese nombre trabajando para esta empresa" aseguró.

- "Gracias de todos modos" dijo Camila antes de salir por la puerta a toda prisa.
Con el sin fin de lágrimas recorriendo sus mejillas, Camila anduvo arrastrada por el viento hacia un
pequeño parque dónde se sentó en uno de los solitarios bancos bajo el cielo gris. Tenía la
respuesta definitiva.

De pronto una cantidad de recuerdos creados con Lauren se apoderaron de su mente: el pase con
el que entró a la piscina, los huecos en las paredes de la casa de la familia Jauregui, la respuesta de
Chris comparando su carrera con la de su hermana, el chico del aeropuerto que trabaja para los
federales, el detalle de la alianza que éste no llevaba y cómo Lauren sabía que no podía llevarla
puesta, el encuentro con Normani, Kate y ella bastante nerviosas dentro de un coche que a pesar
de no ser de Lauren ella lo conducía, el truco de la radio...

Pero sobretodo, había un pensamiento que rondaba por su cabeza una y otra vez: las palabras de
Lauren dentro del autobús de regreso al hotel en Australia, cuando creía que la chica de ojos
marrones dormía plácidamente.

"Si algún día te hago daño espero que me perdones. Espero que me perdones. Espero que me
perdones. Espero que me perdones"

- "¡Basta!" gritó en voz alta llevándose las manos a los oídos consiguiendo espantar a un grupo de
palomas que se alimentaban cerca de ella.

Esperando a que la morena trajera todo lo necesario, Lauren se tomaba un café con leche en la
cocina de su estudio. No se había atrevido a entrar dentro de su habitación ya que la pared llena
de recuerdos le provocaría más daño del que ya estaba sufriendo. Siempre había tenido esa
mínima sospecha acerca de ella, esa pequeña espina que le quitaba el sueño algunas noches, pero
la forma de ser de Camila siempre hacía que lo olvidase. Era demasiado buena para estar
involucrada en algo así. Pero como solía decir su madre 'no es oro todo lo que reluce'

El sonido de la cerradura de su estudio la trajo de vuelta de sus pensamientos mirando hacia su


mejor amiga quien atravesaba la puerta con el maletín del portátil de la oficina que iban a
necesitar. Rápidamente colocaron todos los materiales sobre la mesita de melanina blanca y se
pusieron mano a la obra.

- "Hay algo que no entiendo" admitió Normani mientras tecleaba códigos en su portátil. "Si Camila
es K, ¿por qué utiliza esa letra y no una C?" preguntó confusa.

- "Sinceramente eso es lo que menos me preocupa en este instante Mani, quiero acabar con todo
esto de una vez" respondió ocupando un espacio en blanco con el nombre de su novia antes de
darle a buscar.

- "Estoy aquí, lo sabes ¿verdad?" susurró la morena sosteniendo la mano de

Lauren que sujetaba el ratón.

- "Lo sé" respondió ésta soltando un suspiro.


Juntas presionaron la tecla izquierda del ratón pinchando el botón de buscar. Una barra azul
comenzó a cargarse frente a ellas. Sin dejar de mirar la pantalla durante todo el proceso,
esperaron el resultado con ansias hasta que éste apareció en la pantalla.

- "No puede ser" respondió Lauren con las lágrimas saltadas.

Un informe detallado sobre su novia estaba reflejado en una de las dos pantallas. Normani se
encontraba perpleja ante lo que acababa de leer. Camila la había engañado acerca de sus estudios
y tenía una carrera en Ingeniería Eléctrica. Recordó la noche que le admitió por primera vez de
dónde venía y cómo no los había acabado. ¿Sería también una mentira lo del recinto y cómo tuvo
que vivir allí durante años? Fue entonces cuando recordó otra escena de aquella noche cuando
Camila la llevó a su lugar especial. "Digamos que soy un poco lista" recordó las palabras de ésta al
poner en marcha el teleférico abandonado. Ahora entendía cómo supo encenderlo.

- "Aquí hay algo más Lo" informó Normani moviendo rápidamente el ratón.

Una fuerte presión se creó en su pecho cuando Lauren se acercó a la pantalla de ésta y comenzó a
leer los números señalados por su mejor amiga. Era su cuenta bancaria. Ésta tenía unos ingresos
mensuales demasiados altos para trabajar en un simple restaurante, pero no tenía solo una sino
que también varias a su nombre junto con el de Dinah Jane Hansen. Lauren se levantó del chaise
longue y fue corriendo hacia el fregadero de la cocina. Abrió el plateado grifo y mojó sus manos
llevándolas seguidamente hasta su cuello tatuado.

- "¿Alguna vez te ha comentado algo acerca de una segunda vivienda?" preguntó la morena
captando la atención de Lauren quién negó al momento. "Pues tiene un piso a su nombre en esta
dirección" señaló.

Lauren se acercó hacia la pantalla y leyó la dirección señalada. Le sonaba esa calle, ella había
estado ahí antes. Fue entonces cuando lo recordó. Era la calle en la que Camila tenía un trastero al
cual no le dejó acercarse. Desde que le habló de él una leve sospecha que había dejado pasar con
los días, se apoderó de su mente. Sabía que había algo raro detrás de todo eso. No tenía sentido
que tuvieran un trastero tan lejos de la pequeña urbanización.

Normani, concentrada plenamente en la información que tenía ante sus ojos, siguió investigando
hasta que dio con algo que la dejó pálida si eso era posible en ella.

- "Creo que he encontrado el motivo de la K" informó nerviosa en voz baja mirando hacia Lauren
quien se giró hacia ella rápidamente.

Con la puesta de sol tiñendo el cielo gris de color rojo, Camila seguía dando tumbos por las anchas
calles de la ciudad. Estaba destrozada por dentro. Ya no le importaba nada. Le daba igual el hecho
de que hubiera perdido un pendiente que la podía incriminar. Le daba igual saber que acabaría
entre rejas si conseguían hacer hablar a Troye. Le daba igual todo en aquel momento, solo quería
desaparecer.

Sin saber cómo, acabó frente a la empresa a la que la llevó Lauren por primera vez subiéndola a
aquella biblioteca privada. Recordó cómo ésta le explicó que una vez le hizo un gran favor a
Victoria y desde entonces le dejaba acceder allí siempre que quisiese. Notando una leve mentira
en sus palabras, se limpió las lágrimas y entró allí dentro poniendo una falsa sonrisa.

- "Buenas tardes Victoria" saludó la chica de ojos marrones.

- "¡Camila!" la saludó de vuelta dándole un abrazo como había hecho las veces anteriores. "¿Qué
haces aquí?" preguntó.

- "Había quedado con Lauren, pero se ha atrasado con el testigo de un caso y aquí estoy, haciendo
tiempo hasta que salga de trabajar" mintió nerviosa sabiendo todo lo que había puesto en riesgo.

- "Desventajas de tener una novia que trabaje para los federales ¿no crees?" dijo Victoria con una
sonrisa que mató por dentro a Camila.

- "Así es" dijo curvando los labios. "Tengo que irme, hasta otra Victoria" añadió saliendo corriendo
de allí con de nuevo lágrimas en sus ojos.

Lauren y Normani se mantuvieron unos cuantos minutos en silencio mirando la pantalla con el
nombre de Karla Camila Cabello Estrabao reflejado sobre ella. Según el informe, Camila se lo había
cambiado a los doce años con el permiso de sus padres una vez terminado la primaria. No había
un motivo claro de por qué lo hizo, tan solo una carta de recomendación de una psicóloga que
afirmaba que era una correcta decisión para avanzar en la recuperación psicológica de Camila.

- "No entiendo nada" dijo al fin Lauren rompiendo el silencio.

- "Si te sirve de consuelo, yo tampoco" admitió la morena.

-"Puedo buscar los informes de la psicóloga" propuso Normani.

- "No" la detuvo Lauren. "Quiero enterarme por ella" sentenció.

Lauren recapacitó en su mente por unos segundos toda la información. Su novia era una
delincuente que firmaba sus robos con la inicial de su primer nombre el cual se quitó a petición de
su psicóloga, lo que supuso una ayuda en su recuperación psicológica. ¿De qué tipo? No lo sabía.
Además, tenía varias cuentas bancarias con grandes ingresos mensuales y dos viviendas. Había
algo que todavía no le encajaba. Si tenía dos viviendas, ¿por qué vivir las dos familias en una que
además de ser pequeña estaba desaliñada?

Mientras Lauren seguía recapacitando, el teléfono de Normani comenzó a sonar y ésta se levantó
a atender la llamada dejando a Lauren a solas en el salón sentada en el chaise longue.

De repente un cúmulo de recuerdos pasaron por su memoria. La primera vez que vio a Ethan, el
hermano de Dinah, se fijó en que éste llevaba las manos vendadas. Eso ocurrió días después de
que Camila se tuviera que marchar de su estudio debido a una emergencia familiar la noche del
concierto. Según le había comentado la señora Hansen en unas de las visitas, se debió a una
descarga eléctrica al arreglar los cables de la tele. ¿Y si no hubiera sido a causa de eso? ¿Y si él
también estaba involucrado?"
- "Brooke me ha llamado para saber si podemos ir a la oficina. Quiere hablar con nosotras acerca
del caso ya que se nos estuvo asignado durante un par de semanas" informó la morena haciendo
escapar a Lauren de sus pensamientos.

-"¿Algo más?" preguntó Lauren.

- "Sí" afirmó. "Le he dicho que necesitas descansar porque todavía te encuentras mal"

- "Si estoy perfectamente" corrigió Lauren confusa.

- "Pero eso Brooke no lo sabe, además te recuerdo que alguien se va a presentar aquí en..." se
pausó para mirar su reloj de pulsera. "Dos horas" añadió.

Lauren despidió a Normani quien le prometió informarle de todo una vez supiera si había algo
nuevo de lo que preocuparse. La morena de ojos verdes recogió la mesita de melanina blanca
llevándolo todo hacia su habitación. Cuando entró en esta no pudo evitar mirar hacia la pared
llena recuerdos. Soltó los materiales encima de la cama y sin decir nada se apoyó en la pared
adornada y comenzó a llorar.

Arrastrándose hacia la ducha envuelta en lágrimas se metió dentro y dejó correr el agua caliente
sobre su sentado cuerpo desnudo. Con los ojos cerrados, Lauren volvió a perderse en sus
recuerdos: Los ojos de su novia llenaron su mente, no era su habitual mirada, era la que puso al
saltar la muralla del Edificio Comunidad de Deportes. "Esa mirada tranquila pero a la vez
desesperada. Como si estuviera acostumbrada a vivir con el miedo de ser atrapada pero sin dejar
de pensar en ello" recordaba sus propias palabras. Acababa de descifrarlo.

Con el móvil ya sin batería, Camila seguía dando vueltas por la ciudad. La había recorrido entera
mientras caminaba de un lado a otro, pero por mucho que le doliesen los pies el dolor que
ocupaba su pecho lo enmascaraba. Todavía tenía una hora para llegar a casa de Lauren. Una hora
para enfrentarse a las palabras de su novia.

Lauren salió de la ducha envuelta en su habitual toalla blanca, entrando de nuevo en su habitación
intentando sin éxito mirar hacia la pared llena de recuerdos, se recostó en la cama después de
vestirse mojándola con su pelo húmedo. Encima del baúl observó el sobre con el regalo de
cumpleaños de Camila, lo cual casi le hace llorar de nuevo.

- "No. Si sigues llorando se dará cuenta cuando entre" pensó para sí misma.

Todas las veces que Camila le había dicho que estaba ocupada o las desapariciones sin
explicaciones que ésta tenía, cómo pudo pagar el caro viaje a Australia y cómo allí, dentro del
ascensor del hotel supo el punto exacto para que las cámaras no las enfocasen, estaba justificado.
De nuevo, las dos frases que escuchó decir a Camila por teléfono y la hicieron dudar otra vez
después de tanto tiempo, volvieron a su mente.

"Sé que dije que seguíamos adelante. No te preocupes por eso no sospecha nada. No sospecha
nada. No sospecha nada. No sospecha nada"
De pronto el timbre de su estudio sonó haciéndola volver rápidamente a la realidad. Miró la hora
en su móvil encima de las sábanas blancas de su cama y comprobó la hora. Era ella.

Camila se encontraba al otro lado de la puerta escuchando unos pasos en el interior acercándose
cada vez más hacia ella. Con un nudo en la garganta, puso una de las sonrisas fingidas que había
estado practicando por el camino la cual desapareció al ver a Lauren mirándola fijamente con sus
profundos ojos verdes.

- "¡Feliz Cumpleaños!" la felicitó dándole un rápido beso en los labios que le supo amargo. "Ya
tenemos la misma edad" añadió.

- "Hasta dentro de unos meses" dijo Camila siguiendo la conversación forzando una sonrisa.

Se apartaron de la puerta y se acercaron al chaise longue donde ambas se sentaron al lado de la


otra. Tanto Lauren como Camila notaban que había algo raro entre ambas pero pensaban que
eran ellas mismas a causa de la información nueva que tenían. La morena de ojos verdes fijó la
vista en su novia notando un defecto en ella que le absorbió el aire de sus pulmones.

- "Camila te falta un pendiente" detalló haciendo que ésta la mirara rápidamente.

Camila. La había llamado por su nombre y no por Camz como hacía siempre. Eso le produjo un
pinchazo en el estómago mientras se tocaba la oreja desnuda regañándose así misma por no
haberse acordado de quitarse el único pendiente que le quedaba.

- "No me había dado cuenta" mintió calmada cosa que extrañó a Lauren. "Es una pena, eran mis
preferidos"

Lauren se quedó en silencio al igual que Camila. No era su habitual y agradable silencio. Era
incómodo y desgarrador. Las lágrimas de ambas amenazaban cada vez más con salir por lo que
antes de que esto sucediera, decidieron poner fin a esa incómoda situación.

- "¿Te pasa algo?" preguntó Lauren.

- "¿Estás bien?" preguntó Camila a la vez.

Ambas soltaron una risa irónica y nerviosa. Eran novias pero se estaban comportando como
completas desconocidas.

-"Tú primero" ofreció Camila.

- "Mejor tú" se ofreció también Lauren.

Mientras la chica más bajita cogía aire, la morena de ojos verdes lo expulsaba. Había llegado el
momento y ninguna de las dos sabía cómo iba a acabar eso.

- "Sé tu secreto" dijeron al unísono.


Capítulo 66

Al oír aquellas palabras soltadas a la vez por dos bocas distintas, ambas se quedaron en completo
silencio mirándose fijamente. Tanto una como la otra sabían que no haber sido sinceras desde el
primer momento les iba a pasar factura, pero lo que no sabían es que acabarían tan mal.

- "¿Me viste?" preguntó Lauren nerviosa rompiendo el silencio.

- "Así que es verdad..." dijo Camila en voz baja. "la Agente Jauregui" añadió soltando una risa
irónica.

- "¿Qué hay de ti? La ladrona Camila Cabello" rio del mismo modo. "¿O debería de llamarte Karla
Camila?" preguntó captando la completa atención de ésta.

- "¿Có-Cómo sabes eso?" preguntó de vuelta aguantando las lágrimas en sus ojos.

- "Agente Jauregui, ¿recuerdas?" dijo levantándose del sofá resoplando.

Lauren comenzó a dar vueltas por el salón notando la moqueta bajo sus pies descalzos mientras
Camila la observaba sin dejar de prestar atención en sus gestos. Su respiración cada vez se hacía
más y más fuerte. Necesitaba explotar.

- "¿Cuándo pensabas decírmelo?" preguntó elevando la voz. "¿Cuándo Camila? ¿Cuándo


estuvieras entre rejas suplicando por tu libertad?" gritó.

- "¿Y tú?" preguntó en el mismo tono levantándose del sofá. "Te recuerdo que no soy la única que
ha estado mintiendo aquí. Por eso nunca querías que fuera a buscarte ¿verdad?"

- "¡No tiene nada que ver Camila!" gritó. "No soy yo la que va por ahí atracando a diestro y
siniestro poniendo en juego la vida de personas inocentes"

- "¿Qué no tiene nada que ver? ¿En serio me estás diciendo eso?" gritó aún más fuerte. "Cinco
meses Lauren ¡cinco putos meses has tenido para decirme la verdad y no lo has hecho!" escupió.
"¿Tanto te costaba decirme que trabajas para los federales? ¿Tanto te costaba confiar en mí?"
sentenció.

- "No me vengas con los reproches de confiar o no confiar, porque aquí no hemos confiado las
dos" dijo acercándose más a ella.

- "¡Te equivocas Lauren!" gritó. "¡Si no te lo he contado ha sido para protegerte!" admitió con las
lágrimas saltadas. "¿Por qué te crees que te pedía que no tuviéramos muestra de afecto en
público? ¿Por qué te crees que quería ir despacio? Por ti Lauren, ¡por ti! Siempre ha sido todo por
ti" gritó una vez más antes de echarse a llorar.

Lauren se quedó en completo silencio escuchando los sollozos de su novia quien se tapaba los ojos
con ambas manos. Había cometido un error al afirmarle que no confiaba en ella cuando sabía que
no era así. Le había vuelto a mentir sabiendo que si le decía el motivo de por qué se acercó a ella,
de por qué la conoció, le partiría el corazón. Estaba siendo una cobarde. Otra vez.

- "Camila, mírame" dijo colocándose en cuclillas frente a ella. "Por favor" pidió al no obtener
respuesta.

Camila apartó las manos lentamente de sus ojos llorosos y se encontró con los penetrantes ojos
verdes observándola. Todo aquello la estaba matando por dentro. Quería contárselo en algún
momento, pero no así, no después de que ella lo hubiese descubierto.

- "Ambas tenemos la culpa, ambas hemos ocultado una gran parte de nuestras vidas a la otra,
pero creo que este es el momento en el que más sinceras podemos ser" explicó tomando la fina
mano de su novia quien no se opuso. "Es nuestra oportunidad de explicarnos" añadió sintiéndose
una hipócrita.

La chica más bajita asintió lentamente y se levantó de la moqueta sin romper el agarre con la
mano de Lauren y dirigió a ésta hacia el sofá donde se sentaron. No quería empezar ella, pero
debía hacerlo. Debía explicar de una vez su mayor secreto.

- "Esto no es fácil de contar Lauren" admitió Camila cabizbaja mirando el agarre de manos. "Si me
odias después de esto, lo entenderé"

- "No puedo odiarte estando enamorada de ti" admitió con una leve sonrisa. "No tengas miedo,
soy yo Camila"

Camila cogió aire y esperó unos segundos antes de comenzar a hablar. Le temblaban las piernas,
las manos, todo. No quería perder a su novia.

- "Como ya sabes, cuando me llamaba Karla Camila, todos me llamaban por mi primer nombre"
comenzó. "Era verdad lo que te conté acerca de que viví en el recinto hasta que me mudé con la
familia de Dinah, pero te oculté uno de mis dos secretos. Uno de ellos ya lo sabes" se pausó y
cogió aire. "Vivir en el recinto no fue nada fácil para mí, escuchaba llorar a todas horas a mi madre
y aunque mi padre intentara camuflarlo también lo oía. Yo no era una niña sociable, siempre veía a
todos los niños del recinto jugar entre ellos mientras yo me limitaba a quedarme en mi saco, sola,
escuchando a mi madre llorar. Todo ese peso caía en mí y lo ocultaba en silencio" volvió a
pausarse para limpiarse las lágrimas.

Lauren no dejaba de mirarla analizando sus profundos ojos marrones. Sentía la pena y rabia en
ellos, sentía la soledad en la que Camila se había ocultado cuando era tan solo una niña.

- "Una noche de las tantas que mis padres se dormían entre sollozos, me levanté de mi saco y salí
fuera en medio de la noche al banco que siempre ocupaba. No era una noche agradable, hacía frio
y las hojas caídas del otoño se pegaban en mis zapatos al caminar, pero eso no me importaba. En
aquel momento necesitaba desahogarme después de tantos días notando esa presión por dentro.
Cuando solté algunas lágrimas entre sollozos, alguien detrás de mí apareció"

Flashback.
- "¿Por qué lloras?" dijo una voz femenina detrás de Camila.

- "No estoy llorando" mintió limpiándose las lágrimas antes de girarse para saber de quién
provenía aquella voz.

Al girarse se encontró con una niña de su misma edad pero mucho más alta que ella, con unos
rasgos polinésicos acompañando su rubia melena y sus oscuros ojos. Recordaba haberla visto jugar
con un chico parecido a ella pero más pequeño.

- "Pues no lo parece" respondió ésta. "Me llamo Dinah Jane pero puedes decirme Dinah, ¿Cómo te
llamas tú?" preguntó.

- "Karla Camila, pero me dicen Karla" respondió la chica más bajita.

- "¿Lloras porque no tienes amigos?" preguntó de nuevo Dinah.

Camila se quedó en silencio mirando los oscuros ojos que la analizaban. No quería contarle a una
desconocida el verdadero motivo de sus lágrimas porque eran sus problemas y debía ocuparse ella
misma, por lo que guardó silencio.

Dinah la miraba confundida ladeando la cabeza. Siempre se había fijado en ella porque nunca
hablaba con nadie, tan solo con su mamá y su papá.

- "Yo puedo ser tu amiga, Karla" propuso la rubia con una tímida sonrisa.

- "No creo que quieras tener una amiga como yo" respondió Camila.

- "Entonces seremos mejores amigas" concluyó Dinah mostrando sus diminutos dientes.

Fin del Flashback.

Cuando Camila volvió a pausarse después de relatar la conversación con su mejor amiga desde
entonces, Lauren no pudo evitar que un par de lágrimas recorrieran sus mejillas. Camila seguía
cabizbaja, y no había mirado a la morena de ojos verdes ninguna vez desde que comenzó a hablar.

- "Desde aquel momento la familia Hansen se convirtió en parte de la mía y viceversa, pero mis
problemas no se quedaron ahí" continuó. "En la escuela teníamos tan solo un par de cuadernos y
lápices, y siempre íbamos con la misma ropa desaliñada. Los niños se reían de nosotras y aunque
Dinah siempre los ignoraba haciéndome creer que nos decían todo eso por envidia, yo no podía
ignorarlo. Día tras día mi actitud iba a peor, cada vez me afectaban más sus comentarios hasta que
no aguanté más y golpeé a un compañero" se pausó nerviosa. "Le hundí el tabique de la nariz y
por unos cuantos centímetros no acabó en algo peor. Me expulsaron varios días después de
aquello. Mis padres comenzaron a mirarme con desprecio porque les había fallado y mis
compañeros me miraban con miedo. Todo eso hizo que mi comportamiento fuese a peor. Dinah
siempre hablaba conmigo intentando calmarme pero solo lo conseguía por unos segundos"
explicó. "Un día mis padres fueron llamados por la directora de la escuela, ésta sabía acerca de
nuestra situación económica por lo que le recomendó a mis padres que yo fuera a terapia después
de clase con la psicóloga del colegio"
Al oír aquellas últimas palabras, Lauren recordó la carta de recomendación que leyó junto a
Normani esa misma tarde y cómo ella misma había evitado leer los informes queriendo que fuese
Camila quién se lo contara. Y ahí estaba, a punto de escucharlo.

- "Las primeras terapias fueron desastrosas, siempre acababa huyendo de allí antes de que nuestra
hora terminase. Hasta que un día dejé de hacerlo. Las cosas parecían estar yendo mejor, habían
ascendido a mi padre y al señor Hansen a una empresa de mantenimiento y mi madre estaba
embarazada. Debería haberme alegrado por el embarazo pero no lo hice. Siempre había querido
un hermanito o una hermanita, pero no en esas condiciones. No quería que viviese el mismo
infierno que yo" continuó. "Con el paso de los meses las terapias fueron a mejor y llegó el día que
se acabaron. Mis padres junto con la familia Hansen juntaron todos sus ahorros y compraron la
pequeña urbanización a pocos meses de que mi hermana naciera. Comenzaba a ser una niña feliz
pero todavía había algo que me impedía serlo por completo: Karla. Mi primer nombre me
recordaba todo lo malo que había hecho por eso me lo quité con doce años. Para esa edad mi
hermana era solo un bebé por lo que cuando comenzó a hablar ya todos me llamaban Camila"
concluyó.

Lauren se quedó pensativa. El pasado de su novia se había apoderado de sus sensaciones como si
ella misma lo hubiese vivido. Notando el silencio de Camila, comprendió que ésta había terminado
de contar uno de sus dos secretos y esperaba una respuesta, pero todavía había algo que Lauren
no entendía.

- "¿Por eso firmas con una K?" preguntó Lauren en voz baja. "¿Para qué no te descubran?"

- "No" negó. "Los firmo con la K porque yo no soy así Lauren, Camila no es así" añadió mirándola a
los ojos por primera vez.

- "¿Y si no eres así por qué lo haces? No estamos hablando de robar unos caramelos Camila, nos
estamos refiriendo a un atraco, con armas, con víctimas, con rehenes. ¿Por qué hacer algo que no
quieres?" preguntó sin entender nada.

- "Porque ellos lo necesitan Lauren, lo hago por ellos" respondió con rabia llena de lágrimas.

- "¿Quiénes son ellos Camila? ¿Tus ayudantes? ¿Tu familia?"

- "¡No!" gritó elevando la voz. "Lo hago por los niños, los mismos que vivían en el recinto y ahora
tienen una vida mejor gracias a mí. Por esas familias que solo tienen para llevarse la boca lo que
reparten tres días a la semana. ¡No podía dejarlos vivir así después de saber qué se siente! ¡No
podía Lauren! ¡No podía!" gritó lanzándose en sus brazos llorando con más fuerza.

Lauren se limitó a abrazarla en silencio. Ahora lo comprendía todo, ahora comprendía el motivo
por el cual Camila había empezado con todo aquello, ahora comprendía por qué el corazón noble
de su novia siempre evitaba pensar mal sobre ella. No robaba por avaricia, ni por agonía, robaba
para los demás.

- "Tranquila Camila, ya lo has dicho, no pasa nada" susurró Lauren acariciando su cabeza.
La chica más bajita se apartó de los brazos de Lauren recordando que ella también le había
mentido y que llevaba todo el día sufriendo a causa de ello. Le sorprendió la forma en la que
Lauren reaccionó, no parecía enfadada por lo que había hecho estaba... ¿conforme?

- "Tengo muchas más preguntas sin respuestas Camila y necesito que me las respondas"

- "Si luego respondes tú a las mías" respondió consiguiendo que Lauren asintiera.

- "¿Por qué no me dijiste acerca de tus estudios? ¿Qué piensan tus padres de esto? ¿Cuándo
comenzó todo Camila?" se pausó. "¿Cómo conseguiste robar en uno de los mejores bancos del
Estado sin dejar ni una huella?"

Camila tomó aire, no era fácil responderle a todo aquello. Notaba una presión en el pecho y sabía
que no se iría hasta que no se quitase esa fuerza de encima.

- "Hice la carrera de Ingeniería Eléctrica porque realmente me gustaba pero en medio de ella vi el
uso que le podía sacar. Al principio robábamos comida de los supermercados, no teníamos dinero
para alimentar a tantas personas. Para ayudar a mi familia con mis estudios comencé a trabajar en
Nando's junto con Dinah. Realmente usamos ese trabajo para blanquear el dinero. Al acabar la
carrera pude haber encontrado un trabajo mejor pero ya todo estaba planeado. Estuvimos casi
dos años practicando sin cesar." explicó. "Mis padres no saben nada, ni los Hansen. Nunca lo han
sabido y espero que nunca lo sepan. El único miembro de la familia que lo sabe es Ethan"

- "Por eso llevaba las manos vendadas ¿verdad? No fue un cortocircuito arreglando la tele"
interrumpió Lauren confirmando sus sospechas.

- "Desgraciadamente no" afirmó. "No entraba en nuestros planes que Ethan formara parte de todo
aquello, pero un día nos descubrió y desde entonces forma parte de todo esto. Nunca te dije lo de
mis estudio porque es extraño que tenga una carrera viniendo de dónde vengo" se pausó
recordando una de las preguntas de Lauren. "¿Cómo sabes lo del banco? ¿Sabías quién era antes
de conocerme?" preguntó frunciendo el ceño.

- "No" mintió Lauren. "Conozco el caso porque estuve asignado a él. Lo cerraron a falta de pruebas
antes de conocerte" volvió a mentir sabiendo que se arrepentiría más tarde. "¿Cómo lo hiciste
Camila?"

La chica de ojos marrones se levantó del sofá y comenzó a dar vueltas por el salón de Lauren
rodeando su mesa de trabajo una y otra vez mientras suspiraba. No quería decírselo, pero debía
hacerlo. Debía ser sincera de una vez por todas.

- "Una vez visitando el recinto conocimos a los hermanos Harrison. Felix y Troye. Dinah y yo no
podíamos solas, necesitábamos más ayuda por lo que los mantuvimos vigilados cada vez que
íbamos. Eran fuertes y de nuestra edad. Dinah no quería implicarlos porque no los conocía de
nada y pensaba que nos acabarían delatando o incluso no creyéndonos, pero yo no. Veía algo en
ellos que me hizo no dudar. A las pocas semanas ya éramos un equipo"

- "El de la herida en la pierna es uno de..."


- "Sí, es Troye, pero no puedo pensar en ello ahora mismo. Necesito seguir respondiéndote"

Lauren asintió sabiendo que más tarde hablarían de eso y le hizo una seña a Camila para que
volviese a sentarse junto a ella en el sofá. Ésta asintió y se acercó de nuevo al chaise longue.

- "El padre de Dinah y mi padre trabajan en una empresa de mantenimiento como ya sabes. Esa
empresa es la misma que tiene contratado a los empleados de ese banco entre otros.
Necesitábamos a alguien por quién hacernos pasar, así que Dinah fue a la empresa y mientras
esperaba a su padre entró en la sala con todos los informes y comenzó a buscar. En ellos encontró
a Brad. K Cooper" se pausó al recordar cómo se encontraba en esos momentos.

- "Camila, él está..."

- "Muerto, lo sé" la interrumpió otra vez con los ojos brillosos. "No estaba dentro de nuestros
planes que acabara así y no hay noche en la que mi conciencia no me lo recuerde" dijo
comenzando a llorar.

La imagen de sus compañeros abriendo el ascensor encontrando el cadáver de Brad K. Cooper


desplomado en el suelo de éste, recorrió la mente de Lauren consiguiendo que se pusiera más
pálida de lo que ya era.

- "Aprovechamos la K que llevaba en su nombre sabiendo que sospecharían de él y nos harían


ganar tiempo si algo salía mal. Dinah visitó todos los días el banco durante semanas. Cada día
memorizaba cada uno de los objetos que adornaban el vestíbulo y cada cámara para no chocar
con nada mientras andábamos a oscuras. Días antes de dar el golpe, aprovechó la cantidad de
clientes y bajó a la zona de empleados sabiendo que éstos no se encontrarían allí, con el objetivo
de encontrar el horario de Brad y su taquilla" explicó. "El día del robo, Dinah, Ethan y Troye
entraron en el banco haciéndose pasar por clientes justo cuando desconecté las cámaras desde la
furgoneta dónde nos estaría esperando Felix. En el momento que las desconecté, Ethan y Dinah
bajaron a la zona de empleados y durmieron a Brad con cloroformo, tras esto Dinah usó la ropa
ancha que todos debíamos llevar. Mientras Ethan usaba el uniforme de Brad para hacerse pasar
por un rehén, Dinah arrastró el cuerpo inconsciente de éste hacia el ascensor. Antes de entrar,
desconecté todas las luces del edificio y entré sin saber que había dejado a Brad encerrado entre
el sótano y el primer piso. Junto con mi ayuda, guardamos la mayor cantidad de dinero posible y
salimos de allí sin ser vistos después de dejar mi marca sobre una de las paredes"

La mandíbula de Lauren cayó al suelo cuando Camila terminó de explicar su magnífico plan.
Suplicaba en su mente que fuese todo un sueño. Su novia se había convertido en una ladrona
profesional en su primer robo sin darse cuenta. No podía estar con ella. No podía cruzar más la
línea de su trabajo. Un mareo como el que tuvo esa mañana antes de desmayarse, recorrió su
cuerpo, el cual se detuvo a recordar a una persona y sentir un pinchazo en el corazón.

- "¿Sabía Marie algo acerca de todo esto?" preguntó como pudo.

Ahí estaba. La pregunta clave en toda aquella conversación. Cuando Camila escuchó el nombre de
Marie, su exnovia imaginaria, se le revolvió el estómago. Tenía que responder a eso y tenía dos
opciones: mentirle o decirle la verdad.
- "Marie no sabe nada porque no existe" admitió apartando la vista de Lauren antes de que ésta la
fulminase con la suya.

- "¿Qué?" preguntó Lauren elevando la voz. "¿Cómo que Marie no existe Camila?"

La chica de ojos marrones se quedó en silencio mordiéndose rápidamente los labios una y otra vez
mientras sus piernas se movían sin permiso. No era capaz de responder, no era capaz de mirar a
Lauren a la cara. Pero sabía que ésta si la estaba mirando a ella y que la ira estaba reflejada sobre
sus ojos verdes.

- "¡Contéstame Camila!" gritó agarrándola del brazo sin hacerle daño.

Debía hacerlo y lo hizo.

- "La noche que me invitaste a cenar realmente sentí algo por ti, algo que nunca había sentido
antes. Llegué emocionada a casa y le di todos los detalles a Dinah" se pausó y comenzó a llorar.
"Estuvimos peleando durante horas. No podía entrar en algo así sabiendo en donde estaba
metida. No podíamos correr ese riesgo por lo que cuando le diste mi número, me obligó a llamarte
y decirte que tenía pareja" continuó. "La noche que te llamé desde el parque había vuelto a
discutir con ella por el mismo tema. Tuvo que pasar mucho tiempo para que Dinah se diese cuenta
de que me haces feliz y que eres buena para mí, pero algo dentro de ella siempre sospechó de ti"
siguió entre sollozos. "Cuando te conocí pensé que podrías aportar ese granito de felicidad que me
hiciera olvidarme de todo lo malo, y lo has hecho desde entonces, pero ya era tarde, ya te había
engañado" concluyó.

Lauren no dijo nada. Lauren guardó silencio. Lauren empezó a recordar todas y cada una de las
veces que había llorado por la presencia de alguien que ni si quiera existía. Que Camila fuese una
ladrona en busca y captura había pasado a un segundo plano porque sus últimas palabras le
habían roto el corazón.

Camila esperaba una respuesta por parte de la que no sabía si seguía siendo su novia. Que Lauren
trabajase para los federales y se lo hubiese ocultado, era algo que realmente le había destrozado
el corazón pero sabía que su última confesión le había hecho más daño a la morena de ojos verdes
de lo que ésta le había hecho a ella.

- "Es curioso como día tras día desde que te conocí me he estado castigando por no confesarte
que me acerqué a ti solo para sacarte información sobre el caso pero ahora sé que debería de
haber estado con la conciencia tranquila porque lo tuyo es mucho peor" soltó Lauren en voz alta
sin pensar en lo que acababa de confesar.

Al escuchar las palabras provenientes de su boca, se arrepintió al instante. Había admitido sin
quererlo el motivo de por qué nunca le dijo nada acerca de su trabajo. Inmediatamente miró a
Camila quien la miraba boquiabierta y con las mejillas empapadas.

- "Camila, yo... no quería decir eso, no es lo que parece"

- "¿Qué no es lo que parece?" gritó levantándose del sofá. "Acabas de admitir que te acercaste a
mí solo para utilizarme después de negarme hace unos minutos que no sabías de mi existencia
antes de conocernos" volvió a gritar mirándola fijamente a los ojos. "Te creía capaz de muchas
cosas pero no de esto, ¿tan fácil te resulta chocarte a propósito con las personas para enamorarlas
y sacarles información?"

- "Camila de verdad que no es lo que crees, sí, me acerqué a ti con esa intención pero ¡todo
cambió cuando me enamoré de ti!" gritó levantándose y corriendo a su lado.

- "Por un momento había pensado en perdonarte todo el engaño de estos cinco meses pero esto
ha hecho que cambie de opinión" admitió calmando la voz. "No quiero volver a saber nada más de
ti Lauren" dijo notando su corazón apuñalado mientras se dirigía a la puerta.

Mierda. Mierda. Mierda. Esos eran los pensamientos de Lauren mientras veía cómo el amor de su
vida estaba a punto de salir por la puerta de su casa para no volver. Ya le daba igual todo. A pesar
de ser una grave infracción para su trabajo tenerla como novia, no quería perderla y estaba
dispuesta a renunciar a su trabajo solo para eso no sucediese.

- "¡Camila no! ¡Espera!" corrió hacia ella agarrándola de la muñeca. "Camz yo te amo"

Un silencio inundó todo el estudio después de que se escuchase el fuerte sonido de la mano de
Camila golpeando la mejilla de Lauren llena de ira. Ésta se tocó el lado dañado ahora con una
mano roja marcada sobre éste y miró fijamente a la chica más bajita a los ojos mientras los suyos
se llenaban de lágrimas. Esas dos palabras habían sido dichas por primera vez en toda su relación.
En otra ocasión Camila la hubiese creído, pero en esa, desesperada por no perderla, no.

- "No, tú no me amas Lauren" dijo Camila rompiendo el silencio. "Hemos terminado" añadió antes
de salir corriendo del estudio con las lágrimas llegando hacia su cuello.

Lauren esta vez no corrió detrás de ella. Se quedó mirando la gran puerta de su estudio que se
movía a causa del viento produciendo un leve sonido. Camila se había ido. La había perdido.

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Capítulo 67

Casi una semana había pasado desde que había perdido a Camila y había pasado esa misma noche
llorando junto a Normani en el apartamento de ésta después de contarle lo sucedido. Esa fue la
última noche que lloró. Lauren hablaba lo justo y necesario, apenas comía y no se relacionaba con
nadie. Estaba destrozada.

La morena le informó aquella noche todo lo que habían descubierto acerca del caso. El herido de
bala, Troye Harrison, el mismo nombre que le había dado Camila, estaba ingresado y estable.
Gracias a la base de datos del hospital pudieron dar con su nombre y comprobaron como éste
tenía un hermano, Felix. La chaqueta junto con los guantes y el pendiente habían sido mandados
al laboratorio para encontrar alguna muestra en ellos.
Aquella misma noche, Normani tenía una pregunta en mente acerca de toda aquella situación.
Pero no se atrevió a preguntar sabiendo cuán dolida estaba su mejor amiga y decidió reservarla
para más adelante.

Durante la semana, Troye había salido del hospital sin secuelas y estaba esperando para ser
interrogado junto con su hermano Felix. Parecía increíble pero no habían encontrado ninguna
muestra de ADN en la chaqueta, tan solo la sangre del herido. Varios compañeros de Lauren que
presenciaron la escena desde los coches patrulla, habían testificado que había una mujer entre los
atracadores, lo cual sorprendió bastante a Brooke a quién pilló desprevenida. El pendiente, del
cual solo habían podido obtener su número de serie, había sido enlazado con la mujer sin
identidad.

Mirando la pantalla de su portátil contando los minutos que le quedaban para salir de allí, Lauren
pensaba en todo y a la vez en nada. No había tenido noticias de Camila y tampoco había intentado
contactar con ella. Un destello de luz se clavó en sus ojos esa mañana más grises que verdes,
proveniente de la puerta entre abierta del despacho de Brooke.

- "Jauregui, a mi despacho" mandó ésta.

La comandante Ally Brooke llevaba toda la semana de buen humor. Al reabrir el caso, los pocos
días que le quedaban allí habían sido alargados. Le habían concedido una segunda oportunidad
que no dejaría pasar.

- "¿Me buscabas?" preguntó Lauren tocando con los nudillos la puerta del despacho.

- "Toma asiento" ordenó con su ya habitual sonrisa de vuelta mientras Lauren obedecía. "Llevas
toda la semana apagada y sé que es por tu impotencia de no recordar a penas nada de lo que viste
antes de desmayarte. Pero aunque estés fuera de este caso, necesito que te ocupes de dos cosas"
informó ésta.

Lauren tragó intentando sin éxito menguar el nudo de su garganta. Por una parte quería
involucrarse de nuevo para estar al tanto de cuánto iban avanzando en la investigación, pero por
otra parte no quería tener más presente a Camila de lo que ya la tenía.

- "Soy toda oídos" respondió con total naturalidad.

- "Sabía que no me fallarías" dijo mostrando sus blancos dientes mientras se llevaba su taza azul a
los labios. "Necesito que interrogues a Felix Harrison y averigües de qué joyería procede el
pendiente. Chad está con Troye por eso no puede encargarse él. No sabemos si Felix está
implicado en algo pero será mejor que lo sepamos cuanto antes"

Interrogar a Felix. Un duro trabajo para Lauren pero sabía que podía comunicarse con Camila a
través de él. No quería ocultar información del caso, pero tampoco quería mostrarla.

- "Cuente conmigo" respondió Lauren con una media sonrisa.

- "Está en camino, puedes detallar las preguntas mientras. Confío en ti Jauregui"


Con esa última frase que amartillaba la cabeza de la morena de ojos verdes, volvió a su mesa de
trabajo dónde la esperaban Normani y Kate. Ésta última había notado cómo Lauren había dejado
de mencionar a Camila y su estado de ánimo, pero no se había atrevido a preguntar. La morena al
notar la expresión de su mejor amiga al salir del despacho, no dudó en preguntarle al sentarse a su
lado.

- "¿Y esa cara Lo? ¿Brooke ha descubierto algo sobre Ca...?"

- "No la menciones, por favor Mani" la cortó con una expresión triste. "Quiere que interrogue a
Felix y encuentre la joyería a la que pertenece el pendiente, la cual conozco sin necesidad de
escanear el número de serie" dijo en voz baja soltando un suspiro al acabar.

Normani se quedó unos segundos en silencio, pensativa. La pregunta que quiso hacerle la noche
que Lauren llegó llorando a su apartamento volvió a su cabeza y esa vez no dudó en formularla.

- "¿Has pensado en delatarla?" preguntó ganándose rápidamente la mirada penetrante de Lauren.

- "He pensado en muchas cosas y esa opción no está entre ellas. Aunque ahora sepa toda la
verdad no soy capaz de entregarla, todavía no la he olvidado.

Además, ¿qué explicación razonable le daría a Brooke?" preguntó manteniendo el volumen en su


voz. "No puedo decirle que mi exnovia es una delincuente y que no lo sabía hasta hace menos de
una semana después de una 'relación' de cinco meses. Es surrealista Mani" susurró llevándose las
manos a su frente y masajeándola.

- "Entonces... ¿qué piensas hacer al respecto?" preguntó la morena.

- "¿Ahora mismo? Interrogar a Felix, no sé qué haré después" sentenció cogiendo una carpeta
antes de dirigirse a la planta de interrogatorios.

Kate quién había observado toda la situación sin llegar a escuchar de qué hablaban, pudo notar el
dolor en el rostro de Lauren. Algo le había pasado y necesitaba descubrir de qué se trataba.

Con un paso firme pero a la vez nervioso, entró en la sala de interrogatorios eligiendo la segunda
puerta. Dentro de la sala pudo ver a Felix sentado en una mesa esposado con un vaso blanco de
plástico entre sus manos a través del cristal. Antes de entrar dónde éste se encontraba lo examinó
durante unos segundos mientras se preparaba un café con leche.

Todavía no había visto a Troye en persona pero según la descripción que le habían dado era muy
parecido a su hermano: piel pálida y pelo corto negro. La única diferencia que había era que Felix
tenía los ojos oscuros y Troye claros. Por sus venas marcadas en el brazo notaba la tensión en su
cuerpo. No era fácil lo que iba a hacer.

- "¿Señor Harrison?" preguntó entrando en la sala y sentándose en frente de él. "Soy la agente
Jauregui y está aquí para responder un par de preguntas acerca de su hermano" añadió colocando
el café junto a la carpeta.
Felix la examinó durante un par de segundos en silencio. Había sido advertido por Camila de no
acercarse a la morena de ojos verdes que revisaba unos informes frente a él, y mucho menos
afirmar que conocía las intenciones de su hermano. Era mucho más hermosa de lo que la chica de
ojos marrones le había enseñado en fotos para poder reconocerla.

- "Como ya le han informado mis compañeros, su hermano se encuentra bajo arresto por un delito
a mano armada y está estable. Dígame, ¿sabía usted algo acerca de sus intenciones?" preguntó
levantando una ceja.

- "No" mintió con la misma naturalidad con la que había practicado con Camila. "Mi hermano y yo
no estamos tan unidos. Sabía que se traía algo entre manos pero no que fuese algo tan grave"
volvió a mentir.

Lauren recapacitó por unos segundos. Notaba la mentira en sus ojos pero también notaba esa
confianza que les transmitían y que tiempo atrás había penetrado también en su exnovia. No
podía dejarse llevar. Debía hacer bien su trabajo.

- "Y si no estaban tan unidos, ¿cómo puede explicarme estas fotos de vosotros dos juntos las
últimas semanas saliendo a comer?" preguntó Lauren seria sacándolas de su carpeta y
poniéndolas frente a él.

- "No he dicho que no nos viéramos, solo que no estamos tan unidos como para hablar de
nuestras cosas" respondió Felix frunciendo el ceño.

- "Entonces, ¿cómo sabía que se traía algo entre manos?" preguntó de nuevo Lauren sin bajar la
ceja anotando las respuestas.

- "Hace un par de semanas llegué a casa y él estaba hablando por teléfono. No pude oír mucho
porque al verme se puso nervioso y entró rápidamente en su habitación" volvió a mentir dándole
la información que Camila le había pedido que diese.

- "Ha dicho a casa ¿verdad señor Harrison?" preguntó consiguiendo que éste asintiese. "¿Viven
con sus padres?"

- "No, somos huérfanos pero vivimos juntos" admitió esta vez sin mentir.

Antes de seguir con el interrogatorio, Lauren le dio un sorbo a su café. Era muy fácil saber cuándo
le mentía y cuándo no. Menos con la última respuesta, había mirado hacia otro lado al responder
todas las anteriores pero con esa no. Una parte de ella, se alegraba por haberlo interrogado ya
que estaba dejando pasar dichos detalles que otro compañero no hubiera hecho.

Felix no comprendía cómo sabiendo que estaba notando la mentira en sus ojos mientras los
analizaba, no decía nada al respecto y seguía haciendo preguntas. Algo no encajaba.

- "Entonces no habrá ningún problema en que pidamos una orden para registrarla ¿verdad?"

- "En absoluto" respondió victorioso.


Organizó los informes antes de levantarse de la silla quedándose con un trozo de papel entre sus
manos. Al tirar el café a la papelera, Lauren miró hacia la cámara que había grabado toda la
conversación y comprobó desde que ángulo no se vería lo que estaba a punto de hacer.

- "Señor Harrison, sabe usted que mentir es un delito ¿cierto?" preguntó de nuevo consiguiendo
que éste asintiese. "Espero no tener que arrestarlo por ello, puede volver a casa" concluyó
estrechándole la mano después de desposarlo dejando el pequeño papel en las de éste antes de
salir.

Felix notó dicho gesto y se guardó la mano ocupada en el bolsillo del pantalón dejando la nota
dentro de él. Ahora entendía por qué Lauren aun sabiendo que le había mentido, no había hecho
nada al respecto. Le había cubierto tanto a él como a los demás.

Lauren soltó un suspiro al salir y le entregó los informes a uno de los novatos para que éste se los
entregara a Brooke. No quería verla después de haber vuelto a cruzar la línea. Volvió a la oficina a
paso ligero con la intención de terminar lo que Brooke le había mandado pero las expresiones de
Normani y Kate al verla entrar, la detuvieron.

- "¿Tengo algo en la cara?" preguntó Lauren tocándosela.

- "Además de unas grandes ojeras que no sabes disimular, no" respondió la morena con una media
sonrisa.

- "¿Qué pasa entonces?" preguntó de nuevo mirándose en el reflejo de la pantalla de su móvil


comprobando las palabras de su mejor amiga.

- "Se trata de Aleric" informó Kate "No sabíamos qué más hacer y la mujer del parasol no ha vuelto
a aparecer desde aquella vez, por lo que hemos vuelto a rastrear sus llamadas" explicó mirando a
Normani para que siguiera ella.

- "Va a volver a hacer un intercambio y está buscando a chicas nuevas para ello" añadió la morena.

- "¿Tenéis algo más? Una fecha, un lugar, lo que sea" preguntó Lauren.

- "El intercambio se realizará dentro de una semana, y ese mismo día le dirá a su cliente el lugar de
entrega" explicó

Normani.

- "Hay algo más" la interrumpió Kate. "Yo voy a ser una de esas chicas" admitió.

- "¿De qué cojones estás hablando Ryan?" preguntó Lauren elevando la voz.

Normani y Kate se miraron entre ellas, la morena tampoco estaba de acuerdo con la decisión que
ésta había tomado pero ya no había vuelta atrás.
- "Tengo 19 años y sin maquillar aparento menos, soy la candidata perfecta para infiltrarse Lauren.
Cuando deis con el lugar del intercambio solo tendréis que sacarme de allí" explicó. "Piensa en
Angelica Clark y todas esas niñas, necesitan ayuda y conmigo allí estarán más seguras"

- "¿Tú estás de acuerdo con esto?" preguntó Lauren mirando a su mejor amiga.

- "No, pero Brooke sí y ya tiene su visto bueno. No podemos hacer más" admitió la morena.

- "Soy tu superior y estás a mi cargo, de ninguna manera voy a dejar que te infiltres en algo así.
Ahora mismo voy a hablar con Brooke" gruñó.

Kate miró hacia Normani rápidamente y antes de que Lauren pudiese dar más pasos, la agarró por
la muñeca y la detuvo.

- "Kate, no vas a convencerme" sentenció seria.

- "Lauren por favor, déjame que lo haga. Recuerda esa conversación que tuvimos en el cementerio
y por qué estoy aquí hoy" dijo la chica de ojos cascadas mirando a Lauren a los ojos quien
guardaba silencio. "Déjame que les de la ayuda que mi hermana no tuvo, déjame que lo haga por
ella. Por favor" suplicó.

Lauren siguió guardando silencio. Acababa de dejar claro que no iba a convencerla y ahí estaba,
dejando atrás sus palabras. Kate había jugado con su punto débil y lo veía a través de sus ojos de
color cascada.

- "Supongo que si ya tienes el visto bueno de Brooke, yo no puedo hacer nada" dijo soltando un
suspiro.

- "Gracias, gracias, gracias" celebró Kate con una sonrisa abrazando a su superior fuertemente
haciendo que Lauren soltase otra después de un par de días.

- "No es apropiado que abraces a tu superior, Ryan" dijo marcando su voz rasgada separándose de
ella.

Normani quien había observado toda la escena, supo nada más agarrarle la muñeca a su mejor
amiga que ésta iba a darle el visto bueno. Sabía que Lauren era un hueso duro de roer en su
trabajo y aunque su corazón estuviese roto en ese instante, no iba a negarse a la mirada noble de
Kate ya que ésta le recordaba a la de Camila.

- "Vas a llevar un chip en todo momento puesto, éste nos informará de tus pulsaciones y de tu
localización, no quiero más riesgos de lo necesario" ordenó Lauren. "Mani, busca las puntos de
encuentro dónde Aleric rapta a estas chicas, tú Kate, ven conmigo" volvió a ordenar con su voz
rasgada.

Ambas compañeras asintieron e hicieron caso a Lauren. Ésta caminó junto con Kate quién seguía
sus pasos hacia la sala de tiro. Tenía que comprobar cuan buena era la puntería de su compañera y
si esta sería capaz de disparar si fuese necesario. Entraron en la sala cada una con la reglamentaria
en la mano. Había varias taquillas disponibles por lo que se pusieron una al lado de la otra.
Utilizaron unos cascos negros para tapar sus oídos y miraron fijamente a la diana con forma de
persona.

- "Vacía el cargador y demuéstrame qué sabes hacer" propuso Lauren consiguiendo que Kate
asintiese.

Siete balas. Siete disparos seguidos. Kate no había dudado en ningún momento y dio lo mejor de
ella. Ambas se quitaron los cascos con el olor a pólvora de fondo. Lauren alcanzó la pequeña
palanca que había a su lado y acercó hasta ellas la diana.

- "Parte dorsal: cuatro balas. Dos ochos en el lado izquierdo, un nueve en el centro y una X. Parte
craneal: tres balas. Todas en la X" comprobó Lauren en voz alta bastante sorprendida.

- "¿He sido suficientemente buena, Jauregui?" preguntó Kate dejando el arma en la mesilla.

- "No del todo, tendrás que mejorar" mintió para que se esforzarse más.

Kate dio un leve suspiro y asintió lentamente. Quería la confianza plena de Lauren pero sabía que
con lo sucedido, y no solo de forma laboral, eso era bastante complicado.

- "Escúchame Kate, cuando salgas por la puerta eso será la vida real no dianas con personas
inexistentes. Una bala ahí afuera puede costarte la vida ¿me entiendes? Quiero que estés
preparada en todo momento porque cuando estés sola junto con las demás chicas, yo no podré
ayudarte" explicó Lauren después de unos segundos en silencio.

- "No va a pasarme nada si es eso lo que te preocupa" respondió Kate con una sonrisa.

- "Nunca des nada por supuesto, todo puede cambiar en cuestión de segundos" sentenció antes
de volver a su mesa de trabajo.

Esa última frase dicha le había recordado bastante a la que ahora era su exnovia. Si no hubiera
sido una cobarde, Camila no se habría marchado de aquella forma. No la habría perdido.

- "Lauren, tengo lo que me has pedido" informó la morena nada más verla.

- "Adelante" dijo Lauren.

- "A las afueras de la ciudad, cerca del puerto, hay una zona donde residen un grupo de
vagabundos. No es la única de la ciudad pero esa es por la que más pasa" explicó.

- "¿Cuándo va a volver a pasarse por allí?" preguntó Lauren notando como Kate llegaba y se ponía
a su lado.

- "Si mis cálculos no fallan..." se pausó para teclear varias teclas en el portátil. "Dos días"

Dos días. Solo tenía dos días para entrenar a Kate y aunque ésta ya estaba en buena forma física,
debía enseñarle otra serie de valores fundamentales. Nada de eso le estaba dando un buen
presentimiento y deseaba con todas sus fuerzas estar equivocándose.
- "Mañana te espera una clase dura de entrenamiento" dijo Lauren mirando hacia Kate. "Seguid
trabajando" ordenó antes de acercarse a su portátil.

Tenía encima de su mesa el informe con el pendiente de Camila y su número de serie. No le hacía
falta rastrear dicho código ya que la chica de ojos marrones le había recordado dónde se los había
comprado cada vez que pasaban por la joyería. La cual, casualmente era de la misma empresa que
la que había sido atracada.

- "Mierda" pensó Lauren apretando la mandíbula.

Sin perder más el tiempo, comenzó con la búsqueda que minutos después le afirmaba sus
pensamientos. Era la misma joyería. Despidiéndose de sus compañeras y de nadie más, salió de la
oficina con un nuevo destino antes de llegar a su estudio.

Aparcó su Chevrolet frente a la joyería y la examinó durante varios segundos. Un escalofrío


recorrió su cuerpo al recordar la escena de varios días atrás. Bajó del coche notando el asfalto bajo
sus pies y entró dentro. Allí se encontraba un hombre de unos cincuenta años con gafas de vista
revisando los quilates de una pulsera.

- "Buenas" saludó Lauren con una sonrisa fingida.

- "Buenas tardes señorita, ¿qué desea?" preguntó el anciano con una sonrisa arrugada. "¿Algún
reloj para su hombre especial?"

- "Ya no tengo a nadie especial y en el caso de que lo tuviera sería una mujer, pero no he venido
aquí a hablar de mi vida privada con usted sino para la investigación del caso de la joyería de una
de estas empresa que fue atracada hace varios días. Mi nombre es Lauren Jauregui" explicó seria
enseñándole su placa.

Que mencionara a alguna personal especial en su vida le había hecho mucho daño. Sabía que él no
lo había dicho con mala intención ya que este era su trabajo pero no había podido evitar ponerse
seria después de eso.

- "¿En qué puedo ayudarle?" preguntó el dependiente al tanto de toda la situación.

- "Encontramos este pendiente en la escena del crimen y el número de serie coincide con las
ventas en esta joyería. ¿Le importaría buscarme el informe que corroborase mi información?"

- "Necesitaré dicho número para ello" añadió el hombre de cincuenta años.

Respondiendo a la petición de aquel hombre, Lauren le facilitó lo que le había pedido. Tecleó el
número en el ordenador táctil que tenía en el mostrador y desapareció detrás de una cortina
durante un par de minutos. A la vuelta llegó con el informe entre sus manos.

- "Aquí tiene" dijo el hombre con su arrugada sonrisa. "Espero haberle servido de ayuda en el caso
agente"
- "Muchas gracias" respondió Lauren sin más antes de salir de allí.

De nuevo dentro del Chevrolet de camino a su estudio, miraba de vez en cuando de reojo el
informe sobre el asiento del copiloto. Mismo asiento donde su exnovia había estado sentada en
muchas ocasiones. Un par de lágrimas amenazaron con salir para reflejar su dolor pero Lauren las
mantuvo inmóviles como había estado haciendo toda la semana. No quería comenzar a llorar
porque sabía que una vez que lo hiciera, no podría parar.

Una vez en su estudio, observó como éste cada día que pasaba se iba volviendo más helado. Soltó
las llaves del Chevrolet sobre la encimera de la cocina y se sentó en el sofá donde había pasado las
últimas noches. No había entrado en su habitación y tampoco deseaba hacerlo. Pero la colada que
tenía limpia la cual había utilizado esos días, se estaba acabando y tarde o temprano iba a tener
que afrontar los recuerdos que la esperaban dentro de su habitación.

Tomando una gran bocanada de aire, se acercó su bolso hacia ella estirando el brazo y sacó de
dentro de él el informe de la joyería. Cuando lo abrió comprobó como el nombre de Camila
Cabello aparecía reflejado sobre él junto con una fotocopia de su DNI. Le resultaba extraño cómo
Camila siendo tan cautelosa, había comprado en una joyería que guarda ese tipo de información.

Por un momento se quedó mirando la foto de su DNI. La rozó con la yema de sus dedos como si
estuviese acariciando su rostro. Echaba de menos sus labios, su forma de mirarla atentamente, su
risa, sus bromas sin sentido de las que siempre se reía, su expresión infantil al dormir. Echaba de
menos todo de ella. Una lágrima impactó contra la hoja del informe mojándola.

- "¿Qué voy a hacer contigo?" pensó en voz alta mirando el informe.

Si le entregaba aquella prueba a Brooke estaría entregando a Camila y si no lo hacía, estaría


cruzando aún más la línea. Toda la información acerca de la chica de ojos marrones estaba allí: su
domicilio, su nombre, la fecha y hora de cuando los compró, el nombre de sus padres. No podía
entregar aquello.

Cerró la pequeña carpeta de cartón y la dejó a un lado. Apoyó sus hombros sobre sus rodillas y se
pasó las manos por la cara varias veces intentando tranquilizarse. Al levantar la vista se encontró
con la chimenea. Sin saber por qué, se levantó del chaise longue y se acercó a esta encendiéndola.
La primavera estaba llegando y aunque siguiese haciendo un tanto de frío, éste no era el motivo
de por qué la había encendido.

Con las llamas calentando su rostro y el sonido de la leña crujiendo, Lauren se levantó de en frente
de ésta y se acercó de nuevo al sofá. Sin dudarlo cogió el informe y se acercó de nuevo a la
chimenea quedándose de cuclillas frente a ella. Dudó durante un par de minutos en silencio qué
hacer y hasta que no observó cómo el papel se arrugaba convirtiéndose en una bola de fuego
negra, no fue consciente de sus actos.

