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1598-Texto Del Artículo-5924-1-10-20110624
1598-Texto Del Artículo-5924-1-10-20110624
165-191
ISSN: 0123-8418
ISSNe: 2215-7484
165
Resumen
Palabras clave
Apropiación del espacio, Este artículo se propone recuperar los aportes teórico-metodológicos de Henri Lefèbvre para (re)
formas socio-territoriales,
pensar el derecho a la ciudad, partiendo de la necesidad de conocer la tríada dialéctica de la apro-
revolución urbana, espacio
piación del espacio.
diferencial.
Empíricamente, refiere a la génesis urbana de Mar del Plata (Argentina), una ciudad media latinoa-
mericana, y el desenvolvimiento en ella de heterogéneas formas socio-territoriales de apropiación
del habitar, o distintas maneras de apropiarse de bienes de uso, que incitan a pensar en la apertura
hacia la transformación del orden social capitalista, y su orden urbano, naturalizado tras e l fetichis-
mo de la propiedad privada.
Abstract
Key words
Appropriation of space, The aim of this work is to recover Henri Lefèbvre’s methodological contributions for (re)thinking
socio-territorial forms, the right to the city, based on the need to know the appropriation of space´s dialectical triad.
urban revolution, diffe- Empirically, it refers to the urban genesis of Mar del Plata (Argentina), an intermediate Latin Ame-
rential space.
rican city, and its heterogeneous socio-territorial forms of appropriating inhabitance, or different
forms of appropriating goods of use, that lead to think about opening to the transformation of the
capitalist social order, and of its urban order, naturalized after the fetischism of private property.
Resumo
Palavras chave
Bapropriação do espaço, Este artigo se propõe recuperar os aportes teórico-metodológicos de Henri Lefèbvre para (re)pensar
formas socioterritoriais, o direito à cidade, partindo da necessidade de conhecer a tríada dialética da apropriação do espaço.
revolução urbana, espaço Empiricamente, refere à gênese urbana de Mar de Prata (Argentina), uma cidade média latino-
diferencial.
americana, e o desenvolvimento nela de heterogêneas formas socioterritoriais de apropriação do
habitar, ou distintas formas de se apropriar de bens de uso, que incitam a pensar na apertura para
a transformação da ordem social capitalista, e sua ordem urbana, naturalizado atrás do fetichismo
da propriedade privada.
territorios 24
166 Ana Núñez
Apertura del problema1 Sin embargo, como vengo sosteniendo logía), FLACSO – Doc-
en otros trabajos (Núñez, 2006; 2009A; tora en Ciencias Sociales,
FLACSO. Profesora-In-
“El problema urbano es un problema 2010A): a) la visión hegemónica domi- vestigadora del Área de
revolucionario, que pone en cuestión nante de los estudios urbanos no sutura el Urbanismo – Directora
las estructuras de la sociedad actual...” hiato entre teoría social y espacio material, del Centro de Estudios del
Henri Lefèbvre derivando en la fetichización de la política Desarrollo Urbano Uni-
urbana como un producto de actores sociales versidad Nacional de Mar
del Plata (Argentina). E-
En los últimos años, estudiosos de la ac- previamente constituidos, y/o quedando mail: aenunez@mdp.edu.
ción colectiva, en Argentina en particular, entrampados en la no satisfacción de de- ar; nunezmdp@gmail.com
se asomaron a la revalorización de, por un rechos sociales, por parte de un Estado, a – Dirección postal: Lapri-
lado, la dimensión espacial de los procesos su vez reificado (Núñez, 2006; 2007); b) da 1931 – Mar del Plata
sociales, y, por otro, y en articulación con los estudios sobre acción colectiva, en gran (7600)- Argentina – Área
de estudio: conflictos en y
la anterior, del Derecho a la ciudad, inten- parte, han fetichizado el espacio material, por la apropiación del es-
tando recuperar, en ambos casos, a Henri ya que, aun cuando las jornadas de 2001 pacio – estatalidad – for-
Lefèbvre. Sin embargo, en mi opinión, les imprimiera un giro hacia la importancia mas socio-territoriales de
operan sobre ellos, como así también sobre del territorio local, (cosificando el barrio), apropiación del habitar.
los estudios urbanos, en general, ciertos coincido con Varela (2009:106) en que “la 1
Desde el año 2006 sigo
obstáculos epistemológicos que confluyen, territorialización de la política introdujo a Zemelman (1987:66),
además, en la fragmentación y relativa ba- para quien “la idea de mo-
una división disciplinar en las ciencias socia-
vimiento en que descansa
nalización de la obra de este autor. les, separando producción de reproducción”. la noción de apertura, se
Asimismo, el derecho a la ciudad como Es decir, abonaron la visión naturalizada relaciona con el `cómo es’
un nuevo derecho colectivo se plasma en de espacio y lugar como meros contextos de lo real y con el `cómo es
la Carta Mundial por el Derecho a la Ciu- donde se desarrollan acciones y/o con- posible de darse` de lo real,
dad basándose en tres ejes fundamentales re-conociendo la realidad,
flictos determinados (Oslender, 2002); y
activándola, y potencián-
(Mathivet, 2010:26-27): 1) el ejercicio ple- c) las referencias a Henri Lefèbvre se cen- dola, y no sólo describién-
no de la ciudadanía,2 es decir, el ejercicio de tran, casi exclusivamente, en sus trabajos de dola. En otras palabras, el
todos los derechos humanos que aseguran las décadas de 1960 y 1970, como puede conocimiento de la reali-
el bienestar colectivo de los habitantes y leerse en Ortiz Flores (2008); Romero Pi- dad que mueva realidades,
la producción y gestión social del hábitat; (vinculada a la construc-
cón (2003), Sugranyes y Mathivet (2010);
ción de lo social), impli-
2) la gestión democrática de la ciudad, a soslayando, así, el sentido que, según mi ca tomar conciencia de la
través de la participación de la sociedad de lectura, adquiere en su obra el Derecho a capacidad del sujeto de
forma directa y participativa, en el planea- la ciudad, y desconociendo el fluido único construirla, reconociendo
miento y gobierno de las ciudades, fortale- que, en palabras del mismo Lefèbvre, re- la dimensión espacio-tem-
ciendo las administraciones públicas a esca- poral y los ámbitos de sen-
corre toda su producción intelectual:3 la tido de la cotidianeidad”.
