Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA ESCUADRA EN ACCIÓN
1978: EL CONFLICTO CHILE-ARGENTINA VISTO A TRAVÉS
DE SUS PROTAGONISTAS
2
ISBN: 978-956-324-298-0
ISBN Digital: 978-956-324-315-4
HISTORIA DE CHILE
CH 983
ISBN: 978-956-324-298-0
ISBN Digital: 978-956-324-315-4
Registro de Propiedad Intelectual Nº 143.437
3
Índicee de contenido
Índic
Portada
Créditos
Índice
LA ESCUADRA
ESCUADRA EN EN ACCIÓN 1978: EL CONFLICTO CHILE-
ARGENTINA VISTO VISTO A TRAVÉS
TRAVÉS DE SUS PROTAGONISTAS
PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓ N
Primera parte | VIENTOS
VIENTOS DE GUERRA GUERRA
En la III
III Zona Naval
El laudo
laudo arbitral
Tensiónn en Punta Arenas
Tensió
El incidente en la isla Barnevelt
Un precedente:
precedente: el islote Snipe
Comienza
Comie nza el despliegue militar
militar
La formación
formación del grupo Octana
Octana
Llegan los
Llegan los infantes de Marina
Marina
El almirante
almirante López en Buenos Aires
Buenos Aires
Recuperando
Recup erando el tiempo perdido
perdido
Segunda parte | SE APROXIMA LA
APROXIMA LA TORMENTA
¡A prepararse para la guerra!
Un diálogo imposible
imposible
Cumbre en Mendoza
El honor
honor de las naciones
La Escuadra
Escuadra se prepara
Prosigue la batalla diplomática
La Escuadra se desplaza
Problemas en el norte
En Picton
A toda marcha
Cambios en la cúpula militar argentina
Tercera parte | VIGILIA DE ARMAS
Cambios en Chile
La salida de Leigh
Gestiones ante el Vaticano
Despliegue de fuerzas al TOA
Nuevo zarpe al sur
Cuarta parte | “MOVIMIENTOS”
Fracasan EN SANTIAGO
las conversaciones
4
La Escuadra a la guerra
Argentina le pone fecha a la guerra
Submarino en patrulla de guerra
En los fondeaderos de guerra
Alerta máxima
El día D
Notas
5
PRESENTACIÓN
6
7
PRIMERA PARTE
VIENTOS DE GUERRA
8
9
10
11
12
“Cada vez llegaban más buques, cada vez más armamento, cada vez más
propaganda. Incluso te mostraban por televisión como hacían sus prácticas
dentro de la bahía de Ushuaia”.8
El laudo arbitral
13
Sabiendo la contundencia
conocimiento de ésta fuerade la que
más sentencia arbitral,
suficiente para Carvajal temía
desatar las queotro
iras al el
lado de la cordillera de Los Andes. Ignorantes de ello, “los asistentes
salimos del ministerio en silencio, pero tras breves instantes empezaron los
comentarios. ¿Este era un anuncio de una noticia positiva que se debía
administrar con calma?, ¿se trataba de una mala noticia que debía
suministrarse con mucho tino para evitar el desconcierto y el sentimiento
de una derrota?”.13
La población chilena tuvo que esperar hasta el lunes 2 de mayo para que se
conociera lo resuelto, dado que ese había sido el compromiso adquirido
por ambas partes con el Gobierno británico. A las 10 de la mañana, hora
inglesa, Chile recibió de manera oficial el texto. Sin embargo, éste tuvo
que ser guardado bajo reserva hasta que dieran las 14:30, según el huso
horario del meridiano de Greenwich. Recién a esa hora los gobiernos de
Chile y Argentina pudieron darlo a conocer públicamente. En Santiago
eran las 9:30 de la mañana; en Buenos Aires, las 10:30.14
La noticia circuló a la velocidad del rayo por todo Chile. El resultado —
como recuerda Del Valle— podía reducirse a una sola palabra: “ganamos,
y el entusiasmo e inmensa satisfacción rebasó, en más de algún medio de
comunicación, las sabias peticiones del canciller Carvajal”.15
Pero las prevenciones de Carvajal en cuanto a como sería tomado el
14
Mientras tanto, al
como bomba. Laotro lado dereacción
primera la cordillera de Los
oficial Andes,
provino della ministro
noticia cayó
de
Relaciones Exteriores, almirante César Augusto Guzzetti, quien llevaba
poco más de un año a cargo del Palacio San Martín. Guzzetti manifestó sus
reservas respecto de la decisión arbitral, cuestionando implícitamente su
contenido. “Ningún compromiso obliga a cumplir aquello que afecte
intereses vitales de la Nación o que perjudique derechos de soberanía, que
no hayan sido expresamente sometidos a una decisión de un árbitro”,
manifestó el 3 de mayo el secretario de Estado.16
Lo cierto es que durante los días anteriores, los ciudadanos argentinos
estaban preocupados por otros hechos que habían causado un fuerte
revuelo público. En las calles y cafés de Buenos Aires se seguía con suma
atención los avatares del arresto de los miembros de la anterior Junta
militar que había encabezado el teniente general Alejandro Agustín
Lanusse entre 1971 y 1973.17 En verdad, hasta ese momento, el litigio por
las islas del Beagle no figuraba dentro de las preocupaciones del común de
la población.18
Con todo, se escucharon algunas voces de protesta como el de la Comisión
Nacional Coordinadora de Entidades Pro Recuperación de las Malvinas.
La entidad, a través de un comunicado, señaló que la resolución era “un
triste revés” para los intereses de su país, y que éste se debía a los errores
cometidos por la cancillería argentina. El texto concluía afirmando que “a
15
16
18
19
Pero el general
las óptimas paraFloody sabía
enfrentar unaque las condiciones
eventual guerra conde la V División
Argentina. no eran
Aunque eran
20
21
22
23
asumida, arguyendo que si el faro argentino seguía ahí, era porque se había
estimado dejar una “prueba material” de la intromisión argentina en
territorio chileno.56
Con posterioridad al incidente, a López y a sus oficiales más cercanos les
quedó claro un comentario escuchado el mismo día en que se
desencadenaron los hechos.
Malugani con motivo Cuandodelel Combate
del aniversario almiranteNaval
había
de recibido
Iquique, ela
comandante del Distrito Naval del Beagle había ofrecido también un
almuerzo a su contraparte de la Base Naval de Ushuaia, el ya nombrado
capitán de fragata Ricardo Dávila. Cuando llegó la hora del postre, el
oficial argentino hizo un discurso, en el que bregaba por la paz y
hermandad de ambos pueblos. Terminadas sus palabras, procedió a
regalarle a su anfitrión una “lámpara artesanal”, que había sido
confeccionada por marineros argentinos. Al hacerlo, señaló que ella
simbolizaba “la luz que ilumina la amistad y fraternidad chileno-
argentina”. Los asistentes recuerdan que la reunión finalizó de manera
abrupta, cuando el jefe naval argentino manifestó que debía retirarse
cuanto antes. La excusa: debía realizar un viaje aéreo “impostergable” a la
zona centro de su país. Más tarde, los oficiales chilenos se darían cuenta
que la “lámpara” era una réplica exacta de la baliza colocada en la isla
Barnevelt.57
La actitud de los trasandinos aconsejaba actuar con cautela. Es por ello que
la Armada estimó necesario reiterar a sus efectivos las normas de
comportamiento que debían cumplir sus tripulantes y unidades cuando se
desplazaran por la zona austral y el canal Beagle. La idea era evitar
encuentros o incidentes con naves argentinas que pudieran derivar en
situaciones que se salieran de control. A los comandantes de los buques se
los instruyó respecto a las reglas de enfrentamiento. Las órdenes
consideraban todos los escenarios posibles desde un “encuentro con roce”,
hasta el momento en que “debían emplearse las armas”.58
Una de las instrucciones en esta línea que por esas fechas recibió la III
Zona Naval fue suspender los patrullajes que se acostumbraban realizar en
el área en litigio. Para tal efecto se ordenó que las patrulleras y otras naves
permanecieran ancladas. Como la inactividad y aburrimiento desesperaba
a los hombres, se organizaron actividades deportivas y recreativas, entre
ellas las llamadas “noches vikingas”, con el objeto de bajar la tensión.59
En todo caso, para López el mensaje de los argentinos era más que claro.
24
Y es que López sabía perfectamente bien que no era la primera vez que
Argentina provocaba un hecho de este tipo en la zona del
Beagle.63 Exactamente 20 años atrás, en el mes de mayo de 1958, un
incidente similar había causado conmoción en la opinión pública. Entonces
estuvo a un tris de que unidades navales de ambos países recurrieran a las
armas.
Todo partió el 1 de mayo de 1958, cuando la Armada inauguró
oficialmente un faro que había instalado en el islote Snipe, un promontorio
ubicado en la entrada y al centro del canal Beagle. Sin embargo, siete días
más tarde, Jacobo Neumann, en esa época, jefe de la III Zona Naval y
posteriormente comandante en jefe de la Armada, recibió un preocupante
informe de la FACH. Sobrevolando la zona, uno de sus aviones detectó la
desaparición del faro del lugar. En su reemplazo, en la parte más alta del
islote, había sido colocada una torre metálica, tipo mecano, de unos 5
metros de altura.
Lo sucedido admitía una sola lectura: detrás del incidente estaban las
25
27
absoluta con los argentinos, tanto con lo que decían como con lo que
hacían”.67
A toda máquina se dirigieron los buques de la escuadra a Valparaíso, para
posteriormente desplazarse a Talcahuano. En ese puerto, relata López “se
embarcó a la Infantería de Marina y partimos al sur con la misión de
recuperar Snipe”. Los informes que se tenían de lo que ocurría en el lugar
indicaban que “los argentinos habían matado las ovejas del único poblador
que existía en la isla, lo que, en todo caso, era un desastre menor”.68
Mientras se desplazaban con rumbo a los canales australes, entre los
tripulantes de la flota chilena se explicaba la beligerante actitud asumida
por los trasandinos como una consecuencia del desguace del Latorre. “El
Latorre, con sus cañones de 14 pulgadas, era un factor de equilibrio en esa
época, en que la aviación en los países sudamericanos todavía no
desarrollaba su potencial. Pero el hecho es que no fue necesario ir a los
puñetes”.69
Otro de los protagonistas de los sucesos de 1978, también tuvo su
“bautizo” con los argentinos en aquellos meses de 1958. Pablo Wunderlich
fue uno de los infantes de Marina embarcados en Talcahuano, y quien dos
décadas más tarde, jugaría un rol clave en el conflicto desatado por la
soberanía de las islas al sur del canal Beagle.
Al momento de producirse la ocupación del islote Snipe, Wunderlich
formaba parte del Destacamento de Infantería de Marina N° 3, Sargento
Aldea, con base en Talcahuano. El oficial comandaba una sección de 54
hombres, 30 de ellos conscriptos, la cual recibió órdenes de embarcar en
las dos fragatas que, para tal efecto habían sido enviadas desde el norte.
Coincidencias de la vida, en el buque insignia, viajaba Raúl López y nada
menos quien sería canciller chileno en el año 1978, teniente 2° Hernán
Cubillos.
Wunderlich recuerda que no presentaban las mejores condiciones para
enfrentar a las tropas trasandinas. “Íbamos tan mal equipados, tan mal
equipados, que ni siquiera teníamos una tenida de combate, no teníamos
ropa de abrigo, nada. Así que fuimos a recuperar el islote Snipe, con tenida
azul y capote, que se usa para las salidas. Lo único que recibimos fueron
un par de bototos extra, un par de guantes, un par de calzoncillos largos,
una camiseta de lana y un jersey”.70
29
30
Una implicaciones
las vez que volvió de
della incidente
reunión queBarnevelt,
se realizó con el objetivo
López cumplióde con
analizar
las
instrucciones de Floody y le dio una nueva estructura a las fuerzas que
estaban a su mando. A mediados de junio, se formó el grupo Octana —
siglas de Oficial Con Mando Táctico del Área Nassau—, también
conocido como Fueranfidet —Fuerza Anfibia de Tareas—. 75 Se trataba de
una agrupación compuesta por el destructor Serrano, la barcaza LSM
Orompello, el buque antártico Piloto Pardo, el escampavía Colo-Colo, y la
barcaza Aguila.76 Esta última transportaba a 400 infantes de Marina,
contingente que estaba conformado por efectivos del Destacamento
Cochrane.
La misión del grupo Octana era clara y precisa: distribuir a estos efectivos
de élite de la Armada en las islas que habían originado el conflicto y
defenderlas a ultranza. Sepúlveda recuerda las instrucciones que recibió de
boca de López: “Teníamos la tarea de copar la posición y defender a como
diera lugar todo el área austral, incluidas esas islas, de modo de evitar
cualquier desembarco”. 77
Según el oficial, la tarea no resultaría fácil y tuvo que encarar más de
algún obstáculo, ya que se debió guardar una serie de precauciones para no
levantar sospechas. “Fue bastante duro porque cuando debimos
desplazarnos hacia laque
porque era posible zona, no lo hicimos
se detectara por desplazamiento,
nuestro las vías normalesasí
de que
canales,
nos
31
32
fuego contra el avión argentino!. Eso sí que con los cañones desfasados, en
un ángulo pequeño, con el objeto de no derribarlo ex profeso. Por supuesto
que no le dimos al blanco, felizmente diría yo. El avión se dio vuelta,
regresó hacia el norte, porque se dio cuenta de que le estaban
disparando”.81 Posteriormente, el comandante del Zenteno informó de lo
ocurrido tanto a López como al almirante Merino, quienes no le hicieron
mayores comentarios.
Llegan los infantes de Marina
No fue una
infantes de casualidad
Marina la que Floody
misión y López lea hubiesen
de defender “ultranza”asignado a los
los distintos
archipiélagos de la zona. Ambos oficiales conocían de sobra las cualidades
que hacían a los integrantes de este cuerpo de la Armada destacar por
sobre el común de las tropas de tierra de las otras ramas.
De partida siguen un exigente entrenamiento, en el que sus efectivos, entre
otras cosas, son preparados para desenvolverse exitosamente ante los más
distintos escenarios y condiciones, incluyendo hacer frente a los climas
más extremos, como el existente en los duros parajes australes. Además, la
mayoría de sus hombres son profesionales especializados, que hacen la
carrera
expertoscompleta dentrootros
en explosivos, de laenInfantería de Marina.
comunicaciones, Muchos
aunque de ellos
por norma son
deben
ser capaces de desempeñarse en cualquier puesto que se les asigne. Por
contraste, el porcentaje de conscriptos es muy bajo, los que se van
relevando cada dos años y enseguida son licenciados.83
El oficial que tuvo que asumir el comando de las unidades desplazadas a
las islas fue el capitán de navío Pablo Wunderlich, quien a principios de
1977, se encontraba en Santiago realizando el curso de Alto Mando, en la
Academia Superior de Seguridad Nacional.84 En eso estaba, cuando, a
fines de marzo, mientras asistía a una de las clases, irrumpió en la sala el
director de la institución, el general Luis Joaquín Ramírez. Este le informó
a Wunderlich que debía presentarse de inmediato en Valparaíso. Su
33
34
El único problema que tuvieron que enfrentar, recuerda el oficial, era que
“nos faltaba un poco de munición”. ¿Por qué? Porque el señor Edward
Kennedy, con su enmienda, nos paró un buque con municiones. Y la
munición no existe hasta que es entregada al hombre que la va a disparar.
No sacamos nada con tener millones y millones de tiros en otra parte, si el
hombre que la va a disparar no tiene munición. En esas condiciones
estábamos”.86
Durante esos meses de 1977 —y en los que siguieron—, las islas de la
zona en litigio vieron crecer la presencia de estas tropas de élite, ordenada
por el almirante López. Sin embargo, a medida que llegaban más infantes
de Marina a Punta Arenas, el general Floody determinó que,
“considerando la capacidad profesional y el alto grado de entrenamiento en
misiones de combate” de las mismas, era necesario mantenerlas como
parte de su reserva. De ahí que un 50% de estos efectivos permaneciera
embarcado, listos para operar en Tierra del Fuego o en cualquier lugar
donde se lo pudiera requerir.
El almirante López en Buenos Aires
35
36
muy poco cortés”. Muestras de ello las dio apenas comenzada la cita entre
ambas delegaciones. No había hecho más que traspasar el dintel del salón
en donde se realizaría la reunión cuando interpeló duramente a Philippi:
“Mire doctor Philippi. Vamos a comenzar entendiéndonos. Deje usted
todas sus monsergas jurídicas a un lado, porque aquí lo que buscamos es
una solución política. Así que las monsergas suyas las tenemos bien
conocidas”. A quienes estaban en el lugar les llamó poderosamente la
atención de que Villegas ni siquiera se tomara la molestia de saludar a los
presentes, antes de lanzar su propia “monserga”.93
Pero, el diplomático chileno no perdió la calma frente a la andanada del
argentino y le bastaron unas pocas palabras para desarmarlo: “Permítame
primero cumplir con las normas de buena educación y presentarle a mis
colegas Helmut Brunner, Charles Le May, Raúl López”. Como era de
esperar, Villegas se puso pálido. El jurista chileno estaba dejando en
evidencia su trato descortés, no sólo ante los chilenos sino que también
frente a sus acompañantes. Pero Philippi tenía otros ases bajo la manga,
que terminarían por deshacer al general: previamente se había entrevistado
con el presidente Videla, así que sabía perfectamente qué era lo que podía
esperar de la reunión.
“Esta mañana he estado con el general Videla, le dijo, él me ha hablado de
que busquemos una solución político-jurídica que satisfaga a ambos
países. Si usted me pone en este trance de buscar solamente una solución
política, hasta aquí llega la reunión y la damos por terminada. Y yo voy a
ir a comunicarle, personalmente, al general Videla cuál es la causa del
término de la comisión”. Bastaron estas palabras para que Villegas
quedara completamente descompuesto, al punto que hubo que hacer un
intermedio.94
Cuando se reinició la reunión, Philippi y Villegas se trenzaron en una
discusión sobre el alcance de los dichos de Videla. Como no hubo acuerdo,
el general decidió partir personalmente a la Casa Rosada, con el objeto de
confirmar con el mandatario trasandino sus instrucciones.
Si bien las conversaciones se reiniciaron a su vuelta del palacio de
Gobierno, éstas se hicieron cada vez más tortuosas y de hecho se
prolongaron por casi una semana. Al final, los encuentros no llegaron a
ninguna parte. La piedra de tope permanente fue que Villegas insistió en
que había que buscar una “solución política”. Y ello no sólo respecto de
las islas en conflicto: Villegas se dio también el lujo de ampliar el
37
“paquete”, incluyendo
incluyendo a otras ubicadas más al sur.95
El almirante López sacó sus lecciones de lo ocurrido en aquellos
frustrantes días en Buenos Aires. La actitud asumida por Villegas y sus
hombres le dejó en claro que los argentinos no iban a aceptar por ningún
motivo el laudo arbitral y de ello sólo se podía concluir que la posibilidad
de una guerra se hacía cada vez más inminente.96
A su regreso del otro lado de la cordillera, López continuó con los
preparativos de la III Zona Naval. Una de sus primeras instrucciones —y
que demostraría ser de especial relevancia para la Escuadra—, fue el de
crear una comisión hidrográfica, cuya tarea fue realizar las mediciones y
los sondajes necesarios en los canales australes para determinar las vías de
acceso y salidas más rápidas hacia el océano.97
Especialmente clave resultaba además el buscar los fondeaderos de guerra
más propicios para las unidades que componían la Escuadra. En caso de
tener que encarar un enfrentamiento real con la Flota de Mar argentina en
la región, a la III Zona Naval le correspondería asumir la tarea del
aprovisionamientoo de los buques de guerra chilenos.98
aprovisionamient
López encargó esta misión a su jefe de Estado Mayor John Howard, labor
que cumplió a lo largo de 1977 y 1978. Howard recuerda que lo primero
que hubo que hacer fue encontrar los lugares más adecuados para que la
flota pudiera fondear. “Para poder atracar un buque a la costa, tienes que
primero prepararla. O sea, dónde afirmo el buque, porque los buques se
mueven con las mareas. En cambio lo que se necesita es que el buque
quede inmóvil y pegado a la costa. Tiene que quedar bien amarrado”.99
Sin embargo, la tarea no era nada de fácil. Otro oficial de la Armada,
Ramón Undurraga, quien a la época era capitán de navío, recuerda las
complejidades de este tipo de misiones. “Estudiar fondeaderos, es una
tarea larga, que lleva, a veces años. A pesar de que uno cree que una zona
puede estar llena de lugares que parecen bahías, muchas veces no es así. A
mí me tocó, hace muchos años, cuando era subteniente, buscar
fondeaderos para la Escuadra. Me decía ‘este lugar es maravilloso’ y me
encontraba, después, con que tenía 120 metros de profundidad y por lo
tanto no se podía fondear”.100
Una vez definidos los fondeaderos, la tarea de Howard era comunicar a sus
superiores los lugares donde éstos se encontraban con el objeto de que la
38
39
40
42
43
SEGUNDA PARTE
SE APROXIMA LA TORMENTA
44
Pero
comoexistían indicios
el Ejército aún másestaban
trasandinos inquietantes, puesto que
desplazando tanto navales
unidades la Marinay
tropas a la zona del diferendo.
