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HARO
La congestión del transporte público es, en gran medida, el resultado de una inadecuada
asignación de titularidades sobre las rutas y de un inexplicable activismo judicial que,
mediante acciones de amparo dirigidas a tutelar alegadamente el derecho al trabajo o a la
libertad de empresa, se encargó durante largo tiempo de paralizar los esfuerzos de las
autoridades municipales por licitar los trayectos y construir una verdadera red de
transporte público.
Ronald Coase sobre el problema del costo social, es dejar de lado la regulación que no
tiene sentido. Coase postula, esta es la idea básica de su Teorema, que el Estado sólo
puede contribuir a distorsionar el mercado si interviene en casos en los que los privados
son perfectamente capaces de arribar a soluciones negociadas. Cuando la existencia de
costos de transacción elevados, la regulación estatal se justifica como sustituta de la
autonomía privada. No se trata de eliminar al Estado, sino de hacer que éste cumpla
adecuadamente su cometido: que defina apropiadamente las titularidades, que aplique la
fuerza pública para hacer cumplir los contratos y que asegure la provisión de un sistema
(bien público, bien privado) para la solución de conflictos
Desde diversos sectores se reclama la intervención del Estado para la fijación de las tarifas
del SOAT, de las comisiones bancarias, de las comisiones que cobran las AFPs, del precio
del gas licuado de petróleo o de la gasolina
Las razones por las que juzgo necesario oponerse a los excesos de la regulación
económica.
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La necesidad de regulación tarifaria se predica tanto respecto de mercados monopólicos
(la telefonía fija, por ejemplo) como de mercados competitivos (entre ellos, la banca).
Las justificaciones para una mayor intervención son variadas y no siempre consistentes
entre sí.
Se diría que lo que se encuentra detrás de la discusión es una típica confrontación entre
derechas e izquierdas.
Richard Epstein – conferencia sobre las buenas y malas formas de regulación. Se ocupó
finalmente de lo bueno, lo dificil y lo horrible en materia regulatoria.
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En estas condiciones, las empresas se encuentran en imposibilidad de competir en
términos de calidad (recuérdese que todos los recursos disponibles son, por definición,
exactamente iguales), por lo que la competencia se concentra exclusivamente en el precio.
Tres:
a) Los precios que produce la competencia pura son los más bajos posibles (son
iguales al costo). La venta forzada por debajo del costo económico es una medida
regulatoria que no es susceptible de mejorar el bienestar social.
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i) Cuando existen razones para creer que no es posible que se desarrolle
competencia en un determinado mercado; y
ii) Cuando el costo de imponer un cierto tipo de regulación –cualquiera que éste
sea– fuera menor que el costo de no imponerlo.
Este tipo de empresa regulatoria supone una tarea “difícil”, Epstein intenta llamar la
atención sobre el hecho que - la alteración de los equilibrios producidos en los mercados
mediante medidas normativas encierra. A este tipo específico de intervención llamaremos
en adelante “regulación económica” se establecen, simplemente, para habilitar el
funcionamiento del sistema de precios.
Stephen Breyer relata la tremenda dificultad que encierra el proceso regulatorio: sobre
el modelo que explicó, “el problema es que simplemente no se puede tomar en cuenta
todo. Lo que uno trata de hacer al regular la tarifa de una industria es imaginar cuál
sería ésta en condiciones de libre mercado para un producto en que no existe un
mercado libre. No es fácil hacer esa estimación y no importa cuanto tiempo se
invierta en ello, el resultado siempre será extremadamente impreciso.”
No debería llamar la atención que los organismos reguladores normalmente discrepen del
equilibrio que produciría el funcionamiento libre de los mercados. De hecho, eso es lo
que típicamente ocurre debido a factores múltiples como la existencia de distintos
modelos regulatorios.
Cuando se percibe que la intervención del Estado puede generar tan graves distorsiones
en el sistema de precios, sólo puede concebirse a la regulación como un mecanismo
absolutamente excepcional de intervención en la economía. Como el propio Breyer lo
indica: “Si se decide regular, hay que tener certeza, o bastante certeza, de que pese a la
imprecisión de los modelos y pese al esfuerzo seguramente tosco de la gente por bajar los
precios y mejorar la eficiencia, es mejor regular que dejar funcionar el mercado libre.”