la local, así como las organizaciones sociales categoría marxista de alienación y la pro- En un trabajo anterior
y 3) la función social de la propiedad y de ducción del Hombre total.
la ciudad, donde predomine el bien común Asimismo, otros trabajos que, sin citar
sobre el derecho individual de propiedad. explícitamente a Lefèbvre, conjugan o re- territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 167
(Núñez, 2009) he anali- ducen el derecho a la ciudad a la posibilidad Marx (1965) denominó el fetichismo de la
zado la vinculación episte- de los sectores populares de habitar (en) el mercancía:5 el sostenimiento de un con-
mológica entre Zemelman,
Lefèbvre y Marín.
centro geográfico de la ciudad, provisto de junto de heteronomías, y de la propiedad
2
Siguiendo a Marín
equipamiento e infraestructura, o el dere- privada.
(2009:88), “la ciudada- cho a la centralidad urbana, y la violencia Justamente, dice Marx (2006:114-115,
nía es un ámbito que rom- explícita que conlleva su expulsión de estas 143), “la propiedad privada se deduce, es
pe las relaciones de clase en- áreas, en pos de evidentes negocios inmo- producto, del hombre enajenado, de la
tre los individuos, los cons- biliarios (Rodríguez, et. al; 2009). vida alienada, del hombre alienado; y así
triñe a la docilidad; y, por
ende, la ciudadanización
Sin desconocer la importancia y apor- como el ser humano se ve alienado de su
forma parte del proceso ex- tes sustantivos de estos trabajos y decla- ser genérico, se ve alienado del otro hom-
propiatorio del poder de los raciones, como así también los avances y bre, y cada uno de ellos se ve alienado de
cuerpos”. conquistas logradas por las luchas de las la esencia humana”. Y, más adelante, “la
3
“(...) con frecuencia, se organizaciones y movimientos sociales, superación positiva de la propiedad privada,
aísla (...) de entre lo es- postulo que, si bien es necesario reforzar como la apropiación de la vida humana, es
crito y publicado por mí,
el derecho a la ciudad como una bandera la superación positiva de toda alienación
fragmentos, eslabones se-
parados: el que concierne de lucha contra el neoliberalismo (Mathi- (...) el retorno del hombre a su ser humano,
al marxismo, la vida co- vet, 2010:26-27),4 ésta no puede tornar es decir, social (...)”
tidiana, el espacio, la ar- como un campo ciego el proceso cotidiano Henri Lefèbvre, nueve años antes de
quitectura, el urbanismo, de construcción de la violencia implícita, que publicara la primera parte de la Cri-
etc. No estoy de acuerdo
con estas fragmentaciones;
incorporada y naturalizada que legitima, tique de la vie quotidienne (1946),6 está
un fluido único recorre el justifica y se prolonga en la violencia ex- inmerso en una encarnizada lucha que se
conjunto (...).” (Lefèbvre, plícita (Román, 2008; Izaguirre, 1998; desarrolla en el interior y fuera del mar-
1976 A, 8-9). Núñez, 2010A). xismo, entre los dogmáticos y los críticos
4
“...nos referimos a los efec- En este marco, el presente trabajo se del dogmatismo, y explicita que la filosofía
tos sufridos por los habi- inscribe en la línea de investigación que tuvo, para Marx, un carácter programático,
tantes en su cotidianidad,
vengo desarrollando y que imbrica, por un un programa para lo humano, un proyecto
pensando, por ejemplo, en
el no acceso a la tierra y los lado, el análisis de la política urbana como del Hombre, que debe confrontarse con la
servicios, la inseguridad una forma de lucha social (Núñez, 2007, realidad, es decir, con la praxis.7 Justamen-
de la tenencia, los desalo- 2009), y, por otro, las posibilidades heurís- te, en El materialismo dialéctico, de 1939,
jos; todo estos generados por ticas de pensar la apropiación legítima de recupera el fundamento filosófico de las
múltiples causas, las priva-
territorios del habitar, espacios diferenciales, obras de Marx, reordenando el pensamien-
tizaciones, la especulación
inmobiliaria, los mega- poniendo en crisis la legalidad dominante to a partir de la teoría de la alienación y la
proyectos y mega-eventos, que desata la propia génesis urbana como crítica del Estado, para concluir con la uni-
los abusos y tráfico de poder una ilegalidad fundante (Núñez, 2000; dad de la doctrina (Lefèbvre; 1971:9,16).
(...).” (Mathivet, 2010:26- 2008). Ello permite hacer observables los Lefèbvre parte del hombre para llegar al
27). (Subrayado propio).
sustratos del orden social capitalista, que lo Hombre libre, al Hombre total, una “vuel-
sostienen y lo reproducen, y que se ocultan ta del hombre a sí mismo”; la unidad de
territorios 24 tras la materialidad de los objetos, o lo que todos los elementos de lo humano; es el
168 Ana Núñez
sujeto y el objeto del devenir. El hombre en todas las redes y circuitos de comunica- 5
“El fetichismo de la mer-
total es el hombre “desalienado” (Lefèbvre, ción, de información, de intercambios. Ese cancía consiste en que lo
que aquí reviste, a los ojos
1971:179), rompiendo con todo determi- derecho significa la reconstitución de una de los hombres, la forma
nismo físico y social: he ahí, en mi opinión, unidad espacio-temporal, de una unión, fantasmagórica de una
la centralidad del derecho a la ciudad; y el sin eliminar las confrontaciones y las lu- relación entre objetos ma-
derecho a la ciudad como centralidad. chas. El derecho a la ciudad así formulado, teriales, no es más que una
Porque, dice Lefèbvre, el derecho a la requiere el conocimiento de la producción relación social concreta es-
tablecida entre los mismos
ciudad no es el simple retorno a la ciudad del espacio porque combina, en palabras de hombres”. Marx (1965).