Procedente de Punta Arenas, López llegó a la capital el 22 de diciembre y
se reunió con Merino en las dependencias de la Comandancia en Jefe de la
Armada, ubicadas en el sexto piso de la calle Zenteno N° 45. Merino había
meditado durante un buen tiempo la nueva misión que tenía en mente para
el almirante. Sabía que, a la postre, ella resultaría decisiva tanto para la
carrera de este último como para el curso que podrían tomar los
acontecimientos
acontecimie ntos posteriores. Y no se equivocaba.
Una vez que López hubo entrado a las oficinas del comandante en jefe,
éste no se tomó mucho tiempo antes de aclararle el motivo de la cita:
“Mira, como van las conversaciones con Argentina, yo creo que esto
puede terminar verdaderamente en una guerra. Quiero que tú te dediques a
preparar la Escuadra. Hazme presente las necesidades, las cosas que faltan
—lo que necesites— para dártelas. Pero la Escuadra, ¡a prepararse para la
guerra! ¡A ser eficientes en cada tiro que se dispare!”.
La repuesta de López fue tan contundente como la de su jefe: “Conforme
almirante, pero siempre salen interferencias: que hay una visita
presidencial,
hay que hacerque
estohay que atender
o aquello. Yo aquiero
tales que
personas, a embajadores,
me suprima todo eso oy que
me
45
47
Otra decisión que se tomó en este período fue dotar a varios buques, como
el ARA Hércules, con misiles Sea Dart y Exocet. También se reincorporó
48
49
Si bien el conflicto que se estaba gestando con Argentina era una de las
mayores fuentes de preocupación para el Gobierno chileno, la verdad es
que 1978 fue un annus horribilis130 para las autoridades, puesto que
tuvieron que hacer frente a crecientes dificultades en distintos planos,
especialmente en el campo internacional. En particular, eran cada vez más
fuertes las presiones de la comunidad internacional, manifestadas en el
seno de la Organización de las Naciones Unidas, por la situación que
presentaban los derechos humanos en el país. Pocos días antes de que
López asumiera el mando de la Escuadra, el 7 de diciembre, y con el
apoyo de 98 países, la ONU había aprobado un voto que condenaba a
Chile por las violaciones cometidas en esta materia.
La respuesta a esta decisión no se dejó esperar. El general Pinochet
convocó, el 21 de diciembre, a una consulta nacional para que la
ciudadanía aprobara o rechazara la labor realizada hasta el momento por el
Gobierno militar. El referéndum se celebró el 4 de enero de 1978, logrando
un alto porcentaje de apoyo. Las urnas reflejaron que un 75% de los
chilenos manifestaba su conformidad con lo hecho por el régimen,
mientras que la disidencia reunió un 20,24% de los votos. 131 Ese resultado
sería una de las pocas noticias positivas que 1978 le deparó a las
autoridades.
En el campo diplomático, la relación con Argentina se agravaba. Luego
del encuentro entre Villegas y Philippi, sostenido en Buenos Aires en julio
de 1977, las conversaciones entre las cancillerías habían seguido un rumbo
irregular. Ambos personeros habían vuelto a verse las caras el 7 de
septiembre, pero nuevamente las negociaciones se habían empantanado.
Debido al impasse, el 4 de diciembre el almirante Julio Torti hizo una
50
52
daban así las cosas, quedaban obligados a respetar los términos del fallo
arbitral o a aparecer como un país que no respetaba sus compromisos
internacionales.142
La gravedad de la situación llevó a que el general Pinochet actuara por su
cuenta. En verdad, el mandatario chileno tenía poca confianza en las
posibilidades de éxito de las gestiones emprendidas por los funcionarios de
la Cancillería, a quienes solía llamar los “empolvados”. Ya en mayo de
1977, cuando se dio a conocer el contenido del laudo, había tomado el
control y la dirección del litigio en sus propias manos.
Sus directrices al equipo negociador y a los altos mandos de las Fuerzas
Armadas habían sido desde un principio claras: Nada del contenido del
fallo arbitral podía ser comprometido en las negociaciones, puesto que ello
sentaría un precedente muy peligroso para el futuro, más aún si éste no era
el único problema limítrofe pendiente con los vecinos. Con todo, debía
hacerse lo humanamente posible para evitar la guerra, cuyo éxito
consideraba, por lo demás, dudoso. A lo sumo, estaba dispuesto a negociar
la jurisdicción sobre las aguas adyacentes a las islas en disputa. Previendo
que la presión argentina podía hacer inevitable una decisión con las armas,
dio expresas órdenes de prepararse para asegurar una victoria.143
Convencido de que todavía quedaban instancias de negociación y de que el
entendimiento podía ser más fácil entre militares, Pinochet se decidió a
hacer funcionar lo que se llamó “la diplomacia paralela”. Ello lo motivó a
enviar señales a la Casa Rosada, en las que manifestaba su disposición
personal a encontrar un acuerdo con su “hermano de armas” argentino.
55
57
58
59
60
62
el problema
encargará de del
crearBeagle está resuelto
un conflicto. y Argentina
La frontera tiene
es larga”. 186 problemas, ya se
63
64
65
periodistas quecomunicado.
leyó un breve hacían guardia,
En elaltexto
término de las conversaciones
se insinuaba la posibilidad sólo se
de que
67
68
contrarrestarlos
televisión. con una la
Allí reafirmó alocución
intencióna del
través de una argentino
Gobierno cadena dederadio
seguiry
70
submarinos.
Al igual que López, Barbuzzi tuvo como orden del día el entrenamient
entrenamientoo de
las tripulaciones. En el portaaviones se realizaron ejercicios de despegue y
aterrizaje de aviones antisubmarinos Tracker S-2A, los cuales incluso se
ejecutaron de noche. Otras prácticas incluyeron a los helicópteros Alouette
III, los que eran utilizados para tareas de apoyo a unidades menores en
guerra submarina. Ensayos de ataques con bombas y cohetes, así como
adiestramientos de tiro, fueron parte de las maniobras de combate
ordenadas por Barbuzzi.246
Problemas en el norte
simultánea
con condelos“hipótesis
el nombre tres países limítrofes,
vecinal 3”. lo que en jerga militar se conoce
En Picton
El teniente Lautaro Mansilla Clavel fue enviado a Picton, donde vivían por
esas fechas alrededor de 25 colonos, los que se dedicaban principalmente a
80
la cría de ganado. Se suponía que su estadía sería breve —15 días—, sin
embargo, su permanencia allí se prolongó durante ocho meses. Al partir,
en mayo del 78, recibió una orden de operaciones: “Ésta decía ‘situación,
misión, ejecución’, o sea, lo que hay que hacer en caso de guerra. La orden
contenía todos los detalles que se necesitaban para enfrentar una situación
de combate. Por ejemplo, en caso de ataque, repelerlo con todo lo que
tenga uno a mano. Las instrucciones eran igualmente claras en cuanto a
que había que tener mucho cuidado y tacto para no provocar un
conflicto”.251
Al llegar a la isla se encontró con que sus antecesores ya habían construido
una serie de posiciones defensivas, emplazadas como anillos concéntricos
que avanzaban desde la costa hacia adentro. La idea era que, en caso de ser
atacados, pudieran retroceder progresivamente hacia el centro de la isla. La
planificación contemplaba que la batalla final se daría en ese lugar,
recurriendo a tácticas propias de la guerra de guerrillas.252
enlace
—, —algunos
a los eran de con
que se bautizó madera, porque
distintos el terreno
nombres, es húmedo
ideados por losy propios
blando
infantes: sendero de la locura, sendero de la muerte, sendero de la victoria,
81
etc.
Pero quizás la tarea más grata que realizó la compañía de infantes fue la de
construir una capilla, para lo cual se usó madera de la isla y tarugos en vez
de clavos. Un Cristo tallado a punta de machete se ubicó en el centro de la
construcción, donde la mayoría de ellos se acercaba a alguna hora del día o
de la noche a rezar. La labor les llevó cerca de un mes. “Cuando
terminamos la construcción de la capilla, yo hacía el servicio religioso.
Algunos oficiales llevaron hostias consagradas y daban la comunión”,
cuenta Mansilla.253
Una de las mayores dificultades que debieron superar fue la escasez de
víveres. Las provisiones que llevaban estaban calculadas para tres meses,
pero a medida que la estadía se prolongaba surgieron problemas. Primero
se apeló a los “recursos de la comarca”, sacrificando el ganado vacuno
existente en la isla, después se salió a mariscar, pero en más de alguna
ocasión el menú incluyó perquenes —una especie de ganso salvaje— y
castores. A pesar del estricto silencio radial que imperaba, Mansilla
decidió pedir auxilio, para lo cual se desplazó al PVS ubicado en Caleta
Picton, al otro lado de la isla: “Mandé dos o tres mensajes. En el último
coloqué un S.O.S. de supervivencia”.
Así como escaseaban los víveres, faltó también el tabaco. Al principio se
racionaron los cigarrillos, compartiéndolos entre dos fumadores. Cuando
se terminaron, se recurrió a las hojas de té: “Les había hecho secar las
hojas de té y cuando ya no hubo tabaco, las usamos para fumar. Yo había
tallado una pipa y me fumaba las hojas de té”.254
vida
vivir’.noYvale la apena,
se fue porque
dormir. mí aseñora
Previo me engaña
eso, había llevadoysangre
así nodevale la pena
cordero en
una bolsa, y cuando entró en su carpa tomó su fusil y disparó por el
82
de tropas
efatura enIIIellas
de la Zonahabía
Navalaumentado significativamente.
recurrió a una serie de “trucos”.Para ello,
Uno de la
ellos
consistió en camuflar el transporte que se usaba para desplazar a las tropas
83
Uribe, puesto que, con anterioridad, había estado bajo su mando. Ordenó
inundar la santabárbara de la nave con 40 mm de agua y enfriar los
mamparos del departamento de máquinas, mientras que una partida de
ataque combatía el foco del incendio con los colchones que usan los
infantes de Marina, cuando son embarcados en el transporte.259
Erwin Conn, quien por esas fechas era comandante de la Condell, cuenta
que, hasta ese entonces, la preparación de la Escuadra se había adaptado
principalmente para operar en el norte del país. Ahora, frente a la
emergencia, había que acondicionar buques y tripulaciones a las
circunstancias propias del extremo sur. “Es decir estos buques y estos
comandantes, que habían estado entrenándose para hacer la guerra en el
norte, ahora debían prepararse para el combate en el sur. Las condiciones,
no sólo las de mar, sino las condiciones de tiempo atmosférico, de
temperatura, son diferentes. Hay que usar lubricantes especiales, sobre
todo en los helicópteros y aviones. En los cañones es más conveniente usar
260
semana.
para El almirante
evaluar Lópezde
la efectividad destaca la importancia
los oficiales que tenían
en situaciones las prácticas
de guerra. Ellas
permitían conocer “tanto la conducción individual de los comandantes de
85
del dominio del mar”. El jefe de la Escuadra explica que ese escenario se
da “cuando uno trata de aniquilar al adversario, o quitarle potencialidad
para ejercer el dominio del mar”.266 Ambos almirantes eran conscientes de
que “—y en esto creía interpretar al comandante en jefe de la Armada,
señala López— era esencial buscar cuanto antes una decisión de los
FLOMAR.las“Desde
completó que me
dotaciones, recibí de la
la munición Escuadra,
—la el almirante
de ejercicio Merino me
y la de guerra—, y
también todo el equipo que nos faltaba”. Con todo, una de las restricciones
más fuertes era la del gasto en petróleo. “Es una de las graves falencias del
presupuesto naval, porque siempre se gasta gran parte del presupuesto en
el personal y queda muy poco para las misiones operativas. Entonces, los
buques siempre se tienen que mover a velocidad económica. Pero cuando
uno va a combatir a todo lo que dé, teníamos que por lo menos, de vez en
cuando, usar la velocidad máxima, y consumir cuatro o cinco veces más la
cantidad de petróleo. Y todo eso lo había dado el almirante Merino para
que nos preparásemos adecuadame
adecuadamentente para la guerra”.269
En ocasiones la escasez de petróleo se hizo dramática. “Teníamos un solo
petrolero y hubo un período en el año en que no lo tuvimos, porque hubo
que ir a rellenar petróleo al extranjero. Entonces estuvimos entrenando con
unos buques petroleros mercantes y fue bastante exitoso. Aunque el
sistema disciplinario de los marinos mercantes es distinto, comparado con
el que tenemos nosotros, fueron ejercicios estupendos los que hicimos con
ellos, porque le pusieron un ‘pino’, como si hubieran trabajado toda la vida
con la Marina de Guerra”.270
Durante estos meses, los marinos de la Escuadra notaron que, producto de
los preparativos
ambiente en Valparaíso.
general de que estabanSegún
inmersos, algo
recuerda había“secambiado
Tavra, empezó aen el
vivir
un poquito más un clima de guerra, porque los buques en el puerto tenían
‘armamento cubierto’, que significa cañones, ametralladoras y misiles
cargados para reaccionar a un ataque sorpresivo que podía venir de
Mendoza. Teníamos todo un sistema de alerta con los carabineros que
custodiaban la frontera. Si ellos veían pasar aviones argentinos, que tenían
que volar de día, porque no podían atacar de noche, alertaban
inmediatamente a la Fuerza Aérea y a la Escuadra. Pero nosotros
estábamos amarrados, y en los buques no es cuestión de llegar y salir como
si fuera un auto. Todo el proceso dura cuatro horas en tiempo normal, y
dos horas ay media
funciona en vapor,
base de caso deen
emergencia. Es lo
calentar sus que demora
turbinas. un buque,
Entonces que
nuestras
88
“La situación en Punta Arenas era una verdadera pesadilla. Más aún
cuando lo que no se había hecho planificadamente, sólo se podía
improvisar en ese momento. Los aviones estaban a la intemperie y sin
protección de ninguna especie, de manera que cualquier aparato argentino
podía verlos y ametrallarlos. Y la calidad del terreno no nos permitía
sacarlos
antiaéreasin que de
digna se ese
hundieran.
nombrePor otra parte, había
y preocuparse que armar
de contar con losuna defensa
elementos
necesarios para alertar de una posible agresión. En síntesis, el sur estaba
indefenso”, comenta Matthei.273
La Fach tuvo que recurrir a toda clase de subterfugios para suplir sus
carencias. Para poder levantar una Fuerza Aérea realmente operativa, se
tuvo que recurrir al reciclaje de aviones, ocupar los sistemas de
armamentos de las aeronaves dadas de baja, contratar la fabricación en el
país de municiones y bombas a empresarios locales, como Carlos Cardoen,
realizar prácticas de bombardeos nocturnos, entre otras medidas.274
A todos estos graves problemas se sumó la salida del general Gustavo
Leigh de la Junta de Gobierno y la renuncia de buena parte del generalato.
Corría el mes de julio y en muy pocos meses, con Matthei a la cabeza, la
FACH logró colocarse en un plano de igualdad frente a su símil
argentina.275
Por su parte, con el objeto de reforzar el vital apoyo aéreo a sus unidades
en la zona en conflicto, la Armada inició en el mes de agosto el despliegue
de sus propios medios aeronavales hacia el sur, contando con el Grupo de
Apoyo Logístico (Gratran). Una vez en el Teatro de Operaciones Austral,
se inició
pilotos un intensivo
navales proceso
más jóvenes.276 de entrenamiento de las dotaciones de
Junta militar.
efe del A su
Estado vez, el
Mayor vicealmirante
General de la Antonio
Armada,Vañek fue elque
mientras nuevo
el
vicealmirante Julio Torti se hizo cargo del Comando de Operaciones
Navales, es decir, la FLOMAR.294
Las intenciones de Massera de llegar a ser el “cuarto hombre” no pasaron
desapercibidas para la opinión pública trasandina. Incluso se supo de una
intensa campaña en el exterior montada por el almirante, con el objeto de
mostrarse como un militar aperturista. Ella incluso comprendió contactos
con enemigos declarados de la Junta militar como lo fueron sus encuentros
en Europa con representantes de los Montoneros 295 —la guerrilla
izquierdista
Carter. del peronismo— y con diplomáticos estadounidenses de la era
(1978)
97
TERCERA PARTE
VIGILIA DE ARMAS
98
Cambios en Chile
miembros, aún en los momentos más críticos. Así, durante las reuniones,
el canciller no perdía la serenidad, al tiempo que mostraba ser un hombre
resuelto cuando la ocasión lo ameritaba. A los presentes les inspiraba
tranquilidad y confianza. Una de las pocas cosas que lo impacientaban
eran “las intervenciones largas y las frases verbosas”. Cuando pedía una
opinión, exigía yrespuestas
y coherentes” breves y claras.
sus instrucciones Sus intervenciones
“precisas”, al tiempo de eran “lúcidasy
ser cortés
extremadamente franco. Pero sabía ser “duro”, cuando el caso lo
requería.308
El colaborador más cercano al nuevo canciller fue el director de
Planificación de la Cancillería, coronel Ernesto Videla Cifuentes, quien se
hizo cargo de la coordinación del Consejo Asesor. Entre sus funciones
debía mantener informados a los Estados Mayores de las Fuerzas
Armadas, y a las embajadas chilenas en el extranjero sobre el rumbo que
adoptaban las negociaciones.
Cubillos sabía que tenía una ardua tarea por delante. Tres eran los
obstáculos que, a su juicio, complicaban llegar a una solución pacífica en
el diferendo austral. El primero radicaba en la lejanía de las posturas
asumidas por ambos países. Mientras Chile sólo estaba dispuesto a discutir
sobre la delimitación de las aguas en la zona en conflicto, Argentina
insistía en su pretensión de negociar la soberanía y posesión de las islas
ubicadas al sur del canal Beagle. No hay que olvidar, recuerda el propio
Cubillos, “que el laudo tenía por misión definir el curso del canal Beagle y
no otras cosas”.309
La segunda
el seno valla era
del propio interna. yTenía
Gobierno que superar
en especial la desconfianza
de Pinochet— existíaque —en
hacia el
personal de carrera del Ministerio. Entre los círculos castrenses
preocupaba especialmente el hecho de que algunos miembros de la
Cancillería estuvieran “fichados” por no ser adictos al régimen. De hecho,
al momento de asumir el cargo, Cubillos recibió la visita de una “persona
distinguida”, la cual le llevó una lista de 220 diplomáticos “que tenían que
salir, porque eran ideológicamente peligrosos. Fue un continuo tira y
afloja, hasta que al fin los militares aprendieron a trabajar con la
Cancillería”.310
La actitud
Traía negativa
aparejada —dehacia los “empolvados”
partida— la ilusióngeneraba
de que muchas dificultades.
era posible obtener
mejores resultados por el expediente de la “diplomacia de las vías
100
decisión
Junta alguno
militar. y parecía
Y más estarelconstantemente
grave aún, canciller chilenosometido
pronto sealdio
diktat de de
cuenta la
que en el seno de las Fuerzas Armadas argentinas había un sector muy
influyente que sí quería la guerra.312 En una comida en la casa del general
Forestier, uno de los invitados, el general argentino Carlos Suárez Mason
—con unos whiskys de más— le señaló: “Ministro, usted está peleando
por tratar de conseguir la paz. Pero está totalmente perdido y equivocado.
Usted no ha querido entender que los argentinos vamos a ir a la guerra de
todas maneras, porque el Ejército necesita pelear una guerra limpia”.313
Otra gran preocupación de Cubillos era el evidente deterioro que
presentaban
lo las relaciones
más probable, era que con
una los vecinos
guerra condel norte. Eldesembocaría
Argentina canciller sabíaenque,
el
escenario más exigente: la temida hipótesis vecinal 3. Este diagnóstico
explicaba por qué algunos uniformados creyeran que lo más adecuado era
ceder ante Argentina, para ganar tiempo y estar mejor preparados para
combatir en el norte. Cubillos también tuvo que encarar ese problema.
Así, en una de las primeras reuniones del Consejo Superior de Seguridad
Nacional (Consusena) en la que le tocó participar como ministro y donde
asistieron el presidente Pinochet, otros miembros del gabinete, los
integrantes de la Junta y los jefes de los Estados Mayores, uno de los
generales propuso
se les diera llegar a para
más tiempo un rápido arregloelcon
completar Argentina, “Por
alistamiento. o queloal menos
menos
negocie una letra como si fuera de 30 días. Ahora, mucho mejor sería una
101
países como Chile, por más que se esforzaran por dotarse de sistemas de
armas de última tecnología, nunca estarían en condiciones de asegurar un
flujo adecuado de suministros. “Al final, siempre se termina en una guerra
de Infantería. No se gana una guerra sin ocupar el territorio del otro, y eso
se hace con infantes”, era la reflexión de Pinochet.