- "¿Qué demonios acabas de hacer Lauren?" pensó de nuevo en voz alta notando las llamas del
fuego reflejadas en sus pupilas quemándole por dentro.

=================
Capítulo 68

Ni un día había pasado desde que Felix le había entregado la nota con su nombre que Lauren le
había dado sin ser vista. Menos de veinticuatro horas llevaba la nota descansando sobre la
pequeña mesa de cristal que ocupaba el ahora menos vacío piso de Camila. Cuando Felix se la
entregó y le contó cómo Lauren lo había interrogado, no le hizo falta abrirla para saber lo que
había escrito dentro. Por eso todavía no lo había comprobado, aunque realmente le daba miedo
equivocarse.

Se encontraba sola en el piso por la mañana. Había estado escondiéndose allí desde que salió
llorando del estudio de su exnovia aún más rota que la última vez que lo hizo. Solo volvía a la
pequeña urbanización para ducharse y ocupar su cama, ya que no había noche que hubiese
conseguido dormir. Se pasaba las horas mirando hacia el techo con los ronquidos de Dinah de
fondo mientras pensaba en todo y a la vez en nada. La rubia estaba demasiado enfadada con
Lauren y si no había ido a hablar con ésta era porque Camila se lo había impedido y porque sabía
que se encontraban en la cuerda floja.

Camila se levantó del suelo de madera que decoraba el piso y se acercó hacia la cocina para coger
una tarrina redonda de helado de plátano. Sus comidas esa semana se habían basado en cuencos
de éste y poco más. Había engordado un poco y su cuerpo ahora más rellenito lo confirmaba.

Cruzando el marco de madera que conectaba con el salón comedor, se dirigió hacia el sofá donde
se sentó mirando hacia la nota que yacía en el suelo de madera. Llevándose la larga cuchara de
metal hacia sus labios lamiendo el helado, la miró con aún más deseo. Llevaba desde que Felix se
la entregó llamándola. Decidida a ponerle fin después de tantas horas, dejó la tarrina sobre la
mesa de cristal y recogió del suelo el pequeño papel arrugado que llevaba su nombre.

Jugó con él durante unos segundos mirando su nombre escrito por la caligrafía que tanto le
gustaba leer. Era la primera noticia que tenía de Lauren desde que la vio por última vez aquella
noche. Realmente estaba sorprendida de que ésta no hubiese intentado contactar con ella y le
alegraba ya que estaba respetando su decisión, pero por otro lado le dolía más que nada. Porque
todavía la amaba. Sí, ella si la amaba. No como Lauren. Ella la había utilizado.

Moviéndose de un lado a otro notando el frio suelo bajo sus pies descalzos, resoplaba decidiendo
leer la nota o no. Tenía miedo. No quería volver a caer en los juegos de Lauren. No quería volver a
verla con los ojos con los que la miraba antes sintiéndose más vulnerable de lo que ya era. Pero se
enfrentó a ella misma y desplegó los pliegues de la nota arrugada.

"Aunque no quieras saber nada de mí tenía que asegurarme de que supieras que no voy a
delatarte Camila, no puedo hacerlo"

Lo sabía. Acababa de afirmar con esa nota sus pensamientos. Si Felix no había sido arrestado el
mismo día que fue interrogado había sido porque Lauren iba a guardar silencio. Aunque esa nota
le aliviaba, por otra parte le preocupaba. Lauren, su exnovia, estaba guardando información y eso
era algo perjudicial en su trabajo.
Ese comportamiento le recordó a la preguntaba con la que llevaba toda la semana en mente, si
Lauren se había acercado a ella para sacarle información ¿cómo es que no habían venido ya a por
ella? ¿Cómo sabía que ella estaba implicada en algo sin según las palabras de su exnovia no había
dejado ningún rastro al atracar el banco?

Soltó un gran suspiro y releyó la nota deteniéndose en la última frase. "No puedo hacerlo" Camila
nunca había dudado de los sentimientos de Lauren hacia ella, habría puesto la mano en el fuego
por ella si hubiese hecho falta, pero ahora todo se había vuelto en su contra. Dejando atrás sus
pensamientos cogió el pequeño mando de encima de la mesa de cristal y encendió la radio que
comenzó a reproducir el disco que ella misma se había hecho y llevaba escuchando toda la
semana.

"I let it fall, my heart and as it feel, you rose to claim it. It was dark and I was over. Until you kissed
my lips and you saved me. My hands, they're strong but my knees were far too weak to stand in
your arms without falling to your feet"

Mirando hacia la guitarra con sus iniciales que su exnovia le había regalado en aquel maravilloso
viaje, las lágrimas amenazaron con salir de sus profundos ojos marrones que habían perdido el
color a causa de su tristeza. Todas las letras de las canciones que componían el disco le recordaban
a Lauren y aunque eso le doliese más, por otro lado le recordaba lo que le había hecho y cómo no
debía a volver a caer en sus brazos.

"But there's a side to you that I never knew, never knew. All the things you'd say they were
never true, never true. And the games you'd play you would always win, always win..."

El engaño recorría su cuerpo hasta el último centímetro de su piel, mientras la culpa la


acompañaba. Debería de haberle hecho caso a su mejor amiga desde un principio y olvidarse de la
morena de ojos verdes para siempre. Debería haber dejado sus sentimientos hacia un lado y
seguir adelante con su vida tal y como llevaba haciendo los últimos años. Debería de haber hecho
muchas cosas que nunca hizo por Lauren. Porque había confiado en ella y le había roto el corazón,
por segunda vez.

"But I set fire to the rain. Watched it pour as I touched your face. Well, it burned while I cried
because I heard it screaming out your name, your name... When I'm laying with you, I could stay
there. Close my eyes, feel you here forever. You and me together, nothing better..."

Dinah entró dentro del piso utilizando sus propias llaves de éste y se encontró con Camila llorando
frente al altavoz de la radio con un papel arrugado entre sus manos. Ésta no se había dado cuenta
de su presencia a causa del fuerte volumen de la música, por lo que soltó su bolso a un lado y se
acercó hacia ella lentamente.

Llevaba viendo así a Camila una semana y no aguantaba más. No se merecía tanto dolor después
de que hubieran jugado con sus sentimientos, no se merecía seguir llorando por las esquinas. No
se merecía nada de lo que le estaba pasando y ella iba a cambiarlo.

- "Tienes que dejar de castigarte de esta forma" dijo Dinah apagando la radio consiguiendo que
Camila se asustase. "¿Has leído la nota?" preguntó.
- "Sí" respondió limpiándose las lágrimas mientras daba un sollozo.

- "¿Malas noticias?" preguntó la rubia frunciendo el ceño.

- "Compruébalo por ti misma" dijo levantándose del frio suelo y lanzándole la ahora bola de papel
arrugada.

Camila observó cómo Dinah leía la nota más de una vez. Sus grandes ojos se habían abierto aún
más y contemplaban expectante las palabras de su exnovia. De repente cogió la nota y la coló
dentro de un vaso de agua junto a la tarrina, destruyéndola.

- "¿Qué haces?" gritó la chica más bajita acercándose hacia el vaso.

- "Parece que esa perra realmente tiene corazón pero no nos podemos fiar más de ella, quién sabe
si es otro de sus estúpidos juegos Mila"

- "No la insultes Dinah..." pidió Camila mirando la nota hundida.

- "¡Y tú no la defiendas!" dijo elevando la voz. "¿Tiene que volver a utilizarte para que te des
cuenta del daño que te ha hecho?" gritó consiguiendo que Camila saliera huyendo hacia su
habitación encerrándose en ella. "Mierda" susurró.

Dinah caminó por el estrecho pasillo parándose en la puerta blanca de la habitación de su mejor
amiga. Al otro lado se escuchaban sollozos. Había sido dura y se arrepentía por haber utilizado
esas palabras pero la defensa hacia Lauren le había dolido más a ella.

- "Lo siento" se disculpó la rubia. "Pero tienes que entender mi actitud al respecto. Te han hecho
daño y por lo tanto también a mí. Se lo perdoné la primera vez porque al fin y al cabo fue un beso
tonto, pero esta vez no puedo hacerlo Camila" explicó.

La chica más bajita estaba apoyada contra la puerta con la cabeza recostada en ésta mientras sus
lágrimas decoraban sus mejillas llegando hasta su boca dejando un sabor salado en ella. Entendía
a Dinah porque ella en su lugar hubiera hecho lo mismo, pero no le gustaba que insultase a su
exnovia. A pesar de todo, se había comportado bastante bien tanto con su familia como con la de
la rubia, y solo por eso no se merecía ser insultada.

- "¿Sabes?" volvió a hablar Dinah después de unos minutos sin respuesta sentándose al otro lado
de la puerta. "Yo también me siento utilizada, esa idiota había empezado a caerme bien y por un
momento, cuando la videollamada en Australia, nos veía a todas así de unidas en un futuro no
muy lejano. Pero no todo lo que imaginas se acaba haciendo realidad" añadió.

Camila asintió en silencio al escuchar las palabras de la rubia. Quiso deslizarse contra la puerta
hasta llegar al suelo, pero el joyero que decoraba la cómoda de su habitación la detuvo. La pulsera
con el apellido Jauregui había permanecido dentro desde el día del atraco y lo había olvidado
completamente. Con cuidado se acercó hasta el joyero y lo abrió lentamente. Ahí estaba, igual de
reluciente que la última vez que la llevó puesta junto con el colgante de sol y la luna que Lauren le
había regalado por Navidad. Dos regalos, doble daño.
Dinah estuvo a punto de volver a hablar cuando el impacto de algo chocando contra la pared la
detuvo. Sin pensárselo dos veces, abrió la puerta de la habitación de Camila y se encontró con ésta
sentada en el suelo abrazando sus rodillas mientras llorada. Pero no solo se fijó en ella, sino
también en el colgante que yacía roto sobre el suelo de madera. Entendió el dolor de su mejor
amiga y se acercó a ella.

- "Tranquila Mila, tranquila" intentó tranquilizarla abrazándola de rodillas. "Saldremos de esto


juntas porque no voy a volver a permitir que te quedes atrás"

- "¿Sabes qué pasa Dinah?" preguntó entre lágrimas haciendo que ésta negara. "Ahí fuera ya no
llueve pero yo tengo un océano aquí dentro que me ahoga" admitió señalando primero hacia la
ventana y después hacia su corazón.

- "No si estoy yo para rescatarte" respondió Dinah dejando un beso en su frente.

Camila asintió entre lágrimas mientras observaba el gran destrozo que acababa de hacer a causa
de su ira. Le encantaba ese collar y ahora lo había destrozado. Arrepintiéndose, se acercó hasta él
e intentó unirlo de nuevo sin éxito. Ahora el colgante representaba su corazón, estaba hecho
piezas y por mucho que quisiese no podía reconstruirlo por sí sola, necesitaba la ayuda de alguien
y ese alguien ya no estaba.

- "¿Qué te parece si te llevo a un sitio para despejar la mente?" preguntó Dinah intentando que su
mejor amiga dejara de prestar atención al colgante.

- "¿Qué sitio?" preguntó de vuelta mirando hacia la rubia.

- "Un gimnasio" admitió. "¿O acaso queremos que tu sobrepeso vaya a más?" bromeó
consiguiendo una risa sincera por parte de la más bajita.

Sin soltar el colgante de sus manos, se levantó del suelo frio de madera y se acercó hasta el joyero
de cristal guardándolo dentro de él. Con la mano puesta en la tapadera y sus ojos cerrados
dándole la espalda a Dinah, Camila suspiró y lo dejó de nuevo en su sitio antes de volverse hacia su
mejor amiga.

- "Voy a hacer como que no he escuchado tu último comentario para poder aceptar tu propuesta"
bromeó Camila acercándose a la rubia. "Gracias por estar aquí para mí Dinah" agradeció
envolviendo en sus brazos su alto cuerpo.

- "Mejores amigas, ¿recuerdas?" respondió abrazándola con más fuerza mientras acariciaba su
larga melena con sus grandes manos.

En ese mismo instante, a la misma hora, pero en distinto lugar, Lauren se encontraba en su
estudio colocándose la ropa de deporte después de haberse dado una ducha para limpiar sus
manos llenas de pintura. Había quedado en una hora con Normani y Kate para empezar con el
entrenamiento de ésta última. No le apetecía pero sabía que era primordial para la supervivencia
de la novata en una implicación tan importante, y más siendo esta la primera.
Como aún tenía tiempo de sobra debido a su gran puntualidad, se ató los cordones de sus
deportivas y salió hacia el trastero con el pelo recorrido en una coleta consiguiendo que se notase
más el pico de viuda que marcaba su frente. Buscando entre todas sus pertenencias encontró la
caja que un día vació y la trajo de vuelta a su habitación. Mirando hacia el mural de la pared deseó
deshacerse de todo aquello con ira y rápidamente, pero eso solo supondría destrozar también de
forma material, todo lo que había construido.

Con cuidado fue guardando cada recuerdo entre lágrimas en la caja de cartón. Antes de cargarla
en peso para devolverla al trastero, miró hacia su estantería y se acercó a uno de sus libros,
concretamente hacia "El Resplandor. Una vez con él en sus manos, abrió la página marcada y
observó la foto de la primera vez que sus miradas se encontraron. La había escondido allí sabiendo
el poco interés por su exnovia con todo lo relacionado con el género de terror.

Si Lauren pudiese volver a atrás hacia ese día, hubiera sido sincera desde un primer momento. Tal
vez Camila se hubiera alejado de ella con una excusa verdadera por miedo a ser descubierta y no
con una novia imaginaria. Tal vez hubiera pasado desapercibida en su vida. Tal vez, solo tal vez, no
se hubiera enamorado de ella. Pero sus 'tal vez' ya no valían nada, todo estaba hecho y si la
casualidad las había puesto en ese punto sería porque realmente no debían estar unidas.

En esas últimas palabras pensaba mientras esperaba a que Normani bajase de su apartamento. No
se estaba rindiendo al igual que no lo había hecho al deshacerse del mural, solo estaba intentando
asimilar la situación para llevarla con más tranquilidad si es que eso era posible.

- "Buenos días con alegría e ilusión" saludó la morena entrando en el Chevrolet de Lauren
sentándose en el asiento del copiloto.

- "¿Ha dormido Chad contigo?" bromeó Lauren dándole un beso en la mejilla a la morena como
saludo.

- "Mirad quien ha vuelto" se sorprendió Normani consiguiendo que Lauren rodase los ojos.
"¿Cómo estás?" preguntó ahora más seria.

- "Lo mejor que puedo" admitió soltando un suspiro. "No quiero tener que darle explicaciones a
Kate si me ve mal y mucho menos preocuparla estando a un día de que se involucre"

- "Me alegro de que hayas vuelto Lo" admitió la morena abrazando fuertemente a su mejor amiga
antes de ponerse el cinturón de seguridad.

- "¿Qué fue de eso de 'tanto amor por las mañanas, no, gracias'?" bromeó Lauren.

- "Pues se debe a que mi mejor amiga me necesita y una vez le prometí estar siempre aquí para
ella" dijo con una sonrisa provocando otra en la morena de ojos verdes. "Conduce" susurró
Normani dándole un juguetón golpe en el hombro a su mejor amiga.

Diez minutos después el trio se encontraba dentro del coche de Lauren. Kate había notado una
sonrisa forzada en los labios de la chica de ojos verdes al saludarla la cual no le gustó. Tras varios
minutos contemplando desde la parte trasera cómo la primavera estaba dejando atrás el invierno,
Kate decidió romper el silencio que las cubría.
- "¿Dónde vamos?" preguntó la chica de ojos cascada.

- "Si te hemos pedido que vengas con ropa deportiva y una muda para cambiarte después, ¿tú que
crees?" bromeó la morena girando el cuello hacia su compañera novata.

- "Puede que no tenga tu misma edad Normani pero eso no significa que no pueda llegar a
entender las cosas mejor que tú" contraatacó Kate sacándole la lengua a la morena.

- "Ahí tiene razón" bromeó Lauren soltando una pequeña risa sin dejar de mirar al frente.

- "¿Acaso os habéis unido para formar un complot contra mi persona?" bromeó Normani
intentando parecer afectada.

- "Como si no tuviera cosas más importantes que hacer" bromeó Kate de vuelta haciendo que
todas rieran.

- "Vamos al gimnasio de un amigo" admitió Lauren después de unos segundos en silencio. "Hace
mucho que no voy por ahí y me ha reservado una zona solo para nosotras" informó.

- "Lauren Jauregui la chica con amigos por toda la ciudad" bromeó Normani.

- "¡Eh! No es mi culpa ser tan sociable" se defendió la morena de ojos verdes.

Pocos minutos después de finalizar aquella conversación llegaron a dicho gimnasio. Realmente
pasar el rato en compañía le hacía pensar menos en su exnovia y por lo tanto castigarse menos. El
dueño era amigo de Lauren, sí, pero no lo era a causa de su trabajo aunque realmente estaba
relacionado con ello.

Mientras Lauren iba a la universidad y estudiaba, también se preparaba allí las pruebas físicas para
el trabajo que conseguiría en un futuro. Una tarde de otoño, una de sus compañeras le sugirió un
gimnasio dónde entrenaban dichos tipos de pruebas. Allí conoció a Daniel Bourne quien entrenaba
allí por voluntad propia. Durante varios meses compartieron varias charlas tres tardes a la semana,
en las que Lauren descubrió que el sueño de Daniel era abrir un gimnasio y así lo hizo.

Lauren aparcó en la calle de detrás del gimnasio. Se acercaron a la gran puerta morada con la
morena de ojos verdes delante y Normani y Kate detrás. Al traspasar dicha puerta, los seis ojos se
fijaron en un chico de la misma edad de las dos mayores que medía lo mismo que Lauren. Su torso
desnudo reflejaba unos músculos bien trabajados además de cuidados. Sus ojos grises entraron en
contacto con los verdes que ya conocían.

- "Ya pensaba que te ibas a echar atrás" bromeó Daniel colocando una toalla sobre su hombro
musculoso y acercándose al pequeño grupo. "¿Cómo estás?" preguntó.

- "¿Acaso alguna vez lo he hecho?" bromeó. "Lo mejor que puedo, ¿tú?" dijo sincera.

- "Como siempre... ya sabes, el gimnasio me mantiene muy ocupado" respondió encogiéndose de


hombros. "Podrías haberme avisado de que ibas a traer a estas chicas tan guapas para estar
menos sudado" dijo Daniel en voz baja.
- "No tienes posibilidades Dan, no lo intentes" avisó Lauren.

Daniel siendo un chico atrevido le echó una mirada a su antigua compañera de carreras sin límite y
comenzó a hacer bromas sin sentido frente a Kate y Normani. Lauren les hizo un gesto por detrás
para que supieran las intenciones de éste y se acercó al pequeño grupo cuando la morena obtuvo
la palabra.

- "No voy a negarte que estás como un tren porque con esos abdominales es imposible pero lo
siento, soy una mujer ocupada" admitió Normani haciendo reír a Daniel.

- "Bueno, la esperanza es lo último que se pierde y con esta chica tan preciosa a mi lado más vale
no darse por vencido" dijo pícaro mirando hacia Kate.

- "Me gustan las chicas" admitió ésta dejando a Daniel y al resto con la boca abierta.

Era la primera vez que Kate hablaba en voz alta acerca de su sexualidad sin importarle quien la
estuviera escuchando o las opiniones hacia ella. Después de la conversación con Lauren, ninguna
de ellas había vuelto a tocar el tema. Kate no quería preocupar a su superior con sus problemas y
la morena de ojos verdes no quería meterse donde no la llamaban.

- "No sé cómo lo haces pero las mejores siempre juegan en tu equipo Lauren" bromeó Daniel aun
incrédulo mirando hacia la morena de ojos verdes.

- "Por eso soy la capitana" dijo acercándose a él y colocando sus manos en sus hombros.
"Muéstrame eso que tienes para mí"

Daniel asintió y les hizo un gesto para que lo siguieran. El gimnasio tenía todo tipo de zonas de
entrenamiento para cualquier modalidad. Desde una piscina cubierta hasta las pistas de paddel
pasando por las innumerables habitaciones con máquinas. Daniel se detuvo frente a una de estas
habitaciones con dos grandes ventanales que daban hacia un pequeño jardín. La habitación estaba
decorada por un ring y sacos de boxeo.

- "Bienvenida a tu clase de defensa personal" indicó Lauren una vez estuvieron solas.

=================

Capítulo 69

Kate soltó su bolsa deportiva en uno de los bancos de madera y observó cómo Lauren sacaba de
su bolsa un par de guantes marcando el trasero del cual los ojos cascadas no podían despegarse.

Normani con los guantes ya colocados hizo un par de entrenamientos y observó lo que los ojos de
Kate estaban contemplando. Negó con la cabeza haciendo que su corta melena se moviera a la vez
y se dirigió hacia la novata.
- "Deberías de ser menos descarada ¿o tengo que recordarte que tiene novia?" mintió para dejarle
claro a quién pertenecía el corazón de su mejor amiga.

Solo le dio tiempo sonrojarse al haber sido pillada ya que Lauren se acercó a donde se
encontraban y le lanzó un par de guantes. La morena de ojos verdes le pidió que le mostrara qué
sabía hacer con el saco de boxeo. Kate asintió y con los guantes ya colocados, se acercó hacia el
pesado saco. Normani observaba el cuerpo rígido de la novata al lado de Lauren.

- "Esos leggins te hacen un buen culo" dijo la morena en voz baja mientras escuchaba los golpes de
Kate.

- "¿Ah sí? Nunca me había fijado" admitió Lauren encogiéndose de hombros mirando cómo el
brazo tatuado de Kate daba un buen golpe al saco.

- "Yo tampoco, sabes que no eres mi tipo, pero al parecer alguien más sí" informó captando la
atención de Lauren. "Es bajita y según tú, tiene unos ojos color cascada"

Lauren se mordió los labios y dejó escapar un suspiro. Por la actitud de Kate pensaba que había
vuelto a verla como una amiga pero el caso es que se equivocaba, la chica de ojos cascada seguía
teniendo sentimientos hacia ella.

Ahora entendía el por qué de su sonrojo.

- "Puedes estar tranquila, le he recordado que tienes novia" añadió la morena haciendo que
Lauren apartara la vista del saco y la mirara rápidamente.

- "¿Por qué has dicho eso?" preguntó notando un pinchazo en su pecho.

- "Porque no me gusta para ti, aunque realmente no me gusta nadie que no sea Camila" admitió
sin dejar de mirar al frente.

- "A mí tampoco, pero ella ya no está ¿recuerdas? Yo fui quien hizo que se fuera, yo fui quien la
dejó ir" admitió con los ojos brillosos acercándose hacia Kate.

Las palabras de Normani le habían dejado un vacío en el pecho, el mismo que llevaba varios días
evitando sin éxito. No había otra persona que pudiera llenar ese hueco si no era Camila.
Obviamente no quería otra persona a su lado que no fuese ella, pero tal y como le había dicho a su
mejor amiga, Camila se había ido.

- "Vamos a empezar con un par de posturas simples pero muy habituales" dijo Lauren después de
ordenarle que abandonara el saco. "Agárrame con las dos manos uno de mis brazos" índico a Kate
quien obedeció rápidamente. "Con esta postura lo que normalmente van a conseguir es que la
persona que te esté agarrando te lleve contra ella. ¿Qué pasa en este caso entre nosotras, Kate?"
preguntó.

- "Que yo tengo más fuerza que tú y te va a ser difícil resistirte" dijo segura de sí misma sin dejar
de agarrar la muñeca de Lauren.
- "Correcto" afirmó la chica de ojos verdes. "¿Te acuerdas de las opciones Mani?" preguntó
mirando hacia la morena quien las observaba.

- "Puede que sí o puede que no, pero de todas formas yo solo he venido a observar" río llevándose
las manos hacia la cabeza.

- "Recuérdame no contar con tu ayuda nunca más" bromeó Lauren mirando de nuevo a Kate.
"Tenemos dos opciones, la primera es aprovechar la fuerza y en lo que tú me traes hacia ti yo
impacto mi mano sobre tu cara" indicó imitando el gesto. "La segunda es resistirse, boto con mi
pierna un poco hacia delante, doy un paso y golpeo en la pierna o en el estómago" volvió a indicar
repitiendo de nuevo el gesto.

Repitieron la técnica varias veces pero esta vez con Lauren sujetando con sus manos pálidas la
muñeca tatuada de la chica de ojos cascada. La chica de ojos verdes quedó sorprendida.

- "Aprendes rápido Ryan" dijo sudorosa mirando a Kate. "Sigamos"

Notando las gotas de sudor llegando hacia su pequeño escote ahora mojado, Camila paró la cinta
deportiva quitándose los auriculares exhausta después de casi cuarenta y cinco minutos corriendo.
Se acercó a su bolsa y sacó de ésta una toalla blanca que se pasó por la frente. No comprendía
cómo después de todo el ejercicio que había hecho, Dinah podía seguir encima de la cinta.

Se ajustó el top blanco que sujetaba sus pequeños pechos y se ató de nuevo la cinta de sus shorts
rojos. Mientras la rubia terminaba con su carrera, Camila comprobó que no le quedaba agua y fue
a comprar una por tercera vez en la tarde a la máquina expendedora que había en la entrada. Por
el camino jugando con las monedas en su mano oyó una risa que le resultaba muy familiar y que
consiguió erizarle la piel. ¿Era la de Lauren?

-"Estás obsesionada" pensó para ella misma llegando a la máquina expendedora.

Las horas de ejercicio obligadas por su mejor amiga realmente habían conseguido que se centrara
solo en la música motivante que escuchaba a través de sus auriculares, también elegida por Dinah,
y dejara atrás cualquier pensamiento referente a su exnovia. Pero aquella risa parecida a la de ella
hizo que todo volviera de nuevo a su cabeza.

Dando un trago a la botella de agua, entró de nuevo a la sala donde se encontraba la chica más
alta que ella entre otras personas. Dinah ya había terminado su carrera por lo que estaba sentada
descansando mientras bebía agua de su propia botella.

- "Si hubiera sabido que ibas a por agua te hubiera dado de la mía" indico Dinah.

- "¿Y correr el riesgo de que me pegues algo malo? No, gracias" bromeó Camila con la risa aun en
su mente.

- "Parece que tu humor sin gracia está de vuelta" se alegró la rubia haciendo que la chica de ojos
marrones se encogiese de hombros.
No quería informarle a su mejor amiga acerca de la alucinación que acababa de tener ya que sabía
que ésta la llamaría loca sin darle tiempo a explicarse, por lo que guardaron sus pertenencias y se
dirigieron a las duchas por el mismo camino que Camila había tomado minutos atrás.

De repente esa risa volvió a sonar ahora más cerca y penetró de lleno en su mente haciendo que
su cuerpo se detuviera junto con Dinah. Estaba segura de que no era una alucinación. Estaba
segura de que era ella. Lauren. Su Lauren.

- "Esa risa..." dijo Camila nerviosa.

- "¿Tú también la has oído?" preguntó consiguiendo que ésta asintiese.

Rápidamente y por instinto cruzaron el pasillo llegando hacia la puerta entre abierta. Sin hacer
ruido y sin asomar mucho ambas cabezas, observaron la figura de Lauren con el pelo recogido y la
camiseta blanca sudada tirada en el suelo con Kate encima de ella. Dinah quien no pudo evitar la
ira aprovechó la inmovilidad de Camila e interrumpió en la sala.

- "Que pronto olvidas tu amor ¿no Lauren? Ah, es verdad, que nunca existió" gritó Dinah haciendo
que Kate se levantara rápidamente de su cuerpo.

Lauren dejó caer su mandíbula al suelo al ver la figura de la chica más alta gritando frente a ella.
Había pensado lo que no era y es que después de haber practicado una de las técnicas, habían
tropezado una encima de la otra. Sus ojos buscaron desesperadamente los marrones que tanto
extrañaba pero no los encontró.

- "¿De qué demonios estás hablando Dinah?" preguntó furiosa. "Sabes perfectamente que yo amo
a Camila" admitió olvidándose de que Kate seguía allí.

- "¡Una mierda Lauren!" gritó acercándose más a ella quedando cara a cara. "Tú no la amas porque
no destruyes a las personas que amas"

Normani quien volvía del servicio se quedó petrificada cuando se encontró a Camila de rodillas
apoyada en la pared escuchando los gritos del interior. Sin entender nada se acercó a ella
rápidamente.

- "¿Camila qué estás haci...?" quiso preguntar pero los gritos de dentro la detuvieron dándole una
respuesta.

Rápidamente entró en la sala y se puso entre medio de

Dinah y Lauren quien se gritaban mutuamente echándose cosas en cara mientras Kate observaba
la escena con los ojos abiertos.

- "¡Parad joder!" gritó Normani separando ambos cuerpos a punto de llegar a algo más. "¿Qué
cojones os pasa? Parecéis un par de crías" dijo en el mismo tono mirándola a ambas. "¿Y tú qué
pasa? ¿Cuándo pensabas separarlas? ¿Cuando llegasen a las manos?" preguntó con ira mirando
hacia Kate.
Todas se quedaron en silencio escuchando las fuertes respiraciones de Lauren y Dinah quienes se
seguían mirando con ira la una a la otra. Kate no entendía nada. Su compañera había mencionado
a Camila minutos atrás como novia de la morena de ojos verdes y ahora la chica rubia alta que
conocía de Nando's parecía negar lo contrario.

- "Te reto" rompió la rubia el silencio mirando hacia el ring.

- "¡No!" gritó Camila apareciendo detrás de la puerta.

Lauren rápidamente se giró hacia ella haciendo que sus miradas se encontrasen consiguiendo que
la ira de ésta desapareciese. Como una cría de animal, Camila dio un paso hacia atrás asustada y se
detuvo. La imagen sudada de Lauren con unos leggins marcando su trasero le produjo calor y frio
al mismo tiempo de la misma forma en que la produjo en la morena de ojos verdes.

- "Hazle caso Dinah" respondió Lauren sin dejar de mirar a su exnovia. "¿Qué quieres demostrar
con todo esto?" preguntó sin acordarse de la presencia de Kate detrás de ella.

- "Las ganas que tengo de partirte la cara" admitió apretando los puños.

- "Estás a punto de pasar la raya Dinah" intervino la morena.

- "Esto no va contigo Normani, sino con ella" respondió mirando hacia Lauren quien seguía con la
mirada fijada en Camila. "Además, no creo que la pase más que vosotras, ¿o me equivoco?" atacó.

Camila no sabía qué hacer en ese instante, se había perdido en la mirada penetrante de su exnovia
y no podía articular ninguna palabra. Kate se quedó aún más perpleja de lo que ya estaba después
de escuchar esa última frase. ¿Cruzar más la raya? Lauren dio un gran suspiro y apartó la mirada
de Camila de malas ganas para mirar a Dinah.

- "¿Quieres partirme la cara? Pues adelante, hazlo" gruñó señalándose hacia su rostro. "Si así te
vas a sentir mejor tienes luz verde para hacerlo"

- "Que fácil te rindes Jauregui..." gruñó Dinah. "Otro motivo más para llamarte cobarde"

Lauren dio un paso hacia delante quedando más cerca de ella con la mandíbula tensa. Normani
rápidamente se acercó y la agarró del brazo guiándola hacia ella mientras Camila temblaba
nerviosa.

- "No merece la pena Lo, vámonos" dijo la morena.

- "No" negó soltándose de su agarre y acercándose a su bolsa. "La primera que caiga, pierde"
explicó lazándole unos guantes de boxeo a la rubia. "Presta atención, te servirá para tu
entrenamiento" concluyó mirando hacia Kate antes de pasar las cuerdas del ring.

¿Entrenamiento? Camila levantó una ceja mirando a Kate quien asintió aún más perpleja que ella
misma por la situación. Se estaba equivocando al dejar que Dinah hiciera todo aquello. Sabía que
iba a acabar mal y no lo impidió.
La pequeña batalla entre ellas comenzó con unos golpes leves y evitados. La coleta de Lauren se
movía de un lado a otro al igual que la larga melena rubia de Dinah. La morena de ojos verdes se
estaba limitando a esquivar los golpes y darlos cuando sabía que iba a fallar. Por muy enfadada
que estuviese con la mejor amiga de su exnovia por las palabras dichas anteriormente, no quería
hacerle daño porque eso implicaría hacérselo también a Camila, y así no llegaría a ningún lado.

- "Para trabajar para los federales no estás en muy buena forma" dijo Dinah casi sin aliento
moviéndose de un lado a otro dentro del ring.

- "Tal vez no quiera hacerte daño y esté fallado a conciencia" contraatacó Lauren.

- "Puede que Camila te haya creído con esa estúpida nota pero yo sé que es otro de tus juegos"
escupió Dinah llevándose la muñeca a la frente para limpiarse el sudor.

Espera. Camila la había creído. Nada más oír esas palabras, sus ojos verdes buscaron los marrones
chocando con ellos en una mirada llena de tensión. Lauren miró a Camila embobaba pensando
que realmente tenía la oportunidad ya que ese era un buen primer paso. Sin dejar de mirarla, la
morena de ojos verdes curvó levemente sus labios creando una pequeña sonrisa en dirección a su
exnovia. No le dio tiempo ver la respuesta de ésta cuando el puño de Dinah impactó contra su
labio tirándola al suelo.

- "¡Lauren!" gritaron todas excepto Dinah quien se había quedado inmóvil después de golpearla.

Rápidamente Kate y Normani subieron al ring y comenzaron a secarle el labio sangriento mientras
Lauren tenía los ojos cerrados medio inconsciente por el fuerte golpe. Camila se quedó parada
fuera del ring mirando a su mejor amiga notando el arrepentimiento en sus ojos. Al ver cómo Kate
le acariciaba la piel con tanta delicadeza se acercó hasta donde su exnovia estaba desplomada en
el frio suelo del ring pero la mano de Dinah agarrando su muñeca la detuvo antes de agacharse a
su lado.

- "Será mejor que nos vayamos" dijo la rubia con el rostro descompuesto.

- "Dinah tiene razón, Camila" añadió Normani con preocupación en sus ojos oscuros mientras Kate
seguía intentando reanimar a Lauren. "Ya has hecho suficiente aquí" concluyó mirando a la rubia.

Sin decir nada más abandonaron la sala, Dinah delante de Camila, dejando a ésta última con la
visión de Kate agarrando fuertemente la mano de su exnovia. Gesto que le hirvió la sangre y ayudó
a que las lágrimas comenzaran a bañar sus mejillas.

- "¿Qué cojones acabas de hacer Dinah?" preguntó Camila entre lágrimas en el aparcamiento del
gimnasio. "¿Esa es tu forma de arreglar las cosas?" gritó.

- "Se lo merecía Mila" respondió con orgullo a pesar de su arrepentimiento.

- "¿Qué se lo merecía? Estamos hablando de violencia Dinah ¡le has roto el labio!" gritó dándole la
espalda a la rubia.
Se quedaron varios minutos en silencio mientras se dirigían a pie hasta la pequeña urbanización
con el cielo teñido de rojo sobre ellas. Por muchas ganas que hubiera tenido de darle su merecido
a Lauren, ahora que lo había hecho se sentía bastante mal. La exnovia de su mejor amiga podría
haber sido una gran estúpida pero con sus gestos, ahora Dinah se había puesto a su altura.

- "¿Sabes qué?" preguntó Camila parándose en seco y volviendo la vista hacia la rubia.
"Abandono" admitió con los ojos brillosos.

- "¿De qué hablas Camila?" preguntó confusa Dinah.

- "No pienso seguir con esto que hemos estado haciendo, solo me ha traído problemas" explicó la
chica de ojos marrones.

- "Creo que te estás precipitando Mila" añadió Dinah.

- "¿Qué me estoy precipitando? Piensa en Troye, en Felix, tu hermano y por el amor de Dios,
piensa en Brad Cooper. ¿De verdad se merecen todo esto? ¿De verdad merece la pena seguir
después de todo el daño que nos ha causado?" gritó con las lágrimas recorriendo sus mejillas.
"Porque yo creo que no, Dinah"

- "Camila creo que"

- "No Dinah, no intentes convencerme" la cortó. "Si tú quieres seguir, adelante. Pero yo no voy a
hacerlo. Cogeré toda mi parte y la utilizaré de la misma forma que lo hemos hecho siempre, por
última vez. No pienso seguir con algo que va a acabar destruyéndome más la vida" sentenció
limpiándose las lágrimas.

Dinah se mantuvo unos segundos en silencio y después de dar un gran suspiro, lo rompió.

- "Cuando empezamos con todo esto prometí apoyarte en cada decisión que tomaras, sea para
bien o sea para mal" dijo. "Eso no ha cambiado. Si tú lo dejas, yo también. Tienes razón y me duele
por todas esas familias pero debo mirar también por la mía, y tú formas parte de ella Mila"
sentenció abrazando a su mejor amiga, envueltas ambas entre lágrimas con el sonido del viento
acompañándolas.

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Capítulo 70

La presión en el pecho se sentía cada vez más fuerte al igual que las lágrimas amenazando con
salir. Podía notar cómo bombeaba su corazón en la zona izquierda de su labio roto. Ese golpe no
había dejado tanta marca como el que hizo Tom en su día pero le había dolido mucho más. Una
fuerte presión golpeando su rostro era lo último que recordaba antes de desmayarse, o al menos
eso le había hecho creer a todos, incluida Normani.

Lo último que sus ojos medio abiertos vieron fue la silueta de Camila queriendo acercarse a ella y
una gran mano agarrando su muñeca deteniéndola. Tras eso escuchó un par de voces pero
ninguna era la de su exnovia. Fue entonces cuando se desmayó. Un par de minutos después, aun
dentro del gimnasio, Lauren retomó la conciencia y volvió a su estudio en completo silencio. Tan
solo se aseguró de dejar claro lo último que vio y así lo hizo.

Había amanecido desganada al igual que lo venía haciendo los últimos días. Si hubiera sido por la
morena de ojos verdes se hubiera quedado toda la noche frente a uno de sus lienzos, pero lo
cierto era que tan solo le quedaban un par y debía estar descansada para la infiltración de Kate esa
misma tarde.

Maldiciendo por lo bajo, se estiró dentro de las sábanas blancas y dejó escapar un leve bostezo
mientras se frotaba los ojos. Con su larga melena despeinada se levantó de la cama haciendo
contacto con la moqueta blanca sobre sus pies descalzos. Se acercó hacia la cocina y encendió la
cafetera. Mientras el sonido de ésta inundaba gran parte del estudio, Lauren se acercó a la nevera
buscando un bote de leche dónde lo encontró con lo justo para un último café. Buscó entre los
cuidados armarios y no encontró ninguno más.

Dio un suspiro aún más grande que el anterior y se apuntó mentalmente pasar por el
supermercado. Buscó en la despensa rebanadas de pan para acompañar su habitual café con leche
pero solo quedaba una. Volvió a suspirar. Había estado tan centrada en su trabajo y en su exnovia
que había olvidado hacer la compra semanal. Se llevó el desayuno ya preparado y lo apoyó en el
borde de la ventana del salón. Desde ella, llevándose la taza a los labios notando un ardor sobre su
garganta, observaba la huida del invierno cada vez más cerca.

Una vez acabado este en silencio y haberse dado una rápida ducha relajando todos sus músculos,
volvió a su habitación preparada para usar su habitual traje. Esa mañana solo tenía que ir a la
oficina para ocupar una furgoneta con la que tomarían destino al puerto. Si no se equivocaba,
Normani debía estar allí junto con Kate a quién estarían inyectándole el chip.

Preparando su bolso, una de las carpetas de cartón se abrió a causa del viento que entraba por la
ventana de la habitación de Lauren y dejó caer uno de los informes bajo la cama. Al parecer hoy
no era su día. Se agachó hasta tener la vista plena del informe y cuando estuvo a punto de
recogerlo encontró un sobre azul. No lo había visto desde el día del cumpleaños de Camila.

Lo recogió junto con el informe y jugó con él en sus manos. Sabía qué era porque ella misma lo
encargó todo para el cumpleaños de su exnovia. Sacó el duro papel de dentro del sobre y leyó el
nombre de la clínica junto con la fecha de expiración, todavía quedaba un mes hasta que eso
ocurriese.

Dudando si deshacerse de él o no, recordó la emoción con la que Camila había hablado de ese
sueño y las palabras que había utilizado para ello. Una lágrima salada cayó por su mejilla llegando
hacia el corte en su labio provocando un escozor leve frente al dolor de su corazón. Guardó el
sobre dentro de su bolso incapaz de deshacerse de él y salió de su estudio con unas gafas de sol
puestas para que no se notase la pena en sus ojos.

Había pasado la noche en el piso aprovechando el turno doble de sus padres, después de la
situación del día anterior no quería volver a la pequeña urbanización y tener que mentirle de
nuevo a su hermana cuando ésta le preguntaba por qué había llorado o por qué Lauren llevaba
tantos días sin aparecer por casa. Siempre respondía lo mismo a la última pregunta. Trabajo.

Llevó el equipo de música hacia su baño privado mientras la bañera de éste se llenaba hasta un
punto notable. Con el vapor inundando todo el baño, cerró el grifo plateado y se desnudó allí
mismo. Entró primero con el pie izquierdo y seguidamente con el derecho notando el calor en su
piel. Se había recogido el pelo en un pequeño moño. Realmente se alegraba de haber heredado de
su abuela la fortaleza de su melena y no soltar tantos pelos como hacía su hermana. Con tan solo
la cabeza sin cubrir y la mano libre justa para apretar el botón del mando a distancia del equipo de
música, pulsó dicho botón y una de la canciones de su disco comenzó a sonar.

"Feeling used but I'm still missing you and I can't see the end of this. Just want to feel your kiss
against my lips, and now all this time is passing by, but I still can't seem to tell you why. It hurts me
every time I see you, realize how much I need you"

Las lágrimas comenzaron a salir de su lagrimal con mucho avance. No podían distinguirse a simple
vista pero Camila las notaba ahí, llegando hasta su paladar dejando un toque salado en él.

"I hate you, I love you. I hate that I love you. Don't want to, but I can't put nobody else above you.
I hate you, I love you. I hate that I want you..."

Harta del dolor en su pecho, cogió aire y se sumergió bajo el agua caliente que cubría su cuerpo.
Tenía la imagen de Lauren medio inconsciente soltando sangre por su labio. La imagen de Normani
pidiéndole que se marchara. La imagen de cuando golpearon en el ojo a su exnovia y en su coche
rozaron los labios por primera vez. Aún podía notar esos carnosos labios sobre los suyos,
encajando el mejor puzle.

Sin razón alguna, Lauren se llevó la mano hacia sus labios y lo rozó desde una punta a otra
acabando en la zona herida mientras esperaba un semáforo en la última posición de la fila. Hoy sin
duda, no era su día. Quiso acompañar su ruta hacia el supermercado con una canción aleatoria
con la esperanza de que las letras de la canción no se volvieran en su contra. Se equivocaba.

"I miss you when I can't sleep or right after coffee, or right when I can't eat. I miss you in my front
seat. Still go sand in my sweaters from nights we don't remember. Do you miss me like I miss
you?"

No se sorprendió nada al escuchar la canción que acompañaba su desganado día. Soltó un suspiro
y aceleró al notar como los coches delante de ella comenzaban su marcha con el semáforo ya en
verde.

"I hate you, I love you. I hate that I love you. Don't want to, but I can't put nobody else above you.
I hate you, I lo"

Apagó la radio del Chevrolet antes de dejar que el resto del estribillo sonase. Bastante daño le
había hecho ya la canción recordando a su exnovia. Aparcó frente al supermercado y se bajó del
coche con su bolso colgando de uno de sus hombros. Dentro de éste guiaba un carro de metal que
ya había medio llenado con todas sus necesidades. Se acercó hasta los frigoríficos para coger unos
cuantos botes de leche y los metió de uno en uno en él quedándose con un último entre sus
manos mientras su cuerpo se detuvo.

Se escuchó una risa en uno de los pasillos. Una risa que conocía. No podía ser ella sería demasiada
casualidad. De repente notó un cuerpo pasando de perfil al final de pasillo, un cuerpo con una
silueta que le resultaba bastante familiar. Hasta que no notó la leche fría posándose en su pie
apenas cubierto a causa de los tacones, no se dio cuenta de que había dejado que el bote se
resbalase de sus manos impactando contra el suelo.

- "Joder" maldijo en voz alta usando unos pañuelos que tenía dentro del bolso para limpiar el
pequeño charco.

Cuando estuvo a punto de terminar volvió a escuchar esa risa. Rápidamente se dejó guiar por su
alucinación y dejando el carro metálico atrás, buscó en cada uno de los pasillos mientras la risa se
repetía en su cabeza. Llegando al último se encontró con una figura de espaldas a ella. La melena
oscura le caía hasta el cierre del sujetador al igual que la de su exnovia. Cuerpo fino y bien
marcado. ¿Era ella? Rápidamente y sin darle tiempo a seguir razonando si realmente era ella o no,
se acercó hasta la mujer a paso ligero.

- "¿Camila?" preguntó agarrándola del brazo consiguiendo que la figura de una mujer de la edad
de su padre se girase hacia ella. "Perdone, me he equivocado" se disculpó y salió corriendo hacia
el carro metálico que había abandonado.

Con las compras en el maletero de su Chevrolet, entró dentro de éste y soltó un gran suspiro al
que las lágrimas no tardaron en acompañar. Se estaba volviendo loca.

De camino a su estudio para descargar las compras antes de pasar por la oficina aprovechando el
tiempo extra, cambió su recorrido y acabó una calle más atrás del piso a nombre de Camila y
Dinah. No sabía qué estaba haciendo allí al igual que tampoco sabía cómo su conciencia le había
traído hacia éste. Las persianas estaban levantadas por lo que era muy posible que una de las dos
estuviera dentro. Miró hacia su bolso abierto y vio de nuevo el sobre azul.

Sin darse cuenta, estaba caminando hacia el portal del piso con el sobre entre sus manos ahora
acompañado por una pequeña nota. ¿Iba a dárselo? Miró hacia el porterillo y pasó la yema de sus
dedos por el botón que marcaba el piso de su exnovia. Tuvo la tentación de pulsarlo pero la puerta
abierta del portal acabó con dicha tentación. Se acercó hacia los respectivos buzones y buscó el
mismo número que había observado en el porterillo. Una vez dado con él se acercó a éste y leyó la
bonita y simple caligrafía de su exnovia.

"Camila Cabello Estrabao. Dinah Jane Hansen. 2º D"

Una sonrisa tonta se formó en su rostro haciendo que su labio roto le doliera. Recordó la primera
vez que leyó dicha caligrafía. "Hay miradas que dicen más que mil palabras y entre nosotras es
más que obvio". Con ese último recuerdo se armó de valor y metió el sobre azul dentro del buzón
correspondiente. Estuvo a punto de dirigirse a la puerta cuando unos pasos bajando las escaleras
hicieron que se escondiera detrás de una columna en el mismo portal. Si bajaba por las escaleras y
no por el ascensor era porque no vivía más allá de la tercera planta. Una voz que ya conocía
inundó el portal.
- "No mamá, Mila ha pasado la noche con Lauren" se pausó. "Sí, está todo bien solo que está en
esos días ya sabes" se volvió a pausar. "Vale" y otra vez. "Yo también te quiero" colgó.

Lauren se estremeció al escuchar su nombre proveniente de los labios de Dinah quien había
apuntado para sí misma en voz alta recoger el correo más tarde. "Ha pasado la noche con Lauren"
Repitió las palabras de la rubia una vez esta había cruzado el portal. Recordando las palabras
acerca de su exnovia sobre la inconsciencia de su familia y la Hansen, entendió por qué no había
hablado sobre su ruptura con ellos. Salió de detrás de la columna aun sin asimilar aquellas
palabras y volvió rápidamente al Chevrolet con dirección a su estudio.

El sonido de la puerta del piso le hizo saber que Dinah se había marchado y que por fin podía salir
de su habitación donde llevaba toda la mañana encerrada después de haberse dado aquella
ducha. Antes de salir de este vestida con su uniforme, se dirigió hacia las ventanas del salón
comedor para bajar las persianas cuando sin ser consciente de ello miró hacia la carretera y vio
pasar un coche.
Con las manos sujetando la cuerda de la persiana observó todo el recorrido del coche con un nudo
en su garganta hasta que desapareció de la calle. Era un Chevrolet Cruze, el mismo modelo que el
de su exnovia y en el mismo color. Negó pensando en la cantidad de coches que habría igual por
toda la ciudad y terminó de bajar la persiana consiguiendo que el piso quedara a oscuras.

Al llegar a la oficina, Lauren se topó subiendo las escaleras con Matt Nandez y Bob Larsson, los
mismos que había visto cuando informaron a Brooke acerca de sus pocos días en la oficina. Solo
que esta vez había algo distinto en ellos, el comisario Bob no sonreía.

- "Dichosos los ojos" dijo Normani al ver entrar a Lauren en la oficina. "Ya pensaba que ibas a
dejarme sola con la novata" añadió haciendo que Kate gruñera.

- "Se me ha hecho un poco tarde eso es todo" admitió con una sonrisa forzada. "¿Habéis visto a
Brooke?" preguntó mirando a ambas compañeras.

- "Está en su despacho" respondió Kate con una sonrisa en señal de saludo. "Ha preguntado por ti"
añadió.

- "¿Está todo preparado?" volvió a preguntar Lauren consiguiendo que ambas asintieran. "En ese
caso esperadme en el aparcamiento, hablo con Brooke y bajo"

Mientras Normani y Kate hacían caso de sus órdenes, Lauren se acercó al despacho de su jefa y
tocó con los nudillos la puerta. Después de unos segundos y un "adelante" entró dentro. Brooke
tenía una bonita sonrisa en sus labios más grande que la que había llevado desde el atraco. Algo
dentro de Lauren la informó de que se debía a la visita de los dos hombres con los que se cruzó.

- "¿Me buscabas?" preguntó sentándose en una de las sillas frente a su jefa.

- "Sí" respondió sin más. "Quería informarte acerca del caso de K, sé que tienes una importante
misión ahora con el de Aleric pero pensé en que te gustaría saberlo. Realmente te vi muy
entregada en ese caso" explicó haciendo que Lauren solo asintiese. "Troye no quiere hablar, Chad
lo ha intentado varias veces pero no ha tenido éxito por lo que hasta que no hable no podemos
hacer nada debido a su abogado de oficio.

Por otro lado, hiciste un gran trabajo con su hermano Felix, ya tenemos la orden para inspeccionar
su casa y daremos comienzo cuanto antes. Y por último, el número de serie del pendiente, ¿qué
hay de él Jauregui?"

La imagen de los documentos quemándose frente a ella en su chimenea inundó su mente


dejándola sin palabras. No podía mentirle, pero tampoco decirle la verdad. ¿Qué hacía?

- "Jauregui ¿me has escuchado?" repitió Brooke al notar la ausencia de su agente.

- "Sí, perdón" dijo rápidamente volviendo a la realidad. "Encontré la joyería perteneciente y


casualmente es la misma que fue atracada. No hay documentos que lo enlacen con alguien por lo
que ese pendiente pudo ser uno de los tantos que robaron" mintió como si fuera una profesional
en ello.

- "Que extraño..." dijo Brooke en voz baja. "¿Estás segura Lauren?" preguntó.

Lauren. Le había vuelto a llamar por su nombre y eso solo significaba que la había creído porque
realmente confiaba en ella. Sin contar con que la iba a traicionar nuevamente.

- "Nada es completamente cierto en esta vida pero si he llegado a esa conclusión es debido a que
no existen documentos que nieguen lo contrario" respondió mintiendo una vez más.

- "De acuerdo" respondió apuntando algo sobre un informe. "Puedes volver a tu trabajo" concluyó
con una sonrisa.

Quiso preguntar acerca de la visita de Matt Nandez y Bob Larsson pero necesitaba salir de aquellas
cuatro paredes donde había vuelto a poner la seguridad de su exnovia por encima de la lealtad a
su trabajo.

- "Lauren" dijo Brooke antes de que ésta atravesase la puerta. "Cuídate bien ese labio" sentenció
provocando una sonrisa de su agente como respuesta.

Después de pasar varias horas cubriendo a Kate como una auténtica vagabunda, entraron dentro
de la furgoneta con todo tipo de micrófonos y cámaras y se dirigieron a la zona indicada. Kate no
podría llevar nada de ese material puesto que sería un gran error por su parte si lo descubrían por
lo que se lo habían dejado a sus compañeros infiltrados en la misma zona. Tal y como la chica de
ojos cascada le había afirmado un par de días atrás, sin nada de maquillaje parecía más joven de lo
que realmente era. Lauren tenía algo dentro de ella que le seguía dando una mala sensación
respecto a todo ese tema y no podía sacarla de su cabeza.

- "Ten mucho cuidado por favor Kate y si algo sale mal acuérdate de utilizar lo que aprendiste
ayer" le advirtió Lauren dándole un cálido abrazado.

- "¿Desmayarte entraba dentro de la clase práctica?" bromeó la chica de ojos cascada al soltarse
del abrazo. "Estaré bien, no te preocupes"
- "Créeme cuando te digo que tu bienestar es lo que más me preocupa en este caso" respondió
Lauren completamente sincera provocando una sonrisa en Kate.

- "Bueno ya está bien de cursiladas" interrumpió Normani. "Demuéstrale a esos cabrones de qué
eres capaz y haz que estemos orgullosas de ti" añadió la morena.

- "Pensaba que ya lo estabas Normani" respondió juguetona colocándose bien su gorro mugriento.

- "No tan deprisa novata" respondió ésta con una sonrisa. "Ten mucho cuidado" susurró en su oído
al darle un último abrazo.

Después de dejarla junto con el resto de vagabundos, Lauren y Normani volvieron a la furgoneta
escondida detrás de varios enormes contenedores apilados uno encima de otro. Entraron en la
parte trasera y encendieron las cámaras camufladas que había colocado. Kate estaba entrando en
calor con una papelera envuelta en llamas. Solo faltaba esperar a que Aleric apareciese.

- "¿Qué tal ese labio?" preguntó Normani desconectando el micro para que sus compañeros no
escuchasen la conversación.

- "Sin contar con la curiosa marca que me va a dejar, perfectamente" respondió apagando también
el suyo.

- "Ayer no quise decirte nada porque no te acordabas pero... no estaría bien por mi parte
ocultártelo" se pausó la morena. "Camila quiso acercarte cuando caíste al suelo" admitió.

- "¿Y qué hizo?" preguntó Lauren intentando parecer sorprendida por lo que ya sabía.

- "Se fue porque yo se lo pedí" admitió mirando a su mejor amiga. "Realmente no sé si hice bien y
llevo preocupada por ello desde que lo dije pero lo sentí así en el momento. Verte entre mis
brazos sangrando, casi inconsciente... No podía dejar que se quedaran" explicó con lágrimas en sus
ojos.

- "Eh Mani" la llamó Lauren levantando su barbilla. "Tomaste la mejor decisión" respondió con una
sonrisa intentando calmar a su mejor amiga. "Puede que tenerla a centímetros de mí notando
como nuestra piel entraba en contacto fuese mi mejor cura en ese momento, pero no hubiera sido
lo correcto. Se hubiera acercado por pena y yo no quiero eso" admitió con los ojos brillosos.

-"Entonces, ¿no estás enfadada por no haber dejado que se acercara a ti?" preguntó Normani
limpiándose las lágrimas.

- "Para nada y aunque no estuviese de acuerdo con tu decisión, no podría estar enfadada contigo.
Eres mi amor incondicional ¿recuerdas?" dijo con una sonrisa dándole un abrazo a su mejor amiga.

El sonido del motor de unos coches, rompieron el abrazo haciendo que rápidamente se pusieran
serias y se centraran en su trabajo. Varios compañeros las informaron de que se encontraban
cerca de su posición por el pinganillo que tenían en sus orejas.
- "Están a punto de llegar a vuestra posición. Mantened la calma y cuidado con que no se os vean
las armas. Si algo sale mal aseguraros de que la agente Ryan no corre peligro antes de disparar"
comunicó Lauren por el micrófono de nuevo encendido.

Comprobando por las cámaras cómo todos asentían con cuidado, dio un largo suspiro que no
terminó hasta que no vio los coches de Aleric parándose frente a ellos. Todos los vagabundos
incluidos sus compañeros y en especial Kate, se quedaron miraron los coches sorprendidos. Bien.
Aleric bajó del coche y se acomodó el traje. Notando la mirada de todos sobre él se acercó hacia el
lado contrario donde se encontraba Kate, acercándose a una mujer que cocinaba lo que parecía
sobras en una pequeña fogata.

Miró a la mujer y al notar su edad pasada para sus maléficas obras la soltó del agarre con
desprecio y escupió en su comida. La mujer comenzó a llorar en silencio. Lauren apretó su
mandíbula y puños al observar aquella escena de desprecio. Quería salir y acabar con ese
desgraciado pero debía mantener la calma. Aleric siguió su paso y se acercó hasta una niña de
unos quince años. Tan solo la miró y aunque se encontraba de espaldas a una de las cámaras,
Lauren supo que estaba sonriendo. De repente la señaló y varios hombres se acercaron hasta ella
colocándole un saco en la cabeza y metiéndola en uno de los coches.

La mirada de ambas se fijó rápidamente en Kate quien había observado toda la escena. Por la
mirada que esta desprendía sabía que había estudiado todos los movimientos de la joven que
llevaba el mismo destino que ella, para repetirlos. Bien.

Como si hubiese encontrado un bonito tesoro, Aleric se acercó hacia Kate y le acarició la mejilla
mugrienta. Se quedó mirándola durante unos segundos intentando descubrir algo sospechoso en
ella. Kate quien notó la duda en sus malvados ojos, le escupió en la cara sabiendo que con eso se
ganaría el pase directo al coche.

- "Tranquilos" dijo Lauren por el micrófono. "Sabe lo que hace" añadió sin dejar de mirar la
pantalla.

Segundos después repitió los movimientos de la joven anterior pero siendo más brusca mientras la
metían en otro coche distinto, en este caso en el que había venido Aleric. Un nudo se formó en la
garganta de Lauren y Normani quienes se miraron al ver desparecer el coche del puerto. Era
oficial. Ya la tenían.

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Capítulo 71

El vapor había cubierto cada pequeño espacio del estudio una vez la puerta del baño se abrió
dejando pasar la silueta de Lauren envuelta en una toalla blanca. Le costó una ducha de veinte
minutos acabar con cada minúscula cantidad de pintura de sus manos. Se había pasado la noche
frente a su último lienzo representando su estado emocional en aquel instante.

Camino con sus pies húmedos hacia su habitación dejando caer la blanca toalla hasta sus tobillos.
En silencio se colocó la parte baja de la ropa interior, una camiseta negra ancha de Lana del Rey y
unos cómodos pantalones de deporte. Había pedido el día libre y necesitaba realmente descansar
para lo que le esperaba al día siguiente. Los pensamientos constantes sobre su exnovia y la
involucración de Kate la tenían sin sueño. La chica de ojos cascada llevaba dos días en un polígono
a las afueras de la ciudad. No sabían si estaba en perfecto estado pero sus pulsaciones eran
constantes por lo que al menos sabían que seguía con vida.

Pasándose una toalla azul por su larga melena intentando secárselo, caminó hacia el salón aun
lleno de vapor. Apoyó la toalla sobre sus hombros y antes de dirigirse a la cocina abrió las
ventanas para que el vapor se marchase. Encendió la cafetera y mientras su habitual café se
preparaba, miraba hacia su última obra firmada.