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Caso de la Superintendencia de Banca y Seguros, que se ha resistido de modo consistente
a regular el precio de los seguros y de las comisiones bancarias, sólo para ser llamada al
orden por la Comisión de Defensa del Consumidor y Organismos Reguladores debido al
supuesto alto precio de ciertos servicios que se encuentran bajo su ámbito de competencia.
Es altamente probable que los equilibrios que se originen en un mercado sin trabas
artificiales garanticen la viabilidad de los servicios a largo plazo e induzcan la entrada de
nuevos y más eficientes proveedores.
La regulación económica sólo se justifica, en definitiva, cuando existe una buena razón
para considerar que el desarrollo de un mercado competitivo es absolutamente
improbable; no se justifica, en cambio cuando el nivel de las presiones competitivas no
se ajusta a lo que el regulador esperaría observar en un entorno de competencia perfecta.
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Es la certeza de que la intervención es ineluctable la que distingue la buena de la mala
regulación
Diversas teorías se han construido para identificar los contextos en los cuales la
competencia no puede desarrollarse. Los mas importantes se relacionan los conceptos
de “monopolio natural” y de “instalaciones esenciales”.
Todo indica que el surgimiento de los grandes monopolios en los servicios públicos en
los Estados Unidos estuvo relacionado más con la intervención del Estado que con la
validez de la teoría del monopolio natural. Considérese el caso del servicio telefónico.
Para 1907, los competidores de AT&T habían capturando ya el 51% del mercado
telefónico y los precios estaban reduciéndose agresivamente como producto de la
competencia. Nada permite sustentar que las economías de escala u otras barreras de
entrada impidieran el acceso o dificultaran el mantenimiento de los competidores en el
mercado, lo que resulta contrario al modo en que la teoría del monopolio natural se ha
desarrollado en la regulación de las telecomunicaciones.
AT&T ‘capturó’ rápidamente a los reguladores y usó el aparato regulatorio para eliminar
a sus competidores.
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- Políticas de licenciamiento exclusivo
- Monopolios protegidos para los portadores dominantes
- Ingresos garantizados para las empresas sujetas a regulación
- Una política de acceso universal impuesta desde el Estado que exigía un único
proveedor del servicio y una regulación tarifaria diseñada para dar cumplimiento
al objetivo mismo del “servicio universal”.
No debe sorprender que, a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, algunos
empresarios consiguieran que las más disímiles industrias recibieran protección contra la
competencia a través de concesiones exclusivas, bajo la teoría de que dichas industrias
constituían “monopolios naturales”.
La evidencia histórica respalda la tesis de que la teoría del monopolio natural es una
ficción económica.
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El monopolio natural constituye todavía la piedra sobre la que se asienta la regulación
tarifaria de los operadores dominantes.
1. La idea de los recursos esenciales no fue formulada por una autoridad política o
regulatoria con el propósito de justificar intervenciones normativas en los
mercados, sino que germinó y se desarrolló en contextos jurisdiccionales, como
producto de la aplicación de las normas de libre competencia.
Resulta contraproducente que, en un país como el nuestro, en el que los incentivos para
la innovación y para la realización de nuevas inversiones son todavía más necesarios, se
haya optado por un camino inverso.
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que obliga a los competidores a generar oferta propia o a adquirir otras señales con las
que hacer frente a las exclusividades.
De acuerdo con los “Lineamientos Generales para la Aplicación de las Normas de Libre
Competencia en el Ámbito de las Telecomunicaciones” un recurso esencial se define
como aquél servicio o infraestructura que:
No existe base económica que permita trazar una clara línea divisoria entre la
replicabilidad y la irreplicabilidad de un recurso.
Eduardo Quintana “si bien las negativas arbitrarias no generan un beneficio para quien
se niega a contratar, en algunos casos pueden ocasionar efectos restrictivos de la
competencia sin necesidad de que esa haya sido la intención de la empresa dominante”.
-> no puedo compartir su punto de vista. En primer lugar, me parece sumamente
peligroso que se construya una tercera categoría de infracciones a la Ley de Libre
Competencia, distinta del abuso de posición de dominio y las prácticas restrictivas de
la competencia, puesto que ello podría generar un cajón de sastre que habilite mayores
afectaciones a los derechos de propiedad y a la libertad contractual que las que resultan
socialmente justificables.
