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UNIVERSIDAD POPULAR DE LA

CHONTALPA
LIC. CIENCIA POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

DECIMO CUATRIMESTRE. SEMI-ESCOLARIZAO

SISTEMA POLÍTICO

EL GOBIERNO DE ADOLFO LÓPEZ


MATEOS Y EL INICIO DE LA
ESTABILIZACIÓN

ALUMNO: FLORENTINO SELVÁN GARCÍA

MATRICULA: 012NS17

MAESTRA: NARANJO GÁLVEZ RITA ALICIA

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CÁRDENAS TABASCO, CARRETERA A HUIMANGUILLO A LOS 10/10/2020

TABLA DE CONTENIDO
1.- LA ESTABILIZACIÓN Y SUS EFECTOS SOCIALES .......................................................... 4

2.- MOVIMIENTO FERROCARRILERO ....................................................................................... 5

3.- JARAMILLO Y LAS LUCHAS CAMPESINAS ........................................................................ 5

4.-EL DESAFIÓ DE LA DEMOCRACIA 1968 .............................................................................. 6

5.-EL DESARROLLISMO ................................................................................................................ 8

6.- EL DESARROLLO INDEPENDIENTE .................................................................................. 11

7.-EL GOBIERNO DE ECHEVERRÍA Y EL LLAMADO DESARROLLO CORPORATIVO 12

8.- EL GOBIERNO LOPEZPORTILLISTA Y LA CRISIS ECONÓMICA DE 1982 5. EL

SEXENIO DE MIGUEL DE LA MADRID Y EL INICIO DEL NEOLIBERAL .......................... 16

CONCLUSIÓN ................................................................................................................................ 18

REFERENCIA ................................................................................................................................. 22

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INTRODUCCIÓN
En el siguiente trabajo abordaremos el tema El gobierno de Adolfo López Mateos y
el inicio de la estabilización, el cual comprende los siguientes temas, La
estabilización y sus efectos sociales, explica en consistio este modelo, El
movimiento Ferrocarrilero, Jaramillo y las luchas campesinas, El desafió de la
democracia 1968, El desarrollismo, El desarrollo independiente, El gobierno de
Echeverría y el llamado Desarrollo Corporativo, El gobierno Lopezportillista y la
crisis económica de 1982. Si duda alguna es un tema que nos nutre mas en el
conocimiento del sistema mexicano.

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1.- LA ESTABILIZACIÓN Y SUS EFECTOS SOCIALES
El desarrollo estabilizador o Milagro Mexicano fue un modelo económico utilizado
en México desde 1940 hasta 1970. Las bases de este modelo radican en buscar la
estabilidad económica para lograr un desarrollo económico continuo, la estabilidad
económica se refiere a mantener la economía libre de topes como inflación, déficit
en la balanza de pagos, devaluaciones y demás variables que logran estabilidad
macroeconómica. A partir de 1940 México inició una etapa llamada el milagro
mexicano, esta etapa se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el
cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada. El periodo en
el que se manejó el modelo en la economía nacional abarca los sexenios de los
presidentes Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz
Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.

Antonio Ortiz Mena fue el principal artífice de la política económica, a la que definió
de la siguiente manera en su libro "El desarrollo Estabilizador, Reflexiones sobre
una época", publicado por el Fondo de Cultura Económica: “el esquema de
crecimiento que conjuga la creación de un ahorro voluntario creciente y la adecuada
asignación de los recursos de inversión con el fin de reforzar los efectos
estabilizadores de la expansión económica en vez de los desestabilizadores que
conducen a ciclos recurrentes de inflación-devaluación.” Conforme a esa política se
formuló que “el Estado tiene la responsabilidad, conforme a las leyes básicas de la
nación, de promover y encauzar el desarrollo económico”, con el propósito
de “aumentar los salarios reales” y “mejorar la participación de los asalariados en el
ingreso nacional disponible.” Según esa concepción, el desarrollo económico
consistía “en el aumento sostenido del volumen de producción por hombre ocupado;
presupone básicamente un incremento en la dotación de capital que haga viable
mejorar la productividad y el ingreso real de la fuerza de trabajo y mantener tasas
adecuadas de utilidad”. De modo que desde el inicio de la administración de López
Mateos la política económica dirigida por Ortiz Mena buscó cumplir con dos
objetivos prioritarios: mantener la estabilidad monetaria, pero sin que ello significara
descuidar el fomento al crecimiento económico del país; el segundo se refería a
conservar la estabilidad en los precios.

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2.- MOVIMIENTO FERROCARRILERO

Hacia finales de los años 50’s los trabajadores ferrocarrileros comenzaron a


organizarse para mejorar sus condiciones de trabajo. Las percepciones salariales
no garantizaban una vida digna y la organización sindical estaba férreamente
controlada por el sindicato oficialista, anulando una representación eficaz de sus
intereses. No bien había terminado junio de 1958 cuando los trabajadores ya
habrían emitido la proclama de sus derechos (Plan del Sureste) y convocado a
paros estratégicos. Las manifestaciones ferrocarrileras de finales de junio fueron
recibidas con represión de las autoridades y la ocupación militar de las sedes
sindicales independientes. La fuerza del movimiento no pudo ser eficazmente
reprimida, por lo que se ven obligados a ceder a un proceso electoral interno que
gana Demetrio Vallejo. Las condiciones laborales, sin embargo no cambiaron
forzando a huelgas en febrero y marzo de 1959 en los ferrocarriles Nacionales y del
Pacífico respectivamente, mismas que fueron declaradas inexistentes. El llamado
sindicalista a una tregua que cumpliera las condiciones establecidas en los
contratos colectivos fue contestado con despidos y detenciones masivas, entre las
que se encontraba por supuesto el liderazgo sindical ferrocarrilero. Manifestaciones
posteriores exigiendo libertad de los compañeros presos fueron igualmente
reprimidas. Eventualmente se impondría una dirigencia afín al sindicalismo charro,
pero quedaría conciencia en el régimen del despertar social de varios sectores y del
costo incremental de la represión como alternativa.

