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La obra de Theodor Viehweg, editada por primera vez en Alemania en 1963, está dirigida
a investigar los fundamentos de la ciencia del derecho desde un ángulo poco observado en
ese entonces, a través de la tópica que define como una técnica del pensamiento
problemático, que fue desenvuelta por la retórica y que es el desarrollo de una
contextura espiritual, que incluso en sus particularidades se distingue en forma
inequívoca del espíritu deductivo sistemático.235 En la introducción misma de su obra el
autor anuncia sus resultados más relevantes, que la tópica, por más que se le ha querido
desconectar de la jurisprudencia (en el sentido de ciencia del derecho), se encuentra en el
ius civile, en el mos italicus, en la doctrina civilista y presumiblemente en otras sedes.236
La manera en que procede Viehweg para arribar a dichos resultados es, en primer lugar,
estudiar una obra escrita por Gian Battista Vico en 1708 intitulada De nostri temporis
studiorum ratione (el carácter de los estudios de nuestro tiempo), en los que analizaba
diversas disciplinas y los debates metodológicos que se habían generado en torno a ellas a
partir de obras del siglo XVII como las de Francis Bacon, Descartes, Arnauld y Nicole, y
Leibniz.238 Entre las disciplinas estudiadas se encontraban la física, la aritmética, la
medicina, la teología y la jurisprudencia.
235
Viehweg, Theodor. Tópica y Jurisprudencia, Tr. Luis Diez-Picazo, Madrid, Taurus, 1964, p. 22.
236
Id.
237
Id.
238
Ibid., p. 25.
2
En la parte correspondiente a los métodos científicos Vico hace una distinción entre el
método antiguo, de carácter retórico (topico), trasmitido por Cicerón, y el nuevo que
califica de critico y que es representado por Descartes, a quien Vico no cita pero utiliza a
Arnauld, autor del Art de penser.239
El método antiguo o tópica parte del sentido común, que es manipulado a través de lo
verosímil, intercambia puntos de vista de conformidad con los cánones de la tópica
retórica y utiliza un tejido de silogismos. El método nuevo, en cambio, parte de un
primum verum, de una verdad incuestionable, luego de la cual se desarrolla con el método
de la geometría, que es demostrable, a través de una cadena de deducciones llamadas
sorites.240
Entre ambos hay ventajas y desventajas, el método nuevo trae agudeza y precisión a costa
de pérdida de la penetración, marchitamiento de la fantasía y de la retentiva, pobreza del
lenguaje e inmadurez de juicio, en resumen, una depravación de lo humano, cosas que el
antiguo método propiciaba, de ahí que la propuesta de Vico fuera intercalar el viejo modo
de pensar con el nuevo, lo que daría a éste verdadera efectividad. 241
El análisis sobre el pensamiento de Vico, sirve a Viehweg para fijar el tema central de su
obra, la tópica y su relación con la jurisprudencia o ciencia del derecho a efecto de
determinar si el desarrollo de ésta en la antigüedad romana se ajusta en su estructura a la
tópica y, a partir de esto, qué repercusión tiene el cambio en el modo de pensar que puso
de manifiesto Vico.242
239
Ibid., p. 26.
240
Ibid., p. 27.
241
Id.
242
Ibid., p. 28.
243
Ibid., p. 33 y ss.
3
época de Aristóteles, se aplicaba al ejercicio de debates, con el fin de defender las tesis
propias y atacar las ajenas.
Nuevamente hay que recordar que es la materia de las premisas lo que determina la
disciplina que se ocupa del razonamiento, así como las denominaciones que los tipos de
inferencia adopta. En el caso de la tópica, se parte de premisas que parecen verdaderas
con arreglo a una opinión acreditada, de las que se derivan conclusiones verosímiles.
Toda disputa se origina a partir de proposiciones, en que existe un problema, mismo que
puede referirse ya sea al accidente, al género, al proprium o a la definición. Estos géneros
a su vez se relacionan con las categorías (sustancia o quididad, cantidad, calidad, relación,
lugar, tiempo, estado, posición, acción, pasión). 244
Luego de distinguir estas categorías, de acuerdo con Viehweg, Aristóteles pasa a tratar y
clasificar los tópicos, de los que éste último afirma que son conclusiones dialécticas y
retóricas o bien puntos de vista utilizables y aceptables universalmente, que se emplean a
favor y en contra de lo opinable y que parecen conducir a la verdad. 246
244
Ibid., p. 37.