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Me parece pertinente poner de relieve que, al menos en materia de postes, existen dos
grupos de proveedores potenciales (las empresas telefónicas y las empresas
eléctricas): si bien puede argumentarse que las empresas telefónicas podrían tener algún
interés en impedir el desarrollo de potenciales competidores en el mercado de cable, nada
hace suponer que las empresas eléctricas no estén en capacidad de negociar contratos de
arrendamiento de infraestructura sin necesidad de intervención estatal. Una vez más,
conviene recordar que cuando el mercado puede funcionar, la regulación económica
no resulta aconsejable.
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NOTAS SOBRE EL CONCEPTO JURÍDICO DEL SERVICIO PÚBLICO EN
NUESTRO ORDENAMIENTO LEGAL
REYNA Y VENTURA
INTRODUCCIÓN
La idea del servicio público refleja una porción de la actividad administrativa dirigida a
establecer prestaciones obligatorias a favor de la ciudadanía, circunstancia que lo vuelve
un concepto lábil, difuso y poco posible de ser conceptualizado unitariamente.
El servicio público es algo más que “actividades sujetas a regulación económica por
presentar fallas de mercado consistentes en situaciones de monopolio natural o de
mercados faltos de libre competencia” -> visión economicista y "pan-regulatoria".
Constitución de 1993, normas que establecen respectivamente el deber general del Estado
de promover el bienestar general de la Nación, de actuar sobre los servicios públicos y
finalmente, hacerse responsable, en el ámbito local, de estos servicios públicos de dicho
alcance. Por tanto, si el concepto de regulación proviene de la economía y ciencias
sociales, el concepto de servicio público es un concepto jurídico, que es definido desde
el derecho administrativo.
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imperio un sistema de prestaciones dirigidas a la colectividad, a fin de satisfacer
necesidades esenciales para la vida en común.
El instituto jurídico del derecho administrativo que se ideó para garantizar este rol
prestacional del Estado, fue el servicio público, administrativa dirigida a establecer
mediante ley un rol prestacional del Estado, que asume la responsabilidad de la
organización, establecimiento y gestión de la prestación de varias actividades económicas
esenciales para la vida en sociedad, que se consideran, en su acepción clásica, como de
titularidad del Estado, bajo un sistema de reserva prestacional a favor del mismo.
1. Obligatoriedad
2. Continuidad
3. Universalidad
4. La cláusula de progreso tecnológico
5. Igualdad
6. Regularidad
Bajo el concepto clásico y técnico del "servicio público" a la francesa, se han señalado
las siguientes características básicas:
- En la visión clásica, se señala que la gestión del servicio público puede ser pública
o privada (esta última excepcionalmente). Pero esencialmente se asume que el
Estado debe ser prestador, a través de empresas o establecimientos públicos,
aprovechando para ello su reserva prestacional o publicatio.
- El Estado somete la gestión del servicio a sus propias normas, al Derecho Público.
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La doctrina clásica también formuló las reglas de prestación relativas al servicio público,
"leyes de Roland":
La doctrina clásica del Derecho Administrativo (sobre todo en Francia e Italia) formuló
una distinción interesante, que a mi criterio tiene validez hasta hoy, que diferencia entre:
Servicio Público en sentido "subjetivo": Este sector doctrinal entiende que el servicio
público es una forma de actividad administrativa, una actividad prestacional de titularidad
administrativa.
Conviene dejar en claro que el concepto clásico que identificaba al servicio público como
actividad estatal (servicio público en sentido subjetivo) se ha sometido a una fuerte
revisión, debido al influjo de la legislación comunitaria europea, y la aparición del
concepto del "servicio de interés económico general”.
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LA EXPERIENCIA COMUNITARIA EUROPEA
Ideas europeas sobre el servicio público han ido en un proceso de franca evolución.
En los EEUU nunca se adoptó un "concepto" o "noción" del servicio público. Tampoco
se adoptaron conceptos como la "publicatio" o la "titularidad" del Estado. Sin embargo,
con el transcurrir del tiempo, en los EEUU se estableció que ciertas actividades
económicas, generalmente monopólicas, que prestaban servicios esenciales para la
comunidad debían de ser "especialmente controladas" por el Estado, debido a su
incidencia sobre el interés público o general.
Caso "Munn vs. lllinois" (1876), se generó el concepto de la regulación de las actividades
"afectadas a un interés público' "public utilities". La intervención sobre el estado sobre
las denominadas public utilities (que siempre fueron actividades privadas) revistió
siempre un carácter externo o "regulador". En este escenario, las empresas y los
prestadores de las public utilities siempre fueron privados, mientras que el Estado
únicamente reguló ciertos aspectos relevantes (tarifas, acceso de terceros a las redes,
abusos anticompetitivos, temas de acceso de usuarios).