Ante la imposibilidad de obtener armamento sofisticado, su principal
preocupación “fue la de abastecer a su Ejército para una guerra de
Infantería, concentrándose fundamentalmente en Famae y ordenando la
fabricación de fusiles. Además, volvió a incluir el ‘corvo’ en el
equipamiento de los infantes. El ‘corvo’, usado en la Guerra del Pacífico,
arma cuyo uso todavía infunde temor. Su idea era que habría —en caso
dado— una campaña larga de Infantería”. También, recuerda Cubillos,
“comenzamos a infiltrar a los chilenos que estaban en la Patagonia, donde
se calculaba que había unos 500 mil. En verdad, los argentinos no estaban
tan seguros, porque conocían la capacidad del Ejército chileno, que no
había perdido
nuestro, nunca muy
un Ejército una guerra. Eran el
profesional; cuerpos armados
de ellos, muy profesional.
muy poco distintos: el
Los argentinos, creo yo, le tenían miedo a eso”.319
Junto con el cambio de canciller, en mayo de 1978 también hubo relevo en
la embajada de Chile en Buenos Aires. Salió René Rojas Galdames y
asumió Sergio Onofre Jarpa, quien hasta ese momento encabezaba la
representación chilena en Colombia. Al ser convocado por Pinochet, Jarpa
recibió dos precisas instrucciones: “Primero, evitar la guerra. Segundo, por
ningún motivo ceder soberanía”.320
En
del Buenos Aires,
canciller JarpaMontes,
Oscar fue citadopara
en más
dar deexplicaciones
una oportunidad al despacho
sobre algunos
incidentes que afectaban las relaciones. Uno de ellos involucró a
funcionarios chilenos que fueron detenidos, acusados de espionaje.
Cubillos recordaría que en un episodio, personal del Banco del Estado y de
LAN estuvo implicado en los hechos, a los cuales se les encontraron
documentos incriminatorios.321
Durante esos tensos meses de 1978, Jarpa conoció y trató frecuentemente a
varias de las figuras de mayor poder e influencia dentro de las Fuerzas
Armadas y del Gobierno trasandinos. Uno de los que se convirtió en
asiduo visitantehasta
solía quedarse de la altas
embajada
horaschilena fue el general
de la madrugada Suárez Mason,
conversando quien
en torno al
conflicto. Su interés era “instruir” a Jarpa sobre qué era lo que tenía que
103
hacer Chile para resolver el litigio. “Ustedes tienen tantas islas. Qué les
cuesta ceder un islote para marcar el límite”, le dijo una vez.322
Otro de los interlocutores del embajador chileno fue Massera, que en más
de una ocasión trató de convencerlo de que se había creado una “leyenda
Por supuesto,
gabinete el almirante
también nopropio.
hicieron lo fue el único en reaccionar.
Encabezados Los ministros
por el titular del
de Interior,
Sergio Fernández, y el de Hacienda, Sergio de Castro, sostuvieron una
106
entonces
relata en se
susdesempeñaba
memorias—como ministro de
se encontraba enSalud. Esa Portales,
el Diego mañana —según
cuando
Fernández se le acercó y le dijo: “Mira, Fernando, los ministros vamos a
redactar una carta al general Leigh para ponerlo en su lugar. Todos vamos
a firmarla, pero a ti, general de la Fuerza Aérea, no podemos ponerte en
una situación imposible. ¿Qué te parece que no podamos encontrarte?”.336
De ahí en adelante los hechos se desarrollaron con una rapidez fulminante.
Durante el fin de semana, Pinochet, Merino y Mendoza, director general
de Carabineros y también miembro de la Junta, se reunieron y le enviaron
un mensaje a Leigh, sugiriéndole que renunciara. Sin embargo, el jefe de
la Fach se negó. En ese minuto, su suerte en el Gobierno quedó sellada.
s ellada.
El día 24 de julio todas las instalaciones de la Fach amanecieron
custodiadas por efectivos del Ejército; pero Leigh llegó al Ministerio de
Defensa y subió al quinto piso con la intención de proponerle a Pinochet,
Merino y Mendoza que la Junta se declarara en sesión permanente. Sin
embargo, sus pares lo esperaban con un decreto de destitución de todos sus
cargos, disposición que él mismo debía firmar. La cita fue más que tensa y
hubo un duro intercambio de palabras entre Pinochet y Leigh, hasta que
este último abandonó indignado el salón.337 De inmediato, se procedió a
nombrar al general Fernando Matthei en su reemplazo, lo cual implicaba la
salida de los
nombrado, ochosegenerales
Matthei que le precedían
dedicó a preparar en para
la institución antigüedad. Apenas
el conflicto que
venía. “Decidí que daríamos la pelea utilizando todo lo que pudiera volar.
Hasta el último avión civil y la última avioneta”.338
Gestiones ante el Vaticano
el papa,
balde deque estaba
agua fría, muy
pero delicado
Cubillos de
se salud, murió.para
las arregló La noticia cayó comoque
que la entrevista un
había acordado con Pablo VI se hiciera con el nuevo papa, Juan Pablo I.
Sodano inició las gestiones y el canciller viajó a Roma el 10 de agosto,
presidiendo la delegación chilena a la ceremonia de entronización.
Para ese entonces, Cubillos había logrado una cierta cercanía con el
secretario de Estado del Vaticano, cardenal Agostino Casaroli —su
contraparte— quien, al tanto de la problemática situación que se vivía
entre Chile y Argentina, mostró su mejor disposición para programarle un
encuentro con Juan Pablo I. Ésta tuvo lugar al día siguiente, 11 de agosto.
Fue una de las
oficialmente tuvopocas reuniones
con un ministroque ese papa pudo
de Relaciones dar y laElúnica
Exteriores. que
resultado
fue muy positivo ya que el pontífice envió un comunicado a las
108
quien
diálogohabía asistidoenaunlacóctel
se produjo ceremonia en representación
que —por primera vez endelaArgentina. El
historia— se
realizaba en la Capilla Sixtina. Con un whisky en la mano, departieron
amigablemente, aunque ahí el canciller chileno se dio cuenta de que
negociar con Videla no generaría mayores avances. En verdad, recuerda,
“si bien yo no era Pinochet, yo sentía toda la autoridad de él atrás. Pero
Videla no mandaba para nada, estaba controlado por la Junta, por el
Consejo General, por las cúpulas militares. Su poder de decisión era casi
nulo”.342
Paralelamente, preocupado por el recrudecimiento del clima prebélico
entre Chile
ocasión se yleArgentina,
presentó elel cardenal Silva Henríquez
3 de septiembre en Roma,decidió intervenir.
cuando viajó a La
la
ceremonia de “prestación de obediencia” de la curia ante Juan Pablo I. De
manera sorpresiva, cuando a Silva Henríquez le tocó el turno de
arrodillarse y besar el anillo del nuevo pontífice, le “robó” unos minutos
para ponerlo al tanto del peligro inminente de una guerra entre ambos
países. El papa no sólo prestó oídos a lo que le estaban relatando, sino que
también le pidió al cardenal más antecedentes de lo que estaba sucediendo.
Días más tarde, el 11 de septiembre, los comités permanentes de los
episcopados de Chile y Argentina se reunieron en Mendoza. Durante el
cónclave,
preocupación se porredactó un comunicado
el conflicto. En el texto, losconjunto haciendo
obispos pedían verde la
el cese la
carrera armamentista y que se privilegiara el diálogo y la comprensión,
para resguardar la soberanía de las dos naciones.343 Con todo, fueron
necesarios cuatro borradores antes de que se le diera el visto bueno a la
declaración. La opinión pública pudo conocerla el 13 y los párrocos a los
dos lados de la cordillera fueron instruidos para que realizaran actos en
favor de la paz.
Esta ofensiva de las Iglesias locales se vio reforzada el 20 de septiembre,
cuando se conoció la misiva enviada por Juan Pablo I a las respectivas
Conferencias
realizar “obra Episcopales. En lapara
de pacificación” carta, el un
evitar pontífice exhortaba
conflicto. al clero
Se trataba, comoa
vimos, de una consecuencia directa del encuentro entre Cubillos y Juan
109
autoridades de Beijing
de noticias no no colaboraban
tenían, para demasiado,
ellos, mayor interés. Eladuciendo
canciller que ese tipo
entendía la
importancia de retomar el contacto apenas fuese posible con el nuevo
pontífice y pensaba en ello cuando un télex enviado de Santiago le advirtió
el inminente fracaso de las negociaciones en la Comisión Mixta.344
A los pocos días y a miles de kilómetros de distancia, salía humo blanco
en el Vaticano. Había sido elegido el cardenal polaco Karol Wojtyla como
nuevo papa de la Iglesia católica, con el nombre de Juan Pablo II. Apenas
supo del nombramiento, desde su hotel en la capital china, Cubillos trató
de comunicarse con el cardenal Casaroli, para conseguir una entrevista con
su santidad.
La relación entre ambos era muy buena. Tanto así que al saber Casaroli
que estaba en China le pidió un par de favores: que visitara a un obispo
que se encontraba enfermo y del cual se tenían pocas noticias y que
averiguara en qué iba el estatuto sobre libertad de culto en la nueva
Constitución, que por ese entonces se estaba elaborando. Le indicó que
anotara la respuesta palabra por palabra, ya que en la diplomacia de ese
país todo término cuenta. Al entrevistarse con el primer ministro Deng
Xiaoping, Cubillos le preguntó sobre el asunto y la respuestas que recibió
fue escueta: “En nuestra nueva Constitución habrá libertad para creer y
345
libertad para nocon
de la entrevista creer”.
el papa Mientras tanto,
para el 30 Casaroli
de octubre de le1978.
había fijado la fecha
chilenas.
Había que reaccionar rápido y de la mejor forma posible para conducir un
conflicto que se veía cada vez más cercano.
Como era de esperar, el escenario más probable era que las hostilidades se
iniciaran en el extremo sur del país, por lo que los movimientos militares
se intensificaron especialmente en los cientos de kilómetros de frontera
con Argentina en la XII Región. Así, el Ejército inició el desplazamiento,
hacia Punta Arenas y la isla de Tierra del Fuego, de todos los blindados y
vehículos mecanizados que pudo asignar sin desguarnecer el norte.
También fueron almacenados en las instalaciones militares de la zona, el
armamento y equipamiento bélico que habrían de ocupar las tropas de
refuerzo que serían enviadas al Teatro de Operaciones Austral desde la
zona central.347
Todas estas acciones eran supervisadas directamente por el general Nilo
Floody, que en su calidad de jefe de la Región Militar Austral, respondía
de la implementación del Plan de Campaña del Teatro de Operaciones
Conjunto, recientemente actualizado para asegurar el “objetivo político-
estratégico de Chile en la región marítima austral”, es decir, “mantener la
integridad territorial ante una agresión argentina”.348
El plan de campaña de Floody consideraba la organización de la defensa
de todos los posibles frentes de combate. Hasta ese minuto, esa función
debía realizarse con las tropas asignadas permanentemente a la zona. Pero
a medida que las negociaciones no mostraban resultados y se hacía
evidente
desde la proximidad
el norte de una
y centro del país,guerra,
lo cualfue necesario
permitió el envíolasdedotaciones
completar refuerzos
de las unidades de artillería, Infantería, ingenieros y blindados de la V
División.349
El número de tropas involucradas constituía un serio desafío a las
capacidades de coordinación de los mandos del Ejército. Era necesario
contar con una planificación de relojería, que incluyera hasta el más
mínimo de los detalles. Había que elegir los lugares más adecuados para el
desembarco de los contingentes, las horas más convenientes para hacerlo,
satisfacer las necesidades de transporte, equipamiento y alimentación,
entre muchos
que todos estosotros aspectos. A ello
desplazamientos se agregaba
se realizaran enlaelexigencia
mayor deprioritaria
los sigilosdey
bajo las más estrictas medidas de seguridad, por lo que la mayoría de las
111
veces fueron realizados de noche. Más de algún civil vio por esos días a
soldados durmiendo en la plaza de armas de Punta Arenas, agotados tras el
primer vuelo de su vida, mientras esperaban ser transportados a sus
posiciones definitivas.
No sólo
Las cadaelvez
fracaso de las negociaciones
más belicosas y frecuentesaconsejaba adoptar
declaraciones estas
de los medidas.y
generales
almirantes argentinos habían llevado a la región un clima de alta tensión.
Pero los trasandinos no sólo se quedaban en las palabras: Sus reales
intenciones eran reveladas por los informes de inteligencia que llegaban a
los despachos de los altos mandos de las Fuerzas Armadas chilenas, los
cuales no dejaban espacio a la duda. Así, durante octubre se detectó que al
otro lado de la cordillera habían comprado al menos 25 aviones de
combate, 17 tanques, que fueron ubicados en las cercanías de Bariloche, y
dos corbetas misileras. A ello se agregó la convocatoria de 500 mil
reservistas.350
Por esas fechas, los militares argentinos trataron de hacer un “frente
común” con Bolivia, lo cual agregaba mayores motivos de preocupación
para los mandos en Santiago y en Punta Arenas. El 12 de octubre se supo
que el III Cuerpo de Ejército argentino iniciaba “ejercicios conjuntos” con
la Fuerza Aérea en “solidaridad con los reclamos bolivianos”. Poco tiempo
después, el general Roberto Viola sostenía en Venezuela una entrevista
con el presidente de Bolivia, Juan Pereda, con la finalidad de darse “apoyo
mutuo en la defensa de sus soberanías”.351
No es de extrañar que, durante ese tenso mes de octubre, Floody recibiera
una escueta,
en jefe del pero firme“Ante
Ejército: instrucción de su
agresión desuperior
fuerzas directo, el comandante
argentinas, defenderá
soberanía de su zona jurisdiccional, combatiendo hasta el último
hombre”.352Con la llegada de esta orden, Floody pasó de ser jefe de la
Región Militar Austral a jefe del Teatro de Operaciones Austral Conjunto,
lo que lo convirtió en la autoridad suprema, civil y militar, de esa zona.
Para cumplir su misión, el general Floody ordenó la construcción de
posiciones defensivas con el fin de proteger a toda costa Punta Arenas.
Estas defensas se levantaron en el área conocida como “cabeza de mar”,
ubicada a unos 56 kilómetros al norte de la ciudad y a unos 150 kilómetros
de la frontera
desde con Argentina.
el seno Otway, La las
hasta tocar línea defensiva
aguas se extendía,
del estrecho por el oeste,
de Magallanes, por
el este.353 De acuerdo a sus instrucciones se creó un dispositivo en
112
Junto a Punta
condición Arenas,
se debía la otra de
a su cercanía zona crítica —distante
la frontera era Puertoa Natales.
no más deEsta
15
kilómetros—, a la escasa profundidad del terreno, su proximidad al mar y
su aislamiento, distante como estaba —a más de 250 kilómetros— del
grueso de la V División. Ahí se montó un dispositivo defensivo semejante
al de Punta Arenas. Y para el caso de que los efectivos chilenos se vieran
superados numéricamente por los argentinos, el comandante recibió la
orden de continuar la lucha, mediante una guerra de guerrillas. Con ese fin
se escondieron diversos depósitos de armas y municiones.
Los análisis estratégicos indicaban que Porvenir y Tierra del Fuego no
serían un objetivo
hostilidades. prioritario
Aunque también para
se los argentinosposiciones
organizaron una vez quedefensivas,
estallaran las
las
unidades existentes en el área recibieron la orden de estar preparadas para
movilizarse a otros lugares y cumplir otras misiones.356
Así como el Ejército, la Fuerza Aérea también realizó intensos
preparativos con el fin de organizar la defensa aérea del Teatro de
Operaciones Austral. Esta tarea fue dirigida por el general Nelson
Sepúlveda y el coronel Leopoldo Porras.357 Para ello se acondicionaron los
aeródromos existentes en el área y se instalaron defensas antiaéreas —muy
débiles, por lo demás—. También se implementó un eficiente sistema de
358
comunicaciones y enlaces.
comunicaciones
Entre las misiones que les fueron encomendadas por el general Floody,
113
desafíen a losYmilitares
tranquilidad. de ahí teque
vasestán en Concepción,
desplazando paramás
lentamente dar la
al sensación de
sur, pasando
por Corral, por Valdivia, por Puerto Montt, Aysén”. 364 La orden era
115
Cumplido
la labor deella2Comisión
de noviembre,
Mixta,plazo fijado en el Acta
las delegaciones de Puerto
de ambos Montt
países para
tuvieron
que enfrentar a la prensa y dar cuenta de que no habían llegado a acuerdo.
120
Ello obligaba
militar. a reaccionar
El almirante con era
Merino rapidez
uno en
de todos los frentes,
los más incluyendo
preocupados. el
En sus
manos tenía informes de inteligencia que señalaban que los argentinos
121
mí llevarlo a bordo, pero debo informarle que tengo dos casos de rubéola.
Tengo un marinero y un subteniente, el subteniente Merino, sobrino del
almirante Merino. Ahora, yo sé que la rubéola, generalmente, le da a la
gente joven. Pero no sería bueno que el comandante en jefe de la Escuadra,
en esta situación tan crítica, se vaya a contagiar’”. 391 López reaccionó de
inmediato: “En la situación
efe de la Escuadra no puedeenarriesgarse
que estamos
a unviviendo,
contagio.elMe
comandante
quedo en en
la
Lynch”.392
Otra señal de que las cosas venían en serio se dio por esas fechas, cuando
López dio instrucciones para que los buques de guerra comenzaran a
camuflarse. Ramón Undurraga, entonces comandante del Williams,
recuerda que la orden debió ser cumplida a toda prisa: “Navegábamos en
los canales con lluvia, y seguíamos pintando. Incluso, en una ocasión en
que estaba pasando ronda por cubierta, me encontré con un sargento, quien
se desempeñaba como contramaestre y era un tipo muy simpático. Y vi
que andaba en
4 pulgadas conlaun galón
mano de pintura
derecha. Y leenpregunte:
la mano ‘¿Qué
izquierda
estásy una brocha de
haciendo?’. Y
él me contestó con gesto de artista: ‘Yo estoy a cargo de los detalles de la
pintura’”.393
Tal como se había hecho unos meses atrás, la Escuadra avanzó hacia los
canales australes en formaciones independientes. La idea era que los
argentinos no tuvieran la oportunidad de detectar su ubicación una vez que
llegaran al Teatro de Operaciones Austral. Según cuenta el comandante
Ramírez, de la Lynch, se navegó entonces bajo silencio radial, con
excepción de los mensajes más urgentes dirigidos a los aviones que
sobrevolaban a los buques.394
La Armada había adoptado este sistema de comunicaciones de la Marina
estadounidense. Para no enviar mensajes a tierra por radio —lo cual
presenta el riesgo de que el enemigo pueda triangular la ubicación de la
nave emisora y, por ende, de la flota—, un avión naval se acercaba a un
buque y, mediante una onda especial, las comunicaciones destinadas a
tierra se enviaban a un computador a bordo de la aeronave, lo cual, en
erga naval, se denomina “cargar tráfico”. Terminado el procedimiento, el
avión se dirigía a tierra y “descargaba” la información sobrevolando un
puesto elegido para este propósito, recibiendo a su vez los mensajes
dirigidos a la Escuadra. Con el objeto de facilitar los encuentros entre los
aviones y los buques, en las “cargas” y “descargas”, se le indicaba al piloto
123
A
la pesar de todo,
Escuadra el ánimo
era bueno. y elalambiente
Junto entrey los
trabajo duro los oficiales
ejerciciosy diarios
marinería de
había
que mantener en alto la moral y tener momentos de distensión. Es por ello
que Erwin Conn, apenas supo que la Lynch debía volver a Talcahuano
para reparaciones, se apoderó del equipo de video de esta última. “Había
un buen ambiente de cámara. El equipo de oficiales era bastante alegre.