Actualmente las manifestaciones en las calles son motivo de molestia de quienes


se ven afectados en sus trayectos laborales, escolares o cotidianos. Si bien es cierto
que se paga un costo alto en contaminación y productividad perdida, también lo es
que el derecho a manifestarse rara vez es la primera alternativa de los afectados
por decisiones públicas o privadas; también cierto es que hemos comenzado a dar
por sentado que las condiciones bajo las cuales nos manifestamos no son una
graciosa concesión desde el poder, sino un derecho cuyo ejercicio y reconocimiento
han costado libertad y vida a integrantes de varios movimientos como el
ferrocarrilero.

3.- JARAMILLO Y LAS LUCHAS CAMPESINAS


Nació en Real de Minas, en el municipio de Zacualpan, en el Estado de México.
Tuvo seis hermanos y fue hijo de Romana Ménez Nava y de Atanasio Jaramillo. Fue
nieto de Julián Jaramillo Navas, quien fue colaborador de Benito Juárez.1
Aunque nació en Real de Minas, en donde su familia trabajaba en la minería,
tuvieron que volver al estado de Morelos debido al cierre de distintas minas. En 1903
Su familia se estableció definitivamente en Tlaquiltenango, debido a esta necesidad
y a la muerte de su padre.
Ingresó a la lucha zapatista del Ejército Libertador del Sur a las órdenes directas
de Emiliano Zapata cuando sólo tenía la edad de 14 años, con quién luchó en contra
de los caciques del sur a favor de las reformas agrarias del Plan de Ayala y se
convirtió en un oficial apreciado y querido por los habitantes de Morelos y sur de

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Puebla. Alcanzó el grado de capitán en el ejército zapatista, además fue ministro
bautista y a partir de 1931 ingresó a la logia masónica. 2
En 1918 Jaramillo reunió a los hombres que lo seguían y les explicó que la
revolución zapatista había sido derrotada, por lo que valía más guardar las armas y
retirarse para continuar la lucha en un momento más propicio.
Durante los años siguientes, trabajó en diversos ranchos y haciendas, y conoció la
cárcel en que lo metieron los carrancistas luego del asesinato de Zapata. En los
años veinte encabezó una lucha legal por la reforma agraria y consideró que el
reparto prometido sólo era una bandera política y no un verdadero compromiso del
gobierno. Al comenzar la década de los años treinta, era el más conocido y
respetado de los dirigentes campesinos del poniente de Morelos.
Jaramillo, con el apoyo de Lázaro Cárdenas del Río fundó el ingenio de Zacatepec
y el Banco Ejidal, mismos que preside en 1938. Fue cofundador de la Unión de
Productores de Caña de México. Se levanta en armas cuando algunos funcionarios
y empresarios trataron de asesinarlo entre 1943 y 1944[cita requerida] comenzando el
movimiento jaramillista a favor de una mejor paga para los ejidatarios cultivadores
de la caña y en contra de la imposición política violenta y arbitraria. Acepta la
amnistía de Ávila Camacho y regresa a su vida cotidiana. Funda poco después
en 1945 el Partido Agrario Obrero Morelense siendo candidato a gobernador de
Morelos en 1945 y 1952 con apoyo de la Federación de Partidos del Pueblo
Mexicano. Jaramillo se alzó nuevamente en armas en 1957 con el Plan de Cerro
Prieto, en el que reivindicaba una nueva repartición de tierras, la expropiación de la
industria básica, el desarrollo de la industria pesada, así como la expropiación de
las fábricas, por lo que fue constantemente perseguido siendo obligado a mantener
una resistencia armada en las montañas de Morelos con el apoyo del Partido
Comunista Mexicano. Se amnistió durante el gobierno del presidente Adolfo López
Mateos en 1959.
La prensa de la época calificaba a Rubén Jaramillo como un bandolero, protegido
este por el excandidato presidencial Miguel Henriquez Guzman, de la Federación
de Partidos del Pueblo Mexicano3

4.-EL DESAFIÓ DE LA DEMOCRACIA 1968

Sin el movimiento estudiantil de 1968 no se explica nuestra transición democrática


que logró remontar un régimen cerrado, de partido hegemónico, para arraigar un
modelo donde la pluralidad ideológica dejó de ser testimonial en las elecciones y el
voto un formalismo cosmético para legitimar resultados que estaban definidos de
antemano hace ya algunas décadas. Antes de aquella movilización estudiantil, la
democratización de la vida pública o la alternancia en el poder político lucían lejos
de nuestro alcance; no había condiciones en ese México para suponer cambios
pacíficos e incluyentes a través de las urnas.

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Los estudiantes pedían en esencia justicia: habían sido constantemente lastimados
por el abuso de fuerzas policiacas y entonces tomaron las calles, se fueron a huelga,
exigieron diálogo público para discutir su pliego petitorio que incluía liberar a presos
políticos, eliminar el delito de “disolución social” (que entonces se usaba
discrecionalmente para encarcelar a disidentes), destituir a mandos de la policía
capitalina, suprimir al cuerpo de granaderos, indemnizar a las víctimas de represión
y castigar a funcionarios responsables de violencia contra estudiantes del IPN y la
UNAM.

El gobierno desestimó todos los reclamos, sólo veía en ellos una conjura comunista
para desestabilizar cuando los ojos del mundo estarían atentos a México porque
estaban por iniciar los primeros juegos olímpicos celebrados en América Latina. En
realidad, las demandas y manifestaciones estudiantiles no eran algo irracional o
imposible de atender, pero la sola movilización era inaceptable para el gobierno.
Antes de la brutal represión del 2 de octubre en la plaza de las tres culturas de
Tlatelolco, el presidente Díaz Ordaz declaró que había sido tolerante con el
movimiento “hasta excesos criticables”.

