All It Takes - Kristen Proby

All it Takes Romancing Manhattan #2
Kristen Proby. 1
Kristen Proby. 2
Dedicatoria
Para Steve Berry, que es un gran problema. Gracias por el tiempo
de la trama del balcón. Fue un honor.
Kristen Proby. 3
Contenido
Cubierta
Título
Dedicatoria
Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capitulo siete
Capítulo ocho
Capitulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo
Sobre el Autor
También por Kristen Proby
Kristen Proby. 4
Prólogo
~ Quinn ~
Hace cinco años...
Saco el sexy coche deportivo a través de la curva, giro, y luego

piso el acelerador, cambiando suavemente a través de las
marchas a medida que el Porsche aumenta la velocidad.
Es verano, y lo suficientemente tarde en la noche que el sol
proyecta sombras a través de los árboles mientras me alejo cada
vez más rápido de la ciudad por una carretera rural.
Lejos de mi familia.
Lejos de la muerte.
Respiro hondo, lo exhalo y luego cambio de marcha de nuevo, mi
cuerpo se tensa con adrenalina e ira.
Conducir rápido es la mejor manera de aclarar mi mente.
Siempre ha sido así. Lo prefiero a beber, a las drogas o incluso a
follar con una mujer hermosa.
Kristen Proby. 5
Esta es la única vez que realmente puedo vaciar mi mente y

simplemente vivir.
Pero mi hermana, Darcy, no puede.
Y ahora mi padre no puede.
El dolor es rápido, dejándome sin aliento y sudoroso, así que
acelero aún más, a pesar de las sombras profundas y la luz dura
de la hora del día. Me alejo corriendo para olvidar, pero lo jodido
es que no puedo olvidar.
Darcy y papá se han ido y me ha dejado un dolor que no esperaba
y un agujero que no puedo llenar.
Incluso mientras conduzco.
Las luces rojas y azules comienzan a parpadear detrás de mí.
"Mierda", murmuro mientras desacelero el auto, luego lo dejo
sobre el hombro. Tengo mi licencia y registro en mi mano cuando
el oficial se acerca a mi ventana, su mano descansa sobre su
arma.
"Buenas noches", dice.
"Hola."
"Te detuve porque estabas conduciendo a ciento diez millas por
hora en una zona de cincuenta y cinco".
Respiro hondo de nuevo, pero no puedo reunir la emoción para
que parezca que me importa.
"¿Sabías que ibas tan rápido?"
"No, señor", miento.
"¿Has estado bebiendo?"
"No señor." Esto no es una mentira.
"Te voy a pedir que salgas del auto".
Le frunzo el ceño. "Tengo mi licencia aquí".
"Yo lo veo. Salga del coche, por favor".
Me desabrocho el cinturón de seguridad, salgo del coche y me
quedo de pie respetuosamente, esperando. Sé que es mejor no
Kristen Proby. 6
empezar algo con un policía. No necesito aumentar el estrés de

mi familia al ser arrestado.
"Voy a hacer que camine por mí, señor".
"¿Prueba de sobriedad?" Siento que mis cejas se elevan por la
sorpresa.
"Sí. Dices que no has bebido, pero a la velocidad a la que ibas, no
puedo imaginarte conduciendo de esa manera a menos que estés
bajo la influencia o simplemente estúpido".
Me encojo de hombros e inmediatamente camino en línea recta,
luego toco la punta de mi nariz con mis dedos índices. Incluso
recito el alfabeto al revés, mezclando n y m.
"Estúpido entonces", dice el oficial con una media sonrisa y
busca mi licencia. “Puedes volver a tu coche. Estaré ahí."
Me siento, haciendo todo lo posible por vaciar mi mente y quedar
insensible. Estoy ansioso por volver a la carretera, y si eso me
lleva a otra multa, bueno, que así sea.
Me importa un carajo.
No pasa mucho tiempo antes de que el oficial regrese y me
entregue la licencia junto con el papel, dándome instrucciones
sobre cómo pagar o presentarme en el tribunal.
“Tenga cuidado, señor Cavanaugh. No sé qué te está molestando,
pero no soy ciego. Si haces algo estúpido y te suicidas hoy, dañará
a tu familia".
Diana.
Pero sólo murmuro un agradecimiento, luego me alejo, sin
acelerar como lo hacía, pero sin volverme hacia casa todavía.
No, no quiero lastimar a ninguno de ellos. De eso se trata todo
esto. Pero necesito esto y lo tengo bajo control.
Tengo todo bajo control.
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Capítulo uno
~ Sienna ~
Hoy apesta.
Pensé que hace treinta días apestaba, cuando tuvimos que
enterrar a mi abuelo, Louis Walter Hendricks. Él y yo éramos
cercanos. Almorzábamos una vez a la semana, en la misma mesa
en el mismo restaurante, donde quería saber todo sobre mis
casos más actuales. Él mismo era un ex abogado, disfrutaba de
las bromas legales y a mí me encantaba contarlo.
Era sabio y divertido.
Y no poco excéntrico.
"¿Estás nerviosa?" mi hermana mayor, Louise, pregunta desde
el lado del pasajero de mi Ford Focus. Se retuerce los dedos en su
regazo y se muerde el labio, y sus ojos marrones están tristes
cuando se vuelven hacia mí.
"No. ¿Por qué?"
"Odio los juzgados", murmura con un escalofrío, y yo me río y
me incorporo a la autopista del Bronx, donde vivimos y
Kristen Proby. 8
trabajamos, hacia Manhattan, donde nos reuniremos con el

abogado del abuelo.
"No estaremos en una sala del tribunal", le informo y alargo la
mano para palmear su rodilla. "Has visto demasiadas películas."
“¿A dónde vamos entonces? El abogado del abuelo trabaja en el
Bronx".
Niego con la cabeza. “Lo sé, pero él quería que se leyera el
testamento en Central Park. No sé por qué".
Lou frunce el ceño. "Espera. ¿Vamos a Central Park?"
"Sí. ¿No leíste la carta?"
"No, sabía que lo leerías".
Ella me ignora y no puedo evitar reírme. Louise y yo somos
exactamente opuestas. Es despreocupada, impulsiva. A veces es
descuidada.
Y luego estoy yo, tan organizada, estructurada y aburrida como
parecería si Louise me describiera. Pero maldita sea, la vida
funciona mejor con listas y reglas. Estabilidad.
Juego a lo seguro porque la sola idea de hacer cualquier otra cosa
me hace estallar en urticaria.
Louise no sólo recibió su nombre, sino que se parece más al
abuelo que yo, y eso siempre me puso un poco celosa porque lo
amaba muchísimo. Y ella también lo hizo.
Pero mi relación con él era diferente. "Un testamento leído en
Central Park", dice, sacudiendo la cabeza. “Bueno, eso suena
propio de él. Le encantaba el parque".
Asiento con la cabeza y busco aparcamiento, lo que no es fácil en
Manhattan. Deberíamos haber tomado el tren, pero tengo que ir a
trabajar cuando hayamos terminado aquí, y esto fue más fácil.
Hasta el estacionamiento.
"Ahí", dice Lou, señalando un lugar, y me deslizo dentro.
Salimos del coche y caminamos dentro del parque, nuestros
tacones haciendo clic en el cemento.
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Mis zapatos son negros y de unos sensatos cinco centímetros. No

lo suficientemente altos como para matar mis pies, pero más
elegantes que los planos.
Lou está usando Louboutins de una milla de altura que
probablemente cargó a su Visa.
No quiero ni pensar en el hecho de que todavía me debe
quinientos dólares del mes pasado cuando la ayudé con el
alquiler.
No es que Louise sea un choque de trenes. Lo tiene todo junto en
su mayor parte, y es mi amiga más querida.
Pero no es muy buena cuando se trata de dinero. Si tiene cinco
dólares en el bolsillo, gastará seis.
Así es ella.
Saco eso de mis pensamientos y llevo a Lou al área del parque
donde el abogado dijo que nos encontraríamos. Está cerca del
agua, con madres empujando cochecitos cerca y hombres de
negocios con traje sentados en bancos con sus almuerzos.
El verano acaba de comenzar, pero el calor ya nos rodea con
fuerza, y estoy agradecida cuando veo al abogado del abuelo de
pie a la sombra, junto con nuestros padres y algunos amigos de la
familia.
"Hola, queridas", dice mamá mientras se inclina para besar
nuestras mejillas. Papá hace lo mismo, luego sonríe cuando ve
llegar a su hermano, Patrick, y le ofrece la mano para estrecharla.
"Parece que estamos todos aquí", dice papá, pero el abogado, el
Sr. Mills, niega con la cabeza.
"Tenemos una persona más que se une a nosotros". Alguien que
camina detrás de nosotros llama su atención y él asiente. "Aquí
está ahora".
Todos nos volvemos para encontrarnos con un hombre alto que
se acerca. Tiene cabello oscuro, mandíbula cuadrada y lleva un
traje caro. El tipo de traje que grita dinero e importancia.
Kristen Proby. 10
Sus ojos están cubiertos por aviadores.

"¿Quién es ese?" Lou me susurra, pero yo me encojo de hombros
y vuelvo mi atención al Sr. Mills, que ha abierto una carpeta y se
ha puesto las gafas en el puente de la nariz.
"Esto no debería llevar mucho", comienza. "El Sr. Hendricks ha
dejado su casa, junto con su contenido, a sus hijos, Louis y
Patrick. Él asumió que venderían y dividirían las ganancias, pero
no hay prisa por eso".
Tanto papá como tío Patrick asienten en comprensión.
Esto no es una sorpresa.
“También dejó a cada uno de sus hijos $250,000”.
Ni mi padre ni las expresiones de Patrick cambian. Nuevamente,
esto no es una sorpresa.
“Dejó una cantidad considerable de dinero a sus nietas, Louise y
Sienna, a 250.000 dólares. A cada una. El resto de su dinero se
donará a la Iglesia de San Andrés en el Bronx".
Louise y yo intercambiamos una mirada de asombro. No
esperábamos heredar dinero, especialmente porque los dos hijos
del abuelo aún viven, y él hablaba a menudo de dejar la mayor
parte de su patrimonio a la iglesia.
No es que me vaya a quejar.
“Y finalmente, está el asunto de una propiedad en el Bronx, que
actualmente se erige como un parque para la comunidad, y lo ha
hecho durante más de setenta años. El Sr. Hendricks ha legado la
propiedad a la ciudad, con la estipulación de que seguirá siendo
un parque para que la comunidad lo disfrute durante no menos de
cien años”.
"Wow", susurro, feliz y aliviada. Este parque es una parte
importante de nuestra comunidad. El tío Patrick se retuerce en su
asiento.
“Tengo algo que decir”, dice el extraño detrás de nosotros, y
todos nos volvemos sorprendidos. “Soy Quinn Cavanaugh y soy el
Kristen Proby. 11
abogado de Big Box, LLC. Louis Hendricks no puede ceder la

propiedad en cuestión a la ciudad porque no era legalmente
dueño de esa propiedad. Me pongo de pie y me vuelvo hacia él,
con las manos plantadas en las caderas. “Él ciertamente era
dueño de esa propiedad. Ha estado en nuestra familia durante
generaciones".
“Tengo documentación que prueba lo contrario”, dice,
quitándose las gafas. Los ojos marrones están clavados en los
míos y siento un calor bajo en mi vientre.
Lo cual es ridículo porque este hombre está llamando a mi abuelo
mentiroso, así que no puedo sentirme atraída por él.
“Nunca vendió esa propiedad”, dice mi padre.
“No, no lo hizo”, concuerda Cavanaugh. "Pero su padre lo hizo,
en 1913, en Reginald House".
"¿Tienes una escritura?" Yo exijo. "¿Has encadenado el título?"
Los labios de Quinn se contraen y sus ojos se entrecierran en mí.
"No tengo una escritura conmigo".
"Bueno, no continuaremos esta conversación hasta que tengas
esas cosas contigo". Cruzo los brazos sobre el pecho.
"Si hay un abogado que le gustaría que me contacte... "
"Ese sería yo", lo interrumpo. “Soy un abogado de la ciudad, y
créame cuando digo, este caso será mío. Estaré feliz de reunirme
contigo ahora mismo".
Parpadea rápido y frunce el ceño mientras mira hacia abajo y
luego a mí. "Sé que esto no es fácil", dice, su voz repentinamente
suave, poniéndome inmediatamente al borde. ¿Cree que puede
salirse con la suya jugando con mi dolor?
Estúpido.
“No, no es fácil, pero es simple. Louis Hendricks era el
propietario de esa propiedad y estaré feliz de continuar esta
conversación más adelante".
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Asiente una vez y luego me pasa su tarjeta. Está en papel grueso,

escrito en oro, por supuesto.
QUINN A. CAVANAUGH
ABOGADO
CAVANAUGH CAVANAUGH & SHAW
(212) 667-5555
Guardo su elegante tarjeta en mi bolso antes de pasarle una de

las mías y Quinn asiente, se coloca las gafas oscuras en la nariz y
se vuelve a caminar.
"Bueno, eso fue inesperado", dice mamá. "¿Podría estar
diciendo la verdad?"
"No", respondo antes de que nadie más pueda responder. Miro al
Sr. Mills en busca de confirmación.
"Tengo una escritura original de la propiedad que Louis me dio",
dice. "El papeleo está listo para ser entregado a la ciudad".
"Lo tomaré", digo y luego abrazo a todos, tranquilizándonos a
todos. “Esta es sólo otra gran corporación que intenta comprar el
bloque para poder construir sobre él. La misma historia un día
diferente, pero nunca esperé que intentaran esto en la maldita
lectura del hombre".
"Sé que lo manejarás", dice papá con un guiño mientras
recogemos nuestras cosas para irnos.
"Si necesitas ayuda, sólo llámame, gatito", dice Patrick antes de
darme un beso en la frente. El tío Patrick también es abogado y,
junto con el abuelo, fue una de las razones por las que me
convertí en abogado.
"Llamaré si tengo preguntas, pero creo que esto debería ser
bastante sencillo", respondo. "Si es necesario, ¿puedo entrar en
la casa del abuelo para revisar los archivos en su ático?"
"Por supuesto", dicen tanto papá como tío Patrick al unísono.
Kristen Proby. 13
"Ya tengo algunas cajas en mi casa", dice el tío Patrick.

“Comencé a revisar algunos de sus trámites la semana pasada.
Puedes venir a buscarlos".
"Gracias. Los mantendré informados".
Lou y yo regresamos a mi auto, y soy una bola de ira y frustración
mientras nos alejamos.
"¿Quién demonios se cree que es?" Empiezo, mi rabia finalmente
estalla. “Nuestro abuelo era muchas cosas, pero un mentiroso y
un ladrón no están entre ellos”.
"Es sólo un asqueroso", dice. Pero un canalla caliente. ¿Lo
conoces? Es abogado".
"No, no lo conozco". Le frunzo el ceño. "¿Sabes cuántos
abogados hay en Manhattan?"
"Oye, no es mi culpa que sea guapo".
"No deberías pensar que es guapo", le informo. "Está tratando
de quitarle el parque al abuelo. No hay nada atractivo en eso ".
"Representa a una empresa que intenta quitarle el parque", dice,
y concedo en silencio que tiene razón. "Él no lo está haciendo. Él
es el mensajero. Ustedes tampoco son sus clientes".
Dejé escapar un suspiro racheado. "Me irrita."
"Lo entiendo, pero necesitas calmarte porque enojarte no lo
solucionará".
"No creo que te haya visto enfadada por nada".
“Practico lo que predico”, dice con una sonrisa de satisfacción y
su hermoso rostro se ilumina. “¿Y puedo decir simplemente que
no esperaba que el abuelo fuera tan generoso? Quiero decir, él
siempre dijo que se aseguraría de que nos cuidaran, pero esto es
mucho dinero".
Y lo arruinarás. Ojalá lo hubiera depositado en un fideicomiso,
pero Lou tiene treinta y cinco años y es adulta.
Pagaré mis préstamos estudiantiles y me queda mucho para
remodelar mi casa e incluso pagar la hipoteca.
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"Me voy a París", anuncia, y me estremezco.

¿Ves? Lo sabía.
"Lo sé, no es muy responsable de mí, pero el abuelo querría que
me divirtiera".
"Y un techo sobre tu cabeza", le recuerdo, pero ella pone los ojos
en blanco y no empujo.
Me detengo en su edificio de apartamentos y ella salta del coche.
"Llámame más tarde", dice antes de cerrar la puerta y caminar
tranquilamente hasta su casa.
No pierdo el tiempo. Conduzco directamente a mi oficina, con los
archivos en la mano, y empiezo a investigar. No encuentro nada
registrado que implique que mi abuelo no era el dueño de
Hendricks Park.
Quinn Cavanaugh está lleno de mierda.
Pero justo cuando estoy a punto de pasarlo a otro trabajo loco
tratando de poner sus manos en esta valiosa propiedad, recibí un
correo electrónico del propio Quinn.
Sra. Hendricks,
Espero reunirme con usted con respecto a la propiedad a la que se
hace referencia en el testamento de Louis Hendricks. A mi cliente le
gustaría programar una reunión para la mediación y, en última
instancia, un acuerdo.
¿El 20 de junio a las 2:00 p.m., en mi oficina, funciona con su
horario?
Atentamente,
Quinn Cavanaugh
cc carta a seguir por correo
Frunzo el ceño y leo el correo electrónico de nuevo.

No va a retroceder.
Y yo tampoco.
Kristen Proby. 15
Verifico la fecha y respondo con la confirmación de que tengo la

reunión en mi agenda.
Tengo cuatro días para prepararme.
Hace calor afuera, y eso significa que hace calor adentro porque
no tengo aire acondicionado centralizado en mi casa. Fue
construida en la década de 1920 y nadie tenía aire acondicionado
en ese entonces.
Pero amo mi antigua casa. Actualicé la cocina y los baños cuando
la compré hace cinco años, y el verano pasado le di una nuevo
trabajo de pintura en todas las habitaciones. Es brillante,
principalmente blanco con un baño principal amarillo soleado.
Han pasado dos días desde la lectura del testamento de mi abuelo
y no estoy menos molesta. La ira ha bajado a fuego lento desde un
hervor hasta simplemente humeante, pero estoy ansiosa por
sacar esta reunión del camino.
Y como estoy ansiosa, y es sábado, estoy pintando.
Cuando estoy enojada, pinto con óleos.
Cuando estoy emocionada o feliz, pinto en acuarela.
No hace falta decir que estoy trabajando con óleos hoy. Comencé
una nueva pieza en un lienzo gigante porque tengo la sensación
de que este caso tomará un tiempo y pasaré muchas horas
trabajando en este proyecto en particular.
"Necesito más rojo", murmuro y exprimo la pintura del tubo en
mi paleta, luego retrocedo y miro el lienzo.
Estoy pintando el parque, cómo se ve en el otoño después de que
las hojas se hayan cambiado. Era la época favorita del año de mi
abuelo, y todo este caso se trata de él. Quinn Cavanaugh diría que
no es cierto, que se trata de la propiedad de un terreno, y yo
normalmente estaría de acuerdo.
Soy Sienna sensata, después de todo.
Kristen Proby. 16
Pero no esta vez. Esta vez, se trata de mi abuelo, que fue el mejor
hombre que he conocido y a quien perdí hace cinco semanas. Era
divertido e inteligente, y maldita sea, era bueno.
No dejaré que nadie diga lo contrario, y no permitiré que el
cliente de Quinn se lleve el parque de nuestra comunidad.
No va a pasar.
Así que pintaré, y pensaré, y el lunes no sabrán qué les pasó.
Estoy en el baño de mujeres en el edificio de oficinas de Quinn

Cavanaugh, y mentiría si dijera que no me sentí intimidada.
El edificio es de cromo y vidrio, nuevo y muy caro.
Lo que esperaba.
Pero soy un abogado municipal con una oficina llena de muebles
de segunda mano en un edificio que no ha sido remodelado desde
que Kennedy asumió el cargo.
Como en, el presidente.
"Tienes esto", le digo a mi reflejo en el espejo. Estoy en mi mejor
traje gris con una blusa negra debajo de la chaqueta. Mi falda gris
está ajustada y abraza mis curvas sin ser cachonda, el dobladillo
cae justo debajo de mis rodillas.
Por supuesto, estoy usando mis sensatos tacones negros, y mi
cabello rojo está peinado con su habitual giro francés en la parte
posterior de mi cabeza, sin un cabello fuera de lugar.
Agregue las perlas de mi abuela y sólo un toque de maquillaje, y
mi armadura está en su lugar. Me veo profesional, pulida y lista
para defender mi caso.
Salgo del baño y me dirijo a un escritorio, atendido por una
mujer bonita con auriculares, hablando por teléfono.
"Así es, el Sr. Shaw está en una reunión hasta las cuatro, pero le
daré el mensaje tan pronto como lo vea". Me sonríe y levanta un
dedo, pidiéndome que aguante. "Sí, por supuesto. Por supuesto.
OK, gracias."
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Presiona un botón y suspira, su sonrisa sigue en su lugar.

"¿Cómo puedo ayudarte?"
"Soy Sienna Hendricks, estoy aquí para ver al Sr. Cavanaugh".
Teclea en su teclado y luego asiente. "Sí, veo una cita con Quinn y
Bruce House".
"Eso suena bien".
"Toma asiento y le diré a Quinn que estás aquí".
"No es necesario", dice una voz profunda detrás de mí. Me
sobresalto y me vuelvo, y ahí está Quinn, sus labios se arquearon
en una sonrisa. Siento haberte asustado. Estamos listos para ti".
"Está bien." Miro hacia atrás a la amable mujer. "Gracias."
Ella guiña un ojo. "Buena suerte."
Quinn me hace un gesto para que camine con él a través de un
par de puertas de vidrio altas y gruesas.
“Las salas de conferencias están aquí”, me informa. "Mi oficina
está en la dirección opuesta".
Arqueo una ceja y él se encoge de hombros.
"En caso de que alguna vez necesites encontrar mi oficina".
"Te lo aseguro, no lo haré".
Camino delante de él hacia la sala de conferencias, mi cabeza en
alto, las palmas de las manos sudorosas y el corazón latiendo con
fuerza.
Pero todo lo que ven es la confianza, y eso es todo lo que les
dejaré ver hoy.
"¿Puedo llamarte Sienna?" Pregunta Quinn, y yo asiento a
cambio. "Sienna, me gustaría que conocieras a Bruce House".
"Hola." Extiendo la mano para estrechar la suya.
“Y esta es mi asistente, Kami. Ella tomará notas y ayudará
cuando sea necesario".
La joven rubia asiente, pero no sonríe. Parece decidida y eso me
gusta.
Ella no es un dulce de oficina.
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"Está bien, pongámonos manos a la obra", digo mientras me

siento y dejo mi maletín en el suelo junto a mi asiento. "¿Asumo
que tienes una escritura que mostrarme?"
Ambos hombres fruncen el ceño y el señor House se mueve en su
asiento.
"No lo hago", dice.
"Entonces, ¿por qué estás perdiendo mi tiempo?"
“Tengo otra documentación y una oferta”, responde. Se está
quedando calvo y le tiemblan las manos. Lleva un traje marrón de
una talla más pequeña y todo lo relacionado con esta reunión se
siente malhumorado. No me gusta Bruce House.
Miro a Quinn y niego con la cabeza, pero él levanta una mano.
"Sólo escúchanos".
"Tienes exactamente tres minutos".
Kristen Proby. 19
Capítulo dos
~ Quinn ~
“Déjame mostrarte lo que Bruce tiene con él,” comienzo y le

paso un sobre manila a Sienna, luego espero mientras ella abre la
carpeta y comienza a leer. Se ve hermosa y fuera de los límites,
con su traje adecuado, el pelo recogido y esos horribles zapatos.
Sospecho que se vería increíble en una bolsa de papel. Su cabello
es rubio fresa y sus ojos azul hielo son más expresivos de lo que
se sentiría cómoda.
Es inteligente y me atrae mucho.
“Este es un pagaré de 1913”, dice frunciendo el ceño. "Entre
Lawrence Hendricks, mi bisabuelo y Reginald House".
“Mi bisabuelo”, dice Bruce asintiendo. "Dice que Reginald le dio
a Lawrence veinte mil dólares y, a cambio del dinero, Lawrence
cedió la tierra a Reginald".
Kristen Proby. 20
"Pero también dice aquí", responde Sienna, "que la tierra sería

devuelta a Lawrence cuando el dinero se devolviera en su
totalidad".
Sus ojos azules se encuentran con los de Bruce y arquea una ceja.
“No tengo documentación de que se haya reembolsado”, dice
Bruce.
"Pero tampoco tienes documentación de que no", argumenta, y
continúa. “Y de hecho, no tengo pruebas de que esto no sea falso.
Podría haber sido impreso la semana pasada, por lo que sé".
"Ambos hombres lo firmaron", le respondo y veo como se
muerde el labio inferior y vuelve a mirar el papel. "No es una
falsificación".
"No lo sé", espeta.
"Entiendo que esto es una sorpresa", dice Bruce y se ajusta la
corbata. Bruce no es un mal tipo. No creo que esté intentando
engañar a Sienna; cree que tiene razón.
Si lo está o no, no lo sé con certeza, pero es mi trabajo
representarlo.
"También sé que esta propiedad vale mucho más que los veinte
mil dólares que Reginald pagó por ella, y me gustaría arreglarlo".
Sienna entrecierra los ojos, pero no dice nada mientras Bruce
sigue hablando.
"Me gustaría que Quinn presente una escritura formal,
transfiriendo oficialmente la tierra a mi nombre y, a cambio, le
pagaré cien mil dólares".
Parpadea rápidamente y se recuesta en su asiento, cierra la
carpeta y la empuja lejos de ella. Sé antes de que ella diga algo que
la respuesta es un rotundo no.
"Escucha", dice, su voz engañosamente tranquila. Bruce asiente,
sonriendo con confianza de que acaba de convencerla de su plan.
Está a punto de decepcionarse.
Kristen Proby. 21
"Bruce, no me conoces muy bien. Si crees que puedes pagarme

apenas seis cifras por una propiedad que vale millones, todo
sobre la base de un trozo de papel que puede ser real o no, eres un
completo idiota y su abogado debería haberte dado mejores
consejos".
Eso apesta. No supe de la ridícula oferta de Bruce hasta hace unos
veinte segundos.
"Voy a llevar esto ante un juez", le digo, haciendo un gesto con la
mano a Bruce cuando quiere hablar de nuevo. "Voy a pedirle que
presente la escritura".
"¿Basado en qué?"
Niego con la cabeza. "Basado en esta carta".
Me mira por un momento, luego una lenta sonrisa se extiende
por sus labios rosados y se pone de pie, recogiendo sus cosas.
"Parece que te veré en la corte, entonces. Que tengas un buen
día."
Ella se marcha y no puedo apartar los ojos de su trasero. No estoy
orgulloso de eso, y nunca lo admitiría, pero Sienna con su cabello
rubio rojizo y su ingenio rápido me excita muchísimo. Me
pregunto qué se necesitaría para desordenar su cabello y sacarla
de ese traje sensato.
Kami sale discretamente de la habitación, dejándome solo con
mi cliente.
"¿Ahora qué?" Pregunta Bruce.
"Ahora vamos a la corte".
"Ella no se equivoca", dice Bruce. "No puedo probar que esta
carta sea real. Lo encontré hace tres meses, antes de que muriera
su abuelo".
"¿Te acercaste a él sobre eso?"
"Traté de hacerlo, pero no respondió a mis correos
electrónicos".
"Lo resolveremos."
Kristen Proby. 22
"Bueno, eso espero porque Sienna también tiene razón sobre lo

que vale esa tierra, y me gustaría empezar a construir en ella".
"No lo toques hasta que un juez confirme que eres el dueño", le
advierto. "Déjame hacer mi trabajo, y luego puedes poner un
centro comercial allí para lo que me importa".
"No haré nada", dice con un suspiro mientras se pone de pie
para recoger sus cosas. "¿Qué tan rápido podemos ver a un juez?"
"Te mantendré informado."
Él se va y yo camino por el pasillo hacia mi oficina, un dolor de
cabeza comienza a instalarse detrás de mi ojo izquierdo.
Lo primero que hago es llamar a mamá, sólo para hablar con ella.
"Hola, querido", dice.
"¿Fuiste a tu cita con el médico?"
"Es bueno saber de ti también".
Froto mi mano por mi cara. "Sólo quiero asegurarme de que te
llevaron, ya que no puedo escapar de la oficina".
“Edna me llevó”, confirma, refiriéndose a su vecina de al lado.
"Y el médico dice que mi presión arterial está bien".
"Me alegra escucharlo. ¿Qué estás haciendo ahora?"
Ella suspira profundamente. Estás demasiado preocupado,
Quinn. No te preocupes por mí. Trabaja, encuentra una chica
agradable para la corte, vé de vacaciones".
"Puedo hacer todas esas cosas y seguir preocupándome por ti,
mamá".
Ella ríe. “Siempre fuiste una excelente multitarea. Me siento en
forma como un violín hoy, así que no te preocupes por mí".
"Okey. Te veré esta noche, entonces."
"Si insistes", responde ella.
"¿No quieres verme?"
“Quinn, te amo, pero te veo todos los días. Se te permite tomarte
un día libre".
Kristen Proby. 23
"Te veré esta noche", respondo antes de despedirme y colgar.

Miro la hora y maldigo entre dientes.
Llego tarde a mi reunión semanal con Finn y Carter, mis socios y
hermanos. Finn fundó nuestra empresa justo después de la
muerte de papá hace cinco años, y hemos tenido un éxito
increíble. Hemos lanzado la idea de traer a otro socio, pero la
verdad es que confiamos el uno en el otro y nos sentimos
cómodos con la forma en que están las cosas ahora.
No es necesario arreglar lo que no está roto.
"Estábamos a punto de venir a buscarte", dice Finn cuando entro
en su oficina. Carter está sentado en su silla habitual frente a
Finn, y yo me siento a su lado.
Carter es técnicamente nuestro cuñado. Estaba casado con
nuestra hermana, Darcy, antes de que ella muriera hace cinco
años.
Es una larga historia.
"Gabby manda saludos", dice, sonriendo a su teléfono. Gabby es
la hija de Carter y la niña de todos nuestros ojos.
"No la he visto en un tiempo", digo, frotándome la barbilla. "La
llevaré al cine pronto".
"A ella le gustaría eso", dice Carter y luego se vuelve hacia Finn.
"¿Tienes algo que anunciar?"
"¿Qué está pasando?" Pregunto.
"Vi una pequeña caja azul en su escritorio antes, pero él estaba a
la defensiva y la guardó".
Finn frunce el ceño y luego suspira. "Voy a pedirle a London que
se case conmigo".
"¿Por qué es esto malo?" Pregunto, confundido.
"He mencionado el matrimonio un par de veces durante el año
pasado", dice, alcanzando la caja en su cajón. "Pero cada vez, ella
sólo sonríe y dice algún día".
"Esa no es una buena señal", dice Carter.
Kristen Proby. 24
"O, en lugar de hablar de ello, quiere que hagas algo al respecto",

sugiero. "Me gusta, proponle".
"Bueno, voy a hacerlo", dice. "En la noche de apertura del nuevo
programa que ella respalda".
Carter y yo nos miramos el uno al otro y luego de nuevo a Finn,
ambos negando con la cabeza.
"¿Qué?" Exige saber Finn.
"Creo que hemos aprendido mucho sobre London durante el año
pasado", dice Carter, "y ella no querría que la propuesta se
centrara en su trabajo".
"De acuerdo", digo, asintiendo.
"¿De qué están hablando? Será romántico. Puedo subirme al
escenario con ella cuando presente el primer programa".
"¡No!" ambos exclamamos, levantando nuestras manos.
“¿Recuerdas cuando decidiste comprarle una casa, sin que ella lo
supiera, y estaba tan enojada contigo? Te dijimos que no lo
hicieras y no escuchaste".
“Esto es diferente”, dice Finn, pero deja de hablar cuando ve
nuestras caras. "Está bien, díganme cómo no joder esto".
"Tienes que hacerlo en privado", le digo, pensándolo bien. "No
frente a una multitud de extraños".
"Estoy de acuerdo, todo su trabajo siempre la mantiene en el
centro de atención, especialmente con lo bien que va la película".
London protagonizó un musical que continúa en lo más alto de
las listas de éxitos. No podríamos estar más orgullosos de ella.
"No has tenido la oportunidad de irse, sólo ustedes dos, en un
tiempo,” sugiero. Llévala a la casa de Martha's Vineyard."
"No hemos estado en casi un año", dice, dándole vueltas. "Las
cosas han estado tan ocupadas".
"Es donde te enamoraste", dice Carter con una sonrisa de
suficiencia. "Enviaré a Gabby contigo".
Kristen Proby. 25
"Eso podría llevarlo demasiado lejos", dice Finn riendo. “Pero

me gusta mucho esta idea. Le pediré que haga espacio en su
horario para un par de noches fuera".
"Perfecto. Ahora, déjanos verlo".
"Tiene un lazo", dice Finn con el ceño fruncido. "No quiero
arruinarlo".
"Ya estará abierto cuando se lo des", le recuerdo. "Tenemos que
verlo".
"De acuerdo", dice Carter.
Finn murmura algo sobre nosotros como mujeres entrometidas,
haciéndonos reír a los dos, mientras desenvuelve la caja y nos
muestra el diamante en forma de pera en una banda de platino.
Yo silbo. "Eso es un infierno de roca, hermano."
"Es una mujer increíble", dice con una sonrisa. "A ella le
gustará, ¿verdad?"
"Ella va a darle la vuelta", dice Carter. "Demonios, podría
casarme contigo".
"No eres mi tipo", dice Finn. "Ahora que tenemos eso fuera del
camino, ¿cómo fue tu reunión, Q?"
"Es interesante", respondo. "No sé cómo va a demostrar que el
dinero se devolvió o que el pagaré no es válido, pero ese no es mi
problema".
"No es frecuente que tengamos un caso tan antiguo", agrega
Carter. "Es fascinante."
"Espero poder presentarme ante un juez a principios de la
semana que viene. Esto no debería tomarme demasiado tiempo".
"Eso es bueno porque tenemos algunas cosas nuevas de las que
hablar", responde Finn y comienza a revisar su larga lista de
temas para la reunión de esta semana.
Ya es tarde. Mi encuentro con los chicos retrasó el resto de mi día

horas atrás, pero no había forma de evitarlo.
Kristen Proby. 26
Estoy conduciendo, la hora punta ha terminado, a la casa de mi

mamá, sólo para hablar con ella antes de regresar a mi
apartamento en Manhattan.
Las luces de su casa están encendidas cuando entro. Entro y
sonrío cuando la encuentro en la sala de estar, masticando
palomitas de maíz, mirando a Real Housewives of New Jersey.
“Me gusta esta Dolores”, dice mientras entro en la habitación y
me inclino para besar su mejilla. "Ella tiene coraje".
"Olvidé que esta era tu noche de televisión", respondo y me dejo
caer en el sofá frente a ella, recuesto la cabeza en el cojín y me
cubro la cara con el brazo. Este es el primer momento del día en
que he tenido que sentarme y simplemente estar.
Estoy jodidamente cansado.
Ha sido un largo tramo de trabajo, sin descanso. Hablo de más de
seis meses, trabajando los siete días de la semana.
Tal vez debería tomarme un día libre este fin de semana y
desahogarme. Ir al hipódromo o la tirolesa. Escalar una montaña.
Diría que ligar con una mujer hermosa, pero la única mujer que
me viene a la mente es Sienna Hendricks, y puedo garantizar que
no agradecería mis insinuaciones.
Lo que sólo hace que la desee más.
Soy un maldito masoquista.
"¿Quinn?"
"¿Sí?" Alejo mi brazo y miro a mamá.
"¿Te dormiste?"
"No. ¿Qué dijiste?"
"Si estás tan cansado, deberías haberte ido a casa. Esto está
demasiado lejos de tu camino".
"Mamá, estoy bien. Simplemente no escuché lo que dijiste ".
"Te pregunté si tenías hambre".
Mi estómago decide que ahora es el mejor momento para dejar
escapar un gruñido, haciéndonos sonreír a ambos.
Kristen Proby. 27
"Te haré algo", dice, poniéndose de pie.

"No, no tienes que hacer eso. Puedo agarrar algo de camino a
casa".
“Vienes aquí todos los días y tampoco necesitas hacer eso. Le
estoy preparando algo de comer a mi hijo".
"Sí, señora." Sonrío y la sigo a la cocina, luego me siento a la
mesa mientras ella se apresura, llena una olla con agua para
hervir y reúne los ingredientes para un espagueti rápido.
"No me queda nada de mi marinara, pero tengo algunas que tu
tía Kathy enlató a principios de este verano y me trajo".
"Eso será genial", digo y miro en silencio mientras ella hace mi
cena. No soy lo que llamarías un niño de mamá. Puedo vivir mi
vida sin necesitar su opinión, pero me preocupo por ella. Darcy y
papá murieron con meses de diferencia, y la salud de mamá no ha
sido estelar en los últimos dos años.
También me aterroriza perderla.
Así que insisto en las visitas a los médicos y me muevo. Lo
admito. Pero si algo le sucediera a ella, no podría perdonarme a
mí mismo.
Sin mencionar que disfruto de mis tardes aquí, hablando con
ella. Reír. Es la única parte de mi vida que me relaja.
"Tu padre llamó", dice, sacándome de mis pensamientos
relajados y haciéndome fruncir el ceño.
"¿Qué?"
Ella me sonríe. "Va a llegar un poco tarde esta noche, así que le
guardaré algo de cena para más tarde".
"Mamá, papá se ha ido por cinco años. No llamó".
Parpadea rápidamente, luego frunce el ceño, sus ojos tristes, al
recordar. "Oh, es cierto."
Ella nunca había hecho algo como esto antes. Dios mío, ¿está
desarrollando demencia? ¿Alzheimer?
Kristen Proby. 28
Le envío un mensaje de texto rápido a Finn y luego veo cómo

mamá pone un plato frente a mí con una sonrisa triste.
"¿Te olvidas muy a menudo?" Pregunto suavemente.
"No", dice, sacudiendo la cabeza, pero no estoy seguro de que
sea cierto. "No te preocupes por mí, Finn".
"Quinn," la corrijo. "Soy Quinn, mamá".
"Por supuesto."
Kristen Proby. 29
Capítulo tres
~ Sienna ~
Amo los días de la corte. El ajetreo y el bullicio me dan energía y

siempre he disfrutado de una buena discusión.
Siempre.
Pregúntale a Lou.
Pero hoy estoy más que un poco nerviosa. Esta vez es personal,
sin mencionar que Quinn estará sentado al otro lado del pasillo.
No importa cuántas veces le digo a mi libido que se calle, que
Quinn es un abogado oponente, no parece prestar atención. Hay
una química ahí que no he sentido en mucho tiempo.
Por supuesto que pasa ahora, con él. Porque esa es mi suerte
cuando se trata de hombres. Son los que no son buenos para mí, o
los que no puedo tener, los que me atraen.
Mi selector de hombres está roto.
Kristen Proby. 30
No puedo decir que haya estado en el tribunal de sucesiones

desde la escuela de leyes. No es mi área de especialización y es
posible que a mi jefe en la ciudad no le guste que tome este caso.
Pero ya he decidido que si no resolvemos esto hoy, tomaré una
licencia hasta que se demuestre que las acusaciones contra mi
abuelo son falsas y las cosas pueden volver a la normalidad.
No dejaré que otro abogado se acerque a esto.
La juez entra en la sala y todos nos ponemos de pie. Ella anuncia
el caso, luego mira a Quinn.
"Sr. Cavanaugh, tengo entendido que solicita que se presente
formalmente una escritura con respecto a la propiedad en
cuestión".
“Sí, señoría. Aquí tengo el pagaré".
Un alguacil lleva el periódico a la jueza Maxton, quien se pone las
gafas y lo lee, luego me mira.
"Milisegundo. Hendricks, ¿ha leído esto?
"Sí, señoría, pero cuestiono su validez. No sé si es auténtico, y si
lo es, el señor Cavanaugh no puede probar que el dinero no se
devolvió".
"¿Es esto cierto?" El juez Maxton le pregunta a Quinn.
"La carta no es falsa", dice. "Está escrito a mano y ambas partes
lo firmaron".
"¿Ha sido autenticado?" Pregunta la juez Maxton.
"No", responde Quinn, con un tic muscular en la mandíbula, y sé
que está irritado.
"Su Señoría", comienzo y me coloco detrás de mi mesa. “Me
gustaría presentar una moción de título silencioso, dada la
cuestión de su autenticidad".
Nos mira de un lado a otro, luego vuelve a mirar la carta.
"No voy a fallar a tu favor en este momento", comienza, y siento
que mi corazón se hunde. "Sin embargo, les daré treinta días a
partir de hoy para investigar y defender su caso".
Kristen Proby. 31
"Señoría, no creo que necesitemos treinta días para terminar con

esto", dice Quinn, pero la jueza Maxton niega con la cabeza
morena.
“Este caso tiene un siglo, señor Cavanaugh. Ella no va a
encontrar su evidencia en setenta y dos horas, necesitas
autenticar esta carta y mi expediente está lleno durante treinta
días. Si yo doy mi fallo ahora, no les gustará el resultado".
"Yo diría que necesito más de treinta días para demostrar que
esto es falso", respondo, y el juez Maxton enarca una ceja.
"Bien", dice con un suspiro. "No tiene precedentes, pero dada la
antigüedad del caso, les ordeno a ustedes dos que trabajen juntos
para encontrar la evidencia que necesitan". Quinn y yo nos
miramos en estado de shock, luego ambos nos sentamos
mientras esperamos que ella mira el calendario.
“Nos volveremos a reunir a las 8:00 A.M. el martes 6 de agosto.
Suspendido."
Me levanto, alcanzo mi maletín y me sorprendo cuando me doy
la vuelta y veo al tío Patrick sentado en la sala del tribunal. Me
acerco a él, mientras se pone de pie para darme un abrazo.
"¿Qué estás haciendo aquí?"
"Quería escuchar lo que el juez tenía que decir, y siempre es un
placer verte en acción", dice con una sonrisa. "Lo hiciste genial."
"Compré algo de tiempo", estoy de acuerdo con un suspiro. Y
ahora me veo obligada a trabajar con Quinn Cavanaugh.
"¿Quieres almorzar?"
"Tengo algunas cosas de las que ocuparme, así que tendré que
hacer un chequeo por lluvia. Lo hiciste muy bien hoy. Tu abuelo
estaría orgulloso ". Él besa mi mejilla y se aleja, y yo me siento en
la silla por un momento, sólo para recobrarme. Probablemente
fue el mejor resultado de hoy. La escritura no fue archivada, y
tengo tiempo para demostrar que todo esto es ridículo. El hecho
de que incluso esté en duda es lo que me vuelve loca. El dinero
Kristen Proby. 32
debe haber sido reembolsado, si es que alguna vez fue prestado

en primer lugar.
Lo cual dudo mucho.
Ahora, tengo que decidir cuál es mi próximo curso de acción. Iré
a mi oficina y hablaré con mi jefe, Dave. Es inteligente y siempre
es la mejor persona para intercambiar ideas.
Salgo de la sala del tribunal y me encuentro cara a cara con Quinn
en el pasillo. Su cliente simplemente se está alejando.
"Sienna", dice, llamándome hacia él. "¿Puedo pedirte unas
palabras?"
"Sólo un minuto, tengo prisa", respondo y sigo caminando, mis
tacones golpean la madera dura del antiguo palacio de justicia.
"Me gustaría conocer tu opinión sobre cómo hacer algunas de las
investigaciones juntos", dice. Me detengo en seco y lo miro como
si acabara de sugerir que ambos nos desnudáramos aquí mismo,
en el pasillo.
"¿En serio?"
“La juez Maxton tiene razón, hay mucho que analizar.
Desafortunadamente, nada era electrónico en 1913".
"No me opongo a recibir tus llamadas y ayudar, pero voy a
investigar esto sola. Voy a demostrar que estás equivocado".
Suspira, ese músculo se contrae en su mandíbula, y empiezo a
caminar de nuevo.
"Que tengas un buen día, Sienna."
"Adiós, Quinn", respondo sin mirar atrás.
"Mientras la carta está siendo autenticada, puedes buscar en el

papeleo para ver si hay una carta que indique que el dinero se
devolvió”, dice Dave dos horas más tarde mientras ambos
devoramos sándwiches de pastrami en su oficina. "¿Tu abuelo
guardó cosas de tan atrás?"
Kristen Proby. 33
“Su ático está lleno de papeles; Estoy segura de que se remonta

tan lejos. También era abogado y nunca tiró nada”.
"¿Y todavía no lo han tocado?"
“No, mi tío Patrick dijo que empezó con una caja, pero que puedo
ir a recogerla. Sólo estaba teniendo una ventaja en pasar por las
cosas, pero se detuvo ahora que este caso está en marcha".
"Bien", dice Dave. "Pero tengo que advertirte, no tendrás
muchas horas laborales para dedicar a esto. Estamos demasiado
ocupados. Y esto te va a llevar mucho tiempo. Simplemente no
tenemos el poder humano para darle".
"Lo sé." Tomo un trago de mi Coca-Cola. “Dave, puedo tomar
una licencia. Sé que esto hace cosquillas en la línea del conflicto
de intereses y tengo que dedicarle más tiempo del que me pueden
dar".
"Esto es una mierda", dice con un suspiro, mirando su sándwich.
"No quiero perderte a ti y a tu ética de trabajo durante todo un
mes".
"Siempre tendré mi teléfono conmigo si me necesitas, y si no te
importa, me gustaría entrar y salir si necesito recursos o
investigación. O si sólo necesito tu cerebro".
Sus labios se arquean en una sonrisa. "Mi cerebro siempre está
aquí para recoger".
"Esperaba que dijeras eso". Doy otro mordisco a mi sándwich,
aliviada de que Dave se esté comportando tan bien con todo esto.
No todos los jefes lo harían. "Entonces, la saga mejora".
"Dime."
“El juez Maxton dictaminó que Quinn y yo deberíamos trabajar
juntos para reunir pruebas en el caso, ya que es muy antiguo y
sólo tenemos treinta días para probar nuestros casos. Después de
que el tribunal suspendió la sesión, Quinn se acercó a mí para
hablarme de trabajar conmigo, pero lo rechacé".
"¿Por qué?"
Kristen Proby. 34
"¿Qué quieres decir?"

