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b.

Lo QUE TODO CREYENTE DEBE HACER:

(En Relación con la Ley y el Legalismo)

 El creyente debe estar seguro de que su obediencia a Dios es motivada por el amor a Dios.

Salmos 119: 57, 64: “Mi porción es Jehová; He dicho que guardaré tus palabras.

De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra ; enséñame tus estatutos”.

 Debe obedecer la Ley de Dios para madurar espiritualmente.

Santiago 1: 22, 25: “ Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos.

Mas el mira atentamente en la perfecta Ley, la de la Libertad, y persevera en ella, no siendo


oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”

 Debe resistir a la soberbia arrogancia de comparase a sí mismo con otros.

Gálatas 6: 12, 15: “Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os
circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo.

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión , sino una nueva creación.

Filipenses 3: 3,8: “ Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y
nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdidas por la excelencia del conocimiento
de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para
ganar a Cristo”.

 Debe depender del Poder capacitador del Espíritu Santo para la obediencia.

Efesios 1: 18, 19: ”alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la
esperanza a que él, os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los
santos.

Filipenses 4: 13: “ Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.


Conclusión:

Puedo concluir diciendo que el creyente en relación con la ley y el legalismo, debe tener claro
primero quienes eran los Saduceos y los Fariseos; ambos términos saber porque cada uno de
ellos y a que conduce cuando se emplea el legalismo para sacarle provecho.

Los saduceos – Durante el tiempo de Cristo y la era del Nuevo Testamento, eran aristócratas.
Ellos tendían a ser ricos y mantenían posiciones de poder, incluyendo la de los jefes
sacerdotales y el sumo sacerdote, ocupaban la mayoría de los 70 lugares del concilio
gobernante llamado el Sanedrín. Trabajaban duramente para mantener la paz, mediante la
aceptación de las decisiones de Roma (Israel en este tiempo estaba bajo el dominio de Roma),
y de hecho ellos parecían estar más ocupados con la política que con la religión. Por estar
amoldados a Roma, y ser la clase rica privilegiada, ellos no se relacionaban bien con el hombre
común, como tampoco el hombre común tenía una alta opinión de ellos. El hombre común se
relacionaba mejor con aquellos que pertenecían al partido de los fariseos. Aunque los
saduceos ocupaban la mayoría de los lugares en el sanedrín, la historia indica que muchas
veces ellos tenían que estar de acuerdo con las ideas de la minoría farisea, nuevamente,
porque los fariseos eran populares entre las masas.

Religiosamente, los saduceos eran más conservadores que los fariseos en un área importante
de la doctrina. Los fariseos concedieron a la ley oral la misma autoridad que a la Palabra de
Dios escrita, mientras que los saduceos consideraban que solo la Palabra escrita era de Dios.
Los saduceos trabajaron arduamente para preservar la autoridad de la Palabra de Dios escrita,
especialmente los Libros de Moisés (Génesis a Deuteronomio). Mientras que ellos pudieran
ser elogiados por esto, definitivamente no eran perfectos en cuanto a su punto de vista
doctrinal.

Actualmente hay tendencias en algunas congregaciones que sin darse cuenta caen en los
términos de los fariseos, cuando el señor solamente de manda de nosotros poner obra su
palabra y que vivamos agradándole a él.

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