Etnografía digital multi-ubicado: joven

universitarios y estudiantes universitarios que estudian desde

hogar en tiempos de covid-19

JORGE LALBERTO METROENESES CARDEN

Universidad del Mar, Oaxaca, México
jorgemenecs@hotmail.com

DUELE 10.11606 / issn.2316-9133.v29i2pe175177

resumen El Trabajo demuestra una etnografía digital multi-situada que

vincula las prácticas y conocimientos de jóvenes universitarios de la Universidad
del Mar, para mostrar diversas situaciones de escolarización en el hogar,
articuladas con plataformas digitales durante el transcurso del año por covid-19.
En la introducción, la siembra como delimita la investigación. En la segunda
sección les presento a ellos ya los jóvenes interlocutores. Luego comparte las
estrategias metodológicas que he construido. En la sala expongo la temporalidad
etnográfica. Posteriormente firmo diferentes situaciones sociodigitales de
Huatulco. En las siguientes secciones presento experiencias sobre las
desconexiones y conexiones situadas, así como diversos conocimientos socio-
digitales. Por ultimo,
palabras clave Etnografía digital. Herramientas híbridas. Situaciones. Escuela en
casa. Jóvenes universitarios.

Etnografía digital multilocal: jóvenes universitarios que estudian en casa

durante los días del covid-19

resumen Este trabajo es una etnografía digital multilocal que vincula las prácticas y
conocimientos de jóvenes universitarios de la Universidad del Mar, para mostrar diversas
situaciones de educación en el hogar, articuladas con plataformas digitales durante la cuarentena
del covid-19. En la introducción se presenta el alcance de la investigación que se construyó. En la
segunda sección, el artículo presenta a los interlocutores y luego discute las estrategias
metodológicas sobre las que construí. En la cuarta parte, expone la temporalidad etnográfica.
Posteriormente, señala diversas situaciones socio-digitales de Huatulco. En las siguientes dos
secciones, presenta experiencias sobre desconexiones y conexiones situadas, así como
conocimiento socio-digital. Finalmente, expongo algunas conclusiones preliminares para ubicar este
trabajo como parte de una etapa en el proceso de investigación.
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palabras clave Etnografía digital. Herramientas híbridas. Situaciones. Educación en casa. Jóvenes
universitarios.

Etnografía digital multilocal: jóvenes universitarios que estudian en casa

en covid-19
resumen El trabajo muestra una etnografía digital multilocal que vincula las prácticas y
conocimientos de los estudiantes universitarios de la Universidad del Mar, para mostrar diversas
situaciones de la escuela en el hogar, articuladas con plataformas digitales durante la cuarentena del
covid-19. En la introducción propongo el alcance de la investigación. En la segunda sección, presento a los
jóvenes interlocutores. Luego les comparto las estrategias metodológicas que construí. En la cuarta parte
expongo la temporalidad etnográfica. Posteriormente, señalo diversas situaciones socio-digitales en
Huatulco. En las siguientes dos secciones presento experiencias sobre desconexiones y conexiones
situadas, así como diversos conocimientos sociodigitales. Finalmente, expongo algunos
conclusiones preliminares para la situar este trabajo como parte de un paso en el proceso de
investigación.
palabras clave Etnografía digital. Herramientas híbridos. Situaciones.

educación en el hogar. Jóvenes universitarios.

Introducción
El miércoles 18 de marzo de 2020 En mi centro laboral -la Universidad del Mar
(UMAR) - ubicado en el municipio costero de Santa María Huatulco, en el estado mexicano
de Oaxaca, se anunció que estudiantes y docentes iniciarían la Cuarentena por Covid-
19. Lo primero que pensé fue que no toda la comunidad universitaria tendría acceso a una
computadora e internet desde casa. A partir de aquí, en México solo un poco más de 20 millones de
hogares cuentan con internet, lo que representa el 54.4% del total de hogares (ENDUTIH 2019).
Una de las características de la comunidad universitaria es que buena parte proviene
de cualquier ciudad, pueblo la ranchería de las demás regiones del estado de Oaxaca. Hubs
que se quedaron en Huatulco porque en la casa familiar suelen tener conexión a internet,
además de los que son de aquí. Después de dos semanas de escribir un diario de campo y
tomar capturas de pantalla en Facebook sobre temas relacionados con "la escuela en casa" (
educación en el hogar), Pude esbozar un proyecto centrado en conocer diferentes situaciones
universitarias durante el período.
Además de hacer observaciones en Facebook, en el descuido de mis apuntes y
observaciones etnográficas desde casa y cuando iba en bicicleta a comprar comida o pagar,
porque el lugar era importante para situarme como internauta y como etnógrafo.
El proyecto incipiente en el nombre: “Escuela en casa. Situaciones y vivencias de jóvenes
universitarios que estudian en casa desde diversas plataformas de Internet, durante la
pandemia Covid-19 ”.

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Vincular las preguntas centrales y los objetivos en las mismas: conocer las
condiciones materiales y emocionales de ellos y los estudiantes universitarios que realizan
la escuela en casa, conocer los usos y apropiaciones de los artefactos digitales para
conectarse a diversas plataformas digitales, finalmente, conocer las situaciones
universitarias durante estas rutinas de copresencia digital durante el encierro. Quería
agregar una última preocupación que “se resolvería” cuando pasara el encierro: explorar
lo que enseñan y los universitarios sobre los cambios y estancias de la educación
presencial, raíz de sus vivencias escolares durante el encierro.
Una vez delimitadas las preguntas y los objetivos, me centro en la forma en que
construiría una etnografía digital multilocal (HINE 2004; PINK 2019), entrelazando
estrategias etnográficas de convivencia digital con situaciones localizadas. Se centraría en
las conexiones de significado (HINE 2004) y en espacios aislados, dado que es importante
en las situaciones de las personas (PINCH 2015) más que tecnológico en la física. A
continuación, presento los resultados de la primera fase de la investigación.

