Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los derechos humanos son facultades condiciones o potestad de todos los seres humanos,
sin distinción alguna, que se basan en el principio de dignidad humana, el cual nos permite
reconocer en cada persona es un ser único, irrepetible, valioso, dotado de racionalidad, de
emociones, de sentimientos, de aspiraciones, para la expansión de sus capacidades, la
afirmación de la identidad, el libre desarrollo.
En un concepto más amplio y relacional Héctor Morales Gil de la Torre (1996), define los
derechos como “las condiciones que permiten crear una relación integrada entre
la persona y la sociedad, identificándose consigo mismo y con los demás” (Morales Gil de
la Torre, 1996, pág. 19). Este reconocimiento relaciona al ser humano con el otro para
respetarlo, pero también para respetarse, es decir para verse en relación con el otro como
sujeto, para comprender que no somos seres para los otros, en la medida en que no somos
instrumentos de nadie, cada uno es un fin en sí mismo. En conjunto, el cumplimiento de
todos los derechos permite que tengamos una vida digna.
El Título II de la Constitución del Ecuador, desde el Art. 10 hasta el Art. 83, se abordan los
Derechos del Buen Vivir, los derechos de las personas en general y de los grupos de
atención prioritaria, los derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades, y los
derechos de la naturaleza.
Convenio Nº 100 sobre la igualdad de las remuneraciones, 1951. Las mujeres tienen
derecho a percibir el mismo salario que los hombres cuando realizan un trabajo del
mismo valor que éstos.
Convenio Nº 111 sobre la discriminación en el empleo y ocupación, 1958. Ninguna
persona puede ser discriminada en su empleo u ocupación por motivos de raza, color,
sexo, ideas políticas, creencias religiosas, condición social.
Convenio Nº 156 sobre los trabajadores con responsabilidades familiares, 1981. Todas
las trabajadoras y trabajadores con responsabilidades familiares tienen derecho a
protección especial y a no ser discriminados en el empleo y ocupación por esta
condición.
Convenio Nº 183 sobre la protección de la maternidad, 2000. Este convenio revisa y
actualiza el Convenio 103 para la protección de la maternidad, con el objetivo de seguir
promoviendo, cada vez más, la igualdad de todas las mujeres integrantes de la fuerza
de trabajo, así como la salud y la seguridad de la madre y el niño. En el artículo I se
estipula que el término mujer se aplica a toda persona de sexo femenino, sin ninguna
discriminación, y el término hijo a todo hijo, sin ninguna discriminación.
Convenio Nº 189, al trabajo decente para los trabajadores y las trabajadoras domésticas.
Convenio Nº 190 sobre la Eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo,
adoptado por la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo,
congregada en Ginebra, en junio del 2019, suscrito por el Ministro del Trabajo del
Ecuador, y entrará en vigencia para este país una vez que la Asamblea Nacional la haya
ratificado.
Los derechos de las personas GLBTI, son reconocidas en Resoluciones del Consejo de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas:
- En 2011, se aprobó una primera resolución histórica que reconoce los derechos de
las personas LGBT, que fue seguida de un informe que documenta las violaciones
de los derechos humanos basadas en la orientación sexual y la identidad de género.
- En 2014 fue aprobada la segunda resolución para combatir la violencia y la
discriminación por orientación sexual y la identidad de género.
- En 2016 fue aprobada la tercera resolución, sobre protección contra la violencia y la
discriminación,
- En 2017 se aprueba otra resolución instando a los Estados que todavía no han
abolido la pena de muerte a velar por que esta no se imponga como sanción por
determinadas formas de conducta, como las relaciones homosexuales consentidas.
- Los Principios de Yogyakarta fueron presentados, como una carta global para
los derechos LGBT, el 26 de marzo de 2007 ante el Consejo de Derechos Humanos,
aún no han sido adoptadas por los Estados en un Tratado y por tanto no son
vinculantes del Derecho internacional.
Los derechos de las personas GLBTI son parte integrante de los derechos de todos los
seres humanos, como reza la Declaración Universal en el artículo 1 "Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos", y el artículo 2 plantea que "Toda
persona tiene los derechos y las libertades proclamados en esta Declaración".
La Constitución del Ecuador establece en el Art. 11, que “nadie será discriminado por
razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad cultural,
estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socio-
económica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH,
discapacidad, diferencia física; ni por cualquier otra distinción, personal o colectiva,
temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. La ley sancionará toda forma de
discriminación”.
Ya desde 1997, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas estableció que
“integración de género” o “incorporación de la perspectiva de género” refiere a: “El proceso
mediante el cual se valoran las implicaciones para mujeres y hombres de toda acción
planificada incluyendo legislación políticas o programas en todas las áreas y en todos los
niveles. Es una estrategia para hacer de todos los intereses y experiencias de hombres y
mujeres una dimensión integral del diseño ejecución monitoreo y evaluación de las políticas
y programas en todas las esferas política económica y social de manera que las mujeres y
los hombres se beneficien por igual y la desigualdad no se perpetúe. La meta última es
lograr la igualdad de género.”