tradicional. Es el derecho a la vida urbana, Marcuse (2010:94), los derechos en la ciu- 6
La primera par te de
renovada, donde tiene prioridad el valor de dad actual y la forma de una nueva ciudad “Critique de la vie quoti-
uso. Se trata de un cambio de práctica social alternativa (Lefèbvre, 1972). dienne” fue publicada en
que proponga y justifique la apropiación En mi opinión, el concepto de apropia- 1946, el segundo volumen
por encima de la dominación: ción en Lefèbvre incluye la producción, en en 1961, y, el tercero, en
1981, pero apareció un
tanto se refiere a la transformación de un resumen bajo el título de
Con este término [apropiación] no nos referimos bien, aunque en sus textos aparezcan como “La vie quotidienne dans
a propiedad; es más, se trata de algo totalmente dos procesos diferentes. le monde moderne” en Edi-
distinto; se trata del proceso según el cual un En este marco, los tres momentos que ciones Gallimard en 1967.
individuo o grupo se apropia, transforma en su se imbrican dialécticamente en esta produc- 7
Es importante, en este
bien, algo exterior (...) (Lefèbvre, 1971A:186). ción son, para Lefèbvre (1974, 1976 A), punto, poner en relación
el pensamiento de Lefèb-
las prácticas espaciales (cómo se genera, se vre con la concepción del
En este marco, llama revolución urbana usa y se percibe el espacio); las representa- hombre en la obra de Hugo
al “conjunto de transformaciones que se ciones del espacio (o espacios concebidos Zemelman quien involu-
producen en la sociedad contemporánea derivados de saberes técnicos y racionales, cra, al mismo tiempo, las
para marcar el paso desde el período en que vinculados con las instituciones del poder visiones epistémica y antro-
pológica, en “(...) una con-
predominan los problemas de crecimiento dominante); y los espacios de representa- tribución para plantear la
y de industrialización, a aquel otro en el ción, o de resistencias, en el que los actores potencialidad de la capa-
que predominará ante todo la problemática se niegan a aceptar el poder hegemónico cidad de pensar del sujeto
urbana, y donde la búsqueda de soluciones (Oslender, 2002); el espacio vivido, en es- concreto. Desde el enfoque
propias a la sociedad urbana pasará a un trecha correlación con la práctica social. En zemelmaniano, esta forma
de razonamiento destaca
primer plano” (Lefèbvre, 1972:12). Revo- palabras de De Souza Martins (2008), “la la dimensión colectiva de
lución que, para Lefèbvre, no implica ac- historia real se desarrolla en el claroscuro de los sujetos: ´Lo más im-
ciones violentas, pero tampoco las excluye, lo percibido y de lo concebido, por medio portante de la capacidad
y que tiene un triple carácter: centralidad, de lo vivido”. crítica es su vinculación
dialéctica y praxis urbana.8 Lefèbvre (1976A) es bien explícito con el descubrimiento del
hombre como sujeto social
Es decir, el derecho a la ciudad no se cuando dice que “Es en el conocimiento de la historia, no ya como
trata de un derecho natural, ni siquiera con- dialéctico de esta producción del espacio
tractual (Lefèbvre, 1976 A: 18). Significa el en el que está implicado y aplicado el dere-
derecho de todos los ciudadanos a figurar cho a la ciudad. Cuando se hayan superado territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 169
individuo´” (en Romo To- todas las formas de alienación, en forma de esperar una nueva etapa de la civilización
rres, 2006). revolución urbana, emergerá el hombre y de la cultura. En otras palabras, dice, la
8
En palabras de Marín nuevo y la sociedad urbana; proyecto de alienación es un momento9 en el poderío y
(2009: 89): “Una revolu-
ción es una confrontación
transformación de la vida cotidiana, que la conciencia creciente de los hombres, en
de fuerzas materiales. Ex- incluiría la autogestión generalizada, y que el que el papel del pensamiento filosófico
presar materialmente a las puede, a su vez, inducir la autogestión ur- es eliminar las posiciones que impiden la
`fuerzas morales´, ¡he allí bana, resquebrajando el aparato estatal” apropiación del contenido de nuestro ser.
la cuestión!”. (Lefèbvre, 1976:241). Lo que en términos La alienación, como hecho social e inte-
9
Para Zemelman, el “mo- de Boaventura de Sousa Santos (2004) rior del individuo, ontológicamente previa
mento significa hacer un
sería el Estado como novísimo movimiento a la contradicción, hace que lo que aparece
anudamiento de todos
nuestros tiempos, los vividos social. como interior no sea sino lo exterior inves-
y los que dependen de éstos, Empero, continúa Lefèbvre, aun cuan- tido y disfrazado, y, por ende, legitimado
en forma de que lo posible do el hombre viviente es el verdadero suje- (Lourau, 1980).10 Cuando los hombres
surja como incompletud de to del devenir, alrededor de él, encima de se vuelven instrumentos, cuando las acti-
lo real. Es la experiencia
él, las abstracciones toman una forma ex- vidades humanas no tienen más que fines
como esperanza”. En Ro-
mo Torres (2006). traña: los fetiches. El fetichismo es a la vez utilitarios, existe una condición inhumana.