La generación de la pandemia
En la Universidad del Mar a principios de marzo de 2020, la comunidad estudiantil
experimentó sus evaluaciones del primer semestre. En ese momento mucha gente leyó sobre
“el virus adicional” en la ciudad de Wuhan, China. Incluidos los jóvenes que se han recuperado
de las entrevistas digitales realizadas durante el trabajo de campo, que para algunas
asignaturas de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación se retomó la situación en
exámenes y trabajo.
Para entonces, no estaba claro un escenario en el que de ser un joven universitario en
la costa oaxaqueña, sufriría un quiebre en sus hábitos cotidianos. Comenzó como un rumor a
principios de mes, en la tercera semana se hace realidad. “Reemplazar” las clases presenciales
por la escuela en casa como medida para abordar el problema de salud pública causado por la
pandemia Covid-19.
Amparo Lasén (2000) indica que las generaciones no pueden construir suelo para la
época, sino más para las experiencias comunes. Que una persona es parte de una generación
porque tiene un nombramiento compartido, y que “la generación es un ente intermedio entre
el grupo y la sociedad” Lasén (2000: p.239). En este caso, la generación universitaria “se
encontró” con que la pandemia de Covid-19 sería una situación local. Toda la importancia de
conocer sus experiencias y formas de construir el desarrollo universitario, pero en el campus,
campana en sus casas.
Precisamente para no ubicar las experiencias juveniles como parte del “dating”, el mar, del
extractivismo de datos digitales, en esta investigación comparto las experiencias que comparto
como resultado del expediente académico previo y consentimiento de jóvenes universitarios de
diferentes géneros, etnia y semestres. Se sabe que la sutracción de datos automatizada por
algoritmos es una realidad, por lo que es importante aclarar que las investigaciones son sobre

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personas y no en cuentas y muros impersonales que pueden manejarse como datos

estadísticos.
Este trabajo busca lo contrario. Son jóvenes con origenes, trayectorias e
identiciones propias1 que también elaboran situaciones compartidas con sus
comunidades universitarias. Construye tus capitales digitales en la imbricación de tus
experiencias cognitivas, evaluativas y afectivas en la vida cotidiana, tanto en términos
académicos como recreativos.
Su condición de juventud y su posición universitaria nos permiten observar las formas
en que su etapa juvenil se prolonga con transiciones personales. Pero también como
generación, muestran las posibles transiciones sociodigitales. Son temas clave para mostrar
diversas experiencias que ayudan a comprender los cambios en la educación, las relaciones
familiares, las nuevas formas de socialidad y muchas otras prácticas socio-digitales que los
jóvenes universitarios de América Latina experimentan de manera desigual durante la fase de
educación en torno a la pandemia. Por ser jóvenes que cursan varios semestres de las carreras
de Ciencias de la Comunicación, Relaciones Internacionales y Administración de Empresas
Turísticas.
Desde el inicio mismo del trabajo etnográfico medí la tarea de ubicar las vivencias
universitarias de hombres y mujeres de diversas auto-adscripciones de género y auto-
adscripciones de etnias: mestizos, zapotecas, chatinas y mestizas (os). Otra característica
compartida es que son migrantes de algunas de las otras regiones de Oaxaca y están solos en
Huatulco mientras estudian; También estaba “cerrado” a los jóvenes que viven en Huatulco con
sus sacerdotes. Finalmente, trabajar en este tema es una forma de mostrar que, frente a la
pandemia, algo que estaba sucediendo era evidente, pero no visible: el acceso desigual de las
comunidades universitarias a la infraestructura tecnológica en América Latina.
Colocar varias caras de una misma moneda en una temporalidad con incertidumbres
latentes, pretende contribuir al conocimiento de las realidades socio-digitales de los estudiantes de
nivel superior con la intención de ubicar desde la etnografía multi-situada la complejidad de las
transiciones digitales en México. Porque si los jóvenes son herederos del desencanto, también están
construyendo otras formas de compartir sus conocimientos ante una experiencia inesperada.

El método como experiencia etnográfica multilocal

Hoy sabemos que la experiencia etnográfica en el terreno se cumple físicamente.
También se accede al campo remoto mediante una videollamada, la de un chat, de forma
virtual, apropiándose de una plataforma social para interactuar o de forma imaginaria con
la misión de reconstruir una situación determinada (PINK 2019: p.163- 164). La etnografía
digital no pretende poner el centro de la tecnología (HINE 2004; BOELLSTORF 2012; PINK
2019), sino a las personas en sus formas de relacionarse y apropiarse de ella.

1 Ha reservado sus nombres porque creo que es importante conocer experiencias y situaciones

universitarias compartidas.

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tecnología, en este caso con lo digital. Con la etnografía digital multi-situada, la nueva
pregunta se aborda sobre la forma en que Internet cambia a las personas a medida
que cambian Internet (MILLER 2019) y se apropian groseramente de ella.
Entonces, a pesar de la distancia física de la comunidad universitaria, no significó
romper la relación social con las personas que colaboran en la investigación. Porque si la
etnografía es ante todo una relación social (GUBER 2014), durante la pandemia es posible
extender las relaciones universitarias a través de la copresencia digital. Desde el inicio del
encierro, experimentación en usos y apropiaciones digitales (ÁRDEVOL 2016), situaciones
compartidas con la comunidad universitaria desde diferentes plataformas del ecosistema
digital (VAN-DIJCK 2016).
Conocer sus experiencias utilizando herramientas híbridas (ROGERS 2013). En el caso
etnográfico, conocer y apropiarse de plataformas e interfaces con fines de investigación es
fundamental desde el inicio, porque “las interfaces mantienen unidas las dimensiones del
devenir: el movimiento y la metamorfosis. Es la operator del pasaje "(SCOLARI 2017:
p.11). En el diseño etnográfico, la interfaz no es una herramienta que se apropie
objetivamente, es un espacio de interacción intersubjetiva, porque “se usa la herramienta,
se vive el entorno” (SCOLARI 2017: p.32). Si el diseñador tiene la intención de construir una
plataforma, los usuarios deciden los propósitos de uso (SCOLARI 2017). La experiencia
etnográfica me permitió apropiarme de distintas plataformas según las que alcance con
los jóvenes. Preste especial atención a las posibilidades de conexión de cada persona. La
necesidad etnográfica de estar presente de forma ubicua llevó a la experimentación
constante en busca de los jóvenes y sus apropiaciones situadas.
Para poder realizar la observación participante (en persona) de forma
sincrónica, elija participar observando en Facebook y Twitter. Estar de manera
ubicua me conectó con las experiencias de los jóvenes como parte de las
comunidades de significado desde las que navego. Allí intercambia información
académica, personal, lúdica, afectiva y muchas otras manifestaciones
contemporáneas de las culturas digitales juveniles. Participar observando en
diferentes plataformas le permite experimentarlos cualitativamente como
archivos en vivo para minar datos, raspando datos del pasado alojados en las
plataformas en diferentes perfiles. Si bien el cultivo de datos requiere participar
en las interacciones, preguntar a los usuarios de Internet cosas específicas con el
propósito de construir datos en este presente continuo.
Como las herramientas de recopilación son experiencias de aprendizaje continuo,
utiliza plataformas para construir un invernadero de datos: hacer crecer la información sobre
un tema específico. En este caso, WhatsApp y Messenger estaban en las plataformas, en el
teléfono celular y en la computadora, en artefactos. Antes de comenzar a hacer biografías
digitales con entrevistas en Zoom y en Meet, con los personajes durante semanas,
reconstruimos sus biografías digitales usando WhatsApp.