Había pintado uno de sus órganos, concretamente su corazón. El color rojo habría hecho creer que
estaba completamente sano y palpitante sino fuese por la otra mitad que aparentaba estar casi en
su lecho de muerte debido a su color negro y desgarrador.

Así se sentía el suyo en esos momentos, cada vez más y más negro. Solo los pequeños detalles y
personas como Normani hacían que siguiese latiendo.

El olor a café recién hecho penetró dentro de sus fosas nasales consiguiendo que apartara la
mirada penetrante de su obra y se dirigiese a la cafetera. Se sirvió su habitual café con leche para
tener algo en el estómago, ya que las ganas de un buen desayuno habían desaparecido por
completo, y se sentó en el chaise longue con las piernas cruzadas.

El vapor salía de la taza que ocupaba sus manos mientras Lauren miraba hacia el techo blanco. Le
dio un sorbo a la taza notando el calor sobre el corte en su labio. No había obtenido noticias de su
exnovia o cualquier persona cercana a ella por lo que se había admitido a sí misma el hecho de
que no había leído el sobre, ya que pensar en que la había ignorado después de eso le dolía aún
más.

- "Si estas paredes te hubieran dicho todo lo que yo no fui capaz de decir..." dijo Lauren en voz alta
soltando un suspiro.

Con la taza vacía se acercó hasta el fregadero de la cocina y la dejó allí encima. De vuelta al chaise
longue con la esperanza de no pensar más de lo necesario se fijó en el teclado que le había
regalado Camila por San Valentín que ahora ocupaba el pasillo. Dejó escapar un suspiro y se
acercó lentamente a él sentándose en el negro asiento. La última vez que lo usó fue para tocar
para ella antes de hacerle el amor. Una lágrima se apoderó de la mejilla derecha de Lauren
mientras ésta rozaba con la yema de sus dedos las blancas teclas sin pulsarlas. Inconscientemente
tocó un par de ellas al azar creando una leve melodía.

La repitió un par de veces más, le habían gustado esos acordes. Pensó en la frase que había dicho
en voz alta y en el sabor a café que seguía teniendo sus labios. Una loca idea le surgió de repente
haciendo que se levantase y corriera hacia su habitación buscando en el baúl un bloc de notas
junto con un lápiz y una goma. Tras esto volvió al asiento del piano eléctrico y dibujó los acordes
que había tocado anteriormente. Si había conseguido ganar un certamen de poesía podía hacer lo
que se acababa de proponer.
- "I can't make coffee stare out of my window cause that's the place you left me standing dare"
cantó con su voz rasgada a la misma vez que repetía la melodía.

Soltó una sonrisa victoriosa y escribió la frase en otra hoja del bloc de notas detrás de la de los
acordes. Se llevó el lápiz a la boca mientras seguía pensando. Estaba reflejando su dolor en las
líneas que escribía poco a poco siendo algunas veces éstas borradas y sustituidas por otras.

- "Yeah, I know I make mistakes cause my pride is in the way, you slipped right through my hands
..." se pausó pensando en qué más añadir "But if you were here right now, long enough to hear me
out I can make you understand..." siguió con dos estrofas escritas hasta llegar al estribrillo.

Lo tenía. Con las manos llenas de grafito a causa del lápiz repasó la letra un par de veces
corrigiendo algún que otro error y puso en práctica todo lo que había escrito manteniendo los
mismos acordes. Lo había hecho directamente desde su corazón. Y ahora lo estaba mostrando
llegando hasta el estribillo.

No muy lejos de aquellos acordes en una pequeña urbanización, se encontraba la chica de


profundos ojos marrones tumbada en su cama con la primera foto que se hicieron ella y Lauren
juntas dentro del teleférico. Las esquinas estaban un tanto estropeadas de haberla despegado de
la pared pero tenerla ahí le causaba daño y dolor.

- "If these walls could talk they'd tell you how much I miss you, how I'm trying everyday to forget
you, how I'm crying every night cause I wish you were here with me"

Se recostó hacia un lado de la cama y dejó la pequeña imagen instantánea bajo la almohada antes
de levantarse de ésta. Seguidamente se dirigió hacia el espejo y se miró en él. Sus ojos habían
perdido el brillo y hasta ella misma podía notarlo.

- "If these walls could talk they'd tell you that I never deserved you. They know I never meant to
hurt you. Baby, you would know it all if these walls could talk..."

Intentó sonreír frente al espejo con la esperanza de poder engañarse así misma pensando en que
realmente estaba bien, en que nada había sucedido, en que estaba viviendo una pesadilla de la
que despertaría encontrándose con unos ojos verdes a centímetros de ella examinándole el alma.

- "I lay in my bedroom and dream of when I had you. When I wake the sad truth closes in. it's
really over, you're not coming back, no. Don't think I can handle all of this..."

Pero se equivocaba. La pesadilla era real. No podía dejarla marchar pero tampoco dejar que se
quedase. Con esa última frase en su cabeza, Camila dio un fuerte puñetazo fuera del espejo y se
dejó caer al suelo de la misma forma en la que su corazón había caído días atrás.

- "Yeah, I know I make mistakes cause my pride is in the way, you slipped right through my hands.
But if you were here right now, long enough to hear me out I can make you understand..."

Tenía los nudillos rojos de tanto golpear la pared. Pataleó durante minutos sin importarle quien la
estuviera escuchando. Necesitaba escuchar los pasos de Lauren corriendo hacia ella para
consolarla como tantas veces había hecho. Necesitaba escuchar de sus labios que todo iba a estar
bien porque Lauren estaba con ella. Necesitaba aferrarse a su perfecta figura y confesarle cuanto
la echaba de menos. Necesitaba sentir su agradable aroma entre sus sábanas. Necesitaba muchas
cosas provenientes de Lauren, pero sobretodo la necesitaba a ella.

- "If these walls could talk they'd tell you how much I miss you, how I'm trying everyday to forget
you, how I'm crying every night cause I wish you were here with me. If these walls could talk
they'd tell you that I never deserved you. They know I never meant to hurt you. Baby, you would
know it all if these walls could talk..."

Dio una risa irónica ahora más calmada pensando en cómo la única persona que podía reconstruir
su corazón, era la misma que lo había hecho pedazos. Su vida había perdido la persona que
conseguía darle sentido, y lo había hecho de la peor forma posible. Por su culpa.

- "You'd believe that everything I say, I mean. You would know how much I need you now"

No le dio tiempo terminar de completar la canción cuando su teléfono comenzó a sonar haciendo
vibrar la mesita de melanina blanca. Se limpió las lágrimas que quedaban en su mejilla y corrió
hacia el teléfono con la esperanza de que la persona a la que iba dirigida la canción estuviese
llamando, pero se equivocaba.

- "¿Qué pasa Mani?" respondió desilusionada.

- "Yo también me alegro de oír tu voz Lauren Michelle" rio la morena al otro lado del teléfono.
"¿Qué tal el día libre?" preguntó.

- "Bien, descansando" mintió mirando hacia el bloc de notas que descansaba sobre el asiento del
piano eléctrico.

- "Pues es hora de poner fin a tu descanso Lo, tienes que venir a la oficina" dijo provocando un
suspiro en Lauren.

- "Dile a Brooke que si es algo del caso de K puede esperar hasta mañana" respondió masajeando
su frente con los ojos cerrados.

- "Se lo diría si realmente fuese por eso" admitió Normani. "Se trata de Aleric"

- "¿Ha pasado algo?

¿Kate está bien?" preguntó alterada abriendo mucho los ojos.

- "Todo correcto puedes tranquilizarte. Se trata del lugar del encuentro, Aleric avisó con
comunicarlo el mismo día de éste pero se ha adelantado, lo acabo de descubrir" explicó
detalladamente.

- "¿Por qué no has empezado antes por ahí? Voy enseguida" colgó antes de que la morena pudiese
defenderse.
Unos veinte minutos después, Lauren se encontraba subiendo las escaleras de la oficina de dos en
dos después de dejar el Chevrolet aparcado en su plaza. Abrió las puertas fuertemente y corrió
hacia su mesa mientras todos sus compañeros la miraban sin notar que faltaban algunos de ellos.

- "¿Cuánto tiempo tenemos? ¿He tardado mucho? ¿Por qué no estás preparada? ¿Por qué nos
miran todos?" preguntó rápidamente.

- "Tranquila justiciera" bromeó Normani. "Iré a traerte algo de beber mientras te colocas bien los
botones de la camisa, después hablaremos"

Lauren frunció el ceño hasta tal punto que casi se juntan sus cejas. Miró hacia su camisa y
efectivamente tenía los botones mal abrochados a causa de haber querido estar lo antes posible
allí. El comentario de su mejor amiga le había recordado sin quererlo al del padre de Camila el
primer día que conoció a su familia. Un nudo se formó en su garganta mientras recordaba en su
mente cómo su exnovia, sin importarte quien las oyera la llevó hacia la cama colocándose encima
de ella con no muy buenas intenciones en su cabeza.

- "Mucho mejor" dijo Normani haciéndola volver de sus pensamientos. "Es agua" indicó dejando
un vaso de plástico blanco sobre su mesa.

Intentando sin éxito deshacer el nudo de su garganta se bebió el vaso en solo un sorbo dejando en
el rostro de Normani una expresión preocupante. Lauren estaba escondiendo algo y lo sabía, pero
como siempre no quería forzarla a contarlo hasta que ella no estuviera lista.

- "¿Te han cortado el agua en el estudio?" bromeó de nuevo la morena.

- "Mani, ¿podemos centrarnos?" respondió Lauren remangándose las mangas blancas después de
quitarse la chaqueta.

- "Está bien, está bien. Nada de bromas" dijo poniéndose seria. "Aleric ha vuelto a utilizar su
teléfono. El intercambio se producirá en el puerto de la zona Este esta misma noche"

- "¿Zona Este? ¿Estás segura Mani?" preguntó Lauren frunciendo el ceño.

- "Totalmente, he grabado la llamada y tengo algo que no te va a gustar tanto"

Sin dejar preguntar por qué, Normani hizo girar las ruedas de su silla llevándola hasta el portátil el
cual dejó sobre sus piernas antes de volver a la antigua posición. Tecleó un par de teclas después
de poner su código, alcanzó unos auriculares y le dio ambos a Lauren quien estaba bastante
intrigada.

- "Todo correcto señor" se pausó. "Puerto de la zona Este a las nueve en punto" volvió a pausarse.
"Sí, están todas perfectamente. Hay una que va a gustarte más que Angelica, le cuesta obedecer y
tiene muy mal genio pero es preciosa" se pausó una vez más. "Estupendo" colgó.

Sabía que se estaba refiriendo a Kate en cuanto la nombró indirectamente. Había algo en todo eso
que no le encajaba.
Había dado demasiada información. Era demasiado fácil.

- "¿Dónde está Brooke?" preguntó Lauren.

- "En el puerto con tres patrullas más" informó. "Me ha pedido que te esperase aquí hasta que lo
tuvieran todo controlado"

- "Mani algo no encaja" dijo Lauren obviando la explicación. "Aleric siempre ha hecho el
intercambio en la zona Oeste, no tiene sentido que cambie ahora"

- "Tal vez lo haya hecho para no exponerse tanto" respondió encogiéndose de hombros.

No. Lauren tenía claro que no era por eso. Desde que le asignaron el caso había notado cómo
Aleric se había expuesto muy fácilmente y siempre le daba la información que necesitaban en el
momento exacto. Algo se le estaba yendo de las manos y no sabía qué era.

- "¿Dónde está Kate?" preguntó mirando hacia el satélite del portátil.

- "Según las coordenadas del chip..." se pausó mientras se completaba la búsqueda. "En el mismo
escondite" afirmó.

- "No vamos a salir de aquí" ordenó Lauren sin dejar de mirar la pantalla.

- "¿Por qué?" preguntó la morena confusa. "Brooke nos ha ordenado que"

- "Me importa una mierda lo que haya dicho Brooke, Mani" la cortó mirándola fijamente. "¿Es que
no lo ves? Todos estos meses nos ha estado llevando por el camino fácil. Él sabe que lo
investigamos. Él sabe que conocemos su coche y su teléfono. Él sabe que queremos a Angélica. Él
sabe que iremos a la Zona Este, pero ¿y si realmente se dirige hacia la Oeste? ¿y si todo es una
trampa y nosotros somos los ratones?" explicó rápidamente.

Normani se quedó unos segundos en silencio procesando las palabras que acababa de decir su
mejor amiga, por una parte tenían mucho sentido. A ella también le resultaba extraño que
tuvieran siempre la información justa y necesaria. Pero por otra parte, ¿cómo asegurarse de que
Lauren tenía razón?

- "¿Qué propones?" preguntó la morena.

- "El intercambio se efectuará a las nueve por lo que saldrá mucho antes de su escondite. Eso nos
da unas dos horas para preparar la furgoneta. Iremos a la zona Oeste, estoy segura de que allí va a
ocurrir algo" explicó.

- "¿Qué pasa si Kate se dirige hacia la zona Este junto con las demás?" preguntó Normani aún poco
convencida.

- "En ese caso Brooke sabrá qué hacer" dijo notando la expresión de su mejor amiga. "Es
arriesgado y lo sé, pero confía en mí Mani. Tengo algo aquí que me lo está diciendo" explicó
señalando su pecho.
- "Sabes que es peligroso que vayamos nosotras dos nada más ¿verdad?" preguntó bajando la tapa
del portátil.

- "Mientras no nos separemos y nos cubramos la una a la otra, estaremos bien" sentenció Lauren.

Una hora y media después, habían cambiado su habitual traje y tacones por unos cómodos
zapatos, un chaleco antibalas y una chaqueta negra encima de éste. Habían elegido dicho color
sabiendo que así estarían más camufladas. Llevaban todo el equipo necesario dentro de la
furgoneta. Solo les faltaba una cosa con la que no contaban al 100%: tener suerte.

Mientras Lauren conducía hasta la zona Oeste del puerto a menos de cuarenta minutos de la hora
indicada, Normani seguía mirando el satélite con las coordenadas del chip desde su teléfono. Por
un instante las pulsaciones de Kate se habían detenido después de ir bastante rápidas, pero
volvieron a los pocos segundos. Eso le dio un mal presentimiento a la morena. Kate se estaba
moviendo hacia el Este.

- "Se está moviendo Lo" informó Normani.

- "¿Hacia dónde?" preguntó Lauren.

- "Hacia el Este..." dijo con un susurro. "Tengo un mal presentimiento" admitió.

- "Yo también por eso seguiremos hacia el Oeste" sentenció.

Pocos minutos después llegaron hacia el puerto el cual estaba bastante tranquilo para el gusto de
la morena de ojos verdes. Aparcaron la furgoneta a escasos metros de una gran residencia de
pescadores. Lauren quiso bajar de ella pero la fuerte muñeca de Normani la detuvo.

- "¿A dónde te crees que vas?" preguntó en voz baja.

- "A investigar la zona" respondió como si fuese algo normal en aquellas condiciones.

- "De ninguna manera vas a bajarte de aquí hasta que yo no examine la zona" gruñó haciendo que
Lauren asintiera de mala gana.

La morena se pasó a la parte trasera y escaneó la gran residencia notando varios cuerpos calientes
dentro de ella. Efectivamente había alguien allí dentro y aunque el chip de Kate siguiese dando
otras coordenadas distintas a las suyas, Lauren podría estar en lo cierto. Justo cuando la morena
estuvo a punto de informar a su mejor amiga el móvil de ésta comenzó a sonar.

- "Mierda, es Brooke" gruñó Lauren cogiendo el teléfono y guardándolo en la guantera.

- "¿No piensas cogerlo?" preguntó Normani.

Estuvo a punto de responder cuando un grito proveniente de la gran residencia se escuchó por
todo el puerto llegando hasta donde se encontraban ambas. Lauren estuvo a punto de salir
corriendo hacia él cuando recordó que dentro de dicha residencia había cámaras de seguridad. Sin
responder a las miradas y preguntas constantes de Normani, se pasó a la parte trasera y tecleo
varios códigos consiguiendo en las dos pantallas que adornaban la furgoneta la imagen de las
cámaras consiguiendo llamar la atención de una de ellas.

- "No puede ser" susurró Normani.

Dentro de una de las salas de dentro de la gran residencia se encontraba una joven atada de pies y
manos a una silla mientras un hombre la vigilaba. Tenía varios golpes en la cara y se estaba
esforzando lo suficiente por salir de aquel agarre. No podía diferenciar el color de sus ojos pero
ambas sabían que este era el mismo al de una cascada.

- "¿Qué cojones está haciendo Kate ahí, Mani? ¿No estaba en la zona Este?" preguntó Lauren
cargando su arma semiautomática.

- "No lo sé Lauren" dijo bastante nerviosa. "Según las coordenadas debería estar en la zona Este
pero..." se pausó al recordar algo. "Le han encontrado el chip Lo. Sus pulsaciones fueron rápidas,
se pararon y a los pocos segundos volvieron. Pensé que había sido un fallo del sistema pero ahora
estoy segura de que se lo han extraído para inyectárselo a otra persona" explicó la morena furiosa
por no haberse dado cuenta antes.

- "Mani quiero que me prestes atención en esto que te voy a decir" dijo Lauren preparándose para
salir. "Voy a entrar yo sola"

-"No Lauren, podemos llamar a Brooke y esperar a"

- "No" la cortó. "Te necesito aquí informándome de la situación de todos esos cuerpos. Nos
cubrimos las espaldas ¿recuerdas?" dijo agarrándole las manos. "No puedo dejarla ahí Mani, no
puedo" admitió con los ojos brillosos.

- "Te juro por Dios que como note cualquier cosa, escúchame bien, cualquier cosa inusual por esas
cámaras, salgo yo misma a buscarte" sentenció Normani.

- "Te quiero" respondió Lauren antes de salir de la furgoneta.

Sujetando la semiautomática con ambas manos caminó cubriéndose a la misma vez que se iba
asegurando de que no había nadie alrededor. La morena la estaba guiando por un pinganillo en su
oreja pero aun así tenía que estar pendiente de todo. A un par de metros de entrar en la gran
residencia, otro grito se volvió a oír. Nunca había escuchado gritar a Kate pero sabía que ese grito
no provenía de ella.

-"Tienes la entrada despejada" informó Normani desde la furgoneta.

Rápidamente Lauren abrió la puerta y se encontró con un gran salón lleno de trofeos de pesca y
varios peces de caza colgados de la pared los cuales pudo reconocer por la luz de la luna que
entraba por una de las ventanas. Llevaba una linterna encima pero sabía que si la encendía
llamaría demasiado la atención. Era mejor quedarse entre las sombras.

- "Están en la puerta del fondo, ten mucho cuidado por favor Lauren" advirtió la morena.
Quiso decir algo más pero no lo escuchó debido a que el pinganillo de su oreja comenzó a pitar
provocándole un fuerte dolor en el oído. Maldiciendo para sí misma se lo quitó y lo tiró debajo de
un sofá. Estaba sola en esto. Suspiró varias veces y se aseguró de llevar el chaleco antibalas bien
colocado. Volvió a suspirar una última vez y se acercó a la puerta indicada. Puso la oreja en ella y
escuchó los sollozos de Kate. Tan solo se escuchaba a ella. Suspiró una vez más y abrió la puerta
con cuidado.

Cubriéndose con ella, entró apuntando hacia el interior notando como el corazón le iba a salir por
la boca. Al entrar solo vio la figura de Kate tal y como la había visto desde la pantalla de la
furgoneta solo que ahora llevaba la boca tapada. Rápidamente corrió hacia ella y comenzó a
desatarle los pies mientras Kate decía palabras inentendibles.

- "Estoy aquí Kate, estoy aquí. Tranquila" intentó animarla mientras le desataba sus manos
Cuando terminó, buscó sus ojos cascadas en los cuales notó una mirada de miedo como si tuviera
frente a ella al mismísimo diablo. Con cuidado le quitó la cinta de sus labios y la tiró hacia un lado.
Tenía la cara llena de golpes.

- "¿Qué pasa Kate? ¿Por qué estás aquí? ¿Dónde están?" preguntó la morena de ojos verdes.

- "Es una trampa Lauren" admitió Kate con los ojos envueltos en lágrimas y su pecho moviéndose
de arriba abajo rápidamente.

¿Una trampa? Lo sabía, por eso había ido a esa zona y no a la que Brooke se encontraba. Tenía
que ser eso. Pero no lo era. El sonido del gatillo de un arma se escuchó detrás de ella justo donde
se encontraba la puerta. Lentamente Lauren se giró hacia atrás y se encontró con una figura de
piel blanca y ojos claros apuntando hacia ella.

- "Encantado de conocerte Lauren" dijo Aleric con una sonrisa malévola en su rostro.

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Capítulo 72

Nada más notar cómo había perdido a Lauren a través del pinganillo la buscó en ambas pantallas
viendo cómo se dirigía hacia la puerta que le había indicado. Cuando estuvo a punto de abrirla con
un paso firme y seguro de sí mismo, las pantallas frente a Normani se apagaron.

- "No, no, no, no" dijo repetidas veces la morena intentando volver a captar la conexión.

Segundos después el móvil de Lauren escondido bajo la guantera comenzó a sonar. Normani lo
miró con confusión y lo cogió rápidamente. El nombre de su jefa adornaba la pantalla táctil.

- "Jauregui ¿dónde cojones estáis Kordei y tú?" preguntó Brooke.

- "Brooke" dijo Normani nerviosa.


- "¿Kordei? ¿Dónde está Jauregui? ¿Por qué tienes tú su teléfono?" volvió a preguntar.

- "Escúcheme necesito... necesito que vengan al puerto Oeste, Lauren puede que esté en peligro.
Kate está aquí y la tienen amarrada en una silla" explicó como pudo.

- "¿Puerto Oeste? ¿Estáis solas?" gritó.

- "Sí, pero de verdad que no es momento de pensar en eso. Estamos todas en peligro aquí, incluida
yo" dijo antes de colgar sin permitir a Brooke responder.

Dentro de la gran residencia, Aleric seguía apuntando a Lauren con dicha sonrisa malévola
mientras agarraba el arma con firmeza apoyando el duro anillo de oro sobre ella. Lauren estaba
más pálida de lo normal y sujetaba la mano de Kate con firmeza.

- "¿Cómo sabes quién soy?" se atrevió a preguntar.

- "¿Tan tonto me crees?" dijo pegando una carcajada. "Sé todo de ti desde que te asignaron a mi
investigación" admitió sin dejar de apuntarla. "Vuelve a atarle las manos, venga" ordenó
apuntando hacia ambas.

Lauren asintió y se movió hacia detrás de la silla dejando un nudo sin apenas fuerza en las manos
de Kate. Antes de volver a su antigua posición dejó un pellizco en su muñeca tatuada haciéndola
saber lo que había hecho.

- "Creo que tienes algo que me pertenece" objetó Aleric señalando hacia la pistola de Lauren.

Ésta soltó un gruñido mientras tensaba la mandíbula y de una patada le acercó hasta sus pies su
semiautomática. Seguidamente el hombre de piel pálida le ordenó que se sentase frente a él.

- "Realmente te tomaba por una chica más lista, a ti y a todos tus compañeros, incluida esa
amiguita tuya, la morena... ¿cómo se llama?"

- "No te atrevas a mencionarla" escupió Lauren recordando cómo Normani seguía en la furgoneta
o al menos eso creía.

- "No, no, no. Parece que no lo entiendes. Aquí el que decide qué hacer, qué decir o cómo actuar
soy yo" dijo acercándose a Lauren colocando un mechón de su larga melena sobre su oreja sin
dejar de apuntarla. "Es verdad eso que dicen acerca de tus ojos, son más preciosos de cerca"
susurró en su oído.

Lauren aprovechó la corta distancia entre Aleric y ella para escupirle en la cara y así lo hizo. Éste
soltó una risa irónica y con el tambor de la pistola que éste sujetaba le dio a Lauren un fuerte
golpe rompiéndole la ceja.

- "¡Lauren!" gritó Kate intentando acercarse más a ella.

- "Ahora ya la llevas a juego con el labio" volvió a reír Aleric.


"¿De verdad pensabas que no sabía que me estabais investigando? ¿Que podía utilizar mi teléfono
sin saber que lo teníais pinchado? ¿Qué teníais la matrícula de uno de mis coches junto con las
grabaciones de todas mis paradas? ¿De verdad, Lauren, pensabas que no sabía que esta preciosa
chica trabaja para ti al igual que todos aquellos vagabundos? Porque si de verdad lo pensabas
deberías pedir tu carta de renuncia en el caso de que te deje salir con vida de aquí" rio una vez
más.

- "¿Por qué dejarme vivir teniendo la oportunidad de acabar conmigo? ¡Vamos, adelante!
¡Mátame!" gritó Lauren mientras se aguantaba con una mano la ceja llenando sus manos de
sangre.

- "¿Así de fácil? No, gracias" dijo curvando la comisura de sus labios.

Tenía un arma apuntando directamente hacia su entrecejo mientras una ceja le sangraba. Un clic y
perdería su vida. Pero eso no le aterraba en aquel momento. Sus pensamientos estaban en
Normani, no sabía si estaba bien o peor, si seguía con vida. Aunque Kate también le preocupase, al
menos la tenía a su lado y sabía en qué condiciones se encontraba, pero en cambio con la morena
no.

- "¿Qué quieres de mí?" preguntó Lauren.

- "Yo nada, pero quizás mi amigo, al cual ya conoces por intercambiar droga por chicas, sí. Aun
tienes una edad perfecta para prostituirte" explicó con maldad en sus ojos.

- "Deja que se vaya y me tendrás" respondió Lauren mirando hacia Kate quien negó rápidamente.

- "Querida, ya te tengo" rio Aleric. "A ambas" susurró pasándose la mano libre por su barba negra.

- "¿Dónde está Angélica Clark?" preguntó la morena de ojos verdes haciendo caso omiso a lo que
le acababa de responder.

- "Esa zorra debe de estar celebrando su regreso a casa, ¿recuerdas a la mujer del parasol? Era
ella. Trabaja para mí, siempre lo ha hecho" admitió sin quitar esa sonrisa victoriosa. "Hizo un buen
trabajo distrayéndoos, por cierto"

Lo había tenido frente a sus narices todo este tiempo y no se había dado cuenta. Estaba enfadada
con ella misma por no haberse dado cuenta antes pero lo cierto era que no tenía tiempo para
enfados, necesitaba salir de ahí o al menos intentarlo.

Kate comenzó a respirar más lento y Lauren lo notó. Rápidamente la miró y encontró sus ojos
medio cerrados, analizó su parte delantera durante unos segundos y no encontró rastro de
ninguna herida. Fue entonces cuando recordó las palabras de su mejor amiga acerca del chip y
cómo se lo había extraído a la chica de ojos cascada. Sin importarle que Aleric le estuviese
apuntando, se giró hacia sus manos atadas y comprobó como en su antebrazo no tatuado tenía
una profunda herida de la cual se estaba desangrando.

- "¿Qué crees que estás haciendo?" preguntó Aleric acercándose más a ella sin dejar de apuntarle.
- "Está herida" explicó. "Déjame ayudarla o sino no te servirá para nada" intentó convencerle.

Aleric asintió firmemente y de forma automática, Lauren se acercó hasta la parte delantera de
Kate arrancándole la camiseta. La rompió en varios trozos quedándose con uno de ellos sobre sus
manos. Con este, le deshizo el nudo de sus manos y lo envolvió justo por encima de la profunda
herida para cortar la hemorragia. Con otro de los trozos la taponó y dejó apoyada su mano llena
de sangre en ella.

- "Aguanta, Kate, por favor" le suplicó en su oído.

- "Si se muere ella, también lo harás tú" rio Aleric apuntándola a ambas.

Los minutos pasaban y Brooke no llegaba. Sabía que cruzar la ciudad de una punta a otra llevaba
su tiempo pero los minutos dentro de la furgoneta se les hacía interminables aquella noche. No se
habían vuelto a escuchar gritos ni tampoco disparos por lo que aún tenía la esperanza de que su
mejor amiga siguiese viva.

En silencio rezando por la vida de ambas junto por la de Kate, escuchó como unos pasos se
acercaban hacia la furgoneta. Dejó de hablar para sí misma y prestó más atención en ellos. Eran
seguidos por lo que no era solo una persona. Se agachó detrás del asiento del copiloto con su
semiautomática entre sus manos y esperó a que pasaran.

Uno de los dos hombres de Aleric encontró la furgoneta y avisó a su compañero. Con una linterna
apuntaron hacia el interior desde el parabrisas y observaron cómo aparentemente estaba vacía al
igual que también notaron el instrumental en la zona trasera de ésta.

- "Es de esa chica, estoy seguro" dijo uno de ellos acercándose más a la furgoneta.

- "Si es así, no ha tenido que venir ella sola" añadió el otro.

- "Veamos qué hay dentro" ordenó la primera voz.

Normani comenzó a notar su pulso cada vez más acelerado. Eran dos contra ella sola. Sabía que si
abrían las puertas de la furgoneta antes de que viniese Brooke estaría perdida. Las pisadas
rodearon la furgoneta deteniéndose en las puertas traseras de ésta. Uno de ellos jugó con la
cerradura intentando abrirla. Normani no estaba preparada para ser descubierta pero tampoco lo
estaba para enfrentarse a ellos. La puerta contraria al lado donde ésta se encontraba se abrió un
poco pero una voz detrás de aquellos hombres hizo que se detuviera.

- "Chicos, se aproximan federales por la entrada norte del puerto. Os necesito conmigo para
taparles la entrada" dijo otra voz al fondo.

- "Déjalo ya nos ocuparemos más tarde de esto" añadió uno de los dos hombres.

Un largo y silencioso suspiro se escapó de sus labios. No sabía quién había sido y tampoco le
importaba pero en ese instante Normani le agradeció el salvarle la vida. Recordando las palabras
de éste quiso informar a Brooke sobre sus planes sobre taparles la entrada pero el móvil de Lauren
se había quedado sin batería y el suyo no tenía cobertura. Estaba de nuevo como al principio. Sola
y en peligro.

- "¿Cómo supiste acerca de mí?" preguntó Lauren manteniendo el trozo de la camiseta sobre la
herida de Kate intentando ganar tiempo.

- "Lauren Jauregui, hacker profesional y una de las mejores en su trabajo. Posible sucesora al
puesto de la comandante Ally Brooke" recitó. "Tarde o temprano te asignarían a mi caso"

- "Pero para entonces tú ya lo sabías todo sobre mí..." añadió Lauren.

- "Chica lista" sonrió. "Eres bastante conocida entre delincuentes, raro que esa chica... ¿cómo se
llamaba? ¿Karla? Ah no, Camila" se pausó para reírse de él mismo. "Raro que ella no te
descubriese, estos principiantes..." volvió a reír.

En ese mismo instante los ojos de Lauren se llenaron de furia. Aleric conocía a Camila. A su Camila.
Kate abrió completamente los ojos al escuchar el nombre de la que ya sabía por la escena del día
anterior que no era su novia. ¿Camila era una delincuente?

- "¿Cómo sabes quién es?" preguntó apretando la mandíbula y los dientes.

- "No debería darle explicaciones a una niñata como tú pero mis hombres se están retrasando
mucho" dijo Aleric. "Al principio no sabía quién era. Uno de mis hombres me informó sobre que
estabas empezando a salir con ella cada vez más seguido. Por cierto, bonito concierto a piano
terminado en beso, me hubiera gustado ver más" se pausó para volver a reírse de su propio
comentario. "Era demasiado importante para ti así que decidí saber más sobre ella. Me sorprendió
el hecho de que esa niñita fuese la misteriosa K de la que tanto se venía hablando. La delincuente
y la agente federal. Bonita pareja" escupió.

Kate dio un suspiro ahogado al escuchar aquellas palabras. Ahora entendía el comportamiento de
Lauren desde el día del atraco. Eso era lo que le había pasado. Si no fuese por el dolor de su brazo
herido mostraría otro tipo de sorpresa en su rostro. Lauren obvió la mirada fija de Kate sobre ella y
apretó más los puños.

-"Te juro por Dios que como le toques un solo pelo te mato" amenazó Lauren con el puño ya
blanco de tanto apretarlo.

- "Tal vez ya lo haya hecho y esté haciéndole compañía al resto de chicas" mintió con una sonrisa.
"Ni se te ocurra hablar o te vuelo la cabeza" amenazó a Kate quien estuvo a punto de negarlo,
apuntándole con el arma.

Lauren rápidamente se levantó del frio suelo y se acercó hasta él quedando cara a cara notando su
sucio aliento sobre su rostro. Notaba el arma sobre su abdomen pero no le importaba. La vida de
Camila podía estar en peligro y no iba a permitir que le pasase nada.

- "Espero por tu bien que estés mintiendo Aleric" gruñó llamándolo por primera vez por su
nombre.
- "¿Qué harás si se trata de lo contrario? Te tengo en el punto de mira y puedo apretar el gatillo en
cuanto quiera así que será mejor que vuelvas a tu sitio si no quieres que tu noviecita acabe con
una bala entre ceja y ceja" explicó llevando el arma hasta el cuello de Lauren.

Pudo haber negado que ya no era su novia. Pero no lo hizo. Obedeció las órdenes de aquel
hombre al que miraba con desprecio y volvió a apretarle la herida del brazo a Kate quien guardaba
silencio pero la miraba con sorpresa preguntándole si era cierto lo que había escuchado. Lauren se
limitó a asentir cerrando los ojos.

Pasaron varios minutos en silencio, la hemorragia del brazo había parado pero aun así seguía
manteniendo el trozo de camiseta sobre ella por si acaso. Aleric había dado un par de vueltas por
la sucia habitación la cual olía mucho a pescado. Lauren examinó todos sus pasos los cuales
repetía una y otra vez. La idea de que Camila pudiera estar sufriendo el mismo infierno que ella en
ese instante, o incluso peor, la estaba matando por dentro. Debía hacer algo, necesitaba
asegurarse de que estaba bien.

Aleric se pausó sobre una de las ventanas mirando tras ella dándole la espalda a Kate y Lauren.
Ésta última observó cómo su semiautomática seguía en el mismo lugar donde ella la había dejado,
rápidamente la cogió y se acercó hasta él por detrás sin contar con que éste iba un paso por
delante de ella. El codo de Aleric impactó contra la nariz de Lauren antes de que esta pudiese
hacer cualquier movimiento consiguiendo que su pistola cayese al suelo disparando hacia uno de
los rincones de la sala.

El sonido de un disparo proveniente de la gran residencia llamó notablemente la atención de


Normani. Pudo haber sido Lauren y eso fue lo único que le bastó para ir por su cuenta a
comprobarlo. Aunque lo suyo fuese más los ordenadores y le tuviera más miedo a ese tipo de
situaciones, se llenó de coraje y valentía para salvar a su mejor amiga.

Aleric apretó la zona de salida de su pistola contra la frente sangrante de Lauren a causa de la ceja.
Apretó los dientes y no hubiera dudado en disparar el gatillo si no hubiese sido por los tiros que se
escucharon a través de la ventana. Rápidamente recogió el arma de Lauren del suelo y la guardó
detrás de su espalda. Sin dejar de apuntar a la morena de ojos verdes, sacó una radio del bolsillo
de su pantalón y se la llevó a los labios.

- "Ramirez, ¿qué está pasando ahí afuera?" preguntó por la radio.

- "Los federales del puerto Este están aquí, alguien ha dado la alarma" respondió una voz
masculina.

Pasando la mano por su barba miró fijamente a

Lauren quien lo miraba expectante. Fue entonces cuando cayó en la conclusión de que no se había
presentado sola. Soltó una risa malévola y sin dejar de mirarla se acercó de nuevo la radio a sus
labios.

- "Buscad a una mujer de piel morena que responda al nombre de Normani Kordei, ha sido ella"
concluyó antes de lanzar la radio a otro lado. "Parece que vais a tener compañía, de nuevo todas
juntas" se rio una vez más de su propio comentario.
Lauren apretó más la mandíbula tensando el músculo y dejó un golpe seco en el suelo
consiguiendo que sus nudillos sangrasen. Si hubiese sido por ella esa energía la habría descargado
sobre el rostro de aquel hombre sin corazón.

Kate notaba su brazo recomponiéndose, había recuperado la fuerza que había perdido pero aun
así no la quiso mostrar. Lauren le sujetaba la mano con firmeza después de haber golpeado el
suelo. Aunque no fuera en el momento correcto, Kate se alegraba de tener dicho contacto.

La morena caminó de un lado a otro con cuidado de no ser descubierta, se había topado con
varios hombres los cuales sabía que si no estaban dentro de la residencia o cubriendo la entrada,
estaban buscándola. Había escuchado disparos en la zona norte por lo que sabía que Brooke
estaba dentro del puerto. Todos rodeaban dicha residencia por lo que necesitaba un señuelo para
que se apartasen de ahí. Necesitaba un fuerte impacto.

Miró a su alrededor y no encontró más que vieja chatarra o barcos inservibles, hasta que encontró
uno de estos últimos con un bote de gasolina en la cubierta. No estaba muy lejos de ella y solo
podría disparar una vez. Su puntería no era mejor que la de Lauren pero era ahora o nunca. No
podía fallar y no lo hizo.

Disparó lo más firme que pudo y acertó de lleno contra el bote de gasolina consiguiendo que el
pequeño barco comenzase a arder. Pidió disculpas en silencio al dueño del barco y aprovechando
el hueco que se había formado, se dirigió hacia la residencia.

La fuerte explosión y la rotura de la ventana a causa de ésta, pilló desprevenido a Aleric quien bajó
la guardia por unos segundos. Lauren aprovechó el paso que podría ir ahora por delante de él y se
acercó hasta Aleric arrebatándole la pistola de las manos y apuntándole a la cabeza.

- "¿Crees que tienes el poder Lauren?" preguntó dando un paso hacia ella.

- "No te muevas" le ordenó.

- "Porque te recuerdo que quien tiene a tu novia sufriendo en una de estas salas soy yo" rio
mientras daba otro paso.

- "¡Que no te muevas!" gritó sin dejar de apuntarle.

- "Deja escapar esa bala y tu novia estará muerta antes de que vayas a buscarla"

Lauren no aguantó más la ira y apretó el gatillo. Nada. No había salido ninguna bala de él. Volvió a
apretarlo varias veces pero nada salía de la recámara. El cargador estaba vacío y de nuevo Aleric
estaba un paso por delante de ella.

- "Jaque mate" rio éste echando la mano hacia atrás para coger la semiautomática de Lauren de su
espalda.

Antes de que completase su movimiento, Lauren se echó sobre él tumbándole sobre el suelo lleno
de cristales. Le golpeó varias veces pero la fuerza de Aleric fue mayor que la de ella. Pelearon
durante varios segundos hasta que éste consiguió sacar el arma que le estaba destrozando la
columna junto con los cristales. Lauren la agarró al igual que él intentando arrebatársela de las
manos. Tras varios movimientos bruscos tanto de uno como de otro, el gatillo fue apretado
provocando una profunda herida de bala.

- "¡Lauren!" se oyó gritar.

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Capítulo 73

Se despertó rápidamente con sudores fríos surcando su frente mientras notaba cómo el pecho le
latía rápidamente. Miró la hora en su despertador y aún era de madrugada. Había tenido una
pesadilla pero más que eso lo notaba como un presentimiento. No recordaba nada, tan solo el
sonido de un disparo.

Camila había decidido pasar la noche de nuevo en el piso después de la escena que había creado
en su casa. Se marchó de allí sin darle explicaciones a nadie y había acabado por desconectar su
teléfono después de tantas llamadas perdidas de sus padres. Dinah se había pasado por allí esa
misma noche prometiéndole no decir nada a sus padres excepto que se encontraba bien.

Caminó hacia la cocina con un paso lento aún medio dormida. Seguía notando los sudores fríos
ahora sobre su espalda. No sabía por qué pero un mal presentimiento se había apoderado de su
mente e iba acompañado junto con el nombre de su exnovia.

Dentro de la sala de la gran residencia, el olor a pescado había sido sustituido por el olor a sangre.
Lauren abrió los ojos un tanto mareada con un pitido en sus oídos a causa de la cercanía del
disparo. Notaba un fuerte dolor sobre su muslo hasta el cual deslizó su mano. Efectivamente
estaba sangrado y el culpable de eso era uno de los cristales de la ventana el cual seguía dentro de
ella.

Obviando el dolor en su muslo, levantó la cabeza y se encontró con el cuerpo de Aleric


desplomado sobre el suelo con una gran hemorragia sobre su abdomen que había vuelto su
camisa blanca en color vino tinto. Un suspiro salió de sus labios acompañados por un temblor al
pensar en la idea de que la bala que había traspasado el cuerpo de éste, podría haberlo hecho
perfectamente por el de ella.

Mientras su cabeza daba vueltas aun mareada por el disparo escuchó un sollozo detrás de ella.
Kate. Rápidamente giró su cabeza varias veces intentando con éxito recomponerse y fijó sus
penetrantes ojos verdes en su compañera quien yacía tirada en el suelo bocabajo. ¿Era un charco
de sangre lo que estaba viendo bajo su cuerpo? No. Kate. No.

- "¡Kate!" corrió hacia ella con el dolor en el muslo intentando moverla.

- "Con... cuidado Lauren" dijo ésta pálida agarrándose el estómago.


De la misma forma que le había pedido, giró su cuerpo dejándola tumbada sobre el frio suelo.
Lauren apartó con cuidado sus manos llenas de sangre y observó la gran herida horizontal que
cubría el estómago de ésta y el largo cristal manchado de sangre a un lado en el suelo. Con el
pulso nervioso comenzó a llorar taponándole la herida después de quitarse su chaleco antibalas y
colocándoselo como almohada.

- "Kate, no te duermas, háblame" repitió varias veces mientras ésta tenía los ojos medio cerrados.
"Vas a ponerte bien ¿me escuchas? Pero tienes que abrir los ojos Kate, por favor no me dejes"
suplicó.

- "Tu... muslo... estás sangrando" dijo Kate en voz baja notando la sangre distinta a la de ella.

- "Eso no importa ahora" respondió Lauren limpiándose las lágrimas. "Importas tú"

La chica de ojos cascada abrió los ojos un poco más y se encontró con los verdes de Lauren llenos
de lágrimas.

Estaba mareada y muy cansada. Tenía mucho sueño. Quería dormir.

- "No... no llores... Lauren" dijo en un susurro acariciándole levemente la mejilla manchándola de


sangre.

- "Son de felicidad porque hemos acabado con él" mintió. "Vamos a salir de aquí juntas, ¿de
acuerdo?" preguntó pasando su mano llena de sangre por el pelo de Kate para verle mejor la cara.

- "Lauren... Camila... ella no..." se pausó e hizo una mueca de dolor. "No... está aquí... era mentira"
admitió tosiendo.

Aunque eso hubiese aliviado una gran parte de su mente, tener a Kate desangrándose en sus
brazos no la dejaba respirar. Había perdido mucha sangre en el corte del brazo y esta nueva herida
no estaba siendo de ayuda.

- "Está bien, está bien. No te preocupes por ella, piensa en ti Kate" suplicó. "Pero no te duermas,
por favor te lo pido" lloró.

- "Ellas... siguen aquí Lauren, tienes... tienes que salvarlas..." pidió con la piel cada vez más pálida.

- "No pienso dejarte sola Kate, voy a quedarme aquí contigo" dijo notando sus manos bañadas
completamente en su sangre.

El dolor de su muslo había pasado a un segundo plano llegando hasta tal punto de no acordarse de
él. Sabía que esas chicas estaban en peligro pero ni podía, ni quería dejar a Kate sola. Estaba muy
grave y todo era su culpa. Mientras la mecía en sus brazos taponándole la hemorragia notó como
sus labios estaban cada vez más morados y su piel más pálida. Se estaba muriendo y lo estaba
haciendo en sus brazos. Buscó a su alrededor intentando encontrar algo con lo que ayudarla. No
había ningún tipo de instrumental médico pero si estaba Aleric.
- "No dejes de presionar aquí, ahora vengo" dijo cogiendo sus manos bañadas en sangre y
colocándoselas sobre su herida.

Con cuidado dejó el cuerpo de la chica de ojos cascada apoyado en el frio suelo sobre el chaleco
antibalas y se acercó al cuerpo sin vida de Aleric. Rebuscó en los bolsillos de sus pantalones
llenándolos de sangre y encontró un teléfono móvil. Rápidamente marcó los tres dígitos y esperó a
que se hiciera la llamada. Nada. No había cobertura. Lo intentó seis veces más hasta que por fin
dio la llamada.

- "¿Emergencias? Soy la agente Jauregui, tengo una compañera herida en el puerto de la Zona
Oeste. Ha perdido mucha sangre y no creo que aguante mucho, por favor dense prisa" explicó
intentando vocalizar.

- "¿Está usted herida?" preguntó la mujer al otro lado de la línea.

- "Sí, pero ella es más importante" respondió antes de colgar.

La morena entró dentro de la gran residencia cubriéndose en todo momento. Había vuelto a
escuchar un disparo y ese no le dio un buen presentimiento debido al grito que había oído. Se
acercó hasta la puerta que le había indicado mucho antes a Lauren y apoyó la oreja sobre ella. Tras
ésta escuchó un sollozo acompañado por una voz ronca que conocía.

- "Están en camino, por favor aguanta" suplicó Lauren de nuevo a su lado.

Nada más escuchar su voz entró rápidamente en la sala sin importarle quien más pudiese estar allí
dentro. La escena con la que se encontró le revolvió el estómago: En el centro de ésta se
encontraba Lauren agarrando el cuerpo de Kate casi sin vida junto a una silla volcada en el suelo y
tras estas la figura pálida de Aleric desangrada. Todo esto sin contar la cantidad de pisadas llenas
de sangre que había sobre el suelo.

- "¡Normani!" gritó Lauren con lágrimas en sus ojos sin poder levantarse de donde se encontraba.

- "¡Lauren!" gritó ésta corriendo hacia ella dándole un fuerte abrazo con cuidado de no lastimar a
Kate. "¿Qué... Qué ha pasado?" preguntó.

- "Él disparó y caí al suelo entonces la vi y... no sé qué hacer Mani, ¡yo no soy médico!" dijo
desgarrada con los ojos vidriosos.

- "Me... empujó" admitió Kate con la voz cada vez más débil.

- "Está bien, no digas nada... No gastes tu fuerza" suplicó la morena acariciándole la melena
castaña a Kate envuelta en lágrimas.

Normani notaba una fuerte presión en su pecho. Sabía cuál era la situación de Kate y que esta no
aguantaría mucho más de lo que ya estaba aguantando. Su piel pálida, su voz débil y sus labios
morados se lo acababan de afirmar. Lauren por otro lado, seguía sin perder la esperanza mientras
notaba la presión en la pierna. El cristal seguía dentro y necesitaba sacarlo si no quería que le
provocara un corte más profundo.
- "Las chi...chicas Lauren... Tie...tienes que salvarlas" repitió Kate casi inconsciente.

- "¿Están aquí?" preguntó Normani con las manos ahora también llenas de sangre consiguiendo
que su mejor amiga asintiese.

- "Sálvalas... Lauren, por favor..." suplicó Kate una vez más.

Hizo el amago de moverse para agarrar con más firmeza el cuerpo de la chica de ojos cascada pero
la mano de Normani la detuvo. Su mirada oscura se fijó en el corte del muslo de Lauren que se
podía observar a simple vista por la rotura del pantalón.

- "Lauren tu pierna" advirtió.

- "No... No es nada, un corte tonto" mintió intentando curvar los labios.

- "¿Puedes caminar?" preguntó la morena sabiendo que le estaba mintiendo.

- "Sí" mintió de nuevo recordando la pequeña dificultad que le había causado al desplazarse.

- "Iré yo" sentenció Normani. "¿Dónde están esas chicas Kate?" preguntó.

- "De ninguna manera te voy a dejar que te vayas ¿me escuchas? Iré yo, tú quédate aquí con Kate"
ordenó apoyando el cuerpo de ésta sobre el frio suelo.

Lauren se levantó como pudo soltando un sonido desgarrador. Tal y como pensaba, la herida se
había hecho más profunda a causa del cristal dejándole un dolor mayor en su muslo. Intentó
caminar hacia la puerta pero el dolor la detuvo haciendo que se tirase al suelo de rodillas mientras
maldecía en voz baja dándole golpes al suelo.

- "¡Lauren escúchame!" gritó Normani colocándose a su lado agarrándola por la barbilla. "Mira
cómo éstas, ¡no puedes moverte!" dijo. "Yo estoy perfectamente, tengo el chaleco y sé
defenderme. Puedo con esto porque aprendí de la mejor ¿recuerdas?" añadió limpiándole las
lágrimas dejando más manchas de sangre sobre el rostro de su mejor amiga.

- "No pienso volver a dejarte sola Mani, no quiero estar aquí pensando que pueda ser la última vez
que te vaya a ver" gritó desgarrada.

-"Brooke ya está aquí Lauren, es cuestión de tiempo que vengan a por nosotras" afirmó. "¿Y qué
es eso de la última vez que me vayas a ver? ¿Tan pronto quieres perderme de vista?" sonrió
dándole un cálido abrazo. "Vuelve con Kate, te necesita" susurró antes de acercarse a la puerta.

- "Ma...ni..." la llamó Kate antes de que la atravesase ganándose la atención de ésta. "Primera...
planta" admitió.

Normani asintió y salió de allí rápidamente dejando de nuevo a Kate entre los brazos de Lauren.
Ésta se quitó la negra chaqueta quedando en una simple camiseta de mangas cortas. Hacía frio en
aquella noche oscura pero esa sensación térmica había pasado a un segundo plano como todo lo
demás. Su mayor preocupación era la vida en juego de su mejor amiga y la de la chica de ojos
cascada sobre sus brazos.

- "Lau...ren" susurró Kate.

- "Shh, no hables" le ordenó sin dejar de acariciarle el pelo.

- "Necesi...to decirlo" se pausó hasta que tuvo el visto bueno de Lauren. "Quie... quiero que le
di...digas a Normani que... es una cabrona" se volvió a pausar soltando una mueca de dolor.
"pe...pero que sin ella... no hubiera apren...aprendido todo lo...lo que sé" explicó con una leve
curva en sus labios.

- "No voy a decírselo Kate, se lo dirás tú misma en cuanto venga la ambulancia y te saquen de aquí
¿vale?" dijo meciéndola en sus brazos llenos de sangre sin dejar que sus lágrimas cesasen.

Kate asintió sabiendo que la ambulancia llegaría pero que no lo haría a tiempo. No distinguía el
frio del suelo con el de su cuerpo. El sueño se había acumulado

y notaba sus párpados pesados. Por más que quisiese seguir viendo a la chica de ojos verdes que le
cortaba la respiración, la idea de dormir le parecía mucho más jugosa.

- "¡No te duermas!" gritó colocando la mano en su mejilla. "Vamos Kate, no te duermas por favor.
Mírame, tengo algo que decirte" dijo intentando que abriera los ojos.

- "Yo... también" dijo manteniendo la misma postura. "Eres... increíble Lauren y aunque tú no... me
quieras de la mis...misma forma, yo... sí... te quiero y es...estoy enamo...rada de ti" sentenció
terminando de cerrar los ojos.

- "Yo si te quiero Kate pero, no, no, no. No los cierres, vamos mírame, ¡ábrelos!" gritó notando su
pulso débil.

Escuchó sus palabras dichas con su ronca y preciosa voz, pero ni eso lograba conseguir que los
abriera. Disfrutaba del contacto de Lauren y del olor de su pelo a penas camuflado con el olor de la
sangre y el pescado. Disfrutaba en aquel instante del acercamiento que siempre había deseado
tener. Pero era demasiado tarde, se había quedado sin fuerzas.

- "Gra...cias por es...estos me...ses" dijo gastando su último suspiro.

Al momento, la mano sobre su estómago cayó hacia el mismo lado que su cabeza dejando un
cuerpo sin vida sobre los brazos de Lauren. Se había ido, para siempre, y lo había hecho entre sus
brazos viendo por última vez el color cascada de sus ojos.

- "¡No! ¡Kate! ¡Por favor despierta!" gritó con poca visibilidad a causa de las lágrimas. "¡No me
dejes Kate! ¡No me dejes!" gritó con aún más fuerza abrazándose a su cuerpo.

Volvió a despertarse en medio de la noche con el mismo sentimiento en su pecho. Miró el reloj de
su mesita de noche y no habían pasado ni dos horas desde que volvió a su cama después de dejar
el vaso vacío sobre el fregadero. Era todo muy extraño para la chica de profundos ojos marrones.
Había algo dentro de ella que hacía que su pulso fuese acelerado mientras entraba la luz de la luna
por la ventana. Volvió a recostarse sobre la cama y la miró fijamente hasta que volvió a quedarse
dormida.

Sus ojos ahora más grises que verdes estaban posados sobre la blanca y llena luna que se asomaba
por la ventana. Fuera de toda aquella pesadilla parecía una noche tranquila como otra cualquiera
pero para ella no lo era. No podía mirar hacia el cuerpo sin vida de su compañera y tampoco al del
causante de todo su dolor. Sus lágrimas saladas llegaron hasta su herida del muslo dejándole un
fuerte escozor en ella. Cada vez sangraba más y estaba comenzando a tener sueño.

- "No" dijo en voz alta. "Tienes que mantenerte despierta" susurró para ella misma apretando los
dientes.

Tenía que quitarse ese cristal de dentro de su piel. Era ahora o nunca. Miró a su alrededor
intentando obviar los dos cuerpos sin vida y encontró bajo la dificultad de sus lágrimas, un
cartucho de hilo de pescar. No era la mejor opción para morder pero no tenía otra. Se arrastró
hacia él y lo cogió manteniéndolo a su lado. Tiró de la tela del pantalón haciendo el agujero de
éste más ancho y visualizó la herida de su pierna bombeando sangre.

- "Joder" masculló usando la manga de su chaqueta para limpiar la sangre de su alrededor.

Iba a necesitar algo que cumpliera la función de unas pinzas. No podía utilizar sus propias manos
para ello. Buscó y buscó de un lado a otro queriendo encontrar algo parecido pero no lo hizo. Una
serie de sudores fríos surcaban su frente y el pecho le latía rápidamente. Se mantuvo en silencio
hasta que recordó haber visto una horquilla en la corta melena de su compañera ya sin vida. Se
arrastró hasta ella evitando gritar a causa del dolor y con los ojos cerrados llenos de lágrimas
rebuscó entre su pelo dando con ella.

Le dio la espalda al cuerpo sin vida de Kate y se arrastró de nuevo a su antigua posición dejando un
leve rastro de sangre. Abrió un poco la horquilla dejando el tamaño justo para utilizarla de pinza y
puso el cartucho del hilo de pescar entre sus dientes. Con mucho cuidado metió la horquilla
dentro de su piel pegando un grito ahogado mientras apretaba con fuerza el cartucho. Lo hizo
varias veces hasta que dio con el cristal. Sin dejar de morder el cartucho a punto de romperse por
la fuerza de su dolor, agarró como pudo el cristal después de varios intentos y tiró de él hacia
afuera. Su pecho se movía rápidamente de arriba abajo y las lágrimas le habían hecho perder
visibilidad pero aun así, tiró con fuerza y sacó el cristal ensangrentado haciéndolo rebotar hasta el
cuerpo sin vida de Aleric, consiguiendo que su herida se abriera aún más.

Se hizo un torniquete con la chaqueta y se quitó la camiseta que le quedaba para taponar su
hemorragia quedándose tan solo con un sujetador negro cubriendo su pecho manchado de
sangre. El peor paso ya estaba dado y aunque su respiración se hubiera vuelto más calmada,
Lauren sabía que todavía no era consciente de lo que tenía alrededor. Solo sus abundantes
lágrimas y su cuerpo envuelto en sangre se lo recordaban.

Normani se dirigió a la primera planta inspeccionando cada una de las habitaciones. Como ya
sabía, los hombres de Aleric habían abandonado la gran residencia pero aun así no podía bajar la
guardia. Era todo bastante extraño. Si las chicas estaban en aquella planta tal y como Kate se lo
había dicho. ¿Por qué no escuchaba nada desde el silencioso pasillo?
Pasó por delante de una puerta que daba al cuarto de mantenimiento y escuchó algo detrás de
ella. Con la semiautomática en la mano apuntó hacia la puerta tal y como había hecho con las
anteriores antes de abrirlas. Lentamente y con mucho cuidado alcanzó con la mano libre el pomo
alargado de la puerta y lo giró con calma. Al abrirla y apuntar hacia el interior se encontró con seis
ojos mirándola envueltos en lágrimas.

Tres adolescentes de la misma edad más o menos, incluida la chica vagabunda que raptaron frente
a sus ojos, se encontraban sentadas en círculo con las manos y piernas atadas además de la boca
tapada. Normani se llevó la mano libre a la boca cuando vio sus rostros con miedo y llenos de
marcas a causa del maltrato puestos sobre ellas. Dio un paso hacia delante pero se paró al ver
cómo las chicas lloraban con más miedo.

- "Tranquilas, os voy a ayudar a salir de aquí" dijo cogiendo la pistola y colocándola en el suelo
para que vieran que no había peligro.

"No me uní a los federales para nada" añadió con una nerviosa sonrisa intentando calmarlas.

Las tres adolescentes dejaron de dar sollozos y de temblar cuando la morena se acercó hacia ella y
deshizo los nudos. Todas movían las muñecas de un lado a otro notándolas doloridas a causa de la
fuerte presión de las cuerdas, e hicieron el mismo gesto con sus tobillos. Normani se acercó a cada
una con cuidado y lentamente les despegó la cinta adhesiva de sus labios.

- "¿Estáis heridas?" preguntó la morena.

- "No" respondieron todas al unísono con una voz rota.

- "Mucho mejor" dijo Normani aliviada. "Voy a sacaros de aquí pero necesito que no hagáis ni un
solo ruido, y aunque suene difícil intentad mantener la calma" explicó con una fina sonrisa.

Antes de salir de aquel cuartillo oscuro con tan solo la luz de una bombilla casi fundida, Normani
tocó su cuerpo notando el tacto del chaleco antibalas bajo su mano. Miró de nuevo a las chicas
traumatizadas frente a ella e hizo lo que debía de hacer.

- "Tomad, protegeros con esto" dijo quitándose el chaleco y entregándoselo a una de ellas. "No es
mucho pero no tengo nada más. Caminad detrás de mí siguiendo mis pasos y por favor, no os
separéis" las advirtió marcando el 'no'.

En silencio y con un paso firme, bajaron las escaleras que daban a la entrada de la gran residencia.
Echó una mirada atrás hacia la puerta donde estaba su mejor amiga junto con Kate, sin saber que
ésta última se encontraba sin vida. Dio un largo suspiro y abrió la puerta de la residencia
comprobando que no había nadie alrededor. Con el fuego del barco aún reciente iluminando sus
rostros y los disparos a lo lejos, salieron a toda prisa hacia la furgoneta.

- "¿Alguna vez habéis usado un arma?" preguntó Normani a las adolescentes una vez allí. "No,
claro que no" se respondió ella misma cuando todas negaron. "Os voy a dejar la mía mientras voy
a por mis compañeras heridas ¿está bien? Mis otros compañeros no tardarán en llegar. Está
cargada y lista para usarse. Si alguien os amenaza no dudéis en usarla ¿de acuerdo?" preguntó
haciendo que todas asintiesen.

- "Espera" dijo la que parecía más joven agarrándole la muñeca. "No tardes por favor" respondió
haciendo que sus ojos azules pareciesen un océano con sus lágrimas.