10
Es lo que en otros trabajos un modo de existencia de la realidad social, Para poner fin a esto, propone Lefèbvre, es
he denominado la imbri- un modo real de la conciencia y de la vida necesario superar la subordinación de una
cación de la estatalidad humana, y una apariencia, una ilusión de la clase a otra, cambiando las condiciones de
profunda y la estatali- actividad humana (Lefèbvre, 1971:100). existencia y logrando la unidad de todos
dad extensa. Ver Núñez
Ahora bien, el fetichismo retoma, eleva a los elementos de lo humano, la aprehen-
(2009A).
un nivel superior, la teoría de la alienación sión del contenido total, alcanzando plena
11
También aquí encuen-
tro cierta imbricación
y de la cosificación del individuo: conciencia de la praxis. Una praxis que es
con la obra de Zemelman doblemente creadora: a) de conocimiento;
(1987:64-65), para quien La alienación –o más exactamente la ´cosifica- y b) de invención, o descubrimiento (Le-
“En la medida en que la ción`– de las actividades humanas es por lo tanto fèbvre, 1971).11
concreción es lo posible de un hecho social, y también, un hecho interior De ahí que Lefèbvre (1972:184-185)
concreción y no lo dado
cristalizado, su análisis (...) Es así completamente engañado y despojado denuncie el urbanismo como un disfraz y
debe hacerse sin perder (Lefèbvre, 1971:83). como un instrumento a la vez: disfraz del
el movimiento de lo real. Estado y de la acción política, instrumento
(...) El movimiento apre- El problema es, para Lefèbvre, que la de los intereses ocultos de una estrategia y
hensión-conceptualización alienación sustancial, la “cosificación”, nie- en una socio-lógica; ideología urbanística
también se refiere a la re-
lación entre la función de ga a los hombres vivos, pero éstos la niegan reductora de la práctica y que actúa como
apertura y la función ex- a su vez. Esta alienación del hombre puede si resolviese la problemática urbana. Esta
plicativa”. ser superada en condiciones prácticas y a acusación se completa con la imposibilidad
través de una acción que no es puramen- de sintetizar dos principios: 1) no puede
te moral. Es necesario que este estado de haber pensamiento sin utopía, sin explota-
territorios 24 cosas se vuelva “insoportable”; se trata de ción de lo posible, del otro lugar; y 2) no
170 Ana Núñez
puede haber pensamiento sin referencia a Si hay convergencia entre las dos series de pro- 12
“(...) he abordado algu-
una práctica (la práctica del habitar y del blemas [los que provienen de la clase obrera, y nas cuestiones poniendo en
práctica esta particularí-
uso). Pero ¿qué práctica es posible si per- los originados por el espacio y los problemas del
sima metodología. Tomar
manecen mudos el habitante y el usuario? espacio, ascendentes y no resueltos] ocurrirá algo un concepto, extraerlo de
Pasividad que reconoce razones históricas, nuevo. El aparato estatal se resquebrajará y será su contexto, llevarlo hasta
sociológicas, teóricas y políticas. reemplazado por una organización emanada de las últimas consecuencias.
Así, Lefèbvre comienza a explicitar la la base. (Lefèbvre, 1976:241). Sirvan de ejemplo los con-
ceptos de alienación, dife-
problemática del espacio en una línea me- rencia, espacio, Estado; es
tafilosófica,12 vinculada a su teoría de lo Sobre formas silenciosas de lucha13 lo que yo llamo metafilo-
urbano y a la problemática de la sociedad sofía (...) un trabajo no
global. El espacio estaría compuesto por lo La trama que ha atravesado el recorrido de perfectamente acabado,
urbano, que se expresa en los problemas mi inquietud científico-política fue tejida pero iniciado (...)” Lefèb-
vre (1976:133).
de crecimiento de la ciudad, y lo cotidia- con la preocupación de desentrañar los
determinantes del orden social que estruc-
13
Este acápite retoma tra-
no, como ámbito de la alienación, de la bajos anteriores de Núñez,
sociedad burocrática de consumo dirigido. turan un orden urbano que históricamente y reconoce su deuda con De
Lefèbvre concibe la cotidianeidad no sólo despoja y empuja a amplias fracciones so- souza Martins (2008).
como totalidad de aspectos contradictorios, ciales a “resolver” su reproducción social 14
Desde fines de la década
sino como el gran instrumento del Estado en territorios signados por condiciones de 1980, esta búsqueda de
y del modo de producción para mantener deshumanizantes (Núñez, 1994; 2000; largo alcance se construye
y reconducir las relaciones sociales de pro- 2007; 2010A).14 en la imbricación del aná-
lisis de las luchas en y por la
ducción, tanto en lo cotidiano (ámbito Si bien este campo de investigación ha
apropiación del espacio, en
de la alienación), como en lo urbano, la sido ampliamente abordado por distintas las que incluyo el conjun-
ciudad y el espacio. Así, insiste, es él quien disciplinas, mis investigaciones (Núñez, to de elementos necesarios
hace emerger el concepto de reproducción 2006; 2007; 2009A; 2010), vienen ha- para la producción y re-
de las relaciones de producción (Lefèbvre, ciendo presente que la literatura académi- producción de las condicio-
nes sociales y materiales de
1976:166). ca hegemónica, y la investigación de base
existencia, en tensión con
Y para Lefèbvre, en mi opinión, el de- que la sustenta, independientemente de la normatividad social
venir del hombre, entre la alienación y el los momentos por los que atravesó y qué hegemónica (la propiedad
derecho a la ciudad, como proyecto, requie- dimensiones se jerarquizaron en las dis- privada), referenciado
tintas perspectivas teórico-metodológicas, empíricamente en una
re extender la lucha de clases al espacio, y
ciudad media argentina.