Después de la comida, veíamos una película. Eran unas cintas mexicanas e
italianas espantosas”, relata el oficial.400 Una vez que concluía la
“función”, era costumbre tomarse un trago y preparar un “filibustazo”. Así
le decían a los platos preparados por los propios oficiales. En otras
ocasiones, se invitaba a las dotaciones de otros buques a cenas de
camaradería.
compañeros deEnarmasellas,a un
loscompetencia
miembros de
quelaya Condell
se había desafiaban a sus
hecho habitual en
el buque: tirar la cuerda. “Dentro de la cámara de oficiales se pasaba una
el buque: tirar la cuerda. Dentro de la cámara de oficiales se pasaba una
125
Aunque el conflictodecon
de sus momentos Argentina
máxima se encontraba
tensión, en ese entonces
las formalidades en uno
protocolares se
mantenían. Y la Armada debía cumplir su parte en ello. Así, mientras la
128
Tras
ponerlaelnota del en
asunto 8 de noviembre,
manos en laInternacional
de la Corte cual Chile reiteraba su disposición
de Justicia de La Haya,a
el coronel Ernesto Videla Cifuentes propuso recurrir al Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Era un punto interesante
porque introducía un nuevo factor en la contienda diplomática: la actitud
trasandina estaba generando un cuadro de peligro para la paz ya no sólo
con Chile, sino que para toda la región. Una vez que el planteamiento de
Videla Cifuentes fue aceptado al interior del Gobierno, Enrique Bernstein
fue enviado para iniciar las negociaciones con la Organización de Estados
Americanos.
CUARTA PARTE
“MOVIMIENTOS” EN SANTIAGO
135
136
serían instaladas las tropas, sino también la forma en que se realizarían los
desplazamientos, asegurando el abastecimiento de pertrechos y de
municiones. Además, había que salir a comprar armamentos, construir
pistas aéreas, levantar un sistema de comunicaciones seguro a lo largo del
país y, en general, orientar la actividad de las empresas públicas —y a
veces
debían,deademás,
las privadas—
realizarsehacia el más
bajo la esfuerzo dereserva,
estricta guerra. no
Todas
sólo estas tareas
para que no
fueran detectadas por la inteligencia trasandina, sino que también para no
provocar alarma en la población.
Gran parte de esta responsabilidad recayó sobre los hombros de los
integrantes del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN). Desde el
mes de julio, el organismo estaba encabezado por el almirante Roberto
Benavente, en reemplazo del general del Aire Nicanor Díaz Estrada, quien
pidió su retiro como consecuencia de la salida de Leigh. La designación
tomó por sorpresa al marino, quien hasta esa fecha era el segundo en el
EMDN y era uno de los almirantes más nuevos.
Como la situación con Argentina se hacía cada vez más crítica, el
organismo entró en una fase que se conoce como planificación extra
militar, que abarca lo que en jerga castrense se denomina “frente de acción
en una situación de conflicto”. Ella incluía los objetivos que debían ser
cumplidos en distintos ámbitos, como el diplomático, el económico, el
frente bélico propiamente tal y el interno. La idea era que cada uno de
ellos asumiera las responsabilidades respectivas “en una situación tan
grave como es la guerra”. Al respecto, Benavente explica que “la gente
habla de la guerra en una forma simple, como si fuera un partido de fútbol
o una cosa transitoria, cuando en realidad la guerra es lo más complicado y
delicado del mundo. De modo que nos dedicamos a perfeccionar la
planificación de la guerra del frente bélico, que era el nuestro, y además a
llamar “la atención del Gobierno, para que los demás frentes hicieran su
propia contribución”.428
A cargo de la coordinación de las tareas en el campo civil estaba el
ministro del Interior, Sergio Fernández, quien debía seguir las directrices
que emanaban del Estado Mayor de la Defensa Nacional. Una de las
primeras acciones que tuvo que llevar a cabo fue pedirle a los ministerios
sus respectivas planificaciones para ser analizadas en el Estado Mayor de
la Defensa. “Muchas de ellas fueron devueltas —recuerda Benavente—,
ya sea porque estaban incompletas o porque carecían absolutamente de
137
sentido real. Ello ocurrió porque sencillamente nunca habían hecho una
cosa así. Nunca habían hecho un plan para enfrentar una contingencia que
fuera de hipótesis bélica”.429 Por su parte, comenta Sergio Fernández, “yo
tenía en mi escritorio un alto de papeles con los decretos listos para los
cambios de intendentes y autoridades y la delegación de facultades a los
ministros. Y comandante
guerra, como es que Pinochet se de
en jefe ocuparía
todas laspersonalmente de conducir
Fuerzas Armadas”. 430 la
Inglaterra, pero todos eran a uno o dos años plazo. Lo único disponible
eran los tanques que estaban en Israel, que eran unos 250, de la Segunda
Guerra Mundial. Usaban motores a bencina y tenían 95 para la venta. Eso
fue lo que compramos. Después, se les cambiaron los cañones y los
motores”.435
Junto al abastecimiento de equipamiento bélico, el general Carrasco debía
supervisar y planificar la labor y la presencia del Ejército en los distintos
teatros de operaciones en que estaba dividido el país. Especial
preocupación constituía el TON, que abarcaba la zona comprendida entre
Arica y Antofagasta. El reforzamiento de las defensas en ese área era
considerado vital para el Ejército, quien destinó al lugar al general Julio
Canessa, sin perjuicio de sus funciones como ministro de Conara. El
general a cargo de la VI División era, por su parte, Guillermo Toro Dávila.
El Ejército tampoco podía descuidar el Teatro de Operaciones Centro, una
de cuyas áreas
Operaciones Sur,críticas
en tanto,era el valle del
comprendía de larío Aconcagua.
VIII El Teatro
a la X Región, de
las cuales
eran cubiertas por la II y III División, cuyos comandantes eran los
generales Enrique Morel Donoso y Rigoberto Rubio Ramírez. Esta última
División incluía las líneas de operaciones Lonquimay y Puyehue, las
cuales resultarían ser campos de batalla en caso de una irrupción de
fuerzas trasandinas. La inteligencia chilena había detectado que el grueso
de las tropas del Ejército argentino se encontraba a la altura de esa zona,
apreciación que más tarde resultó ser correcta.436 El plan de combate
trasandino contemplaba que toda su masa operativa cayera, a través de
Puyehue, sobre Osorno y luego Puerto Montt, cortando de esa manera las
comunicaciones y el territorio en dos. “No se dio lo que se pensaba
originalmente, esto es, que avanzarían con todo hacia el Teatro de
Operaciones Austral, en dirección a Punta Arenas”.437
El general Martín Balza, que más tarde llegaría a ejercer el cargo de jefe
del Ejército argentino durante nueve años (1990-1999), escribió en sus
memorias que, en 1978, “cuando casi vamos a la guerra con Chile, escuché
decir a un comandante que bien podría tildarse de ser un seudo Patton:
‘Cruzaremos los Andes, les comeremos las gallinas y violaremos a las
mujeres’. También vi cartelitos que decían: ‘Ahora vamos al mundial del
Beagle’. Esto lo presencié personalmente, pues movilicé una unidad de
artillería con motivo del conflicto. En oportunidad de hacer un
reconocimiento en la zona del Paso de Puyehue, cerca de Bariloche, dije
140
que todo el plan era un disparate. Chile, con una actitud defensiva, estaba
militarmente en una posición más fuerte que nosotros, que iniciaríamos
una insensata ofensiva. Políticamente seríamos considerados invasores en
el contexto internacional y condenados en consecuencia. Hasta el TIAR
actuaría contra nosotros. (...) Pero lo más caótico y ridículo era que los
medios más poderosos, los también viejos tanques AMX-13, iban a ser
empleados en la zona de Pino Hachado, en la provincia de Neuquén, donde
penetrarían en un área conocida como La Horqueta, por la boca ancha de
un embudo, para terminar saliendo —encolumnados y desfilando— por la
boca pequeña del embudo, por un desfiladero montañoso que permitiría al
adversario destruir fácilmente a nuestros blindados, empleando efectivos
de poca magnitud, dotados de armas antitanques. Una vez más, quienes
concibieron el plan se olvidaron de los manuales y de la elemental
doctrina”.438
Dada su importancia, el Teatro de Operaciones Sur fue preparado de tal
manera que, como reconoce Balza, los argentinos se habrían llevado una
gran sorpresa. A todos los puentes se les instaló cargas explosivas, se
adelantaron unidades de caballería armadas con cohetes antiblindaje y se
prepararon campos de tiro nocturno debidamente “jalonados” y pintados
para evitar confusiones.
El Ejército encontró una gran colaboración entre la población. Incluso se
organizó un contingente de caballería formado por civiles, llamado Los
Bueras, en recuerdo del héroe huaso de la Independencia, Santia
Santiago
go Bueras.
Su misión era apoyar en la exploración a las tropas y cooperar en aquellos
pasos fronterizos, que contaran con menor cantidad de medios.439
Aunque los informes de inteligencia señalaban que el centro de gravedad
de un eventual ataque argentino se daría en este teatro de operaciones, el
efe del Estado Mayor del Ejército tuvo especial preocupación por dotar
con los medios necesarios a las unidades y efectivos del Ejército que se
encontraban en el Teatro de Operaciones Austral. “Yo le mandaba a
Floody todo lo que podía. Yo había sido comandante de la V División y
conocía la zona. Sabía perfectamente lo que le faltaba”.440
Otro de los organismos claves por estas fechas fue el Comité de
Apreciación Política Estratégica (CAPE), creado por orden del presidente.
A partir del mes de noviembre, el organismo se reunía todas las tardes en
el edificio Diego Portales, analizando los distintos escenarios que se iban
presentando. Presidía el Comité el general Fernando Matthei y lo
141
Durante
comenzó el tenso mes
a hacerse cada de
vezdiciembre, cuando
más evidente, la se
Landau gravedad de lolamenos
reunía por crisis
dos veces a la semana con el canciller Cubillos. En esos encuentros, el
diplomático no cejó en transmitirle el “apoyo moral” de Estados Unidos a
la posición defendida por Chile.452
Fracasan las conversaciones
Durante la mañana del 11 de diciembre de 1978, el canciller Hernán
Cubillos revisaba, en su casa de la comuna de Vitacura, los últimos
detalles para su viaje a Buenos Aires. Confirmó que en la maleta que le
había preparado
holandés y el set su
denana
pipas,Hortensia, se encontraran
de las cuales rara vez se las dos bolsas
separaba. de tabaco
Aunque sabía
que sobre sus hombros recaía una enorme responsabilidad, mantenía la
calma que lo caracterizaba. Su formación de marino y el conocimiento que
tenía de las Fuerzas Armadas chilenas le daban tranquilidad. Sabía que
podía confiar en su profesionalismo y valentía, lo que le permitía ubicarse
frente a Pastor en una posición de fuerza.
Al otro lado de la cordillera, y a la misma hora, el recién nombrado
canciller argentino Washington Pastor y cuñado de Videla, se reunía con la
Junta militar. La cita se llevaba a cabo en el despacho del comandante en
efe del Ejército,
representantes delRoberto
poder Viola.
políticoSey encontraban presentesentre
militar trasandino, los máximos
ellos el
presidente Videla, el almirante Lambruschini, el brigadier mayor Miguel
Ángel Osses —quien concurrió en reemplazo de Agosti, que se encontraba
en Caracas—, el subsecretario de Relaciones Exteriores, Pablo Apella;
además de los secretarios generales de cada una de las tres ramas
castrenses, general Reynaldo Bignone, contralmirante Eduardo Fracassi y
el brigadier Basilio Lami Dozo.
Por espacio de una hora y media, Pastor recibió las instrucciones de sus
superiores de cómo debía llevar adelante las conversaciones que sostendría
453
al día siguiente
persona de Juancon Cubillos.
Pablo La idea era
II como “ministro de que el canciller
fe” en propusiera
el conflicto. a la
Pero debía,
por sobre todas las cosas, evitar que el papa actuara como mediador
144
El
de atraso obligaba
inmigración dela aeropuerto,
moverse rápido. Cubillostrámite
sin realizar pasó volando
alguno. por
De las casetas
inmediato
abordó el avión Fokker F 28 Tango 02 de la Fuerza Aérea argentina, para
145
148
151
Cuando volvieron
consecuencias quea podría
encontrarse,
tener Pastor le informó
la mala recepciónal que
canciller
habíachileno
tenido las
el
previo acuerdo entre sus asesores y le señaló que iría de inmediato a la
Casa Rosada, para solicitarle respaldo a Videla. De no lograrlo, presentaría
su renuncia sin demora.470
Cubillos tuvo que esperar cerca de 45 minutos. “Obviamente, hubo
problemas entre los dos, y Videla se debe haber ofuscado. Pero cuando
vuelve, llega radiante y me dice: ‘Qué bueno. A Videla me costó
encontrarlo, pero al final pude hacerlo. Está feliz. Entonces, pongamos a
nuestras comisiones a redactar el acuerdo que vamos a firmar esta tarde,
pidiéndole a su santidad 471
que sea el mediador en este caso. Especifiquemos
ahí los términos y todo”.
Según recuerda Enrique Bernstein, miembro de la delegación chilena,
pasaron pocos minutos antes de que nuevos problemas surgieran en el
camino. De acuerdo a su relato, mientras Cubillos se encontraba
trabajando con sus asesores en la declaración, se produjo una nueva
interrupción. Esta vez fueron cinco los funcionarios argentinos que
irrumpieron. El grupo estaba encabezado por el subsecretario de
Relaciones Exteriores, comandante Walter Allara, quien invitó a los
presentes a conversar en otro salón.
Una vez en el lugar, Bernstein propuso redactar la declaración definitiva.
No alcanzó a terminar sus palabras, cuando Allara lo interrumpió y, para
estupor de los chilenos, dijo que no habría tal texto, porque el documento
tendría partes secretas, las que no podían ser dadas a conocer
públicamente. La respuesta de la delegación fue inmediata: Chile jamás
suscribía convenios secretos y no entendían qué puntos del acuerdo podían
ser reservados. En seguida, Bernstein leyó el borrador que había sido
redactado por la delegación chilena. Ante ello, Allara se limitó a pasarles
una copia del texto afinado por la diplomacia trasandina.
152
154
La Escuadra a la guerra
Un día después del arribo de Cubillos a Santiago, el jueves 14 de
156
Eran cercarecibió
Cifuentes de lasun11 de lallamado
urgente noche, de
cuando el coronel
Ramírez Ernestode Videla
para enterarlo lo que
estaba sucediendo. En la conversación el general le dijo que tenía en sus
manos reportes que indicaban que la FLOMAR estaba a 200 millas de la
zona del Beagle y que existía la posibilidad de que intentara realizar un
desembarco en algunas de las islas en disputa.
Pero no sólo el Estado Mayor de la Defensa Nacional había recibido esa
noticia. Según recuerda Videla Cifuentes, sólo 15 minutos más tarde, el
embajador de Chile en Brasil, Fernando Zegers, se comunicaba con el
canciller Cubillos para decirle que había recibido informaciones, de buenas
fuentes, que señalaban que la flota trasandina intentaría el desembarco.
Poco rato después, un llamado de la embajada de Estados Unidos
comunicaba que Argentina ocuparía las islas Evout, Barnevelt y Hornos,
operativo que se realizaría alrededor de las 4 de la mañana.
Si bien la noche fue tensa, el desembarco nunca llegó a producirse. Lo
cierto es que la FLOMAR efectivamente se encontraba en la zona, pero
seguía un derrotero que consistía en un ir y venir entre la Isla de los
Estados y el cabo de Hornos, manteniéndose fuera del alcance y de la
vigilancia de los aviones de la Fach y de la aviación naval.487
El episodio
Fuerzas puso en
Armadas. El máximo
almiranteestado de alertaMerino
José Toribio a todashabía
las ramas de con
seguido las
atención las negociaciones en curso y si bien el 21 de noviembre había
instruido a López para que regresara con la Escuadra a Valparaíso, pronto
se dio cuenta de que había sido un error. El sábado 9 de diciembre, la
inteligencia naval le había informado que la FLOMAR había salido de
Bahía Blanca y todo hacía presumir que esta vez el despliegue tendría un
carácter muy distinto, ya que existían indicios de que los argentinos
intentarían ocupar islas chilenas.488
Ese mismo día, el comandante de la Escuadra, Raúl López, fue citado al
despacho de Merino. Una vez allí, el Estado Mayor hizo una completa
exposición de la situación existente. López recuerda que Merino le señaló
que “si la reunión de cancilleres, a realizarse en dos o tres días más en
157
158
159
160
161
El almirante López recuerda que el martes 12, día del encuentro entre
Pastor y Cubillos en Buenos Aires, las unidades de la flota se encontraban
abasteciéndose de petróleo en Chiloé. Fue allí donde recibieron la noticia
del fracaso de las negociaciones y que la FLOMAR había zarpado de su
base en Puerto Belgrano. De inmediato, el almirante dispuso “continuar al
TOA a la máxima velocidad, a 250 millas de la costa”.507
Tavra recuerda cómo se vivió esa orden a bordo del Williams. “Nos
fuimos a toda velocidad. Fue la navegación más rápida de mi vida. Íbamos
a 25 nudos. No podíamos más, porque si consumíamos más combustible
nos quedábamos botados, ya que el petrolero Araucano estaba más al sur.
Llegamos casi sin petróleo. El buque se iba golpeando contra la mar con
fuerza porque en esa estación del año, la mar y los vientos son del sur, y el
buque se golpeaba y se golpeaba. El buque tuvo algunas averías, las que se
162
163
165
166
168
169
aceptar, les sacó en cara el hecho de que, un siglo antes, Argentina había
desechado participar en el Tratado Secreto de 1873, firmado entre Perú y
Bolivia. También les dijo que mientras estaban en guerra con su vecino del
sur, los trasandinos aprovecharon para llegar a un entendimiento con Chile
respecto a la Patagonia. Más tarde, De la Puente puso en conocimiento de
Cubillos lo ocurrido, asegurándole que Perú no intervendría si se llegaba a
producir la guerra en el extremo austral. 524
170
Pero no sólo en Buenos Aires se tomaban decisiones al más alto nivel para
enfrentar la guerra que venía. En Santiago, el viernes 15 de diciembre, el
general Pinochet, decretó la movilización secreta de las Fuerzas Armadas,
lo que implicó que cada oficial asumiera su puesto de guerra. Entre otras
medidas, los alumnos de las academias de guerra y politécnicas, fueron
destinados a los distintos teatros de operaciones, al igual que los alumnos
de las escuelas de suboficiales y de armas, a excepción de la Escuela
Militar que sólo movilizó una compañía de alféreces. El 100% de los
reservistas con instrucción debió presentarse antes de 24 horas en sus
respectivas unidades. Con ello se asumía como posibilidad cierta que el
conflicto era, a esas alturas, inevitable. Pinochet, incluso, tenía guardado
en su escritorio el discurso que dirigiría a la nación una vez que estallaran
las hostilidades con Argentina.
Las autoridades de Gobierno pusieron en ejecución, a un ritmo febril, las
instrucciones que se habían preparado para enfrentar esta difícil situación.
Sin dejar traslucir la gravedad del momento, el Banco Central tomó las
medidas necesarias para evitar una corrida bancaria; las regiones dejaron
de ser un ente administrativo para convertirse en “zonas y subzonas de
comunicaciones”, salvo, naturalmente, los teatros de operaciones, con lo
cual todos los servicios de utilidad pública pasaron a depender de la
autoridad militar correspondiente. Además, se previó el racionamiento de
electricidad y de agua, el control de las comunicaciones telefónicas y de
los medios de transporte, incluso privados. Se dispuso también el momento
en que entraría en vigencia el toque de queda y se prepararon las órdenes
para utilizar el Metro como refugio antiaéreo.528
Por otra parte, los cuarteles generales dejaron el edificio de las Fuerzas
Armadas, en calle Zenteno, y fueron trasladados fuera de la capital, a los
lugares que habían sido acondicionados para esta eventualidad.
La orden de movilización secreta también consideró a Carabineros.
Muchos de sus efectivos habían sido entrenados en el último año por
personal del Ejército para que se incorporaran como suboficiales a la
campaña. Naturalmente, el grueso de la institución debía continuar
realizando sus tareas normales en el resguardo de fronteras, pero, ahora,
muy reforzados.
De esta manera, el Ejército movilizado alcanzó a 125 mil hombres,
debidamente encuadrados y equipados, listos para combatir hasta la muerte
172
si fuera necesario.529
El Gobierno también solicitó a los medios de comunicación que
colaboraran en el esfuerzo nacional y que se abstuvieran de difundir
noticias que pudieran alarmar a la población. No fue necesario implantar la
censura previa. Por propia decisión, nadie publicó una nota siquiera que
pudiera favorecer a los argentinos o generar problemas al interior del país.
Eduardo Frei Montalva, quien representaba en esos momentos a la
oposición, fue advertido por Cubillos de la gravedad del momento y
ofreció toda su colaboración.530 Incluso, los exiliados por el régimen
prestaron un importante servicio enviando información.531
En el Teatro de Operaciones Austral estaba prácticamente todo listo para
enfrentar a los argentinos. La mayor parte de las líneas defensivas ya
estaba organizada y dispuesta al combate. El general Nilo Floody había
entregado el mando de la V División al general Carol Lopicich y él estaba
totalmente concentrado en la dirección del operativo conjunto. Sólo había
que esperar.
