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Territorios 24 / Bogotá, 2011, pp.

165-191
ISSN: 0123-8418
ISSNe: 2215-7484

Formas socioterritoriales de apropiación


del habitar y derecho al espacio diferencial*
Socioterritorials forms of appropiation of living and right
to the differencial space
* Este artículo es una ver-
Formas socioterritoriais de apropriação do habitar e direito sión corregida de la Ponen-
ao espaço diferencial cia Entre la alienación y el
Derecho a la ciudad, pre-
sentada en la Mesa 7 De
Ana Núñez** Los Derechos del Hombre
a la Carta del Derecho a
la Ciudad, en el XXXIII
Encuentro RNIU, Inde-
pendencia, democracia y
procesos urbanos, Univer-
sidad del Norte, Barran-
Recibido: 16 de diciembre de 2010 quilla, Colombia, del 25
Aprobado: 02 de marzo de 2011 al 27 de octubre de 2010.
Asimismo, retoma aspec-
tos planteados en Núñez
(2009), Núñez y Roze
(2010), y Núñez (2010A).
Agradezco profundamen-
te los estimulantes comen-
tarios y sugerencias que me
aportó el evaluador anó-
nimo.
** Arquitecta (UNMdP)
– Magister en Ciencias
Para citar este artículo Sociales (mención Socio-
Núñez, Ana (2011). Formas socioterritoriales de apropiación del habitar y derecho al espacio diferencial.
Territorios 24, pp. 165-191.

165
Resumen
Palabras clave
Apropiación del espacio, Este artículo se propone recuperar los aportes teórico-metodológicos de Henri Lefèbvre para (re)
formas socio-territoriales,
pensar el derecho a la ciudad, partiendo de la necesidad de conocer la tríada dialéctica de la apro-
revolución urbana, espacio
piación del espacio.
diferencial.
Empíricamente, refiere a la génesis urbana de Mar del Plata (Argentina), una ciudad media latinoa-
mericana, y el desenvolvimiento en ella de heterogéneas formas socio-territoriales de apropiación
del habitar, o distintas maneras de apropiarse de bienes de uso, que incitan a pensar en la apertura
hacia la transformación del orden social capitalista, y su orden urbano, naturalizado tras e l fetichis-
mo de la propiedad privada.

Abstract
Key words
Appropriation of space, The aim of this work is to recover Henri Lefèbvre’s methodological contributions for (re)thinking
socio-territorial forms, the right to the city, based on the need to know the appropriation of space´s dialectical triad.
urban revolution, diffe- Empirically, it refers to the urban genesis of Mar del Plata (Argentina), an intermediate Latin Ame-
rential space.
rican city, and its heterogeneous socio-territorial forms of appropriating inhabitance, or different
forms of appropriating goods of use, that lead to think about opening to the transformation of the
capitalist social order, and of its urban order, naturalized after the fetischism of private property.

Resumo
Palavras chave
Bapropriação do espaço, Este artigo se propõe recuperar os aportes teórico-metodológicos de Henri Lefèbvre para (re)pensar
formas socioterritoriais, o direito à cidade, partindo da necessidade de conhecer a tríada dialética da apropriação do espaço.
revolução urbana, espaço Empiricamente, refere à gênese urbana de Mar de Prata (Argentina), uma cidade média latino-
diferencial.
americana, e o desenvolvimento nela de heterogêneas formas socioterritoriais de apropriação do
habitar, ou distintas formas de se apropriar de bens de uso, que incitam a pensar na apertura para
a transformação da ordem social capitalista, e sua ordem urbana, naturalizado atrás do fetichismo
da propriedade privada.

