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LIBROS

Reinventar
el amor
En nuestro tiempo de vínculos EL AMOR COMO MALESTAR

debilitados y exacerbación del Charles Taylor, en su libro Ética de la autenticidad, menciona tres
individualismo, el amor aparece, malestares de la modernidad: el individualismo, la pérdida de li-
bertad y la racionalidad instrumental1. La expresión «malestares de
muchas veces, como una la modernidad» da cuenta de un fenómeno ambiguo: por un lado,
mercancía más, que se elige o tenemos la sensación de que hemos conseguido grandes avances,
como la libertad individual, la eficiencia, la tecnología, pero al mismo
deshecha con liviandad. hay una sensación de pérdida, la percepción de que dichos avances
han tenido un precio importante.
Debiéramos recobrar una Algo parecido podemos decir que nos ocurre con el amor. Nues-
concepción del amor vinculada tro tiempo, como ningún otro, es una época de expansión del amor
donde elegimos con libertad a nuestra pareja, nuestra orientación
al aprecio por la alteridad, por sexual, se valora la sexualidad y se la vive con pocas represiones. En
esa aventura que representa el ese sentido, estamos mejor que en otros periodos, cuando muchos
tuvieron que vivir amores a hurtadillas, relaciones donde se sentían
esfuerzo del encuentro con el otro. atrapados, sin mencionar la condena y el rechazo social que signifi-
caba asumir orientaciones sexuales distintas a la heterosexualidad.
Pero, al mismo tiempo, hay un malestar con el amor, la sensación de
que, junto con grandes ganancias, algo se ha perdido.
La socióloga Eva Illouz, en su libro Por qué duele el amor describe
Sebastián Kaufmann Salinas | Abogado y doctor precisamente este malestar contemporáneo2. Hoy el amor «compli-
en Filosofía. Vicerrector de Integración Universidad ca» a muchas personas que experimentan importantes dificultades
Alberto Hurtado. y frustraciones en este ámbito.

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En este artículo comentaré algunas de las cuestiones que EL AMOR COMO EXPERIENCIA
pueden estar relacionadas con las frustraciones que produce DEL «DOS»
este sentimiento, tratando de dar pistas en torno a la necesidad
de «reinventar el amor», siguiendo la expresión de Alain Badiou. Para Badiou, el amor es una experiencia
de la diferencia, de lo distinto a mí. Pro-
¿POR QUÉ DUELE EL AMOR? bablemente, el amor no es la única expe-
riencia de la diferencia, pero es una de sus
Illouz muestra cómo el amor contemporáneo se da en medio expresiones privilegiadas. Experimentar la
de grandes expectativas de realización personal. Vivimos en diferencia supone dejar el confort de lo co-
una cultura de la autenticidad, donde tratamos de ser fieles a nocido. Por ello, si queremos redescubrir el
nuestros sentimientos y emociones. A través de las relaciones amor tenemos que «reinventar el riesgo y
afectivas, intentamos cumplir dicho ideal de autenticidad. Por la aventura, en contra de la seguridad y la
otro lado, al desaparecer muchas formas a través de las cuales comodidad»5.