La Infantería de Marina había organizado todo un sistema de sanidad. “En
la compañía de sanidad —recuerda Wunderlich— teníamos 11 cirujanos y
cuatro cirujanos maxilofaciales. Se construyeron siete trailers, los que
podían ser arrastrados por camionetas o ser embarcados en cualquiera de
las barcazas. Cada uno de ellos tenía un departamento con dos quirófanos
completos, en los que se podía realizar cualquier tipo de operación, salvo
neurocirugía. No teníamos neurocirujano, ya que un tiro en la cabeza es
mortal. Entonces, nuestros hombres sabían y eso influía en su moral, que si
caían, iban a ser recogidos y tratados de inmediato. Por norma, si hay
heridos los que están al lado no se preocupan de ello, porque detrás vienen
los camilleros. De hecho, si uno se preocupa por el herido, lo probable es
que en lugar de haber uno menos sean dos menos. Para eso están los
camilleros. Lo otro que influyó mucho en la moral de la gente —y esto lo
leí de la Segunda Guerra Mundial, sobre el Ejército alemán— es que
aunque se estuviera viniendo el mundo abajo si a un hombre le
correspondía hacer su permiso, se iba a cumplirlo. Y eso levanta la moral.
Resulta que el almirante Merino fue a pasar revista en esos días, y yo le
dije que tenía tres hombres con permiso. ‘¿Pero cómo con permiso?’, me
dijo. ‘Sí’, le contesté. ‘Porque a dos se les murió un hijo y a otro se le
murió su esposa’. ‘¿Y por cuantos días?’ ‘Por el tiempo que ellos
necesiten, almirante’. A ninguno le puse fecha de regreso. Ninguno estuvo
173
más de cinco días afuera. Porque lo que querían era volver para retomar
sus funciones y no frustrar a su comandante”.532
Mientras tanto, el embajador Sergio Onofre Jarpa no cesaba de reunirse
con las autoridades trasandinas. En la misma tarde del día 15 informó a la
Cancillería que se había reunido con el general Roberto Viola, quien le
había señalado que la situación era “muy delicada”. En su opinión no se
podía ir a la mediación “sin algunas condiciones previas” para evitar otro
desastre como el del laudo arbitral: “Usted tiene que entender que todo
esto más que un problema de límites es, ahora, un problema de imagen.
Nosotros no podemos afrontar otro fracaso. Déjennos por lo menos
algunas rocas para salvar las apariencias”.533
Jarpa dio además cuenta de un atentado sufrido por el consulado de Chile
en Comodoro Rivadavia y de la concentración de aproximadame
aproximadamente
nte 15 mil
efectivos en Río Gallegos. Al oriente de la ciudad, en la hacienda
Buitreras, se habían desplegado 200 tanques, vehículos
534
blindados y piezas
antiaéreas y se iniciaba la evacuación de civiles. Un poblador de Puerto
Toro, José Catril, recuerda que “a partir del 15, las cosas se pusieron muy
malas. Sabíamos que teníamos que defendernos con todo porque eran ellos
o nosotros. La gente estaba en el monte, en las trincheras, ubicada y lista
para disparar. Esperábamos el puro grito no más y a luchar. Pero nos
dijeron que debíamos esperar que ellos lanzaran el primer tiro, nos tenían
bien disciplinados”.535
Ese mismo día 15 de diciembre también se vivió un clima anormal en la
frontera norte del país. Aprovechando el agravamiento de la relación entre
Chile y Argentina, el Gobierno de Perú adoptó una serie de medidas
inquietantes. Por un lado, se ordenó el zarpe de la flota al sur, el cierre del
aeropuerto Jorge Chávez en Lima, para facilitar maniobras de la Fuerza
Aérea, y se puso en alerta al Ejército. Hasta ese momento, la tensión con
Perú se había percibido casi exclusivamente en la II Región Militar, con
sede en Arequipa, que había dispersado cuidadosamente sus depósitos de
combustible y pertrechos militares para evitar su eventual destrucción por
un ataque aéreo o una incursión de comandos chilenos. Ahora era la
totalidad del Ejército peruano el que se movilizaba. Por si ello fuera poco,
en la localidad de Santa Cruz, Bolivia, se realizó una reunión de mandos
militares peruanos y bolivianos.
Con todo, las noticias verdaderamente preocupantes provenían del Teatro
de Operaciones Austral. Luego de una reunión del Comité Asesor Político
174
Estratégico, realizado
realizado en Santiago, Pinochet decidió movilizar el grueso de
las Fuerzas Armadas hacia el sur. Ello implicaba que el Teatro de
Operaciones Norte debía arreglárselas con sus propios medios. La poca
ayuda que se le pudo enviar se trasladó en aviones comerciales que
volaban de noche. La defensa de la extensa costa norte estaría a cargo sólo
de dos misileras, dependientes del Distrito Naval Norte, que estaba al
mando del comandante Francisco Johow Heins. La misión de estas
misileras era interferir un eventual desembarco de fuerzas peruanas al sur
de Arica.
A pesar de las dificultades, el general Guillermo Toro Dávila, comandante
de la VI División, daba muestras de relevantes dotes organizativas e
ingenio para mantener las defensas a punto y en alto el espíritu de combate
de las tropas. Su puesto de mando, a cargo del general Dante Iturriaga, fue
instalado en una mina abandonada. Se creó, por ejemplo, un grupo de
motociclistas armados —todos ellos reservistas— que en caso de estallar
el conflicto debían realizar operaciones de tipo guerrilla detrás de las filas
enemigas. Para impresionar a los peruanos y tonificar el espíritu de los
ariqueños, durante las fiestas patrias se había realizado un impresionante
desfile, presentando a todas las fuerzas del TON, algunas de las cuales, a
estas alturas, ya habían sido trasladadas al sur.536
Lo cierto es que ante la escalada de la crisis, ese viernes 15 de diciembre la
comunidad internacional se activó significativamente. Ese día, el
embajador George Walter Landau le entregó al general Pinochet una nota
del presidente Carter, en que éste le expresaba la inquietud de Estados
Unidos ante el más que probable estallido del conflicto. A la misma hora,
el presidente Videla recibía una misiva similar en la Casa Rosada.
Luego, enterados de que Argentina seguía dispuesta a iniciar las
hostilidades a más tardar en una semana, el sábado 16 se reunieron en
Buenos Aires el nuncio Pío Laghi y el embajador de Estados Unidos, Raúl
Castro, y acordaron enviar a sus respectivos superiores un informe que
daba cuenta de las intenciones bélicas de los militares argentinos. El
periodista Bruno Passarelli señala que los textos contenían tres puntos
básicos: El primero expresaba que “la guerra es inminente y puede estallar
en cualquier momento, pues las instancias negociadoras se consideran
agotadas”; en segundo término se manifestaba que “va a morir mucha
gente inútilmente, pues se habla de ‘guerra total’, y existe la posibilidad de
una extensión a buena parte de Sudamérica”; finalmente, se concluía que
175
176
177
‘chaval’. Para esa dotación será muy difícil olvidar ésa y otras
películas”.545
La alimentación se completaba con lo que se pudiera mariscar en la zona,
y las partidas que se enviaban a esta labor debían permanecer al alcance
visual del submarino, por si había que salir “arrancando”, ya que estaban
prohibidas las comunicaciones electrónicas. Entre los tripulantes se
discutían intensamente las informaciones sobre el conflicto, que eran
captadas por los aparatos radiales. En particular, las gestiones del canciller
Cubillos fueron seguidas con gran interés. El Comando de Submarinos, en
tanto, también les proveía de noticias sobre lo que ocurría en el país y en el
extranjero.
Cada cierto tiempo, el submarino era abastecido discretamente por
barcazas de la Armada, las cuales traían alimentos y otras provisiones. Se
trataba de una ocasión muy esperada, más que nada, por las raciones de
cigarrillos. Sin embargo, a la tripulación se le prohibió enviar cartas a sus
respectivos hogares usando este medio. No se quería, obviamente, que se
delatara la presencia de la nave en el sur.
En los fondeaderos de guerra
179
180
184
187
Ese martes 19, en los fondeaderos de guerra, el almirante López seguía con
atención los acontecimientos en el campo político y diplomático. Muy
temprano en la mañana, en la radio a pila que tenía en su camarote,
escuchó el informativo de Radio Minería. El canciller argentino declaraba
“que se había agotado el tiempo de las palabras y comenzaba el tiempo de
la acción en las relaciones con Chile”. Su reacción fue inmediata: “Ordené
a todos los buques comenzar a prepararse para el zarpe, que se esperaba
por fin fuese el definitivo”.569
En eso estaba, cuando llegó un mensaje urgente del comandante en jefe de
la Armada. El texto era breve y contundente: “Prepararse para iniciar
acciones de guerra al amanecer, agresión inminente. Buena suerte”. La
orden no sorprendió al almirante y el “mensaje, que coincidía con la
suspensión de las negociaciones diplomáticas, fue transmitido a todas las
unidades”.570
Antes de zarpar, siguiendo los preparativos usuales para el combate, López
ordenó a las unidades que se despojaran de “todo lo superfluo que fuese
combustible y de los botes. Esto produjo un momento muy emotivo, al ver
cómo quedaban atrás los elementos que nos habían proporcionado
comodidad y servicios durante la vida a bordo, augurando de esta manera
la proximidad de la acción”.571 Ciertamente, para las tripulaciones se
trataba de la señal más evidente de que faltaban pocas horas para la batalla.
A bordo del Williams, Ramón Undurraga se reunió con sus oficiales y les
dijo: “Las cosas se están poniendo malas”, y ordenó bajar todo lo que
constituyera peso muerto . En el fondeadero se encontraba también un
petrolero muy viejo, el Montt, que era usado como gasolinería flotante, al
que se traspasó el material no indispensable.
188
189
señaló: “Nosotros
la guerra, y pelearestamos dispuestos
con todas a ir a la guerra,
las consecuencias si estiene,
que ello que nos
perollevan
quieroa
dejar en claro que nosotros no la vamos a iniciar”.576
Mientras esto ocurría, los mensajes entre la Santa Sede y las cancillerías
chilena y argentina iban y venían. El Vaticano hacía esfuerzos
sobrehumanos para desactivar la lógica que conducía fatalmente a un
desenlace armado. En Santiago, en tanto, el Ejército chileno decidió
suspender la ceremonia en que se impondría la condecoración Estrella al
Mérito Militar al agregado militar argentino, coronel Julio César Ruiz. En
Mendoza, unos 600 compatriotas permanecían imposibilitados de regresar
al país, debido
ciudades del suradeque el paso Los
Argentina, Libertadores
la noche estaba
anterior se cerrado.
habían En los
realizado las
oscurecimientos de rigor y el belicoso general Menéndez azuzaba a sus
190
191
192
los defraudaremos’”.582
López señala, por su parte, que al momento del zarpe, “en silencio rogué a
Dios, con un fervor como nunca antes lo había hecho ni lo he vuelto a
hacer, que me ayudara para que mis decisiones fueran las más adecuadas y
que supiera guiar a todo este conjunto de fierros y de hombres, de los
cuales era responsable, con acierto y valor para conducirlos al éxito en las
acciones que emprenderíam os”.583
emprenderíamos”.
Entre las 18:30 y 19, el grupo “Acero”, encabezado por el Prat, comenzó a
atravesar los canales.584 El grupo “Bronce”, en tanto, con el Latorre a la
cabeza, recibió órdenes de salir unas horas más tarde, para posteriormente
reunirse con la primera agrupación.
Las tripulaciones de los buques de ambas agrupaciones iban descansadas y
altamente motivadas. El enfrentamiento
enfrentamiento con la FLOMAR había pasado del
plano de las posibilidades al de la realidad. Fue en esos momentos cuando,
en cada una de las unidades, se comunicó que la próxima vez que se tocara
zafarrancho de combate ya no sería una práctica más. Fue ése el instante
cuando el comandante Eri Solís, dijo en el Centro de Informaciones y
Combates del Prat, que al fin había llegado el momento de saber “cuántos
pares eran tres moscas”.585
Cerca de las 10 de la noche el comandante del Williams, Ramón
Undurraga, vivió un momento especialmente emotivo. “Yo recuerdo que
sentí una tremenda responsabilidad por lo que iba a pasar. Abrí con
emoción la caja de fondos y saqué la llave de la consola de los misiles
Exocet. 586
Me la eché al bolsillo, ya que sabía que esa noche iba a ser
crucial”.
El grupo “Acero” navegó desde la zona de Porvenir siguiendo las aguas de
algunos canales para salir al océano. Eran las 12:01 del día miércoles 20 de
diciembre.587 Esos momentos se vivieron con especial expectación a bordo
de las naves.
Sepúlveda recuerda que mientras iban navegando estaban con todo los
sistemas de seguridad y guardias que se usan cuando la batalla es
inminente. “Los oficiales que estaban en el puente eran de mi total
confianza. Entonces, recorrí el buque entero. Fui hasta el último rincón y
me preocupé de estar con cada una de las personas de la dotación. Esto me
tomó como hora y media. Lo que más me llamó la atención fue que nadie
193
problema,
con estamos
nosotros, ya eslistos, porqueque
una persona esteno
hombre que lleva
se diferencia entres o cuatro
absoluto delmeses
resto
de la tripulación”. 588
197
entonces le digo: ‘¿Qué va hacer con todo esto?’. ‘Mi teniente, me dijo, es
que cuando vengan los aviones argentinos yo voy a salir a dispararles’.
‘Bueno ya’, le dije, pensando que sería algo bueno para la moral”.
El otro Santiago López, el que se encontraba lesionado, debía ser
trasbordado a uno de los petroleros para ser atendido. Pero le dijo a Tavra:
“¡No!, yo no me pierdo esto”. El teniente intentó hacerlo desistir, pero
López insistió: “Métame en la camilla a la central y yo le daré las
instrucciones para que opere el sistema de fuego”. Al ver la insistencia del
marino, el segundo comandante autorizó la petición. “El hecho es que lo
pusimos en la camilla, y este hombre se pasó ahí más de un día. Postrado
daba las instrucciones para dirigir el tiro. Esto fue muy impactante para
nosotros”.596
En Punta Arenas, mientras tanto, Floody tenía listos los preparativos para
enfrentar una incursión argentina. El general había decidido —y así lo
había hecho saber públicamente— que en caso de que los argentinos
llegaran hasta la ciudad, ésta iba a ser defendida calle por calle, casa por
casa, palmo a palmo. La idea era que quien pudiera tomar un fusil, lo
tomara. John Howard señala que la defensa de Punta Arenas habría sido
“como Stalingrado, durante la Segunda Guerra Mundial.
Mundial. La ciudad se iba a
defender totalmente y los argentinos, sabedores de esto, no estaban muy
contentos. Entonces, del lado argentino empezó a desertar mucha gente,
los que cruzaban la frontera hacia Chile. Muchos de ellos habían llegado
de guarniciones del norte de Argentina, y no estaban acostumbrados al
frío, a pasar hambre. Y el desertor es un buen elemento para que te cuente
una pila de cosas”.597
Cerca de las 8 de la mañana del miércoles 20, la agrupación “Acero” se
encontraba navegando con rumbo general sureste. La agrupación
“Bronce”, en tanto, se ubicaba a unas 300 millas de la FLOMAR. A esa
hora, ambos grupos iniciaron el avance en formación de cuña, encabezada
por la fragata Condell ya que tenía los mejores radares. Los restantes se
distribuyeron hacia atrás formando una V. A esa hora, el submarino
Simpson había llegado al punto en que esperaría a la FLOMAR.
Mientras tanto, a varias millas náuticas de distancia, la flota trasandina
enfrentaba un intenso temporal. El mal tiempo había afectado gravemente
la capacidad operativa del portaaviones 25 de Mayo, dificultándole en
extremo realizar maniobras aéreas. Además, las fuertes marejadas estaban
desgastando a las tripulaciones de la flota que sufría los efectos de un mar
198
201
fotografías
FLOMAR.610de satélite que indicaban los desplazamientos de la
Dada la gravedad de la situación, esa misma tarde la Cancillería optó por
enviar una nota a la OEA pidiendo —en virtud del Tratado Interamericano
de Asistencia Recíproca (TIAR)— una reunión urgente del órgano de
consulta, para que resolviera las medidas a tomar en caso de producirse
una agresión a Chile.611 El presidente Pinochet, a su vez, ordenó a sus
ministros poner en práctica todas las medidas que estaban contempladas
para cuando se iniciaran las hostilidades.
Ese jueves 21, materializando la fase correspondiente del Operativo
Soberanía, el embajador argentino ante la ONU presentó una nota ante el
Consejo de Seguridad, acusando a Chile de haber ocupado militarmente
las islas en conflicto.612 Sólo era cuestión de horas para que, de acuerdo a
202
los presentes que “aviones de la Armada han detectado en la zona del cabo
de Hornos, navegando en posición de ataque, a la Flota de Mar
argentina”.617 Igual información recibía el general Pinochet, quien se
encontraba en la ceremonia de graduación de los nuevos oficiales en la
Escuela Militar.618
El almirante López y el resto de las unidades recibieron entonces un
mensaje de su comandante en jefe: “Zarpar de inmediato y entrar en
combate contra los argentinos”. Jorge Martínez Busch, a bordo del Prat,
afirma que las instrucciones “se mandaron en castellano, sin clave, sin
codificarlas, para que fueran escuchadas claramente por las radios
argentinas”619 La idea era dejarle en claro a la FLOMAR que la Escuadra
entraría en acción.
Durante las siguientes horas, la aviación naval detectó a la FLOMAR que
avanzaba en dirección al cabo de Hornos y se encontraba a la altura del
meridiano 59°, casi en frente de las islas. Eran las 19:19 del jueves 21. Lo
único que se interponía, en ese momento, en su camino hacia el
desembarco, era el submarino Simpson, el cual permanecía sumergido en
aguas del Atlántico, con sus torpedos listos para ser disparados. López era
informado minuto a minuto y sabía que se acercaba la hora en que su
decisión estratégica debía ponerse en práctica.
En Punta Arenas también se seguía al detalle cada movimiento de la
FLOMAR. En el Estado Mayor de la III Zona Naval, sobre varias mesas
unidas entre sí, se había desplegado un gran mapa, en el que estaban
indicadas las posiciones de los elementos que tenía la Armada en la región:
buques, torpederas, infantes de Marina, aviones, etc. El almirante Luis de
los Ríos estaba en permanente comunicac
comunicación
ión con el general Floody. Desde
ese despacho se avisó a los infantes de Marina que el desembarco era
inminente. Probablemente ocurriría cerca de las 4 de la madrugada del día
22 de diciembre.
A las 11 de la noche del jueves 21, un avión de exploración de la FACH
envió un mensaje que desconcertó a los presentes. La nave informaba que
naves argentinas se movían en las cercanías de las islas Picton, Nueva y
Lennox. Poco después, aseveraba que uno de los buques ya estaba
desembarcando tropas. Por algunos segundos, cundió el nerviosismo en el
lugar. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el avión estaba
confundido y que, en realidad, había avistado a las torpederas chilenas
Fresia, Guacolda, Quidora y Tegualda, que estaban patrullando el área. La
204
205
MarianoenSepúlveda
Aguirre en Rubén
el Cochrane, el Portales, JorgeenFellay
Scheihing en el Jorge
el Simpson, Blanco,
GrezCarlos
en el
Araucano y Octavio Bolelli en el Sargento Aldea, sintieron una orgullosa
alegría. Habían compartido con el almirante López una verdadera misión
de guerra. Pese a la frustración de no haber culminado la batalla tan
largamente preparada, cada uno de los protagonistas de esas horas difíciles
sabía que con su profesionalismo y voluntad de lucha había conquistado el
objetivo final: ganar la paz.
Sin embargo, la Escuadra continuó todavía su desplazamiento en
condición de alerta. Cuando la retirada argentina se convirtió en certeza, el
almirante ordenó
fondeaderos. A lasque11sus
de buques volvieran
la mañana a ocupar
del día sus puestos elenPrat
22 de diciembre, los
ingresó a bahía Cook.
207
Notas
1 Solís, Eri, “El encuentro naval que no fue”, Archivo General CIDOC,
Folio 50233, Universidad Finis Terrae. Documento inédito.
2 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a Don Raúl López”, 29 de abril de 1998,
Archivo General CIDOC, Folio 50267,Universidad Finis Terrae.
Testimoniio inédito.
Testimon
3 Dentro de su jurisdicción están comprendidos además, Puerto Edén,
Puerto Natales y Punta Arenas, y, por supuesto, todas las islas, islotes o
equivalentes de la XII Región. En total, la superficie territorial que debe
cubrir la
la Zona es de un millón de kilómetros cuadrados; y el área de
Seguridad y Rescate Marítimo abarca los 12 millones de kilómetros
cuadrados. Ojeda, Arturo. “La Armada de Chile y su presencia en la XII
Región de Magallanes y la Antártica Chilena”, (clase magistral), en
www.armada.cl.