territorios 24
166 Ana Núñez
Apertura del problema1 Sin embargo, como vengo sosteniendo logía), FLACSO – Doc-
en otros trabajos (Núñez, 2006; 2009A; tora en Ciencias Sociales,
FLACSO. Profesora-In-
“El problema urbano es un problema 2010A): a) la visión hegemónica domi- vestigadora del Área de
revolucionario, que pone en cuestión nante de los estudios urbanos no sutura el Urbanismo – Directora
las estructuras de la sociedad actual...” hiato entre teoría social y espacio material, del Centro de Estudios del
Henri Lefèbvre derivando en la fetichización de la política Desarrollo Urbano Uni-
urbana como un producto de actores sociales versidad Nacional de Mar
del Plata (Argentina). E-
En los últimos años, estudiosos de la ac- previamente constituidos, y/o quedando mail: aenunez@mdp.edu.
ción colectiva, en Argentina en particular, entrampados en la no satisfacción de de- ar; nunezmdp@gmail.com
se asomaron a la revalorización de, por un rechos sociales, por parte de un Estado, a – Dirección postal: Lapri-
lado, la dimensión espacial de los procesos su vez reificado (Núñez, 2006; 2007); b) da 1931 – Mar del Plata
sociales, y, por otro, y en articulación con los estudios sobre acción colectiva, en gran (7600)- Argentina – Área
de estudio: conflictos en y
la anterior, del Derecho a la ciudad, inten- parte, han fetichizado el espacio material, por la apropiación del es-
tando recuperar, en ambos casos, a Henri ya que, aun cuando las jornadas de 2001 pacio – estatalidad – for-
Lefèbvre. Sin embargo, en mi opinión, les imprimiera un giro hacia la importancia mas socio-territoriales de
operan sobre ellos, como así también sobre del territorio local, (cosificando el barrio), apropiación del habitar.
los estudios urbanos, en general, ciertos coincido con Varela (2009:106) en que “la 1
Desde el año 2006 sigo
obstáculos epistemológicos que confluyen, territorialización de la política introdujo a Zemelman (1987:66),
además, en la fragmentación y relativa ba- para quien “la idea de mo-
una división disciplinar en las ciencias socia-
vimiento en que descansa
nalización de la obra de este autor. les, separando producción de reproducción”. la noción de apertura, se
Asimismo, el derecho a la ciudad como Es decir, abonaron la visión naturalizada relaciona con el `cómo es’
un nuevo derecho colectivo se plasma en de espacio y lugar como meros contextos de lo real y con el `cómo es
la Carta Mundial por el Derecho a la Ciu- donde se desarrollan acciones y/o con- posible de darse` de lo real,
dad basándose en tres ejes fundamentales re-conociendo la realidad,
flictos determinados (Oslender, 2002); y
activándola, y potencián-
(Mathivet, 2010:26-27): 1) el ejercicio ple- c) las referencias a Henri Lefèbvre se cen- dola, y no sólo describién-
no de la ciudadanía,2 es decir, el ejercicio de tran, casi exclusivamente, en sus trabajos de dola. En otras palabras, el
todos los derechos humanos que aseguran las décadas de 1960 y 1970, como puede conocimiento de la reali-
el bienestar colectivo de los habitantes y leerse en Ortiz Flores (2008); Romero Pi- dad que mueva realidades,
la producción y gestión social del hábitat; (vinculada a la construc-
cón (2003), Sugranyes y Mathivet (2010);
ción de lo social), impli-
2) la gestión democrática de la ciudad, a soslayando, así, el sentido que, según mi ca tomar conciencia de la
través de la participación de la sociedad de lectura, adquiere en su obra el Derecho a capacidad del sujeto de
forma directa y participativa, en el planea- la ciudad, y desconociendo el fluido único construirla, reconociendo
miento y gobierno de las ciudades, fortale- que, en palabras del mismo Lefèbvre, re- la dimensión espacio-tem-
ciendo las administraciones públicas a esca- poral y los ámbitos de sen-
corre toda su producción intelectual:3 la tido de la cotidianeidad”.
la local, así como las organizaciones sociales categoría marxista de alienación y la pro- En un trabajo anterior
y 3) la función social de la propiedad y de ducción del Hombre total.
la ciudad, donde predomine el bien común Asimismo, otros trabajos que, sin citar
sobre el derecho individual de propiedad. explícitamente a Lefèbvre, conjugan o re- territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 167
(Núñez, 2009) he anali- ducen el derecho a la ciudad a la posibilidad Marx (1965) denominó el fetichismo de la
zado la vinculación episte- de los sectores populares de habitar (en) el mercancía:5 el sostenimiento de un con-
mológica entre Zemelman,
Lefèbvre y Marín.
centro geográfico de la ciudad, provisto de junto de heteronomías, y de la propiedad
2
Siguiendo a Marín
equipamiento e infraestructura, o el dere- privada.
(2009:88), “la ciudada- cho a la centralidad urbana, y la violencia Justamente, dice Marx (2006:114-115,
nía es un ámbito que rom- explícita que conlleva su expulsión de estas 143), “la propiedad privada se deduce, es
pe las relaciones de clase en- áreas, en pos de evidentes negocios inmo- producto, del hombre enajenado, de la
tre los individuos, los cons- biliarios (Rodríguez, et. al; 2009). vida alienada, del hombre alienado; y así
triñe a la docilidad; y, por
ende, la ciudadanización
Sin desconocer la importancia y apor- como el ser humano se ve alienado de su
forma parte del proceso ex- tes sustantivos de estos trabajos y decla- ser genérico, se ve alienado del otro hom-
propiatorio del poder de los raciones, como así también los avances y bre, y cada uno de ellos se ve alienado de
cuerpos”. conquistas logradas por las luchas de las la esencia humana”. Y, más adelante, “la
3
“(...) con frecuencia, se organizaciones y movimientos sociales, superación positiva de la propiedad privada,
aísla (...) de entre lo es- postulo que, si bien es necesario reforzar como la apropiación de la vida humana, es
crito y publicado por mí,
el derecho a la ciudad como una bandera la superación positiva de toda alienación
fragmentos, eslabones se-
parados: el que concierne de lucha contra el neoliberalismo (Mathi- (...) el retorno del hombre a su ser humano,
al marxismo, la vida co- vet, 2010:26-27),4 ésta no puede tornar es decir, social (...)”
tidiana, el espacio, la ar- como un campo ciego el proceso cotidiano Henri Lefèbvre, nueve años antes de
quitectura, el urbanismo, de construcción de la violencia implícita, que publicara la primera parte de la Cri-
etc. No estoy de acuerdo
con estas fragmentaciones;
incorporada y naturalizada que legitima, tique de la vie quotidienne (1946),6 está
un fluido único recorre el justifica y se prolonga en la violencia ex- inmerso en una encarnizada lucha que se
conjunto (...).” (Lefèbvre, plícita (Román, 2008; Izaguirre, 1998; desarrolla en el interior y fuera del mar-
1976 A, 8-9). Núñez, 2010A). xismo, entre los dogmáticos y los críticos
4
“...nos referimos a los efec- En este marco, el presente trabajo se del dogmatismo, y explicita que la filosofía
tos sufridos por los habi- inscribe en la línea de investigación que tuvo, para Marx, un carácter programático,
tantes en su cotidianidad,
vengo desarrollando y que imbrica, por un un programa para lo humano, un proyecto
pensando, por ejemplo, en
el no acceso a la tierra y los lado, el análisis de la política urbana como del Hombre, que debe confrontarse con la
servicios, la inseguridad una forma de lucha social (Núñez, 2007, realidad, es decir, con la praxis.7 Justamen-
de la tenencia, los desalo- 2009), y, por otro, las posibilidades heurís- te, en El materialismo dialéctico, de 1939,
jos; todo estos generados por ticas de pensar la apropiación legítima de recupera el fundamento filosófico de las
múltiples causas, las priva-
territorios del habitar, espacios diferenciales, obras de Marx, reordenando el pensamien-
tizaciones, la especulación
inmobiliaria, los mega- poniendo en crisis la legalidad dominante to a partir de la teoría de la alienación y la
proyectos y mega-eventos, que desata la propia génesis urbana como crítica del Estado, para concluir con la uni-
los abusos y tráfico de poder una ilegalidad fundante (Núñez, 2000; dad de la doctrina (Lefèbvre; 1971:9,16).
(...).” (Mathivet, 2010:26- 2008). Ello permite hacer observables los Lefèbvre parte del hombre para llegar al
27). (Subrayado propio).
sustratos del orden social capitalista, que lo Hombre libre, al Hombre total, una “vuel-
sostienen y lo reproducen, y que se ocultan ta del hombre a sí mismo”; la unidad de
territorios 24 tras la materialidad de los objetos, o lo que todos los elementos de lo humano; es el
168 Ana Núñez
sujeto y el objeto del devenir. El hombre en todas las redes y circuitos de comunica- 5
“El fetichismo de la mer-
total es el hombre “desalienado” (Lefèbvre, ción, de información, de intercambios. Ese cancía consiste en que lo
que aquí reviste, a los ojos
1971:179), rompiendo con todo determi- derecho significa la reconstitución de una de los hombres, la forma
nismo físico y social: he ahí, en mi opinión, unidad espacio-temporal, de una unión, fantasmagórica de una
la centralidad del derecho a la ciudad; y el sin eliminar las confrontaciones y las lu- relación entre objetos ma-
derecho a la ciudad como centralidad. chas. El derecho a la ciudad así formulado, teriales, no es más que una
Porque, dice Lefèbvre, el derecho a la requiere el conocimiento de la producción relación social concreta es-
tablecida entre los mismos
ciudad no es el simple retorno a la ciudad del espacio porque combina, en palabras de hombres”. Marx (1965).
tradicional. Es el derecho a la vida urbana, Marcuse (2010:94), los derechos en la ciu- 6
La primera par te de
renovada, donde tiene prioridad el valor de dad actual y la forma de una nueva ciudad “Critique de la vie quoti-
uso. Se trata de un cambio de práctica social alternativa (Lefèbvre, 1972). dienne” fue publicada en
que proponga y justifique la apropiación En mi opinión, el concepto de apropia- 1946, el segundo volumen
por encima de la dominación: ción en Lefèbvre incluye la producción, en en 1961, y, el tercero, en
1981, pero apareció un
tanto se refiere a la transformación de un resumen bajo el título de
Con este término [apropiación] no nos referimos bien, aunque en sus textos aparezcan como “La vie quotidienne dans
a propiedad; es más, se trata de algo totalmente dos procesos diferentes. le monde moderne” en Edi-
distinto; se trata del proceso según el cual un En este marco, los tres momentos que ciones Gallimard en 1967.
