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Lectura 5: El amor y la filosofía

El primer filósofo que utilizó la idea del amor con un sentido metafísico fue Empédocles, quien consideraba el
amor y la lucha como principios opuestos de unión y separación de los elementos del universo.
Pero fue con Platón que el amor tuvo un significado tan central y complejo que lo llevó a describir, clasificar y
referirse a él en todas sus obras.
En “El Sofista” lo considera un modo de caza y en “Fedro” una locura, un poderoso dios.
En “Leyes”, Platón dice que puede haber tres clases de amor: el del cuerpo, el del alma y la mezcla de ambos; y
que en general el amor puede ser legítimo o bueno e ilegítimo o malo. El amor malo no es el del cuerpo sino el
que se siente cuando no importa el alma ni la luz que producen las ideas en el cuerpo.
El cuerpo debe amar con el alma. El amante puede ver en el cuerpo el reflejo del alma de su amado, valores que
no pueden ver los que no aman.
El amor para Platón siempre es amor a algo y es un fluctuar entre el tener y el no tener.
El amante aspira hacia lo amado y el acto de amor engendra en la belleza.
El amor a las cosas o a las personas singulares es un reflejo del amor a la belleza absoluta, o sea a la idea en sí de
lo bello (Banquete)
El amor verdadero y puro permite que el alma pueda contemplar lo ideal y eterno.
Plotino nos dice que el amor es del alma a la inteligencia y hace que la realidad perciba su fuente (Enéadas).
En el Cristianismo el amor adquiere singular importancia. San Clemente, por ejemplo, de la Escuela de Alejandría,
al igual que otros pensadores de esa época, parece haber reducido lo divino, todo ser y la perfección al amor.
San Agustín considera como un amor personal (divino y humano) a la caridad, que siempre es buena, en cambio
el amor puede ser bueno o malo, salvo el amor a Dios que siempre es un bien.
El amor al prójimo es bueno cuando es por amor a Dios y malo cuando es una tendencia solamente humana.
Para Sigmund Freud, el amor es el instinto de vida(eros), las pulsiones de conservación y sexuales que se oponen
al instinto de muerte (tánatos), pulsiones de destrucción, la tendencia a regresar al estado inorgánico e inanimado.
Freud descubrió en el mito de Narciso, que fue condenado a enamorarse de su propia imagen reflejada en las
aguas de un estanque, por haber rechazado el amor de Eco; la formulación clásica del amor y el culto a sí mismo,
el placer de la propia interioridad que hace que una persona se encierre en el egocentrismo y en la indiferencia
hacia los demás y de lo cual es necesario salir para poder tener una vida plena.
Para Sartre, la emoción es una manera de ser de la conciencia, una función irrealizante, irracional, que forma parte
de lo mágico.
El otro, con su mirada, nos define, nos cosifica, nos quita la libertad; y el entendimiento humano es imposible.
Bertrand Russell piensa que la verdadera felicidad solo se consigue saliendo de uno mismo, abandonando el ego
y solidarizándose con los demás; teniendo intereses que sean lo más amplios posibles y relaciones basadas en la
amistad y no en la hostilidad.
Sólo cuando se sale de sí mismo y la preocupación se centra en los otros es cuando se comienza a entender que
es posible perpetuarse a través de las influencias y las obras realizadas, el amor hacia los hijos, la ayuda a los
amigos, las obras de arte, las acciones solidarias y todo lo que se realiza por amor a los demás.
Para Ortega y Gasset el amor hacia alguien en particular nace de lo más profundo de la personalidad anímica, es
la preferencia más íntima y arcana que forma parte del carácter individual.
La belleza que atrae es raro que coincida con la belleza que enamora, porque no suele transformarse en interés
verdadero y amoroso entusiasmo; se la puede admirar pero no se la ama
George Bataille (1897-1962)
Novelista, poeta y ensayista francés, autor de una obra extensa y provocativa. Estudió en l'École des Chartes
(1918 a 1922) y luego ingresó en la Escuela Superior de Estudios Hispánicos de Madrid (1923 a 1924). Fue
bibliotecario y medievalista en la Biblioteca Nacional de París (1924 a 1942), bibliotecario en Carpentras (1949
a 1951) y director de la Biblioteca Municipal de Orleans (1951 a 1962). Participó en actividades de los grupos
surrealistas hasta su ruptura con André Breton en 1929, y dirigió las revistas Documents (1929-1930), Acéphale
(1936-1937) y Critique (1946-1962).
Autor de textos polémicos, fue considerado desde "un nuevo místico" (Jean-Paul Sartre) o "un obseso" (André
Breton) hasta "uno de los más grandes escritores del siglo" (Michel Foucault). A través de la literatura y el ensayo,
formuló una aguda crítica a la racionalidad de la palabra escrita y al concepto clásico de sujeto. Buscó despojar a
sus textos de toda retórica para aproximarse a lo que él llamaba "la desnudez del ser", ya que entendía que el
hombre debía dejar de "enunciar" para poder "consumar", y para ello no le quedaba otro camino que el de la
"transgresión".
Georges Bataille desconfiaba del concepto occidental de conocimiento y saber, y pensaba que el individuo, para
romper su realidad dividida, condicionada y limitada por los grandes sistemas racionales de la ética y la estética,
debía recurrir al éxtasis para lograr una experiencia interior liberadora. Entre la filosofía trágica de Nietzsche y la
dialéctica de Hegel, elaboró un misticismo materialista donde Dios es una ausencia que no excluye lo sagrado, y
donde el exceso es un camino de revelación en el cual el erotismo y la muerte se vinculan íntimamente.
