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FILOSOFIA E IDEOLOGIA

Adolfo Sánchez Vázquez

El problema de las relaciones entre filosofía e Lo que encontramos al nivel del hecho históri-
ideología forma parte de una problemática más am- co-filosófico, ya sea como teoría de la sociedad o de
plia: la de las relaciones entre filosofía y sociedad. la política en las más diversas filosofías, o bien co-
Esta problemática adopta a su vez diversas formas. mo determinación de la filosofía por la sociedad, se
En primer lugar, casi desde sus albores encon- vuelve así objeto de reflexión de la filosofía misma.
tramos una preocupación de la filosofía por la so- Se trata entonces de encontrar su propio lugar en el
ciedad. Esta preocupación es casi tan vieja como la movimiento de la historia humana, o de descubrir
fílosoffa misma. En efecto, toda la historia de la los nexos que la unen con la vida social, o la práctica
filosofía testimonia que, en mayor o menor grado, política.
los filósofos se han preocupado, de cerca o de lejos, En verdad, este problema sólo se plantea en
de frente en muchos casos o bizqueando a veces, de tiempos relativamente recientes; en su forma idea-
los problemas políticos y sociales, y en este sentido, lista, con Hegel; en la perspectiva del materialismo
su actividad teórica ha cumplido una abierta función histórico, con Marx. En Hegel, la filosofía se ve a sí
social. misma como conciencia de la época expresada en
En segundo lugar, es un hecho también vene- conceptos y dentro del desarrollo inmanente del Es-
rable que la sociedad, el Estado eo más específica- píritu que culmina en la filosofía y más precisa-
mente: las clases en el poder o en oposición a él) se mente en la filosofía hegeliana como pleno autoco-
han ocupado y preocupado por el quehacer de los nocimiento de lo absoluto. En rigor, Hegel ve histó-
filósofos. Desde que la filosofía existe, puede ob- ricamente la filosofía, pero en definitiva la ve dentro
servarse que la sociedad, el Estado, las clases domi- de una historia de lo absoluto que engañosamente
nantes nunca se han considerado indiferentes o neu- (la famosa "astucia de la Razón") se manifiesta co-
trales ante la actividad filosófica. Por esto, de acuer- mo historia humana. Esto le lleva a mistificar su
do con la diversidad de intereses, la han estimulado, modo de concebir la relación de la filosofía con la
rechazado o condenado. Y ello, es así porque la sociedad: ésta, como Sociedad Civil, estaría deter-
fílosoffa, directa o indirectamente, a mayor o menor minada en cierto modo por la instancia superior de
distancia, toca problemas que afectan a la vida social la Razón, encarnada en el Estado, determinación
o a la práctica política. Y cuando los filósofos lo que garantizaría el destino de la filosofía como
olvidan, la sociedad misma se encarga de recordár- autoconocimiento de lo absoluto. En verdad, en el
selo. marco del pensamiento hegeliano, este ascenso ulte-
En tercer lugar, no sólo existe esta doble ver- rior de la filosofía más allá de las relaciones entre el
tiente de una relación real, comprobada histórica y Estado y la Sociedad Civil, no queda espacio para
objetivamente, que se mantiene de una época a otra, una verdadera relación entre filosofía y sociedad.
de una sociedad a otra, sino también la conciencia Tal es el espacio que explora Marx. Y para ello
de esta relación, como problema filosófico; es decir, realiza una doble operación teórica: saca a la filo-
como problema que el filósofo hace suyo el asumir sofía de ese movimiento inmanente del Espíritu que
conscientemente esa doble relación. Pero, en este la eleva sobre la relación Estado-Sociedad y, al mis-
sentido, no es un problema tan viejo como la filoso- mo tiempo, la sitúa dentro del todo social del que es
fía. Se trata de un problema que se puede formular parte integrante. La filosofía hasta entonces domi-
así, desgranándolo en cuestiones diversas: ¿cómo se nante, cuya expresión última es la filosofía idealista
relaciona la filosofía con la sociedad? ; ¿cómo se alemana que culmina en Hegel, se le presenta como
relaciona la sociedad con la filosofía? ; y si se trata "expresión trascendente, abstracta del estado de co-
de una relación mutua: ¿en qué se funda esa interre- sas existente" eC. Marx y F. Engels, La Sagrada Fa-
lación? . milia, Ed. Grijalbo, pp. 104-105), o bien como el
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"complemento ideal" de un mundo inhumano. Pero ello presupone en definitiva que las ideas filosóficas
al situarse la filosofía en la sociedad (se trata de una reflejan, expresan o representan la época mismay
sociedad dividida en clases), en la que. ya existe una que, a través de ellas, los hombres pueden tomar
clase social destinada a transformada revolucionaria- conciencia de la época o sociedad en que viven.