no en el espacio, analizando, como plantea articula, en mi opinión, algunos obstá-
culos epistemológicos,15 diría Bachelard,
15
Para un análisis de los
De Souza Martins (2008:132), “las peque-
obstáculos epistemológicos
ñas contradicciones de los sujetos ocultos, que cercan un saber centrado en ficticias en los estudios urbanos,
como los protagonistas de la Historia, re- dicotomías (centro/periferia; legal/ilegal; ver Núñez (2006; 2007;
conociendo el derecho fundamental de formal/informal; propietario/ocupante) 2009A).
decidir sobre su rumbo”. que, al mantener como inobservable la
territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 171
16
¿Cómo comprender, si génesis social del problema, redunda en la y no en su emergencia histórica, como he-
no, el crecimiento en pro- materialización fetichista de políticas re- cho establecido, cristalizando su origen y
fundidad y extensión de
los denominados asenta-
productoras de la desigualdad social.16 En expansión en un mundo fetichizado. En
mientos precarios, que en otros términos, se ha ido aludiendo, implí- efecto, la ciudad que constituye la refe-
la ciudad de Mar del Plata cita o explícitamente, a un patrón espacial rencia empírica de mis investigaciones, se
superan los 200? ¿Cómo ex- “centro-periferia”, signado por un gradien- erige como tal en el marco de un conflicto
plicar que en el último pe- te decreciente en las condiciones sociales, interburgués, en pleno auge del modelo
ríodo intercensal la tasa de
crecimiento de la población
urbanas y de la intervención del Estado en agroexportador en Argentina. Un inter-
que habita en esa forma medios de consumo social, proceso que se cambio pacífico de favores consolidó, por
social de extrema pobreza subsumió y denominó, junto al de la au- decreto, una situación de hecho: se crea el
denominadas villas creció toproducción de viviendas, urbanización pueblo aprobando por excepción un loteo
a un ritmo más de cuatro de la pobreza,17 naturalizando una ficción privado, en 1874, transgrediendo la Ley
veces superior a la tasa de
crecimiento de la población homogeneizante de sujetos desposeídos que, de Ejidos. Una ilegalidad fundante que
total? como explicitaré en acápites siguientes, instaura las condiciones jurídicas de trans-
17
Bajo esta denominación, viene promoviendo modelos acríticamente formación de tierra rural y de la existencia
los estudios urbanos lati- replicados de políticas desenraizadas de las del suelo urbano como mercancía. La nor-
noamericanos, en general, prácticas sociales. matización del mercado de suelo urbano,
referían al proceso de mi- En este contexto, propongo mirar el en la articulación del capital comercial y el
gración campo-ciudad de
movimiento de la sociedad, que emerge y capital inmobiliario, significó un instru-
los pobres rurales, quienes
ocuparían suelo urbano se expresa en la contradicción del espacio, mento de violencia legítima y simbólica en
desprovisto de servicios de para tornar observable que aquella ficción tanto dependió de unos pocos terratenien-
infraestructura y auto- homogeneizante oculta un proceso previo tes qué, cómo, cuánto, dónde y para quién
producirían su vivienda, de expropiación, por lo que debería hablar- lotear (Núñez, 1994; 2000). En el desen-
ubicando su génesis tem-
se de miserias de la urbanización, como la volvimiento histórico de la urbanización,
poral en las consecuencias
del modelo industrial sus- imbricación de la mercantilización teórica, signado por el ejercicio de ese monopolio,
titutivo (1950-1960). Esta económica y política,18 transformando la la punición de ciertos territorios responde
naturalización y manera política urbana de producto, a forma, pro- más a su disputa por las necesidades co-
hegemónica de abordar el ceso e instrumento de lucha social (Núñez, yunturales del orden hegemónico (Rincón
problema, ha permane-
2006). En otras palabras, las leyes sociales Patiño, 2006), y como estratégicos para la
cido hasta la actualidad
y es realimentada por los de ese movimiento, del que la propiedad y reproducción del capital, que a solucionar
organismos y las agencias la apropiación19 del espacio son co-consti- el problema habitacional.
internacionales, de mane- tutivas, tienen que ver con esos tres ámbi- Así, se torna observable que el circuito
ra de legitimar la produc- tos de confrontación: político, económico A socialmente construido, e intelectual y
ción y reproducción de la
desigualdad.
y teórico.20 políticamente legitimado y legitimante de
Pero la implicación teórica y política de una justificación que reemplaza la expli-
18
Razones de espacio me
esta perspectiva encuentra su mediación en cación, se invierte,22 se completa y es, en
el registro empírico de la génesis urbana, realidad, el siguiente B
territorios 24 como un momento de la lucha de clases,
172 Ana Núñez
A pobre localización informal suelo sin servicios, barato ¿ausencia? del Estado21 impiden extenderme en es-
te concepto pero, sintética-
B confrontación Suelo creado expulsión y informalidad
empobrecimiento mente, puedo decir que por
expulsión sin servicios asentamiento cara
mercantilización política
me refiero a la degrada-
ción de la política a una
carrera puramente electo-
ralista, expresada en una
progresiva desarticulación
partidaria; con mercanti-
lización económica conju-
go la expulsión y expropia-
ción de distintas fraccio-
nes sociales de sus espacios
sociales de pertenencia, y
Razones de espacio me imponen una argumentar sobre la construcción estatal de
la mercantilización teóri-
síntesis en la argumentación y las referen- la carencia y de los procesos caracterizados ca refiere a la sumisión del
cias empíricas de los procesos, pero al me- hegemónicamente como informales/ilega- saber al pensamiento úni-
nos me permiten introducir la pregunta les/irregulares, en los que la norma sería co, las prácticas sin teoría
rectora que direcciona la investigación ha- ahora la que transgrede las prácticas socia- y el hacer sin reflexión. Las
tres se entrelazan en la con-
cia la confrontación con el orden social les, intentando imponer relaciones sociales
cepción y difusión de una
dominante. Esa creación genealógica, en la que existen de forma exterior a los sujetos ciudad despolitizada, afín
que las prácticas sociales transgredieron la (imponiendo su integración a relaciones de a los ámbitos tecnoburocrá-
norma; en la que los que dominaban los propiedad), en desconocimiento de com- ticos. Asimismo, refuerzo el
aparatos del Estado incurrieron en la ar- plejas articulaciones de relaciones sociales intento de apartarme, a la
vez que invertir, el planteo
bitrariedad, es decir, hicieron caso omiso que nos hablan de cómo los sujetos viven
hegemónico de urbaniza-
de su propia legalidad ¿no contiene la con- y construyen sus sensibilidades legales, en ción de la pobreza, aún vi-
cepción de múltiples legalidades posibles, palabras de De Carvalho (1993). Se trata gente. Ver Núñez (2006).