“¿Por qué lo rechazaste? Este no es un juicio por asesinato,
Sienna. Es un caso de propiedad que se remonta a décadas. Estoy
de acuerdo con el juez. Ambos sólo quieren la verdad".
"Porque ¿no crees que es extraño, que los abogados de la
oposición trabajen juntos?"
"No lo sé, ambos buscan la misma información. Podría ser más
rápido si lo hacen juntos".
“Voy a trabajar sola, al menos para empezar. Quiero demostrar
que está equivocado sin su ayuda".
No quiero admitir que no quiero trabajar de cerca con Quinn
porque me atrae muchísimo y estoy decidida a mantener este
profesionalismo. Así que rápidamente cambio de tema.
"Supongo que tengo que posponer mis vacaciones".
"Sólo avísame cuando quieras reprogramar. Porque, Sienna, te
vas de vacaciones este año".
"Yo lo sé también. Prometo que las tomaré. Tal vez me vaya a
algún lugar tropical".
Asiente y mete sus envoltorios vacíos en la bolsa para llevar,
luego la tira a la basura. “Mantenme informado sobre lo que
encuentres. Con suerte, encontrarás algo de inmediato que cierre
esto rápidamente y te lleve de regreso a la oficina a tiempo
completo".
"Eso sería ideal", estoy de acuerdo con una sonrisa. "Además,
necesito investigar quién podría estar vivo y hablar conmigo
sobre lo que saben".
“La carta está fechada hace más de cien años. Seguramente
cualquier adulto de esa época murió hace mucho tiempo”.
“Adultos, sí, pero puede que haya hijos o nietos que sepan algo”.
"Esa es una posibilidad remota. Eres nieta y no lo sabías".
Me hundo en mi silla y arrugo la nariz. "Cierto. Pero mi bisabuelo
tenía un mayordomo".
Kristen Proby. 35
"Bueno, la-de-da".
Le saco la lengua a Dave y sigo hablando. "Y el nieto del
mayordomo era el conductor de mi abuelo".
"No tenía idea de que vinieras de tanto dinero".
“Perdieron mucho en la Depresión”, respondo encogiéndome de
hombros. "Pero las dos familias eran unidas, y me pregunto si el
Sr. Steve sabría algo".
"¿Sr. Steve es el conductor?
"Sí, pero es viejo, Dave. Sin embargo, su esposa, la señorita Liz,
es un poco más joven que él y podría recordar historias".
"Eso es todo un rumor, Sienna. No es una prueba".
"Pero si ella puede darme alguna información, podría ponerme
en la dirección correcta para encontrar la prueba".
"¿Crees que ella hablará contigo?"
"No veo por qué no". Sonrío y alcanzo mi teléfono. "Veré si puedo
ir a verla en mi camino a casa desde el trabajo esta noche".
"Adelante, vete cuando quieras", dice Dave con un suspiro de
resignación. "Tu cabeza está en esto hoy, como debería estar".
"Eres el mejor."
"Estoy muy consciente". Me guiña un ojo y sale de mi oficina, y
llamo inmediatamente a la señorita Liz.
"Sienna, te pones más hermosa cada día”, dice la señorita Liz

mientras me lleva a su sala de estar formal. Ella y el Sr. Steve
viven en una hermosa casa no muy lejos de donde crecí. "¿Puedo
traerte un poco de té, querida?"
"No gracias. En realidad, sólo tengo algunas preguntas para ti ".
"Entonces, esta no es una llamada social".
Me estremezco. "Lo siento pero no." Explico lo que pasó en la
lectura del testamento, hoy en la corte, y por qué estoy aquí.
"Entonces, ya ve, espero que tenga algún recuerdo de
conversaciones o historias sobre esto del Sr. Steve".
Kristen Proby. 36
"Ya tuve esta conversación, Sienna", dice, sorprendiéndome.

Ella se pone de pie, está claramente irritada y yo estoy
completamente perdida en cuanto a lo que está sucediendo. "Si
me hubieras dicho esto por teléfono, nos habría ahorrado algo de
tiempo. No sé nada al respecto, y tampoco mi esposo".
"¿Alguien vino a entrevistarte?"
Sus ojos marrones se encuentran con los míos ahora, y no están
felices. "Sí, y quería hablar con Steve, y eso no va a suceder.
Simplemente lo molestará. Ha estado angustiado desde la muerte
de tu abuelo".
"Lo siento."
"Puedes irte por ti misma, Sienna".
Liz sale de la habitación y salgo rápidamente de la casa,
corriendo hacia mi auto.
Qué diablos ¿Quinn vino aquí y los interrogó? ¿Los molestó?
Obviamente, la respuesta a ambas preguntas es sí.
Eso no suena como Quinn, pero realmente no lo conozco tan
bien. Si es Quinn, ¿cómo los encontró tan rápido? Mientras
conduzco hacia mi casa, marco su número.
"Este es Cavanaugh".
"Esta es Sienna", respondo y giro a la izquierda. “Acabo de salir
de la casa de Liz y Steve. Liz ni siquiera me habló del caso porque
dijo que ya te habló de él y que no está contenta".
"Whoa, ¿quiénes son Liz y Steve?"
Frunzo el ceño mientras entro en mi camino de entrada, al lado
del auto de Lou, y apago el motor. “Steve era el conductor de mi
abuelo. Su familia ha trabajado para la mía durante más de cien
años. Fui a entrevistar a su esposa y ella dijo que me adelantaste".
"No tengo idea de qué o de quién estás hablando", responde, su
voz suave y profunda. Te lo juro, no he hablado con ellos. Ni
siquiera sabía que existían".
"Bueno, si no hablaste con ellos, ¿quién lo hizo?"
Kristen Proby. 37
"Buena pregunta."
Suspiro, frotándome la frente con las yemas de los dedos, y las
palabras de Dave se repiten en mi cabeza.
Tal vez sea más rápido si trabajan juntos.
"Quinn, tal vez me apresuré a rechazarte hoy, cuando sugeriste
que trabajemos juntos". Trago saliva, las palabras gruesas en mi
boca.
Comer cuervo nunca es delicioso ni fácil.
"Continúa."
Inclino la cabeza hacia adelante y hacia atrás, tratando de decidir
si esto es lo que realmente quiero. Dave tiene razón, soy un
ejército de una sola mujer y Quinn es inteligente.
Por razones que todavía no he descubierto claramente, confío en
él.
Espero no arrepentirme de eso.
“Podría valer la pena si trabajamos juntos en esto”, continúo.
"Hay mucha investigación por hacer y, al final del día, ambos
queremos lo mismo: la verdad".
"Tienes razón", dice. "Pero no tendré tiempo a menos que sea de
noche".
"Puedo trabajar con eso. Dave, mi jefe, me concede un año
sabático hasta que esto se resuelva, por lo que estaré trabajando
durante los fines de semana y durante todo el día".
"Espera." Oigo pasar páginas.
“Puedo hacer que eso funcione. Pero sólo para advertirte,
generalmente también pongo días completos los fines de
semana. Así que serán sólo las noches para mí ".
"Me lo llevo."
"Excelente. Bien podríamos empezar mañana. Puedes venir a mi
oficina a las seis. Haré que traigan la cena".
Kristen Proby. 38
"No. Manhattan está demasiado lejos, sin mencionar que todo el

papeleo está aquí, en el Bronx. Puedes venir a mi casa mañana a
las seis. Trae la cena".
"Eres una mujer mandona, Sienna".
"No, soy práctica".
Siempre práctica. Ese debería ser mi segundo nombre.
“Envíame un mensaje de texto con tu dirección. Serán más cerca
de las seis y media para cuando llegue, pero llevaré la cena.
Chino, ¿de acuerdo?
"El pollo del general Tso para mí, por favor. Hasta entonces."
Cuelgo y miro el coche de mi hermana, preguntándome si acabo
de cometer un error. Puedo hacer esto sola.
Pero la ayuda será un regalo del cielo. Sin mencionar que Quinn
es agradable a la vista, lo que podría ser la principal razón por la
que esto es un error. No es que no pueda mantener mis manos
quietas, porque ciertamente puedo.
Y lo haré.
Decidido eso, entro a mi casa y siento que mis cejas suben hasta
la línea de mi cabello rubio fresa cuando veo a Lou en mi cocina,
cocinando una tormenta, y un ejército de bolsas de compras en
mi sala de estar.
Es un mar de plástico de colores y bolsas de papel marrón que
cubren todas las superficies. Chanel. Bergdorf Goodman. Louis
Vuitton. Saks.
Ella no puede pagar esto.
"Hola", dice Lou con una sonrisa de felicidad. Está descorchando
una botella de tinto. "Estoy tan contenta de que estés en casa. Te
estoy preparando la cena y quiero mostrarte todas las cosas
hermosas que encontré hoy".
"Louise".
Kristen Proby. 39
"Lo sé, debería haber esperado hasta que pudiéramos ir juntas,

pero no pude, Si. Estaba demasiado emocionada y encontré
algunas cosas realmente asombrosas".
"Lou, no puedes permitirte estas cosas".
"Por supuesto que puedo." Ella frunce el ceño. "Acabo de
heredar un cuarto de millón de dólares".
“Parece mucho más dinero de lo que es, Louise. No va muy lejos,
y el abuelo nos dejó que nos aseguremos de que nos cuiden, no
para que puedas comprar Bloomies".
"No llegué a casa de Bloomie hoy", dice, pero yo la miro
fijamente y finalmente se hunde los hombros. "Lo estás haciendo
más grande de lo que es".
“El dinero ni siquiera nos ha sido pagado todavía. Y tendrás que
pagar impuestos sobre él. No puedes quedarte con todo".
"Mis tarjetas de crédito se ejercitaron hoy".
"Tus tarjetas de crédito ya estaban al máximo", le recuerdo. Sus
mejillas se sonrojan de ira.
"Tengo extensiones, señorita Goody Two-Shoes". Ella golpea la
botella de vino en el mostrador. "¿Por qué no puedes
simplemente estar feliz por mí? ¿Por qué siempre tienes que
señalar que tú eres la perfecta y yo soy la que siempre lo
arruina?"
"Estoy lejos de ser perfecta, y no siempre te equivocas, pero Lou,
no puedes administrar el dinero. Tendrás tu herencia gastada
incluso antes de que la obtengas, y luego, ¿dónde estarás?
¿Pidiéndonos préstamos a mí o a papá y mamá? Utilizo comillas
aéreas cuando digo préstamos. "Mamá y papá me ayudan porque
quieren".
Exhalo y me siento en un taburete en mi isla. Eres una
irresponsable y es hora de que crezcas, Lou. Eres demasiado
mayor para actuar así. Tú no eres estúpida. No entiendo."
"La terapia de compras es una cosa".
Kristen Proby. 40
"También lo es la adicción", espeto. “El abuelo nunca debería

haberte dejado ese dinero. Lo vas a desperdiciar".
"¿Sabes qué, Sienna? Vete a la mierda Soy adulta y puedo gastar
mi dinero como quiera. No es de tu maldita incumbencia ".
"Tienes razón, no lo es. Hasta que me llamas llorando porque no
puedes pagar tu jodida renta y necesitas una limosna. Entonces,
de repente, es asunto mío".
"No te volveré a llamar. Para cualquier cosa."
Ella recoge sus maletas y sale furiosamente de mi casa, y yo me
quedo con la pasta hirviendo en la estufa y algo humeando en mi
horno.
Increíble.
Lou estaba haciendo sus famosos ravioles, lo único que puede
hacer. Apago todo el fuego, saco el pan del horno y tomo el
desorden que tengo que limpiar.
Lo cual es bastante estándar cuando se trata de Lou. La amo más
de lo que puedo decir. Su corazón nunca es malicioso. Pero la
mujer no podía equilibrar una chequera si alguien tenía un arma
en la cabeza.
Y honestamente, lo he habilitado, porque las lágrimas me
atrapan cada maldita vez.
Tal vez si no recibe más limosnas, podrá resolver su vida por sí
misma.
Respiro hondo y, en lugar de limpiarlo todo ahora mismo, cojo
las llaves y el bolso y conduzco hasta la casa de mi abuelo. Tengo
llaves y una invitación abierta de papá y tío Patrick para ir y venir
cuando me plazca durante mi investigación.
No hay tiempo para empezar como ahora.
Kristen Proby. 41
Capítulo cuatro
~ Sienna ~
Son las seis y treinta y cinco, y estoy corriendo por la puerta

principal de la oficina. Llego tarde y nunca llego tarde.
Pero me quedé atrapada en las investigaciones y las revistas
jurídicas, y no salí de allí cuando lo había planeado. Lo que
normalmente no importaría, pero Quinn debería estar aquí en
cualquier segundo, así que no tendré tiempo de quitarme el traje.
Está bien, esta es una reunión profesional, y mientras más
armadura "profesional" tenga puesta, es menos probable que
trepe a Quinn como un árbol.
Acabo de cerrar la puerta, corro al baño para aliviar los gritos de
mi vejiga y, cuando salgo del baño, suena el timbre.
Abro la puerta y me doy cuenta de que ninguna cantidad de
armadura me impedirá subirme a este hombre.
Kristen Proby. 42
Quinn también está su en traje oscuro, tiene gafas colocadas

sobre su nariz y el cabello despeinado de sus dedos.
Podría ser el hombre más sexy jamás concebido.
"Entra" digo y doy un paso atrás, cerrando la puerta detrás de él.
"El exterior de tu casa y el interior no coinciden", dice mientras
coloca las bolsas de comida en mi isla y se quita las gafas para
poder mirar alrededor de mi espacio.
Me río y bajo dos platos.
"Lo sé. No es que el exterior sea horrible, pero remodelé el
interior antes de mudarme".
“Me gusta”, dice, echando arroz blanco en su plato. "Esta cocina
blanca es hermosa, especialmente con el ladrillo visto".
“Cocinar es uno de mis pasatiempos”, respondo antes de
meterme un trozo de pollo en la boca. Dios, me muero de hambre.
Me salté el almuerzo. "Tan bueno. Estoy hambrienta."
"Llegué justo a tiempo, antes de que te murieras de hambre",
dice Quinn con una sonrisa y se come su pollo lo mein. "¿Puedo
tener una bebida?"
“Claro, podemos comer y hacer un recorrido”, respondo con una
sonrisa, levanto mi plato y le hago un gesto para que me siga.
“Así que abrí la pared que separaba la cocina del espacio
habitable. La casa fue construida hace cien años, y el concepto
abierto aún no existía".
"No, no existía", dice con una sonrisa. ¿Cómo puede alguien
tener unos dientes tan perfectos?
“Quería que estuviera abierto, especialmente porque no tengo
muchos metros cuadrados. Entonces parece más grande de esta
manera. Tengo una pequeña terraza en la parte de atrás con un
pequeño parche de césped".
Abro la puerta del comedor para mostrárselo, luego lo conduzco
por un pasillo.
"Esta era originalmente una casa de cuatro dormitorios".
Kristen Proby. 43
"¿Cómo es eso posible?"

"¿Cierto? Estaba demasiado apretado. Entonces, aquí arriba, abrí
las dos habitaciones pequeñas en una sola habitación. Lo hice
para que si alguien alguna vez comprara el lugar y quisiera
separarlos nuevamente, no sería difícil ni costoso hacerlo, pero
necesitaba el espacio".
Respiro hondo y abro la puerta, luego retrocedo y me meto arroz
en la boca mientras Quinn entra en mi estudio.
Deja su plato sobre una mesa vacía, mete las manos en los
bolsillos y camina lentamente por el perímetro del espacio,
mirando cada cuadro que he apoyado contra la pared.
"Sienna", murmura, se detuvo ante una pieza que hice de la
playa al amanecer. "Estos son hermosos".
"Gracias." Apoyo el hombro contra el marco de la puerta y miro
los cuadros, incluido el que he colocado en la esquina con la
mejor luz.
El del parque que empecé la semana pasada.
Quinn se acerca, lo examina durante un minuto y luego se vuelve
hacia mí.
“Ese es mi trabajo actual en progreso. Es el parque. Parecía
apropiado".
Simplemente asiente y vuelve a buscar su plato. "Muéstrame
más."
"Okey. Ahora bajamos las escaleras. Cuando compré el lugar,
eran dos dormitorios más pequeños y un medio baño, con una
pequeña sala de estar o estudio".
Llego al final de las escaleras y enciendo las luces del pasillo.
“Lo remodelé. Aquí está mi suite principal".
Mi habitación es de buen tamaño, lo suficientemente grande
para la cama king-size. Lo llevo a mi baño con una bañera y luego
a mi gran armario.
"Vaya", dice. "Hiciste un gran trabajo aquí".
Kristen Proby. 44
"Me encanta", estoy de acuerdo, luego apago las luces mientras

subimos las escaleras. "Bueno, ahora que estamos alimentados y
has visto mi casa, pongámonos nuestros sombreros de
investigación".
"Estoy listo. ¿Dónde empezamos?"
“Tenemos que ir a la casa de mi tío, conseguir una caja de
papeles y luego ir a la casa de mi abuelo. Todos los papeles de
nuestra familia, que se remontan a generaciones anteriores,
están en su ático".
Levanta una ceja. "¿De cuánto papeleo estamos hablando?"
"Un montón. Si tenemos suerte, encontraremos algo
rápidamente".
"¿Y si no la tenemos?"
"Podría tomar todos los treinta días que nos han dado", lo
admito.
"Vamos entonces", dice. "Yo manejaré."
Cierro mi casa y me río cuando veo el Porsche sentado en la
acera. Da la casualidad de que es el coche de mis sueños, pero no
se lo diré. Incluso haré todo lo posible para no actuar como una
tonta cuando me siente dentro.
No puedo garantizar que no pediré conducirlo.
"¿Tuviste una crisis de la mediana edad?" Le pregunto mientras
abre la puerta para mí. Se ríe, cierra la puerta y camina hacia el
lado del conductor.
"Sin crisis, simplemente me gusta conducir rápido", dice
mientras se abrocha el cinturón.
"Entonces estás conduciendo el auto correcto", respondo y paso
la mano por el cuero. Es como mantequilla. "Lo admito, es
hermoso".
"Ella es jodidamente increíble", dice con una sonrisa y se aleja
de la acera. Le doy la dirección de la casa del tío Patrick y sonrío
durante todo el camino.
Kristen Proby. 45
Sí, conduce demasiado rápido, pero es emocionante. Nunca

tendría las agallas para hacerlo.
"Aquí estamos", le digo cuando se detiene en el camino de
entrada. Antes de que pueda sugerirle que vaya solo, se
desabrocha el cinturón de seguridad, salta del coche y abre la
puerta. "Esta no es una cita".
"¿Entonces...?"
"Así que no necesitas abrirme las puertas".
"¿Eres una de esas mujeres que se ofende cuando un hombre le
abre una puerta?"
"No, claro que no. Sólo te recuerdo que no estamos saliendo".
"Sienna, soy un caballero, ya sea en una cita o abriendo la puerta
a un extraño en el juzgado. No significa más que eso".
"Bueno, está bien entonces." Me aliso la chaqueta y camino
delante de él, subo los escalones hasta la puerta principal del tío
Patrick. Responde y nos sonríe, sorprendido de ver a Quinn.
Hago las presentaciones y el tío Patrick le pasa la caja con el
papeleo a Quinn.
"Aquí tienes. Espero que encuentren lo que buscan".
"Yo también", respondo.
"Sólo llama si necesitas algo".
Cierra la puerta, no nos invita a entrar, lo que parece un poco
fuera de lugar, pero lo ignoro. Quinn es un extraño y tenemos
trabajo que hacer.
Una vez dentro del sexy auto de Quinn, no tenemos que ir muy
lejos para llegar a la casa de mi abuelo.
"Viven todos juntos", dice Quinn cuando se detiene en el camino
de entrada.
"Siempre lo hemos hecho", estoy de acuerdo con un
asentimiento. “Nuestra familia está muy cerca. Me gusta vivir
cerca de ellos, por si me necesitan".
Kristen Proby. 46
"Lo entiendo", dice mientras abro la puerta principal. Me sigue

al interior y deja la caja mientras enciendo las luces y echo un
vistazo a mi alrededor. "También estoy cerca de mi familia".
"Vine anoche para limpiar un poco el ático para que no estemos
sentados en la tierra".
Lo llevo escaleras arriba hasta el segundo piso, luego abro una
puerta que conduce a otra escalera, hasta el ático. Enciendo las
luces y Quinn me sigue escaleras arriba. "Siempre tuve tanto
miedo de venir aquí cuando era una niña", admito con una
sonrisa. “Adelante, deja eso en cualquier lugar. Como puedes ver,
moví las cajas al perímetro de la habitación, para que podamos
sentarnos en el medio y comenzar a examinarlas".
"¿Por qué te asustó aquí arriba?" pregunta y se acerca a mí,
quitando un mechón suelto de mi mejilla.
"Ático espeluznante", respondo encogiéndome de hombros, mi
mejilla vibra por su toque. "Tal vez leí demasiados libros de
terror cuando era niña".
"No creo que haya nada aquí que pueda lastimarte".
“Bueno, podría haber algo en estas cajas que podría hacer algún
daño, pero no hay fantasmas,” respondo y alcanzo una caja,
luego me siento en el piso y abro la tapa. "Aunque, tampoco hay
aire acondicionado aquí".
“Quítate la chaqueta”, dice mientras se quita la suya, la dobla
por la mitad y la coloca sobre una silla vieja. Se afloja la corbata,
se la quita también, se desabotona la camisa y luego se sube las
mangas hasta la mitad de los antebrazos.
"Eso está mejor."
"Estoy bien."
Me aclaro la garganta y miro en la caja. Está llena de papeles
viejos, mOh,osos y amarillentos.
"¿Así que tú y Patrick son amigos?"
Kristen Proby. 47
“Sí, siempre lo ha sido”, respondo, sacando recibos de 1952.

“Vaya, pagaron cinco centavos por una barra de pan. Realmente
necesito concentrarme. No leer todo, a pesar de que es muy
interesante ".
"Si nos vemos atrapados en el precio del pan, nos llevará seis
meses superar esto", coincide Quinn. “Diría que estamos
buscando notas escritas a mano, ya que así es como se escribió el
original. Y podría estar en cualquier lugar, pero me centraré en
los archivos. Si tus abuelos eran abogados, es muy probable que
hayan presentado esto, especialmente dada la gravedad del
asunto".
"Bien pensado. Me concentraré en lo mismo, pero escanearé
rápidamente cada documento para asegurarme de que no sea lo
que necesitamos y de lo contrario no me concentraré en el
contenido". Asiento con decisión y empiezo a cavar. “Entonces,
de todos modos, el tío Patrick y yo siempre hemos sido cercanos.
También es abogado".
Quinn sólo asiente y sigue leyendo los periódicos.
"¿Por qué?"
Su mirada se posa rápidamente en la mía. "¿Por qué Qué?"
"¿Por qué preguntas?"
"Sólo tenía curiosidad".
Él mira hacia abajo de nuevo y frunzo el ceño. En lugar de
interrogarlo, vuelvo a hurgar en la caja y me muevo en el suelo.
Tengo calor, me siento incómoda y deseo ropa más fresca.
"Quítate la chaqueta", repite Quinn, sin levantar la vista del
periódico que está leyendo. "Te sentirás mejor."
Suspiro, me encojo de hombros y lucho para salir de la chaqueta,
luego pateo mis zapatos de dos pulgadas por si acaso y muevo los
dedos de los pies.
Está bien, tenía razón. Me siento mejor
"¿Ves?"
Kristen Proby. 48
"Traeré un ventilador mañana".

"¿Alguien vive aquí?" él pregunta.
"No."
"¿Por qué no llevo las cajas abajo, unas pocas a la vez, y nosotros
podemos trabajar en la mesa donde es más fresco y cómodo".
"Son pesadas".
Sus ojos marrones permanecen en los míos, sin parpadear, y no
puedo evitar reír.
“Está bien, musculoso, si quieres llevar las pesadas cajas, ¿quién
soy yo para detenerte? Será más cómodo y estaré más cerca de la
cafetera y el frigorífico cuando esté aquí sola y necesite
combustible".
"¿Estarás aquí sola?"
Está frunciendo el ceño.
"Por supuesto. Trabajarás durante el día los fines de semana y
todavía tengo que encontrar mi prueba. No es la gran cosa. He
estado sola en casa antes. Ya sabes, porque soy adulta".
Él pone los ojos en blanco y cierra la tapa de su caja terminada,
luego la mueve al otro lado de la habitación debajo de un papel
que pegué en la pared que dice TERMINADO.
Saca su teléfono de su bolsillo. "Necesito hacer una llamada
rápida".
"Por supuesto."
También puse la tapa en mi caja, un poco decepcionada de no
encontrar lo que necesitaba de inmediato, y busqué otra caja.
"Hola mamá. Sólo quería registrarme. No creo que vaya a
terminar esta noche". Hace una pausa, escucha, con una sonrisa
flotando en sus labios. "Sí, estás de vacaciones de Quinn esta
noche. Eres graciosa. ¿Te sientes bien? Bueno. Te hablaré
mañana. Buenas noches."
"Si necesitas ir a casa de tu mamá, no tienes que quedarte"
"No lo hago", responde, guardando el teléfono en el bolsillo.
Kristen Proby. 49
"¿Eres un niño de mamá?" Mi voz es burlona, juguetona. Quinn

se ríe, niega con la cabeza y toma mi caja terminada para unirse a
la suya.
"No. Sin embargo, amo a mi mamá y mi familia diría que soy
sobreprotector. Mi hermana y mi papá murieron el mismo año
hace unos cinco años, y desde entonces sigo de cerca a mamá".
"Lo siento", murmuro, viendo su mandíbula apretarse mientras
alcanza otra caja.
“Entonces entiendo estar cerca de tu familia. Disfruto estar cerca
de la mía".
"¿Vives cerca de ellos?"
“De Finn, sí. Es mi hermano mayor, y él y yo tenemos
condominios en Manhattan, no lejos de la oficina".
El sudor estalla en mi labio superior. Los condominios en
Manhattan no son baratos.
"Mamá y Carter viven en Queens".
"¿Quién es Carter?"
“Es mi cuñado. Estaba casado con mi hermana y es el tercer
socio de nuestra firma".
"¿Algún otro hermano?" Pregunto.
"Nop, somos sólo nosotros tres. Carter y Darcy tienen una hija,
Gabby, que tiene doce años y es complicada".
"Doce es el nuevo veinticinco", estoy de acuerdo con una
sonrisa. "Es genial que trabajes con tus hermanos".
“Confiamos el uno en el otro y nos llevamos bien, así que nos
funciona. A veces nos ponemos de los nervios unos a otros, pero
eso es familia para ti".
"Absolutamente."
"¿Tú qué tal?"
"Tengo una hermana."
Kristen Proby. 50
"No, quiero decir, cuéntame por qué eres un abogado de la

ciudad y no trabajas con una firma privada. Tienes que saber que
podrías estar ganando mucho más dinero".
"Lo sé, pero no es por eso que hago esto, ¿sabes?"
Él simplemente niega con la cabeza y yo me encojo de hombros.
“No soy un mártir. Por supuesto que trabajo por dinero. Si no
necesitaba dinero, me retiraría y me iría a vivir a una playa en
algún lugar. Pero tampoco quiero estar casada con el trabajo.
“Me admitiste que trabajas los siete días de la semana. No quiero
eso, Quinn. Trabajo de lunes a viernes, de ocho a cinco. Hay
algunos días aquí y allá en los que me quedo un poco tarde, si me
estoy preparando para la corte, pero en su mayor parte, son
cuarenta horas a la semana. No tengo que contar las horas
facturables, contabilizando cada quince minutos de mi día. Tengo
un salario decente. Y a cambio, puedo tener una vida. Pinto,
cocino, puedo estar con mi familia. Sinceramente, no sé cómo ni
por qué quieres trabajar tan duro".
"Es la emoción", admite. “Me encanta una sala de audiencias.
Siempre seré un litigante porque me hace latir el corazón”.
"Entonces ambos estamos haciendo lo que queremos hacer",
respondo con una sonrisa.
"No soy un adicto al trabajo, y estoy de acuerdo con eso. No
significa que mi ética de trabajo no sea estelar. Me esfuerzo el
culo. Pero me gusta tener una vida fuera de eso. Lo necesito."
“Puedo ver eso en tu obra de arte. Eres increíblemente
talentosa".
"Gracias."
"¿Ha vendido alguna vez?"
"Sí."
Esto parece sorprenderlo, y sonrío mientras pongo la tapa en otra
caja que no me dio ninguna respuesta.
Kristen Proby. 51
“Incluso he tenido exposiciones en algunas galerías pequeñas.

No puedo quedarme con todo, y mi familia tiene un espacio
limitado en la pared".
"Buen punto", dice, empujando nuestras dos cajas en la pila
terminada. "Me gustaría comprar ese cuadro de playa, si está a la
venta".
"No lo está." De hecho, eso es mentira. Está totalmente a la
venta, pero no me siento bien al vendérselo. "Pero me gustaría
dártelo".
"Estoy feliz de pagar por ello".
"Y estoy feliz de dártelo", repito, levantándome y cepillando mi
falda antes de deslizar mis pies en mis zapatos. "Y si no te
importa, creo que he terminado por esta noche".
"Eso está bien para mí. Te llevaré a casa."
Quinn lleva media docena de cajas al comedor mientras yo apago
las luces y él espera mientras cierro la casa con llave, luego nos
dirigimos hacia mi casa. Mi teléfono suena en mi regazo.
"Uf, es Lou". Rechazo la llamada y dejo mi teléfono en mi bolso.
"¿No te agrada?"
"Es ella", respondo con una sonrisa. "Louise es mi hermana y la
amo, pero estoy enojada con ella en este momento".
Explico sólo la superficie de nuestra lucha, sin profundizar
demasiado en los problemas financieros de Louise.
"Entonces tú sabes. Drama familiar ".
"Sé sobre el drama familiar", responde con una sonrisa. "Lo
resolverás".
Se detiene en mi camino de entrada y me sigue hasta la puerta.
"Te traeré la pintura".
"Sienna, déjame pagar por ella. De verdad. No quiero que sea un
conflicto de intereses".
Abro la puerta, entramos y me vuelvo hacia él. “Vi la forma en
que lo mirabas. Te conmovió y no necesito saber las razones.
Kristen Proby. 52
Como artista, ver esa expresión en el rostro de alguien cuando

mira mi trabajo, bueno, me hace feliz. Tendrá una buena casa y
eso no es un conflicto de intereses. Es ser un buen ser humano,
entregar mi arte a otro ser humano que lo aprecia". Se acerca y
me pasa el pulgar por la mejilla, y ni siquiera voy a empezar a
enumerar todas las formas en las que me siento como si esto
fuera un conflicto de intereses con la forma en que mi libido se
acelera cada vez que estoy con él.
"Tenías algo de polvo aquí".
"Ático polvoriento", susurro, luego me alejo. "Vuelvo
enseguida".
Me quito los zapatos y camino de regreso a mi estudio y
rápidamente envuelvo la pintura en plástico para que sobreviva al
viaje a casa, luego regreso con él.
"Gracias", dice mientras me lo quita. "Sé exactamente dónde lo
colgaré".
"De nada."
Toma mi mejilla ahora, y estoy segura de que me va a besar. Esto
no es profesional y debería retroceder. Pero no puedo.
Y no me besa.
Al menos, no en los labios.
Presiona esos labios sensuales contra mi frente, toma una
respiración profunda, y luego se va y me quedo con una lujuria
furiosa
Kristen Proby. 53
Capítulo cinco
~ Quinn ~
“Eso fue lo mejor”, dice Gabby el sábado por la tarde cuando

salimos de la primera sesión de la última película de Pixar. Estuve
en la oficina a las seis de la mañana para hacer un poco de trabajo
antes de recoger a mi sobrina para nuestra cita. "Fue divertido."
"A mí también me gustó", respondo y beso su oscura cabeza.
"Deberíamos salir a almorzar ahora", dice con una sonrisa, y la
jalo contra mi costado para un abrazo. "Estoy hambriento."
"Acabas de devorar una palomita de maíz grande, te tomaste un
refresco y te comiste una caja de M & M's de maní solo".
"¿Así que...?" Me mira con las pestañas, haciéndome reír.
“Por mucho que me encantaría, No puedo. Tengo que ir a
trabajar. Pero podemos recoger lo que quieras de camino a su
casa".
"Está bien", dice encogiéndose de hombros. "Quiero pastrami".
Nuestra tienda de sándwiches favorita no está lejos, y en poco
tiempo estamos cargados de sándwiches para Gabby y Carter, y
más para Sienna y para mí.
Kristen Proby. 54
"Gracias por hoy, tío Quinn", dice Gabby mientras salimos del
coche y la acompaño a la puerta con su comida.
"Cuando quieras, ranúnculo", respondo mientras Carter abre la
puerta. "Trajimos comida".
"Gracias, pasa. ¿Te divertiste, Gabs?"
"Sí", dice ella. "Pero el tío Quinn no puede quedarse".
Los ojos de Carter se encuentran con los míos mientras le
entrego la bolsa marrón llena de almuerzo.
"Tengo que ir a trabajar", digo. “Ella fue genial. Pasamos un
buen rato."
"Bien. Gracias por llevarla".
“Siempre es un placer. Te veo el lunes."
Me apresuro a volver a mi coche, ansioso por ver a Sienna hoy.
No pude terminar ayer porque el trabajo tomó más tiempo de lo
que esperaba, y quería limpiar mi calendario para esta tarde para
poder pasar tiempo con Gabby e ir a ayudar a Sienna.
Sin mencionar que también quería mañana libre de la oficina.
Necesito algo de tiempo en la pista y voy a convencer a Sienna de
que vaya conmigo.
No sé cómo, pero lo averiguaré.
El tráfico no es demasiado horrible para un sábado por la tarde, y
en poco tiempo estoy en el Bronx, conduciendo hacia la antigua
casa de Louis Hendricks. Sienna ya está allí.
Me detengo detrás de su Ford plateado, cierro el coche con llave y
toco el timbre.
Sienna abre la puerta y siento como si de repente mi lengua
estuviera pegada de forma permanente al paladar.
Santo Dios todopoderoso.
Hoy no lleva traje y tacones sensatos.
Ni siquiera cerca.
Su cabello, generalmente hacia atrás en un elegante Giro francés,
se levanta en un moño desordenado con zarcillos que caen
Kristen Proby. 55
alrededor de su cara y cuello. Lleva una camiseta sin mangas

negra y pantalones cortos.
Sus largas piernas están desnudas, al igual que sus pies.
¿Pero el truco? No tiene ni una pizca de maquillaje y está usando
anteojos con montura negra, y me enciende instantáneamente.
Trago saliva mientras ella se aleja de la puerta, ya hablando, pero
no he escuchado una palabra de lo que ha dicho porque… mierda.
Sabía que me atraía. quiero decir, mírala. Ella es hermosa e
inteligente. Sus trajes ajustados me divierten, y puede que sea la
única mujer del planeta que pueda quitárselos.
¿Pero ahora? Ahora está vestida así y sé sin la menor duda que
nunca podré apartar mis manos de ella. Tengo dos opciones.
Puedo irme ahora, sin daño ni falta, y ambos llevamos a cabo
nuestras propias investigaciones.
O puedo quedarme con el entendimiento de que esto no seguirá
siendo estrictamente profesional por mucho tiempo. Al menos,
no para mí.
Si dice que no, bueno, dice que no.
Pero maldita sea, espero que no diga que no.
"¿Quinn?"
"¿Mmm?"
Ella frunce el ceño. "¿No vas a entrar?"
Jesús, todavía estoy de pie en la puerta, mirándola como un
adolescente estúpido que acaba de tener su primera erección.
"Cierto." Entro y cierro la puerta, luego me doy la vuelta para
encontrarme con sus ojos recorriendo mi cuerpo. No puedo evitar
sonreír.
Ella se aclara la garganta. "No estoy, eh, no estoy acostumbrada
a verte con ropa de civil".
"Tú también", murmuro, caminando hacia el otro lado de la
mesa y contemplando la escena frente a mí. “Traje el almuerzo.
¿Cómo estás?"
Kristen Proby. 56
"Primero que nada, ¿cómo supiste que estos son mis sándwiches
favoritos?"
"Psíquico", respondo con una sonrisa de satisfacción. Ella
simplemente pone los ojos en blanco. Ella no está impresionada
por mis encantos habituales, y me condenaré si eso no es tan
sexy como los lentes que tiene colocados sobre su adorable
naricita.
“En segundo lugar”, continúa, “¿por qué mi bisabuelo guardó
tres años de periódicos? Y por el amor de Dios, ¿por qué todos los
demás se aferraron a ellos después de él? Tuve que abrir todos y
cada uno, sólo para asegurarme de que no hubiera nada
importante dentro".
“Quizás los estaba guardando para un proyecto. ¿O para hacer
fogatas? ¿Ponerlos en el suelo cuando estaba pintando?"
Apoya la mano en la cadera e inclina la cabeza hacia un lado. Un
mechón de cabello le cae sobre la cara y se lo quita de encima.
Me siento antes de que pueda ver el bulto en mis shorts cargo.
"¿Estuviste en la oficina esta mañana?" pregunta mientras abro
una caja para empezar a revisar papeles.
"Por un tiempo, y luego tuve una cita para una película".
Ella se queda quieta y miro hacia arriba para ver sus mejillas
sonrojarse. Ella se pone rígida y levanta la barbilla.
Dios, ella es hermosa.
"No tenías que acortar una cita para venir aquí, Quinn. Soy
perfectamente capaz de..."
"Con mi sobrina".
Sus hombros se hunden, pero mantiene esa cara de póquer en su
lugar. No puedo evitar estirarme para pasar mis dedos por su
muñeca.
“Quería venir aquí hoy. Siento no haber podido venir anoche.
Estaba limpiando mi agenda para esta tarde y mañana".
"¿Oh,? ¿Tienes planes para mañana?"
Kristen Proby. 57
"Me voy a la pista de carreras", respondo y veo cómo sus ojos se

abren. Se muerde el labio, luego mete la mano en su caja para
sacar más papel.
"Eso será divertido".
"Deberías ir conmigo".
Ella frunce el ceño y me mira. "¿Por qué demonios haría eso?"
"Porque es divertido."
Ella ríe. “Conducir rápido en círculo no es divertido. Además, me
mareo en el coche".
"Mierda."
Deja el periódico e inclina la cabeza, volviendo a quitarse ese
mechón de pelo de la cara.
“No, realmente me mareo. No soy una buena pasajera".
"Conducirás tu propio coche".
"Tengo que trabajar, Quinn".
"Será sólo la mitad del día. Saldremos de allí al mediodía y
volveremos aquí revisando los recibos de 1944 para las dos".
Sus labios se mueven y sé que quiere decir que sí. Me acerco y
coloco ese mechón de cabello sedoso detrás de su oreja.
"Di que sí."
"No debería".
Sonrío, sabiendo que he ganado esta pelea.
"Está bien, bien, iré contigo. Pero tenemos que volver aquí para
trabajar después. Ese es el trato."
"Puedo vivir con ello."
Me mira con los ojos entrecerrados y luego vuelve a mirar los
papeles. De repente, lo deja todo y se pone de pie, mirando la hoja
en su mano.
"Quinn, he encontrado algo".
"Excelente."
Kristen Proby. 58
Me apresuro alrededor de la mesa para leer por encima de su

hombro, e inmediatamente me llamo tonto. Huele demasiado
jodidamente bien para estar tan cerca de ella.
"Mira." Ella lo sostiene para que pueda leerlo.
1 de junio de 1914 Este es un recibo que muestra que Lawrence
Hendricks ha devuelto $5,000.00 de los $20,000.00 adeudados a
Reginald House.
Casa Reginald
Lawrence Hendricks
"Está escrito a mano de nuevo", dice.
"Supongo que acabamos de demostrar que la carta en poder de
mi cliente es auténtica".
Ella toma una respiración profunda y se frota los labios, luego
asiente dos veces.
"Estoy de acuerdo. Pero esto también prueba que mi bisabuelo
estaba devolviéndolo. Tiene que haber más recibos escritos".
Lo más probable es que tenga razón. Sienna saca una carpeta de
su maletín y coloca el recibo dentro, luego desliza la carpeta
donde la encontró.
"Choca esos cinco", dice, levantando su mano hacia la mía.
Felizmente obedezco, luego llevo su mano a mis labios para
poder besar sus nudillos y reír cuando ella levanta las cejas, sus
ojos azul hielo se enfrían aún más.
"Felicitaciones, consejero".
"Gracias." Su voz es firme, pero la veo tragar saliva. "¿Besas las
manos de todos tus compañeros?"
"No." La dejo ir cuando se aleja. "No, parece que es sólo una
pelirroja sexy en la que no puedo dejar de pensar. Pero si te hace
sentir incómoda, no lo volveré a hacer".
"Te avisaré cuando me sienta incómoda", dice con recato y
reanuda la excavación. En lugar de sentarme frente a ella, tomo
Kristen Proby. 59
un asiento junto a ella y pasamos la siguiente hora peinando sin

encontrar nada más significativo.
"Es tan extraño que nadie haya archivado todas esas cosas
juntas", murmura. “Quiero decir, mi familia no es conocida por
estar desorganizada. Excepto Lou, ella es tan desorganizada
como parece".
"Suena como lo opuesto a ti".
"Oh, lo es", asiente con una sonrisa. "Nos volvemos locas la una
a la otra, pero también somos mejores amigas".
"¿Has hablado desde tu pelea?" Pregunto.
"No". Termina su sándwich y lleva su envoltorio a la cocina para
tirarlo, luego saca dos botellas de agua de la nevera y me trae una.
"Hablaré con ella. No nos quedamos enojadas por mucho
tiempo".
Vuelve a sentarse y suspira cuando descubre el siguiente papel.
"Oh, abuelo". Es un susurro.
"¿Qué es?"
"Este es el certificado de matrimonio de mis abuelos", dice,
pasando la punta de los dedos sobre sus nombres. “Sabía que me
encontraría con cosas como esta; Simplemente no esperaba que
me golpeara en el corazón. Estuvieron casados por más de
cincuenta años cuando ella falleció".
"Eso es un largo tiempo."
“Y se adoraban el uno al otro. Murió menos de un año después de
ella, y estoy bastante segura de que no tenía la capacidad de vivir
sin ella".
Se seca una lágrima de la mejilla y guarda la licencia de
matrimonio en su carpeta, dejándola a un lado en un montón que
ha empezado para documentos importantes.
"Lo siento, Sienna", digo y cubrir su mano con la mía.
"Grief es una perra astuta", murmura, y la tomo en mis brazos,
abrazándola con fuerza.
Kristen Proby. 60
"No te equivocas en eso". Beso su frente y respiro, justo cuando

ella se aparta y limpia la última lágrima de su mejilla.
"Lo siento por eso. No fue exactamente profesional".
"Tampoco los pantalones cortos y los pies descalzos, pero eso no
nos detiene".
Ella lanza su mirada hacia la mía con sorpresa, luego se disuelve
en risa. "No estoy en la oficina, y no sabía con certeza si
aparecerías. Quería estar cómoda".
"No me estoy quejando." Vuelvo a meter ese cabello suelto
detrás de la oreja. "Y cuando digo que voy a venir, voy a venir.
Anoche no estaba planeado".
"Al menos me enviaste un mensaje de texto para decirme que no
podrías asistir", dice encogiéndose de hombros. "No me importó
comerme tus tacos".
"Espera. ¿Tenías tacos?"
“Sí, los hice y todo. Los traje aquí. Estaban deliciosos."
"Lo siento, Sienna."
"Como dije, no es una dificultad comer tu parte."
"¿Podemos comer tacos mañana?"
Ella sonríe. "Si me ganas en la pista, te haré tacos".
"Tacos, entonces".
"Pero si te gano..."
Me burlo y ella arquea una ceja.
"Si te gano, tenemos pizza".
"No me vas a vencer, cariño".
"No apuestes tu práctica de la ley en eso".
"Has corrido antes", digo por undécima vez a la tarde siguiente

mientras le doy un bocado a mi pizza de pepperoni.
"No." Ella sonríe con aire de suficiencia y le da un mordisco a su
propia rebanada. “Nunca he conducido tan rápido.
Honestamente, no pensé que lo tuviera en mí".
Kristen Proby. 61
"Bueno, claramente lo haces". Mi voz es seca y no puedo apartar

los ojos de ella. Ese moño desordenado está de vuelta hoy, una
camiseta roja y jeans cortos. Estamos sentados en la mesa de su
abuelo, con la pizza en el medio, y todavía estoy lleno de
adrenalina.
Quiero tirar de ella en mi regazo y follarla hasta que los dos
estemos ciegos.
En cambio, tomo otro bocado de pizza.
"Creo que esta es la primera y última carrera para mí", admite.
"Fue estimulante, y entiendo por qué te encanta, pero no soy una
buscadora de emociones, Quinn".
"Estuviste excelente. ¿Por qué no querrías hacerlo de nuevo? "
“Como dije, no soy una buscadora de emociones fuertes. No soy
adicta a la adrenalina. Estaba cagada de miedo".
“Pero seguías conduciendo como profesional y me ganaste. Eso
no sucede todos los días".
"Sí, bueno, soy un poco competitiva. Y tenía muchas ganas de
pizza".
Yo la miro. "¿Todo esto fue por una pizza?"
Ella se ríe. Y derechos de fanfarronear. Te superé hoy, y nadie me
podrá quitar eso. Además, conduje un Porsche y ese es el auto de
mis sueños".
Sus ojos se abren y se mete más pizza en la boca, como si no
quisiera decir eso.
"¿Lo es?" Ella simplemente se encoge de hombros.
"¿Por qué no dijiste nada cuando viajabas en mi auto?"
Ella vuelve a encoger ese hombro, masticando. "Es una
tontería".
"No, no lo es". Tomo nota mentalmente de dejarla conducir mi
coche. "Eres buena conductora".
"Soy una excelente conductora", dice con una sonrisa de
felicidad. “Y estoy de acuerdo con conducir al límite de velocidad
Kristen Proby. 62
y mantenerme a salvo. En realidad. Yo soy la responsable,

¿recuerdas?"
Mi teléfono suena con un mensaje de texto.
"Esta es London", murmuro.
¡Oye! Tus boletos están listos para el viernes por la noche. Tengo dos
para ti, ¡así que trae una cita!
"¿Quién está en London?" ella pregunta, lamiendo la salsa de su
dedo y enviando mi ya acelerada libido a toda marcha.
"Nadie, London es el nombre de la futura prometida de Finn. Va
a proponerle matrimonio el próximo fin de semana".
"Eso es dulce."
Puede que hayas oído hablar de ella. London Watson?
"¿La actriz?"
"Esa es ella." Asiento y guardo mi teléfono. "Ella está
respaldando un nuevo programa que se estrena el viernes por la
noche, y sólo me estaba haciendo saber que mis asientos están
reservados".
Mis ojos se entrecierran, se está formando una idea.
"Sienna, ¿qué vas a hacer el viernes por la noche?"
"Trabajar." Se mete lo último de su corteza en la boca y lleva su
plato de papel a la papelera de reciclaje, luego se lava las manos.
"Ven conmigo, al espectáculo".
Ella niega con la cabeza. "¿Por qué yo? ¿No tienes un harén de
mujeres esperando a que llames? "
Mis labios se contraen. "No. Además, eres la única mujer con la
que he pasado un tiempo significativo y me gustaría llevarte".
"No puedo seguir tomándome tiempo para este caso", comienza
y camina alrededor de la mesa, alejándose de mí. "Fuimos a
correr hoy, y fue divertido, pero tú mismo dijiste que estos
treinta días irán más rápido de lo que pensamos, y necesito
concentrarme".
Kristen Proby. 63
"Tomar una noche para ir a un espectáculo de Broadway no va a

acabar con este caso", respondo. Míranos. Extiendo los brazos,
señalando las pilas de cajas y archivos.
"Fueron enterrados. Apenas puedo ver la parte superior de tu
cabeza la mitad del tiempo. Sienna, para el viernes por la noche,
necesitaremos un poco de aire fresco y un poco de tiempo de
inactividad lejos de la matriz de papel".
Ella sonríe y puedo decir que lo está considerando. Entonces, la
sonrisa se va y ella me mira con ojos azules serios.
"¿Qué estamos haciendo aquí, Quinn?"
"Discutiendo", respondo, haciéndola reír y negar con la cabeza.
"No. Se supone que debemos mantener a esto profesional.
Tenemos un trabajo que hacer, y eso es todo. No quiero poner en
peligro este caso, es demasiado importante".
"Eso no es lo que estamos haciendo". Me paro y camino
alrededor de la mesa hacia ella, tomo sus manos en las mías y las
apoyo contra mi pecho. “El caso avanza y es seguro. Ambos
tenemos en mente el mejor interés del caso. Pero Sienna, ¿puedes
decir honestamente que no sientes nada cuando estamos
juntos?"
Sus ojos están en mis labios. Su boca se abre, luego se cierra,
como si no pudiera conseguir que se formen las palabras en su
cerebro.
"Lo siento", susurra finalmente. "Y estoy luchando".
"¿Por qué?"
"Porque no es una buena idea". Ella se lame los labios. "Porque
eres abogado contrario, y no seré la última mujer con la que
juegues. No nos habíamos conocido antes, pero eso no significa
que tu reputación no te precediera".
"Los rumores no son verdad".
"¿Estás negando que eres un jugador?"
Kristen Proby. 64
Soy muchas cosas, pero no soy un mentiroso. "He disfrutado de

las mujeres. Yo admito eso. Pero..."
"Si dices que soy diferente al resto, te daré un rodillazo en las
pelotas".
"No creo que pueda ganar en esta situación".
"Dime esto: ¿todavía me pedirías que fuera al programa contigo
si la química no estuviera aquí?"
"Por supuesto que no, y eso no es porque sea un idiota. Lo que
puedo ser. No me disculparé por sentirme atraído por ti, Sienna, y
no daré excusas por las que quiero verte. ¿Quiero desnudarte?
Más de lo que quiero respirar".
Ella jadea, pero sigo hablando.
“Más que eso, y sí, es nuevo para mí, quiero estar contigo. Me
haces reír y eres muy inteligente. Me atrae mucho eso. Y me
gustaría tu compañía el viernes por la noche".
Se muerde el labio y aparta la mirada, y no puedo soportarlo más.
Ahueco su rostro y bajo mis labios hacia los suyos, necesitando
saborearla.
Está picante por la pizza y por su propio descaro. Sus manos en
puños en mi camisa a mis costados, y la devoro, memorizando
cada centímetro, cada suspiro.
Aparto la boca y apoyo la frente contra la de ella.
"Ese no era sólo yo".
"No", ella acepta.
"Ven conmigo el viernes".
Respira hondo y, justo cuando creo que me va a rechazar, dice:
"Está bien".
"Eres un maldito desafío".
Una lenta sonrisa se desliza por su rostro.
"Maldita sea, lo estoy".
Kristen Proby. 65
Capítulo seis
~ Sienna ~
Chica, oficialmente he perdido la maldita cabeza.

