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La zona lateral del cerebelo está involucrada en el control de los movimientos independientes
de las extremidades, en especial de los rápidos movimientos de precisión.
Tanto la corteza frontal de asociación como la corteza motora primaria envían información, a
través del núcleo pontino, acerca de los movimientos destinados a un fin a la zona lateral del
cerebelo. La zona lateral recibe asimismo información procedente del sistema
somatosensorial, el cual le informa de la posición actual y la frecuencia de movimientos de
las extremidades —información necesaria para analizar los detalles de un movimiento—.
En seres humanos, las lesiones de diferentes regiones del cerebelo producen síntomas
diferentes. La lesión del lóbulo floculonodular o del vermis provoca alteraciones en el control
de la postura y el equilibrio. El daño de la zona intermedia produce déficits de los
movimientos controlados por el sistema rubroespinal; el síntoma principal de este daño es
rigidez de las extremidades. La lesión de la zona lateral provoca debilidad y descomposición
del movimiento. Por ejemplo, una persona que intente llevarse la mano a la boca hará
movimientos independientes de las articulaciones del hombro, codo y muñeca, en vez de
hacer suaves movimientos simultáneos.
Unidad 7
El sistema nervioso autónomo (SNA) tiene dos características, es involuntario y controla las
vísceras, es decir, es un sistema nervioso motor y sensorial visceral, y esto lo diferencia del
sistema nervioso motor y sensorial somático.
Cada una de estas tres partes tiene una organización anatómica diferenciada.
Un ejemplo de cuando actúa el SNA es por ejemplo cuando estamos ante situaciones
atemorizantes: se nos seca la boca, nos sudan las manos, nos late rápido el corazón, se nos
tensan los músculos, e incluso podemos llegar a correr. Y esto es porque el SNA controla el
miocardio, el músculo liso o no estriado y las glándulas exocrinas. Por lo que el SNA se va a
diferenciar del sistema nervioso somático, que controla el músculo esquelético o estriado.
El hipotálamo controla el SNA. Este coordina las respuestas conductuales, o sea las
respuestas de la conducta para asegurar la homeostasis del organismo.
Pero no solo actúa sobre el SNA, sino que también en el sistema nervioso endócrino y el
sistema nervioso de la motivación.
Las emociones y las motivaciones dependen mucho del SNA y del hipotálamo, aunque
también participa el núcleo amigdalino y las áreas de asociación límbicas de la corteza
cerebral.
Muchas veces también se lo llama sistema motor involuntario, porque por ejemplo los
reflejos viscerales en el hipotálamo y en el prosencéfalo no están bajo controles voluntarios, y
tampoco afectan a la conciencia.
El fisiólogo Walter B. Cannon fue el primero en reconocer que el sistema simpático tiene
diferentes funciones al sistema parasimpático.
También creó el concepto de homeostasis que mantiene el medio interno.
Sostuvo que el parasimpático se encarga del reposo y la digestión, manteniendo la frecuencia
cardíaca basal, la respiración y el metabolismo en condiciones normales. Y que por el
contrario, el simpático gobierna la reacción de emergencia, o reacción de lucha o huida.
Cannon nos muestra al sistema nervioso simpático como excitatorio y al parasimpático como
inhibitorio. Pero no es tan simple como parece, porque estos dos sistemas están todo el
tiempo activos, que operan entre sí y a su vez con el sistema nervioso motor para coordinar el
comportamiento, tanto normal como en situaciones de emergencia.
Incluso varias funciones viscerales son más controladas por un sistema que por el otro (tal
como la lateralización en los hemisferios cerebrales) y también muchas veces ejercen efectos
contrarios sobre los tejidos inervados, que es esto que alude Cannon se que uno excita y el
otro inhibe).
Resumen: en el sistema nervioso somático, las motoneuronas están en la médula espinal, pero
en el sistema nervioso autónomo no. Las motoneuronas del sna están después del ganglio
preventral o ganglio autónomo, por eso también se llaman neuronas postganglionares.
En el sna, lo que está en la médula son los somas de las neuronas preganglionares.
Las que vendrían a ser las neuronas sensitivas del sna, envían aferencias al SNC. Las
neuronas sensitivas pasan a llamarse fibras sensitivas. Estas fibras sensitivas o viscerales
aferentes, que están en la médula espinal, pasan por el ganglio autónomo, cerrando el
circuito.
La sinapsis es muy peculiar, ocurre en muchos lugares a lo largo de lo que serían los botones
sinápticos. Y el neurotransmisor se puede difundir hasta varios cientos de nanómetros hasta
alcanzar sus objetivos.
Las neuronas postsinápticas ejercen un control más difuso sobre los tejidos en los que actúan.
Es decir, en el sistema motor somático las conexiones se establecen punto a punto, o sea
Caroline Arabí
sinapsis entre dos neuronas, pero en el sna, las ramificaciones de varias neuronas
postganglionares puede actuar sobre los tejidos del músculo liso o tejido glandular.
Como se puede ver, el sna simpático inerva tejidos de todo el cuerpo, pero la distribución del
parasimpático es más limitada
Las motoneuronas entéricas controlan el músculo liso del intestino, los vasos sanguíneos
locales y la secreción por la mucosa.
