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(UDELAR)
Instituto de Antropología
Segundo Parcial.
Temas elegidos.
4. Métodos y Técnicas.
A continuación, describiré las etapas iniciales para poder desarrollar una investigación
arqueológica subacuática la cual tiene por objeto relevar información sobre un pecio español
del siglo XVIII en las costas uruguayas, en lo posible extraer parte de la carga del pecio
“Carlos XV” (nombre de fantasía). Antes de desarrollar cualquier investigación
arqueológica, tanto fuera como debajo del agua, es necesario realizar una “prospección”,
que prepare las diferentes logísticas involucradas en la investigación, y la forma de proceder
en las diferentes etapas, pero con la particularidad de que se trabaja en el medio acuoso y es
aquí en donde se separa la disciplina puesto que los métodos y técnicas de la arqueología
deben adaptarse al mundo subacuático. Pero antes de sumergirse es necesario desarrollar, un
primer paso, que es hacer una “Prospección indirecta”, la cual nos permitiría estar seguros
de que estamos ante el Pecio indicado a través de un monitoreo superficial que de cuenta
también del grado de conservación del sitio; a fin responder preguntas sin habernos
sumergido. Saber cómo generar una estrategia para acceder al sitio de forma segura y
también para con el sitio. Cuanta información podemos obtener sin necesidad de sumergirse,
¿qué tipo de sitio es?, como saber en este caso, ¿qué se trata de pecio en cuestión? Es en
este punto que se pone a prueba el equipo multidisciplinario, empleando diferentes técnicas
desde sus respectivas disciplinas ya sea geología, geografía, así como de la disciplina
histórica o bien desde la antropología y por supuesto con elementos técnicos propios de la
disciplina subacuática como lo son: es la utilización de herramientas como sensores remotos
de teledetección:
• Ecosondas multibeam
• Perfilador de sedimentos
• Magnetómetro
• Detector de metales
• Cámaras de video
¿Para este caso en particular se necesitaría información de la existencia previa del pecio
español, de que navío se trata? ¿Y si era español, tuvo alguna relación con a la flota del
tesoro español? ¿Qué comerciaba? si es así, ¿qué tipo de cargamento llevaba? y si el pecio
pertenece a un barco de guerra, surgirían otras preguntas, pero la lógica es la misma, tratar
de responder el que, ¿el cómo y el cuándo?
Para acceder a esta información en el caso de que el barco fuera usado con fines
comerciales, podría tratar de revisar registros o fuentes primarias como el “archivo general
de Indias”, o el archivo general de las naciones comprometidas o bien la “Carrera de indias”,
en donde según Amores “se registraba y controlaba de manera minuciosa el comercio
español que se realizaba por vía marítima” (Amores: 2003). Se hace necesario visitar
museos nacionales e internacionales (en lo posible), militares, archivos nacionales,
información en puertos, revisar bibliografía de los distintos contextos, comparaciones de
cartografías del lugar etc. La importancia de la “prospección indirecta” radica, en que nos
permite asegurarnos de lo que se encuentra en el sitio del hallazgo sea concordante con
nuestra búsqueda, así como una primera mirada a como se formó dicho sitio arqueológico,
sin que tengamos que poner en desgaste ningún tipo de recursos; y quizás más importante,
sin tener la necesidad de intervenir un sitio “prístino”, sin intervención humana, los restos ya
ha entrado en una armonía con los demás elementos con los que comparte su entorno, tal vez
no sea necesario intervenir el sitio in situ, que incluso es tomado hoy en día como una
prioridad dentro de los principios generales expresados en la norma 1, relativas al rescate del
patrimonio cultural (Unesco:2001). En relación a esto la necesidad de publicar el desarrollo
de la investigación es muy importante, ya que permite “extraer de conclusiones
científicamente fiables que puedan compartirse con la sociedad” (Unesco:2001 :06). Puesto
que el patrimonio que le pertenece a la sociedad y también la necesidad de publicar la
investigación el sitio del hallazgo es que nunca volverá a ser el mismo una vez intervenido.
Una vez obtenida la información y tenemos las certezas de que estamos hablando del pecio
español en cuestión, y tenemos resuelto las condiciones de seguridad de la tripulación, tanto
en la superficie como debajo del agua, se abordaran los temas relacionados con las
actividades y herramientas necesarias para trabajar de forma lo más eficiente posible, y
continuar con la segunda fase de la prospección o prospección directa que dentro de los
aspectos que se deben de tener muy en claro están:
• En caso de bucear en zonas de tráfico marítimo usar boyas y banderas que indiquen
que en el lugar se están desarrollando actividades de buceo.
Para este caso en particular y según la disposición del sitio, lo conveniente sería en principio
desarrollar un relevamiento circular de 40 metros una vez hecho esto instalar las cuadriculas
para la remoción ordenada del terreno, registrando cada detalle que pueda ser relevante,
intentará de desarrollar una investigación sistemática y lo más rigurosa posible en cada
cuadricula, la cual será fotografiada en su totalidad a fin de no intervenir demasiado el sitio.