mente, no sólo cumple la función mistificadora que Ahora bien, al presuponerse esto no se califica dicha
es inseparable de la filosofía que se limita a ser sim- conciencia: si es recta o desviada respecto a la reali-
ple interpretación del mundo, sino que desciende dad social. No se presupone que la relación entre
del cielo a la tierra y en cuanto contribuye a la filosofía y la realidad a la que apunta pueda ser
transformación del mundo, sin dejar de ser teoría se mistificada, deformada y que, por tanto, sea una
vuelve práctica. (Recuérdese la Tesis (XI) sobre conciencia enajenada de la época, o como decía el
Feuerbach, de Marx). joven Marx "la forma abstracta del hombre enajena-
El problema de la relación entre filosofía y do" (C. Marx, Manuscritos económico-filosóficos de
sociedad con la conciencia que implica de la función 1844, en: C. Marx / F. Engels,Escritos económicos
y el lugar de la filosofía no va como simple interpre- varios; Ed. Grijalbo, p. 112).
tación sino como teoría, unidad a la práctica social En este caso, los hechos históricos pueden ser
(praxis), es fundamental como vemos en Marx. En vistos filosóficamente, pero esta visión sólo arrojaría
nuestros días, bajo el influjo del marxismo y aunque su deformación o mistificación, y la realidad social
las conclusiones que suelen alcanzarse se alejan consi- de una época dada lejos de ser explicada por la filo-
derablemente de la conclusión a que llegó Marx sofía, sería ocultada por ella. Por tanto, si se recurre
(unidad de la teoría y la praxis, en función de un a la filosofía para explicar una época o sociedad, el
proyecto de transformación del mundo), el proble- saldo puede ser francamente adverso, como cuando
ma de la relación (o relaciones) entre filosofía y se pretende juzgar a un hombre por lo que piensa o
sociedad adquiere tal peso que llega a encandilar dice de sí mismo. Pero con esto no se descarta en
incluso a filósofos que mantienen o han mantenido modo alguno la posibilidad de que el conocimiento
nexos con nuevas versiones del inmanentismo. Cier- objetivo de la filosofía de una época (no la idea de
tamente, el simple hecho de plantearse este proble- la época que se hace una filosofía) pueda revelar
ma demuestra que se está ya a prudente distancia de ciertos aspectos de ella. Pero en este caso la filosofía
él. Se toma conciencia así de que la filosofía tiene tiene que ser puesta en otra relación con la sociedad
que habérselas necesariamente con la sociedad; pero que no será ya la de simple expresión enajenada, o
también: de que la sociedad tiene que habérselas conciencia deformada de la realidad.