Estoy en un semáforo camino a casa desde la casa del abuelo,
mirándome en el espejo retrovisor.
Me veo igual, pero no me siento igual en absoluto.
Dejé que Quinn Cavanaugh me besara. Y si soy honesta, no sólo
lo dejé, participé con el mismo entusiasmo. Porque no besa bien.
No, es un besador excepcional. El tipo de besador que debería
venir con una maldita etiqueta de advertencia. Podría ganar los
Juegos Olímpicos de besos.
Y ahora mis labios están arruinados por toda la humanidad.
"Estás muy por encima de tu cabeza", me regaño en el espejo
antes de que la luz se ponga verde y sigo mi camino.
Tuve uno de los mejores días que puedo recordar en mucho
tiempo. Como le dije a Quinn, no soy una buscadora de emociones
fuertes, pero conducir ese auto hoy fue increíble. Peligroso.
Tan fuera de lugar para mí.
Kristen Proby. 66
¿Y cuando terminamos, y él corrió hacia mí, me impulsó en el

aire y me hizo girar de emoción?
Bueno, esa podría haber sido la mejor parte de todo. Ver el
orgullo en sus ojos marrones y esa gran sonrisa en su hermoso
rostro.
Ni siquiera me dio un loco sentimiento de culpa por ganar, lo que
me sorprendió muchísimo. Los hombres con los que he estado,
que han sido pocos y distantes entre sí, no fueron buenos
perdedores. Sus egos eran ridículamente pequeños, junto con
otras partes del cuerpo en las que no quiero pensar.
Hoy no me hacía ilusiones de grandeza; Sabía que Quinn ganaría
esa carrera. Me dijo que ha conducido por esa pista desde que era
un niño y su padre lo puso en la escuela de manejo allí cuando
Quinn mostró una tendencia a conducir demasiado rápido, y su
padre quería que él tuviera las herramientas para estar seguro.
Sin embargo, puedo ser una chica de seguridad, pero también
soy competitiva, y cuando me puse al volante, es como si de
repente me convirtiera en otra persona.
Gané por menos de un auto.
Y aunque se burló un poco de mí y estaba realmente
desconcertado de que ganara, también se mostró amable y
emocionado por mí.
Y entonces me besó.
"Tonta", murmuro mientras doblo mi cuadra. “No sólo lo
besaste, accediste a salir con él. Sabes actuar mejor que eso".
Antes de que pueda continuar dándome un sermón severo, veo a
Louise sentada en mi porche delantero, bajo el resplandor de la
luz de mi porche.
Salgo del coche y camino por la acera, y Lou se pone de pie,
uniendo y desenlazando sus dedos nerviosamente.
"Tienes una llave", le recuerdo sin decir hola. "No tenías que
sentarte aquí en la oscuridad".
Kristen Proby. 67
"No puedo entrar cuando estás enojada", dice y se muerde el

labio. "Y realmente espero que ya no estés enojada porque no
quiero pelear".
"Bien porque te necesito".
"¿Lo haces?"
Abro la puerta y ella me sigue adentro. Dejo mi maletín junto a la
puerta, mis llaves en su cuenco, y luego camino a la cocina por
una botella de vino.
Necesito un vaso.
O cuatro.
"¿Vino?"
"Sí, por favor." Su voz está llena de gratitud y alivio. "Y déjame
decirte ahora mismo que lamento lo del otro día. Tienes razón y
no quería escucharlo. Recuperé todo".
"Lou ..."
"Fue lo correcto", dice, levantando las manos. “Lo triste, pero lo
correcto. Últimamente me ha enfadado lo del abuelo y todo lo
demás. Ir de compras ayuda. Pero no quiero malgastar su dinero y
no quiero pelear contigo".
"Estoy orgullosa de ti." Le paso un vaso de tinto y envuelvo mi
brazo alrededor de sus hombros, luego beso su mejilla. "Tienes
razón, hiciste lo correcto".
“Sí, pero deberías haber visto ese bolso de Chanel, Si. Fue para
morirse".
“Y aún puedes comprarlo, después de que hayas resuelto el resto
de tus finanzas y estés lista, derrocha en la bolsa. Será un regalo
para ti misma".
“Me gusta eso”, dice y toma un sorbo de vino. “Está bien,
suficiente sobre mí. ¿Qué está pasando contigo? ¿Para qué me
necesitas?"
"Irónicamente, necesito que vayas de compras conmigo esta
semana".
Kristen Proby. 68
Sus ojos marrones se abren con anticipación y entusiasmo. "No

me esperaba eso, pero estoy totalmente de acuerdo. ¿Qué
estamos comprando?"
Le hablo de la invitación de Quinn al estreno de la obra.
"No tengo nada que ponerme".
"No, no es así". La miro con los ojos entrecerrados y ella se ríe.
"He revisado tu armario y no tienes nada apropiado para una
apertura. Pero me complace ayudarte a comprar. ¿Cuándo
deberíamos irnos?"
"Tendré que revisar mi horario, pero tenemos que irnos pronto
en caso de que necesite cambios".
“Esto será divertido”, dice y vuelve a tomar un sorbo de vino.
"Quinn es sexy, pero ¿es agradable?"
"Hasta ahora, sí".
"Cásate con él, porque sexy y agradable es difícil de encontrar".
Bueno, tan pronto como sea posible, no ocurrió. Es miércoles

por la noche y Lou y yo finalmente estamos comprando mi
vestido. Estuve demasiado ocupada los últimos días, pero Quinn
tuvo que cancelar esta noche, así que llamé a Lou y aquí estamos
en Macy's, en un mar de paraíso para las ventas.
"¿Qué hay de esto?" Sostengo un sencillo vestido negro y Lou
arruga la nariz.
"No me di cuenta de que íbamos a buscar a la abuela para esto".
"Este no es un vestido de abuela". Sueno a la defensiva, pero
luego le doy otra mirada al encaje y las mangas abullonadas y lo
cuelgo en el perchero con un suspiro. "Tienes razón, es un
vestido de abuela".
"Esto es hermoso", dice Louise. Ella sostiene un vestido gris con
un sencillo corpiño sin tirantes y una falda con volantes. "Con tu
complexión, lo rockearías".
"Me encanta". Corro hacia ella y ella me lo sostiene.
Kristen Proby. 69
"Es perfecto."
"¿Cuánto cuesta?"
Ambas buscamos una etiqueta y mi corazón se hunde por el
precio.
"No voy a gastar mil doscientos dólares en un vestido".
"Es caro, pero es tan perfecto para ti, Si".
"Seguiré buscando. Tengo un presupuesto de quinientos para
todo el asunto. Vestido, zapatos, cabello y maquillaje".
"¿Estás bromeando no?"
Saco un vestido de trescientos dólares del perchero y lo sostengo.
"No soy tan graciosa. Esto es bonito ".
"Sí, para un guardia de la prisión".
"Louise, no estás ayudando". Pongo los ojos en blanco y dejo el
vestido a un lado, luego sigo adelante.
"Va a haber mucha gente en esto, Sienna, y van a usar cosas
caras. No puedes presentarte con un vestido de trescientos
dólares".
"Bueno, eso es exactamente lo que estoy haciendo, y si a Quinn
no le gusta, no tiene que llevarme. Ahora, ¿me vas a ayudar con
esto o no?
"Por supuesto", dice con un suspiro de decepción. “Aquí hay un
pequeño vestido negro simple. Con los zapatos y el bolso
adecuados, junto con las joyas, podemos trabajar con esto".
"Y son sólo doscientos", digo con entusiasmo. "Me lo probaré.
Espero que encaje porque no tenemos tiempo para
modificaciones".
Veinte minutos después, estoy satisfecha con el ajuste del
vestido. Halaga mis largas piernas y no es muy escotado
alrededor de las chicas. Me sentiré sexy pero no cOh,ibida.
"Es un guardián", digo triunfante. "Y puedo usar mis tacones
negros con él".
Kristen Proby. 70
"No." Louise niega con la cabeza con firmeza. "Absolutamente

no. Esos tacones están bien para el trabajo, y estoy siendo amable
con esa declaración, pero no están bien para este vestido. Quieres
sexy, no matrona".
"Son cómodos, son negros y le irán bien".
"No. No voy a inclinarme por esto, Sienna. Encontraremos algo
en oferta".
Ella me arrastra a la gigante sección de zapatos y encuentra
cinco zapatos que no rompen el banco y son apropiados para la
ocasión.
“Vaya, estos están en oferta por cincuenta dólares”, dice
emocionada. "Pruébalos primero".
Son negros y unos cinco centímetros más altos que los que uso
normalmente. No son muy cómodos, pero por el precio, lo harán.
"Vendido", anuncio. "Esto no estuvo tan mal. Tengo algunas
joyas en casa".
"Y puedo peinarte", dice Lou. "Será como una fiesta de
graduación".
"Dios, espero que no sea como el baile de graduación".
Mi teléfono suena con un mensaje de texto. Miro hacia abajo y
sonrío cuando veo el nombre de Quinn.
Hola Sienna. Necesito un favor. ¿Te importaría venir a la ciudad para
reunirnos en mi oficina mañana por la noche? Sé que no es lo ideal,
pero tengo una reunión tarde y no quiero perder otra noche de
trabajo contigo.
"Oh, Dios mío, no quiere perder una noche contigo", dice Lou y
me sacude el brazo. Deja de leer por encima del hombro".
"No va a pasar", dice riendo mientras escribo mi respuesta.
No es un problema. Llevaré un par de cajas. ¿A qué hora debería estar
allí?
Kristen Proby. 71
Cogemos el vestido y los zapatos y vamos a la caja. Mientras

marca mis compras, Quinn responde.
7:00 sería perfecto. Haré que traigan la cena.
Respondo con Hasta luego y
Pongo mi teléfono en mi bolso, pago mis compras, y Louise y yo
caminamos hacia mi auto.
"Te verás fantástica", dice. Lo que no dice es a pesar de que eras
tacaña y no te gustaba el bonito vestido.
Pero esto es lo que soy, y si a Quinn no le gusta, bueno, no tiene
por qué.
Me detengo en el edificio de la oficina de Quinn la noche

siguiente y no me sorprende escuchar que ya me llamó a través
de seguridad para estacionar en el lote privado, y ha arreglado
que dos tipos bajen y me lleven las cajas.
Lo cual es bueno porque el papel es pesado.
“Tenemos esto, señorita Hendricks. Síganos”, dice uno de los
jóvenes. Ambos llevan traje y parecen lo suficientemente jóvenes
para ser secretarios legales o abogados subalternos.
Recuerdo esos días.
Me acompañan hasta el ascensor y, en lugar de entrar en la sala
de conferencias que vi la última vez que estuve aquí, me llevan en
la dirección opuesta a la oficina de Quinn.
Estoy muy interesada en ver cómo Quinn decoró su oficina.
La puerta está abierta, así que los chicos caminan delante de mí y
colocan las cajas en una mesa al otro lado de la habitación de su
escritorio.
La habitación es enorme. Podrías organizar una fiesta para
sesenta personas en esta sala. El escritorio de Quinn es enorme y
negro, con dos monitores, papeles, bolígrafos y lápices, y
carpetas que cubren la mitad de la superficie. Su silla también es
negra y grande.
Kristen Proby. 72
Parece súper cómoda. La mesa donde están ahora mis cajas es lo

suficientemente grande para seis personas. Las cajas están en un
extremo y parece que los contenedores de comida están en el
otro.
También tiene un gran sofá gris, dos sillas amarillas, todas
situadas frente a una chimenea.
En contraste, mi oficina es del tamaño de un cubículo y tuve que
hurgar en un cuarto de almacenamiento para encontrar una silla
que no fuera de 1955.
"Oye", dice después de que los chicos se van y cierra la puerta
detrás de ellos. "Gracias por venir hasta aquí".
"Realmente no es un problema", respondo con una sonrisa. "Tú
sales por mi camino todos los días, así que es justo que vaya a ti
cuando me necesites".
Sonríe y parece que quiere decir algo, pero alguien llama a la
puerta y entra otro hombre.
Parece que podría ser el gemelo de Quinn.
"Me voy", anuncia, luego se detiene cuando me ve. "No creo que
nos hayamos conocido".
“Finn, esta es Sienna Hendricks. Sienna, este es mi hermano,
Finn".
"Hola", le digo con una sonrisa y estrecho su mano extendida.
"Encantada de conocerte."
“Lo mismo digo”, responde. Jesús, los Cavanaugh tienen genes
excelentes.
"¿Estás nervioso?" Quinn le pregunta a Finn, quien frunce el
ceño y mete las manos en los bolsillos.
"Estoy jodidamente aterrorizado", admite, pero luego se encoge
de hombros. "Es algo nuevo para mí".
"¿Por qué estás aterrorizado?" Pregunto, sin vergüenza de
preguntar. Si no quisieran que yo supiera, no estarían hablando
de eso frente a mí.
Kristen Proby. 73
"Le propongo matrimonio a mi novia este fin de semana.

Después del espectáculo de mañana por la noche, nos dirigimos a
nuestro lugar en la playa".
"Así es, Quinn lo mencionó. ¿Ese es el anillo? Hago un gesto
hacia la caja azul que tiene en la mano y sonríe con orgullo.
"Sí, ¿quieres verlo?"
"Diablos, sí, quiero verlo".
Ambos hombres se ríen entre dientes cuando Finn desenvuelve
la caja y abre la caja negra que está adentro, revelando un
diamante en forma de pera del tamaño del puño de un bebé.
Santa mierda. Esto parece que pertenece a las joyas de la corona.
"¿Bien?" Pregunta Finn. "¿Crees que le gustará?"
"Si no lo hace, no es una mujer", respondo cuando encuentro mi
voz. "Esto es absolutamente impresionante, Finn".
"Te lo dije", dice Quinn y le da una palmada en la espalda a su
hermano. "Ella va a perder su mierda".
Creo que acabo de perder la mierda.
De hecho, sé que lo hice.
Ese anillo le costó a Finn más de lo que gano en un año. He
perdido de vista lo diferentes que somos Quinn y yo mientras él
venía al Bronx para trabajar conmigo. A pesar del Porsche, he
olvidado cuán opuestos somos en el espectro financiero.
Y estoy perfectamente de acuerdo con no ser rica.
Pero Louise tenía razón, yo no encajo. Mi presupuesto de
quinientos dólares para el programa de mañana por la noche es
una broma. Demonios, el traje que lleva puesto ahora tenía que
costar cuatro veces más, y él está en el trabajo.
En cambio, llevo un traje que saqué a la venta por doscientos
dólares.
No digo que sea menos que él. No lo soy.
Pero yo tampoco pertenezco aquí.
Kristen Proby. 74
"Gracias por el refuerzo de la confianza", dice Finn con una

sonrisa. "¿Nos vemos mañana por la noche?"
Asiento, incapaz de admitir que he comenzado a considerar
retirarme de la cita.
Pero Quinn es todo sonrisas mientras acompaña a su hermano
hasta la puerta, confirma que llegaremos temprano para ver a la
familia y luego se vuelve hacia mí cuando estamos solos.
Jesús, tengo que conocer a su familia.
"No voy a ir mañana por la noche", anuncio. Mi voz suena alta
para mis propios oídos, pero trago saliva y levanto la barbilla,
tratando de parecer más segura de lo que soy.
Los ojos de Quinn se entrecierran mientras mete las manos en
los bolsillos y camina lentamente hacia mí.
"¿Qué acaba de pasar aquí?"
"Simplemente no puedo ir. Lamento haberte hecho esto en el
último minuto". Me acerco a las cajas de la mesa y le quito la tapa
a una, sólo para tener algo que hacer con las manos. "Creo que es
mejor si mantenemos esto estrictamente profesional".
"Demasiado tarde", dice simplemente. Me vuelvo sorprendida.
Se ha quitado la chaqueta y se sube las mangas hasta los
antebrazos. "Y tuve un día de mierda, no pude pasar tiempo
contigo anoche, y ahora estás diciendo que no quieres ir al show
de London conmigo. Así que voy a necesitar una explicación ".
"Lo siento, Quinn, solo... Ya sabes… Me muerdo el labio y me
grito silenciosamente para arreglarlo. “Son las cosas normales.
Probablemente necesito lavarme el pelo, y he sentido un dolor de
cabeza desde hace unos días. Sin mencionar que le prometí a mi
hermana que le haría un pastel este fin de semana, así que podría
empezar con eso".
Louise nunca me ha pedido que le hornee un pastel en su vida,
pero él no lo sabe.
"Detente."
Kristen Proby. 75
Dejo los papeles que había recogido en la caja y me giro para

mirarlo. No se ve enojado o levantado molesto.
Parece confundido.
Bueno, únete al club, amigo.
"Sienna, esta no eres tú. ¿Qué está pasando aquí?"
"No pertenezco aquí", solté y luego me odio por eso.
Él frunce el ceño. "Por supuesto que sí. Te pedí que vinieras".
"No. Sí, lo hiciste, pero no es de eso de lo que estoy hablando".
Respiro hondo y lo dejo salir lentamente, luego cuadro los
hombros. "Está bien, iré al grano. No me intimido fácilmente.
Pero estoy intimidada. No profesionalmente, déjeme decirlo
ahora mismo, aunque estoy segura de que cuando diseñaste estas
oficinas fue con la intención de intimidar a cualquiera que viniera
aquí para las reuniones."
"Hiciste un buen trabajo en eso, por cierto."
"Gracias. Pasemos a la parte personal".
"Tú y yo, sólo somos... diferentes."
"¿Entonces? Si fuéramos exactamente iguales, sería aburrido. Y
no eres aburrida, Sienna”.
¿Cómo le digo que no quiero avergonzarlo? ¿O a mí misma? ¿Que
Quinn y su costoso estilo de vida son simplemente abrumadores y
no creo que sea la persona adecuada para involucrarme en eso?
"Estás pensando demasiado en esto", dice y se acerca a mí.
Mierda, si me toca, haré casi cualquier cosa que él quiera que
haga.
Así que retrocedo, y él frunce el ceño ante eso.
"No quiero que te alejes de mí de esa manera. Yo nunca te
lastimaría".
"No te tengo miedo", respondo. No mucho. "Pero si me tocas,
estaré de acuerdo con todo lo que me propongas y he tomado una
decisión".
Kristen Proby. 76
"Porque crees que no perteneces aquí, sea lo que sea que eso
signifique".
Frota su mano sobre su cara con frustración.
"Estamos en diferentes ligas", respondo. "Tú eres cromado,
vidrio y un Porsche, y yo soy una oficina vieja y un Ford".
"A la mierda". Sus ojos están enojados ahora, y se acerca a mí,
sin tocarme, pero lo suficientemente cerca como para poder
olerlo. "No puedes etiquetarme por mi oficina o el auto que
conduzco, Sienna, como tampoco yo puedo etiquetarte a ti por
esas cosas. No vengo de dinero, y me importa un carajo cómo es
tu oficina. Te disfruto. Quiero pasar una noche contigo y con mi
familia. Es así de básico. Si no quieres ir, dilo, pero no inventes
una excusa de mierda sobre pasteles y dolores de cabeza, y nunca
me tires el dinero a la cara. Trabajo muy duro por lo que tengo, al
igual que tú."
Bueno, mierda.
Ahora me siento avergonzada.
Yo debería.
Quinn se aleja de mí y mira la ciudad por la ventana de su oficina.
El sol se pone y los edificios se iluminan.
"Me niego a disculparme por mi éxito", murmura.
Presiono mis dedos en mis ojos, y luego respiro hondo y me
preparo para la disculpa que se merece.
“La cagué.”
“A lo grande”, concuerda.
Me acerco a él y me paro a su lado, cruzo los brazos sobre el
pecho y miro por la ventana.
"Compré un vestido ayer", comienzo.
"¿Para una cita a la que no quieres ir?"
Exhalo y niego con la cabeza. “No, para una cita quiero ir. Pero
no es un vestido caro, Quinn. Porque soy sólo una chica sencilla.
Aunque es bonito".
Kristen Proby. 77
"Me importa una mierda cuánto cuesta tu vestido", dice en voz

baja. "Estarías hermosa en un saco de arpillera".
"Se necesita un tipo especial de chica para quitarse la arpillera",
digo, tratando de aligerar el estado de ánimo. Miro hacia arriba
para encontrar sus labios crispados. "Lo siento por ser tonta".
Sin mirarme, pasa su brazo alrededor de mis hombros y me tira a
su costado.
"No eres tonta".
"Tampoco suelo ser insegura".
"Bien." Presiona sus labios en la parte superior de mi cabeza y
respira profundamente. "Porque no es sexy".
"Bueno, no podemos tener eso, ¿verdad?"
"Vamos, comamos esta comida antes de que esté fría y
empecemos a trabajar. No creo que estés lista para el escenario
alternativo que me pasa por la cabeza".
Trago con sorpresa y él se ríe a mi lado.
"No te preocupes, cariño. Todavía no hemos llegado ".
"Trabajo, entonces."
Kristen Proby. 78
Capítulo siete
~ Sienna ~
"Espero que tengas hambre", dice Quinn mientras conducimos

hacia Manhattan el viernes por la noche. Es temprano, lo que nos
da mucho tiempo para quedarnos a cenar antes de ir al
espectáculo.
"Creo que he demostrado durante la última semana que tengo un
apetito saludable", respondo con una sonrisa. La velada ha
comenzado con buen pie. Se ve increíble con su traje gris oscuro y
su corbata roja, que casualmente combina con mi bolso rojo y
pendientes de rubí.
"Me gusta una chica que no tiene miedo de comer", responde. "Y
este restaurante es delicioso".
"¿Qué tipo de comida es?"
"Italiano."
"Excelente." Me froto las manos con anticipación. Estoy
hambrienta. Y estoy tan feliz de no haberme entregado a mis
Kristen Proby. 79
ridículas inseguridades y haberme engañado a mí misma esta

noche porque ya la estoy pasando muy bien.
Quinn encuentra estacionamiento cerca de la Quinta Avenida, me
abre la puerta y me toma de la mano mientras me conduce por la
acera.
"Vamos a Armani", dice.
"¿Necesitas comprar?"
Él sonríe. "No, tienen un excelente restaurante".
"¿De verdad? No había escuchado de él. Esto será divertido."
En ese momento, mi talón se atasca en una de las rejillas de la
acera, y la siguiente fracción de segundo ocurre en cámara lenta.
Siento que el talón se me sale del zapato y pierdo el equilibrio,
caigo hacia adelante y me rasco la mano.
"Mierda, Sienna, ¿estás bien?"
Humillada pero voy a vivir.
"Estoy bien." Saco mi tacón roto de la rejilla y siento que mi
corazón se hunde. "Supongo que esto es lo que obtengo cuando
compro zapatos baratos ".
"No, esto es lo que obtienes cuando tu cita no te aleja de la
maldita rejilla".
Le sonrío a Quinn mientras me ayuda a ponerme de pie. La gente
pasa apurada, pero no les presto atención.
Estoy demasiado mortificada.
"Puedo arreglar esto", digo. “¿Hay una farmacia CVS cerca
donde pueda conseguir pegamento? ¿Chicle? Demonios,
probablemente podría hacer que una tirita funcione".
"Esto no es bricolaje, Sienna", responde Quinn con el ceño
fruncido. "Te conseguiremos unos zapatos".
Suspiro, mis mejillas calientes y estoy segura de que estoy rojo
brillante. "Hay muchas compras aquí, pero ¿tenemos tiempo?"
“Mucho tiempo”, me asegura. "Y ahí está Bergdorf".
"Soy más una chica de Macy's".
Kristen Proby. 80
"No hay tiempo para eso", responde, ayudándome a cruzar la

calle cojeando con un buen tacón y el otro roto. Estoy caminando
como el jorobado de Notre Dame. "Voy a entrar al baño muy
rápido", digo cuando entramos en la tienda. "Necesito lavarme
las manos".
"Por supuesto. Esperaré por ti aquí."
Asiento con la cabeza, entro al baño y me apoyo en el tocador,
respiro hondo.
"Jesús, ¿no creería que me las arreglaría para caer de bruces en
Manhattan con el hombre más sexy del mundo?"
Niego con la cabeza mientras me lavo las manos adoloridas y me
reviso en todos los demás lugares para asegurarme de que no
estoy sangrando ni magullada, pero parece que son sólo mis
manos, zapatos y orgullo los que están heridos.
"Puedo derrocharme en un par de zapatos", le aseguro a mi
reflejo. “Le dije a Lou el otro día que se comprara el bolso de
Chanel como un regalo para ella, y yo puedo hacer lo mismo con
los zapatos. También los usaré para el trabajo, así que no será un
derroche en vano".
Una vez que me limpio y me he convencido a mí misma de gastar
el dinero en unos zapatos de diseñador, me uno a Quinn, quien
me acompaña por el ascensor hasta el departamento de zapatos.
Siempre me han gustado los zapatos. Y ahora que la idea está en
mi cabeza, estoy un poco emocionada de elegir algo más
hermoso.
Y, seamos realistas, si voy a derrochar, voy a derrochar. Así que
me dirijo directamente a la sección de Louboutin.
"Buen gusto", murmura Quinn con una sonrisa mientras
comienzo a tocar las puntas de hermosos zapatos, en todos los
tamaños de tacones.
Pero luego los veo. Tacones negros en charol con esa exclusiva
suela roja, y sé que estoy perdida.
Kristen Proby. 81
"Probaré estos en un treinta y nueve, por favor", le digo al

vendedor, Roger, que no ha estado muy lejos.
"Por supuesto", dice con una leve reverencia y se apresura a ir al
almacén.
Me quito los zapatos rotos, con la intención de pedirle a Roger
que los tire. Están arruinados.
"Huele bien aquí", digo con una sonrisa y Quinn sonríe.
"¿Eres una chica de zapatos?"
"Por supuesto, soy mujer". Me río y jugueteo con el collar de
rubíes de mi abuela. "Siempre he querido un par de estos, y esta
es una excelente excusa para conseguirlos".
Roger regresa y deslizo mis pies en los tacones, encantada de que
calcen perfectamente. Camino alrededor de los sofás, para
asegurarme de que no se me resbalen, pero no es así.
Se sienten como el cielo.
"Me los llevaré", le informo al feliz Roger y alcanzo mi bolso.
Cuando saco mi tarjeta de crédito, Roger niega con la cabeza.
"No, señorita, esto ya se ha solucionado".
Mi mirada se dirige rápidamente a Quinn, quien se encoge de
hombros, sus ojos muy abiertos e inocentes.
No es tan inocente.
"No lo sé", dice y niega con la cabeza. No voy a discutir aquí,
sería de mala educación. Así que me dejo los zapatos nuevos
puestos, le pido a Roger que arroje los viejos y pronto
caminaremos de regreso hacia Armani, sólo unos minutos tarde
para nuestra reserva.
"No tenías que comprarme zapatos", le digo mientras deslizo mi
mano en la suya.
"No hago mucho en la vida que no quiera hacer, Sienna". Lleva
mi mano a sus labios y besa mi nudillos. “Tus piernas son
jodidamente increíbles con estos tacones. Pero si realmente te
molesta, considéralo un pago por la pintura".
Kristen Proby. 82
"Gracias."
"De nada."
A pesar de la debacle de los zapatos, la cena fue deliciosa e

íntima, y llegamos al programa con mucho tiempo para ver a la
familia de Quinn antes de que comience.
"Hola, querida, soy la madre de Quinn, Maggie".
"Hola, Sra. Cavanaugh".
“Por favor, llámame Maggie”, dice con una sonrisa amistosa.
"Todos lo hacen. Estás simplemente encantadora esta noche ".
"Oh, muchas gracias."
Quinn me presenta a Carter y a su hija, Gabby. Finn se une a
nosotros, sonriendo ampliamente.
"London se unirá a nosotros justo después de que termine de
saludar a todos en el backstage", dice. "Ella está tan
emocionada".
“Como debería ser”, responde Maggie y le da una palmada a su
hijo en el hombro. "Estamos muy orgullosos de ella".
"Me gustan mucho tus zapatos", me dice Gabby con una sonrisa.
Ella es una chica hermosa, con cabello oscuro y ojos azules. Lleva
un bonito vestido rojo y zapatos negros.
"Gracias."
"Le pedí a papá para Navidad, pero me dijo que no".
"Eres demasiado joven para los zapatos de diseñador", dice
Carter y suspira. Pregúntame de nuevo cuando tengas treinta
años.
"Papi." Ella pone los ojos en blanco y luego se ríe. "Todavía le
gusta pensar que soy un bebé".
"Siempre serás mi bebé", dice Carter mientras todos
encontramos nuestros asientos. Tenemos un palco completo para
nosotros, con una excelente vista del escenario.
Kristen Proby. 83
"Gabby, ¿te gustaría ir conmigo a Hawái de nuevo este verano?"

Maggie le pregunta a su nieta, quien inmediatamente sonríe y
aplaude.
"¡Sísss!"
"Maggie, no tienes que…" Carter comienza, pero Maggie niega
con la cabeza.
"Ella es mi única nieta, gracias a que estos idiotas se toman su
tiempo y quiero gastar tanto tiempo a solas con ella".
"Impresionante", dice Gabby. "Quiero bucear de nuevo".
"Mamá, ¿crees que es una buena idea viajar ahora mismo?"
Quinn le pregunta, y ella se vuelve hacia él, mirándolo con furia.
"Quinn, soy una mujer adulta, que puede viajar cuando le
plazca".
"Sí, señora", dice Quinn, pero puedo decir que el tema no ha
terminado.
"Hola a todos." London se une a nosotros, su cara enrojecida por
la emoción. Ella es hermosa con un vestido blanco con diamantes
brillando en sus orejas y su cuello.
No puedo esperar a escuchar cómo va la propuesta.
"London, me gustaría que conocieras a Sienna", dice Quinn, y
London inmediatamente me atrae para un abrazo.
“Bienvenida”, dice con una sonrisa. "Es un placer conocerte".
"Aquí igual. Felicitaciones por esta noche y todo su éxito reciente
".
"Gracias", responde con una gran sonrisa. "Es una gran noche".
"Estamos encantados por ti, London", dice Carter, y las luces
parpadean, lo que indica que es hora de que comience el
espectáculo.
Todos se sientan, todo el auditorio es un zumbido de emoción
por el espectáculo. Ya ha sido aclamado por la crítica.
Es pesado. Importante. Sobre la adicción y el amor. Familia.
Duele y sana.
Kristen Proby. 84
Me encuentro secándome las lágrimas de las mejillas y Quinn me

pasa un pañuelo.
No tenía idea de que los hombres todavía los llevaran.
Pero lo acepto y me froto los ojos con cuidado, tratando de
recuperar mi maquillaje. Toma mi mano entre las suyas y
entrelaza nuestros dedos, sujetándolos con fuerza.
Dios, me encanta cómo se siente cuando me toca. Es cálido y
fuerte. Sólido.
A salvo.
¿Eso es raro? Conozco al hombre desde hace tan poco tiempo y,
sin embargo, me siento completamente a gusto con él.
Quinn se inclina, presiona sus labios contra mi oído y susurra:
"Eres tan malditamente hermosa. No puedo esperar para llegar a
casa."
Y así, me olvido de lo poco que lo conozco, de cómo estamos
trabajando juntos en un caso y de que estamos sentados con toda
su familia.
Lo quiero. Me gusta él. Y este es un territorio nuevo para mí, pero
he decidido que no lo pensaré demasiado.
Lo voy a disfrutar.
"Fue impresionante", le aseguro a London una hora más tarde

mientras le ofrezco un abrazo. "Me encantó. Deberías estar muy
orgullosa".
"Estoy tan orgullosa", dice con una sonrisa acuosa. "Estoy tan
feliz de que hayas venido. Me encantaría reunirnos para almorzar
en algún momento".
"Me gustaría eso", respondo con un asentimiento. "Haré que
Quinn te envíe mi número".
"Perfecto. Te escribiré un mensaje. ¿Les gustaría a todos venir
detrás del escenario?"
Kristen Proby. 85
"Pasaremos", dice Quinn antes de que pueda responder, y me

siento aliviada. Estoy lista para estar a solas con él. "Pero gracias
por la invitación. Sienna tiene razón, fue fabuloso".
Nos despedimos de su familia y luego nos vamos caminando de
la mano hacia su auto.
"Tu familia es realmente agradable".
Él asiente y me sonríe suavemente. "Les agradaste".
“A mí también me gustaron. Pero suenas sorprendido. ¿Te
sorprende que les agradara?"
"No." Se ríe y me abre la puerta del auto, luego camina y se une a
mí. "Eres una mujer agradable, por supuesto que les gustas".
“Todos son muy amables. London es hermosa. Espero que la
propuesta salga bien”.
"Finn estará bien", dice Quinn. "Sienna, me gustaría llevarte a
casa".
Arrugo la frente. "Pensé que hacia allí nos dirigíamos".
“No, me refiero a mi casa. Me gustaría mostrarte mi
condominio".
“Oh, eso suena bien. Me gustaría ver dónde vives". Sabía que iba
a conducir a esto. Yo sabía. Pero no esperaba estar tan nerviosa.
Las mariposas están haciendo el cha-cha en mi vientre, pero yo
también estoy emocionada. No puedo esperar a ver su lugar.
"Excelente."
Conduce por Manhattan y no tardamos mucho en llegar a su
edificio. Aparca bajo tierra y luego me acompaña a un ascensor
que nos lleva al nivel del ático. Las puertas se abren y salimos del
ascensor, pero me quedo sin palabras.
No estoy segura de haber visto un espacio más hermoso en mi
vida. Esperaba que el espacio de Quinn fuera moderno. Pulcro.
Sencillo.
Kristen Proby. 86
Pero es opulento y encantador. Lleno de color. Muebles lujosos y

pisos de roble pulido en los que mis zapatos hacen clic mientras
camino por el espacio.
Quinn se quita la chaqueta y se arremanga, como siempre hace
cuando llega el momento de ponerse cómodo. Dejo mi bolso
sobre una mesa y sigo deambulando, asimilando todo.
Es un plano de planta abierto y la cocina es ridículamente
grande, con todo lo que incluso el chef más famoso podría
necesitar.
Pero es la chimenea, y la pintura enmarcada encima de ella, lo
que me llama la atención.
"Mi pintura", murmuro mientras camino hacia ella, luego cruzo
los brazos sobre mi pecho y la miro. Usó madera recuperada para
enmarcarla.
"Es mi pieza favorita", dice detrás de mí. Sus manos descansan
sobre mis hombros y siento su toque por todo mi cuerpo. Mis
pezones se fruncen. Mi núcleo se aprieta.
Este hombre es poderoso.
"Es como si estuviera hecha para este lugar", respondo mientras
sostiene una copa llena de whisky ámbar frente a mí. Tomo el
vaso y bebo, sintiendo el ardor del licor hasta mi vientre.
"Gracias."
"Sienna", comienza y me da la vuelta para mirarlo. "Si no estás
interesada en tener intimidad conmigo esta noche, necesito
llevarte a casa ahora mismo".
"No me voy a casa", respondo de inmediato. Mi voz es fuerte y
segura, tan fuerte como mi convicción de quedarme.
Lo quiero y no me disculparé por ello.
Sus ojos están clavados en los míos mientras se traga el resto de
su bebida y deja el vaso a un lado. Tomo un último sorbo y le paso
mi vaso, y lo coloca junto al suyo.
"¿Quieres que te muestre el resto de mi casa?"
Kristen Proby. 87
Así que no me va a atacar aquí mismo en su sala de estar. Bueno.

No hay prisa.
Muerdo mi labio y asiento, y él desliza su mano en la mía y me
lleva por un pasillo.
"¿Cuánto tiempo has vivido aquí?" Pregunto.
“Tres años”, responde. “Lo odié cuando lo compré. Todo era
blanco. Quiero decir, todo. Las paredes, los suelos, los muebles.
Incluso los electrodomésticos".
"Eso es mucho blanco. No deben haber tenido hijos".
Se ríe y abre una puerta, enciende una luz y estoy en la oficina de
su casa. Es de buen tamaño, con grandes ventanales. Como el
dueño, los muebles son grandes e imponentes. Un poco
intimidantes.
Sexys.
“Así que lo compré y, antes de mudarme, contraté a una
decoradora y le dije lo que quería. Lo hizo bien ".
"Me gusta", estoy de acuerdo con un asentimiento. "Suena como
cuando compré mi casa".
"Lo recuerdo", dice, con los labios crispados. "Tenemos mucho
en común."
Me lleva por el pasillo y señala un baño de invitados, un
dormitorio de invitados y, al final del pasillo, abre las puertas
dobles para revelar la suite principal.
"Es más suave aquí", murmuro, dejando caer su mano para
poder pasar mis dedos sobre la suave ropa de cama. Los colores
son grises apagados y blancos. Sigue siendo masculino, pero
mucho más relajante que el resto de la casa.
"Espera hasta que veas el baño", dice con una sonrisa de
satisfacción. Camino a través de un enorme vestidor que les daría
a la mayoría de las mujeres sueños húmedos y jadeo en el umbral
del baño.
Kristen Proby. 88
"Jesús", susurro. La bañera es lo suficientemente grande para un

grupo de cuatro, apoyada contra una pared de ventanas que dan a
la ciudad. "Espero que estas sean ventanas de privacidad".
"Por supuesto." Apoya su hombro en el marco de la puerta,
mirándome con una media sonrisa en los labios. "No soy un
exhibicionista".
"Bueno saberlo."
Hay un tocador vacío con una bonita silla de terciopelo gris. Sería
un gran lugar para prepararse para el trabajo o una salida
nocturna.
Los gabinetes y las encimeras son tan opulentos como el resto
del condominio, y una vez más me acuerdo de lo diferentes que
somos Quinn y yo.
Pero la inseguridad no me llena como la otra noche. En cambio,
me siento orgullosa de él. Tenía razón, trabaja duro y nunca
debería tener que disculparse por tener cosas agradables.
"Esta es una hermosa habitación", murmuro, luego me doy la
vuelta para encontrar que sus ojos han pasado de perezosos y
felices a feroces y llenos de lujuria. "¿Qué?"
"Cuando te muerdes el labio así, me dan ganas de morderlo".
Siento que se me suben las cejas e inclino la cabeza hacia un lado,
mirándolo. Tiene las manos en los bolsillos, como de costumbre.
Me encanta cómo se flexionan los músculos de sus antebrazos,
como si abriera y abriera los puños con agitación.
"Dices lo que tienes en mente, ¿no?"
"No soy de las tonterías".
Y es por eso que me atrae tanto. Aparte del hecho de que el
hombre tiene un cuerpo que debería venir con una etiqueta de
advertencia, me gusta que diga lo que piensa y que no tengo que
adivinar lo que está pensando.
Y por la forma en que me está mirando en este momento, diría
que me quiere desnuda.
Kristen Proby. 89
Por lo general, siendo la que deja que el hombre tome la

iniciativa, no sé si alguna vez he sido tan audaz en mi vida, pero
Quinn me da confianza. Me hace sentir hermosa. Poderosa.
Es tan embriagador como el licor que me sirvió cuando llegamos.
Con mis ojos clavados en los suyos, alcanzo detrás de mí y bajo la
cremallera de mi sencillo vestido negro. Gracias a Dios, es fácil
entrar y salir de él. Tan pronto como se baja la cremallera, cae en
un montón ondulante alrededor de mis pies, y estoy de pie frente
a él con un sostén negro sin tirantes, diminutas bragas negras de
encaje y una sonrisa.
Traga saliva. Dos veces.
Luego se aparta del puerta y me agarro de la mano, tomo y me
quito el vestido.
"Vas a dejar esos zapatos puestos", murmura mientras se inclina
y presiona sus labios contra los míos. "Todo lo demás vale".
Antes de que pueda responder, me levanta en sus brazos y
camina hacia el dormitorio, donde la luz al lado de la cama es
baja, y podemos ver la ciudad brillar a través de otra pared de
ventanas.
"Más cristal de privacidad", me asegura antes de besarme
tiernamente justo encima de mi clavícula. Todavía me sostiene
mientras retira las mantas, luego me acuesta en el medio de la
cama, dejándome en ropa interior y zapatos para que pueda
quitarse su propia ropa.
La luz parpadea sobre su cuerpo y me apoyo en los codos para ver
el espectáculo. Santa mierda. Él es todo liso, piel bronceada y
músculos magros. Tiene una ligera salpicadura de cabello en el
pecho y un sendero feliz que conduce a, bueno, un tesoro.
Inmediatamente alcanzo su polla, pero él intercepta mi mano, la
besa y trepa por encima de mí, besando su camino hasta mi torso.
"Si me tocas ahora", dice entre besos en mi estómago, "perderé
el control, y eso sería vergonzoso".
Kristen Proby. 90
"Entonces, ¿puedes tocarme, pero yo no puedo tocarte?" Mi

respiración se detiene cuando tira de mi sujetador hacia abajo y
traza el borde de mi pezón con la punta de su lengua.
"Correcto."
"Me opongo".
Me sonríe y engancha mis bragas en sus pulgares, bajándolas por
mis piernas.
“Anulado”, responde. Entierra la nariz en mis bragas, respira
hondo, luego las arroja sobre su hombro y me abre.
Santo cielo.
"Dios, eres hermosa", susurra mientras sus pulgares se deslizan
hacia arriba a través de mis ya húmedos pliegues. Rodea mi
clítoris, luego sus dedos se mueven hacia abajo y se sumergen
dentro de mí mientras mordisquea el interior de mi muslo.
"Oh, Dios", gimo, mis caderas dando vueltas. Él engancha mi
pierna sobre su hombro, y tengo que admitirlo, se ve muy sexy
con esos zapatos. "Los zapatos fueron una buena decisión".
"Lo sé."
Y con eso, su boca desciende sobre mi centro, y me lleva al viaje
de mi vida. El mundo explota a mi alrededor, y antes de que
vuelva a reunirse, Quinn trepa por encima de mí, besa su camino
hacia mi cuerpo y su polla descansa contra mí.
Condón, digo.
"Está encendido", me asegura con una sonrisa. "Estabas
demasiado ocupada para darte cuenta".
Todo lo que puedo hacer es sonreír mientras él se desliza dentro
de mí, y luego suspiro mientras se mueve, dentro y fuera, una vez
más, persiguiendo nuestros dos orgasmos.
Empujo hacia abajo, me hormiguea la columna y me sorprende
un segundo orgasmo tan rápido. Quinn entierra su cara en mi
cuello y grita cuando se corre, su cuerpo está resbaladizo por el
sudor y duro por todas partes.
Kristen Proby. 91
"He cambiado de opinión", murmuro y trago alrededor de mi

boca seca.
"Demasiado tarde", responde, jadeando.
"No sobre eso." Me río mientras ella se inclina hacia un lado y
me besa la bola del hombro. "Creo que he decidido que soy una
buscadora de emociones después de todo, si esto es lo que me
atrae".
"Maldita sea".
Kristen Proby. 92
Capítulo ocho
~ Quinn ~
"Yo debería irme."

Sienna se sienta, mi sábana envuelta alrededor de su delicioso
cuerpecito, y hace un movimiento para caminar hacia el baño,
pero la agarro por la cintura y la arrastro de vuelta a la cama,
haciéndola reír.
Amo el sonido de su risa.
"¿Por qué?" Pregunto, apartando su cabello rubio rojizo de su
mejilla, luego presiono un beso allí. "Creo que deberías
quedarte".
Y esas son cinco palabras que nunca le he dicho a otra mujer en
mi vida. Normalmente estoy listo para que se vayan. No porque
sea un idiota, sino porque prefiero no acostarme con nadie.
Pero Sienna es diferente, y la idea de que se vaya ahora, bueno,
no es una opción.
Kristen Proby. 93
Ella arruga la nariz. “Literalmente no tengo nada aquí, Quinn.