245
Id.
246
Ibid., p. 38.
4
Finalmente con relación a este punto, Viehweg hace referencia a la técnica de la
discusión, cuyas fases y reglas son tratadas por Aristóteles, quien señala que es
precisamente la ordenación y el planteamiento de las preguntas la tarea del dialéctico. 247
Luego de analizar la tópica según Aristóteles, Viehweg hace algo similar con la tópica
expuesta por Cicerón, escrita cerca de tres siglos después que la del primero de los
nombrados -en la que se basó-, precisamente para un jurista de nombre C. Trebacio
Testa.248
Los tópicos pueden estar estrechamente ligados al asunto de que se trata o provenir de
fuera de éste, los primeros son calificados de científicos o técnicos y los segundos de
atécnicos. Los del primer tipo pueden referirse al todo o sólo a algunos de sus aspectos. 250
Cada tópico en particular es analizado por Cicerón, así como sus posibilidades de
aplicación. Asimismo, se ocupa de los diversos tipos de debates y de las fuentes de prueba
que son adecuados en cada caso. Entre los diversos tipos de debates se encuentran los
causae que pueden ser judiciales, deliberativos y laudatorios. 251
247
Ibid., p. 39.
248
Ibid., p. 40.
249
Ibid., p. 41.
250
Ibid., p. 42.
251
Ibid., p. 42-43.
5
La obra de Cicerón adolece una exposición clara, es imprecisa y por ello ha sido criticada,
pero pone en evidencia algo que en la construcción de la jurisprudencia ha jugado un
papel que no carece de importancia,252 a lo que anuncia que se referirá en otra parte de su
obra. Para Viehweg, la tópica fue en realidad algo que encontró Aristóteles, mismo que la
bautizó, pero el modelo que trascendió no fue el que éste, sino el expuesto por Cicerón, a
quien importaba más que elaborar una teoría explicativa de sus causas, crear algo que
diera resultados.253
La tópica transcurrió en el tiempo entre ser una lógica retorizada y pasar a formar parte de
la retórica que, por su parte, integraba parte de las disciplinas básicas de la formación
cultural antigua. La retórica estuvo integrada a la paideia, y luego en Roma era una de las
artes liberales; al final de la edad antigua tales artes eran la Gramática, Retórica, Didáctica
(lógica), Aritmética, Geometría, Música y Astronomía. 254
Tiempo después, entre el año 410 y el 439, Martianus Capella en su obra De nuptiis
Philologiae et Mercurii, se refiere a las siete artes liberales, junto a las cuales transcurrió
la tópica a través de la historia. Asimismo, formó parte del trivium, que llegó hasta la
edad media y en la que fue cultivada en forma escolar. 255
Sobre el concepto problema Viehweg señala que puede llamarse así a toda cuestión que
aparentemente permite más de una respuesta y que requiere necesariamente un
252
Ibid., p. 43.
253
Ibid., p. 44-45.
254
Ibid., p. 44.
255
Ibid., p. 45.
256
Ibid., pp. 49-50.
6
entendimiento preliminar, conforme al cual toma cariz de cuestión que hay que tomar en
serio y a la que hay que buscar una única respuesta como solución. 257
Para hacer frente al problema, se le introduce una serie de deducciones más o menos
explícitas y más o menos extensas, a través de la cual se obtiene una contestación. Si a
esta serie de deducciones la llamamos sistema, entonces podemos decir, con una fórmula
más breve, que, para encontrar una solución, el problema se inordena dentro de un
sistema. p. 50 En este punto de su exposición Viehweg hace una distinción de la mayor
importancia para su análisis, si se pone énfasis en el sistema, se opera en función de éste
una selección de problemas, de manera que éstos quedan en carácter de pseudo problemas
si no llegan a ser cubiertos por algún otro sistema; así, cada sistema selecciona sus
propios problemas.258
Viewheg, al explicar cómo opera la tópica en un caso particular, trae otras dos
distinciones relevantes, esta vez de grado; una de ellas es la tópica de primer grado y la
otra la tópica de segundo grado. De acuerdo con su propia explicación, cuando uno se
topa con un problema, se procede de un modo simple tomando por vía de ensayo, en
arbitraria selección, una serie de puntos de vista más o menos ocasionales y buscando de
este modo unas premisas que sean objetivamente adecuadas y fecundas y que nos puedan
llevar a unas consecuencias que nos iluminen. 260 Esta es la tópica de primer grado.