Hace 50 años, la matanza en la plaza no acabó ni con las demandas específicas ni


con el fondo democratizador del movimiento estudiantil. Los jóvenes asesinados y
la cárcel que se impuso a líderes universitarios fue un manotazo autoritario que pese
a su brutalidad no logró sofocar el malestar social por los temas que se habían
puesto sobre la mesa de discusión pública. Lejos de apagarse, las exigencias se
convirtieron en bola de nieve que de una u otra manera se abrió paso para incidir
en nuevas reglas y cambios políticos los años posteriores.

Las demandas originales del pliego petitorio no se olvidaron y se cosecharon


cambios, no de forma inmediata ni tersa, pero poco a poco la razón fue ganando
terreno y el 68 es lo que catalizó la nuez de las reformas clave que se adoptarían
los años siguientes. El movimiento generó cuadros y pensamiento crítico que no
quitaría el dedo del renglón, la clase política se vio forzada a ceder lo que había
calificado de intolerable e iniciaron reformas a regañadientes en algunos casos y
con talante democrático en otros.

En 1970 se concretó la derogación de los artículos del Código Penal que aludían al
delito de “disolución social” (el 145 y 145 bis), en la reforma política de 1977 vinieron
ajustes constitucionales para reivindicar la pluralidad, el derecho de asociación
política, el derecho a la información. Con todos sus claroscuros, no puede desligarse
la ruta de transición a la democracia que hemos recorrido del contexto de exigencia
que marcó sin retorno lo ocurrido en octubre de 1968.

Sobre las peticiones de los estudiantes, Octavio Paz concluyó poco después de
Tlatelolco que todas ellas “se resumían en una palabra que fue el eje del movimiento

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y el secreto de su instantáneo poder de seducción sobre la conciencia popular:
democratización” (Posdata, 1970).

Muchos de los dirigentes encarcelados apostaron por competir en las urnas y


ocuparon cargos legislativos o en distintos gobiernos, impensable cuando los
golpeó la lógica autoritaria, impensable entonces la alternancia, la pluralidad, el
ejercicio de libertades. La lucha no era por cargos, inmadurez o conjuras
extranjeras, sino por democracia.

5.-EL DESARROLLISMO

Enrique Semo ha coordinado una colección de trece tomos de historia económica


de México. El primer y muy interesante logro de esta colección es el trabajo
interdisplinario que reúne la misma, al congregar entre sus autores a diversos
estudiosos de las ciencias sociales, entre los que se encuentra el mismo Semo.
Editada por la Universidad Nacional Autónoma de México y la editorial Océano, la
colección Historia Económica de México pretende ser, en palabras del coordinador,
"una narración y descripción de los diferentes modos en que los pobladores de esta
región se han organizado para producir, distribuir y consumir bienes y servicios" y
que concierne a cinco siglos de historia.

La complementariedad de unos tomos con otros hace muy recomendable la lectura


de todos ellos, de modo que el lector pueda tener una visión de conjunto bien
sustentada. De cualquier modo, el volumen que hoy nos ocupa, El desarrollismo, de
Elsa M. Gracida, es en sí mismo una obra que consigue en mucho la visión integral
de la colección misma.

"Un país en crisis" es el título del tercer y último capítulo de este volumen y, de
alguna forma, éste podría ser el nombre del libro, pues toda la obra desemboca en
la situación económica en que se encontró México al finalizar el periodo presidencial
de José López Portillo, en 1982. Es este un trabajo de descripción de políticas
económicas, con la consecuente interpretación de resultados por parte de la autora,
basados en los indicadores económicos. El libro está dotado de tablas y gráficas
elaboradas por Elsa M. Gracida a partir de los datos publicados por Nafinsa y el
Banco de México, que conciernen al crecimiento, la participación sectorial en la
economía y la fluctuación de la moneda. Estos referentes son muy oportunos para
la lectura de la obra, aunque hay que decir que la autora explica con claridad y
sencillez las cifras que pertenecen a cada periodo. Elsa M. Gracida consigue,
además, dotar a cada capítulo del escenario político del momento, la participación
de cada fuerza política al momento de las elecciones y algunas intervenciones
públicas de los empresarios manufactureros de México, que para esta autora son
de alguna manera los autores y beneficiarios principales de las políticas económicas
que desembocaron en la crisis y en el neoliberalismo como política económica
nacional y mundial, tan impopular en nuestros días.

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El inicio de esta historia se ubica a finales de 1949, cuando el presidente Miguel
Alemán estudiaba la manera de reelegirse. La reelección no sólo era
anticonstitucional en México, sino que estaba -y sigue así-satanizada. La revolución
-cuyos muertos se estiman a partir de censos en 1 000 000 de personas, doloroso
resultado de bajas de guerra, embestidas a la población civil y víctimas del hambre
y enfermedades- tuvo entre sus objetivos cancelar del escenario político la
reelección de los cargos de elección popular. El PRI, los ex presidentes y las
asociaciones a cargo del voto corporativo del país empujaron la maquinaria del
pacto político para que fuese nombrado sucesor presidencial Adolfo Ruiz Cortines.
Así, al finalizar 1952, asume la presidencia este hombre, llamado "buen
administrador", para enfrentar retos mayores: inflación promedio de 12% anual junto
con crecimiento y expansión de la industria manufacturera nacional, deterioro
agrícola, masas de pobres que no se habían beneficiado de los logros económicos
y ausencia de infraestructura. Pero el estilo de lo que se llamaría "desarrollo
estabilizador" se había sentado en el gobierno mismo de Miguel Alemán.