Nada de ropa."
"No la necesitas".
"Sin cepillo de dientes".
"Tengo uno nuevo que puedes tener".
"Y probablemente no debería dar el paseo de la vergüenza fuera
de tu condominio por la mañana".
Bueno, ese me cabrea.
"Número uno", empiezo, tirando de la sábana alrededor de ella
para poder dejar que mi mano recorra su suave piel. “No hay
vergüenza en lo que hicimos o en lo que haremos. Somos adultos
que consienten, y lo que hacemos es nuestro negocio".
"Es una forma de hablar ..."
"Dos", le interrumpo, "puedes quedarte con mis cosas".
"¿Qué cosas?"
Salto de la cama y desaparezco en el armario, luego regreso con
mis bóxers y una camiseta. "¿Ves? Ahora tienes cosas".
Se muerde el labio, sus ojos azules se iluminan con humor y
lujuria.
"Entonces estás diciendo que debería quedarme".
Me río, tiro mi ropa en una silla cercana y regreso a la cama y a
Sienna. Parece que no puedo dejar de besarla. Mi mano viaja por
su estómago, se dirige a la base de operaciones, cuando agarra mi
muñeca, deteniendo mi progresión.
"Si estás esperando la segunda ronda, tendrás que alimentarme.
Los orgasmos me dan hambre".
La beso profundamente, luego salgo de la cama, motivado para
darle sustento. Una vez que ambos nos hemos puesto algo de
ropa, caminamos hacia mi cocina. Enciendo las luces bajas y hago
un inventario de la nevera.
Kristen Proby. 94
"Así que parece un sándwich de jamón y queso", murmuro antes

de mirarla por encima del hombro, donde está sentada en la barra
del desayuno. "O comida para llevar".
"El sándwich suena genial", dice feliz, girando hacia adelante y
hacia atrás en el taburete.
"No es lujoso".
"Los bocadillos para después del sexo no deben ser elegantes",
responde con una sonrisa. "Me comeré el sándwich felizmente".
"Oh, yo también tengo Doritos". Entro en la despensa y regreso
con una gran bolsa roja de papas fritas, se las paso y me pongo a
trabajar en la construcción bocadillos
"Perfecto." Mastica, mirándome cortar tomate para el sándwich.
"Y mentiste. Es un sándwich elegante".
"No voy a poner una rebanada de jamón entre dos pedazos de
pan y te lo daré", respondo secamente. "Quiero que vuelvas
aquí".
"Bueno, el buen sexo y los Doritos es una buena forma de
atraerme". Ella se ríe y le da otro mordisco a un chip. "Entonces,
¿es esto normal para ti?"
"Nada contigo es normal", le digo, haciéndola inclinar la cabeza
hacia un lado como lo hace cuando está tratando de averiguar
algo. "Y lo digo en el buen sentido".
"Proceda", dice, como si estuviera taladrando a un testigo, y mi
polla se contrae. Jesús, me encanta cómo suena su voz en la sala
del tribunal.
"Bueno, no tengo el hábito de traer mujeres a casa".
"Sí, pude ver por qué te avergüenza este lugar", dice asintiendo
con la cabeza, tratando de parecer seria, pero sus labios tiemblan.
"Estás atrevida esta noche". "Todas las noches".
Cierro su sándwich, lo corto por la mitad y se lo paso. Ella da un
gran mordisco y suspira de felicidad, lo que sólo hace que mi
polla se endurezca.
Kristen Proby. 95
“Está bien, este es un sándwich realmente bueno. Ahora,

¿estabas diciendo?
"Si traigo a una mujer aquí, no se queda a pasar la noche".
"Te dije que estoy feliz de irme a casa".
"Hasta que tú viniste."
Esto la hace dejar de masticar y mirarme con el ceño fruncido,
luego traga su bocado y toma un Dorito.
"¿Por qué?"
"¿Por qué tú?"
Ella asiente.
"Te disfruto", comienzo mientras cierro mi propio sándwich y le
doy un mordisco, pensando en ello mientras mastico. "Pero es
más que eso. Empecé a desear mi tiempo contigo, y cuando se
interrumpe, me enojo".
"Bueno, eso no es algo horrible de escuchar".
"Me pone en una posición vulnerable, y eso no es algo a lo que
esté acostumbrado, Sienna".
"Yo tampoco."
Doy un mordisco, mirándola.
“Me gusta tu confianza. Tu honestidad. Y tus piernas son
jodidamente doradas".
Ella sonríe, camina con su plato vacío alrededor de la isla para
colocarlo en el fregadero, luego mira sus dedos.
Sin perder el ritmo, arrastra sus dedos, cubiertos de queso
Dorito, por mi mejilla.
"¿Acabas de hacer eso?"
"Estaban sucios".
Termino mi sándwich, luego la paso sobre mi hombro, pisando
fuerte hacia el baño.
"¡Oye! ¿A dónde vamos?"
"Necesitamos una ducha".
Kristen Proby. 96
"Sólo necesito lavarme las manos". Ella se ríe, golpeándome el

trasero.
"Necesito follarte en mi ducha", le respondo, y ella se queda
quieta.
"Continúa, entonces."
"Estoy tan disgustada", dice Sienna al día siguiente, mientras

estamos sentados en el comedor de su abuelo, revisando más
cajas.
"¿Qué pasa?"
"Estoy tan decepcionada con las habilidades de archivo de mi
familia, o la falta de ellas", dice con un suspiro y se inclina hacia
atrás en su silla, estirando los brazos sobre su cabeza. Pasamos
por su casa de camino hoy para que pudiera cambiarse y ponerse
su propia ropa. Ella eligió una camiseta negra ajustada y
pantalones cortos de mezclilla.
Y ahora que sé cómo se ve desnuda, bueno, eso es prácticamente
todo lo que veo cuando la miro.
"Quiero decir, soy meticulosa en la forma en que presento todo
en la oficina y en casa", continúa mientras se pone de pie y
camina hacia la cocina por una botella de agua. "Es como si mi
abuelo tirara papeles al azar en cajas mientras se mudaba de su
oficina".
"Quizás no fue él", sugiero. “Él podría haber contratado a una
empresa de mudanzas para hacerlo. No les importa el orden".
"Cierto." Vuelve a la mesa y se sienta, tirando otra pila de
papeles para mirar. "Pero me pone nervioso el TOC".
"Lo entiendo." Me río y suena mi teléfono. "Es Finn. ¡Hola! ¿Qué
tal?"
“Ella dijo que sí”, dice, con la voz llena de emoción.
"Por supuesto que lo hizo", respondo con una sonrisa. "Los
hombres de Cavanaugh son un buen partido".
Kristen Proby. 97
Sienna pone los ojos en blanco y yo levanto una ceja, haciéndola

reír.
“Sólo quería llamarte y darte la noticia oficial. Y Carter y tú
tenían razón. Proponer aquí fue absolutamente lo correcto. Fue
significativo e íntimo".
"¿Lloraste?" Yo exijo.
"No, pero ella lo hizo." Puedo escuchar la satisfacción en su voz
y me hace feliz por él. "Ella ya está hablando de fechas y
lugares".
“Bueno, felicitaciones, hermano mayor. Estoy feliz por ti."
"Felicitaciones de mi parte también", grita Sienna.
“Dile gracias. Me gusta mucho, Quinn".
"A mí también. Diviértete y te veré en unos días".
Cuelgo y dejo mi teléfono a un lado.
"Ella dijo que sí."
“Eso espero, ya que lo felicité”, dice riendo. "Eso es
emocionante. ¿Cuánto tiempo han estado juntos?"
“Aproximadamente un año”, respondo. “Pero no mucho
después de que empezaron a salir, supimos que London era la
indicada para Finn. Ella lo tenía atado en nudos. Fue divertido de
ver".
“Ojalá Louise encontrara un buen chico”, dice. "Ella siempre
elige a tipos que no tienen su mierda junta, ¿sabes? No sé cuántas
veces ha comenzado a salir con alguien, y lo siguiente que sé es
que les está prestando dinero o se quedan en su casa".
"¿Y qué atraes?" Le pregunto.
"Ninguno."
"Eso es una mierda, Sienna."
"No, no lo es. Trabajo, pinto y paso mucho tiempo con mi
familia. No he tenido mucho tiempo hasta la fecha".
Quiero seguir haciéndole preguntas sobre su pasado, pero al
mismo tiempo, no es así. No soy un hombre celoso, pero la idea
Kristen Proby. 98
de que ella se folle a otra persona me llena de rabia, así que

probablemente sea mejor dejar el tema.
Justo cuando estoy a punto de preguntarle qué le gustaría
almorzar, salta de la silla y levanta el puño en el aire.
"¡Sí! ¡Lo sabía!"
"¿Qué encontraste?"
“Otro recibo de cinco mil dólares. ¿Ves? Él lo devolvió, Quinn".
Tomo la carta de ella y la leo, asintiendo.
"Al menos la mitad, de todos modos".
"Oh, vamos. Ambos sabemos que lo pagó todo, sólo tenemos que
encontrar los otros recibos". Se pone las gafas en la cara y
alcanza otra pila de papeles con renovada energía.
No menciono que no tenemos pruebas de que el resto del dinero
se haya devuelto, pero hemos tenido un buen comienzo. No son
buenas noticias para mi cliente, que está ansioso por tener en sus
manos esa propiedad.
Al final del día, me pagan lo mismo, ya sea que mi cliente sea el
propietario legítimo o no.
"Ew". Hace una mueca y sostiene un papel entre el dedo índice y
el pulgar. "Creo que hay una cucaracha muerta en esto."
"¿Qué es?"
"Una nota que no tiene nada que ver con nuestro caso".
"Solo tíralo entonces".
Me mira como si le hubiera sugerido que quemara la casa.
"No puedo tirar nada".
Tiene una cucaracha muerta, Sienna. Tirala a la basura."
Frunce el ceño y lleva el papel a la cocina para tirarlo, justo
cuando mi teléfono suena de nuevo.
"Oye, Gabs".
"Tío Quinn". Ella está llorando y todo mi cuerpo está
instantáneamente en alerta máxima. "Creo que deberías venir a
la casa de la abuela".
Kristen Proby. 99
"¿Que te pasa mi amor?"

"Traté de llamar a papá, pero no respondió".
"Está bien, ¿qué pasa? ¿Está bien la abuela?"
Sienna ya está agarrando su bolso y sus llaves, mirándome con
sus grandes ojos azules.
"Ella no está herida", dice Gabby, sollozando. "Pero ella está
actuando de manera extraña. Ella sigue llamándome Darcy. ¿Por
qué cree que soy mamá?"
Froto mi mano por mi cara. "
No lo sé, cariño. Es sólo un error. Te pareces mucho a tu mamá".
"No, está confundida cuando le digo que dijo el nombre
equivocado. Me está asustando".
"Está bien, estoy de camino ahora mismo. Me tomará alrededor
de media hora llegar allí. ¿Estás bien?"
"Sí, ahora está viendo la televisión y me fui a mi habitación".
"Estaré allí muy pronto, Gabs. No te preocupes."
Cuelgo y Sienna está lista para irse conmigo, lo que me hace
detenerme.
"No tienes que venir conmigo".
“Uh, sí lo hago. No voy a dejarte ir solo. Estás preocupado, y si
necesitas algo, estaré contigo".
Frunzo el ceño, pero antes de que pueda decir algo, ella toma mi
mano entre las suyas.
"Oye, vamos. Va a estar bien."
Asiento con la cabeza, la llevo a mi coche y me apresuro hacia la
casa de mi madre.
"Ha estado actuando raro últimamente", digo mientras cambio
de marcha y cambio de carril. “La semana pasada, me llamó Finn.
Dijo que mi padre había llamado y que llevaba cinco años
muerto".
Kristen Proby. 100

Sienna pone su mano sobre mi muslo. "Respira hondo, Quinn. En

serio, no puedes hacer ningún bien a nadie si no llegamos de una
pieza".
Miro el velocímetro y me encojo, soltando el acelerador.
"Lo siento, es un hábito".
"Está bien. Tiene que haber una explicación para la confusión de
tu mamá".
"Alzheimer", le respondo con gravedad.
"No lo sabes. Podría ser muchas cosas."
"Una cosa que sí sé es que no debería llevar a Gabby a Hawái sola.
De ninguna manera."
"Analicemos lo que está sucediendo hoy antes de comenzar el
próximo mes de actividades. No estoy diciendo que esto no sea
serio, porque ciertamente lo es, pero podría haber varias
explicaciones".
Asiento y respiro profundamente. Me siento mejor teniendo a
Sienna conmigo. Normalmente ya habría llamado a una
ambulancia para que la recogiera, y mi ansiedad estaría por las
nubes. Estoy preocupado, pero no estoy asustado. "Gracias por
venir conmigo".
"Por supuesto."
Llegamos a la casa de mamá en veinticinco minutos. Entramos
sin tocar, y encuentro a mamá viendo la televisión en la sala de
estar, con Gabby sentada en la mesa de la cocina, mirando su
teléfono.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Pregunta mamá.
"Bueno, pensamos que vendríamos porque Gabby llamó y dijo
que estabas un poco confundida hoy", respondo mientras me
siento junto a mamá. Frunce el ceño y mira a Gabby.
"No estoy confundida, Darcy".
Sienna y yo intercambiamos miradas, y Gabby inmediatamente
rompe a llorar.
Kristen Proby. 101

"Gabby, ¿por qué no vamos tú y yo a la cocina y dejamos que

Quinn y tu abuela hablen?"
Gabby saca a Sienna de la habitación y apago la televisión para
llamar la atención de mamá.
"¿Por qué demonios están todos preocupados?"
"La llamaste Darcy", respondo y tomo la mano de mamá en la
mía. "La molestó, mamá".
"Estoy seguro de que no hice eso, Finn".
"Quinn".
Ella me frunce el ceño.
"Eso es lo que dije."
“No, me llamaste Finn. Mamá, esta confusión está empeorando
y creo que deberías consultar con tu médico. Él lunes."
"Tengo una cita el lunes", dice con un suspiro. "Se lo contaré".
"¿Quieres que vaya contigo?"
"No, porque le das mucha importancia a la nada, y yo soy una
mujer adulta. Puedo ir al médico sin un acompañante".
“Esto es serio, mamá. Gabby estaba llorando porque la asustaste.
Y me estás asustando".
Ella toma mi mejilla. “Oh, mi dulce chico. No necesitas
preocuparte tanto. Estaré bien. Ahora, escribiré que necesito
hablar con el médico sobre esto en mi cita del jueves".
"Lunes", la corrijo, y ella asiente.
"Así es, el lunes".
"Intentaré tomarme un tiempo libre el lunes para poder llevar a

mamá al médico. No confío en que se acordará de hablar con él
sobre esto, y claramente está empeorando mucho".
"Lo siento mucho, Quinn." Sienna entrelaza sus dedos con los
míos y de inmediato me siento más tranquila. “Ver envejecer a
los que amamos es difícil. Mi papá tuvo un ataque al corazón hace
dos años y yo estaba llena de preocupaciones".
Kristen Proby. 102

"Es difícil", estoy de acuerdo. “Y parece que se está formando

una bola de nieve con ella. Hace un año, estaba en forma como un
violín, y ahora su presión arterial está por las nubes, le duelen las
articulaciones y no puede recordar quién es nadie".
"Tiene que haber una explicación", dice razonablemente.
"Espero que el médico tenga algunas respuestas para ti".
"Yo también. Ahora que hemos perdido la mayor parte de la
tarde y hemos avanzado en la búsqueda de ese recibo hoy,
juguemos novillos. Te llevaré a cenar."
“Podríamos preparar la cena para ir a comer mientras
trabajamos”, sugiere.
"No." Beso el dorso de su mano. "No, quiero estar contigo esta
noche, sólo nosotros dos, sin obligaciones laborales ni
familiares".
Se toma un minuto para responder, pero finalmente dice: "Por
muy divertido que parezca, no puedo. Lo siento, tengo planes con
Louise esta noche".
Frunzo el ceño, la decepción es caliente y rápida en mi vientre.
"Los planes se pueden cambiar".
Me mira y luego niega con la cabeza.
"Perdón. He tenido estos planes con ella durante un par de
semanas. Cenamos en mi casa y bebemos vino".
Y acabo de encontrar un nuevo nivel de respeto por Sienna. No es
el tipo de chica que deja todo en su vida por un hombre.
Puede que no me guste la idea de no pasar tiempo con ella esta
noche, pero la respeto inmensamente.
"Pero te veré mañana", dice con una sonrisa.
"Mañana será."
Kristen Proby. 103

Capítulo nueve
~ Sienna ~
"Llegas tarde", grito cuando escucho que la puerta principal se

abre y se cierra. Estoy de espaldas a Lou mientras preparo la pizza
para el horno.
"Chica, llegué aquí tan rápido como pude".
Hago una pausa al escuchar la voz, luego me giro y corro hacia
los brazos fuertes y extendidos. Rich me mece de un lado a otro,
luego me da un beso en la mejilla.
"Oh, Dios mío, Lou no dijo que estabas en la ciudad".
"Es una sorpresa", dice Lou con una sonrisa de felicidad. Coloca
dos botellas de vino en la isla y luego abre el horno para echar un
vistazo a la pizza. "Espero que tengas más comida que esta".
"Por supuesto que sí." Le paso el sacacorchos y el vino a Rich.
"¿Harás los honores?"
Kristen Proby. 104

"Felizmente."
Rich y Louise han sido mejores amigos desde que eran niños. Le
habló a Lou por primera vez cuando tenían catorce años, y ha
estado allí para ella a través de relaciones fallidas, cambios de
trabajo, lo que sea.
Son lo más cercanos posible.
Y por eso, Rich estuvo en nuestra casa todo el tiempo mientras
crecíamos.
"¿Cómo está Boston?" Le pregunto y saco las guarniciones para
otra pizza.
"Me gusta", dice asintiendo. Su cabello oscuro es lo
suficientemente largo como para caer sobre sus ojos cuando abre
la segunda botella de vino. "Mi trabajo es excelente".
"¿Has conocido a alguien interesante?"
Él sonríe con picardía. "Cariño, siempre conozco gente
interesante".
"¿Lo suficientemente interesante como para verlos desnudos?"
Lou pregunta con un guiño.
"No muchos de esos", responde Rich con un suspiro. "LouLou y
yo siempre tenemos mala suerte cuando se trata de hombres".
"Puedes decir eso de nuevo", dice Lou, levantando su copa en un
brindis.
"Simplemente pierdes el tiempo con las personas equivocadas",
respondo mientras reviso la primera pizza, luego bebo mi vaso de
tinto. "En serio, si te pide el número de tu tarjeta de crédito en la
segunda cita, es hora de seguir adelante".
“Es fácil para ti decirlo, consejero”, dice Rich.
“El hecho de que sea abogada no significa que sea fácil conocer
hombres. De hecho, salgo menos que cualquier otra persona que
conozca".
Kristen Proby. 105

"Bueno, hasta hace poco." Louise sonríe inocentemente

mientras Rich se queda boquiabierto y cubre su corazón con una
mano.
"Me lo estás ocultando. Ahora, sentémonos y me puedes contar
todo. Empezando por, ¿está sexy desnudo? "
Miro a Lou, que levanta una ceja y bebe más vino.
"No sabes que lo he visto desnudo".
Se miran y dicen al unísono: "Ella lo ha visto desnudo".
"No estamos hablando de mí", les recuerdo y saco la primera
pizza del horno, luego deslizo la otra dentro. Mantengo mis ojos
en la bondad cursi mientras paso el cortador sobre ella. "Estamos
hablando de ti".
"Ya no", dice Louise. “Nuestras vidas amorosas son aburridas.
Ponte al día. A menos que quieras que lo haga".
“Tú lo haces”, dice Rich. "Ella omite las partes buenas".
Pongo los ojos en blanco y bajo los platos.
"Así que este abogado caliente apareció en la lectura del
testamento de nuestro abuelo". Lou continúa con la historia,
hasta anoche cuando fuimos al espectáculo.
Ella no sabe nada más allá de eso porque no he tenido la
oportunidad de verla.
"Así que déjame ver si lo entiendo. Es un abogado rico y
atractivo, y la novia de su hermano es London Watson".
"Prometida ahora", respondo con una sonrisa. "Se
comprometieron hoy".
"Por supuesto", dice Rich asintiendo. "¿Qué pasó después del
espectáculo?"
Sonrío lentamente, y tanto Lou como Rich comienzan a aplaudir
y a gritar de emoción.
"¡Te follaste al abogado caliente!" Louise exclama.
Kristen Proby. 106

"Su nombre es Quinn", respondo y tomo otro sorbo de vino,

luego lleno mi vaso de nuevo. "Y sí, totalmente lo golpeé. Unas
pocas veces."
"Mierda", dice con un suspiro. "Eso es genial."
"Hay más."
Les hablo de que me rompí el tacón y que necesité zapatos
nuevos. Los Louboutin. Cena. Su condominio con mi cuadro
colgado en él.
"Joder, estoy enamorado de él", dice Rich, abanicándose la cara
mientras mastica su pizza. "En serio, si no lo reclamas, lo
aceptaré".
"No creo que él batee para tu equipo", respondo con una sonrisa.
“Y nadie dijo nada sobre el amor. Pero es sexy, y realmente es…
atractivo1".
"Me gusta esa palabra", dice Lou con un suspiro de felicidad. "Y
si alguna vez empieza a no serlo, le daré una patada en las
pelotas".
"Eso parece extremo".
Ella se encoge de hombros. "Lo digo en serio. Eres la persona
más amable del universo".
"Eso es totalmente falso", respondo.
Nos mudamos a la sala de estar, con pizza y vino, y durante la
siguiente hora, nos reímos y bebemos, como en los viejos
tiempos.
No pasa mucho tiempo antes de que me dé cuenta de que puedo
ver dos de cada uno de ellos.
"Este vino es potente".
"Maldita sea", dice Lou. “Tengo más en el coche. Espera por
favor."
Salta y sale corriendo por la puerta antes de que pueda decir
nada. Oímos un portazo y luego ella regresa con dos botellas más.
1
swoony en el original. También se puede traducir como novelesco o derretido o desmayado...
Kristen Proby. 107

"Jesús, ya estoy borracha, Lou".

"Bien, estamos en camino a la mierda".
"¿Ese es el objetivo?" Pregunto.
"Por supuesto que lo es", dice Rich y abre otra botella. "Ahora,
hemos hablado de trabajos y chicos, hablemos de chicos".
Nos reímos con un bufido y lo veo mientras llena mi vaso de
nuevo.
"No tengo nada más que decir. Pero lo extraño un poco. Tal vez
debería enviarle un mensaje de texto".
"No seas esa chica", dice Lou mientras niega con la cabeza. "No
digas que te amo en un mensaje de texto".
"Eso definitivamente no es lo que iba a decir", respondo. "Lo sé,
me tomaré una selfie y se la enviaré".
Abro su último mensaje de texto y luego el pequeño icono de la
cámara. Golpeé el círculo, pero en lugar de tomar una foto,
empieza a sonar.
"Mierda, le estoy llamando por FaceTime".
"Aún mejor", dice Rich cuando Quinn contesta.
"Oye", dice con una sonrisa.
"Lo siento, esto no es lo que quise hacer".
Le cuelgo y vuelvo a intentar sacarle una foto, pero vuelve a
llamarlo.
"¿Estás bien?" pregunta cuando contesta.
"Oh, estoy bien, sólo creo que mi teléfono está en mi contra.
Estoy intentando enviarte una foto. No una desnuda".
"¿Cuántas copas de vino has bebido?"
"No sé." Lo miro y sonrío. "Eres tan guapo. ¿Qué llevas puesto?"
Una sonrisa se desliza por sus labios y desearía que estuviera
aquí. Quiero besarlo.
"Estoy en mi estilo habitual".
"Quiero ver lo de siempre", le susurra Rich a Lou, y lo callo.
Kristen Proby. 108

Quinn se inclina hacia abajo para que pueda ver sus pantalones
cortos de carga y su camiseta.
Mmm
"Deberíamos hacer panqueques", dice Lous, llamando mi
atención, y mi enfoque cambia de inmediato.
"¡Panqueques! Lo siento, Quinn, tengo que irme ".
Le cuelgo y tiro mi teléfono, inmediatamente deseando
panqueques suaves y esponjosos.
"Debería dejar de beber", anuncio y me paro, extendiendo mis
manos para recuperar el equilibrio. "Y comer panqueques porque
absorberán a los borrachos".
"¿Tienes las cosas?" Lou pregunta, uniéndose a mí en la cocina.
"Por supuesto. Espera." Abro la despensa, saco mi sartén
eléctrica y una caja de mezcla para panqueques, y me pongo a
trabajar. "Esto va a ser genial."
"Todavía voy a beber", dice Rich, sirviéndose más vino. "Porque
no soy un desertor".
Louise y yo soplamos frambuesas mientras nos reímos de la
broma de Rich.
"Buena".
Se tarda aproximadamente una hora en hacer los panqueques
porque seguimos estropeando. Están demasiado quemados, no
están lo suficientemente cocidos. Se deshacen porque me olvidé
de los huevos.
Es un desastre y un tumulto, todo al mismo tiempo.
Finalmente, no estoy tan confusa como antes, y puedo hacer seis
panqueques perfectos.
"Muy bien", murmuro alrededor de un bocado de bondad de
arce.
"Lo mejor", reconoce Lou.
Suena el timbre de la puerta y frunzo el ceño mientras me
apresuro a cruzar la sala de estar y abro la puerta.
Kristen Proby. 109

"Quinn".
Él está sonriendo, de pie allí con sus pantalones cortos de cargo y
su camiseta, e instintivamente me lamo los labios.
Porque está muy caliente.
"Pensé que no te vería hasta mañana".
Consulta su reloj. "Son las 12:22. Es mañana."
Tomo su mano y lo llevo a mi casa. "Así es. Buena idea. Te lo
advierto, he estado bebiendo, y aunque he recuperado un poco la
sobriedad gracias a los panqueques, somos tontos".
"Puedo vivir con tonterías". Me pone un mechón de pelo detrás
de la oreja y todas mis partes femeninas se sientan y se dan
cuenta. Único. Dama. Parte.
"¿Es él?" Rich pregunta, y Quinn aprieta mi mano. "Porque hola,
Consejero".
Me río y luego me encojo de hombros impotente. Rich podría
coquetear contigo. Me disculpo de antemano."
Todo su cuerpo parece relajarse con mis palabras, y luego
simplemente niega con la cabeza y se ríe, tendiéndole la mano a
Rich.
"Soy Quinn".
"Y estoy soltero", dice Rich con un guiño, haciéndonos reír a Lou
y a mí, y las mejillas de Quinn se sonrojan. "Pero puedo ver que
estás tomado. Lástima. Soy Rich, el fabuloso mejor amigo de
LouLou".
"Un placer conocerte." Quinn me mira. "¿Mencionaste
panqueques?"
"Sí, ¿quieres un poco?"
"Definitivamente."
¿Qué hace una chica cuando tiene una resaca del tamaño de
Manhattan y no puede dormir?
Bueno, esta chica pinta.
Kristen Proby. 110

Es muy temprano por la mañana, antes del amanecer. Quinn

estaba inconsciente a mi lado, su brazo colgando sobre mi
cintura. Lou y Rich dormían en el sofá cama. Todos estaban
llenos de panqueques, vino y felicidad.
Mi insomnio no se debe al estrés ni a la preocupación. No me
siento incómoda con Quinn en mi cama. En todo caso, estoy más
cómoda de lo que pensaba.
Simplemente no pude dormir.
Así que entré en mi estudio hace aproximadamente una hora,
cerré la puerta y encendí las luces, y he estado superando este
dolor de cabeza con mis acuarelas.
Debería trabajar en la pintura del parque, pero no estoy de
humor para la dureza de los óleos. Eso es para cuando estoy
molesta.
En lugar de eso, saqué un nuevo lienzo y estoy trabajando de
memoria. Me encanta pintar escenas del océano. Son más
difíciles de lo que imagina y son diferentes cada vez.
Hoy estoy pintando Cannon Beach en la costa de Oregon. Fuimos
allí cuando era adolescente para unas vacaciones familiares, y
me enamoré. Estoy convencida de que algún día me retiraré allí.
Tengo la arena y Haystack Rock delineados, y acabo de alcanzar
el blues para el agua cuando hay un golpe suave, y luego Quinn
entra.
"¿Por qué estás despierta?" susurra, acercándose a mí y
plantando sus labios en mi frente.
"Buena pregunta", respondo. "No lo sé, simplemente no podía
quedarme dormida. Así que pensé que esto podría darme sueño".
"¿Te importa si miro?"
Sus ojos están pesados por el sueño, su cabello es un desastre por
mis almOh,adas.
"Volveré a la cama contigo", ofrezco.
Kristen Proby. 111

"Tú decides. Si quieres pintar, lo miraré. O te dejaré. Me acabo de

despertar y te habías ido, así que quería verte. Asegurarme de que
no vomitaras ni nada".
"Ew". Arrugo mi nariz. "No creo que sea algo de lo que quiera
que seas testigo. Alguna vez. Tengo un gran dolor de cabeza, pero
por lo demás, estoy bien".
"¿No estás cansada?"
"Estoy cansada, pero inquieta. Ese es la mejor forma de
describirlo. Estaba de humor para las acuarelas".
Le explico las diferencias en los médiums, y cuando lo miro, sus
labios se curvan en una suave sonrisa. Sus ojos marrones están
felices.
Y aparte de los bóxers que se puso, está desnudo. Y de repente ya
no me interesa la pintura.
"Deberíamos ir a la cama", digo, guardando mis suministros y
alcanzando su mano. "Honestamente, ahora que estás despierto,
puedo pensar en una mejor manera de ocupar nuestro tiempo a
esta hora".
"No voy a decir que no a eso".
Alguien está martillando mi

cerebro.
"Tienes que despertar, dulzura".
"¿Por qué me gritas?" Exijo debajo de mi almOh,ada.
Quinn se ríe y puedo oler el café, así que miro por debajo de la
almOh,ada para encontrar no sólo la habitación está bañada por
la luz del sol, sino también a una sonriente Quinn Cavanaugh.
"Buenos días", dice.
“¿Cómo es mi resaca peor que cuando me encontraste en mi
estudio? ¿No se supone que el sexo lo cura?"
Kristen Proby. 112

"El sexo cura muchas cosas", dice mientras me quita la

almOh,ada por completo, haciéndome fruncir el ceño. "Pero
necesitas hidratarte para deshacerte del dolor de cabeza".
"¿Tienes café?" No hay forma de ocultar la esperanza en mi voz.
"Te traje un poco", confirma, y me siento, estirándome, pero él
lo sostiene más allá de la punta de mis dedos. "A cambio de un
beso".
"No puedo flirtear lindo por la mañana cuando tengo resaca y no
he tomado café, as".
"¿Me acabas de llamar as?"
"Te queda bien", le respondo, tomando el café y un largo sorbo.
La cafeína inmediatamente llega a mis venas y suspiro de
felicidad. "Eso ya está mejor".
"Dormiste mucho tiempo".
"¿Qué hora es?"
"Diez."
Siento que mis ojos se agrandan. "¿Diez?"
"Obviamente necesitabas dormir".
Niego con la cabeza y salgo de la cama, tratando de mantener mi
café en la mano y cubrir mi desnudez, pero no sirve de nada.
Necesito más manos.
Así que dejo caer las mantas y tomo un sorbo de café.
No hay forma de sacar esto de mis manos.
"Jesús", susurra Quinn y se inclina para tirar de un pezón entre
sus labios. Siento el zumbido a través de mi vientre hasta mi
clítoris, y tengo que mantenerme firme en su hombro.
"No hay tiempo para esto", murmuro, pero no me aparto cuando
se lo mete en la boca por segunda vez.
"No debes caminar desnuda si no quieres que mis manos estén
sobre ti", dice.
"Esos son labios, no manos".
Kristen Proby. 113

"Semántica", responde, pero se aleja y no intenta atraerme a la

cama mientras me pongo algo de ropa y me pongo el pelo en su
nudo habitual.
"¿Están Rich y Lou todavía aquí?"
"Sí, Lou estaba haciendo más panqueques".
Me estremezco. "Dios, no sé si alguna vez podré comer
panqueques de nuevo. Y eso es triste porque me encantan los
panqueques".
Me acerco a Quinn, que todavía está sentado en el borde de mi
cama, y lo acerco para darle un gran abrazo. "Gracias por
quedarte conmigo anoche y por el café".
"De nada."
"Creo que deberíamos ir arriba".
“Adelante”, responde.
Rich y Louise están en mi cocina, comiendo panqueques y
mostrándose fotos en sus teléfonos.
"Buenos días, sol", dice Rich con una sonrisa.
"¿Por qué te ves así?" Louise exige.
"¿Como qué? Tengo resaca, ¿cómo se supone que me veré? Los
inspecciono a ambos y luego frunzo el ceño. "¿Por qué no tienen
resaca?"
“Nunca tenemos resaca”, dice Rich encogiéndose de hombros.
"Deberías beber un montón de agua", dice Lou con un sabio
asentimiento. "Eso ayudará mucho".
Todo lo que puedo hacer es darle la vuelta al pájaro, sintiéndome
no un poco traicionada de que ninguno de los dos se sienta como
una mierda, especialmente cuando el hombre sexy me interesaba
está parado justo a mi lado.
Tirones.
"Hice panqueques", dice Louise. "Eso podría ayudarte a sentirte
mejor".
Kristen Proby. 114

"No." Niego con la cabeza y tomo un sorbo de mi café, que se

está enfriando. "No puedo hacer panqueques".
"¿Qué tal una tortilla?" Pregunta Quinn, captando mi atención.
"Oh, eso suena realmente bien".
"Lo tienes. Siéntate, te traeré una botella de agua y te prepararé
la tortilla".
"Me gustaría una tortilla", dice Rich.
"Entonces supongo que tendrás que hacerte una", dice Quinn y
me guiña un ojo. "Estoy demasiado ocupado cuidando de mi
niña".
"Está bien, ahí va, tan atractivo* (*swoony en el original) de
nuevo", dice Lou con una amplia sonrisa.
"¿Atractivo*?" Pregunta Quinn.
"Ignóralos", digo antes de que Louise pueda responder. "Ambos
son tontos. Y definitivamente no se merecen tu tortilla".
"Tenemos que correr de todos modos", dice Lou mientras ella y
Rich se levantan y recogen sus cosas. "Pero te llamaré más
tarde". "Fue bueno verte, pastel de azúcar". Rich me abraza con
fuerza, luego asiente a Quinn. Sé amable con ella o Lou te dará
una patada en las pelotas."
"Um, está bien", responde Quinn.
"Es una cosa", Louise asiente con una sonrisa mientras saluda y
se va con Rich.
"Oh, vamos, eres abogado. Seguramente has tenido las joyas de
tu familia amenazadas antes". Quinn pone mi tortilla frente a mí
y luego se inclina sobre la encimera, pensándolo bien.
"Una o dos veces, pero normalmente no mientras tenían una
sonrisa de suficiencia en la cara".
No puedo evitar reírme, luego suspiro por el dolor sordo detrás
de mis ojos.
"En serio, cariño, bebe un poco de agua. Ayudará".
Kristen Proby. 115

Me abre la botella y tomo un largo trago. "Gracias, por todo

esto".
"De nada. Deberíamos prepararnos para salir. Tenemos que ir a
trabajar hoy".
Lo miro. "Hoy no, Satanás".
"Sí, hoy." Se ríe y se hace una tortilla. "Todavía tenemos tres
cuartas partes de las cajas en el ático por revisar, y el tiempo se
está escapando en la fecha límite".
Suspiro y aprieto mi cara en mi mano. "Tienes razón. Nunca
pensé que estaría tan harta de papel en mi vida. Es tedioso".
"Pero está dando sus frutos", me recuerda y se inclina para
besarme la sien. "Estás encontrando tu prueba, y puedo pasar
tiempo contigo. Es un ganar-ganar".
"¿Pero qué hay de ti ganando?" Le pregunto frunciendo el ceño.
“Mientras encontremos la verdad, ambos ganaremos. Eso es lo
que importa aquí".
"Estás atractivo *".
"Tengo mis momentos", asiente con una sonrisa de suficiencia.
"Y hoy, después del trabajo, quiero llevarte a algún lugar
divertido".
“¿Voy a necesitar un arnés de seguridad? ¿Un casco?"
"Dios, eso espero".
Kristen Proby. 116

Capítulo diez
~ Sienna ~
"Me encanta el zoológico", le digo con una amplia sonrisa

mientras Quinn entra en el estacionamiento del zoológico del
Bronx. "Esto será genial. Necesito dar un largo paseo".
"No estamos aquí para ver a los animales", dice mientras toma
mi mano y me saca de su Porsche, cierra el auto con llave y me
lleva hacia la entrada.
"Entonces, ¿por qué diablos estamos en el zoológico?"
"Tirolesa".
Me detengo en seco, tirando de él para detenerlo conmigo.
"No."
Niego rotundamente con la cabeza, pero Quinn se ríe, besa mi
mano y me empuja a seguir caminando.
"Será divertido. El aire fresco es exactamente lo que necesitamos
después de pasar todo este tiempo entre papeles polvorientos".
Kristen Proby. 117

"Tengo miedo a las alturas", admito y me muerdo el labio, ya

temiendo esto. "En serio, puedes hacer tirolesa, yo te animaré y
luego podremos ir a ver a los tigres".
"Haz tirolesa y luego te llevaré a ver los tigres".
Nos acercamos a la puerta y él paga dos pases, tanto para el
zoológico como para la tirolesa, y lo sigo adentro.
"Quinn..."
Ahora me toma en sus brazos, sosteniéndome en un fuerte
abrazo, sus manos frotando mi espalda arriba y abajo. "Sienna,
eres la mujer más feroz que conozco. Puedes hacerlo."
"Lo sé, simplemente no quiero". Respiro hondo, me acurruco
contra él y luego lo dejo salir lentamente. Estoy haciendo
pucheros y lo sé. Nunca me había enfrentado a tantos miedos en
mi vida como en el poco tiempo que conozco a Quinn.
De hecho, es algo rudo. Tiene razón, puedo hacerlo. Y si lo hace
feliz en el proceso, ¿cuál es el daño?
Se ríe y besa mi frente. "Vamos a comprobarlo. Si todavía te
asusta, iremos a ver a los tigres".
"No entiendo qué es lo emocionante de estar a trescientos pies
en el aire". Mi voz ya no es mala, sino más curiosa.
"Desearía que esto fuera tan alto", dice con un suspiro.
"Desafortunadamente, estamos restringidos por la ciudad, y este
está a sólo cuarenta pies del suelo". "Todavía podría caer y
morir".
"No lo harás", dice con la confianza que sólo Quinn tiene. "Sin
mencionar que esta es una línea de lado a lado, por lo que
podemos ir al mismo tiempo".
"¿Se supone que eso es alentador?"
Él sonríe y guiña un ojo. "Sí."
En ese momento, dos personas navegan sobre nosotros, riendo y
gritando.
"¿Ves? Se están divirtiendo ".
Kristen Proby. 118

"Parecían de dieciséis".
“Este es un deporte para todas las edades”, me asegura.
"Te advertí que no soy una buscadora de emociones fuertes".
Frunce el ceño y me siento un poco culpable. Está tratando de
incluirme en las cosas que le gusta hacer por diversión, y dado
que el hombre es un adicto al trabajo que no sale mucho de la
oficina, no sólo se toma un descanso, también me incluye a mí.
Y eso dice mucho.
"Pero voy a intentarlo".
Su rostro se transforma de nuevo en una sonrisa.
"Gracias."
Respiro hondo cuando nos acercamos a los chicos con su equipo,
y los siguientes treinta minutos están llenos de adaptaciones e
instrucciones.
"Aquí está tu casco", dice Quinn, pasándomelo. Intento
ponérmelo en la cabeza, pero mi moño me estorba. "Tendrás que
quitarte el pelo".
Arrugo la nariz, pero hago lo que me dice y me meto la cinta del
pelo en el bolsillo. El casco se desliza fácilmente y se ajusta
debajo de mi barbilla.
"Te ves linda con este atuendo".
"Oh, bien, porque eso es lo que estaba buscando".
Quinn se ríe y saca su teléfono, tomando una selfie de nosotros
dos, y luego estamos en una plataforma, mirando hacia el suelo a
doce metros.
"Es realmente alto".
"He hecho tirolesa a ciento cincuenta metros de altura antes",
dice Quinn, sacudiendo la cabeza. "Esta es una fácil."
"Qué bueno", murmuro en voz baja. Voy a morir. Así es como
sucede.
Kristen Proby. 119

"Oye." Miro a Quinn, que me sonríe, y extiende su mano hacia la

mía, que tomo. "Voy a estar a tu lado todo el camino. No cierres
los ojos porque te lo perderás".
"Sí, señor."
Y lo siguiente que sé es que estamos navegando por el aire,
sostenidos con sólo algunos cables y pura voluntad, y así es...
estimulante.
Incluso divertido.
"¡Mierda!" Grito. Nuestros brazos están extendidos mientras
navegamos, los dos riendo y mirando el zoológico, los árboles
que nos rodean. Es magnífico.
Y algo que nunca hubiera hecho sin Quinn.
Hacemos tres carreras más, y luego me quitan el equipo, me
desabrochan el casco e inmediatamente me retuerzo el cabello.
"Deberías soltarlo", dice Quinn casualmente. "Me gusta tu
pelo."
"Se interpone en mi camino", digo y tomo su mano ofrecida.
"¿Vamos a ver a los tigres ahora?"
"Una promesa es una promesa."
"Así es. Además, quiero un churro y una Coca-Cola ”.
"Ahora estás pidiendo mucho".
"Oye, conquisté mi miedo a las alturas por ti".
"Un churro y una Coca-Cola será".
"¿Ya es miércoles?"
Reviso el calendario en mi escritorio cuando el tío Patrick entra
en mi pequeña oficina y se sienta en la silla junto a mi escritorio.
Vine a la oficina hoy para investigar y para cambiar de escenario.
"El tiempo pasa volando".
“Miércoles al mediodía”, confirma con un guiño. Se parece
mucho al abuelo, de la forma en que lo recuerdo de cuando era
pequeña. "Pero en lugar de salir hoy, te traje el almuerzo".
Kristen Proby. 120

Dejó una bolsa marrón sobre mi escritorio y comenzamos a

comer sándwiches y encurtidos.
"Gracias por esto."
"Sé que has estado más ocupada de lo normal", dice y toma un
sorbo de agua. "¿Cómo va el caso, por cierto?"
"No está mal, en realidad." Doy un mordisco a mi sándwich,
sorprendida de lo hambrienta que estaba. "Pero es lento".
"¿Necesitas algo?"
"No lo creo". Me limpio la boca y suena el teléfono. "¿Te importa
si tomo esto?"
"Por supuesto no."
"Esta es Sienna".
"Hola, Sienna, es London. Estoy segura de que estás en el trabajo
y no pretendo interrumpir".
“No te preocupes, London. ¿Qué pasa?"
"Bueno, los muchachos están trabajando hasta tarde hoy, y
pensé que tú y yo podríamos reunirnos para tomar una copa
cuando termines el día. Hay un gran lugar cerca de la oficina de
Finn que tiene los mejores martinis de la ciudad".
“Eso en realidad suena muy divertido. Me encantaría. ¿Puedo
enviarte un mensaje de texto cuando me vaya de aquí?"
"Eso es perfecto. Estoy emocionada de verte."
"Lo mismo aquí, nos vemos pronto."
Cuelgo y me vuelvo hacia el tío Patrick, que me mira con
curiosidad. Estoy seguro de que pudo escuchar la mayor parte de
mi conversación. Mi oficina es tan pequeña que prácticamente
nos chocamos los codos.
"Pensé que estabas trabajando en el caso del parque por las
tardes", dice.
"Lo estoy, pero Quinn tiene que trabajar hasta tarde con su
hermano, así que me reuniré con London, la prometida del
hermano de Quinn, para tomar algo hasta que Quinn esté libre".
Kristen Proby. 121

"En la ciudad, donde los archivos no están".

Me siento y me limpio la boca de nuevo, mirándolo fijamente.
"Sí."
"Sienna, no sé si es apropiado que trabajes tan de cerca con el
abogado contrario de un caso. Odiaría ver que te echan del caso
porque estás actuando… inapropiadamente".
Muerdo un bocado de mi pepinillo, sorprendida tanto por la
opinión de mi tío como por mi necesidad inmediata de
defenderme.
“Bueno, aunque Quinn y yo estamos trabajando para diferentes
lados del mismo caso, estamos trabajando hacia el mismo
objetivo: encontrar la verdad. Sin mencionar que el juez aprobó
que trabajáramos juntos. Este caso tiene más de cien años, tío
Patrick. No hay forma de que pueda hacer todo este trabajo sola".
"Simplemente estoy expresando mis preocupaciones".
"Y tú tienes." Tiro mi envoltorio a la basura, irritada porque él
está cuestionando mis motivos y mi ética de trabajo. Sabe que mi
familia y este caso son importantes para mí. "No haría nada para
estropear esto. Es importante para mí, nuestra familia y la
ciudad. Así que créeme cuando digo que estoy motivada para
ganar este caso, y con quién elijo pasar mi tiempo libre no
afectará eso".
"Bien." Su rostro está sobrio mientras está de pie. "Sé que tienes
una gran carga de trabajo y no te entretendré más. Te agradecería
que me mantuvieras informado sobre esto".
"Sabes que no puedo hacer eso". Le frunzo el ceño y finalmente
me pongo de pie. "No puedo decirte mucho".
Él guiña un ojo. "Podemos hablar en privado".
"Ya sea que estemos en mi oficina o en tu casa, la respuesta es la
misma".
Él asiente, luego se da vuelta y sale de mi oficina, y yo me quedo
preguntándome qué diablos acaba de pasar. El tío Patrick sabe
Kristen Proby. 122

que no puedo hablar sobre el caso, y nunca antes había

cuestionado mi juicio.
¿Es el dolor hablando? ¿Preocupación? No lo sé, pero no me
gusta.
"¡Aquí!"
London está junto a las ventanas, saludando en mi dirección. Su
cabello largo y oscuro está suelto y rizado, y su sonrisa es amplia
y amigable.
Sí, creo que London y yo seremos amigas.
“Oye, lo siento, me tomó tanto tiempo llegar aquí. El tráfico era
una mierda". Dejo mi bolso en la silla a mi lado y me siento.
"Estás bien, y me tomé la libertad de pedirte una gota de limón".
"Salud." Suspiro y tomo un sorbo de mi cóctel. London levanta la
mano para meterse el pelo detrás de la oreja, y de inmediato le
agarro las manos. "Lo primero es lo primero. Necesito ver este
anillo".
"Es un loco", dice riendo, y me tiende la mano para que mire con
mis propios ojos el brillante diamante en su dedo.
"Te queda mejor que en la caja".
"¿Te lo mostró?"
Asiento y bebo mi bebida. "Estaba nervioso, y le dije que con un
anillo como ese, no tenía nada de qué preocuparse".
"Él podría haberme dado un anillo de Cracker Jack y yo todavía
habría dicho que sí", responde, mirando soñadora su mano.
"Pero lo hizo bien".
“¿Cómo te lo propuso? Dijo que iban a ir a Martha's Vineyard,
pero eso es todo lo que sé".
“Bueno, nos enamoramos allí”, comienza. "Somos dueños de
casas contiguas, y ambos pasamos mucho tiempo allí el año
pasado".
Kristen Proby. 123

"El viejo truco del vecino de al lado", le digo con un movimiento

de cabeza, haciéndola reír.
"Exactamente. No habíamos vuelto allí en mucho tiempo porque
los dos habíamos estado muy ocupados con el trabajo, así que
cuando sugirió que viajáramos el fin de semana después de la
noche de estreno, me apresuré a hacerlo. Extraño mucho la
playa".
“La playa es la mejor. No he ido en años".
"Oh, ustedes deberían quedarse en uno de nuestros lugares. Eres
bienvenida en cualquier momento."
"Gracias. Ahora, ve a lo bueno".
"Correcto." Ella se ríe y se mueve en su silla. “Entonces, se
avecinaba una tormenta, y tengo un miedo terrible a las
tormentas. Como, mi ansiedad se dispara y estoy destrozado. Ha
sido así desde que era niña.
“Finn lo sabe, por supuesto, y es genial para calmarme. Por lo
general, sólo me distrae con sus payasadas desnudas, y funciona
de maravilla".
"Como debería."
"Me gustas", dice riendo. “De todos modos, llevábamos un par
de horas en la casa y era tarde porque el espectáculo se retrasó y
fue un caos. Entonces, estamos acostados en la cama, puedo ver
el relámpago y estoy empezando a excitarme. Finn comienza con
todo el asunto de las payasadas desnudas..."
"Bendito sea."
"Y luego se detiene, y dice que iba a hacer esto mañana en la
playa, pero no puedo esperar. Y me pidió que me casara con él".
"Bueno, esa es una forma de distraerte de la tormenta".
"¿Cierto? No creo que nunca veré una tormenta y no pensaré en
ese momento. Fue especial".
"¿Qué le vas a decir a otras personas cuando te pregunten cómo
te propuso matrimonio?"
Kristen Proby. 124

"No puedo decir exactamente que me preguntó durante sus

payasadas desnudas", dice, mordiéndose el labio. "Supongo que
sólo diré que me lo pidió en la playa. Es verdad."
"Perfecto." Sostengo mi vaso para que tintinee contra el de ella.
"Felicidades."
"Gracias. Ahora, hablemos de ti y Quinn".
"Ha habido algunas payasadas desnudas", concedo, haciéndola
resoplar.
"Parecía más que eso en la inauguración", dice ella. "Vi la forma
en que te miraba".
"¿Y cómo es eso?"
"Como si hubieras colgado la luna y todas las estrellas del cielo".
"Me gusta", respondo y encojo un hombro. “Pasamos mucho
tiempo juntos debido a este caso. No sé qué pasará cuando
termine".
"¿Por qué?"
"Volverá a trabajar ochenta horas a la semana, por supuesto".
"Quizás no lo hará. Finn ha aprendido a equilibrar ambos".
"No sé si Quinn quiere eso", respondo pensativamente. "Le
encanta la emoción de su trabajo".
"Y él todavía puede tener eso", señala. "No lo descartes tan
fácilmente. A veces, una persona está dispuesta a hacer más de lo
que creía posible con la motivación adecuada".
"Nunca se sabe", estoy de acuerdo. "No lo voy a descartar.
Supongo que lo estoy tomando un día a la vez".
"No hay nada malo en eso tampoco".
"Te encontramos."
Finn y Quinn se acercan a la mesa. Finn besa apasionadamente a
London, y me vuelvo hacia Quinn con una sonrisa, pero también
me siento arrastrada por un beso ardiente que hace que mis
dedos de los pies se encrespen en mis elegantes Louboutins.
"Bueno, hola", le digo cuando se aleja.
Kristen Proby. 125

"Hola. Te traje estos." Me pasa rosas con pétalos blancos que se

vuelven rosas en las puntas. "Es mi disculpa por llegar tarde".
"Estás perdonado." Entierro mi nariz en ellos y respiro hondo.
"Se verán geniales en mi estudio".
"Quinn nos dijo que eres una artista, Sienna", dice Finn después
de que él y Quinn piden cervezas. "Vi la pintura colgada en su
apartamento".
"¿Pintaste eso?" London pregunta con los ojos muy abiertos.
"Lo hice", confirmo.
"Es bonito. ¿Alguna vez haces trabajos personalizados?"
"No lo he hecho antes, pero no veo por qué no podría".
"Oh, me encantaría una pintura de la casa de la playa para
colgarla en nuestra casa en Manhattan", dice, aplaudiendo con
entusiasmo. “No vamos allí con la suficiente frecuencia. ¿Podrías
trabajar con fotos?"
"¿Por qué no vamos allí?" Pregunta Quinn, sorprendiéndome.
"¿Porque estamos en medio de un caso?"
Se encoge de hombros y toma un sorbo de cerveza. "Cuando el
caso esté terminado, podríamos tomarnos un fin de semana e
irnos".
"Realmente deberías", dice Finn.
“Es hermoso allí, y luego puedes ver la casa en persona. Incluso
puedes pintar allí, si quieres".
"Tengo una gran terraza acristalada", dice London, abriendo las
fotos en su teléfono y gira la pantalla hacia mí, mostrándome un
porche cerrado con vista al agua.
"Ese sería un gran lugar para pintar".
"Está decidido entonces", dice Quinn y entrelaza sus dedos con
los míos debajo de la mesa. "Terminaremos el caso y luego nos
escabulliremos por unos días".
"Okey." Asiento, pensándolo bien. “Tuve que reprogramar mi
tiempo de vacaciones para este caso, estoy segura de que puedo
Kristen Proby. 126

hablar con mi jefe para que extienda mi año sabático con

vacaciones. Me tomaré una semana libre del trabajo y, cuando
regresemos, terminaré tu pintura".
"¿Quieres que te pague por adelantado?" London pregunta, pero
niego con la cabeza.
"Considéralo un regalo de compromiso".
Los ojos de London se llenan de lágrimas y Quinn lleva mi mano
a sus labios.
"Me gusta", dice London, secándose los ojos. "Ella es una
guardiana".
"A mí también me gusta", responde Quinn, mirándome con esos
ojos marrones. "Gracias."
"Puede que lo odies", le respondo, tratando de aligerar el estado
de ánimo de nuevo.
"Me encantará", dice con un resoplido, luego sonríe
alegremente. "Ahora, brindemos por los nuevos comienzos y los
nuevos amigos".
Beberé por eso.
La camarera vuelve a preguntarnos si queremos pedir comida.
"¿Deberíamos pedir algo?" Finn pregunta, pero Quinn ya está
negando con la cabeza.
"Tenemos que ir a trabajar", dice y me guiña un ojo.
"Gracias por las bebidas, y enhorabuena de nuevo", digo
mientras London se acerca a la mesa para darme un abrazo.
"Hagamos esto de nuevo".
"Te estoy obligando a eso", dice. "Y cuando estés lista para ir a la
playa, Quinn y Finn lo arreglarán".
"Gracias."Salimos del bar y bajamos la cuadra hasta el edificio de
oficinas de Quinn, luego bajamos al estacionamiento.
"¿Estás seguro de que quieres conducir hasta el Bronx en este
momento?" Le pregunto, mirando mi reloj. "Eso te llevará a casa
muy tarde".
Kristen Proby. 127

"Odio perder otro día de trabajo, pero lo que realmente quiero

hacer es llevarte a casa, desnudarte y hacerte gritar".
Todo mi cuerpo se tensa y mis bragas se inundan. Jesús, él puede
llevarme de una agradable satisfacción a una furiosa excitación
en el lapso de siete palabras.
"Um, bueno, eso también suena divertido".
Se ríe, vuelve a besarme la mano y conduce sin problemas a
través del tráfico de Manhattan hasta su edificio.
"Por supuesto, vas a tener que alimentarme".
"Sexo y comida, en ese orden".
Kristen Proby. 128

Capítulo once
~ Quinn ~
"Ahora que hemos terminado con eso", dice Bruce House y

cambia sus papeles en mi mesa de conferencias, "hablemos de la
propiedad en el Bronx. ¿Cómo va el caso?
Así es como paso todos los viernes por la mañana, con Bruce en
la sala de conferencias, repasando los varios casos en los que
estoy trabajando para él en un momento dado.
El hombre es dueño de la mitad de Manhattan.
"Está progresando", respondo. "Milisegundo. Hendricks, el
abogado de la familia, ha encontrado dos recibos de pagos del
préstamo original, que muestran el pago del cincuenta por ciento
".
Sus cejas suben y se sienta en su silla, pensando.
"Interesante. Así que es concebible que el préstamo se haya
pagado en su totalidad después de todo".
Kristen Proby. 129

Es probable. "Acordado."
"¿El nombre del abogado de la ciudad es Hendricks?"
Entrecierro los ojos y veo cómo se frota los labios con las yemas
de los dedos.
"Sabes que lo es, la conociste".
"Honestamente, no recordaba su nombre en ese momento, pero
se me ocurre que el apellido de la persona que me envió la carta
era Hendricks".
Cada vello de mi cuerpo se eriza.
"¿Y te estás dando cuenta ahora?"
Se encoge de hombros. "No parecía importante en ese
momento".
"Se llama Hendricks Park, el nombre del abogado es Hendricks,
¿y no conectó los puntos que la persona que le dio esta carta
también es Hendricks?" Me mira fijamente por un momento, sin
responder, y quiero arrojar algo.
"Bruce".
"Está bien, no dije nada", dice y levanta las manos en señal de
rendición. "Soy ahora."
"No puedo representarlo si oculta información".
Sostiene mi mirada con firmeza. "Tienes la información".
"¿Cuál fue el primer nombre?"
"Patrick", dice, y mi sangre está oficialmente hirviendo. "¿Es
pariente suyo?"
"No lo sé", respondo, mintiendo fácilmente. No le estoy dando a
Bruce información personal sobre Sienna. "Los mantendré
informados sobre cualquier cambio en el caso".
"Lo sé."
Recoge sus cosas y, como todos los viernes, sale por la puerta a
las diez.
E inmediatamente entro a la oficina de Finn, complacido de ver
que Carter ya está aquí.
Kristen Proby. 130

"Necesito hablar con ustedes dos."