257
Ibid., p. 50.
258
Ibid., p. 51.
259
Id.
260
Ibid., p. 53
7
Sin embargo, existe en esta forma de proceder cierta inseguridad, por lo que se busca
generalmente auxilio en determinados repertorios de puntos de vista preparados de
antemano, esto es, catálogos de tópicos. A este procedimiento de acudir a conjuntos
preestablecidos de tópicos se le denomina tópica de segundo grado. 261
Los tópicos entonces tienen una función que resulta clara, orientan desde el problema
como hilos conductores del pensamiento en la búsqueda de su solución. Con relación a la
lógica, la tópica es un ars inveniendi, señala cómo se encuentran las premisas, mismas
que aquella recibe y trabaja con ellas. 264
261
Id.
262
Ibid., p. 54.
263
Ibid., p. 55.
264
Ibid., p. 58.
265
Ibid., p. 60.
8
hace cargo de estos cambios adoptando la forma de la interpretación, que permite nuevas
posibilidades de entendimiento sin lesionar las antiguas fijaciones. 266
Una vez que las premisas fundamentales se legitiman, a través de la aceptación que de
ellas hace el interlocutor, se da origen a lo evidente, lo admitido siempre y en todas
partes. Esto permite la calificación de las premisas en vista al problema como relevantes o
irrelevantes, admisibles o inadmisibles, aceptables o inaceptables, defendibles o
indefendibles; incluso se admiten grados intermedios como lo apenas defendible o lo
todavía defendible, que sólo en este ámbito están llenas de sentido. 267
La única instancia de control a este respecto es el propio debate, de manera que lo que
queda probado por ser aceptado es admisible como premisa, lo que podría parece
arriesgado en opinión de Viehweg. No obstante, esto es salvable si se toma en cuenta que
en el marco de lo opinable se puede aspirar también a una efectiva inteligencia y no a
una simple y arbitraria opinión, lo que no tendría sentido y justificaría que la empresa no
se tomara en serio, de ahí la importancia de la persona con quien esto se practique. 268
Una más de las precisiones que hace Viehweg es la distinción entre legitimar o probar una
premisa y demostrarla o fundamentarla. Esta última es una operación lógica que requiere
de un sistema deductivo, a efecto de llegar a una premisa central o considerar a la
proposición como dicha premisa central. Desde el punto de vista de Viehweg, el
procedimiento sería aquel que Vico contraponía con el método antiguo o retórico.269
266
Ibid., p. 61.
267
Ibid., p. 61.
268
Ibid., p. 62.
269
Id.
9
lógicas, esto es, pueden ser calificadas de verdaderas o falsas y no admiten términos
intermedios, como si lo hacen en el ámbito de la tópica. 270
De acuerdo con Viehweg, mientras desde el punto de vista sistemático el ius civile
romano presentaba serías fallas, desde otro ángulo representaba un claro ejemplo del
modo de proceder tópico, a partir de problemas concretos. 271 Así, utilizando un caso
expuesto en el Digesto sobre si quien favorece la usucapión de una esclava robada,
también hace suyo el producto del parto de ésta, 272 se pone de manifiesto la manera en
que son mezclados casos, afirmaciones personales, opiniones populares y conceptos ya
admitidos, de tal forma que se genera todo un tejido jurídico de soluciones a un complejo
de problemas que surgen del caso inicial conforme se va encontrando su solución.273
Este modo de procederse en el caso del ius civile se prolongó y permitió no requerir de
manera constante leyes durante el periodo, de esta manera, el derecho se fue construyendo
en lo que se podría denominar una etapa vacilante, a la que siguió otra en que los
resultados de dicha actividad eran aplicados de manera extensiva a otros problemas.
270
Ibid., p. 63.
271
Ibid., pp. 67 y ss.
272
Ibid., p. 67.
273
Ibid., pp. 68-69.
274
Ibid., p. 69.
10
Posteriormente, la rigidez que adquirieron con el tiempo los primeros hallazgos fueron
suavizados a través de la interpretación, en la que entró en acción nuevamente la tópica. 275
De esta manera se fueron creando catálogos de tópicos, llamadas regulae, una forma de
tópica de segundo grado formada por un apretado repertorio de puntos de vista, muy
importantes y largamente aceptados, en forma de citas de juristas, pero sin ningún
propósito sistemático y en un descuidado orden. 276 Es precisamente por ser admitidos o
expresados por juristas reconocidos que adquieren legitimidad. 277
Nuevamente la falta de sistematización, propia de la tópica, era una de las críticas al mos
italicus, lo cual evidencia que la jurisprudencia medieval también se orientaba hacia el
problema, con algunas técnicas específicas que enseguida abordaremos. 280
275
Ibid., pp. 75-76.