individuo o grupo se apropia, transforma en su se imbrican dialécticamente en esta produc- 7
Es importante, en este
bien, algo exterior (...) (Lefèbvre, 1971A:186). ción son, para Lefèbvre (1974, 1976 A), punto, poner en relación
el pensamiento de Lefèb-
las prácticas espaciales (cómo se genera, se vre con la concepción del
En este marco, llama revolución urbana usa y se percibe el espacio); las representa- hombre en la obra de Hugo
al “conjunto de transformaciones que se ciones del espacio (o espacios concebidos Zemelman quien involu-
producen en la sociedad contemporánea derivados de saberes técnicos y racionales, cra, al mismo tiempo, las
para marcar el paso desde el período en que vinculados con las instituciones del poder visiones epistémica y antro-
pológica, en “(...) una con-
predominan los problemas de crecimiento dominante); y los espacios de representa- tribución para plantear la
y de industrialización, a aquel otro en el ción, o de resistencias, en el que los actores potencialidad de la capa-
que predominará ante todo la problemática se niegan a aceptar el poder hegemónico cidad de pensar del sujeto
urbana, y donde la búsqueda de soluciones (Oslender, 2002); el espacio vivido, en es- concreto. Desde el enfoque
propias a la sociedad urbana pasará a un trecha correlación con la práctica social. En zemelmaniano, esta forma
de razonamiento destaca
primer plano” (Lefèbvre, 1972:12). Revo- palabras de De Souza Martins (2008), “la la dimensión colectiva de
lución que, para Lefèbvre, no implica ac- historia real se desarrolla en el claroscuro de los sujetos: ´Lo más im-
ciones violentas, pero tampoco las excluye, lo percibido y de lo concebido, por medio portante de la capacidad
y que tiene un triple carácter: centralidad, de lo vivido”. crítica es su vinculación
dialéctica y praxis urbana.8 Lefèbvre (1976A) es bien explícito con el descubrimiento del
hombre como sujeto social
Es decir, el derecho a la ciudad no se cuando dice que “Es en el conocimiento de la historia, no ya como
trata de un derecho natural, ni siquiera con- dialéctico de esta producción del espacio
tractual (Lefèbvre, 1976 A: 18). Significa el en el que está implicado y aplicado el dere-
derecho de todos los ciudadanos a figurar cho a la ciudad. Cuando se hayan superado territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 169
individuo´” (en Romo To- todas las formas de alienación, en forma de esperar una nueva etapa de la civilización
rres, 2006). revolución urbana, emergerá el hombre y de la cultura. En otras palabras, dice, la
8
En palabras de Marín nuevo y la sociedad urbana; proyecto de alienación es un momento9 en el poderío y
(2009: 89): “Una revolu-
ción es una confrontación
transformación de la vida cotidiana, que la conciencia creciente de los hombres, en
de fuerzas materiales. Ex- incluiría la autogestión generalizada, y que el que el papel del pensamiento filosófico
presar materialmente a las puede, a su vez, inducir la autogestión ur- es eliminar las posiciones que impiden la
`fuerzas morales´, ¡he allí bana, resquebrajando el aparato estatal” apropiación del contenido de nuestro ser.
la cuestión!”. (Lefèbvre, 1976:241). Lo que en términos La alienación, como hecho social e inte-
9
Para Zemelman, el “mo- de Boaventura de Sousa Santos (2004) rior del individuo, ontológicamente previa
mento significa hacer un
sería el Estado como novísimo movimiento a la contradicción, hace que lo que aparece
anudamiento de todos
nuestros tiempos, los vividos social. como interior no sea sino lo exterior inves-
y los que dependen de éstos, Empero, continúa Lefèbvre, aun cuan- tido y disfrazado, y, por ende, legitimado
en forma de que lo posible do el hombre viviente es el verdadero suje- (Lourau, 1980).10 Cuando los hombres
surja como incompletud de to del devenir, alrededor de él, encima de se vuelven instrumentos, cuando las acti-
lo real. Es la experiencia
él, las abstracciones toman una forma ex- vidades humanas no tienen más que fines
como esperanza”. En Ro-
mo Torres (2006). traña: los fetiches. El fetichismo es a la vez utilitarios, existe una condición inhumana.
10
Es lo que en otros trabajos un modo de existencia de la realidad social, Para poner fin a esto, propone Lefèbvre, es
he denominado la imbri- un modo real de la conciencia y de la vida necesario superar la subordinación de una
cación de la estatalidad humana, y una apariencia, una ilusión de la clase a otra, cambiando las condiciones de
profunda y la estatali- actividad humana (Lefèbvre, 1971:100). existencia y logrando la unidad de todos
dad extensa. Ver Núñez
Ahora bien, el fetichismo retoma, eleva a los elementos de lo humano, la aprehen-
(2009A).
un nivel superior, la teoría de la alienación sión del contenido total, alcanzando plena
11
También aquí encuen-
tro cierta imbricación
y de la cosificación del individuo: conciencia de la praxis. Una praxis que es
con la obra de Zemelman doblemente creadora: a) de conocimiento;
(1987:64-65), para quien La alienación –o más exactamente la ´cosifica- y b) de invención, o descubrimiento (Le-
“En la medida en que la ción`– de las actividades humanas es por lo tanto fèbvre, 1971).11
concreción es lo posible de un hecho social, y también, un hecho interior De ahí que Lefèbvre (1972:184-185)
concreción y no lo dado
cristalizado, su análisis (...) Es así completamente engañado y despojado denuncie el urbanismo como un disfraz y
debe hacerse sin perder (Lefèbvre, 1971:83). como un instrumento a la vez: disfraz del
el movimiento de lo real. Estado y de la acción política, instrumento
(...) El movimiento apre- El problema es, para Lefèbvre, que la de los intereses ocultos de una estrategia y
hensión-conceptualización alienación sustancial, la “cosificación”, nie- en una socio-lógica; ideología urbanística
también se refiere a la re-
lación entre la función de ga a los hombres vivos, pero éstos la niegan reductora de la práctica y que actúa como
apertura y la función ex- a su vez. Esta alienación del hombre puede si resolviese la problemática urbana. Esta
plicativa”. ser superada en condiciones prácticas y a acusación se completa con la imposibilidad
través de una acción que no es puramen- de sintetizar dos principios: 1) no puede
te moral. Es necesario que este estado de haber pensamiento sin utopía, sin explota-
territorios 24 cosas se vuelva “insoportable”; se trata de ción de lo posible, del otro lugar; y 2) no
170 Ana Núñez
puede haber pensamiento sin referencia a Si hay convergencia entre las dos series de pro- 12
“(...) he abordado algu-
una práctica (la práctica del habitar y del blemas [los que provienen de la clase obrera, y nas cuestiones poniendo en
práctica esta particularí-
uso). Pero ¿qué práctica es posible si per- los originados por el espacio y los problemas del
sima metodología. Tomar
manecen mudos el habitante y el usuario? espacio, ascendentes y no resueltos] ocurrirá algo un concepto, extraerlo de
Pasividad que reconoce razones históricas, nuevo. El aparato estatal se resquebrajará y será su contexto, llevarlo hasta
sociológicas, teóricas y políticas. reemplazado por una organización emanada de las últimas consecuencias.
Así, Lefèbvre comienza a explicitar la la base. (Lefèbvre, 1976:241). Sirvan de ejemplo los con-
ceptos de alienación, dife-
problemática del espacio en una línea me- rencia, espacio, Estado; es
tafilosófica,12 vinculada a su teoría de lo Sobre formas silenciosas de lucha13 lo que yo llamo metafilo-
urbano y a la problemática de la sociedad sofía (...) un trabajo no
global. El espacio estaría compuesto por lo La trama que ha atravesado el recorrido de perfectamente acabado,
urbano, que se expresa en los problemas mi inquietud científico-política fue tejida pero iniciado (...)” Lefèb-
vre (1976:133).
de crecimiento de la ciudad, y lo cotidia- con la preocupación de desentrañar los
determinantes del orden social que estruc-
13
Este acápite retoma tra-
no, como ámbito de la alienación, de la bajos anteriores de Núñez,
sociedad burocrática de consumo dirigido. turan un orden urbano que históricamente y reconoce su deuda con De
Lefèbvre concibe la cotidianeidad no sólo despoja y empuja a amplias fracciones so- souza Martins (2008).
como totalidad de aspectos contradictorios, ciales a “resolver” su reproducción social 14
Desde fines de la década
sino como el gran instrumento del Estado en territorios signados por condiciones de 1980, esta búsqueda de
y del modo de producción para mantener deshumanizantes (Núñez, 1994; 2000; largo alcance se construye
y reconducir las relaciones sociales de pro- 2007; 2010A).14 en la imbricación del aná-
lisis de las luchas en y por la
ducción, tanto en lo cotidiano (ámbito Si bien este campo de investigación ha
apropiación del espacio, en
de la alienación), como en lo urbano, la sido ampliamente abordado por distintas las que incluyo el conjun-
ciudad y el espacio. Así, insiste, es él quien disciplinas, mis investigaciones (Núñez, to de elementos necesarios
hace emerger el concepto de reproducción 2006; 2007; 2009A; 2010), vienen ha- para la producción y re-
de las relaciones de producción (Lefèbvre, ciendo presente que la literatura académi- producción de las condicio-
nes sociales y materiales de
1976:166). ca hegemónica, y la investigación de base
existencia, en tensión con
Y para Lefèbvre, en mi opinión, el de- que la sustenta, independientemente de la normatividad social
venir del hombre, entre la alienación y el los momentos por los que atravesó y qué hegemónica (la propiedad
derecho a la ciudad, como proyecto, requie- dimensiones se jerarquizaron en las dis- privada), referenciado
tintas perspectivas teórico-metodológicas, empíricamente en una
re extender la lucha de clases al espacio, y
ciudad media argentina.
no en el espacio, analizando, como plantea articula, en mi opinión, algunos obstá-
culos epistemológicos,15 diría Bachelard,
15
Para un análisis de los
De Souza Martins (2008:132), “las peque-
obstáculos epistemológicos
ñas contradicciones de los sujetos ocultos, que cercan un saber centrado en ficticias en los estudios urbanos,
como los protagonistas de la Historia, re- dicotomías (centro/periferia; legal/ilegal; ver Núñez (2006; 2007;
conociendo el derecho fundamental de formal/informal; propietario/ocupante) 2009A).
decidir sobre su rumbo”. que, al mantener como inobservable la

territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 171
16
¿Cómo comprender, si génesis social del problema, redunda en la y no en su emergencia histórica, como he-
no, el crecimiento en pro- materialización fetichista de políticas re- cho establecido, cristalizando su origen y
fundidad y extensión de
los denominados asenta-
productoras de la desigualdad social.16 En expansión en un mundo fetichizado. En
mientos precarios, que en otros términos, se ha ido aludiendo, implí- efecto, la ciudad que constituye la refe-
la ciudad de Mar del Plata cita o explícitamente, a un patrón espacial rencia empírica de mis investigaciones, se
superan los 200? ¿Cómo ex- “centro-periferia”, signado por un gradien- erige como tal en el marco de un conflicto
plicar que en el último pe- te decreciente en las condiciones sociales, interburgués, en pleno auge del modelo
ríodo intercensal la tasa de
crecimiento de la población
urbanas y de la intervención del Estado en agroexportador en Argentina. Un inter-
que habita en esa forma medios de consumo social, proceso que se cambio pacífico de favores consolidó, por
social de extrema pobreza subsumió y denominó, junto al de la au- decreto, una situación de hecho: se crea el
denominadas villas creció toproducción de viviendas, urbanización pueblo aprobando por excepción un loteo
a un ritmo más de cuatro de la pobreza,17 naturalizando una ficción privado, en 1874, transgrediendo la Ley
veces superior a la tasa de
crecimiento de la población homogeneizante de sujetos desposeídos que, de Ejidos. Una ilegalidad fundante que
total? como explicitaré en acápites siguientes, instaura las condiciones jurídicas de trans-
17
Bajo esta denominación, viene promoviendo modelos acríticamente formación de tierra rural y de la existencia
los estudios urbanos lati- replicados de políticas desenraizadas de las del suelo urbano como mercancía. La nor-
noamericanos, en general, prácticas sociales. matización del mercado de suelo urbano,
referían al proceso de mi- En este contexto, propongo mirar el en la articulación del capital comercial y el
gración campo-ciudad de
movimiento de la sociedad, que emerge y capital inmobiliario, significó un instru-
los pobres rurales, quienes
ocuparían suelo urbano se expresa en la contradicción del espacio, mento de violencia legítima y simbólica en
desprovisto de servicios de para tornar observable que aquella ficción tanto dependió de unos pocos terratenien-
infraestructura y auto- homogeneizante oculta un proceso previo tes qué, cómo, cuánto, dónde y para quién
producirían su vivienda, de expropiación, por lo que debería hablar- lotear (Núñez, 1994; 2000). En el desen-
ubicando su génesis tem-
se de miserias de la urbanización, como la volvimiento histórico de la urbanización,
poral en las consecuencias
del modelo industrial sus- imbricación de la mercantilización teórica, signado por el ejercicio de ese monopolio,
titutivo (1950-1960). Esta económica y política,18 transformando la la punición de ciertos territorios responde
naturalización y manera política urbana de producto, a forma, pro- más a su disputa por las necesidades co-
hegemónica de abordar el ceso e instrumento de lucha social (Núñez, yunturales del orden hegemónico (Rincón
problema, ha permane-
2006). En otras palabras, las leyes sociales Patiño, 2006), y como estratégicos para la
cido hasta la actualidad
y es realimentada por los de ese movimiento, del que la propiedad y reproducción del capital, que a solucionar
organismos y las agencias la apropiación19 del espacio son co-consti- el problema habitacional.
internacionales, de mane- tutivas, tienen que ver con esos tres ámbi- Así, se torna observable que el circuito
ra de legitimar la produc- tos de confrontación: político, económico A socialmente construido, e intelectual y
ción y reproducción de la
desigualdad.
y teórico.20 políticamente legitimado y legitimante de
Pero la implicación teórica y política de una justificación que reemplaza la expli-
18
Razones de espacio me
esta perspectiva encuentra su mediación en cación, se invierte,22 se completa y es, en
el registro empírico de la génesis urbana, realidad, el siguiente B
territorios 24 como un momento de la lucha de clases,
172 Ana Núñez
A pobre localización informal suelo sin servicios, barato ¿ausencia? del Estado21 impiden extenderme en es-
te concepto pero, sintética-
B confrontación Suelo creado expulsión y informalidad
empobrecimiento mente, puedo decir que por
expulsión sin servicios asentamiento cara
mercantilización política
me refiero a la degrada-
ción de la política a una
carrera puramente electo-
ralista, expresada en una
progresiva desarticulación
partidaria; con mercanti-
lización económica conju-
go la expulsión y expropia-
ción de distintas fraccio-
nes sociales de sus espacios
sociales de pertenencia, y
Razones de espacio me imponen una argumentar sobre la construcción estatal de
la mercantilización teóri-
síntesis en la argumentación y las referen- la carencia y de los procesos caracterizados ca refiere a la sumisión del
cias empíricas de los procesos, pero al me- hegemónicamente como informales/ilega- saber al pensamiento úni-
nos me permiten introducir la pregunta les/irregulares, en los que la norma sería co, las prácticas sin teoría
rectora que direcciona la investigación ha- ahora la que transgrede las prácticas socia- y el hacer sin reflexión. Las
tres se entrelazan en la con-
cia la confrontación con el orden social les, intentando imponer relaciones sociales
cepción y difusión de una
dominante. Esa creación genealógica, en la que existen de forma exterior a los sujetos ciudad despolitizada, afín
que las prácticas sociales transgredieron la (imponiendo su integración a relaciones de a los ámbitos tecnoburocrá-
norma; en la que los que dominaban los propiedad), en desconocimiento de com- ticos. Asimismo, refuerzo el
aparatos del Estado incurrieron en la ar- plejas articulaciones de relaciones sociales intento de apartarme, a la
vez que invertir, el planteo
bitrariedad, es decir, hicieron caso omiso que nos hablan de cómo los sujetos viven
hegemónico de urbaniza-
de su propia legalidad ¿no contiene la con- y construyen sus sensibilidades legales, en ción de la pobreza, aún vi-
cepción de múltiples legalidades posibles, palabras de De Carvalho (1993). Se trata gente. Ver Núñez (2006).
donde la propiedad es una de las relaciones de resituar y redefinir la histórica contradic- 19
Retomando a Lefèbvre
sociales? Si fue la norma la que se adaptó ción entre el derecho real de propiedad y (1971A:186), conceptua-
a las prácticas sociales ¿cuál es el límite en- un derecho social, como la apropiación del lizo apropiación (Núñez,
2000) como un proceso so-
tre la acumulación de tierra como bien de habitar, en el contexto actual de nuestras
cial de uso y transforma-
cambio que posibilita la propiedad, y su formaciones sociales capitalistas. ción de un valor de uso, que
apropiación legítima como bien de uso? En efecto, la reestructuración capitalista propone la indivisibilidad
Mis avances en la reconstrucción del pro- operada en la región latinoamericana, y en del circuito producción/
ceso de génesis y desenvolvimiento urbano- Argentina en particular, impuesta hace más consumo, es decir, permite
una mirada más proble-
rural, procesado por los determinantes de de tres décadas, determinó la expulsión y
matizadora que la de “ac-
la articulación de distintas fracciones del la expropiación de las fracciones sociales ceso al suelo urbano”.
capital, la acción de los aparatos del Estado, subordinadas, de los distintos ámbitos con-
y los movimientos de resistencia (Núñez, figuradores de su territorialidad social,23
1994; 2006; 2010A; 2010B) me permiten tanto en lo urbano como en lo rural, alcan- territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 173
20
Siguiendo a Marín zando su punto más devastador a inicios donde el habitar adquiere distintas formas
(1996), lucha social refie- del siglo XXI, y generando el crecimiento y modalidades, cuyas necesidades radica-
re a aquella que constituye
exponencial de población sobrante.24 Pero les de sobrevivencia encuentran, en estos
nuevas formas de acción
social; que desarticula lo esta crisis, como dice Rebón (2007), fue desencuentros, la negación de la esencia
establecido socialmente y nutriendo la emergencia de identidades de de la mercancía. Negación que justifica,
construye nuevas relaciones resistencia que protagonizaron acciones en la apropiación de un bien de uso, las
sociales; la lucha política de desobediencia a la institucionalidad, de inhumanas precariedades del habitar y el
es el intento de la fracción
dominante por institucio-
manera de resolver en forma directa sus sometimiento a formas arcaicas y violen-
nalizar, personificar el “es- problemas, en tensión con la normatividad tas de trabajo, entre lo urbano y lo rural
tado” del poder, su situa- dominante. (Núñez, 2010).
ción de dominio; la lucha En este contexto, gran parte de la in- Pero, paradójicamente, la resistencia a
económica o corporativa es vestigación académica centró su atención esta expoliación26 se alimenta de la emer-
la estrategia de la burgue-
sía de fragmentar, cooptar
en estos procesos sociales, tendiendo a gencia de distintas formas de mercantili-
a los sectores más desposeí- hacer observables las particularidades de la zación de tierra y espacios utilizados para
dos, previamente seleccio- dinámica socio-espacial de estas expresiones habitar, donde resulta posible maximizar
nados, burocratizarlos, en del movimiento de lo social; es decir, en las los escasos recursos, y en un espacio so-
una lucha encuadrada en formas y organizaciones socioterritoriales cial que deviene una territorialidad, pero
la competencia capitalista;
y la lucha teórica se refiere
de resistencia al orden hegemónico. Sin extraña, ajena y distante de la sociabilidad