Cierro la puerta, ganándome miradas intrigadas de ambos.
"¿Qué pasa?" Carter pregunta y toma un sorbo de café.
"Bruce House es un dolor en mi trasero y no sé por qué trabajo
para él".
“Porque aporta millones de dólares a nuestra práctica cada año”,
responde razonablemente Finn. "¿Qué hizo ahora?"
“Él ocultó información importante sobre el caso del Bronx.
Simplemente me dijo que fue Patrick Hendricks quien le dio la
carta de venta original”.
"¿Quién es Patrick Hendricks?" Pregunta Finn.
"El tío de Sienna".
Intercambian miradas de sorpresa y quiero volver a golpear algo.
"¿Por qué no te dijo eso hace semanas?"
"¿Por qué Bruce hace todo lo que hace?" Respondo y camino
hacia las ventanas. “Pero ahora sé que el maldito tío de Sienna
está tratando de sabotear la propiedad del parque. Ella va a estar
muy herida. Ella está cerca de él". "Quinn, no puedes decírselo".
Me doy la vuelta ante el comentario de Carter y me meto las
manos en los bolsillos, el miedo se apodera de mi vientre.
"Privilegio abogado-cliente. No puedes decírselo".
"Estoy jodido", respondo y me siento en la silla de cuero junto a
Carter, luego cuelgo la cabeza entre mis manos. "¿Cómo se
supone que voy a mirarla a los ojos y ocultarle esto?"
"¿Qué está pasando realmente entre ustedes dos?" Pregunta
Carter. "Seguramente no es más que sexo".
"Estoy locamente enamorado de ella", respondo de inmediato,
sorprendiéndonos a los tres. Me quedo mirando a cada uno de
ellos, mi boca se abre y se cierra, y luego trago saliva y me froto la
cara con la mano. "Sí, lo estoy."
"Jesús", susurra Finn. "Lo sabía. Nunca te había visto mirar a
alguien así".
Kristen Proby. 131

"Entonces, sé que su tío la está jodiendo y no puedo decírselo".

"No", responde Carter. "No puedes."
"¿Qué tienes hasta ahora?" Finn pregunta, y repito lo que le dije
a Bruce, que hemos encontrado el 50 por ciento del dinero.
"Pero sólo hemos revisado una cuarta parte de las cajas y nos
quedan dos semanas".
"Tenemos que acelerar el ritmo con eso", dice Finn. "Tenemos
secretarios legales que pueden revisar el papeleo".
"Tienes razón", respondo, asintiendo. “Tenemos que encontrar
la prueba de que el dinero se devolvió. Haré que traigan todas las
cajas aquí, y podemos hacer que los empleados lo hagan".
"Buena suerte con eso", dice Carter con una sonrisa. "Como si
Sienna simplemente fuera a entregar todo el papeleo de su
familia de los últimos cien años al abogado contrario".
"La convenceré", respondo. "Ella verá la razón".
"Como dije, buena suerte con eso".
Inmediatamente me apresuro a regresar a mi oficina, cierro la
puerta con llave y llamo a Sienna.
"Esta es Sienna".
"Soy yo. Escucha, estaba mirando el calendario y la pila de cajas
todavía tenemos que pasar, y se me ocurre que el tiempo está en
nuestra contra".
"Ya sé esto", dice con un suspiro.
"Bueno, estaba pensando, ¿por qué no traslado todas las cajas
restantes a mis oficinas y puedo asignar varios asistentes legales
para que comiencen a ayudar?"
Ella está callada por un minuto, y justo cuando creo que corté la
llamada, mi teléfono comienza a sonar con un FaceTime.
"¿Estás loco?" pregunta cuando recojo.
"No lo creo."
Kristen Proby. 132

"Quinn, no voy a entregar toda la información de mi familia a tu

oficina. El hecho de que te haya invitado a ayudarme fue un gran
paso para mí".
De acuerdo, Carter tenía razón.
"Sienna, no hay forma de que terminemos a tiempo a este ritmo.
Necesitamos más mano de obra. Incluso contigo trabajando a
tiempo completo y yo ayudando a tiempo parcial, no es
suficiente".
Ella exhala un suspiro y cierra los ojos, y desearía estar allí para
tomar su mano o envolverla en mis brazos. Pero ella no necesita
eso. Ella necesita resolver esto por su cuenta.
Ver las emociones jugar sobre su hermoso rostro es fascinante.
Finalmente, suspira de nuevo y niega con la cabeza, como si no
creyera lo que está a punto de decir. "Quinn, habrá reglas".
“Entendido y de acuerdo. Haré los arreglos para que todo se
traslade el lunes por la mañana".
"Okey. Te veré más tarde."
Y luego ella se fue, y yo puse el plan en marcha, contraté a la
empresa de mudanzas y asigné las tareas, utilizando sólo
empleados senior.
Por nuestro bien, no quiero que nadie arruine esto.
"Jesús, mis ojos están borrosos", Sienna dice la tarde siguiente.

Se empuja los ojos con los dedos y suspira. Hemos estado
sentados en esta mesa desde que salió el sol esta mañana,
revisando cajas.
Aún nada.
Me paro, estiro las piernas y camino hacia ella, masajeando sus
hombros y cuello.
"Oh, eso es bueno." Suspira, apoyándose en mi toque. "Sé que
deberíamos quedarnos más tiempo, pero mi cerebro es una
papilla".
Kristen Proby. 133

"Todavía estará aquí mañana", respondo, inclinándome para

besar la parte superior de su cabeza. "Y tendremos mucha ayuda
en la oficina a partir del lunes".
"¿Estás seguro de que es una buena idea?" pregunta y se inclina
hacia atrás para mirarme. "Me pone nerviosa."
"¿Qué, no confías en mí?"
"¿Tú? Sí, sin dudarlo. Pero no conozco a tus empleados".
Odio tener este secreto entre nosotros. Algo me dice que una vez
que se rompa la confianza con Sienna, repararla será casi
imposible.
Pero no tengo elección.
“Estableceremos las reglas básicas. Dave te ha dado la
oportunidad de trabajar en este caso exclusivamente hasta que
esté terminado, por lo que estarás allí todos los días. Vamos a
hacer que funcione".
"Está bien", dice con un suspiro. "Necesitamos la ayuda, eso es
seguro".
Se pone de pie y se vuelve para abrazarme, inclinando su rostro
hacia arriba para un beso. Sus labios son suaves y tersos, y
confiados debajo de los míos.
Ella me emborracha.
"Creo que es mi turno de llevarte a un lugar especial", dice con
una sonrisa.
“¿Necesito un arnés de seguridad? ¿Un casco?" Le devuelvo las
palabras y ella se ríe, haciendo que mi estómago y mi polla se
aprieten.
"No esta vez", responde mientras recoge sus cosas y me lleva
fuera de la casa, cierra con llave y se une a mí en mi coche. Ella se
mueve hacia el lado del pasajero, pero la detengo.
"¿Por qué no conduces?"
Se detiene y vuelve esos grandes ojos azules hacia los míos.
"¿Yo?"
Kristen Proby. 134

"Tú." Sonrío y abro la puerta del lado del conductor para ella.
"Sabes a dónde vamos".
Mira con nostalgia el coche, luego sonríe ampliamente y se
apresura a ponerse detrás del volante.
"No tienes que decírmelo dos veces", dice mientras me siento en
el lado del pasajero y abrocho mi cinturón de seguridad. "No voy
a acelerar demasiado".
"No estoy preocupado", respondo con un reír.
"¿Alguna vez te han detenido?"
La miro, luego empiezo a reír desde lo más profundo de mis
entrañas.
"Más veces de las que puedo contar". Sonrío mientras ella coloca
el asiento justo así, ajusta los espejos, luego presiona el botón de
inicio y entra en la carretera.
Luego lo dispara y nos vamos, a toda velocidad por las calles
residenciales del Bronx.
"Te encanta ir rápido", le digo, mirándola morderse el labio de la
emoción.
“Este coche es sólo... tan bueno."
"Puedes conducirlo cuando estemos juntos, si quieres".
Ella se ríe, me mira y luego vuelve a reír. Lo siguiente que supe es
que estamos estacionados en su casa.
"Estamos aquí", anuncia, quitándose el cinturón y saliendo del
coche.
"Manejamos menos de una milla", digo con sorpresa.
"Sí. Aquí es donde quería ir".
Antes de que pueda entrar a la casa, la agarro por la muñeca y la
tiro contra mí, emocionado por la forma en que su cuerpo se
amolda al mío, como si estuviera hecha sólo para mí.
"Eres increíble. ¿Lo sabes bien?"
"Estoy bastante bien", asiente con una sonrisa, mirándome con
ojos felices. "Entremos."
Kristen Proby. 135

La sigo hasta la casa. Deja su bolso y llaves en sus lugares

habituales. El resto de su casa está en orden. No es perfecto, como
lo sería si ella fuera una fanática loca del orden, pero casi todo
tiene un lugar.
"¿Necesitas recoger algo?" Le pregunto, pero ella niega con la
cabeza y me lleva a su dormitorio. "¿O simplemente querías
desnudarte?"
“Ninguna de las dos”, dice riendo. “Quiero llevarte a mi estudio.
Necesito cambiarme de ropa. ¿Te importa si las que estás usando
se ensucian?"
Echo un vistazo a mi atuendo habitual de fin de semana de
pantalones cortos de cargo y una camiseta y niego con la cabeza.
"No, tengo un millón de estos".
"Excelente." Se mete en su armario y, menos de un minuto
después, regresa con un par de pantalones cortos y una camiseta
sin mangas blanca, ambos con salpicaduras de pintura. "Este es
mi traje de pintura".
"Jesús, Sienna, te desnudaré antes de que lleguemos a lo alto de
las escaleras."
Ella sonríe y niega con la cabeza, y no puedo dejar de mirarla.
Sus pies están descalzos, su cabello rubio rojizo está recogido en
su habitual nudo casual, y está usando sus lentes, lo que
inmediatamente me endurece la polla.
Agrega el equipo de pintura y estoy listo para explotar.
“Quiero hacer esto contigo”, dice mientras toma mi mano y me
lleva escaleras arriba y al estudio. La luz natural inunda el
espacio. Ha tirado lonas al suelo, protegiéndolo de la pintura.
Y tiene dos lienzos nuevos colocados en caballetes en el medio de
la habitación.
"¿Planeaste esto?"
"Quizás", dice con una sonrisa. Ella tiene dos paletas de pintura
limpias colocadas en una mesa y comienza a cargarlas con los
Kristen Proby. 136

mismos colores de pinturas. “Hoy vamos a trabajar en la misma

pintura. Me gustaría enseñarte, si quieres aprender".
"Soy todo tuyo", respondo. Jesús, ella es hermosa, confía en cada
movimiento que hace. Sus movimientos son rápidos y precisos, y
en poco tiempo, tiene ambas paletas listas.
“Está bien, aquí están tus pinturas. Ya tengo los pinceles y el
agua colocados en los caballetes".
"Estás bastante preparada".
“No he tenido la oportunidad de pintar mucho últimamente, y
esperaba terminar temprano hoy. Además, me has llevado varias
veces a compartir lo que disfrutas y me di cuenta de que yo no he
hecho lo mismo por ti".
"Disfruto simplemente estar contigo". Se detiene y se vuelve
hacia mí, una sonrisa feliz se extiende por sus labios.
"Eso es algo dulce que decir".
"Es verdad. Si puedo correr, hacer tirolesa, pintar, o
simplemente respirar contigo, bueno, todo es una ventaja".
"Eres encantador", dice mientras prepara nuestros dos lienzos.
"No, no lo soy. No digo tonterías. No digo lo que no quiero
decir".
"Eso no es lo que estaba diciendo", responde con calma. "Sólo
quise decir que eres amable y dulce, y es bastante atractivo".
Parpadeo, mirándola mientras se sube las gafas por el puente de
su pequeña nariz.
"Parece que tú tampoco escupes tonterías".
"No. Nadie tiene tiempo para eso".
Mis labios se mueven mientras imito lo que está haciendo con
sus pinturas en mi propio lienzo. "¿Lo estoy haciendo bien?"
"Perfectamente."
Empieza a explicar por qué está preparando los lienzos de cierta
manera. Por qué eligió estas pinturas en particular y qué tiene en
mente para que pintemos hoy.
Kristen Proby. 137

"Me gustaría pintar un horizonte", dice. "Suena simple, pero no

lo es".
“Nada de esto es simple”, respondo, ya frustrado y sintiendo que
tengo dos pulgares izquierdos. "¿Quién dice que es simple?"
“He descubierto que muchas personas descartan el arte como
algo fácil. Oh, ¿escribes? Tengo una idea para un libro''. ``¿Tú
pintas? Pensé en hacer eso".
"Quizás simplemente desearían tener el mismo talento que tú".
Ella inclina la cabeza, pensándolo bien. "Quizás. Es una pena que
nos burlemos de lo que desearíamos tener, ¿no es así?"
"Los seres humanos hacen muchas cosas que son vergonzosas".
Como mentirle a su novia sobre el imbécil de su tío.
Se limpia la mano en el muslo, justo debajo del dobladillo de sus
pantalones cortos, y deja una mancha blanca de pintura en su
piel.
No sé si alguna vez he visto algo tan sexy en toda mi vida.
Durante los siguientes treinta minutos, pintamos en silencio.
Sienna con trazos seguros, líneas seguras y yo tratando de dar lo
mejor de mí.
La tercera vez que se limpia la piel con pintura, esta vez en el
pecho, justo debajo de la clavícula, no puedo soportarlo más.
Dejo mis pinturas en la mesa al lado de mi caballete, me vuelvo
hacia ella y paso mi pincel desde la bola de su hombro hasta su
codo.
En lugar de jadear y asustarse, que es exactamente lo que espero
que haga, arquea una ceja y mira la pintura, luego a mí a través de
esos anteojos de montura negra.
"¿Me acabas de pintar?"
"Eres mucho más intrigante que el lienzo".
Se muerde el labio, se vuelve hacia mí y pinta una línea azul por
mi mandíbula. "Tienes razón."
Kristen Proby. 138

Esta vez cargo mi pincel con pintura roja, y hago un corazón en

su escote, y luego está encendido.
Me he olvidado por completo del lienzo y estoy completamente
concentrado en la mujer increíble que tengo ante mí.
"Quítate la camisa", ordeno, sin dejar espacio para la discusión.
Ella obedece de inmediato, y hago girar la pintura sobre sus
pezones fruncidos, haciéndolos erguidos. Se le pone la piel de
gallina.
"Eso está frío", susurra. Pero se siente... bien." Su cuerpo es
mágico. Huele a vainilla y especias, y su piel es suave y tersa.
Tiene curvas en todos los lugares correctos y firme en otros. Ella
es todas las fantasías que he tenido, y exactamente lo que no
sabía que estaba buscando.
"Nunca me cansaré de explorarte", murmuro, dejando que mi
pincel recorra su hombro hasta su espalda mientras camino a su
alrededor. "Eres impresionante, Sienna".
Suspira mientras le desabrocho los pantalones cortos y dejo que
se acumulen alrededor de sus pies y continúo pintando su piel,
dibujando patrones en sus nalgas, su espalda, sus piernas.
Tengo cuidado de dejar su núcleo limpio.
"¿Puedo pintarte ahora?" pregunta sin aliento, haciéndome
sonreír.
"Puedes hacer lo que quieras, cariño".
En lugar de volverse hacia mí y empezar a cepillarme con
pintura, deja caer el pincel al suelo, se vuelve hacia mí y se lanza a
mis brazos.
No me importa que me esté manchando de pintura, sólo me
importa que esté presionada contra mí, y estaré dentro de ella en
unos catorce segundos.
Sus dedos se sumergen en mi cabello, haciendo puños y
soltándolos, pasando por los mechones mientras clava sus uñas
en mi cuero cabelludo, enviándome directamente al cielo.
Kristen Proby. 139

Antes de Sienna, no me habría llamado un hombre cariñoso.

Ahora no puedo tener suficiente de su contacto.
"Te quiero", murmura contra mis labios. "Cuarto."
"Demasiado lejos", respiro y gimo cuando ella hunde los dientes
en mi lóbulo de la oreja y tira. "Joder, me vuelves loco".
"Tú también, as."
Kristen Proby. 140

Capítulo doce
~ Sienna ~
Santo Cristo.
Tal vez esta no fue una gran idea porque ahora no sé cómo voy a
entrar en mi estudio y no pensar en las manos de Quinn por todo
mi cuerpo.
Me está volviendo loca, de la mejor manera posible.
¿Y quién diría que las cerdas del pincel se sienten así? No lo
hacía. Y ahora lo hago. Y santo infierno.
"Deja de pensar", murmura contra mi cuello justo antes de
mordisquear su camino hasta la parte superior de mi hombro.
"Simplemente se siente."
"Oh, me siento", respondo. No puedo resistir hundir mis dedos
en su cabello de nuevo. Es oscuro y grueso, más largo en la parte
superior que en los lados, y se siente como seda entre mis dedos.
Me inmoviliza contra la pared, mis manos sobre mi cabeza y
presionadas contra la pared de arriba, mientras su boca recorre
Kristen Proby. 141

mi cuello, con cuidado de evitar donde me ha pintado. Intento

pasar mi pierna por su cadera, pero no deja de moverse.
"Simplemente disfruta, cariño", dice.
"Me estoy retorciendo". No hay otra forma de describirlo. No
puedo quedarme quieta. Necesito moverme contra él.
De repente, me levanta en sus brazos y me lleva fuera del
luminoso estudio a mi cocina, me deja en la isla, abre mis piernas
y se pone en cuclillas ante mí.
"Whoa, cambio de lugar", murmuro, recuperando el equilibrio.
"No te quiero en el suelo".
Le frunzo el ceño. "Ya estoy sucia".
"No te quiero en el suelo", repite con voz firme. Sus manos se
deslizan por el interior de mis muslos hasta que sus pulgares
tocan mis labios. "¿Tienes idea de lo jodidamente hermosa que
eres?"
"Me haces sentir hermosa".
"Lo eres", responde, inclinándose para presionar un beso donde
mi muslo se encuentra con mi centro. "Tienes una peca aquí".
"No, no lo hago".
Él se ríe. "La estoy mirando, bebé. Tú la tienes. Pero no muchos
en ningún otro lugar".
"Pelirroja sin pecas", estoy de acuerdo y respiro cuando él roza
la punta de su lengua sobre la parte superior de mi coño afeitado.
"Dios, Quinn."
"Mm, me encanta escuchar mi nombre así".
Me apoyo en los codos, sin querer apartar los ojos de lo que está
haciendo en el sur. Sus manos son suaves. Su boca tierna.
Y mi cuerpo está en llamas.
Apoya mi pierna sobre su hombro y se zambulle en un beso largo
y profundo, y estoy perdida bajo su hechizo. Mi espalda se
arquea, y estoy bastante segura de que todo mi cuerpo explotó en
un millón de luces parpadeantes.
Kristen Proby. 142

Cuando el mundo se apresura a volver a mí, Quinn está de pie,

desabrochando sus pantalones cortos, enrollando un condón y
presionándome.
"Como un maldito tornillo de banco", gruñe, con la mandíbula
apretada. Entierra su cara en mi cuello y me monta como si su
vida dependiera de ello.
Pero no me está jodiendo. No, lo hemos hecho antes, y esto no es
lo mismo. No es tan apresurado, tan trivial.
Quinn se está moviendo como si no pudiera reclamarme, y es el
sexo más embriagador que he tenido.
Es casi amoroso.
Y Dios, espero que no sea sólo una ilusión de mi parte, porque me
he enamorado de este hombre, anzuelo, línea y plomada.
Entrelaza sus dedos con los míos y besa mi mano, luego mete
nuestras manos junto a nuestros cuerpos mientras se inclina,
presiona sus labios contra mi boca y pierde el control
espectacularmente.
"Deberías quedarte conmigo", Quinn dice una hora más tarde,
después de habernos limpiado y de haber limpiado el estudio, y
hemos vuelto a pintar. "¿Dónde?"
"En mi condominio", dice simplemente, cargando su pincel y
mirándome con atención mientras relleno un edificio con gris
oscuro.
"¿Por qué?"
"Porque vamos a trabajar mucho en Manhattan durante las
próximas dos semanas, y será más conveniente para ti si estás
cerca".
"Mmm." Mordisqueo el extremo de mi pincel, reviso mi trabajo
y pienso en la oferta de Quinn. ¿Quiero quedarme con él?
Duh. Por supuesto que sí. Me encanta dormir junto a él, me
encanta estar con él.
"No sé si es una gran idea".
Kristen Proby. 143

"¿Por qué?" pregunta con calma. Es como si estuviéramos

hablando de dónde queremos cenar o del clima.
“Porque estamos trabajando juntos, y si uno de los secretarios
legales se entera…”
“A menos que tú les digas, no se van a enterar”, dice. "No tengo
el hábito de contarles a mis empleados sobre mis relaciones
personales".
"Buen punto", concedo y limpio mi cepillo. "Supongo que será
mejor que haga una maleta".
Su cabeza gira con sorpresa. "¿De verdad?"
"¿Esperabas más pelea?"
"Bueno sí."
"Puedo darte una".
"No." Deja su pincel y toma mi mano, prácticamente tirándome
a mi habitación. "No, vamos a prepararte una maleta".
"Escucha", dice Quinn el lunes por la mañana. Estamos en la

más grande de las salas de conferencias, con todas las cajas
alineadas contra una pared, y la pared opuesta vacía para las
cajas cuando terminamos de revisarlas. “Sienna Hendricks es la
abogada contraria en este caso y la propietaria de todos estos
archivos. Tenemos el mismo objetivo en mente: encontrar la
verdad. Este caso es diferente porque tiene cien años. No se trata
de una búsqueda en Google ni de buscar los archivos en una
computadora. Tenemos que mirar a mano.
“El tiempo corre y por eso hemos decidido trasladar la operación
aquí. Con su ayuda, esto debería ser mucho más rápido. Pero
Sienna está a cargo".
"Ella no es una socia aquí", señala uno de los empleados, con los
brazos cruzados sobre el pecho. "No me siento cómodo
recibiendo órdenes del abogado contrario".
"Entonces puedes irte", dice Quinn, señalando la puerta.
Kristen Proby. 144

"Genial, volveré a mi oficina".

“No, toma tu mierda y vete. Estás despedido. Esto no está en
discusión".
El hombre mira a Quinn en estado de shock, luego se encoge de
hombros y sale pisando fuerte.
"¿Alguien más tiene algún problema con esto?" Pregunta Quinn.
Los cuatro empleados restantes niegan con la cabeza.
"Tim es un idiota", dice una mujer rubia, sacudiendo la cabeza.
"Esto es fascinante".
"Estoy de acuerdo", respondo con una sonrisa y deslizo mis
manos por mi traje rojo. “Mis reglas son en realidad muy
simples. No quiero que trabajen en esto si no estoy aquí. Como
dijo Quinn, estos son los archivos personales de mi familia. Sin
embargo, estaré aquí todo el día, todos los días. Esta es mi única
prioridad hasta que concluyamos el caso".
"Entraré y saldré", dice Quinn, metiendo las manos en los
bolsillos. Me está mirando desde el otro lado de la habitación, y lo
juro, la química sexual es tan espesa que podrías cortarla con un
cuchillo.
¿Cómo pueden los demás no sentirlo?
"Pero estoy al final del pasillo si hay preguntas. Y con eso, te dejo
a ti".
Él asiente con la cabeza y se va, y miro alrededor de la
habitación, agradecida de tener la ayuda.
"¿Les importaría presentarse?"
"Soy Christy", dice la rubia con una sonrisa. "Estos son Peter,
Matt y Caden".
"Genial. Llámame Sienna. Ya hemos encontrado estos".
Sostengo los recibos para que los vean. “Debería haber dos más,
pero podrían estar en cualquier lugar de estas cajas. Asumo
tendrán el mismo aspecto, pero tampoco lo sabemos con
certeza".
Kristen Proby. 145

"Aguja en un pajar", dice Matt con un suspiro.

"Exactamente", estoy de acuerdo. “También he estado sacando
certificados de matrimonio, certificados de defunción, cosas así
para que no se mezclen con otras tonterías. Si se encuentra con
algo así, le agradecería que lo dejaran a un lado.
"Pero los recibos son lo más importante".
Se abre la puerta y la asistente de Quinn, Kami, entra con una
gran taza de café.
"Quinn me pidió que trajera esto", dice con una sonrisa. "Hay
tazas, azúcar, crema aquí".
"Gracias, Kami", respondo con una sonrisa. "Hagámoslo."
Una hora más tarde, miro hacia arriba y veo que Caden saca una
pila de papeles de una caja, los deja a un lado y saca otra pila,
luego lo devuelve todo a la caja y lo lleva a la pila terminada.
"Usted no miró a través de esos", le digo. "Sí, lo hice. Son solo
facturas de 1943 ".
"Lo siento, tal vez no lo dije claramente. Tienes que mirar entre
cada papel. Los archivos no están bien organizados".
"¿Estás bromeando?" Pregunta Caden.
"Lamentablemente no. Lo sé, dolor en el trasero, pero es por eso
que necesitamos tu ayuda".
"Jesús", murmura, recupera la caja y comienza a peinarla, un
papel a la vez.
Kami regresa con una bandeja de fruta y lo que parecen paquetes
de mezcla de frutos secos.
“Más bocadillos”, dice con una sonrisa, los coloca en la barra y
se ve a sí misma afuera.
"Nunca tenemos bocadillos por aquí", dice Peter.
"Invitado especial", le recuerda Christy, señalándome, y siento
que mis mejillas se sonrojan. "Quizás Quinn está enamorado de
ti".
Kristen Proby. 146

"O tal vez simplemente está siendo amable con un colega",

respondo con una sonrisa. "¿Y ustedes están diciendo que
trabajan en condiciones difíciles la mayor parte del tiempo?"
"No", dice Christy de inmediato. “He trabajado para cosas
mucho peores que esto. No suelen ofrecernos refrescos".
"Pero los tomaré", agrega Caden mientras se mete un puñado de
mezcla de frutos secos en la boca y mastica en voz alta.
El resto de la mañana es tranquila, aunque sin incidentes. No
encontramos más recibos de pago por el dinero prestado.
"Ustedes deberían ir a almorzar", digo por fin y froto mi cuello.
"Darle un descanso a sus ojos".
"Buena idea", dice Peter. "¿Quieres que te traigamos algo?"
"No, pero gracias por preguntar."
Los cuatro se van, y cinco minutos después, Quinn entra con una
bolsa y una sonrisa.
Cierra la puerta detrás de él, haciéndome reír.
"Solos al fin", dice. Pone la comida en la mesa y luego me
levanta en un beso largo y húmedo. "¿Cómo estuvo tu mañana?"
"Bien. Sin acontecimientos notables. Pero ya hemos avanzado
mucho más que tú y yo solos".
"Ese es el objetivo", dice con un asentamiento.
"Además, me enviaste una mezcla de frutos secos".
“Necesitas proteínas”, responde con expresión severa. "No
quiero que pases hambre".
"Christy cree que podrías estar enamorado de mí".
"Christy tendría razón". Su mano se desliza por mi espalda hasta
mi trasero y me tira contra él, entierra su cara en mi cuello y me
muerde allí. "Estás deliciosa".
"Sabes, estamos en el trabajo".
"La puerta está cerrada y a nadie le importa una mierda".
Me río y me rindo. Quiero que me bese.
Y lo hace. Chico, lo hace.
Kristen Proby. 147

Cuando finalmente tomamos aire, tengo que alejarme, pasar mi

mano por mi cabello y respirar hondo.
"Será mejor que me des esa comida antes de que haga algo tonto
como quitarme la ropa y acostarme en esta mesa".
Sus ojos marrones brillan con lujuria y humor.
"Vamos a hacer eso."
"No." Me río y alcanzo el bolsa de comida. "Quizás más tarde."
"Definitivamente más tarde".
"Necesitas dormir", dice Quinn.

Es tarde, pasadas las diez de la noche, y todavía no he vuelto a su
casa para pasar la noche.
“Sólo quiero terminar esto. Quiero encontrarlo".
"Estás agotada, cariño. Necesitas descansar y volver a hacerlo
por la mañana".
Bostezo y luego me encojo de hombros. "Supongo que estás en lo
correcto."
Mi teléfono comienza a sonar, haciéndome fruncir el ceño.
"¿Quién llama a esta hora de la noche? Estás conmigo." Leo la
pantalla y respondo. "¿Tío Patrick?"
"¿Dónde están las cajas?" exige.
"¿Qué cajas?"
“Sabes qué cajas. Los archivos. No están aquí".
Miro a Quinn, cuyo rostro es como una piedra.
"¿Por qué estás en casa del abuelo?"
"Ahora soy dueño de esta casa, Sienna, tengo todo el derecho a
estar aquí. También tengo todo el derecho a saber dónde está la
propiedad de mi padre".
"Está bajo mi custodia", respondo, poniéndome de pie para
poder pasear por la habitación. "Y voy a ser honesta, no aprecio
que me llames a esta hora de la noche para interrogarme sobre
esto. Sabes que nunca haría nada para dañar las cosas del abuelo,
Kristen Proby. 148

y estoy trabajando en un caso abierto en nombre de nuestra

familia".
"Tienes razón", dice con un suspiro. “Vine aquí para sentarme
un rato. A veces hago eso tarde en la noche cuando no puedo
dormir. Le extraño."
"Yo también lo extraño, pero tío Patrick, cruzaste la línea".
"No estoy de acuerdo", responde, su voz dura de nuevo.
"Agradecería una respuesta".
"Como dije, está bajo mi custodia y estoy trabajando en el caso a
tiempo completo, hasta que esté terminado. Todo será devuelto
cuando el caso termine”.
Quinn comienza a masajear mis hombros por detrás y me inclino
hacia su toque, calmándome de inmediato.
El tío Patrick cuelga sin decir adiós, y suspiro, luego me recuesto
cuando Quinn envuelve su brazos a mi alrededor, abrazándome
por detrás.
"Eso fue raro."
"¿Él está enfadado?" Pregunta Quinn.
"Sí, supongo que fue a casa del abuelo y está enojado porque las
cajas se han ido. Es tan extraño, es como si él creyera que no
puedo manejar este caso. Esta no es la primera vez que me llama
sobre algo al respecto".
"Tal vez esté preocupado", sugiere Quinn, pero su voz no suena
segura.
"No lo sé, nunca me ha preguntado antes".
"Mmm."
Me giro en sus brazos y frunzo el ceño. "¿Qué?"
"No lo conozco bien, pero hay algo en él en lo que no confío".
"No seas tonto". Niego con la cabeza y me alejo, recogiendo mis
archivos y maletín. “El tío Patrick simplemente está pasando por
un poco de dolor o soledad. O tal vez le preocupa que el parque se
pierda debido a esto. Ha sido un elemento básico del vecindario
Kristen Proby. 149

durante mucho tiempo, y es algo de lo que mi familia siempre se

ha sentido orgullosa".
"Tal vez", dice Quinn con una leve sonrisa.
"Pero tú no lo crees".
"Como dije, no lo conozco", responde y toma mi mano para
caminar conmigo hasta el auto. "Pero no me gusta que te haya
molestado".
"Estaré bien. Nada que un poco de sueño no solucione". Me
apoyo en él en el ascensor, beso su pecho a través de su camisa.
“Fue una buena idea que me quedara contigo. Es más fácil."
“Tengo buenas ideas de vez en cuando”, dice con una sonrisa.
"¿Tengo que llevarte al coche?"
"No, creo que puedo caminar".
Pero me siento muerta de pie. Cuanto más tiempo pasemos sin
encontrar nuestra prueba, más agotador será.
Estoy preocupada.
En poco tiempo, estamos en el apartamento de Quinn, y estoy

sentada al final de su largo sofá gris, con las piernas estiradas
debajo de mí y una taza de té humeante en las manos.
Estoy mirando la pintura del océano que le di.
Realmente le conviene a este espacio.
"Ni siquiera te has cambiado", dice Quinn mientras se une a mí,
quitando mi taza de mis manos para que pueda tomar un sorbo.
Lleva unos pantalones cortos de gimnasia y nada más.
Dios, esa V en sus caderas es algo para destacar.
"¿Cómo encuentras tiempo para ir al gimnasio?" Yo le pregunto.
“Normalmente voy temprano en la mañana antes de ir a la
oficina”, dice y me devuelve la taza. "Pero últimamente..."
"Has estado conmigo".
Bebo el té y siento que la culpa se instala en mi estómago.
"He tomado mucho de su tiempo".
Kristen Proby. 150

"No me estoy quejando."

"Lo sé." Tomo su mano, entrelazando nuestros dedos. “Pero me
siento mal. Estoy tomando tiempo de tu trabajo y tu vida. Incluso
me he impuesto en tu condominio para el futuro inmediato".
"¿Qué pasa con este estado de ánimo esta noche, cariño?"
Envuelve un brazo alrededor de mis hombros y me acomoda
contra él, entierra sus labios y nariz en mi cabello y me besa
suavemente. "Te lo dije antes, rara vez hago algo que no quiero.
Además, ¿quién necesita el gimnasio cuando hago ejercicio con
regularidad contigo? "
Me río y aprieto sus dedos.
"Cierto. Sólo digo que si es demasiado, dímelo. No herirá mis
sentimientos".
Mucho.
Está bien, lo hará.
"Estar contigo nunca es suficiente, Sienna. Amo cada minuto. Así
que deja de pensar así y disfruta de tu té antes de llevarte a mi
cama para que me salga con la mía".
"Eso suena prometedor".
Kristen Proby. 151

Capítulo trece
~ Sienna ~
"No dormiste bien", dice Quinn en voz baja. Estamos en su

coche, entrando en la oficina. No siempre llegamos en coche, ya
que su oficina y su casa están muy cerca, pero dijo que tiene que
hacer algunos recados más tarde. Acabamos de salir de Starbucks
y estoy bebiendo con gratitud mi segunda taza esta mañana.
"¿Fue por mi cama?"
“No, tu cama es cómoda. Es mi cerebro". Suspiro, viendo como
la ciudad está cobrando vida. Son antes de las siete, por lo que la
hora punta aún no ha llegado con toda su fuerza, pero hay mucha
gente dando vueltas. "No puedo apagarlo. No lo sé, Quinn, tal vez
debería irme a casa. Sé que es más fácil quedarse en tu casa, pero
quizás pueda relajarme mejor allí".
Toma mi mano en la suya y la besa. "Hoy será mejor, cariño".
"Eso espero."
Kristen Proby. 152

"Odio que te sientas así, Sienna. Si tienes otra noche difícil esta
noche, te ayudaré a llevar tus cosas a casa".
Asiento con la cabeza, un hoyo formándose en mi garganta.
Realmente disfruto pasar tiempo con él en su casa. Pero extraño
mi estudio. Habría pintado durante unas horas anoche y me
habría relajado lo suficiente como para irme a dormir.
"Pero también traeré algunas cosas", dice, sorprendiéndome.
"¿Vendrías a quedarte conmigo?"
"Absolutamente."
"Pero eso no tiene sentido".
“Estar contigo tiene un sentido perfecto”, dice, me besa la mano
de nuevo y luego se dirige al estacionamiento subterráneo de su
edificio.
No sé cómo responder a eso, así que no lo sé.
Cuando caminamos hacia el piso de su oficina, Kami ya está en
su escritorio. Ella levanta la vista con una sonrisa.
"Buenos días", dice ella. Si piensa que es extraño que hayamos
llegado juntos, no lo dice. Tienes algunos mensajes en tu
escritorio, Quinn. Y no tienes nada en tu calendario hasta esta
tarde".
"Perfecto", responde. "Necesitaré verte en mi oficina en treinta
minutos".
"Sí, señor."
Camina conmigo hasta la sala de conferencias, la abre para mí y,
una vez que estamos dentro, la vuelve a cerrar.
"Voy a estar fuera de la oficina esta mañana", dice con un
suspiro. "Tengo que llevar a mamá a una cita".
"¿Se encuentra ella bien?" Pregunto, pateándome de inmediato
por no preguntar por ella antes. "¿Tiene más problemas de
memoria?"
“Sí, y se olvidó de contárselo a su médico la semana pasada,
como pensé que haría. Así que hoy me voy con ella. Pero estaré
Kristen Proby. 153

aquí esta tarde, y si necesitas algo, estoy a sólo una llamada de

distancia".
"Quinn". Camino hacia él y enmarca su rostro entre mis manos.
“Yo era abogada antes de conocerte. Estaré bien. Ve a cuidar a tu
mamá".
"Eres bastante maravillosa", responde con una sonrisa y se
inclina para presionar sus labios en mi frente. "¿Lo sabes bien?"
"Soy malditamente increíble", digo con una sonrisa. “Y gracias
por intentar hacerme sentir mejor. Estoy desanimada. Creo que
me temo que no encontraremos lo que estamos buscando antes
de regresar a la corte".
"Lo encontraremos".
"¿De qué lado estás?" Pregunto en broma.
"La verdad", dice simplemente. "Y también estoy del lado de
asegurarme de que estés bien".
"Gracias", repito justo cuando sus labios cubren los míos.
"Tengo que ir a hablar con Kami por un momento, y luego tengo
que ir a buscar a mamá".
"¿De verdad necesitaste venir a la oficina esta mañana?"
"Sí, tenía que traerte aquí".
"Podría haber caminado yo misma".
Él sonríe mientras se aleja, esa sonrisa arrogante y segura de sí
misma que hace cosas con mis partes de dama. "Pero entonces no
hubiera podido pasar la mañana contigo, y eso hubiera sido una
lástima".
Continúa, encantador. Que tengas buen día."
Él saluda y se va, y yo me acomodo en lo que he llegado a
considerar como mi lugar habitual al final de la mesa. Escurro mi
taza de café y la tiro a la papelera, luego abro la caja con la que
empecé anoche.
A las ocho, Christy, Peter, Caden y Matt entran, llevan cafés e
inmediatamente se sumergen en sus cajas.
Kristen Proby. 154

Es casi la hora del almuerzo cuando Peter de repente se pone de

pie y lanza un papel en el aire.
"¡Encontré algo!"
Me apresuro a unirme a él, tomo el papel de sus manos y siento
mi cara estalló en una sonrisa emocionada.
"Lo hiciste", le digo y le doy un máximo de cinco. "Este está
fechado seis meses después del anterior".
"No estabas bromeando ayer", les dice Peter a los demás.
"Literalmente encontré esto en una caja de recibos de
comestibles".
“Se quedaron con todo”, dice Christy exasperada. "Quiero decir,
es genial ver cuál era el precio de los huevos en ese entonces,
pero ¿por qué lo guardarían?"
“No tengo ni idea”, respondo con sinceridad mientras guardo el
tercer recibo en su carpeta con los demás. “Es completamente
frustrante y fascinante, todo al mismo tiempo. Probablemente
eventualmente sacaré todo lo que es importante y destrozaré o
quemaré el resto".
"Eso parece un poco triste", responde Matt con el ceño fruncido.
"¿Eres sentimental?" Le pregunto con una sonrisa.
“Quiero decir, algunas de estas cosas tienen cien años. Quizás
haya museos a los que les gustaría tener en sus manos algo de
eso, sólo porque es interesante”.
"Ese es un buen punto." Toco mis labios con el dedo. Tal vez lo
investigue. Tienes razón, parecería un desperdicio tirarlo todo
por la borda".
"Me muero de hambre", dice Caden. "Ya que encontramos algo
útil, ¿qué dices si tomamos un almuerzo temprano?"
"Gran idea", respondo con una sonrisa. “¿Pueden traerme algo?
Voy a registrarme en mi oficina y trabajar en un par de cosas
aquí".
Kristen Proby. 155

"Seguro", dice Christy con un gesto mientras salen, un paso

rebotado por el estímulo de encontrar el recibo.
Demonios, quiero hacer una voltereta.
No es que alguna vez pudiera.
Saco mi teléfono de mi bolso para llamar a la oficina, pero
comienza a sonar en mi mano.
"¿Hola?"
"Hola, cariño", dice mamá alegremente. "¿Interrumpo?"
No, es sólo la mitad de la jornada laboral. ¿Qué estarías
interrumpiendo?
Pero sólo sonrío. "No, ¿qué pasa?"
"Bueno, he decidido hacer una cena familiar el domingo. No te
he visto en bastante tiempo".
"Lo sé." La culpa de la hija comienza. "Lo siento, he estado
ocupada con el caso del parque y manteniéndome al día con otras
cosas del trabajo".
"Entiendo, pero espero que puedas tomar un par de horas el
domingo para pasar un tiempo con tu familia".
"Trabajaré con Quinn temprano en el día".
"Bueno, tráelo", dice ella, un poco demasiado alegre. "Tu
hermana ya me ha hablado mucho de él y me gustaría conocer al
hombre con el que estás saliendo".
Pongo los ojos en blanco y tomo nota mental de tener una
conversación con Lou.
"No ha habido mucho tiempo para las citas, mamá".
"Tráelo de todos modos", dice. "Yo insisto."
"Está bien, le haré saber que está invitado. No estoy haciendo
ninguna promesa".
"Genial, los veremos a los dos el domingo, entonces. ¿Digamos a
las seis?"
"Seis será."
Kristen Proby. 156

Cuelgo y me río, negando con la cabeza. Mi madre nunca se ha

portado bien con un no por respuesta, especialmente de sus hijos.
Ella y Quinn deberían llevarse muy bien.
"¿Cómo te fue hoy?" Le pregunto a Quinn mientras entra a la

sala de conferencias. Son más de las seis. Los demás se fueron
hace un rato, después de que yo insistiera en que estaba bien.
“El médico cree que lo de los recuerdos es por su medicación”,
dice mientras se sienta en la silla junto a mí y se frota la cara con
la mano. Luce cansado. Preocupado.
Así que alcanzo su mano y la aprieto.
Me saca de mi asiento y me sienta en su regazo, coloca su mejilla
entre mis pechos y respira hondo.
"Eso es bueno, ¿verdad?"
"Definitivamente es mejor que ser un problema cerebral",
asiente y me palmea el trasero. "Están haciendo algunos ajustes y
veremos cómo se siente".
"Bueno, eso tiene que ser un alivio". Beso su cabeza y paso mis
dedos por su cabello. "Tengo buenas noticias también."
"Dime."
"Encontramos otro recibo".
Él mira hacia arriba con los ojos muy abiertos de felicidad. "Eso
es genial."
"Lo sé. Ahora podemos dar cuenta de las tres cuartas partes del
préstamo, y eso me hace muy feliz".
"Estoy tan feliz." Besa mi cuello.
"Una parte de mí piensa que esto debería ser prueba suficiente
para ir al juez".
"Yo estaría de acuerdo si se tratara de cualquier otra persona que
no sea el juez Maxton", dice. "Ella es una rigurosa".
"Y no estaría contenta con nada menos que encontrar el último
recibo", estoy de acuerdo. "Así que seguiremos adelante".
Kristen Proby. 157