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LA EXPERIENCIA PERUANA ACTUAL: EL CONCEPTO OBJETIVO DE
SERVICIO PÚBLICO
La Constitución de 1979 y antes las reformas del gobierno militar de 1968-1980 utilizaron
el concepto de servicio público para justificar la actividad empresarial del Estado, así
como para establecer reservas totales de actividades "estratégicas" para el Estado (así, en
las telecomunicaciones, industria eléctrica, servicio de correos, servicios de transporte).
Ciertamente, hay que diferenciar este último concepto constitucional del servicio público,
de la norma establecida en el artículo 119° de la Constitución, la cual no tiene nada que
ver con el concepto estricto de servicio público, sino que por el contrario, emplea dicha
expresión en el sentido de "asuntos públicos" o "asuntos propios del Estado".
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d. Aplicar fórmulas de desintegración vertical de los mercados
e. Justificar intervenciones regulatorias únicamente por la existencia de fallas de
mercado: asimetrías informativas, externalidades, internalidades, barreras de
acceso.
f. Quiebra del Estado de Bienestar e introducción de medidas de desregulación,
liberalización y de eliminación de reservas de actividades económicas para el
Estado.
g. Deficiencia de las empresas públicas prestadoras de los servicios públicos.
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únicamente en los segmentos no competitivos, en los demás segmentos se habla
de regulación para la competencia
• Se aplicarán precios libres como regla general, tarifas reguladas como excepción.
• El modelo de regulación que se asume es el denominado "regulación para la
competencia';
• Descartar el concepto jurídico de la publicatio al menos en nuestro régimen legal.
• El título para la prestación es la concesión
• Introducción de las ideas de"obligaciones de servicio público.
Por el contrario, bajo abierta influencia de los marcos regulatorios de modelos inspirados
en las experiencias norteamericana (public utilities) y comunitaria (servicios de interés
económico general), el Perú, servicios públicos nacionales (electricidad, gas,
telecomunicaciones, postales, saneamiento) ha asumido un concepto objetivo de
servicio público, como actividades declaradas formalmente como tales por el
legislador, el cual las somete a un régimen jurídico de derecho público y de contenido
eminentemente regulador, a fin de que se cumplan los principios jurídicos de base
de la prestación de estos servicios.
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demás sectores de la economía servicios públicos, concepto jurídico que expresa el rol de
"infraestructura social" que desarrollan los grandes servicios públicos económicos.
Asimismo, hay que descartar por completo la visión economicista que señala que los
servicios públicos son meramente "actividades sin competencia o monopolios naturales",
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2. 7. Saneamiento ambiental, salubridad y salud.
2.2. Tránsito, circulación y transporte público.
A la fecha no han merecido un estudio atento por parte de la doctrina. aclarar que la teoría
y la legislación que sustentan la idea de lo aquí dicho sobre los grandes servicios públicos
nacionales difiere de la idea y la legislación en materia de servicios locales. Precisamente,
porque estos últimos tienen un régimen legal basado en la idea de la responsabilidad
prestacional a cargo de los gobiernos locales y la existencia de una verdadera publicatio
y titularidad de tales servicios a cargo de los municipios.
PARÉNTESIS CONCLUSIVO
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- El título habilitante, pese a la desregulación, continúa siendo la concesión, oero
de carácter reglado. Prima la libertad de empresa.
- Las reglas de prestación del servicio no implican que no exista libertad de empresa
Aún cuando existan diferencias trascendentales entre los servicios públicos de alcance
nacional y de alcance local en nuestro ordenamiento jurídico
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LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN EL PERÚ: UNA VISIÓN PRELIMINAR
REYNA Y VENTURA
I. Introducción
Los ejemplos regulatorios típicos fueron las normas de protección de la salud pública, las
condiciones de trabajo, la prevención del fraude a través de sistemas obligatorio de pesos
y medidas de aplicación general, y los controles para impedir la adulteración de
productos.
Actualmente los servicios públicos desempeñan una función estructural. Son elementos
distintivos de la organización socioeconómica y tienen una importancia similar a la de los
sistemas monetarios, crediticio y educativo.
Los sistemas existentes de organización de la producción y de radicación de la población
serian inconcebibles si no existieran servicios públicos eficaces a escala masiva.
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- Dicha instrumentalización no puede ser objetada por el Estado de Derecho.