Y así comenzó a operar un modelo llamado de "sustitución de importaciones",


destinado a favorecer y desarrollar la planta industrial de México, que redujo al
mínimo las importaciones de productos que el país "debería" de producir. De este
modo, la participación del sector manufacturero en el país creció, en 30 años, de 17
a 25%, mientras que la agricultura cayó de 20 a 8%, y la minería se deprimió de 2
a 0.8% en términos globales. Es decir, si de lo que se trataba era de hacer crecer la
planta industrial del país, la meta se consiguió. Ahora bien, el precio del
proteccionismo con el que el gobierno protegió a este sector habría de probar que
sería muy alto. En primer lugar, la falta de competitividad tanto en calidad como en
precio de los productos manufacturados mexicanos en el ámbito internacional, fruto
del aislamiento comercial de décadas con el que fueron protegidos. La
obsolescencia de la misma planta industrial, que terminaba reponiendo sus
máquinas con "carcachas tecnológicas" de otros países, especialmente de Estados
Unidos, en lugar de desarrollar tecnologías propias. A esto habría que añadir un
capital humano obrero poco eficaz y capacitado, en especial si se le compara con
el de otros países como el Japón o la Alemania de la posguerra. Finalmente, un
elevado gasto público destinado en parte a suplir la incapacidad del mercado interno
para consumir por completo estos productos.

Con todo, el costo de la vida obrera, hasta el periodo que Elsa M. Gracida señala
como el de agotamiento del modelo económico -1970, final de la presidencia de
Gustavo Díaz Ordaz-, se mantuvo por debajo del ritmo de crecimiento del PIB.

El ingreso estaba concentrado en pocas manos, y continuaban existiendo grandes


masas de pobres. De acuerdo con la autora, las metas originales del gobierno de
Luis Echeverría Álvarez proponían un mejor reparto de la riqueza nacional y se hace
ya un señalamiento discreto a los empresarios como opositores a este cambio y a
la fiscalización necesaria para dotar de más dinero al gobierno (p. 72). Esto suena
plausible si se toma en cuenta que, como bien dice la autora, la carga impositiva era
de 7% contra la de 22.5% de Estados Unidos, por ejemplo. Lo que no se dice aquí
-porque tampoco es fácil de documentar- es el mundo del impuesto oculto que

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imperaba e impera en el país, el que va desde la cuota obligatoria para que se recoja
la basura en las viviendas, el costo de la seguridad, de la impartición de la justicia,
los concursos amañados de proveeduría y licitación de obras del gasto público, el
ambulantaje y la economía subterránea que no pagaba impuestos, y tantos otros
renglones que quizá se tocaron en esas negociaciones, cuyas minutas son la
memoria de quienes participaron en ellas. ¿Cómo calibrar esto dentro de los
indicadores?

No ayudó nada a México la recesión mundial, como bien da cuenta Elsa M. Gracida.
Pero Luis Echevarría y su equipo probaron ser los menos adecuados para sacar
adelante al país, y quizá el estilo sobrio del libro sea un poco indulgente con ellos.
La política de sustitución de importaciones no sólo no se modificó, sino que se
expandió con decidida participación del Estado sin atender a lo que estaba
ocurriendo en el mundo. Un ejemplo de ello fue la incursión del Estado mexicano en
procesos que le eran desconocidos y en los que probó ser altamente ineficiente,
como el de la producción del acero. Muy fácil pareció al presidente y a su equipo
fundar Sicartsa (Siderúrgica Lázaro Cárdenas), cuando las mismas acereras
estadunidenses quebraban frente al acero japonés. Hasta hoy esa paraestatal sigue
siendo una fuente de costos. Y así, se crearon toda clase de fideicomisos,
expropiaciones de tierras fértiles que vieron caer su productividad de inmediato, una
naviera de enormes proporciones y mayor quebranto y para que todos estuvieran
contentos, se infló la burocracia que pasó de 600 000 empleados a 2 200 000 en
seis años. Iniciativas de promoción social, como el Infonavit, surgieron en este
periodo, con la ineficacia y corrupción que las distingue.

El costoso cabildeo internacional que pretendía hacerlo secretario de las Naciones


Unidas y su pretendido liderazgo de los países socialistas y comunistas del mundo,
en los que había que insertar a México, tuvieron un precio muy alto. Así, la deuda
externa se triplicó, pues pasó de 8 000 millones dólares a 26 000.

Y democracia, poca: a las represiones del jueves de Corpus de 1971, en las que el
presidente responsabilizó a "emisarios del pasado" infiltrados en el gobierno, se
añadieron los golpes a los "riquillos", como los asesinatos de dos líderes
empresariales del país, Aranguren (de Guadalajara) y Eugenio Garza Sada (de
Monterrey), de esos que, a diferencia de los empresarios menos golpeados por el
régimen, miembros de la Canacintra, le plantaron cara al presidente y a sus
asesores. Líderes de izquierda que no pasaron a formar parte de las filas de la
burocracia o de los intelectuales de régimen (e. g. Carlos Fuentes) también sufrieron
persecución y cárcel.

Finalmente, acompañado por refranes como si la leche es poca, al niño le toca", la


participación del sector agrícola en el PIB llegó en 1976 a su nivel mínimo desde
1950, que fue de 9.61% (todavía habría de precipitarse más con López Portillo).
Aquellos a los que se decía que se quería beneficiar, los pobres, siguieron siéndolo
con una caída dolorosa de su poder de compra. Y para cerrar, devaluación de la
moneda, como bien documenta la autora.

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En fin, el sexenio de Luis Echeverría, el del "nuevo Cárdenas", dará mucho que
hablar. Queda aún abierta la discusión en torno a esta etapa de la historia de México
que empobreció a dos generaciones de mexicanos y en la que algunos respetados
académicos afirman, como bien cita la autora, que surgió una pugna entre dos
proyectos irreconciliables de nación: uno neocardenista, preocupado de la
democracia, del reparto equitativo de la riqueza, del fortalecimiento del mercado
interno; otro globalizador y neoliberal, con mínima participación del Estado y ciego
a las necesidades de los desprotegidos. A vistas de lo que fue el gobierno de
Echeverría, merecería la pena dar una relectura a esta hipótesis.