Bataille estudió con talante crítico la filosofía de Hegel, que empezó a conocer gracias a los cursos de Alexandre
Kojève sobre la Fenomenología del espíritu en L'École Pratique des Hautes Études. En la obra del filósofo alemán,
Bataille vio la culminación de una tradición filosófica en la que la noción de "negativo" se evita gracias a su
inclusión en la dialéctica del sistema y a su subordinación a una positividad histórica.
Aislando dicha noción de su uso "servil" en el progreso del saber absoluto hegeliano, basado en la lógica del
trabajo, Bataille hizo de tal noción la base de una filosofía de la "soberanía" en la que los términos "exceso",
"sacrificio", "muerte" y "entrega" indican situaciones en las que sale a la luz la existencia independiente de un
negativo absoluto, sin utilización. De ahí que, frente a la "economía restringida" hegeliana, Bataille hable de una
"economía general", en la que tiene cabida la noción de "depénse", ese margen de energía producida no utilizable
en el producto mismo, que queda como "part maudite" en el trasfondo de todas nuestras experiencias existenciales.
Y sin embargo, existen ciertas experiencias transgresoras -el arte, la risa, el erotismo- que rompen los límites de
la lógica del proyecto y que provocan la eclosión y la expulsión al exterior de esta parte absolutamente negativa
de una vida excedente, perdida. La risa es, según Bataille, una rotura radical de la certeza y la estabilidad del
conocimiento, no tiene cabida en el campo del saber y, no pudiéndose conocer ni captar en absoluto, se distingue
con respecto al saber como un salto a lo imposible. El arte, a su vez, está estrechamente ligado a lo negativo, y
esto es evidente sobre todo en el caso de la poesía, entendida como la materialización de un "sacrificio" y de una
"perversión" de las palabras, en clara contraposición con el uso positivo que de ellas hace el lenguaje discursivo
y conceptual.
Estas tensiones hacia lo imposible, auténticas experiencias de desbordamiento del saber, nos permiten acercarnos
a una zona de "no-saber" que es completamente ajena al campo de lo posible, del conocimiento, del concepto y
de la racionalidad, y que tiene su origen precisamente en todo lo contrario, en una experiencia fundamental de
ausencia de la verdad.
Conceptos para entender:
El amor
Para Bataille el abismo que mantiene lejos a los seres es infinito y sólo puede recuperarse parte de ese abismo
con la violencia, como en Sade o con el erotismo, nos dice que somos seres discontinuos, sujetos que mueren
aislados en aventuras ininteligibles de seducción, con la nostalgia de la continuidad perdida, es decir hay pasos
de lo continuo a lo discontinuo o de lo discontinuo a lo continuo, esa nostalgia que nos rige está dividida en tres
formas de erotismo: el erotismo de los cuerpos, el erotismo de los corazones y, finalmente, el erotismo sagrado.
El erotismo de los cuerpos, el desnudarse es marca ya precisamente de eso, se representa en forma fundamental
de la búsqueda por la continuidad. Los cuerpos están abiertos en la continuidad por estos conductos secretos que
nos marca la obscenidad. “La obscenidad significa la perturbación que altera el estado de los cuerpos que se
supone conforme con la posesión de sí mismos, con la posesión de la individualidad, firme y duradera”.
El erotismo de los corazones es mucho más libre, la pasión de los amantes prolonga, en el área de la simpatía
moral un horizonte que intenta fusionar los cuerpos entre sí mismos. Pero la pasión trae consigo una angustia,
una perspectiva imposible,el de la fusión con el ser amado, dejándonos desprovisto de armas algunas, nos deja en
manos de la angustia. Por lo mismo Bataile asegura que al unirse los amantes apelan a la muerte, al deseo de
asesinato o al suicidio “Lo que designa la pasión es un halo de muerte”, lo que Freud llamaría pulsión de muerte.
El erotismo sagrado ha sido expresado en la búsqueda continua del ser, en Occidente la religión, como un amor a
la divinidad.
Todo lo erótico, entendido en estos tres planos, consiste en salir de la individualidad y encontrar al otro,
sumergiéndonos en una dimensión altiva, superior. Sucede en la aprobación de la vida, incluso como anhelo de
muerte, Bataille cita a Sade “No hay mejor medio para familiarizarse con la muerte que aliarla a una idea
libertina.” Mientras que el deseo de comer humanos es de manera ritual y ajeno en cierto modo a la voluntad, no
sucede de la misma manera con el deseo de matar, este deseo subsiste en cada uno de nosotros agazapado,
inspirando nuestras peores acciones, es cuestión de ver la páginas de sucesos en cualesquier periódico, y es que
“en el fondo el verdugo establece un nexo íntimo de proximidad con las víctimas que lo reconcilia con lo más
profundo de su naturaleza animal”
El amor desde Fromm
Las reflexiones de Erich Fromm acerca del amor son relativamente conocidas y de ellas nacen preguntas
importantes, como: ¿qué significa amar?, ¿cómo se puede mantener este sentimiento?, ¿es el amor algo pasajero?
El estudio sobre el amor que hace este psicólogo y filósofo humanista destaca por su enorme madurez.
Observando al amor como un arte, el cual es fruto de un aprendizaje previo. Entiende que es necesario cuidarlo y
cultivarlo, para no interrumpir le proceso de aprendizaje en el amor.
“El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si
deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos
aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería”
-Erich Fromm-