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Esto se justifica porque en los distintos lugares donde se encuentran los jóvenes
realizar una videollamada no es muy fácil por la bolsa de calidad de la señal. A partir de ahí
acordamos la estrategia: habría preguntas escritas, mientras ellos y ellos me responderían por
escrito o con notas de voz.
El resultado preliminar es que se disputan sincrónicamente –por el momento– lo
asincrónico –cuando quieren y tienen tiempo–. Entre las estrategias de exhibición
destacan fotografías digitales de sus celulares, emojis, stikers y audios. Es anecdótico,
pero forma parte de la reconstrucción sociodigital de sus caminos de vida, tan importante
como es verbal y escrito para contar sus experiencias digitales y educativas, pone en
escritura digital en escritura hegemónica (MARTÍN-BARBERO 2002) . Además, tanto esta
forma como el acercamiento a las herramientas híbridas muestran que el enfrentamiento
colaborativo de la experiencia etnográfica permite ubicar la agencia compartida (LASÉN;
PUENTE 2016) de los jóvenes universitarios como medio de apropiación de la tecnología
digital.

Del campo a la temporalidad etnográfica

El trabajo de campo no tiene una delimitación temporal marcada por el retroceso
del campo –a la vieja usza–. Hoy existen otras formas de volver a estar en el campo con
herramientas asistidas por conectividad digital. Si aún durante las inmersiones diarias de
cultivo de datos de manera sincrónica, regrese a las plataformas para la minería de datos
cualitativos de manera asincrónica (SALMONS 2016). Se incluyen, entre alcalde y el
arreglo, recorridos etnográficos (PINK 2019) a las parcelas donde se colocan con sus
familias a través de videollamadas. La delimitación que realizas muestra que la etnografía
digital se puede construir por fases temporales: sincrónicas y asincrónicas (HINE 2004;
PINK 2019) que permiten diferenciar entre las etapas del trabajo de campo y los tipos de
inmersión.
Por eso coincido con Rosaldo (1989) cuando dice que, en determinadas situaciones, el
espacio y la física no nos permiten ubicar la problemática –ni física ni conceptual–, y que la
temporalidad se adapta al medio más circundante porque permite observar cambios en las
rutinas y hábitos con quiebres entre personas e instituciones. En otras palabras: “lamedida del
tiempo sincroniza a los miembros de una sociedad” (LASÉN 2000: p.xiv).
La primera fase en copresencia digital se "delimita" en el periodo que va desde el
inicio de la escuela en casa –el 18 de marzo de 2020–, hasta –la segunda semana de julio
de 2020–, cierra donde finaliza el semestre en la Universidad. La periodicidad mostrará la
ruptura con la rutina y el inicio de mayor encierro en México, y se suspenderán las
actividades, salvo las llamadas prioritarias.
Tras el quiebre con normalidad universitaria y la suspensión de las clases presenciales,
a pesar de no estar físicamente en un salón o en el campus, empezaron a aflorar múltiples
experiencias compartidas. Las residencias están ubicadas en múltiples microespacios: un
departamento o casa en Huatulco, en el señorío familiar en la Sierra Sur, en la Sierra Mixe,

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en una colonia de Salina Cruz, en la ciudad de Oaxaca, en un rancho de Miahutlán, en

Pinotepa Nacional, en varios municipios de la costa y el Istmo y en muchas otras zonas
urbanas o rurales de Oaxaca donde se encontraban los jóvenes de la UMAR.
Una característica común es la reorganización espacial en las casas para tener un lugar para
estudiar. Un elemento diferenciador en el tipo de residencias que cuentan con internet y artefactos
digitales y las que no. En el tener internet en casa, está conectado con tanta precariedad social que
muestran las vulnerabilidades materiales de la juventud contemporánea. La pandemia ha
desnaturalizado que tener conexión a internet es algo superfluo, pero demuestra que es una
necesidad contemporánea para los estudiantes y para las familias en general.
Ubique el período entre tres fases: una de separación de la escuela; otro limoide
caracterizado por mosaicos de experiencias emergentes y prácticas performativas y el tercero,
que consiste en experiencias y prácticas de fin de semestredos. Esto se debe a que encontré que
las experiencias se vivieron como dramas sociales hogareños (TURNER, 1974) conectados con
eventos y situaciones de copresencia digital, incluida la familia participante. Delimitar el
período en él fue una decisión arbitraria porque paso de la experiencia a la conceptualización
(TURNER 1974). Se trata de decidir, en la temporalidad, nos encontramos con que los jóvenes
ubicaron fases y eventos para separar sus vivencias por etapas en lo lineal, pero expresan
situaciones performativas tensas.
“En principio se toma como vacaciones”, le escribí a una joven por WhatsApp de
Salina Cruz. Si bien no hubo un referente previo, la comunidad universitaria construyó la
percepción de que tomaría algunas semanas. Así que al principio me lo tomé con calma:
“Incluso fui a la playa y me llevé unos días antes de regresar a mi pueblo”, narraba por
WhatsApp un joven que había regresado a la Ciudad de Oaxaca.
Tanto el proceso iniciático de reorganización de la vida escolar –y de la vida en el
interior de las casas–, así como a lo largo del curso y el círculo, nos permitió observar cambios
vinculados a su estado de Facebook y sus narrativas de Twitter. Al ser homogéneo, pasó de la
anécdota y la broma, a las narrativas de frustración e incertidumbre.
Como proceso semestral, si a fines de abril las percepciones eran de preocupación
por el retorno nulo, en mayo asumieron que no volverían a sus vidas. “Me metí en las
redes y escuché los rumores en los grupos”, contó una joven comunicación sobre la forma
en que se resignaba a no regresar a la universidad durante el resto del semestre. Además,
si el final del semestre junio-julio fue pesado, para quienes terminaron la carrera fue un
proceso de incredulidad: “en la ceremonia hubo”, “en la creencia de que se acabó”, dijeron.

Entre las cascadas de estados en Facebook, sus narrativas también me permitieron

ubicar el tiempo y las formas en las que puedo cambiar la agenda de los temas.

dos No olvidemos que esta experiencia de la escuela en casa terminará con la reintegración de la escuela presencial, pero

a los efectos de este trabajo, una serie de temporadas y fases etnográficas vinculadas al final del semestre.