las personas encontraban validación y estima social (como las El encuentro con el otro es un verda-
comunidades, la estirpe, el honor, la virtud, las profesiones), dero milagro que permite el nacimiento
hoy se ponen grandes expectativas en las relaciones amorosas de algo nuevo: «El amor es siempre la po-
como una forma de satisfacción emocional y construcción de sibilidad de presenciar el nacimiento de
autoestima. un mundo»6 . Algo genuinamente nuevo
En una línea similar argumenta Zygmunt Bauman3, a quien emerge, la experiencia de un mundo vi-
le debemos la expresión «amor líquido»: la emplea al aludir al vido desde dos y no desde uno solo. La
debilitamiento de los vínculos humanos como consecuencia del experiencia de la diferencia, del encuen-
exacerbado individualismo y la mercantilización de la vida con- tro, abre la posibilidad de una experien-
temporánea, donde el compromiso es visto como una amenaza a cia común del mundo: «…cualquier amor
la individualidad, en tanto el amor aparece como una mercancía aporta una prueba de que el mundo puede
más que se elige y deshecha con la misma liviandad con que se ser encontrado y experimentado por fuera
procede respecto de otros bienes. de una conciencia solitaria»7. Aquí nos en-
En ese contexto, es difícil pensar en vínculos durables. Ade- contramos con lo que podríamos llamar la
más, la posibilidad de elección infinita, en parte facilitada por dimensión epistemológica del amor, en la
las múltiples opciones que ofrecen las aplicaciones sobre citas, medida en que nos aporta con otro punto
hace que cueste comprometerse en una relación ante la pro- de vista del mundo, el punto de vista del
babilidad siempre presente de encontrar una oferta mejor en dos. Por ello Badiou afirma que el amor es
el «mercado». «una experiencia en la que se construye
Entonces, el amor se vuelve pasajero y efímero. Las relaciones cierto tipo de verdad. Esta verdad es sen-
duraderas, en las «duras y en las maduras», y los compromisos cillamente la verdad del Dos. La verdad de
estables, se vuelven escasos. la diferencia como tal»8.
Al mismo tiempo, la saludable revalorización de la sexuali- Este surgimiento de un mundo nuevo
dad y la desaparición de los tabúes sociales sobre las relaciones es un verdadero acontecimiento, en el
ocasionales, ha traído aparejada la búsqueda frecuente de en- sentido filosófico del término, es decir, la
cuentros casuales sin compromisos, lo que también dificulta la emergencia de algo que escapa a las leyes
construcción de vínculos estables. causales y que imprime una novedad. Por
Para algunos autores, este diagnóstico debe ser complemen- eso, decimos que el amor nos sorprende:
tado con una mirada más profunda. Tal es el caso de Byung-Chul «El encuentro entre dos diferencias es un
Han que, en su libro La agonía del Eros, advierte que no «solo el
exceso de oferta de otros conduce a la crisis del amor», sino que
esta también es provocada «por la erosión del otro, que tiene 1 Charles Taylor, La ética de la autenticidad, Ediciones
lugar en todos los ámbitos de la vida y va unida a un excesivo Paidós, 1994.
2 Eva Illouz, ¿Por qué duele el amor?, Katz Editores, 2012.
narcisismo de la propia mismidad»4. 3 Bauman, Zygmunt, Amor líquido. Acerca de la fragilidad de
Entonces el problema tendría que ver con una vivencia que los vínculos humanos, Fondo de Cultura Económica, Buenos
va prescindiendo del otro, lo que de alguna manera va matando Aires, 2006.
4 Byung-Chul Han, La agonía del Eros, Herder. p. 9-10.
la experiencia amorosa, pues en la esencia del amor está la al- 5 Alain Badiou y Nicolás Truong, Elogio del amor, Paidós,
teridad, como lo muestra Alan Badiou en su libro Elogio del amor. 2016, p. 20.
6 Ibid., pp. 31-32.
7 Ibid., p. 44.
8 Ibid., p. 43.

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acontecimiento, algo contingente, sorprendente»9. En la expe- •
riencia amorosa se construye una novedad, que es el habitar el La fidelidad entonces no es algo meramente
mundo desde dos. Es un habitar complejo, pues la vivencia de
la alteridad no es fácil y siempre estamos tentados a volver a negativo como una prohibición, sino más bien
recluirnos en la experiencia solitaria. es afirmativa, es la voluntad firme de seguir
Dado que el amor es un acontecimiento generalmente ines-
perado, requiere una manifestación de algún tipo que inaugure adelante construyendo esa perspectiva de a dos.
esta novedad. A través de la declaración, algo tan azaroso como •
el encuentro entre dos personas, se transforma en un destino: «La
declaración de amor es el pasaje del azar al destino, y por eso es
tan peligrosa y está tan cargada de una especie de nerviosismo cuidado de ese espacio único supone una
angustioso»10. Por ello, los amantes tienen que expresarse su amor voluntad que se renueva de modo perma-
de alguna manera para que esa construcción de a dos se inaugure. nente. Genuinamente, podemos decir que
La declaración que inaugura un nosotros, un lugar desde donde volvemos a elegir a nuestra pareja cada día.