276
Ibid., p. 77.
277
Para una pequeña muestra de tales puntos de vista ver Ibid., p. 78.
278
Ibid., p. 87.
279
Id.
280
Ibid., p. 92.
11
contraria.281 También tuvo lugar el pensamiento tópico cuando se buscaba la aplicación
de un texto a situaciones que en el tiempo habían cambiado, así, mediante tópicos se
aportaban los puntos de vista que permitían la adaptación del texto a la situación existente
al momento de la aplicación. 282
La forma más extendida en que se procedía era la fijación del problema, los puntos de
vista próximos, los puntos de vista contrarios, la solución y, en algunos casos, las
objeciones que pueden o pudieran dirigirse a esta última. 283 Viehweg hace alusión al
esquema tópico seguido en la obra del comentarista Bartolo, y también presente en los
libros de enseñanza jurídica, donde se entrelazan la cita a leyes, opiniones, casos,
objeciones, réplicas, controversias, en torno a problemas. 284
De esta manera, cada problema tiene que tomarse como una articulación del problema
básico de la justicia, para que toda la problemática no sea algo sin sentido. Se esfuerza
continuamente por encontrar argumentos para la respuesta, dando ocasión de introducir
en un mismo estado de cosas puntos de vista muy diferentes. 285
Como sucedió en otras etapas, los lugares que van dejando huella terminan siendo
compilados y ofrecidos tanto para la enseñanza, como para su uso práctico.286 La
legitimación de estos tópicos viene dada por la consideración que merecen y por su rango
o la autoridad de quien provienen, lo que a lo largo del tiempo permite admitirlos como
algo siempre válido.287
281
Ibid., p. 93.
282
Ibid., p. 95.
283
Ibid., p. 96.
284
Ibid., pp. 98-99.
285
Ibid., p. 100.
286
Ibid., p. 101.
287
Ibid., p. 102.
12
A la luz de la evolución presentada por Viehweg, éste afirma que la jurisprudencia, que
hasta aquí hemos descrito, no es un método, sino un estilo, que tiene, como cualquier otro
estilo, mucho de arbitrio amorfo y muy poco de comprobabilidad rigurosa.288
Uno de los intentos por hacer de la jurisprudencia un método, sobre la base de un sistema
deductivo, lo atribuye Viehweg a Liebniz, quien pretende conciliar el pensamiento de la
edad media con el de carácter matemático del siglo XVII, y a partir de fundamentos
aritméticos matematizar la tópica.289 Este intento fracaso de acuerdo con Viehweg ante la
multivocidad del lenguaje espontáneo, que hubo de conducir después a la creación de un
lenguaje de precisión y, más tarde, al poner el acento en la axiomática, a la logística. 290
Una sistematización como la de la primera hipótesis, que tomara en cuenta los resultados
obtenidos hasta ese momento por la tópica, traería consigo poder obtener decisiones
unívocas de conflictos por la vía de la deducción. De ahí que si bien sistematizar no sea
tal vez difícil, si lo sería la aplicación de su resultado. 292
Suponiendo que se lograra hacer un sistema lógico, por ejemplo, a partir del Derecho
civil, en el que se lograran establecer axiomas y conceptos jurídicos unitarios y unívocos,
de cualquier forma la tópica no estaría del todo desterrada y nos encontraríamos con ella
288
Ibid., p. 105.
289
Ibid., p. 106.
290
Ibid., p.108.
291
Ibid., p. 111.
292
Ibid., p. 112.
13
por lo menos en cuatro momentos. 293 El primero de ellos es en la selección de los axiomas
y los conceptos base del sistema, que es una tarea ante todo inventiva.