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estudiantes universitarios con diferentes hipernarrativas compuestas por escritura, imágenes,

audios, videos y muchos otros objetos dinámicos e interacciones digitales en el presente
continuo. Por eso, la temporalidad etnográfica digital rompe las dicotomías. Lejano / ajeno y
circundante / propio son vinculantes porque la presencia y la copresencia digital son esferas
complementarias. Además, porque localiza dónde y cómo se encuentran los jóvenes
universitarios y sus experiencias de navegación a través del ir y venir de los arroyos.

Situaciones sociodigitales de Huatulco

Santa María Huatulco es uno de los 50 municipios de la región de la Costa de Oaxaca3.
Navegar desde Huatulco durante la pandemia me ha permitido localizar formas locales de
apropiación. En sí mismo, es un lugar para encuentros interétnicos donde pueden tener lugar
múltiples transacciones socioculturales. Como Centro Integralmente Planificado (CIP), el
espacio es una zona de contacto (LOMNITZ 1999) en la que chocan diferentes lógicas. Desde la
tradición-modernidad más “visible”, pues se relaciona con experiencias concretas que sitúan
dinámicas transculturales tensas e intensas en circuitos de intercambio en diferentes
microespacios culturales en las fronteras.
A partir de diferentes perfiles de Facebook de personas que viven en Huatulco, se
empezó a compartir información de que se estaban formando comedores comunitarios para ir
a por comida. El único lugar que más se benefició fue el de la zona urbanizada, en la cabecera
municipal también centros de comedores e incluso personas que ayudaron a compartir
alimentos en la calle, hasta unos cerros donde viven.4. También en Facebook, observar que en
las paredes de una calle –y en grupos de Huatulco– circulaban diferentes tipos de productos
con entrega a domicilio: comida de restaurantes –que también sirve como comida casera de
emergencia–, baldes, alcohol en gel, productos de limpieza. , incluyendo alcohol y cervezas5.

La cascada de Facebook se convirtió en un tumulto con actualizaciones de todo

tipo. El WhatsApp también se utiliza como pasarela para ofrecer estos servicios en
casa. Durante los primeros días en la suela, se sintió la ausencia de jóvenes
universitarios, deseosos también de ver a jóvenes que trabajan en clubs de caminatas.

3 El asentamiento se concentra en los núcleos principales: la cabecera municipal donde las construcciones
son principalmente casas con grandes casas señoriales y su población se autodenomina “nietos
huatulanos” y la agencia de Santa Cruz –conocida como La Crucecita–, que se caracteriza por ser una
espacio para ofrecer servicios turísticos. Este espacio también ha sido habitado por personas del
municipio también desde 1984 –cierre de la expropiación para establecer un centro turístico– ha sido
habitado por “alineados” o inmigrantes, entre ellos, yo.
4 Desde principios de abril, cada día de quince de los tres profesores hemos ido al comedor principal para salir de
la despensa (sobre todo nos piden que traigamos verduras), algo que también nos ha ayudado a entender la
situación local desde otros puntos de vista. .
5 Durante este período en el municipio se prohibió la venta de bebidas alcohólicas, ya que se utilizó

internet como medio para compras clandestinas.

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Venden fruta de temporada en una carretilla. El desempleo juvenil se notó en las

calles.
Por el contrario, se establecieron varios negocios, los cuales se gestionaron de forma
emergente, emplearon a jóvenes para compartir para realizar micro-tareas mediadas por
alguna aplicación para comunicarse con los clientes. Si bien no son periódicos digitales como
tales, se convirtieron en distribuidores digitales que se apropiaron de las plataformas para
promocionar, realizar pedidos y realizar otras transacciones del mercado.
Se nota la precariedad de estos trabajos: no hay prestaciones sociales y buena parte de
tus ingresos puede ser el soborno. Sin embargo, la apropiación de plataformas también es una
alternativa familiar que tiene que ver con el desempleo. En una página local diaria se
promocionan los nuevos productos a la venta, destacando la comida en casa. Las formas
emergentes de empleo y autoempleo en muestran lo que las personas hacen con la
tecnología, tanto en Huatulco como en otros contextos donde se encuentran ellos mismos y
los jóvenes. Incluyéndolos como mediadores digitales, están en la empresa familiar o como
primeros empresarios.
Se ejemplifica el caso de un joven comunicador. Por whatsapp contactame6
ofrecer tamales chicatana con carne puerco en casa7. La apropiación de plataformas y
artefactos nos permite indagar sobre las precarias condiciones laborales en el capitalismo de
plataformas (BOLLMER 2018), pero también las estrategias emergentes para sacar provecho
de la falta de trabajo en un contexto donde la economía gira en torno al turismo, pero en ese
momento fue detenido. Esto tiene una relación directa con las familias de los estudiantes
universitarios, los hoteles, bares y restaurantes se paralizaron en Huatulco en el suelo, el
comercio callejero y todas las actividades comerciales que no operaban en los negocios
establecidos se paralizaron; al menos en las playas y en las calles centrales si puedes observar
esto.
Además, el cambio de dinámica fue tal que las entradas a Huatulco fueron retenidas
para evitar la entrada de turistas y con el “virus”. En las calles solos en algunos espacios, se
puede ubicar a los jóvenes: fuera de los supermercados, patinando en los canales –que esta
temporada en el llevan agua–, otros caminando en pequeños grupos y / o haciendo ejercicio
en las avenidas la ruta a las playas .
Son solo relativos, porque en los sectores que se alejan del centro hubo movimiento de
jóvenes: circulaban en motos e incluso en los espacios de alquiler de computadoras se
observaron grupos. La presencia juvenil estaba justificada para hacer frente a las tareas
escolares, aunque también aprovecharía el ocio digital.
Por otro lado, si la vida cotidiana estaba destinada al interior de las casas, tener internet en
casa era fundamental, para lo que estaba pasando, pero tener una maleta señal tiene reacciones.
“Internet es una mierda”, comentó en Twitter una universidad que vive con su familia

6 En ocasiones compra, además de ayudarte a ampliar tu negocio, también para esta aplicación.
7 La chicatana es una hormiga con alas que se vende en las primeras lluvias del año. Desde hace unos años, la comida

está tan codificada, que un kilo podría costar cincuenta dólares (valor cotizado en 2020).