con la filosofía. La filosofía ha de concebirse entonces no sólo
Dejando a un lado la idea inmanentista que la como un espejo cóncavo, exterior o distante, sino
mayor parte de los filósofos hacen de la historia de como una parte de ella. La filosofía griega, por
la filosofía, encontramos en ocasiones dos explica- ejemplo, no sólo sería expresión de una sociedad,
ciones unilaterales de las relaciones entre filosofía e sino parte indisoluble de ella y, por consiguiente, no
historia, o entre la filosofía y los hechos históricos y habría conocimiento cabal del cuerpo social griego
sociales (extrafilosóficos). Unas veces se piensa que (de la polis ateniense) si multilamos de él ese miem-
la sociedad puede ser explicada por la filosofía; bro suyo. La filosofía sería parte de ese todo social
otras: que la filosofía puede ser explicada por la en cuanto elemento de lo que, desde Marx y Engels,
sociedad. Ambas concepciones parecen válidas una se conoce como supraestructura ideológica. Conocer
vez desechadas en ellas toda unilateralidad y todo la filosofía griega permite conocer un aspecto de la
reduccionismo. Sin embargo, para explicar la rela- sociedad y de la época correspondientes. Sin embar-
ción entre filosofía y sociedad se requiere también go, el conocimiento básico de esa sociedad, de su
tener en cuenta el contenido de los dos términos en estructura y relaciones fundamentales, no se deduce
relación, su modo de relacionarse mutuamente y el de la idea que la filosofía griega tenía de sí misma,
fundamento de esa relación. o, en términos hegelianos, de su "conciencia de sí".
Si se pregunta: ¿se puede conocer la sociedad o Es evidente, por ejemplo, que la concepción aristo-
una época mediante la filosofía? ,y se responde que télica del hombre en general y del esclavo en parti-
una sociedad o una época se' conocen por la descrip- cular, en cuanto expresión enajenada de un hecho
ción de la filosofía prevaleciente en ella, tenemos la real: la situación del hombre libre y del esclavo en la
tesis de que el conocimiento de determinada filoso- sociedad exclavista antigua, constituye un aspecto
fía, permite conocer la época correspondiente. Pero de la realidad social, pues las concepciones de Aris-
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tóteles forman parte de la ideología de la época. ciales (no todas sus relaciones) por dicha ex-
Pero si queremos conocer la estructura y las rela- plicación social de la filosofía.
ciones fundamentales de esa sociedad, entre ellas las El examen de la cuestión que nos ocupa, parti-
relaciones de producción y los antagonismos de cla- cularmente la del alcance de la influencia de la so-
se no recurriremos a la conciencia que Aristóteles, o ciedad en la filosofía, o explicación social de la filo-
lafilosfía griega, tenía de esa sociedad. Sin embargo, sofía, requiere al llegar a este punto la entrada de un
en cuanto parte de ella, sólo podemos conocerla ca- nuevo personaje en escena, junto a los que han veni-
balmente si conozco su filosofía. A su vez, el cono- do actuando: la filosofía y la sociedad. Se trata de la
cimiento que puedo obtener mediante su filosofía, ideología.
solo lo obtendré si integro ésta en el todo social del Dejando a un lado por ahora la relación que la
que forma parte y, particularmente, si articulo ese filosofía puede tener con la ciencia (tipo de relación
todo social en tomo a lo que construye su funda- que, como veremos no puede ser separada de la que
mento: las relaciones sociales de producción. Con lo mantiene con la ideología) fijemos ahora nuestra
cual resultará que el conocimiento que la filosofía atención en su relación con la ideología como vehí-
pueda damos de la sociedad sólo será válido si, de- culo fundamental de los nexos entre filosofía y so-
jando a un lado lo que hay en ella de expresión ciedad.
teórica enajenada, la veo como un elemento real Precisemos, antes de seguir adelante, los térmi-
que, por su naturaleza histórica y social, remite ne- nos en que definimos la ideología. Tomando en
cesariamente a la estructura y el fundamento de la cuenta aspectos fundamentales de ella: a) su conte-
sociedad correspondiente. Así, pues, la filosofía sólo nido teórico; b) su génesis o raíz social, y e) su
permite conocer la sociedad en la medida en que ella función práctica, la definimos en un sentido amplio
misma es explicada por el conocimiento del todo en los términos en que los hemos hecho en otro
social. trabajo, a saber:
Con esto pasamos de la superficie al fondo, o
sea: de la explicación filosófica de la sociedad a la "La ideología es: a) un conjunto de ideas acer-
explicación social de la filosofía, lo cual implica que ca del mundo y la sociedad que: b) responden a
ambas explicaciones no están en el mismo plano, o intereses, aspiraciones o ideales de una clase social
en un contexto social dado y que: e) guían y justifi-
en el de la simple complementariedad.