- "Volveré lo antes posible" respondió Normani acariciándole la mejilla con cariño.

La camiseta que había usado como venda estaba comenzando a hacer efecto en el muslo de
Lauren. Tenía apoyada la espalda descubierta contra una de las paredes mientras sujetaba su
semiautomática. A pesar de la tranquilidad que había dentro de aquella sala sabía que no todo
había terminado y lo confirmó al escuchar voces cerca de donde se encontraba y seguidamente
dos disparos. Ni uno más, ni uno menos.

Sin pararse a pensar lo que podría estar esperándole ahí afuera se levantó y cojeó rápidamente
hacia la puerta. Quitó el seguro de su arma y abrió la puerta que daba al largo pasillo. Al final de
éste a la derecha de la gran puerta se encontró con uno de los hombres de Aleric mirando hacia el
cuerpo que tenía a sus pies dejando caer el arma que había disparado. Por la oscuridad no pudo
ver quien era pero el miedo se aferró a su cuerpo y corrió obviando el dolor de su pierna hasta que
la luz de la luna dejó ver el cuerpo de Normani desangrándose en el suelo.

- "¡No!" gritó Lauren corriendo rápidamente hacia ella sin importarle la herida. "¿Qué has hecho
hijo de puta? ¿Qué has hecho?" gritó hacia uno de los hombres de Aleric que salió corriendo de allí
sin saber qué hacer.

La morena tenía los ojos abiertos y llenos de lágrimas. No podía hablar y tampoco iba a hacerlo
aunque pudiese. Dos grandes manchas rojas se hacían cada vez más grandes en el vientre de
Normani mientras su pecho se movía despacio.

- "Mani no. Tú no, joder ¡tú no!" gritó Lauren desgarrada. "Aguanta por favor te lo pido. No me
dejes tú también" volvió a gritar quitándose la chaqueta que usaba como torniquete en su muslo
para intentar tapar la hemorragia.

Normani la miraba a sus penetrantes ojos verdes en silencio. Se lo estaba diciendo todo con la
mirada y Lauren podía notarlo. Se estaba despidiendo y ella lo sabía.

- "Ni lo sueñes ¿me oyes?" gritó de nuevo la morena de ojos verdes. "Eres mi amor incondicional
no puedes dejarme Mani ¡no puedes!" lloró abrazándola sin dejar de sujetar la chaqueta sobre sus
heridas.

Por mucho que quisiese decirle que no se preocupara, que iba a estar cuidando de ella, no podía.
Normani sabía que si hablaba iba a gastar mucha fuerza y eso solo adelantaría su adiós, su final.
Solo podía llorar desconsolada sin dejar de mirar a su mejor amiga a los ojos.

- "¡Eres mi mejor amiga!" gritó Lauren acariciándole las mejillas. "Necesito que te quedes
conmigo..." susurró sin dejar de mirarla. "No puedes irte Mani, no puedes dejarme. No puedes"
soltó un grito ahogado en lágrimas.
Necesitaba decirle que fuese fuerte, que no dejase de ser ella, que no se lamentara por lo ocurrido
como sabía que iba a hacer, que había pasado los mejores años a su lado, que por mucho que le
gastase bromas lo hacía porque es la persona más importante de su vida. Pero no podía, tan solo
podía mirarla y llorar por no poder decírselo.

- "Lo siento" susurró Lauren pasando sus finos dedos llenos de sangre por el pelo corto de la
morena mientras la mecía en sus brazos. "Todo esto es mi culpa..." se auto culpó. "No... no puedo
imaginar una vida sin ti Mani, sin tus risas, sin tus comentarios molestos, sin tu apoyo, e incluso sin
saber acerca de tu vida sexual" se pausó para sonreír entre lágrimas. "Así que por favor no me
dejes, porque sin ti mi vida se queda vacía. Esto no se acaba aquí ¿me oyes?" concluyó desgarrada.

Utilizando parte de la poca fuerza que le quedaba, Normani alzó la mano derecha y buscó la de
Lauren entrelazando sus dedos con ella. Los movió levemente notando su fina piel como si fuese la
última vez que lo fuese a hacer. De nuevo, volvió a conectar la mirada en los ojos esmeralda de su
mejor amiga y usó uno de sus últimos suspiros.

- "Te quiero Lo, no lo... olvides" susurró antes de perder la consciencia.

Inmediatamente la visión de Lauren se nubló. Notó un molesto pitido que había calado en sus
oídos y en su corazón. Notó la presencia de varias personas a su alrededor. Notó cómo la cogían
en brazos. Notó el rostro de Brooke detrás de un señor que iluminaba sus verdes ojos con una
linterna. Notó muchas voces pero sin llegar a oírlas.

Notaba muchas cosas pero solo podía concentrarse en pocas. Solo podía pensar en que esas
podían haber sido las últimas palabras de Normani, en el cuerpo de Kate perdiendo la vida entre
sus brazos, en todo el daño que le había causado a personas que quería y en cómo debería de
haber sido ella la que hubiera perdido la vida aquella noche. Pero la realidad era lo que estaba
viviendo en aquel instante y con esos últimos pensamientos, se desmayó.

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Capítulo 74

Después de pasar lo que le quedaba de noche moviéndose de un lado a otro en la espaciosa cama
sin poder conciliar el sueño, decidió madrugar mucho aquella mañana y levantarse de la cama. Se
dirigió hacia la cocina y se preparó un zumo recién exprimido el cual se acabó pocos segundos
después. Miró por la amplia ventana y contempló el amanecer en silencio recordando las veces
que lo había visto desde la cama de su exnovia después de hacer el amor durante toda la noche.

Camila soltó un suspiro y se ajustó la bata que llevaba puesta. Desde la escena del día anterior se
había prometido a sí misma no volver a perder los nervios de aquella forma sin estar segura de
poder cumplir su palabra. Sin saber qué hacer en aquel piso tan vacío y solitario recordó las
palabras de Dinah sobre recoger el correo. No esperaba nada pero aun así los panfletos de
publicidad se iban acumulando en su buzón.

Decidida, se calzó unas zapatillas de ovejas que le regaló su madre y cogió su copia de llaves para
bajar al portal. Cerró la gran puerta y caminó por el largo pasillo deseando no encontrarse con
ningún vecino. Normalmente no salía del piso con aquella vestimenta pero al ser tan temprano lo
había dejado pasar. Bajó con su paso firme los escalones blancos hasta el portal y antes de meter
la llave en la cerradura del buzón, observó como un pequeño niño se encontraba tras la puerta
repartiendo periódicos. Lentamente se acercó a la puerta del portal y la abrió para saludarlo.
Nunca lo había visto por allí y le resultaba curioso y a la vez admirable lo que madrugaba para
ganarse una miseria.

- "Buenos días" saludó Camila al pequeño.

- "Buenos días señorita, ¿le apetece un periódico?" preguntó el niño que no tendría más años que
su hermana menor.

- "Con mucho gusto" respondió cogiendo uno de los que llevaba en su bolso y dándole unas
cuantas monedas que llevaba en uno de los bolsillos de la bata.

- "Gracias" se despidió con una sonrisa antes de montarse en su bici y seguir repartiendo.

Camila se quedó mirándolo durante unos segundos hasta que cruzó la esquina de la calle. Notaba
un ruido a lo lejos lo cual le sorprendió siendo tan temprano aun sabiendo que la vida en la ciudad
era así a cualquier hora del día. Se giró para volver al portal cuando un gran ruido de sirenas de
ambulancias y coches de policía pasaron cerca de su calle. Algo había pasado y debía de haber sido
bastante grave. El primer pensamiento que vino a su mente fue la imagen de Lauren y el sueño
que había tenido durante la noche.

- "Estás empezando a obsesionarte Camila" se dijo para sí misma en voz baja volviendo al portal.

Se paró de nuevo frente al buzón con su nombre y con el de su mejor amiga y metió la llave dentro
de la cerradura. La cantidad de publicidad acumulada cayó al suelo junto con el periódico
quedando el pequeño montón sobre las zapatillas de ovejas de Camila. Se rio para sí misma por su
mala suerte y se agachó a recoger los papeles. Los apiló en sus manos hasta que encontró algo que
realmente no esperaba. Un sobre azul.

Tenía la respiración calmada, lo sabía porque escuchaba sus pulsaciones en un monitor. Parpadeó
unas cuantas veces mostrando sus ojos verdes y se encontró en una sala de hospital. Se miró las
manos con vías conectadas en ellas pero eso no fue lo que más le sorprendió. Se las habían lavado
pero detrás de sus cortas uñas seguían quedando restos de sangre. Eso le provocó un escalofrío.

Rápidamente levantó la manta que la cubría y notó la herida de su pierna tapada con una gasa. No
podía verlo pero sabían que le habían cogido puntos. Intentó moverla y le causó un pequeño
dolor. Nada comparado a cuando se extrajo ella misma el cristal.

Cristal. Extraer. Herida. Sangre. Hospital. Todos los recuerdos llegaron de pronto a la cabeza de
Lauren como si se los hubieran devuelto todos de golpe. Se tapó los oídos mostrando una mueca
de dolor en su rostro. Tenía la imagen de Aleric apuntándole, la de Kate muriendo en sus brazos.
Pero sobretodo tenía la de Normani diciéndole que la quería antes de perder el conocimiento. No.

- "¡Enfermera!" gritó. "¡Enfermera!" volvió a gritar aún más fuerte.


No le hizo falta gritar una tercera vez. Brooke y varias enfermeras a la que desconocía entraron
rápidamente en su habitación privada. Mientras éstas hacían su trabajo examinando si la morena
de ojos verdes había tenido problemas con sus heridas, Lauren miraba fijamente a Brooke. Estaba
sonriendo pero era una sonrisa falsa. Lo sabía porque se había acostumbrado a verla durante sus
días contados en la oficina.

- "¿Pueden dejarnos solas?" pidió Lauren mirando a las dos enfermeras que se miraron entre ellas
en silencio.

- "Lauren están" habló Brooke.

- "Por favor" la cortó de nuevo consiguiendo que la dejaran a solas con su jefa. "¿Dónde está?"
preguntó.

- "¿Quién?" preguntó de vuelta Brooke.

- "Sabes muy bien de quién te estoy hablando Brooke, ¿dónde está?" volvió a preguntar.

- "Lauren yo..." susurró acercándose a su cama.

- "¿Dónde está, Ally? ¿Dónde cojones está Normani?" gritó comenzando a notar las lágrimas en
sus ojos.

- "Lauren, lo siento" admitió bajando la cabeza.

¿Qué lo sentía? No. Debía ser una broma. No. Normani estaba estable cuando la vio. No. Había
notado su pulso. No. No podía estar muerta. No. No. No.

- "Dime dónde está de una puta vez" dijo seria apretando el puño intentando calmar las lágrimas.

Estaba sentada en el sofá del piso con las manos enlazadas mirando el sobre azul encima de la
mesa de cristal. Ella no le había dicho nada a Lauren acerca del piso y sin embargo había recibido
un sobre de ella. Lo sabía por el color y por la caligrafía con la que estaba escrito su nombre.
Llevaba una hora mirándolo y todavía no se había decidido a abrirlo. Pero la curiosidad hizo que se
rindiera ante sus propias palabras.

Cogió el sobre con ambas manos y empezó a jugar con él dándole vueltas entre sus dedos.
Decidida desplegó el cierre y lo vació. Había dos notas y una tarjeta con el nombre de una clínica
de la cual había oído hablar. Cogió ambas notas y observó el comienzo de cada una. Sabía que no
se habían escrito las dos a la vez. Una de ellas empezaba por un "Feliz cumpleaños mi amor" y otra
por "Hola, Camila". Una punzada se clavó en su estómago al leer aquella última. Dio un largo
suspiro y leyó la más antigua.

"Feliz cumpleaños mi amor. Llevo varias semanas dándole vueltas a tu regalo y al fin he
encontrado el adecuado. Lo supe en cuanto recordé aquella conversación en la que te brillaban
tantos tus ojos. Si tanta curiosidad tienes por saber qué es, vuelve a mirarme y te lo explico. Te
quiero Camz."
Aquellas palabras le sentaron como una apuñalada directa en su corazón. Aquel sobre revelaba el
regalo de cumpleaños de su exnovia el cual nunca llegó a darle porque ese mismo día dejaron de
ser pareja. Nunca en la vida habría pensado que pasaría un cumpleaños peor que los que había
pasado en el recinto, pero se equivocaba. Soltando una pequeña lágrima, cogió la segunda nota y
la leyó.

"Hola, Camila. Supongo que querrás tener tu explicación la cual ambas sabemos por qué no la
tienes todavía. Conozco la clínica por motivos que ya sabes y sé que son muy profesionales en su
trabajo. Tu regalo es hacer una donación de óvulos Camila. Sabía que era uno de tus sueños y solo
quise hacerlo realidad en tu primer cumpleaños juntas. Sé que no quieres saber nada de mí pero
deberías aprovechar la cita. Expira dentro de un mes. Buena suerte Camila, espero que todo te
vaya tal y como te mereces. - Lauren J."

Con el folio doblado en cuatro partes aun sobre sus manos, miraba fijamente la tarjeta de la
clínica. Las últimas palabras de la nota se repetían una y otra vez sobre su cabeza. Sonada a
despedida y le había roto de nuevo el corazón. Cuando Lauren le dijo que estaba de acuerdo con la
donación de óvulos y que le parecía un gesto precioso, pensó en hacerlo con ella agarrando su
mano diciéndole que todo iba a ir bien. Ese pensamiento seguía rondando su mente y quería
hacerlo realidad.

Sin pensarlo más veces, corrió hacia su habitación y cogió su teléfono de la mesita de noche
buscando su contacto. Antes de presionar el botón de 'llamada' lo pensó varias veces. No era algo
para decir por teléfono así que se colocó su abrigo y salió del piso a toda prisa con el sobre azul en
la mano. Hasta que no estuvo dentro del autobús medio vacío y notó las miradas sobre ella, no fue
consciente de que seguía llevando el pijama debajo y peor aún, las zapatillas de oveja.

En cuanto Brooke le dio la explicación de lo que había pasado y cuan grave estaban las cosas,
Lauren arrancó las vías de sus manos y salió corriendo como pudo a causa de su muslo, de su
habitación en bata mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. Varias enfermeras comenzaron a
gritarle que volviera a su cama e incluso fueron detrás de ella pero una voz las detuvo.

- "Dejadla ir, es consciente de lo que hace" ordenó Brooke notando la melena ondeante de Lauren
corriendo por el pasillo del hospital.

Todavía no podía creer las palabras de su jefa. No era posible. Tenía que verlo con sus propios ojos
para creérselo, por eso aunque éstos estuvieran llenos de lágrimas, salió corriendo hacia la
habitación informada. Notando la mirada de enfermeros y pacientes durante todo su trayecto,
llegó a la gran puerta marrón con el número 114 sobre ella.

- "Señorita no puede estar aquí" dijo uno de los enfermeros intentando alejarla.

- "¡Es mi mejor amiga! ¡Necesito verla!" gritó llamando la atención.

- "Lo siento pero no es posible entrar a verla en su estado y le pido que baje la voz o tendré que
obligarla a volver a su habitación" dijo serio notando la bata del hospital que llevaba puesta.

Lauren miró a todos lados incrédula. Debía de estar soñando. Su mejor amiga estaba detrás de esa
puerta y no podía pasar a verla porque un enfermero se lo impedía. Sabía que solo estaba
haciendo su trabajo pero en aquellas condiciones con el daño y la ira mezclado, no tenía tiempo
para entrar en razón. De pronto una silueta más bajita que ella se colocó a su lado.

- "Le pido que perdone el comportamiento de mi agente, pero he hablado con sus compañeras y el
cirujano, y no me han puesto inconveniente en pasar a verla" explicó Brooke apoyando su mano
en el hombro de Lauren.

- "¿Es su agente?" preguntó el enfermero consiguiendo que Ally Brooke asintiera. "Tiene diez
minutos, la señorita Kordei necesita descansar" sentenció sintiéndose mal al respecto.

Comprobó la hora en su teléfono y si no recordaba mal su horario, Lauren debía seguir en su


estudio antes de ir a la oficina. Bajó del autobús ganándose las miradas de todos los peatones y
corrió hacia la puerta del estudio de su exnovia. Le resultó extraño no ver su Chevrolet aparcado
pero aun así se puso frente a la puerta y dio un gran suspiro antes de llamar al timbre. Una vez.
Dos veces. Tres. Cuatro. Cinco. Y así hasta que se cansó de llamar.

- "¡Lauren soy yo!" gritó pegando con los nudillos en la puerta. "¡Soy Camila!" volvió a gritar.

Minutos después se rindió y se sentó en el escalón de su puerta. Aún era temprano para que
hubiera ido a trabajar, pero si no estaba su coche frente a ella aparcado sería lo más probable que
estuviese allí. Por un momento un gran golpe de desilusión se apoderó de su cuerpo pensando
que había podido pasar la noche en los brazos de otra mujer. No. Con el móvil dando vuelta en su
mano buscó su número y desistió por llamarla.

- "Hey es Lauren, sino te he respondido es porque estoy trabajando o simplemente estoy ocupada,
prueba más tarde" dijo con su voz ronca y una pequeña risa al final.

Escuchar su voz después de tantos días hizo que un hormigueo apareciese de nuevo en su
estómago. Echaba de menos esa sensación. Volvió a probar tres veces más sin éxito. ¿La estaría
evitando? Solo le faltaba llamar a una persona para saber si realmente eso era cierto: Normani.

Nada. Hasta que no le saltó el buzón de voz de la morena no colgó la llamada. Soltó un largo
suspiro y guardó el teléfono en el bolsillo de su chaquetón junto con el sobre azul. Sentada aún en
el frio escalón dudó en presentarse en la oficina, no por el hecho de no saber dónde se encontraba
exactamente, sino por saber que presentar allí siendo quien era, sería regalarse así misma un pase
directo a una celda fría y vacía durante años.

Abrió la puerta de la habitación 114 con cuidado y con lágrimas en los ojos visualizó el cuerpo en
coma de su mejor amiga sobre una camilla conectado a varios tubos. Brooke le había explicado
que había sido una operación difícil al perder demasiada sangre y que lo mejor que lo podía haber
pasado era estar en aquella situación. Con cuidado de no forzar más su pierna de lo que lo había
hecho, arrastró una pequeña silla hacia la cama y se sentó en ella agarrando la mano fría de
Normani.

- "¿Sabes que te has convertido en la paciente más valiente de todo el hospital?" comenzó a
hablar Lauren sin saber qué decir. "Me han dicho que hablar viene bien para tu recuperación así
que voy a devolverte todas esas conversaciones en las que no me dejabas hablar. Es mi pequeña
venganza" dijo sonriendo entre lágrimas.
Se pausó para contener las lágrimas que amenazaban con salir con más fuerza. Saber que Normani
estaba conectada a una máquina por su culpa no era algo fácil de soportar. La culpa estaba
invadiendo su cuerpo mientras escuchaba los latidos de su corazón sobre la cuadrada y fina
pantalla.

- "Has estado a tres centímetros de perder la vida y a cinco minutos de desangrarte. Lo único que
le agradezco al cabrón que te disparó es tener mala puntería" siguió dando un suspiro sin dejar de
agarrar su mano. "Las chicas a las que salvaste están bien, tan solo un par de heridas pero nada
que se no se cure con el tiempo. Te advertí que no te quitaras el chaleco y no solo se lo diste para
que se protegieran, sino que también le diste tu arma..." susurró. "¿Cómo se te ocurrió volver
desarmada y sin protección Mani? ¿cómo?" suspiró.

Cuando Brooke le informó de todo antes de admitirle el paradero de su mejor amiga, no podía
creer que ésta se hubiera arriesgado tanto tan solo por salvarla a Kate y ella, aun sin saber que
ésta última ya había perdido la vida. Un nudo se formó en la garganta de Lauren al recordarlo
dejando caer algunas lágrimas. No quería decirle a Normani sobre Kate porque aunque no creyera
en eso de que la estaba escuchando, no quería que nada empeorase.

- "Brooke no quería que te lo dijera hasta que no despertaras pero tienes derecho a saberlo"
continuó. "En cuanto vuelvas conmigo nos van a conceder una medalla honoraria, porque vas a
volver ¿verdad Mani?" preguntó obteniendo un silencio como respuesta. "Me prometiste estar
aquí para mí pasase lo que pasase y nunca has roto tus promesas. No lo hagas ahora, por favor"
susurró notando los labios salados y un pequeño escozor en su corte.

Elevó la cabeza hasta el techo blanco de la habitación intentando reprimir las lágrimas sin éxito.
Suspiró antes de agacharla hasta el reloj comprobando que le quedaban pocos minutos antes de
que llegase el fastidioso enfermero para separarla de ella.

- "Es la primera vez que echo de menos no escucharte hablar" siguió. "Nunca pensé que lo diría
pero aquí me tienes. ¿Recuerdas aquella vez que fuimos cinco ciudades más allá y encontraste el
restaurante de tus sueños? Comiste aquel día más que yo en todo el mes" dijo curvando los labios.
"En cuanto despiertes te traeré cajas y cajas de allí, no voy a dejar que pruebes la comida de este
hospital. Me ha dicho un pajarito que no es nada comestible. Si quieres todo eso solo tienes que
despertar Mani... Tú siempre has sido de sueño ligero, no cambies eso ahora..."

La conversación de Lauren fue interrumpida por un golpe de nudillos en la gran puerta. Tras ésta
apareció el mismo enfermero de la vez anterior y se quedó mirándola durante unos segundos.

- "Han pasado los diez minutos" informó.

- "Ya salgo" dijo sin ánimo viendo como el enfermero asentía y volvía a dejarlas a solas. "Lo
último... Lo último que me dijiste fue que me querías y no pude responderte" comenzó. "Yo
también te quiero Mani. Te quiero más de las veces que te lo digo y sé que pase lo que pase nunca
nadie va a ocupar tu lugar porque estaría loca si lo permitiera" dijo acariciando su mano. "Nunca
dejarás de ser la mejor" sentenció dándole un mojado beso en la frente antes de salir de allí.
Nada más salir de la habitación se dejó caer sobre la puerta llegando hasta el frio suelo. Todas las
lágrimas que había acumulado dentro de su lagrimal intentando no perder el control dentro de la
habitación, comenzaron a salir sin límites. Su pecho se movía rápidamente de arriba abajo.

- "¡Yo soy la culpable! ¡Yo lo soy!" gritó ganándose de nuevo la atención de todos mientras se
golpeaba a sí misma.

No sabía cómo, ni cuándo pero si por qué se encontraba dentro de un taxi con destino a la oficina.
Por suerte el taxista conocía el lugar indicado. Le daba igual entrar en la boca del lobo, lo único
que quería era ver a Lauren y decirle que no podía vivir sin ella, que solo iría a esa clínica si ella la
acompañaba para sujetar su mano.
Pagó el taxi dándole una buena propina y se bajó de él. Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver el
Chevrolet de Lauren aparcado en el parking. Aunque no se supiese la matrícula sabía de sobra que
no podría ser de otra persona. Sin recordar que seguía en pijama se acercó al coche y rozó la
carrocería con la yema de sus dedos. Innumerables eran las veces que ella había estado dentro de
ese coche, besando y sintiendo a Lauren entre sus brazos.

Dio un suspiró melancólico y se dirigió a la boca del lobo. Subió las escaleras sin destino fijo
mirando hacia todos lados. Todos allí parecían bastantes nerviosos e inquietos. Siempre pensó que
eso solo ocurría en las películas pero al parecer, en la vida real también. Sin embargo no dejaba de
tener un mal presentimiento.

- "Disculpe no puede estar aquí" dijo un hombre vestido de traje detrás de ella.

- "Perdona solo estaba buscando a alguien" respondió Camila nerviosa.

- "Hoy no es un buen día para hacer visitas" dijo el moreno con una sonrisa. "Soy el agente Parker,
¿a quién buscas?" preguntó.

Antes de que pudiera responder, la oficina llena de agentes comenzó a prestarle atención a una
tele de plasma que colgaba de una esquina mientras uno de ellos pedía que le subieran el
volumen. El agente Parker guardó silencio como todos y prestaron atención a los informativos,
incluida Camila.

- "Interrumpimos el programa para informar de un tiroteo producido en las últimas horas durante
la madrugada. Tres agentes federales han sido abatidos en el puerto de la zona Oeste dejando a
dos de ellos en estado grave y una víctima mortal. La comandante Ally Brooke no ha dado
nombres queriendo respetar la privacidad de sus agentes pero sabemos que son mujeres.
Actualmente se encuentran en el Hospital Revefor y..."

Tres agentes federales. Mujeres. Víctima mortal. Dos graves. Tiroteo. Madrugada. Hospital. Todas
esas palabras chocaron de frente con Camila. De repente el escalofrío que sintió al despertarse en
medio de la noche volvió a ella. Había soñado con un impacto de bala. Lo había soñado y no podía
ser coincidencia. Al igual que tampoco podía serlo la cantidad de sirenas que había escuchado esa
misma mañana.
Los agentes comenzaron a hacer comentarios entre ellos sobre la mala información que habían
dado y cómo siempre se enteraban de todo, pero Camila no lo escuchó, ella estaba congelada en
su sitio mirando el programa que había vuelto a transmitirse.

- "Señorita" lo llamó por tercera vez el agente Parker. "¿A quién buscaba?" preguntó.

Camila no dijo nada. Se quedó mirando sus oscuros ojos pensando en que aunque el coche de
Lauren siguiese aparcado allí, no podía ser casualidad por más que quisiese.

Sin responderle salió corriendo escaleras abajo y en cuanto llegó a la calle comenzó a respirar
fuertemente. Tenía que ir al hospital y comprobar que se equivocaba. Tenía que ir allí y comprobar
si era Lauren, su Lauren, la víctima mortal.
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Capítulo 75

Notaba el frio suelo bajo la piel que la manta no había conseguido cubrir, lo único que templado
eran sus rodillas por tener la cabeza apoyada en ellas. Después de su ataque de auto culpa se
quedó en aquella posición en la que llevaba casi dos horas y media. Se sentía completamente
vacía.

- "Lauren" la llamó una voz rota que conocía captando su atención. "Brooke va a pedir tu alta
voluntaria, deberías irte a casa" informó Chad.

- "No" respondió seca. "No pienso irme de aquí hasta que ella despierte" suspiró agachando de
nuevo la cabeza.

Chad soltó el mismo suspiro de dolor que su compañera y se sentó a su lado en el frio suelo
dejando las piernas estiradas hacia delante. No había dormido nada. Se había pasado toda la larga
operación frente a las puertas del quirófano dando vueltas de un lado a otro, deseando que la
mujer de su vida saliera ilesa de la misma camilla en la que la había visto entrar.

- "Al menos vuelve a tu habitación y come algo, llevas muchas horas con el estómago vacío y eso
no es sano" añadió el moreno.

- "Me da igual" respondió sincera y aun cabizbaja.

- "A mí también me duele y quiero que despierte en cuanto antes ¿sabes? Pero soy consciente de
que solo ella puede salir de esto" explicó Chad tomando una de las manos de Lauren.

- "Entonces, ¿qué haces aquí?" preguntó mirándolo por primera vez a los ojos.

- "Cuidar de ella hasta que venga su familia" respondió sincero apretando más su mano. "Ella nos
necesita Lauren y nos necesita estando bien"

- "No voy a irme" dijo obviando las palabras de Chad.


El moreno soltó de nuevo otro suspiro. Aunque él estuviera roto por dentro sabía que su
compañera de ojos verdes estaba aún peor. Una figura mucho más bajita que ellos se acercó hacia
la pareja que yacía en el suelo.

- "Puedes entrar" informó Brooke mirando a Chad quien se levantó rápida y ansiosamente
dejándolas a solas. "¿Cuánto tiempo piensas estar así?" preguntó.

- "El que haga falta" respondió Lauren sin mirarla.

- "Los médicos han dicho que puede tardar semanas e incluso meses, no puedes quedarte a vivir
en este pasillo Lauren" objetó Brooke agachándose a su lado.
- "Es mi culpa que esté así, yo debería estar allí dentro luchando por mi vida, yo fui quién permitió
que se fuese sola, yo fui la que no hizo lo correcto ¡yo!" gritó volviendo a soltar las pocas lágrimas
que le quedaban.

Brooke se mordió los labios mientras se sujetaba en sus rodillas y miraba al techo blanco. Nadie se
merecía lo que le había tocado vivir a Lauren y entendía perfectamente su comportamiento pero
no podía dejar que siguiera allí, por eso había tomado una decisión antes de acercarse a ella de
nuevo.

- "No estuvo bien que hicieras las cosas por tu cuenta Lauren pero lo que sí lo estuvo fue que
llamaras a esa ambulancia y haberle intentado parar la hemorragia, porque gracias a esos actos
Normani está ahí dentro, viva" explicó recalcando la última palabra.

- "La ambulancia era para Kate y no llegó a tiempo" corrigió Lauren en voz baja. "¿Sabes qué se
siente al notar como una amiga, porque era mi amiga, se muere en tus brazos? ¿Tienes idea acaso
Brooke? ¿Sabes qué mierda se siente al notar cómo su cuerpo va perdiendo fuerza hasta escuchar
su último suspiro?" preguntó elevando la voz clavando la mirada sin color en su jefa.

- "Antes de estar en este puesto, estuve en el tuyo y créeme que pasé por cosas peores. ¿Cómo te
sentirías tú si perdieras al amor de tu vida por una bala que tú misma disparaste?" dijo Brooke
calmando la voz.

Lauren levantó de nuevo su cabeza y miró fijamente a los ojos de la comandante. Rápidamente el
nombre de Camila llegó a su mente y los sentimientos que había ocultado durante las últimas
horas para no hacerse el más daño, llenaron su mente.

- "Sé que ahora mismo estás en la fase de negación pero necesitas que te lleven a casa y descansar
Lauren"

- "No tengo a nadie Ally" escupió limpiando las lágrimas con una mano mientras que con la otra se
colocaba bien la manta. "Estoy sola" susurró.

- "Quizás no lo estés del todo" respondió levantándose de su lado al notar la figura que se dirigía
hacia ellas.

- "¡Lauren!" la llamó una voz que conocía perfectamente casi al final del pasillo corriendo hacia
ella.
Notaba el viento en su cara, apretando contra su piel las lágrimas que salían de sus ojos. Desde
que salió de la oficina con aquella noticia no había dejado de correr y correr. No le importaba ir en
pijama, no le importaba cuantas miradas tuviera sobre ella, tan solo llegar y comprobar si el amor
de su vida seguía con vida.

- "¡Papá!" gritó Lauren poniéndose de pie y corriendo hacia él.

"Os dejaré a solas" añadió Brooke mientras se envolvían en un abrazo.

- "Mi pequeña guerrera" dijo Mike juntando sus frentes. "Nunca más vuelvas a hacer algo así ¿me
escuchas?"

- "Papá él y después y... todo..."

- "Shh" la calló. "Brooke me ha puesto al tanto de todo, no tienes que decir nada"

- "Pero Normani... Kate... Yo..." lloró de nuevo.

- "Lo sé mi vida, lo sé" la consoló abrazándola de nuevo mientras acariciaba su larga melena.
"¿Qué te parece si vamos a tu habitación y te cambias?" preguntó señalando hacia una mochila
que había tirado al suelo al recibirla en sus brazos. "Es de Taylor" indicó.

Recorrieron a paso lento el mismo pasillo por el cual había corrido Lauren horas atrás al enterarse
del estado de su mejor amiga. Mientras se dirigían hacia la habitación de la morena de ojos
verdes, su padre le informó acerca de cómo Brooke lo había puesto al tanto de toda la situación
añadiendo antes de acabar la llamada que necesitaría ropa cómoda y limpia.

Lauren entró dentro del baño privado de su habitación mientras su padre esperaba afuera. No se
merecía todo el buen trato que le estaban dando después de todo lo que había causado. Nada
más entrar antes de vestirse, caminó hacia el espejo y vio por primera vez su rostro, después del
infierno vivido, reflejado en un espejo que colgaba de la pared alicatada. Tenía la cara destrozada,
sin contar con el corte de su ceja ahora a juego con el de su labio, las ojeras muy marcadas y la piel
más pálida de lo normal. Estaba hecha un desastre.

- "Soy lo peor, papá" admitió

Lauren saliendo del baño una vez se colocó un vestido negro suelto de su hermana para no
hacerse daño en el muslo.

- "Todos tenemos nuestros más y nuestros menos pero eso no nos hace malas personas. Eras la
alegría y luz de tu madre Lauren y sé que en estos momentos ella estaría muy orgullosa por ser
quien eres y en quién te has convertido, al igual que yo" admitió Mike acercándose a ella.

- "¿De qué me sirve que penséis eso de mí si ni yo misma me lo creo por las cosas que he dejado
que sucedieran?" gruñó de nuevo con los ojos brillosos.
- "No mires atrás hacia tus errores para culparte por ellos, sino para afrontarlos y hacerlo mejor la
próxima vez ¿de acuerdo?" dijo agarrando la barbilla mojada de Lauren quien asintió en silencio.
"Vamos a comer algo y a volver a casa, necesitas descansar esa pierna"

- "No voy a alejarme de Normani, papá. Se lo he prometido"

- "Y no vas a romper tu promesa, pero ahora necesita a su familia y aunque tú también formes
parte de ella, necesitas salir de aquí y despejarte" dijo. "Vámonos" sentenció.

Salieron de la habitación ya preparada para poder dejar que otro paciente se instalase y
caminaron juntos hasta el recibidor dónde recogieron los informes del alta antes de dirigirse hacia
el ascensor que los llevaría a la planta baja.

En ese mismo instante la chica de penetrantes ojos marrones vestida en pijama, atravesaba las
puertas del hospital después de haberse topado con varios periodistas en la entrada. Miró hacia
todos lados y solo pudo ver pacientes y enfermeras de un lado a otro. Dio vueltas sobre sí misma
hasta que encontró una pequeña guía que informaba sobre las distintas plantas del Hospital
Revefor. Después de varios segundos encontró la que necesitaba.

- "Planta 5: Urgencias" leyó en voz baja.

Sin perder más el tiempo se acercó hasta los ascensores con el dolor en su pecho que se hacía más
creciente cuanto más avanzaba. Estuvo a punto de correr hacia las escaleras cuando uno de ellos
se abrió dejando salir a una pareja de ancianos antes de entrar. En aquel momento la imagen de
Lauren y ella dentro del ascensor del hotel en su pequeña escapada a Australia, vino a su cabeza
mientras subía hasta la quinta planta.

- "Basta, por favor. Basta" sollozó masajeándose los ojos con las manos intentando reprimir los
recuerdos que calaban en su mente.

Con su padre agarrando su hombro dentro del ascensor llegaron hasta la planta baja abriéndose
las grandes puertas plateadas. Nada más salir de allí Lauren se detuvo y por consecuente también
su padre. Había algo allí junto a las puertas de los ascensores. Notaba algo muy familiar. Un olor.
Un perfume. Una persona.

- "¿Te encuentras bien Lolo?" preguntó Mike observando la mirada perdida de su hija mayor.

- "No" dijo. "Quiero decir, sí, perdón ¿nos vamos?" añadió siguiendo a su padre.

Antes de atravesar la puerta automática del hospital miró una última vez hacia atrás. Había notado
a Camila en ese pequeño rincón. Había notado su aroma, su esencia. Y pensando en eso último
atravesaron la puerta pasando desapercibidos entre los periodistas creyendo que lo que había
notado había sido una simple coincidencia, cuando no lo era.

Una vez se abrieron las puertas metálicas salió corriendo a toda prisa hasta el recibidor donde
varios médicos discutían con una mujer más bajita que ella. Mientras esperaba la pequeña cola
para hablar con una de las encargadas, metió la mano en el bolsillo derecho de su chaquetón y
apretó el sobre azul sobre su vientre intentando sentir a Lauren más cerca de ella.

- "Buenas tardes" dijo la encargada. "DNI y tarjeta de la seguridad social" explicó.

- "Oh, yo... yo no estoy aquí para mí" respondió Camila nerviosa.

- "¿Ah no?" preguntó la encargada sorprendida viendo a la chica frente a ella con una expresión
cansada y en pijama.

- "No, yo quería saber..."

Quiso terminar la frase y saber de una vez por todas las condiciones de la morena de ojos verdes,
pero la voz chillona de la mujer rubia y más bajita que ella que hablaba con los médicos la
interrumpió.

- "¡No! Tiene que comprenderme usted a mi" gritó. "He perdido a una de mis agentes ¿y ahora me
está diciendo que también puedo perder a otra? Debe de haber algún error"

- "Comandante Brooke sé que la situación es complicada pero le aseguro que no hay ningún error.
La señorita Kordei ha perdido mucha sangre e hicimos lo que pudimos pero si de aquí a un mes no
tenemos signos de mejora nos tendremos que ver a obligados a desconectarla" explicó uno de los
médicos de piel morena y poco pelo.

En ese momento Camila dejó de escuchar la conversación para centrarse en el dolor que se había
creado en su pecho. Comenzó a respirar fuertemente y a notar varios ojos clavados en ella. Era
Normani una de esas tres mujeres y estaba segura que Lauren sería una de las otras dos. "He
perdido a una de mis agentes" Esa frase penetraba en su mente una y otra vez y no dejó de
hacerlo hasta que cayó al suelo al borde de sufrir un ataque de ansiedad.

Mientras Lauren seguía lamentándose en el hospital en aquel frio pasillo su padre se había
encargado de recoger sus objetos personales junto con su coche faltándole solo su teléfono el cual
había perdido en la zona Oeste del puerto la noche anterior. Eso último realmente no le afectaba
puesto que no tenía nadie a quién llamar ni nadie que la llamara.

Llegaron a su estudio y mientras Mike preparaba una buena comida casera, Lauren se dio una
ducha de veinte minutos en la que se pasó quince de ellos llorando. Se frotó una y otra vez las
uñas hasta que se quitó la sangre que quedaba en ellas pero como consecuencia acabó sin
esmalte. Al salir envuelta en su blanca toalla con cuidado de no rozar con ésta los puntos cogidos
en su muslo, caminó hacia su habitación y se dejó caer desnuda en la cama.

Había llegado al punto de que cualquier pensamiento, por pequeño que fuese, la mataba por
dentro. Si cerraba los ojos recordaba las últimas palabras de Kate envueltas en un susurro y si los
abría recordaba a su mejor amiga viviendo gracias a la máquina a la que estaba conectada. Pero
había uno de esos pensamientos que daba igual cómo tuviera los ojos, siempre estaba ahí y ese
era nada más y nada menos sobre Camila.
Escuchaba una voz dulce diciendo frases que no lograba atender mientras notaba una pequeña
brisa de aire constante sobre su cara. Abrió lentamente los ojos y se encontró con los dos médicos,
la encargada con la que había hablado y con la que al parecer era la comandante Ally Brooke.

- "Sigue mi dedo con la vista" ordenó uno de los médicos, concretamente el que sufría alopecia,
mientras movía su oscuro dedo de un lado a otro. "Está bien, solo descansa unos minutos"

Camila asintió varias veces y hasta que los dos médicos no atravesaron el pasillo desapareciendo
de su vista no volvió a fijar la mirada en Ally Brooke quien la miraba con curiosidad. Un escalofrío
recorrió el cuerpo de Camila al pensar que la había reconocido, pero no supo que se equivocaba
hasta segundos después.

- "¿Estás mejor?" preguntó la más bajita.

- "Sí, gracias" respondió Camila lentamente.

- "Perdona mi atrevimiento pero creo que sé por qué te has desmayado" objetó Ally. "¿Te importa
que te de mi opinión?"

- "Para nada" respondió la chica de ojos marrones helada.

- "No has venido para ti lo cual es extraño por tu apariencia, no te ofendas. Querías saber algo y en
el momento que he comenzado a hablar en voz alta te has callado en vez de seguir con tu
conversación. Conoces a una de mis agentes, por eso estás aquí" explicó Brooke con su habitual
sonrisa.

En ese instante Camila se quedó boquiabierta. Esperaba cualquier cosa excepto que le dijera
exactamente el verdadero motivo por el que se encontraba allí.

- "¿Có...Cómo lo has sabido?" preguntó nerviosa.

- "Son muchos años trabajando en esto y con el tiempo se vuelve una costumbre fijarte en todo lo
que te rodea sin olvidarte de ningún detalle" explicó Ally.

Fue escuchar aquella pequeña explicación y recordar en forma de película la cantidad de veces
que Lauren había sido atenta con ella sin olvidar cualquier mínimo detalle para que todo fuese
perfecto. Fue entonces cuando recordó por qué estaba allí.

- "Estoy buscando a Lauren, Lauren Jauregui" respondió directa clavando sus penetrantes ojos
marrones en la mujer frente a ella.

Lauren sabía cocinar pero echaba de menos la comida casera de su padre. Una vez terminada la
sopa de verduras en un par de minutos, se sentó junto con su padre en el chaise longue
acompañando a éste a ver un partido de béisbol.

- "Lauren" la llamó serio apagando el televisor. "Tú sabes que eres igual de atenta que yo
¿verdad?" preguntó Mike consiguiendo que su hija asintiera. "Entonces no vas a negarme que algo
va mal ¿o me equivoco?"
- "Papá ¿en serio me estás preguntando eso en este instante?" preguntó de vuelta una Lauren
incrédula levantándose del sofá y colocándose entre la tele y su padre.

- "No me refiero al tiroteo y lo sabes" replicó Mike levantándose él también. "¿Qué es eso de que
estás sola? ¿De que no tienes a nadie? ¿Qué ha pasado con Camila, Lauren?"

En ese momento se maldijo a sí misma por haber esperado a que su padre lo descubriera. Había
evitado el tema hasta tal punto de acabar ocultándoselo a su familia. Sin poder reprimir las
lágrimas se echó encima de su padre y entre sollozo y sollozo le explicó la ausencia de la chica de
ojos marrones en su vida.

- "No... no me lo puedo creer" susurró Camila después de haber escuchado la explicación de Ally
Brooke.

La comandante no quiso entrar en detalles innecesarios por lo que se centró en explicarle cómo
Kate Ryan se había infiltrado y Lauren y Normani habían actuado por cuenta propia provocando
daños colaterales. Ahora entendía las palabras de su exnovia en el gimnasio hacia Kate. Ahora
entendía muchas cosas y deseaba con fuerza abrazar a la chica de ojos verdes para mostrarle su
apoyo.

Camila comenzó a llorar mezclando demasiadas sensaciones en las que entraban el alivio por
saber que Lauren estaba bien, lo que ésta había tenido que vivir, la muerte de Kate y el estado
grave de Normani. Tenía un fuerte nudo en su garganta con solo haberlo escuchado, lo cual le hizo
preocuparse más por Lauren quien lo había tenido que vivir en primera persona. Brooke alargó un
tanto más la conversación haciéndole saber a la chica un poco más alta que ella cómo Lauren se
había marchado hacía menos de una hora junto con su padre.

- "Gracias por ser sincera conmigo comandante" le agradeció Camila limpiándose las lágrimas.

- "Puedes llamarme Ally, Camila" dijo Brooke conociendo ahora su nombre mientras se ponía de
pie para despedirla.

Le dio un rápido abrazo y se volvió en sus talones para ir de nuevo en busca de su exnovia, pero
antes de perderse entre la multitud la voz de Ally la detuvo provocándole un escalofrío.

- "¿Eres tú verdad?" preguntó haciendo que Camila se volviera con la cara descompuesta sin saber
a qué se estaba refiriendo. "La novia de Lauren" añadió.

Soltando un suspiro de alivio se limitó a responder un 'espero' con una sonrisa antes de volver a
darle la espalda y salir corriendo de allí. Necesitaba tenerla entre sus brazos y decirle que todo iba
a ir bien. Necesitaba decirle que la seguía amando. Necesitaba decirle que quería seguir
compartiendo su vida con ella.

- "¿Por qué no hablas con ella?" preguntó Mike acariciando el pelo de su hija después de haber
escuchado la 'historia' entre lágrimas.
Obviamente Lauren había suprimido los detalles de que su exnovia era una famosa delincuente
buscada por muchos y se había limitado a explicarle lo de Marie, la novia imaginaria y cómo
Camila se había marchado al enterarse de que le había engañado respecto a su trabajo. Sabía que
había hecho mal en mentirle pero ya se había equivocado en muchas cosas y no quería
equivocarse también en eso diciendo cosas que no le pertenecía a ella decir.

- "No quiere saber nada de mí papá, me lo ha dejado claro" explicó desgarrada.

- "Pero vosotras os amáis, os lo noté en los ojos Lauren. No puedes renunciar tan fácilmente a algo
así, tú no eres así"

- "¡Ya sé que yo no soy así!" gritó. "Pero no se trata solo de mí papá, hay mucho de por medio"
dijo en el mismo tono.

- "¡Pues pon de tu parte Lauren!" dijo Mike utilizando el mismo tono de su hija siendo este un
poco más severo.

- "¡No lo entiendes papá, no es fácil!" gritó caminando lo más rápido que pudo hacia su habitación
y saliendo minutos después con un chaquetón con capucha.

- "¿Dónde te crees que vas?" preguntó Mike viendo como su hija cogía las llaves del Chevrolet.
"Necesitas descansar"

- "Lo que necesito es estar sola papá, te agradezco todo lo que has hecho por mí pero ¡lo
necesito!" gritó abriendo la puerta y saliendo por ella.

- "¡Lauren Michelle Jauregui Morgado!" la llamó en un grito. "Piensa con la cabeza y vuelve aquí
ahora mismo" añadió escuchando el motor del coche encenderse.

- "Hace mucho tiempo que dejé de ser una cría papá" concluyó Lauren antes de salir a toda prisa
de allí.

Golpeó el volante una y otra vez cuando se paró en un semáforo mientras escuchaba el sonido del
parabrisas a causa de las gotas que habían comenzado a caer. Necesitaba estar sola tal y como le
había dicho a su padre. Necesitaba desaparecer. Necesitaba desahogarse y conocía el lugar
perfecto para ello. Por lo que no dudó en conducir a toda prisa hacia allí.

Por suerte Camila estaba llegando a una parada de taxis en cuanto comenzó a llover. No se
sorprendió cuando el taxista la examinó de arriba abajo contemplando su desaliñada apariencia
antes de preguntarle acerca de su destino. La chica de ojos marrones dio la dirección del estudio
de Lauren pero llegando a un semáforo en rojo cambió de opinión.

- "Gire ahora a la izquierda" indicó Camila informándole acerca de la nueva ruta.

Llegó al cementerio en un abrir y cerrar de ojos. La lluvia ahora con más intensidad, la estaba
calando pero no sería más de lo que estaba por dentro. Hizo el habitual camino de tierra ahora
convertida en casi fango y se acercó hacia las lápidas de su abuela y su madre, dejándose caer en
ellas dándole paso de nuevo a sus lágrimas y su pecho agitado.
Agradeció al taxista con una buena propina y una sonrisa fingida y se preguntó si realmente había
hecho lo correcto en ir allí. Usó su abrigo de paraguas mientras iba buscando de un lado a otra la
posible silueta de Lauren. No había estado allí nunca antes con ella y por lo tanto no sabía hacia
qué parte concreta dirigirse. La intensa lluvia tampoco servía de ayuda.

Caminó un poco más leyendo cada nombre notando cómo su cuerpo se mojaba cada vez más.
Estaba a punto de darse por vencida cuando escuchó un grito no muy lejos de ella. Siguiendo su
pequeño instinto, corrió dejando de utilizar su abrigo como paraguas. Con el corazón en un puño
observó una silueta igual de empapada que ella gritando entre dos lápidas.

- "He acabado con todo lo que me importaba mamá" gritó Lauren mirando hacia el ramo marchito
del mes anterior. "Quise arreglar mi vida y la he empeorado tomando decisiones que no debía"
lloró con más intensidad mientras notaba cómo su cuerpo se iba enfriando por la lluvia. "Lo tenía
todo y ahora no tengo nada..." se lamentó.

- "Yo no estaría tan segura" dijo alguien detrás de ella colocando su mano sobre su hombro.

Esa voz. Ese efecto en su piel al sentir su tacto. No podía ser verdad. Lauren ladeó la cabeza sin
levantarla y observó unas zapatillas de oveja empapadas. Tenía que estar soñando, pero no lo
estaba y lo supo cuando volvió a ver esos profundos ojos marrones calando en ella mientras la
lluvia las rodeaba.

- "Camila..." susurró sin dejar de mirarla.

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Capítulo 76

Permanecieron durante un par de segundos sin romper el contacto visual de sus ojos bajo la densa
lluvia. Camila se sorprendió bastante al observar el rostro dañado de Lauren mientras que ésta se
sorprendió por ver a su exnovia allí, vestida de aquella forma tan peculiar. Una punzada se clavó
en ambos estómagos.

- "Hola Lauren" rompió Camila el silencio.

- "¿Qué haces...? ¿Cómo sabías...? ¿Estoy soñando?" preguntó tartamudeando.

- "¿Te parece esto un sueño?" preguntó de vuelta la chica más bajita sin importarle lo mojada que
estaba y el frío que estaba empezando a sentir.

- "Sí y no" respondió Lauren sin dejar de mirarla. "Sí porque tú no quieres saber nada de mí y no
porque yo quiero todo lo contrario" admitió obteniendo un silencio como respuesta. "¿Qué haces
aquí, Camila?" preguntó dando un paso hacia atrás.

- "Creo que este no es lugar más indicado para hablar de ello" dijo con una tímida sonrisa mirando
hacia el cielo notando las gotas sobre su frente.
Rápidamente Lauren se disculpó por haberla mantenido bajo la lluvia tanto tiempo y le dijo que la
siguiera hacia su coche donde estarían mucho mejor. Durante el pequeño trayecto hacia su
Chevrolet con Camila detrás de ella, iba analizando toda la situación. ¿Se habría enterado del
tiroteo y por eso estaba allí? ¿La habría buscado solo por pena? La última pregunta que se hizo a sí
misma le dolió más que cualquier otra. Deseaba con toda su alma que ese no fuese el motivo.

Sin perder la costumbre, le abrió la puerta del copiloto a su exnovia dándole paso para entrar sin
importarle que mojara el asiento. Rápidamente, evitando mojarse ella más, entró y se sentó en su
asiento. Miró el volante durante varios segundos y encendió la calefacción antes de volver a
conectar la mirada con Camila.

La chica más bajita notaba como el corazón le iba a salir del pecho en cualquier momento. Todavía
no había asimilado tener a Lauren frente a ella después de haber pensado que no volvería a verla
nunca más. Mientras ella tenía la mirada perdida en el volante, Camila observó una pequeña
venda alrededor de su muslo y por lo que le había contado la comandante Ally Brooke, sabía
perfectamente sobre qué era. No dejó de mirarlo hasta que notó la mirada de Lauren sobre ella.

- "Es solo un rasguño" mintió echándose el vestido más hacia abajo.

- "No hace falta que me mientas Lauren, sé de qué es" explicó Camila controlando las ganas de
rozar con la yema de sus dedos la zona dañada de su exnovia.

- "Entonces por eso estás aquí" añadió la morena de ojos verdes con dolor. "Por lo que me ha
pasado" adjuntó.

- "No exactamente" admitió Camila llevándose la mano a los bolsillos.

Lauren siguió el movimiento de sus manos aun mojadas sobre el bolsillo del chaquetón mojado.
Segundos después sacó un sobre azul con las esquinas derechas mojadas. Rápidamente miró de
nuevo a Camila. Había leído el sobre pero seguía sin entender por qué había acudido a ella.

- "¿Lo has abierto?" preguntó Lauren confusa.

- "¿Tú que crees?" preguntó de vuelta Camila.

Soltó un fuerte suspiro y miró de nuevo hacia el volante agarrándolo con fuerza haciendo que las
venas de sus pálidas manos se marcasen por la fuerza empleada. Intentó morderse los labios
mojados pero el corte en ellos se lo impidió por el dolor que le causaba. No entendía nada en
aquel momento y no podía esperar más. Necesitaba una explicación.

- "Camila, dime la verdad, ¿por qué estás aquí?" preguntó de nuevo intentando contener las
lágrimas que comenzaban a amenazar con salir.

La chica de ojos marrones soltó un suspiro con la misma intensidad con la que Lauren lo había
hecho. Notaba la tristeza en los ojos de su exnovia y no quería hacerla creer con sus palabras que
había acudido a ella por pena, sino porque la amaba y quería recuperarla.
- "Esta mañana me desperté más temprano de lo habitual porque un fuerte dolor en el pecho no
me había dejado dormir en toda la noche" comenzó. "Quise matar el tiempo intentando no pensar
en ti por lo que recordé que Dinah me advirtió sobre recoger el correo y así lo hice. Fue entonces
cuando encontré el sobre" admitió mirándolo mientras le daba vueltas sobre sus dedos.

Lauren notó una punzada en el pecho al escucharla hablar. Había echado tanto de menos su voz,
sus gestos, su forma de expresarse, su respiración agitada y tenerla frente a ella, que aún no había
asimilado que de verdad estaba allí notándola, sintiéndola.

- "Leí las dos cartas entre lágrimas recordando aquella noche y sonreí una vez dejé el sobre de
nuevo a un lado" siguió. "Sonreí porque nunca nadie había pensado tanto en mí, porque podría
cumplir uno de mis sueños. Sonreí porque volvió a mí ese efecto que solo tú provocas Lauren" se
pausó para mirarla fijamente mientras escuchaba la lluvia golpeando con fuerza sobre la
carrocería del Chevrolet. "No quería ir sola a esa clínica. Quería que tú me acompañaras y
sujetaras mi mano dándome esa tranquilidad que me falta desde que te perdí" siguió de nuevo.

En el instante en el que la morena de ojos verdes escuchó esa pequeña declaración, el dolor en el
pecho que iba creciendo por momentos de repente desapareció haciendo que soltase un suspiro
de alivio. Camila quería volver a su vida y ella no iba a dejar que se marchase de nuevo.

- "Entonces salí rápidamente con este chaquetón sin recordar que seguía en pijama. Te hubiera
llamado pero necesitaba decírtelo en persona. Necesitaba verte" admitió agachando de nuevo la
cabeza por vergüenza. "Por la hora pensé que estarías allí todavía pero no lo estabas, te llamé
pero no lo cogías así que no me quedó otra que ir a tu oficina" explicó nerviosa. "Era una completa
locura ir hasta allí exponiéndome de aquella manera pero alguien me enseñó una vez que una
locura de vez en cuando no viene mal" dijo soltando una leve sonrisa.

Ahí estaba. La sonrisa que provocaba en la comisura de sus labios una pequeña arruga. La sonrisa
que tanto había extrañado. La sonrisa que necesitaba besar.

- "Gracias a un taxista llegué allí minutos después" continuó. "Ver tu coche aparcado me hizo
sonreír de nuevo, pero un informativo me arrebató la sonrisa haciéndome creer que te había
perdido para siempre Lauren" dijo soltando un sollozo recordando aquel sentimiento. "Corrí y
corrí sin importarme el poco aliento que me quedaba, sin importarme cuantas miradas había
clavadas sobre mí. Solo quería llegar y saber que no eras tú, que no te había perdido, que tenía
otra oportunidad" explicó.

Otra oportunidad. Eso hizo que la piel de Lauren se erizara al escuchar aquellas palabras a la
misma vez que notaba su pecho agitarse con fuerza. Sin poder reprimirla, soltó una leve sonrisa
que Camila observó al instante notando un alivio sobre su pecho.

- "Llegué al hospital y justo cuando quise preguntar por ti una voz me detuvo. Era Ally, tu jefa.
Escuché varias palabras acerca de Normani y la pérdida de uno de sus agentes" siguió. "Dejé
escuchar lo que decían y comencé a respirar con fuerza. Me sudaban las manos y apenas podía
captar cualquier cosa a mi alrededor. Me desmayé pensando que te había perdido para siempre"
admitió.
- "Estuviste allí..." susurró Lauren consiguiendo que Camila asintiera. "Yo... yo te noté. Noté tu olor
frente a los ascensores. Pen... pensaba que era casualidad"

- "Pero no lo era" interrumpió Camila con otra sonrisa. "Cuando me desperté Ally se quedó a mi
lado y supo por mi reacción que os conocía a una de las tres. Tenía miedo de que me reconociese
en cualquier momento pero no lo hizo. Fue entonces cuando me explicó todo Lauren..." explicó
con un nudo en la garganta. "Quise volver a tu estudio pero algo aquí dentro" dijo señalándose el
pecho. "me hizo pensar en este lugar" concluyó.

Lauren cerró los ojos con fuerza al recordar de nuevo todo lo vivido intentando no dejar pasar las
lágrimas sin éxito. De nuevo sus mejillas estaban mojadas y no podía evitarlo. De nuevo el
sentimiento de culpa volvió a su mente.

- "Es mi culpa Camila" dijo en un sollozo mirándola. "Yo... yo no debería de haber tomado aquellas
decisiones. Yo no debería haber dejado que se marchase. Yo no debería de haber dejado que se
involucrara. Yo no..."

- "Shh" la calmó Camila envolviéndola en sus brazos como pudo por primera vez después de tanto
tiempo.

Ahí estaba. Esa sensación que hacía tiempo que no sentía. Esa calma que tanto buscaba. Esas
ganas de no soltarla nunca. Ese abrazo que conseguía hacer que se olvidara de todo. Ese calor que
desprendían sus brazos. Esa fuerza al sujetarla. Ella.

- "¿Por qué no me cuentas todo lo que ha pasado? Desde el principio" propuso Camila rompiendo
el abrazo sin ganas.

- "¿Estás... estás segura que quieres hablar de eso?" preguntó Lauren.

- "Lo que nos queda por hablar podemos hacerlo en otro momento, ahora quiero escucharte"
admitió la chica de ojos marrones aguantándose las ganas de acariciarle la mejilla.

No sabía si había hecho lo correcto en abrazarla tan pronto pero lo que si sabía era que ese abrazó
había ayudado a la morena de ojos verdes. Lo notó en cuanto su cuerpo mojado y tenso se relajó
entre sus brazos.

- "No quiero hablarlo aquí y tampoco dejar que enfermes con la lluvia" respondió Lauren
limpiándose las lágrimas. "pero mi padre debe seguir en mi estudio"

- "Vamos a mi piso. Ya conoces la dirección" propuso Camila recordando el horario de Dinah.

Dinah. En ese momento mientras Lauren asentía arrancando su Chevrolet, cogió su teléfono del
otro bolsillo y lo examinó por primera vez desde que llamó a Lauren en la mañana. Ahí estaban.
Cantidad de mensajes de su mejor amiga y llamadas perdidas. Realmente la rubia se había
preocupado mucho por ella y estaba en su derecho de enfadarse. Rápidamente le mandó un
mensaje haciéndola saber que estaba bien y que no se preocupara.
Mientras Lauren conducía, Camila miraba por la ventana del copiloto en silencio. Cientos de veces
lo había hecho en compañía de la morena de ojos verdes pero esa era distinta. Notaba la tensión
entre ellas y no le gustaba nada. Solo quería llegar y hablar lo que debían. Solo quería volver a
sentir el calor de sus labios contra los suyos.

Como si escuchara sus súplicas, Lauren aparcó un par de minutos después en la misma calle en la
que lo había hecho la vez anterior. Ayudó a Camila a bajar y corrieron hacia el portal evitando
mojarse más de lo que ya lo estaban. La chica más bajita sacó un juego de llaves y abrió la gran
puerta de cristal dándole paso. Subieron en silencio hacia el piso indicado y nada más abrir la
puerta de éste, Lauren se detuvo.