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en Huatulco. Este tuit -contextualizado en el mes de abril-, luego se convirtió en un montón de

comentarios en contra de otras compañeras. Hicieron catarsis a través del servicio de internet, que
aparentemente no permitía subir contenido a otras plataformas.
Mientras en Facebook los estudiantes universitarios compartían memes sobre el
estrés que provocaban en la escuela en casa, se apropiaron de Twitter como un microblog
que privilegia la escritura (VAN DIJCK 2016). Durante la pandemia, se observó que varios
estudiantes universitarios estaban sacando sus cuentas de Twitter y usándolas con mayor
dinamismo. Entre las justificaciones, encontramos el interés de pronunciarse sobre
cuestiones públicas vinculadas a cuestiones locales. Así como un espacio para dar a
conocer sus estados de ánimo y posiciones sobre cuestiones académicas, especialmente
en la relación entre carga de trabajo, feedback y tiempos de entrega. Se diferencia con la
apropiación con Facebook, se muestra en sus hipernarrativas que, según la plataforma,
son como la apropiación, ya que constituye una separación de la etiqueta, más bien,

Nótese que durante las últimas semanas se intensificaron las valoraciones negativas
sobre las empresas que brindan servicio de internet, algo que me identificó como usuario. Por
ejemplo, usando el wifi en casa exclusivamente, es lógico que se pueda lograr una experiencia
de navegación más rápida que la que venían experimentando los estudiantes que se quedaron
en Huatulco, por lo que en un departamento tendrían que compartir una contraseña para
varios artefactos digitales. Sin embargo, en diferentes periodos de la pandemia, puedes enviar
un mailing y en múltiples ocasiones quiero sin internet, incluso durante más de un día.8. Pero
no fui el único que resultó herido.
El sábado 2 de mayo de 2020 pagué por internet. Un usuario que estaba adelante demi
pudo poner “el tercero por falta de Internet”, a pesar de que pagó puntualmente por el
servicio. Después de más de media hora de discusión con la mujer, emitió una nueva alerta
para comprobar la situación de la usuaria. Hay que pagar el servicio –que consiste en televisión
por cable, teléfono fijo e internet– haciendo un descargo de responsabilidad: no pagar el
monto equivalente al servicio de internet del mes.
En el resumen, en la sección, se muestra que con la triangulación de datos de la
etnografía digital multi-situada y la presencia localizada, también podría relativizar aquí y allá,
y el ajeno y el propio. Diluyendo esta dicotomía podría darle un lugar central a la problemática
común. En este caso, los conectores de significado sociodigital se convirtieron en los referentes
centrales para ubicar las experiencias compartidas durante la contingencia.

Desconexiones ubicadas
En América Latina, los jóvenes se dividen entre los que están conectados a
servicios e instituciones y los que están desconectados (URTEAGA 2011). En términos de
conectividad digital, solo el 70.1% de los habitantes de México utiliza internet, menos de

8 Se pone más énfasis en las estrategias del vehículo para tener “mejor señal”.

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la mitad de los hogares cuenta con 44,3% de computadoras, así como solo 56,4% tiene conexión fija
a internet (ENDUTIH 2019).
Como espacio etnográfico de partida, la sala de clases fue un primer campo para
ubicar las desigualdades sociodigitales. En la última clase presencial pregunte por la
conectividad. Por ejemplo, en un grupo de 26, hubo casos donde mujeres y hombres tenían su
propia habitación, internet, computadora y teléfono celular, también los casos extremos: un
hombre y una mujer que en la habitación tenían acceso a una computadora en internet. En
casa. Viven en ranchos que están ubicados en las afueras de Huatulco y solo tienen un teléfono
celular inteligente para comunicarse y trabajar, pero sus artefactos están “viajando” en función
de la obsolescencia acelerada.
Por tanto, en ambos casos el contacto fue principalmente por teléfono y
con mensajes en WhatsApp y Messenger. Esto se correlaciona con las brechas
digitales desiguales, que se han incrementado en las áreas urbanas de México
y el 76.6% de las personas usa internet, solo en las áreas rurales y el 47.7% lo
usa. Además, entre las de mayor escolaridad, se reporta el uso de internet,
con solo el 9.4% siendo usado con un teléfono celular inteligente y vía wifi
(ENDUTIH 2019). En base a esta realidad, en el puesto de mi docente en
cuarentena, optaré por dinámicas individuales y grupales, vía WhatsApp.
También nos apropiamos de las nubes digitales por material para que puedan
albergar su trabajo, al que puedan dar sugerencias verbales y escritas. ¿Cómo
sospechará uno,

Optimizamos las prácticas de colaboración académica en línea con un formato más de

laboratorio para aumentar su conocimiento. Esto sucedió con los grupos de la Licenciatura en
Comunicación y con uno de los Maestros en Marketing Turístico. En algunos casos, nos
conectamos a través de videollamadas para discutir conferencias y dar comentarios verbales
sobre sus proyectos. Y como comentas, también usaron llamadas mientras yo tenía acceso a
internet por largos periodos en mi computadora, además de estar en contacto permanente en
Facebook, Twitter y Messenger.9.
Al pasar de los días llegué a conocer los problemáticos para conectar. En abril, un
comunicador que vive en la cabecera del municipio de Santa María Huatulco, ubicado a pocos
kilómetros del casco urbano, me contactó por teléfono para comentarme que no podía
conectarse desde la casa de su tía porque solo tenía datos “no hay buena señal ”. A los pocos
días regresó a su casa, en el municipio de San Gabriel Mixtepec también ubicado en

9 Tanto con otros estudiantes como con titulados universitarios. El campus ofrece cinco titulaciones:
Ciencias de la Comunicación, Administración Turística, Economía, Actuaría y Relaciones Internacionales.
También tres maestrías en Marketing Turístico, Derecho Penal Internacional y Relaciones Internacionales:
Medio Ambiente.

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la costa. Todo son múltiples complicaciones por cuestiones de infraestructura