"Eso lo haremos". Me besa de nuevo, luego me empuja fuera de

su regazo. "Ahora, vamos a casa".
"Quinn, sólo son las seis. Me gustaría trabajar un par de horas
más".
"Te lo prohíbo".
Enarco una ceja, apoyo mi mano en su cadera e inclino la cabeza
hacia un lado.
"¿Discúlpame?"
Sus labios se contraen con humor. "¿Eso no funcionó? Bien. Has
estado trabajando duro. Hoy encontraste más de lo que necesitas
y estás agotada. Déjame llevarte a casa, darte de comer y podrás
descansar un poco antes de volver a sumergirte mañana"
"Eso es mejor." Niego con la cabeza mientras recojo mis cosas
para salir por el día. "Debes conocerme lo suficientemente bien
ahora para saber que si prohíbes algo, haré exactamente eso".
“Lo que más quería era ver la expresión de tu hermoso rostro
cuando lo dije”, dice con una sonrisa de suficiencia. “No me
decepcionó. Es la misma cara que tienes en la corte y me pone
muy duro".
Eso me detiene en seco. "¿De verdad?"
"Oh, sí. No lo olvides, soy un adicto a los tribunales y tú estás
muy caliente en la sala".
"Sólo me has visto en acción una vez".
"Y eso fue suficiente para que yo lo supiera".
Me río y lo llevo fuera de la sala de conferencias, esperando
mientras él cierra y bloquea la puerta, luego lo sigo hasta su
coche.
"Parece que te sientes mejor esta noche".
Salimos del garaje y nos dirigimos a su casa, que no está lejos.
"Lo estoy", estoy de acuerdo. “Ayuda que hayamos encontrado
ese dinero. Supongo que me dio algo de la energía y la confianza
que perdí ayer".
Kristen Proby. 158

"Estoy contento."
El viaje hasta su condominio es silencioso. Abre la puerta y, por
segunda vez en un lapso de minutos, me detuve en seco.
"Mierda, Quinn."
Hay un fuego en la chimenea y velas encendidas por toda la
habitación. Debe haber cinco docenas de rosas rojas en jarrones
en la isla de la cocina.
¿Pero la mejor parte?
La comida china para llevar en la mesa de café, frente al fuego, y
los pétalos de rosas rojas esparcidos por todo el piso.
"Te dije que quería alimentarte".
"Esto es tan hermoso." Dejo mi bolso, me quito los zapatos y
miro alrededor. “También es un peligro de incendio terrible.
Espero que no haya estado así por mucho tiempo".
Quinn se ríe mientras se quita los zapatos, se quita la chaqueta y
se sube las mangas, poniéndose cómodo. "Kami se fue hace
cinco minutos".
"Quinn, ¿es inteligente que sepa lo que está pasando entre
nosotros?"
“Kami ha trabajado para mí durante casi cinco años. Es discreta
y leal, y sé sin lugar a dudas que cualquier cosa que le diga queda
entre nosotros dos".
Respiro hondo y luego asiento. "Está bien, si confías en ella, yo
también".
"Te compré pollo Kung Pao", dice, sosteniendo la caja.
"Y me encanta que sea un picnic". Me siento en el suelo junto a él
y me sumerjo en la comida. Huele delicioso. “Esto es súper
acogedor. ¿Fue idea suya o tuya?
"No puedo creer que hayas preguntado eso". Su voz es tranquila
mientras profundiza en su lo mein. "Fue idea mía, chica
atrevida".
Kristen Proby. 159

"Fue una buena." Masticamos nuestra comida, inclinándonos

para besos rápidos entre bocado y bocado. "No creo que haya
tenido una fogata en el verano anterior".
“El aire acondicionado es un regalo del cielo en momentos como
este”, dice con una sonrisa de satisfacción. "¿Vas a comer ese
último rollo de huevo?"
"No, estoy llena. Adelante."
Se lo come en dos bocados, se limpia la boca y luego alcanza su
chaqueta y saca una cajita azul del bolsillo.
"Esto es para ti."
Lo miro por un momento y luego lentamente niego con la
cabeza. “Ya has hecho mucho con las flores y el fuego. Los
alimentos. No tienes que darme regalos, Quinn".
"¿No lo quieres?" Arquea una ceja y, justo cuando se la va a
apartar, se la arranco de la mano y lo hago reír.
“Por supuesto que lo quiero, loco. Sólo digo que no tenías que
hacerlo".
Tiro de la cinta blanca para soltarla y dentro hay una bolsa azul.
Aflojo las cuerdas, la vuelco y un collar se desliza en mi palma,
con una llave dorada en la cadena.
"Esto es magnífico".
"La clave es porque..."
"Si dices que es porque es la llave de tu corazón, saldré por esa
puerta. Eso es demasiado cursi ".
Echa la cabeza hacia atrás y se ríe. Todavía se ríe cuando me
ayuda a sujetarlo alrededor de mi cuello.
“No, iba a decir que me pareció bonito y que te quedaría bien.
Pero ahora, cuando alguien me pregunte, les diré que lo tengo
para ti porque tienes la llave de mi corazón".
"Eres tan cursi", refunfuño, arrugando la nariz y me gané un
cosquilleo en las costillas de Quinn. "No es justo. Estoy indefensa
cuando me haces cosquillas".
Kristen Proby. 160

"Bien", dice, pero su toque es más ligero mientras arrastra sus

dedos por mi costado y en mi cabello, sacándolo de las horquillas.
Se derrama sobre sus manos mientras lo sacude, y frota sus
dedos sobre mi cuero cabelludo.
"Oh, eso es agradable."
"Me encanta tu cabello", dice. “Es tan suave y el color es
asombroso. ¿Por qué siempre lo usas arriba?"
"Es parte de mi armadura". Las palabras salen antes de que me
dé cuenta y él me mira con el ceño fruncido.
"¿Por qué necesitas una armadura?"
"Porque soy una abogada", digo al fin. “Y necesito que me tomen
en serio. Así que llevo trajes congestionados y mantengo mi
cabello recogido, y aunque no tengo miedo de parecer femenina,
creo firmemente en ser profesional".
"¿Qué pasa cuando no estás en el trabajo?"
"Es sólo un hábito, y lo mantiene fuera de mi camino".
Observa sus dedos mientras los tira de los hilos. "¿Puedo pedirte
que lo uses así de vez en cuando, cuando sólo somos nosotros?"
"Por supuesto que puedes." Beso su muñeca. "Yo haré eso."
Sus ojos están calientes en los míos mientras se inclina para
besarme, gentilmente, suavemente, tomando este momento de
juguetón a sexy en un abrir y cerrar de ojos.
Mis dedos ya están desabrochando los botones de su camisa,
ansiosos por llegar a su cálida piel. Ni siquiera se molesta en
desabrocharme la camisa, me la quita por la cabeza, dejándome
con un sujetador blanco y mi falda.
"Siempre pienso que me lo voy a tomar con calma". Su voz es
más gruesa ahora, llena de lujuria y anhelo. "Pero una vez que
pongo mis manos sobre tu piel, no puedo contenerme. Es como si
fuera una carrera estar enterrado dentro de ti, escucharte
mientras te deshaces".
"No es una carrera", susurro. "No es una carrera en absoluto".
Kristen Proby. 161

Nuestra ropa se despega, pieza por pieza, hasta que sólo somos
Quinn y yo, frente a este fuego, sobre una alfombra de felpa y
pétalos de rosa.
Lo empujo sobre su espalda y me arrodillo a su lado, disfrutando
la forma en que la luz baila a lo largo de su piel.
"Quiero pintarte", le digo con una sonrisa suave. "Como esto.
Con las llamas bailando en tu cuerpo y la forma en que me miras
ahora mismo".
"Puedes pintarme cuando quieras". Su mano está subiendo y
bajando por mi muslo, sobre mi trasero, haciendo que se me
ponga la piel de gallina. Me tomo mi tiempo para memorizarlo
con mis manos, y luego mi lengua entra en acción, y la mano de
Quinn se mueve desde mi muslo hasta mi cabello, haciendo
puños y agarrándolo con fuerza.
"Sabes bien." Lo lamo desde las bolas hasta la punta, luego me
hundo sobre él y lo llevo a dar el paseo de su vida.
"Maldito infierno", gruñe. No está presionando mi cabeza, sino
que simplemente me está agarrando, dejándome lamerlo y
chuparlo.
Dejándome disfrutar de él.
Hasta que no puedo soportarlo más y trepo sobre él,
hundiéndome sobre él.
Con mis manos plantadas en su pecho, lo monto. Lento al
principio, pero luego no puedo soportarlo, necesito acelerar el
ritmo.
Y está feliz de complacerme.
Él ahueca mi trasero y me guía arriba y abajo, hasta que ambos
estamos retorciéndonos con absoluto éxtasis.
Se sienta, me besa con firmeza, me rodea con los brazos y el
cambio de ángulo me envía directamente a las estrellas. Grito, su
nombre amortiguado contra sus labios.
"Sí", dice, jadeando con fuerza. "Eso es, cariño."
Kristen Proby. 162

Estamos agotados, sentados aquí, mirándonos a los ojos. Quinn

besa mis labios, mi cuello, mi hombro, luego me levanta y
desaparece en el baño de visitas.
Regresa con un paño húmedo y nos limpia a los dos, luego me
insta a ponerme de pie.
"Tengo una cosa más que mostrarte".
"Quinn, yo ..."
"No hay discusiones esta vez". Me pasa una manta, que envuelvo
alrededor de mí, sujetándola con un nudo en mis pechos, y lo sigo
por el pasillo hasta el dormitorio de invitados.
Pero cuando abre la puerta, la cama y la cómoda se han ido.
En sus lugares hay un caballete, lienzos en blanco, una mesa con
pinturas y pinceles y una lona en el suelo.
Me giro, mirándolo con los ojos muy abiertos y conmoción
absoluta.
"¿Qué hiciste?"
"Construí una piscina", dice secamente, volviéndose para ver la
habitación de nuevo. Envuelve sus brazos alrededor de mi
cintura, abrazándome por detrás y besando mi mejilla. "Kami y
Louise ayudaron".
“Estas pinturas son rudas. No las compro para mí porque son
muy caras."
"Lo sé." Besa la bola de mi hombro. Louise me lo dijo.
"¿Por qué hiciste esto?"
Suspira, luego camina hacia mí y enmarca mi rostro en sus
manos de la forma en que lo hice antes.
“Lo hice porque necesitas esto. Te tranquiliza, y quiero que te
sientas como en casa aquí, Sienna. Estoy tan enamorado de ti que
me duele. Quiero que te quedes todo el tiempo que quieras. No
quiero que sientas que no estás cómoda aquí conmigo".
Kristen Proby. 163

Parpadeo, empapándome de todo lo que dice y lucho contra el

impulso de pellizcarme, sólo para asegurarme de que no estoy
soñando.
"Oh, mi Dios..."
Mis dedos encuentran la llave en mi cuello y la manipulan. Dios
mío, tiene la llave de mi corazón.
"¿Estás bien?" pregunta gentilmente.
"Yo también te amo", solté, mirando hacia arriba a través de mis
pestañas, sintiéndome de repente tímida. "Y estoy muy
agradecida, Quinn. Verdaderamente."
Me tira en un abrazo feroz, y cuando se aleja, me apresuro a
rodearlo a su habitación.
"¿Adónde vas?"
“Necesito ropa. ¡Tengo que pintar un poco! "
Kristen Proby. 164

Capítulo catorce
~ Quinn ~
"Dios, odio a ese tipo", murmura Carter mientras bajamos los

escalones del juzgado y nos dirigimos de regreso a nuestra
oficina después de una mañana de trabajo en el tribunal. "Es un
capullo".
"Y tu cliente", le recuerdo con una risa, dándole una palmada en
el hombro. Lo manejaste muy bien. No tomar ninguna mierda es
el camino a seguir, todo el tiempo ".
"No hay otro camino a seguir, y el cabrón puede despedirme si
no le gusta", refunfuña mientras nos subimos a su coche para
conducir de regreso a la oficina. Antes de encender el auto, revisa
su teléfono y frunce el ceño. “Jesús, esto ha estado explotando. La
escuela y Nora".
Kristen Proby. 165

Nora es la asistente de Carter y ha estado con él durante muchos

años. Ella ha sido de gran ayuda para él desde la muerte de Darcy,
especialmente en lo que respecta a Gabby.
Con el teléfono conectado con el sistema Bluetooth del coche,
puedo escuchar los mensajes mientras se reproducen.
"Hola, Sr. Shaw, soy Judy en la escuela de Gabby. Ella está en mi
oficina y necesito hablar con usted lo antes posible".
"Mierda", murmura Carter mientras se reproduce el siguiente
mensaje.
"Es Nora. La escuela llamó y quieren verte. Sé que estás en la
corte, así que me dirijo allí ahora".
"Gracias a Dios por Nora", digo.
“Hay dos mensajes más”, responde Carter.
"Yo otra vez", dice Nora, su voz más apresurada. “Tengo a
Gabby. Te diré más cuando te vea, pero ella no está herida".
"Supongo que son buenas noticias", murmura.
"Oye", dice Nora a través de los altavoces, "estamos de vuelta en
la oficina. Nos vemos pronto."
"¿Cuándo ocurrió todo esto?" Pregunto mientras entramos en el
garaje.
“Hace más de una hora”, responde. Nos apresuramos a llegar a
la oficina y me quedo con él mientras camina rápidamente hacia
su propia oficina. Nora está sentada en su escritorio justo afuera
de la puerta de la oficina de Carter.
“La reina del drama preadolescente está en tu oficina”, dice
Nora con una sonrisa. “La han suspendido hasta el lunes y ya
tengo su teléfono en mi escritorio. Pero, Carter".
Se detiene y mira a la hermosa mujer rubia. Veo la mirada en sus
ojos. No soy ciego ni estúpido.
Tiene ganas de Nora.
Pero supongo que no quiere desdibujar las líneas entre lo
personal y lo profesional, lo que entiendo totalmente.
Kristen Proby. 166

"Realmente necesitas escucharla antes de volverte loco".

"No me vuelvo loco", responde Carter, a lo que Nora
simplemente pone los ojos en blanco.
"Por supuesto. Estás completamente tranquilo en todo
momento".
"Gracias por encargarte de las cosas, Nora", dice Carter mientras
camina hacia su puerta, luego se vuelve hacia mí. "No tienes que
estar aquí para esto".
"Oh, sí, lo hago". Sonrío ampliamente. "No tengo nada más
urgente que hacer y quiero saber qué está pasando".
"Bien." Carter entra en su oficina y allí está Gabby, sentada en la
silla de su padre, con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño
fruncido en su bonita carita.
"Oye, munchkin", dice Carter. Ella no levanta la vista de lo que
sea que está mirando en el escritorio de Carter.
"Hola."
Ambos nos sentamos frente a ella, como si fuéramos los que
hubieran sido llamados a la oficina del director.
"¿Quieres hablar de eso?" Pregunto.
Gabby niega con la cabeza. "No. No importa."
"Estoy bastante seguro de que importa", responde Carter.
"Desde que te suspendieron y todo eso, parece que
definitivamente importa".
"No, no es así", dice ella, sus ojos escupiendo ira mientras los
vuelve hacia su padre. “Ni siquiera hice nada malo y me echaron
de la escuela. No quiero volver. Sólo quiero que me eduquen en
casa".
"Sabes que eso no es posible", responde Carter, y estoy feliz de
que suene perfectamente tranquilo y razonable. "Gabby, explica
lo que pasó, y tal vez podamos ayudar".
Se muerde el labio, luego suspira e inclina la cabeza hacia atrás
en la silla.
Kristen Proby. 167

"Hay una chica llamada Lily en la escuela, y en realidad no es

muy bonita, pero eso no es gran cosa porque es súper agradable y
muy divertida".
Ya puedo decir a dónde va esto.
"Me gusta, y siempre la invito a almorzar con nosotros, aunque
Claire a veces puede ser una bruja, excepto con la B en lugar de la
W.2"
"Sí, te estoy siguiendo", dice Carter secamente.
“Así que Claire es la palabra con B”, reitera Gabby y tengo que
esconder mi sonrisa detrás de mi mano. Gabby está tratando de
crecer tan rápido y se muere por maldecir. "Y estamos sentadas a
la hora del almuerzo, y todo está bien. Estábamos hablando de
esta nueva película en Netflix, y de lo lindo que es el chico, y Lily
dijo que pensaba que era tan lindo, y luego Claire puso los ojos en
blanco y le dijo a Lily que un chico sexy como ese nunca estaría
interesado en alguien tan feo como ella".
Los ojos de Gabby se llenan de lágrimas, y mi sonrisa desaparece
de inmediato.
"Claire suena como una perra", susurro, y Carter me frunce el
ceño, dándome la señal silenciosa y universal que dice que no la
molestes.
"Lo es", reconoce Gabby. "Y ella es simplemente mala. Quiero
decir, ¿por qué tiene que decir cosas así?"
"¿Entonces qué hiciste?" Carter pregunta, y ahora Gabby se
muerde el labio de nuevo y se encoge de hombros.
"Nada."
"De ninguna manera", responde Carter, sentándose hacia
adelante en su silla. "No te suspendieron por mirar a Claire la B".
"Bueno, yo estaba sentada a su lado, frente a Lily, y en cierto
modo..."
2
Hace un juego de palabras entre Witch: bruja en inglés, y Bitch: perra.
Kristen Proby. 168

Esperamos, literalmente en el borde de nuestros asientos, a que

continúe, pero ahora se ha vuelto muy tímida.
"Dime que pateaste su pequeño trasero malcriado", le digo,
ganándome otra mirada de Carter.
"Le arrojé puré de manzana en la cara", dice Gabby. "Y luego me
tiró del pelo, así que podría haberle sacado un arete de la oreja".
Jesús. Gabby es una peleadora.
"¿Es posible que lo hicieras?" Carter pregunta con incredulidad.
"Jesús, Gabby, la hiciste sangrar."
"Se lo merecía", responde Gabby con grandes lágrimas de
cocodrilo rodando por sus mejillas. "Ella era tan mala, y esta no
es la primera vez. Simplemente no pude soportarlo más. Lily no
se lo merecía. No le dijo nada malo a Claire".
"Buena chica", le susurro, pero ella no me escucha mientras
lloriquea entre lágrimas.
"Pero fui yo quien fue castigada porque Claire mintió y dijo que
no me hizo nada primero".
"¿Y ellos creyeron eso?" Pregunto.
"Era mi palabra contra la de ella, y ella era la que sangraba".
Dios, suena tan adulta en este momento. ¿Dónde está la niña
gordita que juro que estaba hace apenas cuatro minutos?
"La violencia no es la forma de manejar la situación", dice
Carter, recostándose en su silla. "Y te disculparás por lastimarla".
"¡Padre!"
"No he terminado de hablar".
Cierra los labios y vuelve a fruncir el ceño.
“Estoy orgulloso de ti por defender a tu amiga. Ser leal es un
rasgo excelente y quiero que siempre lo hagas. Pero la respuesta
no es actuar físicamente".
"¿Qué se suponía que debía hacer?" ella exige saber.
Kristen Proby. 169

"Aléjate", sugiere Carter. "Dile a Claire que es mala y que no

quieres ser su amiga, recoge tus almuerzos y ve a sentarte en otro
lugar".
"Ella simplemente se reiría de nosotros", murmura Gabby.
"Déjala reír", le digo. “En serio, ¿a quién le importa lo que piense
Claire la B? Déjala reír, pero ya no tendrás que sentarte con ella y
estarás con tu verdadera amiga".
“El lunes, te disculparás con Claire. Esperemos que Claire les
diga la verdad a sus padres y que no nos demanden por las
facturas médicas que surjan de esto".
"No pueden hacer eso", dice Gabby.
“Sí, pueden”, Carter y yo decimos al mismo tiempo. “Y si lo
hacen”, continúo, “lo solucionaremos. Porque al igual que tú
tienes la espalda de Lily, nosotros te respaldamos".
Gabby asiente. "Ya que estaba ayudando a una amiga, ¿puedo
recuperar mi teléfono?"
“El lunes”, responde Carter. "También estás suspendida de eso
por ahora".
"Esto apesta", se queja.
"Nos vamos a casa temprano hoy", dice Carter mientras me
levanto para ir a mi propia oficina. "¿Qué tienes mañana?"
"Mañana es viernes", murmuro, pensando. “Tengo mi reunión
con Bruce por la mañana, y luego creo que Sienna y yo cenaremos
con Finn y London mañana por la noche. Deberías unirte a
nosotros".
Y trae a Nora.
"No esta vez", dice Carter, sacudiendo la cabeza. "Te veré
mañana."
Camino hacia mi oficina, deteniéndome en la sala de
conferencias en la que trabaja Sienna. La puerta está abierta y
Matt está inclinado sobre el hombro de Sienna, leyendo.
Su mano está sobre ella.
Kristen Proby. 170

Y eso no vuela conmigo.

"¿Cómo te va aquí?" Pregunto, apoyándome en el marco de la
puerta.
"Encontré un diario", dice Sienna con una sonrisa. "Este es el
diario de mi bisabuela de cuando salía con mi bisabuelo".
"Y es explícito", añade Matt con una sonrisa. "El bisabuelo era
un poco raro".
Sienna se ríe, pero mis ojos están clavados en la mano de Matt en
el brazo de Sienna, que inmediatamente se aleja.
"Creo que es hora de almorzar", anuncio, y los cuatro empleados
se ponen de pie, listos para comer algo.
"Nos vemos en un momento", le dice Christy a Sienna. "¿Quieres
algo?"
"No, estoy bien. Gracias."
Se van y cierro la puerta, luego la trabo.
"En serio, esta mujer debería haber escrito novelas románticas",
dice Sienna, todavía leyendo el libro en sus manos. “Ella fue muy
adelantada a su tiempo. Podría haberle dado una oportunidad a
Fifty Shades por su dinero.
"Te estaba tocando" digo, sentándome a su lado. Ella mira hacia
arriba con el ceño fruncido, confusión en su rostro.
"¿Quien fue?"
"Matt."
Parpadea rápidamente. "¿Cuándo?"
"Justo ahora." Me froto la cara con las manos, enojado conmigo
mismo por estar celoso, pero incapaz de detenerlo. "Y no me
gustó".
“Estábamos leyendo este diario”, dice, levantándolo para
mostrármelo. "Nos reíamos y él me tocó".
"Y no quitó la mano hasta que le di la mirada malhumorada".
Sienna cierra el libro y se sienta en su silla, mirándome. "Estás
celoso."
Kristen Proby. 171

"Joder, sí, lo estoy".

"Quinn, no tienes ninguna razón para estar celoso".
"No lo hace menos importante".
Suspira y se mueve de su silla a mi regazo, envolviendo sus
brazos alrededor de mi cuello y besándome larga y
profundamente.
"Créeme cuando te digo que no tengo ninguna necesidad de
hacerle eso a Matt".
"Lo mataría de otra manera".
"Eres terriblemente violento".
"¿Cuando se trata de ti? Sí." La beso de nuevo, pero mis
músculos se relajan ahora. "No me disculparé por sentirme
territorial. Eso es lo que me hace estar enamorado de ti ".
Ella sonríe, todo su rostro se ilumina. "No me importa.
Simplemente no golpees a nadie".
"No soy Gabby".
Inclina la cabeza confundida y le cuento todo sobre la suspensión
de la escuela de mi sobrina.
"Ella estaba haciendo lo que pensaba que era correcto", dice
Sienna. "Y esa Claire suena como una perra".
Me río y la abrazo con fuerza. "Así es como la llama Gabby. Claire
the B. "
"Buen nombre para ella. Recibí una llamada de mi mamá el otro
día y olvidé decírtelo. Nos invitó a cenar el domingo".
"¿Nosotros dos?"
Ella asiente y se muerde el labio. "Parece que Lou le dijo que
estamos saliendo".
"¿A qué hora?"
"Seis. Pero no tienes que ir si no quieres."
"Por supuesto que quiero. Y por mucho que quiera quedarme
aquí contigo todo el día, tengo que ir a mi oficina por un tiempo.
Kristen Proby. 172

Tengo mi reunión semanal con Bruce House mañana por la

mañana y necesito prepararme".
"¿Viene aquí?" ella pregunta.
"Sí."
"¿Puedo hablar con él?"
"¿Qué te gustaría decir?"
“Quiero pedirle que deje el caso”, dice encogiéndose de
hombros. "Sé que es una posibilidad remota, pero quiero
intentarlo".
"Haré los arreglos para la reunión".
"Esto es inesperado", dice Bruce

Es la mañana siguiente cuando llevo a Sienna a mi oficina.
"Le pregunté a Quinn si podía tener un minuto de tu tiempo",
comienza y se sienta a la mesa frente a él. “Quería ponerte al día.
Encontré tres cuartas partes del dinero que prestaron. Tengo
recibos con la misma letra de la carta en su poder que dicen que el
dinero fue devuelto".
"Pero no todo", dice Bruce.
"No." Sienna cruza las manos sobre su carpeta, sin apartar la
mirada de Bruce. “Pero todavía tenemos muchas casillas por
revisar y estoy segura de que lo encontraremos. Debido a esto, me
gustaría pedirle que abandone el caso".
Bruce me mira, pero no digo nada, esperando su respuesta.
Quiero que abandone el caso. También quiero que le diga que fue
su tío quien le dio la carta en primer lugar, por lo que Sienna ya
no está en la oscuridad, y no me siento como un idiota enorme
por ocultárselo.
Estoy muy decepcionado.
"No voy a abandonar el caso", dice Bruce, y antes de que Sienna
pueda responder, levanta la mano. "No estoy tratando de ser un
Kristen Proby. 173

idiota aquí. Soy un hombre de negocios, simple y llanamente.

Tiene pruebas de que se devolvió parte del dinero".
"La mayor parte del dinero".
“Pero no todo. Lo que significa que, en este momento, todavía lo
poseo".
"¿Qué quieres?" Pregunta Sienna. "Con mucho gusto le pagaré
los cinco mil dólares ahora mismo".
"Ambos sabemos que vale mucho más que eso".
“Ese era el monto del préstamo”, responde, pero luego asiente.
"Está bien, te pagaré veinticinco mil".
"Cinco millones", responde Bruce, y Sienna abre mucho los ojos,
aprieta la mandíbula y deja caer los puños debajo de la mesa en su
regazo.
"Bruce, sería mejor llegar a un acuerdo fuera de los tribunales.
No sabemos si el juez fallará a su favor, especialmente dado que
se ha encontrado la mayor parte del dinero. Es probable que el
resto también se haya pagado".
"Sin embargo, si no se encuentra la prueba de eso, todavía soy
legalmente dueño de ella", responde. “Como dije, soy un hombre
de negocios y sé lo que vale esa propiedad. No estoy dispuesto a
renunciar a eso. Tenemos más de una semana hasta la corte, así
que eso le da tiempo para encontrar el resto de sus pruebas".
Sienna suspira, luego asiente y se pone de pie para salir de la
habitación. Pero antes de que pueda cerrar la puerta, Bruce la
llama.
"Buena suerte, señorita Hendricks".
Sus ojos se mueven rápidamente hacia los míos, y luego cierra la
puerta detrás de ella.
"Es una mujer hermosa", dice Bruce con indiferencia. "Me
pregunto si le cedí la propiedad a ella si se iría a la cama
conmigo".
Kristen Proby. 174

“Me pregunto si podría encontrar otro abogado que lo acepte a

tiempo para la fecha de la corte”, respondo, mi sangre hirviendo.
Quiero darle un puñetazo en su cara zalamera. Quiero que lo
echen de mi edificio.
Pero hasta que este caso esté terminado, no romperé los lazos.
Sin embargo, en el momento en que caiga el mazo, Bruce
necesitará encontrar un nuevo abogado. No me importa cuánto
dinero gano con él.
Me mira con sorpresa. "Estás interesado en ella". Se sienta, sus
manos juntas frente a él, pensando. Sus ojos están demasiado
llenos de alegría para mi gusto. "Espero que ese interés no te
influya en cómo manejas este caso".
"No me gustan los hombres que son irrespetuosos con las
mujeres, especialmente en entornos profesionales", digo
mientras me pongo de pie. "Te veré la próxima semana."
Bruce no se pelea cuando sale de mi oficina. Envío un mensaje de
texto a Finn y Carter.
Ya no trabajaremos con Bruce cuando este caso esté terminado.
Es lo mejor.
"Ha sido una semana loca", Sienna dice cuando nos reunimos
con Finn y London para cenar más tarde en mi apartamento.
Sienna está cocinando y el apartamento huele increíble.
"Cuéntamelo", dice London con un movimiento de cabeza
mientras Sienna coloca una bandeja de pan en el horno. "Creo
que todos estamos un poco estresados en este momento, pero
tengo algo de qué hablar para distraernos de las cosas difíciles".
"¿Qué es eso?" Pregunta Sienna. Le sirvo una copa de vino y besa
mi bíceps en agradecimiento.
“Ustedes son realmente tan lindos juntos. Está bien, fiesta de
compromiso”, responde London con un pequeño temblor
emocionado. "Tenemos que planificar".
Kristen Proby. 175

"¿Lo hacemos?" Pregunto.

"Sí", dice London asintiendo. “Necesito tu opinión. No quiero
que se salga de control. Quinn planeó la fiesta del cuadragésimo
cumpleaños de Finn el año pasado, y fue genial".
“Aparte de cómo casi te matan esa noche, fue una gran fiesta”,
estoy de acuerdo.
"Espera. ¿Casi te matan?"
"Esa es una historia diferente para otro día", dice London,
sacudiendo la cabeza. “Mi punto es que Quinn es bueno en esto y
quiero su opinión. Y la tuya, Sienna."
"Contrata a un organizador de fiestas", sugiero. "Ellos pueden
manejar todos los detalles y sacarlos de tu plato".
"Pensé en eso". London asiente. "Y definitivamente haré eso
para la boda, pero quiero que esta fiesta sea más íntima".
"Puedo ayudar", anuncia Sienna, limpiándose las manos con la
toalla que ha arrojado sobre su hombro. Se ve increíble en mi
cocina. “En realidad, Louise puede. Mi hermana organiza unas
fiestas increíbles. Y no me refiero a tu fiesta de cumpleaños
corriente. Te mostraré fotos".
Saca su teléfono y nos muestra todas las fotos de algunas de las
fiestas que Louise ha organizado.
“Estos son preciosos”, comenta London. "¿Ella hace esto para
ganarse la vida?"
"No, pero debería hacerlo. Y sé que si lo preguntas, podrías
contratarla para que te ayude".
"Tomaré su número ahora mismo", dice London. "Muchas
gracias."
"Por supuesto." Sienna mira a Finn, quien se mantuvo callado
durante todo el intercambio. "¿Qué piensas de todo esto?"
“Ella puede tener lo que quiera. Fiesta grande, fiesta pequeña,
sin fiesta. Mientras ella se case conmigo, me importa un carajo".
Kristen Proby. 176

"Esa podría ser la cosa más dulce que he escuchado", dice Sienna
con un suspiro.
"¿Más dulce que la razón por la que te di ese collar?" Pregunto,
disfrutando la forma en que sus ojos se entrecierran en mí.
"¿Cuál es la razón?" London pregunta.
"Nada", dice Sienna, sacudiendo la cabeza. "Es una broma
interna".
“Ya tienen bromas internas”, le dice London a Finn mientras le
da un codazo en el estómago. "¿Ves? Está yendo bien."
"Va muy bien", respondo mientras bebo mi vino, mis ojos
todavía estaban clavados en la impresionante mujer que rebotaba
en mi cocina como si fuera la dueña del lugar.
Nunca pensé que estaría de acuerdo con mi hermano en esto,
pero siento lo mismo. Ella puede tener lo que quiera siempre que
sea mía.
Kristen Proby. 177

Capítulo quince
~ Sienna ~
Quiero hacer algo por Quinn. Es sábado por la mañana temprano

y estoy de pie en mi nuevo estudio en el apartamento de Quinn,
limpiando mis pinceles.
Mi hombre aún dormía profundamente cuando me desperté, y
no quería molestarlo, así que vine aquí y es maravilloso.
Él tenía toda la razón. Necesitaba esto para sentirme como en
casa aquí, y me lo dio. Entonces, a cambio, quiero hacer algo por
él hoy.
Con la ayuda de los secretarios legales, hemos logrado un gran
progreso al trabajar en las cajas de documentos. Podemos
tomarnos un día libre para simplemente estar.
Tengo esto, el estudio, para calmarme. Pero Quinn necesita algo
diferente y estoy decidida a dárselo. Hemos estado corriendo y en
Kristen Proby. 178

tirolesa. Sé que hoy volvería a estar preparado para cualquiera de

esas cosas, pero quiero hacer algo diferente.
Algo inesperado.
Muerdo mi labio y guardo mis pinceles y pinturas, luego me
dirijo a la ducha.
Si no me equivoco, hace años hubo una película con Will Smith y
Eva Mendes, y fueron a hacer jet ski en el puerto de Nueva York.
Me pregunto si eso es algo. Apuesto a que a Quinn le encantaría.
Busco mi teléfono y busco en Google motos de agua en el puerto
de Nueva York y, efectivamente, las hay. Rápidamente hago las
reservas para nosotros y, después de la ducha, entro a la
habitación y me encuentro con que Quinn ya está despierto. Sus
brazos están cruzados detrás de su cabeza en la cama, y me mira
con felices ojos azules.
"Pareces estar lista para afrontar el día", dice con una sonrisa.
"He estado despierta por un tiempo", respondo y me siento en la
cama a su cadera. "Creo que hoy deberíamos hacer novillos".
Él arquea una ceja. “¿Quieres hacer novillos? ¿Señorita
responsable?
"Lo sé, es algo nuevo para mí". Me inclino y presiono un beso en
sus labios. "Tengo una sorpresa para ti."
"¿Sí?" Sus manos suben y bajan por mis brazos. "¿Tenemos
tiempo para darnos una vuelta en mi cama primero?"
"No." Froto mi nariz contra la suya, luego me apresuro a
empezar a vestirme. "Y tendrás que traer bañador y una muda de
ropa".
"Estás bastante misteriosa esta mañana".
Le envío una sonrisa mientras tiro la ropa en una bolsa de mano,
agradecida de haber metido un traje de baño con mis cosas
cuando me mudé con él la semana pasada.
"Date prisa", le digo mientras salgo corriendo de su habitación.
"Oh, y yo estoy conduciendo".
Kristen Proby. 179

Puedo escucharlo reír mientras agarro una botella de agua para

cada uno y mi protector solar del baño, y en poco tiempo estamos
conduciendo por Manhattan hacia el puerto.
"¿Entonces qué estamos haciendo?" pregunta, mirándome
conducir su auto. Le ofrecí conducir el mío, pero él insistió en el
Porsche y no estaba dispuesta a discutir.
Me encanta este coche. "Es una sorpresa", digo remilgadamente.
"Puedo guardar un secreto cuando lo necesito".
"Bueno, estoy emocionado".
Lo miro y tengo que recuperar el aliento. Dios, lo que este
hombre le hace a una camiseta negra y gafas de sol es ridículo.
"¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres demasiado guapo?"
Él resopla. "No lo creo."
"Bueno, es verdad. Quiero decir, te levantaste de la cama, te
pusiste un atuendo simple y te ves así".
"¿Y cómo me veo?"
"Como sexo en un palo".
Él se ríe, con una carcajada abierta, y besa mi mano. "Ah, Sienna,
eres buena para mi ego".
“Oye, sólo digo la verdad. Es un poco intimidante".
"Eres impresionante", responde sin pausa. "No tienes nada por
qué dejarte intimidar".
Entro en el estacionamiento del lugar de Jet Ski y apago el motor.
"Estaban aquí. Hoy vamos a hacer algunas cosas adictas a la
adrenalina, sólo para ti".
Está callado por un segundo y lo miro.
"¿Estás bien?"
"Esto es bastante increíble", dice en voz baja, luego se inclina
sobre la consola central para besarme con el amor de mi vida.
"Gracias."
"De nada. Vamos, no queremos llegar tarde ".
Kristen Proby. 180

Escuchamos algunas instrucciones y estamos equipados con

salvavidas, y rezo con todas mis fuerzas para no caer en esa
repugnante agua de la ciudad de Nueva York.
Pero no digo nada.
En poco tiempo, estoy untado con protector solar, tenemos
nuestros trajes de baño puestos, gracias a Dios, hace calor hoy, y
estamos listos para comenzar.
"Puedes aferrarte a mí", dice Quinn con una sonrisa, pero niego
con la cabeza.
"De ninguna manera, voy a conseguir el mío".
"¿Es eso así?"
"Absolutamente. Puedo conducir esto".
Su sonrisa crece y me ofrece su puño para chocar.
"Buena chica, vámonos".
Y durante la siguiente hora, jugamos en el agua, moviéndonos de
un lado a otro y alrededor del otro, saltando de las estelas y
divirtiéndonos. “Nos quedan unos treinta minutos”, le informo.
Sólo tenemos los esquís para dos horas.
"Vamos a correr hacia la boya", sugiere, señalando a una milla
hacia el agua.
"Listo, listo, listo", digo rápido y despego, riendo como un loco
mientras apunto a la boya. Pero unos treinta segundos después,
Quinn pasa a mi lado, sonriendo y saludándome. Me golpea con
tiempo suficiente para detenerme y mirarme mientras me acerco.
"Hiciste trampa y yo todavía gané", dice.
"Lo sé. ¿Ves? Los tramposos nunca prosperan". Me río mientras
me suelto el cabello y lo sacudo antes de barrerlo de nuevo,
recogiendo todos los mechones que se han soltado con el viento.
Estoy estacionada a unos metros de Quinn, y él me acerca a él,
toma mi mejilla y me besa profundamente.
"No me hagas caer en esta agua sucia", digo antes de darme el
beso número dos. Cuando retrocedo, ambos respiramos con
Kristen Proby. 181

dificultad. Miro la Estatua de la Libertad y sonrío. "Sabes, nunca

he estado aquí".
"¿Creciste aquí y nunca has venido?" pregunta sorprendido.
"No. Vamos."
"Volveré a competir contigo".
"¿Entonces vamos a escalar?" Pregunto, mirando hacia la alta

estatua. Aún no hemos entrado.
"Por supuesto", dice Quinn. "Quieres la experiencia completa,
¿no es así?"
"Por supuesto." Me encojo de hombros mientras entramos y
caminamos por el museo en la base de la estatua. “Esto es
realmente interesante. No puedo creer que nunca haya hecho
esto antes".
"Yo tampoco puedo", dice. "Vinimos con nuestra escuela".
Me encojo de hombros y miro un libro de contabilidad de
inmigrantes entrantes de 1912. "Lo fascinante es que la mayoría
de estas cosas son del momento del caso en el que estamos
trabajando ahora".
Me mira, luego vuelve a mirar el libro mayor y los otros
artefactos que nos rodean.
"Tienes razón."
“Ha sido como trabajar en una cápsula del tiempo. Sabes, creo
que fue Matt quien sugirió que, en lugar de tirar las cosas que no
importan, como los recibos de la compra y demás, debería
donarlas a un museo. Me pregunto si no es tan mala idea".
"Pienso que es una idea genial." Quinn envuelve su brazo
alrededor de mis hombros y besa mi sien. "Es algo de lo que
definitivamente deberías hablar con tu familia".
Asiento con la cabeza mientras nos dirigimos a los escalones que
conducen a la corona de la estatua.
Kristen Proby. 182

"Trescientos setenta y siete pasos", leí. "Dice que sólo las

personas en buena condición física deben intentar esto, así que
adelante".
Se ríe y toma mi mano. "Estás en excelentes condiciones. Tienes
esto".
Miro alrededor. "¿Estás hablando conmigo?"
"Sí, cariño, te estoy hablando. Ahora pon tu hermoso trasero en
marcha".
Quiero quejarme Quiero lloriquear. Pero no lo hago. Subo las
malditas escaleras y tengo que detenerme cada treinta pasos para
recuperar el aliento.
Por supuesto, Quinn ni siquiera respira con dificultad.
"Es difícil que te gusten las personas como tú", digo cuando ya
no siento que mis pulmones estén en llamas. "Esto ni siquiera es
difícil para ti".
“Hago ejercicio”, me recuerda. “Pero podemos ir a tu ritmo, no
me molesta en absoluto. Me encanta estar contigo".
Y así, él hace que toda esta tortura valga la pena. Seguimos
subiendo, deteniéndonos aquí y allá para mí, y todo lo que puedo
pensar es que mi trasero estará en muy buena forma para cuando
lleguemos a la cima. Los escalones son bastante estrechos y es
bueno que no tenga claustrofobia.
Sé que Quinn me está mirando el trasero, que no sólo estará en
gran forma, sino que mañana estará muy dolorido.
Pero una vez que estamos en la cima, me olvido de la tortura de
llegar aquí. La vista es increíble.
"Es más pequeño de lo que esperaba", digo.
"Eso es lo que dijo", bromea Quinn, haciéndome reír.
"No, nunca dirían eso de ti, mi amor".
Él no responde, sólo levanta una ceja mientras miramos
Manhattan y el puerto de abajo.
Kristen Proby. 183

"Creo que puedo ver tu apartamento desde aquí", le digo,

entrecerrando los ojos en la distancia.
"Creo que podemos ver a Toronto desde aquí", dice riendo.
"Nunca me di cuenta de que era tan alto".
"Bastante alto", murmuro. No me encantan las alturas. No les
tengo un miedo mortal, pero no las amo. "Pensé que habías
estado aquí antes".
"Nunca he estado en la cima", dice y entrelaza sus dedos con los
míos, luego se inclina para darme un beso increíble.
Maldita sea, el hombre es bueno con los labios.
"Gracias por hoy. Es el mejor momento que he tenido en mucho
tiempo". Su boca está cerca de mi oído, susurrando las dulces
palabras.
"De nada. Yo también me lo pasé genial."
“Odio hacerles esto, amigos, pero necesito que se muevan para
que pueda venir más gente”, nos dice la mujer de uniforme.
Asentimos y echamos otro vistazo a nuestro alrededor.
"Sabes", le digo a Quinn y Pasar mis dedos por el cabello en su
sien. "Creo que tienes un par de canas".
Me mira con sorpresa. "Bueno, damas y caballeros, está a punto
de irse por la borda".
Me alcanza y yo salgo corriendo, riendo.
"¡Eso no es divertido!"
"Tampoco lo es el comentario de las canas", responde mientras
me dirijo directamente a las escaleras. "Entonces, por el costado
o te azoto, ¿cuál quieres?"
Inmediatamente vuelvo mi trasero hacia él. "Se ve fabuloso
después de todas esas escaleras, así que adelante".
Me golpea con firmeza, pero no lo suficiente como para picarme,
luego me atrae para darle un fuerte abrazo.
"Nunca un momento aburrido contigo, cariño."
"Y eso de mí te encanta".
Kristen Proby. 184

"Absolutamente sí".
"Bebé."
Empujo mi cara contra la almohada, esperando que la voz se
vaya.
"Bebé, necesito que despiertes", canturrea Quinn. Abro los ojos,
sorprendida de ver que afuera está oscuro.
"Jesús, ¿cuánto tiempo dormí?"
"Tres horas", dice con una sonrisa suave y me quita el pelo de la
mejilla. "Necesitabas una siesta después de nuestro ajetreado
día".
"Me siento como un cobarde". Me siento y me estiro, bostezo y
luego me acomodo en su regazo. "Esto es bonito."
"Desafortunadamente, tengo que irme".
"¿Qué?" Le frunzo el ceño. "¿Adónde vas?"
“Finn llamó, y me necesita en la oficina por un tiempo. No
tomará mucho tiempo. ¿Quieres ir conmigo o quedarte aquí?
"Debería trabajar un poco allí", respondo y me muerdo el labio.
"Pero honestamente, creo que me quedaré aquí y pintaré".
“Me gusta ese plan”, dice y besa mi frente. "Un día libre ha sido
bueno para ti".
"Mm."
Me deja en la cama y se pone de pie para guardar su billetera en
su bolsillo.
"¿Quieres que recoja la cena en mi camino de regreso?"
"Haré algo", respondo. "Me siento doméstica hoy".
Lo sigo a la cocina, nos distraigo a los dos con otro beso en el
dedo del pie, y luego se va, y estoy sola en su gran y tranquilo
apartamento.
Amo este espacio. Es acogedor y cómodo, y la cocina es mi parte
favorita.
Es el sueño húmedo de todo chef.
Kristen Proby. 185

Me decido por los tacos para la cena, que es bastante fácil, y

luego recuerdo que hay una caja de mezcla de brownie en la
despensa.
"Brownies de postre", murmuro. "Sí, por favor."
Rápidamente mezclo la masa y la meto en el horno, configuro la
alarma en mi teléfono para el tiempo de horneado y luego entro
en mi estudio. Enciendo algo de música, la estación Maroon 5 en
Pandora, y miro alrededor del espacio.
Quinn se superó a sí mismo aquí. Ya pasé algunas horas aquí y
todavía es nuevo. Soy como un niño con juguetes nuevos y soy
adicto.
Mezclo mis pinturas, me encanta su textura y lo fácil que es
trabajar con ellas. No suelo derrochar en materiales tan caros,
pero creo que tendré que empezar a reservar más dinero para
ellos. Ahora que los he usado, no hay vuelta atrás a la variedad
más barata.
Quinn me ha mimado desde que empecé a trabajar en su oficina.
Es increíblemente considerado. Hace que envíen agua, café y
bocadillos a la sala de conferencias todos los días. Ya ha mandado
llamarnos a todos, pero sé que es sólo para que no parezca que
está mostrando favoritismo hacia mí.
Él me cuida, y la mejor parte es que no necesito que lo haga. No
es porque tenga que salvarme de algo.
Es porque me ama.
No creo que esperaba que el amor se sintiera así. Que alguna vez
quisiera que alguien me cuidara porque siempre he sido muy
independiente. Puedo hacerlo por mí misma.
No necesito un hombre.
Pero eso no es lo que es, y es sorprendente.
Me encanta que se preocupe y respete mis necesidades lo
suficiente como para querer satisfacerlas, tal como lo hice hoy
por él con nuestro día libre.
Kristen Proby. 186

No es algo que haría normalmente, pero lo pasé bien. Me lo pasé

muy bien porque Quinn sonrió todo el día, y esa fue la mejor
parte. Rápidamente pinté el puerto de Nueva York y la Estatua de
la Libertad con acuarelas. No puedo evitar agregar dos figuras en
el agua, rozando la superficie.
Miro el temporizador de mi teléfono. Tengo el tiempo justo para
limpiar antes de que los brownies salgan del horno.
Incluso limpiar no es una tarea ardua en este espacio. La luz del
techo es brillante y no proyecta sombras extrañas sobre la
habitación. Es perfecto para pintar.
Una vez que mi estudio está limpio, dejo el lienzo terminado en
el piso, apoyándome contra la pared para que se seque mientras
empiezo algo nuevo, y camino hacia la cocina justo cuando suena
el temporizador.
"Eso huele increíble".
Me giro al escuchar la voz de Quinn y cubro mi corazón con mi
mano.
"No te escuché entrar".
"Lo siento". Me barre en un abrazo y me besa tiernamente.
"Fui productiva mientras no estabas".
Él arquea una ceja mientras saco los brownies del horno.
"¿Hiciste más que brownies?"
“Se hornean durante una hora, así que tuve mucho tiempo para
trabajar en algo. Te mostraré." Lo llevo al estudio y señalo el
cuadro.
"¿Hiciste esto en una hora?"
“Sí, quería que se viera un poco abstracto, casi desordenado.
Caótico."
"Es hermoso", dice. "Y me encanta que estemos en eso".
“Pensé que era una adición divertida. Vamos, puedes charlar
conmigo mientras cocino".
"¿No vamos a cenar brownies?"
Kristen Proby. 187

Me río mientras saco una tabla de cortar y las verduras para los
tacos. "Había planeado mis famosos tacos".
"Es bueno que haya hecho tanto ejercicio hoy", dice, dándose
palmaditas en el estómago plano. "Trae la comida".
"Yo también tengo hambre. Esto no tardará mucho. ¿Estaba todo
bien en el trabajo?"
“Sí, Finn tiene un cliente difícil, y necesitaba a alguien con quien
rebotar algunas cosas. Trabajamos mejor en persona".
"Lo entiendo." Le doy un revuelo a la carne dorada. "¿Lo
resolvió?"
"Creo que sí."
"Bien."
"Sienna."
"¿Sí?" Me vuelvo para mirarlo. Está sentado en la isla, su
hermoso rostro serio. "¿Qué es?"
"Ven aquí."
Camino por la isla, pensando que quiere abrazarme, pero me
empuja a la isla y me abraza por la mitad, con la cabeza
presionada contra mis pechos.
"Gracias de nuevo por hoy".
"De nada." Beso su cabeza, inhalando su aroma. "Me alegro que
hayas disfrutado."
"No creo que nadie haya hecho algo así por mí antes".
Frunzo el ceño, pasando mis dedos por su suave cabello. "¿Ni
siquiera una novia antes que yo te llevó a un lugar aventurero?"
Él acaricia mis pechos juguetonamente. "La mayoría de las
aventuras de mi pasado con mujeres han sido en el dormitorio".
Me mira con ojos serios. "Algo más fue ahondar en territorio
personal que no estaba dispuesto a compartir".
"¿Por qué yo?"
Suspira, todavía mirándome de esa manera sobria que hace que
mi corazón se sienta tierno. “La única forma en que puedo
Kristen Proby. 188

describirlo es que te vi por primera vez y supe que mi vida nunca

volvería a ser la misma. Estás sentada de lleno en el corazón de
mi ser, Sienna.
"Qué cosa tan hermosa para decir", murmuro.
"Quiero hacer lo que quiera contigo, aquí mismo en mi cocina".
Sonrío y lo beso de nuevo, luego él acerca sus labios a los míos y
le acaricio la nariz.
"La carne se quemará, así que tendrás que esperar para tener
sexo en la cocina hasta después de la cena".
"Podría comerme mi brownie de ti", dice con una sonrisa
maliciosa. "Eso haría que sepa aún mejor".
"No con helado". Muerdo su labio inferior. "Eso sería demasiado
frío".
Su mano se desliza por la parte interna de mi muslo, hasta el
borde de mis pantalones cortos, y tiemblo.
"¿Te gusta?" él pregunta.
"No hay tiempo para esto", le recuerdo, pero no lo voy a alejar.
Después de todo, no soy estúpida.
"Me voy a comer tus tacos", dice, y no puedo evitar reírme.
"¿Es eso un eufemismo para mi coño?"
"Joder, sí lo es".
Kristen Proby. 189

Capítulo dieciséis
~ Sienna ~
Huelo café y brownies calientes.