al ámbito de la reflexión y embargo, se mantuvieron fuera del análi- urbana, en tensión con su potencial proceso
la acción, a la adquisición, sis las prácticas y estrategias en juego en la de expropiación/apropiación por distintas
uso y expropiación del cono- reconstrucción de la territorialidad social fracciones del capital, con la consiguiente
cimiento; a la producción de los sujetos en-cubiertos por categorías expropiación y expulsión de sus habitantes.
de saberes.
cosificadas y que, en el marco de las profun- Así, urge desentrañar el carácter social
21
Por el contrario, siguien- das transformaciones en el actual proceso y la heterogeneidad de estas formas socio-
do a Lourau (1980), la
fuerza del Estado radica de urbanización, despliegan formas socio- territoriales, para desmitificar su apariencia,
en poder disimularse, por territoriales de apropiación del habitar25 y donde, parafraseando a Marín (2007),
lo que se trata de ver cómo, “no comprendidas en la perspectiva de lo las distintas identidades de la fuerza de
lo que denomino estatali- teóricamente concebido, lo subjetivamente trabajo guardan una inserción diferencial
dad profunda y estatali- percibido y lo socialmente interpretado”, con la forma ciudad y la forma campo. Es
dad extensa, se vertebran,
se mantienen en una va- en palabras de De Souza Martins (2008), necesario avanzar en el conocimiento so-
porosa indefinición, en y que, por ende, también confrontan con bre estas nuevas formas socioterritoriales
cuanto a límites y conte- el orden social que los oprime y con las ca- de apropiación del habitar, dirigiendo la
nidos, configurando otra tegorías que los niegan. investigación hacia la imbricación de lo ur-
espacialidad social, y así
Esta forma silenciosa de lucha, sólo bano y lo rural, analizando la dialéctica de
es posible operacionalizar
cómo el Estado se instala en sentida en el trabajo de campo, se carac- la apropiación del espacio,27 indagando los
teriza por la paradojal transitoriedad per- conflictos que resultan de la contradicción
manente; la cotidiana migración urbano- entre su valor de uso y su mercantilización,
territorios 24 rural; la constante migración intra-urbana, en tensión con la normatividad dominante.
174 Ana Núñez
Precisamente, fue Henri Lefèbvre quien, desaparecer más que cuando todo el orden el imaginario social. Ver
ya a comienzos de la década de 1970, en el social que la ha hecho nacer sea Núñez (2009A).
marco de la crisis del modelo de acumula- transformado de raíz”. 22
Esta inversión del pro-
ción fordista, y la ruptura epistemológica Federico Engels blema reconoce su origen
en que “No existe inicial-
de los estudios urbanos, observaba que las mente un sujeto, al que se
transformaciones de las ciudades no podían La relación de la población con su lugar de ve, se nomina, se analiza,
ser más comprendidas a través de las frag- vida es una de las áreas donde planes, pro- y finalmente sobre el que
mentaciones disciplinares, ni del empleo de gramas y proyectos, acciones de ingeniería se despliegan un conjunto
los habituales instrumentos analíticos. Para social y violencia operan de la mano de de acciones (...,) sino que
las acciones que la socie-
Lefèbvre (1972), quien observa procesos teorías configuradas como políticas urba- dad ejerce y los procesos
(génesis y transformaciones) necesita una nas, desenraizadas de las prácticas sociales de conceptualización con
nueva perspectiva epistemológica y meto- efectivamente operantes. que se nominan, son los ele-
dológica en relación a la supuesta realidad Concretamente, me refiero a mentos configuradores del
sujeto, resultante de esas
de sus objetos, es decir, comprender la
acciones”, en Roze, et. al.,
realidad por los hechos y sus posibilidades, a) Los programas de relocalización com- (1999:12-13), y ha cons-
a través de la transducción, instrumentali- pulsiva y violenta de los denomina- tituido el argumento cen-
zación intelectual que construye y elabora dos asentamientos precarios; (Núñez; tral de mi Tesis Doctoral, y
un objeto teórico, un objeto posible. 2010C); trabajos derivados de ella.
Así, la contradicción del espacio se va b) Los planes masivos de construcción de 23
Ya desde mi Tesis Doc-
ahondando entre lo posible y lo real, dando viviendas, signados por la corrupción, toral conceptualizo terri-
lugar a la producción del espacio diferencial y el disciplinamiento social, sometien- torialidad social como
en el que está implicado y aplicado el dere- do a los sujetos sociales alineados tras la imbricación identi-
cho a la ciudad, es decir, la eliminación de el fetichismo de la vivienda digna, y la taria y epistémico-cul-
tural de los distintos
todas las alienaciones, proyecto que, como propiedad privada, a dispositivos que
espacios sociales de per-
expuse antes, requiere extender la lucha refuerzan las relaciones heteronómicas tenencia; como ámbitos
de clases al espacio, y no en el espacio, y a su aislamiento social y espacial, en de producción y repro-
manteniendo, como dice Marín (1996), una dialéctica con los sujetos que no lo ducción de las condicio-
una doble lectura: las acciones y relaciones aceptan porque, diría Lefèbvre (1972), nes sociales y materiales
propias del sistema capitalista y aquello el valor de uso del objeto ofrecido por de existencia; como una
constituyente de originalidad, plausible de la ilusión estatal no satisface sus necesi- argamasa de relaciones
introducir transformaciones en el orden dades (Núñez, 2010B y 2010C), y sociales, y en cuya cons-
social vigente. c) Los homogéneos programas de regula- trucción operan procesos
rización dominial, que no contemplan de apropiación/expro-
Sobre las contradicciones y las heterogéneas formas socio-territoria- piación de esas condicio-
construcción de(l) sujeto.... les de apropiación del habitar (Núñez, nes. Para esta concep-
tualización, parto de
2000; 2010A).
“La penuria de la vivienda (...)
es una institución necesaria que no podrá territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 175
las sugerencias que me En otras palabras, las políticas urbanas, Hay bastante rivalidad porque como habitual-
brindan Marín (1996; en general, podrían ser caracterizadas, si- mente, digamos... se vincularon con el gobierno
2007), y Lefèbvre (1972; guiendo a Piaget y García (1985:81), como municipal a través de relaciones clientelistas (...)
1976). una pseudo necesidad, como un fenómeno
24
Sobre este tema, ver el corriente que se ubica en los primeros ni- En realidad los que se postularon como repre-
Dossier de la Revista Ra- veles de la génesis del conocimiento y que sentantes era población transitoria, temporaria,
zón y Revolución, Nº 19,
2º semestre 2009, Buenos expresa la dificultad de imaginar otros po- que aprovechaba esta apertura para ver si podía
Aires, dedicado a ello. sibles diferentes y, como tal, constituyen conseguir una vivienda, así de clarito...” (Entre-
25
Resulta importante rei- una fase de indiferenciación entre lo real, vista personal a C, responsable del Departamen-
terar que, desde la pers- lo posible y lo necesario (citado en Roze; to de Promoción Social, a cargo del Proyecto,
pectiva que adopto, quien 2003). En otras palabras, y parafraseando 16-03-2009).
habla de apropiación, debe a Muleras (2008:14), se podría decir que
imbricar el habitar, en el
esas políticas urbanas “encierran disputas “A los santiagueños mi marido no los puede ni
sentido que le da Lefèb-
vre (1971A:: 210), ya que por el monopolio de atribución de las sig- ver porque están todo el día a guarachazos. Los
“Habitar (...) es apropiar- nificaciones de los objetos representados en ves corriendo con los cuchillos de acá para allá
se de algo (…) Habitar el dominio epistémico, y la instalación de (...) O se pelean allá en Las Heras y vienen todos
es apropiarse un espacio una lógica delimitante de las condiciones para acá enfierrados, todos enfierrados y vos tenés
(…)”, en contraposición
de reflexión y comportamientos”. que estar con los postigos cerrados (...) (Entrevis-
al concepto de hábitat,
ta personal a B., relocalizada en Bº Don Emilio,
instaurado como suma de
presiones por la raciona- En efecto, respecto de a) 24-03-2009).
lidad estatal, (Lefèbvre,
1971A; 1972). Y “El es- (...) se ha disminuido y perjudicado nuestro pa- Este proyecto de expulsión y expropia-
pacio (…) del habitar: trimonio y nuestra calidad de vida por situaciones ción, encubierto tras un plan de “viviendas
gestos y recorridos, cuer- como la Villa Paso (...) más allá del grave hecho dignas”,29 muestra el alineamiento de frac-
po y memoria, símbolos y de la usurpación (...)28 ciones de clases sociales dominantes, frente
sentidos, (...) contradic- a la fragmentación de fracciones en extre-
ciones y conflictos entre
El día que los quieran trasladar, acá, va a arder ma pobreza, atravesadas en su interior por
deseos y necesidades, etc.
Troya en esta parte. Si salen esos primero. Y ayer distintas formas de conflicto y potenciadas
(...) tiempo cercado en
un espacio” (Lefèbvre, ya les dijimos nosotros ´ que vean bien a ver a por el proyecto.
1972:187). quién van a sacar primero a las 18 casas´ (En-
trevista personal a J., habitante de la Villa Paso, Respecto de b),
26
Proceso que Kowarick
(1991: 85-86) conceptua- 27-02-2009).
liza como “el que resulta de Las asistentes de la municipalidad han venido y
una suma de extorsiones, (...) para mí es una sinvergüenza, aparte ella quie- nos han tirado así nomás. Chau, se olvidaron, se
es decir, retirar o dejar de olvidan (...) Nadie nunca nos ha mostrado nada.
re ubicar primero a la familia de ella, y los demás,
proveer a un grupo, cate-
bueno (...), (Entrevista personal a L, habitante Cuando vinimos, solamente el día que estaba lis-
to nos han traído con el camión, nos han dicho
territorios 24 de la Villa Paso, 27-02-2009).