Finalmente, Elsa M. Gracida cierra con sobriedad y buen sustento documental el


también crítico sexenio de López Portillo, un presidente que, pudiendo haber
beneficiado a México del descubrimiento de nuevas reservas petroleras y del boicot
de precios de la OPEP que reacomodó las fuerzas económicas del mundo, volcó al
país en el despilfarro e invitó a participar de él, a través de la industria petroquímica
y petrolera, a grupos empresariales como fue el caso del grupo Alfa de Monterrey.
El populismo y el apalancamiento financiero llegó hasta las entrañas de la iniciativa
privada. Pero, finalmente, los bancos extranjeros y el Fondo Monetario Internacional
cerraron el crédito a México, cuya deuda alcanzó los 80 000 millones de dólares.
Una suspensión de pagos de 90 días, la confiscación de la banca (mal llamada
nacionalización, pues este hecho hizo que la banca mexicana dejase, con el tiempo,
de ser completamente mexicana), devaluaciones sucesivas, control de cambios,
fuga de capitales y una creación original de México que castigó a aquellos
ahorradores que dejaron sus dólares en México, los "mexdólares", fueron el cierre
de este sexenio, en 1982.

Elsa M. Gracida cierra su libro diciendo que iniciaría con el periodo de Miguel de la
Madrid el dominio de la doctrina neoliberal. Se le imputa al presidente Luis
Echeverría la frase "la economía de México se decide en Los Pinos", que es la
residencia oficial en donde habita el presidente. Si esto es así, también valdría la
pena revisar cómo se entiende una doctrina económica bajo esta premisa.

6.- EL DESARROLLO INDEPENDIENTE


Esta etapa se puede explicar a partir de la muerte de Hidalgo. Como ya se sabe
Morelos, otro sacerdote, conoció a Hidalgo anteriormente y fue a su búsqueda para
preguntarle acerca de situaciones que se estaban viendo afectadas en su parroquia
y con su gente, así que impulsado por este sacerdote y por la serie de impuestos
que empezaba que tener que pagar a la iglesia a causa del gobierno español entro
en la lucha. Hidalgo le encomendó la toma del puerto de Acapulco, así que este
sacerdote con un puñado de hombres partió y reunió un ejercito mas grande. De
esta manera fue como Morelos se integro en la lucha y mas adelante controlo parte
de la Nueva España.

Es Morelos quien posteriormente le da un sentido a la independencia, en su famoso


documento "Sentimientos de la Nación" en cual describe los puntos fundamentales
para ver a esta nación como una nación independiente de España. Finalmente
Morelos sufre la misma suerte que Hidalgo y muere fusilado.

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La siguiente parte la juegan los insurgentes que quedan combatiendo, orresponde
a Vicente Guerrero y Javier Mina y abarcó los años de 1815 a 1821. Durante esta
etapa, las fuerzas insurgentes comenzaron a desorganizarse y su lucha se dirigió a
pequeñas provincias en el sur del país donde Vicente Guerrero había logrado
mantener vivo el espíritu de la independencia, aunque con muy pocos triunfos. En
esta etapa sobresale la participación de Francisco Javier Mina, liberal español que
luchó y murió por la causa insurgente en 1817.

En esta parte del desarrollo hay un estancamiento, la guerra no avanza, muere


Morelos que es quien le da sentido a esta lucha con su documento "los sentimientos
de la nación". La lucha continua por pura inercia, pequeñas guerrillas defendiendo
su territorio hasta que un acontecimiento en España nos lleva a finalizar.

7.-EL GOBIERNO DE ECHEVERRÍA Y EL LLAMADO DESARROLLO


CORPORATIVO

Es un político y abogado mexicano, miembro del Partido Revolucionario Institucional


(PRI) y presidente de México de 1970 a 1976.

Se título de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México


(UNAM) en 1945.

Desde muy joven le interesó la política, a los 24 años se unió al PRI y trabajó como
secretario del general Rodolfo Sánchez Taboada.

En 1952 fue designado director General de Cuenta y Administración de la Secretaría


de Marina.

Dos años después, en 1954, fue nombrado Oficial Mayor de la Secretaría de


Educación Pública.

Al frente de la Segob

En 1964 fue nombrado secretario de Gobernación por el presidente Gustavo Díaz


Ordaz. Durante su periodo al frente de la Secretaría de Gobernación (Segob) ocurrió
la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco el 2 de
octubre de 1968.

Al inicio del movimiento estudiantil de 1968, en una conferencia de prensa la noche


del 30 de julio de 1968, Luis Echeverría intentó deslindar al presidente Gustavo Díaz

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Ordaz de su responsabilidad por la intervención del Ejército reprimiendo a los
estudiantes y derribado con un proyectil de bazuca la puerta de una preparatoria.

En esa conferencia de prensa Echeverría dijo haber solicitado el mismo, junto en el


Jefe del Departamento del Distrito Federal la intervención del Ejército, facultad que
estaba reservada para el titular del Ejecutivo, de modo que declaró haber cometido
un acto ilegal.

La ilegalidad del hecho y el carácter político de la represión ejercida por el régimen,


fueron señalados en ese momento por el periodista comunista Edmundo Jardón en
una réplica desacostumbrada en ese entonces.

Presidente de la República

A pesar de la matanza del 2 de octubre de 1968, su carrera política fue en ascenso,


llegando a convertirse el 10 de diciembre de 1970 en el presidente número 55 de
los Estados Unidos de México, cargo que ostentó hasta el 30 de noviembre de 1976,
cuando fue relevado por José López Portillo.

En el período de su Presidencia optó por la llamada “apertura democrática”,


acometió una política económica basada en la iniciativa del sector público y centró
todas sus actuaciones en el diálogo.

En su gestión la economía mexicana creció a un nivel de 6.1%; promovió el


desarrollo de puertos marítimos como Puerto Madero y Lázaro Cárdenas.