4 Ushuaia —que en yamana significa “bahía que mira al poniente”—, es la
capital de
de la provincia argentina de Tierra del Fuego y constaba de
alrededor de 27 mil habitantes en esa época. Ver más antecedentes en
Canclini, Arnoldo. La Armada Argentina en Tierra del Fuego, Buenos
Aires, Instituto de Publicaciones Navales, 1996.
5 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle. Operaciones navales”, Exposición
realizada en el seminario “La guerra que evitó Pinochet: Chile-Argentina
1978”, Santiago, 9 de agosto del 2001, Archivo General CIDOC, Folio
30857, Universidad Finis Terrae. Documento inédito. Benadava, Santiago,
“La guerra que no fue”, El Mercurio, Cuerpo de Reportaje, 23 de
diciembre de 2001.
6 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op.cit.
7 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a John Howard Balaresque”, 18 de
diciembre de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, Cassette N° 463,
Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
8 Ibid.
209
10 José
10 José Miguel Barros se había dedicado a recopilar en distintos archivos
europeos, documentación referida al diferendo del canal Beagle que
apoyara la tesis chilena. Bajo la presidencia de Eduardo Frei Montalva fue
nombrado agente del caso Beagle, siendo confirmado en ese puesto por
Salvador Allende más tarde. Quintana, Sonia, “El fallo inapelable de su
majestad”, en revista Ercilla, Nº 2179, Santiago, 4-10 de mayo de 1978.
11
11 Frase
Frase citada en Cavallo, Ascanio; Salazar, Manuel y Sepúlveda, Oscar,
La Historia Oculta del Régimen Militar, Santiago, Editorial Grijalbo,
1997, p. 212. Al parecer Julio Philippi no entendió el significado de la
frase de Barros ya que hizo el siguiente comentario: “Todos estamos
tensos esperando el fallo, y nos vienen a hablar de fútbol”, en Vial,
Gonzalo, Pinochet, la biografía, tomo I, Santiago, El Mercurio- Aguilar,
2002, p. 312.
12
12 Del
Del Valle, Jaime, Exposición realizada en el seminario “La guerra que
evitó Pinochet: Chile-Argentina 1978”, Santiago, 9 de agosto de 2001,
Archivo General CIDOC, Folio 030859, Universidad Finis Terrae.
Documento inédito.
13 Ibid.
13 Ibid.
210
211
212
27 Reemplazado
27 Reemplazado más tarde por Vaquero.
28 En el Ejército las “palomas” o “blandos” estaban encabezados por el
28 En
propio general Videla y el jefe del Estado Mayor del Ejército, general
Roberto Viola quien había sido el “cerebro” del golpe militar de 1976. En
materia de política interna, aunque respaldaban los métodos “duros”
usados para atacar la subversión, se identificaban con ciertas ideas
provenientes del pensamiento liberal, sobretodo en materias económicas.
29
29 Los marinos trasandinos siempre habían rivalizado con el Ejército.
Fuertemente influida por la Royal Navy británica —lo que los hacía
exagerar el
encubrir la caballerosidad, discreciónde ymuchos
origen no aristocrático buenas de
maneras con el fin de
sus miembros— la
institución, a lo largo del siglo XX, casi no tenía logros “de guerra” que
mostrar. Su mayor interés era el provocar divisiones dentro de su rival, el
213
214
43 Floody,
43 Floody, Nilo, “La crisis con Argentina...”, op. cit.
44 Arancibia, Patricia; Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Nilo
44 Arancibia,
Floody”, 20 de mayo de 2003, Archivo Audiovisual, cassette N° 449,
Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
45 Ibid.
45 Ibid.
46 La
46 La Elicura fue la primera barcaza construida en ASMAR en 1968 y su
armamento estaba compuesto por dos ametralladoras de 20 mm. Por su
parte, el Orompello que databa del año 1965, se fabricó con una capacidad
de 750 toneladas, tenía tres ametralladoras de 20 mm. El Piloto Pardo, del
año 1958, poseía un casco que estaba diseñado especialmente para operar
en la zona antártica, además contaba con cuatro ametralladoras de 20/63
mm, un cañón de 3/50 pulgadas y dos helicópteros. Por último el Aquiles
había sido solicitado por López al almirante José Toribio Merino. Hasta
ese momento había estado asignado a la I Zona Naval con asiento en
Valparaíso. Fue construido en Dinamarca en 1953, y vendido a Chile en
1967. disponía de seis ametralladoras antiaéreas. Véase
en www.armada.cl
www.armada.cl y y Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a
Mariano Sepúlveda”, 29 de octubre de 2003, Archivo Audiovisual
CIDOC, cassette, Nº 470, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito
47 El desplazamiento de la Infantería de Marina ocurrió entre el 21 de
47
abril y el 10 de mayo de 1977. Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl
215
49
49 Ibid.,
Ibid., y Arancibia, et. als., “Entrevista a Nilo Floody”, op. cit.
50 Poco se conoce del aporte que hizo Carabineros de Chile en el
50
conflicto, los cuales estuvieron desde el primer día en la línea de fuego.
Carabineros, en caso de guerra no pasa a constituir una cuarta institución
de las Fuerzas Armadas, ya que su obligación en estos casos es el aportar
una fracción de su personal para intervenir en calidad de combatientes y de
policía militar. Durante el conflicto con Argentina, fueron movilizados
Carabineros provenientes de las escuelas de Carabineros y Suboficiales, de
la Prefectura de Fuerzas Especiales y de algunos grupos de instrucción y
prefecturas del país. Como los Carabineros, debido a su función, no tienen
enemigos a los que combatir, sino que se enfrentan en condiciones muy
distintas a infractores de la ley y de los derechos civiles, debieron
someterse a un entrenamiento militar básico y un adoctrinamiento y
preparación psicológica que los capacitara para cumplir funciones de
combatiente. Este entrenamiento lo realizaron en unidades del Ejército.
Humildemente aceptaron el tener que usar uniformes de combate del
Ejército, y no las tenidas ad hoc de la propia institución. Así mismo
asumieron que en caso de que estallara la guerra, debido a sus funciones en
la misma frontera, probablemente muchos de ellos morirían en las
primeras horas siguiendo el ejemplo del Teniente Merino. Muchos de los
efectivos, ya corriendo diciembre de 1978, fueron movilizados sin previo
aviso. Ni siquiera pudieron avisar a sus casas, y menos despedirse de sus
familias. En Miranda, Diego, “En la primera línea de fuego”, 26 de agosto
de 2002, Archivo General CIDOC, Folio 50265, Universidad Finis Terrae.
Documento inédito.
51 Vaccaro,
51 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit.
52
52 Ibid.
Ibid.
53
53 Para calcular la distancia en millas náuticas hay que multiplicar los
kilómetros por 0.53959.
54 Tapia,
54 Tapia, Luis Alfonso, Esta Noche: La guerra, Viña del Mar, Ediciones
Universidad Marítima de Chile, 1997, pp. 77-78.
216
55 Vaccaro,
55 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a Don Raúl López”, op.cit
56 Tapia,
56 Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 78.
57
57 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a John Howard Balaresque”, op.cit.
58 Tapia,
58 Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 78.
59 Ibid.,
59 Ibid., p. 79.
60 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a Don Raúl López”, op.cit.
60 Vaccaro,
61 Benadava, Santiago, “La guerra que no fue”, op. cit
61 Benadava,
62 Vaccaro,
62 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit.
63
63 Los incidentes
nuevos. Las naves entre Chilepermanentemente
argentinas y Argentina en laincursionaban
zona australennoaguas
eran
chilenas. Prueba de ello fue lo que ocurrió con el ARA Fournier de la
Armada argentina. Esta nave penetró el 21 de septiembre de 1949 en los
canales chilenos sin conocer las condiciones de navegación. Como
resultado, la nave se dio vuelta producto de la corriente en el canal Gabriel
(según un artículo argentino fue en Punta Cono, accidente geográfico de
isla Dawson), muriendo todos sus tripulantes. La Armada chilena, a través
de la III Zona Naval, tuvo que desplegar todos sus recursos para ir al
rescate de los argentinos, logrando recuperar los cadáveres los que entregó
posteriormente a las autoridades trasandinas. Más tarde la tripulación del
patrullero
Argentina. chileno Lautaro
El Gobierno fue secondecorada
chileno, por el
limitó a expresar un Gobierno de la
“suave” reclamo
atendiendo el desenlace que había tenido la incursión. Sin embargo es un
hecho que la nave estaba haciendo investigaciones sobre las profundidades
de los canales de la zona. Alsina, Hugo, “Naufragio del ARA Founier”, en
www.revistamarina.cl y Solari, Benjamín, “El hundimiento del Fournier”,
en www.argemto.com.ar.
64 Bulnes
64 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, 14 de noviembre de
2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette N° 475, Universidad Finis
Terrae. Testimonio inédito.
65 Alsina, Hugo, “El incidente del islote Snipe relatado por su
65
protagonista”, en Revista de Marina, Nº 842, enero–febrero 1998, p. 89.
217
66
66 Pavlovic, Santiago, “El año en que vivimos en peligro”, programa
Informe Especial, Televisión Nacional de Chile, 1998.
67
67 Vaccaro,
Vaccaro, Humberto, “Entrevista a Don Raúl López”, op.cit.
68 Ibid.
68 Ibid.
69 En
69 En el camino al islote, varios infantes de Marina chilenos empezaron a
afilar sus bayonetas dándoles forma de corvo. La Armada censuró más
tarde a los infantes por este hecho. Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del
canal Beagle”, Archivo General CIDOC, Folio 50227, Universidad Finis
Terrae. Documento inédito.
70 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Pablo Wunderlich”, 14 de
70
noviembre de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette N° 474,
Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
71 Incidente
71 Incidente relacionados con la pesca de la centolla, fueron frecuentes en
esa época. Las Armadas de Chile y Argentina vivían persiguiendo a los
pescadores de uno y otro lado. Ver en Arancibia, Patricia; Arancibia F.,
Claudia y de la Maza, Isabel, Jarpa. Confesiones Políticas, Santiago, La
Tercera-Mondadori,
Tercera-Monda dori, 2002, p.107.
72
72 Alsina,
Alsina, Hugo, “Torpederas en acción”, en Revista de Marina, Nº 860,
enero–febrero, 2001, p. 85.
73 Floody,
73 Floody, Nilo, “La crisis con Argentina...”, op. cit.
74 Ibid.
74 Ibid.
75 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Mariano
75
Sepúlveda”, op.cit. Bulnes S., Francisco, “Entrevista a John Howard
Balaresque”, op.cit.
76 La
76 La nave Serrano de 2130 toneladas, contaba con seis ametralladoras de
20/63 mm, cuatro de 40/56 mm, un cañón 5/38 pulgadas y dos
deslizadores de profundidad. Había sido construido en Estados Unidos el
año 1942, donde prestó servicios bajo el nombre de USS APD 71 Odum.
Fue
1929.dado de baja aen
Funcionaba 1991.
vapor El escampavía
originalmente, hastaColo–Colo fuesefabricado
que en 1971 le instaló en
un
motor diesel. Dado de baja, actualmente cumple la función de museo en
218
Punta Arenas. Por último, la barcaza Aguila, del año 1945, tenía ocho
ametralladoras de 40 mm antiaéreas. Fue utilizada por el Comando Aéreo
de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos para reparaciones de aviones
y helicópteros. Llegó a Chile a préstamo en 1963, siendo transferida el
219
87
87 Julio Philippi representaba a Chile en el conflicto del Beagle desde
1974. También había sido ministro de Justicia, Tierras y Colonización,
Economía y Reconstrucción y de Relaciones Exteriores durante el
gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964).
88
88 Arancibia, Patricia; Bulnes S., Francisco y Milstein, Tatiana,
“Entrevista a Jorge Martínez Busch”, 31 de marzo del 2000, Archivo
Audivisual CIDOC, video Nº 80, Universidad Finis Terrae. Testimonio
inédito.
89
89 Helmut Brunner, abogado, había tenido hasta la fecha una amplia
trayectoria como negociador diplomático chileno. Era profesor de Derecho
Internacional Público y Privado, y había representado a Chile en distintas
negociaciones y organizaciones diplomáticas.
90 “¡No
90 “¡No llores por mi, Argentina...!”, en revista Qué Pasa, Nº 347, 15-21
de diciembre 1977; Cavallo, Ascanio; et. als., La Historia Oculta..., op.
cit., p. 213; Vial, Gonzalo, “Pinochet decisiones claves”, fascículo V:
Guerra o paz con Argentina, serie publicada en diario La Segunda, 3 de
abril de 1998.
91 Ibid.
91 Ibid.
92 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a Don Raúl López”, op. cit.
92 Vaccaro,
93 Ibid.
93 Ibid.
94 Ibid.
94 Ibid.
95 Benadava,
95 Benadava, Santiago, Recuerdos de la..., op. cit., p. 19.
96 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a Don Raúl López”, op. cit.
96 Vaccaro,
97 En
97 En esa época sólo estaban sondeados los canales que eran usados como
rutas comerciales. Aún en estos las mediciones eran poco confiables,
debido a la tecnología existente en la época.
98 Una
98 Una de las funciones de las Zonas Navales, independiente del lugar, es
prestar
del país.apoyo
Esto aesladeEscuadra en sus desplazamientos
vital importancia a las distintas
para la flota debido a que esozonas
les
permite proveerse de alimentos, materiales y combustible de caso que sea
220
221
108
108 Ibid.
Ibid.
109 Ibid.
109 Ibid.
110
110 Ibid.
Ibid.
111 Arancibia, Patricia; Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a
111
Alexander Tavra”, 15 de julio de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC,
cassette Nº 460, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
112 Ibid.
112 Ibid.
113
113 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. als., “Entrevista a Arturo Troncoso”, op. cit.
114 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, 14 de
114
diciembre de 2003, Archivo Audiovisual, cassette Nº 485, Universidad
Finis Terrae. Testimonio inédito.
115 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit. En el
115
documento “El conflicto del Beagle. Actividades Navales”, López,
relatando el mismo evento señala: “A principios de enero de l978 asumí la
Comandancia en Jefe de la Escuadra (CJE), recibiendo la orden del CJA,
almirante J.T. Merino, de orientar y dirigir las actividades de ésta
exclusivamente a la preparación para la guerra que él veía venir, poniendo
especial énfasis en la preparación para un encuentro con la Flota de Mar,
debido a que las conversaciones sostenidas por los representantes de
ambos países para encontrar una solución satisfactoria a la delimitación
marítima que se desprendía del cumplimiento del laudo arbitral no hacía
vislumbrar ningún acuerdo a un plazo prudencial”.
116
116 Ibid.
Ibid.
117
117 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Hernán
Rivera Calderón”, 14 de agosto de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC,
cassette Nº 457, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
118 Arancibia,
118 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Arturo Troncoso”, op. cit.
119 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a John Howard Balaresque”, op. cit.
119 Bulnes
120
120 Uriarte,
Uriarte, Claudio, almirante Cero..., op. cit., p. 151.
222
123
123 Citado en Escudé, Carlos y Cisneros, Andrés (directores), “Historia
general de las relaciones exteriores...
exteriores...”,
”, op. cit.
124 “Las operaciones navales en 1977”, en Gaceta Marinera, Buenos
124
Aires, 9 de febrero de 1978.
125
125 Ibid.
Ibid.
126
126 Amato, Alberto, “Fin de año frente al Beagle”, en revista Gente,
Buenos Aires, 5 de enero de 1978.
127 E.B.S.,
127 E.B.S., “El tema entró a la Universidad”, en revista Ercilla, Nº 2219,
8-14 de febrero de 1978.
128 Escudé,
128 Escudé, Carlos y Cisneros, Andrés (directores), “Historia general de
las relaciones exteriores...”, op. cit.
129
129 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Roberto
Benavente”, 14 de agosto de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette
Nº 459, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
130 Vial,
130 Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 309.
131 Cavallo, Ascanio, et al., “La historia oculta...”, op. cit., p. 154 y
131
siguientes.
132 Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 315; Landívar,
132
Gustavo, “Después del Beagle, ¿qué?”, en revista Somos, Nº 72, Buenos
Aires, 3 de febrero de 1978.
133 Villegas
133 Villegas estaba asesorado en materias limítrofes por el general Arturo
Corbetta, el almirante Casas y el brigadier Pablo Apella. Bignone,
Reynaldo, El último de facto. La liquidación del proceso memoria y
testimonio, Buenos Aires, Planeta, 1992, p. 47.
134
134 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 51.
223
135
135 Ibid.;
Ibid.; Bignone, Reynaldo, El último de facto..., op. cit., p. 47.
136 Vial,
136 Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 315.
137 Cavallo, Ascanio, et. als., La Historia Oculta..., op. cit., p. 213.
137 Cavallo,
138 Bignone,
138 Bignone, Reynaldo, El último de facto..., op. cit., p. 47.
139 Carballo,
139 Carballo, Mauricio, “Diálogo de cancilleres”, en revista Hoy, Nº 30,
Santiago, 21-27 de diciembre de 1977; Benadava, Santiago, Recuerdos de
la..., op. cit., p. 19.
140 Milstein, Tatiana, “Entrevista a Ernesto Videla”, 5 de octubre de 1998,
140 Milstein,
Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº 33, Universidad Finis Terrae.
Testimonio inédito.
141 “En
141 “En espera de respuesta”, en revista Qué Pasa, Nº 353, 19-25 de enero
de 1978.
142
142 Escudé,
Escudé, Carlos y Cisneros, Andrés (directores), “Historia general de
las relaciones exteriores...”, op. cit.
143
143 Vial,
Vial, Gonzalo. Pinochet, la biografía, op. cit., p. 314.
144 Landívar,
144 Landívar, Gustavo, “Chile negocia, pero sin imposiciones”, en revista
Somos, Nº 69, 13 de enero de 1978 y “En espera de respuesta”, op. cit.
145 Cavallo
145
(obras (obra
citadas), citada)
Bignone dicecitada)
(obra que fue Agustín
y Escudé Toro
(obra Dávila,
citada) pero
dicen queVial
fue
Contreras. Hernán Cubillos también se ha referido a Contreras y su
diplomacia paralela, aunque Vial no descarta que Toro Dávila haya
fungido como un segundo emisario.
146
146 Las relaciones del general Contreras con el almirante Massera se
habían estrechado a raíz de que cuando se produjo el golpe militar en
Argentina, el 24 de marzo de 1976, Massera le solicitó a Contreras que si
algo salía mal, protegiera a su familia en Chile. Arancibia, Patricia,
“Entrevista al general Manuel Contreras”, 23 de agosto de 2004.
147 Ibid.
147 Ibid.
148 Ibid.
148 Ibid.
224
225
161
161 Túrulo,
Túrulo, Carlos M., De Isabel a Videla. Los pliegues del poder, Buenos
Aires, Sudamericana, 1996, p. 115. Ver Pinto Rojas, Alberto, “La crisis
militar entre Chile y Argentina en 1978”, op. cit. Vial confirma en la
biografía de Pinochet ya citada, Tomo I, p. 317, la existencia de una serie
de croquis elaborados durante la reunión.
162
162 Bignone,
Bignone, Reynaldo, El último de facto..., op. cit., citado en Passarelli,
Bruno, El delirio..., op. cit., p. 52.
163 Videla, Ernesto, “Chile y Argentina, historia secreta del gran
163
conflicto”, serie 1, en diario La Segunda, 23 de julio de 2004.
164
164 Arancibia,
Arancibia, Patricia; Góngora, Álvaro y Vial, Gonzalo, “Entrevista al
brigadier general Ernesto Videla”, agosto de 2001, Archivo Audiovisual
CIDOC, video Nº 106, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
165 Ibid.
165 Ibid.
166
166 Ibid., y Videla, Ernesto, “Chile y Argentina, historia secreta...”, op.
cit.
167 Arancibia,
167 Arancibia, Patricia y de la Maza, Isabel, Matthei, mi testimonio, op.
cit., p. 281. Arancibia Patricia, “Entrevista al general Fernando Matthei”,
14 de julio de 1999, Archivo Audiovisual CIDOC, Universidad Finis
Terrae.
168
168 Videla,
Videla, Ernesto, “Chile y Argentina, historia secreta...”, op. cit. Según
la versión entregada por Alberto Pinto Rojas en “La crisis militar entre
Chile y Argentina en 1978”, el marino que había propuesto la salida de los
infantes de Marina chilenos de la isla había sido Massera.
169 Ibid.
169 Ibid.
170
170 Vial,
Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 317.
171
171 Citado en Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 45 y
siguientes. Ver además Landívar, Gustavo, “canal Beagle: la instancia
decisiva”, en revista Somos, Nº 71, 27 de enero de 1978 y Landívar,
Gustavo, “El fallo no se rechaza: es nulo”, en revista Somos, Nº 71, 27 de
enero de 1978.