176 Ana Núñez


“esto es de ustedes”. Han llevado el plano, una (Antón y Rebón, 2005), y que desenlaza goría o clase lo que éstos
carpeta y nos decían “bueno, mirá esta manzana, nuevos conflictos de vección horizontal: consideran como derechos
esta casa, te pertenece, así y así. Te toca acá, te suyos”. Para este autor, la
Porque las de atrás tienen lugar para hacer una
explotación del trabajo y la
toca acá”. Eso ha sido todo y agarralo si querés habitación más, en el hueco que les queda. A la expoliación urbana (pau-
¿y...?. Somos humanos, somos gente (...) A no- chica de atrás le robaron terreno, de acá se ve… perismo) serían las mate-
sotros ahora que estamos viviendo acá, lo que Ahí donde está la hamaca, ese es el hueco que le rias primas que alimentan
nos interesa es la limpieza, la luz y el colectivo. quedó a ella, nada más. Tenían delimitado pero las acciones.
(Entrevista personal a B., relocalizada en Bº Las corrieron el alambrado…Las pocas veces que
27
En mi conceptualiza-
Heras, 09-03-2009). hablaron, fue para discusión. Los que hicieron ción, aun basada en Lefèb-
vre, la apropiación incluye
la pieza, vinieron de la loma pero la chica era de la producción, contraria-
Ni siquiera volvieron las asistentes. A nosotros Don Emilio. mente a la institución de
nos entregaron las llaves y ya está. Cuando llegué, la propiedad. Ver Núñez
el baño perdía todo, las canillas de afuera no es- Por ejemplo, la señora de atrás, tiene más terreno (2000).
taban, la pileta estaba toda rota, cuando abrimos para atrás que yo. Tenés que llamar a un agrimen-
28
José Luis Rey, Marti-
las ventanas, los marcos se volaron porque están sor que te mida y que no te caguen. Pero a mí llero y Corredor Públi-
todos mal puestos. Fuimos a la Municipalidad, co, en Banca Abier ta
me dijeron que lo que ellos tienen más para atrás,
del 10/9/97, Honorable
un montón de veces, pero nada (...) dicen que ya nosotros lo tenemos para adelante. Jorgelina dis- Concejo Deliberante de la
hicieron el esfuerzo de hacer las casas y se lavan cutió con el chabón porque le sacaron terreno, MGP. Así se presenta en su
las manos (Entrevista personal a A., relocalizada y el día que quiera hacer la piecita para el chico página web: “He pasado
en Bº Las Heras, 09-03-2009). (…). (Entrevista personal a P. y B., relocalizadas 45 de mis 49 años de vida
en el Barrio San Carlos, lo
en Bº Don Emilio, 24-03-2009).
que me permite tener un
Por ahí ahora que se postuló Mirta, por ahí nos profundo conocimiento de
ayuda, porque son más votos para ella (…) (En- Se hace evidente cómo se prolonga la cada rincón la zona, por
trevista personal a P. y B., relocalizada en Bº Don lógica expropiatoria entre las fracciones so- haberla visto desarrollarse
Emilio, 24-03-2009). ciales expropiadas, obstaculizando su cons- desde ser casi una cante-
ra abandonada, hasta lo
titución como fuerza social, al hacerse pre- que es hoy: una de las zo-
Estos decires de los entrevistados, mues- sente una alianza con hegemonía burguesa nas mas exclusivas y coti-
tran no sólo el grado de solidez de relacio- que, para encubrir sus líneas de ruptura zadas”. Asimismo, hacía
nes de heteronomía construidas, legitima- internas, otorga determinada vección a las referencia a las 262 notas
das y hasta reclamadas, con punteros30 y de vecinos ingresadas a
confrontaciones cotidianas (Marín, 2009).
la Municipalidad, solici-
funcionarios, y la distancia para reconocerse
tando la intervención del
como clase explotada y expropiada, que A esta gente, con poca guita, le cambió la vida municipio para la erra-
desate procesos de unidad y solidaridad, (...) ¿ven? este ranchito de mierda que estaba así, dicación de los habitantes.
tendientes a la transformación colectiva de quedó súperhabitable (...) ¿no? en realidad, estos 29
En efecto, avances de
sus condiciones de vida, sino la salida in- tipos, están felices, ¿no? que es el objetivo del la- actuales investigacio-
dividual. Distancia que se profundiza con buro nuestro ¿no? que la gente que esté ahí esté nes en distintas ciuda-
la propiedad privada, como valor social feliz, porque a esta gente...lo importante es que
territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 177
des (Ciuffolini y Núñez, no se llueva ¿no? tienen otros códigos (...).(Char- por) la violencia explícita, y el disciplina-
2010C), muestran que un la sobre Vivienda de interés social del Arquitecto miento, luego del desalojo de un predio
alto porcentaje de los adju-
dicatarios no reside en las
Bartolucci, exdelegado del IPV en Mar del Plata, recuperado en el año 2009:
viviendas, y ha retornado a en la Facultad de Arquitectura, 2009).
otro asentamiento; un 48% Ojo que el jefe a cargo del operativo me habló
de los hogares continúa Ideologías y creencias que permean el muy bien a mí, me habló muy bien en el sentido
sufriendo hacinamiento campo barrial, y que operan en la invisibi- que cuando yo fui y le dije lo que me había pasa-
personal, un 24% padece
lidad de los procesos sociales que motivan do con estas dos oficiales, agarró y me habló muy
hacinamiento familiar, se
abandona el trabajo por la precariedad: bien. Yo, no levanté la cabeza, agaché la cabeza,
los costos sociales y económi- y me fui. (Entrevista personal a G., 19-04-2009,
cos que implica el traslado, Bueno, uno no se tendría que quejar porque a el día después del desalojo).
pérdida de fuentes de in- comparación de lo que vivías antes (...). (Entre-
greso, se producen ruptu-
ras de relaciones sociales y
vista personal a P. y B., relocalizadas en Bº Don Y, respecto de c), hay un desconoci-
construcción de otras nue- Emilio, 24-03-2009). miento de las inestabilidades, y movimien-
vas, muchas veces bajo la tos en pos de resolver la expulsión de sus
forma de conflictos de vec- Puede ser que haya deficiencias constructivas. territorios sociales, a que se ven sometidas
ción horizontal, cambios Pero hay muchos casos de un uso demasiado in- las fracciones sociales más desfavorecidas,
en los comportamientos
demográficos, entre otras
tensivo en cantidad de personas que habitan las en contraste con la parálisis conceptual que
transformaciones. casas y eso dificulta la ventilación (...).31 emana como determinante del proceso
30
En Argentina, se deno- de gestión de la ciudad, o del marketing
mina puntero a referentes Estos clivajes ideológicos discriminato- urbano. Formas socioterritoriales de apro-
barriales que son seleccio- rios, no sólo se materializan en los homogé- piación del habitar, no contempladas por
nados por los partidos po- neos prototipos de vivienda y, urbanística- los rígidos esquemas institucionales, que
líticos, y que reproducen
mente, con el aislamiento espacial (Núñez, sintéticamente presentaré a partir de dos
prácticas clientelísticas.
2010C), sino con la infantilización y ame- estudios de caso: los barrios La Herradura
31
Palabras de Manuel
Regidor, titular del En-
nazas que consolidan la heteronomía32 y y Autódromo.
te Municipal de Obras y la indefensión, reflejadas, por ejemplo, en El Bº La Herradura fue parte de la
Servicios Urbanos, sobre la las “Recomendaciones para beneficiarios” representación de un espacio proyectado
denuncia de los habitantes que el Departamento de Promoción Social sobre tierra rural, a comienzos de la década
de un programa de vivien- entregaba junto a las viviendas, respecto a
das, respecto al mal estado
de 1960, como una estrategia de fracciones
constructivo de las mismas. cómo higienizar y ventilar los ambientes, sociales dominantes, nucleadas en la So-
En: Diario La Capital, cómo distribuir los integrantes de la familia ciedad Rural y el Jockey Club, de afirmar
30-07-2010. según sexo y edad, distintas prohibicio- socialmente su existencia (Figura Nº 1).
32
Estas relaciones hete- nes y reglas de convivencia, para finalizar Ese proyecto de ciudad jardín, aprobado
ronómicas aparecen con “alertando” que pasaría un tiempo hasta como excluido del Plan Regulador que,
claridad en el Dec. 750 la “adaptación” y que, para ello, “contaban incluía además de La Herradura, el Bº San
con el acompañamiento”, y en la violencia Jorge y el San Roque, hoy conocido como
territorios 24 implícita que prolonga (y es prolongada Hipódromo, ya que allí se realizó la pista de
178 Ana Núñez
carreras, inaugurada en 1976. Es en el San tura, a pesar de lo cual continuó la venta de “Selección de adjudi-
Roque donde se construyeron los studs y se de los lotes. catarios”, toda vez que en
su Art. 7º establece como
localizaron mayoritariamente las familias li- Empero, desde comienzos de la déca- criterio complementario
gadas a la actividad hípica (Núñez, 1994A). da de 1980, La Herradura fue progresi- de evaluación el “Tiempo
Sin embargo, el 5 de mayo del 2002 se vamente apropiado, en distintas formas, de atención en el servicio
dicta la quiebra del Jockey Club, y el hipó- por diversas fracciones sociales (Mapa Nº social”.
dromo cierra su actividad el 19/03/2006. 1), y muy pocas familias poseen boletos de 33
El término “rodrigazo”
El “rodrigazo” en Argentina, 33 de compra-venta del Jockey Club, y sólo cua- remite al Ex Ministro de
Economía de Argentina,
1975, impidió la continuación de la provi- tro poseen escritura. Celestino Rodrigo, bajo el
sión de los servicios básicos de infraestruc- Gobierno de Isabel Perón,
quien implantó un terrible
Figura 1. Representación del espacio, Bº La Herradura, San Jorge y San Roque, 1972 ajuste que inició el cambio
de modelo económico, y que
se profundizaría durante
la última dictadura cívi-
co-militar (1976-1983),
conocido como neolibera-
lismo.

territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 179
Mapa 1. Prácticas espaciales. Expulsión y desplazamiento del habitar, B° La Herradura, 1980-2009

Fuente: Encuestas propias

Sin embargo, respecto de las prácticas otros bienes, como autos, motos, carros,
espaciales, el 45,2% de las familias se con- animales, etc.), pero sólo el 62% conserva
sidera propietaria; el 32,6% ocupante; el algún papel; y más del 90% de los ocupan-
3,8% comparte; y a un 15,7% le fue cedido; tes no tiene ninguna documentación, aun
es decir, casi un 20% sería ocupante de de- habiendo entregado dinero. La dinámica
recho. En los Gráficos N° 1 y Nº 2 puede de comercialización no es ajena a otros
observarse que quienes personifican la pro- casos de ciudades latinoamericanas, como
territorios 24 piedad han pagado (con dinero y/o con vecinos que alambran, aun residiendo en
180 Ana Núñez
otros barrios; “inmobiliarias” creadas y como reserva para familiares, amigos o
cerradas; cuidadores; venta de espacios del allegados, o bien para comercializarlos,
habitar que ya no cumplen su valor de uso mientras el 33% de las familias tienen haci-
(Foto Nº 1); lotes cedidos o vendidos por namiento personal, y hay un 6,3% de haci-
la sociedad de fomento, la Iglesia, la propia namiento familiar. Si bien el 69,2% de los
municipalidad, etc. Actualmente, según jefes no ha nacido en Mar del Plata, sí lo
encuestas propias del año 2009, residen ha hecho el 58% de la población en su con-
permanente o transitoriamente alrededor junto, y su lugar de residencia inmediata-
de 500 familias, de las que el 45,2% de los mente anterior ha sido, mayoritariamente,
jefes y el 44,8% de los cónyuges, ha migra- la zona rural y los barrios contiguos. Hay
do desde otra provincia del país, y un 22% aquí distintas dinámicas a tener en cuenta y
y un 27%, respectivamente, es proveniente refieren, por un lado, a La Herradura como
de otra ciudad de la Provincia de Buenos un espacio de representación propicio para
Aires. la huida de la fuerza de trabajo (ob) ligada
Empero, el 14,6% de los propietarios a las quintas bajo formas de esclavitud y ex-
posee entre dos y seis lotes; el 12% de los plotación a cambio de una vivienda; pero,
ocupantes, entre dos y tres, y el 9,4% de los a la vez, su contracara, es decir, posibilita
cedidos, tiene de dos a cuatro, en general la cotidiana migración urbano-rural de los

Gráfico 1. Instrumentos de mediación en las relaciones sociales, La Herradura

160

140

120

100

80

60

40

20

0
Dinero Dinero y Trueque Estafa Nada
otro

Cedido Ocupante Propietario

Fuente: Encuestas propias.


territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 181
Gráfico 2. Instrumentos de mediación en las relaciones sociales, La Herradura

120

100

80


60

40

20

0
Cedido Ocupante Propietario

Recibo Boleto De palabra Imp.Sºs. Escritura Nada S/D

Fuente: Encuestas propias.

obreros rurales “estacionales” que, por un ruta por donde los busca el patrón. Asimis-
lado, dejan cuidadores en sus viviendas, o mo, para la pequeña burguesía acomodada
bien justifican el 12% de las parcelas con la apropiación de este espacio representa
viviendas desocupadas, u ocupan espacios un negocio.
próximos al transporte público o sobre la

Foto 1. Mercantilización de valores de uso

territorios 24 Fuente: Archivo personal

182 Ana Núñez


Estas constantes migraciones intraurba- cada una, también en tierra rural inexplo- 34
Superpoblación relati-
nas, y urbano-rural que ligan las trayecto- tada por su baja renta diferencial, cuyo va: desocupados (EIR) y
subocupados; superpobla-
rias habitacionales, sociales y laborales, en único uso permitido era el rural intensivo ción latente: expulsión
pos de la apropiación de un espacio donde y extensivo, pero próximas a otro medio de constante rural/urbana;
habitar, pueden ser mejor comprendidas consumo colectivo: el Autódromo. Quien superpoblación estancada:
observando el Gráfico N° 2, en el que se personifica aunadamente al propietario, vendedores ambulantes,
plasma la distribución relativa de la pobla- promotor y financista, lo publicita y ven- cartoneros, trabajadores
a domicilio, ocupaciones
ción económicamente activa en las capas de de como un “Regalo de temporada, tipo irregulares; semiproleta-
los grupos sociales fundamentales (Íñigo country, para quien quiera instalar su ca- riado urbano: pequeños
Carrera y Podestá, 1997), y donde se visibi- silla rodante para ver las carreras”.35 Hacia artesanos, albañiles tem-
liza su participación como superpoblación 1988, ya vivían allí 800 familias que, lejos porales, changarines, la-
relativa, en sus formas latente, estancada, de ver las carreras, desplazaron su habitar vanderas; y el pauperismo:
becas, comedores, planes
semiproletariado urbano, EIR,34 en tér- (Mapa N° 2) a un espacio que, por las di- sociales. Notas: PFA-NR:
minos de Marx (1965), con sólo un 18%, mensiones de las parcelas, les permitía al- proletariado formalmente
aproximadamente, inserta en relaciones bergar sus nuevos instrumentos de trabajo asalariado, no registrado;
salariales formales. (carros, caballos, herramientas) al haber si- PFA-R: ídem registrado;
Conjuntamente con la progresiva apro- do expropiados y expulsados de las relacio- NFA-Ru: No formalmen-
te asalariado rural; TS-
piación del Bº La Herradura, comienza la nes salariales, es decir, también fracciones FR: trabajador familiar
subdivisión de 28 parcelas de cinco hctáreas de proletariado, semiproletariado urbano, sin remuneración; PNFA-

Gráfico 3. Distribución (%) PEA, según GSF, La Herradura, 2009


40

35

30

25
%PEA

20

15

10

0
Sólo plan PFA-NR PFA-R NFA-Ru TFSR GSF PNFA-NR PBA PBO (SPU) Desocupado
(SPL) (SPE) (EIR)

territorios 24
Mujeres Varones Total

Fuente: Encuestas propias

Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 183


NR: proletariado no for- superpoblación relativa,36 con similar pro- legal muy común en lo rural, pero nueva
malmente asalariado, no porción de población migrante que en La en lo ¿urbano? en base a la cual entregó los
registrado; PBA: pequeña
burguesía acomodada;
Herradura. boletos de compra-venta.
PBP: pequeña burguesía Históricamente, los sucesivos gobier- Sin embargo, los habitantes no lo sa-
pobre. nos esgrimieron la ilegalidad de este loteo bían y creían ser propietarios. En efecto,
35
Entrevista personal a para no proveerlo de los servicios básicos de sólo el 14,7% decía ser ocupante y, de ellos,
JM, en su inmobiliaria. infraestructura pero, a la vez, se declararon el 10% de derecho, en tanto el lote les había
36
Para un análisis exhaus- nulas todas las acciones legales contra el lo- sido cedido. Y esto verifica que el concepto
tivo de la génesis y desen- teador, ya que el Artículo 64 del Capítulo de propiedad puede ser prescindible. La
volvimiento del Bº Autó-
5 de la Ley 8912 le permitió manipular la particularidad del condominio37 es que es
dromo, ver Núñez (2000).
normativa y vender en condominio, figura una figura jurídica que obstaculiza (blo-
37
El Art. 2673 del Código
Civil define el condomi-
nio como “el derecho real Mapa 2. Prácticas espaciales. Expulsión y desplazamiento del habitar, B° Autódromo, 1988
de propiedad que pertenece
a varias personas, por una
parte indivisa sobre una
cosa mueble o inmueble”.
También, el Art. 2680
especifica que “ningún
condómino puede, sin el
consentimiento de todos,
ejercer sobre la cosa común
ni sobre la menor parte de
ella, actos materiales o ju-
rídicos que importen el de-
recho de propiedad...” Ver
Núñez (2000).