El piso era bastante frio y la temperatura no tenía nada que ver. Había un pequeño sofá que
decoraba el amplio salón comedor frente a una mediana tele y un equipo de música. Lauren sintió
un pinchazo en su estómago al descubrir apoyado en una de las paredes un tablón con todos los
pasos para el atraco de la joyería y bajo este una maleta con lo que parecía dinero y armas. En
seguida buscó la mirada de Camila y cómo si leyera sus pensamientos le mostró un apretón de
labios en señal de disculpa.

Camila la invitó a sentarse mientras ella iba a la que parecía su habitación. Minutos después salió
de ésta con un pijama limpio entre sus brazos, vistiendo ella uno diferente al que llevaba puesto
mostrando sus ahora pies descalzos.

- "Será mejor que te cambies, yo tampoco quiero que te enfermes" admitió Camila recordando la
frase dicha antes por la morena de ojos verdes. "El pijama es ancho, así que no te rozará la herida"
añadió.

- "Gracias" dijo Lauren tomándolo de sus manos.

Hasta que no lo sostuvo entre sus manos no se dio cuenta de que las yemas de sus dedos se
habían rozado. Por instinto, ambas se miraron al instante provocando en ellas un leve sonrojo.
Volvían a parecer las adolescentes enamoradas que fueron en un principio. Volvían a encender la
llama apagada.

- "¿El baño?" preguntó Lauren nerviosa.

- "Oh" dijo Camila despistada. "La siguiente puerta a la izquierda, puedes usar el de mi habitación
también si quieres. Es la puerta del fondo"

- "El de invitados estará bien" añadió Lauren dirigiéndose hacia él.

Nada más escuchar cómo la puerta del baño se cerraba, Camila se dejó caer en el sofá soltando un
fuerte suspiro mientras se tapaba los ojos con ambas manos. Recordó los gustos de la morena de
ojos verdes por el café con leche y se acercó a la cocina para prepararle uno. Si no fuera por los
gustos de su mejor amiga solo hubiera tenido para ofrecerle una taza de leche.

Antes de salir del baño, Lauren se miró a un espejo que había colgado en la pared. Su mal aspecto
seguía allí pero había algo nuevo: una sonrisa. Se lavó un poco la cara y salió del baño notando en
sus fosas nasales el olor a café recién hecho. Poco después vio la figura de Camila sosteniendo una
taza de camino al sofá regalándole una tímida sonrisa.

- "Gracias otra vez" le agradeció Lauren sentándose a su lado en el sofá.

- "No tienes que agradecerme nada, tú te has preocupado muchas veces por mí" respondió Camila
tímidamente.

Nada más soltar aquella frase un cosquilleo se hizo notar en el estómago de ambas cargando el
ambiente de más tensión entre ellas. Camila se pasó las manos sudadas por el pantalón de su
pijama mientras Lauren miraba hacia otro lado. Los nervios se habían apoderado de ellas.

- "Bueno" dijeron las dos a la vez provocando una sonrisa tímida.

- "Puedes... Puedes explicarte cuando estés lista" dijo Camila.

- "Lo estoy ahora, gracias a ti" admitió Lauren provocando un sonrojo en la chica de ojos
marrones.

Justo antes de volver a revivir aquella pesadilla desde el principio, cogió aire varias veces y tomó
un sorbo del café con leche. Estaba lista, tal y como le había dicho, gracias a ella.
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Capítulo 77

Camila le regaló una sonrisa antes de que comenzase a hablar mostrándole que podía seguir
confiando en ella y que si caía ante sus palabras, ella estaría allí para ayudarle a levantarse.

- "Hace muchos meses me asignaron un caso sobre Aleric, un alemán de prestigio que raptaba a
adolescentes para cambiarlas por droga y que las utilizasen para prostituirlas" explicó mirando
hacia sus manos.

Muchos meses. No había dicho la fecha concreta pero eso quería decir que podía haber sido al
comiendo de conocerla lo que hacía que algo dentro la mente de Camila no encajase.

- "Teníamos que encontrar a Angelica Clark" siguió Lauren. "Trabajé en ese caso durante mucho
tiempo pero siempre notaba que algo andaba mal. Me resultaba muy extraño que se expusiese
tan fácilmente y nos diera siempre la información justa y necesaria" explicó. "En medio del caso,
Kate se unió a la oficina como novata y comenzó a trabajar junto a Normani y a mí"

Camila tragó fuertemente. En medio del caso. Eso quería decir que sus pensamientos de haberla
conocido mientras trabaja en él, podían ser ciertos puesto que conoció a Kate poco tiempo
después. Pero había algo que seguía sin encajarle.

- "Hace menos de dos semanas, Aleric nos hizo saber indirectamente que iba a volver a producir
un intercambio. Fue entonces cuando Kate decidió infiltrarse" continuó. "Yo... yo venía de
interrogar a Felix y la decisión ya estaba tomada. Me negué completamente pero me convenció
con solo mirarme porque esa mirada me recordaba a la tuya Camila" dijo mirándola por primera
vez durante toda la explicación.

Un sentimiento extraño se apoderó de su cuerpo conectando sus ojos marrones con los verdes
que la miraban fijamente. Notó el brillo en ellos y cómo habían adaptado un color más oscuro
proveniente del dolor con el que explicaba cada detalle. Notó su rostro al mencionar a uno de sus
ayudantes.

- "Fuimos al gimnasio para enseñarle un par de clases sobre defensa personal, no quería correr
más riesgos de los necesarios. Cuando entró Dinah y la vio encima de mí riendo fue porque
habíamos tropezado. Pero te juro que no pasó nada Camila" explicó mirándola fijamente.

- "Aunque hubiera pasado no tendría derecho a enfadarme Lauren, no estábamos juntas"


respondió Camila sin dejar de mirarla.

Estábamos. En pasado. Lauren repitió ese verbo un par de veces más en su cabeza antes de seguir
con su explicación. ¿Querría Camila realmente volver con ella?

- "Al día siguiente Kate se infiltró, mismo día en el que dejé el sobre en tu buzón" siguió volviendo
a mirar sus manos sobre sus rodillas. "Tenía una sensación dentro de mi pecho que me decía que
algo no iba a ir bien. Intenté ignorarla sin éxito pero ya era tarde, ya la tenían" explicó. "El
intercambio no se realizaría hasta dentro de dos días pero por algún motivo se produjo el día
siguiente. Había pedido el día libre por lo tanto no estaba en la oficina cuando se informaron.
Normani me llamó y llegué lo más rápido posible" añadió.

Camila viajó en su mente hacia el día que había concretado y recordó cómo un coche bastante
similar al de Lauren pasó por debajo de su ventana.

Ahora sabía que había sido ella.

- "Al parecer el intercambio se iba a realizar en el puerto de la zona Este pero yo no lo creía ya que
los anteriores lo habían hecho en el Oeste por lo que sin avisar a nadie, por decisión propia,
Normani y yo preparamos una de las furgonetas y salimos hasta allí, mientras Brooke y el resto
estaban en la otra zona" continuó notando los ojos brillosos. "Kate llevaba un chip implantado que
nos hacía saber su localización pero al escuchar un grito en el puerto nos dimos cuenta de que se
lo habían extraído para colocárselo a otra persona"

Pudo escuchar perfectamente cómo Lauren tragaba fuertemente y notar cómo su cuerpo
comenzaba a temblar sin tener el frio nada que ver con ello. No iba a permitir que se consumiera
con sus palabras.

- "Pinchamos las cámaras de una gran residencia de allí y vimos a Kate amarrada en una silla con
uno de los hombres de Aleric apuntándola" explicó. "No podía dejarla allí por lo que con la ayuda
de Normani quien me guiaba por un pinganillo, fui a por ella. Después de indicarme la puerta
correcta, el pinganillo dejó de funcionar y me quedé sola" siguió. "Sin separarme de mi pistola en
todo momento entré la sala y la encontré sola. Desaté sus pies y manos y cuando estuve a punto
de salir de allí con ella me dijo que todo era una trampa. Fue entonces cuando descubrí que Aleric
estaba detrás mía apuntándome" dijo con dolor en sus palabras.
Un escalofrío recorrió la espalda de Camila como si ella misma hubiese sido a quien hubiese
apuntado con un arma. Lauren había puesto su vida en juego solo para salvar a su compañera y
sinceramente no hubiera esperado menos de ella.

- "Kate estaba herida... tenía un gran corte en su brazo por la extracción del chip y estaba
perdiendo mucha sangre. Hice lo que pude pero aun así no fue suficiente" continuó. "Hablé con
Aleric durante unos minutos sin dejar de apuntarme. Sabía todo de mí y por consecuencia también
te conocía a ti Camila. Sabía quién eras y lo qué habías hecho." Admitió mirándola a los ojos de
nuevo.

En aquel momento su rostro se descompuso. Todo este tiempo había estado siendo observada y
no lo había notado. Nunca había recibido ninguna amenaza o signo de ello pero ahora sabía que su
familia había estado corriendo peligro.

- "Me dijo que te tenía atrapada... que estabas junto con el resto y eso solo hizo hervir mi sangre
Camila. Después de eso le escupí en la cara y me hizo esto" dijo señalando hacia su ceja rota a
juego con el labio. "Por lo que me contó Brooke, Normani la llamó nada más perder la señal
conmigo." Explicó. "Intenté... intenté aprovechar una oportunidad para acabar con él pero eso
solo empeoró las cosas. Estuvo a punto de apretar el gatillo y matarme Camila, lo pude ver en sus
ojos, pero unos disparos provenientes del exterior lo detuvieron"

El dolor en su pecho no había desaparecido desde que había comenzado a relatarle aquella noche
o más bien aquel infierno. Notaba la sensación bajo su piel como si ella misma lo hubiera vivido.
Notaba el miedo que Lauren vivió a través de sus ojos. Notaba las lágrimas que no tardarían en
salir.

- "Hubo una explosión cerca de nosotros que consiguió romper una ventana del impacto. En ese
momento aproveché el despiste de Aleric y lo apunté" dijo volviendo a apartar la mirada. "Apreté
el gatillo pero el cargador estaba vacío. En ese momento forcejeamos y con mucha dificultad
conseguí disparar contra él. Lo maté Camila. Pude haber sido yo pero fue él" comenzó a llorar.

- "No hace falta que sigas Lauren, yo... yo estoy aquí" dijo acercándose más a ella y sujetando su
hombro con firmeza.

- "Necesito seguir" afirmó volviéndola a mirar.

Camila le dedicó una leve sonrisa y apretó su hombro aun con más fuerza. Quería volver a
abrazarla y sentir su respiración en su cuello pero no quería forzar más la situación, y tal y como le
había dicho Lauren, necesitaba continuar.

- "De repente me sentí mareada y hasta que no descubrí las sangre en mis manos no me di cuenta
de que tenía un cristal clavado en el muslo. Con la vista un poco más clara visualicé a Aleric con un
charco de sangre proveniente de su abdomen y a Kate con uno igual" continuó. "Antes de caer,
Aleric la empujó provocando que se rajara su abdomen con un cristal. Había perdido mucha
sangre y la podía notar muriéndose entre mis brazos Camila" lloró con más fuerza notando aun la
mano sobre su hombro.
En aquel momento su estómago se revolvió recordando las palabras de Brooke. No tenía nada que
ver la explicación que le había dado la comandante con la que le estaba dando Lauren. No podía
imaginar lo mal que ésta lo había pasado y cómo se tuvo que sentir al respecto.

- "Con el teléfono de Aleric llamé a una ambulancia y mientras sostenía a Kate en mis brazos, me
dijo que no estabas allí pero que las demás chicas sí y tenía que salvarlas. Pero no podía dejarla en
aquellas condiciones, no podía. Entonces entró Normani" siguió. "Quise ir yo misma a salvar a
aquellas chicas pero no me lo permitió por mi pierna. Minutos después de irse, Kate se murió
entre mis brazos" lloró de nuevo. "No... no sabía qué más hacer y mi herida se había agrandado
por el cristal así que no me quedó más remedio que sacarlo por mí misma" explicó.

Nada más escuchar las condiciones en las que tuvo que hacer aquella valiente acción, Camila no
pudo evitar soltar el agarre del hombro y con la yema de sus dedos acercarse hasta la venda que
cubría la herida anteriormente dicha. Lauren se pausó antes de seguir y miró hacia la pequeña
caricia y seguidamente hacia Camila. Sin poder evitarlo colocó su mano encima de la de ésta y la
agarró con fuerza antes de continuar.

- "Lo último que recuerdo es escuchar dos disparos fuera de donde yo me encontraba, correr
hasta allí con dolor y tener a Normani entre mis brazos desangrándose" dijo. "Después de eso me
desperté en el hospital y Brooke me explicó la situación de Normani" finalizó.

- "Lo siento" fue lo único que dijo Camila sin soltar su mano.

- "Yo tuve la maldita culpa Camila, yo debí morir aquella noche, ¡yo!" gritó soltándose del agarre y
llevándose las manos hacia sus ojos reprimiendo las lágrimas.

- "No digas eso Lauren... Tú no tienes la culpa. Tú no empujaste a Kate ni tampoco disparaste a
Normani" dijo intentando consolarla. "Tú intentaste salvarles la vida y luchaste porque siguieran
contigo" añadió.

- "Pero yo..."

- "¿Qué hubiera hecho tu familia sin ti? ¿Y Normani?" preguntó Camila mirándola fijamente.
"¿Qué hubiera sido de mí si hubieras muerto? ¿Qué habría hecho sin poder decirte que te sigo
amando?" añadió dejando escapar varias lágrimas.

Sin dejarla terminar, Lauren colocó sus dedos sobre sus labios como había hecho anteriormente.
Tragó con fuerza sin dejar de mirarla y separó sus dedos de sus labios para llevarlos hacia su
mejilla limpiándole las lágrimas. Camila la miraba en silencio notando cómo su piel se erizaba por
el contacto. Lauren se mordió su labio inferior y disminuyó la distancia entre ellas. Sin dejar de
sostener sus mejillas, se fijó en los dulces labios de Camila y seguidamente de nuevo en sus ojos.
Los miró fijamente pidiendo permiso y en cuanto la chica más bajita asintió, cortó la distancia
entre ella y capturó sus labios entre los suyos.

Ahí estaba de nuevo. Ese cosquilleo interior que las hacían temblar. Ese sabor que tanto habían
anhelado. Esos sentimientos entre ellas saliendo de nuevo a la luz. Esas lágrimas llegando hacia
sus labios dejando en ellos un toque salado. Esa guerra entre sus lenguas. Esos leves gemidos
entre beso y beso.
- "Nece... necesito que me expliques lo que no te dejé hacer aquella noche" susurró Camila
rompiendo el beso y juntando sus frentes mientras aguantaba los labios hinchados de Lauren con
su mano.

La morena de ojos verdes asintió mientras se lamía los labios. Conociendo a Camila sabía que no
iba a recuperarla solo con un beso, y tampoco se merecía un perdón tan fácilmente. Así que
recordando las palabras de su padre, rompió el contacto de sus frentes y agarró sus manos antes
de comenzar a hablar.

- "Antes de conocerte me asignaron tu caso como ya sabes" comenzó de nuevo. "No dejasteis
ningún hilo del que tirar y eso me trajo muchos dolores de cabeza. Cuando encontramos el cuerpo
de Brad Cooper, Brooke nos echó a Normani a mí del caso justificándose con que no estaba a
nuestra altura" explicó. "Eso realmente me dolió así que me fui a casa. Allí tenía aun un par de
informes y no pude resistirme a echarles un último vistazo. Fue entonces cuando descubrí una
mancha de pintalabios en la camiseta de Brad" añadió.

- "Dinah..." susurró Camila mirando hacia el agarre de sus manos.

- "Exactamente" afirmó Lauren. "Aunque me asignaron otro caso, yo seguí investigando ese por mi
cuenta. Observé durante horas una grabación tras otra hasta que en una de ellas vi a Dinah. Su
comportamiento alejado de todo egocentrismo fue lo que me llamó la atención" explicó.
"Normani se enteró días después de mis intenciones y se unió a mí. Yo no quería que lo hiciera
pero ya era tarde. Analizamos su rostro en la base de datos y no informamos de su nombre y
trabajo"

Camila notó como Lauren apretaba más su mano con cada frase que iba relatando. Las piezas
estaban comenzando a encajar pero aun así todavía había cabos sin resolver y situaciones que no
entendía.

- "Aprovechando nuestro día libre fuimos a tu urbanización. Era extraño que alguien con una
cuenta bancaria en un banco tan lujoso viviera allí, por lo que pensamos que era solo una
ayudante" siguió. "Tras esto fuimos a Nando's para saber más de ella y antes de irme me despisté
pensando en el caso y me choqué contigo como ya bien sabes" dijo pasando su pulgar por la
palma de Camila. "En ese momento yo ya te había visto conversar con Dinah pero fue mirarte a los
ojos por primera vez y saber que no quería volver a mirar otros como miraba los tuyos..." susurró
mirándola de nuevo.

En ese momento el corazón de Camila comenzó a latir con más fuerza provocándole una sensación
extraña. No quería escuchar que realmente la había utilizado. No podría soportar de nuevo dejarla
ir para siempre.

- "En aquel mismo instante Normani nos tomó una foto. La había advertido anteriormente de que
no dejara pasar ningún detalle y pensando que el choque había sido a propósito, nos la hizo en el
momento exacto en el que nos miramos por primera vez. Desde entonces la guardo como mi
mayor reliquia" continuó volviendo a fijar la vista en el agarre de sus manos. "Te invité a cenar
haciéndome creer a mí misma que era solo parte de la investigación, que era para saber más sobre
Dinah, pero realmente lo hice porque quería volver a verte, porque quería sentirte de nuevo junto
a mí"

Ahí estaba. La declaración de cómo realmente se acercó a ella para sacarle información, en otras
palabras, utilizarla. Rápidamente se soltó del agarre de sus manos y se llevó las suyas hasta sus
ojos limpiándose las lágrimas. Lauren quiso agarrarlas de nuevo pero se lo impidió.

- "Camila escúchame. Sí, me acerqué a ti para eso, pero también abandoné la investigación en
cuanto me di cuenta de que estaba sintiendo algo fuerte por ti" admitió Lauren volviendo a tener
la atención de ésta. "Pude haber ayudado a Brooke dándole ese hilo del que tirar y así no la
hubieran casi renegado de su puesto. Pero no lo hice Camila"

- "¿Por qué?" preguntó ésta entre sollozos.

- "Porque me enamoré de ti y me negué a mí misma que pudierais estar implicadas en algo así"
respondió sincera volviendo a agarrar la mano de Camila. "No quería ponerte frente a ningún
peligro"

- "Lauren..."

- "Déjame terminar, por favor" pidió consiguiendo que la chica más bajita asintiera. "Comencé a
sentir miedo porque descubrieras mi trabajo y pasara todo esto, así que hice de la pequeña
mentira una muy grande" siguió. "La noche... la noche de la cabaña te oí hablar con Dinah por
teléfono. Seguimos adelante, no sospecha nada" admitió repitiendo las dos frases que se
marcaron tanto en su mente. "Te referías a mí, ¿verdad?

Camila tragó fuertemente y recordó aquella noche. Cuando terminó la llamada con Dinah notó en
la entrada de la cabaña el perfume de Lauren y creyó que no había estado allí. Ahora sabía que se
equivocaba. Así que respondiendo a su pregunta se limitó a asentir con la cabeza.

- "Vale..." respondió Lauren antes de seguir secándose las lágrimas. "Después de oír eso, los
pensamientos del caso volvieron a mí. A eso se debió mi comportamiento apagado de esos días"
admitió.

"Hablé con Normani acerca de ello y me hizo volver a recordar todas tus buenas acciones y lo
buena persona que eres. No volví a pensar en ti como una delincuente hasta que te vi como una"
añadió soltando un suspiro.

En ese momento un sentimiento de culpabilidad recorrió el cuerpo de Camila. Sí, Lauren la había
utilizado y eso había estado mal, pero ahora sabía que si la hubiera dejado explicarse aquella
noche no hubiera tomado la decisión de dejarla y mucho menos dejarle la mano marcada en la
mejilla. Había pensado mal de ella cuando lo único que había hecho era protegerla tal y como le
prometió un día. La había protegido aun sabiendo que había una mínima posibilidad de que sus
sospechas fueran ciertas, y así lo fueron.

- "Lo siento" susurró Camila mirándola a los ojos.

- "No lo sientas Camila, la culpa es mía" dijo en el mismo tono agarrándole la barbilla.
- "Siento no haberte dejado que te explicaras y haberme ido así" se disculpó Camila de nuevo.
"Siento haberme apartado de ti cuando realmente no quería hacerlo. Siento haberte pegado por
no creer que me"

- "Te amo" la cortó Lauren regalándole una pequeña sonrisa. "Te amo" repitió de nuevo
acercándose más a ella.

- "Te amo" susurró Camila quedando a centímetros.

- "No te vayas de nuevo Camz" pidió Lauren rozando sus labios.

- "No pienso hacerlo señora oscura" respondió Camila rompiendo la distancia entre ellas.

Sin romper el beso en el que sus lenguas comenzaban una guerra de caricias, Camila empujó a
Lauren hacia atrás dejándola apoyada sobre el asiento del sofá. Sin notarlo, ésta se había tumbado
sobre el mando del reproductor de música el cual empezó a sonar provocando una leve sonrisa
entre medio del beso.

"I still hear your voice when you sleep next to me. I still feel your touch in my dreams. Forgive me
my weakness but I don't know why without you it's hard to survive..."

Con cuidado de no hacerle daño en la herida del muslo, Camila dejó su cuerpo apoyado en el
lateral contrario y siguió con su línea de besos sobre el cuello de la que volvía a ser su novia.
Notando aun la larga melena de Lauren mojada sobre su rostro, recorrió a besos su barbilla y su
clavícula. Lauren mientras tanto, jugaba con la camiseta del pijama consiguiendo quitársela sin
esfuerzo alguno. Las pupilas de la chica de ojos verdes se dilataron al sentir de nuevo ese fuego
interior dentro de ella.

"Cause every time we touch I get this feeling, and every time we kiss I swear I can fly. Can't you
feel my heart beat fast? I want this to last. Need you by my side"

Camila repitió el gesto de Lauren dejándola a ella también sin la parte de arriba de su pijama
exponiendo ambas sus pechos. Volvió de nuevo a jugar mientras notaba las uñas de Lauren
clavándose en su espalda. Ésta soltó un gemido ahogado al notar la boca de Camila aspirando su
cuello dejándole una marca en el punto exacto donde se escuchaba su pulso.

Sin poder hacer mucho esfuerzo a causa de su muslo, agarró con más fuerza a Camila de su
espalda y sin romper el beso, rodó hacia un lado haciéndolas caer al suelo quedando Lauren
posicionada arriba. La morena de ojos verdes soltó una sonrisa pícara y comenzó a jugar con su
boca recorriendo con su lengua desde su clavícula hacia el comienzo de su pantalón pasando entre
medio por los pechos de Camila, notando el pezón duro en su boca.

"Cause every time we touch I feel the static and every time we kiss I reach for the sky. Can't you
hear my heart beat slow? I can't let you go. Want you in my life"

Dejando escapar leves gemidos cada vez más intensos notando su centro húmedo, Camila decidió
acabar con el deseo que crecía entre sus piernas y agarró con fuerza el trasero de Lauren y bajó
sus pantalones mientras ésta no dejaba de besarla. La morena de ojos verdes rompió el beso para
ayudarla a causa de su herida y antes de seguir con su cometido, repitió el gesto con Camila
quedando ambas con tan solo la parte de debajo de su ropa interior fundidas en un profundo
deseo.

"Your arms are my castle, your heart is my sky. They wipe away tears that I've cried. The good and
the bad times we've been through them all. You make me rise when I fall"

Jugando ambas con sus manos llegaron hasta la zona húmeda de sus centros y a la misma vez
comenzaron a dejar leves caricias que se convirtieron en profundas en poco tiempo. Gimiendo el
nombre de cada una de ellas entre placer y placer que les producían sus manos, se miraron a los
ojos y ambas tenían las lágrimas saltadas. Se amaban y no había duda de ello.

"Cause every time we touch I get this feeling, and every time we kiss I swear I can fly. Can't you
feel my heart beat fast? I want this to last. Need you by my side"

Sintiendo el éxtasis en sus bocas peleando por alcanzar el orgasmo juntas, avanzaron más sobre el
rio entre sus piernas y hundieron sus dedos a la misma vez dejando que el movimiento temblante
de sus cuerpos guiase sus manos mientras el pulgar de ambas seguía jugando con sus clítoris.

- "Camz" gimió Lauren acelerando su ritmo olvidando el dolor de su muslo.

- "La...Lauren" gimió de vuelta arañando más su espalda.

- "Te amo" dijeron al unísono mirándose a los ojos.

Segundos después sin dejar de mirarse la una a la otra llegaron al orgasmo a la vez y volvieron a
conectar sus bocas después de haber vuelto a hacer el amor regalándose el mismo placer que la
primera vez que lo hicieron juntas.

"Cause every time we touch I feel the static and every time we kiss I reach for the sky. Can't you
hear my heart beat slow? I can't let you go. Want you in my life..."
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Capítulo 78

Las dos últimas semanas habían pasado tal y como Lauren las había imaginado sin contar con que
la chica de ojos marrones estaría de vuelta en su vida. Después de aquella noche en la que sus
cuerpos volvieron a fundirse ahogados por el deseo de la excitación y el anhelo, las cosas entre la
de nuevo pareja habían tenido grandes avances.

A pesar de que las heridas de su pálido rostro se hubiesen curado y los puntos quirúrgicos del
muslo estuvieran cicatrizados, Brooke había insistido en darle la baja temporal a Lauren ya que no
se trataba solo de su estado físico, sino también del psicológico. No sin antes hacer una pequeña
declaración de los hechos de la noche en la que perdió a su compañera y casi a su mejor amiga. En
otras condiciones Lauren se hubiera negado a aceptarlas pero en aquel momento no tuvo otra
opción.
Durante ese tiempo de baja temporal, la morena de ojos verdes había visitado todos los días a
Normani con la esperanza de que en una de sus conversaciones a solas ésta abriera los ojos. En
esas pequeñas visitas de escasos minutos diarios, Lauren le comentaba todo lo ocurrido esos días,
sin mencionar aun la muerte de Kate, e incluso habían visto varios capítulos de sus series favoritas
juntas. No faltaba un ramo de flores por cada visita, ni cada lágrima por cada palabra dicha.

Cuando Brooke le comentó a la morena de ojos verdes el tiempo límite que Normani tenía para
despertar, Lauren había vuelto a los primeros días después de aquella pesadilla, como ella la
llamaba. No podía vivir con la idea de saber que su mejor amiga tenía una fecha de caducidad que
se acercaba cada vez más. Le sonaba inhumano, por eso movió cielo y tierra para que eso no
ocurriese consiguiendo a través de un acuerdo entre abogados, 3 semanas más de lo acordado
siendo aún insuficientes.

Si Lauren había conseguido estar lo más calmada posible eso había sido gracias a Camila quien no
se había separado de ella en los últimos catorce días brindándole todo su apoyo consiguiendo que
despejara la mente. Cada noche habían dormido juntas turnándose en el estudio o en el piso,
empezando por la noche en la que estuvieron juntas después de tantas lágrimas derramadas. La
decisión de Camila de no volver a formar parte del mundo al que se había adentrado, tomó muy
de sorpresa a Lauren quien había puesto al día de la información que tenían en la oficina acerca de
'K', evitando informar acerca de que ella misma había hecho desaparecer parte de las pruebas.

- "Piensas demasiado" susurró Camila en la oreja de Lauren abrazándola por detrás.

Ésta se giró para tener a su novia de frente y la encontró con la camiseta blanca del graffiti azul
con la que había dormido la noche anterior además de con una expresión adormilada que le
recordaba a una niña pequeña.

- "Solo esperaba en silencio a que se hiciera el café" mintió dándole un cálido beso en los labios de
buenos días el cual prolongó unos segundos.

- "Será por eso por lo que se te ha quedado frio" rio Camila señalando hacia la cafetera de la cual
ya no salía vapor.

Aunque Lauren intentara evitar hacerla creer que su mente nunca descansaba, Camila lo notaba
cada día. No había intentado preguntar al respecto ya que las anteriores veces que lo había hecho,
Lauren le había cambiado de tema o le había puesto una excusa poco creíble como la que le
acababa de dar.

- "Ups" se sonrojó Lauren. "Mejor preparo otro y un zumo recién exprimido para la más bonita"
añadió.

- "No es bueno que mezcles el café con el zumo Lern Jergi" bromeó de nuevo Camila apoyando su
mejilla contra el hombro de su novia.

La morena de ojos verdes no pudo reprimir la sonrisa notando esa pequeña vibración en su
estómago y la rodeó en sus brazos admirando su esencia. Desde que volvieron a ser pareja, cada
vez que la abrazaba lo hacía como si fuera la última vez que lo fuese a hacer y le recordaba día a
día lo mucho que la ama no solo con palabras sino también con hechos que al fin de cuentas era lo
que más le importaba.

- "Hablaba de ti, idiota" susurró Lauren acariciando la larga melena oscura de Camila.

- "¿Ah sí? No me había dado cuenta" dijo irónica soltando una pícara sonrisa mientras volvía a su
anterior postura. "Podríamos salir a desayunar ya que si nos quedamos aquí voy a tener la
tentación de hacerte el amor sobre la encimera y llegaríamos tarde a la cita..." susurró Camila en
el oído de Lauren consiguiendo que ésta se estremeciera y notara el fuego interior entre sus
piernas.

- "¿Estás segura de que no puedes aplazarla? Porque podríamos poner a prueba tus tentaciones..."
dijo Lauren en voz baja besando el cuello de la chica más bajita. "¡Ay!" se quejó al sentir un
manotazo sobre su hombro por parte de su novia.

- "Eso para que la próxima vez pienses con la cabeza" gruñó Camila separándose de su novia.
"Vístete, vamos" ordenó queriendo parecer enfadada.

- "Sí mamá..." rio Lauren caminando hacia su habitación.

En cuanto ésta cruzó la puerta de su habitación, Camila se dejó caer en uno de los taburetes de la
cocina del estudio y soltó un suspiro. Se acercó hasta la cafetera y mientras tiraba por el fregadero
el café frio recordaba las palabras de Dinah.

- "Segundas partes nunca fueron buenas"

Y aunque pudiese tener razón, no se estaba dando el caso. La rubia había dejado en un segundo
plano su enfado hacia Lauren después de tener una conversación con ambas y explicarle el motivo
de su ausencia el día siguiente al tiroteo. Se alegraba de que volvieran a ser una pareja y
sobretodo que Camila fuese de nuevo feliz, pero no dudó en advertirle en que tuviera más cuidado
esta vez y ponerle el punto sobre las íes a Lauren.

- "¿Quién es la que piensa ahora demasiado?" preguntó Lauren detrás de ella viendo como Camila
seguía vaciando la cafetera ya vacía.

- "Uno a uno, Jauregui" bromeó la chica más bajita corriendo hacia la habitación para cambiarse.

Lauren sonrió como la idiota enamorada que era después de notar el beso fugaz sobre sus labios.
Se los mordió saboreando el sabor de su novia y se sentó en el sofá a esperar a ésta. Su estudio
había vuelto a tener el color que le faltaba sin contar con la cantidad de lienzos nuevos que
decoraban hasta el menor espacio disponible.

Inconscientemente se levantó del chaise longue y caminó hacia el mueble de su televisión de


plasma y cogió un marco nuevo que había colocado un par de días atrás junto al de ella y su
madre. Estaba tallado en madera tal y como a ella le gustaban. Éste mostraba una imagen de
Normani, Kate y ella en la oficina tomada por la chica de ojos cascada desde su mesa de trabajo.
Sin poder evitarlo, una lágrima recorrió su mejilla al recordar cómo aquel día no estaba de buen
humor y Kate propuso hacerse dicha foto con expresiones divertidas consiguiendo hacerla reír.
- "Deja de culparte por lo que sucedió" dijo Camila apareciendo a su lado ya vestida dejando un
beso en su hombro cubierto por un jersey negro.

- "La echo de menos, a las dos" admitió Lauren.

- "Lo sé, al igual que también sé que lo hiciste precioso en la misa" añadió Camila apoyando la
cabeza en el hombro que acababa de besar.

Fue en ese momento en el que el día del funeral de Kate volvió a su cabeza recordando cada
palabra, cada lágrima y cada 'lo siento' que lamentó.

Flashback

La primavera iluminaba el parabrisas del Chevrolet de Lauren mientras se dirigía a la Iglesia con
Camila a su lado sentada en el asiento del copiloto sosteniendo su mano libre. Al ser un funeral de
una agente del FBI, debía llevar el oscuro traje de gala. Al contrario que ella, la chica de profundos
ojos marrones llevaba un vestido negro ceñido a sus caderas con un escote disimulado. Lauren
tenía un gran nudo en su garganta y cada metro que recorría se hacía más grande.

Una vez en la puerta de la Iglesia identificó a sus compañeros vestidos de la misma forma que ella
y a Brooke con un traje aún más oscuro hablando con una adulta pareja que lloraba desconsolada.
Cómo si hubiera olido su presencia, la comandante se giró hacia ella y le hizo un gesto para que se
acercara.

Camila se soltó de su mano y le aseguró que estaría ahí esperándola una vez terminasen de hablar,
por lo que cogió aire y caminó a paso firme hacia donde se encontraban los seis ojos que no
dejaban de mirarla.

- "Lauren, ellos son los señores Ryan" los presentó utilizando el tono coloquial que no había
dejado de utilizar desde el tiroteo.

En aquel primer momento en que los miró directamente a los ojos, entendió el matiz de los ojos
cascada de Kate. No podía asegurar a quién se parecía más físicamente ya que Kate era una mezcla
de sus padres heredando las diminutas pecas de su madre.

- "Lamento muchísimo conocerlos en estas condiciones" admitió estrechándole la mano a ambos.

- "Nosotros también" respondió el señor Ryan con una sonrisa triste.

En ese momento un silencio incómodo se apoderó de la situación consiguiendo que el nudo de la


garganta de Lauren fuese a más. Aún seguía auto culpándose en silencio por la pérdida de su
compañera y tener a los padres de ésta frente a ella no estaba ayudando.

- "Me gustaría hacerles saber que..." intentó romper el silencio.


- "Estamos informados de todo, no hace falta que te expliques. Kate siempre ha sido muy
testadura, de hecho más que yo misma" explicó la señora Ryan con los ojos rojos y una bolsa
oscura difícil de tapar bajo estos limpiándose las lágrimas

- "Lo siento señora Ryan" se disculpó sintiéndose mal nuevamente.

- "No hace falta que te disculpes Lauren, nuestra hija nos habló de ti antes de infiltrarse y tanto mi
marido como yo sabemos perfectamente que hiciste todo lo posible por salvarla" explicó de nuevo
la señora Ryan. "Puedes llamarme Alice y él es Mathew. Si nos disculpan debemos recibir al resto
de familiares" se despidieron dejando a Lauren a solas con Brooke.

Ésta soltó un pequeño suspiro a la misma vez que la morena de ojos verdes en cuanto vieron cómo
los señores Ryan se paraban a recibir el pésame de otro grupo de personas.

- "¿Cómo estás?" preguntó Brooke acariciando su hombro.

- "Incómoda" respondió sin pensarlo soltando otro suspiro.

- "Te está cuidado bien ¿verdad?" preguntó Brooke de nuevo mirando hacia la figura de Camila
quien la saludó con la mano devolviéndole el saludo.

- "Sinceramente, no estaría así de serena si no fuera por ella" admitió curvando sus labios
intentando no mostrar los nervios en sus gestos.

- "¿Entramos?" propuso Brooke.

- "Entramos" respondió Lauren para ella misma.

Se sentaron en la cuarta fila de largos bancos dentro de la Iglesia dejando las primeras tres filas
para los amigos y familiares vestidos de negro en aquel día tan soleado. Casi le entran ganas de
vomitar cuando el cura empezó la misa levantando la tapadera del ataúd de madera oscura
dejando visible el rostro pálido y sin vida de su antigua compañera. Unos sollozos se oyeron
haciendo eco en la Iglesia.

- "Estoy aquí" susurró Camila agarrando su mano con fuerza dibujando pequeños círculos en ella
con su pulgar.

Lauren asintió soltando un suspiro y trató de no mirar hacia el cuerpo sin vida mientras el cura
daba la misa. Aunque la morena de ojos verdes no se sintiera a gusto allí adentro, hizo todo lo
posible para mantener la calma evitando unirse a los llantos desconsolados de Alice Ryan entre
tantos familiares.

Media hora después, el señor Ryan dio un discurso precioso acerca de la vida de su hija
mencionando también a Sara, la hermana fallecida de Kate. No podía imaginar el dolor que
estaban viviendo después de haber perdido a sus dos únicas hijas pero lo que tampoco pudo
imaginar fue las palabras que Mathew Ryan dijo después de terminar sus breves palabras.

- "Lauren, ¿te importaría seguir?" propuso señalándola.


En aquel momento la morena de ojos verdes se aferró con más fuerza a la mano de su novia
mientras notaba como todos, incluido el cura, la miraban fijamente. Tragó con fuerza y sin poder
negarse a la petición del señor Ryan, se soltó del agarre de Camila y caminó nerviosa hacia la
pequeña tarima evitando mirar hacia el cuerpo sin vida de su antigua compañera.

Con el micrófono frente a ella y el resto de personas allí dentro en silencio observando cada
movimiento que hacía mientras escuchaba pequeños comentarios en voz baja, tragó fuertemente
y sin tener nada preparado, comenzó a hablar.

- "A ver... yo..." comenzó nerviosa. "Como muchos ya sabréis y otros sospecharán, Kate formó
parte de mi pequeño equipo como yo nos llamaba" comenzó con una sonrisa nerviosa. "Nuestro
primer encuentro fue frente a una máquina expendedora y desde entonces me impresionó su
forma de cuidarse. Con el tiempo nos hicimos grandes amigas además de compañeras. Las
mañanas en la oficina se nos hacían más amenas gracias a ella y descubrir parte de su
personalidad fue todo un reto" siguió pausándose para coger aire. "Kate me enseñó, no, me
demostró que la edad no es ningún impedimento para conseguir lo que te propones y que nunca
me he había topado con alguien tan testaruda hasta que la conocí"

Se pausó de nuevo unos segundos mirando hacia las caras conocidas que la observaban. Brooke le
sonreía entre lágrimas al igual que los señores Ryan y algunos de sus compañeros, pero sus ojos
estaban fijos en Camila quien la miraba con orgullo y admiración.

- "Yo estuve con ella aquella noche" continuó ahora más seria. "Misma noche en la que gracias a
ella salvamos aquellas niñas que ahora han vuelto con sus familias. Intenté... intenté lo mejor que
pude mantenerla viva en mis brazos hasta que llegase la ambulancia pero no todo es siempre
como una lo desea" se pausó para contener las lágrimas que empezaban a salir. "Sus palabras
acerca de su hermana y honrarle el mérito a ella me hicieron vulnerables consiguiendo que
cometiera el error de dejar que se infiltrara y no hay día que no me lo perdone" volvió a auto
culpase directamente.

Los sollozos se habían hecho más abundantes entre los presentes, e incluso Lauren había dado un
par de ellos mientras intentaba concentrarse en cada frase que iba diciendo acompañadas por un
dolor palpitante dentro de su pecho.

- "Trabajar a su lado ha sido todo un orgullo y un placer porque no solo la he visto crecer en su
trabajo día tras día, sino que también me ha enseñado valores tan simples como el significado de
un tatuaje" siguió. "Kate, la chica de ojos cascada como yo la llamaba, se marchó con una leve
sonrisa en sus labios. Y nada, pero nada, va a hacerme olvidar eso" concluyó.

Antes de terminar con su breve y espontáneo discurso, se armó de valor y bajó de la pequeña
tarima caminando hacia el ataúd con su cuerpo. Con una presión en el pecho y los ojos empañados
por las lágrimas, acarició su helada mejilla y dejó un beso en su frente soltando un pequeño rastro
de lágrimas.

- "Te voy a echar mucho de menos compañera" dijo en un tono suficientemente alto para que
todos en silencio detrás de ella la escucharan antes de volver a su asiento.

Fin del Flashback


Camila recogió la pequeña lágrima de la mejilla de su novia antes de que ésta llegase a su nariz y le
dio un tierno beso en los labios entregándole ese apoyo moral que le faltaba en aquel instante.
Lauren dio un pequeño sollozo y dejó el marco tallado en madera en su lugar dando un gran
suspiro.

- "¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero?" preguntó la morena de ojos verdes agarrando la
barbilla de Camila.

-"Me lo has demostrado que es mucho mejor" respondió la chica más bajita dándole un cálido y
apretado abrazo. "Nuestro desayuno nos espera" susurró en su oído antes de darle un rápido beso
y acercarse a la puerta del estudio.

Lauren soltó una diminuta sonrisa y siguió a su novia después de coger su bolso y las llaves del
Chevrolet. Le era inevitable sonreír teniéndola a su lado y más sabiendo que tenía una segunda
oportunidad, la cual no iba a dejar escapar.

Condujo hasta su habitual cafetería aparcando dos calles más a tras a causa del tráfico en la zona
céntrica. Le abrió la puerta a Camila y enlazaron sus manos hasta que llegaron a la puerta
encontrándose de frente con Emily, la camarera conocida por Lauren.

- "Pero mira quien se ha dignado a hacerme una visita" bromeó Emily dándole un cálido abrazo. "Y
que buena compañía..." susurró en su oído.

Camila quien pudo oír el comentario de la aun adolescente camarera, le dio un codazo disimulado
a su novia para que ésta las presentara.

- "Camz, ella es Emily. Emily, ella es Camila, mi novia" las presentó notando la sorpresa en los ojos
de la camarera mientras estrechaba la mano con la chica más bajita.

- "Encantada" dijo Camila con una sonrisa.

- "Igualmente" respondió con otra. "¿Qué vais a querer? ¿Lo de siempre?" preguntó mirando hacia
Lauren.

- "Esta vez no" negó la morena de ojos verdes. "Quiero un desayuno completo con dos zumos
recién exprimidos ¿te parece bien?" preguntó a Camila quien asintió deseosa por probar aquel
desayuno.

- "Perfecto" dijo Emily anotándolo en el bloc de notas que se sacó del uniforme naranja. "En
seguida vuelvo" se despidió.

La pareja anduvo hasta uno de los sillones de mimbres más apartados de la cafetería y se dejaron
caer en ellos hasta que Emily volvió con una enorme bandeja. El desayuno estaba compuesto por
dos gofres con sirope y nata y un crep relleno de chocolate con fresas que comieron a medias.
Lauren sabía que Camila debía estar con las pilas cargadas para la consulta y ésta no puso ningun
impedimento.
El desayuno pasó tranquilo entre risas y besos como se habían convertido cada comida que hacían
juntas sin contar con que esa vez no pudieron hacer el amor como un pequeño aperitivo de más.
Al terminar de desayunar, se colocaron sus respectivos abrigos y salieron después de despedirse
de Emily ambas con un abrazo.

Durante el desayuno, Lauren le había explicado a Camila cómo llegó a esa cafetería por primera
vez y cómo había conocido a Emily, siendo ésta un gran ejemplo a seguir. Cuando los ojos verdes
de Lauren brillaron en medio de la explicación, la chica más bajita supo que no solo estaba
hablando de la camarera sino que también con sus palabras recordaba a Kate.

Antes de pasar por la clínica, aprovecharon el tiempo extra que tenían y pasaron por el Hospital
Revefor. A pesar de las dos semanas que habían pasado seguían quedando algun que otro
periodista en la puerta. Brooke se había negado a dar más explicaciones por petición de la familia
Ryan y Kordei. Caminaron hacia las metálicas puertas del ascensor y esperaron a que se abriesen
dejándole paso.

- "¿No te da morbo?" preguntó Camila soltándose del agarre.

- "¿El qué?" preguntó Lauren confusa notando como su novia se acercaba más a ella.

- "Los ascensores de un hospital" respondió con una sonrisa pícara empujando a Lauren contra
uno de los laterales. "Porque a mí me parecen de lo más tentadores" susurró en su oído clavando
su muslo en el centro de su novia.

- "Camz..." gimió. "El ascensor está a punto de"

- "Shh" la calló Camila. "Déjame hacerte mía" susurró de nuevo volviendo a clavar el muslo contra
su centro mientras atacaba su cuello.

Lauren dejó que su mente se nublase a causa del fuego interior que ocupaba su cuerpo en aquel
instante, pero Camila miró hacia la pantalla que reflejaba el piso en el que se encontraban y
decidió jugar un poco más antes de separarse de ella.

- "Lauren" la llamó gimiéndole en el oído.

- "¿Sí?" respondió en el mismo tono notando el muslo de novia a presión en su centro.

- "¿Sabes que estás muy...?" se pausó para morder sus clavículas. "Muy..." se volvió a pausar
llegando a la barbilla. "Muy..." se pausó una vez más a milímetros de sus labios. "¿Colorada?"
finalizó apartándose de ella antes de que sus labios se rosasen y las puertas se abrieran.

Camila miró a su novia con una sonrisa victoriosa mientras ésta la miraba con una ceja levantada
mordiéndose los labios. Lauren soltó un suspiro, se colocó bien el jersey de pico y salió del
ascensor rápidamente alcanzando a la chica más bajita dejando un pequeño roce en su trasero.

-"No pienso caer en otro de tus juegos" susurró Lauren en su oído mientras llegaban a la
habitación 114.
- "Te lo recordaré cuando llegues al orgasmo gritando mi nombre" respondió Camila pícaramente.

- "¿Cuándo hemos llegado a esto?" rio la morena de ojos verdes antes de abrir la puerta de la
habitación.

Al abrirla se encontró con la figura de Chad sujetando la mano de Normani. A pesar de su tono
oscuro de piel, podía notar las grandes bolsas oscuras bajo sus ojos. Brooke había insistido en
darle a él también varios días libres pero Chad se había negado y pasaba sus horas de descanso en
aquella habitación privada hablando con su mejor amiga acerca de los planes de futuro que le
esperaban una vez despertarse.

- "Me alegro de verte" saludó Chad dándole un abrazo a Lauren y una sonrisa a Camila quien
estaba detrás de ésta.

- "¿Cómo estás?" preguntó la morena de ojos verdes.

- "Expectante" admitió soltando un suspiro mientras metía sus grandes manos en los bolsillos
delanteros de su pantalón. "¿Y tú? Estás un poco roja" observó Chad.

- "¿Esto? Eh... No es nada, será el aire acondicionado" mintió recordando que hablaría más tarde
con su novia.

- "Está bien, os dejaré a solas" dijo antes de marcharse apenado. "Me alegro de verte Camila" se
despidió.

Camila no conocía mucho al novio de Normani pero por lo poco que había visto y por lo que le
había contado su novia, sabía que era un gran chico y que estaba muy enamorado de la morena.
Cada vez que la chica más bajita se imaginaba qué sería tener a Lauren en el estado de Normani,
un escalofrío y un fuerte dolor, se apoderaban de su cuerpo.

- "¿Quieres qué...?" preguntó Camila señalando hacia la puerta.

- "No, prefiero que te quedes esta vez" admitió Lauren sentándose junto a su mejor amiga.

Solo había dejado que Camila se quedase a su lado la primera vez que la acompañó a visitarla y se
odió a sí misma por dejarse ver de aquella forma tan vulnerable frente a su novia, pero con el paso
de los días había llegado a la conclusión de que ser vulnerable frente a la persona a la que amas
era parte de la relación y de la confianza depositada en ella.

- "Hey" saludó Lauren a Normani agarrándole la mano. "No hace falta que sigas invernando, la
primavera ya está aquí" dijo con una sonrisa triste. "¿Sabes? Nunca pensé que podría
acostumbrarme a tu silencio. Es raro... e incómodo" añadió soltando una pequeña lágrima.

Camila miró desde el otro asiento la lágrima caer hasta las manos de ambas y sintió un fuerte
dolor en el pecho. Lauren estaba más calmada que la última vez que la vio pero eso realmente le
preocupaba. No quería que su novia se guardase sus sentimientos y emociones por estar ella
presente.
- "He esperado bastante tiempo pero creo que es hora de que sepas por qué Kate no viene a
visitarte" dijo en voz baja cogiendo aire. "Recuerdo haberte pedido aquella noche que no me
dejaras tú también, y si te lo dije de esa forma era porque Kate ya lo había hecho" se pausó y
agarró la mano con fuerza mientras se limpiaba las lágrimas con la otra. "Me pidió... me pidió que
te dijera que eres una cabrona" rio entre lágrimas.

"Pero que gracias a ti no hubiera aprendido todo lo que sabía" se pausó.

Un sollozo detrás de Lauren hizo que se detuviera y prestara atención a su novia quien tenía los
ojos brillosos. Ésta le brindó una pequeña sonrisa a la cual Lauren respondió del mismo modo
entre lágrimas y volvió a centrar la atención en su mejor amiga. Camila no había podido evitar
sentir el mismo daño que estaba sintiendo Lauren en ese preciso momento.

- "Te he traído algo" informó Lauren limpiándose las lágrimas y rebuscando en su bolso. "Nos han
recomendado hablar pero no nos han prohibido nada acerca de la música" explicó sacando su
móvil y poniendo una canción concreta. "Espero que con esto entiendas lo mucho que necesito
que vuelvas a mi lado Mani" dijo dejando un leve beso en su frente. "Te quiero, idiota"

"Come up to meet you, tell you I'm sorry. You don't know how lovely you are. I had to find you, tell
you I need you, tell you I set you apart. Tell me your secrets and ask me your questions. Oh let's go
back to the star. Running in circles, coming up tails, heads on a science apart"

Camila se limpió las lágrimas que había dejado caer viendo cómo Lauren miraba a su mejor amiga
y mientras The Scientist de Coldplay sonaba de fondo, se acercó hacia el otro lado de la camilla y
agarró la mano libre de la morena dándole una sonrisa a su novia.

"Nobody said it was easy, it's such a shame for us to part. Nobody said it was easy, no one ever
said it would be this hard. Oh, take me back to the start..."

Mientras la canción continuaba con su producción envolviendo la habitación en un cálido sonido,


tanto Lauren como Camila miraban a Normani con la esperanza de que se despertara al escuchar
la canción, pero cada segundo que pasaba se les hacía más difícil creerlo.

"I was just guessing at numbers and figures, pulling the puzzles apart. Questions of science,
science and progress. Do not speak as loud as my heart. Tell me you love me. Come back and
haunt me. Oh, and I rush to the start..."

- "Vuelve conmigo..." suplicó Lauren dejando caer de nuevo las lágrimas. "Por favor..."

"Nobody said it was easy, it's such a shame for us to part. Nobody said it was easy, no one ever
said it would be this hard. Oh, take me back to the start..."

La canción acabó y con ella las esperanzas de la pareja porque Normani abriera los ojos en aquel
momento. Se quedaron en silencio un par de segundo más y despidiéndose con un beso en la
frente cada una, salieron de la habitación. Lauren se mordió los labios fuertemente intentando
contener su desgarradora tristeza y se dirigió hacia el ascensor junto con Camila quien apretaba su
hombro con fuerza.
Hicieron todo el camino hacia la clínica en silencio. No era su habitual y agradable silencio, sino
todo lo contrario. Camila no se atrevió a hablar debido a que sus palabras pudieran afectar al
sistema nervioso de su novia mientras conducía por lo que prefirió esperar hasta que llegaron a la
clínica, habiendo notado por el camino cómo los ojos de Lauren se habían vuelto más grises que
verdes y habían perdido su brillo.

- "Eh" la llamó Camila nada más bajarse del Chevrolet. "Mírame" le pidió.

Lauren obedeció a su novia y la miró por primera vez a los ojos desde que habían abandonado la
habitación 114.

- "Ella va a volver, lo sé y tú también lo sabes" dijo Camila agarrando su mano y dejando un suave
beso en ella. "Solo dale tiempo"

- "Eso es exactamente lo que no tenemos Camz..." respondió cabizbaja.

- "Eh" la volvió a llamar agarrando su barbilla haciendo que la mirara fijamente a los ojos. "Dame
tu mano" dijo llevándosela hacia su corazón. "¿Lo notas latir?" preguntó.

- "Obviamente" respondió Lauren con un suspiro.

- "Pues el de Normani late igual de fuerte, la única diferencia es que ella está dormida y yo no. Y
solo eso ya nos da las probabilidades necesarias para no perder la esperanza" explicó sin dejar de
mantener la mano de su novia junto a su pecho.

- "Te amo" declaró Lauren abalanzándose sobre su novia en medio del parking de la clínica
fundiéndose en sus brazos.

- "Yo también te amo pero en cualquier momento nos van a atropellar" rio Camila dándole un
profundo beso a su novia y enlazando de nuevo sus manos. "Vamos"

La sala de espera de la consulta de la clínica, era muy similar a la de la consulta a la que acompañó
a su madre varias veces. Dentro de la sala, además de ellas, había tres mujeres más leyendo un par
de revistas excepto una de ellas embarazada que acariciaba su vientre con una sonrisa. Los
minutos se hicieron eternos y Camila podía notar cómo Lauren estaba incluso más nerviosa que
ella.

- "¿Camila Cabello?" preguntó una secretaria con una carpeta en sus manos.

- "Sí" respondieron ambas al unísono levantándose rápidamente.

Dentro de la consulta una mujer de unos cincuenta años con unos guantes de latex morados, las
esperaba junto a una camilla negra.

- "Bienvenida, soy la Doctora Lewis" se presentó después de quitarse los guantes y arrojarlos a una
papelera de aluminio. "Según tengo entendido estáis aquí por la donación de óvulos ¿verdad?"
preguntó haciendo que ambas asintieran. "¿Venís juntas o solo una de vosotras los va a donar?"
- "Venimos juntas" respondió Lauren. "Quiero decir, venimos juntas pero porque yo la acompaño,
ella es la que los va a donar, sí" se corrigió nerviosa.

Camila soltó una juguetona sonrisa al notar el nerviosismo de su novia por algo que se iba a hacer
ella y no precisamente en ese mismo día. De repente la imagen de ella misma embaraza en un
futuro y Lauren nerviosa en el paritorio agarrando su mano, se coló en su cabeza consiguiendo que
se mostrase en su rostro una sonrisa aun más grande.

- "Cariño, relájate" dijo Camila agarrándole la mano soltando una diminuta risa. "Soy yo la que
quiere donarlos" afirmó.

- "Está bien" sonrió la doctora Lewis. "Tengo que hacerte primero un par de preguntas para
asegurarnos de que eres una buena candidata para ser donante de óvulos, ¿de acuerdo?"
preguntó haciendo que Camila asintiese. "Tienes entre 18 y 34 años y vives cerca de la clínica" dijo
mirando el informe con su ficha. "¿Alguna enfermedad de transmisión sexual o hereditaria?"
preguntó.

- "No" negó rápidamente Camila segura de ella misma.

- "Perfecto entonces" sonrió la doctora. "Como ya sabrás, con este proceso lo que haces es ayudar
a las mujeres cuyos ovarios no funcionan por edad, enfermedades genéticas o simplemente no
tienen suficiente calidad para poder gestar" explicó.

Tanto Camila como Lauren asintieron al mismo tiempo mientras sostenían sus manos cada vez con
más fuerza. La morena de ojos verdes se sentía en aquel momento como si fuese ella la donante.

- "El anonimato es total. Ni las donantes pueden conocer a los niños ni éstos a las donantes. Una
vez que te conviertas en donante no podrás hacerlo más de 6 veces. No existen riesgos de efectos
secundarios" explicó la doctora. "La punción folicular se realizará en quirófano bajo sedación
general y tendrás una estancia clínica de entre unas 2 o 3 horas. Antes de esto deberás
administrarte una medicación durante 10 u 12 días" siguió explicando. "¿Alguna pregunta?"

- "Sí" respondió Camila. "¿Puedo mantener relaciones sexuales durante el tratamiento?" preguntó.

- "¡Camz!" dijo Lauren alterada y bastante sonrojada ganándose la atención de la doctora y su


novia. "Perdón" se disculpó sonrojándose aún más.

- "No es recomendable durante la estimulación ovárica hasta la nueva menstruación después de la


punción folicular tanto por el riesgo de gestación múltiple como por el de torsión ovárica" explicó
la doctora Lewis de nuevo. "Pero los demás días puedes mantener relaciones sin problemas" rio.

Lauren miró fijamente a Camila sabiendo que con la vida sexual tan plena que llevaban las últimas
semanas, eso iba a ser un paso difícil para ambas. Mientras Camila seguía hablando con la doctora
acerca de los riesgos y otras cosas a las que no prestaba atención, Lauren solo podía pensar en una
pregunta con la que llevaba en mente desde que entró en la consulta.

- "¿Podrá tener hijos si dona óvulos?" preguntó la morena de ojos verdes sin poder aguantar más
la necesidad de conocer la respuesta a su pregunta.
En aquel momento Camila miró a su novia con una mirada de adoración. La pregunta de Lauren
solo podía significar que quería formar una familia en un futuro con ella. No pudo evitar notar el
brillo en sus ojos a causa de las pequeñas lágrimas y apretó la mano enlazada de su novia quien
miraba expectante a la doctora Lewis.

- "Claro" rio. "En cada ciclo normal empiezan a crecer varios óvulos pero al final solo uno alcanzará
el crecimiento suficiente para llegar a ovular. Con el tratamiento lo que hacemos es conseguir que
varios alcancen el tamaño adecuado para madurar sin afectar al total de óvulos que nosotras, la
mujeres, poseemos" explicó.

Lauren se quedó con aquella última respuesta y se olvidó de todo lo demás. Camila había
empezado con el tratamiento después de examinar sus ovarios en una pequeña pantalla y darle la
receta médica con las hormonas que debía tomar. Se sentía completamente llena y feliz pero
sobretodo lo estaba por saber que Lauren quería o al menos tenía en mente formar una familia
con ella.

Volvieron al aparcamiento y sin poder evitar preguntarle sobre ello, Camila se aferró a la cintura
de su novia por detrás de su espalda y dejó un beso en su cuello antes de soltar la ansiada
pregunta.

- "Así que Lauren Jauregui quiere formar una familia" bromeó en su oído.

- "Depende" dijo en el mismo tono agarrando las manos de su novia de su cintura y dándole una
vuelta en medio del parking.

- "¿De qué si se puede saber Lern Jergi?" gruñó Camila frunciendo el ceño.

- "De si tus óvulos son suficientemente buenos" admitió con una gran sonrisa quedando a
centímetros de ella.

- "En ese caso deberíamos empezar a ponerlo práctica" respondió Camila juguetona juntando más
sus cuerpos. "Ya sabes, para estar seguras" susurró.

- "No podría estar más de acuerdo gruñona" añadió Lauren rompiendo la distancia que las
separaba juntando sus labios en un profundo beso en el que encajaban perfectamente sus bocas.

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Capítulo 79

Tanto Camila como Lauren sabían que pasar todo el día juntas no era nada conveniente para
volver a tener una relación estabilizada, por lo que los diez días siguientes se habían distanciado
un poco más regalándose su propio espacio.

Normani no había mostrado signos de mejoras en todo ese tiempo. Realmente era algo que le
preocupaba bastante a la morena de ojos verdes. Gracias a Camila había conseguido asimilar la
situación y saber afrontar los problemas sin dejarse caer en ellos, pero el tiempo jugaba en su
contra y los días cada vez se iban más rápido.