se mira y se construye el mundo de a dos, supone una voluntad
de continuidad. Esa continuidad requiere un trabajo y una per- SALIR DE LA PROPIA MISMIDAD
manente opción por perdurar en la construcción de esa forma
de habitar: «Se da, por supuesto, un éxtasis al comienzo, pero un Si el amor es una experiencia de la dife-
amor es ante todo una construcción duradera. Digamos entonces rencia y la sociedad actual tiende a recluir-
que el amor es una aventura obstinada»11. se en el sí mismo, en la búsqueda de una
El amor, por tanto, supone superar el interés personal que nos excesiva seguridad y vivencias sin ningún
lleva a mirar y experimentar el mundo desde la propia perspectiva riesgo emocional, sin duda es necesario,
e individualidad. Por eso el egoísmo es el gran enemigo del amor: como dice Badiou haciendo uso de una ex-
«Podríamos decir: el principal enemigo de mi amor, el que yo debo presión de Mallarmé, «reinventar el amor».
vencer, no es el otro, sino el yo, el “yo” que quiere la identidad en Reinventar el amor supone rescatar la
detrimento de la diferencia, que quiere imponer su mundo contra posibilidad de que el ser humano salga
el mundo filtrado y reconstruido en el prisma de la diferencia»12. de su propia mismidad en un verdadero
encuentro con el otro. En esta reinvención
REVALORIZACIÓN DE LA FIDELIDAD del amor, hay algunas cosas que pueden
ayudar.
La noción del amor de Badiou nos ofrece también una mirada En primer lugar, revalorizar la experien-
fresca sobre la fidelidad. En una concepción tradicional, esta se cia del amor como encuentro y perspecti-
ve solo desde el lado de la falta y no desde la óptica del vínculo. La va de a dos. Las enormes dificultades que
fidelidad no es el estricto apego a un manual de lo que se puede muchas veces se experimentan en la cons-
y no se puede hacer, sino que es nada menos que la expresión trucción del vínculo amoroso no debiera
de una voluntad de seguir construyendo una relación con otra hacernos desvalorizar la posibilidad y la
persona. Es una manera de volver a declarar el amor y de querer riqueza de la construcción de un vínculo
seguir habitando el mundo desde la perspectiva de a dos: «Hay amoroso. Trabajos como el de Badiou nos
puntos, pruebas, tentaciones, nuevas apariciones y, cada vez, recuerdan que bien podríamos vivir en re-
es necesario volver a interpretar la “escena del Dos”, encontrar laciones pasajeras o en la soledad, pero
los términos de una nueva declaración»13. La fidelidad, enton- que nos estaríamos perdiendo una posibi-
ces, no es algo meramente negativo como una prohibición, sino lidad existencial de gran valor. El amor, por
más bien es afirmativa, es la voluntad firme de seguir adelante supuesto, no es garantía de felicidad, pero
construyendo esa perspectiva de a dos. sin duda que es una de las experiencias
Si el amor es el vencimiento del azar por una voluntad de trans- humanas más vitalizadoras y plenificado-
formarlo en un destino a través de la elección y el encuentro, la fi- ras cuando logramos encontrarnos con la
delidad, por su parte, es «el azar del encuentro vencido día tras día diferencia, con la alteridad, para construir
en la invención de una duración, en el nacimiento de un mundo»14. algo que va más allá de uno mismo.