territorios 24 Fuente: Encuestas propias

184 Ana Núñez


quea el circuito D-M-D´) la libre circula- cionaliza en 1992 su sociedad de fomento, 38
El loteador tenía víncu-
ción de la tierra como mercancía si no existe para ordenar y disciplinar las demandas. los con un funcionario de
la Dirección de Ordena-
consenso entre los condóminos. Es decir, Por supuesto que, de regularizarlo,40 el miento Urbano de la Pro-
la tierra adquirida sólo tiene valor de uso. gobierno estaría reconociendo, según el vincia de Buenos Aires,
Por un lado, se ha utilizado creativamente orden hegemónico, la legitimación de la ile- quien le solicita ceder va-
la ley hacia nuevas formas de regulación galidad, incurriendo nuevamente en la ar- rios lotes para el Programa
del espacio privado pero, a la vez, no hubo bitrariedad, es decir, haciendo caso omiso Pro-Tierra, a cambio de
anular las acciones judi-
acciones judiciales contra el loteador.38 Pe- de su propia legalidad (Díaz, 1988). Pero ciales.
ro el gobierno no puede superar su propia ¿no fue esa, acaso, la génesis de la ciudad?
Encuestas propias, en
39
contradicción en tanto denomina a los ha- Sucede que la burocracia, dice Bourdieu, Núñez (2000).
bitantes como ilegales, al no poder demos- tiene mala memoria y los responsables de 40
No obstante, el
trar la propiedad. algunas decisiones caen absolutamente en 10/05/2007, en la 4a Reu-
Mas la propiedad, aunque aquí es sim- el olvido. nión del HCD, se sancio-
bólica, es fragmentación; es ruptura...La naba la Comunicación de
redistribución no sólo es espacial, sino cla- este cuerpo, solicitando al
Ejecutivo se dirija a ambas
sificatoria. Con la propiedad, aparece una Aperturas para el cierre Cámaras de la Legislatu-
astucia de distinción, al interior de un gru- ra Provincial, con el objeto
po social que comparte la explotación en “La propiedad privada nos ha hecho tan de estudiar la posibilidad
las relaciones de producción y circulación, imbéciles y unilaterales, que un objeto es de efectuar las modifica-
que destruye relaciones sociales de soli- nuestro sólo cuando lo tenemos (...) aparece ciones normativas perti-
nentes, a fin de lograr la
daridad largamente construidas y esgrime la simple alienación de todos estos sentidos
regularización dominial
ahora relaciones de poder, de dominación- [físicos y espirituales], el sentido de tener de los residentes del B. Au-
dependencia, en el espacio privado: “(...) (...). La superación de la propiedad tódromo.
yo soy el dueño del terreno, ellos ocupan el privada es, por ello, la emancipación plena
fondo (...)” o “(...) quiero volver a la villa. de todos los sentidos (...)”
Acá no hay solidaridad; cada uno para cada Karl Marx, 2006, 146-147.
uno (...)”,39 tornando evidente la contra-
dicción del espacio. Las relaciones sociales propias del capitalis-
Son los intersticios de esta ruptura, de mo, o sea, las relaciones de explotación y
esta fragmentación social, los que propician dominio, se mantienen por y en la totalidad
el enfrentamiento y la cooptación de frac- del espacio; por y en el espacio instrumen-
ciones sociales por la burguesía y el capital tal, dice Lefèbvre (1976A). “Instrumento
financiero, cuyas personificaciones instru- del que se sirven las clases en el poder con
mentadas para su reproducción, saben có- varios fines: dispersar la clase obrera, re-
mo imponer el orden social. Su orden, ba- partirla en lugares asignados, controlar el
sado, precisamente, en esa fragmentación. espacio y de forma tecnocrática la sociedad,
Paradójicamente, aun estando en litigio entre otros”. Sin embargo, constantemen-
su regularización como barrio, se institu- te aparecen nuevas contradicciones que territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 185
41
También para Zemel- tornan posible pensar en el arrebato de timidad. Cuando el suelo sólo tiene valor
man, “la utopía es una ese instrumento: la socialización del suelo, de uso, puede prescindirse del concepto
modalidad de conocimien-
to, que ubica al hombre en
es decir, que el pueblo, en su totalidad, de propiedad, o bien reconocer que tiene
el esfuerzo por asumirse transgrediendo las relaciones de propiedad, múltiples definiciones y significados, es
como sujeto potente, utó- ocupase y se apropiase del espacio social; decir, ninguno.
pico, que es lo propio de la espacio social que, insiste, es el ámbito de En La Herradura, la sentencia de quie-
necesidad que surge de la las relaciones sociales de producción y re- bra de la institución dificulta pensar en la
incompletud (...)” En Ro-
mo Torres (2006).
producción, que engloba la cotidianeidad, posibilidad de expropiación y/o imple-
42
“El objeto se inserta en la
lo urbano y la producción del espacio, en mentar las leyes vigentes propulsoras de
hipótesis, al mismo tiempo general. la regularización dominial. Respecto del
que la hipótesis incide sobre En este enfoque, lo u-tópico no tiene Autódromo, también hasta hoy se debate
el objeto. Si dicho objeto se nada en común con lo imaginario abstrac- cómo encuadrarlo en esos programas. En-
sitúa más allá de lo cons- to. Se trata de algo real y se halla en el seno tonces, debemos propugnar el salto de los
tatable (empírico), no por
ello es ficticio”, Lefèbvre
de una realidad como es la urbana (Lefèb- obstáculos epistemológios que imponen
(1972:9). vre, 1972:45).41 Cada objeto así construido las normas y el fetichismo de la propiedad
será sometido al examen crítico y es, sim- privada. Los casos empíricos aquí descrip-
plemente, un modelo de realidad urbana, tos hablan de una apropiación colectiva del
provisional, modificable y criticable.42 Sin suelo, conjuntamente con una privada de
embargo, sólo las fracciones de clases so- la vivienda. Constituyen, así, espacios dife-
ciales capaces de iniciativas revolucionarias renciales en los que hay, siguiendo a Santos
pueden llevar hasta su plena realización la (s/f) una “suspensión” del derecho o bien
solución a los problemas urbanos. una privatización posesiva del derecho.
En relación al marco empírico de estas Por ello, las prácticas espaciales de apro-
observaciones, los sujetos que protagoni- piación, desobedientes y de resistencia, in-
zan socialmente estos procesos, en uno y corporan otro sentido que exalta el uso del
otro caso, se contraponen a la propiedad espacio. Hay una apropiación legítima, sin
privada como institución, y, en tal sentido, necesidad de ser propietario; basta sentirse
son espacios de representación, es decir, o creerse. Porque la propiedad es una de las
contraponiéndose al orden hegemónico, relaciones sociales posible y, quizás, la me-
prima la apropiación de un bien de uso cuya jor constatación de las discrepancias entre
contradicción es que sin tener valor, tiene el derecho vigente y formalmente válido,
precio (Marx, 1965). Asimismo, compar- y el derecho real y sustantivamente vivido
ten su inserción social en las fracciones y por algunas fracciones sociales.
capas más desposeídas, a quienes progresiva Se trata de repensar otras formas alter-
y sucesivamente se les ha expropiado de sus nativas que refieren a otros derechos como
condiciones materiales y sociales de vida. el usufructo, la transformación, el uso, la
Empero, aquella contradicción des- habitación y otros, que contemplen las ac-
territorios 24 plaza el límite entre la legalidad y la legi- tuales y heterogéneas formas socioterrito-
186 Ana Núñez
riales de apropiación del habitar... Porque, habitar; más bien, lo contiene. Estamos en
para Marx, la persecución de la igualdad presencia de nuevas formas socioterritoria-
(el derecho a un habitar digno), no puede les de apropiación del habitar, que bregan
hacerse sino introduciendo desigualdades por el derecho a un espacio diferencial,
en el tratamiento jurídico, favorables a los aquel en el que “el discurso jurídico alcanza
que ocupan las posiciones sociales más des- un nivel donde se juega el imaginario de
favorecidas (Cárcova, 1993). una formación social (...), en un juego de
En términos de Azuela (1998), “cuan- creencias, desplazamientos y ficciones (...)”
do alguien dice `esta tierra me pertenece´ (Cárcova, 1993:23). Estamos en presencia,
(...) está haciendo un reclamo legal (...) Las hace ya más de 30 años, del predominio
categorías jurídicas son parte de las historias del valor de uso del suelo; de la centrali-
personales (...)”. dad del derecho a la ciudad planteado por
Éste es un desafío pero también es un Lefèbvre. Pero entonces ¿quién le teme a
punto de partida que sugiere dos caminos: la apropiación del espacio?
continuar encerrados en los límites episte-
mológicos que reproducen la construcción
de heteronomía, la desigualdad y las iden- Referentes bibliográficos
tidades homogeneizantes; o promover un
nuevo pensamiento creativo tendiente a Aprile-Gniset, Jacques (2007). “Del des-
la transformación de este orden social de plazamiento rural forzoso al emplaza-
creciente inhumanidad, a partir de abrir miento urbano obligado”. Colombia.
posibilidades propensas a la apropiación Ponencia presentada al Seminario In-
efectiva, de los más desposeídos, de sus ternacional Procesos urbanos informales.
condiciones de existencia. Pensar la apro- Universidad Nacional de Colombia,
piación de espacios diferenciales como obje- Bogotá: Facultad de Artes, Escuela de
to posible, como proyecto, y políticas urbanas Arquitectura y Urbanismo.
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