Las políticas de equidad de género toman en cuenta las diferencias entre intragéneros e
intergéneros, analizan las causas sociales y los mecanismos institucionales y culturales que
estructuran la desigualdad, las consecuencias para el desarrollo y buscan compensar estas
posiciones de desventaja, como es el caso de las políticas de acción afirmativa, por
ejemplo, en los procesos de contratación asignar un punto más para las mujeres o personas
con discapacidad, en razón de que, pueden estar en desventaja en otros criterios de
selección, por ejemplo los años de experiencia o el nivel de estudios.
A decir de Cecilia Méndez (2014), “la vida de las mujeres del mundo, en especial las del
Sur del planeta se desarrollan en medio de las economías: la del mercado, la de
subsistencia y la del cuidado, tres economías que han asegurado la sobrevivencia de la
vida”. Estas tres visiones plantean también tres tipos de políticas: las relacionadas con la
inclusión económica y la generación de ingresos; las políticas de trabajo y empleo y la
regulación de los derechos del trabajo; y, las políticas de protección social enfocadas en los
servicios de cuidado.
En 1997 se aprobó la Ley de Amparo Laboral de la Mujer que estableció entre otras
obligaciones: “Contratar un porcentaje mínimo de trabajadoras (mujeres), porcentaje que
será establecido por las Comisiones Sectoriales del Ministerio del Trabajo". Este mandato
se integra actualmente en el Art. 42, numeral 34 del Código Orgánico del Trabajo (Última
modificación: 26-jun.-2019).
En relación con derechos específicos que implican desigualdades de género, el Código del
Trabajo contempla desde 2005 normativa específica sobre la igualdad salarial y de
oportunidades laborales sin discriminación; pero añade que, “la especialización y práctica
en la ejecución del trabajo se tendrán en cuenta para los efectos de la remuneración” (Art.
79), lo cual pone en cierta desventaja a las mujeres quienes, por los roles de género, tienen
menos oportunidades de especialización y experiencia laboral.
La Constitución del 2008 mantiene todos los derechos de las mujeres conquistados en la
Constitución de 1998 y se amplían otros, tales como: Prohibición de acceso a cargo público,
a quien adeude pensiones alimenticias o sea responsable de delitos sexuales o de violencia
de género (Art. 113); vigilancia de la salud reproductiva de las mujeres trabajadoras (Art.
32). La obligatoriedad del Estado de propiciar la incorporación de las mujeres al trabajo
remunerado, en condiciones de igualdad de derechos y oportunidades, que garanticen
idéntica remuneración por igual trabajo entre hombres y mujeres. (Art. 331).
Atención especial merece el Art. 332, en el que concilia la labor productiva con la
reproductiva al garantizar el acceso y la estabilidad en el empleo sin limitaciones por
embarazo o número de hijos/as, derechos de maternidad y lactancia, y el derecho a licencia
por paternidad. Igualmente, se prohíbe el despido de las mujeres trabajadoras por causas
relacionados con la gestación y la maternidad, así como todo tipo de discriminación
relacionada con roles reproductivos. Para hacer efectiva la medida, se reformó el Código
del Trabajo y la Ley Orgánica de Servicio Civil y Carrera Administrativa, haciéndola regir
para el sector público y el privado.
En la Ley Orgánica de Servicio Público, promulgada en 2010, establece que se debe
garantizar en los procesos de selección e incorporación al sector público la presencia
paritaria de hombres y mujeres en cargos de nominación y designación (Art. 5). En lo que
respecta a la remuneración, entre los principios, estipula que sea proporcional a sus
funciones, eficiencia, responsabilidades y valorará la profesionalización, capacitación y
experiencia, observando el principio de que a trabajo de igual valor corresponde igual
remuneración (Art. 104). Además, establece como causal de destitución: realizar actos de
acoso o abuso sexual, trata, discriminación, violencia de género o violencia de cualquier
índole, coacción, acoso o agresión con inclusión de toda forma de acoso laboral (Art. 48)
El PIO 2005-2009, incorporó en el Eje 4.- políticas para la promoción y protección de los
derechos económicos, ambientales, del trabajo y el acceso a recursos financieros y no
financieros.
La Agenda Nacional de las mujeres y personas GLBTI 2018-2021, establece en el eje 2.2
Producción y empleo, las siguientes políticas: 1.- Alcanzar el desarrollo sostenible con
igualdad y autonomía de las mujeres; 2.- Reducir la carga de trabajo de las mujeres, con
ampliación de la cobertura de los servicios de cuidado, y disminuyendo la brecha salarial,
3.- Acceso al empleo adecuado, estableciendo medidas de acción afirmativa e incentivos.
4.- Programas y proyectos que aseguren el acceso y el control de los recursos y factores
de producción, servicios asociados y los beneficios del desarrollo. 5.- Facilitar la utilización
de tecnologías productivas y domésticas ahorradoras de trabajo, 6.- Eliminar barreras de
acceso y permanencia en el mercado laboral para personas LGBTI, mediante marcos
normativos incluyentes, acciones afirmativas, programas de sensibilización y formación, 7.-
Promover la asociatividad y la creación de emprendimientos productivos, financieramente
sostenibles.