A pesar de seguir de baja temporal, Lauren necesitaba volver a concentrarse en su trabajo, por eso
vestía con su habitual traje aquella misma mañana mientras tomaba una taza de café con leche
sentada en el taburete de su cocina. Brooke no tenía ni idea de las intenciones de la morena de
ojos verdes, pero ésta tampoco quería avisarla. Tarde o temprano tendría que volver a su trabajo.

Dejando un sabor a café sobre sus carnosos labios, dejó la taza ahora vacía y miró la hora en el
reloj que colgaba de la pared. Las diez de la mañana. Su turno ya había empezado pero no le
importaba. No tenía por qué ser puntual en aquel instante. Se dirigió hacia el caballete y mantuvo
la pequeña caja de acuarelas que Camila le regaló por San Valentín sobre sus pálidas manos.
Estaban bastante desgastadas y el lienzo que tenía frente a ella explicaba por qué.

Las líneas sin destino fijo pintadas a color mostraban su vida en aquel momento. No podrían tener
destino pero estaban ahí, marcadas. Lo mismo pasaba con Lauren. Estaba sujeta a la vida que ella
había construido pero no veía más allá de lo que vivía día tras día. Soltó un gran suspiro y volvió a
mirar el reloj de la pared. 10:20am. Había pasado veinte minutos en silencio contemplando una de
sus obras y recapacitando acerca de su vida.

Tener a Camila de nuevo formando parte de ella, llenaba los huecos vacíos que le faltaban y
amortiguaba el dolor de tener a su mejor amiga en coma. Pero había una extraña sensación
dentro de Lauren que la inquietaba y era nada más y nada menos que la comandante Brooke.
Desde que había vuelto en serio a su trabajo, se había involucrado a fondo en el caso de K y eso no
le provocaba nada bueno a la morena de ojos verdes.

Siendo éste otro de los motivos por los que había decidido ponerle fin voluntariamente a su baja,
cogió las llaves de su Chevrolet junto con su bolso y salió del estudio caminando como si nunca
hubiese tenido que extraerse un cristal del muslo por propia voluntad.

Llegó a la oficina casi media hora después saludando a un par de compañeros que la miraban con
confusión por estar allí y con pena por saber por lo que había pasado. Se dirigió hacia su mesa y
notó un pinchazo en el estómago al no encontrar las placas con los apellidos de Normani y Kate.

- "¿Lauren?" dijo una voz detrás de ella. "¿Qué haces aquí?" preguntó Brooke.

- "¿Por qué no están sus placas?" preguntó seria notando mucha saliva en su boca.

- "Necesitábamos las mesas y ellas ya no..."

- "¿No qué Brooke?" preguntó llena de ira mirando fijamente hacia su jefa. "Porque te recuerdo
que Normani sigue viva" gruñó. "¿Dónde está su placa?" preguntó de nuevo.

La comandante Ally Brooke dio un largo suspiro y señaló hacia una caja de cartón en una de las
estanterías de la oficina. Lauren gruñó una vez más y se dirigió rápidamente hacia la caja notando
la mirada de su jefa en su espalda. Rebuscó en ella hasta que dio con la placa metálica con el
apellido de su mejor amiga grabada en ella y volvió hacia la mesa de ésta colocándola de nuevo
donde debería de estar, provocando un fuerte ruido del acero chocando contra la madera. La
comandante no había dejado de prestarle atención a toda la escena.

- "Mucho mejor" susurró Lauren dejando caer una pequeña lágrima.

- "Cuando estés lista ven a verme a mi despacho, tenemos que hablar" dijo Brooke colocando su
pequeña mano sobre el hombro alto de su agente.

Lauren se limitó a asentir y hasta que no escuchó la puerta del despacho de su jefa cerrarse, no se
dejó caer en su silla. Se sentía frio y extraño no escuchar las continuas peleas sin sentido de Kate y
Normani o las risas de las tres por alguna tontería contada por alguna de ellas. Acarició los
reposabrazos con sus manos y encendió su portátil notando aun algunas miradas provenientes de
sus compañeros.

Reviviendo cada informe del caso de Aleric, acabó imprimiéndolos todos y colocándolos dentro de
una caja con el nombre "caso cerrado" con

su propia caligrafía. Por lo que le había informado Brooke, consiguieron detener a todos los
hombres de Aleric e incluso a Angélica Clark, habiendo sido ésta delatada por uno de ellos. Al
hombre que casi le arrebata la vida a su mejor amiga, lo encontraron sin vida a pocos metros de la
residencia con un agujero de bala traspasando su garganta. La autopsia dejó claro que se trataba
de un suicidio.

Llevaba varios minutos preparada para hablar con la comandante pero realmente no le apetecía,
por lo que cargó la caja entre sus brazos y se paseó por la oficina. Estaba bajando las escaleras
cuando alguien tropezó con ella consiguiendo que la caja cayese al suelo y por consecuente
también la mayoría de los informes que aún estaban calientes al estar recién imprimidos.

- "Perdón" dijo una chica cuya cara le resultaba muy familiar mientras recogía los informes.

De repente, la chica cogió una foto de Aleric entre sus manos y se quedó pálida mirándola
fijamente. Tenía la misma mirada que Kate antes de que ésta le advirtiera en la gran residencia
que todo era una trampa. Fue entonces cuando Lauren reconoció a la chica que tenía frente a ella
recogiendo informes.

- "Eres una de ellas" susurró Lauren haciendo que la chica la mirase por primera vez a los ojos
asintiendo.

La chica sin nombre era la misma que visualizó desde la furgoneta cuando Kate se infiltró junto con
el resto de vagabundos. Tenía una mirada muy expresiva por lo que para Lauren fue fácil de
comprender el miedo que aún sentía en sus ojos. No parecía la misma chica que había visto en la
infiltración de Kate. La ropa que llevaba no era de ella y lo sabía porque la había visto antes en la
caja de 'objetos perdidos o no identificados'.

- "¿Cómo te llamas?" preguntó Lauren terminando de recoger los informes esparcidos por el suelo
mientras sus compañeros pasaban por su alrededor sin ni si quiera prestarles atención. "Yo soy
Lauren, Lauren Jauregui"
- "Laila" respondió poniéndose de pie junto a Lauren. "Tú... estuviste allí ¿verdad? Yo te vi en la
ambulancia junto con... ella, la que nos salvó" explicó nerviosa haciendo que Lauren asintiese.

En el momento en el que Laila mencionó a Normani notó dolor en sus palabras. A pesar de haber
superado aquel infierno, seguía sin sentirse segura. Por lo que sabía, las chicas habían vuelto con
sus familias pero no había recordado que ésta en concreto no podría tener ese privilegio, por lo
que quiso salir de dudas.

- "¿Te gustaría acompañarme a deshacerme de esto?" propuso señalando la caja. "Después, si te


apetece, puedo invitarte a tomar algo" añadió con una sonrisa.

La chica que tendría un par de años menos que Kate asintió en silencio y siguió a Lauren hasta la
gran sala junto con el resto de expedientes amontonados en estanterías. Todavía tenía que hablar
con Brooke pero la curiosidad por saber más sobre Laila tendría que hacerla esperar. Caminaron
un par de minutos hacia la cafetería en la planta baja de la oficina en completo silencio y antes de
ordenar el pedido, Lauren recapacitó en que desconocía los gustos de la chica.

- "¿Qué quieres tomar?" preguntó la morena de ojos verdes. "¿Café?"

-"Chocolate caliente" respondió después de negar la pregunta de Lauren.

Nada más responderle notó la ilusión en sus ojos negros como si le estuviese ofreciendo algo más
que una simple taza de chocolate caliente. Lauren le propuso que se sentara en una de las mesas
dobles mientras ella esperaba el pedido. Por un instante se quedó en silencio observando cómo
jugaba con el puño de la sudadera que le quedaba enorme. Era tan solo una cría.

Cogió los dos vasos de cartón junto con una pequeña bandeja, dándole las gracias al camarero que
ya conocía y se dirigió hacia la mesa donde Laila la esperaba. Cuando le colocó un pastel relleno de
crema junto con el chocolate caliente, sus ojos profundamente negros se iluminaron.

- "Muchas gracias" le agradeció llevándose el pastel a la boca.

Lauren asintió lentamente haciéndole saber que no debía agradecerle nada. Se tomó su café en
silencio mientras veía a la pequeña adolescente devorar su aperitivo. No tardó mucho en querer
descubrir qué seguía haciendo allí, pero Laila se le adelantó al hablar.

- "¿Cómo está ella?" preguntó. "Sé que está en el hospital pero no me han dicho nada más"
añadió.

- "Normani está en coma" respondió Lauren rápidamente cayendo en la conclusión de que era la
primera vez que lo admitía sin problemas.

- "Oh" dijo apagada con los ojos vidriosos.

Lauren se mordió la punta de su lengua mientras levantaba una de sus cejas. Por un momento
notó en la pequeña adolescente que tenía frente a ella, que ésta sentía algo más que tristeza por
su mejor amiga.
Como si aquella terrorífica noche las hubiera unido. Fue entonces cuando una idea pasó por su
cabeza.

- "¿Te gustaría acompañarme a visitarla?" propuso Lauren con una sonrisa.

- "¿De... de verdad?" preguntó Laila entusiasmada.

- "Sí" asintió la morena de ojos verdes. "Pero primero tenemos que hablar de un par de cosas"
añadió.

- "Lo que sea" respondió sincera.

Aprovechando aquella última frase, Lauren quiso saber más sobre la pequeña adolescente a través
de un par de preguntas, y le dio un par de sorbos al segundo café de la mañana antes de
formularlas.

- "¿Dónde están tus padres?" preguntó.

- "Mis padres murieron en un accidente de coche cuando yo tenía once años" explicó. "Soy
huérfana" añadió encogiéndose de hombros como si ya lo tuviera superado.

- "Lo siento..." se disculpó Lauren por haber sido tan directa.

- "Todo lo que hay que lamentar, ya lo hice en su día. No te preocupes" dijo Laila volviéndose a
encoger de hombros.

- "¿Has vivido en la calle desde entonces?" preguntó con un nudo en la garganta.

- "No" negó. "Cuando mis padres murieron nadie de mi familia quiso hacerse cargo de mí. Es lo
que tiene pertenecer a una familia de clase baja" explicó. "Me internaron en un orfanato con la
esperanza de que me adoptasen, pero eso nunca llegó a suceder. Las familias ilusionadas que nos
visitaban siempre acababan recurriendo a los niños pequeños o incluso los bebés, dejándonos a
los de nuestra edad a un lado sin ni si quiera mirarnos." Se pausó juntando las cejas como si
estuviera recordando algo. "Solían decir que éramos

'Demasiado mayores con demasiados problemas'" imitó la frase como se la solían decir a ella.

En el momento que escuchó aquello una mezcla de ira y tristeza recorrió el cuerpo de Lauren. La
empatía que sentía por Laila le hacía notar en su propia piel lo duro que tuvo que ser vivir aquello
con tan solo once años.

- "Recibí malos tratos en el orfanato durante un año hasta que decidí escaparme con un chica que
conocí allí de mi misma edad, Adele, se llamaba" siguió. "Después de escapar nos separamos. No
he vuelto a saber nada de ella en estos tres años que llevo viviendo a base de miseria o la
compasión de personas que se dignan a darme un par de monedas" concluyó terminándose el
chocolate caliente.
- "¿No intentaron encontrarte?" preguntó Lauren aun con el mal sabor de boca por haberle hecho
recordar aquellos duros años.

- "Sinceramente no lo sé, pero si lo hicieron, fracasaron porque no he vuelto a saber nada más de
ellos" admitió.

- "¿Por qué sigues aquí?" preguntó Lauren sin aguantar más.

- "Van a trasladarme a un orfanato en cuestión de días, Ally, tu jefa supongo, me permite


quedarme aquí hasta entonces" respondió mirando el plástico lleno de migas donde iba envuelto
el pastel.

- "¿Aquí?" preguntó sorprendida. "El único sitio que hay aquí es... Mierda" gruñó Lauren. "¿Llevas
casi un mes durmiendo en una celda?" preguntó histérica haciendo que Laila asintiera. "No me lo
puedo creer" gruñó de nuevo.

- "Es lo mejor que he tenido en cuatro años" admitió encogiéndose de nuevo de hombros.

Lauren tenía la boca abierta de par en par. No podía creer que la pequeña adolescente frente a
ella hubiera estado viviendo como una presa con libertad limitada durante casi un mes y que no la
hayan informado de ello. Quería hablar con Brooke y poner fin a aquella tortura tal y como ella lo
veía.

- "Acompáñame" dijo Lauren medio seria. "Voy a hablar con Ally y después iremos a visitar a
Normani" informó.

Mientras ella entraba en el despacho de Brooke después de escuchar un 'adelante', Laila la


esperaba dando vueltas en la silla de su mesa de trabajo mientras su melena castaña se movía a
causa de los giros. Le sorprendía mucho el hecho de cómo a pesar de sus quince años, hablaba
como una adulta y se comportaba como una cría. Realmente sentía pena por ella.

- "Jauregui" la saludó Brooke invitándola a sentarse frente a ella. "Has tardado" añadió una vez se
sentó.

- "He estado hablando con Laila, ya sabes, la chica que lleva viviendo casi un mes en una maldita
celda" escupió.

- "Sabía que no tardarías en hablarme de ella" dijo la comandante.

- "¿Qué esperabas Brooke? ¿Qué me quedase de brazos cruzados? ¡Es una niña!" escupió de
nuevo. "Ni si quiera sé si eso es legal"

- "No sabíamos que los de la fiscalía se retrasarían tanto, además, ¿qué querías que hiciera? ¿Qué
la mandara de nuevo con el resto de vagabundos? Al menos aquí tiene una cama, comida y agua
caliente" explicó Brooke levantando el tono.

- "Me lo podrías haber dicho" gruñó Lauren.


- "¿Qué hubiera cambiado Lauren?" preguntó llamándola por su nombre en el mismo tono que
antes. "Suficiente tenías encima como para estar preocupándote por una cría"

En ese momento Lauren agarró con más fuerza los reposabrazos de la silla consiguiendo que los
nudillos adoptaran un color blanco por la fuerza empleada, mientras miraba por las persianas
medio corridas del despacho cómo Laila se entretenía con un lápiz.

- "Me la llevo a casa" soltó Lauren fijando de nuevo la mirada en su jefa.

- "No puedes hacer eso Lauren..." suspiró Brooke.

- "¿Por qué no? Dudo que esté mejor en una celda de mierda" escupió sin temer pasar los límites
frente a la comandante.

- "Como quieras" dijo encogiéndose de hombros sabiendo lo testaruda que era su agente.

- "Muy bien" respondió Lauren levantándose de la silla.

Estuvo a punto de traspasar la puerta cuando la voz de Brooke detrás de ella le recordó que no
solo había venido para hablar de Laila sino que también ésta tenía algo que decirle. En ese instante
hubiera preferido hablar solo de la pequeña adolescente.

- "Troye Harrison va a delatar a K" informó Brooke haciendo que Lauren se volviese con la mano ya
envolviendo el pomo de la puerta. "El juicio es en dos semanas"

- "¿Por qué me lo cuentas?" preguntó Lauren intentando obviar el hecho de que K era su novia.

- "Porque quiero que me acompañes" respondió sincera echándose hacia atrás en su cómoda silla.

Lauren asintió lentamente y salió del despacho de la comandante con un nudo en la garganta
mayor que con el que había entrado. Se dirigió hacia su mesa y encontró

a Laila difuminando unos edificios que había dibujado en un folio en blanco mientras la esperaba.

- "No tengas miedo de apretar más el lápiz, así al difuminar queda mejor" explicó Lauren con una
sonrisa. "Podemos irnos"

Unos largos minutos después, Lauren aparcó frente a su estudio haciendo que la pequeña
adolescente que tenía a su lado la mirara confusa. Sin darle nada más que una sonrisa como
respuesta, la invitó a salir y entrar en su casa. Cuando la pequeña adolescente visualizó el estudio
de Lauren por dentro, dejó caer su mandíbula.

- "He hablado con Ally, como tú la llamas" informó Lauren. "Te quedarás conmigo hasta que te
lleven de nuevo al orfanato" añadió notando la tristeza de Laila al decir la última frase.

- "No... No tenías por qué" dijo arrugando su diminuta nariz.


- "Pero quería hacerlo" sonrió Lauren. "Vas a darte un baño mientras te busco algo de ropa que
pueda quedarte buena, así estarás mucho mejor para acompañarme al hospital" explicó. "El baño
está justo ahí" dijo señalando hacia la puerta correspondiente.

- "Gracias" se limitó a decir antes de dirigirse hacia el baño.

De camino, se fijó en la cantidad de lienzos que había sobre el salón y en un marco que mostraba
la figura de Lauren besando a otra chica que le sonaba de algo pero que realmente desconocía. La
morena de ojos verdes notó cómo se quedaba mirando la foto en la que besaba a Camila y se puso
nerviosa al pensar que Laila no lo aceptaría. En cambio, ésta la miró, le sonrió y se encerró en el
baño dispuesta a darse una ducha.

Mientras la pequeña adolescente permanecía dentro del baño, Lauren le había buscado ropa que
le quedase bien, encontrando dentro de su armario unos vaqueros ceñidos, una camiseta simple y
una americana, además de un conjunto de ropa interior. Solo había algo que le preocupaba: los
zapatos. Laila llevaba unas botas demasiado mugrientas pero no sabía el número de pie por lo que
prefirió esperar a que ésta saliera del baño.

Mientras tanto, Lauren llamó a Camila poniéndola al día de la situación. La chica de profundos ojos
marrones no tardó en alegrarse ante la idea de poder conocer a la pequeña adolescente y Lauren
tampoco, por lo que le propuso recogerla antes de ir al hospital. Los últimos días Camila había
estado demasiado nerviosa ya que en cinco días tenía la pequeña intervención quirúrgica después
de haber estado tomándose con éxito los medicamentos para la donación de óvulos.

- "Yo también te quiero" se despidió Lauren antes de colgar.

- "¿Era tu novia?" preguntó Laila detrás de ella secándose el pelo con una de las toallas blancas de
Lauren.

La ropa que había elegido para ella le quedaba perfectamente, excepto los vaqueros a los que les
había tenido que coger un pequeño dobladillo al ser casi diez centímetros más bajita que la
morena de ojos verdes.

- "Sí" respondió. "¿A ti te importa qué ella... sea una chica?" preguntó Lauren nerviosa.

- "¿Hay algo de malo en ello?" preguntó encogiéndose de hombros. "Realmente quería


preguntarte si a ella le importa que me quede aquí, no quiero molestaros..." admitió.

- "No tienes nada por qué preocuparte, no vivimos juntas" le dijo con una sonrisa. "Y aunque
pasara lo contrario Camila estaría encantada, es maravillosa" añadió con la mirada brillante lo cual
Laila notó al instante.

- "¿La amas?" preguntó.

- "No sabes cuánto" respondió completamente sincera sin perder la sonrisa. "¿Nos vamos?"
propuso dándose un pequeño golpe en el muslo sano.
Antes de salir del estudio para pasar a por su novia, comprobaron cómo no tenían el mismo
número de pie por lo que la pequeña adolescente tuvo que permanecer con sus desgastadas
botas, muy a pesar de Lauren. Por un momento, tuvo miedo de empezar a encariñarse de ella.

Esperaron a Camila frente a la pequeña urbanización mientras Lauren y Laila la esperaban en el


Chevrolet sentándose ésta última en el asiento trasero para no molestar a Camila. Unos cuantos
minutos después, la chica de profundos ojos marrones apareció frente a ellas junto con Dinah
vestida con su habitual uniforme y una sonrisa en sus labios que mostraba sus pequeños dientes.

Lauren se bajó del coche seguida por Laila quien sabía que las presentaciones se acercaban.
Cuando tuvo a la novia de Lauren frente a ella y la chica tan alta y rubia que la acompañaba, tragó
fuerte. No se le daba bien conocer a gente nueva a causa de su pasado. La chica de ojos marrones
saludó a Lauren con un apasionado beso en los labios mientras que la rubia le dio un abrazo con
una mueca de asco fingido a causa del beso.

- "Camz, Dinah, ella es Laila, Laila estás son Dinah y Camila, mi novia" las presentó.

Con una sonrisa las saludó a ambas antes de entrar todas de nuevo en el coche menos la rubia de
la que ahora conocía el nombre, que desapareció a pie al final de la calle. Media hora después el
pequeño trio se dirigía hacia la habitación 114. Mientras Lauren le explicaba a Camila por qué la
pequeña adolescente se alegraba tanto de ir a visitarla, ésta entraba sola dentro de la habitación.

- "Es adorable" dijo Camila abrazada a la cintura a su novia.

- "Me da tanta pena Camz..." admitió Lauren mirando hacia la puerta de la habitación. "Es solo una
cría"

- "Pues como tú a veces" bromeó Camila intentando hacer sentir bien a su novia. "No te preocupes
por ella, ahora está en las mejores manos" susurró en su oído dejando un leve mordisco sobre el
lóbulo de la oreja perforada de Lauren.

- "Hasta que se vaya" dijo soltando un suspiro viendo cómo Laila abría la puerta.

- "¿Todo bien?" le preguntó Camila haciendo que ésta asintiese. "¿Quieres algo de comer? Así
mientras Lauren habla con ella" propuso consiguiendo que la pequeña adolescente asintiese en
silencio un tanto tímida.

Lauren le susurró un 'gracias' a su novia después de darle un tierno beso en los labios y se dirigió
dentro de la habitación 114 soltando un leve suspiro como hacía siempre antes de atravesar la
puerta. Se sentó en la butaca al lado de su cama y le cogió la mano antes de comenzar a hablar.

- "Hola Mani" saludó dándole un beso en la palma de la mano. "Supongo que ella te lo habrá
dicho, pero aun así, quiero que sepas que Laila es una de las chicas a las que tú salvaste" explicó.
"Es una buena chica y ha pasado por mucho. Le estoy cogiendo cariño y no debería porque en un
par de días la trasladarán a un orfanato, pero me es inevitable ya que tiene gestos que me
recuerdan a ti" añadió.
Soltó un suspiro y se quedó escuchando los latidos del corazón de su mejor amiga provenientes de
la máquina a la que estaba conectada. Sin poder contenerse, dejó escapar varias lágrimas sobre
sus pálidas mejillas llegando hacia sus labios.

- "Chad me ha quitado el puesto al regalarte tantas flores" rio entre lágrimas mirando a la cantidad
de ramos que había a su alrededor. "Espero que ese mulato no me gane en nada más" añadió con
una sonrisa utilizando el apodo con el que Normani llamaba a su novio. "Ya casi es tu cumpleaños,
bueno, aún falta un mes, pero el año pasado por estas fechas ya estabas hablando de ello" dijo.
"Vas a tener el mejor regalo, te lo prometo, pero para poder dártelo necesito que despiertes..."
lloró.

Tuvo que volver a pausarse para no dejar que las lágrimas y su fuerte dolor en el pecho la
destruyeran. Le había costado mucho aprender a contenerse gracias a Camila y no lo quería echar
todo por la borda cada vez que fuera a visitarla.

- "Pienso tanto en ese momento..." siguió. "En cuándo será, en si te dejará secuelas..." susurró
acariciando su corta melena. "Me pregunto tantas veces si te acordarás de mí cuando despiertes
Mani" admitió apoyando la cabeza sobre la cama.

En ese mismo instante Lauren notó como si la mano de Normani se hubiera movido entre la suya,
pero no levantó la mirada para comprobarlo creyendo que había sido una de las tantas
alucinaciones. Fue entonces cuando la escuchó.

- "No... po...dría... olvi...dar...te"

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Capítulo 80

Nada más escuchar la voz de su mejor amiga, Lauren levantó rápidamente la vista y vio como ésta
pestañeaba lentamente varias veces. Se quedó mirándola completamente impactada creyendo
que estaba soñando. No se lo podía creer.

- "¿Dón...de estoy?" preguntó Normani con la voz un poco más clara pero aun forzada por los
tubos.

Fue en ese instante en el que Lauren comprendió que por una vez no estaba soñando y era
completamente realidad. Llamó a las enfermeras rápidamente mientras las lágrimas calientes
recorrían sus mejillas y Normani la miraba confusa. Éstas entraron y le pidieron que se marchara
mientras hacían su trabajo. Sin protestar, Lauren asintió y salió de la habitación con las manos en
la cara tapando su rostro. Rápidamente Andrea, la madre de Normani, corrió hacia ella.

- "¿Qué ha pasado Lauren?" preguntó histérica.

- "Ha despertado Andrea, ¡Normani ha despertado!" informó con una sonrisa de oreja a oreja y
con aun lágrimas en sus ojos.
La pareja se fundió en un cálido abrazo al que no tardaron en unirse Chad, Camila y Laila quienes
habían observado la escena en silencio a la espera de una respuesta proveniente de la morena de
ojos verdes. Envueltos en una ola de felicidad, esperaron al que el Doctor Parrison, el médico de
Normani que sufría alopecia, saliera de la habitación para hablar con ellos.

- "¿Familiares de Normani Kordei?" preguntó éste saliendo con una ficha en sus manos.

- "Somos todos nosotros" respondió la madre de la morena mirando con una sonrisa a todos los
presentes mientras intentaba disimular sus lágrimas.

- "Está bien" rio el médico. "Normani está estable, no hemos encontrado secuelas de las que
preocuparnos pero aun así tendremos que hacerle varias pruebas para salir de dudas" explicó. "Sé
que estáis ansiosos por hablar con ella pero recomendaría que esperaseis unos minutos y que
entréis de uno en uno. Mientras tanto, Lauren, me gustaría hablar contigo" dijo señalando a la
morena de ojos verdes quien tenía la mano enlazada con su novia y con la restante sujetaba el
hombro de Laila.

Lauren asintió y se desprendió de los agarres siguiendo al médico con alopecia hacia el lugar más
reservado al cual él mismo había señalado. Las lágrimas de felicidad seguían decorando sus
mejillas, pero aun así podía distinguir el apellido Parrison en su tarjeta de identificación.

- "Dime que no hay ningún problema por favor" suplicó Lauren.

- "No lo hay" rio el doctor Parrison. "Solo quería que me contaras cómo ha despertado" explicó.

- "Estaba... estaba hablando con ella como siempre" comenzó. "Le había dicho si me recordaría
cuando despertase y entonces noté su mano moverse bajo la mía antes de responderme que no
podría olvidarse de mí" explicó con lágrimas en sus ojos.

- "Tome" dijo el médico ofreciéndole un pañuelo con una sonrisa.

- "Gracias" respondió Lauren limpiándose las lágrimas desprendiendo el olor a vainilla del pañuelo.

- "¿Ha notado algo extraño en sus palabras? Molestia, dureza, poca expresión..." preguntó de
nuevo anotando lo que Lauren le había dicho en la ficha.

- "Dificultad al hablar" respondió. "Pero supongo que es normal"

- "Supones bien" afirmó el Doctor Parrison. "Puedes volver Lauren y enhorabuena" la felicitó
dándole un leve roce en brazo antes de irse.

Nada más despedirse de él, se giró y vio cómo Camila la miraba con lágrimas en sus ojos. Sin poder
aguantar más, corrió hacia ella y la elevó en sus brazos dándole un apasionado beso mientras
daban vueltas en círculos.

- "Está de vuelta Camz, ¡está de vuelta!" gritó con una gran sonrisa juntando sus frentes mientras
todos les prestaban atención.
- "Te lo dije Lauren, ¡te lo dije!" Chilló Camila en el mismo tono juntando de nuevo sus labios antes
de soltarse de sus brazos.

Con las mejillas encendidas por la emoción, miró a Laila quien la miraba con una gran sonrisa algo
tímida pero igual de ilusionada. Sin poder reprimir su felicidad, le susurró un 'ven aquí' y la abrazó
por primera vez. La pequeña adolescente no opuso resistencia a su felicidad y correspondió al
abrazo sintiendo el afecto que llevaba mucho tiempo sin sentir.

Varios minutos después, mientras esperaban sentados en los asientos del amplio pasillo, los
nervios por pasar a ver a su mejor amiga se notaban en el tic nervioso de sus piernas haciendo que
el pequeño tacón que calzaba se escuchase contra las baldosas del suelo. Estaba sentada entre
Camila quien sujetaba con fuerza su mano y Laila quien miraba la puerta expectante. La chica de
penetrantes de ojos marrones le había explicado mientras Lauren estaba dentro de la habitación,
que ésta y Normani eran como hermanas.

-"Ya podéis..." informó la madre de la morena saliendo de la habitación 114.

- "¡Voy!" gritó Lauren corriendo hacia la puerta adelantándose a Chad dándole un rápido beso en
la mejilla a Andrea antes de entrar.

Cuando cruzó la puerta vio a su mejor amiga sin los tubos conectados a su garganta y con ambas
manos llenas de vías sobre la manta blanca con el signo del hospital que la tapaba. No pudo
contener las lágrimas y se acercó hacia ella lentamente, sin asimilar aun que Normani la estaba
mirando con una sonrisa.

- "Hola" lloró Lauren sentándose a su lado mientras cogía su mano. "Estás aquí" susurró pasando
la mano libre por la mejilla de la morena.

- "Ya te dije que no te ibas a..." se pausó para coger aire. "Deshacer de mí tan fácilmente" rio
provocando otra risa en Lauren.

- "Dios mio ¡estás aquí!" dijo con una amplia sonrisa entre lágrimas. "Estás aquí..."

- "Creo que ya nos hemos enterado" bromeó la morena apretando con fuerza la mano de su mejor
amiga.

- "Idiota" lloró de nuevo sin dejar de sonreír. "Te he echado tanto de menos Mani, joder, ¡te
quiero!" añadió.

- "Yo también te quiero estúpida" dijo Normani empezando a llorar ella también. "Ven y dame un
abrazo" propuso elevando sus brazos llenos de cables.

Con cuidado de no dejar caer su peso sobre el vientre aun dolorido de la morena, Lauren se aferró
a sus brazos mientras ambas lloraban. Se quedaron así un par de minutos hasta que Normani dejó
escapar un pequeño gruñido de dolor.

- "Perdón" se disculpó Lauren sentándose de nuevo en la silla.


-"No pasa nada Lo, son solo dos heridas de bala, nada grave" bromeó de nuevo.

- "Cuanto echaba de menos tus tonterías, en serio" sonrió notando de nuevo las lágrimas.

- "Y yo escucharte decir eso" dijo limpiándose las lágrimas con cuidado de no moverse mucho.
"¿Es normal que me sienta sucia?" preguntó la morena provocando una carcajada en ambas.

- "Es perfectamente comprensible" rio Lauren acariciando el brazo expuesto de su mejor amiga.

-"¿Están afuera los demás? ¿Qué tal Kate, tan idiota como siempre?" preguntó Normani.

En cuanto la morena mencionó el nombre de la chica de ojos cascadas, la sonrisa que Lauren tenía
en su rostro desapareció por completo. Fue entonces cuando la morena comprendió que algo iba
mal.

- "¿He dicho algo malo?" preguntó con un nudo en su garganta que le causaba más malestar que
los tubos que había tenido anteriormente.

Lauren dio un largo suspiro y le informó de todo los acontecimientos que habían ocurrido en su
ausencia. Obviamente no esperaba que recordarse las conversaciones que habían tenido pero
tenía cierta esperanza en ello la cual se desvaneció al instante de que preguntase por Kate.
Después de explicarle sutilmente el fallecimiento de su antigua compañera, le explicó también
cómo Camila y ella habían vuelto a ser novias, además de ponerla al día de todo, incluyendo en
esa conversación la aparición de Laila.

- "Joder" dijo Normani después de escuchar el gran relato de su mejor amiga. "Duermo unas
cuantas semanas y pasa de todo" dijo apretando la mano de Lauren con fuerza dejando escapar
una sonrisa.

- "Es lo que tiene haber puesto tu vida en peligro" respondió la morena de ojos verdes sin parar el
rio de sus lágrimas. "¿Por qué volviste dentro desarmada y sin el chaleco, Mani?" preguntó
volviendo la conversación seria.

- "Hice lo que debía de hacer, vi a aquellas chicas tan vulnerables e indefensas que quise
protegerlas con todo lo que tenía. Pude haber cogido de nuevo el chaleco pero pensar que
estabais solas allí... Hizo que me olvidase"

- "Kamikaze" rio Lauren pasando su mano por la melena corta de la morena.

- "¿Sabes qué?" preguntó Normani. "El chico que me disparó iba de camino a donde os
encontrabais cuando lo descubrí" explicó. "Si no lo hubiera detenido podrías haber sido tú la que
ocupase esta cama, por eso no me arrepiento de haber arriesgado mi vida" dijo soltando un par de
lágrimas más.

- "¿Te he dicho ya cuánto te quiero?" preguntó Lauren de nuevo con lágrimas en sus mejillas.

- "Unas mil veces" rio Normani acomodándose con cuidado en la cama.


- "Pues que sean mil y una" sentenció la morena de ojos verdes.

Se hizo un silencio entre ellas mientras se miraban aun con lágrimas en los ojos y se regalaban
pequeñas caricias. Ninguna de las dos podía describir sus sentimientos en aquel instante. Se
conformaban con sonreírse una a la otra transmitiéndose todo lo que sus palabras no podían
expresar. Estaban de nuevo juntas y no necesitaban nada más.

- "Siempre estará en nuestros corazones ¿no crees?" dijo Normani sin necesitar especificar que se
refería a Kate consiguiendo que Lauren asintiera. "Me hubiera

gustado tanto poder despedirme de ella..." susurró cerrando los ojos mientras movía la cabeza de
un lado a otro. "Quiero conocer a Laila" admitió.

- "¿No quieres ver primero a Chad?" preguntó Lauren sorprendida.

- "Sí, pero sé que en cuanto vea a ese mulato aparecer tras la puerta voy a querer tenerlo entre
mis piernas y aquí no puedo hacer realidad mis fantasías sexuales"

- "¡Normani!" gritó Lauren entre risas.

- "Entiendo que me echases de menos Lo, pero ¿puedes dejar de gritarme?" bromeó de nuevo
limpiándose las lágrimas que le quedaban. "Además, según todos me he pasado un mes en coma,
estoy completamente sin depilar. ¿Sabes qué es eso?" Añadió intentando parecer seria.

- "¿Es en serio?" preguntó Lauren incrédula levantando ambas cejas.

- "Completamente" rio la morena. "Anda tráeme a esa pequeña adolescente y al nervio andante,
tengo que preguntarle a ella que tal el sexo de reconciliación ya que no quiero volver a escuchar
como gritas mi nombre" pidió refiriéndose a Camila.

- "¡Norma...!" se pausó antes de terminar de nombrar su nombre a causa de la risa de su mejor


amiga. "No vas a cambiar nunca" sentenció.

Lauren dejó escapar una pequeña risa y se soltó del agarre de sus manos antes de salir de la
habitación con una gran sonrisa que mostraba sus blancos y perfectos dientes. En cuanto salió de
la habitación 114, notó que todos los ojos acompañados por lágrimas que recorrían las mejillas de
sus rostros, la miraban fijamente. Chad se levantó nada más verla pero Lauren lo detuvo al
momento.

- "Tendrás que esperar" informó parando al mulato con la mano en alto. "Quiero veros a ambas
primero" añadió mirando a Laila y su novia quienes fruncieron el ceño ante la sorpresa.

Camila se levantó a la misma vez que limpiaba sus lágrimas y se acercó hacia su novia quien le
regaló un dulce beso. Quiso seguir a Laila quien ya la esperaba en la puerta ansiosa por
atravesarla, cuando de nuevo su novia la detuvo agarrando su muñeca decorada otra vez por la
pulsera con el apellido Jauregui.
- "Tengo que hablar contigo de una cosa cuando salgas" le informó Lauren recordando de nuevo la
conversación que había tenido con Brooke.

- "¿Pasa algo?" preguntó Camila preocupada.

- "Luego te lo explico, ahora ve" dijo dándole de nuevo un beso rápido.

- "Odio que me dejes así Jauregui" gruñó Camila antes de entrar en la habitación viendo como su
novia le sacaba la lengua que la tranquilizó.

Sin poder creer aún que su mejor amiga había despertado del coma, Lauren se acercó a una de las
ventanas del pasillo por las que los rayos de Sol entraban de pleno. Mientras esperaba a que su
novia saliera, había llamado a Brooke para informarle del estado de Normani además de haber
estado pensando bastante en cómo hablaría con Camila sobre el juicio de Troye.

Pensando justo en aquel chico con el sol dando de pleno en su cara mientras veía el resto de
personas hacer su vida tanto dentro como fuera del hospital, notó como unos finos brazos que ya
conocía se aferraban con fuerza a su cintura haciendo que las caderas de su novia se marcasen en
su trasero. Lauren no pudo evitar soltar un leve gemido antes de ponerse frente a ella con una
sonrisa pícara que desapareció al verla sola.

- "¿Dónde está Laila?" preguntó nada más notar cómo ésta no estaba junto al resto.

- "Normani me ha pedido quedarse con ella un rato a solas" explicó. "No sé si serán las hormonas
del tratamiento pero he notado entre ellas un vínculo... no sé, especial"

A Lauren no le hizo falta que diera más explicaciones acerca del vínculo al que se refería puesto
que ella misma lo había sentido en los ojos negros de la pequeña adolescente al hablar de
Normani esa misma mañana.

- "Yo también lo he notado así que definitivamente no son tus hormonas" rio Lauren
envolviéndola en un abrazo dejando un pequeño beso en la larga melena de su novia. "Soy tan
feliz Camz..." admitió con los ojos cerrados notando el calor del abrazo.

- "Yo ya lo era, pero ahora aún más por saber que tú también lo eres" admitió separándose del
abrazo.

Con una pequeña sonrisa, Lauren comenzó a disminuir la distancia entre ellas mirando primero a
sus labios y después a sus ojos. Camila se los mordió al notar la mirada fija de su novia en ellos,
dejando una pequeña capa de saliva haciendo que éstos brillasen al sola. Antes de dejar que
Lauren pusiera fin a los milímetros que las separaban, recordó la pequeña conversación que
habían tenido antes de pasar a ver a la morena y se separó bruscamente.

- "¿Qué fue eso?" preguntó Lauren ladeando la cabeza.

- "Hasta que no me cuentes 'esa cosa' no hay más besos" explicó Camila imitando la voz ronca de
su novia.
Lauren soltó un suspiro provocando en Camila la sonrisa pícara que tanto le encantaba y la invitó a
sentarse en unos bancos alejados de los familiares de Normani y especialmente de Brooke quien
estaba esperando ansiosa por entrar a ver a la morena.

- "Esta mañana he vuelto a la oficina" comenzó en voz baja.

- "Eso ya me lo has dicho antes por teléfono" respondió Camila confusa.

- "Lo sé, pero no te he dicho que he hablado con Brooke sobre... ya sabes" dijo manteniendo el
mismo tono de voz.

- "Lauren me estás asustando, ¿le ha pasado algo a Troye?" preguntó ahora más nerviosa
desviando la mirada hacia Brooke quien le regaló una sonrisa a la cual ella respondió con otra
tensa.

- "Precisamente sobre él te quería hablar" suspiró. "A ver Camz, yo..." se pausó. "Es que no sé
cómo decirte esto... Verás"

- "Lauren por favor suéltalo ya" suplicó Camila agarrando fuertemente la mano de su novia
mientras notaba la mirada de preocupación en sus ojos verdes.

- "Troye os va a delatar, Camila" admitió notando el rostro pálido de su novia. "El juicio es en dos
semanas"

Fue en ese momento en el que la chica de profundos ojos marrones supo que todos a su alrededor
estaban en peligro, incluida su novia. Tenía que hacer algo, tenía que hablar con Felix, con Ethan
pero sobretodo tenía que hacerlo con Dinah. Sus días de felicidad habían terminado.

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Capítulo 81

Los siguientes días habían pasado demasiado rápido para la morena de ojos verdes ya que no se
había separado de Normani, al igual que Laila quien las había estado acompañando en todo
momento. La pequeña adolescente estaba totalmente agradecida a Lauren quien le había
acompañado junto con su novia a comprarle ropa. Se sentía mal por haberla puesto en ese
compromiso por lo que cada vez que podía le daba las gracias.

En cambio para Camila los días se le habían hecho eternos. Nada más escuchar cómo Troye iba a
delatarlos para tener menos años de condena y el derecho a salir bajo fianza, se marchó del
hospital asegurándole a Lauren que todo estaba bien pero que necesitaba hablar con Dinah. Nada
más salir del hospital los llamó a todos y quedaron en el piso una hora después. Estaba bastante
nerviosa. Mientras se miraba frente al espejo preparándose para una cita con Lauren, recordaba
aquel momento quemándole en su mente.

Flashback.
Llegó al piso más rápido de lo que solía hacerlo un día cualquiera. Gracias a la ayuda de Lauren se
había deshecho de cualquier prueba que la asociara con el atraco y la gran cantidad de dinero que
tenían en metálico ahora estaba repartido entre su cuenta y la de su novia dejando el resto en una
pequeña caja fuerte que se había visto obligada a comprar.

Dio vueltas en círculos por el salón comedor en silencio haciendo que el tacón de sus botas
resonase sobre el frio suelo de madera. Estaba muy pero que muy nerviosa y lo peor era que no
sabía cómo iba a acabar todo aquello. Fue entonces cuando escuchó el porterillo.

- "¿Qué pasa Mila?" preguntaron Dinah, Ethan y Felix a la vez nada más ver la cara de
preocupación de ésta.

- "Será mejor que os sentéis" dijo cerrando la puerta de su piso y echando un vistazo por la mirilla
comprobando que nadie los había seguido.

Camila se posicionó frente a ellos nerviosa por sus reacciones y suspiró varias veces antes de
comenzar a hablar, quería soltarlo todo de golpe pero había algo en su garganta que no la dejaba
continuar. Concretamente un fuerte nudo.

- "Mila..." dijo Dinah cruzándose de brazos.

- "¿Ha pasado algo con el dinero?" preguntó Ethan sabiendo que acaban de vender hace poco al
mercado negro el resto de joyas que quedaban.

- "¿Es sobre...?" dijo Felix refiriéndose a su hermano.

- "Troye va a delatarnos" soltó haciendo que todos exclamasen un fuerte '¿cómo?'. "El juicio es en
dos semanas, tienen pruebas suficientes para incriminarlo pero le han prometido quitarle años de
condena y darle derecho a salir con fianza si nos delata" explicó.

- "No puede ser... Él... Él no es así Camila, lo conoces, lo conocemos, joder es mi puto hermano"
gritó Felix poniéndose de pie llevándose las manos a la cabeza.

Todos comenzaron a ponerse nerviosos dejando escapar por sus bocas tan solo el sonido de los
fuertes suspiros que daban. Todos allí presentes sabían que eso no iba a acabar nada bien.

- "Tenemos que hablar con él" dijo Ethan el cual a pesar de ser el más joven era el que más
calmado estaba. "Tiene que haber otra explicación más razonable"

- "No podemos hablar con él, Ethan, está detenido" dijo Camila.

- "Tal vez ninguno de nosotros pueda hacerlo pero otra persona sí..." dejó caer Felix refiriéndose a
Lauren.

- "No Felix, no pienso ponerla más en peligro y menos ahora que Brooke sabe que soy su novia"

- "Tarde o temprano va a estar involucrada Mila..." susurró Dinah.


- "He dicho que no" negó. "Encontraremos la forma de hablar con él sin involucrar a Lauren"
sentenció la chica de profundos ojos marrones con éstos a punto de llenarse de lágrimas.

Fin del Flashback.

Desde aquella conversación no había dejado de darle vueltas a su cabeza. Las noches sin apenas
dormir habían vuelto, y aunque frente a su novia aparentase llevarlo lo mejor que podían, tanto
una como la otra sabían que eso no era cierto. Camila había tomado una decisión y temía el
momento de hablar de ello. El sonido de Dinah golpeando la puerta de la habitación que
compartían en la pequeña urbanización, la trajo de vuelta a la realidad.

- "Estás preciosa" dijo la rubia notando el top blanco de cuello alto que dejaba expuesto el
abdomen de su mejor amiga junto con unos pantalones ceñidos del mismo color.

- "¿Crees que me he pasado?" preguntó Camila volviendo la vista al espejo para retocarse el brillo
de labios.

- "Eso ya me lo responderás tú al final de la noche" respondió Dinah sentándose en su cama.

- "Sí, ya..." suspiró la chica más bajita.

- "Vas a hablar con ella esta noche ¿verdad?" preguntó Dinah jugando con la ropa limpia que había
doblada encima de su cama.

- "Sí, pero no sé cómo hacerlo Dinah" suspiró sentándose en su cama frente a su mejor amiga.
"¿Cómo le dices a la persona que amas que es hora de irse?" preguntó llevándose ambas manos a
su rostro sin dejar que ésta se llevasen el maquillaje.

Y tal y como lo había dicho así era. Camila había tomado la decisión de apartar a Lauren de su vida,
al menos hasta el juicio. Sabía que hacerlo la noche de antes de entrar a quirófano para donar los
óvulos no iba a ser una buena idea, pero no quería involucrar a Lauren en nada más. Necesitaba
protegerla y si para eso tenían que separarse, lo haría, a pesar de que su corazón volviera a
romperse a pedazos.

Después de llevar varios minutos abrazada a Dinah, ambas escucharon el sonido del timbre de la
pequeña urbanización y la voz de Milika invitando a pasar a Lauren quien prefirió esperarla abajo.
Tanto Dinah como Camila se quedaron en silencio mirándose.

- "Voy a estar aquí pase lo que pase, ¿me oyes?" dijo la rubia dándole un último abrazo.

- "Dinah" la llamó antes de atravesar la puerta. "¿Me consideras mala persona por esto?"
preguntó mordiéndose los labios notando el sabor del brillo.

- "Te considero valiente" dijo en voz baja. "Disfruta de la noche Mila" se despidió.

En cuanto puso uno de los tacones sobre la escalera, un fuerte nudo se apoderó de su estómago
mientras las bajaba. Nada más aparecer en la entrada, miró hacia el salón encontrándose con
Lauren sosteniendo un ramo de como siempre una flor que desconocía y la mirada de Milika
entusiasmada por detrás.

- "¿Para mí?" preguntó la chica más bajita después de saludar a su novia con un beso en los labios
consiguiendo que el brillo que le quedaba desapareciese.

- "Y para Camila" bromeó Lauren entregándole el habitual ramo de trece piezas. "Hay un sobre
dentro" informó.

- "¿En serio? No me lo esperaba" dijo Camila irónicamente cogiendo el sobre azul de dentro del
ramo.

Antes de leerlo miró hacia Milika quien seguía con la mirada vidriosa observando la escena. Ésta
rápidamente notó la indirecta y entró en la sala de estudio donde estaba el resto de los hermanos
de Dinah. Sus padres y Sofi habían salido a tomar un helado. Dejó el ramo sobre el reposabrazos
del sofá y se aclaró la garganta antes de comenzar a leer.

"Hola amor. Como siempre, te preguntarás qué clase de flor te he traído esta vez. En este caso es
un ramo de lirios azules. Representan el amor tierno y las buenas noticias, y mi elección se debe a
ésta última ya que estoy segura de que mañana nos dirán que la operación ha ido perfecta. Sé que
llevas estos últimos días un tanto extraña, pero no dejes que el miedo se aferre a ti, en cuanto
salgas del quirófano estaré ahí para sujetar tu mano tal y como te prometí. Te amo"

En cuanto Camila terminó de leer la nota, las lágrimas que había intentado suprimir salieron sin
permiso haciendo que en el salón solo se escuchasen sollozos. Lauren quien no entendió nada, la
abrazó tiernamente mientras pasaba una de sus pálidas manos sobre la espalda de su novia.

- "¿Las hormonas otra vez?" preguntó creyendo que sería el único motivo.

- "Sí" mintió Camila sabiendo que Lauren no estaría al día siguiente para agarrar su mano.

Después de tener una pequeña sesión de besos y dejar el ramo de lirios azules en remojo, salieron
de la pequeña urbanización sin saber Camila a dónde se dirigían. En cuanto entró dentro del coche
después de que Lauren le abriera la puerta tal y como hacia siempre, se miró en el espejo del
parasol y comprobó como las lágrimas que había soltado minutos atrás habían acabado con su
maquillaje.

- "Estoy hecha un desastre" dijo Camila antes de que Lauren arrancase.

- "Déjame ayudarte" propuso la chica de ojos verdes sacando una toallita de su bolso y
pasándosela con cuidado y suavemente por el rostro de su novia. "Perfecto" concluyó con una
sonrisa dándole un rápido beso en sus labios ahora con sabor a toallita.

- "¡Lauren me has quitado todo el maquillaje!" gruñó Camila mirándose en el parasol de nuevo
mientras su novia arrancara.

- "¿Y qué pasa?" rio sin dejar de mirar hacia la carretera.


- "¿Cómo que qué pasa? Ahora estoy peor" gruñó de nuevo Camila.

- "Camz" volvió a reír. "No necesitas usar maquillaje para estar preciosa, ya lo eres sin él" dijo con
un tono dulce dejando de mirar durante un momento a la carretera para fijar la atención en su
novia quien hacía un puchero.

- "Tú también estás preciosa sin él y aun así lo usas" reprochó Camila cruzándose de brazos como
una niña pequeña.

-"Perdona que le corrija pequeña gruñona, pero yo estoy preciosa con todo" bromeó Lauren
ganándose un leve golpe en el brazo.

- "Creída" rio Camila volviéndose hacia la ventana de su asiento y observando tras ella el cielo
teñido de rojo a punto de anochecer.

Antes de llegar a la primera dirección, aprovechó la parada de un semáforo y estiró su brazo hacia
el asiento trasero llegando hasta su bolso sacando de él algo que su novia conocía.

- "El pañuelo..." susurró Camila al verlo de nuevo en brazos de su novia.

- "Póntelo" pidió consiguiendo que la chica de ojos marrones aceptara en silencio.

Lauren pudo notar antes de colocárselo los ojos brillosos de su novia creyendo de nuevo que las
hormonas del medicamento volvían a tener la culpa de ello. Lo que no sabía era que Camila se
había emocionado al verlo, no por ser el pañuelo que le colocó la primera vez que la invitó a cenar,
sino porque la noche estaba siendo demasiada perfecta, al igual que Lauren y eso la estaba
matando por dentro. No quería que llegase el momento de decirle que tenía que apartarse de su
lado, otra vez.

Minutos después, Lauren condujo hasta un restaurante el cual le trajo un bonito recuerdo que le
hizo cosquillas en su vientre. Con cuidado ayudó a bajar a su novia agarrándole la mano como la
primera vez que lo hizo cuando la invitó a cenar y frente a la puerta del restaurante le quitó el
pañuelo mostrándole donde estaban.

- "Lauren..." susurró al ver que estaban frente al restaurante de sushi al que fueron la primera
noche que cenaron juntas.

-"Pensé que te gustaría recordar nuestra primera cita, solo que esta vez he cambiado la canción
por un ramo de lirios azules" explicó Lauren guardando el pañuelo en el bolso y sujetando su
mano.

- "Fallingforyou" dijo Camila poniéndole nombre a la canción a la que se había referido su novia.
"Nuestra canción" añadió con una sonrisa triste.

- "Nuestra canción" repitió Lauren en un susurro dirigiéndola hasta dentro del restaurante.

Durante toda la cena en las que ambas quedaron bastante satisfechas, habían hablado de lo que
esa canción representaba para ellas, de la veloz recuperación de Normani con el paso de los días y
en cómo Laila estaba a punto de volver al orfanato. Pero Camila se había quedado en la primera
conversación recordando lo que sintió al escuchar a Lauren cantar fallingforyou por primera vez y
lo maravillosamente que quedaba esa canción en directo detrás de ellas mientras se besaban por
primera vez. Una oleada de sentimientos le invadió la mente haciéndole más difícil hablar con ella.

Pensando Camila que su noche juntas había acabado tras esa cena, decidió hablarle de aquello
que le estaba comiendo por dentro, pero la voz de Lauren diciéndole que aún quedaba otra
parada la detuvo. Se sintió como una idiota al no recordar la facilidad de su novia para
sorprenderla.

Durante la cena y el trayecto al nuevo destino, Lauren había notado tensa a Camila y estaba
empezando a dudar que los medicamentos o los nervios antes de la operación tuviesen la culpa.
Pero había algo que le extrañaba más y no le daba una buena sensación y esto era que Camila no
hubiese hablado de Troye desde que le dijo que éste la iba delatar en el juicio. Cuando aparcó, se
bajó del coche colocándose bien su mini falda de cuero y ayudó a su novia a bajar la cual miraba
con los ojos bien abiertos el cartel del local.

- "¿Vamos a patinar?" preguntó Camila con emoción.

- "No me digas que tampoco sabes" bromeó Lauren entrelazando sus dedos.

- "Oye" gruñó Camila frunciendo el ceño. "Claro que sé pero nunca alguien que no fuesen mis
padres me habían traído aquí" aclaró.

- "Siempre hay una primera vez para todo Camz" susurró Lauren en su oído antes de acercarse a la
boca de ésta y morder su labio inferior. "¿Vamos?" preguntó separándose dejando a Camila con
los ojos cerrados.

-"¿No nos podemos atrasar un poco más?" preguntó haciendo un puchero después de reaccionar
ante la mordida de Lauren.

- "Mmm, déjame pensar... No" se burló sacándose la lengua y tirando de ella hacia dentro del local
con gruñidos de Camila por el camino.

Nada más entrar, la música y el ambiente provocaron una sonrisa en ambas. La idea de haber
traído a Camila allí aquella noche había sido de Normani, ya que esperando a que le trajesen unas
pruebas habían recordado las innumerables caídas que habían tenido allí. Lauren aprovechó el uso
del pañuelo y se recogió el pelo con él después de colocarse los patines de cuatro ruedas que
había alquilado para ambas. Patinó con cuidado hasta la puerta de la pista con Camila sosteniendo
su mano.

- "Señora oscura" rio Camila dándole paso a Lauren para que entrase ella primero.

- "Caballero" bromeó Lauren una vez dentro de la pista dándole la mano a su novia para que
entrase pero ésta se negó al momento.
- "¿Cómo que caballero Lauren?" gruñó una vez más aquella noche haciendo que se notasen las
pequeñas arrugas que le salían en el borde de sus labios cada vez que sonreía o hacia el esfuerzo
por no hacerlo.

- "Calla y entra" dijo Lauren agarrando su mano volviendo a dejar la puerta libre al paso.

- "¿Qué tal si me callas tú?" propuso pícaramente la chica más bajita.

- "Me lo pensaré" dijo Lauren en el mismo tono dándole la espalda y comenzando a patinar.

Camila se quedó con la boca abierta viendo como su novia se perdía entre la multitud después de
haberle rechazado un beso. No perdió ni un segundo más y se acercó al resto de la gente con la
intención de encontrar a su novia y dejarle claro que sus besos no se rechazan.

Lauren sonreía tontamente al ver cómo desde el extremo opuesto al de ella, Camila la estaba
buscando desesperada. Los minutos que estuvo observándola le parecieron demasiado tiernos,
pero no quería hacerla esperar más por lo que patinó hacia ella por detrás para que no la
descubriese. Intentando lograr encontrar a su novia entre toda la multitud, notó cómo le daban
una pequeña caricia en el hombro llamándola. Cuando Camila se giró para saber quién era, se
encontró con los labios de Lauren devorando los suyos dándole paso a su áspera lengua.

- "Ya no eres una niña perdida" celebró Lauren haciendo que ambas girasen.

- "Pero tú sigues siendo una idiota" bromeó Camila agarrando su mano y comenzando a patinar a
su lado contenta por haber obtenido su beso.

La hora y media que estuvieron patinando bajo la música, se les pasaron como si fuesen minutos.
Se habían besado, picado e incluso caído un par de veces provocando carcajadas en ambas. En
todo ese tiempo Camila había sido completamente feliz, al igual que todas las veces que estaba al
lado de Lauren pero hasta que no se quitó los patines no volvió a la realidad. Tenía que hablar con
su novia.

Caminaron hacia el coche en silencio aun con las mejillas sonrojadas por el calor y el esfuerzo
dentro de la pista de patinaje. Lauren abrió el Chevrolet antes de llegar a él con el botón de sus
llaves y cuando estuvo a punto de abrir la puerta para que Camila entrase dentro, ésta la detuvo
tirando de su muñeca.

- "Hola" susurró Lauren al quedarse a centímetros de su novia.

- "Hola" dijo Camila de vuelta colocando una mano sobre su mejilla mientras que con la otra le
colocaba un mechón por detrás de la oreja al haberse escapado éste del agarre de su coleta.

En aquel momento, Lauren se dejó guiar sin saber que era un beso de despedida lo que estaba a
punto de recibir. La morena de ojos verdes se mordió los labios y entrelazó sus propias manos
alrededor de la cintura de Camila trayéndola más hacia ella. Ésta hizo lo mismo pero en el cuello
de Lauren y antes de juntar sus labios, se acercó a su oído.
- "Nunca olvides que te amo" susurró en él provocándole un escalofrío en Lauren quien quiso
responder pero los labios de Camila junto a los suyos se lo impidieron.

No era un beso de pasión, ni tampoco atrevido. Lauren tenía claro que se trataba de un beso con
sentimiento, de amor, pero había algo en él que no lograba descubrir mientras notaba la lengua
caliente de su novia jugando en su boca. Queriendo descubrir qué era aquello que no lograba
identificar, Lauren profundizó el beso abriendo más su boca dejando pasar hacia el fondo la lengua
de Camila provocando un leve gemido en ambas y un... ¿sollozo? Fue entonces cuando descubrió
la pieza que le faltaba.

- "Camila" se separó dejando a ambas con los labios rojos e hinchados a causa del beso. "¿Qué
está pasando?" preguntó con miedo.

- "Lauren tenemos que hablar" admitió soltándose del agarre que les quedaba.

En ese momento supo que nada bueno venía detrás de esas tres palabras al igual que no lo había
hecho las veces anteriores que Camila se las había dicho. No le hizo falta comprobarlo en un
espejo para saber que su rostro se había vuelto más pálido de lo que ya lo era.

- "Explícate por favor" le pidió sin entender qué había hecho mal.

- "Lauren yo..." comenzó Camila. "He estado pensando en Troye y en el juicio y he tomado una
decisión"

- "¿Qué decisión Camila?" preguntó Lauren nerviosa sintiendo su cuerpo helado sin tener que ver
la temperatura nada con ello.

- "No quiero implicarte más en esto de lo que ya lo estás" soltó haciendo que Lauren frunciera el
ceño. "No quiero ver cómo te colocan unas esposas a ti también por el simple hecho de ser tu
novia Lauren, no quiero ver como echas a perder tu trabajo por mí, no quiero..." se pausó dejando
a Lauren en silencio. "No quiero que te relacionen conmigo cuando me arresten" sentenció
agachando la mirada incapaz de mirar a su novia a los ojos.

En ese momento Lauren se quedó sin palabras, Camila estaba... ¿rompiendo con ella?

- "Camila no lo entiendes" respondió Lauren como pudo. "Yo estoy implicada en esto desde el
minuto que decidí querer formar parte de tu vida, desde el minuto en que conociste a Brooke,
desde el puto minuto en el que decidí cruzar la línea del todo deshaciéndome de pruebas que te
incriminaban" explicó entre lágrimas admitiéndole por primera vez lo último que había dicho.

- "¿Que has hecho qué?" preguntó Camila con la boca abierta mientras las lágrimas entraban
dentro de ella.