El amor maduro según Erich Fromm


En esta reflexión el autor diferencia entre el amor maduro y el amor infantil. Habla del amor como necesidad y
de la necesidad del otro como consecuencia del amor:
“El amor infantil sigue el principio: “Amo porque me aman”. El amor maduro obedece al principio: “Me
aman porque amo”. El amor inmaduro dice: “Te amo porque te necesito”. El amor maduro dice: “Te
necesito porque te amo”
-Erich Fromm-
Este principio cuestiona cómo nos relacionamos en nuestra sociedad y no duda en afirmar que lo hacemos más
por necesidad que para compartir nuestro amor con otra persona. Piensa que compartir nuestros sentimientos
requiere que estemos conectados con ellos, comprendiéndolos y cuidándolos. De tal forma que no nos quedemos
buscando en el exterior las necesidades que no sabemos cubrir.
Utilizando el amor para huir de nuestra soledad
Cuando hacemos uso del amor y lo utilizamos para huir de nuestras incomodidades, estamos condenados a
destruirlo. Si utilizamos este sentimiento como refugio de lo que no podemos soportar en nuestras vidas,
estaremos huyendo de nosotros mismos.
“El amor como satisfacción sexual recíproca, y el amor como trabajo en equipo y como un refugio
de la soledad, constituyen las dos formas normales de la desintegración del amor en la sociedad
occidental contemporánea, de la patología del amor socialmente determinada”
-Erich Fromm-
Esta forma de amar se convierte en algo patológico, ya que supone no atender a nuestro desarrollo personal.
Implica no escucharnos y esperar que los demás se responsabilicen de lo que nosotros no somos capaces y que en
realidad se sitúa en nuestra parcela de responsabilidad.
Así surgen las proyecciones, viendo en los demás lo que no soportamos ver en nosotros. Es una forma infantil de
no querer responsabilizarse de nuestra propia existencia, con lo que ello supone. Cuando convertimos el amor
como una herramienta, como vía de escape para no encontrarnos con nosotros mismos, perdemos nuestra
capacidad de amar y nuestra honestidad para relacionarnos.
La energía activa del amor
El amor es una energía excedente de la que disponemos gracias a tener cubiertas nuestras necesidades básicas.
Erich Fromm entiende que esta energía hay que movilizarla, no basta con sentirla, sino que además hay que
vivirla, y esto solo es posible hacerlo cuidándola y alimentándola.
Hay ciertas dificultades en una relación que son inevitables e, incluso, necesarias, ciertos obstáculos que provocan
emociones negativas con las que tenemos que lidiar. Es bueno darles cabida a estas emociones que
experimentamos y entender que las disrupciones surgen normalmente a partir de algo a lo que no atendemos. Las
emociones son nuestro lenguaje más íntimo y personal, sirviéndonos además para relacionarnos de una forma
más honesta.
“El amor es un desafío constante; no un lugar de reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos; que
haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos
seres se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno consigo
mismo y no al huir de sí mismos.”
-Erich Fromm-
Finalmente, de esta reflexión se extrae la importancia que tiene el hecho de que dos personas se relacionen desde
su propia esencia, ya que solo a través de un conocimiento profundo entre ambos la pareja será capaz de construir
una base sólida, sobre la que el propio amor pueda evolucionar. Piensa que es un error amar para huir de uno
mismo, ya que así no es posible que haya un encuentro sano y recíproco.

Ver también
El mito del andrógino: https://www.youtube.com/watch?v=Cu2ElJLcQIg
¿Cómo amar sin poseer? - Fragmento: "El Lado Oscuro Del Corazón" (1992) [Eliseo Subiela]:
https://www.youtube.com/watch?v=QYgs-wymnwA
El amor se piensa: https://www.youtube.com/watch?v=THtJLjaZne0

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