Es necesario que se realice una evaluación de los PIO’s, y las Agendas de Igualdad, para
conocer los avances y logros en la reducción de brechas de inequidad, así como el
seguimiento al cumplimiento de las políticas públicas.
En relación a las políticas sectoriales, el Ministerio del Trabajo establece como su misión
“regular y controlar el cumplimiento de las obligaciones laborales mediante la ejecución de
procesos eficaces, eficientes, transparentes y democráticos enmarcados en modelos de
gestión integral, para conseguir un sistema de trabajo digno, de calidad y solidario para
tender hacia la justicia social en igualdad de oportunidades”1. Entre las políticas que ha
implementado para alcanzar la equidad y no discriminación se destacan:
- Dentro del Plan de Implementación 2016- 2017, el Ministerio del Trabajo, a través de
la Subsecretaría de Empleo y Salarios y la Dirección de Atención a Grupos
Prioritarios, llevó a cabo el Plan de asesoramiento, servicio y coordinación
interinstitucional de procesos de vinculación para el empleo de personas de grupos
prioritarios y/o en condiciones de vulnerabilidad.
- El Ministerio de Trabajo cuenta con un sistema on line para denuncias SUT, para el
sector público y privado, así como quejas institucionales.
1
Misión referida en la página web del Ministerio del Trabajo http://www.trabajo.gob.ec/valores-mision-vision/
A pesar de notables progresos alcanzados en la legislación, en las políticas públicas y en
los compromisos de los Estados, las cifras actualizadas de la OIT muestran que persisten
las desigualdades de género en el acceso al mercado laboral y en las condiciones de
trabajo. El informe mundial sobre salarios 2018/2019, (Organización Mundial del Trabajo
(OIT), 2019) señala que la inequidad se mantiene, e incluso podría agravarse en los
próximos años, y lo fundamenta con los siguientes datos2:
El informe muestra que la maternidad conlleva una penalización salarial que puede persistir
a lo largo de la vida laboral de la mujer, mientras que la condición de paternidad se asocia
sistemáticamente con una prima salarial. (OIT, 2019)
Las mujeres siguen teniendo una menor tasa de participación en el mercado laboral, un
mayor desempleo, condiciones precarias de ocupación, acceso limitado a la propiedad de
la tierra, a los recursos y servicios, gran parte no tiene cobertura de seguridad social, no
poseen experiencia laboral porque se han dedicado a las tareas de hogar, excluyéndolas
de los beneficios del desarrollo. “A pesar de que han ingresado al mercado del trabajo de
manera paulatina, no ha habido con correlato en cuanto a la disminución de sus labores de
cuidado, puesto que aún siguen manteniendo de manera casi exclusiva las
responsabilidades domésticas y de cuidado, convirtiéndose ésta en la principal limitante
para el ejercicio de sus derechos” (CONSEJO NACIONAL PARA LA IGUALDAD DE
GÉNERO, 2018). Por otra parte, si se observa la segmentación laboral, existe una
presencia mayoritaria de mujeres en sectores feminizados, relacionados con roles y
funciones que históricamente le han sido asignados a las mujeres, y, por tanto, supone
externalizar al mercado laboral la tradicional división sexual del trabajo.
2
Versión electrónica disponible en https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---
publ/documents/publication/wcms_712957.pdf
incremento a partir del 2007 al pasar de 32,4% al 55,6% en el 2017, mientras que para los
hombres alcanza al 80,6%. El pleno empleo para los hombres en 2019, es de 44,8% y para
las mujeres, 30,1%, generando una brecha de 14 puntos porcentuales.
El diagnóstico del Plan Nacional de Desarrollo Toda una Vida, afirma que persiste una
brecha en el ingreso laboral promedio entre hombres (US$ 526) y mujeres (US$ 411), lo
que muestra una problemática doble: por un lado, no se remunera igual a las personas por
un mismo trabajo realizado y, por el otro, las estructuras laborales afectan de manera
diferenciada a hombres y mujeres, estas últimas con frecuencia obligadas a realizar dobles
o triples jornadas para aumentar sus ingresos. (SENPLADES, 2017, pág. 50)3.
Frente a esta realidad, el Plan establece como metas al 2021, en este ámbito:
• Reducir la brecha de empleo adecuado entre hombres y mujeres del 33,5% al 28,7% a
2021.
• Reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres del 21,9% al 18,4% a 2021.
BIBLIOGRAFÍA
3 SENPLADES, Gobierno del Ecuador, Plan Toda una Vida, Diagnóstico eje 1.
Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES). (2017). Plan Nacional de
Desarrollo 2017 -2021: Toda una Vida. Quito: Gobierno del Ecuador. Obtenido de
https://www.planificacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2017/10/PNBV-26-OCT-
FINAL_0K.compressed1.pdf