III Semestre La Ética puede ser definida de la siguiente manera:
1. adj. Perteneciente o relativo a la ética.
2. adj. Recto, conforme a la moral. 3. m. desus. Persona que estudia o enseña moral. 4. f. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. 5. f. Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Ética profesional
Es claro que el hombre siempre se ha visto en un dilema en cuanto a su forma de
proceder y lo que quiere alcanzar con ello. Sabemos perfectamente que hay dos maneras de conseguir las cosas e inevitablemente, tanto una como la otra, tiene consecuencias. El hombre debe tender a una conducta que esté de acuerdo con su dignidad, lo cual es plausible porque por su misma condición de ser humano racional es especial, de ahí se deriva la imperiosa necesidad de la ETICA o de autorregularse de la mejor manera. Tenemos el poder de elección, bueno o malo, pero para ello es necesario desplegar un comportamiento anterior. Sin duda alguna hay quienes quieren proceder conforme a unas normas rectas y morales en medio de circunstancias complejas, y es justo en esos momentos cuando se requiere de un faro, de un punto de referencia que nos indique el camino a seguir. Necesitamos de algo que nos señale la dirección adecuada y ese es el papel de la ética. La ética es el opuesto a la ley de la selva, así como el ser racional es el opuesto al ser animal. La ética respeta al otro, a la vida, los valores, a la comunidad, nos enseña a analizar las situaciones particulares para no causar daño a pesar de que quien tome la determinación pueda pasar por incomodidades o sufrimientos. En otras palabras, la ética es el árbitro que se hace presente entre las relaciones del ser humano con la sociedad. Miremos a nuestro alrededor, continuamente estamos siendo acosados por situaciones nuevas o imprevisibles que cada tanto ponen a prueba nuestro comportamiento como ser humano digno y racional que necesita vivir en sociedad en razón a su naturaleza y para desarrollarse plenamente como tal. Nos debatimos entre el bien y el mal, entre lo ético y lo que no. La presión de grupo es un acicate que busca doblegar lo bueno que tenemos para obtener un resultado pequeño y mezquino a costa de nuestra valía. En el buen ejercicio de nuestra libertad, la ética es esa mano derecha que nos ayuda a elegir entre varios comportamientos que deben ser mirados con objetividad porque de lo contrario caeremos en el juego ridículo del relativismo; de ser así, esos comportamientos tendrán tantos valores como ojos estén observando y estaremos, sin quererlo, en una selva “intelectual” en donde no hay ni Dios ni ley y se impondrán las cosas por la fuerza ante la falta de argumentos.