226
178 Ibid.,
178 Ibid., y “El almirante Barbuzzi presidió la Ceremonia de Lista Mayor
en la Base Naval Puerto Belgrano”, op. cit.
179
179 E.B.S.,
E.B.S., “El tema entró a la Universidad”, op. cit.
180
180 Arthur, Blanca, “Beagle II. Una macana que prenda”, en revista
Ercilla, Nº 2.218, 1-7 de febrero de 2003. Ver también Gaceta Marinera,
Buenos Aires, 9 de febrero de 1978.
181 Landíver,
181 Landíver, Gustavo, “Rojas le contesta a Pinochet”, en revista Somos,
Nº 70, 20 de enero de 1978.
182
182 Sheila Cassidy era médico y colaboraba con grupos terroristas. Fue
detenida por agentes del Estado.
227
183
183 S.Q.,
S.Q., “Tribunal en tela de juicio”, op. cit.
184 Citado en Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 51 y
184
siguientes.
228
200 E.B.S.,
200 E.B.S., “El tema entró a la Universidad”, op. cit.
201 Uriarte,
201 Uriarte, Claudio, almirante Cero..., op. cit., p. 192.
202 Monti, Jorge, “La cuestión entra en cuenta regresiva”, en revista
202
Somos, 10 de febrero de 1978; Vidal, Jorge, “La Cancillería no tiene
respiro”, en revista Somos, 10 de marzo de 1978.
203 Quintana, Sonia, “Dificultades en varios frentes”, en revista Ercilla,
203
Nº 2.220, 15 de febrero de 1978.
204
204 “El
“El hermetismo que precede a las definiciones”, en revista Somos, Nº
74, 17 de febrero de 1978.
205 Videla,
205 Videla, Ernesto, “Chile y Argentina, historia secreta...”
secreta...”,, op. cit.
206
206 Ver texto completo del Acta en “Sistema de negociaciones
suscribieron los gobiernos de Chile y Argentina”, en diario El Cronista,
Santiago, 21 de febrero de 1978; “A las 16 horas se realizará ceremonia de
firma del Acta”, en diario El Cronista, 20 de febrero de 1978.
207 “Quieren
207 “Quieren alterar las fraternas relaciones chileno-argentinas”, en diario
La Tercera, 24 de febrero de 1978 y “A las 16 horas se realizará ceremonia
de firma del Acta”, op. cit.
208 Bignone dice que Pinochet le susurró al oído que iba a hablar.
208
Bignone, Reynaldo, El último de facto..., op. cit., p. 51.
209 Quintana, Sonia, “Establece condiciones de distensión”, en revista
209
Ercilla, Nº 2.221, 22-28 de febrero de 1978; “La sorpresa de Puerto
Montt”, en revista Gente, 23 de febrero de 1978 y Monti, Jorge, “Puerto
Montt: ¿un abuso de confianza?”, en revista Somos, Nº 75, 24 de febrero
de 1978.
210 Uriarte,
210 Uriarte, Claudio, almirante Cero..., op. cit., pp. 194-195.
211
211 Ese
Ese mismo día asumió en Buenos Aires el contralmirante Roberto E.
Wulff, como titular de la jefatura de Infantería de Marina.
212 “Arenga del comandante en jefe”, en Gaceta Marinera, Buenos Aires,
212 “Arenga
23 de febrero de 1978.
229
213
213 “Almirante...
“Almirante... ¿Por qué se va?”, en revista Gente, 9 de marzo de 1978.
214 “La derrota del masserismo”, en revista Qué Pasa, Nº 358, 23 de
214
febrero-1 de marzo de 1978.
215
215 El comandante de la Aviación Naval a partir de ese mes era el
contralmirante Rafael J. Serra. Respecto a los cambios que se hicieron en
la Armada argentina en el mes de febrero de 1978, ver “Asumieron sus
cargos autoridades navales”, en Gaceta Marinera, Buenos Aires, 23 de
febrero de 1978.
216
216 “La
“La Aviación Naval está lista para el combate”, en Gaceta Marinera,
Buenos Aires, 23 de febrero de 1978.
217 “En
217 “En el punto de partida”, en revista Hoy, Nº 40, 1-7 de marzo de 1978.
222
222 La
La anotación fue hecha el día 22 de marzo, pero la orden es del 21.
223 Bulnes
223 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit. Lo confirma
Ramón Undurraga en Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a
Ramón Undurraga”, 6 de junio de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC,
cassette Nº 453, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
224
224 Vaccarro,
Vaccarro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit.
225 Ver
225 Ver “Historial del crucero Prat”, op. cit.
226 Arancibia,
226 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
227 El
227 El destructor Portales debió retrasar su salida hasta el día 29 de marzo,
debido a una falla de última hora que sufrió en su giroscopio. “Historial
230
240
240 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
231
241
241 Ibid.
Ibid.
242 Doña,
242 Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
243
243 Ver
Ver “Historial del crucero Prat”, op. cit.
244 López,
244 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
245
245 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, 12 de
diciembre de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº 486,
Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
246 Gaceta Marinera, Buenos Aires, 11 de mayo de 1978.
246 Gaceta
247 López,
247 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
248 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Pablo Wunderlich”, op. cit.
248 Bulnes
249 Ibid.
249 Ibid.
250 Ibid.
250 Ibid.
251
251 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Lautaro
Mansilla”, 14 de agosto de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº
458, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
252 Ibid.
252 Ibid.
253 Ibid.
253 Ibid.
254
254 Ibid.
Ibid.
255 Ibid.
255 Ibid.
256
256 Ibid.
Ibid.
257
257 Doña,
Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
258 Arancibia,
258 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
232
259 Ramírez,
259 Ramírez, Humberto, “Breve crónica de las actividades...”, op. cit.
260 Bulnes
260 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
261 Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
261 Doña,
cit.
262 Ibid.
262 Ibid.
263 López,
263 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
264 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit.
264 Vaccaro,
265
265 Ibid.
Ibid.
266 Ibid.
266 Ibid.
267
267 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
268 Vaccaro,
268 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit.
269 Ibid.
269 Ibid.
270
270 Ibid.
Ibid.
271
271 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
272 Bulnes
272 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
273 Arancibia, Patricia y de la Maza, Isabel, Matthei..., op. cit., pp. 282-
273 Arancibia,
283.
274 Ibid.,
274 Ibid., pp. 284-285.
275
275 Tapia,
Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 109.
276
276 Aguayo, Claudio, “El grupo aeronaval en 1978”, Archivo General
CIDOC, Folio 50232, Universidad Finis Terrae. Documento inédito.
277
277
Bulnes op.
Sepúlveda”, S.,cit.
Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Mariano
233
278
278 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
279 Bulnes
279 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, op. cit.
280 Ibid.
280 Ibid.
281 Ibid.
281 Ibid.
282 Ibid.
282 Ibid.
283 Moreno,
283 Moreno, Jaime, “Negociaciones bajo tensión”, en revista Hoy, Nº 56,
21-27 de junio de 1978.
284 “Comprará repuestos en Japón o Italia”, en diario La Segunda, 30 de
284 “Comprará
unio de 1978.
285
285 Moreno,
Moreno, Jaime, “Negociaciones bajo tensión”, op. cit.
286
286 “Chile pide explicaciones a Gobierno de Argentina”, en diario La
Tercera, 14 de junio de 1978.
287 Cavallo,
287 Cavallo, Ascanio, et. al., La historia oculta..., op. cit., p. 216.
288
288 Ibid.
Ibid.
289
289 Landíver,
Landíver, Gustavo, “El retiro de Massera”, en revista Somos, Nº 77,
10 de marzo de 1978.
290 Uriarte,
290 Uriarte, Claudio, Almirante Cero..., op. cit., p. 197.
291 “Jorge Rafael Videla (RE), presidente de la nación”, en revista Gente,
291 “Jorge
4 de agosto de 1978.
292 “Quién
292 “Quién es el nuevo comandante”, en revista Somos, Nº 98, 14 de julio
de 1978; “El nuevo jefe del Ejército”, en revista Gente, 13 de julio de
1978.
293 “Quién
293 “Quién es el nuevo comandante”, en revista Gente, 7 de septiembre de
1978.
294
294 Gaceta
Gaceta Marinera, Buenos Aires, 21 de septiembre de 1978.
234
también de
cambio “almirante... ¿Por intacto
la Marina deja qué se un
va?”, op. cit;enParedes,
proceso”, Eduardo,22“El
revista Somos, de
septiembre de 1978 y Landívar, Gustavo, “Las zonas grises no están
claras”, en revista Somos, 29 de septiembre de 1978.
297 Escudé, Carlos y Cisneros, Andrés (directores), “Historia general de
297 Escudé,
las relaciones exteriores...”, op. cit.; Gaceta Marinera, Buenos Aires, 7 de
septiembre de 1978; “Massera, ahora ciudadano”, en revista Somos, 15 de
septiembre de 1978 y “Qué hará Massera después de su retiro”, en revista
Gente, 24 de agosto de 1978.
298 “Massera: adiós a la Flota”, en revista Somos, 1 de septiembre de
298
1978.
299
299 Gaceta
Gaceta Marinera, Buenos Aires, 19 de octubre de 1978.
300 Schönfeld, Manfred, “Borges y el crimen de la guerra”, diario La
300
Prensa, Buenos Aires, 1 de septiembre de 1978, reproducido en Borges,
Jorge Luis, “Polémica sobre el Beagle, la guerra y la paz”, en revista
Gente, 14 de septiembre de 1978.
301 Se trata de un poema escrito por Borges en 1943 en recuerdo de
301
Francisco Laprida (prócer argentino), colaborador cercano del general José
de San Martín en la formación del Ejército de Los Andes y presidente del
Congreso General Constituyente de 1824, asesinado el 22 de septiembre
de 1829 por los montoneros de José Felix de Aldao, luego de derrocarlo.
En él, Borges imagina los últimos pensamientos de Laprida en cuya
primera parte dice “...a cielo abierto yaceré entre ciénagas; pero me
endiosa el pecho inexplicable un júbilo secreto. Al fin me encuentro con
mi destino sudamericano...”, al final dice: “Ya el primer golpe, ya el duro
hierro que me raja el pecho, el íntimo cuchillo en la garganta”.
302
302 Schönfeld,
Schönfeld, Manfred, “Borges y el crimen de la guerra”, Ibid.
303 Schönfeld, Manfred, “Los hombres no se miden con mapas“, diario La
303 Schönfeld,
Prensa, 6 de septiembre de 1978, reproducido en Borges, Jorge Luis,
“Polémica sobre el Beagle, la guerra y la paz”, Ibid.
235
304
304 Cubillos le pidió jurar a Pinochet más tarde, el 20, debido a que
Carvajal se encontraba fuera de Chile (en Tahíti) y le pareció una
descortesía no esperarlo, sobre todo porque cuando había servido en la
Armada lo había hecho bajo sus órdenes. Baraona, Pablo; Bardón, Álvaro;
Kelly,
octubreRoberto
de 1992,yArchivo
Vial, Álvaro, “Entrevista
Audiovisual CIDOC, a Hernán
video NºCubillos”, 13 de
27, Universidad
Finis Terrae.
305
305 Muñoz, Heraldo, Las relaciones exteriores del gobierno militar
chileno, Santiago, Ediciones del Ornitorrinco, 1986, p. 45.
306 Ver
306 Ver al respecto, Cavallo, Ascanio, et. al., La historia oculta..., op. cit.,
p. 216; Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 318 y Benadava,
Santiago, Recuerdos de la..., op. cit., p. 9.
307
307 La anécdota la relata Pablo Baraona, en aquella época ministro de
Economía, en Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op.
cit.
308 Benadava,
308 Benadava, Santiago, Recuerdos de la..., op. cit., p. 30.
309 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
309 Baraona,
310
310 Cubillos,
Cubillos, Hernán, “Los grandes problemas de la política exterior entre
1973 y 1986”, en Vial, Gonzalo (editor), Análisis crítico del régimen
militar, Santiago, Colección Universidad
Universidad Finis Terrae, 1998, p. 217.
311 Baraona,
311 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
312
312 Ver al respecto Cubillos, Hernán, “Los grandes problemas de la...”,
op. cit., pp. 217-218.
313
313 Baraona,
Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
314 Ibid.
314 Ibid.
315
315 Ibid.
Ibid.
316 Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 318.
316 Vial,
317 Benadava, Santiago, Recuerdos de la..., op. cit., p. 31.
317 Benadava,
236
318 Vial,
318 Vial, Gonzalo, “Pinochet, decisiones claves”, op. cit., p. 3.
319 Baraona,
319 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
320
320 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., Jarpa..., op. cit., p. 239.
321 Baraona,
321 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
322 Arancibia,
322 Arancibia, Patricia, et. al., Jarpa..., op. cit., p. 251.
323
323 Ibid.,
Ibid., p. 252.
324
324 Ibid.,
Ibid., p. 253.
325 Ibid.,
325 Ibid., p. 256.
326
326 Baraona,
Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
327
327 “Serenidad
“Serenidad argentina”, en diario La Tercera, 15 de julio de 1978.
328 “El
328 “El presidente Pinochet no ha tenido intenciones belicistas”, en diario
La Tercera, 18 de julio de 1978.
329 Baraona,
329 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
330
330 El
El asunto es relatado en detalle en el libro de Arancibia, Patricia y de
la Maza, Isabel, Matthei...,
Matthei..., op. cit., p. 242 y siguientes.
331 Cavallo,
331 Cavallo, Ascanio, et. al., La historia oculta..., op. cit., p. 193.
332
332 Ibid.,
Ibid., p. 195.
333 Vial,
333 Vial, Gonzalo, Pinochet, la biografía, op. cit., p. 327.
334 Ibid.,
334 Ibid., p. 328.
335
335 Cavallo,
Cavallo, Ascanio, et. al., La historia oculta..., op. cit., p. 196.
336 Arancibia,
336 Arancibia, Patricia y de la Maza, Isabel, Matthei..., op. cit., p. 259.
337
337 Cavallo,
Cavallo, Ascanio, et. al., La historia oculta..., op. cit., pp. 198-199.
338 Arancibia,
338 Arancibia, Patricia, de la Maza, Isabel, Matthei..., op. cit., p. 283. Para
237
238
357 Arancibia,
357 Arancibia, Patricia y de la Masa, Isabel, Matthei..., op. cit., p. 283.
358 Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
358 Cruz-Johnson,
359 Floody,
359 Floody, Nilo, “La crisis con Argentina...”, op. cit.
360 Arancibia, Patricia y de la Masa, Isabel, Matthei..., op. cit., p. 283.
360 Arancibia,
361 Ibid.,
361 Ibid., p. 284.
362
362 Cruz-Johnson,
Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
363
363 Ibid.
Ibid.
364 Vaccaro,
364 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López Silva”, op. cit.
365
365 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
366 Bulnes
366 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
367 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López Silva”, op. cit.
367 Vaccaro,
368 Arancibia,
368 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
369
369 Ibid.
Ibid.
370
370 “Historial
“Historial del destructor Williams”, op. cit.
239
378
378 “Historial
“Historial del destructor Williams”, op cit.
379 “Inspección a la Flota de Mar en Operaciones”, en Gaceta Marinera,
379 “Inspección
Buenos Aires, 19 de octubre de 1978; e “Inspección del Alte.
Lambruschini”,
1978. en Gaceta Marinera, Buenos Aires, 9 de noviembre de
380 Tapia,
380 Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 122.
381
381 “Beagle: comienzo de la cuenta regresiva”, en revista Somos, 6 de
octubre de 1978.
382 Baraona,
382 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
383 Un vocero no identificado de la embajada argentina en Santiago
383
confirmaba lo que preveía la Cancillería respecto a la propuesta de ir a La
Haya. Éste señalaba que “Nosotros no queremos ir a La Haya pues es un
organismo integrado en su mayoría por varios de los jurisconsultos que
trabajaron en el laudo dado a conocer en 1977. Angeletti, Norberto,
“Argentina-Chile: las cartas sobre la mesa”, en revista Somos, 10 de
noviembre de 1978.
384
384 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.;
Bernstein, Enrique, Recuerdos de un diplomático, Volumen IV, Santiago,
Andrés Bello, 1989, p. 17.
385 Benadava, Santiago, Recuerdos de la…, op. cit., p. 31 y Cavallo,
385
Ascanio, La historia oculta…, op. cit., p. 217.
386 Benadava, Santiago, Recuerdos de la…, Ibid., p. 32; Bernstein,
386
Enrique, Recuerdos de un…, op. cit., p. 18.
387 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un…, Ibid., p. 18.
387 Bernstein,
388 Vaccaro,
388 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López Silva”, op. cit.
389
389 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op.cit.
390 ‘Historial del crucero Prat”, op. cit.
390 ‘Historial
391
391 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
240
392 El
392 El relato es confirmado por Ramírez, aunque éste no supo las razones
“ocultas” de Conn. Durante varios años ocultó, con la complicidad de su
tripulación, lo ocurrido. Sólo ahora vino a comentarlo.
393
393 Doña,
cit. Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
394 Ramírez,
394 Ramírez, Humberto, “Breve crónica de las actividades...”, op. cit.
395
395 Ibid.
Ibid.
396 Ibid.
396 Ibid.
397
397 Los barcos de guerra de la Escuadra chilena navegan, en tiempo de
paz, semiestancos. Sólo los compartimientos que están bajo la línea de
flotación tienen sus puertas totalmente cerradas, al igual los ubicados cerca
del CIC. En esas puertas, en el ángulo superior derecho o izquierdo, hay un
triángulo pintado de rojo fuerte que sirve de indicativo a la tripulación de
que esa puerta está bajo flotación y que siempre debe permanecer cerrada.
Muchas de ellas, por las mismas razones, están custodiadas
permanentemente, tal como lo pudo comprobar uno de los autores, en una
visita que hizo a un barco de la actual Flota de Guerra.
398 Ramírez,
398 Ramírez, Humberto. “Breve crónica de las actividades...”, op. cit.
399 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit., y Vaccaro,
399
Humberto, “Entrevista a don Raúl López Silva”, op. cit.
400 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
400 Bulnes
401 Ibid.
401 Ibid.
402 Arancibia, Patricia; Bulnes S., Francisco y Milstein, Tatiana,
402
“Entrevista a Jorge Martínez Busch”, 9 de junio de 2000, Archivo
Audiovisual CIDOC, video Nº 83, Universidad Finis Terrae. Testimonio
inédito. Arancibia Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”,
video Nº 80, op. cit.
403
403 Arancibia,
Arancibia,
Nº 80, Ibid. Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
404 Ibid.
404 Ibid.
241
405
405 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
406 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
406 Arancibia,
407 Ibid.
407 Ibid.
408
408 Martínez, Francisco, El Albatros Dorado en el Beagle, Valparaíso,
Armada de Chile, 2003, pp. 21-22.
409 La aviación naval se inició en 1916, cuando se dictó en la Escuela
409
Aeronáutica de El Bosque el primer curso para aviadores navales. Sus
actividades las inició en 1919 y su primera base funcionó en las caleta de
Las Torpederas en 1921. En 1923, el presidente Arturo Alessandri Palma
firma el Decreto Supremo que regulariza las actividades navales de la
Aviación Naval como parte integrante de la Armada. En 1925, inicia
operaciones en la base aeronaval en Quintero (V Región). En 1930, Carlos
Ibáñez del Campo la funde con la Aviación Militar, dando origen a la
Fuerza Aérea de Chile. Sin embargo, la Armada continuó realizando
actividades aéreas y enviando oficiales pilotos a capacitarse a los Estados
Unidos (Pensacola). Fruto de lo anterior, la Aviación Naval renace en
1953. El mismo Ibáñez autoriza por Decreto a la Armada para adquirir
material aéreo. Las actividades se reinician en la base El Belloto
(Quilpue). www.armada.cl
410 Martínez,
410 Martínez, Francisco, El Albatros Dorado..., op. cit., p. 21.
411
411 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
412
412 La
La aviación naval contaba en ese momento con tres escuadrones. El
Escuadrón de Exploraciones VP-1, equipado con aviones P-111,
especializados en exploración aeromarítima; el Escuadrón de Helicópteros,
embarcado en la Escuadra —cuya sigla es HS-2—, compuesto por
helicópteros SA-219, y el Escuadrón de Propósitos Generales VC-1, que
tenía aviones C-95, C-212 y un C-47 (“un old Dakota”) que nadie quería
volar.
413 Vaccaro,
413 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López Silva”, op. cit.
414 López,
414 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op.cit.
415 Ibid.
415 Ibid.
242
416 Doña,
416 Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
417
417 Ver
Ver “Historial del destructor Williams”, op. cit.
418 Benadava, Santiago, Recuerdos de la..., op. cit., p. 32; Bernstein,
418
Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., p. 19.
419 Montes
419 Montes renunció el 27 de octubre. Entre esa fecha y el 6 de noviembre
la Cancillería argentina estuvo a cargo del ministro del Interior Albano
Harguindeguy.