Fue creado el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y el
Instituto Mexicano de Comercio Exterior.

Instituyó la Secretaría de Turismo y de Reforma Agraria, así como la Comisión de


Estudios del Territorio Nacional.

Repartió alrededor de 16 millones de tierras a los campesinos.

Creó la Comisión Nacional Tripartita, formada por empresarios y funcionarios


públicos para solucionar la crisis económica en México.

Después de reformarse la Constitución y la Ley Federal del Trabajo de 1970, se


reformaron propuestas por la Subcomisión de Vivienda y se promulgo la “Ley
Infonavit”.

Así fue como nació el Instituto de Fondo Nacional de la vivienda para los
Trabajadores (INFONAVIT). Dicho instituto mexicano se creó para que

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lostrabajadores del país tengan derecho a obtener un crédito para poder adquirir
una vivienda.

Desde el inicio de su administración, Luis Echeverría intentó distanciarse de su


responsabilidad en la represión al movimiento estudiantil de 1968, mediante un
discurso de apertura hacia los jóvenes universitarios; en especial con los de la
UNAM.

Durante 1968 y 1971 el presupuesto de la UNAM creció en un 1,688%, el sector


burócrata aumentó de 600,000 en 1972 a 2.2 millones en 1976, empleando en gran
cantidad a egresados universitarios de los 60.

En el gabinete había un 78 por ciento de egresados de la UNAM, inclusive un líder


del 68, llamado Francisco Javier Alejo, fue designado director del Fondo de Cultura
Económica.

El 10 de junio de 1971 tuvo lugar una manifestación estudiantil en la Ciudad de


México en apoyo a los estudiantes de Monterrey.

Estos fueron recibidos por un grupo paramilitar al servicio del estado, llamado “Los
Halcones”.

El presidente se desligó del famoso “Halconazo” o la Matanza del Jueves de Corpus


y pidió la renuncia del entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, Alfonso
Martínez Domínguez.

Aunado a la crisis internacional provocada por la escasez de petróleo, aumentó de


forma considerable el gasto público, emitiendo papel moneda sin valor y contratando
deuda.

Durante su mandato se dio la primera crisis económica desde el inicio del llamado
“Milagro Mexicano”.

Además, se lanzó a la compra de empresas al borde de la quiebra para sostener


los empleos, pero a costa de ineficiencias y corrupción.

Durante su gobierno se abandonó el tipo de cambio fijo que existía desde 1954, de
$ 12.50 por dólar, al final de su sexenio la moneda mexicana llegó a más de 20
pesos por dólar.

La deuda externa aumentó de los manejables 6,000 millones de dólares que había
heredado Díaz Ordaz a más de 20,000 millones.

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Realizó viajes a países de Europa, Asia, Oceanía, África y América Latina. Su
gobierno fue muy cercano a los regímenes socialistas de Chile y Cuba.

Dio asilo a Hortensia Bussi, esposa del presidente chileno Salvador Allende, cuando
éste murió en 1973 después de ser derrocado por el golpe de Estado de Augusto
Pinochet.

Mano dura con los movimientos de izquierda nacional

Realizó la llamada Guerra Sucia, durante la cual una gran cantidad de personas
fueron torturadas y desaparecidas.

Durante su gobierno murieron los guerrilleros Genaro Vázquez y Lucio Cabañas.

Al apogeo de su sexenio se desató una ola de secuestros y asaltos a bancos por


grupos guerrilleros de izquierda.

El caso más famoso fue el intento de secuestro y asesinato del empresario


regiomontano don Eugenio Garza Sada, el secuestro de uno de sus secretarios y
de su suegro.

Para 1975, la situación guerrillera había sido neutralizada, y se creó un ambiente


favorable para una amnistía para los encarcelados bajo su sucesor.

Después de su mandato

Echeverría buscó el puesto de secretario de la Organización de las Naciones


Unidas, pero no lo obtuvo. Kurt Waldheim fue reelegido.

Después de la presidencia continuó en la política y en 1977 fue miembro del Comité


de la UNESCO, al concluir con su anterior cargo fue nombrado embajador
intinerante en 1977 y 1978.

Echeverría y la FEMOSP

Fue acusado por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del
Pasado (FEMOSP) y por la fiscalía mexicana de fraguar junto a Gustavo Díaz Ordaz
la matanza del 2 de octubre de 1968 y la desaparición forzada de personas y
disidentes en el contexto de la Guerra sucia en México, por lo que se convirtió en el
primer y único ex presidente mexicano en recibir dos órdenes de aprehensión por

pág. 15
presunto genocidio, cumplir una prisión domiciliaria y finalmente ser absuelto de
toda responsabilidad en 2009.

El 2 de julio de 2002 fue el primer funcionario político citado a declarar ante la justicia
mexicana, en ese mismo año se libera una orden de aprehensión en su contra pero
obtiene un amparo que deriva en un auto de libertad.

En febrero del 2006, a sus 84 años, estuvo hospitalizado por un problema de


irrigación sanguínea en el cerebro.

En abril del mismo año le embargaron alrededor de 14 terrenos que tenía en


Cozumel debido a que tenía deudas fiscales de 30 años.

El 30 de junio del 2006 un juez federal ordenó de nueva cuenta su arresto por la
matanza de 1968 y le fue decretada prisión domiciliaria debido a su estado de salud
y su edad. Fue absuelto el 8 de julio del 2006, debido a la prescripción del delito en
noviembre de 2005.

El 30 de noviembre de 2006 el magistrado Ricardo Paredes Calderón, del Segundo


Tribunal Unitario de Primer Circuito de Procesos Penales Federales le decretó auto
de formal prisión por el delito de genocidio por las matanzas de estudiantes en 1968
y 1971, pero el 20 de marzo de 2007 un tribunal federal le concedió la suspensión
definitiva del auto.

El 26 de marzo de 2009 un tribunal federal decretó la libertad absoluta del ex


presidente, así como su exoneración del cargo de genocidio por los hechos
referidos.