can un comportamiento práctico de los hombres
En cuanto a la cuestión de si se puede conocer
acorde con esos intereses, aspiraciones e ideales"
la filosofía mediante el conocimiento de la sociedad,
("La ideología de la "neutralidad ideológica" en las
nuestra respuesta es afirmativa siempre que no se
caiga en la "falacia reduccionista" de pretender qu: ciencias sociales, en el volumen colectivo: La filoso-
fía y las ciencias sociales, Col. Teoría y Praxis, Ed.
basta conocer los factores sociales que han contn-
Grijalbo, p. 293).
buído a la formación de una filosofía para conocer a
La ideología aparece así en una relación con
ésta (o reducción de la naturaleza específic~ d~ la
filosofía a los factores sociales que han contribuído intereses reales, de clase y con un comportamiento
a engendrarla, o en la "falacia reduccionista" de práctico (más precisamente con la "práctica políti-
pensar que la explicación social de una doctrina filo- ca).
sófica puede explicar todas las relaciones entre ella y Pues bien, así entendida, cómo se realciona la
la estructura social. La eliminación de la "falacia filosofía con la ideología?
Si se toma la ideología como un "factum"
reduccionista"
-ya sea como ideología concreta o como comporta-
lleva a la tesis de la irreductibilidad de la es- miento "ideológico" determinado-, puede pensarse
tructura específica de una filosofía a su géne- que la filosofía se relaciona con ellas de un modo
sis sin negar por ello su dependencia respecto semejante a como se relaciona con la ciencia; o sea,
de la sociedad; a su vez, la eliminación de la convirtiéndola en objeto de examen y análisis críti-
"falacia absoluta" conduce a rechazar que la co. A la filosoffa le correspondería analizar criticar
explicación social de la filosofía pueda dar y revisar no sólo las ciencias sino la ideología. Esta
cuenta de todas las relaciones posibles entre la revisión de la ideología, fundada en la crítica, sería
estructura de una sociedad y la filosofía do- por otro lado uno de los mejores servicios que la
minante, pero ello no quiere decir que las re- filosofía podría prestar a la ciencia.
laciones entre esta filosofía y la estructura so- Tendríamos, pues, de un lado la filosofía y de
cial no puedan ser conocidas en sus ragos esen- otro, la ideología, y entre ellas, habría una relación
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de exterioridad, no intrínseca. Cabe preguntarse, sin saber en qué medida o sentido la teoría filosófica es
embargo, si esa filosofía que analiza, critica y revisa, autónoma o heterónoma.
es ella misma inmune a la ideología y si su modo de Partiendo del conepto que antes hemos dado
hacre filosofía -tanto en su relación con la ciencia de ideología como conjunto de ideas, creencias y
como con la ideología- no se halla impregnada de valoraciones que responden a intereses reales y
un tinte ideológico. Sólo podría ser inmune a la guían un comportamiento práctico, la ideología for-
ideología si fuera totalmente científica (por su mo- ma parte del contexto en que surge y se desarrolla la
do de ser, de practicarse) y agotara por completo el filosofía, e interviene en su génesis y formación. Pe-
ámbito de la filosofía, como pretenden las variantes ro la ideología no sólo se inmiscuye en la filosofía
positivistas de toda laya. Habría, pues, que admitir desde un contexto exterior, sino internamente, afec-
que la filosofía no sólo se halla en una relación exte- tando a su estructura misma. La ideología determi-
rior con la ideología, en cuanto la convierte en su na, en efecto, una serie de aspectos del quehacer
objeto de análisis y crítica, sino también en una filosófico que podamos fijar en los siguientes pun-
relación intrínseca en cuanto que la ideología está tos:
en ella misma, y no sólo fuera. Unicamente en este
sentido cabría hablar de la naturaleza "ideológica"
de la filosofía que, cierta, acuerdo con la pecualiri-
dad de esa naturaleza, tendría efectos diversos -po- 1) La ideología contribuye a fijar el espacio que
sitivos o negativos- sobre su modo de operar en sus ocupa en una filosfía el saber (o conoci-
relaciones tanto con la ciencia como con la ideología miento).
misma.