donde la propiedad es una de las relaciones de resituar y redefinir la histórica contradic- 19
Retomando a Lefèbvre
sociales? Si fue la norma la que se adaptó ción entre el derecho real de propiedad y (1971A:186), conceptua-
a las prácticas sociales ¿cuál es el límite en- un derecho social, como la apropiación del lizo apropiación (Núñez,
2000) como un proceso so-
tre la acumulación de tierra como bien de habitar, en el contexto actual de nuestras
cial de uso y transforma-
cambio que posibilita la propiedad, y su formaciones sociales capitalistas. ción de un valor de uso, que
apropiación legítima como bien de uso? En efecto, la reestructuración capitalista propone la indivisibilidad
Mis avances en la reconstrucción del pro- operada en la región latinoamericana, y en del circuito producción/
ceso de génesis y desenvolvimiento urbano- Argentina en particular, impuesta hace más consumo, es decir, permite
una mirada más proble-
rural, procesado por los determinantes de de tres décadas, determinó la expulsión y
matizadora que la de “ac-
la articulación de distintas fracciones del la expropiación de las fracciones sociales ceso al suelo urbano”.
capital, la acción de los aparatos del Estado, subordinadas, de los distintos ámbitos con-
y los movimientos de resistencia (Núñez, figuradores de su territorialidad social,23
1994; 2006; 2010A; 2010B) me permiten tanto en lo urbano como en lo rural, alcan- territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 173
20
Siguiendo a Marín zando su punto más devastador a inicios donde el habitar adquiere distintas formas
(1996), lucha social refie- del siglo XXI, y generando el crecimiento y modalidades, cuyas necesidades radica-
re a aquella que constituye
exponencial de población sobrante.24 Pero les de sobrevivencia encuentran, en estos
nuevas formas de acción
social; que desarticula lo esta crisis, como dice Rebón (2007), fue desencuentros, la negación de la esencia
establecido socialmente y nutriendo la emergencia de identidades de de la mercancía. Negación que justifica,
construye nuevas relaciones resistencia que protagonizaron acciones en la apropiación de un bien de uso, las
sociales; la lucha política de desobediencia a la institucionalidad, de inhumanas precariedades del habitar y el
es el intento de la fracción
dominante por institucio-
manera de resolver en forma directa sus sometimiento a formas arcaicas y violen-
nalizar, personificar el “es- problemas, en tensión con la normatividad tas de trabajo, entre lo urbano y lo rural
tado” del poder, su situa- dominante. (Núñez, 2010).
ción de dominio; la lucha En este contexto, gran parte de la in- Pero, paradójicamente, la resistencia a
económica o corporativa es vestigación académica centró su atención esta expoliación26 se alimenta de la emer-
la estrategia de la burgue-
sía de fragmentar, cooptar
en estos procesos sociales, tendiendo a gencia de distintas formas de mercantili-
a los sectores más desposeí- hacer observables las particularidades de la zación de tierra y espacios utilizados para
dos, previamente seleccio- dinámica socio-espacial de estas expresiones habitar, donde resulta posible maximizar
nados, burocratizarlos, en del movimiento de lo social; es decir, en las los escasos recursos, y en un espacio so-
una lucha encuadrada en formas y organizaciones socioterritoriales cial que deviene una territorialidad, pero
la competencia capitalista;
y la lucha teórica se refiere
de resistencia al orden hegemónico. Sin extraña, ajena y distante de la sociabilidad
al ámbito de la reflexión y embargo, se mantuvieron fuera del análi- urbana, en tensión con su potencial proceso
la acción, a la adquisición, sis las prácticas y estrategias en juego en la de expropiación/apropiación por distintas
uso y expropiación del cono- reconstrucción de la territorialidad social fracciones del capital, con la consiguiente
cimiento; a la producción de los sujetos en-cubiertos por categorías expropiación y expulsión de sus habitantes.
de saberes.
cosificadas y que, en el marco de las profun- Así, urge desentrañar el carácter social
21
Por el contrario, siguien- das transformaciones en el actual proceso y la heterogeneidad de estas formas socio-
do a Lourau (1980), la
fuerza del Estado radica de urbanización, despliegan formas socio- territoriales, para desmitificar su apariencia,
en poder disimularse, por territoriales de apropiación del habitar25 y donde, parafraseando a Marín (2007),
lo que se trata de ver cómo, “no comprendidas en la perspectiva de lo las distintas identidades de la fuerza de
lo que denomino estatali- teóricamente concebido, lo subjetivamente trabajo guardan una inserción diferencial
dad profunda y estatali- percibido y lo socialmente interpretado”, con la forma ciudad y la forma campo. Es
dad extensa, se vertebran,
se mantienen en una va- en palabras de De Souza Martins (2008), necesario avanzar en el conocimiento so-
porosa indefinición, en y que, por ende, también confrontan con bre estas nuevas formas socioterritoriales
cuanto a límites y conte- el orden social que los oprime y con las ca- de apropiación del habitar, dirigiendo la
nidos, configurando otra tegorías que los niegan. investigación hacia la imbricación de lo ur-
espacialidad social, y así
Esta forma silenciosa de lucha, sólo bano y lo rural, analizando la dialéctica de
es posible operacionalizar
cómo el Estado se instala en sentida en el trabajo de campo, se carac- la apropiación del espacio,27 indagando los
teriza por la paradojal transitoriedad per- conflictos que resultan de la contradicción
manente; la cotidiana migración urbano- entre su valor de uso y su mercantilización,
territorios 24 rural; la constante migración intra-urbana, en tensión con la normatividad dominante.