y familiares, así que pensé en dejar la universidad.10.
Otro caso es el de un joven zapoteco en Santo Domingo de Morelos, otro municipio
costeño. Me comentó desde Messenger que en su pueblo algunas casas que tienen internet, él
hace negocios: “le das la llave por unas horas y tocas el quitan”, esa era su opción de todos los
días. Esto coincide con otros compañeros que viven en la región, pero también es una realidad
en múltiples contextos rurales e incluso en las periferias urbanas del estado de Oaxaca.
Además, la otra opción era "ir a ciber", para que permanecieran abiertas.
En un grupo de WhatsApp de profesores de la UMAR, uno de ellos comentó
que un estudiante que estudió Administración de Turismo y que vive en Zipolite11,
Toma fotos de tu cuaderno y envíalas por WhatsApp. Fue la forma en que entregó las
tareas, no la computadora. Pero esta no era la mayor preocupación de la joven
universitaria, pero durante la pandemia no subieron las cometas de agua a su casa y
eso solo complicaron las rutinas básicas de limpieza.
Como profesora con una experiencia similar, una alumna me envió fotografías
porque, aunque se había caído en la computadora, no quería cumplir con el trabajo final.
Por otro lado, existen algunos problemas que, por las dificultades de conectividad en sus
lugares de origen, se encontraron en Huatulco. Con él lograron mantener su autonomía
con respecto a sus sacerdotes, además de pasar el semestre con otros compañeros que
también se quedaron en Huatulco. Entre estos casos se encuentra el de una chatina
alumna de Relaciones Internacionales que se originó en la agencia La Cieneguilla,
municipio de San Juan Quiahije. En este contexto, aunque ya ha internet señal “cualquier
lluvia tira la señal”.
Entre los que viven con su familia en Huatulco, hay casos en los que tienen hogar y
habitación, conectividad y artefactos digitales. También casos como el de un joven
científico de la comunicación que, en medio de la pandemia, tuvo que mudarse de la casa
que alquilaron a una casa construida “al vapor” en un edificio que se acababa de construir.
Esta fue una medida familiar urgente para dejar de pagar el alquiler ante la incertidumbre
del empleo familiar. Cabe señalar que estaba realizando su trabajo en su celular y, en
medio de la pandemia, también la dejaron en su computadora. Así, encontramos el
retorno migratorio “provisional” de las familias que vivían en Huatulco. Una joven de
Pinotepa Nacional regresó junto a su hermana y sacerdotes: “papá y mamá se quedaron
sin trabajo”.
Desde WhatsApp comenta que cuando regresan a su lugar de origen no han
podido alquilar (han perdido el depósito), y desde que han recibido apoyo de familiares.
También puede ejemplificar una estudiante que vive con sus sacerdotes en Huatulco, pero
no tiene internet en casa y debe recargar o ir a un lugar donde pueda acceder.

10 En el momento en que escribo esto (septiembre de 2020), se “anuncia” en Facebook que dejaría la escuela. Esto

suscitó muchos comentarios, entre ellos el mío.

11 Una playa del municipio vecino llamada Pochutla.

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conexión para integrarse con la dinámica digital. Allí, pudieron encontrar de la mano de
insumos que obtenían directamente del campo: leña, frutas de temporada, animales salvajes,
entre otros, que fueron los sirvieron para enfrentar la precariedad.
Si el ecosistema comunicativo visibiliza prácticas y sentidos juveniles con nuevos conocimientos, encuentra que entre sus conocimientos y

prácticas digitales, otros aprendizajes no se diluyen. Desmontaje, transporte de leña, jardinería, cuidado de animales, siembra de hortalizas para

cultivo mixto en la parcela, así como muchas otras actividades relacionadas con el entorno hogareño del campo, para mostrar su conocimiento de la

tierra. Entre ellos, el joven del municipio costeño de San JuanMixtepec, realizó un video para compartir la forma en que se podía hacer una verdura en

la que tuve los resultados de los siguientes meses: rábanos cosechados. Una diferencia de género es que las mujeres participan activamente tanto en

las actividades de campo como en las que rodean el hogar: cocinar, lavar el barro. Si estas actividades se asocian al “ser de mujeres en el campo”, una

comunicadora de los alrededores de Miahuatlán dice que servir y ayudar en el hogar ha sido una experiencia importante para poner temas sobre la

mesa. Afirma que entre los plásticos ha podido argumentar para desmontar ideas hogareñas sobre el papel de la mujer, especialmente entre los

hombres de mayor edad en su familia. Además, un día nos mostrará la trama familiar en una videollamada colectiva, donde narró que fue una

experiencia que fue disfrutar estando de regreso y ayudando tanto en el campo con sus primos y tíos, como en la cocina, con su abuela. Afirma que

entre los plásticos ha podido argumentar para desmontar ideas hogareñas sobre el papel de la mujer, especialmente entre los hombres de mayor

edad en su familia. Además, un día nos mostrará la trama familiar en una videollamada colectiva, donde narró que fue una experiencia que fue

disfrutar estando de regreso y ayudando tanto en el campo con sus primos y tíos, como en la cocina, con su abuela. Afirma que entre los plásticos ha

podido argumentar para desmontar ideas hogareñas sobre el papel de la mujer, especialmente entre los hombres de mayor edad en su familia.

Además, un día nos mostrará la trama familiar en una videollamada colectiva, donde narró que fue una experiencia que fue disfrutar estando de

regreso y ayudando tanto en el campo con sus primos y tíos, como en la cocina, con su abuela.

Otro aspecto que muestran las agencias es que al ser jóvenes universitarias que sepan
gestionar “las nuevas tecnologías”, ocupan su capital digital para ayudar a conectar con sus
sacerdotes, tíos y abuelos. Eso les genera prestigio y reconocimiento social. Los estudiantes
universitarios funcionan como una carrera que los pone en tránsito como facilitadores de
experiencias digitales, sin desear atender las tareas cotidianas en el campo o en casa, aunque
se asume que han vuelto a cursar el semestre en casa como núcleo. actividad. Por eso es bien
sabido que sus tiempos y ritmos sociales cambiaron en sus hábitos de estudio. Desde los
horarios para levantarse, para estudiar las “clases online”, hasta los hábitos alimenticios y sus
horarios de sueño.
Varias experiencias demostraron que estar frente a la computadora no era fácil.
No hubo necesidad de llamarlos para sumarse a la dinámica familiar de la ociosidad –ver
películas, platicar, cocinar juntos–, por lo que razonaron era tanto tiempo frente al
ordenador “sin ayuda en casa”.
La dificultad de apropiarse de estos espacios familiares con fines académicos
muestra que, a pesar de que “es su casa”, no tienen allí su vida universitaria, no cuentan
con un espacio físico adecuado. Las razones son tanto por las características del espacio –
que pueden ser insuficientes para tener privacidad– que, a pesar de que tenían una
habitación para cerrar, la propia dinámica familiar requería mucho tiempo socialmente
compartido, además de la mala calidad de la señal. .
Esto es importante porque una joven universitaria que regresó a casa con sus sacerdotes y
hermanas –en un pueblo de Valles Centrales-, mencionó que a pesar de que ella daban su

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espacio y acogida mucho apoyo familiar, volver a casa significó “cambiar a tus
compañeros por tu familia”. En Huatulco, está acostumbrada a trabajar con
compañeros y resolver dudas a través de la asistencia recíproca, ayudándolos a llegar
a sus hogares. Si bien durante la pandemia hubo acceso a la retroalimentación de los
compañeros, fue diferente tanto por la lista de correo de Internet como por la
dinámica digital con la que estaban experimentando. Sin embargo, esto no es algo
que determine su desempeño escolar. Incluso los jóvenes y los jóvenes valoran estar
cerca de sus padres y familiares tanto en persona como a distancia.
Resulta que tanto sus abuelas como sus madres (principalmente) eran la mayor parte de las
preocupaciones de ellas y de los estudiantes universitarios por la escuela en casa. Lo que al principio
empezó como algo diferente, con el paso del tiempo se convirtió en una nueva rutina con múltiples
rectas a ganar, desde lo tecnológico hasta lo académico.
El primero fue tener condiciones para conectarse durante las sesiones diarias. El
segundo fue terminar el trabajo para poder enviarlos a tiempo, antes de que cerraran la
plataforma. El tercero fue realizar varios trabajos al mismo tiempo con cierta certeza de ir en la
dirección correcta. Estos factores poco a poco y de diferentes formas irán aumentando el
estrés, además del mismo entorno y la dinámica particular de la casa. Por el estrés escolar por
desconexión o por considerar el exceso de trabajo, era un tema que en el pasado se pasaba
por alto como parte de las vivencias personales y familiares de la comunidad universitaria.12.

