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La tecnología como un empleado más en la empresa

La tecnología digital moderna cada vez gana más espacio dentro de las vidas de las
personas. Desde la comunicación y flujo de información, hasta en realizar tareas básicas
como limpiar y entretener. La expansión de su uso por las personas día a día sigue siendo
vital para mantener un estilo de vida conectado con el mundo. Esto ha llegado a tal punto
que, y esto lo cuento como experiencia personal, la mensajería instantánea WhatssApp
es una vía indispensable en la comunicación formal de las empresas. Me tocó vivir
muchos momentos en los que los pedidos de recursos formales hacia un hotel eran
solamente una lista de cosas enviadas como mensaje a través de este medio. Esto puede
no sonar muy impresionante, pero el uso de esta tecnología se ha arraigado tanto a
nuestro diario vivir, que se vuelve una extensión más de nosotros, así como podemos
hablar por nuestra boca, también podemos enviar WhatsApp’s.

Las empresas pueden sacar muchos beneficios de la tecnología moderna y realizar,


así como con los mensajes de antes, tareas mucho más rápidas, eficientes y sin tanto
esfuerzo de por medio. Esto lleva a pensar si en un futuro esto seguirá creciendo hasta
que la empresa se vea completamente dirigida por una inteligencia artificial o algo por el
estilo. Yo no lo veo de esta forma, existirá en algún momento un límite de lo que podemos
dejar a las máquinas hacer y por supuesto, se mantendrá la dirigencia de personas
humanas con el pensamiento de una. Pero esto no impide que la tecnología se vea como
una herramienta de trabajo, poderosa e interminable de evolución, que permitirá a la
empresa solventar distintas problemáticas, crear planes de acción de acuerdo con los
datos que se posea y determinar decisiones tomando en cuenta la perspectiva de un ser
inexpresivo como es el mundo digital. Es por ello que propongo que la tecnología
moderna de hoy en día debe ser tratada como un empleado más de la empresa,
considerar la opinión que nos provee a partir de gráficos, datos históricos y “escuchar” su
posible plan de acción tal y como sería con el gerente operacional o el administrador de
R.R.H.H.

Ya muchas veces se ha demostrado lo fácil que se ha vuelto la vida gracias a la


tecnología. Rapidez, memoria y precisión son las principales características que se les
adjudica y confía por ello. Kahneman et al. (2011) comenta que muchas veces las
personas caen en juicios valóricos respecto a las opiniones que hacen, preconciben una
postura histórica con las cosas y esto afecta el cómo se interpreta la información y las
decisiones se hagan. Es por ello que se necesita de máquinas y computadores que
entreguen opiniones racionales, datos objetivos y a partir de lo que se quiera lograr como
empresa, pedir una opinión o elección sobre el qué hacer a dicha máquina. Esto por
supuesto que necesita de más opiniones, más personas y un aterrizaje a lo que se quiere
plantear. Sull y Eisenhardt (2012) comentan en su texto que hay que adaptar toda esta
información e ideas al problema particular que se enfrenta. Debemos ser capaces de
entender que no todo es blanco y negro, existen matices, por lo que toda decisión debe
hacerse enfocada en la circunstancia actual, por lo que esta máquina no tendría su última
palabra, sino que sería una voz más que aporte a la discusión.

Algo que también aporta infinitamente al trabajo diario y la eficiencia en la toma de


decisiones es la sabiduría, la experiencia de años de trabajo en el área crean seguridad,
intuición y se pueden realizar acciones óptimas. Majluf (2011) señala que: la experiencia
“…es un saber hacer que no se compra en el mercado y tarda mucho tiempo en
desarrollarse, por lo cual constituye un recurso estratégico para la organización”. Por lo
que una computadora puede quizá suponer acciones a partir de todos los datos habidos y
por haber de la empresa, pero solo la experiencia temporal permite predecir lo más
asertivamente a comportamientos casi tan al azar como lo es el tratar con humanos. Los
motores de búsqueda de Internet solo a través del tiempo y al constante conocimiento que
adquieren con cada búsqueda han podido a ser tan eficientes como lo son ahora.

Puede salir a flote la incertidumbre y la duda sobre el control de la tecnología sobre el


humano, ya que a pesar de que intentemos que esta relación sea “simbiótica”, no
determinamos nosotros los límites de lo que puede alcanzar esta, ¿o sí? Pues, no es fácil
saberlo, el futuro es algo totalmente incierto, pero han pasado tantos años de evolución
tecnológica y se ha mantenido algo siempre presente entre las personas, el deseo de
comunicarse. Siempre que necesitemos de comunicarnos con otras personas, la
tecnología no nos privará de ello. Pues, esta es desarrollada con el fin de que colabore
con nuestras tareas diarias y permita realizar imposibles humanos en posibles digitales, y
esto es algo que señala Sull y Eisenhardt (2012) sobre las decisiones que se toman
constantemente en empresas y grupos de personas. Una larga historia de desarrollo
tecnológico demuestra lo influyentes como personas que somos en la tecnología y su
modo de uso, por lo que siempre existirá ese dominio en primer lugar por nosotros, su
motor de crecimiento.

A modo de cierre deseo recalcar lo importante que es pensar en la tecnología como


una persona más dentro de las empresas, pues a pesar de no racionalizar
subjetivamente, provee puntos de partida objetivos, datos e información al instante,
simulaciones y un montón de herramientas que permitirán a la empresa solventar distintas
facultades. Pero solo eso, no es viable dejar que una sola máquina determine decisiones
importantes si no existen humanos que reflexionen sobre el método, a fin y al cabo, es la
empatía lo que nos hace progresar sin dañar a otras personas. La ciencia y la tecnología
son conceptos maravillosos en nuestra existencia, que nos permiten vivir la cantidad de
años que lo hacemos e interactuar de la manera que podemos, es por ello que no
debemos de temer el usarla y permitir su desarrollo. Es como un niño pequeño, déjalo
crecer y aprender, pero jamás lo dejes solo.

Referencias Bibliográficas

Kahneman, D. Lavallo, D. & Sibony, O. (2011). Before You Make That Big
Decision... Harvard Business Review.

Majluf, N. (2011) Los desafíos de la Gestión. De lo formal a lo sutil. Santiago,


Chile. El Mercurio Aguilar.

Sull, D. & Eisenhardt, K. (2012). Simple Rules for a Complex World? Harvard
Business Review.
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