¿Sigo soñando? Porque si lo estoy, no quiero despertar.
Abro un ojo por una curiosa rendija y, efectivamente, ahí está
Quinn vestido sólo con pantalones de pijama, sosteniendo una
bandeja de brownies y café.
"Bien, estás despierta", dice. Es una persona muy mañanera.
Feliz y listo para ir a primera hora, y me toma una buena hora
despertarme por completo.
Sin embargo, debo admitir que él no es molesto con su
personalidad matutina, y por eso, estoy agradecida. "Me estás
dando brownies en la cama", murmuro mientras me levanto,
sentándome contra su cabecera gris con mechones.
"Es domingo", responde, como si eso lo explicara todo, y coloca
la bandeja en el medio de la cama, luego se sube para unirse a mí.
Kristen Proby. 190

Antes de pasarme mi taza, se inclina para besarme. "Buenos

días."
"Mm, buenos días." Acepto con gratitud la taza de cafeína y
tomo un sorbo, suspirando cuando llega a mi torrente sanguíneo.
“Podría acostumbrarme a domingos como este”.
“Eso espero”, responde y abre el periódico que también estaba
en la bandeja.
“Lees un periódico de verdad”, comento con sorpresa.
"Me quedo mirando las pantallas durante todo el día, prefiero
leer el periódico dominical a la antigua".
Doy un poco de chocolate y lo miro pensativa. "Me gustas."
"Eso es bueno, ya que me he enamorado perdidamente de ti".
Arrastra su palma hacia arriba y hacia abajo por mi muslo
desnudo. Este hombre está constantemente tocándome.
Es impresionante.
"Lo que estoy diciendo es que no sólo te amo, sino que también
me gustas. Bastante."
"Bien." Besa mi hombro, le da un mordisco a mi brownie y
vuelve a leer su periódico. "Pensé que estaría bien si empezamos
un poco tarde hoy".
"Sí. Tengo que decirte que estoy listo para volver a mis fines de
semana libres. Sé que esto es normal para ti, que estás
acostumbrado a las largas horas en la oficina, pero yo no. No me
inscribí a propósito porque sabía que no era para mí, aunque soy
un apasionada de la ley.
"Así que felicitaciones por estar tan dedicado a su trabajo que
puedes dedicar ochenta horas a la semana".
"Es mucho", dice pensativo, tomando un sorbo de café. Lo toma
negro, lo que hace que mis labios se frunzan. "Admito que desde
que estoy contigo, entiendo por qué Finn se ha retraído un poco
para poder dedicar más tiempo a London".
"¿No lo entendiste antes?"
Kristen Proby. 191

"Pensé que sí", admite. “Pero nunca antes me había enamorado,

así que no me identificaba con la necesidad de querer estar con
alguien todo el tiempo. El trabajo ha sido mi amor y mi amante
durante mucho tiempo, Sienna. Lo disfruto y lo hago bien".
“Lo sé, y me encanta eso de ti. No estoy siendo sarcástica cuando
digo que admiro la dedicación que puedes dedicarle".
"Lo entiendo", responde asintiendo. “Y siempre tendré el
impulso para ser un excelente abogado. Es parte de quien soy.
Entonces, aunque empiezo a comprender que estás contenta con
las horas de trabajo normales para que puedas dedicar más
tiempo a las cosas que te motivan, como pintar y cocinar, me
alivia que comprendas por qué me esfuerzo tanto en mi carrera".
Abro la boca para hablar, pero él sostiene su dedo contra mis
labios.
"Déjame terminar. Quiero que sepas que doy mucho de mí a mi
trabajo, pero ahora te tengo a ti, y estoy tan dedicado a hacer que
esto funcione y a brindarnos el tiempo y la atención que
necesitamos y de atenderte. Así que durante los próximos meses,
trabajaré para dar marcha atrás en algunas de mis horas en la
oficina. Concretamente los fines de semana. Pasar días libres
contigo es importante y divertido, y quiero más".
"Estoy contenta." Sonrío y arrastro mi mano por su mejilla sin
afeitar, disfrutando la forma en que los bigotes se sienten contra
mi palma. "Gracias por eso. Y para todo, de verdad".
“Sienna, te lo mereces todo. Quiero que seas honesta y abierta
conmigo si no estás contenta o descontenta para que podamos
trabajar en arreglar algo antes de que se rompa
irreparablemente".
"Lo mismo, Quinn."
Él besa mi muñeca, y luego vuelve a su periódico, y mordisqueo
mi desayuno, bebo mi café y me desplazo por Instagram. Es la
única aplicación de redes sociales que tengo, principalmente
Kristen Proby. 192

porque disfruto de las fotos que mis amigos y familiares publican

de sus seres queridos y sus vacaciones. Por lo general, no tiene un
impulso político, y eso también me gusta.
También sigo a algunos de mis artistas favoritos en Instagram,
aunque no he publicado mi propia obra de arte allí.
Una vez que me he puesto al día en línea y me he terminado el
café, me levanto de la cama y me preparo para pasar otro largo
día en la oficina.
No, no estoy hecha para tanto trabajo de escritorio. Me alegraré
mucho cuando el caso termine.
"Creo que vas a querer mirar esto ”, dice Quinn mucho más tarde
en la oficina. Llevamos horas aquí y no hemos encontrado nada.
"Por favor, dime que es el cuarto recibo".
"No, lo siento, pero es bastante increíble".
Me pasa una vieja carta amarilla en un sobre.
14 de noviembre de 1910
Mi querida Muriel,
No puedo creer que hoy sea el día de nuestra boda. Después de
esperar meses, finalmente está aquí. Es como un sueño, cariño, que
muy pronto serás mi esposa.
Eres el objeto de mi deseo, amarte es la única razón por la que existo
en este mundo. Pasaré el resto de mi vida buscando lo que te haga
sonreír, porque eres más preciosa de lo que puedo decirte.
La vida es fugaz, de esto estoy seguro, especialmente desde que perdí
a mi papá este año, y estoy agradecido de poder pasar el resto de mis
días contigo a mi lado. Me enorgullece ser su esposo, su amigo, su
amante. Desde ahora hasta mi último aliento, lo hago.
Tuyo siempre
Lawrence
Kristen Proby. 193

Me limpio las lágrimas de las mejillas y lo leo de nuevo.

"Parece que el bisabuelo Lawrence era un romántico", digo
mientras inhalo y Quinn me pasa otro pañuelo. “¿De dónde sacas
esto? ¿De la manga?"
"Mi padre me enseñó que un hombre siempre debe llevar un
pañuelo encima".
"Bueno, te crió bien".
Me froto los ojos y doblo la carta en su sobre. "Tendré que llevar
esto con nosotros a la casa de mis padres para que puedan
leerlo".
"Estoy seguro de que les gustaría eso", dice antes de besar mi
frente y volver a sumergirse en su caja.
Este proyecto ha sido estresante, lento y tedioso. Pero he
encontrado tantos maravillosos tesoros familiares que de otro
modo podrían haberse perdido para siempre.
"¿Sabes qué es realmente triste?"
"¿Qué es eso?"
"Por lo que me han dicho, Muriel murió al dar a luz a su segundo
hijo, unos seis años después de casarse".
"Así que no mucho después necesitaba el préstamo de Reginald".
Asiento con la cabeza. "Hombre, el pobre Lawrence tuvo unos
años difíciles".
"¿Se volvió a casar?"
“Encontré un certificado de matrimonio hace unos días para
Lawrence y una mujer llamada Rose. Entonces, asumo que sí".
Busco la carpeta y encuentro el certificado. Se casó con ella en
1920. Ella tenía veintitrés años."
"¿Cuántos años tenía?"
"Treinta y cinco."
"¿Me pregunto si tuvieron más hijos?"
"No lo sé. Me doy cuenta de que sé muy poco sobre mi familia,
más que la edad de mis abuelos".
Kristen Proby. 194

“Bueno, tiene sentido. Todos han estado muertos desde antes de

que tú nacieras, así que no es como si pudieras hacer preguntas".
"Cierto. Y nunca pensé mucho en eso hasta que comencé esto".
Miro mi reloj, sorprendida por la hora. "Supongo que
deberíamos terminar el día y dirigirnos a la casa de mis padres".
"¿Se reúnen a menudo para cenar?"
"Aproximadamente una vez al mes. Es una forma de que mi
mamá se comunique con nosotros".
"¿Estoy a punto de ser perforado?"
"Oh, sí. Póngase el sombrero de abogado, consejero."
"Siempre está encendido, cariño".
"Mira, Lou, lavas y pelas las patatas" dice mamá mientras saca
una bolsa de patatas de su despensa.
"¿Por qué tengo que lavarlas si las voy a pelar?" Pregunta Louise.
"Porque yo lo dije", responde mamá, pero suaviza la respuesta
con un beso en la mejilla de Lou. "Ahora que los chicos están en el
garaje y fuera del alcance de escucha, háblame de Quinn, Sienna".
"Es un abogado", respondo, concentrándome en picar
zanahorias.
"Sí, lo sé", dice mamá secamente. “Quiero saber todas las demás
cosas. Y déjame decirte ahora mismo, ese hombre es guapo.
Realmente no pude verlo bien en la lectura del testamento porque
todos estábamos sorprendidos y angustiados, pero ahora que lo
he hecho, bueno, es un hombre apuesto".
"Mamá."
"Si tuviera treinta años menos, podría darte una oportunidad
por tu dinero".
"¡Mamá!" Louise y yo exclamamos al mismo tiempo.
"¿Qué? Tengo sesenta y cinco años, no soy ciega".
"Hace treinta años, estabas casada con papá" le recuerdo, pero
ella simplemente me despide.
Kristen Proby. 195

"¿Qué hace para divertirse?"

“Todas las cosas adictas a la adrenalina que puede encontrar.
Conducción de autos de carrera, senderismo, tirolesa, lo que
sea".
"¿Paracaidismo?" Pregunta Louise.
"Espero que no. Puede que tenga que vetar eso. Es muy
peligroso."
"¿Tienes poder de veto?" Pregunta mamá.
"Bueno, hemos dejado caer la palabra amor un par de veces, así
que creo que eso me da poder de veto".
"¿Qué?" Louise chilla y me acerca para un abrazo. "¡No me lo
dijiste!"
"Bueno, hemos estado ocupados, ¿y qué se supone que debo
hacer? Poner a los dos en el altavoz y decir hola, ¿sólo quería que
supieran que Quinn y yo estamos lanzando la palabra amor?
"Sí", dicen al unísono, haciéndome reír.
"Bueno, no me sorprende", dice Lou mientras regresa a las
patatas. "Me llamó la semana pasada y me pidió ayuda para
diseñar un estudio para ti en su condominio".
"Claramente he estado fuera del circuito", se queja mamá, y
rápidamente le cuento que me quedaré con Quinn y el nuevo
estudio. "Oh, me gusta mucho".
“Fue muy dulce. Y Lou debe haber sido la razón por la que
compró todos los costosos suministros".
"¿Qué? Deberías tener esas cosas. Tu trabajo es asombroso y sólo
se puede mejorar con las cosas buenas".
"Estoy bien con lo que he estado usando", le recuerdo, pero
luego decido no discutir porque las pinturas más caras son
mejores.
"Bueno, me alegro por ti", dice mamá mientras mete las
verduras en el horno, junto con el lomo de cerdo que entró hace
unas horas. “Creo que es fantástico que estén trabajando juntos
Kristen Proby. 196

para resolver el caso y que se hayan enamorado al mismo tiempo.

Es algo salido de una película".
“Una película realmente sexy”, concuerda Louise, y todos nos
echamos a reír cuando los chicos entran del garaje.
"Te lo digo, Louis", dice el tío Patrick, "que este Corvette nunca
corrió."
“Dices eso sobre cada auto que compro, y siempre lo hago
funcionar”, le recuerda papá. Quinn está sonriendo mientras
entra a la cocina y se inclina para besar mi mejilla.
"Me gusta tu papá", susurra, y de inmediato me siento más a
gusto. Eso significa que papá y tío Patrick fueron acogedores y
amables. No es que pensara que desafiarían a Quinn a un duelo ni
nada, pero esperaba algún tipo de sermón porque me aman.
Me alegro de que vaya bien.
"La cena estará lista en unos treinta minutos", anuncia mamá.
"Y no he tenido la oportunidad de charlar con Quinn. ¿Te gustaría
acompañarme en el jardín?
"Estaría encantado", dice Quinn, me guiña un ojo y luego sigue a
mi madre afuera.
"Él está encantando a todos", dice Lou una vez que se van y papá
y Patrick están en la sala de estar.
"Es un tipo encantador".
"Y es agradable".
"Sí."
"Y sexy".
"¿Te vas a casar con él?"
"No me ha preguntado". Me vuelvo hacia ella ahora y frunzo el
ceño. "El hecho de que tenga un romance no significa que nos
vayamos a casar la semana que viene".
"Podrías", dice ella. "No estoy diciendo que tengas que hacerlo,
pero me quedaré con este".
"¿Escuchaste de London sobre su fiesta de compromiso?"
Kristen Proby. 197

Louise sonríe y saca a cada uno una botella de agua de la nevera.

"Cambiando de tema. Está bien, lo permitiré. Sí, hemos hablado
varias veces y ya tenemos un plan de acción en marcha. Gracias
por el contacto, por cierto. Este es un grande."
"Lo sé." Sonrío con aire de suficiencia y tomo un sorbo de agua.
"Te he dicho durante mucho tiempo que deberías ser una
planificadora de eventos".
"Sí, pero iniciar un negocio no es barato".
"Acabas de heredar un montón de dinero", le digo, levantando
una ceja. "Eso podría ser algo bueno en lo que invertir. Usted
misma".
Ella se muerde el labio, pensando en eso. "Y si fallo, lo pierdo
todo".
"Si entras en él pensando que vas a fallar, ya lo has hecho".
Entrelazo mi brazo con el de ella. "Tienes talento, eres buena con
la gente y definitivamente eres el tipo de mujer que prefiere
trabajar para ella misma que para cualquier otra persona".
"Me tienes allí".
"Hazlo. Ayudaré. Puedo redactar contratos para clientes y puedo
ayudar en muchas cosas ".
"¿Harías eso?"
"Por supuesto."
Ella sonríe y luego se balancea en círculo. "¡Dios mío, creo que lo
voy a hacer!"
"¿Hacer qué?" Mamá pregunta mientras ella y Quinn atraviesan
la puerta trasera. Quinn sonríe, pero de una manera diferente a
cuando entró con mi papá.
Mira... más tranquilo.
“Abrir un negocio de planificación de eventos”, dice Louise.
"Estoy lista para hacerlo, y Sienna me acaba de convencer".
"Bueno, eso es fantástico", responde mamá. Felicitaciones,
cariño. Ahora, pongamos la cena en la mesa."
Kristen Proby. 198

"Estuvo delicioso", dice Quinn cuando estamos todos sentados

juntos en el patio para el postre. "Ahora sé de dónde saca Sienna
sus increíbles habilidades culinarias".
"Me gustaba cocinar con mamá cuando era una niña", asiento
con la cabeza y le doy otro mordisco a mi pastel de fresa.
"Gracias, Quinn", dice mamá con un guiño. Es hermoso afuera,
no hace demasiado calor como lo ha hecho en los últimos días,
por lo que estamos aprovechando la cómoda tarde.
"Voy a entrar y empezar a limpiar", dice papá. El tío Patrick
también se pone de pie inmediatamente.
"Yo te ayudaré", dice.
"Yo también puedo ayudar", ofrece Quinn, pero papá lo empuja
hacia su asiento.
"No es necesario, Quinn. Esta vez eres un invitado, pero la
próxima puedes ayudar a limpiar". Guiña un ojo y desaparece en
la casa con el tío Patrick. Louise llena nuestros vasos con otra
ronda de vino.
"Así es siempre", ofrezco en explicación. "Las chicas cocinan y
los chicos limpian".
"Bueno, estoy perfectamente bien ayudando a limpiar", dice
Quinn, pero mamá lo despide.
"No esta vez. Como dijo Louis, puedes ayudar la próxima vez ".
"Cuéntanos sobre algunas de las cosas divertidas que has
encontrado en esas cajas", solicita mi hermana. "Debe haber
algunas cosas interesantes ahí".
"Ha habido", estoy de acuerdo. “De hecho, encontré una carta de
amor del bisabuelo Lawrence a su primera esposa, Muriel, hoy.
En realidad, Quinn lo encontró. Es realmente bello. Lo traje para
que todos lo lean".
“Esa fue una historia muy triste”, dice mamá con un suspiro.
"No recuerdo toda la historia", lo admito.
Kristen Proby. 199

"Muriel murió al dar a luz unos cinco o seis años después de

casarse".
“Yo conocía esa parte. ¿Hay más en la historia? "
“Por lo que nos dijeron, era una mujer dulce. Tranquila, pero
confiada, y no aceptaba una mierda de nadie. De hecho, he visto
fotos de ella y te pareces mucho a ella, Sienna".
"Así que era una mujer deslumbrante", dice Quinn con un guiño.
“Ella era bastante bonita. Y me acabo de dar cuenta, hoy estás
usando tu cabello suelto. Eso es inusual."
"Recientemente comencé algo nuevo". Entrelazo mis dedos con
los de Quinn y mamá sigue contando la historia.
“Bueno, me encanta. De todos modos, la pobre Muriel tuvo su
segundo bebé de nalgas y terminó desangrándose hasta morir.
Por supuesto, los avances médicos son tales ahora que ella habría
vivido".
"Eso es triste."
“Cuenta la historia que Lawrence estaba bastante angustiado y
no sabía muy bien qué hacer. Muriel se hizo cargo de la familia y
trabajó, como sucedía con la mayoría de las familias en ese
momento. Así que contrató a la hermana de Muriel, Rose, para
que viniera a vivir con él y los niños, para que fuera una especie
de niñera que lo ayudara ".
"Oh, Dios", susurro, ya sabiendo a dónde va esto.
“Bueno, terminó casándose con Rose ”, dice mamá.
"Asuntos de niñera incluso en ese entonces", dice Lou,
sacudiendo la cabeza.
“Encontré su certificado de matrimonio. ¿Tenían más hijos? "
“No, ella nunca pudo quedar embarazada. Se suicidó diez años
después de que se casaron".
"Dios mío, esto es horrible". Miro a mamá con horror. "¿Qué le
pasó a Lawrence?"
Kristen Proby. 200

"De hecho lo conocí", responde ella. “Cuando tu padre y yo

estábamos saliendo, él todavía estaba vivo. Murió justo antes de
casarnos".
"¿Alguna vez se volvió a casar?"
"No lo creo."
"Bueno, eso es deprimente", dice Lou, vaciando lo último de
vino en su copa. "Necesitamos más alcohol e historias felices".
"Hay más vino adentro", dice mamá, pero antes de que pueda
levantarse, Quinn lo hace.
"Iré a buscarlo".
"Gracias, querido."
La puerta se cierra detrás de él y mamá me sonríe. "Es
maravilloso, Sienna".
“Eso creo”.
“Si te casas, quiero ayudarte a planificarlo”, dice Lou. "Ni
siquiera te cobraré".
"Eres demasiado amable." Mi voz es tan seca como el desierto,
pero no puedo evitar reírme de ella. “Y te contrataría, pero no nos
adelantemos. No ha preguntado. Sólo han pasado unas pocas
semanas".
“Tengo un muy buen presentimiento sobre esto”, dice mamá
con una sonrisa de suficiencia.
"Me pregunto qué le está tomando tanto tiempo". Frunzo el ceño
y me paro. "Solo voy a ver cómo está".
Entro por la puerta trasera y escucho voces en la cocina. Cuando
doy la vuelta a la esquina, solo están Patrick y Quinn en la
habitación, Patrick está de espaldas a mí y la cara de Quinn está
completamente enojada.
"Vete a la mierda", le gruñe Quinn al tío Patrick, y luego me ve
de pie en la puerta.
Estoy atónita. ¿Qué diablos podría haber dicho el tío Patrick para
justificar esa respuesta?
Kristen Proby. 201

"¿Qué demonios?"
Kristen Proby. 202

Capítulo diecisiete
~ Quinn ~
Los estoy disfrutando todos. Es fascinante hablar de autos con

Louis, lo que nos da mucho en común, y toda la familia ha sido
acogedora y amable. Patrick no ha dicho mucho, pero estoy bien
con eso. Ya quiero regañar al idiota.
Entro a la casa, cierro la puerta detrás de mí y entro a la cocina en
busca de otra botella de vino. Me sorprende que Patrick esté solo
en la cocina.
"Las chicas quieren más vino", digo, espiando una botella en la
encimera. La alcanzo y me doy la vuelta para irme, pero Patrick se
interpone en mi camino hacia la puerta.
"Te he mirado", comienza y cruza los brazos sobre el pecho. "Sé
que eres un buen abogado".
"Okey." Inclino la cabeza, interesado en ver a dónde va esto.
Kristen Proby. 203

“Así que, vaya sorpresa cuando descubrí que tú y Sienna están

trabajando juntos en el caso. No creo que necesites follar con ella
para ganar este caso. ¿O es ese tu plan? ¿Será más fácil consolarla
cuando pierda?
"Vete a la mierda", respondo, mi mano ya en puños y lista para
aterrizar en su rostro cuando miro hacia arriba y veo a Sienna de
pie en la puerta, con los ojos muy abiertos por la confusión.
"¿Qué demonios?" Apoya las manos en las caderas, mirándome.
"¿Por qué le hablas así a mi tío?"
"No debes haber escuchado la parte en la que básicamente te
llamó puta", respondo, mis ojos volviendo a los de Patrick. Pero
niega con la cabeza y se vuelve hacia Sienna, su rostro se
transforma en una suave sonrisa.
"Yo no hice tal cosa", dice, su voz se suaviza inmediatamente.
"Sabes que yo no diría algo así. Ya te he expresado mis
preocupaciones, Sienna, por trabajar tan estrechamente con el
abogado de la oposición. No creo que sea apropiado ".
"Ya te dije que no es asunto tuyo", dice, sorprendiéndome. “No
estamos haciendo nada malo al trabajar juntos para llegar al
fondo de un caso que se remonta a un siglo. No Te agradezco que
hayas acorralado a Quinn en la cocina e interrogarlo".
"Estoy velando por tus mejores intereses".
Mierda. Me acaba de admitir que tiene la intención de que Sienna
pierda el caso.
"Creo que es hora de irnos", dice Sienna. Se da vuelta y sale por
la puerta y yo le pillo los talones. "Lo siento, todos, pero tenemos
que volver al trabajo".
"Trabajas demasiado, querida", dice la mamá de Sienna, pero
nos despedimos y estamos en camino de regreso a mi
condominio antes de que Sienna siquiera me hable.
"No me gustó oírte hablar así con mi tío".
Y no me gusta que tu tío esté tratando de joderte.
Kristen Proby. 204

"No puedo creer que estés cerca de ese hombre", respondo, mis
manos se aprietan casi dolorosamente en el volante. "No estabas
allí para escuchar lo que dijo antes de entrar".
"No ha sido él mismo últimamente", insiste. “Te lo dije antes.
No sé qué está pasando con él. Tal vez esté de duelo, tal vez esté
preocupado por el caso".
Sí, preocupado de que encuentres ese último pago y lo arruines.
"No lo creo, Sienna. No diría una mierda así sobre mi sobrina. Me
cortaría la lengua antes de decir algo así sobre Gabby".
"Tal vez tenga algo médico", argumenta. "No lo sabemos. Pero
sí sé que he estado cerca de él toda mi vida y me encontré con mi
novio diciéndole que se fuera a la mierda".
"Maldita sea, lo hice, y no me disculpo por defender a la mujer
que amo, Sienna. Tiene suerte de que no lo derribara. Me gustaría
volver y hacer exactamente eso".
"No puedo creer esto", se queja. "Él puede ser demasiado
obstinado acerca de cómo estamos manejando el caso, no estoy
en desacuerdo contigo en eso. Pero también viene de otra época,
en la que probablemente no habría trabajado con el abogado
contrario".
"O una mujer", murmuro sin poder contenerme.
“Me animó a ir a la escuela de leyes”, dice ella. "En serio, Quinn,
creo que estás exagerando".
Y no puedo explicarle que no lo estoy. Es la situación más
frustrante en la que me he encontrado.
"Te dije antes que no confío en él y no ha cambiado mi opinión".
"Bueno, confío en él", dice, y mis manos se tensan en el volante
de nuevo. "Hay tres hombres en este mundo en los que más
confío, y eres tú, mi papá y el tío Patrick".
Tajo al corazón.
"Entonces, aunque no confíes en él, necesito que confíes en mí".
Kristen Proby. 205

"Yo confío en ti." Quito mi mano del volante y tomo su mano en

la mía, llevándola a mis labios. "Implícitamente."
"Eso es todo lo que importa."
Necesito encontrar una manera de contarle a ella que Patrick es

un idiota mentiroso y no infringir la ley. Porque ocultárselo a ella
me está matando.
Estoy en mi oficina a la mañana siguiente, y en lugar del trabajo
que se supone que debo estar haciendo, estoy mirando una hoja
de papel en blanco, tratando de pensar en formas de poner al
corriente a Sienna.
"Podría pedirle a Finn o Carter que se lo digan", murmuro, pero
inmediatamente tacho eso de la lista. Técnicamente, Bruce
también es su cliente, ya que él contrató a la firma, no sólo a mí.
Maldita sea.
Podría llevarme a casa mis notas de esa reunión con Bruce y
dejarlas en la encimera de la cocina para que ella las viera
accidentalmente.
El único problema con eso es que no los leerá. La conozco, y tiene
demasiados principios para echar un vistazo a las notas que no le
pertenecen.
Dios, la amo.
Podría enviarle una carta anónima. Me reclino en mi silla y lo
pienso. Ella revisa su correo un par de veces a la semana, por lo
que podría funcionar. Puede que sea la única forma de hacerlo y
que no vuelva a mí.
Hay un golpe en mi puerta y Sienna entra con una sonrisa en su
rostro. Ella cierra la puerta detrás de ella.
"Le pregunté a Kami si estabas ocupado y ella dijo que no".
"Ella tenía razón", respondo, mirando mientras camina
alrededor de mi escritorio y se apoya contra él a mi lado.
Kristen Proby. 206

Envuelvo mi brazo alrededor de su delgada cintura y la levanto en

mi regazo. "¿Qué pasa, cariño?"
"Sabes, te ves muy sexy detrás de este escritorio".
"¿Está bien?"
“Lo he pensado desde la primera vez que vi esta oficina. Es
grande y masculino, y te queda perfecto".
"Me alegro de que apruebes mi oficina".
Está jugando con el nudo de mi corbata, tocándome el cuello y la
barbilla, y maldita sea, la quiero.
Aquí.
Ahora.
"Sienna, te voy a follar en mi escritorio".
Ella sonríe, sus ojos azules en llamas por la lujuria. "Oh, eso
espero."
Con un movimiento fluido, la empujo sobre el escritorio y le
levanto la falda alrededor de las caderas.
"Vamos a arrugar tus calzoncillos", dice riendo.
"No llevo calzoncillos".
"Me refiero a sus escritos legales, as."
"Sé lo que quisiste decir." Muerdo el costado de su cuello y mi
polla se tensa contra mis pantalones ante su suave gemido. "Y me
importa una mierda nada más que tú en este momento".
“A todas las chicas les encanta escuchar eso”, susurra. Sus dedos
están en puños en mi cabello y mi mano se desliza por su muslo
hasta su centro.
"Jesús, estás mojada, cariño".
"He querido esto durante mucho tiempo". Mueve su trasero más
cerca del borde del escritorio y alcanza mis pantalones, los
desabrocha y libera mi pesada polla. "Es una especie de fantasía".
"Definitivamente deberías haber dicho algo antes". Busco mi
billetera, agradecido de haber metido un condón allí, y me
Kristen Proby. 207

apresuro a llenarla, para sentirla rígida a mi alrededor. Me queda

como un maldito guante.
"Muy bien", respira. "Dios, Quinn."
Mi boca está sobre la de ella mientras empujo dentro,
absorbiendo sus gemidos de placer. Lo que comenzó como
frenético y apresurado rápidamente se vuelve suave e íntimo.
Arrastro el dorso de mis nudillos por su mejilla y beso su nariz,
sus ojos.
"Estoy en el fondo de esto contigo", susurro. Eres mía, Sienna.
Esto." Presiono las bolas hasta el fondo y le inmovilizo las manos
en el escritorio. Ella está jadeando, mirándome con sus grandes
ojos azules. "Es mío. Y esto." Beso su pecho, sobre su corazón.
"Esto es mío."
"Todo tuyo", confirma. "Y eres mío también".
Sonrío y la beso, moviendo mis caderas a un ritmo constante que
nos enviará a ambos al límite. Ella sujeta sus piernas alrededor de
mis caderas e inclina su pelvis, tomando más de mí y haciendo
que mis ojos se crucen.
"Joder, sí", murmuro, enterrando mi cara en su cuello mientras
me deshago. No me molesto en ahogar sus gemidos mientras me
sigue. No me importa quién nos escuche.
Ella es mía.
Quiero gritarlo desde los tejados.
La beso suavemente y la ayudo a sentarse antes de entrar en mi
baño privado para tirar el condón y limpiarme. Cuando salgo, se
está arreglando el lápiz labial y se ve tan perfecta como cuando
entró por primera vez.
"No arrugamos demasiado tus calzoncillos", dice con una
sonrisa de suficiencia. "De hecho, vine aquí para hacerte saber
que me voy por la tarde. Tengo que ir a la casa de mis padres".
"¿Qué pasa?"
Kristen Proby. 208

“Olvidé mi teléfono allí ayer. Creo que veré si mi mamá quiere ir

a almorzar".
"Está bien, ¿te veré esta noche?"
"Por supuesto. Te enviaré un mensaje de texto cuando esté de
regreso. Supongo que es bueno que hoy hayamos conducido por
separado".
Ella guiña un ojo y sale de mi oficina. Maldita sea, amo su
trasero.
Condujimos por separado porque necesitaba un par de horas en
el gimnasio antes del trabajo para tratar de quemar parte de la
agresión y la ira que tengo por este caso.
Soy abogado. Guardar secretos no es algo nuevo para mí.
¿Mantenerlos alejados de la mujer de la que estoy locamente
enamorado? Esa es una historia completamente diferente y no
me siento cómodo con ella.
La carta anónima es el camino para llevar.
Pero antes de que pueda empezar a escribirla, suena mi teléfono.
"Este es Cavanaugh".
"Es Bruce. Esta no es una llamada telefónica fácil de hacer".
Frunzo el ceño y me recuesto en mi silla. "¿Qué pasa?"
“Acabo de recibir una llamada de Patrick Hendricks. Me dijo que
tiene la prueba de que el dinero fue reembolsado en el préstamo
de la propiedad, y por un millón de dólares, estaría feliz de
eliminarlo".
Apreté silencio en el teléfono para poder decir, "Hijo de puta",
luego activar el sonido. "¿Qué quieres que haga?"
Bruce suspira. "Les dije tanto a ti como a Sienna que no soy un
idiota, soy un hombre de negocios. No estaba mintiendo. Soy un
montón de cosas, pero no hago cosas turbias como esta,
especialmente cuando no tengo piel en el juego. No es una
propiedad por la que pagué y todavía no tengo planes para ella".
Mierda, Bruce va a hacer lo correcto.
Kristen Proby. 209

"Voy a dejar el caso, Quinn. Y creo que es hora de que Sienna sepa
qué está pasando. Gracias, joder.
“Me alegra que hayas tomado esta decisión. Creo que es lo
correcto. Me pondré en marcha con el papeleo ".
"¿Qué va a pasar con Patrick Hendricks?"
"Bueno, ha cometido fraude y soborno, por lo que la ciudad
podría presentar cargos, pero eso dependerá de ellos. Lo
mantendré informado, pero mientras tanto, ¿tiene algo por
escrito?
“Sólo la nota de Patrick que venía con la carta. Llamó hoy y no lo
grabé".
"Eso está bien", le digo. “Creo que lo importante es que
abandonará el caso. Lo pondré en marcha de inmediato".
Termino la llamada y arrastro mi mano por mi cara. Me alivia no
tener que seguir mintiéndole a Sienna y preocuparme por cómo
se va a tomar la noticia.
Ella no tiene su teléfono, pero la llamo de todos modos.
Cuando va al buzón de voz, dejo un mensaje. "Hey Soy yo.
Necesito que me llames de inmediato. Ahora mismo, Sienna".
Luego envío un mensaje de texto por si acaso.
Llámame tan pronto como tengas tu teléfono. Es urgente.
Kristen Proby. 210

Capítulo dieciocho
~ Sienna ~
Espero con ansias almorzar con mi mamá. No estoy segura de

que esté en casa ya que no puedo llamarla, pero espero que lo
esté. Ayer me recordaron que no veo a mi familia con la suficiente
frecuencia, especialmente últimamente.
Pero como nuestra última cita en la corte será dentro de una
semana, las cosas deberían volver a la normalidad pronto en lo
que respecta a mi horario, y puedo ver a mis padres con más
frecuencia.
Aparco en el camino de entrada, sorprendida de ver el coche de
mi tío Patrick también aparcado delante. Nunca llamo a la puerta
de mis padres. Lo intenté una vez cuando volví a casa de la
universidad, y mi madre me enseñó que esta sigue siendo mi casa
y que nunca tengo que tocar la puerta cuando la visito.
Así que entro por la puerta, pero antes de que pueda echar un
vistazo a la sala de estar, escucho mi nombre, deteniéndome en
seco.
Kristen Proby. 211

"No creo que Sienna lo sepa", dice el tío Patrick. "Bruce me

mencionó que Quinn sí, pero supongo que saltar a la cama con
ella no significa necesariamente que él le cuente todo".
"Eso es lo que nos preocupaba", responde papá y cada vello de
mi cuerpo se eriza. "Entonces Quinn es un buen abogado".
“Como es tu hija”, responde el tío Patrick. "Mejor de lo que
pensamos".
"No importa lo buena que sea", dice papá, "si no tiene el
comprobante del último pago".
"¿Cuáles eran las probabilidades de que encontrara ese diario en
las cajas que tomé de papá?" Dice el tío Patrick, con una gran
sonrisa en su voz. No puedo evitar mirar por la pared para verlos
sentados, sonriendo y charlando como si estuvieran hablando de
un gran juego de golf, en lugar del hecho de que están tratando de
arruinar a nuestra familia.
Estoy atónita. ¿Escucho lo que creo que escucho?
"¿Qué dijo Bruce cuando le dijiste que podías hacer desaparecer
la prueba? Pregunta papá.
“Dijo que tendría que pensarlo, pero es una obviedad. Nos paga
el millón, quemo el diario y la carta, y él es dueño de la propiedad.
Vale mucho más de un millón de dólares".
"Por eso me enoja que papá se lo haya dejado a la ciudad",
responde papá. Su voz es dura ahora. ¿Le dio demasiado dinero a
las chicas y a la jodida iglesia, y todo lo que obtenemos es su
casa? ¿Junto con una cantidad insignificante de efectivo? Es
absurdo".
No puedo soportarlo más. Cada fibra de mi ser vibra con furia.
Camino alrededor de la pared, planto mis manos en mis caderas y
miro a los hombres sorprendidos, los hombres en los que
siempre he confiado toda mi vida, a quienes acabo de descubrir
que ni siquiera conozco.
"No puedo creer lo que acabo de escuchar".
Kristen Proby. 212

"¿Qué escuchaste, niña?" Pregunta papá.

"Todo lo que dijiste en los últimos cinco minutos".
Ambos hombres se ponen pálidos y veo el diario sobre la mesa,
con una carta en la parte superior. Lo deslizo hacia arriba y me lo
meto debajo del brazo.
"Ahora, Sienna, no sabes todos los detalles y las razones por las
que tuvimos que hacer esto", dice papá mientras se pone de pie, y
yo niego con la cabeza, alejándome de él.
“¿Sabes cuántas razones serían válidas? Cero. ¿No eras dueño de
la propiedad y estás loco por ella? Están actuando como niños
mimados que no se salieron con la suya. Que es exactamente lo
que son".
"No sabes nada", comienza el tío Patrick, pero levanto mi mano
para detenerlo.
“Sé que se ofreció a hacer desaparecer esta prueba por un millón
de dólares. Sé que eso es fraude y soborno, ambos ilegales. Sé que
estás jodiendo por tu propia familia y comunidad".
"Puede que estés enojada, pero cuidarás tu lenguaje", dice papá.
Sólo puedo reír sin humor, mirándolo como si estuviera loco.
Porque podría estarlo.
"Me quedo con esto". Sostengo el libro. "Es parte de la herencia
del abuelo, y eso es parte de la evidencia en un caso en curso".
"No puedes hacer eso", insiste papá, pero el tío Patrick niega con
la cabeza.
"Ella sí que puede."
"¡Hola a todos! Vaya, se está celebrando una gran fiesta". Mamá
entra desde la cocina y se detiene cuando nos ve a todos en
nuestro enfrentamiento. "¿Qué está pasando?"
"¿Sabías?" Yo exijo.
"¿Sabía qué?"
"No", dice papá con un profundo suspiro. "Ella no sabe".
"¿Sabía qué?" Mamá pregunta de nuevo.
Kristen Proby. 213

"¿Que papá y el tío Patrick tuvieron pruebas desde el principio de

que Bruce House no es dueño del parque y que lo estaban
sobornando para que desapareciera la prueba?"
Mira a ambos hombres, su mandíbula cae y niega con la cabeza.
"Louis, dime que esto no es cierto".
Papá simplemente niega con la cabeza y el tío Patrick se sienta
en el sofá, con la cabeza entre las manos.
"Ambos han cometido fraude inmobiliario, le han costado a la
ciudad mucho dinero y podríamos incluir el soborno, lo cual es
ilegal y podría descartarlos por un tiempo".
"No iríamos a la cárcel", dice el tío Patrick, pero niego con la
cabeza.
"No lo sabemos". Me vuelvo hacia mamá, que también se ha
puesto pálida, y tomo su mano en la mía.
"¿Realmente no lo sabías?"
"¿Cómo puedes preguntarme eso?" Su voz es hueca.
"Yo tampoco pensé que pudieran hacer algo como esto".
Estoy temblando. Quiero golpearlos a ambos, enfurecerme y
exigir saber qué diablos estaban pensando.
Pero nunca olvidaré el tono de sus voces hace apenas unos
minutos cuando pensaban que estaban a punto de salirse con la
suya. No eran los hombres que conozco y amo.
"Tienen que entregarse antes que yo lo haga".
"Sienna Marie Hendricks", dice papá en estado de shock. "No le
harías eso a tu familia".
"Oh, claramente me subestimas". Niego con la cabeza y luego
me río sin humor. "En realidad, eso es exactamente lo que
hiciste. No pensaste que yo ganaría este caso".
"Sabíamos que no lo harías porque teníamos la prueba final que
nunca encontrarías", dice el tío Patrick, con la voz tan plana
como la de un extraño.
"No puedo creer lo que estoy escuchando", dice mamá.
Kristen Proby. 214

"Yo tampoco", respondo, de repente necesitando alejarme. Salgo

de la habitación, me dirijo a la cocina, donde mi teléfono está
sobre la encimera, luego me apresuro a regresar a la sala de estar.
Nadie se ha movido.
"Tienes dos horas para hacer lo correcto", le digo. "Le diré a mi
jefe exactamente lo que sucedió y pediré a la corte que desestime
el caso".
"No hagas esto", dice papá. "Sienna, te daremos una parte del
dinero".
La cabeza del tío Patrick se levanta con sorpresa, mirando a papá
como si acabara de ofrecer sacrificar a una virgen.
"¿Intentaste sobornar al abogado de la ciudad?"
"Le estoy suplicando a mi hija que no haga algo de lo que se
arrepienta." Niego con la cabeza, mirándolos a ambos con horror.
"¿Quién eres tú? ¿Ustedes dos? ¿Cómo pudiste hacer esto?"
"Odiaría que perdieras tu trabajo por tu besuqueo con Quinn",
dice Patrick en un patético intento de asustarme, y de inmediato
veo rojo de nuevo.
"Hemos terminado aquí. No me van a sobornar ni a amenazarme
para que deje esto. Dos horas."
Y con eso, me apresuro a mi auto y me voy, mirando mi teléfono.
Quinn lo sabía.
Quinn lo sabía.
Y no me lo dijo.
Esa podría ser la mayor traición de todas.
Dios, me siento tan tonta. Mi familia me estaba mintiendo y
Quinn me estaba mintiendo.
No puedo volver a la oficina de Quinn ni a su apartamento. Estoy
demasiado enojada. Estoy demasiado herida.
Primero, tengo que manejar mi caso. Eso es lo más importante.
Conduzco directamente a mi oficina y me apresuro a entrar a la
oficina de Dave.
Kristen Proby. 215

“Cuánto tiempo sin verte”, dice cuando levanta la vista de su

escritorio, con un cigarro apagado en la boca. Él frunce el ceño.
"¿Qué está pasando?"
Le explico con calma todo lo que escuché en la casa de mis
padres, y cuando termino, el cigarro se ha ido y él niega con la
cabeza, pellizcando el puente de su nariz.
"Jesús, Si". Suspira profundamente. "Lo siento."
Me aclaro la garganta, sin querer empezar a llorar ahora. "Voy a
solicitar a la corte que retire el caso".
"Acordado."
"Lo escribiré ahora. Y recomiendo que la ciudad presente
cargos".
"¿Está segura?" Se pone de pie, camina alrededor de su
escritorio y se apoya en él, con los brazos cruzados sobre el
pecho. "Esta es tu familia".
"Estoy segura. Violaron la ley y desperdiciaron horas y horas del
tiempo de la ciudad. Al menos deberían tener que pagar por eso".
"Lo pondré en marcha", dice. Su rostro es sombrío. "Sienna."
"No." Niego con la cabeza. "No, Dave, no te pongas blando
conmigo. Necesito terminar con esto y luego necesito una
semana libre ".
"Hecho." Me hace un gesto para que salga de su oficina. "Haz lo
que tengas que hacer, pero yo estoy aquí si necesitas algo".
Asiento con la cabeza, me apresuro a mi escritorio y envío mi
petición. Luego, tomo mis cosas y conduzco a casa.
Mi hogar.
Me siento entumecida ahora. La ira todavía está ahí, hirviendo a
fuego lento justo debajo de la superficie, pero es como si las
últimas horas le hubieran sucedido a otra persona y lo estuviera
viendo desde fuera.
Maldita sea, cómo desearía que eso fuera cierto.
Kristen Proby. 216

Entro en mi camino de entrada, frunciendo el ceño cuando veo a

Quinn en su auto en el frente.
Y así, la ira vuelve a salir a la superficie.
Sale de su coche en el mismo momento en que lo hago, y lo
ignoro. Si empiezo a hablar, me enfureceré con él, lo golpearé.
Diré cosas que nunca podré retractarme.
"Sienna, necesito hablar contigo. He hecho explotar tu teléfono,
pero no respondes".
Y no respondo ahora mientras abro la puerta y entro en mi casa,
con Quinn detrás de mí.
"Bebé, ¿me escuchaste?"
Dejo mi bolso en su lugar, luego me vuelvo hacia él y apoyo mis
manos en mis caderas.
"¿Cuánto tiempo?" Pregunto.
"¿Cuánto tiempo qué?"
"¿Cuánto tiempo has sabido que mi padre y mi tío fueron los que
pusieron todo esto en marcha?"
"Espera. ¿Tu padre?" Se ve honestamente confundido y espero
su respuesta. "Bruce me dijo que fue Patrick quien originalmente
le envió la carta".
"¿Cuando?"
Su mandíbula se aprieta y el músculo en ella hace tics de la
misma manera que cuando está irritado. "Hace un tiempo."
Asiento, sin creer en mis oídos. "Sal de mi casa."
"Sienna..."
"No." Me doy la vuelta y entro pisando fuerte en la cocina,
necesitando dejar algo de espacio entre nosotros. "Sabías, Quinn,
que mi familia no sólo estaba perdiendo el tiempo, sino que me
estaba poniendo en ridículo".
"No, no lo hice", responde. "No tenía idea de que tu padre
estaba involucrado, y no supe hasta después de que dejaste mi
oficina hoy que Patrick tiene la prueba final que necesitas".
Kristen Proby. 217

"Pero sabías que Patrick estaba involucrado".

