habían patentado el cinematógrafo el 13 de febrero de 1895.
El cine llegó a México casi un año
después de su aparición en París, con una petición del entonces presidente de la República don Porfirio Díaz a los hermanos Lumière, de poder apreciar este maravilloso invento el 6 de agosto de 1896.
El 14 de agosto para ser exactos, el
cinematógrafo fue presentado al público en el sótano de la droguería Plateros. Paradójicamente este lugar unos años más tarde se convertiría en la primera sala de cine del país, el famoso Salón Rojo
México fue el primer país del continente
en gozar las maravillas del cinematógrafo. El público se congregó en este lugar llenándolo a tope para presenciar estos cortos cada una con una duración de entre 40 y 60 segundos.
Muchos creadores se dieron rienda
suelta para comenzar a filmar. Entre ellos se encuentran Salvador Toscano, Enrique Rosas, Guillermo Becerril, los hermanos Alva, entre otros.
Entre 1936 y 1956 la industria
cinematográfica en México alcanzó uno de sus mejores momentos, considerado como la Época de Oro del cine mexicano. La rememoración de aquel esplendoroso periodo del cine mexicano nos lleva al trabajo artístico de reconocidos directores como Luis Buñuel, Emilio "el indio" Fernández, Fernando de Fuentes, Juan Bustillo
Actrices y actores quienes dejarían una
huella en la cultura fílmica de México, tal fue el caso de Joaquín Pardavé, Sara García "la abuela de México", Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete, Dolores del Río y Mario Moreno "Cantinflas”.
La primera película que formó parte de aquella lista de
filmes celebres que tuvo una gran aceptación tanto por el público nacional como por el extranjero, fue la obra de Fernando de Fuentes “Allá en el Rancho Grande” estrenada en 1936.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas
destacaron películas que buscaban promover la cultura, la moral y el nacionalismo, este último relacionado a la independencia económica de México, ante el acontecimiento reciente de la expropiación petrolera que se había vivido en marzo de 1938.
El 15 de abril de 1957 el país entero
sufrió una de las peores pérdidas del cine de oro mexicano, la muerte de Pedro Infante, y para muchos, su muerte simbolizó el fin de la época de oro del cine nacional.