Un sistema como el propuesto requiere cada vez más de un lenguaje neutro o al menos
unívoco que permita trabajar las deducciones correctamente a partir de los conceptos
básicos, es decir, se deben desterrar significados que los términos hayan adquirido a partir
de su uso cotidiano o deriven del propio idioma. Después, se hace necesario una serie de
cálculos o fórmulas que hagan posible una formalización radical, que permita traducir
todo el tejido de relaciones posibles con la ayuda de fórmulas, preceptos operativos
invariables y lo más sencillos posibles. Finalmente, habrá que introducir unos signos
simbólicos al modo matemático. 294
Para 1964, fecha en que fue publicada la obra de Viehweg, éste consideraba que en el
ámbito jurídico la unidad sistemática era parcial y sólo aproximada, porque faltaban las
correspondientes investigaciones axiomáticas. De esta forma, el tejido jurídico total no
alcanzaba a ser un sistema lógico en los términos apuntados, sino, a lo mucho, una
indefinida pluralidad de sistemas de alcance diverso, sin relación recíproca comprobable,
que no habían sido reducidos a un sistema unitario. 296
293
Ibid., p. 113.
294
Ibid., p. 115.
295
Ibid., p. 116.
296
Ibid., p. 117.
14
de sistemas o reducirlo. De esta manera la tópica se infiltra en el sistema jurídico por vía
de la interpretación.297
La tópica también entra en acción en la fase de aplicación del derecho, dado que el
sistema no es perfecto y dentro de éste no pueden encontrar solución todos los casos
posibles, de ahí que se tenga que modificar a través de la extensión, reducción,
comparación, síntesis, entre otros, lo cual es hacer nuevamente uso del pensamiento
tópico en forma de interpretación. 298
Otra de las maneras en que la tópica irrumpe en un sistema como el señalado es en el uso
del lenguaje espontáneo, común o natural, ya que éste se va enriqueciendo de manera
paulatina, de manera que si llegado un punto en el sistema se debe acudir a determinar el
significado de una palabra, esta labor será un tanto insegura para las pretensiones de
certidumbre del propio sistema. 299
Una forma más del embate de la tópica, es la que podemos denominar interpretación de
los hechos que Viehweg denomina como interpretación del simple estado de cosas. El
tratamiento de los ciertos hechos, para ser posible su inserción en el sistema jurídico,
requiere de un tratamiento que los haga utilizables. Cada audiencia de un litigante, cada
declaración de un testigo y con frecuencia también de un perito, nos ponen esto
especialmente en claro. A menudo nos dan a conocer un horizonte intelectual que es por
completo irregular.... lo que de un modo simplista se llama “aplicación del derecho”, es,
visto de una manera más profunda, una recíproca aproximación entre los hechos y el
ordenamiento jurídico.300
Como puede apreciarse, Viehweg logra con estas consideraciones poner al énfasis en el
sistema en un segundo plano y poner al frente la presencia del pensamiento tópico. Esto le
da un nuevo matiz a la subsunción jurídica, misma que no carece de importancia, pero el
297
Ibid., p. 118.
298
Ibid., p. 119.
299
Ibid., p. 120.
300
Id.
15
centro de gravedad de la operación radica claramente, de modo predominante, en la
interpretación en sentido lato y, por ello, en la invención.301 La lógica es indispensable en
el terreno jurídico, pero ocupa el segundo puesto luego del ars invendiendi o tópica.
En este momento de la obra de Viehweg se está ante uno de los planteamientos que
consideramos más contundentes, que la técnica de pensamiento que por siglos ha sido
desarrollada en estrecha conexión con la retórica sigue en juego, 302 así sea en la sombra.
Estos son el tipo de obstáculos que el autor que comentamos encontró a las pretensiones
de sistematización de la técnica que una ciencia del derecho, concebida a si misma como
científica, debiera superar; los axiomas tienen que dar respuesta al problema de la
justicia.303 Viehweg anota que incluso puede pensarse hoy en aumentar la precisión y la
rapidez del procedimiento por medio de trámites maquinales, esto es, la informática.
Para Viehweg, el tipo de ciencia del derecho que critica se encuentra aquella que no trata
de modificar la técnica jurídica (esencialmente tópica y retórica), sino que tal como
funciona, como una aparición de la incesante búsqueda de lo justo, la hace objeto de
estudio.304
301
Ibid., p. 121.
302
Id.
303
Ibid., p. 123.
304
Ibid., p. 124.
305
Ibid., pp. 127 y ss.
16
estructura de la jurisprudencia sólo puede ser determinada desde el problema, buscando
puntos de vista para su solución.
306
Ibid., p. 136.
307
Ibid., p. 137.
308
Ibid., pp. 139-142.
309
Ibid., p. 142.