Se mete las manos en los bolsillos.
"No podría decírtelo".
"Mierda."
"No, no es una mierda. No podría decírtelo. Fue un privilegio
abogado-cliente, Sienna. Sabes tan bien como yo que si hubiera
dicho algo habría sido ilegal".
"¡Trabajábamos en equipo!" Grito.
“Bruce me lo dijo como cliente. Es una jodida línea fina, Sienna".
Niego con la cabeza y me saco las horquillas del pelo,
necesitando rascarme el cuero cabelludo, con la esperanza de
aliviar el fuerte dolor de cabeza que tengo.
"Necesito que te vayas", le digo. "He terminado, y necesito que
te vayas".
Él está quieto por un momento. "Nunca te mentí."
"Tú ocultaste información importante".
"Traté de decirte que no confiaba en Patrick".
"Eso es débil, Quinn. Podría decirte que no confío en Carter, ¿y
qué hace eso exactamente? ¿Te hace amarlo menos? No, pondrías
los ojos en blanco, me darías una palmada en la cabeza y dirías
que no hay razón para no confiar en Carter".
"Te preguntaría por qué no confías en él".
"Y si hubiera hecho eso, aún me habrías mentido".
Sacude la cabeza con frustración. “Tan pronto como Bruce me
dio el visto bueno, traté de decírtelo. He estado tratando de
comunicarme contigo desde que te fuiste hoy".
"Qué noble de tu parte".
Dios, me duele el estómago. Voy a vomitar. Voy a llorar durante
días. Necesito que se vaya.
“Te dije ayer que hay tres hombres en mi vida en los que confío.
Todos me decepcionaron hoy ".
"Sienna..."
Kristen Proby. 218

"Vamos." Niego con la cabeza y me inclino hacia la isla. "Ya

terminé y quiero que te vayas".
Camina hacia la puerta, pero antes de irse, se vuelve hacia mí.
“Esto no está hecho. No hemos terminado. Pero me iré por
ahora".
Justo cuando la puerta se cierra detrás de él, suena mi teléfono.
Es Louise.
"¿Hola?" Las lágrimas ya se están formando en mis ojos cuando
escucho que el auto de Quinn se enciende afuera y se aleja.
“Acabo de hablar por teléfono con mamá. Sienna, ¿qué está
pasando?
"Te necesito." Es un susurro. "Te necesito en mi casa".
"Ya estoy en camino. Con vino y un montón de preguntas".
"Apúrate." Cuelgo y colapso en la isla, mi mejilla en el cuarzo
frío y lágrimas calientes brotan de mis ojos.
Dios mío, ¿qué acaba de pasar?
Mi mundo entero se vino abajo en el lapso de dos horas.
Pensé que estaría golpeando algo. Gritos y barandillas.
Pero estoy tumbada en la fría encimera y llorando en silencio
porque mi cerebro no puede hacer nada más.
Todavía estoy aquí diez minutos más tarde cuando Louise entra
corriendo por la puerta, con dos botellas debajo de los brazos y su
rostro también surcado de lágrimas.
"Háblame", dice en voz baja mientras se apresura hacia mí y
suavemente arrastra sus dedos por mi cabello. "Mamá es un
desastre y no pudo decirme mucho. ¿Es verdad?"
Asiento y me limpio la nariz con el dorso de la mano.
“Papá y Patrick intentaron sacar a la ciudad del parque. El tío
Patrick encontró la carta original, y la carta final que mostraba
que el préstamo se había pagado en su totalidad, en un diario
cuando estaba revisando de las cosas del abuelo después de su
muerte, pero antes de la lectura del testamento. Supongo que,
Kristen Proby. 219

dado que el tío Patrick redactó el testamento del abuelo, sabía que
él y papá no dividirían toda la propiedad y sentían que los estaban
estafando".
"Joder", susurra y huele.
"Intentaron sacar un millón de dólares de House para hacer
desaparecer la prueba".
"Jesús, Si." Me levanto y miro a mi hermana mayor, que se
parece mucho a mí y, sin embargo, es tan diferente a mí.
"Nos mintieron".
Nos tomamos de la mano y nos dirigimos a mi sofá.
"¿Quieres saber la peor parte?" Le pregunto.
“Jesús, ¿se pone peor? Déjame servir un poco de vino primero ".
Me pasa una caja de pañuelos, toma un poco para ella y abre
rápidamente una botella de vino, llevándola con dos vasos al sofá.
"Okey." Nos sirve un vaso a cada uno y me pasa el mío. "Toma
un sorbo primero, luego adelante".
La complazco y me lamo los labios. "Quinn lo sabía".
Sus ojos se abren y su boca tiene forma de O. "¿Qué? ¿Él sabía?"
"No lo sabía todo hasta hoy, pero sabía que Patrick fue quien lo
inició todo".
"Y él no te lo dijo".
Niego con la cabeza y tomo otro sorbo. "No. Porque House se lo
dijo, y fue un privilegio abogado-cliente ".
Parpadea rápidamente mientras toma un gran trago de vino.
"Wow", dice al fin. "Lo siento."
"Yo también."
"¿Qué va a pasar ahora?"
“Bueno, papá y Patrick serán acusados de fraude y soborno
inmobiliario. No sé si irán a la cárcel o simplemente serán
multados. Probablemente serán multados".
"Jesús", murmura.
Kristen Proby. 220

"Estoy preocupada por mamá". Las lágrimas comienzan de

nuevo y tomo otro sorbo de vino. "Ella no sabía lo que estaban
haciendo".
"Somos fuertes como ella", dice Louise. "Pero va a ser difícil
para ella. Tal vez debería quedarme con ella por un tiempo".
Asiento con la cabeza y apoyo la cabeza en el hombro de Lou.
"Quiero tumbarlos a ambos".
“Mamá le dio una bofetada a papá en la cara”, dice, y levanto la
cabeza con sorpresa.
"¿Ella lo hizo?"
"Duro. Dejó una huella de mano".
"Bien por ella." Suspiro y me apoyo contra ella de nuevo.
"¿Cómo podrían hacerlo?"
"La codicia es una perra", dice.
“Nunca los he calificado de codiciosos”, respondo. "Dijeron que
estaban enojados porque tú y yo obtuvimos el dinero, y todo lo
que obtuvieron fue la casa".
"¿Quizás el abuelo les prometió más?" Lou sugiere.
"Patrick le dio a House la carta antes de la lectura del
testamento", respondo. "No, estaban enojados y siendo
codiciosos, y me pregunto cómo no lo vi. Quiero decir, estos
hombres nos criaron".
"Oye, hay hombres en la maldita mafia que crían a sus hijos y los
aman".
"¿Estás sugiriendo que son parte de la mafia?" Pregunto con
incredulidad.
"No, estoy diciendo que a veces la gente hace cosas malas, pero
eso no las convierte en malas personas".
"No puedo separar los dos", lo admito. "Hoy no."
“No, hoy es para estar herido. ¿Qué vas a hacer con Quinn?
"Todavía estoy herida allí también. Entonces, por ahora, voy a
tomarme un tiempo para entenderme y partir de ahí".
Kristen Proby. 221

“Buena idea”, dice y vuelve a jugar con mi cabello, que siempre

me ha calmado. "Apuesto a que no fue fácil para él no decírtelo".
"Debería habérmelo dicho", discuto suavemente. "Sé que es
estúpido, y lo sé mejor, pero debería habérmelo dicho. Esto fue
más que un simple caso".
"Para ti", dice ella.
“No, para los dos. No me estaba enamorando sola".
"Buen punto." Louise llena mi copa con más vino.
Probablemente deberíamos trasladar esta fiesta a la de mamá. No
quiero que ella esté sola".
"Será mejor que nos vayamos antes de que estemos demasiado
emocionadas para conducir".
"Vamos."
Kristen Proby. 222

Capítulo diecinueve
~ Quinn ~
Conozco este camino como la palma de mi mano. Es donde voy

cuando estoy molesto, conduciendo demasiado rápido a través de
los árboles espesos.
La luz del sol se filtra a través de las hojas hacia la carretera
mientras me alejo de la ciudad, cambiando suavemente de
marcha.
Estoy enojado, y si soy completamente honesto, estoy herido.
Así que cambio a cuarta y acelero el Porsche en una curva
cerrada, y paso a la derecha a un coche de policía.
"Joder", me quejo mientras las luces parpadean detrás de mí y
me detengo.
No tengo tiempo para esto. Necesito conducir, para quemar esta
ira y agresión.
Bajo mi ventanilla, mi licencia y mi seguro ya están en mi mano.
"¿Sabías que estabas acelerando?"
Kristen Proby. 223

Miro hacia arriba y quiero sonreír. Este es el mismo tipo que me

detuvo hace años cuando conducía por la misma carretera,
después de la muerte de papá.
"Sí, señor", le respondo con sinceridad.
"No sólo a exceso de velocidad, sino a más de ciento cincuenta y
cinco".
"Sí, señor."
"¿Has estado bebiendo?"
"No." Niego con la cabeza. “Simplemente con el corazón roto
como la última vez que me detuviste. Han pasado algunos años,
probablemente no lo recuerdes".
El policía niega con la cabeza.
"¿Quieres que salga y haga la prueba de sobriedad?"
Sus ojos se entrecierran ahora, pero se aleja del auto. "Sí, por
favor."
"Seguro." Salgo e inmediatamente empiezo a caminar por la
línea.
"Algo debe haberlo molestado", dice el policía.
"Sí, estoy enojado", respondo. "Ella dice que le mentí, pero no
mentí. No pude decirle lo que sabía porque es un privilegio
abogado-cliente. Ella es una maldita abogada. Ella lo sabe".
Me muevo a tocar la punta de mi nariz con mi dedo.
"Se enteró hoy, antes de que pudiera hablar con ella y ponerla al
corriente. Mi cliente finalmente me dio luz verde, pero no tenía
su teléfono y yo no pude hablar con ella primero. Entró en un
programa de mierda, en la casa de sus propios padres".
"Eso debe haber sido difícil", dice. Me paro sobre una pierna y
me toco la nariz de nuevo.
"Ni siquiera puedo imaginar", estoy de acuerdo. "Jesús, desearía
haber llegado a ella primero, o haber estado con ella".
"¿Hubiera hecho alguna diferencia?" él pregunta. Me doy la
vuelta, sorprendida de encontrarlo apoyado en mi auto con los
Kristen Proby. 224

brazos cruzados sobre el pecho. Es un hombre mayor,

probablemente cerca de los cincuenta. Parece que ha visto más
que su parte justa de mierda.
"No lo sé. Y eso es lo que más me agita. La forma en que me miró,
con los ojos hundidos, y me dijo que había terminado. No hemos
acabado. Me niego a dejar que me excluya de su vida por
completo".
"Entonces, ¿por qué estás conduciendo lejos de la ciudad, en
lugar de hacia ella, para que ella entienda y te escuche?"
"Ya lo intenté hoy", admito con un suspiro. “Estaba demasiado
molesta para ser razonable. Demonios, estoy demasiado molesto
para ser razonable".
“Y demasiado molesto para conducir por mi camino tan rápido
como tú lo hacías. Te lo dije antes, podrías matar a alguien oa ti
mismo".
Mis ojos se mueven hacia los suyos con sorpresa.
“Oh, sí, te recuerdo. Parecías angustiado entonces, como si algo
te estuviera persiguiendo. Ahora pareces derrotado y algo dice
que no te sientes así a menudo".
"No." Me meto las manos en los bolsillos y me apoyo en el coche
que está a su lado. "¿Me vas a dar una multa?"
"No. Pero te voy a dar un consejo".
Le doy una mirada burlona, pero me quedo callado, curioso por
escuchar lo que tiene que decir.
“Ahora, no conozco todos los hechos, pero he estado casado
durante treinta y cinco años y he aprendido un par de cosas sobre
las mujeres y las relaciones. En primer lugar, la confianza es algo
muy importante".
"Y lo jodí", murmuro.
"Escuchar también es importante", dice secamente, y cierro la
boca. "Pero lo más importante que he aprendido es darle un
minuto para recuperar el aliento. Ella está emocionada en este
Kristen Proby. 225

momento, está pensando demasiado en todo. Y no me digas que

no lo está porque la mayoría de nosotros lo hacemos".
Sólo puedo asentir ante eso. Demonios, estoy parado en una
autopista a ochenta kilómetros de la ciudad haciendo
exactamente eso.
“Todos necesitamos sentirnos seguros. Que el amor, la
confianza y el corazón que ponemos el uno en el otro está a salvo
en nuestra pareja. Me parece que no se siente exactamente segura
en muchas cosas en este momento".
"No. Ella no lo está."
"Tienes que arreglar eso".
Yo lo miro. "¿Cómo?"
"Bueno, cada persona es diferente y, como dije, no conozco la
historia completa, así que tendrás que averiguarlo. Dale hoy para
que se enoje, pero no dejes que se encone por mucho tiempo. Si
ella es importante para ti, debes volver al ring y trabajar para
ella".
"Ella lo es todo", respondo de inmediato. "Ella es la mejor parte
de mi vida".
"Entonces, ¿qué estás haciendo corriendo lejos de ella?"
Niego con la cabeza y encojo un hombro. "Hábito, supongo."
"Creo que es hora de hacer nuevos hábitos, hijo".
No puedo soportarlo más. necesito escuchar su voz.

Estoy en la oficina y han pasado veinticuatro horas desde el
fiasco de ayer. Estoy tratando de darle espacio, pero la necesito.
Así que levanto mi teléfono y marco su número. Para mi sorpresa,
ella responde al segundo timbre.
"Hola." Suena agotada.
"Oye." Yo suspiro. "Quería hacerte saber que hoy se devolvieron
todas las cajas a la casa de tu abuelo".
"Lo sé, estoy aquí ahora. Gracias por hacerlo tan rápido".
Kristen Proby. 226

"De nada." Trago saliva, odiando la distancia en su voz. "Sienna,

estoy preocupado por ti".
"Estoy bien."
Pero puedo oír que ella está todo menos bien.
"No quiero perderte por esto. Sé que estás sufriendo y me odio a
mí mismo por causar eso".
"No eres el único que lo causó", interrumpe. "Se ha convertido
en una semana de mierda".
“Esa podría ser la subestimación del siglo. Ayer dijiste que
habías terminado".
"No he terminado con nosotros". Su voz se detiene y mi
estómago se aprieta. Jesús, quiero tomarla en mis brazos y
aplastarla contra mí. “Quise decir que había terminado por el
momento. Que necesito algo de tiempo. Estoy lidiando con el
arresto de mi padre y mi tío, y mi mamá es un desastre. Así que
Lou y yo nos ocupamos de las cosas, al mismo tiempo que
intentamos mantener a flote nuestra propia vida profesional".
"Entiendo. ¿Puedo ir a ayudar?
"No, gracias." Ahí está esa trampa de nuevo. “Necesito un poco
de tiempo, Quinn. Algo de espacio. No he terminado con
nosotros, lo digo en serio, pero la confianza está destrozada para
mí en este momento, a pesar de que el abogado en mí entiende lo
que hiciste y por qué lo hiciste. La mujer que hay en mí necesita
un poco de tiempo para ponerse al día".
"Herirte, lastimarte deliberadamente, nunca es una opción para
mí", enfatizo. "Intenté tantas veces pensar en una manera de
decírtelo sin infringir la ley".
"No creo que pudieras haberlo hecho", susurra.
"¿Seguirás yendo a la fiesta de compromiso de Finn y London
conmigo el viernes?"
Hay una pausa larga.
"No lo sé. No digo eso para lastimarte, Quinn. No soy así".
Kristen Proby. 227

Sé que no lo es.
“Pero con mi familia desmoronándose, tratando de ponerme al
día en el trabajo para poder tomarme la semana que viene libre y
todo lo demás que está sucediendo en este momento, no creo que
pueda comprometerme con nada. Sin mencionar que no soy
exactamente una compañía maravillosa en este momento, y la
fiesta de Finn y London debería estar llena de emoción y amor".
"Te querrán allí", respondo. "Te querré allí, así que piénsalo".
"Voy a pensarlo."
"Sienna, te extraño. Te amo mucho, y estoy aquí siempre que me
necesites y estoy listo para demostrarte que algo como esto
nunca volverá a suceder".
Ella lloriquea y eso me rompe.
"Bebé, no llores".
"Yo también te amo." Su voz se rompe. "Gracias. Hablaré
contigo pronto, ¿de acuerdo, Quinn?"
"Está bien." Cuelga, y me quedo en mi enorme oficina,
preguntándome cómo diablos voy a arreglar esto.
Y entonces comienza a formarse una idea.
Le envío un mensaje de texto a Finn y Carter y les pido que
vengan a mi oficina lo antes posible.
No me decepciona que ambos aparezcan en menos de dos
minutos.
"¿Qué pasa?" Carter pregunta mientras ambos toman asiento.
"Como ambos saben, ayer fue un espectáculo de mierda".
Asienten al unísono.
"¿Has hablado con ella?" Pregunta Finn.
“La acabo de llamar. La buena noticia es que no me ha
descartado, pero tampoco está lista para recibirme. Tiene muchas
cosas que hacer".
"Estoy seguro, con la mitad de su familia en la cárcel".
Me paso las manos por el pelo con agitación.
Kristen Proby. 228

"Merecen estar allí", respondo, y Carter levanta las manos en

señal de rendición.
"No estoy diciendo que no lo hagan. Pero te imaginas si fuera tu
padres allí?" Todos negamos con la cabeza. "¿Entonces qué
necesitas?"
“Necesito hacerlo bien. Sé que hice lo correcto para mi carrera.
Pero hice lo incorrecto por Sienna".
"No tenías elección", argumenta Finn.
"Estoy de acuerdo, y odio admitirlo, pero lo volvería a hacer. En
un instante. Y por eso, necesito asegurarme de no tener que
volver a hacerlo nunca".
"De acuerdo", dice Finn.
"Hay algunas cosas que pasan por mi cabeza en este momento",
continúo, inclinándome hacia adelante para apoyar los codos en
el escritorio. "Primero, sé que hemos hablado de traer a otro
socio para que nos ayude a asumir parte de la carga".
Ambas cejas se elevan y levanto las manos.
“Sólo escúchenme. Sienna está más que calificada y no le
ofreceríamos una sociedad para comenzar. Pero me gustaría
ofrecerle un trabajo. Si ella está trabajando para la empresa,
nunca más tendré que preocuparme por ocultarle algo
profesionalmente".
"Entiendo", dice Carter. "Y si ella quiere unirse a la firma, estoy
de acuerdo con eso, pero me gustaría postergar una asociación
hasta después de que ella haya estado aquí por no menos de tres
años".
"Estoy de acuerdo", dice Finn, y asiento.
"Puedo vivir con ello. Puede que ella no lo quiera, pero me
gustaría ofrecérselo. Espero poder convencerla de que lo haga".
"¿Por qué no lo querría? Ella estaría ganando muchísimo más
dinero del que gana para la ciudad".
Kristen Proby. 229

"A ella le gusta el horario de los banqueros", respondo. "Pinta,

cocina y dedica tiempo a su familia, por lo que el trabajo en la
ciudad ha sido perfecto para ella".
"Eso podría ser difícil", dice Finn. "Todos trabajamos muchas
horas".
“Lo entiendo, pero nuevamente, quiero ofrecérselo. Demonios,
podría trabajar a tiempo parcial si quisiera. Si trabajara aquí,
podría permitírselo".
"¿Qué más estás pensando allí?" Carter pregunta con una
sonrisa. "¿Además de meterse en los pantalones de Sienna?"
"Debería derribarte por eso, pero es verdad y no hay tiempo.
Finn, ¿puedo usar tu casa en la playa a continuación?¿Una
semana?"
"Por supuesto. Le pediré al conserje que te la abra. ¿Eso significa
que estarás fuera de la oficina la semana que viene?
"Eso espero. Sienna me acaba de decir que se tomará la semana
que viene libre del trabajo, y espero que podamos irnos a la playa.
Y una cosa más, voy a proponérselo".
"¿Qué?" preguntan al unísono, ambos luciendo sorprendidos.
"Me escucharon."
"Nunca pensé que vería el día", murmura Finn. "¿Cuándo vas a
hacerlo?"
"Bueno, ahí es donde entras tú. Aquí está mi idea".
Le he dado dos días más y eso es todo lo que puedo darle.

Es jueves por la noche tarde. No he estado en casa en días porque
estar allí me recuerda a Sienna y cuánto la extraño.
Ella está arraigada en mi casa. Diablos, ella es mi hogar.
Y estoy muy cansado de dormir en el sofá cama de mi oficina.
Me acerco a su casa, aliviado de ver que la luz de su estudio
todavía está encendida, y sin pensarlo demasiado ni cambiar de
opinión, camino hacia la puerta y toco el timbre.
Kristen Proby. 230

Abre la puerta, con el ceño fruncido en su hermoso rostro sin

maquillaje.
"¿Quinn? ¿Qué haces aquí tan tarde?"
"Sé que dije que te daría espacio, pero no puedo quedarme más
lejos, Sienna".
Da un paso atrás, me deja entrar y cierra la puerta.
"Sígueme", dice ella. Ella me lleva a su estudio. Lleva sus
pantalones cortos y su camiseta sin mangas, los que están llenos
de salpicaduras de pintura, pero su cabello está suelto alrededor
de su cara, y no puedo evitar sonreír ante eso.
Camina descalza hasta la esquina de su estudio donde le gusta
pintar, luego señala la silla en la esquina opuesta.
"Puedes sentarte allí mientras termino esto".
"Sí, señora."
Mientras pueda estar con ella, me sentaré donde ella me quiera.
Está terminando el gran cuadro del parque que comenzó cuando
comenzó nuestro caso. Está en aceite y ahora sé lo que eso
significa para ella.
Confusión. Pinta al óleo cuando está molesta, y sé que he
añadido algo a eso.
Me está matando.
Sólo le toma unos treinta minutos terminar lo que está haciendo.
Da un paso atrás, examina la pintura mientras limpia sus
pinceles, y cuando todo está terminado, se vuelve hacia mí.
"Está terminado."
"Es impresionante." Quiero decirle. El lienzo es grande y los
colores son llamativos. "Eres tan talentosa, Si".
"Gracias." Suspira y se seca una lágrima de la mejilla. "Ya casi he
tenido suficientes lágrimas".
"Odio que estés herida".
Kristen Proby. 231

“Las lágrimas vienen ahora, pase lo que pase. Es como si mis

conductos lagrimales se hubieran abierto y el grifo estuviera roto.
No puedo hacer que se detenga".
Tomo su mano y la coloco en mi regazo, entierro mi cara en su
cuello y respiro profundamente. "Jesús, te he echado de menos.
Sé que tenemos mucho en lo que trabajar, pero no me atrevo a
pasar otra noche lejos de ti. Por favor, no me envíes lejos".
Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y me abraza con
fuerza, me da un beso en la sien y luego se pone de pie y toma mi
mano para llevarme a su dormitorio.
Me quito la ropa mientras Sienna se lava en el baño. Esta noche
no habrá sexo.
Sólo la necesito contra mí, en mis brazos.
Ella entra en el dormitorio, vestida sólo con sus bragas y un top
limpio, y nos metemos en la cama, enredados el uno en el otro.
Hay un millón de cosas de las que tenemos que hablar. Preguntas
que necesitan respuestas. Pero por esta noche, sólo quiero
abrazarla, sentirla contra mí, saber que vamos a salir del otro
lado de todo esto.
"Te amo", le susurro. Su brazo se aprieta alrededor de mi
estómago y pasa su pierna sobre la mía, abrazándome con todo
su cuerpo.
"Yo también te amo. ¿Sigue estando bien si voy a la fiesta contigo
mañana por la noche?
Sonrío en la oscuridad.
"Cariño, puedes hacer lo que quieras".
"Me gustaría ir".
"¿Por qué el cambio de idea?"
“Necesito algo de felicidad en mi vida ahora mismo”, admite. “Y
me gustan mucho Finn y London. Estoy feliz por ellos".
"Les encantará tenerte allí, y yo seré el hombre más afortunado
del lugar".
Kristen Proby. 232

“Tenemos algunas cosas de las que hablar”, me recuerda. "Pero

no esta noche."
"No." Beso su cabeza y siento que todo su cuerpo se libera de la
tensión a la que se ha aferrado durante los últimos cuatro días.
"No esta noche. Sólo duerme, amor".
"Creo que Louise y yo vamos a ir a hacernos la pedicura por la
mañana", dice. Su voz se desvanece por el sueño, pero estoy feliz
de estar aquí tumbado y escucharla.
La he extrañado más de lo que jamás creí posible.
"Eso será divertido".
“Mm. Está nerviosa por la fiesta, así que yo también quiero estar
ahí para ella". Presiona un dulce beso en mi hombro. "Y tú. Te he
extrañado también. Sólo soy terca".
"No." Sonrío en la oscuridad. "No, Sienna Hendricks".
"No hay necesidad de ser un sabelotodo".
Kristen Proby. 233

Capítulo veinte
~ Sienna ~
"Oh, necesitábamos esto", dice Louise con un gemido mientras

el pedicurista le frota la planta de los pies. "Me han estado
matando, con todo lo que he estado caminando".
"Eso es una cosa acerca de ser un organizador de eventos",
respondo con una sonrisa. "Estarás mucho de pie".
"Necesito ponerme en mejor forma".
"Bueno, estoy orgullosa de mis dos hijas", dice mamá,
mirándonos con ojos empañados. Ha tenido los ojos empañados
toda la semana, como yo.
Pero me siento mucho mejor hoy. No les he dicho que Quinn vino
a quedarse conmigo anoche, y no creo que lo haga.
Me lo quedaré sólo para mí.
Yo tampoco había podido pintar hasta anoche, y terminar la
pieza que comencé hace un mes fue importante para poder
moverme hacia adelante. ¿Y aparece Quinn? Bueno, ese era
exactamente el bálsamo que necesitaba para calmarme.
"Gracias de nuevo por ayudar esta noche, mamá", dice Louise.
“Será maravilloso tenerte allí; si nada más, puedes darme apoyo
moral. Sé que es sólo una fiesta de compromiso, no la boda real,
Kristen Proby. 234

pero London es famosa. Habrá celebridades allí, y esto podría

conseguirme algunos contactos increíbles. De hecho, London ya
me contrató para hacer la boda".
"Oh, Dios mío." Me acerco a la mano de Lou. "Estoy tan
orgullosa de ti. Eso es increíble. Vas a sacarlo del parque".
"Ayuda que London no sea una bridezilla3".
"¿A qué hora te recogerá Quinn?" Pregunta mamá.
"Viene a las cinco", respondo y respiro hondo. Aunque lo vi
anoche, y me sentí maravillosa, no significa que no necesitemos
tener una conversación muy dura.
Se había ido cuando me desperté esta mañana. Me entristeció
que no me llamara para decirme adiós. Quizás pensó que era lo
mejor.
Estoy emocionada de verlo hoy y de disculparme. Le debo eso.
"Eso es temprano", dice Lou con el ceño fruncido. "La fiesta no
empieza hasta las siete".
"Vamos a hablar". Me encojo de hombros. "Tenemos algunas
cosas que resolver antes de que podamos avanzar".
"No lo castigues más", dice Louise.
"No lo estoy castigando".
"¿No es así?" Pregunta mamá. "Has hablado con tu padre más de
lo que has hablado con Quinn, y Quinn no hizo nada ilegal".
“Mi padre es mi padre, y está en serios problemas. Tenía que
hablar con él".
"No, no tenías", responde mamá. "Pero eres una buena persona,
Sienna".
"Disfrutemos esta pedicura y pensemos en esta noche", sugiero,
queriendo cambiar de tema. "¿Qué hay para cenar, Lou?"
“Decidimos hacer un buffet para este evento y una reunión para
el boda." Louise entra en gran detalle, contándonos todo sobre
3
Juego de palabras entre bridge: novia en inglés y Godzilla, un monstruo de película.
Kristen Proby. 235

las opciones de comida de esta noche, cómo London insistió en

servir Cristal para los brindis y todos los pequeños detalles.
"Estoy emocionada", dice mamá. "Va a ser hermoso".
Deja de castigarlo.
¿Es eso lo que he estado haciendo? Si es así, no fue intencional.
Necesitaba algo de espacio para manejar toda la mierda que me
lanzaron esta semana.
Miro la hora. 4:55.
Estará aquí en cualquier momento.
Compré un vestido verde nuevo para esta fiesta. Complementa
mi cabello y se ajusta bien a mi cuerpo, con tirantes finos y un
dobladillo largo con una abertura hasta el muslo. Y, por supuesto,
llevo los Louboutin que me compró Quinn.
Estoy abrochándome los pendientes cuando Quinn toca el
timbre. Abro la puerta y su mandíbula cae mientras sus ojos
viajan desde la parte superior de mi cabeza hasta la punta de los
dedos de mis pies.
"Mierda."
"No es exactamente lo que estaba buscando". Sus labios se
contraen cuando sus ojos se posan en los míos y extiende un
ramo de flores fragantes.
"Para ti."
"Gracias." Me preocupo por las flores, enterrando mi nariz en
ellas mientras las llevo a la cocina por un jarrón. "Estas son
hermosas".
"Eres hermosa."
"Gracias", repito. Dejo las flores en la mesa del comedor y me
dirijo al hombre más sexy que conozco, que está ataviado con un
esmoquin que le queda como un guante. "Te ves fantástico".
"Es el traje de mono".
"No, es el hombre".
Kristen Proby. 236

Sus ojos brillan de lujuria y sus manos se cierran en puños, pero

no se acerca a mí. Todavía no.
"Tenemos que hablar", comienza y apoya la cadera en la
encimera.
"Lo sé."
“En primer lugar, gracias por lo de anoche. Ambos lo
necesitábamos".
"Lo hicimos." Cruzo los brazos sobre el pecho, pero luego me
preocupo de arrugar el vestido, así que los dejo caer. "Debí haber
esperado para ponerme esto hasta después de nuestra charla".
"¿Estás incómoda?"
"Creo que me sentiría incómoda, no importa lo que lleve
puesto".
"No quiero eso", dice, sacudiendo la cabeza. Su cabello oscuro
está peinado hacia atrás de su rostro, y usó un poco de gel para
mantenerlo en su lugar. "No quiero que nunca te sientas
incómoda".
"Bueno, espero que no dure mucho. Quinn, te debo una
disculpa".
"No..."
"Déjame terminar. Te debo una disculpa. Estabas haciendo lo
que tenías que hacer por tu cliente y por la ley. Lo entiendo
completamente. Francamente, me doy cuenta de que te he
estado castigando por algo que yo mismo habría hecho".
"Sienna."
"Lo siento mucho." Mi barbilla se tambalea, lo que sólo me
molesta. "No iba a llorar cuando hiciéramos esto". Me aclaro la
garganta. "Normalmente no soy una llorona".
"Ha sido una semana difícil", dice, y realmente lo miro. Luce
cansado.
“Sí, lo ha sido. ¿Cómo estás?"
Kristen Proby. 237

"Mejorando minuto a minuto". Me lanza esa sonrisa, la

arrogante que tanto amo, y mi estómago se afloja un poco.
"¿Cómo está tu mamá?"
"Ella está bien. Confundida. Se ha estado golpeando a sí misma
porque no sabe cómo se perdió de lo que estaba sucediendo bajo
su propio techo".
"No es culpa suya".
"Lo sé, y ella también lo sabe, pero es difícil. Llevan casados casi
cuarenta años. Quiero decir, no sé qué haría si estuviera en su
lugar".
"¿Ella está defendiéndolo?"
"No, pero ella tampoco lo ha dejado".
"¿Lo harías?"
“Me gustaría decir que sí, pero como dije, no sé qué haría. Tienen
cuarenta años y dos hijos entre ellos. Sería difícil alejarse de eso".
"¿Has hablado con ellos?"
"Sé exactamente quiénes son.
Patrick no, y yo no lo haré. No por mucho tiempo. He visto a mi
papá. Ambos están en libertad bajo fianza y probablemente no
verán más tiempo en la cárcel. Obviamente, no estoy trabajando
en este caso para la ciudad".
"Bien."
"Es un conflicto de intereses, y mi papá no quiere que lo defienda
porque lo pondría en la cárcel".
"Estás enojada."
"Joder, sí, estoy enojada".
Asiente, mirándome desde el otro lado de la habitación.
"¿Has terminado de no tocarme ahora?"
Está al otro lado de la habitación en menos de un segundo, sus
brazos me rodean en un fuerte abrazo. Mi oído está pegado a su
pecho y puedo escuchar su corazón latiendo rápido.
Kristen Proby. 238

"Te extrañé", murmuro. "Y sé que hay más de qué hablar,

pero..."
"Pero es suficiente por hoy", termina por mí antes de presionar
sus labios contra los míos. "Ahora, vamos a disfrutar un poco de
esa felicidad de la que hablabas anoche".
"Excelente plan".
"Esta fiesta es increíble", le digo a London, unas horas más

tarde, después de los brindis y todos nos hemos llenado hasta las
agallas de comida increíble.
“Louise es la mejor. Gracias por sugerirla. Me dijo que estaba
comenzando un negocio y creo que la mantendré ocupada con mi
boda y también con algunas de las fiestas de mis amigos".
"Eso es increíble, gracias".
"Ella se lo ganó". London choca su vaso con el mío y la música
cambia a una canción suave y lenta que me encanta de Rob
Thomas.
De repente, Quinn está de pie frente a mí, extendiendo su mano
hacia la mía.
"¿Bailas conmigo?"
"Por supuesto."
London toma mi bebida y camino a la pista de baile con mi
hombre. Me tira a sus brazos, llevándome lentamente por el
suelo.
“Tienes una manera fácil contigo”, digo. "En la pista de baile,
eso es".
"¿Estás diciendo que no soy fácil al salir de la pista de baile?"
"Eso es lo que estoy diciendo." Sonrío y paso mis dedos por su
cabello en la nuca. "Pero sería aburrido si fueras fácil".
"Me alegra que te sientas así".
Dejamos nuestras piezas en el suelo...
Kristen Proby. 239

La canción gira a nuestro alrededor. Nadie más está bailando, lo

cual es un poco extraño, pero estoy tan atrapada en la música y
bailando con Quinn, que no pienso mucho en eso.
Eres todo para mí, Sienna.
Su voz es fuerte y autoritaria. Le miro a los ojos y recupero el
aliento.
Quinn es un hombre intenso.
“Eres la mejor parte de cada día. Eres mi hogar. Me haces un
mejor hombre. Sé que no hemos estado juntos por mucho
tiempo, pero no hago nada lento o a medias".
Una sonrisa le hace cosquillas en los labios y cada vello de mi
cuerpo se eriza.
“Vivo mi vida en el carril rápido. Me gusta ahí. Pero no es nada
sin ti conmigo, todos los días".
Él mete la mano en su chaqueta y saca un anillo, y mi mano cubre
mi boca abierta en absoluta conmoción.
Quinn cae sobre una rodilla mientras toda la habitación se calma.
La música se ha ido y todos los ojos están puestos en nosotros,
escuchando con la respiración contenida. "Cásate conmigo,
cariño. Sé mi socia, mi compañera, mi amor. Te lo juro, nunca
habrá un momento aburrido".
Estoy atrapada en sus ojos, en la sinceridad y la confianza en la
forma en que toma mi mano.
Quinn es mi roca. Mi constante. Y sé que no quiero vivir esta vida
sin él.
"Sí."
La habitación explota en gritos y silbidos, y Quinn me alcanza en
un abrazo feroz, luego planta sus labios sobre los míos y me besa
hasta que Finn grita: "¡Consigue una habitación!"
Miro a mi alrededor, sorprendida de ver no sólo a mi mamá y
Louise cogidas de la mano y llorando, sino también a Rich.
Estamos rodeados de una familia emocionada, queriendo ver el
Kristen Proby. 240

anillo y felicitarnos, pero todavía estoy atrapada en la mirada de

Quinn, tratando de absorberlo.
"Me voy a casar."
"Maldita sea," dice Lou antes de abrazarme. "Y puedo
planificarlo".
Llevamos en la playa tres días, y nunca quiero volver a casa.

Quinn tenía material de estudio preparado para mí, y he pasado
horas pintando acuarelas: del océano y de la casa de la playa de
London para su regalo de compromiso.
Traje mi lápiz y papel a la playa para hacer un boceto. No he
usado lápiz antes, pero creo que podría ser algo divertido de
probar.
Quinn me enseñó que vale la pena probar cosas nuevas.
Pero sigo distrayéndome con la luz de mi anillo. Lo sé, suena
cursi, pero Quinn no escatimó en esta piedra. Es de corte
princesa, debe tener dos quilates y se ajusta perfectamente a mi
dedo.
Dice que conseguiremos algo elegante para la alianza de boda,
pero creo que está loco. Esto es bastante elegante para mí.
"Hola linda chica."
Miro hacia arriba, protegiéndome los ojos del sol, y sonrío
cuando veo a Quinn caminando hacia mí, vistiendo sus
característicos shorts cargo y camiseta.
"Oye, tú también".
"¿Has terminado?"
"Acabo de terminar".
"Bien porque tengo hambre".
Sonrío y camino con él hasta la casa donde he tenido chile
hirviendo toda la tarde. Si bien todavía es verano, hace más fresco
en la playa y tengo hambre de una olla de chile.
"Sólo tengo que batir el pan de maíz".
Kristen Proby. 241

"¿Cuánto tiempo tendrá que hornearse?"

"Unos treinta minutos".
Una lenta sonrisa se desliza por su rostro. "No tanto como
esperaba, pero lo aceptaré".
"Eres incorregible".
“¿Cuando se trata de mi prometida? Absolutamente."
Novia.
¿Me voy a acostumbrar alguna vez a eso? Probablemente no.
"Así que he estado pensando", dice Quinn mientras abre la tapa
de la olla en la estufa y la revuelve. "Maldita sea, esto huele bien".
"¿Qué estás pensando?"
"Ven a trabajar en la empresa".
Meto el pan de maíz en el horno,luego gire para mirar a Quinn.
"Correcto." Me río y niego con la cabeza, segura de que está
bromeando.
"Lo digo en serio."
"Quinn, no voy a dejar mi trabajo en la ciudad. Sabes que me
encanta estar ahí".
"Sé que te encantan las horas allí", responde. "Aquí está la cosa,
Si. Nunca podré estar en la misma situación en la que estaba con
Bruce. No puedo ocultare información. Me volvió loco".
“Y te amo por eso, lo hago. Pero hay otras maneras. Por un lado,
nos aseguramos de no volver a oponernos en un caso. Yo trabajo
en el Bronx y tú trabajas en Manhattan. Las probabilidades de que
eso vuelva a suceder son extremadamente bajas".
"Esa es la otra cosa", continúa. "No me encanta la idea de ese
viaje diario para ti".
"¿Te refieres a ti?"
Su boca se abre y se cierra como un pez en tierra, y yo me río en
secreto.
"¿Quién dice que soy yo la que tiene que mudarse?"
Kristen Proby. 242

Se pasa la mano por el pelo. "Bueno, no había considerado que

viviríamos en otro lugar que no fuera el piso. ¿No te gusta el
condominio?"
“Claro, me gusta. También me gusta mi casa".
Entrecierra los ojos. "Okey."
"¿De acuerdo qué?"
"Supongo que voy a ir al trabajo".
Parpadeo rápidamente. "¿Así?"
"Sienna, ¿no te has dado cuenta? Mientras esté contigo, me
importa un carajo dónde vivamos. Estás en casa. No importa cuál
sea la dirección".
"Dejarías tu elegante condominio por mí".
"Bueno, para ser justos, probablemente no lo vendería". Se
encoge de hombros mientras yo suelto una carcajada. "Pero si
quieres vivir en tu casa, está bien".
No puedo contenerme más. Corro hacia él y me lanzo a sus
brazos. Me atrapa fácilmente, sus manos plantadas en mi trasero
y mis piernas envueltas alrededor de su cintura, mientras me
besa hasta perder el sentido.
Me apoya contra la pared, apretándose contra mi núcleo, y jadeo.
"Te tuve esta mañana, y te quiero como si no te hubiera tenido
en meses".
"Lo mismo", respiro, alcanzando entre nosotros para
desabrochar sus pantalones cortos. Finalmente, nos
desnudamos y él empuja dentro de mí, haciéndonos jadear en
éxtasis.
"Dios, nunca me cansaré de cómo te sientes", gruñe contra mi
cuello. Me sostiene con una mano, la otra está plantada en la
pared junto a mi cabeza y se mueve con un ritmo rápido y
constante que me cruza los ojos. "Eres tan jodidamente
increíble".
Kristen Proby. 243

"Somos nosotros", digo sin aliento, aferrándome como a mi

vida. Mis dedos de los pies están apretados, mis dedos apretados
en su cabello, y él lo cambia, saliendo de mí, poniéndome de pie y
haciéndome girar de cara contra la pared. Muerde mi hombro,
donde se encuentra con mi cuello, y veo estrellas.
"Maldita sea, somos nosotros", dice, besando su camino por mi
espalda hasta mi trasero, donde hunde sus dientes en mi mejilla.
"¿Te he dicho cuánto amo estos hoyuelos sobre tu trasero?"
"No lo creo."
"Bueno, lo haré." Presiona un beso en cada uno de ellos, y luego
está parado detrás de mí de nuevo, la cabeza de su polla
presionada contra mí. Cada vez creo que nunca he estado más
preparada para él, y luego vuelve a suceder y estoy incluso más
mojado que antes. ¿Cómo es eso posible? "Amo todo de ti." El
ritmo es más rápido ahora. Es un hombre decidido a volverme
completamente loca, y está funcionando. Mis piernas tiemblan
cuando me separo, y él grita mi nombre mientras cae por el borde
conmigo, justo cuando el temporizador suena en el horno.
"Buen momento", dice con una sonrisa. Me besa suavemente,
completamente opuesto al frenético hacer el amor de hace unos
momentos. "Tengo hambre."
"Yo también."
Me pongo la ropa y saco la cacerola del pan de maíz del horno.
"Entonces, ¿qué dices sobre el trabajo?" él pregunta.
"Oh, nunca terminamos esa conversación, ¿verdad?"
"No."
“Trabajas una cantidad increíble de horas, Quinn. No le tengo
miedo al duro trabajo, no en lo más mínimo, pero..."
"Vamos a tiempo parcial", sugiere y se corta un bocado del pan
de maíz caliente. Estoy demasiado sorprendida para decirle que
se quita las manos. "Entonces, incluso si trabaja más de vez en
Kristen Proby. 244

cuando, todavía está dentro de la cantidad de horas que desea

trabajar".
"Sabes, tengo excelentes beneficios en la ciudad".
"Tendrías mejores beneficios en la empresa".
Mueve las cejas, haciéndome reír.
"Déjame pensar en ello."
"Haz eso. La oferta siempre está abierta. Entonces... vamos a
vivir en el Bronx? "
"Oh, no. Vivimos totalmente en tu condominio, solo quería ver
tu reacción cuando dije que quería quedarme en la casa".
"Nuestro condominio", dice, y luego me golpea el trasero con la
palma de su mano. "Sabelotodo."
“Acostúmbrate, as. Es lo que es."
“Nunca un momento aburrido”, dice, repitiendo lo que dijo la
otra noche, lo que sólo reaviva la emoción en mi estómago.
No, la vida no va a ser aburrida. Va a ser emocionante y divertida,
y quizás dé un poco de miedo a veces.
¿Y sabes qué? No puedo esperar.
Kristen Proby. 245

Sobre el Autor
KRISTEN PROBY ha publicado
cerca de cuarenta títulos, muchos de los cuales han llegado a las
listas de los más vendidos de USA Today, New York Times y Wall
Street Journal. Continúa autoeditándose, más conocida por sus
series With Me In Seattle y Boudreaux, y también está orgullosa
de trabajar con William Morrow, una división de HarperCollins,
con las series Fusion y Romancing Manhattan.
Kristen y su esposo, JOh,n, tienen su hogar en su ciudad natal de
Whitefish, Montana, con sus dos gatos.
Descubra grandes autores, ofertas exclusivas y más en hc.com.

También por Kristen Proby
La serie Romancing Manhattan
● All the Way
● All It Takes
Kristen Proby. 246

The Fusion Series

● Listen to Me
● Close to You
● Blush for Me
● The Beauty of Us
● Savor You
The Boudreaux Series

● Easy Love
● Easy with You
● Easy Charm
● Easy Melody
● Easy for Keeps
● Easy Kisses
● Easy Magic
● Easy Nights
With Me in Seattle Series

● Come Away With Me
● Under the Mistletoe With Me
● Fight With Me
● Play With Me
● Rock With Me
● Safe With MeTied With Me
● Breathe With Me
● Forever With Me
● Stay With Me
Love Under the Big Sky Series

● Loving Cara
● Seducing Lauren
Kristen Proby. 247

● Falling for Jillian

● Saving Grace
● Charming Hannah
● Kissing Jenna
Kristen Proby. 248

All It Takes - Kristen Proby

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All it Takes Romancing Manhattan #2

Saco el sexy coche deportivo a través de la curva, giro, y luego

Esta es la única vez que realmente puedo vaciar mi mente y

empezar algo con un policía. No necesito aumentar el estrés de

trabajamos, hacia Manhattan, donde nos reuniremos con el

Mis zapatos son negros y de unos sensatos cinco centímetros. No

Sus ojos están cubiertos por aviadores.

abogado de Big Box, LLC. Louis Hendricks no puede ceder la

Asiente una vez y luego me pasa su tarjeta. Está en papel grueso,

Guardo su elegante tarjeta en mi bolso antes de pasarle una de

"Ya tengo algunas cajas en mi casa", dice el tío Patrick.

"Me voy a París", anuncia, y me estremezco.

Frunzo el ceño y leo el correo electrónico de nuevo.

Verifico la fecha y respondo con la confirmación de que tengo la

Estoy en el baño de mujeres en el edificio de oficinas de Quinn

Presiona un botón y suspira, su sonrisa sigue en su lugar.

"Está bien, pongámonos manos a la obra", digo mientras me

“Déjame mostrarte lo que Bruce tiene con él,” comienzo y le

"Pero también dice aquí", responde Sienna, "que la tierra sería

"Bruce, no me conoces muy bien. Si crees que puedes pagarme

"Bueno, eso espero porque Sienna también tiene razón sobre lo

"Te veré esta noche", respondo antes de despedirme y colgar.

"O, en lugar de hablar de ello, quiere que hagas algo al respecto",

"Eso podría llevarlo demasiado lejos", dice Finn riendo. “Pero

Ya es tarde. Mi encuentro con los chicos retrasó el resto de mi día

Estoy conduciendo, la hora punta ha terminado, a la casa de mi

"Te haré algo", dice, poniéndose de pie.

Le envío un mensaje de texto rápido a Finn y luego veo cómo

Amo los días de la corte. El ajetreo y el bullicio me dan energía y

No puedo decir que haya estado en el tribunal de sucesiones

"Señoría, no creo que necesitemos treinta días para terminar con

debe haber sido reembolsado, si es que alguna vez fue prestado

"Mientras la carta está siendo autenticada, puedes buscar en el

“Su ático está lleno de papeles; Estoy segura de que se remonta

"¿Qué quieres decir?"

"Sienna, te pones más hermosa cada día”, dice la señorita Liz

"Ya tuve esta conversación, Sienna", dice, sorprendiéndome.

"No. Manhattan está demasiado lejos, sin mencionar que todo el

"Lo sé, debería haber esperado hasta que pudiéramos ir juntas,

"También lo es la adicción", espeto. “El abuelo nunca debería

Son las seis y treinta y cinco, y estoy corriendo por la puerta

Quinn también está su en traje oscuro, tiene gafas colocadas

"¿Cómo es eso posible?"

"Me encanta", estoy de acuerdo, luego apago las luces mientras

Sí, conduce demasiado rápido, pero es emocionante. Nunca

"Lo entiendo", dice mientras abro la puerta principal. Me sigue

“Sí, siempre lo ha sido”, respondo, sacando recibos de 1952.

"Traeré un ventilador mañana".

"¿Eres un niño de mamá?" Mi voz es burlona, ​juguetona. Quinn

"No, quiero decir, cuéntame por qué eres un abogado de la

“Incluso he tenido exposiciones en algunas galerías pequeñas.

Como artista, ver esa expresión en el rostro de alguien cuando

“Eso fue lo mejor”, dice Gabby el sábado por la tarde cuando

alrededor de su cara y cuello. Lleva una camiseta sin mangas

"Me voy a la pista de carreras", respondo y veo cómo sus ojos se

Me apresuro alrededor de la mesa para leer por encima de su

un asiento junto a ella y pasamos la siguiente hora peinando sin

"No te equivocas en eso". Beso su frente y respiro, justo cuando

"Has corrido antes", digo por undécima vez a la tarde siguiente

"Bueno, claramente lo haces". Mi voz es seca y no puedo apartar

y mantenerme a salvo. En realidad. Yo soy la responsable,

"Tomar una noche para ir a un espectáculo de Broadway no va a

Soy muchas cosas, pero no soy un mentiroso. "He disfrutado de

"¿Eres un niño de mamá?" Mi voz es burlona, juguetona. Quinn