174 Ana Núñez
Precisamente, fue Henri Lefèbvre quien, desaparecer más que cuando todo el orden el imaginario social. Ver
ya a comienzos de la década de 1970, en el social que la ha hecho nacer sea Núñez (2009A).
marco de la crisis del modelo de acumula- transformado de raíz”. 22
Esta inversión del pro-
ción fordista, y la ruptura epistemológica Federico Engels blema reconoce su origen
en que “No existe inicial-
de los estudios urbanos, observaba que las mente un sujeto, al que se
transformaciones de las ciudades no podían La relación de la población con su lugar de ve, se nomina, se analiza,
ser más comprendidas a través de las frag- vida es una de las áreas donde planes, pro- y finalmente sobre el que
mentaciones disciplinares, ni del empleo de gramas y proyectos, acciones de ingeniería se despliegan un conjunto
los habituales instrumentos analíticos. Para social y violencia operan de la mano de de acciones (...,) sino que
las acciones que la socie-
Lefèbvre (1972), quien observa procesos teorías configuradas como políticas urba- dad ejerce y los procesos
(génesis y transformaciones) necesita una nas, desenraizadas de las prácticas sociales de conceptualización con
nueva perspectiva epistemológica y meto- efectivamente operantes. que se nominan, son los ele-
dológica en relación a la supuesta realidad Concretamente, me refiero a mentos configuradores del
sujeto, resultante de esas
de sus objetos, es decir, comprender la
acciones”, en Roze, et. al.,
realidad por los hechos y sus posibilidades, a) Los programas de relocalización com- (1999:12-13), y ha cons-
a través de la transducción, instrumentali- pulsiva y violenta de los denomina- tituido el argumento cen-
zación intelectual que construye y elabora dos asentamientos precarios; (Núñez; tral de mi Tesis Doctoral, y
un objeto teórico, un objeto posible. 2010C); trabajos derivados de ella.
Así, la contradicción del espacio se va b) Los planes masivos de construcción de 23
Ya desde mi Tesis Doc-
ahondando entre lo posible y lo real, dando viviendas, signados por la corrupción, toral conceptualizo terri-
lugar a la producción del espacio diferencial y el disciplinamiento social, sometien- torialidad social como
en el que está implicado y aplicado el dere- do a los sujetos sociales alineados tras la imbricación identi-
cho a la ciudad, es decir, la eliminación de el fetichismo de la vivienda digna, y la taria y epistémico-cul-
tural de los distintos
todas las alienaciones, proyecto que, como propiedad privada, a dispositivos que
espacios sociales de per-
expuse antes, requiere extender la lucha refuerzan las relaciones heteronómicas tenencia; como ámbitos
de clases al espacio, y no en el espacio, y a su aislamiento social y espacial, en de producción y repro-
manteniendo, como dice Marín (1996), una dialéctica con los sujetos que no lo ducción de las condicio-
una doble lectura: las acciones y relaciones aceptan porque, diría Lefèbvre (1972), nes sociales y materiales
propias del sistema capitalista y aquello el valor de uso del objeto ofrecido por de existencia; como una
constituyente de originalidad, plausible de la ilusión estatal no satisface sus necesi- argamasa de relaciones
introducir transformaciones en el orden dades (Núñez, 2010B y 2010C), y sociales, y en cuya cons-
social vigente. c) Los homogéneos programas de regula- trucción operan procesos
rización dominial, que no contemplan de apropiación/expro-
Sobre las contradicciones y las heterogéneas formas socio-territoria- piación de esas condicio-
construcción de(l) sujeto.... les de apropiación del habitar (Núñez, nes. Para esta concep-
tualización, parto de
2000; 2010A).
“La penuria de la vivienda (...)
es una institución necesaria que no podrá territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 175
las sugerencias que me En otras palabras, las políticas urbanas, Hay bastante rivalidad porque como habitual-
brindan Marín (1996; en general, podrían ser caracterizadas, si- mente, digamos... se vincularon con el gobierno
2007), y Lefèbvre (1972; guiendo a Piaget y García (1985:81), como municipal a través de relaciones clientelistas (...)
1976). una pseudo necesidad, como un fenómeno
24
Sobre este tema, ver el corriente que se ubica en los primeros ni- En realidad los que se postularon como repre-
Dossier de la Revista Ra- veles de la génesis del conocimiento y que sentantes era población transitoria, temporaria,
zón y Revolución, Nº 19,
2º semestre 2009, Buenos expresa la dificultad de imaginar otros po- que aprovechaba esta apertura para ver si podía
Aires, dedicado a ello. sibles diferentes y, como tal, constituyen conseguir una vivienda, así de clarito...” (Entre-
25
Resulta importante rei- una fase de indiferenciación entre lo real, vista personal a C, responsable del Departamen-
terar que, desde la pers- lo posible y lo necesario (citado en Roze; to de Promoción Social, a cargo del Proyecto,
pectiva que adopto, quien 2003). En otras palabras, y parafraseando 16-03-2009).