Ahora bien, si la filosofía fuera científica no Ciertamente, los ingredientes ideológicos de
sólo por el objeto de su análisis sino también por su una filosofía determinan el espacio que en ella ocu-
modo de hacerse, podría enfrentarse desde este nivel pa el conocimiento, o más exactamente, el saber
de la cientificidad a las ideologías, ya fuese para categorial que le es propio. Este aspecto -y no la
analizarlas o criticarlas, o para cumplir otras tareas verdad que en él se da- es siempre de origen ideoló-
como la que le asigna Luois Althusser: trazar líneas gico. En este sentido, la estructura misma de una
de demarcación entre la ciencia y la ideología. Sólo teoría filosófica se ve afectada por la ideología, pues
una filosofía, así, intrínsecamente no ideológica, po- el peso de esta última, o más precisamente: su natu-
dría cumplir semejantes tareas. Si tal relación intrín- raleza específica, es lo que fija el límite del saber
seca no existiera, la filosofía -con el frente interno que una filosfía puede alcanzar. Lo que dice Marx
en paz- podría dedicarse a revisar ideologías o con- con respecto a la economía política burguesa: su
vertirse, de acuerdo con una expresión que corre imposibilidad de franquear cierta barrera teórica en
desde Alfred ayer a Althusser, en una especie de virtud de su punto de vista de clase (en El Capital,
"policía intelectual" o "gendarme" de la teoría. FCE,México, t. 1, p. XVIII), puede aplicarse a la
Significa esto que la filosofía, dada su carga filosofía. Lo que hay de ideología feudal en la esco-
ideológica, tiene que renunciar a las tareas anterio- lástica medieval es justamente lo que reduce enor-
res, o sea, a su relación crítica y esclarecedora con memente en ella el espacio del saber. Y lo que hay
las ideologías? . En modo alguno. Pero sí significa en Hegel de ideología burguesa, en las condiciones
que no cualquier filosofía puede asumirlas, sino sólo pecualiares de la Alemania de su tiempo, es lo que le
aquellas que conscientes de su propia naturaleza obliga a interpretar de un modo idealista absoluto el
ideológica y apoyándose en una teoría científica de mundo (como conciliación de la idea con la reali-
la ideología, están en condiciones de eliminar sus dad) y a excluir toda perspectiva de transformación
efectos perturbadores y, de esta manera, enfrentarse revolucionaria a la que califica desdeñosamente de
crítica, objetiva y fundamentalmente a las ideolo- "indignación subjetiva".
gías correspondientes. Por el contrario, la ideología proletaria que
La necesidad de tomar en cuenta la carga ideo- inspira la obra de Marx le lleva a una concepción
lógica de la filosofía se pone de manifiesto al exami- dialéctica del mundo como crítica radical de todo lo
narse el problema de la explicación de determinada existente, estrechamente vinculada a la práctica re-
filosofía; es decir, a la hora de saber si se explica por volucionaria. La ideología fija así, en todos estos
sí misma o si, por el contrario, debe recurrirse para casos, en el seno mismo de la teoría, el espacio que
ello a factores ajenos, o extrafilosóficos. Se trata de ocupa el saber.
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2) la ideología no sólo determina el espacio que La pretensión de desplazar una ideología, me-
ocupa el saber, sino también el modo de ocu- diante una simple lucha de ideas cumple, en definiti-
parlo. va, la función ideológica de dejar el mundo, de que
forma parte la ideología, y en mayor o menor grado,
La ideología establece este modo de ocupa- como está.
ción al fijar el tipo de relación que la filosofía man-
tiene con la relación ideología-ciencia, pues las lí- 4) la ideología determina no sólo el trazado de
neas de demarcación de origen ideológico (ya sea líneas de demarcación entre la ciencia y la
entre el saber y el no saber, entre lo científico de la ideología -sin dejar de ser ella misma ideolo-
ideología y lo ideológico de la ciencia, o bien entre gía- sino también la relación específica de la
lo significativo y lo no significativo). Althusser, co- filosofía con la ciencia.