- Debemos asumir que cumple con prestar servicios de naturaleza publica, esto
es, servicios públicos.
Se desprende que los “servicios públicos” son las actividades asumidas por órganos o
entidades públicas o privadas, creados por la Constitución o las leyes, para dar
satisfacción en forma regular y continua a cierta categoría de necesidades que son de
interés general, bien sea en forma directa, mediante concesionario, o a través de cualquier
otro medio legal, con sujeción a un régimen de derecho público o privado, según
corresponda.
No obstante, cabe decir que el servicio público también puede ser prestado por
particulares conforme al orden jurídico pertinente.
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Para la creación de los servicios públicos deben tomarse las previsiones legales
pertinentes a fin de prever en la Ley del Presupuesto General de la República, en leyes
especiales y ordenanzas regionales y municipales, las partidas necesarias para su
organización y funcionamiento ininterrumpidos.
C. La regulación de estos servicios proviene del interés público por sus actividades,
y se traduce principalmente en control de tarifas y servicios.
E. A menudo hay conflicto entre el interés público y privado en lo que respecta a los
servicios públicos. Esto se debe a la diferencia entre el objetivo principal entre las
empresas privadas (maximizar sus utilidades) y el del interés público (servicio
adecuado al precio más bajo posible).
G. Su prestación puede ser hecha tanto por un organismo público como por
particulares, pero su bajo la autorización, control, vigilancia, y fiscalización del
Estado, con estricto apego al ordenamiento jurídico pertinente.
En doctrina existen diferentes tipos de criterios para clasificar los servicios públicos:
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Los no esenciales; a pesar de satisfacer necesidades de interés general, su
existencia o no prestación no pondrían en peligro la existencia del Estado; se
identifican por exclusión de los esenciales.
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municipalización”, lo que propició la creación de monopolios a nivel local o municipal
en los sectores considerados de interés general.
Otro aspecto importante es el cambio progresivo que sufrió la forma de gestión de los
servicios considerados de utilidad pública, es decir, se pasó de una gestión directa a través
de una dependencia administrativa, a un modelo que implicaba la creación de una persona
jurídica autónoma, pero que permanecía en el ámbito estatal, es decir, se inició la
utilización generalizada de modelos societarios para la gestión de servicios cuya
titularidad se encontraba en manos del Estado.
En la segunda mitad del siglo pasado se produce una ola de privatización de los servicios
públicos, que provoca que a partir de 1969 el Estado peruano se oriente hacia la creación
de un conglomerado de empresas estatales a cargo de tales servicios.
Así como:
- ENAFER PERÚ (empresa nacional de ferrocarriles).
- ELECTRO Perú (empresa pública “electricidad del Perú).
- AEROPERÚ.
- ENATRU (empresa nacional de transporte urbano del Perú); etc.
Esta reforma puso énfasis en la reducción del gasto público en los servicios básicos
esenciales y el diseño de una estrategia de privatización de los servicios públicos.
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La Constitución de 1993 señaló la libertad de la iniciativa privada y definió el nuevo rol
y funciones del Estado enmarcándolos dentro de una economía social de mercado.
La actividad privada como uno de los ejes del desarrollo nacional, a través de las políticas
económicas expresadas en la legislación marco para el crecimiento de la inversión
privada, la de fomento de la inversión extranjera y la de promoción de la inversión privada
de las empresas estatales. En ese contexto, precedió a la privatización de algunas
empresas prestadores de servicios públicos, con lo cual garantizó el adecuado acceso
de la población a dichos servicios.
El proceso de cambios, que incluyó las telecomunicaciones, energía, transportes de uso
público y agua potable y alcantarillado, dio origen a la creación de organismos
especializados, encargados de regular y fiscalizar la prestación de servicios en los
mencionados sectores.
El término regulación, tiene una acepción común, que es la de control habitual enfocado
sobre actividades importantes para la comunidad, efectuado por una entidad pública.
Concepto legal derivado entre dos extremos de la organización económica: el mercado
y el interés público.
La regulación es una directiva cuyo objeto predicado es la protección del interés público,
a través de normas de derecho público que el Estado aplica en forma coercitiva y
centralizada.
Para implementar los cambios realizados fue necesario definir y precisar la misión,
organización y funciones de los nuevos organismos, sus políticas de trabajo, sus campos
de acción y atribuciones, así como su mecanismo de operación lo cual originó una extensa
y abundante normativa al respecto.
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