El 19 de agosto de 2015 el el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la


Información y Protección de datos Personales (INAI) ordenó a la Procuraduría
General de la República (PGR) entregar versión pública de las averiguaciones
previas PGR/FEMOSPP/002/2002 y PGR/FEMOSPP/011/2002, relacionadas con
los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971, en las cuales
se consignó por el delito de genocidio a varias personas, incluido al ex presidente
Luis Echeverría Álvarez.

8.- EL GOBIERNO LOPEZPORTILLISTA Y LA CRISIS ECONÓMICA DE 1982 5.


EL SEXENIO DE MIGUEL DE LA MADRID Y EL INICIO DEL NEOLIBERAL
Gobierno de José López Portillo (1976-1982)
Económia
Turismo

pág. 16
creación de complejos turísticos para turismo extranjero
Nueva Ley Federal de Turismo
Créditos del banco Mundial e Interamericano
5000 cuartos a nivel nacional
Creación del Banco Nacional de Turismo
Explotación de Hidrocarburos

Expropiación del petroleo en: Tabasco, Chiapas y Campeche


Se elevo en 8% el PIB anual.
Desempleo se redujo en 50%
Surge el IVA 10% sobre el costo del producto
Política Externa
Sucesión Presidencial

1977 se cancelaron las relaciones diplomáticas con la república española


México se opuso en la organización de los Estados Americanos
México propuso tres vías de acción:
1.- continuación de las conversaciones entre Estados Unidos y cuba, ya iniciadas por sugerencia de
México
2.- Solución Negociada para el Salvador
3.- de pactos de no agresión entre Nicaragua y Estados Unidos.
Nombramiento anticipado del Lic. Miguel de la Madrid hurtado
Surge el registro mayor de candidaturas.
Triunfa el PRI pero PAN se convierte en mayoría relativa
Introducción
Podremos encontrar las características del sexenio de López Portillo, asi como las causas y
consecuencias que se sucitarón después y durante el.
Conclusiones
Política Interna
En este gobierno hubo un acontecimiento de gran importancia. El petróleo fue utilizado como
palanca para el desarrollo económico del país.

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El sector turístico tuvo un gran auge durante este sexenio ya que se impulsaron. Centros
integralmente planeados (CIPS). Como Cancún, Ixtapa, Puerto Escondido entre otros.
Alianza conciliadora con el sector empresarial.
Alianza para la producción
Reforma electoral (5 títulos)
reforma política (2 objetivos)
Reforma 8 Artículos Constitucionales
En 1973 fue nombrado secretario de Hacienda tras la renuncia de Hugo B. Margáin, cargo que
desempeñó hasta su postulación como candidato presidencial en 1975. Fue el único candidato en
las elecciones de 1976 que contó con registro oficial.
En su periodo, sucedieron hechos como la concertación, la petrolización de la economía y la
aplicación de la reforma política inicial para democratizar al país, la primera visita del papa Juan
Pablo II y, en apenas un par de años, el más alto crecimiento económico nacional en su historia,
seguido de una grave caída —la primera en la segunda mitad del siglo XX— debida a una política
monetarista[1] y una presunta dilapidación de los recursos públicos[2] provenientes principalmente
de los excedentes del petróleo.

CONCLUSIÓN
El desarrollo estabilizador o Milagro Mexicano fue un modelo económico utilizado
en México desde 1940 hasta 1970. Las bases de este modelo radican en buscar la
estabilidad económica para lograr un desarrollo económico continuo, la estabilidad
económica se refiere a mantener la economía libre de topes como inflación, déficit
en la balanza de pagos, devaluaciones y demás variables que logran estabilidad
macroeconómica.

Hacia finales de los años 50’s los trabajadores ferrocarrileros comenzaron a


organizarse para mejorar sus condiciones de trabajo. Las percepciones salariales
no garantizaban una vida digna y la organización sindical estaba férreamente
controlada por el sindicato oficialista, anulando una representación eficaz de sus
intereses. No bien había terminado junio de 1958 cuando los trabajadores ya
habrían emitido la proclama de sus derechos (Plan del Sureste) y convocado a
paros estratégicos. Las manifestaciones ferrocarrileras de finales de junio fueron
recibidas con represión de las autoridades y la ocupación militar de las sedes
sindicales independientes. La fuerza del movimiento no pudo ser eficazmente

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reprimida, por lo que se ven obligados a ceder a un proceso electoral interno que
gana Demetrio Vallejo. Las condiciones laborales, sin embargo no cambiaron
forzando a huelgas en febrero y marzo de 1959 en los ferrocarriles Nacionales y del
Pacífico respectivamente, mismas que fueron declaradas inexistentes.

Nació en Real de Minas, en el municipio de Zacualpan, en el Estado de México.


Tuvo seis hermanos y fue hijo de Romana Ménez Nava y de Atanasio Jaramillo. Fue
nieto de Julián Jaramillo Navas, quien fue colaborador de Benito Juárez.

Aunque nació en Real de Minas, en donde su familia trabajaba en la minería,


tuvieron que volver al estado de Morelos debido al cierre de distintas minas. En 1903
Su familia se estableció definitivamente en Tlaquiltenango, debido a esta necesidad
y a la muerte de su padre.