mo es sabido, hace del trazado de líneas de demar-
cación (de la ciencia y la filosofía) la función filosó- Estas relaciones son diversas:
fica esencial, pero con ello olvida que la filosofía a) De exclusión (negación o humillación del
ejerce esa función precisamente como ideología. saber de la ciencia en nombre del saber "supremo"
de la filosofía). Todas las filosofías irracionalistas
(pasadas o presentes) postulan semejante relación.
3) la ideología en la filosofía, o la filosofía co- b) De supeditación de la ciencia o la filosofía.
mo ideología, determina a su vez su relación El filósofo se vale en este caso de la ciencia para
con lo ideológico mismo. afirmar sus fines o propósitos ideológicos. Se trata
de una relación de explotación, como justamente la
El tipo de ideología que inspira a la filosofía ha caracterizado Althusser (en Philosophie et philo-
determinará el modo de verse ésta a sí misma: a) sophie spontanée des savants, Maspero París, 1974,
como especulación, separada de la vida real; b) co- pp. 83 y ss).
mo "expresión ideal de las relaciones materiales do- e) De cooperación. La filosofía ayuda a la
minantes, las mismas relaciones materiales dominan- ciencia a desembarazarse de la ideología que obstru-
tes concebidas como ideas" (C. Marx y F. Engels, La ye su camino al mismo tiempo que, sin suplantarla,
ideología alemana, trad. de W. Roces, EPU, Monte- proporciona un saber categorial y esclarece méto-
video, p. 49). O sea, la naturaleza ideológica de una dos, fundamentos y supuestos. La filosofía le ayuda
filosofía determinará que se vea a sí misma como asimismo a inscribir su quehacer en una perspectiva
incontaminada ideológicamente o como una filoso- global (teórica y práctica) de transformación del
fía que, consciente de su carácter ideológico, puede mundo.
tomar sus medidas con respecto a sí misma y a las Veamos, pues, que la filosofía no se sitúa ante
demás. la ciencia en un vacío ideológico. Y ello no sólo en
Raras son las filosfías que reconocen su propia cuanto toma a la ciencia como objeto de análisis,
naturaleza ideológica, y muchas las que se conside- crítica y revisión, sino también cuando ella misma
ran a sí mismas como el antídoto de toda ideología opta por quehacerse científico, o en el caso puesto;
(la última rama de este añejo tronco es la aséptica por operar a espaldas (o en contra de) la ciencia.
filosoffa analítica con su pretendida neutralidad Optar por jacer filosofía de un modo u otro es ya
ideológica). Ahora bien, si es cierto que la filosofía opción ideológica. Como lo es también hacer filoso-
puede analizar, criticar y revisar las ideologías, ello fía puramente especulativa, separada de la práctica
sólo podrá hacerlo fecundamente si, al echar mano social, o hacer filosofía de la praxis, con función
de una teoría científica de la ideología, tiene plena práctica, inserta en el proceso de transformación
conciencia de su propia naturaleza ideológica. Sólo real del mundo. En el primer caso se hace la filoso-
así podrá realizar una verdadera crítica filosófica de fía adecuada cuando se opta por dejar el mundo
una ideología, y comprender a su vez el límite teó- como está; en el segundo, se hace la filosofía ade-
rico infranqueable de esa crítica, pues en cuanto que cuada también "cuando de lo que se trata es de
la ideología se levanta sobre la base económica y transformar el mundo" (Texis XI) sobre Feuerbach,
social que la engendra, la tarea de desplazar una de Marx).
ideología deja de ser una tarea puramente teórica En suma, la filosofía se halla entroncada siem-
para volverse práctica; o sea, el desplazamiento de pre con el mundo social del que es expresión y parte
una ideología se halla vinculado al desplazamiento integrante. Por ello entronca siempre, desde fuera o
de la base material que la ha engendrado. desde dentro, con la ideología.

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