En mayo, una joven de Salina Cruz mencionó que su hija la llamaba para
preguntarle sobre sus tareas y las de su hermano menor, quien estaba enterrado en las
preocupaciones de su escuela secundaria por enviarle tareas a la vez. Así mismo, otro
joven que vivía en el municipio vecino a Huatulco, San Miguel del Puerto, narró que su
madre la estimuló por el resto del semestre. Que preparó “su comida favorita” como
aliciente para que se animara a terminar su trabajo.
En varios testimonios se encuentra que en contextos rurales el apoyo familiar en el
terreno se concentra en familias nucleares, más bien en grupos domésticos o grupos grandes,
porque a menudo comparten la convivencia solar en espacios cercanos. Entre ellos, la distancia
social era relativa porque no es la forma en la que el espacio se apropia y mapea socialmente.
Lo mismo triunfa en espacios urbanos donde los familiares pueden vivir en La Misma

12 He tenido experiencia como docente y profesora desde casa y he tenido ocasiones de tensión, principalmente
por la caída del servicio de internet. Esto me llevó a tejer una red de reciprocidad digital vecinal. En mayo tuviste
la oportunidad de un seminario y mi red de internet en servía. La opción que tenías me la pidió mi vecina que me
compartiera la suya –que era de otra empresa–. Esto nos permitió tener ambas señales.
Además, los modos de participación universitaria a través de plataformas digitales producen incertidumbre
entre la comunidad de profesores, porque la socialidad digital es algo que está en construcción. Además, las
estrategias de integración en la dinámica digital requieren experimentación, así como una interpretación densa
por parte de los docentes sobre las señales digitales que emiten en los estudiantes. Esto en sí mismo es parte de
lo que justifica y motiva esta investigación.

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Calle en la Misma Colonia, el lugar que facilita las formas de asistencia recíproca y relativiza la
emergencia por la pandemia.
A partir de ahí, las comunicaciones con celulares analógicos y digitales con vistas gratuitas, para
fortalecer las relaciones interpersonales, puedes estar en un grupo familiar de WhatsApp es importante
estar atento tanto a las necesidades como a la dinámica familiar.13.

Conectividad y conocimiento en partes

Desde los años setenta de Lefebvre (1974) se decía que el capitalismo se había
transformado en una sociedad de flujos, que no era importante en la producción del espacio, sino
en su reproducción. En pleno XXI, el acceso a internet como recurso significativo para estar en la
dinámica escolar perfila experiencias muy diversas. Para comprender la diversidad de las culturas
digitales juveniles, el acceso a la infraestructura digital es fundamental, porque la materialidad
digital produce diferentes tipos de conectividad, por lo tanto, acceso desigual al uso de plataformas.
Entre las experiencias universitarias se encuentran las estrategias para conectar puedes dar cuenta
de ello.
Varios testimonios revelan formas visibles de subarrendar Internet. Paga
mensualmente a un particular por el servicio de internet donde el proveedor es un usuario que
alquila internet y lo redistribuye a otros usuarios. Apropiarse de tecnología para redistribuir la
señal y extraer una renta mediante una antena, presenta un caso de apropiación de tecnología
con fines mercantiles. Otra forma es que en muchos lugares, incluido Huatulco, había
cibercafés abiertos. Aquí el peligro era contagioso por utilizar artefactos que no habían sido
desinfectados, además de estar en espacios reducidos y cerrados. Una más era comprar
patatas fritas. En varios municipios se alquila internet por horas o por un día. El cliente recibe
un rol con contraseña, que caduca según el momento en que se registre. El problema es que la
contraseña es baja y no te permite cargar archivos pesados. Encuentra casos de personas que
acudieron al público para que estas contraseñas estén en internet durante unas horas y
puedan enviar su trabajo. En algunos casos, otra opción fue contratar internet satelital para
poder usarlo en el rancho. Por último, está la más ortodoxa: contratar internet con una
empresa y compartir los gastos con familiares y / o vecinos que viven en el edificio.

Pero entre las relaciones mercantiles, las relaciones de reciprocidad atravesadas por la
ayuda de sus familiares y / o vecinos que compartían la señal no han desaparecido. Otras
estrategias utilizadas por los compañeros de salón que completaron las tareas por llamada
telefónica. Hay casos en los que una universidad le ofreció a su compañero de salón trasladar
temporalmente su casa para que pueda acceder a internet. El acceso desigual a la conectividad
demuestra que en el capitalismo, la infraestructura sirve para descubrir las diferentes formas
en que las personas organizan la vida material, es para alquilar o compartir, porque la
infraestructura produce relaciones (BOLLMER 2018).

13 Incluido en los estudios de redes de parentesco, el estudio de WhatsApp es importante hoy para

comprender la dinámica de la vida cotidiana.

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Además, la renta de señal es una forma de subsidio ante la falta de respuesta

