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LANIFICACIÓN

PUNIDAD
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1. ¿Conocen la historia de la Bella Durmiente? Entre todos, cuenten lo que


recuerdan de ella.
2. Entre todos, lean en voz alta el cuento.

La BeLLa Durmiente
© Aique Grupo Editor S. A.

Hace mucho tiempo, había un rey y una reina que exclamaban


todos los días:
—¡Ay, si tuviéramos un hijo!
Hasta que, cierta vez, mientras la reina paseaba por el jardín, se le
apareció un sapo que le anunció:
—Tu deseo será cumplido. Antes de que pase un año, tendrás un
hijo.
Lo que el sapo había dicho se cumplió, y la reina dio a luz una
hermosa niña.
Feliz, el rey organizó una gran fiesta y las hadas fueron invitadas. En
el reino había trece, pero como sólo había doce platos de oro, una de
ellas no fue invitada.

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Cuando la fiesta llegaba al final, una a una, las hadas obsequiaron a
la niña con sus dones maravillosos: belleza, bondad, cantar como un
ruiseñor...
Once de ellas habían expresado ya sus deseos, cuando apareció la
que no había sido invitada. Furiosa, dijo en voz bien alta:
—¡La hija del rey se pinchará a los quince años con un huso y
morirá! —y abandonó la sala, tras dejar a todos mudos y asustados.
El silencio fue roto por el hada número doce, que aún no había
expresado su don. Como no podía anular la maldición, pero sí
atenuarla, dijo:
—La joven no morirá, sino que caerá en un profundo sueño que
durará cien años, hasta que el hijo de un rey llegue a despertarla.
Para evitar la desgracia anunciada, el rey ordenó que todos los
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husos del reino fueran quemados.

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Pasaron los años y la joven vio cumplidos todos los dones.
Sucedió que, el día en que cumplió quince años, la joven quiso
recorrer el palacio y así llegó a lo más alto de una vieja torre, donde
halló a una anciana que hilaba con un huso. Recluida allí, la mujer
desconocía la maldición.
—¿Qué haces aquí, buena mujer? —preguntó la joven.
—Estoy hilando, bella niña —respondió la anciana.
—Me gustaría probar —dijo e intentó tomar el huso.
Apenas lo tocó, se pinchó con él, y así se cumplió el conjuro.
Inmediatamente, la hija del rey cayó en un profundo sueño.
Entonces, apareció nuevamente la última hada. Previendo que
cuando la princesa despertara se sentiría muy sola, el hada tocó con
su varita a todos los habitantes del palacio. Uno a uno, fueron
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quedando dormidos. Alrededor del palacio, creció una inmensa


enredadera de espinos, que lo ocultó por completo.

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Por el reino corrió la leyenda de la Bella Durmiente del Bosque,
como comenzaron a llamar a la joven. Por eso, de tanto en tanto,
llegaban hasta el palacio hijos de reyes que intentaban ingresar en él,
sin lograrlo, ya que quedaban atrapados entre los espinos.
Pasado mucho tiempo, llegó al reino un joven príncipe, que
también decidió hacer el intento.
Habían transcurrido ya los cien años y había llegado el día en que la
Bella Durmiente tenía que despertar. Cuando el príncipe se aproximó
al palacio, las espinas se habían transformado en flores, que se hacían
a un lado para dejarlo pasar.
Todo era silencio en el interior del palacio; a un lado y otro, el joven
descubría a sus habitantes dormidos.
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El príncipe avanzó hasta lo alto de la torre, donde halló a la
princesa en su sueño profundo. Era tanta su belleza, que el joven la
besó. En ese mismo instante, la Bella Durmiente abrió los ojos y lo
miró dulcemente.
Juntos, dejaron la torre y asistieron al despertar del palacio.
A los pocos días, todos los habitantes del reino fueron invitados a la
celebración de la boda del joven príncipe y la Bella Durmiente, que
vivieron felices hasta el final de sus días.
JACOB Y WILHELM GRIMM
© Aique Grupo Editor S. A.

3. Conversen sobre el cuento.


¿Por qué la hija del rey duerme durante cien años?
¿Qué sucede con el palacio y sus habitantes durante ese tiempo?
La Bella Durmiente, ¿despierta por el beso o porque
habían pasado cien años?
¿En qué se parece y en qué se diferencia esta versión del cuento de la
que ustedes conocían?

4. Anotá y dibujá, en el cuaderno, cuáles son los momentos más impor-


tantes del cuento.
Por ejemplo:

Nace la hija del rey.


Las hadas le ofrecen sus dones.

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HaDas que BusCan traBajo
Mientras Bella y el palacio dormían, las hadas se dedicaron a buscar
trabajo en reinos vecinos. Para ello, hicieron un aviso publicitario.

1. Inventá el aviso publicitario de las hadas. Incluí algunas de las frases


dadas y otras que se te ocurran. Agregá dibujos.

¿necesita convertir
una calabaza en carroza? en menos de un minuto,
le hacemos su vestido de fiesta.

Búsquenos en el Bosque
de las Hadas.
¿Comió una manzana envenenada?
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Con sólo decir “Hada, hadita, ven a mí”,


estaremos a su lado.

2. Compartí con un compañero el aviso que creaste. ¿En qué se parecen y


en qué se diferencian los nuevos avisos?

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