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Estos participantes no demostraron las clásicas señales cerebrales de la adicción a sus IPhone.

Sin embargo, lo que revelaron las imágenes y sonidos de un teléfono sonando y vibrando, fue
que los participantes amaban sus IPhone; sus cerebros respondieron al sonido de sus teléfonos
del mismo modo en que responden a su novio, novia, sobrino o mascota. En pocas palabras,
puede que no sea una adicción desde el punto de vista médico, pero si un amor verdadero.

Adicción deriva de la predisposición genético y los factores ambientales

La adicción a las marcas y la obsesión por las marcas su primo un


poco menos grave, son subproductos de la adicción a las compras, y si
bien no son reconocidos como trastornos psiquiátricos se ha de
observar que son alarmantemente comunes.
Con el objetivo de descubrir exactamente cómo se forman estas
adicciones, se buscó al ex ejecutivo de Philip Morris (Mal boro) que
parecía el lugar lógico para empezar la investigación sobre la adicción
acerca de cómo los simples hábitos y preferencias de consumo pueden
convertirse en adicciones, y del papel que desempeñan las empresas
para empujarnos a esto.
Según el ex ejecutivo de Philip Morris, cuando el verdadero apego a
una marca tiende a echar raíces, sucede durante un breve respiro de la
etapa rutinaria o "modo de trabajo", nos sentimos más relajados, con
menos inhibiciones y más abiertos a probar nuevas bebidas, ropas,
cosméticos y alimentos. Muy pronto, hemos asociado de manera
inconsciente los buenos recuerdos y las emociones agradables de la
etapa del sueño con el sabor de ese nuevo cóctel o la sensación de esa
nueva

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