Posteriormente dispondremos de la colaboración de al menos 6 buzos en línea horizontal,
para recorrer la totalidad del sitio. En cuanto al proceso de excavación esta tendrá dos fases,
en principio la primera es la excavación propiamente tal y la fase de recuperación del
cargamento que, según la información recolectada en la fase de prospección indirecta,
llevaba numerosos artículos de plata hacia España desde el Perú en la fase final del
virreinato. No obstante, y en relación a los registros obtenidos y su posteriormente
tratamiento evaluaremos posibilidad de la recuperación del pecio, ya que nuestra intención
es no dañar demasiado el sitio más de lo necesario, para lo cual utilizaremos globos de aire
para la recuperación de objetos según sea necesario.
Conservación de materiales
Continuando con la investigación del pecio español en aguas uruguayas, se ha decidido no
intervenir el sitio, solo recuperar lo correspondiente a los restos de la carga del pecio, sin
embargo, se ha logrado detallar todas las cuadriculas, registrándose minuciosamente cada
detalle del naufragio. Todo el material obtenido de los registros recopilados ha sido
presentado para su divulgación a nivel académico y se espera su aprobación para poder
presentarlo dentro de los marcos científicos vigentes y dentro de los marcos legislativos. En
lo que respecta a la carga encontrada perteneciente al pecio “Carlos XV” efectivamente
encontramos muchos objetos de metal al parecer de plata, plomo, y acero, advertido en
principio a partir de los bordes que aparecen fuera de sus concreciones y posteriormente con
rayos X, ya que ha sido difícil reconocer a simple vista los objetos, dado el alto grado de
concreción y corrosión de los mismos. El tamaño de los objetos encontrados
preliminarmente posee un tamaño de no más de 30 cms. Por lo cual nos remitiremos a
utilizar una técnica que trabaja con electrolisis a fin de separar las concreciones y remover la
corrupción acumulada durante 300 años. Este procedimiento consiste en colocar los objetos
dentro un tanque acorde al tamaño de los objetos y con una distancia de 20 cms, suficiente
para colocar los ánodos en los costados de los objetos, los cuales serán suspendidos por una
barra colocada en la parte superior del estanque. Una vez conectada la fuente de
alimentación a los ánodos y el cable negativo conectado, es decir el cátodo al objeto, una
vez verificado que los cables estén fijos por sus plomos. Agregamos agua por sobre unos 10
cms del objeto a limpiar, añadimos Hidróxido de sodio solido (NaOH), en una primera etapa
se desalinizaran los objetos añadiéndole a la solución antes descrita una corriente continua
de 0.5 amperes, al estanque se le cambiara el agua las veces que sea suficiente según los
resultados que entregue el monitoreo asociado a la desalinización del proceso electrolisis, la
cantidad del amperaje que reciben las piezas metálicas varían en función del tipo de metal
con el cual se trabaje. En la segunda fase, la corriente continua aplicada a los objetos
aumenta a 1.0 A o 2.0 A, fin de acelerar la reducción de corrosión, para posteriormente
pasar a una tercera fase, en la cual se esperar recuperar el objeto limpio de concreciones, tras
haber aumentado el amperaje 5.0 A o 10.0 A. finalmente las piezas son lavadas de su
solución electrolítica, secándola limpiándola de cualquier resto que quedase en el. El
proceso de limpieza continua con inhibidores de corrosión especiales para los objetos,
puliéndolos en caso de ser necesario con cera. Todo este proceso dura alrededor de 8
semanas (Lezama: 2010: 143). Las piezas de cobre o bronce no severamente cubiertas de
concreciones se tratarán químicamente, en solución de ácido cítrico pasivado para eliminar
las concreciones y óxidos presentes, luego se les realizará un lavado exhaustivo y se les
aplicará un anticorrosivo a base de toliltryazol. Una vez seca la pieza se embalará en tela
absorbente, y un recipiente que lo proteja de los golpes. Ahora se agrega agua al tanque
hasta cubrir las secciones superiores del artefacto por 10 cm de agua. Luego se agrega
NaOH sólido en cantidades suficientes para dar un NaOH 0.5 M solución para hierro
fundido y NaOH 1.0 M para hierro forjado. La solución no necesita ser completamente
homogéneo ya que la evolución de gas durante la electrólisis da rápidamente una mezcla
completa solución. Ahora se suministra una corriente y voltaje adecuados desde el d.c.
fuente y electrólisis comienza [...] Después de ocho semanas de electrólisis, el artefacto debe
sacarse de la electrólisis el artefacto debe sacarse del baño de electrólisis y eliminarse la
concreción residual "
Bibliografía
Lezama Antonio 2010 “Escritos bajo el mar: Arqueología Subacuática en el Río de la Plata”.
Arqueología Subacuática / Arqueología Marítima en Uruguay Unesco 2001. “Manual para
actividades dirigidas al Patrimonio Cultural subacuático”. Editorial. Linardi y Risso.
Royal Ministry of foreign affair Norway. Organización de las naciones unidas para la
educación y cultura.
Martín-Bueno Manuel 2003 “La conservación del material arqueológico subacuático” (16-
83). “Patrimonio Cultural Sumergido”. Ayuntamiento de Santoña, imprenta J. Martínez, S.
A. España