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Al tiempo de saludarlos muy cariñosamente, nos permitimos molestar vuestra atención a fin
de manifestar a ustedes que con ocasión de los eventos electorales del próximo 11 de abril (aún
en estudio y definición en su realización los días 10 y 11 del mismo), con que el país votará por la
nuevas autoridades municipales, por los debutantes gobernadores regionales y la muy especia e
importante elección de miembros que formarán la Convención Constitucional encargada de
elaborar el nuevo pacto ciudadano mayor, se nos hace un deber sentirnos emplazados a buscar
opinión seria y militante respecto del proceso electoral que se avecina y muy particularmente en
relación con la Convención Constituyente, su conformación, sus procedimientos, facultades de la
membresía y los contenidos de la carta fundamental. El papel que a cada chileno y chilena nos
corresponde jugar o “querer jugar”, lo mismo que a las organizaciones económicas y sociales
intermedias, cualesquiera sean, nos parece fundamental que alcance la más pronta visibilización
tanto en su existencia como sujetos activos y pensantes de la representación de la sociedad civil,
cuanto de sus posiciones frente al futuro constitucional del país. Más aún, la importancia de
tomar posiciones al respecto y la urgencia que representa el breve tiempo que queda para las
decisiones de Abril11, justifica nuestra preocupación, que aunque pudiera parecer tardía es
mejor que la quietud indiferente y casi indolente frente a la contingencia que pareciera cruzar el
ambiente ciudadano. He aquí el fondo del problema y en pocas palabras la razón de este
documento convocatorio.
Este es el sentido del presente documento. Desde que la cultura, que constituye
globalmente nuestro objeto corporativo, es un indiscutido agente de cambio social y político, no
podemos, en nuestra opinión, menos que transformarnos por siempre y en los actuales tiempos
especialmente, en un activo comando por la renovación de los lineamientos matrices de una
patria que si bien dejó en el pasado el analfabetismo escolar, presenta manifiestos índices de un
analfabetismo político, cuya raíz y cambio, no es precisamente preocupación de los mandatarios
del poder actual, y digo actual refiriéndome a todo el periodo republicano, para no ir más lejos,
con las honrosas excepciones que todos conocemos y que han sido el fruto de fuertes y grandiosas
luchas populares, cuya existencia dan fe de lo que decimos y esperanzas ciertas de alcanzar en el
futuro democratizaciones reales en los derechos de las mayorías que sean efectivas, estables y
definitivas. Es decir, un modelo de desarrollo económico y social con principios de bienestar
social que se recojan en la legislación nacional a partir del marco prescriptivo mayor del estado,
cúspide de la pirámide normativa de un estado de derecho solidario y socialista, más allá del
sentido político partidista de la expresión, por sobre el actual sistema neoliberal encadenado a la
Constitución Pinochetista como se refiere más adelante
* De otra parte creemos que el estado debe jugar un rol activo para rescatar la cultura de la
regulación mercantil de la libre competencia.
* Propiciamos un estado que debe acudir en ayuda de las culturas regionales y sectoriales
diseñando, en conjunto con los involucrados, políticas con rango constitucional que refuercen
nuestra identidad frente a la cultura globalizada y concurrir desde luego con el necesario y
adecuado financiamiento expresado en un porcentaje del presupuesto nacional también con
rango constitucional.
* Se hace necesaria una fuerte intervención del estado en el diseño de las políticas culturales
que promueva una política activa de promoción de las culturas regionales o sectoriales
manteniendo además como principios orientadores a la libertad, la diversidad y la participación.
* Por otra parte la subsidiaridad del estado constituye un obstáculo para ejecutar inversiones
estatales que puedan resultar necesarias para abordar políticas activas de fomento de sectores
postergados (culturas regionales o sectoriales) que requieren de una atención financiera especial,
como asimismo que requieran (se verá con los propios actores en cada caso) de la creación de
empresas culturales estatales (como Quimantú, vgr.).
Muchas gracias compañeros y compañeras por su atención y ojalá se pueda plasmar con la
brevedad y seriedad que el caso lo planteado en orden a unir esfuerzo y acciones.