Jaramillo, con el apoyo de Lázaro Cárdenas del Río fundó el ingenio de Zacatepec
y el Banco Ejidal, mismos que preside en 1938. Fue cofundador de la Unión de
Productores de Caña de México. Se levanta en armas cuando algunos funcionarios
y empresarios trataron de asesinarlo entre 1943 y 1944[cita requerida] comenzando el
movimiento jaramillista a favor de una mejor paga para los ejidatarios cultivadores
de la caña y en contra de la imposición política violenta y arbitraria. Acepta la
amnistía de Ávila Camacho y regresa a su vida cotidiana. Funda poco después
en 1945 el Partido Agrario Obrero Morelense siendo candidato a gobernador de
Morelos en 1945 y 1952 con apoyo de la Federación de Partidos del Pueblo
Mexicano. Jaramillo se alzó nuevamente en armas en 1957 con el Plan de Cerro
Prieto, en el que reivindicaba una nueva repartición de tierras, la expropiación de la
industria básica, el desarrollo de la industria pesada, así como la expropiación de
las fábricas, por lo que fue constantemente perseguido siendo obligado a mantener
una resistencia armada en las montañas de Morelos con el apoyo del Partido
Comunista Mexicano. Se amnistió durante el gobierno del presidente Adolfo López
Mateos en 1959.

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Sin el movimiento estudiantil de 1968 no se explica nuestra transición democrática
que logró remontar un régimen cerrado, de partido hegemónico, para arraigar un
modelo donde la pluralidad ideológica dejó de ser testimonial en las elecciones y el
voto un formalismo cosmético para legitimar resultados que estaban definidos de
antemano hace ya algunas décadas. Antes de aquella movilización estudiantil, la
democratización de la vida pública o la alternancia en el poder político lucían lejos
de nuestro alcance; no había condiciones en ese México para suponer cambios
pacíficos e incluyentes a través de las urnas.

Los estudiantes pedían en esencia justicia: habían sido constantemente lastimados


por el abuso de fuerzas policiacas y entonces tomaron las calles, se fueron a huelga,
exigieron diálogo público para discutir su pliego petitorio que incluía liberar a presos
políticos, eliminar el delito de “disolución social” (que entonces se usaba
discrecionalmente para encarcelar a disidentes), destituir a mandos de la policía
capitalina, suprimir al cuerpo de granaderos, indemnizar a las víctimas de represión
y castigar a funcionarios responsables de violencia contra estudiantes del IPN y la
UNAM.

El gobierno desestimó todos los reclamos, sólo veía en ellos una conjura comunista
para desestabilizar cuando los ojos del mundo estarían atentos a México porque
estaban por iniciar los primeros juegos olímpicos celebrados en América Latina. En
realidad, las demandas y manifestaciones estudiantiles no eran algo irracional o
imposible de atender, pero la sola movilización era inaceptable para el gobierno.
Antes de la brutal represión del 2 de octubre en la plaza de las tres culturas de
Tlatelolco, el presidente Díaz Ordaz declaró que había sido tolerante con el
movimiento “hasta excesos criticables”.

Enrique Semo ha coordinado una colección de trece tomos de historia económica


de México. El primer y muy interesante logro de esta colección es el trabajo
interdisplinario que reúne la misma, al congregar entre sus autores a diversos

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estudiosos de las ciencias sociales, entre los que se encuentra el mismo Semo.
Editada por la Universidad Nacional Autónoma de México y la editorial Océano, la
colección Historia Económica de México pretende ser, en palabras del coordinador,
"una narración y descripción de los diferentes modos en que los pobladores de esta
región se han organizado para producir, distribuir y consumir bienes y servicios" y
que concierne a cinco siglos de historia.

La complementariedad de unos tomos con otros hace muy recomendable la lectura


de todos ellos, de modo que el lector pueda tener una visión de conjunto bien
sustentada. De cualquier modo, el volumen que hoy nos ocupa, El desarrollismo, de
Elsa M. Gracida, es en sí mismo una obra que consigue en mucho la visión integral
de la colección misma.

"Un país en crisis" es el título del tercer y último capítulo de este volumen y, de
alguna forma, éste podría ser el nombre del libro, pues toda la obra desemboca en
la situación económica en que se encontró México al finalizar el periodo presidencial
de José López Portillo, en 1982. Es este un trabajo de descripción de políticas
económicas, con la consecuente interpretación de resultados por parte de la autora,
basados en los indicadores económicos. El libro está dotado de tablas y gráficas
elaboradas por Elsa M. Gracida a partir de los datos publicados por Nafinsa y el
Banco de México, que conciernen al crecimiento, la participación sectorial en la
economía y la fluctuación de la moneda. Estos referentes son muy oportunos para
la lectura de la obra, aunque hay que decir que la autora explica con claridad y
sencillez las cifras que pertenecen a cada periodo. Elsa M. Gracida consigue,
además, dotar a cada capítulo del escenario político del momento, la participación
de cada fuerza política al momento de las elecciones y algunas intervenciones
públicas de los empresarios manufactureros de México, que para esta autora son
de alguna manera los autores y beneficiarios principales de las políticas económicas
que desembocaron en la crisis y en el neoliberalismo como política económica
nacional y mundial, tan impopular en nuestros días.

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En 1973 fue nombrado secretario de Hacienda tras la renuncia de Hugo B. Margáin,
cargo que desempeñó hasta su postulación como candidato presidencial en 1975.
Fue el único candidato en las elecciones de 1976 que contó con registro oficial.

En su periodo, sucedieron hechos como la concertación, la petrolización de la


economía y la aplicación de la reforma política inicial para democratizar al país, la
primera visita del papa Juan Pablo II y, en apenas un par de años, el más alto
crecimiento económico nacional en su historia, seguido de una grave caída —la
primera en la segunda mitad del siglo XX— debida a una política monetarista[1] y
una presunta dilapidación de los recursos públicos[2] provenientes principalmente
de los excedentes del petróleo.

REFERENCIA
https://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_estabilizador
http://www.iepcjalisco.org.mx/participacion-ciudadana/pensamiento-y-
accion/movimiento-ferrocarrilero/
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/El-68-y-la-democracia-20181007-
0071.html
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-
22532006000100009
https://sites.google.com/site/mexindepen/desarrollo-de-la-independencia

http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/12/01121970.html
https://www.capitalmexico.com.mx/nacional/luis-echeverria-alvarez-presidente-
mexico-importancia-historica-matanza-del-68-halconazo-unam-infonavit-pri-
femosp/

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