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Este sistema tiene de 80 a 100 millones de neuronas, casi la misma cantidad que hay en la
médula.
Ambos plexos están conectados entre sí, contienen motoneuronas que inervan al músculo liso
como las células secretoras de la mucosa y también neuronas sensitivas que responden a la
distensión, tonicidad y señales químicas.
Si hay una interrupción entre las conexiones entéricas y el SNC no provoca casi ninguna o
ninguna alteración en la función del intestino grueso y delgado.
Pero si ocurre una interrupción entre el sne y snc del esófago y estómago, hay alteraciones en
las funciones de estos órganos, porque ahí hay dependencia del parasimpático y el simpático
que los inervan.
Aferencias sensitivas:
➔ Una gran aferencia (que transmite información sensitiva) al cerebro es el nervio vago,
que lleva información torácica y abdominal.
➔ El nervio glosofaríngeo transmite información visceral de la cabeza y el cuello.
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Reflejos oculares
El SNA controla dos tipos de movimientos oculares: la abertura de las pupilas y el enfoque
del cristalino.
Las fibras simpáticas del ganglio cervical superior inerva los músculos del iris que dilatan la
pupila, mientras que las fibras parasimpáticas inervan las fibras musculares circulares del iris
que producen la contracción pupilar.
Resumen: la dilatación del iris se produce por la división simpática y la contracción del
mismo por la división parasimpática.
En cuanto al enfoque del cristalino, se produce más que nada por la división parasimpática.
Mientras que el músculo de Muller está bajo control simpático.
Reflejos cardiovasculares
La presión arterial se determina por el gasto cardíaco y la resistencia del flujo sanguíneo a
través de los vasos sanguíneos. El sistema simpático aumenta la frecuencia cardíaca y la
potencia de contracción, y el parasimpático disminuye la frecuencia cardíaca.
Reflejos glandulares
Mayormente las glándulas nasales, lagrimales y muchas de las glándulas gastrointestinales
son estimuladas por aferencias parasimpáticas.
El parasimpático también estimula las glándulas entéricas situadas en el tubo digestivo alto,
en especial las de la boca y las del estómago. Y las partes inferiores a este tubo están
controladas por el SNE.
Las glándulas salivales responden con secreción tanto para la estimulación simpática como
para la parasimpática. La diferencia está en que el simpático produce una secreción más
viscosa con gran cantidad de amilasa, mientras que el parasimpático genera una saliva más
abundante y acuosa.
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Por lo general la actividad simpática reduce la secreción glandular porque provoca una
vasoconstricción y la parasimpática la aumenta, al aumentar el flujo sanguíneo. Pero con las
glándulas sudoríparas hay una excepción, porque la estimulación simpática aumenta el sudor.
Reflejos gastrointestinales
Cuando hablamos de este tipo de reflejos, encontramos que una buena parte de ellos está
controlados por las divisiones simpáticas y parasimpáticas, por ejemplo: la secreción del
ácido gástrico por el estómago, y que otra buena parte están bajo control de la división
entérica, por ejemplo, la onda de contracciones musculares que hace el intestino para llevar
los tronquitos al ano (a esto se le llama peristaltismo).
Reflejos urogenitales
El control del vaciamiento de la vejiga no es habitual, porque en él participan reflejos
autónomos voluntarios e involuntarios.
El tejido eréctil está controlado por el sistema parasimpático, la secreción glandular también
es producida por este sistema.
La eyaculación de los hombres está provocada por el control simpático de las vesículas
seminales y el conducto deferente.
Las funciones autónomas se coordinan entre sí y con las necesidades del individuo en el
momento. Esta coordinación depende de conexiones entre el estructuras del tronco encefálico
y el prosencéfalo que forman una red autónoma central.
Una de las estructuras claves es el núcleo solitario, ubicado a la altura del bulbo raquídeo.
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Unidad 8
El hipotálamo integra las funciones autónomas (participa en su regulación) y endocrinas con
la conducta/comportamiento, en especial con las necesidades homeostáticas básicas de la vida
diaria.
Un efector del hipotálamo es el SN autónomo.
Para que el hipotálamo integre las funciones autónomas y endocrinas, regula cinco
necesidades fisiológicas básicas:
1. Controla la presión arterial y la composición electrónica mediante un conjunto de
mecanismos reguladores que van desde el control de la bebida y el apetito por la sal
hasta el mantenimiento de la osmolaridad sanguínea y el tono vasomotor.
2. Regula la temperatura corporal por medio de actividades que abarcan el control de la
termogénesis metabólica hasta comportamientos como buscar un ambiente más cálido
o más frío.
3. Controla el metabolismo energético regulado por la toma de alimentos, la digestión y
el metabolismo.
4. Regula la reproducción a través del control hormonal del apareamiento, el embarazo y
la lactancia.
5. Controla la respuesta de emergencia al estrés (físicas o inmunitarias) regulando el
flujo sanguíneo al músculo y a otros tejidos, así como la secreción de hormonas
suprarrenales.