Así, si el amor es ese espacio improbable de poder mirar y vivir En segundo lugar, es importante evitar
la vida de a dos, la fidelidad sería lo que permite que ese espacio el facilismo. La cultura actual tiende a pro-
se preserve y se cuide. mover lo fácil y suele ser denostado todo
La infidelidad, por su parte, abre un hiato y destruye esa po- tipo de sacrificio que no tenga un resulta-
sibilidad única que abre el amor. Pero el amor es dinámico y el do inmediato. En parte, es una compren-

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sible reacción frente a un excesivo énfasis en su contrapunto con Levinas, la tradición judeo-cristiana por
en el sacrificio y el dolor. La saludable re- momentos ha enfatizado demasiado el amor como a amor a Dios,
valorización del placer y de la felicidad no y el amor humano como una mera instanciación de ese amor ab-
puede llevarnos a negar la importancia de soluto, sin valorar ni profundizar suficientemente en la importancia
trabajar las relaciones, si queremos obte- del vínculo y de la reciprocidad. Con todo, la tradición cristiana
ner algo duradero y que valga la pena. El tiene elementos muy potentes para ayudar a reinventar el amor
amor requiere trabajo y una importante al abrirnos plenamente el valor y a la experiencia de la alteridad.
tolerancia a la frustración. Si escapamos
ante la primera dificultad, probablemente REINVENTAR LOS VÍNCULOS
nos privaremos de la posibilidad de cons-
truir un vínculo estable y fecundo. Muchas ¿Qué podemos decir de los vínculos distintos al amor de pareja?
personas huyen de las relaciones de pareja Me parece que la amistad, el amor a los padres, a los hijos, bien
porque supone enfrentarse con los pro- pueden entenderse en el marco conceptual que nos ofrece Badiou
pios miedos y dificultades. Los vínculos con algunos matices.
son espejos que nos obligan al trabajo Lo propio del amor de pareja es la totalidad, por lo que natu-
emocional. Solo si nos atrevemos a mirar ralmente incluye la intimidad sexual. Es la experiencia más funda-
nuestras emociones negativas, a asumir mental de construcción de un dos. Sin embargo, sabemos, que el
el dolor mental que eso supone, podemos amor a los hijos, por ejemplo, siendo de una naturaleza distinta que
construir vínculos durables. no tiende a la totalidad, puede ser una experiencia muy poderosa
Finalmente, las tradiciones espirituales de trascendencia de la individualidad en la alteridad. También la
tienen mucho que enseñarnos respecto al paternidad, los vínculos familiares y la amistad, son experiencias
amor, como lo hace, por ejemplo, el cris- de la alteridad y una ampliación de las perspectivas individuales.
tianismo. El amor cristiano en una cultura Estos vínculos requieren también ser mirados y en parte re-
hedonista e individualista experimenta inventados. Muchos de estos vínculos están en crisis. Lo vemos
grandes cuestionamientos. Pero es inte- en los crecientes grados de soledad que se vive en las ciudades,
resante notar cómo pensadores no cris- lo observamos en el importante descuido en el que se encuen-
tianos (como Badiou y Byung-Chul Han) tran muchos adultos mayores y, sobre todo, se ve en la opción
se acercan a una concepción cristiana de muchas personas por no engendrar hijos, en parte, movidos
del amor a través de la revalorización del por un deseo de evitar la responsabilidad y el compromiso que
encuentro con la alteridad. Es posible que ello significa.
algunas interpretaciones del cristianismo ¿Cómo reinventar estos otros vínculos? Nuevamente, la pers-
se hayan quedado excesivamente en as- pectiva de la alteridad es fundamental. Si alguna vez la alteridad
pectos morales, en la prohibición, pero la fue percibida como un posible infierno (basta recordar la frase de
9 Ibid., p. 35.
tradición cristiana recoge íntegramente la 10 Ibid., p. 47. Sartre: «el infierno son los otros»), hoy el infierno bien puede ser
idea de que el amor es solo posible salien- 11 Ibid., p. 37. una vida libre de vínculos concentrada en la seguridad y el con-
12 Ibid., p. 60.
do de la propia perspectiva al encuentro de 13 Ibid., p. 53.
fort de la propia individualidad. Entonces, se hace muy necesario
la alteridad. Quizás, como lo nota Badiou 14 Ibid., p. 49. «reinventar el amor». MSJ

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