420
420 Pastor era un brigadier retirado, que se desempeñaba hasta ese
momento como cónsul argentino en Nueva York.
421 Tapia,
421 Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 126.
422
422 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, op. cit.
423 López,
423 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
424 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., p. 22.
424 Bernstein,
425
425 Benadava,
Benadava, Santiago, Recuerdos de la..., op. cit., p. 32.
426 Tapia,
426 Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 133.
427
427 Baraona,
Baraona,17Pablo;
Fernández”, Bardón,
de marzo Álvaro
de 1977, y Vial,Audiovisual
Archivo Álvaro, “Entrevista a Sergio
CIDOC, video N°
55, Universidad Finis Terrae. Testimonia inédito.
428 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Roberto
428
Benavente”, op. cit.
429 Ibid.
429 Ibid.
430 Baraona,
430 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Sergio Fernández”, op. cit.
431 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Roberto
431
Benavente”, op. cit.
432 Ibid.
432 Ibid.
243
433
433 Ibid.
Ibid.
434
434 Ibid.
Ibid.
435 Bulnes S., Francisco y Reyes, Soledad, “Entrevista a Washington
435
Carrasco”, 10 de junio de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº
455, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
436 Ibid.
436 Ibid.
437 Ibid.
437 Ibid.
438
438 Balza, Martín Antonio, Dejo constancia. Memorias de un general
argentino, Buenos Aires, Planeta, 2001, pp. 68-69.
439
439 Bulnes S., Francisco y Reyes, Soledad, “Entrevista a Washington
Carrasco”, op. cit.
440
440 Ibid.
Ibid.
441 Cruz-Johnson,
441 Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
442
442 Arancibia,
Arancibia, Patricia y De la Maza, Isabel, Matthei..., op. cit., p. 287.
443 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Roberto
443
Benavente”, op. cit.
445
445 Arancibia, Patricia; Bardón, Álvaro y Bulnes S., Francisco,
“Entrevista a Sergio de Castro”, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº
377, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
446
446 Bulnes
Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Sergio Cabezas”,
23 de octubre de 2003, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº 467,
Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
447 “La deuda de Pinochet con Carter”, en revista Qué Pasa, Nº 1.405, 14
447 “La
de marzo de 1998.
448 Pinto Rojas, Alberto, “La crisis militar entre Chile y Argentina en
448
244
245
462
462 Ibid.
Ibid.
463
463 Entre ellos, España, que se había ofrecido para tales efectos, y el
secretario general de la ONU, Kurt Waldheim. Videla, Ernesto, “Chile y
Argentina...”, serie 4, op. cit.
Argentina...”,
464
464 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 76.
465 Los
465 Los argentinos seguían convencidos de que la Iglesia para Chile no era
una buena alternativa por los problemas que había entre el gobierno de
Pinochet y el cardenal Raúl Silva Henríquez. Baraona, Pablo, et. al.,
“Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
466
466 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., pp. 76-77.
467 Videla,
467 Videla, Ernesto, “Chile y Argentina...”, serie 4, op. cit.
468 Ibid.
468 Ibid.
469 Bernstein,
469 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., p. 23.
470
470 Ibid.
Ibid.
471
471 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
Passarelli da cuenta de la entrevista, pero argumentando que Pastor fue a la
Casa Rosada para asistir a la presentación de credenciales del nuevo
embajador de República Dominicana en Buenos Aires.
472 Bernstein,
472 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., p. 24.
473
473 El
El Tratado Antibélico de no Agresión y Conciliación (Pacto Saavedra
Lamas) fue firmado en Río de Janeiro el 10 de octubre de 1933. La idea
fue del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas y entre sus signatarios
figuran Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El
Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay,
Venezuela y varias naciones europeas, España incluida (Bolivia no lo
suscribió). Los firmantes originales fueron Argentina, Brasil y Chile, y los
restantes
signatariospaíses fueronlasadhiriendo
condenaban “guerras decon el tiempo.
agresión En el pacto,
en sus relaciones mutuasloso
con otros Estados, y que el arreglo de los conflictos o divergencias de
246
cualquier clase que se susciten entre ellas, no deberá realizarse sino por los
medios pacíficos que consagra el Derecho Internacional” (Artículo
(Artículo I).
474
474 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.;
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 76.
475 Baraona,
475 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, Ibid.
476 Bernstein,
476 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., p. 25.
477 Passarelli,
477 Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 77.
478
478 Baraona,
Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
479 Dice Videla Cifuentes que Cubillos, luego del llamado de Pastor,
479
esperó un rato y se dirigió a la Cancillería argentina. “Cuando llegó
encontró a Pastor contento. El presidente le había dado ‘luz verde’ y, por
lo tanto, las delegaciones podían reunirse para redactar el acuerdo. Señala
también que las reuniones entre las delegaciones, que Bernstein dice que
se celebraron en la mañana, se habrían celebrado a partir de la reunión de
Pastor con Cubillos de las 4 de la tarde. Videla, Ernesto, “Chile y
Argentina...”,
Argentina... ”, serie 4, op. cit.
480
480 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 78.
481 Ibid.,
481 Ibid., p. 79.
482 “Historia
482 “Historia secreta de la mediación papal”, en revista Somos, Nº 387, 17
de febrero de 1984.
483
483 Videla,
Videla, Ernesto, “Vientos de guerra”, diario La Segunda, Santiago, 13
de agosto de 2004. Las gestiones de Barros por imponer en Washington la
posición chilena daría buenos frutos. Cuando Argentina, en los días
siguientes hizo su lobby para conseguir apoyos en las esferas de Gobierno
en ese país, sus diplomáticos comprobarían que los senadores y
representantes estadounidenses conocían al detalle la postura chilena y los
principios que la sustentaban. En el Departamento de Estado encontrarían
el más absoluto escepticismo respecto a la postura de Argentina, el cual se
limitaría a escuchar, sin emitir opinión alguna. Incluso, Roberto Pastor,
asesor del presidente Carter en Asuntos Interamericanos, les haría la
advertencia de que “Argentina estaba jugando con fuego”. Éste, que estaba
247
487
487 Ibid.
Ibid.
488
488 Benadava,
Benadava, Santiago, “La guerra que no fue”, op. cit.
489 López,
489 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
490 Ibid.
490 Ibid.
491 Arancibia, Patricia, “Entrevista a Héctor Yévenes”, Archivo
491
Audiovisual CIDOC, cassette Nº 496, Universidad Finis Terrae.
Testimonio inédito.
492
492 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit.
493 López,
493 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
494 Arancibia,
494 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
N° 83, op. cit.
495 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit.
495 Bulnes
496 Arancibia,
496 Arancibia, Patricia, et. al., Entrevista a Alexander Tavra , op. cit.
497 Arancibia,
497 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
Nº 83, op. cit.
248
498 Arancibia,
498 Arancibia, Patricia, “Entrevista a Caupolicán Cartes”, 6 de febrero de
2004, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº 506, Universidad Finis
Terrae. Testimonio inédito.
499 Arancibia,
499 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
500
500 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Arturo Troncoso”, op. cit.;
Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op. cit.
501
501 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, op. cit.
502 Ibid.
502 Ibid.
503
503 Ibid.
Ibid.
504 Arancibia,
504 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
505
505 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
Nº 83, op. cit.
506 Bulnes
506 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit.
507 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
507 López,
508 Arancibia,
508 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
509
509 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Mariano
Sepúlveda”, op. cit.
510 Bulnes
510 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit.
511 Arancibia, Patricia, “Entrevista a Caupolicán Cartes”, op. cit.
511 Arancibia,
512 López,
512 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op.cit.
513 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
513 Arancibia,
Nº 83, op. cit.
514 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Sergio Cabezas”,
514 Bulnes
op. cit.
515
515 Aguayo,
Aguayo, Claudio, “El grupo aeronaval en 1978”, op. cit.
249
516
516 Doña,
Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
517
517 Bulnes S., Francisco y Reyes, Soledad, “Entrevista a Washington
Carrasco y Santiago
CIDOC, cassette Sinclair”,
Nº 455, 10 de junio
Universidad de 2003,Testimonio
Finis Terrae. Archivo Audiovisual
inédito.
518
518 Reyes, Soledad, “Entrevista a Óscar Vargas”, 12 de junio de 2003,
Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº 455, Universidad Finis Terrae.
Testimonio inédito.
519 Arancibia, Patricia, “Entrevista a Julio Larrañaga Maturana”, 18 de
519
febrero de 2004, Archivo Audiovisual CIDOC, cassette Nº 507,
Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
520 Arancibia,
520 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Nilo Floody”, op. cit.
521 Al respecto, ver el estudio realizado por Díaz, Cesar L.; Jiménez,
521
Mario J.; Passaro, María M.; Rosello, Juan P.; Vázquez, Cristián R., “Una
guerra que no fue. Los editoriales de La Prensa sobre el conflicto limítrofe
con Chile (1977-1979), presentado en el 3° Congreso de Comunicadores,
Universidad Nacional de La Plata, agosto-septiembre, 2001.
522 Todo
522 Todo lo relatado aquí está basado en Passarelli, Bruno, El delirio...,
op. cit., pp. 84-91; Seoane, María y Muleiro, Vicente, El Dictador. La
historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla, Buenos Aires,
Sudamericana,, 2001, p. 390.
Sudamericana
523
523 Madrid
Madrid Murúa, Rubén, “La estrategia nacional y militar que planificó
Argentina, en el marco de una estrategia total, para enfrentar el conflicto
con Chile el año 1978”, en Memorial del Ejército de Chile, N° 471,
Santiago, 2003, p. 54 y siguientes. Buena parte de la información que
entregamos aquí sobre el Plan Soberanía proviene de este estudio, por ser
el más acabado y completo que se ha hecho hasta el momento sobre la
materia.
524 Baraona,
524 Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
525 El
525 El video de esta escena se puede ver en www.soberan
www.soberaníachile.cl
íachile.cl
526 La
526 La técnica que usó la Fuerza Aérea israelí fue volar a muy baja altura
250
para evitar ser detectada por los radares. Cuando los pilotos enemigos
corrían a sus aviones y empezaban a calentar los motores, los israelíes
disparaban sus misiles que se guiaban por el calor, impactando a los
aviones en tierra. Esta estrategia, aplicada a Chile, habría tenido resultados
bastante
caso, los dudosos
aviadoresyachilenos
que la FACH estaba
en ningún casoalhabrían
tanto deestado
esas tácticas.
en tierra,Enyatodo
que
desde hacía varios meses sus pilotos practicaban para combate diurno y
nocturno, y es bastante inverosímil que sus aviones hubieran permanecido
en la pista, inactivos, y con sus tripulaciones de brazos cruzados mientras
Armada, Ejército y Carabineros de Chile se batían con los argentinos
durante la noche. Así, claramente lo establece el general Fernando Matthei
en su testimonio citado ya en esta obra.
527 Según le señaló a los autores Nilo Floody, las bajas habrían sido
527
bastante mayores, por cuanto la relación debería haber sido al menos de 3
aNilo
1, yFloody”,
en algunos
op.sectores
cit. de 4 a 1. Arancibia, Patri
Patricia,
cia, et. al., “Entrevista a
528
528 “La
“La deuda de Pinochet con Carter”, op. cit.
529
529 Bulnes S., Francisco y Reyes, Soledad, “Entrevista a Washington
Carrasco y Santiago Sinclair”, op. cit.
530
530 Baraona,
Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
531 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a José
531
Rodríguez Elizondo”, 10 de agosto de 2004, Archivo Audiovisual CIDOC,
cassette Nº 499, Universidad Finis Terrae. Testimonio inédito.
532
532 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Pablo Wunderlich”, op. cit.
533 Videla,
533 Videla, Ernesto, “La intervención del papa”, La Segunda, 20 de agosto
de 2004; Arancibia, Patricia, et. al., Jarpa..., op. cit.
534
534 Videla, Ernesto, “Chile y Argentina....”, serie 5, op. cit.; Arancibia,
Patricia, et. al., Jarpa..., op. cit., p. 251.
535 Arancibia,
535 Arancibia, Patricia, “Entrevista a José Catril”, op. cit.
536 Pinto Rojas, Alberto, “La crisis militar entre Chile y Argentina en
536
1978”, op. cit.
251
537
537 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 106.
538
538 Ibid.,
Ibid., pp. 106-107.
539
539 Scheihing,
Archivo Rubén,
General “Submarinos
CIDOC, en campaña”,
Folio 50229, primavera
Universidad FinisdeTerrae.
2002,
Documento inédito.
540 Scheihing,
540 Scheihing, Rubén. “Submarinos en campaña”, op. cit.
541 Ibid.
541 Ibid.
542
542 Existen dos tipos de radares y sonares en los submarinos y en los
buques de guerra. Activos y pasivos. Los primeros, mediante impulsos
electromagnéticos, permiten sondear de manera positiva lo que hay en los
alrededores del submarino. El problema es que esa señal puede ser
detectada por el enemigo y delatar la presencia y posición de la nave. Los
pasivos, en cambio, consignan cualquier ruido o emisión que se haga en el
mar, sin tener que hacer alguna clase de emisión por parte del submarino.
Obviamente esto requiere tener muy buenos especialistas en sonares, ya
que deben ser capaces de distinguir las características de los buques o
submarinos guiándose sólo por el ruido que emiten. El problema que tiene
es que el alcance de los instrumentos pasivos es menor que el de los
activos. Es por ello que los comandantes deben coordinar el uso de estos
instrumentos de acuerdo a las circunstancias.
543 El Hyatt había presentado ese año otros problemas mecánicos y el
543
Simpson se había preparado ante la posibilidad de ser el único submarino
que estuviera operativo en caso de conflicto bélico.
544 Ibid.
544 Ibid.
545
545 Ibid.
Ibid.
546
546 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
Nº 83, op. cit.
547 Ramírez,
547 Ramírez, Humberto, “Breve crónica de las actividades...”, op. cit.
548
548 Doña,
Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
252
549 Arancibia,
549 Arancibia, Patricia, “Entrevista a Caupolicán Cartes”, op. cit.
550 Ramírez, Humberto, “Breve crónica de las actividades...”, op. cit.
550 Ramírez,
551 Bulnes
551 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit.
552 Arancibia, Patricia, “Entrevista a Caupolicán Cartes”, op, cit.
552 Arancibia,
553 Aguayo,
553 Aguayo, Claudio, “El grupo aeronaval en 1978”, op. cit.
554
554 Se denominaba “Martillo” a la zona en conflicto que había sido
sometida al laudo arbitral. Es decir, la boca oriental del canal Beagle,
Ushuaia, Puerto Williams y las islas Picton, Nueva y Lennox. (Nota de los
autores).
555 Martínez,
555 Martínez, Francisco, El Albatros Dorado..., op. cit., pp. 41-42.
556
556 Ibid.,
Ibid., pp. 45-46.
557 Bulnes
557 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, op. cit.
558 Ibid.
558 Ibid.
559
559 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
560 Bulnes
560 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Jorge Fellay”, op. cit.
561 López,
561 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
562 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
562 Bulnes
563 Arancibia,
563 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
564 Arancibia,
564 Arancibia, Patricia y De la Maza, Isabel, Matthei..., op. cit., p. 292.
565
565 Doña,
Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
566 Arancibia,
566 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
567
567 Bulnes
Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Víctor Larenas”,
op. cit.
253
568
568 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 120.
569
569 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
570 Ibid.
570 Ibid.
571
571 Ibid.
Ibid.
572 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Mariano
572
Sepúlveda”, op. cit.
573 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, op. cit.
573 Bulnes
574 Bulnes
574 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Erwin Conn Tesse”, op. cit.
575 Scheihing,
575 Scheihing, Rubén, “Submarinos en campaña”, op. cit.
576
576 Tapia,
Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 156.
577 Cavallo,
577 Cavallo, Ascanio, et. al., La historia oculta...., op. cit., p. 218.
578
578 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op.cit.
579 Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
579 Cruz-Johnson,
580 López,
580 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
581
581 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Mariano
Sepúlveda”, op. cit.
582 Arancibia, Patricia y Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Hernán
582
Rivera Calderón”, op. cit.
583 López,
583 López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
584 Las
584 Las horas varían ya que los buques zarpan siguiendo un orden. En el
“Historial del Prat” se señala la hora de salida a las 18.30. Pero hay que
suponer que los restantes buques se movieron con posterioridad al buque
insignia.
585 Benadava,
585 Benadava, Santiago, “La guerra que no fue”, op. cit.
254
586 Doña,
586 Doña, Ignacia y Reyes, Soledad, “Entrevista a Ramón Undurraga”, op.
cit.
587
587 Cruz-Johnson,
Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
588 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Mariano
588
Sepúlveda”, op. cit.
589 Scheihing,
589 Scheihing, Rubén, “Submarinos en campaña”, op. cit.
590 Ibid.
590 Ibid.
591
591 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
592 Ibid.
592 Ibid.
593
593 Cruz-Johnson,
Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
594
594 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Sergio Sánchez Luna”, op. cit.
595 Ramírez,
595 Ramírez, Humberto, “Breve crónica de las actividades...”, op. cit.
596 Arancibia,
596 Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
597
597 Bulnes
Bulnes S., Francisco, “Entrevista a John Howard Balaresque”, op. cit.
598
598 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 121.
599 Ibid.,
599 Ibid., p. 122, nota 5.
600
600 López,
López, Raúl, “El conflicto del Beagle...”, op. cit.
601 Bernstein,
601 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., pp. 26-27.
602
602 Baraona,
Baraona, Pablo, et. al., “Entrevista a Hernán Cubillos”, op. cit.
603
603 Arancibia,
Arancibia, Patricia, et. al., “Entrevista a Alexander Tavra”, op. cit.
604 Vaccaro,
604 Vaccaro, Humberto, “Entrevista a don Raúl López”, op. cit.
605 Ibid.
605 Ibid.
606
606 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., pp. 125-126.
255
607
607 Videla,
Videla, Ernesto, “La intervención del papa”, La Segunda, 20 de agosto
de 2004.
608
608 Passarelli,
Passarelli, Bruno, El delirio..., op. cit., p. 125.
609
609 Bernstein,
Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., p. 27.
610 Barahona,
610 Barahona, Pablo y Kelly, Roberto, “Entrevista a Hernán Cubillos”, 3
de noviembre de 1992, Archivo Audiovisual CIDOC, video N° 30,
Universidad Finis Terrae.
611 Bernstein,
611 Bernstein, Enrique, Recuerdos de un..., op. cit., pp. 27-28.
612 Tapia,
612 Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 162.
613 Bulnes
613 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a Pablo Wunderlich”, op. cit.
614
614 Ibid.
Ibid.
615 Cruz-Johnson,
615 Cruz-Johnson, Rigoberto, “La crisis del canal Beagle”, op. cit.
616
616 Aguayo,
Aguayo, Claudio, “El grupo aeronaval en 1978”, op. cit.
617
617 Tapia,
Tapia, Luis Alfonso, Esta noche..., op. cit., p. 163.
618 “La
618 “La deuda de Pinochet con Carter”, op. cit.
619 Arancibia,
619 Arancibia,
Nº 83, op. cit. Patricia, et. al., “Entrevista a Jorge Martínez Busch”, video
620 Bulnes S., Francisco, “Entrevista a John Howard Balaresque”, op. cit.
620 Bulnes
621 Bulnes
621 Bulnes S., Francisco y Novoa, Andrea, “Entrevista a Sergio Cabezas”,
op. cit.
622
622 Camilión,
Camilión, Oscar, Memorias políticas, Buenos Aires, Planeta, 1999, p.
219.
256
257
Índice
Portada 257
Créditos 3
Índice 4
LA ESCUADRA EN ACCIÓN 1978: EL CONFLICTO
CHILE-ARGENTINA VISTO A TRAVÉS DE SUS 2
PROTAGONISTAS
PRESENTACIÓN 6
Primera parte | VIENTOS DE GUERRA 8
En la III Zona Naval 9
Se¡gAupnrdepaapraarrsteep|arSaElaAguPeR
rrO
a! XIMA LA TORMENTA 4445
Un diálogo imposible 50
Cumbre en Mendoza 52
El honor de las naciones 59
La Escuadra se prepara 63
Prosigue la batalla diplomática 65
La Escuadra se desplaza 72
Problemas en el norte 77
En Picton 79
A toda marcha 84
Cambios en la cúpula militar argentina 92
258
G
Deesstpiloiengeus eandtee feuleV
rzaatsicaalnToOA 111007
Nuevo zarpe al sur 115
Cuarta parte | “MOVIMIENTOS” EN SANTIAGO 135
Fracasan las conversaciones 144
La Escuadra a la guerra 156
Argentina le pone fecha a la guerra 166
Submarino en patrulla de guerra 176
En los fondeaderos de guerra 179
Alledrítaa D
E máxima 210817
Notas 209