- "Eso ya da igual Camila, no hay vuelta atrás" dijo Lauren suspirando.

Un silencio todo a lo contrario a cómo eran los de ellas, las envolvió escuchándose tan solo en él,
el sonido del resto de la ciudad siguiendo con su vida alrededor de ellas.
- "No puedo seguir manteniéndote a mi lado hasta el juicio Lauren, no puedo hacerlo sabiendo lo
que te puede suponer eso" lloró Camila.

- "No me pidas que me separe de ti Camila y menos por eso" dijo agarrando su barbilla. "Eh, estoy
aquí y si sigo aquí es porque te apoyo en todo y no pienso irme Camz, ¿me escuchas? No pienso
hacerlo. Yo... Yo te amo" lloró Lauren junto a ella.

- "No me lo pongas más difícil de lo que ya es..." respondió Camila soltándose del agarre de sus
mejillas. "Necesito salvarte y no lo haré si sigues a mi lado" sentenció entre lágrimas dando media
vuelta dejando a su novia detrás de ella.

En ese momento Lauren entendió que si la dejaba ir de nuevo volvería a perderla y no podía volver
a pasar por aquello, por lo que sin pensarlo, corrió hacia Camila agarrándola de la muñeca que
llevaba su apellido haciendo que ésta se volviese hacia ella.

- "No quiero que me salves" dijo Lauren mirándola fijamente. "Quiero que estés a mi lado
mientras me salvo a mí misma" susurró entre lágrimas notando los labios de su novia contra los
suyos.

Y así lo hizo. En medio de la noche, Camila le prometió con ese beso que se quedaría a su lado sin
importarle todo lo demás, porque la amaba y nada podría cambiar aquello. Por mucho miedo que
sintiera al respecto.

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Capítulo 82

Ambos cuerpos rompieron su unión a través de sus bocas y se quedaron frente con frente. Lauren
se había arriesgado a ser de nuevo rechazada pero no podía permitir que Camila saliera de nuevo
de su vida, pero que ésta la hubiera besado no sabía qué significaba. Si le permitía quedarse o si se
despedía de nuevo.

- "Camila..." susurró aun sintiendo el calor del cuerpo de ésta a través de su frente.

- "Shhh" susurró la chica más bajita dejando caer su cabeza en el hombro de Lauren consiguiendo
que ésta la envolviera en sus brazos en medio de la noche.

- "Camila tenemos que"

- "¿Recuerdas la noche en la que fui a hablar contigo después de concierto?" la cortó haciendo que
Lauren asintiese. "¿Qué me pediste aquella noche?" preguntó sin dejar de notar los brazos de su
novia alrededor de ella.

- "Que te quedases conmigo" respondió Lauren en voz baja recordando aquel momento.

- "¿Y qué respondí yo?" preguntó de nuevo la chica de profundos ojos marrones.
- "Que no podrías alejarte de mí" susurró notando cómo su piel se erizaba.

Quedaron unidas en un abrazo en silencio durante un par de minutos después de que Lauren
respondiera. La piel de ésta seguía erizada y por lo que notaba en sus manos, la de Camila
también. Estaba conteniendo las lágrimas y no sabía cuánto más podría aguantar así.

- "¿A dónde quieres llegar?" preguntó Lauren ya desesperada sin dejar de abrazarla pero notando
un cierto temblor en sus piernas.

- "A demostrarte que no te di aquella respuesta en vano" respondió Camila separándose del
abrazo para mirarla fijamente a sus penetrantes ojos verdes.

- "Entonces, ¿eso quiere decir que...?"

- "Que estamos juntas en esto" respondió la chica más bajita por ella.

Lauren dejó escapar un par de lágrimas acompañadas por un fuerte suspiro, reflejando todo esto,
el alivio interior que acababa de conseguir. Camila soltó una tímida sonrisa y le limpió las lágrimas
con cuidado de no estropearle el maquillaje.

- "Duerme esta noche conmigo" propuso Lauren dándole un beso a sus manos.

- "¿Y Laila?" preguntó Camila.

- "Te has quedado a dormir más veces estando ella" dijo la morena de ojos verdes intentando
saber a qué se debía la pregunta.

- "Ya lo sé, pero no quiero que te escuche llegar al orgasmo" susurró en su oído haciendo que
Lauren tragase fuertemente. "Ya sabes, es algo íntimo" añadió en el mismo tono.

- "No creo que haya problema con eso, ya que ha decidido pasar la noche junto con Normani en el
hospital" explicó la morena de ojos verdes en el oído de su novia.

- "Mucho mejor" rio Camila con una sonrisa pícara. "A partir de ahora estoy en ayunas pero se me
ocurre algo que sí que puedo comer" añadió sacándole la lengua a Lauren quien sintió una presión
entre sus piernas.

Sin demorar más el regreso al estudio, se subieron al Chevrolet y pararon primero en la pequeña
urbanización. Mientras Lauren saludaba a la familia Cabello y a los Hansen, Camila subía a su
habitación para recoger la ropa necesaria para la operación del día siguiente.

- "¿Por qué estás haciendo la maleta?" preguntó Dinah dejando la revista que estaba leyendo a un
lado de la cama. "¿Y esa sonrisa?" se pausó para escuchar la voz de Lauren proveniente del piso de
abajo. "¿No has hablado con ella?" preguntó una vez más.

- "Sí hemos hablado pero estoy tan loca por ella que me ha convencido" se pausó al ver la
expresión adorable de su mejor amiga.
- "¿Estás de acuerdo con eso?" preguntó la rubia acomodándose en la cama mientras Camila
terminaba de preparar su bolso.

- "Creía que no, pero me he dado cuenta de que sí" sonrió. "Pero de todas formas no voy a llegar a
Troye a través de Lauren" recordó.

- "Mila deberías pensar eso, es nuestra única opción" insistió Dinah pasándole un pijama limpio.

- "Felix es nuestra única opción Dinah" sentenció dándole un rápido beso en la mejilla antes de
salir de su habitación.

Después de despedirse de su familia con una sonrisa sincera, se dirigieron al Chevrolet con el
estudio como destino final. La blanca y llena luna dejaba pasar la claridad suficiente a través de la
ventana para que ambos rostros se mirasen. Camila soltó el bolso que había preparado para la
operación y saltó a los brazos de su novia quedando con las piernas agarradas a su cintura.

- "¿Recuerdas eso que te he dicho que íbamos a hacer esta noche?" preguntó Camila mientras
mordía su cuello.

- "Ajá" respondió Lauren casi sin respiración notando la lengua de su novia vagando por su
mandíbula llegando hasta sus labios.

- "Pues te propongo algo mejor" dijo saltando de su cintura y encendiendo la luz iluminando todo
el estudio mientras Lauren la miraba desconcertada. "Quiero que me dibujes" propuso Camila
señalando un lienzo en blanco y seguidamente se acercó de nuevo a su novia "Desnuda" susurró
en su oído.

- "¿Qué gano yo con todo esto?" rio Lauren notando aun el calor entre sus piernas.

- "Mmm" pensó Camila colocando su dedo meñique entre sus labios. "Si lo haces bien tal vez
acabes desnuda tú también" dijo pícaramente comenzando a desvestirse.

- "¿Tal vez?" repitió Lauren levantando una ceja sin dejar de mirar el cuerpo semidesnudo de su
novia.

- "Tal vez" susurró Camila en su oído.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de la morena de ojos verdes después de notar la respiración de su


novia en su oído. Ésta besó el lóbulo de su oreja perforada y dejó una línea de besos acompañados
por su lengua hasta los carnosos labios de Lauren. Una vez en ellos se detuvo y miró a su novia a
los ojos notando su excitación en ellos.

- "Cuanto antes empieces, antes sabrás si ese 'tal vez' se cumple o no..." susurró sobre sus labios
dejando una leve mordida en ellos.
Lauren soltó un fuerte suspiro y se dirigió rápidamente hacia su habitación buscando en el baúl los
pinceles y las témperas perfectas para captar cada detalle de la hermosa figura de su novia.
Indecisa por cual elegir ya que cada material le parecía insuficiente, cogió un par de carboncillos y
la paleta llena de matices azules y se dirigió de nuevo al salón. Cuando giró al final del corto pasillo
se encontró con la figura de Camila de espaldas a ella completamente desnuda y las luces de
nuevo apagadas consiguiendo la luz de la luna darle un toque cristalino a la suave piel de su novia.

- "¿Te parece bien dejar esta luz natural?" preguntó Camila mirando a su novia por el hombro sin
darse la vuelta.

- "Sí-sí" tartamudeó nerviosa.

Lauren se sentía como si fuera la primera vez que veía a su novia desnuda, notando el mismo
nerviosismo que la primera vez que hicieron el amor. La misma sensación de una adolescente
descubriendo el significado del amor por primera vez. Cogió uno de los taburetes de la cocina y lo
colocó frente a la ventana a la que había corrido la cortina para que entrase perfectamente la luz
de la luna. Camila rápidamente se sentó en él dándole la espalda a su novia.

- "¿Tienes frio?" preguntó Lauren notando la piel erizada de su novia. "Porque si tienes frio
podemos dejarlo para otra ocasión" añadió preocupada porque Camila enfermara la noche antes
de la operación.

- "Tranquila, mi piel solo está respondiendo a lo que tú provocas en mí" respondió sincera. "Estoy
perfectamente mi amor"

Lauren tragó fuertemente intentando controlar las ganas de hacerle el amor a su novia sobre
aquel taburete, y volvió hacia el caballete con el lienzo en blanco. En las dos horas siguientes,
Camila se mantuvo quieta respondiendo tan solo las veces en las que Lauren le preguntaba si se
encontraba bien o quería parar a lo que ella negaba siempre. La morena de ojos verdes había
captado a carboncillo la silueta desnuda de su novia con su larga y ondeante melena cayéndole
hasta la cintura mientras miraba hacia la luna recordándole esto a la unión de su pequeño secreto.
Con cuidado mezcló las témperas en la paleta creando distinto tonos de azules, uno más eléctricos
y otros simplemente más claros. Decoró el fondo reflejando en él la oscura noche dejando en
blanco la silueta desnuda y la luna llena.

Cuando Lauren terminó su obra, antes de firmarla la miró en silencio unos cuantos segundos. No
era una obra como otra cualquiera ya que en ella estaba reflejado el amor de su vida, por lo que
no quiso firmarla y hacerla del montón. Para ello, dejó todos sus materiales en el caballete y corrió
hacia su habitación dejando a Camila curiosa por la ausencia de su novia. Ésta salió un par de
minutos después con un pincel mucho más fino de los que había utilizado anteriormente y añadió
un último retoque antes de firmarlo notando el aroma a frutas del ambientador enchufado a una
toma de la pared.
- "Listo" susurró nada más firmar su obra haciendo que Camila se levantase del taburete y fijara la
atención en ella. "Antes de verlo, ponte esto" dijo dándole una bata. "No quiero que enfermes"
susurró dejando un beso en su frente.

Caminaron en silencio hacia el caballete notando Camila en Lauren sus manos y la ropa cómoda
que se había puesto, llenas de pintura. Cuando estuvieron frente a la obra, la chica de profundos
ojos marrones no pudo contener sus lágrimas. No era el hecho de que estaba perfectamente
retratada como si le acabasen de tomar una foto, sino la frase que había añadido a su obra
haciéndola más personal.

- "Nuestro corazón mantiene la calma hasta que llega alguien que lo hace explotar" leyó Camila en
voz baja.

Sin darle tiempo a responder a Lauren, la chica más bajita se lanzó a sus brazos y concretamente a
su boca. La morena de ojos verdes dejó vagar sus manos por la piel erizada y desnuda de su novia
mientras ésta atacaba su cuello y seguidamente su clavícula mientras la desvestía.

- "Joder te amo" maldijo Camila deshaciéndose de los pantalones de su novia y llevándola hacia la
pared del pequeño pasillo con cuidado de no tropezar con el piano eléctrico.

Lauren no dejaba de sonreír entre beso y beso mientras notaba las caricias de su novia, pero el
hecho era que no podía dejar de hacerlo. Camila la hacía completamente feliz. Ésta siguió jugando
con su lengua hasta que tumbó a Lauren en las sábanas blancas de su cama devorando de nuevo
su boca. La chica más bajita quitó el pañuelo de la coleta de Lauren y cubrió los ojos de ésta con él.

- "Hagámoslo más interesante" susurró Camila volviendo a morder sus labios.

Los sonidos que se producían entre beso y beso habían sido acompañados por las diminutas gotas
que golpeaban la ventana de la morena de ojos verdes, quien tenía la piel erizada al exponer más
el resto de sus sentidos.

- "Un día gris también es un día feliz" susurró Lauren entre gemido y gemido dando la vuelta en la
cama y quedando encima de su novia completamente desnuda.

Camila no pudo evitar sonreír de aquella manera natural e infantil que destacaba en ella cada vez
que estaba con su novia, y se aferró a la espalda de Lauren con fuerza mientras ésta jugaba con su
cuello dejando sus cortas uñas marcadas en ella. La morena de ojos verdes notó el deseo en las
marcas de su novia sobre su espalda y atacó sus pechos bajando hasta la zona abdominal y
finalmente hasta su centro.

Con suaves y rápidas pasadas mientras notaba las manos de Camila agarrarle la cabeza con fuerza
acompañado de sus gemidos, aumentó la intensidad de su lengua áspera consiguiendo que la
chica más bajita se retorciera en su cuerpo llegando al orgasmo sin apartar Lauren la boca de su
centro duro y palpitante.
- "No es justo" suspiró Camila una vez Lauren se tumbó a su lado quitándose el pañuelo sudado de
sus ojos.

- "¿Por qué?" rio ésta pasándose las manos por su frente.

- "Porque quería hacerte llegar al orgasmo yo primera" gruñó.

- "Bueno..." dijo Lauren mirando hacia el reloj de su mesita de noche. "Aún tenemos tiempo de
sobra" añadió pícaramente.

Camila soltó una risa pícara y se colocó encima de Lauren juntando sus pechos mientras atacaba
su boca dejando los labios carnosos de su novia rojos e hinchados por el deseo de besarlos hasta
desgastarlos. Minutos después Camila sentía dentro de su boca esa sensación caliente al haber
llevado a su novia al orgasmo con su propia lengua.

A la mañana siguiente con los cuerpos agotados por hacer el amor durante toda la noche,
despertaron desnudas abrazadas la una a otra, con el sol dándoles de pleno sobre los ojos. Al estar
en ayunas por la operación, Camila no pudo desayunar por lo que Lauren decidió no hacerlo
tampoco y esperar a que su novia saliese del quirófano.

Mientras conducía hasta la clínica, el temor de que algo saliese mal en la operación se había
apoderado del cuerpo de Lauren. Camila por otro lado estaba bastante tranquila e incluso feliz por
poder hacer realidad uno de sus sueños. Nada más llegar, la doctora Lewis las llevó hasta la
habitación en la que Camila se hospedaría hasta dos o tres horas después de la operación.

La chica más bajita notaba los nervios de Lauren en el agarre de sus manos y en vez de provocarle
la misma sensación a ella, le transmitía seguridad por saber que en cuanto saliese, Lauren estaría
allí, tal y como lo había deseado.

- "Buenos días chicas" saludó la Doctora Lewis entrando con varias enfermeras que prepararon a
Camila. "Venía a explicaros de nuevo cómo va a ser la intervención"

- "¿Es peligrosa?" preguntó Lauren rápidamente haciendo reír a Camila por su nerviosismo.

- "No, Lauren, no es peligrosa" rio la doctora. "Es una intervención sencilla en la que para tener
localizados los folículos se emplea un ecógrafo transvaginal que va unido a una aguja con la que se
punciona a través de la vagina o perforando el útero"

- "Eso suena a mucho dolor" admitió Lauren nerviosa.

- "¡Lauren!" rio de nuevo Camila tomándola de la mano. "Tranquila" intentó calmarla.

- "Todas las operaciones duelen Lauren, por eso recurrimos a la anestesia general" rio de nuevo la
Doctora Lewis. "Una vez que la aguja está correctamente situada, un sistema conectado a ésta
aspira el líquido folicular y se transfiere a tubos de ensayo. En éste líquido están los óvulos"
explicó. "Éstos se llevan al laboratorio inmediatamente y bajo un microscopio se localizan y se
limpian retirándoles las células de la granulosa, pero para esto ya estarás despierta" concluyó
mirando a Camila.

En ese momento tanto la morena de ojos verdes como la chica de ojos marrones se miraron
sabiendo que la hora de la operación había llegado. Con las manos temblorosas, Lauren se acercó
a Camila y acarició su rostro. No había estado tan nerviosa antes de una operación desde que
operaron a su madre por primera vez para extraerle el tumor del pecho.

- "Estás más nerviosa que yo" afirmó Camila con la bata ya puesta antes tumbarse.

- "Es que me da miedo Camz" respondió nerviosa haciendo círculos con su pulgar en la mejilla de
su novia.

- "Si estás así ahora no quiero pensar como estarás cuando vayamos a tener un hijo" dijo Camila
sin pensar llevándose rápidamente las manos a la boca. "Lo siento, no quería, bueno sí pero ha
sido un pensamiento que"

- "Ese día no respiraré tranquila hasta que no os vea a ti y a nuestro hijo en perfecto estado" la
calló Lauren dejando un profundo beso en sus labios.
El sollozo de una enfermera que se había emocionado por la escena, las llevó de vuelta a la
realidad haciendo que Camila se tumbase en la camilla mientras le conectaban varías vías y Lauren
se dirigiese a la sala de espera. Varios minutos después dentro del quirófano con aun una gran
sonrisa en su boca por las palabras de su novia, estaba totalmente preparada para la sencilla
operación.

- "Buenos días Camila, mi nombre es Fred Tarner y voy a acompañar a la doctora Lewis en la
intervención" se presentó un hombre de unos sesenta años, pelo canoso y mirada oscura. "En
cuanto te coloque esto quiero que cuentes hacia atrás a partir de 10, ¿está bien?" preguntó
haciendo que Camila asintiese lentamente.

Antes de llegar al número siete, se quedó dormida sin dejar de sonreír con el último pensamiento
de ella y Lauren dentro de una blanca habitación de hospital sujetando entre sus brazos una
pequeña mantita beige que tapaba a su futuro hijo o hija.

Aunque la operación no duró más de cuatro minutos, Camila no salió de quirófano hasta una hora
después. Durante aquellos largos e interminables sesenta minutos, Lauren se limitó a esperar en
las incómodas sillas de la sala de espera manteniendo una botella de agua entre sus manos de la
que solo había bebido dos veces.

En cuanto la doctora Lewis salió del quirófano con su cabello recogido quitándose los guantes
morados acompañada por un hombre más mayor que ella de pelo canoso, Lauren corrió hacia
ellos demasiado nerviosa.

- "¿Cómo ha ido la operación Doctora? ¿Dónde está Camila? ¿Ha despertado? ¿Puede comer?
Porque ella siempre tiene mucha hambre" preguntó nerviosa haciendo ruido con la botella que
aun sostenía entre sus manos.
- "Tranquilízate Lauren" rio la Doctora Lewis y el señor de pelo canoso antes de dejarlas a solas.
"Camila está bien, ha ido todo perfecto. La han llevado a la habitación para que repose, va a notar
ciertas molestias en el vientre pero es normal" explicó. "Estaba a punto de despertar así que si te
das prisa aún puedes llegar a tiempo"

Sin dejarla decir nada más, Lauren le dio las gracias tres veces seguidas y salió corriendo hacia la
habitación. Cuando llegó allí se encontró a su novia acomodándose en la cama mientras una
enfermera, la misma que se había emocionado anteriormente, le colocaba una bandeja con lo que
parecía sopa caliente.

- "Hola amor" saludó Camila nada más verla aparecer por la puerta.

- "Hola cariño" saludó Lauren con los ojos brillosos. "¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres que te
traiga cualquier cosa? Porque puedo traerla solo tienes que pedirla, tengo el coche ya sabes que"

- "Un beso me vendría bien" la cortó Camila mordiéndose los labios por la adoración que sentía
ante los nervios de su novia.

Lauren supo que estaba hablando demasiado y rio para sí misma. Con cuidado de no hacerle daño
se acercó lentamente hasta que sus labios se rozaron dejando un cálido beso repleto de amor y
deseo en ellos mientras le agarraba la mano tal y como le había prometido.

- "Deberías llamar a tu madre" propuso Lauren buscando en el bolso de su novia su móvil.


"Esperaré fuera mientras hablas con ella" añadió.

- "No hace falta que te vayas" dijo Camila marcando el número de su madre.

- "Lo sé Camz, pero así mientras llamo a Normani" explicó. "Quiero saber qué tal las pruebas que
le hicieron ayer y preguntarle sobre Laila. Vuelvo enseguida" dijo antes de salir por la puerta.

Se dirigió hacia la entrada de la clínica y sacó de su bolsillo el nuevo teléfono que tuvo que
comprarse después del tiroteo, marcando el número de su mejor amiga. Después de tres largas
pitadas, la voz de la morena de escuchó en la otra línea. Desde que había despertado del coma,
cada vez que la escuchaba hablar no podía evitar sonreí.

- "Buenos días Lo" saludó la morena.

- "Buenos días a ti también Mani" saludó de vuelta Lauren. "¿Qué tal las pruebas?"

- "Perfectamente, ya se los dije que me encontraba como si no me hubiese pasado nada pero son
muy cabezones" respondió Normani.

- "La cabezona eres tú, ellos solo hacen su trabajo" rio Lauren. "Me alegro de que esté todo bien"

- "¿Qué tal la operación de Camila? ¿Son sus óvulos los suficientemente buenos como para
hacerte mamá?" preguntó Normani con una risa.
La pregunta de su mejor amiga la llevó hasta la frase que sin querer Camila había dejado escapar y
de la cual no había dejado de pensar mientras ésta seguía dentro del quirófano.

- "Son los mejores" rio Lauren con una sonrisa tonta en sus labios. "¿Cómo se está portando Laila?
Perdón por haberte hecho quedarte con ella tanto tiempo. Sé que la que está a su cargo soy yo
pero con todo lo de la operación..."

- "Justamente quería hablarte de ella Lauren" dijo la morena haciendo que la chica de ojos verdes
se preocupara al escuchar su nombre y no su apodo.

- "¿Le ha pasado algo?" preguntó nerviosa elevando un tanto la voz.

- "Sí, bueno no, bueno sí pero no" dijo la morena sin llegar a explicarse.

- "Por Dios Mani, así no me ayudas" añadió la chica de ojos verdes preocupada.

- "He estado hablando con ella estos días y..." se pausó para escuchar un suspiro de desesperación
proveniente de su mejor amiga. "¡Voy a adoptarla!" admitió Normani con un gran tono de
emoción que Lauren pudo notar al instante.

=================

Capítulo 83

Los siguientes días en adelante habían transcurrido sobre la marcha dejando un buen sabor de
boca para la morena de ojos verdes. Normani había sido dada de alta y estaba terminando con su
abogado el papeleo necesario para poder adoptar a Laila. Al parecer, el vínculo que Lauren había
notado entre ellas no era solo una pequeña intuición.

- "Cuando estoy con ella siento que es mi responsabilidad cuidarla Lo, es como si fuese realmente
mía y no quisiese que nadie le hiciera daño" recordaba las palabras de su mejor amiga al explicarle
el motivo de por qué la adoptaba.

Desde entonces la pequeña adolescente vive junto con Normani en su apartamento y le ayuda en
todo lo que puede junto con Chad quien también le ha cogido un cariño especial. La morena se ha
encargado con éxito de conseguir todas las necesidades básicas incluido un profesor particular
después de verano que le ayude a ponerse al día con sus estudios.

Por otro lado, Camila había sufrido ciertos dolores leves a causa de las hormonas y había estado
tomando ciertos inflamatorios. Había pasado una semana desde la simple intervención y debían
volver para hacerle una pequeña ecografía y recibir el dinero. La chica de profundos ojos marrones
había decidido utilizar dicho dinero junto con el del atraco para formar una pequeña fundación
como plan de futuro. Lauren no podía estar más orgullosa de ella.

- "Buenas tardes" saludó la Doctora Lewis entrando con sus habituales guantes de látex morados
en la consulta.
- "Buenas" saludaron Camila y Lauren a la vez.

- "¿Qué tal los dolores?" preguntó la doctora invitando a Camila a que se sentase en una cómoda
camilla de cuero.

- "Mucho mejor, tan solo un leve dolor al andar, estornudar o tener cualquier tipo de roce en los
pezones" explicó Camila viendo como la doctora buscaba un gel entre el resto de éstos.

Lauren no pudo evitar soltar una pequeña risa al recordar cómo no habían podido hacer el amor
durante una semana debido a los dolores indicados por su novia. Adoraba los gruñidos que soltaba
Camila al no poder saciar su deseo. Como si ésta hubiese escuchado sus pensamientos, le echó
una mirada fulminante.

- "Vas a notar un poco de frio" informó la Doctora Lewis posando el gelatinoso gel para proceder a
la ecografía.

- "No se oye nada" dijo Lauren haciendo reír a su novia y a la doctora. "¿Qué pasa?" preguntó
nerviosa.

- "Lauren ¿qué esperabas oír?" preguntó Camila con una sonrisa. "No estoy embarazada" rio de
nuevo.

- "Esto es solo para asegurarnos de que el útero está en perfecto estado" explicó la Doctora Lewis
ya acostumbrada a los nervios de la morena de ojos verdes.

- "Oh" susurró Lauren sintiéndose estúpida.

Después de que la Doctora Lewis le diera a ambas la enhorabuena por terminar con el tratamiento
y el dinero en metálico, la pareja salió felizmente de la clínica con sus manos enlazadas. Desde que
había empezado con el tratamiento para la donación, Camila no se había quitado de la cabeza la
idea de formar una familia con Lauren pero para eso veía necesario dar un paso importante antes
y ella estaba completamente segura de darlo.

-"Aún te quedan dos deseos más por pedir" bromeó Lauren mientras se dirigían a su coche.

- "¿Acaso eres el genio de la lámpara?" bromeó Camila de vuelta.

- "Podría ser" rio enlazando sus manos. "Dos deseos Camz" repitió después de dejar un leve beso
en la cabeza de su novia.

- "Mmm" pensó. "Que estés siempre a mi lado" respondió Camila.

- "¿Y el segundo?" dijo Lauren sacando las llaves de su coche.

- "No necesito ninguno más" admitió Camila consiguiendo que su novia se parase frente a la
puerta del copiloto.
- "En ese caso, deseo cumplido mi amor" dijo Lauren dándole un apasionado beso antes de abrirle
la puerta tal y como siempre hacía.

Dentro del Chevrolet con destino hacia el piso de Dinah y Camila, el teléfono de ésta última
comenzó a sonar haciendo que Faded de Alan Walker dejase de sonar. El nombre de la rubia
estaba reflejado en la pantalla.

- "Hey" saludó Camila. "Es Dinah" le susurró a Lauren mientras tapaba el micrófono para que la
rubia no la oyese.

- "Mila ¿dónde estás?" preguntó.

- "En el coche con Lauren, vamos de camino al piso" explicó la más bajita.

- "Mucho mejor, hablamos cuando llegues, mi hermano y Felix ya están aquí" explicó Dinah un
tanto seria y colgó sin darle tiempo a preguntar por qué.

- "¿Pasa algo Camz?" preguntó Lauren dejando de mirar hacia la carretera por un momento para
fijarse en su novia.

- "No lo sé pero tenemos visita" concluyó Camila.

Nada más abrir la puerta blanca del piso, la figura de Dinah bebiendo un vaso de lo que parecía un
café, Ethan viendo la tele y Felix leyendo una revista, se hizo visible en el salón comedor de éste.
En cuando Felix vio a Lauren se puso rígido. La última vez que habló con ella fue en la sala de
interrogatorios y le causó mucho respeto.

- "Hola Lauren" saludó Ethan dándole dos besos cariñosamente.

- "Hola a todos" saludó en general fijando su mirada en el hermano de Troye. "Hola de nuevo
Felix" rio.

-"Tranquilo que no te va a meter entre rejas, al menos ella no" rio Dinah acercándose hacia
Lauren. "Hola de nuevo Michelle" saludó dándole un leve golpe en el hombro.

- "Que me guste mi segundo nombre no significa que me puedas llamar por él Dinah Jane" rio
Lauren.

Camila quien miraba toda la escena en silencio, se preguntaba qué hacían todos allí. Mientras
seguían con su conversación en la que Felix seguía inquieto por la presencia de su novia, la chica
de profundos ojos marrones se acercó al frutero sobre la encimera de la cocina y cogió un plátano
el cual comenzó a comer nada más salir de ésta.

- "¿Me vais a explicar a qué se debe la reunión?" preguntó Camila dándole un bocado al plátano
que ya llevaba por la mitad.

- "A ver Camila..." comenzó Felix jugando con la revista enrollada entre sus manos. "Como sabrás
en dos días es el juicio de mi hermano"
- "Claro que lo sé, me lo habéis estado recordando cada día" lo cortó dándole el último bocado al
plátano.

- "Lo que Felix quiere decir Mila es que no hemos hablado con Troye aun" siguió Ethan.

En ese momento Lauren arqueó las cejas. No sabía que Camila tenía intención de hablar con Troye
ya que ésta había estado evitando hablar del tema o simplemente le había respondido que lo
llevaba bien. Pero lo que tampoco sabía es cómo lo iba a hacer si éste estaba detenido y la única
que podía hacerlo era...

- "Yo..." susurró Lauren en voz baja haciendo que todos se girasen hacia ella.

- "¿Tú qué?" preguntó Dinah ladeando la cabeza confusa.

- "Oh, nada, nada" mintió. "Seguid con vuestras cosas"

Camila fue la última que dejó de prestarle atención a Lauren preguntándole si estaba todo bien a
lo que la morena de ojos verdes respondió asintiendo rápidamente. Camila no se lo creyó.

- "¿Vamos a quedarnos de brazos cruzados?" preguntó Felix aun sin asimilar que su propio
hermano iba a delatarle.

- "No veo por qué no" dijo Camila encogiéndose de hombros después de tirar la cáscara del
plátano a la basura.

- "¿En serio Mila?" dijo Dinah cruzándose de brazos. "En dos días podemos ir a la cárcel ¿y estás así
de tranquila?"

-"¿Y qué quieres que haga Dinah?" gritó obviando el hecho de que Lauren estaba presenciando
toda la escena. "No puedo presentarme en su celda y decirle 'Hey Troye ¿qué tal la pierna? Por
cierto no nos delates somos tus amigos' mientras estoy rodeada de agentes" dijo sin bajar el tono.

Un silencio incómodo se creó entre ellos durante varios segundos hasta que la figura de Lauren se
puso entre medio de ellos haciendo que los ocho ojos se fijasen en ella, concretamente los
profundos ojos marrones de su novia.

- "Tal vez tú no, pero yo sí" admitió

Lauren. "Quiero decir, prácticamente veo a Troye todos los días y Brooke me ha vuelto a confiar
información sobre el caso. Podría hablar con él a solas" propuso.

- "No Lauren, de ninguna manera" se negó Camila.

- "¿Por qué no? Ya la has oído, es la única que puede hablar con mi hermano, además se ha
ofrecido ella" dijo Felix un tanto alterado.
Camila soltó un largo suspiro. Ahora entendía el 'mucho mejor' de la conversación con Dinah por
teléfono dentro del coche. Sabían que su novia no iba a evitar ofrecerse con tal de ayudarlos. No
obstante, Camila no iba a permitirlo.

- "He dicho que no" negó por segunda vez haciendo que todos clavasen la mirada en ella.
"Esperaremos al día del juicio y ya está" sentenció.

-"¿Y cuándo diga nuestros nombres que decimos Camila?" preguntó Dinah. "Oh, sí, siento haber
atracado un banco y una joyería, perdónenos no lo volveremos a hacer más" escupió con rabia
sentándose en una de las sillas de la mesa.

Lauren encogió los labios y se acercó hasta su novia agarrándola por la barbilla consiguiendo que
sus penetrantes ojos verdes se clavasen en ella.

- "Camz, escúchame" pidió Lauren. "Si hablar con Troye supone vuestra libertad estoy dispuesta a
hablar con él" dijo. "Ya me has oído, lo veo a diario y deshacerme de pruebas que te involucran
con ambos robos no tiene nada que ver con hablar con un detenido" explicó.

- "Vamos Mila" dijo Ethan detrás de ella.

- "Lauren no quiero que te vinculen conmigo en nada más que no sea ser tu novia" susurró Camila
agarrando su mejilla.

- "Y no lo harán, te lo prometo" dijo cortando más la distancia entre ellas. "Pero para eso tengo
que ayudarte de esta forma" explicó. "Siempre a tu lado ¿recuerdas?"

Camila soltó un leve suspiro y rompió la distancia entre ellas juntando sus labios en un beso con el
que en vez de hacer que Lauren se sintiese protegida, ésta se lo hizo sentir a la más bajita. Al
terminar el pequeño beso juntaron sus frentes olvidándose de que seis ojos estaban fijados en
ellas.

- "Me pido ser la dama de honor en la boda" bromeó Dinah haciendo que ambas se separasen
quedando abrazadas con una sonrisa tímida en sus rostros.

- "Ya la habéis oído, ¿votos a favor?" propuso Felix levantando la mano.

Al momento la levantó Ethan, poco después Dinah y Lauren y por último Camila, quien a pesar de
no estar de acuerdo tenía que aceptar que la decisión ya estaba tomada. Por otro lado Lauren
sintió un cosquilleo en su vientre al escuchar a Dinah pedir ser la dama de honor de su boda. La
imagen de Camila vestida de blanco caminando hacia ella inundó su mente provocándole una
enamorada sonrisa.

- "Está bien" se rindió Camila. "Pero lo haremos a mi manera" sentenció.

- "¿Qué propones?" preguntó Felix jugando de nuevo con la revista.

- "Yo hablaré con él" dijo haciendo que todos la mirasen. "Con tu ayuda" miró hacia Lauren
sintiéndose una hipócrita.
- "Creo que eso nos lo pone aún más fácil" indicó la morena de ojos verdes. "Camz, sigues
teniendo la pizarra ¿verdad?" preguntó haciendo que ésta asintiese. "Necesito que la traigas,
Dinah tráeme rotuladores de varios colores, Ethan ayuda a Camila a traerla y tú Felix... prepárame
un café con leche"

- "Jauregui eres nuestra salvación" rio de nuevo Dinah.

Camila se guardó para ella el pensamiento de que ver a Lauren dando órdenes le había excitado
demasiado. Si ésta se había comportado así delante de ellos cuatro, no quería imaginárselo
haciéndolo a diario en la oficina. Volviendo a la realidad, se dirigió junto con Ethan a su habitación
a recoger la amplia pizarra intentando no sonrojarse más de lo que ya estaba.

Minutos después, Lauren sujetaba una taza de café con leche frente a la pizarra donde había
dibujado de color negro los distintos pisos de la oficina marcando con una X en rojo el lugar donde
se encontraba su mesa de trabajo y la celda de Troye.

- "Está bien, esto es lo que haremos" dijo.

Antes de comenzar a relatar su plan, le dio un último sorbo al delicioso café y dejó la taza sobre la
mesa de cristal. Desde que había comenzado a dar órdenes notaba la atención de Camila puesta
sobre ella observando cada paso que daba. No la incomodaba, sino todo lo contrario llegando
hasta el punto de avergonzase por estar haciendo su trabajo frente a ella.

- "Como ya sabemos, el juicio de Troye es pasado mañana" comenzó. "Por lo que sé, mañana su
abogada tendrá una última conversación con él por lo que saldrá de la celda e irá hasta aquí" dijo
señalando con otra X la sala de interrogatorios. "Ahí es cuando entras tú Camz. Mientras Troye
habla con su abogada tú vas a venir a 'visitarme', no hay problema con eso puesto que varios
familiares lo hacen. Solo necesitarás una tarjeta de identificación que ya tendrás facilitada" se
pausó.

Dinah, Ethan y Felix observaban detalladamente la pizarra con todo y cada uno de los pasos que
Lauren había dado anteriormente. La rubia desvió la mirada de ésta y la posó sobre su mejor
amiga quien se mordía los labios nerviosa mientras prestaba atención a los gestos que hacía
Lauren con su mano explicando los pasos.

- "Aprovecharé el cambio de agente para acercarme a Troye" continuó. "Mientras yo lo meto de


nuevo en su celda, tú Camz, estarás esperándome fuera y nada más salir yo, entrarás tú ¿de
acuerdo?" preguntó haciendo que su novia asintiera. "No tendremos mucho tiempo hasta que
venga uno de mis compañeros pero un par de minutos es mejor que nada" concluyó trazando

Todos quedaron sorprendidos ante el plan que Lauren les mostraba pero lo que aun varios de ellos
entendían es qué hacían ellos en todo esto.

- "¿Dónde entro yo?" preguntó Felix llamando la atención de Lauren.


- "Tú al ser su hermano tienes que estar presente en el juicio ¿no es así?" preguntó haciendo que
éste asintiese. "Puedes asegurarnos que Brooke esté entretenida yendo a hablar con ella ya que
sobre esa hora suele salir de su despacho para pasarse por la cafetería" explicó.

- "¿Qué hay de nosotros?" preguntó Ethan.

- "Os ha tocado la mejor parte, no tenéis que hacer nada" rio Lauren.

Durante un par de segundos se quedaron en silencio observando las flechas, cruces y garabatos
que había dibujado Lauren sobre la pizarra. Todos los allí presentes tenían un pensamiento en
común en aquel momento

y éste era desear tener buena suerte. En ese mismo instante, el teléfono de Lauren comenzó a
sonar haciendo que el silencio entre ellos se rompiera y que se escucharan varios suspiros.

- "Dime Mani" contestó apartándose del resto.

Camila vio a su novia cruzar el marco de la cocina y fijó su atención en Dinah quien la miraba con
una ceja levantada queriendo descubrir qué pasaba por su cabeza en ese mismo instante, siendo
dicho pensamiento Lauren vestida de blanco esperándola en el altar.

- "¿Sigues preocupada?" preguntó Dinah en voz baja acercándose a ella dejando a Ethan y Felix
hablando entre ellos frente a la pizarra.

En cuanto la chica más bajita abrió la boca para responder a su mejor amiga, la figura de Lauren
apareció rápidamente acercándose hacia donde Camila y Dinah se encontraban.

- "Sé que te prometí salir a cenar después de la cita en la clínica pero me ha llamado Normani"
explicó Lauren.

- "¿Está todo bien?" preguntó Dinah preocupada por la morena.

- "Sí, solo es que está terminando con el papeleo para la adopción de Laila y como estuvo varios
días a mi cargo necesita mi firma en alguno de ellos" volvió a explicar fijando su mirada en su
novia. "¿Te importa que lo aplacemos?" preguntó.

- "Para nada, además tengo que acompañar a Dinah a un sitio así que no hay problema" mintió
con una sonrisa.

- "No sabía que" se pausó al notar un pellizco en su brazo. "Ah sí, esa cosa que te pedí no me
acordaba" mintió con otra sonrisa mirando de reojo a Camila.

Lauren ladeó la cabeza a la misma vez que fruncía el ceño al notar una leve tensión entre su novia
y la rubia. Sin pensar más en ello se despidió del resto y se acercó hasta la puerta acompañada por
su novia.

- "¿Estás segura que no te importa Camz?" preguntó la de ojos verdes.


-"No, idiota" dijo cerrando un poco la puerta y quedando en el rellano del segundo piso. "Además,
no quiero salir a cenar y no poder llevarme mi postre preferido por este dolor" añadió señalando
hacia su vientre con una sonrisa pícara.

- "Eres una pequeña ninfómana" rio Lauren dándole un suave beso en los labios.

- "Yo solo quiero poder hacerle el amor a mi novia sin ningún dolor que me lo impida" gruñó
Camila haciendo un puchero.

- "En cuanto pase el juicio, vamos a pasar un fin de semana en una casa en la playa para saciar tus
deseos, solas tú y yo" dijo Lauren con una sonrisa abrazando por la cintura a su novia.

- "¿Me lo prometes?" preguntó Camila haciendo otro puchero al cual Lauren no se pudo resistir.

- "Te lo prometo" le aseguró con una sonrisa volviendo a conectar sus labios antes de irse.

En cuanto Camila entró de nuevo en el piso, se quedó apoyada en la puerta con una tonta sonrisa
sobre sus labios mientras mantenía los ojos cerrados saboreando aún el beso de Lauren. Cuando
los abrió se encontró con la figura de Dinah mirándola fijamente.

- "Necesito que me recuerdes ese lugar tan importante al que tienes que acompañarme" dijo
Dinah cruzada de brazos con una sonrisa traviesa en sus labios.

- "Espera" le pidió. "Chicos es hora de irse" dijo Camila llamando la atención del hermano de Dinah
y Felix.

- "¿Pasa algo?" preguntó Ethan.

- "Mila y yo tenemos que hablar de su regla ya que con lo de la operación se le va a adelantar y


tenemos que asegurarnos de que haya tampones suficientes y esas cosas de chicas" mintió sin
quitar la sonrisa traviesa. "Aunque os podéis quedar a ayudar si queréis" añadió.

- "¡No!" gritaron a la vez Ethan y Felix antes de atravesar la puerta del piso dejándolas a solas.

En cuanto la puerta se cerró, antes de que Dinah pudiera decir nada más, Camila la agarró de la
muñeca y la arrastró hacia su habitación haciendo que se sentase en la cama. Estaba decidida a
dar el paso.

- "Necesito que me acompañes a una tienda" dijo Camila.

- "Por tienda te refieres ¿a esa clase de tiendas?" preguntó con una sonrisa burlona.

- "¡No Dinah!" rio Camila. "No me hace falta ropa interior de encaje, a Lauren le encanta la que ya
tengo" rio de nuevo. "Es otra clase de tienda pero tenemos que salir ya, hasta que no tenga lo que
quiero no te daré más explicaciones"
- "Entonces ¿qué hacemos que no estamos atravesando la puerta? ¡Vamos Mila!" dijo Dinah
saliendo de su habitación rápidamente con una duda bastante grande.

Después de caminar rápidamente bajo el cielo teñido de rojo, llegaron hasta la zona céntrica de la
ciudad sin saber aún la rubia a qué tienda en concreto se dirigían. Tras caminar varios minutos
más, Camila se paró frente a un escaparate y se quedó embobada mirando lo que había tras él.

- "Pensé que lo habíamos dejado" soltó Dinah al mirar el escaparate de una joyería.

- "Vamos dentro" le ordenó Camila dejando a su mejor amiga atrás.

En cuanto la rubia entró en la joyería sin entender nada, la chica más bajita ya estaba hablando
con el señor de pelo canoso detrás del mostrador. Éstos estaban teniendo una conversación de la
que Dinah no entendió nada hasta que no se acercó lo suficiente para oírla.

- "Y esta es una media alianza con montura de oro blanco con nueve diamantes de 0'19 quilates
cada uno" explicó el señor sosteniendo en su mano un anillo precioso.

- "Mila... ¿qué estás haciendo?" preguntó Dinah extrañada.

- "¿Te gusta? Yo lo veo precioso" dijo Camila ignorando la pregunta de la rubia.

- "Sí que lo es pero..."

- "Me lo llevo entonces" interrumpió la chica de ojos marrones mirando al señor de pelo canoso.

Éste le pidió que esperara un par de minutos mientras buscaba el de la talla indicada. En cuanto el
señor de pelo canoso se alejó hacia el otro extremo de la joyería, Dinah miró a Camila por primera
vez a los ojos desde que entraron en ella, descubriendo un brillo que nunca antes había visto
sobre sus ojos marrones.

- "¿Para qué quieres tú un anillo de nueve diamantes?" preguntó sabiendo ya la respuesta.

Camila se mordió los labios antes de responder sabiendo que la próxima vez que hablase de eso
en voz alta sería frente a su novia. Ya podía imaginar la escena en aquella casa en la playa a la que
le había prometido ir, con las sábanas de la cama deshechas después de hacer el amor durante
toda la noche y dos copas de vino blanco sobre la mesa.

- "Voy a pedirle a Lauren que se case conmigo después del juicio" admitió Camila con la sonrisa
más grande que jamás Dinah había visto en ella.

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Capítulo 84

El día había amanecido tranquilo. Después de salir del baño, Lauren se dirigió a la cocina de su
estudio para prepararse su habitual café antes de partir para la oficina. El silencio que la rodeaba
le hacía sentir incómoda. Se había acostumbrado al hecho de despertarse escuchando la voz de
Laila o la de su novia.

Esa mañana había decidido recogerse su larga melena dejando su cuello tatuado al descubierto
junto con sus orejas perforadas, no solía hacerlo a menos que tuviera un caso importante pero
para estar en la oficina se daba el lujo de llevarlo suelto tal y como a ella le gustaba.

Mientras miraba cómo las gotas de café iban cayendo dentro de la cafetera, pensaba en el día que
le quedaba por delante. Estaba segura de que todo iba a salir bien pero había un pequeño
remordimiento dentro de ella que le hacía dudar. Lo había asociado al hecho de no haber
cumplido el juramento de lealtad que firmó cuando se unió a los federales pero aun así, sabía que
se equivocaba. Y estaba completamente en lo cierto.

Antes de salir de su estudio con su bolso colgando de un hombro y el café en una de sus manos,
miró hacia la nueva copia de llaves del estudio que había junto a las suyas y a las de su Chevrolet.
La noche anterior, después de haber firmado los papeles y haber pasado un agradable momento
junto a su mejor amiga, mantuvieron una conversación acerca de sus planes de futuro con su
novia.

- "Voy a pedirle a Camila que se venga a vivir conmigo" recordaba las palabras dichas a la morena.

Por lo que nada más salir del apartamento de ésta, pasó por una cerrajería e hizo una copia de sus
llaves colocando en ella un pequeño llavero de un plátano. Sonrió al verlas y salió de su estudio
dando un fuerte portazo a causa del fuerte viento. Odiaba que le pasaran esas cosas por el
pequeño brinco que daba al escucharlo.

Dentro del Chevrolet, Just Imagine It de MKTO acompañaba su trayecto diario mientras
contemplaba las personas a su alrededor. Tantas historias por contar y tan diferentes cada una.
Por eso le encantaba conocer a gente nueva.

"You don't like those rules, remake 'em. Cause' we live in snow globes, shake 'em. You don't like
what it was, then change what it is. Good stories only are what you make 'em. Wake up, get up
and do something. You gotta wake up, get up and do something. Yeah, it don't take much but a
simple equation. You plus your imagination."

Antes de subir los pequeños escalones de la entrada de la oficina, le dio un último sorbo a su café
con leche y tiró el vaso de cartón en una de las papeleras de allí cerca. Nada más entrar miró la
hora en su reloj de pulsera. Todavía faltaban unas cuantas horas para que el plan se pusiera en
marcha, puesto que comenzaría casi al final del turno de Lauren.

Dio los buenos días como cada mañana y se dirigió a su mesa de trabajo con un paso firme. Seguía
sintiendo esa frialdad al no estar acompañada como lo solía estar, pero al menos la presión en el
pecho se había esfumado al saber que Normani había salido del coma. En cambio, la sensación de
que algo iba mal seguía dentro de ella, como si la estuviese advirtiendo. Mirando la foto de ella y
su madre dentro de un marco tallado en madera, se dispuso a preparar la identificación que más
tarde su novia utilizaría.

Un par de horas después, al otro lado de la ciudad pero no tan lejos de la oficina, Camila
desayunaba en una cafetería cualquiera junto con Dinah. Ambas habían cambiado el turno en
Nando's para poder hacer efectivo el plan de Lauren. Aunque la rubia no tuviera que hacer nada,
había preferido no dejar sola a su mejor amiga dándole el apoyo moral que necesitase. Camila no
lo admitía, pero Dinah sabía perfectamente que algo dentro de ella estaba mal.

- "¿Crees que es muy precipitado?" preguntó la más bajita jugando con la caja aterciopelada entre
sus manos mientras dejaba su desayuno a un lado.

Desde que había comprado el anillo la noche anterior, no se había separado de él. Sabía que
Lauren la amaba tanto como ella lo hacía, pero tenía la duda de si no aceptaba por ser demasiado
precipitado. No llevaban siendo novias ni si quiera un año pero a Camila no le hacía falta esperar
más tiempo para saber que quería pasar el resto de su vida junto a Lauren. En cambio, no sabía
completamente si ésta lo deseaba también, tan pronto.

- "Sinceramente Mila" respondió Dinah llevándose su taza de café a la boca. "No creo que sea
precipitado demostrarle a la persona que amas que quieres compartir el resto de tu vida con ella
llevéis una semana, un mes o un año. El amor no entiende de razones y mucho menos de tiempo"
concluyó soltando la taza en la mesa de cristal.

- "¿Pero crees que aceptará?" volvió a preguntar Camila sorprendida por las palabras de la rubia.

- "¿Cómo ha sido Lauren contigo, Mila? ¿Cómo te ha tratado desde que os conocisteis?" preguntó
Dinah jugando con la cuchara dentro de la taza. "¿Qué notas en ella cada vez que te besa?"

Con dichas preguntas Camila no pudo evitar soltar una enamorada sonrisa puesto que ambas le
había llevado a recorrer en su mente una serie de flashback a cámara rápida de cada vez que
Lauren le sonreía, cada vez que la miraba como si le examinara el alma, cada vez que su piel se
erizaba al sentir su contacto.

- "¿Ves?" dijo Dinah sacándola de su trance. "En esa sonrisa tienes la respuesta" rio terminándose
el café.

Camila no hizo más que morderse los labios y soltar un pequeño suspiro mientras guardaba la caja
dentro del bolsillo interior de su chaqueta antes de abandonar la cafetería. Minutos después se
despidió de la rubia y se dirigió hacia la oficina pensando en el turno nocturno que le esperaba en
Nando's, sin saber que no llegaría a él.

Se había pasado casi toda la mañana pasando informes de un lado a otro, Brooke había decidido
no asignarle ningún caso nuevo ni incluirla en otro hasta la incorporación de Normani puesto que
sabía que Lauren no podría darlo todo. Jauregui y Kordei eran un pack que trabajaban como nadie
juntas, pero como cualquiera separadas.
Tenía el pase de Camila preparado y si no fallaban sus cálculos ésta estaba a punto de llegar. Y
efectivamente así lo hizo. Lauren observó a cámara lenta el paso firme y elegante dentro de una
chica con deportivas y su conjunto de deporte color negro. Amaba la habitual vestimenta formal
de su novia, pero cuando la veía así, la conquistaba aún más. Solo había que recordar cómo se
enamoró de ella llevando el uniforme de Nando's junto con la gorra que ella siempre llevaba hacia
atrás teniendo que llevarla hacia delante.

- "¿Hipnotizada?" preguntó Camila colocando un mechón suelto de la coleta de Lauren por detrás
de la oreja de ésta.

- "Como para no" rio la morena de ojos verdes levantándose de su silla para saludar a su novia con
un beso en los labios. "Ponte esto" dijo entregándole la identificación la cual cogió de su mesa.

Camila hizo caso y se la colocó alrededor del cuello con cuidado de que al estirar sus brazos para
no dejar su larga melena dentro del lazo de la identificación, no se notara la cajita con el anillo de
compromiso que había traído con ella. Una vez ésta puesta, miró hacia las dos sillas libres entre la
mesa de trabajo de Lauren y dudó si quedarse de pie o no.

- "Puedes sentarte donde quieras Camz" dijo la morena de ojos verdes al notar su indecisión.

Aprovechando las palabras de su novia, Camila tiró de la silla de ésta y se sentó sobre sus piernas
dándole un cálido abrazo. Al notar la ceja levantada de Lauren en su rostro no pudo hacer otra
cosa más que reír.

- "Dijiste donde quieras" rio la más bajita. "¿Ha llegado ya la abogada?" preguntó levantándose de
las piernas de Lauren para ocupar la silla de Normani ya que varios compañeros se habían
quedado mirándola.

- "No aún no pero estoy segura de que" La respuesta de Lauren se vio interrumpida por unos
tacones dirigiéndose hacia el despacho de Brooke pertenecientes a una mujer de piel bronceada
con falda de tubo negra que permitía ver sus rodillas y marcar sus caderas. Camisa blanca con el
primer botón desabrochado el cual se apreciaba por su larga melena castaña echada hacia atrás.
Facciones perfectamente definidas y un leve brillo de labios que resaltaba con el color miel de sus
ojos. Era la abogada.

- "Vaya" suspiró Camila sin apartar los ojos de ésta hasta que entró dentro del despacho de la
comandante.

- "¿Cómo que vaya?" preguntó Lauren repitiendo en el mismo tono la palabra que acababa de
expulsar su novia.

- "¿Celosa Jauregui?" preguntó ésta pícaramente levantándose de sus piernas.

- "No soy de esas" gruñó levantándose ella también.


- "Mejor, porque te recuerdo que los gemidos que tú me provocas no son nada comparables con
ese vaya" susurró en su oído con una tonta sonrisa palpando interiormente la cajita aterciopelada.

Con un fuerte rubor en sus mejillas tras escuchar las palabras de su novia, se dirigieron antes de
que la abogada saliera del despacho de Brooke y ésta la viera, hacia la misma planta donde se
producían los encuentros. Se acercaron a unas mesas desocupadas a esperarla donde tendrían la
capacidad visual suficiente para comprobar cómo la abogada entraba y salía de la sala.

Tras varios minutos hablando una en frente de la otra sobre temas que lo que realmente hacían
era disimular su espera, el mismo sonido de los tacones que habían escuchado antes, se escuchó
cada vez más cercas de ellas. Virginia Reyes entró dentro de la sala acompañada por su maletín de
cuero sujeto a su mano derecha haciendo que su belleza latina resaltase entre sus compañeros.

- "¿Cuánto tiempo tenemos?" preguntó Camila nerviosa.

- "Los encuentros suelen durar unos cuarenta y cinco minutos pero al ser esto solo una pequeña
citación antes del juicio yo diría que les llevará media hora" explicó Lauren sin dejar de mirar
firmemente la puerta que ocultaba la sala donde Troye y Virginia se encontraban. "¿Dónde está
Felix?" preguntó mirando de nuevo a su novia quien tenía la atención fijada en su móvil.

- "Saliendo de su casa, según me ha dicho llegará en unos veinte minutos. Viene caminando"
informó Camila leyendo el mensaje que éste le había enviado.

- "Esperemos que todo salga bien" susurró Lauren más para ella misma notando aun el mal
presentimiento.

Tal y como la morena de ojos verdes había supuesto, Virginia Reyes salió de la sala media hora
después de haber entrado y Felix se encontraba subiendo las escaleras de la oficina hacia el
despacho de Brooke mientras Camila bajaba a los baños al lado de las celdas. En lo que la pareja
esperaba a que la abogada saliera de la sala de encuentros, Lauren le había explicado a su novia
cómo la esperaría allí y a su señal saldría directa.

En cuanto Virginia salió por la puerta metálica, la morena de ojos verdes entró dentro de la sala
encontrándose a un Troye esposado con la mirada pensativa mientras una de sus compañeras lo
cogía del brazo para llevarlo de nuevo a su celda.

- "Yo me encargo Edwards"dijo sonriéndole a la rubia quien sin preguntar salió de la sala como si le
hubiera hecho un favor.

- "Jauregui, que bueno verte" soltó Troye con recelo una vez se quedaron a solas.

Lauren se mantuvo en silencio y rodó los ojos mientras tiraba de él de nuevo hacia su celda. Una
vez allí pasando por la cabina de mando que anteriormente ocupaba Tom, la morena de ojos
verdes sacó un juego de llaves y abrió la celda perteneciente al rubio.
- "¿Te ha comido la lengua el gato agente?" preguntó con picardía mientras movía las muñecas
ahora sin esposar.

- "No, pero espero que tú corras esa mala suerte mañana" finalizó dejándolo a solas.

En cuanto se vio fuera de las celdas, se dirigió a la zona de mando antes de darle la señal a Camila,
recordando las cámaras equipadas en cada celda. Antes de llegar se desabrochó dos botones más
de su camisa haciendo que escote se notase. Odiaba hacer aquello.

- "Buenas Aron" saludó al compañero que sustituía a Tom apoyando un brazo sobre su mesa
haciendo que el escote quedara visible.

- "Jauregui que-que bueno verte, ¿qué se te ofrece?" preguntó éste intentando fijar la vista en sus
ojos.

- "Quería revisar una cámara para ya sabes, un caso, ¿puedo?" pidió agachándose aún más cerca
de él.

- "Cla-claro, sin problemas" respondió Aron tragando fuerte y dejándole su asiento libre a Lauren
quien se sentó en él rápidamente.

- "Oh, se me olvidaba, ¿podrías traerme un vaso de agua del dispensador? Tengo la voz un tanto
ronca y no me vendría nada mal" propuso masajeándose el cuello sexualmente.

Sin hacer otra cosa que abrir enormemente los ojos y asentir rápidamente, Aron la dejó sola frente
a todos los controles de las cámaras de la oficina. Hombres, qué fáciles de dominar. Sin perder ni
un segundo del que disponía, utilizó sus años de estudio y hackeó las cámaras de las celdas
consiguiendo que emitiesen la imagen del día anterior a partir de aquel momento durante diez
minutos.

- "Aquí tienes" dijo Aron apareciendo al lado de ella con un vaso de plástico blanco el cual Lauren
tomó en sus manos levantándose del asiento. "Espero que se recupere" añadió sonrojado.

- "Muchas gracias" agradeció ésta saliendo victoriosa de allí.

Le dio la señal a Camila a través de un mensaje y mientras Lauren se terminaba el vaso de agua
ésta se reunió con ella dándole un casto beso en los labios.

- "Tienes menos de diez minutos" susurró en su oído antes de abrirle la puerta y dejarla pasar.

La chica de profundos ojos marrones entró rápidamente dirigiéndose hasta la última celda
mientras se ganaba varios piropos por parte del resto de los detenidos. En cuanto sus ojos se
encontraron con los azules de Troye, su estómago se revolvió. El chico, al cual consideraba su
amigo, estaba mucho más delgado y aunque no tuviera secuelas por el disparo en la pierna parecía
bastante afectado.
- "¿Camila?" preguntó éste acercándose a los barrotes. "¿Cómo has...?" se pausó al notar la
identificación colgando de su cuello. "Jauregui" añadió sin más haciendo que Camila asintiese. "Al
parecer la advertencias de mi hermano son ciertas, no es tan zorra"

-"No te pases Troye" le cortó rápidamente Camila.

- "Hay que ser muy valiente para presentarse aquí después de todo ¿no crees?" dijo el rubio con
un odio que solo escondía temor.

- "Voy a ir directa al grano, así que déjate de tonterías" sentenció. "¿Por qué vas a delatarnos?"
preguntó en voz baja cruzándose de brazos.

- "¿Delataros?" preguntó de vuelta ladeando la cabeza. "Yo no voy a delataros Camila" dijo
totalmente sincero lo cual notó en sus ojos.

- "¿Ah no?" dijo demasiado confusa.

- "¡Claro que no!" respondió Troye furioso. "Me ofrecieron menos años de condena y salir bajo
fianza si lo aceptaba pero lo rechacé Mila, ¿cómo iba a delatar a mi propio hermano o a todos
vosotros? ¿Por quién me tomas?"

En ese momento Camila se quedó pensativa mirando hacia los barrotes que sostenían las manos
de Troye. Debía hablar con Lauren y no sabía cuánto tiempo le quedaba allí dentro.

- "Me tengo que ir" dijo antes de salir rápidamente de allí sin darle tiempo a que éste dijese algo
más notando de nuevo los piropos.