estatal que no prioriza el derecho a la conectividad. Las desconexiones multi-situadas
ocurren en contextos donde la presencia de la energía eólica, la minería y el turismo, hay
transacciones visibles entre ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios locales y
diversas corporaciones transnacionales.
En el caso de la infraestructura tecnológica, se puede dar el caso de que el capitalismo
de plataforma (BOLLMER 2018) extrae datos de los usuarios en el terreno, una campana que
también es apropiada por terceros para ofrecer servicios de interés, que en contextos únicos la
única opción de tener acceso a la conectividad que requiere la universidad en casa. Sin
embargo, como se ha demostrado, la comunidad UMAR tiene estrategias para conectarse y
cumplir con sus deberes, y parte del sistema escolar, produciendo y redistribuyendo además
múltiples contenidos digitales.
En este sentido, un joven de un pueblo zapoteco de Valles Centrales de
Oaxaca compartió un video en Facebook. Era una canción de hip-hop en
español escrita por él, con una foto de su grupo (y un profesor) en un aula. En
la canción se relatan los inicios de la carrera, el tiempo y las situaciones
compartidas “y las noches de devoción”. Les hablan a sus propios
compañeros, refiriéndose al tiempo compartido como la generación: “Agosto
de 2015 fue el comienzo”, “la mitad de nosotros desertaron”, “ahora
navegamos sin ningún barco”, “estábamos en un lugar para tener un declare
cinco años con ustedes ”. Su narrativa es una densa descripción personalizada
de lo que significó ser un joven universitario, pero también un internauta,
migrante y especialista en comunicación.
En cuanto a las transmisiones en vivo en Facebook, un joven es varios. Desde
Huatulco canta y toca con otros compañeros, desde música “roquera” hasta baladas,
todas abordando temas religiosos. Por otro lado, un joven del Istmo promovió la venta
familiar de lomos que pesan más de 64 kilos, así como bolsitas con plantas, objetos
digitales y fotografías. Otra joven estudiante de comunicación y zapoteca de la Sierra
Norte, compartió un video en su muro de Facebook que duró 1:49 segundos. Era del
Colectivo Nuestra Vida. En la parte inferior está el nombre del colectivo, ella por ser la voz,
y el título del video: “Información sobre el Covid-19 en Zapoteco de la variante San
Francisco Yatee”.
El día que lo compartió –19 de mayo– intercambiamos narrativas, primero en tu muro
de Facebook y en Messenger. Una vez listo, dije que sería mejor que me respondieran en
WhatsApp. La razón para elegir esta aplicación fue porque funciona más rápido. Y que el
principal problema para estudiar en casa era que en tu pueblo “con cualquier viento se puede
ir a internet”. Después de una rata, dije que “nos comunicamos”, porque habló desde la
agencia municipal de su pueblo para pedir el audio. Querían reproducirse en una boquilla
adecuada para advertencias. Mencioné que la razón para hacer el video fue

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principalmente “para los abuelitos” porque en la región los casos de contagio y la

gente mayor han ido aumentando en información.
Como joven universitaria indígena, su apropiación y producción de información está
cobrando importancia. Con sus diversas capitales socio-digitales, traducir información que
ayude a los alcaldes a informarse en su idioma y mostrar la migración digital en formatos
analógicos.
La mezcla de artefactos también muestra el cruce de fronteras socioculturales.
Pueden compartir contenidos colaborativos en plataformas –desde donde también
procesan información y realizan tantas prácticas académicas y afectivas–, así como
compartirlos con sus mundos locales. Con ello dinamiza las lógicas comunitarias como
una forma de tequio juvenil contemporáneo mediado por plataformas y tecnología socio-
digital, visibilizando lo que hacen los jóvenes con las tecnologías en contextos donde
existen relaciones comunitarias.

Reflexiones finales
Encontrar que los jóvenes también son multitarea y multitarea
(BARICCO 2008), porque se habita un ecosistema digital donde producen y
comparten contenidos. En sus paredes escribe sobre la escritura, y la lectura
se vuelve escrita como los palimpsestos (MARTÍN-BARBERO 2002), pero escrita
en el estilo hegemónico, es importante como oral, visual y sonora (MARTÍN-
BARBERO 2002). Durante la pandemia de Covid-19, los estudiantes
universitarios de la UMAR Huatulco están viendo jóvenes que utilizan
plataformas digitales para construir sus estrategias escolares en casa. La casa
ha sido habitada intergeneracionalmente para compartir espacios tanto en la
parcela o el solar, como en la cocina, la habitación o el comedor familiar. Si
difieren por el tipo de infraestructura,

Cambio de microespacios y personas para interactuar. Con el distanciamiento físico, de

manera desigual, agilizaron diversas plataformas, tanto para académicos como para actividades
heterogéneas. Como generación de estudiantes para estar inmersos en su “educación continua”,
pueden actualizarse para enfrentar la apropiación de plataformas y su propia alfabetización digital y
como guías e inductores, además de su posición como estudiantes universitarios.
Producen hipernarrativas digitales híbridas en el presente continuo, tanto para fines
académicos como para sus relaciones sociales en general. Una de las desventajas compartidas
está en la contemporaneidad estructural (MARTÍN-BARBERO 2002) de sus lugares de origen al
acceder a internet, en la medida en que se percibe que las brechas de desconexión digital se
imbrican con otras desigualdades estructurales (REYGADAS 2004), ambas nuevas como antes.

Además, durante la pandemia sus experiencias multisituadas muestran que la participación

de los jóvenes universitarios en la vida digital no está subordinada (FEIXA 2014). Como

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Hemos visto, además de la escuela, también compartir conocimientos por partes (MARTÍN-BARBERO
2002). Los flujos que construyen filiaciones multilineales, que al igual que muestra repertorios culturales
locales mezclados con repertorios juveniles personales y generacionales.
Con la apropiación de plataformas, hacen visible que la coeducación informal y la
agencia compartida (LASÉN; PUENTE 2016) se mezcla con información del momento. Se ha
condensado espacialmente en una temporalidad dramático-limoide durante el período,
donde lo cognitivo es importante tanto como lo afectivo-emocional y lo evaluativo. A pesar
de los problemas de conectividad, se está demostrando que en sus conexiones de sentido
se trata de un bien común –escuela, familia, local–. Sus capitales digitales son
transculturales, salvo que signifique que niegan sus adscripciones de género étnico, pero
sus autoasignaciones en los museos en sus usos, haciéndolos funcionales en su
incorporación a las actividades del campo y de la casa.
Como se muestra, sus capitales digitales se utilizan para hacer circular la información
“entre los suyos” a través de diferentes plataformas, haciendo visible que las relaciones cara a
cara y la copresencia digital se cruzan de diferentes formas a pesar de sus desventajas.
Ser estudiante en la casa trae a primer plano múltiples desventajas, que se puede
trabajar desde la habitación, la casa o el departamento, pero aún quedan por salir de la colonia
o del pueblo para poder conectar, lo que genera interacciones de riesgo. Por todo lo anterior,
antes y después de la pandemia, se justifica investigar desde la etnografía digital multi-situada,
poniendo los datos en la misma, podrán ayudar a comprender las prácticas, conocimientos,
significados y tensiones de la juventud universitaria contemporánea. Asumo que este es un
reto permanente para afrontar lo que venga a las universidades una vez que sube el encierro y
volvemos a clases.

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Sobre el Autor Jorge Alberto Meneses Cárdenas

Es profesor-investigador de la Universidad del Mar. Maestro en

Sociología Política por el Instituto Mora y el Doctor en Estudios
Latinoamericanos, UNAM.

Fecha límite: 28/09/2020

Cierre aceptación: 04/12/2020

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