habla de apropiación, debe a Muleras (2008:14), se podría decir que
imbricar el habitar, en el
esas políticas urbanas “encierran disputas “A los santiagueños mi marido no los puede ni
sentido que le da Lefèb-
vre (1971A:: 210), ya que por el monopolio de atribución de las sig- ver porque están todo el día a guarachazos. Los
“Habitar (...) es apropiar- nificaciones de los objetos representados en ves corriendo con los cuchillos de acá para allá
se de algo (…) Habitar el dominio epistémico, y la instalación de (...) O se pelean allá en Las Heras y vienen todos
es apropiarse un espacio una lógica delimitante de las condiciones para acá enfierrados, todos enfierrados y vos tenés
(…)”, en contraposición
de reflexión y comportamientos”. que estar con los postigos cerrados (...) (Entrevis-
al concepto de hábitat,
ta personal a B., relocalizada en Bº Don Emilio,
instaurado como suma de
presiones por la raciona- En efecto, respecto de a) 24-03-2009).
lidad estatal, (Lefèbvre,
1971A; 1972). Y “El es- (...) se ha disminuido y perjudicado nuestro pa- Este proyecto de expulsión y expropia-
pacio (…) del habitar: trimonio y nuestra calidad de vida por situaciones ción, encubierto tras un plan de “viviendas
gestos y recorridos, cuer- como la Villa Paso (...) más allá del grave hecho dignas”,29 muestra el alineamiento de frac-
po y memoria, símbolos y de la usurpación (...)28 ciones de clases sociales dominantes, frente
sentidos, (...) contradic- a la fragmentación de fracciones en extre-
ciones y conflictos entre
El día que los quieran trasladar, acá, va a arder ma pobreza, atravesadas en su interior por
deseos y necesidades, etc.
Troya en esta parte. Si salen esos primero. Y ayer distintas formas de conflicto y potenciadas
(...) tiempo cercado en
un espacio” (Lefèbvre, ya les dijimos nosotros ´ que vean bien a ver a por el proyecto.
1972:187). quién van a sacar primero a las 18 casas´ (En-
trevista personal a J., habitante de la Villa Paso, Respecto de b),
26
Proceso que Kowarick
(1991: 85-86) conceptua- 27-02-2009).
liza como “el que resulta de Las asistentes de la municipalidad han venido y
una suma de extorsiones, (...) para mí es una sinvergüenza, aparte ella quie- nos han tirado así nomás. Chau, se olvidaron, se
es decir, retirar o dejar de olvidan (...) Nadie nunca nos ha mostrado nada.
re ubicar primero a la familia de ella, y los demás,
proveer a un grupo, cate-
bueno (...), (Entrevista personal a L, habitante Cuando vinimos, solamente el día que estaba lis-
to nos han traído con el camión, nos han dicho
territorios 24 de la Villa Paso, 27-02-2009).
territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 179
Mapa 1. Prácticas espaciales. Expulsión y desplazamiento del habitar, B° La Herradura, 1980-2009
Sin embargo, respecto de las prácticas otros bienes, como autos, motos, carros,
espaciales, el 45,2% de las familias se con- animales, etc.), pero sólo el 62% conserva
sidera propietaria; el 32,6% ocupante; el algún papel; y más del 90% de los ocupan-
3,8% comparte; y a un 15,7% le fue cedido; tes no tiene ninguna documentación, aun
es decir, casi un 20% sería ocupante de de- habiendo entregado dinero. La dinámica
recho. En los Gráficos N° 1 y Nº 2 puede de comercialización no es ajena a otros
observarse que quienes personifican la pro- casos de ciudades latinoamericanas, como
territorios 24 piedad han pagado (con dinero y/o con vecinos que alambran, aun residiendo en
180 Ana Núñez
otros barrios; “inmobiliarias” creadas y como reserva para familiares, amigos o
cerradas; cuidadores; venta de espacios del allegados, o bien para comercializarlos,
habitar que ya no cumplen su valor de uso mientras el 33% de las familias tienen haci-
(Foto Nº 1); lotes cedidos o vendidos por namiento personal, y hay un 6,3% de haci-
la sociedad de fomento, la Iglesia, la propia namiento familiar. Si bien el 69,2% de los
municipalidad, etc. Actualmente, según jefes no ha nacido en Mar del Plata, sí lo
encuestas propias del año 2009, residen ha hecho el 58% de la población en su con-
permanente o transitoriamente alrededor junto, y su lugar de residencia inmediata-
de 500 familias, de las que el 45,2% de los mente anterior ha sido, mayoritariamente,
jefes y el 44,8% de los cónyuges, ha migra- la zona rural y los barrios contiguos. Hay
do desde otra provincia del país, y un 22% aquí distintas dinámicas a tener en cuenta y
y un 27%, respectivamente, es proveniente refieren, por un lado, a La Herradura como
de otra ciudad de la Provincia de Buenos un espacio de representación propicio para
Aires. la huida de la fuerza de trabajo (ob) ligada
Empero, el 14,6% de los propietarios a las quintas bajo formas de esclavitud y ex-
posee entre dos y seis lotes; el 12% de los plotación a cambio de una vivienda; pero,
ocupantes, entre dos y tres, y el 9,4% de los a la vez, su contracara, es decir, posibilita
cedidos, tiene de dos a cuatro, en general la cotidiana migración urbano-rural de los
160
140
120
100
Nº
80
60
40
20
0
Dinero Dinero y Trueque Estafa Nada
otro
120
100
80
Nº
60
40
20
0
Cedido Ocupante Propietario
obreros rurales “estacionales” que, por un ruta por donde los busca el patrón. Asimis-
lado, dejan cuidadores en sus viviendas, o mo, para la pequeña burguesía acomodada
bien justifican el 12% de las parcelas con la apropiación de este espacio representa
viviendas desocupadas, u ocupan espacios un negocio.
próximos al transporte público o sobre la
35
30
25
%PEA
20
15
10
0
Sólo plan PFA-NR PFA-R NFA-Ru TFSR GSF PNFA-NR PBA PBO (SPU) Desocupado
(SPL) (SPE) (EIR)
territorios 24
Mujeres Varones Total
territorios 24
Formas socioterritoriales de apropiación del habitar 191