En cuanto salió, miró a Lauren preocupada y ésta se sorprendió al ver su expresión y lo poco que
había tardado allí adentro. Comprendiendo la expresión de su novia, la dirigió en silencio de nuevo
hacia su mesa de trabajo pasando por la oficina de Brooke en la que pudo ver a Felix dentro de
ella.

- "¿Qué te ha dicho?" preguntó seria sentándose en su silla y Camila en la de Normani.

- "Que no nos va a delatar" respondió aun sin entender nada.

- "¿Estás de broma? ¡Eso es buenísimo

Camz!" dijo Lauren dándole un abrazo al cual ésta no respondió. "¿Por qué no te alegras?"
preguntó confundida separándose de ella.

- "Él en ningún momento ha aceptado el trato Lauren, se lo ofrecieron pero lo rechazó" explicó
consiguiendo que su novia adoptase su misma expresión.

- "¿Estás segura de que no es una trampa?" preguntó ésta resoplando mientras notaba su mal
presentimiento más presente.
- "Completamente" respondió recordando la mirada sincera de Troye.

- "Será mejor que hablemos esto en otra parte" sugirió Lauren guardando sus pertenencias en su
bolso. "Vamos, ya he acabado mi turno" sentenció mirando el reloj.

En el preciso momento en el que ambas iban a abandonar su ocupación, Felix salió del despacho
de Brooke encontrándose con la pareja de frente. Sin saber qué hacer ante la situación ambos se
quedaron mirando mientras Brooke y Lauren los miraban a ellos.

- "Hola de nuevo Camila" saludó Brooke con una sonrisa fingida. "Me alegro de verte"

- "Igualmente comandante" sonrió de vuelta buscando la mano libre de Lauren mientras notaba
cómo Felix la seguía observando nervioso.

- "Disfrutad del día y Harrison, lo veo mañana en el juicio" dijo Brooke. "Lauren a ti también
¿cierto?" preguntó consiguiendo que ésta asintiera. "En ese caso hasta mañana" dijo antes de
entrar de nuevo en su despacho.

Mientras Lauren salía de la oficina con Camila sujetando su mano, Felix hizo el mismo movimiento
dándoles un poco de margen. Brooke en cambio se sentó en su mesa y abrió un informe
mostrando una imagen mientras presionaba el botón de una grabadora reproduciendo ésta una
conversación de ella misma varias semanas atrás.

- "Lamento no poder serle de ayuda Comandante pero ya le entregué la ficha a uno de sus agentes
y casualmente no dispongo de otra copia" dijo el joyero.

- "¿Podría usted ser tan amable de confirmarme el nombre del agente?" pidió Brooke utilizando su
habitual tono agradable. "Somos muchos y no recuerdo a cuál de todos mandé" mintió.

- "La buena memoria es algo de lo que carezco Comandante, pero recuerdo que era una mujer con
unos hermosos ojos verdes"

En ese momento Brooke pausó la grabación y miró fijamente la imagen que tenía delante de ella.
Era su ejemplar agente Lauren Jauregui saliendo de la misma joyería a la cual pertenecía el joyero
de la grabación con un documento entre sus manos. Las miradas bastantes obvias y nerviosas de
Felix Harrison le habían resuelto las dudas que creía tener.

- "Espero estar equivocándome Jauregui" dijo Brooke en voz baja guardando la imagen y saliendo
de su despacho. "Parker y Edwards, os quiero armados en dos minutos en el aparcamiento"
ordenó dirigiéndose ella misma hacia allí notando el Chevrolet allí.

Lauren y Camila habían optado por caminar hacia un parque no muy lejos de la oficina dejando su
coche estacionado en la zona de aparcamientos de ésta. La más alta había estado callada durante
todo el trayecto. Había algo que no encajaba en su mente.
- "¿Por qué crees que Ally te habrá mentido?" se atrevió a preguntar Camila una vez ambas
sentadas en una mesa de madera rodeadas de una gran vegetación.

- "No lo sé y eso mismo es lo que no entiendo" suspiró sin notar que estaba siendo observada tras
su espalda.

- "¿Crees que ella lo sabe?" preguntó Camila notando cómo la cajita aterciopelada le quemaba en
el interior de la chaqueta.

- "Sinceramente no sé qué creer Camz, porque si fuera así ahora mismo no estaríamos aquí juntas
pero por otro lado..." se pausó para soltar un suspiro más.

En ese momento Camila supo que las cosas no iban nada bien y que ambas corrían el mismo nivel
de peligro, algo que ella misma había querido impedir desde un principio. No podía esperar a
después del juicio porque en aquel instante no se veía en libertad, por lo que armándose con más
valor que nunca, metió la mano dentro de los bolsillos de su chaqueta deportiva y apretó la cajita
aterciopelada que escondía en su interior.

- "Lauren necesito decirte algo importante" dijo poniéndose seria, tanto que asustó a su novia.

- "¿El-el qué?" preguntó ésta sin saber qué esperar tras esa frase.

- "Quería esperar hasta después del juicio pero en este instante no estoy segura de que eso vaya a
ser posible" suspiró. "Querría haberlo hecho distinto. Otro lugar, otro entorno, otras condiciones.
Pero dadas las circunstancias me he visto obligada a..."

En el momento en el que Camila estuvo a punto de sacar la caja aterciopelada del interior de su
chaqueta, un "QUIETA" se escuchó detrás de ambas haciendo que Lauren se diese la vuelta para
encontrarse a lo lejos con dos de sus compañeros y a la mismísima Ally Brooke apuntando hacia
Camila. Ésta inconscientemente siguió con su movimiento provocando por parte de uno de los
agentes un apretón de gatillo con una bala directa a ella.

- "¡Lauren!" gritó Camila al ver como ésta se interponía entre dicha bala y ella.

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Capítulo 85 (Final)

En el momento en el que Lauren vio cómo el agente Parker, quien había reconocido a Camila de la
vez anterior, apretó el gatillo, la morena de ojos verdes se puso delante de su novia dispuesta a
recibir ella la bala mientras la escuchaba gritar su nombre. Lo que no esperó fue que la chica de
profundos ojos marrones la empujara consiguiendo que la bala impactase directamente en ella.

El cuerpo de la morena de ojos verdes cayó hacia un lado a punto de golpear su cabeza contra el
asiento de madera de la mesa. Rápidamente su vista se nubló viendo cómo Brooke gritaba algo
inaudible al teléfono y sus dos compañeros miraban aterrorizados hacia ellas. Sentía su cuerpo
arder pero no había ninguna herida en ella. Fue entonces cuando escuchó una voz que la llevó de
vuelta la realidad.

- "Lauren" susurró Camila de forma casi inaudible.

En el momento en el que escuchó su nombre proveniente de aquella voz, deseó con todas sus
fuerzas que solo estuviera teniendo una pesadilla. Estaba paralizada. No podía volver a vivirlo de
nuevo. No otra vez. No Camila. No después de haber visto a Kate perder la vida entre sus brazos.
No después de casi perder también a Normani. Pero allí estaba ella, tumbada sobre el suelo
acolchado del parque con un charco de sangre que a pesar de no notarse bajo su oscuro atuendo,
se notaba bajo ella.

- "¡No!" gritó Lauren agachándose rápidamente para sujetar el cuerpo de Camila entre sus brazos.
"¿Qué mierda habéis hecho?" gritó de nuevo llorando mientras acariciaba la larga melena de su
novia con las manos ensangrentadas.

Camila estaba medio inconsciente pero lo suficiente para estar bastante mareada notando cómo
la zona baja abdominal le ardía y cómo Lauren apretaba sus manos en ella provocándole más
dolor.

- "Camz, mi amor" comenzó a llorar recordando las dos veces que le había tocado vivir algo así
siendo ésta la peor de todas. "Vas a salir de esta porque no voy a dejar que nada malo te pase ¿me
oyes?" siguió llorando mientras taponaba su herida lo cual era complicado de mantener.

- "Lau-Lauren y-yo" tartamudeó Camila con las lágrimas saltadas intentando llegar hasta el bolsillo
de su chaqueta a pesar del dolor a causa del movimiento.

- "Shh, no hables mi vida, no malgaste tu energía" le pidió. "Por favor Camz, hazlo por mí" volvió a
pedir mirando cómo podía a su novia a causa de las lágrimas que cubrían sus ojos.

Aunque la chica de profundos ojos marrones sabía que no debía malgastar fuerzas, tenía la
necesidad de terminar aquello por lo que había recibido un disparo. Efectivamente, tanto Brooke
como los dos agentes habían pensado que Camila lo que estaba a punto de sacar era un arma y no
una caja con un anillo de compromiso.

Sin dejar de mirar los penetrantes ojos verdes de su novia envueltos en lágrimas, apretó con
fuerza la caja aterciopelada y la sacó del bolsillo haciendo que se llenase de su propia sangre. No
podía esperar a la ambulancia, porque no sabía si iba a seguir viva para entonces.

Lauren, quien no dejaba de taponar la herida de bala con una mano notando la de su novia bajo la
suya, y acariciaba el pelo de ésta con la otra, observó los movimientos de Camila haciéndole
recordar sus palabras antes de recibir el disparo.

- "Lauren escúchame" pidió Camila casi más pálida que su novia con la caja dentro de su mano
envuelta en sangre. "N-no puedo darte un di-discurso" se pausó para hacer una mueca de dolor
mientras notaba su pecho subir y bajar rápidamente y los sudores fríos recorriendo su espalda.
"Así que..." se volvió a pausar para abrir la caja mostrando el anillo que había comprado la noche
anterior.

En ese momento las lágrimas de Lauren se cortaron de improvisto haciendo que su corazón latiese
tan rápido dándole la posibilidad de creer que realmente fuese a salirle del pecho. Camila, su
Camila, estaba mirándola fijamente con sus profundos ojos marrones envueltos en lágrimas
mientras sujetaba el anillo.

- "Lauren Michelle Jauregui Morga-gado" la llamó curvando un poco sus labios. "¿Me-me harías el
ho-honor de casarte conmigo?" preguntó frustrada por haber tartamudeado pero sin perder la
leve sonrisa de sus labios.

Si antes el corazón le iba a mil por hora, después de escuchar aquella propuesta le iba aún más
deprisa si es que eso era posible. Le iba tan rápido que no conseguía juntar las palabras para
responderle. Deseaba decirle que sí con todas sus fuerzas pero su respiración agitada se lo estaba
impidiendo. Fue entonces cuando notó más calor sobre la mano que taponaba la herida a causa de
la hemorragia, haciéndole ver la realidad que estaba viviendo.

- "Claro que sí Camz, claro que quiero casarme contigo" respondió haciendo que sus lágrimas
volviesen mientras se acercaba hacia los labios de su novia dejando un beso desesperado en ellos
envuelto en lágrimas.

La escena había conseguido provocar tres sollozos distintos detrás de ellas, cada uno
pertenecientes a los dos compañeros y a Brooke quien se sentía una completa incompetente en
aquel instante. Había dado luz verde a disparar sobre la chica que yacía en el suelo creyendo que
llevaba una pistola junto a ella. Tendría que haber esperado. Tendría que haber pensado antes sus
palabras. Tendría que haber hecho muchas cosas pero sobretodo no dejarse llevar por sus
pensamientos los cuales la habían llevado hacia aquella escena.

Cuando sus labios ahora completamente salados por las lágrimas, se separaron, Camila usó la poca
energía que le quedaba y lo sacó de la cajita aterciopelada colocándoselo a Lauren en el dedo
anular de la mano con la que le acariciaba su larga melena sin dejar de presionar sobre la
hemorragia.

- "Te amo" soltó en un suspiro sin dejar de mirar a su ahora prometida.

- "Te amo más" respondió ésta de vuelta juntando sus frentes. "Todos se van a volver locos con la
noticia ¿no crees?" lloró Lauren besando su frente. "Pero tenemos que estar juntas para dársela,
así que no me falles Camila. Quédate conmigo, por favor"

- "No podría alejarme de-de ti" respondió con una sonrisa a la cual habían llegado sus lágrimas
repitiendo la frase que había marcado un antes y un después en ellas.

Mientras Lauren le sonreía como respuesta notando el brillo de los diamantes sobre su anillo de
compromiso envuelto en sangre, unas sirenas provenientes de la ambulancia a la cual Brooke
había llamado, se acercaban cada vez más a ellas. Camila estaba a punto de hablar pero Lauren se
lo impidió colocando su dedo índice sobre los labios de su prometida igual que lo hizo varios
meses atrás cuando la más bajita se sorprendió al recibir las entradas para el concierto de The
1975.

- "Shh. Ya están aquí Camz" susurró presionando aun sus labios escuchando el derrape de los
neumáticos de la ambulancia tras ella. "Necesito que mantengas tus fuerzas. Te necesito a ti, aquí,
conmigo" pidió con lágrimas en sus ojos los cuales no apartaba de los profundos de su prometida.

A Camila no le dio tiempo decir nada más cuando escuchó un "Déjenos hacer nuestro trabajo" lo
cual hizo que la mano que había entrelazado con Lauren ahora se separaran. Intentando aguantar
tal y como le había dicho su prometida, miró hacia arriba con los ojos vidriosos notando cómo los
paramédicos hacían su trabajo mientras ella observaba las ramas de los árboles a través del sol.

Lauren se quedó de piedra mirando la cantidad de gasas e instrumental médico que usaban con
Camila. Seguía paralizada y sus piernas fueron incapaces de responder a su cerebro por lo que
cayó de rodillas al suelo acolchado del parque sin dejar de mirar el cuerpo inmóvil de su
prometida. Detenida contra el suelo, no escuchó las pisadas de Brooke que se acercaron hacia ella
posando su pequeña mano sobre su hombro.

- "Lauren" dijo en un tono suficientemente alto como para que ésta se volviese hacia ella
mirándola con ira en sus ojos.

- "No te atrevas a tocarme" escupió apartando la mano de la comandante con la suya


consiguiendo mancharla de sangre.

- "Lauren tenemos que"

- "¡Ahora no Allyson!" la cortó poniéndose de pie mirando hacia los paramédicos.

Sin darle tiempo a responder nada más, se dirigió rápidamente hacia dentro de la ambulancia
después de recibir un aviso por parte de éstos permitiéndole subir a ella. Tenía muchas cosas que
pensar acerca de la presencia de Brooke junto con Edwards y Parker. Pero sus pensamientos ahora
mismo estaban con su prometida a la cual sostenía su mano.

Sus manos temblaban mientras veía a los paramédicos hacer su trabajo. No estaba centrada en lo
que decían, solo podía mirar de forma borrosa a causa de las lágrimas, hacia Camila quien seguía
respirando gracias a la mascarilla conectada a sus labios.

- "Está perdiendo mucha sangre" dijo uno de los paramédicos.

En ese momento la mano de Lauren con el anillo de compromiso en ella se agarró con más fuerza
a la de Camila quien medio inconsciente seguía mirándola a los ojos. No habían perdido el
contacto desde que estaban dentro de la ambulancia. A pesar de estar inmóvil en la camilla, sus
profundos ojos marrones estaban envueltos en lágrimas.
- "Aguanta mi amor, aguanta y quédate conmigo" susurró Lauren llevándose la mano de Camila a
su boca y dejando un cálido beso en ella notando la frialdad de la piel de su prometida en sus
labios y el sabor a hierro a causa de la sangre. "Dime que se va a poner bien, por favor" suplicó con
los ojos rojos de tanto llorar mirando a uno de los paramédicos.

- "Haremos todo lo posible, se lo prometo" respondió éste con una falsa sonrisa.

Lauren estaba aterrada. No podía perder al amor de su vida y la notaba cada vez más lejos. Su piel
pálida llena de sangre y los paramédicos cada vez más nerviosos no ayudaban. Se sentía paralizada
y lo único que hacía era llorar y llorar provocándole un agudo dolor de cabeza.

La Lauren valiente que sostuvo a Kate en sus brazos hasta su último suspiro y la que hizo todo lo
posible para parar la hemorragia de Normani, había desaparecido para dejar una Lauren aterrada.
Toda su valentía se había esfumado al escuchar el grito de Camila al impactar la bala contra su
abdomen.

- ¡La perdemos!" gritó el otro paramédico. "¡Preparad el desfibrilador!" gritó de nuevo.

Perderla. Desfibrilador. En ese momento Lauren miró descompuesta a los paramédicos que
seguían haciendo su trabajo y seguidamente a Camila quien a pesar de tener la mascarilla puesta
seguía manteniendo una media sonrisa. A pesar del débil pulso que le quedaba, Camila se apartó
con la mano libre la mascarilla la cual le ayudaba a seguir respirando, y abrió los labios.

- "¡Camila! ¿Qué haces?" gritó Lauren desprendiéndose de su agarre e intentando volver a


colocarle de nuevo la mascarilla.

La chica más bajita sabía que su pulso no iba a aguantar mucho más y necesitaba despedirse de la
única persona a la que había conseguido a amar realmente, tanto que le había llegado a doler. Por
lo que apartó la mano de Lauren y se preparó para decir adiós.

- "Se fe-feliz Lauren" dijo antes de cerrar los ojos.

- "No Camila, no" dijo a la misma vez ésta sin dejar de llorar. "Mi felicidad eres tú" gritó.

- "Te a-amo" añadió en un tono que solo Lauren a pesar de todos los ruidos a su alrededor puso
escuchar.

De repente la mano con la pulsera que llevaba su apellido y Lauren había vuelto a sostener cayó
en la suya sin fuerza y su pulso mostrado en una pantalla se volvió una línea continua. Camila, su
Camila, su prometida, la mujer de su vida, estaba sin pulso.

- "¡Ha entrado en parada!" gritó uno de los paramédicos. "¡Desfibrilador a doscientos!" gritó de
nuevo.

- "¡Camila!" chilló Lauren en el mismo tono.

- "Apártese por favor" pidió el otro paramédico a Lauren quien se echó hacia atrás.
Estaba inmóvil en su asiento viendo cómo los hombres frente a ella turnaban el reanimador, el
desfibrilador y la respiración artificial siguiendo ese mismo orden mientras uno de ellos seguían
taponando la hemorragia de la herida de bala. No veía nada, todo estaba borroso y lo único que
podía escuchar con claridad era el sonido de su corazón sin pulso.

Aunque los paramédicos le hubiesen ordenado que se apartase y Lauren supiese que solo lo
habían hecho para intentar salvar la vida de su prometida, no pudo evitar agarrar el frio dedo
meñique de la mano de Camila que caía a un lado en la camilla. No podía moverse ni decir nada,
tan solo observar el agarre sin dejar de perder la esperanza.

De repente, la misma línea continua de su pulso que no podía dejar de escuchar, se pausó para
comenzar a reproducir el sonido de los latidos de Camila. Eran muy débiles pero mostraban su
corazón de nuevo latiendo. Pocos segundos después, sin darle tiempo a reaccionar, notó una
fuerte parada de la ambulancia y las puertas de ésta abriéndose dando paso a dos médicos, un
hombre y una mujer, vestidos en sus batas sujetando otra camilla. Rápidamente pasaron a Camila
de la suya a ésta llevándola hacia dentro del Hospital.

- "Herida de bala en zona abdominal, hemos detenido la hemorragia pero la bala sigue estando
dentro de ella" informó uno de los paramédicos a la mujer vestida de blanco mientras corrían
junto a la camilla hacia el quirófano. "Tiene el pulso demasiado débil, ha permanecido en parada
durante cuatro minutos"

Lauren se bajó rápidamente de la ambulancia siguiendo la camilla que llevaba al amor de su vida
en ella. Notaba su cuerpo frio a causa de la sangre seca en ella al igual que también notaba todas
las miradas mientras gritaba su nombre. Estuvo a punto de entrar por la puerta que conducía a
quirófano cuando unos fuertes brazos la sujetaron haciendo ver a Camila por última vez antes de
que las dos blancas y grandes puertas se cerrasen.

- "¡No!" gritó en los brazos de la persona a la que todavía no había visto. "¡Tengo que pasar con
ella! ¡Es mi prometida!" chilló golpeando el pecho de dicha persona.

- "Señorita cálmese por favor" pidió una voz masculina perteneciente a quien la sujetaba.

- "¡No lo entiendes!" gritó de nuevo. "Ella... Ella..." lloró desconsoladamente.

- "Ella está ahora en buenas manos" respondió el hombre. "Necesito que se tome unos minutos
para calmarse y cuando esté lista nos aporte toda la información necesaria sobre su prometida"
explicó.

Lauren asintió y se dejó caer hasta el suelo notando la frialdad de nuevo en su cuerpo. Necesitaba
a Camila para tranquilizarse al igual que lo había hecho cuando Normani estuvo en coma.
Necesitaba que estuviera ahí agarrándole las manos y prometiéndole que todo iba a salir bien.
Pero lo cierto era que no lo estaba y lo peor de todo, no sabía si volvería.
De repente sus ojos se posaron en el brillo que desprendían los diamantes de su anillo a causa de
la fuerte luz blanca que iluminaba los pasillos del hospital. Fue entonces cuando en forma de
película todos sus recuerdos juntas dieron de golpe en su mente.

La forma en la que piel se erizó en su primer contacto, Camila mirándola de reojo dentro de su
coche, la llamada que le partió el corazón, ella resguardándola de la lluvia cuando volvió a Nando's
a por su chaqueta, su fina voz en medio del parque del ayuntamiento al preguntar si había llamado
a un ángel y no a Lauren, ambas juntas pintando el sol y la luna formando su pequeño secreto, la
mirada perdida al hablarle de su pasado en el recinto, el brillo en sus ojos mientras le cantaba en
el bar, sus payasadas dentro del teleférico...

Todas esas cosas volvieron a ella haciendo que su mente parase para soltar un sollozo que a pesar
del ruido que había en el pasillo de Urgencias, se escuchó de pleno en él. De nuevo ahí estaba
recordando.

La forma de oler las flores que le regaló por primera vez, los celos dentro del ascensor, el temblor
de sus labios mientras le recitaba un poema, sus mejillas sonrojadas al tirar las exposiciones del
museo, el contacto de sus manos en el cine, el roce de labios en su coche, la noche del concierto
donde ambas bocas volvieron a encontrarse, Camila saltando a sus caderas bajo la lluvia
prometiéndole no alejarse de ella, su rostro iluminado por las velas mientras bailaban en el salón,
el beso robado bajo el muérdago, sus profundos ojos marrones iluminados al ser oficialmente su
novia, la noche en la que sus cuerpos se unieron por primera vez formando tan solo uno...

No pudo evitar volver a parar de recordar para clavar su puño contra las baldosas frías del suelo
mientras mantenía los ojos cerrados sin dejar de llorar. Pero era inevitable seguir recordando la
historia que habían creado juntas.

La valentía al hacer el piercing, sus cuerpos mojados pero para nada fríos al colarse en la piscina,
los nervios al conocer a ambas familias, el beso frente a cientos de personas con el que declararon
públicamente su amor, la escapada a Australia, su risa al pelear con las brochas llenas de pintura.
Incluso recordó el atraco, la discusión y las palabras de Camila diciéndole que habían terminado,
pero sin olvidar de cómo, bajo la lluvia después de haber salido del hospital, volvió a ella sintiendo
horas después, de nuevo el calor de sus labios.

Todos aquellos momentos de amor, alegría, tristeza, diversión y añoranza habían formado la
historia de amor más bonita que jamás había vivido antes. La historia que se había marcado en su
pecho y rogaba con toda su alma poder seguir escribiendo.

Poder volver a saborear la chispa cada vez que sus labios se juntaban, volver a escuchar la risa que
le provocaba un escalofrío que le llegaba hasta la espina dorsal, volver a observar cómo pasaba de
ser la chica más infantil del planeta a una profesional de la seducción, volver a aspirar su perfume
por las mañanas cada vez que amanecían abrazadas bajo una sábana que cubría sus cuerpos
desnudos, pero sobretodo volver a sentir su piel erizarse con el mínimo roce entre ellas. Volver a
poner exclusivamente sus cinco sentidos en ella.
- "¡Lauren!" gritaron dos voces que conocía acercándose más a ellas haciéndola volver de sus
pensamientos.

Pocos segundos después, Normani junto con Dinah estaban envueltas en un abrazo donde
sostenían a una Lauren traumatizada llena de sangre que lloraba desconsolada. Tanto la morena
como la rubia estaban al corriente de la situación después de que Brooke llamase a Normani y
seguidamente ésta a Dinah quien no dudó en salir corriendo del restaurante para ser recogida por
la morena. Ninguna de las dos podía creer qué Camila hubiese recibido una herida de bala.

- "Lo tranquila cariño, por favor respira" pidió Normani limpiándole las mejillas mientras Dinah
masajeaba su espalda.

- "Mani ella..." lloró con más intensidad lanzándose a los brazos de su mejor amiga.

- "Lo sabemos, lo sabemos..." susurró abrazándola fuerte. "Dinah ¿puedes ir a rellenar sus datos?"
pidió haciendo que ésta asintiese con lágrimas dejándolas a solas.

Lauren se separó poco a poco con el pecho palpitándole demasiado fuerte y miró por primera vez
en aquel momento a la morena a los ojos. Ésta se había fijado en el nuevo anillo que ocupaba el
dedo anular de Lauren pero prefirió no hablar del tema en ese momento. Su prioridad ahora
mismo era ocuparse de que la morena de ojos verdes se encontrase bien.

- "Ha estado sin pulso durante cuatro minutos Mani, ¡cuatro!" gritó sin cortar sus lágrimas. "He
notado cómo su cuerpo perdía la fuerza de la misma forma que lo hizo el de Kate y yo... yo no
puedo volver a pasar por algo así Mani... No-no puedo, no con ella" lloró con más intensidad sin
dejar de ganarse las miradas de todos.

Permanecieron abrazadas en silencio junto con Dinah quien llegó minutos después. Ésta había
decidido no informar a la familia Cabello hasta que no tuvieran una razón coherente de por qué
uno de los compañeros de Lauren había disparado contra Camila. Brooke no quiso dar mucha
información en la llamada pero las tres, mientras se abrazaban, sabían por qué había ocurrido
todo aquello. Otro motivo por el cual no iba a informar a los padres de su mejor amiga.

Pasaron casi tres horas entre sollozos y lágrimas sentadas sobre el frio pasillo. Ninguno de los
enfermeros, médicos o cualquier persona que trabajase detrás de aquellas dos puertas blancas, les
dio información al respecto. Lo único que sabían era que Camila había entrado en quirófano a vida
o muerte con una bala dentro de su cuerpo.

- "¿Familiares de Camila Cabello?" preguntó un celador quien al instante tenía frente a él tres
rostros con los ojos hinchados de tanto llorar.

- "Por favor diga algo" susurró Dinah de forma ahogada.

-"La señorita Cabello se encuentra estable pero aún está bajo sedación, no os voy a engañar, ha
sido una operación muy difícil y solo depende de ella que se despierte" explicó con una ficha
médica en sus manos.
En el momento en el que el celador explicó que Camila seguía con vida todas soltaron un suspiro
que si hubiera tenido entonación hubieran formado una perfecta sintonía.

- "¿Pu-puedo pasar a verla?" preguntó Lauren dando un sollozo.

- "¿Es usted familiar?" preguntó de vuelta el celador.

- "Soy su prometida" respondió firmemente notando las miradas asombradas de la morena y la


rubia.

- "En ese caso, acompáñeme" dijo. "En cuanto a ustedes les ruego que no se alejen, el cirujano
tiene algo de qué informaros" añadió mirando a Normani y Dinah.

Pocos minutos después Lauren estaba entrando en la habitación privada que le habían asignado a
su prometida. Estaba conectada a muchas máquinas pero no eran tantas cómo cuando vio a
Normani por primera vez en coma. El celador las dejó a solas y se acercó a ella.

- "Hola" susurró en el mismo tono con el que se lo decía siempre después de darle un beso en su
frente aun fría. "Sigues estando preciosa aún con tantas vías conectadas a ti" rio entre lágrimas
tomando su mano con el apellido Jauregui colgando de ella. "Tengo a la prometida más guapa del
mundo" añadió.

Antes de seguir hablándole, se pausó para tomar aire intentando relajarse. No quería perder los
nervios frente a ella sabiendo que cualquier reacción violenta o fuera de lo normal podría suponer
un efecto negativo en su despertar.

- "Sé que no te gustan las cicatrices pero estoy segura de que encontrarás el bikini perfecto que
consiga tapártela para nuestra escapada a la casa en la playa" dijo pasando sus pulgares por la
palma de su mano. "Esta vez podremos hacer las guerras de arena que quieras, como en Australia,
¿te acuerdas?" preguntó soltando un sollozo.

Obtener un silencio como respuesta por su parte era doloroso y desgarrador, necesitaba escuchar
de nuevo su voz llamándola señora oscura, Lern Jergi o cualquier apodo asociado a ella.
Necesitaba tener a su Camz de vuelta.

- "¿Te acuerdas de la primera vez que cantamos juntas dentro de mi coche?" preguntó obteniendo
de nuevo un silencio como respuesta. "Fuiste la única que consiguió eso y ¿sabes por qué? Porque
en el momento en el que te sentaste en el asiento del copiloto por primera vez ya estaba loca y
perdidamente enamorada de ti" explicó entre lágrimas.

Separó la unión de sus manos para sacar su teléfono móvil en el cual buscó la canción que estaba
deseando encontrar. Carraspeó su garganta y comenzó a escuchar la canción que las unió por
primera vez recordando aquel maravilloso momento.

Flashback.
- "What time you coming down?" empezó a cantar Camila "We started losing light. I'll never make
it right If you don't want me around, I'm so excited for the night, all we need's my bike and your
enormous house"

- "Cantas muy bien" dijo Lauren quien había estado disfrutando de esos segundos en silencio.

- "¡Gracias! ¿Qué tal tú?" preguntó Camila queriendo escucharla cantar.

-"No, gracias" se rio. "Cantar no es lo mío" admitió la morena de ojos verdes.

- "En ese caso... No estaré lo suficientemente disculpada por lo de, ya sabes... los vasos" insistió
Camila con voz melancólica.

- "¡Oye! Eso es jugar sucio" gruñó Lauren mientras apartaba la vista de la carretera para mirar
unos segundos a Camila la cual estaba a punto de hacer un puchero. "Arg, está bien"

- "Si lo haces mal, yo te ayudo y canto contigo" dijo Camila juguetona.

- "Qué remedio" rio Lauren "Don't you see me now? I think I'm falling, I'm falling for you, don't you
need me? I, I think I'm falling, I'm falling for you, and on this night and in this light, I think I'm
falling, I'm falling for you" cantó Lauren con su voz rasgada.

- "Maybe you changed your mind..." le siguió Camila

"I think I'm falling, I'm falling for you" cantaron las dos al unísono mientras el color rosa
anaranjado del atardecer penetraba el parabrisas.

- "Te doy un aprobado raspado" mintió Camila asombrada por la voz tan hermosa de Lauren.

- "Te advertí que lo hacía mal" rio ésta mientras volvía a repetirse la canción. "Ya estamos cerca"
afirmó.

- "Aun no me has dicho a dónde vamos" dijo con curiosidad.

- "Si te lo dijera no sería una sorpresa" comentó Lauren mientras entraba en el parking del
restaurante. "Ponte esto en los ojos" le dijo extendiéndole un pañuelo.

- "¿Puedo fiarme de ti o me vas a violar?" rio Camila.

- "¿Te han dicho alguna vez que eres un tanto idiota?" dijo

Lauren después de soltar una gran carcajada. "Confía en mí."

Fin del Flashback.

La canción terminó y junto a ella una Lauren envuelta en lágrimas después de recordar aquel
momento. Se quedó varios segundos en silencio hasta que notó cómo el pulso de Camila dejó de
escucharse en la pantalla. Fue entonces cuando la línea continua volvió a escucharse penetrado de
nuevo en ella y entraron varios enfermeros pidiéndole por favor que saliera de allí mientras
Lauren gritaba el nombre de su prometida. En cuanto atravesó paralizada la puerta de la
habitación, se encontró con los dos rostros descompuestos de Normani y Dinah quien la miraba
con los mismos ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

- "Lauren hay algo que-que necesitas saber" dijo Dinah agarrándole el hombro buscando el apoyo
en la mirada de Normani.

- "Camila ha perdido el útero Lauren, la bala ha conseguido alcanzarlo y lo han tenido que
extirpar" siguió la morena entre lágrimas.

En ese momento Lauren sintió que un puñal le atravesaba el pecho llegando hasta su corazón
rompiéndolo en pedazos. El útero, su útero, el órgano más importante de una mujer, ya no estaba
relacionado con Camila. La misma que había donado óvulos apenas dos semanas atrás. Fue en ese
instante cuando un pensamiento pasó por su mente y sin dar ninguna explicación salió corriendo
del hospital dejando a Normani y Dinah detrás de ella gritando su nombre.

Rápidamente con la ayuda de un taxista quien la miró desconfiadamente a causa de la sangre en


su ropa, llegó hacia la clínica donde Camila había donado sus óvulos y en su día, su madre había
dejado atrás el tumor. Con un paso tambaleante ganándose las miradas de todas las personas por
las que pasaba delante, llegó hasta la consulta de la Doctora Lewis quien por suerte estaba sola.

- "¡Santo Dios Lauren!" gritó ésta al verla llena de sangre y con la cara descompuesta. "¿Qué te ha
pasado?" preguntó corriendo hacia ella y llevándola hacia la camilla en la que anteriormente se
había sentado Camila.

Lauren le explicó durante veinte minutos como si fuese su psicóloga la situación de Camila y la
pérdida de su útero llegando al pensamiento que recorría su mente como último tema de la
conversación.

- "Lauren no puedo hacer eso" dijo la Doctora Lewis apenada. "Entiendo tu situación pero va en
contra de las reglas y os advertí de ello"

Intentando no mostrar la ira mezclada con el dolor, buscó entre su bolso su cartera y varios
segundos después colocó tres tarjetas de crédito distintas sobre la mesa de la Doctora Lewis y la
miró mostrando súplica en sus ojos.

- "Coja todo el dinero de dentro de ellas pero por favor, haga lo que le pido" suplicó comenzando
de nuevo a llorar. "Por favor" susurró.

La Doctora Lewis estuvo a punto de responder cuando el teléfono de Lauren la interrumpió


comenzando a sonar. Ésta al ver el nombre de Normani sobre la pantalla, notó un escalofrío que le
recorrió todo el cuerpo quedando clavado en sus cervicales. Pidiéndole permiso a la Doctora con
la mirada, descolgó el teléfono.

- "Mani" dijo queriendo saber directamente lo que pasaba.


- "Lauren" respondió ésta con la voz rota. "Lauren, es Camila" añadió escuchando los llantos
ahogados de Dinah al lado de la morena.

=================

Epílogo

Cuatro meses después.

Lauren caminaba por el camino de tierra que ya conocía como la palma de su mano. El sol
veraniego daba plenamente sobre sus gafas de aviador y su negra melena ahora le caía por los
hombros resaltando el vestido blanco de tirantes que exponía sus ahora menos pálidas rodillas. En
el brazo contrario al que colgaba su bolso ahora con un 27 tatuado en número romanos, llevaba
un ramo como siempre traía. Pero esa vez era distinto, era más especial.

Sin perder su paso firme, se dirigió hacia la lápida que ya había visitado anteriormente y se sentó
frente a ella dejando un precioso ramo de trece rosas rojas envuelto en un papel celeste, mismo
color que decoraba el cielo aquella mañana de mediados de agosto.

Con cuidado de no forzar con la postura su vientre abultado, estiró las piernas hacia delante y
carraspeó la garganta antes de comenzar a hablar dejando su bolso a un lado. Fue entonces
cuando un rayo de sol cayó sobre los diamantes del anillo que seguía llevando puesto. Desde que
Camila se lo había colocado sobre el suelo acolchado del parque solo se lo había quitado una vez y
había sido exclusivamente para limpiar la sangre de él. Un suspiro de añoranza se escapó de sus
carnosos labios.

- "Hola" susurró Lauren mientras se acariciaba el vientre. "De todos los ramos que te he regalado
esta es la primera vez que traigo rosas rojas" comenzó notando la leve brisa en el lateral de sus
gafas. "Ya sabes que las rosas rojas van enlazadas con el amor, no es algo difícil de saber" dijo
curvando un poco sus labios. "Aunque tal día como hoy, cuatro meses atrás, mi vida diera un
cambio radical, también es el día que llevo esperando desde que supe que estaba embarazada" se
pausó.

Así era. Lauren llevaba dieciocho semanas de embarazo. La Doctora Lewis había accedido después
de varias semanas de insistencia a colocar un óvulo de los donados de Camila en su útero. No
había sido fácil debido al reglamento médico, ni tampoco económico, pero ahí lo tenía, creciendo
dentro de ella. Una lágrima rodó por su mejilla.

- "Ojalá estuvieras aquí, conmigo, para verlo crecer" susurró llevando de nuevo sus manos al
vientre mientras se le escapaba otra lágrima. "Todos dicen que va a ser un niño, pero yo creo que
va a ser una niña preciosa con los mismos profundos ojos marrones de su madre, ¿no crees?" dijo
obteniendo un silencio como respuesta.
Lauren soltó un suspiro cargado de dolor, felicidad, añoranza, motivación y tristeza. Así llevaba
desde el primer mes de embarazo. Todos los días lloraba, todos los días reía, todos los días se
levantaba acariciando su vientre regalándole un 'buenos días' a su bebé.

- "Te echo muchísimo de menos" dijo en un tono bajo. "A cada día, cada hora, cada minuto, cada
instante. Y las hormonas no están ayudando" rio entre lágrimas bajo las gafas de aviador. "Te amo
y no he dejado de hacerlo desde el día que decidiste dejarnos. Hacía mucho que no te lo decía
pero ya sabes, las hormonas" concluyó levantándose mientras cogía su bolso. "Hasta el mes que
viene"

Siguiendo el mismo camino de vuelta llegó hasta su Chevrolet donde nada más entrar el olor al
ramo de rosas blancas que había sobre el asiento de copiloto, dio de lleno en su nariz. Hoy era un
día cargado de muchas emociones y solo acababa de empezar. Antes de comenzar su ruta,
encendió la radio dejando sorprenderse por la canción aleatoria que estaba sonando. No pudo
evitar sonreír al escuchar sonar I Was Made For Loving You de Tori Kelly junto con Ed Sheeran,
como tampoco pudo recordar a Camila con esa canción.

"I was made for loving you, even though we may be hopeless hearts just passing through. Every
one screaming, I don't know what we should do. All I know is, darling, I was made for loving you"

Mientras escuchaba dicha canción sin apartar la vista de la carretera, comenzó a recordar el día
del juicio. Camila estaba en lo cierto, Troye no los delató, pero lo que ni Lauren ni el resto
esperaron fue que en medio del juicio apareciera Dinah y que Felix se declarase culpable junto con
ésta insistiendo en que la rubia estaba con ellos en contra de su voluntad.

Dinah recibió cinco años de cárcel y el derecho de salir bajo fianza al haber sido un juego de los
hermanos Harrison, por lo que después de un mes entre rejas salió de ella utilizando el dinero del
robo de la cuenta de Lauren. Según la rubia, ese mes le había ayudado a encontrarse a sí misma
además de darle el título de presidiaria con el que siempre bromeaba. En cambio, éstos no habían
corrido la misma suerte, en aquel instante, Felix y Troye estaban cumpliendo 18 años de condena
sin derecho a salir bajo fianza.

Al parecer tanto Felix como la rubia tenían un gran cargo

de conciencia por el disparo a Camila. Ellos habían insistido en utilizar la ayuda de Lauren y por
consecuente dejar que la chica de ojos marrones se expusiera tan fácilmente en la oficina, por lo
que, por cuenta propia se acusaron a sí mismos llegando a esa conclusión sin mencionar a Ethan
en nada de lo ocurrido y mucho menos a Camila. Pero no era lo único que había cambiado a partir
del juicio. Lauren había perdido su puesto de trabajo.

Flashback

Lauren había aceptado ir al juicio a pesar de no encontrarse en condiciones para ello. Aún no
entendía cómo todo en su vida había dado un giro tan inesperado después de las declaraciones de
Troye y Dinah, y ver a Brooke después de saber lo que había hecho no estaba ayudando. Se
disponía a salir de allí rápidamente cuando una mano pequeña le rozo el hombro de la misma
forma que lo había hecho el día anterior. Sabía que era la Comandante como también sabía que
tenían una conversación pendiente.

- "Lauren vamos a hablar, lo quieras o no" dijo ésta seriamente haciendo que su agente asintiese.
"Vamos a mi coche"

Dentro de éste, Lauren soltó un fuerte suspiro mientras observaba cómo el resto de personas
abandonaban el juzgado pero sus ojos dejaron de fijarse en eso para formular la pregunta que le
quemaba en su mente.

- "¿Por qué ella?" preguntó con lágrimas en los ojos recordando todo el dolor.

- "Cuando nos enamoramos, tomamos decisiones equivocadas simplemente porque el amor nos
ciega y no pensamos en las consecuencias" dijo Brooke calmada. "Cuando esta imagen llegó a mí
sin remitente muchos pensamientos rondaron mi cabeza dejándome guiar por ellos. Solo había
una persona por la que podrías hacer eso y ambas sabemos quién" siguió.

Lauren no entendió sus palabras hasta que ésta sacó de su bolso una imagen que reflejaba a la
morena de ojos verdes saliendo de la joyería con los documentos del pendiente en sus manos los
cuales quemó esa misma noche. Un gran nudo se hizo en su garganta.

- "Noté el miedo en tus ojos cuando te mentí acerca de la declaración de Troye. Nunca te había
visto así por lo que fue otro punto a mi favor. En cuanto vi a Camila junto con Felix en la oficina até
los nudos que me quedaban. Estaba claro que se conocían" se pausó para coger aire. "Pensaba
que llevaba un arma Lauren, al igual que pensaba que ella era la culpable de todo, por eso di luz
verde para disparar. Ahora sé que me equivocaba y te pido disculpas por ello, pero me gustaría
que me explicaras esto" dijo Brooke observando cómo Lauren no apartaba sus ojos verdes de la
imagen.

En ese instante el gran nudo se quedó clavado en su garganta. No sabía qué hacer, ni tampoco qué
decir por lo que aprovechando las circunstancias y sintiéndose la peor persona del mundo en
aquel instante, miró fijamente a los ojos a Brooke y le mintió.

- "Los pendientes eran de Dinah" dijo notando una patada en su estómago. "Los reconocí en
cuanto los vi porque Camila se los había puesto en más de una ocasión. Quería asegurarme de que
no eran ellos por lo que hablé con ambas" siguió. "Dinah me confesó todo, le insistí en que
hablase contigo pero se negó. Estaba aterrada por lo que los hermanos Harrison le pudiera hacer"
mintió una vez más intentando parecer lo más creíble posible. "Fue entonces cuando Camila me
explicó que los pendientes habían sido un regalo y que ella misma los había comprado. Dejé que el
miedo se apoderase de mí y me deshice de los documentos" concluyó con los ojos vidriosos.

Brooke se quedó en silencio durante un par de minutos. Estaba realmente decepcionada con
Lauren y aunque la apreciaba sabía que tenía que tomar una decisión al respecto.
- "Te creía la mejor sucesora para mi puesto, siempre hablaba de ti en todas la reuniones pero
ahora veo que me equivocaba" explicó mirándola fijamente a los ojos. "Has ocultado información
y te has deshecho de pruebas de uno de los casos más importantes y por el cual casi pierdo mi
puesto" dijo haciendo que Lauren asintiera culpable. "Voy a utilizar el poco aprecio que me queda
hacia a ti para no asignarte cargos al respecto"

En ese momento Lauren supo por el tono que utilizó en su última frase que no había acabado ahí y
lo comprobó segundos después.

- "Estás despedida" soltó con decepción. "Quiero que recojas todas tus cosas y te marches después
de haber firmado tu despido voluntario. No vas a volver a pisar ni mi oficina, ni ninguna otra"

Fin del Flashback.

Sin darse cuenta de que la canción había terminado hace rato y que estaba escuchando anuncios,
se quedó pensando en cómo había utilizado la declaración de Dinah para salvarse. La rubia no
había puesto ningún impedimento en ello y lo veía como un favor devuelto, pero aun así Lauren
seguía sintiéndose mal al respecto, tanto que no se fijó en el semáforo rojo frente a ella
provocando un fuerte frenazo por su parte.

- "Joder" gritó haciendo que un escalofrío le recorriese la columna. "Tranquilo, mamá está aquí"
susurró acariciando su vientre después de notar un dolor en él.

Tras volver a serenarse durante el minuto que duró frente al semáforo en rojo, apagó la radio para
evitar más distracciones y se dirigió hacia el local que llevaba frecuentando desde su apertura, mes
y medio atrás. Se colocó bien las gafas de aviador y apretó más el acelerador consiguiendo llegar
cinco minutos antes a dicho local. Mientras aparcaba podía ver cómo Sinu hablaba con Milika
mientras Sofía y Regina jugaban en el cuidado césped.

Descubrir a través de un disparo de bala y una condena carcelaria que tus hijas habían sido unas
delincuentes durante los últimos años no había sido nada agradable y mucho menos fácil de
aceptar, tanto para la familia Hansen como para la Cabello siendo ésta última la que más dolor
había obtenido al respecto. El único que para ellas no había estado involucrado en nada era Ethan,
siendo ésta orden directa de su hermana.

Antes de salir del Chevrolet, apagó la radio después de quitarse el cinturón y recogió el ramo de
trece rosas blancas llevándose una de ellas a la nariz. Con el paso firme que una embaraza podía
permitirse, se acercó hasta la entrada ganándose las miradas de todos, incluida de Sinu a quien se
había unido más en los últimos meses.

- "¡Lauren querida!" dijo acercándose hacia ella. "¿Cómo está mi pequeñín hoy? ¿Quién es el nieto
más bonito de su abuela?" preguntó acariciando el vientre.
- "Sigo insistiendo en que tu pequeñín, será una pequeñina" rio Lauren saludándola con un beso
en la mejilla y seguidamente a Milika con cuidado de no aplastar el ramo.

- "¡Oye! ¿Para mí no hay beso?" exclamó Sofi detrás de ellas.

- "No, porque para ti hay un fuerte abrazo" rio de nuevo Lauren abrazando a la pequeña que cada
vez se parecía más a Camila lo cual provocaba un temblor en su pecho.

Después de separarse del abrazo y sacudir la cabeza de la pequeña Regina en forma de saludo, se
quedó mirando hacia las grandes letras que formaban el nombre de TRANDIFE, el nombre de la
asociación que ella misma dirigía. Con una sonrisa en sus labios, se quitó las gafas de aviador
mostrando sus penetrantes ojos verdes al sol y se las colocó en la cabeza después de acomodarse
su corta melena.

- "¿Ha llegado ya?" preguntó Lauren a Milika y Sinu sin perder la sonrisa.

- "Compruébalo por ti misma" respondió Milika riendo mientras Regina se abrazaba a ella.

Sin perder más el tiempo, traspasó la puerta corredera de cristal blanco y saludando a uno y a
otros, llegó hasta la recepción donde una Dinah con unos grandes auriculares escuchaba música
mientras se limaba las uñas.

- "¿Para esto te pago?" preguntó Lauren alzando una ceja dejando el ramo encima del cristal de la
recepción.

- "Me lo debes por salvarte el culo Michelle" respondió ésta dejando los grandes auriculares entre
su cuello fijándose en el precioso ramo. "Oh ¿para mí? No tenías por qué, eres demasiado atenta"
bromeó intentando cogerlas.

- "Ni se te ocurra poner una de tus grandes zarpas en mis flores" bromeó Lauren volviendo a coger
el ramo. "¿dónde está?" preguntó sin dejar de alzar la ceja.

- "Ya conoces el camino" respondió la rubia sin más volviendo a colocarse los auriculares.

Lauren soltó un suspiro entre medio de su corta sonrisa. Aún no se había acostumbrado a las
bromas de Dinah las cuales, muy a su pesar, eran peor que las de Normani. Acariciando su vientre
con una mano y agarrando el ramo con la otra, caminó entre los pasillos grises llegando hasta la
puerta negra del fondo. Colocó la mano libre en el pomo y antes de abrirla suspiró por última vez.

Vacío. Su despacho compartido estaba completamente vacío. Realmente se alegraba de haber


llegado antes pero no podía evitar desilusionarse al no haberla visto allí. Soltó el ramo en una de
los escritorios negros y se quedó de espaldas a la puerta mirando una foto enmarcada en la pared
que hacía compañía a las obras de Lauren.

Eran Camila y ella. No se les veía más abajo del pecho pero había una gran sonrisa en el rostro de
Lauren y un puchero en el de Camila, además de un día nublado detrás de ambas. Fue una tarde
cualquiera de primavera, la más alta la pilló desprevenida y por eso salía haciendo un puchero. No
era por el fondo, el momento, la pose o la escena por lo que la había colgado en la pared, sino
porque era una foto natural, sin haberla ensayado antes.

- "Los días grises también son días felices" susurró una voz detrás de ella mientras tapaba sus ojos
verdes con sus finas manos.

- "Contigo todos lo son" susurró Lauren de vuelta llevando las manos hacia su boca notando un
anillo como el suyo después de dejar un leve beso en ellas.

En cuanto se dio la vuelta ahí estaba ella. Con la pequeña arruga que se le formaba en sus labios al
sonreír, la melena alocada posiblemente por el viaje y los profundos ojos marrones que le
quitaban el aliento. Ahí estaba Camila, su futura mujer.

- "Hola" susurró Lauren quedando frente a ella envolviendo sus manos en su cintura.

- "Hola" dijo en el mismo tono Camila repitiendo el gesto de su prometida pero en su cuello.

- "Te hemos echado de menos" añadió Lauren mirando hacia el vientre y después hacia la más
bajita.

- "Y yo a vosotros pero ya estoy aquí, ¿o acaso se pensaba este garbancito que iba a perderme el
día más importante del embarazo?" preguntó acariciando el vientre de Lauren haciendo que ésta
se sonrojase.

Después de la llamada de Normani en la consulta de la Doctora Lewis, Lauren había salido


rápidamente de allí. Camila había despertado. No dudó en golpearle el hombro tanto a la morena
como a la rubia una vez las tuvo frente a ella. Habían llorado de alegría en la llamada y la morena
de ojos verdes había pensado que era todo lo contrario. No fue fácil para Lauren explicarle que
había perdido el útero y muchos menos fue para Camila asimilarlo. Se sentía vacía por dentro pero
esos huecos los había rellenado el embarazo del que ambas estaban orgullosas.

Tras unos meses de papeleo, inmobiliarias y demás, habían encontrado el sitio perfecto para abrir
la asociación TRANDIFE la cual mostraba la mezcla de los nombres de Troye, Felix, Ethan y Dinah.
La idea había sido de Camila para tenerlos siempre presentes y Lauren no pudo oponerse ante
dicho gesto.

La pareja dirigían la asociación pero había sido la más joven la que había viajado durante dos
semanas para firmar los contratos con las empresas con las que iba a trabajar para promocionar
sus marcas en las ayudas de su asociación. Lauren la habría acompañado de no haber estado
embarazada al igual que en el resto de los viajes. Dicho motivo por el cual habían aplazado
también la boda hasta finales de año.

- "¿Son para mí?" preguntó la chica de profundos ojos marrones mirando hacia el ramo.

- "Y para Camila" rio Lauren asintiendo.


- "Nunca me habías regalado rosas blancas" admitió la más bajita cogiendo una de ellas y
llevándosela a la nariz.

Al igual que tampoco le había regalado rosas rojas a su madre hasta aquella misma mañana.

- "Estaba esperando el momento perfecto" dijo mirando primero a su vientre y después a su


prometida a la cual volvió a envolver en sus brazos.

- "¿Ah sí?" dijo Camila con la rosa aun en su mano. "Pues no tengo ni idea de por qué lo dices"
bromeó acercándose más a Lauren.

- "Te amo" susurró ésta en sus labios.

- "Te amo más" respondió Camila en el mismo tono.

- "No, yo más" gruñó la más alta.

- "No, yo" gruñó de vuelta la de ojos marrones.

- "Gruñona" bromeó Lauren.

- "Idiota" rio lanzándose desesperadamente a sus labios.

Camila colocó sus manos en las mejillas de su prometida y agarró los labios de ésta con los suyos.
No profundizó el beso, solo se quedó quieta durante varios segundos notando esa explosión de
sentimientos dentro de ella. Había anhelado durante dos semanas su sabor y ahora lo tenía de
vuelta. Profundizó el beso después de haber sentido aquello acariciando su labio inferior con su
lengua. Pronto, el beso pasó de ser dulce a desesperado.

Aprovechando el espacio vacío sobre uno de los escritorios, Lauren levantó a Camila y la sentó
sobre éste haciendo que la rosa cayese a un lado junto con las gafas que la más alta sostenía en su
cabeza. La de ojos marrones aún no se había acostumbrado a la melena corta de su prometida por
lo que agarrarse a ella era complicado. Sin separar sus labios, Lauren comenzó a desabrocharles
los botones de la blanca camisa mientras Camila jugaba con las tiras de su vestido. Con ésta
abierta podía apreciarse la pequeña cicatriz que se le había quedado a causa de la bala.

- "¿Sexo en el despacho Camz?" preguntó Lauren jadeante quitándole la camisa.

- "Lo estoy deseando señora oscura" susurró Camila contra su oído parándose en su lóbulo para
lamérselo mientras echaba las tiras del vestido a un lado consiguiendo que éste bajara hasta los
tobillos de Lauren.

Sonriendo entre beso y beso siguieron con sus movimientos, saboreándose, sintiéndose,
explorando ambos cuerpos sin llegar todavía a ambos centros húmedos. La pasión de sus besos no
era comparable a ninguna otra. Mientras Camila jugaba con el cierre del sujetador blanco de
encaje de Lauren, ésta jugaba con el botón del pantalón de su prometida. Estaban tan
concentradas que no escucharon los leves golpes en la puerta.
- "Chicas me ha dicho Dinah que... ¡Oh Díos mío!" interrumpió una voz detrás de ellas. "¡Laila
tápate los ojos!"

- "¡Normani!" gritaron la pareja a la vez separándose la una de la otra mientras se volvían a vestir.

- "Ahora sé que el sexo lésbico no es lo mío" bromeó la morena acercándose a ellas agarrando a
Laila quien seguía con los ojos tapados.

Lauren no pudo reprimir la sonrisa al ver la imagen maternal de su mejor amiga con la pequeña
adolescente. Junto con Chad y Laila, habían formado una pequeña familia y por lo que sospechaba
o más bien, sabía, Normani era la candidata perfecta para atrapar el ramo el día de su boda.

Después de que la joven pareja terminara de vestirse y prometerse terminar aquella sesión en la
cama del estudio, el cual compartían provisionalmente hasta que naciera el bebé que se mudarían
a un lugar más espacioso, salieron de la asociación con las manos enlazadas con nuevo destino: la
consulta de la Doctora Lewis.

Dentro del Chevrolet, Lauren podía observar discretamente gracias a las gafas de aviador, a Camila
quien jugaba nerviosa con el cinturón. No pudo evitar reprimir una leve sonrisa mientras volvía a
prestar atención a la carretera. Se sentía la mujer más afortunada del mundo.

- "Aquí está mi pareja favorita" saludó la Doctora colocándose sus habituales guantes morados
una vez entraron en la consulta de ésta. "¿Cómo va ese embarazo?" preguntó de nuevo.

- "Bien, creo" respondió una Lauren nerviosa tumbándose en la camilla de cuero negra.

- "Estoy segura que sí" añadió cogiendo el mismo gel que había utilizado meses atrás con Camila
quien agarraba la mano de su prometida.

En cuanto la Doctora Lewis colocó el gel sobre su vientre, no tardó en mostrar en una pantalla el
pequeño bebé de dieciocho semanas que yacía dentro de ella mientras escuchaban los pequeños
latidos de su corazón.

- "¡Se escucha Lauren!" gritó Camila con lágrimas comportándose de la misma forma que lo hizo la
morena de ojos verdes en su día.

- "¡Se escucha!" respondió ésta con la misma emoción.

La Doctora no pudo evitar esbozar una sonrisa completamente feliz por la pareja que tenía frente
a ella mientras buscaba en la pantalla la posición correcta para saber el sexo del bebé. Mientras
tanto, ni Lauren ni Camila podían apartar sus ojos vidriosos de la pantalla que mostraba su
pequeña creación.

- "Va a ser una niña muy afortunada" dijo la Doctora haciendo que Camila y Lauren se mirasen
embobadas con las bocas abiertas.

- "¿Ha dicho niña?" Le preguntó la de ojos verdes con éstos muy abiertos.
- "Lo he dicho" rio tomando imágenes de la ecografía.

- "¡Es una niña!" gritaron la pareja al unísono dándose un apasionado beso en los labios.

- "¡Sabía que era una niña, lo sabía!" exclamó Lauren con lágrimas en los ojos.

- "Es nuestra niña" susurró Camila apoyando su frente en la de Lauren.

- "Nuestra" repitió en el mismo tono cerrando los ojos mientras notaba las lágrimas rodar por sus
mejillas.

Tras varios minutos envueltas en lágrimas, la Doctora Lewis quien también se había emocionado,
le limpió el vientre a Lauren y le entregó a ambas las tres imágenes de la ecografía que no
tardarían en decorar la pared del salón.

Antes de entrar de nuevo en el Chevrolet aun emocionadas por la noticia, Lauren se limpió las
lágrimas notando en sus ojos la claridad veraniega. Tenía el nombre perfecto para su hija. Lo tenía
desde que estaba embarazada, por eso estaba tan segura de que iba a ser una niña.

- "Ahora tendremos que buscarle un nombre a nuestra pequeña niña" dijo Camila dejando un beso
en el vientre de Lauren sobre el blanco vestido de premamá.

- "Quizás ya tenga solucionada esa parte" rio Lauren agarrándola por detrás de la espalda.

- "¿Ah sí?" Dijo Camila dejando caer su cabeza sobre el hombro de Lauren. "Sorpréndame Lern
Jergi" añadió aferrándose más a ella.

Creó un pequeño silencio antes de responder. No quería asustar a su prometida y mucho menos
desagradarla con la idea. Pero tenía que ser valiente porque no era un nombre cualquiera. Era un
nombre con una historia tras él.

- "Karla" susurró en su oido haciendo que Camila se separe rápidamente y la mirara a los ojos.

- "¿Por-por qué ese Lauren?" preguntó un tanto pálida a pesar del bronceado que había obtenido
en esos meses.

- "Tu primer nombre solo te recuerda las cosas malas que hiciste en tu pasado, pero yo quiero que
veas que con él también puedes hacer cosas buenas, como nuestra hija, porque sin tu óvulo ella
no estaría creciendo dentro de mí en este momento Camz" explicó nerviosa por la reacción de su
prometida. "Aunque si no te gusta simplemente podemos cambiarlo y buscar"

- "Te amo" la cortó Camila acercándola hacia ella quedando a centímetros. "Te amo" susurró sobre
sus labios mirándola fijamente a los ojos.

- "¿Eso significa qué...?" se pausó para dejar que la más bajita respondiese mientras ella temblaba
por la respuesta.
- "Karla, se llamará Karla" concluyó Camila antes de acabar con la corta distancia que las
separaban.

Ambas quedaron unidas por un beso en el que no hicieron falta palabras para explicar lo que
sentían en aquel instante. Eran ellas, bajo el sol de agosto, iniciando una nueva etapa de la vida
que compartirían juntas. Se habían amado desde el primer momento en el que sus miradas
entraron en contacto por primera vez y nada, ni nadie, podría cambiarlo.

FIN.

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